Dream. {h.s

Dream.

Sus ojos se abrieron al fin encontrándose en un lugar el cuál era completamente desconocido para ella. Giro su cabeza por ambos lados, primero izquierda y luego derecha, para poder observar en que extraño lugar se había metido. Era un espacio lleno de silencio y con demasiada tranquilidad, lo cuál le podía sonar extraño no solo a Anastasia sino también a cualquiera.
Decidió dar unos ligeros pasos hacía el frente notando que sus pies estaban descalzos y sintiendo el pasto verdorso picar la planta de sus pies y el borde de ellos; se detuvo un momento para poder disfrutar de la ligera brisa que se hacía presente en ése momento y que hacía su cabello castaño suspenderse en el espacio; tomo una gran bocanada de aire y la dejo salir en un suave suspiro, sentia su cuerpo relajarse; era como expulsar todos ésos males de 18 años en menos de un minuto y llenar su cuerpo de paz, paz que todo mundo quisiera tener pero que ella era la afortunada de sentirla.
Hizo su cabeza hacía atrás mientras volvía a llenar sus pulmones de ése oxígeno que parecía nuevo, aquel que nunca antes había respirado. Abrió sus ojos marrones, observando el cielo completamente azul sin ninguna nube sobre el. Esté lugar era, en verdad, nuevo y totalmente extraño para la castaña. Era como un sueño y estaba conciente de ello,
Sabía que en cualquier momento podría despertar pero, mientras eso pasaba, seguía disfrutando de su sueño, un sueño perfecto. Camino más haya topando su mirada con un árbol lleno de ramas frondosas con hojas de un verde vivo y brillante, era hermoso y sentia como si la llamará, invitandola a descansar bajo su sombra.
Sin pensarlo, hizo caso hacía aquel llamado y corrió en dirección a aquel árbol. Se sentó, recargandose sobre el tronco dispuesta a descansar.
Después de unos minutos, sintió sus ojos pesar, poco a poco se cerraban hasta hacerlo completamente y cambiar aquella bella imagen de un campo con pasto verde y cielo azulado por una profunda oscuridad.
Anastasia creyó que ya era momento de despertar de ése sueño perfecto, pero no ocurrió así, aún seguía metida en esa oscuridad; de pronto unas voces se hicieron presentes invadiendo el silencio en el cuál se hayaba; eran poco audibles, no podía entender con exactitud lo que aquellas voces decían.
La oscuridad poco a poco fue desvaneciendo sustituyendola con la imagen del rostro de su madre. La observo por unos segundos, no parecía ser el rostro que ella conocía de su madre, esté estaba lleno de angustia y dolor; algo poco característico de ella. Sus ojos, que antes estaban llenos de color, llenos de vida y de felicidad, ahora eran reemplazados por unos ojos hinchados y vacíos, sin olvidar de las ojeras que ahora adornaban sus ojos, sus labios estaban agrietados y sus pómulos sumidos, su cabello rojizo estaba recogido en una coleta totalmente desarreglada.
"¿Qué habrá pasado?" se preguntaba; desvió su mirada hacía otro lado, percaptandose de que se encontraba en un cuarto completamente blanco, con máquinas que emitían ruidos raros y desconocidos para ella; hombres y mujeres en batas blancas entrando y saliendo de la habitación, estaba asustada, quería saber que es lo que había ocurrido, porque su madre estaba así, llena de dolor y sufrimiento. Quiso gritar pero no salía sonido alguno de su boca, no podía hablar; intento moverse sin embargo no lo logro, ni siquiera podía sentir los dedos de sus pies.
Trataba de gritar una y otra vez, más fuerte cada vez, el resultado era el mismo.
Quería llorar pero no sentia ni una lágrima empaparr su rostro.
Escucho la puerta abrirse dejando entrar a un chico no más de 20 años, lo observo detenidamente al muchacho de cabellos rizados, algo alborotados, de piel pálida y ojos de un tono verde completamente hermosos; tenía los mismo rasgos de su madre, labios agrietados y resecos, ojos rojos con ojeras y apagados, el chico también estaban lleno de dolor y tristeza.
Se acercó a su madre, rodeandola con un brazo quien apoyo su cabeza en el hombro del oji-verde. Después de unos instantes el chico se alejo de la madre de Anastasia para acercarse a un lado de la cama de la cuál no se había percaptado que estaba acostada. El chico tomo la pálida mano de la castaña, acariciandola con sumo cuidado y con ternura. La elevo hasta sus labios y depósito sobre el dorso de la misma un pequeño beso.
-Te amo Ana, no sabes cuanta falta me haces-artículo el oji-verde con voy ronca y reteniendo sus lágrimas, si es que aún tenía lágrimas por derramar; verla ahí, acostada, rodeada de máquinas y tubos era algo que le destrozaba el alma, ver que la vida de su castaña se esfumaba poco a poco y no podía hacer nada para evitarlo.
"¡Harry! grito Anastasia sin ser escuchada, como pudo haberlo olvidado, aquel chico que le había robado el corazón hace 4 veranos, aquel que la había convertido en la chica más afortunada del mundo por haber obtenido su amor, aquel chico que estaba lleno de vida y felicidad, sin embargo en esté momento ya no era ése chico, ahora se había convertido en todo lo contrario, estaba lleno de sufrimiento y eso a la castaña le dolía más que nada en el mundo. Quería llorar, no entendía como todo lo que empezó como un sueño terminó siendo una pesadilla. Cerro los ojos creyendo que así todo esto terminaría y ella se encontraría en su habitación, con su madre, con Harry.fue imposible.
Seguía ahí acostada, conectada a una máquina que la ayudaba a respirar, que la mantenía aún con vida.
Harry es hora-escucho la suave voz de su madre, "¿Hora para qué?" se cuestiono Anastasia, el oji-verde voltio su mirada hacía la madre de ella y asitio lentamente con las lágrimas empapar su rostro al igual que su madre, Harry se levantó, no si antes,  acercar sus labios hacía los de la castaña para depositar un beso sobre ellos, el último beso de ellos.
-Siempre ocuparas un lugar en mi corazón, no existirá nadie que logren reemplazarte-dijo en un susurro.
Mientras, su madre no dejaba de llorar, estaba por decirle adiós a su hija, su pequeña niña. Ya no la escuchará reír, ya no la verá crecer y lograr sus sueños, ya no.
¡"No se despidan, por favor, no lo hagan! ¡Aún estoy aquí, aún quiero vivir.!"
-Mi niña-coloco una mano sobre su cabello para acariciarlo con suma delicadeza, algo que deseaba hacer por siempre-no te olvidaremos nunca, lo prometo-murmuro su madre, acercándose a la castaña para abrazarla y darle un último beso en la frente-Doctor es mejor que lo haga ahora antes de que me arrepienta.
El hombre de bata blanca, quien había estado aún costado de ella sin notarlo, asintio ante la orden de la mujer y oprimio varios botones apagando todos los aparatos a los cuáles Anastasia había estado conectada.
La chica sintio la oscuridad volvía a gobernar su vista, su madre y Harry, quien fue el amor de su vida, se alejaban cada vez más.
Lo último que logro escuchar fue un "Te amo" por parte de ambos. Sus vista se volvió oscura, se había ido al fin, sin respuestas, sin nada.