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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Game Over. {novela colectiva
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Re: Game Over. {novela colectiva
OMFG!!!
Lo siento por comentar tarde, estuve algo ocupada pero...
El capitulo tan asdfghjkl.
Amo la relación que tienen Lena y Kiel.
Ship! Lena es tan genial :hai:
Ya espero con ansias escribir.
Espero el siguiente capitulo.
Lo siento por comentar tarde, estuve algo ocupada pero...
El capitulo tan asdfghjkl.
Amo la relación que tienen Lena y Kiel.
Ship! Lena es tan genial :hai:
Ya espero con ansias escribir.
Espero el siguiente capitulo.
Grace.
Re: Game Over. {novela colectiva
uhm... hola. estoy con problemas, ya que estoy comenzando el colegio. por favor, por favor, disculpadme, pero no podré subir. lo lamento mucho, mucho.
pinkfloyd.
Re: Game Over. {novela colectiva
Hola chicas, y gracias por sus comentarios :3.
Ya que Eddie no puede subir :c, es turno de Cami :}
Ya que Eddie no puede subir :c, es turno de Cami :}
Invitado
Invitado
Re: Game Over. {novela colectiva
Mañana o pasado subo ~ Que lástima que Eddie no puede subir :c
bucky barnes.
Re: Game Over. {novela colectiva
Estoy escribiendo y la verdad no tengo mucho, se me acaba de ocurrir una idea de empezarlo porque las anteriores eran un desastre. Si no subo ahora en un par de minutos, subo mañana temprano. Creo que igual estoy dentro del plazo (¿
bucky barnes.
Re: Game Over. {novela colectiva
Capítulo 002
alexandra becket||arkanian.
—Michael, creo que deberías desocupar la máquina de café. Ahora.
Michael, o Mike para acortar, era uno de mis compañeros en el departamento de policía (era el único con el que llegaba a conversar más allá del Capitán cuando me daba algún caso) y probablemente una de las personas más divertidas que conocía. Esa característica siempre tenía un lado bueno y otro malo, y aquel día que estaba de mal humor, no me venía bien.
—No has despertado bien, Alexandra. Se nota —dijo rodando los ojos y mirándome con media sonrisa—. ¿Te sacaría todo el mal humor si te sirviera un café?
—Nadie me quita el mal humor —respondí bromeando—. Pero acepto. Gracias.
Él se volteó y tomó dos vasos para ponerlos en la máquina.
—No es mi culpa que todo el piso me pida un café, quiero aclarar eso —dijo mientras los vasos de plástico se llenaban—. El que llega primero sirve a todos, sabes como es.
—Yo lo necesito más que ellos.
No había mucho movimiento en el Departamento de Policía, aunque eso no era algo fuera de lo común. Los llamados al nueve once se basaban en hurtos de celulares, pérdidas de billeteras o algún herido por una botella de plástico lanzada en medio de un partido de fútbol. Los casos más llamativos como secuestros, asesinatos apenas se mencionaban, y cuando lo hacían era porque algún policía revisaba un archivo para un juicio. No era la vida policíaca de película que uno espera, lo cual es excelente... Como también aburrido.
—No deberían hacernos venir si hay tan poco trabajo —dijo Mike alcanzándome el café junto con dos sobres de azúcar.
—Venimos porque si hay un gatito en un árbol, hay que rescatarlo —bromeé.
—Esos son los bomberos, Alex.
— ¿Cual es la diferencia? Si apagáramos incendios ya sería lo mismo.
—Espero que nadie te haya escuchado decir eso, sabes el problema que hay con los bomberos —se acercó un poco más a mí para susurrar aquello cerca de mi oído. Un pequeño escalofrío recorrió mi espalda: Mike a veces podía ser muy confiado, lo cual me gustaba porque me daba una persona más con quien hablar y reír, pero a veces era algo incómodo porque no sabía muy bien qué era lo que me provocaba que fuera así conmigo. Estaba confundida, como te dicen las ancianas cuando no sabes qué hacer con un jovencito. "Una linda y joven chica como tú no debería estar pasando por esto, ¡porque yo a tu edad..."
Etcétera.
—Espero que no lo menciones —susurré también para seguir la corriente.
Bebí del café un sorbo largo, apoyándome en una mesa y mirando a la nada. Mike seguía a mi lado y hacía lo mismo. Lo único que llamó mi atención fue el Capitán del departamento saliendo de su oficina con una rosquilla en manos y mirando en todo el piso como si buscase a alguien. Clavó sus ojos en mí y dirigí mi mirada hacia abajo, por si acaso. El Capitán Donoghue tenía la muy mala costumbre de llamar a personas a su oficina y gritarles incoherencias en un discurso "motivador" sin motivo. Un discurso exasperante y molesto, más allá de hipócrita. Te hacía creer que lo estaba poniendo todo en ti cuando en realidad quería que trabajaras mejor porque lo estabas haciendo terriblemente mal. Pero como siempre, cualquier persona que tiene autoridad cree tener el control de todo y hace lo que se le antoje con cualquiera.
— ¡Kennex! ¡Becket! —Gritó entrando una vez más a su oficina. Miré a Mike con los ojos abiertos como platos.
— ¿Un regaño, un discurso o un despido? —Preguntó él.
—Prefiero saltar por la ventana.
Así que dejamos los cafés a medio beber y caminamos hacia la oficina hecha de vidrio uno detrás del otro, como una fila de presidiarios. Me froté las sienes y tomando un bocado de aire, entré.
Dentro del gran cubículo había un escritorio inmenso con distintos adornos modernistas sobre él, las bibliotecas eran plateadas y los archivos las llenaban. Eso no importaba: lo que más me llamó la atención fue el olor a desodorante ambiental que perforaba todos los sentidos. El Capitán era claramente un obseso de la limpieza, sobre todo por el mantel debajo de las rosquillas para evitar las migas y un limpiador de manos.
Mike tosió y yo hablé para desviar la atención.
—Capitán Donoghue —dije formalmente.
—Becket, Kennex, se preguntarán por qué están aquí ya que los he llamado pocas veces en todo su trabajo.
El castaño a mi lado asintió ya recuperándose del olor.
—Muy bien —prosiguió—. Los necesito. Hubo un asesinato. La mayoría de los casos de este tipo van a otros departamentos, pero esta vez tendré el honor de darles el trabajo a ustedes —dijo irónicamente. Miré para otro lado para evitar insultarlo en la cara—. No me decepcionen.
—No lo haremos, señor —habló Mike codeándome levemente para que volviera la vista. Asentí como estando de acuerdo.
—Muy bien, entonces aquí están los datos —nos entregó una carpeta—. Éxitos.
Salimos disparados de la oficina en busca de aire fresco y algo de buen humor. Que idiota, pensé. ¿Para qué nos quiere aquí si nos desprecia?
—A ver que dice —me acerqué a Mike para ver qué era lo que decía la planilla—. Lee.
—Un asesinato —asintió confirmando lo que había dicho el Capitán—. Un edificio en el centro, el cuerpo se encontraba en un ascensor. La víctima es Gaspard Hunter, abogado.
— ¿Por qué la gente mata hoy en día? —Pregunté queriendo rebuscar en el caso, para llegar al lugar con al menos un par de teorías.
—Arreglo de cuentas… O robos. Pero eso ya no es tan común.
En silencio tomamos el cinturón con las armas y los comunicadores del oído; salimos junto con un equipo. En el edificio había varios equipos de prensa, otros departamentos de investigación y guardias conteniendo a la gente que pasaba para ver. El edificio estaba desalojado excepto por los testigos; dos mujeres, una adolescente y una apenas mayor.
—Definitivamente fue un asesinato —fue lo primero que nos dijeron al llegar; un chico algo joven para ser policía venía con una pila de papeles—. Hay un único impacto en la frente.
El cuerpo estaba caído en el medio del ascensor, con el círculo escarlata en el medio de la cabeza como el chico había mencionado. No me sentía acostumbrada a ver cuerpos, pero no me causaba tanta repulsión.
— ¿Las cámaras de seguridad? —Nos alejamos del cuerpo dejando a los forenses trabajar en silencio.
—Funcionaban. Dos hombres entraron al ascensor, sacaron a quienes estaban dentro menos a la víctima. El único que pareció ver cómo fue asesinado fue un chico; huyó.
— ¿No lo han traído a declarar? —Preguntó Mike mientras repetía las imágenes desde una pad.
—No lo encontraron —respondió el chico algo temeroso por el tono de Mike. Le palmeé el hombro y se alejó.
—Alex —me llamó—. Mira cómo están vestidos los hombres. Traje, corbata.
—Son formales —simplifiqué—. ¿No parecen los hombres del Ministro? Me refiero a los guardias.
—Claro que no —dijo al instante. Alcé una ceja por su actitud de ni siquiera detenerse a pensarlo. ¿Qué te dice que un Gobernante no puede ser un asesino también?—. ¿Y si era una mafia?
Me quedé observando el video un momento. Los hombres entrando sin nadie que bajara al mismo tiempo, echando a las mujeres y el chico plantado frente a las puertas viendo como lo asesinaban. Luego huyendo. Y los hombres una vez más saliendo del ascensor.
Un hombre mayor se acercó a nosotros, el Jefe de Departamento juzgando por la vestimenta. Sonriendo, me tendió la mano y luego a Mike.
—Jefe —saludó él.
—Oficiales… —Quiso continuar, pero sin saber nuestros nombres.
—Michael Kennex y Alexandra Becket, un gusto —dije.
—Hércules York. ¿Qué tienen hasta ahora?
Volvimos a caminar hacia la escena; el ascensor ya estaba liberado de forenses que estaban fotografiando el resto de la escena. Las dos testigos estaban hablando con otros agentes, y al pasar las noté temblar, confundidas. El cuerpo ahora estaba cubierto a la mitad con una sábana, con la cara y el pecho aún a la vista.
—Lo único que vimos fueron las cámaras de seguridad —habló Mike—. Dos hombres entran, sacan a las dos mujeres y otro chico, y disparan al hombre dentro del ascensor. El chico huye corriendo y los hombres se retiran sin subir o bajar en el ascensor.
— ¿Cómo se llama el hombre?
—Gaspard Hunter —respondí.
—De hecho —habló otro agente que pasaba por ahí—, por las testigos, a la víctima la nombraron como Frank Dallas. Pero en el registro aparece como Gaspard Hunter.
— ¿Una identidad secreta? —Supuso Mike. Tenía sentido.
—En ese caso, lo único que se me ocurre pensar es alguna organización ilegal.
—Una mafia —supuse.
—Contrabando —agregó Hércules—. Hay que encontrar al chico. Hablar con la familia.
— ¿En qué puede estar metido un abogado? Está en el medio del Sistema.
El Jefe de Policía me observó como si admirara mi inocencia, con una pequeña sonrisa en el rostro. Lo observé fijamente hasta que me animé a responder.
—No quiero echarle la culpa a la incapacidad de nadie.
—Un valor muy importante hoy en día —dijo irónico. Sonreí como aceptando el comentario y me volteé al agente que nos había dicho el dato de Dallas.
—El chico es Kyel O’Connell. El hijo del señor Ministro —leyó de una pad.
—Será difícil hablar con él —dijo Mike.
—De eso se encargará mi equipo. Deberían revisar las conexiones de Hunter… O Dallas, como sea, a ver si está metido en algo que no debemos saber —aclaró Hércules.
Asentí y el Jefe se retiró con un saludo. Miré a Mike y nos alejamos fuera del edificio.
—Quiero saber qué se siente que nadie te diga qué hacer y que todos te traten como deberían.
—Si lo logras, terminas como el tipo del ascensor.
Rodé los ojos.
—Cuanto apoyo. Gracias, Mike, te adoro.
—No estoy equivocado —sonrió—. ¿Nos vamos o hacemos lo que queda aquí?
—No hay nada más que ver.
Lo único que nos llevamos fue el video de la cámara de seguridad, aunque si íbamos a investigar a Hunter debíamos conseguirlo todo. Y también de Dallas.
¿Cómo hacías para escapar del registro teniendo una doble personalidad?
Michael, o Mike para acortar, era uno de mis compañeros en el departamento de policía (era el único con el que llegaba a conversar más allá del Capitán cuando me daba algún caso) y probablemente una de las personas más divertidas que conocía. Esa característica siempre tenía un lado bueno y otro malo, y aquel día que estaba de mal humor, no me venía bien.
—No has despertado bien, Alexandra. Se nota —dijo rodando los ojos y mirándome con media sonrisa—. ¿Te sacaría todo el mal humor si te sirviera un café?
—Nadie me quita el mal humor —respondí bromeando—. Pero acepto. Gracias.
Él se volteó y tomó dos vasos para ponerlos en la máquina.
—No es mi culpa que todo el piso me pida un café, quiero aclarar eso —dijo mientras los vasos de plástico se llenaban—. El que llega primero sirve a todos, sabes como es.
—Yo lo necesito más que ellos.
No había mucho movimiento en el Departamento de Policía, aunque eso no era algo fuera de lo común. Los llamados al nueve once se basaban en hurtos de celulares, pérdidas de billeteras o algún herido por una botella de plástico lanzada en medio de un partido de fútbol. Los casos más llamativos como secuestros, asesinatos apenas se mencionaban, y cuando lo hacían era porque algún policía revisaba un archivo para un juicio. No era la vida policíaca de película que uno espera, lo cual es excelente... Como también aburrido.
—No deberían hacernos venir si hay tan poco trabajo —dijo Mike alcanzándome el café junto con dos sobres de azúcar.
—Venimos porque si hay un gatito en un árbol, hay que rescatarlo —bromeé.
—Esos son los bomberos, Alex.
— ¿Cual es la diferencia? Si apagáramos incendios ya sería lo mismo.
—Espero que nadie te haya escuchado decir eso, sabes el problema que hay con los bomberos —se acercó un poco más a mí para susurrar aquello cerca de mi oído. Un pequeño escalofrío recorrió mi espalda: Mike a veces podía ser muy confiado, lo cual me gustaba porque me daba una persona más con quien hablar y reír, pero a veces era algo incómodo porque no sabía muy bien qué era lo que me provocaba que fuera así conmigo. Estaba confundida, como te dicen las ancianas cuando no sabes qué hacer con un jovencito. "Una linda y joven chica como tú no debería estar pasando por esto, ¡porque yo a tu edad..."
Etcétera.
—Espero que no lo menciones —susurré también para seguir la corriente.
Bebí del café un sorbo largo, apoyándome en una mesa y mirando a la nada. Mike seguía a mi lado y hacía lo mismo. Lo único que llamó mi atención fue el Capitán del departamento saliendo de su oficina con una rosquilla en manos y mirando en todo el piso como si buscase a alguien. Clavó sus ojos en mí y dirigí mi mirada hacia abajo, por si acaso. El Capitán Donoghue tenía la muy mala costumbre de llamar a personas a su oficina y gritarles incoherencias en un discurso "motivador" sin motivo. Un discurso exasperante y molesto, más allá de hipócrita. Te hacía creer que lo estaba poniendo todo en ti cuando en realidad quería que trabajaras mejor porque lo estabas haciendo terriblemente mal. Pero como siempre, cualquier persona que tiene autoridad cree tener el control de todo y hace lo que se le antoje con cualquiera.
— ¡Kennex! ¡Becket! —Gritó entrando una vez más a su oficina. Miré a Mike con los ojos abiertos como platos.
— ¿Un regaño, un discurso o un despido? —Preguntó él.
—Prefiero saltar por la ventana.
Así que dejamos los cafés a medio beber y caminamos hacia la oficina hecha de vidrio uno detrás del otro, como una fila de presidiarios. Me froté las sienes y tomando un bocado de aire, entré.
Dentro del gran cubículo había un escritorio inmenso con distintos adornos modernistas sobre él, las bibliotecas eran plateadas y los archivos las llenaban. Eso no importaba: lo que más me llamó la atención fue el olor a desodorante ambiental que perforaba todos los sentidos. El Capitán era claramente un obseso de la limpieza, sobre todo por el mantel debajo de las rosquillas para evitar las migas y un limpiador de manos.
Mike tosió y yo hablé para desviar la atención.
—Capitán Donoghue —dije formalmente.
—Becket, Kennex, se preguntarán por qué están aquí ya que los he llamado pocas veces en todo su trabajo.
El castaño a mi lado asintió ya recuperándose del olor.
—Muy bien —prosiguió—. Los necesito. Hubo un asesinato. La mayoría de los casos de este tipo van a otros departamentos, pero esta vez tendré el honor de darles el trabajo a ustedes —dijo irónicamente. Miré para otro lado para evitar insultarlo en la cara—. No me decepcionen.
—No lo haremos, señor —habló Mike codeándome levemente para que volviera la vista. Asentí como estando de acuerdo.
—Muy bien, entonces aquí están los datos —nos entregó una carpeta—. Éxitos.
Salimos disparados de la oficina en busca de aire fresco y algo de buen humor. Que idiota, pensé. ¿Para qué nos quiere aquí si nos desprecia?
—A ver que dice —me acerqué a Mike para ver qué era lo que decía la planilla—. Lee.
—Un asesinato —asintió confirmando lo que había dicho el Capitán—. Un edificio en el centro, el cuerpo se encontraba en un ascensor. La víctima es Gaspard Hunter, abogado.
— ¿Por qué la gente mata hoy en día? —Pregunté queriendo rebuscar en el caso, para llegar al lugar con al menos un par de teorías.
—Arreglo de cuentas… O robos. Pero eso ya no es tan común.
En silencio tomamos el cinturón con las armas y los comunicadores del oído; salimos junto con un equipo. En el edificio había varios equipos de prensa, otros departamentos de investigación y guardias conteniendo a la gente que pasaba para ver. El edificio estaba desalojado excepto por los testigos; dos mujeres, una adolescente y una apenas mayor.
—Definitivamente fue un asesinato —fue lo primero que nos dijeron al llegar; un chico algo joven para ser policía venía con una pila de papeles—. Hay un único impacto en la frente.
El cuerpo estaba caído en el medio del ascensor, con el círculo escarlata en el medio de la cabeza como el chico había mencionado. No me sentía acostumbrada a ver cuerpos, pero no me causaba tanta repulsión.
— ¿Las cámaras de seguridad? —Nos alejamos del cuerpo dejando a los forenses trabajar en silencio.
—Funcionaban. Dos hombres entraron al ascensor, sacaron a quienes estaban dentro menos a la víctima. El único que pareció ver cómo fue asesinado fue un chico; huyó.
— ¿No lo han traído a declarar? —Preguntó Mike mientras repetía las imágenes desde una pad.
—No lo encontraron —respondió el chico algo temeroso por el tono de Mike. Le palmeé el hombro y se alejó.
—Alex —me llamó—. Mira cómo están vestidos los hombres. Traje, corbata.
—Son formales —simplifiqué—. ¿No parecen los hombres del Ministro? Me refiero a los guardias.
—Claro que no —dijo al instante. Alcé una ceja por su actitud de ni siquiera detenerse a pensarlo. ¿Qué te dice que un Gobernante no puede ser un asesino también?—. ¿Y si era una mafia?
Me quedé observando el video un momento. Los hombres entrando sin nadie que bajara al mismo tiempo, echando a las mujeres y el chico plantado frente a las puertas viendo como lo asesinaban. Luego huyendo. Y los hombres una vez más saliendo del ascensor.
Un hombre mayor se acercó a nosotros, el Jefe de Departamento juzgando por la vestimenta. Sonriendo, me tendió la mano y luego a Mike.
—Jefe —saludó él.
—Oficiales… —Quiso continuar, pero sin saber nuestros nombres.
—Michael Kennex y Alexandra Becket, un gusto —dije.
—Hércules York. ¿Qué tienen hasta ahora?
Volvimos a caminar hacia la escena; el ascensor ya estaba liberado de forenses que estaban fotografiando el resto de la escena. Las dos testigos estaban hablando con otros agentes, y al pasar las noté temblar, confundidas. El cuerpo ahora estaba cubierto a la mitad con una sábana, con la cara y el pecho aún a la vista.
—Lo único que vimos fueron las cámaras de seguridad —habló Mike—. Dos hombres entran, sacan a las dos mujeres y otro chico, y disparan al hombre dentro del ascensor. El chico huye corriendo y los hombres se retiran sin subir o bajar en el ascensor.
— ¿Cómo se llama el hombre?
—Gaspard Hunter —respondí.
—De hecho —habló otro agente que pasaba por ahí—, por las testigos, a la víctima la nombraron como Frank Dallas. Pero en el registro aparece como Gaspard Hunter.
— ¿Una identidad secreta? —Supuso Mike. Tenía sentido.
—En ese caso, lo único que se me ocurre pensar es alguna organización ilegal.
—Una mafia —supuse.
—Contrabando —agregó Hércules—. Hay que encontrar al chico. Hablar con la familia.
— ¿En qué puede estar metido un abogado? Está en el medio del Sistema.
El Jefe de Policía me observó como si admirara mi inocencia, con una pequeña sonrisa en el rostro. Lo observé fijamente hasta que me animé a responder.
—No quiero echarle la culpa a la incapacidad de nadie.
—Un valor muy importante hoy en día —dijo irónico. Sonreí como aceptando el comentario y me volteé al agente que nos había dicho el dato de Dallas.
—El chico es Kyel O’Connell. El hijo del señor Ministro —leyó de una pad.
—Será difícil hablar con él —dijo Mike.
—De eso se encargará mi equipo. Deberían revisar las conexiones de Hunter… O Dallas, como sea, a ver si está metido en algo que no debemos saber —aclaró Hércules.
Asentí y el Jefe se retiró con un saludo. Miré a Mike y nos alejamos fuera del edificio.
—Quiero saber qué se siente que nadie te diga qué hacer y que todos te traten como deberían.
—Si lo logras, terminas como el tipo del ascensor.
Rodé los ojos.
—Cuanto apoyo. Gracias, Mike, te adoro.
—No estoy equivocado —sonrió—. ¿Nos vamos o hacemos lo que queda aquí?
—No hay nada más que ver.
Lo único que nos llevamos fue el video de la cámara de seguridad, aunque si íbamos a investigar a Hunter debíamos conseguirlo todo. Y también de Dallas.
¿Cómo hacías para escapar del registro teniendo una doble personalidad?
Sigue Brisa.
Me sentí algo confundida por esto de olvidar todo a medianoche y los trabajos, los nombres, etcétera. Espero que este bien (Lu dime que está bien por favor).
bucky barnes.
Re: Game Over. {novela colectiva
Cami! Lo amé, como iba a estar eso mal, fue genial, la verdad no tenía idea de como.introducirias a tus personajes, pero eso me ha parecido fantástico *-*. Amo desde ya la personalidad de Alex, esa chica es genial, I know *-*
El capítulo te ha quedado maravilloso,
Besos
El capítulo te ha quedado maravilloso,
Besos
Invitado
Invitado
Re: Game Over. {novela colectiva
Me encantó el capítulo. Escribes hermoso *-*
Me gustó mucho como metiste a tus personajes en las historia
Esperen el mio, aunque aun no sé como comenzar :(
Me gustó mucho como metiste a tus personajes en las historia
Esperen el mio, aunque aun no sé como comenzar :(
oktubre.
Re: Game Over. {novela colectiva
CHICAS
Sé que lo de el reseteo a medianoche es un poco (muy confuso) así que he decidido que para facilitar un poco el manejo de los personajes la novela estará dividida en minitramas, para que de este modo los personajes que son ciudadanos conserven una misma identidad hasta que finalice la minitrama, las minitramas no tienen una duración específica.
LA PRIMERA YA ESTÁ EN EL MURO INTERACTIVO DE LA NOVELA
:P
Invitado
Invitado
Re: Game Over. {novela colectiva
Todas escriben mejor que yo :oops: así que bueno. Estuve espectacular, ya vi lo que pusiste, ME ENCANTO! Bueno espero a la próxima, beso.
holmes.
Re: Game Over. {novela colectiva
CHICAS, el Ministro es un personaje libre, he puesto una ficha sobre él en el muro para que lo conozcan mejor si es que necesitan usar al personaje.
Besos
Besos
Invitado
Invitado
Re: Game Over. {novela colectiva
No lo había puesto antes pero gracias por los comentarios, me alegra que estuviera bien y que les gustara el capitulo.
Ya voy a ver la ficha del Gobernador, Lu ^^
Ya voy a ver la ficha del Gobernador, Lu ^^
bucky barnes.
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