Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
to love is to destroy. {will herondale}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 6 de 10. • Comparte
Página 6 de 10. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
Re: to love is to destroy. {will herondale}
oye, canguro, hice lo que pude con mi comentario :c sé que no era el mejor... por que realmente era el peor :c ¡pero hice lo que malditamente estaba en mis manos!
pinkfloyd.
Re: to love is to destroy. {will herondale}
Ann juro leer la novela si no me spoilea nada del libro
wasteland
Re: to love is to destroy. {will herondale}
a mí me gustó tu comentario :c fue perfecto. ahora subo ahellanipreguntó.28. escribió:oye, canguro, hice lo que pude con mi comentario :c sé que no era el mejor... por que realmente era el peor :c ¡pero hice lo que malditamente estaba en mis manos!
tobias.
Re: to love is to destroy. {will herondale}
léela.l. ily.Violet Harmon. escribió:Ann juro leer la novela si no me spoilea nada del libro
tobias.
Re: to love is to destroy. {will herondale}
Capítulo cuatro.
A Will le hubiera gustado decir que vio cómo cayó Jenna, no le importó y se fue dejándola ahí desangrándose. Pero sin duda diría una mentira porque había seguido al hombre que la llevaba en brazos inconsciente y tenía que salvarla. Tal vez ella tenía razón, le gustaba hacerse el héroe y salvar personas, pero si no lo hiciera ella probablemente moriría o le harían algo malo.
Entraron a un edificio que parecía completamente abandonado, era oscuro y tétrico dándole un aspecto bastante tenebroso. Había varias casas alrededor que parecían tan abandonadas como el edificio, pero Will no estaba tan seguro de que estuvieran vacías. Subió las escaleras detrás del hombre y éstas no dejaban de rechinar con cada paso que daba, parecía que lloraban por el peso del hombre y de Will.
Will se ocultaba en las sombras intentando que el corpulento hombre que estaba delante de él no lo viera. Aunque no parecía humano, ni cazador de sombras, parecía peligroso ya que era dos o tres veces el tamaño de Will.
Cuando llegaron al piso de arriba, éste estaba iluminado por la tenue luz de unas cuantas velas. En medio de la sala había dos mujeres, una alta y esbelta, la otra era baja y gorda. Ambas mostraron una maliciosa sonrisa llena de colmillos filosos. El hombre dejó a Jenna en el suelo y Will se vio tentado a acercarse y ayudarla.
—Gracias, Amycus, puedes irte —dijo la mujer más delgada.
—Mi paga.
—Eso se te dará más adelante, si ella es importante para el Cónsul podemos sacarle mucho por ella.
El hombre asiente y se acerca a donde está Will. Él comienza a desesperarse, ¿dónde demonios se puede esconder? Caminó rápidamente por el oscuro pasillo y abrió la primera puerta que encontró. El lugar estaba completamente vacío, salvo por una cama que se hallaba en el centro de la habitación, se ocultó detrás de ella y esperó a que hubiera algún ruido o algo. Nada. No se escuchaba nada, todo estaba en completo silencio.
Con el tiempo comenzó a sentirse cansado, sus ojos comenzaron cerrarse y sus sentidos a fallarle. Se quedó dormido recargado en la cama con las rodillas pegadas al pecho y sus manos rodeándolas.
Cuando despertó seguía en la misma habitación y en la misma posición con la que se había quedado dormido, tenía el cuerpo dolorido y las piernas entumecidas.
Se paró y vio a Jenna descansando en la cama que estaba en la habitación. Parecía completamente recuperada, aunque le habían quitado la ropa de cazadora de sombras, ahora llevaba un camisón blanco y ligero. Abrazaba las mantas con ambos brazos y se le veía intranquila.
Will se acercó a ella y la sacudió de un lado a otro intentando que despertara. Ella ni siquiera mostraba señales de vida, él contuvo las ganas de gritarle por su nombre, seguramente eso alertaría a cualquier cosa que estuviera en la casa y eso sí sería un problema.
—Jenna, Jenna, Jenna —dijo una y otra vez, zarandeándola.
Después de un buen rato así, lo que Will sintió que fueron horas, Jenna abrió los ojos por fin. Tenía el rostro más pálido de lo usual y unas ojeras moradas rodeaban sus ojos. Se rascó los ojos y miró a Will, se puso más pálida si eso era posible y Will creyó que le habían hechizado o algo, nunca la había visto así. La chica fuerte y ruda no estaba, ahora parecía asustada. Sin duda en otra situación él se hubiera burlado, pero no era ni la situación ni el momento correcto para burlarse cuando la vio casi morir.
—¿Qué sucedió?
—Después de que me dijeras muchas mentiras —ella bufó—, bien, muchos insultos que yo considero inciertos, alguien te apuñaló y caíste al suelo sangrando. Un tipo te tomó en brazos y te trajo aquí, yo sólo te seguí. Dijeron que tú eras importante para el Cónsul.
Jenna frunció el ceño. Tal vez el Cónsul tenía una especie de manía con ella, pero no creyó que fuera a ser tan grave. Además lo odiaba, siempre lo había hecho, le parecía ciego e idiota. Pero desde lo que había dicho Magnus sospechaba algo malo de él, siempre lo había hecho, parecía amar a los nefilim, pero le parecían débiles, creía que tenían demasiados sentimientos. Eso le había gustado de Jenna, que no demostraba sus sentimientos, que siempre los mantenía ocultos.
—Tenemos que salir de aquí. —Fue lo único que dijo. Tenía ganas de hablar muchas cosas, pero no con Will Herondale, quizá con Jem sí.
—Eso ya lo había deducido, pero la única manera de salir de aquí es por la puerta y no creo que sea tan fácil.
—Mmm… Dame un arma, rápido.
Will la miró con desconfianza pero le tendió un cuchillo serafín.
—Malik —dijo él antes de que Jenna pudiera preguntar el nombre del cuchillo.
—Escucha, Herondale, yo distraeré a lo que sea que esté afuera. Tú busca una salida, no te garantizo mucho tiempo, sólo unos cuantos minutos.
Él asiente y Jenna sale de la habitación escondiéndose el cuchillo serafín entre el camisón. Vio cómo la chica se perdía entre las sombras. Tenía que buscar la salida rápido, odiaba aquel lugar tan diabólico.
Abrió la puerta con el mayor sigilo que pudo, tratando de no notarse mucho y no hacer ruido. Las escaleras serían un grave problema, sin duda cuando las bajara éstas crujirían y lo delatarían. Miró a su alrededor, debía haber otra salida, la que fuera.
Fue buscando en cada rincón y puerta posible esperando ver una ventana o algo, pero las habitaciones carecían de decoración y mobiliario. A menos que abriera un hoyo en la pared y eso sería muy sospechoso. Tenían que bajar las escaleras y salir por la puerta principal, donde sin duda habría guardia o algo.
Bajó las escaleras tratando de hacer el menos ruido posible, pero era muy difícil, las escaleras chillaban como si fueran a romperse en cualquier segundo. Cuando llegó a la planta principal se sorprendió al ver a Jenna y a las dos mujeres mirándola, ella parecía tranquila y no se movía mucho.
Trató de esconderse pero ya era muy tarde, la mujer corpulenta ya lo había visto y corría hacia él. Sacó un cuchillo serafín y se preparó para pelear con lo que fuera esa mujer, posiblemente una bruja. La bruja se abalanzó sobre él y Will blandió el cuchillo rápidamente asestándole un buen golpe en el costado derecho. La mujer soltó un chillido diabólico y Will aprovechó que estaba distraída para bajar las escaleras junto a Jenna. Ella ya se había encargado de la otra bruja clavándole el cuchillo cerca el pecho, pero no lo suficiente al centro para matarla.
—¡Malditos nefilim! —bramó la bruja corpulenta abalanzándose sobre Jenna.
La chica se movió pero no muy rápido, la mujer consiguió hacerle un corte en el brazo y la sangre roja comenzó a brotarle lentamente. Pero Jenna no gritó, ni siquiera le importó, golpeó con fuerza a la bruja en la barbilla haciendo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo.
No había rastro de la bruja delgada pero ambos sabían que era ahora o nunca. Will tomó a Jenna por la muñeca y pateó la puerta con fuerza para salir corriendo a las calles de Londres. Corrieron sin volverse en ningún segundo, si los seguían era un misterio pues preferían adelantarse bastante hasta quedar lejos del alcance de ambas brujas.
Cuando comenzaron a reconocer las calles de Londres dejaron de correr, estaban cerca del Instituto, o eso era lo que creían.
La gente se detenía a mirarlos despectivamente, no era común ver a un chico vestido de negro con la ropa repleta de sangre y a una chica de camisón con el brazo sangrándole. Jenna quería ponerse una marca para curar la herida o algún glamour para que dejaran de verlos, pero la idea parecía ridícula pues los mundanos los verían.
Las marcas de Jenna eran muy visibles en su pálida piel, en especial la que tenía en medio de ambos pechos. Las piernas era lo único que tenía libre de marcas, pero los brazos, cuello y torso estaban repletos de marcas y cicatrices que le habían causado tantas batallas.
La chica Lightwood iba descalza y sentía los pies doloridos y sucios de pisar las calles sin protección alguna. No sabía cuánto restaba para llegar al Instituto pero quería llegar ya, necesitaba una marca urgentemente y bañarse. Amaba bañarse, la relajaba y además ella tenía una manía con el orden y la limpieza, amaba ver todo perfectamente limpio y ordenado, no toleraba ver a algo fuera de su lugar.
Will se había equivocado, aún faltaba mucho para llegar al Instituto, y sabía que Jenna se sentía cansada y le dolía la herida. Además que tuviera el brazo cubierto de sangre roja y seca no ayudaba mucho. Se detuvo y se sentó en una banca que estaba ahí. Jenna lo imitó y suspiró.
La chica arrancó una parte del camisón y la ató a su brazo, o al menos lo intentó porque le parecía difícil hacerlo con una sola mano.
—Déjame ayudarte. —Dijo Will, le limpió la sangre con un pedazo de su remera que había arrancado. Después le ató la tela fuertemente para detener la hemorragia. No había sangrado demasiado gracias a que no había cortado alguna vena o alguna parte importante.
—Gracias —respondió mirándose el brazo.
—Escucha, tenemos dos opciones: una es caminar hasta que nos sangren los pies porque el Instituto está muy lejos. Y la otra es quedarnos en un hotel que no queda muy lejos de aquí.
—El hotel, obviamente.
Jenna tarda un poco en recuperarse y poder seguir caminando junto a Will. Le dolía el cuerpo, se preguntaba cómo los mundanos podían caminar sin alguna runa y curarse sin ningún iratze. La vida de los mundanos le parecía aburrida y sin emoción alguna, tenían una rutina y tener una rutina significa que ya lo tienes todo planeado cuando es lo inesperado lo que te cambia la vida.
No tardaron más de cinco minutos en llegar al hotel que Will se refería, a simple vista parecía viejo y horrible. Pero era algo que Will había sugerido, Jenna no se esperaba algo muy hermoso ni lujoso ni nada parecido. El nombre del lugar era, “La paloma feliz”.
—¿Vienes aquí para demostrar que prefieres una paloma antes que un pato?
—Oh, no. Vengo aquí porque es completamente agradable —dice esbozando una sonrisa.
Will dejó que Jenna pasara primero. El lugar no era tan horrible como se veía por fuera; las paredes eran de diferentes tonos de café, el suelo era rojo y parecía hecho de varias alfombras. Había un escritorio en una esquina de la sala donde una mujer que no parecía humana anotaba algo con sus manos palmeadas. La mujer tenía el cabello morado y la piel verdosa, sus labios eran delgados y tenía los ojos del mismo color que su cabello. Cuando vio a Will esbozó una fugaz sonrisa mostrando dientes afilados.
—Señor Herondale, ¿se quedará toda la noche?
—Sí, Leslie, te agradecería que nos dieras habitaciones separadas.
—Oh, señor Herondale, creo que habrá un problema con eso, sólo queda una habitación disponible y ella podría tomarla, usted podría venir conmigo —dijo lo último con una sonrisa maliciosa. Jenna sintió que iba a vomitar, se le había revuelto el estómago de sólo oír a esa cosa hablar.
—Me gusta su oferta, pero creo que ahora sería inapropiado, tomaremos la habitación. Gracias, Leslie.
—Por nada, señor Herondale —dijo con cierta decepción—, es la número treinta y cuatro.
Will asintió y tomó a Jenna por la mano para llevarla escaleras arriba.
—¿Así que tienes una especie de fan con cabello púrpura? —preguntó Jenna tirándose en la cama que había en la habitación. Las sábanas eran color blanco, la habitación no era del todo grande ni lujosa, pero era aceptable. Había un pequeño armario cerca de la ventana y una puerta que conducía al baño.
—Ella intenta seducirme, pero no me atrae, ¿realmente cree que quiero que sus manos palmeadas pasen por mi cuerpo? —Will sacude la cabeza y sonríe—. Por cierto, Lightwood, cállate, que soy buen hombre y te dejé dormir en la cama mientras que dormiré como perro en el suelo.
—Aún puedes ir con tu novia de dedos palmeados, ella te dejaría su cama y su virginidad de pasada.
—¿Y tú crees que sea virgen?
—Ni idea, pero no creo que sea prudente ir a preguntárselo.
Will suelta una carcajada y se acuesta en el suelo junto a la cama donde Jenna descansa mirando al techo. Pensaba en contarle a Will lo que había dicho Magnus, después de todo el había oído hablar a ambas brujas, él sabía que Jenna era importante para el Cónsul y quizá si le decía lo que sabía podrían armar un rompecabezas muy complicado pero bastante útil.
Entraron a un edificio que parecía completamente abandonado, era oscuro y tétrico dándole un aspecto bastante tenebroso. Había varias casas alrededor que parecían tan abandonadas como el edificio, pero Will no estaba tan seguro de que estuvieran vacías. Subió las escaleras detrás del hombre y éstas no dejaban de rechinar con cada paso que daba, parecía que lloraban por el peso del hombre y de Will.
Will se ocultaba en las sombras intentando que el corpulento hombre que estaba delante de él no lo viera. Aunque no parecía humano, ni cazador de sombras, parecía peligroso ya que era dos o tres veces el tamaño de Will.
Cuando llegaron al piso de arriba, éste estaba iluminado por la tenue luz de unas cuantas velas. En medio de la sala había dos mujeres, una alta y esbelta, la otra era baja y gorda. Ambas mostraron una maliciosa sonrisa llena de colmillos filosos. El hombre dejó a Jenna en el suelo y Will se vio tentado a acercarse y ayudarla.
—Gracias, Amycus, puedes irte —dijo la mujer más delgada.
—Mi paga.
—Eso se te dará más adelante, si ella es importante para el Cónsul podemos sacarle mucho por ella.
El hombre asiente y se acerca a donde está Will. Él comienza a desesperarse, ¿dónde demonios se puede esconder? Caminó rápidamente por el oscuro pasillo y abrió la primera puerta que encontró. El lugar estaba completamente vacío, salvo por una cama que se hallaba en el centro de la habitación, se ocultó detrás de ella y esperó a que hubiera algún ruido o algo. Nada. No se escuchaba nada, todo estaba en completo silencio.
Con el tiempo comenzó a sentirse cansado, sus ojos comenzaron cerrarse y sus sentidos a fallarle. Se quedó dormido recargado en la cama con las rodillas pegadas al pecho y sus manos rodeándolas.
…
Cuando despertó seguía en la misma habitación y en la misma posición con la que se había quedado dormido, tenía el cuerpo dolorido y las piernas entumecidas.
Se paró y vio a Jenna descansando en la cama que estaba en la habitación. Parecía completamente recuperada, aunque le habían quitado la ropa de cazadora de sombras, ahora llevaba un camisón blanco y ligero. Abrazaba las mantas con ambos brazos y se le veía intranquila.
Will se acercó a ella y la sacudió de un lado a otro intentando que despertara. Ella ni siquiera mostraba señales de vida, él contuvo las ganas de gritarle por su nombre, seguramente eso alertaría a cualquier cosa que estuviera en la casa y eso sí sería un problema.
—Jenna, Jenna, Jenna —dijo una y otra vez, zarandeándola.
Después de un buen rato así, lo que Will sintió que fueron horas, Jenna abrió los ojos por fin. Tenía el rostro más pálido de lo usual y unas ojeras moradas rodeaban sus ojos. Se rascó los ojos y miró a Will, se puso más pálida si eso era posible y Will creyó que le habían hechizado o algo, nunca la había visto así. La chica fuerte y ruda no estaba, ahora parecía asustada. Sin duda en otra situación él se hubiera burlado, pero no era ni la situación ni el momento correcto para burlarse cuando la vio casi morir.
—¿Qué sucedió?
—Después de que me dijeras muchas mentiras —ella bufó—, bien, muchos insultos que yo considero inciertos, alguien te apuñaló y caíste al suelo sangrando. Un tipo te tomó en brazos y te trajo aquí, yo sólo te seguí. Dijeron que tú eras importante para el Cónsul.
Jenna frunció el ceño. Tal vez el Cónsul tenía una especie de manía con ella, pero no creyó que fuera a ser tan grave. Además lo odiaba, siempre lo había hecho, le parecía ciego e idiota. Pero desde lo que había dicho Magnus sospechaba algo malo de él, siempre lo había hecho, parecía amar a los nefilim, pero le parecían débiles, creía que tenían demasiados sentimientos. Eso le había gustado de Jenna, que no demostraba sus sentimientos, que siempre los mantenía ocultos.
—Tenemos que salir de aquí. —Fue lo único que dijo. Tenía ganas de hablar muchas cosas, pero no con Will Herondale, quizá con Jem sí.
—Eso ya lo había deducido, pero la única manera de salir de aquí es por la puerta y no creo que sea tan fácil.
—Mmm… Dame un arma, rápido.
Will la miró con desconfianza pero le tendió un cuchillo serafín.
—Malik —dijo él antes de que Jenna pudiera preguntar el nombre del cuchillo.
—Escucha, Herondale, yo distraeré a lo que sea que esté afuera. Tú busca una salida, no te garantizo mucho tiempo, sólo unos cuantos minutos.
Él asiente y Jenna sale de la habitación escondiéndose el cuchillo serafín entre el camisón. Vio cómo la chica se perdía entre las sombras. Tenía que buscar la salida rápido, odiaba aquel lugar tan diabólico.
Abrió la puerta con el mayor sigilo que pudo, tratando de no notarse mucho y no hacer ruido. Las escaleras serían un grave problema, sin duda cuando las bajara éstas crujirían y lo delatarían. Miró a su alrededor, debía haber otra salida, la que fuera.
Fue buscando en cada rincón y puerta posible esperando ver una ventana o algo, pero las habitaciones carecían de decoración y mobiliario. A menos que abriera un hoyo en la pared y eso sería muy sospechoso. Tenían que bajar las escaleras y salir por la puerta principal, donde sin duda habría guardia o algo.
Bajó las escaleras tratando de hacer el menos ruido posible, pero era muy difícil, las escaleras chillaban como si fueran a romperse en cualquier segundo. Cuando llegó a la planta principal se sorprendió al ver a Jenna y a las dos mujeres mirándola, ella parecía tranquila y no se movía mucho.
Trató de esconderse pero ya era muy tarde, la mujer corpulenta ya lo había visto y corría hacia él. Sacó un cuchillo serafín y se preparó para pelear con lo que fuera esa mujer, posiblemente una bruja. La bruja se abalanzó sobre él y Will blandió el cuchillo rápidamente asestándole un buen golpe en el costado derecho. La mujer soltó un chillido diabólico y Will aprovechó que estaba distraída para bajar las escaleras junto a Jenna. Ella ya se había encargado de la otra bruja clavándole el cuchillo cerca el pecho, pero no lo suficiente al centro para matarla.
—¡Malditos nefilim! —bramó la bruja corpulenta abalanzándose sobre Jenna.
La chica se movió pero no muy rápido, la mujer consiguió hacerle un corte en el brazo y la sangre roja comenzó a brotarle lentamente. Pero Jenna no gritó, ni siquiera le importó, golpeó con fuerza a la bruja en la barbilla haciendo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo.
No había rastro de la bruja delgada pero ambos sabían que era ahora o nunca. Will tomó a Jenna por la muñeca y pateó la puerta con fuerza para salir corriendo a las calles de Londres. Corrieron sin volverse en ningún segundo, si los seguían era un misterio pues preferían adelantarse bastante hasta quedar lejos del alcance de ambas brujas.
Cuando comenzaron a reconocer las calles de Londres dejaron de correr, estaban cerca del Instituto, o eso era lo que creían.
La gente se detenía a mirarlos despectivamente, no era común ver a un chico vestido de negro con la ropa repleta de sangre y a una chica de camisón con el brazo sangrándole. Jenna quería ponerse una marca para curar la herida o algún glamour para que dejaran de verlos, pero la idea parecía ridícula pues los mundanos los verían.
Las marcas de Jenna eran muy visibles en su pálida piel, en especial la que tenía en medio de ambos pechos. Las piernas era lo único que tenía libre de marcas, pero los brazos, cuello y torso estaban repletos de marcas y cicatrices que le habían causado tantas batallas.
La chica Lightwood iba descalza y sentía los pies doloridos y sucios de pisar las calles sin protección alguna. No sabía cuánto restaba para llegar al Instituto pero quería llegar ya, necesitaba una marca urgentemente y bañarse. Amaba bañarse, la relajaba y además ella tenía una manía con el orden y la limpieza, amaba ver todo perfectamente limpio y ordenado, no toleraba ver a algo fuera de su lugar.
Will se había equivocado, aún faltaba mucho para llegar al Instituto, y sabía que Jenna se sentía cansada y le dolía la herida. Además que tuviera el brazo cubierto de sangre roja y seca no ayudaba mucho. Se detuvo y se sentó en una banca que estaba ahí. Jenna lo imitó y suspiró.
La chica arrancó una parte del camisón y la ató a su brazo, o al menos lo intentó porque le parecía difícil hacerlo con una sola mano.
—Déjame ayudarte. —Dijo Will, le limpió la sangre con un pedazo de su remera que había arrancado. Después le ató la tela fuertemente para detener la hemorragia. No había sangrado demasiado gracias a que no había cortado alguna vena o alguna parte importante.
—Gracias —respondió mirándose el brazo.
—Escucha, tenemos dos opciones: una es caminar hasta que nos sangren los pies porque el Instituto está muy lejos. Y la otra es quedarnos en un hotel que no queda muy lejos de aquí.
—El hotel, obviamente.
Jenna tarda un poco en recuperarse y poder seguir caminando junto a Will. Le dolía el cuerpo, se preguntaba cómo los mundanos podían caminar sin alguna runa y curarse sin ningún iratze. La vida de los mundanos le parecía aburrida y sin emoción alguna, tenían una rutina y tener una rutina significa que ya lo tienes todo planeado cuando es lo inesperado lo que te cambia la vida.
No tardaron más de cinco minutos en llegar al hotel que Will se refería, a simple vista parecía viejo y horrible. Pero era algo que Will había sugerido, Jenna no se esperaba algo muy hermoso ni lujoso ni nada parecido. El nombre del lugar era, “La paloma feliz”.
—¿Vienes aquí para demostrar que prefieres una paloma antes que un pato?
—Oh, no. Vengo aquí porque es completamente agradable —dice esbozando una sonrisa.
Will dejó que Jenna pasara primero. El lugar no era tan horrible como se veía por fuera; las paredes eran de diferentes tonos de café, el suelo era rojo y parecía hecho de varias alfombras. Había un escritorio en una esquina de la sala donde una mujer que no parecía humana anotaba algo con sus manos palmeadas. La mujer tenía el cabello morado y la piel verdosa, sus labios eran delgados y tenía los ojos del mismo color que su cabello. Cuando vio a Will esbozó una fugaz sonrisa mostrando dientes afilados.
—Señor Herondale, ¿se quedará toda la noche?
—Sí, Leslie, te agradecería que nos dieras habitaciones separadas.
—Oh, señor Herondale, creo que habrá un problema con eso, sólo queda una habitación disponible y ella podría tomarla, usted podría venir conmigo —dijo lo último con una sonrisa maliciosa. Jenna sintió que iba a vomitar, se le había revuelto el estómago de sólo oír a esa cosa hablar.
—Me gusta su oferta, pero creo que ahora sería inapropiado, tomaremos la habitación. Gracias, Leslie.
—Por nada, señor Herondale —dijo con cierta decepción—, es la número treinta y cuatro.
Will asintió y tomó a Jenna por la mano para llevarla escaleras arriba.
—¿Así que tienes una especie de fan con cabello púrpura? —preguntó Jenna tirándose en la cama que había en la habitación. Las sábanas eran color blanco, la habitación no era del todo grande ni lujosa, pero era aceptable. Había un pequeño armario cerca de la ventana y una puerta que conducía al baño.
—Ella intenta seducirme, pero no me atrae, ¿realmente cree que quiero que sus manos palmeadas pasen por mi cuerpo? —Will sacude la cabeza y sonríe—. Por cierto, Lightwood, cállate, que soy buen hombre y te dejé dormir en la cama mientras que dormiré como perro en el suelo.
—Aún puedes ir con tu novia de dedos palmeados, ella te dejaría su cama y su virginidad de pasada.
—¿Y tú crees que sea virgen?
—Ni idea, pero no creo que sea prudente ir a preguntárselo.
Will suelta una carcajada y se acuesta en el suelo junto a la cama donde Jenna descansa mirando al techo. Pensaba en contarle a Will lo que había dicho Magnus, después de todo el había oído hablar a ambas brujas, él sabía que Jenna era importante para el Cónsul y quizá si le decía lo que sabía podrían armar un rompecabezas muy complicado pero bastante útil.
Última edición por tobias. el Lun 30 Jun 2014, 2:47 pm, editado 3 veces
tobias.
Re: to love is to destroy. {will herondale}
la puta madre, sorry ann, mañana comento sí o sí. me tengo que ir. sorry, sorry, sorry.
pinkfloyd.
Re: to love is to destroy. {will herondale}
pinkfloyd. escribió:la puta madre, sorry ann, mañana comento sí o sí. me tengo que ir. sorry, sorry, sorry.
tobias.
Re: to love is to destroy. {will herondale}
ya es mañana.l.Herondale. escribió:No lo había leído lo leo mañana chau..
tobias.
Re: to love is to destroy. {will herondale}
Apenas me dan la computadora .l.Odair. escribió:ya es mañana.l.Herondale. escribió:No lo había leído lo leo mañana chau..
moondust.
Re: to love is to destroy. {will herondale}
sigo esperando.l.Herondale. escribió:Apenas me dan la computadora .l.Odair. escribió:ya es mañana.l.Herondale. escribió:No lo había leído lo leo mañana chau..
tobias.
Re: to love is to destroy. {will herondale}
esperate, esperate...Odair. escribió:sigo esperando.l.Herondale. escribió:Apenas me dan la computadora .l.Odair. escribió:ya es mañana.l.Herondale. escribió:No lo había leído lo leo mañana chau..
moondust.
Re: to love is to destroy. {will herondale}
no.l.Herondale. escribió:esperate, esperate...Odair. escribió:sigo esperando.l.Herondale. escribió:Apenas me dan la computadora .l.Odair. escribió:ya es mañana.l.Herondale. escribió:No lo había leído lo leo mañana chau..
tobias.
Página 6 de 10. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
Temas similares
» you look so perfect, hood {pruebas.
» Ab imo pectore (Desde el fondo de mi corazón)
» + how about a full promise?
» silver hair don't care.
» Don't destroy your LIFE [Harry & tu]
» Ab imo pectore (Desde el fondo de mi corazón)
» + how about a full promise?
» silver hair don't care.
» Don't destroy your LIFE [Harry & tu]
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 6 de 10.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.