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50 Shades Of Payne |Ziam|

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50 Shades Of Payne |Ziam| Empty 50 Shades Of Payne |Ziam|

Mensaje por HarryTomlinson Dom 26 Ene 2014, 1:32 pm

Nombre: 50 Shades Of Payne 
Autor: E.L. James.
Adaptación: Sí, de 50 Shades Of Grey
Genero: Romance, Erótico, drama. 
Advertencia: Es hot, aunque eso es lo que más les gusta a ustedes.
Otras páginas: Síp, en Wattpad.


Sinopsis.


Cuando el estudiante de literatura Zayn Malik es obligado a entrevistar al exitoso y joven empresario Liam Payne para la revista de su escuela, él lo encuentra atractivo, enigmático e intimidante. Convencido de que su entrevista salió mal, intenta sacar a Payne fuera de su mente, hasta que él aparece en la tienda a las afueras de la ciudad en donde Zayn trabaja a tiempo parcial.




El mundano e inocente Zayn se sorprende al notar que él quiere a este hombre, y cuando Payne le advierte que se mantenga alejado, sólo aumenta su desesperación por estar cerca de él. Incapaz de resistirse a la belleza, ingenio y espíritu independiente de Zayn, Payne admite que lo desea, pero en sus propios términos.




Impresionado pero emocionado por los singulares gustos eróticos de de Payne, Zayn duda. Por todas las trampas del éxito- su negocio multinacional, su gran riqueza, su amada familia adoptiva-, Payne es un hombre atormentado por demonios y consumado por la necesidad de controlar. Cuando la pareja se embarca en una relación apasionada, física y atrevida, Zayn aprende más acerca de sus propios deseos oscuros, así como también del Liam Payne escondido del escrutinio público.




¿Puede su relación trascender la pasión física? ¿Zayn se encontrará a sí mismo sometiéndose al auto indulgente Maestro? Y si lo hace, ¿seguirá amando lo que encuentre?





¡Hola! 
Como verán, estoy adaptando "50 Shades of Grey"
Es que hace un buen tiempo quiero leerla pero en Ziam y cuando la encuentro, JAMÁS ESTA TERMINADA Y YO SIEMPRE TERMINO ASÍ  :muere: 


así que pensé en adaptarla yo, ya que cuando la leo la dejan en el capitulo 4 ._.
¡SI LA LLEGO A ABANDONAR, PROMETO QUE SERÁ DEL CAPITULO 16 EN ADELANTE!
Promise, ah
HarryTomlinson
HarryTomlinson


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50 Shades Of Payne |Ziam| Empty Re: 50 Shades Of Payne |Ziam|

Mensaje por larry_1D Dom 26 Ene 2014, 2:46 pm

Holaa siguelaa siempre me pasa lo mismo que a ti espero que la termines. Bsos
larry_1D
larry_1D


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50 Shades Of Payne |Ziam| Empty Re: 50 Shades Of Payne |Ziam|

Mensaje por HarryTomlinson Dom 26 Ene 2014, 4:53 pm

larry_1D escribió:Holaa siguelaa siempre me pasa lo mismo que a ti espero que la termines. Bsos

Ahora la sigo:) Lo sé, es frustrante  :(  
Gracias por comentar

Besitos! xx
HarryTomlinson
HarryTomlinson


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50 Shades Of Payne |Ziam| Empty Re: 50 Shades Of Payne |Ziam|

Mensaje por HarryTomlinson Dom 26 Ene 2014, 4:56 pm

Chapter I:



Frunzo el seño con frustración hacia mí mismo frente al espejo. Maldito sea mi cabello, simplemente no se comporta y maldito sea Harry Styles por estar enfermo y someterme a esta terrible experiencia. Debería estar estudiando para mis exámenes finales, que son la próxima semana, sin embargo, aquí estoy, intentando arreglar mi cabello para que luzca controlado. No debo dormir con el cabello mojado. No debo dormir con el cabello mojado. Recitando este mantra varias veces, intento, una vez más, tenerlo bajo control con el peine. Pongo los ojos en blanco con exasperación, y miró al chico moreno de cabello negro con pestañas largas y pómulos muy marcados para su rostro devolviéndome la mirada, y me rindo. Mi única opción es dejar mi cabello así y esperar que luzca natural y semi-presentable.
 
Harry es mi compañero de habitación y ha elegido el día de hoy, de todos los días posibles, para sucumbir a la gripe. Por lo tanto, no puede asistir a la entrevista que había quedado de hacer con algún magnate mega-industrial del que jamás he oído hablar, para el periódico escolar. Así que me he ofrecido voluntario. Tengo exámenes finales con los que quemarme los sesos, un ensayo que terminar, y se supone que vaya a trabajar esta tarde, pero no, hoy tengo que conducir doscientos sesenta y cinco kilómetros hacia el centro de Seattle para reunirme con el enigmático Gerente General de Payne Enterprises Holdings Inc. Como un excepcional empresario, y muy importante benefactor de nuestra universidad, su tiempo es extraordinariamente precioso-mucho más precioso que el mío- pero le ha concedido una entrevista a Harry. Una verdadera oportunidad, dice él. Malditas sean sus actividades extracurriculares.
 
Harry está acurrucado en el sofá, en la sala.
 
-Zee, lo lamento. Me tomó nueve meses conseguir esta entrevista. Tomará otro seis meses volver a programarla, y ambos nos habremos graduado para entonces. Como editor, no puedo dejar pasar esta oportunidad. Por favor-me ruega Harry con su áspera y adolorida voz. ¿Cómo lo hace? Incluso enfermo, se ve pícaro y guapo, con el cabello castaño oscuro en sus típicos rulos y los ojos verdes brillantes, aunque ahora estén rojos y llorosos. Ignoro mi punzada de simpatía inoportuna.
 
-Por supuesto que iré, Hazz. Deberías regresar a la cama. ¿Quieres algo de Nyquil o Tylenol?
 
-Nyquil, por favor. Aquí están las preguntas y mi mini grabadora. Solo presiona “Grabar” aquí. Haz notas, lo transcribiré todo.
 
-No sé nada de él-murmuro, intentando y fallando en suprimir mi creciente pánico.
 
-Las preguntas te ayudarán. Ve. Es un largo camino. No quiero que llegues tarde.
 
-De acuerdo, me voy. Regresa a la cama. Te hice algo de sopa para que calientes más tarde.- Lo miro fijamente, con cariño. Solo por ti, Hazza, haría esto.
 
-Lo haré. Buena suerte. Y gracias, Zee…como de costumbre, eres mi salvavidas.
 
Recogiendo mi bolso, le sonrío irónicamente, luego salgo directo al auto. No puedo creer que haya dejado a Harry convencerme de esto. Pero entonces, Hazz puede convencer a cualquiera de hacer cualquier cosa. Será un periodista excepcional. Es elocuente, fuerte, persuasivo, argumentativo, apuesto…y es mi amigo más, más querido.
 
Los caminos están despejados cuando salgo de Vancouver, WA, hacia Portland y la I-5. Es temprano, y no tengo que estar en Seattle hasta las dos de la tarde. Afortunadamente, Harry me ha prestado su Mercedes CLK deportivo. No estoy seguro de que mi viejo VW Beetle conseguiría hacer el trayecto completo. Oh, conducier el Merc es divertido, y los kilómetros se desvanecen cuando piso el acelerador al máximo.
 
Mi destino son las oficinas centrales de la empresa internacional del Sr. Payne. Es un enorme edificio de veinte pisos, con cristales curvados y acero, una fantasía arquitectónica utilitaria, con las palabras “Payne House” escritas discretamente en acero sobre las puertas delanteras de vidrio. Faltan quince minutos para las dos cuando llego, enormemente aliviado de no llegar tarde mientras camino hacia el enorme-y francamente intimidante- vestíbulo de cristal, acero y arenisca blanca.
 
Detrás del sólido escritorio de arenisca, una muy atractiva y bien arreglada rubia me sonríe amablemente. Está usando la chaqueta grisácea y camisa blanca más nítidas que alguna vez he visto. Se ve inmaculada.
 
-Estoy aquí para ver al Sr. Payne. Soy Zayn Malik representando a Harry Styles.
 
-Discúlpeme por un momento, Sr. Malik-Ella enarca una ceja ligeramente mientras espero tímidamente en frente suyo. Estoy empezando a desear haber perdido prestada una de las camisas de botones de Harry en vez de usar una camiseta blanca completamente normal. He hecho un esfuerzo y me he puesto mis únicos jeans que no están sucios-y que se ven ligeramente bien-, mis cómodos zapatos deportivos Nike y mi chaqueta de cuero negra. Para mí, esto es ser elegante. Mantengo mi mirada firme mientras espero que ella me responda.
 
-Se espera al Sr. Styles. Firme aquí por favor, Sr. Malik. Use el último ascensor a la derecha, presione el piso número veinte.-Me sonríe amablemente, divertida sin duda, mientras firmo.
 
Me entrega un pase de seguridad que tiene la palabra “VISITANTE” estampada muy firmemente en el frente. No puedo evitar esbozar una sonrisilla. Sin duda es obvio que sólo estoy de visita. No encajo aquí, en absoluto. Nada cambia, suspiro para mis adentros. Agradeciéndole,  camino hacia la zona de ascensores  más allá de los dos hombres de seguridad que están mucho más inteligentemente vestidos que yo con sus trajes negros bien confeccionados. Puedo sentir la mirada de la rubia clavada en mi espalda y no sé por qué.
 
El ascensor me traslada con una velocidad vértigo hacia el piso número veinte. Las puertas se abren y estoy en otro gran vestíbulo, de nuevo, de cristal, acero, y arenisca blanca. Me veo frente a otro escritorio de arenisca y otra joven rubia vestida impecablemente de blanco y negro se levanta para saludarme.
 
-Señor Malik, ¿podría esperar aquí, por favor?-Señala una zona de espera con sillas de cuero blanco.
 
Detrás de las sillas de cuero hay una espaciosa sala de reuniones con paredes de vidrio y una mesa de madera oscura igualmente espaciosa, rodeada con al menos veinte sillas a juego. Más allá de ellas, hay una ventana que va desde el piso hasta el techo con una vista del cielo de Seattle que deja ver toda la ciudad hacia el Sound. Es una vista sorprendente y estoy momentáneamente paralizado por ella.Wow.
 
Me siento, rebusco las preguntas en mi bolso y las reviso, maldiciendo para mis adentros a Harry por no darme una carta biográfica. No sé nada de este hombre al que estoy a punto de entrevistar. Él podría tener noventa o treinta años. La incertidumbre es mortificante y mis nervios vuelven a la superficie, poniéndome inquieto. Nunca he estado cómodo con las entrevistas cara a cara, prefiero el anonimato de una discusión grupal en la que me puedo sentar inadvertidamente en la parte trasera de la habitación.
 
Para ser honesto, prefiero mi propia compañía, leyendo una clásica novela británica-sí, soy inglés, por lo tanto prefiero leer literatura inglesa-acurrucado en una silla de la biblioteca del campus. No sentado y retorciéndome nerviosamente en un colosal edificio de cristal y piedra.
 
Pongo los ojos en blanco para mí mismo. Cálmate, Malik. Juzgando por el edificio, que es demasiado frío y moderno, presumo que Payne está en sus cuarenta: delgado, bronceado y rubio para encajar con el resto del personal.
 
Otra elegante rubia impecablemente vestida sale de una gran puerta a la derecha. ¿Qué es lo que sucede con todas las rubias inmaculadas? Esto parece Stepford. Respirando hondo, me pongo de pie.
 
-¿Señor Malik?- pregunta la última rubia.
 
-Sí-respondo, aclarándome la garganta-Si.
 
-El Sr. Payne lo verá en un momento. ¿Puedo tomar su chaqueta?
 
-Oh, por favor-Estoy tan nervioso que tengo que luchar para quitarme la chaqueta.
 
-¿Le han ofrecido algún refresco?
 
-Um…no.-Oh, ¿estaré metiendo a la rubia número uno en problemas?
 
La rubia número dos frunce el ceño y le da una mirada a la joven mujer detrás del escritorio.
 
-¿Le gustaría té, café, agua?-pregunta, volviendo su atención nuevamente a mí. Hay algo raro en la forma en que me mira, como si fuera algo interesante. Me incómodo ya que no lo soy.
 
-Un vaso de agua, gracias.-murmuro.
 
-Olivia, por favor traele al señor Malik un vaso de agua.-Su voz es severa. Olivia se levanta inmediatamente y se escabulle tras una puerta al otro lado del vestíbulo.
 
-Mis disculpas, Señor Malik. Olivia es nuestra nueva interna. Por favor, siéntese. El Sr. Payne lo verá en cinco minutos.
 
Olivia regresa con un vaso de agua helada. Me lo entrega mirándome a través de sus pestañas, ruborizándose y, otra vez, no tengo la más mínima idea del por qué….No es que fuera atractivo ni nada por el estilo…
 
-Aquí tiene, Señor Malik.
 
-Gracias.
 
La rubia número dos camina hacia el gran escritorio, sus tacones haciendo eco en el piso de arenisca. Noto que tiene una buena figura. Se sienta y ambas continúan con su trabajo.
 
Tal vez el Sr. Payne insiste en que todas sus empleadas sean rubias. Me estoy preguntando ociosamente si eso es legal, cuando la puerta de la oficina se abre y un hombre afroamericano alto, atractivo, elegantemente vestido y con cortas rastas sale. Ya sé que por el hecho de ser hombre no debería estar pensando en ese tipo de cosas, especialmente  si es sobre otros hombres pero no me gusta limitarme en cuanto a la sexualidad se trata. A pesar de ser musulmán y de que no me gusta clasificarme a mí mismo diría que soy bisexual, aunque más inclinado hacia las mujeres que a los hombres sé reconocer cuando alguien es bien parecido cuando lo veo.
 
Lo miró de arriba abajo y sí, definitivamente me he puesto la ropa equivocada.
 
Él se da la vuelta y dice a través de la puerta:-¿Jugamos golf esta semana, Payne?
 
No escucho la respuesta. Él se voltea, me ve, y sonríe, sus oscuros ojos arrugándose en las esquinas. Olivia ha saltado de su silla y llamado el ascensor. Parece lucirse al saltar de su asiento.
 
-Buenas tardes-dice él mientras sale por la puerta deslizante.
 
-El Sr. Payne lo verá ahora, Sr. Malik. Puede pasar.-dice la rubia número dos. Me pongo de pie, intentando suprimir mis nervios. Recogiendo mi bolso, abandono mi vaso de agua y me abro paso hacia la puerta parcialmente abierta.
 
-No necesita tocar, sólo entre.-Ella sonríe amablemente.
 
Empujo la puerta para abrirla y entro a trompicones, tropezándome con mis propios pies y cayendo de cabeza dentro de la oficina.
 
¡Mierda, yo y mis dos pies izquierdos! Estoy sobre manos y rodillas en el umbral de la oficina del Sr. Payne y amables manos están rodeándome, ayudándome a ponerme de pie. Estoy tan avergonzado, maldita sea mi torpeza. Tengo que armarme de valor para levantar la mirada. Dios mío,él es tan joven.
 
-Señor Styles-Extiende una mano con largos dedos hacia mí una vez estoy de pie-Soy Liam Payne.¿Se encuentra bien? ¿Le gustaría sentarse?   Tan joven…y atractivo, muy atractivo. Es alto-por lo menos más que yo-, está vestido con un fino traje gris, camisa blanca, corbata negra, rebelde cabello castaño con unos ligeros rulos e intensos y brillantes ojos marrones que me observan sagazmente. Es el hombre más espectacular que he visto en toda mi vida. 
La sangre sube a mi rostro y clavo mi mirada en su cuello. Curioso, descubro que tiene un lunar en forma de corazón ahí, lo que aumenta más su atractivo. Me toma un momento encontrar mi voz. 
-Um…de hecho…-murmuro. Si este tipo está en sus treinta entonces estoy completamente sorprendido. Aturdido, pongo mi mano en la suya y nos damos un apretón. Cuando nuestros dedos se tocan, siento un raro y excitante hormigueo recorriéndome. Aparto mi mano apresuradamente, avergonzado. Debe ser la estática. Parpadeo rápidamente, mis pestañas igualando el ritmo de mi corazón ¿por qué tengo que tener pestañas tan largas?-El Señor Styles está indispuesto, así que me envío a mí. Espero que no le moleste, Sr. Payne. 
-¿Y usted es?-Su voz es cálida, con acento marcado-asumo que debe ser británico también-, posiblemente divertida, pero es difícil saberlo por lo impasible de su expresión. Parece ligeramente interesado, pero más que eso, cortés. 
-Zayn Malik. Estoy estudiando Literatura Inglesa con Hazz, um…Harry….um…el Sr. Styles, en la Washington State. 
-Ya veo-dice simplemente. Creo que veo el fantasma de una sonrisa en su expresión, pero no estoy seguro. 
-¿Le gustaría tomar asiento?-Me señala el sofá de cuero blanco con forma de “L”. 
Su oficina es demasiado grande para sólo una persona. Frente a las ventanas que van desde el piso hasta el techo, hay un enorme escritorio moderno de madera oscura en el que seis personas podrían comer  cómodamente. Hace juego con la mesa de café junto al sofá. Todo lo demás es blanco: el techo, los pisos y las paredes, excepto aquella junto a la puerta en la que cuelga un mosaico de pequeñas pinturas, treinta y seis de ellas arregladas formando un cuadrado. Son exquisitas, una serie de objetos mundanos y olvidados pintados con detalles tan preciosos que lucen como fotografías. Puestas juntas, son impresionantes. 
-Un artista local. Trouton-dice Payne cuando atrapa mi mirada. 
-Son adorables. Elevan lo ordinario hasta lo extraordinario-murmuro, distraído por él y por las pinturas. Inclina su cabeza hacia un lado y me observa atentamente. 
-No podría estar más de acuerdo, Sr. Malik-responde, su voz es suave y por alguna razón inexplicable, me encuentro a mí mismo sonrojándome de nuevo. ¡Maldita sea, parezco una colegiala enamorada! 
Fuera de las pinturas, el resto de la oficina es fría, limpia y clínica. Me pregunto si eso refleja la personalidad del Adonis que se hunde con gracia en una de las sillas de cuero blanco frente a mí. Sacudo la cabeza, alterado por la dirección que toman mis pensamientos, y recupero las preguntas de Harry de mi bolso.  Después, pongo la mini grabadora, y soy tan torpe, que la dejo caer dos veces en la mesa de café enfrente de mí. El Sr. Payne no dice nada, esperando pacientemente-espero- mientras yo me avergüenzo y me pongo más nervioso. Cuando me armo de valor para mirarlo, él me está observando, una mano relajada contra su regazo y la otra ahuecando su barbilla, deslizando su largo dedo índice a través de sus labios. Creo que está intentando suprimir una sonrisa. 
¡Cálmate, Malik!, me grito mentalmente. Hasta donde sé y por la cantidad de rubias hermosas empleadas en este edificio, Liam Payne podría ser la persona más heterosexual de este mundo. ¡Ni siquiera está interesado en mí en esa manera! Es demasiado guapo para eso… 
-Lo lamento-tartamudeo- No estoy acostumbrado a esto. 
-Tómese todo el tiempo que necesite, Sr. Malik-dice él. 
-¿Le molesta si grabo sus respuestas? 
-Después de que se ha tomado tantas molestias poniendo la grabadora, ¿me pregunta ahora? 
Me sonrojo, por quincuagésima vez en este día ¿Se está burlando de mí? ¡Como se atreve! Parpadeo hacia él, tratando de pensar en algo inteligente para decir sin que se me salga algún insulto, y creo que le doy lástima porque cede- No, no me molesta. 
-¿Harry, quiero decir, el Señor Styles, le explicó para qué era esta entrevista? 
-Sí. Para que aparezca en la publicación de la graduación del periódico escolar dado que seré quien confiera los diplomas en la ceremonia de graduación este año. 
¡Oh! Estas son noticias nuevas para mí y estoy temporalmente preocupado por el pensamiento de que alguien no mucho mayor que yo-de acuerdo, quizás seis años o algo así, y bien, mega exitoso, pero aún así- va a entregarme mi diploma. Frunzo el ceño, trayendo mi atención de vuelta a la tarea que tengo en mano. 
-Bien-trago nerviosamente-Tengo algunas preguntas, Sr. Payne- Me paso los dedos por mi cabello. 
-Pensé que las tendría-dice, inexpresivo. Se está riendo de mí. Mis mejillas se calientan más al darme cuenta de eso, me enderezo y cuadro los hombros en un intento de verme más alto e intimidante. No voy a seguir mostrando debilidad frente a este tipo. Presionando el botón de grabación en la grabadora, intento lucir profesional. O por lo menos, lo más profesional que alguien con jeans se puede ver. 
-Es usted muy joven para haber acumulado un imperio así. ¿A qué le debe su éxito?-Lo miro. Su sonrisa es triste, pero luce vagamente decepcionado. 
-Los negocios son siempre sobre las personas, Sr. Malik, y soy muy bueno juzgándolas. Sé qué las enoja, qué las hace prosperar y qué no, qué las inspira y cómo incentivarlas. Doy empleo  a un equipo excepcional y los recompenso bien.-Hace una pausa y fija una mirada marrón en mí- Mi creencia es conseguir el éxito en cualquier plan que uno tenga, para convertirse uno mismo en el maestro de dicho plan, conocerlo por dentro y por fuera, conocer cada detalle. Trabajo duro, muy duro para hacer eso. Tomo decisiones basadas en la lógica y los hechos. Tengo un instinto natural que puede descubrir y nutrir una buena y sólida idea y a buenas personas. La línea final siempre está reducida a buenas personas. 
-Quizá solo tiene suerte- Esto no está en la lista de Harry, pero él es tan arrogante que me choca en sobremanera. Sabía que tenía que tener algún defecto, además, por fin algo me distrae de su atractivo físico. Sus ojos destellan momentáneamente, sorprendidos. 
-No me adhiero a la suerte o a la oportunidad, Sr. Malik. Entre más duro trabajo más suerte parezco tener. Realmente se trata de tener a las personas correctas en su equipo y dirigir sus energías adecuadamente. Creo que fue Harvey Firestone quien dijo “El crecimiento y desarrollo de las personas es la tarea más importante del liderazgo”. 
-Suena como un controlador-Las palabras están fuera de mi boca antes de que pueda detenerlas. 
-Oh, practico el control en todas las cosas, Sr. Malik-dice sin rastro de humor en su sonrisa. Lo miro y él sostiene mi mirada firmemente, imperturbable. Mi pulso se acelera y mi cara se sonroja de nuevo. Yo y mi mente cochina. Definitivamente tengo que dejar de pensar que todo lo que él dice es una referencia sexual. 
¿Por qué tiene un efecto tan desconcertante en mí? ¿Su abrumadora y atractiva apariencia quizás? ¿La forma en que me mira? ¿La forma en que frota suavemente su dedo índice sobre su labio inferior? Me gustaría que dejara de hacer eso, me distrae demasiado. 
-Además, se adquiere un inmenso poder asegurándote a ti mismo en tus fantasías secretas que naciste para controlar las cosas-continúa, su voz suave. 
-¿Siente que tiene un inmenso poder?-Controlador. 
-Empleo alrededor de cuarenta mil personas, Sr. Malik. Eso me da un cierto sentido de responsabilidad…poder, si así prefiere. Si decidiera que ya no estaba interesado en el negocio de las telecomunicaciones y vendo todo, veinte mil personas lucharían para realizar los pagos de su hipoteca después de aproximadamente un mes. 
Me quedo boquiabierto. Estoy pasmado por su falta de humildad. Sip, ya es oficial, no es mi tipo. 
-¿Y no tiene un comité ante el que responder?-pregunto, disgustado. 
-Soy el dueño de mi compañía. No tengo que responder ante un comité- Levanta una ceja hacia mí. Me sonrojo. Por supuesto, sabría esto si hubiera hecho algo de investigación. Pero Dios, es tan arrogante. Cambio de enfoque. 
-¿Y tiene intereses fuera de su trabajo? 
-Tengo intereses variados, Sr. Malik-El fantasma de una sonrisa llega a sus labios- Muy variados-Y por alguna razón estoy confundido y acalorado por su firme mirada. Sus ojos están incendiados con algún pensamiento ímpio y yo tengo que parar de pensar en cosas pervertidas. 
-Pero si trabaja tan duramente, ¿qué hace para relajarse? 
-¿Relajarme?-sonríe, revelando unos perfectos dientes blancos. Dejo de respirar. Realmente es guapo. Nadie debería ser así de atractivo. 
-Bueno, para “relajarme” como usted dice, navego, vuelo, disfruto de varias actividades físicas-Se mueve en su silla-Soy un hombre muy rico, Sr. Malik, y tengo caros e interesantes pasatiempos. 
Echo un rápido vistazo a las preguntas de Harry, queriendo salir de este tema. 
-Usted invierte en el sector manufacturero ¿Por qué en ese específicamente?-pregunto ¿Por qué este sujeto me hace sentir tan incómodo? 
-Me gusta construir cosas. Me gusta saber cómo funcionan, que hace que se muevan, como construirlas y desmontarlas. Y adoro los barcos ¿Qué puedo decir? 
-Eso suena como su corazón hablando en lugar de la lógica y los hechos. 
Su boca hace una mueca y me mira, evaluándome. 
-Posiblemente. Aunque hay gente que diría que no tengo corazón. 
-¿Por qué dirían eso? 
-Porque me conocen bien-Sus labios se curvan en una sonrisa torcida. 
-¿Dirían sus amigos que es fácil de conocerlo?-Y me arrepiento de la pregunta tan pronto como la digo. No está en la lista de Hazz. 
-Soy una persona muy privada, Sr. Malik-¿Acaso tiene una secreta obsesión con decir mi apellido una y otra vez?-Hago mucho para proteger mi privacidad. No suelo dar entrevistas. 
-¿Por qué estuvo de acuerdo en hacer esta? 
-Porque soy benefactor de la Universidad, y a pesar de los intentos, no pude conseguir que el Sr. Styles me dejara en paz. Acosó y acosó a mi gente de RRPP, y admiro esa clase de tenacidad. 
Sé lo tenaz que Harry puede ser. Ese es el por qué estoy sentado aquí retorciéndome incómodamente bajo su penetrante mirada cuando debería estar estudiando para los exámenes. 
-También invierte en tecnologías de cultivo. ¿Por qué está interesado en esta área? 
-No podemos comer dinero, Sr. Malik, y hay demasiada gente en este planeta que no tienen suficiente para comer. 
-Eso suena muy filantrópico. ¿Es algo por lo que se siente apasionado? ¿Alimentar a los pobres del mundo? 
Se encoge de hombros, muy evasivo. 
-Es un negocio astuto-murmura, aunque creo que no está siendo sincero. No tiene sentido… ¿alimentar a los pobres del mundo? No puedo ver los beneficios financieros de esto, solo la integridad del ideal. Echo un vistazo a la siguiente pregunta, confuso por su actitud. 
-¿Tiene una filosofía? Si la tiene, ¿cuál es? 
-No tengo una filosofía como tal. Quizás un principio rector, el de Carnegie: “El hombre que adquiere la habilidad para asumir plena posesión de su mente puede tomar posesión de todo lo demás a lo que tiene derecho”. Soy muy singular, tenaz. Me gusta el control: de mí mismo y de aquellos a mí alrededor. 
-¿Así que quiere poseer cosas?-Eres un controlador. 
-Quiero merecer poseerlas, pero sí, en pocas palabras, lo hago. 
-Suena como el consumidor final. 
-Lo soy-Sonríe, pero la sonrisa no llega a sus ojos. De nuevo, esto no concuerda con alguien que quiere alimentar al mundo, por lo que no puedo evitar pensar que estamos hablando de otra cosa, pero estoy absolutamente desconcertado en cuanto a lo qué es. Trago saliva. La temperatura en la habitación está elevándose, o tal vez soy solo yo. Solo quiero que esta entrevista termine. Seguramente Harry tiene suficiente material ahora ¿no? Echo un vistazo a la siguiente pregunta. 
-Usted fue adoptado. ¿Hasta qué punto cree que esto afectó su forma de ser?-Oh, esto es personal. Lo miro, esperando que no esté ofendido. Frunce el ceño. 
-No tengo modo de saberlo. 
Mi interés ha despertado. 
-¿Qué edad tenía cuando fue adoptado? 
-Ese es un material de registro público, Sr. Malik-Su tono es severo. Me sonrojo ¿Es posible morirse por sonrojarse millones de veces en minutos? Mierda. Sí, por supuesto: si hubiera sabido que iba a hacer esta entrevista, habría hecho alguna investigación. Avanzo rápidamente. 
-Ha tenido que sacrificar una vida en familia por su trabajo. 
-Esa no es una pregunta-Es seco. 
-Lo siento-Me retuerzo, estoy dividido en meterle un golpe por humillarme más de lo que ya estoy o volverme a sonrojar. Lo intento de nuevo-¿Ha tenido que sacrificar una vida en familia por su trabajo? 
-Tengo una familia. Tengo un hermano, una hermana y dos padres cariñosos. No estoy interesado en extender mi familia más allá de eso. 
-¿Es usted gay, señor Payne? 
Inhala fuertemente, y me avergüenzo, mortificado. Mierda ¿Por qué no emplee alguna clase de filtro antes de leer esto directamente? ¿Cómo puedo decirle que solo estoy leyendo las preguntas? ¡Maldito sea Harry y su curiosidad! Claro, siendo él ya debería haberme esperado alguna pregunta de este tipo ¡¿Y por qué demonios estoy tan interesado en saber cuál es su respuesta?! 
-No Zayn, no lo soy-Eleva las cejas, un brillo frío en sus ojos. No parece contento. Trato de ignorar el vacío en mi estómago ante su respuesta. 
Pero entonces sus ojos se clavan en mi rostro de forma perforadora, una emoción irreconocible en ellos. Me encojo en mi asiento bajo su mirada intensa mientras continúa hablando. 
-Pero si quisiera podría serlo. Siempre hay una primera vez para todo ¿no es así, Zayn? En la vida hay que explorar todas las posibilidades, o al menos eso es lo que dicen. 
Siento como si tuviera fiebre. No sé por qué algo me dice que ese comentario tiene doble significado dirigido hacia mí. Pretendo que no lo escucho y procedo a disculparme. 
-Pido disculpas. Está umm…escrito aquí-Ya es la segunda vez que ha dicho mi nombre. Juraba que se había olvidado de él ya de tantas veces que me ha llamado por mi apellido. Mi pulso se acelera, y mis mejillas están ardiendo otra vez. Nervioso, coloco mi mano detrás de mi nuca. 
Ladea la cabeza hacia un lado. 
-¿Estas no son sus propias preguntas? 
La sangre se drena de mi cabeza. Oh, no. 
-Esto…no. Harry, el Señor Styles, compiló las preguntas. 
-¿Son compañeros en el periódico estudiantil?-Oh, mierda. No tengo nada que ver  con el periódico estudiantil. Es su actividad extracurricular, no la mía. Mi cara está en llamas. 
-No. Es mi compañero de habitación. 
Se frota el mentón en silenciosa deliberación, sus ojos marrones evaluándome. 
-¿Te ofreciste voluntario para hacer esta entrevista?-pregunta, su voz mortalmente tranquila. 
-Estaba obligado. Él no está bien-Mi voz es débil y apenada ¿Qué paso con lo de no mostrar debilidad? 
-Eso explica muchas cosas. 
Llaman a la puerta, y la rubia número dos entra. 
-Señor Payne, perdóneme por interrumpir, pero su siguiente reunión  es en dos minutos. 
-No hemos terminado aquí, Andrea. Por favor cancela mi siguiente reunión. 
Andrea duda, mirándolo. Parece perdida. Él vuelve la cabeza lentamente para hacerle frente y levanta las cejas. Ella se ruboriza de un color rosa brillante. Oh, bien. Por lo menos no soy el único. 
-Muy bien, Sr. Payne-murmura, luego sale. Él frunce el ceño, y vuelve su atención de nuevo hacia mí. 
-¿Dónde estábamos, Sr, Malik? 
Oh, estamos de vuelta al “Sr. Malik” ahora. 
-Por favor no permita que lo interrumpa. 
-Quiero saber acerca de usted. Creo que es lo justo.-Sus ojos marrones están encendidos con curiosidad. Doble mierda. ¿Adónde va con esto? Sitúa los codos en los brazos de la silla y junta los dedos frente a su boca. Su boca…distrae mucho. Trago saliva. 
-No hay mucho que saber-digo, sonrojándome otra vez. ¿Seriamente, cuál es su problema? 
-¿Cuáles son sus planes después de graduarse? 
Me encojo de hombros, confundido por su interés. Venir a Seattle con Hazza, encontrar un lugar, encontrar trabajo. Realmente no he pensado más allá de mis exámenes finales. 
-No he hecho planes, Sr. Payne. Solo necesito superar mis exámenes finales-Para los cuales debería estar estudiando ahora en lugar de estar sentado en tu grandiosa, ostentosa y estéril oficina, sintiéndome incomodo bajo tu penetrante mirada. 
-Llevamos a cabo un programa de pasantías excelentes aquí-dice tranquilamente. Levanto las cejas con sorpresa ¿Está ofreciéndome un trabajo? 
-Oh. Lo tendré en cuenta-murmuro, completamente confundido-Aunque no estoy seguro de encajar aquí-Oh no. Estoy reflexionando en voz alta otra vez. 
-¿Por qué dice eso?-Ladea su cabeza a un lado, intrigado, un indicio de sonrisa jugando en sus labios. 
-Es obvio, ¿no?-Soy descoordinado, desaliñado, no soy rubio y por encima de todo no soy mujer. 
-No para mí-murmura. Su mirada es intensa, todo el humor se ha ido, y extrañas corrientes de electricidad recorren mi cuerpo hasta mi parte inferior. Aparto los ojos de su escrutinio y miro ciegamente hacia abajo a mis dedos anudados. ¿Qué está pasando? Tengo que irme, ahora. Me inclino hacia adelante para recuperar la grabadora. 
-¿Quiere que le enseñe los alrededores?-pregunta. 
-Estoy seguro de que está demasiado ocupado, Sr. Payne, y tengo que hacer un largo viaje en coche. 
-¿Está conduciendo de vuelta a la WSU en Vancouver?-Suena sorprendido, preocupado incluso. Mira hacia afuera por la ventana. Ha comenzado a llover- Bueno, es mejor que conduzca con cuidado-Su tono es duro, autoritario. ¿Por qué debería preocuparse?-¿Ha conseguido todo lo que necesita?-añade. 
-Si señor-respondo, guardando la grabadora en mi bolso. Sus ojos se estrechan especulativamente. 
-Gracias por la entrevista, Sr. Payne. 
-El placer ha sido todo mío-dice, educado como siempre. 
Cuando me levanto, él se levanta  y me tiende la mano. 
-Hasta que nos encontremos de nuevo, Sr. Malik-Y suena como un desafío, o una amenaza, no estoy seguro de qué. Frunzo el ceño. ¿Cuándo vamos a encontrarnos otra vez?  Sacudo su mano una vez más, asombrado de que esa extraña energía entre nosotros siga ahí. Deben ser mis nervios. 
-Sr. Payne-Asiento hacia él. Moviéndose con una ágil elegancia atlética hacia la puerta, la abre de par en par. 
-Solo asegurándome de que llegue a la puerta, Sr. Malik-Me brinda una pequeña sonrisa. Obviamente se está refiriendo a mi anterior poco elegante entrada a su oficina. Me sonrojo ¿Quién cree que soy? 
-No soy una chica-digo bruscamente, y su sonrisa se ensancha. Me alegro de que me encuentre entretenido, frunzo el ceño interiormente, caminando hacia el vestíbulo. Estoy sorprendido cuando me sigue fuera. Andrea y Olivia alzan la vista, igualmente sorprendidas. 
-¿Tiene un abrigo?-pregunta Payne. 
-Si-contesto sin entender para qué quiere saber. 
Olivia se levanta de un salto y recupera mi chaqueta, la cual le es arrebatada por Payne antes de que pueda entregármela. La sostiene para mí y me siento ridículo ¿Este tipo va en serio? ¡Soy un hombre por todos los cielos! 
-Repito, no soy una chica-digo y, a pesar de mis protestas internas, dejo que me coloque la chaqueta. 
-Estoy muy consciente de ello. Créame. 
Sus manos se sitúan por un momento en mis hombros. Jadeo ante el contacto. Si nota mi reacción, no dice nada. Su largo dedo índice presiona el botón convocando el ascensor, y permanecemos de pie esperando, yo con inquietud y él sereno y frío. Las puertas se abren y me apresuro a entrar, desesperado por escapar. Realmente necesito salir de aquí. Cuando me vuelvo para mirarlo, está inclinado frente a la puerta del ascensor, con una mano apoyada en la pared. Realmente es muy guapo. Atractivo. Me desconcierta. Sus ardientes ojos marrones me miran. 
-Zayn-me dice como modo de despedida. 

-Liam-respondo. Y afortunadamente, las puertas se cierran.



Como ven, los capitulos serán largos, así que tardaré más en subirlos... :oops:  50 Shades Of Payne |Ziam| 1857533193
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Mensaje por larry_1D Lun 27 Ene 2014, 10:25 am

Holaa me encanto ya había leído este capítulo adaptado y no me gusto la forma en la que lo hizo, te quedo genial :D y espero que la sigas, siempre estaré aquí molestándote. Bsos :*
larry_1D
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Mensaje por HarryTomlinson Lun 03 Feb 2014, 1:31 pm

larry_1D escribió:Holaa me encanto ya había leído este capítulo adaptado y no me gusto la forma en la que lo hizo, te quedo genial :D y espero que la sigas, siempre estaré aquí molestándote. Bsos :*

Me pasa lo mismo, nunca la terminan:(.
Ahora mismo la sigo<3.

¡gracias por leer! besitos x
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Mensaje por HarryTomlinson Lun 03 Feb 2014, 1:37 pm

Capitulo 2:
 
El corazón me late muy deprisa. El ascensor llega a la planta baja y salgo en cuanto se abren las puertas. Doy un traspié, pero por suerte no me doy de bruces contra el inmaculado suelo de piedra. Corro hacia las grandes puertas de vidrio y por fin salgo al tonificante, limpio y húmedo aire de Seattle. Levanto la cara y agradezco la lluvia, que me refresca. Cierro los ojos y respiro hondo, dejo que el aire me purifique e intento recuperar la poca serenidad que me queda.
Ningún hombre me había impactado como Liam Payne, y no entiendo por qué. ¿Porque es guapo? ¿Educado? ¿Rico? ¿Poderoso? No entiendo mi reacción irracional. Suspiro profundamente aliviada. ¿De qué diablos va esta historia? Me apoyo en una columna de acero del edificio y hago un gran esfuerzo por tranquilizarme y ordenar mis pensamientos. Muevo ligeramente la cabeza. ¿Qué ha pasado? Mi corazón recupera su ritmo habitual y puedo volver a respirar normalmente. Me dirijo al coche.
 
Dejo atrás la ciudad repasando mentalmente la entrevista y empiezo a sentirme idiota y avergonzado. Seguro que estoy reaccionando desproporcionadamente a algo que solo existe en mi cabeza. De acuerdo, es muy atractivo, seguro de sí mismo, dominante y se siente cómodo consigo mismo, pero por otra parte es arrogante y, por impecables que sean sus modales, es dictador y frío. Bueno, a primera vista. Un involuntario escalofrío me recorre la espina dorsal. Puede ser arrogante, pero tiene derecho a serlo, porque ah conseguido grandes cosas y es todavía muy joven. No soporta a los imbéciles, pero ¿por qué iba a hacerlo? Vuelvo a enfadarme al pensar que Harry no me proporcionó una breve biografía.
 
Mientras recorro la interestatal 5, mi mente sigue divagando. Me deja de verdad perplejo que haya gente tan empeñada en triunfar. Algunas respuestas suyas han sido muy crípticas, como si tuviera una agenda oculta. Y las preguntas de Harry… ¡Uf! La adopción y que si era gay… Se me ponen los pelos de punta. No me puedo creer que le haya preguntado algo así. ¡Tierra, trágame! De ahora en adelante, cada vez que recuerde esta pregunta me moriré de vergüenza. ¡Maldita sea Harry Styles!
 
Echo un vistazo al indicador de velocidad. Conduzco con más precaución de la habitual, y sé que es porque tengo en mente esos penetrantes ojos mieles que me miran y una voz seria que me dice que conduzca con cuidado. Muevo la cabeza y me doy cuenta de que Payne parece tener el doble de edad de la que tiene.
 
Olvídalo, Zayn, me regaño a mí mismo. Llego a la conclusión de que, en el fondo, ha sido una experiencia muy interesante, pero que no debería darle más vueltas.
 
Déjalo correr. No tengo que volver a verlo. La idea me reconforta. Enciendo la radio, subo el volumen, me reclino hacia atrás y escucho el ritmo del rock indie mientras piso el acelerador. Al surcar la interestatal 5 me doy cuenta de que puedo conducir todo lo deprisa que quiera.
Vivimos en una pequeña comunidad de casas pareadas cerca del campus de la Universidad Estatal de Washington, en Vancouver. Tengo suerte.
 
 Los padres de Harry le compraron la casa, así que pago una miseria de alquiler. Llevamos cuatro años viviendo aquí. Aparco el coche sabiendo que Harry va a querer que se lo cuente todo con pelos y señales, y es obstinado. Bueno, al menos tiene la grabadora. Espero no tener que añadir mucho más a lo dicho en la entrevista.
 
—¡Zayn! Ya estás aquí.
 
Harry está sentado en el salón, rodeada de libros. Es evidente que ha estado estudiando para los exámenes finales, aunque todavía lleva puesto el pijama azul de franela de conejitos, el que reserva para cuando ha roto con un novio, para todo tipo de enfermedades y para cuando está deprimida en general.
 
Se levanta de un salto y corre a abrazarme.
 
—Empezaba a preocuparme. Pensaba que volverías antes.
 
—Pues yo creo que es pronto teniendo en cuenta que la entrevista se ha alargado…
 
Le doy la grabadora.
 
—Zayn, muchísimas gracias. Te debo una, lo sé. ¿Cómo ha ido? ¿Cómo es?
 
Oh, no, ya estamos con la santa inquisidora Harry Styles.
 
Me cuesta contestarle. ¿Qué puedo decir?
 
—Me alegro de que haya acabado y de no tener que volver a verlo. Ha estado bastante intimidante, la verdad. —Me encojo de hombros—. Es muy centrado, incluso intenso… y joven. Muy joven.
 
Hazz me mira con expresión cándida. Frunzo el ceño.
 
—No te hagas el inocente. ¿Por qué no me pasaste una biografía? Me ha hecho sentir como un idiota por no tener idea de nada.
 
Hazz se lleva una mano a la boca.
 
—Vaya, Zayn, lo siento… No lo pensé.
 
Resoplo.
 
—En general ha sido amable, formal y un poco estirado, como un viejo precoz. No habla como un tipo de veintitantos años. Por cierto, ¿cuántos años tiene?
 
—Veintisiete. Zayn, lo siento. Tendría que haberte contado un poco, pero estaba muy nervioso. Bueno, me llevo la grabadora y empezaré a transcribir la entrevista.
 
—Parece que estás mejor. ¿Te has tomado la sopa? —le pregunto para cambiar de tema.
 
—Sí, y estaba riquísima, como siempre. Me encuentro mucho mejor.
 
Me sonríe agradecido. Miro el reloj.
 
—Salgo pitando. Creo que llego a mi turno en Clayton’s.
 
—Zayn, estarás agotado.
 
—Estoy bien. Nos vemos luego.
 
Trabajo en Clayton’s desde que empecé en la universidad, hace cuatro años. Como es la ferretería más grande de la zona de Portland, he llegado a saber bastante sobre los artículos que vendemos, aunque, paradójicamente, soy un desastre para el bricolaje. Esto se lo dejo a mi padre.
 
Me alegra llegar a tiempo, porque así tendré algo en lo que pensar que no sea Liam Payne. Tenemos mucho trabajo. Como acaba de empezar la temporada de verano, todo el mundo anda redecorando su casa.
 
La señora Clayton parece aliviada al verme.
 
—¡Zayn! Pensaba que hoy no vendrías.
 
—La cita ha durado menos de lo que pensaba. Puedo hacer un par de horas.
 
—Me alegro mucho de verte.
 
Me manda al almacén a reponer estanterías, y no tardo en centrarme en mi trabajo.
 
Más tarde, cuando vuelvo a casa, Harry lleva puestos unos auriculares y trabaja en su portátil. Todavía tiene la nariz roja, pero está metido de lleno en su artículo, muy concentrado y tecleando frenéticamente.
Yo estoy agotado, rendido por el largo viaje en coche, por la dura entrevista y por no haber parado de aquí para allá en Clayton’s.
 
Me dejo caer en el sofá pensando en el trabajo de la facultad que tengo que terminar y en que no he podido estudiar nada porque estaba…con él.
 
—Lo que me has traído está genial, Zayn. Lo has hecho muy bien. No puedo creerme que no aceptaras su oferta de enseñarte el edificio. Está claro que quería pasar más rato contigo.
 
Me lanza una fugaz mirada burlona.
 
Me ruborizo e inexplicablemente mis pulsaciones se aceleran. Seguro que no era por eso. Solo quería mostrarme el edificio para que viera que era el amo y señor de todo aquello. Soy consciente de que estoy mordiéndome el labio y confío en que Harry no se dé cuenta, pero mi amigo parece estar concentrado en la transcripción.
 
—Ya entiendo lo que quieres decir con eso de formal. ¿Tomaste notas? —me pregunta.
 
—Mmm… No.
 
—No pasa nada. Con lo que hay me basta para un buen artículo. Lástima que no tengamos fotos propias. El hijo de puta está bueno, ¿no?
 
Me ruborizo.
 
—Supongo.
 
Intento dar a entender que me da igual, y creo que lo consigo.
 
—Vamos, Zayn… Ni siquiera tú puedes ser inmune a su atractivo.
 
Me mira y alza una ceja.
 
¡Mierda! Siento que me arden las mejillas, así que lo distraigo haciéndole la pelota, que siempre funciona.
 
—Seguramente tú le habrías sacado mucho más.
 
—Lo dudo, Zayn. Vamos… casi te ha ofrecido trabajo. Teniendo en cuenta que te lo endosé en el último minuto, lo has hecho muy bien.
 
Me mira interrogante. Me retiro corriendo a la cocina.
 
—Dime, ¿qué te ha parecido?
 
Maldita sea, no para de preguntar. ¿Por qué no lo deja de una vez?
 
Piensa algo, rápido.
 
—Es muy tenaz, controlador y arrogante… Da miedo, pero es muy carismático. Entiendo que pueda fascinar —le digo sinceramente con la esperanza de que se calle de una vez por todas.
 
—¿Tú, fascinado por un hombre? Qué novedad —me dice riéndose.
 
Como estoy preparándome un bocadillo, no puede verme la cara.
 
—¿Por qué querías saber si era gay? Por cierto, ha sido la pregunta más incómoda. Casi me muero de vergüenza, y a él le ha molestado que se lo preguntara.
 
Frunzo el ceño al recordarlo.
 
—Cuando aparece en la prensa, siempre va solo.
 
—Ha sido muy incómodo. Todo ha sido incómodo. Me alegro de no tener que volver a verlo.
 
—Venga, Zayn, no puede haber ido tan mal. Creo que le has caído muy bien.
 
¿Que le he caído bien? Hazz alucina.
 
—¿Quieres un bocadillo?
 
—Sí, por favor.
 
Para mi tranquilidad, esta noche no seguimos hablando de Liam Payne.
 
Después de comer puedo sentarme a la mesa del comedor con Hazz y, mientras él trabaja en su artículo, yo sigo con mi trabajo sobre Tess, la de los d’Urberville.
 
Maldita sea.
 
Esta mujer estuvo en el lugar equivocado y en el momento equivocado del siglo equivocado. Cuando termino son las doce de la noche y hace ya mucho rato que Harry se ha ido a dormir. Me voy a mi habitación agotada, pero contento de haber trabajado tanto para ser un lunes.
Me meto en mi cama de hierro de color blanco, me envuelvo en la colcha de mi madre, cierro los ojos y me quedo dormida al instante.
 
Sueño con lugares oscuros, suelos blancos, inhóspitos y fríos, y ojos mieles.
 
El resto de la semana me sumerjo en mis estudios y en mi trabajo en Clayton’s. Hazz también está muy ocupado organizando su última edición de la revista de la facultad antes de ceder su puesto al nuevo responsable, y además también está estudiando para los exámenes.
 
Hacia el miércoles se encuentra mucho mejor y ya no tengo que seguir soportando la visión de su pijama azul de franela lleno de conejitos.
 
Llamo a mi madre, que vive en Georgia, para saber cómo está y para que me desee suerte en los exámenes.
 
Empieza a contarme su última aventura: está aprendiendo a hacer velas.
 
Mi madre se pasa la vida emprendiendo nuevos negocios.
 
Básicamente se aburre y necesita hacer lo que sea para ocupar su tiempo, pero le es imposible centrarse en algo mucho tiempo. La semana que viene será otra cosa.
 
Me preocupa. Espero que no haya hipotecado la casa para financiar este último proyecto. Y espero que Bob —su relativamente nuevo marido, aunque es mucho mayor que ella— la controle un poco ahora que yo ya no estoy en casa. Parece mucho más responsable que el marido número tres.
 
—¿Cómo te va todo, Zayn?
 
Dudo un segundo, y mi madre centra toda su atención en mí.
 
—Muy bien.
 
—¿Zayn? ¿Has conocido a algún chico?
 
Uf, ¿cómo se le ocurre? Es evidente que está entusiasmada.
 
—No, mamá, no pasa nada. Si conozco a un chico, serás la primera en saberlo.
 
—Zayn, cariño, tienes que salir más. Me preocupas.
 
—Mamá, estoy bien. ¿Qué tal Bob?
 
Como siempre, la mejor táctica es la distracción.
 
Esa noche, más tarde, llamo a Yaser, mi padrastro, el marido número dos de mi madre, el hombre al que considero mi padre y cuyo apellido llevo. La conversación es breve.
 
En realidad, ni siquiera es una conversación, sino una serie de gruñidos en respuesta a mis discretos intentos. Yaser no es muy hablador. Pero es muy activo, sigue viendo el fútbol en la tele (y cuando no está viendo el fútbol, juega a los bolos, pesca o hace muebles). Yaser es un buen carpintero, y gracias a él sé diferenciar una espátula de un serrucho.
 
Parece que todo le va bien.
 
El viernes por la noche Harry y yo estamos comentando qué hacer —queremos descansar un poco del estudio, el trabajo y las revistas de la facultad— cuando llaman a la puerta. En los escalones de la entrada está mi buen amigo José con una botella de champán en las manos.
 
—¡José! ¡Qué alegría verte! —Lo abrazo—. Pasa
 
José es la primera persona a la que conocí cuando llegué a la universidad, y parecía tan perdido y solo como yo. Aquel día nos dimos cuenta de que éramos almas gemelas, y desde entonces somos amigos.
 
No solo compartimos el sentido del humor, sino que descubrimos que Yaser y el padre de José estuvieron juntos en el ejército, y a partir de ahí nuestros padres se hicieron también muy amigos.
 
José estudia ingeniería. Es el primero de su familia que va a la universidad. Es un tipo brillante, pero su auténtica pasión es la fotografía.
 
Tiene un ojo estupendo para hacer fotos.
 
—Tengo buenas noticias —dice sonriendo con sus brillantes ojos oscuros.
 
—No me lo digas: también esta semana te las has arreglado para que no te despidan… —bromeo.
 
Simula burlonamente ponerme mala cara.
 
—La Portland Place Gallery va a exponer mis fotos el mes que viene.
 
—Increíble… ¡Felicidades!
Me alegro mucho por él y vuelvo a abrazarlo. Harry también le sonríe.
 
—¡Buen trabajo, José! Tendré que incluirlo en la revista. No se me ocurre nada mejor para un viernes por la noche que hacer cambios editoriales de última hora —dice riéndose.
 
—Vamos a celebrarlo. Quiero que vengas a la inauguración.
 
José me mira fijamente y me ruborizo.
 
—Los dos, claro —añade mirando nervioso a Harry.
 
José y yo somos buenos amigos, pero en el fondo sé que le gustaría que fuéramos algo más. Es mono y divertido, pero no es mi tipo. Es más bien el hermano que nunca he tenido.
 
Harry suele chincharme diciéndome que me falta el gen de buscar novio, pero la verdad es que no he conocido a nadie que… bueno, alguien que me atraiga, aunque una parte de mí desea que me tiemblen las piernas, se me dispare el corazón y sienta mariposas en el estómago.
 
A veces me pregunto si me pasa algo. Quizá he dedicado demasiado tiempo a mis románticos héroes literarios, y por eso mis ideales y mis expectativas son excesivamente elevadas. Pero en la vida real nadie me ha hecho sentir así.
 
Hasta hace muy poco, murmura la inoportuna vocecita de mi subconsciente. ¡NO! Destierro de inmediato la idea. No voy a planteármelo, no después de aquella dolorosa entrevista.
 
 «¿Es usted gay, señor Payne?»
 
Me estremezco al recordarlo. Sé que desde entonces he soñado con él casi todas las noches, pero seguramente es porque tengo que purgar de mi cabeza la espantosa experiencia.
 
Observo a José abriendo la botella de champán. Lleva vaqueros y una camiseta. Es alto, ancho de hombros y musculoso, de piel morena, pelo negro y ardientes ojos oscuros. Sí, José está bastante bueno, pero creo que por fin está entendiendo el mensaje: somos solo amigos.
 
 El corcho sale disparado, y José alza la mirada y sonríe.
 
El sábado es una pesadilla en la ferretería. Nos invaden los manitas que quieren acicalar su casa. El señor y la señora Clayton, John, Patrick —los otros dos empleados— y yo nos pasamos la jornada atendiendo a los clientes.
 
Pero al mediodía se calma un poco, y mientras estoy sentado detrás del mostrador de la caja, comiéndome discretamente el bocadillo, la señora Clayton me pide que compruebe unos pedidos.
 
 Me concentro en la tarea, compruebo que los números de catálogo de los artículos que necesitamos se corresponden con los que hemos encargado y paso la mirada del libro de pedidos a la pantalla del ordenador, y viceversa, para asegurarme de que las entradas cuadran.
 
De repente, no sé por qué, alzo la vista… y me quedo atrapada en la descarada mirada miel de Liam Payne, que me observa fijamente desde el otro lado del mostrador.
 
Casi me da un infarto.
 
—Joven Malik, qué agradable sorpresa —me dice. Su mirada es firme e intensa.
 
Maldita sea. ¿Qué narices está haciendo aquí, todo despeinado y vestido con ese jersey grueso de lana de color crema, vaqueros y botas? Creo que me he quedado boquiabierta, y no encuentro ni el cerebro ni la voz.
 
—Señor Payne —murmuro, porque no puedo hacer otra cosa.
 
Sus labios esbozan una sonrisa y sus ojos parecen divertidos, como si estuviera disfrutando de alguna broma de la que no me entero.
 
—Pasaba por aquí —me dice a modo de explicación—. Necesito algunas cosas. Es un placer volver a verlo, Joven Malik.
 
Su voz es cálida y ronca como un bombón de chocolate y caramelo… o algo así.
Muevo la cabeza intentando bajar de las nubes. El corazón me aporrea el pecho a un ritmo frenético, y por alguna razón me arden las mejillas ante su firme mirada escrutadora. Verlo delante de mí me ha dejado totalmente desconcertado.
 
 Mis recuerdos de él no le han hecho justicia. No es solo guapo, no. Es la belleza masculina personificada, arrebatador, y está aquí, en la ferretería Clayton’s.
 
Quién lo iba a decir.
 
Recupero por fin mis funciones cognitivas y vuelvo a conectar con el resto de mi cuerpo.
 
—Zayn. Me llamo Zayn —murmuro—. ¿En qué puedo ayudarle, señor Payne?
 
Sonríe, y de nuevo es como si tuviera conocimiento de algún gran secreto. Es muy desconcertante. Respiro hondo y pongo mi cara de llevar cuatro años trabajando en la tienda y ser una profesional. Yo puedo.
 
—Necesito un par de cosas. Para empezar, bridas para cables —murmura con expresión fría y divertida a la vez.
 
¿Bridas para cables?
 
—Tenemos varias medidas. ¿Quiere que se las muestre? —susurro con voz titubeante.
 
Cálmate, Malik.
 
Un ligero fruncimiento estropea las cejas de Payne, que son bastante bonitas.
 
—Sí, por favor. Lo acompaño, señorito Malik —me dice.
 
Salgo de detrás del mostrador fingiendo despreocupación, pero lo cierto es que me concentro al máximo en no desplomarme. De repente mis piernas parecen de plastilina.
 
Me alegro mucho de haber decidido ponerme mis mejores vaqueros esta mañana.
 
—Están con los artículos de electricidad, en el pasillo número ocho —le digo en un tono de voz demasiado elevado.
 
Lo miro y me arrepiento casi de inmediato. ¡Qué guapo es!
 
—Lo sigo —murmura haciendo un gesto con su mano de largos dedos y uñas perfectamente arregladas.
 
Con el corazón casi estrangulándome —porque me ha subido hasta la garganta e intenta salírseme por la boca— me meto en un pasillo en dirección a la sección de electricidad. ¿Por qué está en Portland? ¿Por qué ha venido a Clayton’s? Y de una diminuta parte de mi cerebro que apenas utilizo —seguramente por debajo del bulbo raquídeo, cerca de donde habita mi subconsciente— surge una idea:
 
Ha venido a verte.
 
¡Imposible! La descarto de inmediato. ¿Por qué iba a querer verme este hombre guapo, poderoso y sofisticado? Es una idea absurda, así que me la quito de la cabeza.
 
—¿Ha venido a Portland por negocios? —le pregunto.
 
Mi voz suena demasiado aguda, como si me hubiera pillado un dedo en una puerta. ¡Basta! ¡Intenta calmarte, Zayn!
 
—He ido a visitar el departamento de agricultura de la universidad, que está en Vancouver. En estos momentos financio una investigación sobre rotación de cultivos y ciencia del suelo —me contesta con total naturalidad.
 
¿Lo ves? Ni por asomo ha venido a verte, se burla a gritos mi orgullosa subconsciente. Me ruborizo solo de pensar en las tonterías que se me pasan por la cabeza.
 
— ¿Forma parte de su plan para alimentar al mundo? —lo provoco.
 
—Algo así —admite esbozando una media sonrisa.
 
Echa un vistazo a nuestra sección de bridas para cables. ¿Para qué querrá eso? No me lo imagino haciendo bricolaje. Desliza los dedos por las cajas de la estantería, y por alguna inexplicable razón tengo que apartar la mirada. Se inclina y coge una caja.
 
—Estas me irán bien —me dice con su sonrisa de estar guardando un secreto.
 
—¿Algo más?
 
—Quisiera cinta adhesiva.
 
¿Cinta adhesiva?
 
—¿Está decorando su casa?
 
Las palabras salen de mi boca antes de que pueda detenerlas. Seguro que contrata a trabajadores o tiene personal que se la decora.
 
—No, no estoy decorándola —me contesta rápidamente.
 
Sonríe, y me da la extraña sensación de que está riéndose de mí.
 
¿Tan divertido soy? ¿Por qué le hago tanta gracia?
 
—Por aquí —murmuro incómodo—. La cinta está en el pasillo de la decoración.
 
Miro hacia atrás y veo que me sigue.
 
— ¿Lleva mucho tiempo trabajando aquí? —me pregunta en voz baja, mirándome fijamente.
 
Me ruborizo. ¿Por qué demonios tiene este efecto sobre mí? Me siento como un crío de catorce años, torpe, como siempre, y fuera de lugar. ¡Mirada al frente, Malik!
 
—Cuatro años —murmuro mientras llegamos a nuestro destino.
 
Por hacer algo, me agacho y cojo las dos medidas de cinta adhesiva que tenemos.
 
—Me llevaré esta —dice Payne golpeando suavemente el rollo de cinta que le tiendo.
Nuestros dedos se rozan un segundo, y ahí está de nuevo la corriente, que me recorre como si hubiera tocado un cable suelto. Jadeo involuntariamente al sentirla desplazándose hasta algún lugar oscuro e inexplorado en lo más profundo. Intento desesperadamente serenarme.
 
— ¿Algo más? —le pregunto con voz ronca y entrecortada.
 
Abre ligeramente los ojos.
 
—Un poco de cuerda.
 
Su voz, también ronca, replica la mía.
 
—Por aquí.
 
Agacho la cabeza para ocultar mi rubor y me dirijo al pasillo
 
—¿Qué tipo de cuerda busca? Tenemos de fibra sintética, de fibra natural, de cáñamo, de cable…
 
Me detengo al ver su expresión impenetrable. Sus ojos parecen más oscuros.
 
¡Madre mía!
 
—Cinco metros de la de fibra natural, por favor.
 
Mido rápidamente la cuerda con dedos temblorosos, consciente de su ardiente mirada marrón. No me atrevo a mirarlo. No podría sentirme más cohibido. Saco el cúter del bolsillo trasero de mi pantalón, corto la cuerda, la enrollo con cuidado y hago un nudo. Es un milagro que haya conseguido no amputarme un dedo con el cúter.
 
—¿Iba usted a las scouts? —me pregunta frunciendo divertido sus perfilados y sensuales labios.
 
¡No le mires la boca!
 
—Las actividades en grupo no son lo mío, señor Payne.
 
Arquea una ceja.
 
—¿Qué es lo suyo, Zayn? —me pregunta en voz baja y con su sonrisa secreta.
 
Lo miro y me siento incapaz de expresarme. El suelo son placas tectónicas en movimiento. Intenta tranquilizarte, Zayn, me suplica de rodillas mi torturada subconsciente.
 
—Los libros —susurro.
 
Pero mi subconsciente grita: ¡Tú! ¡Tú eres lo mío! Lo aparto inmediatamente de un manotazo, avergonzada de los delirios de grandeza de mi mente.
—¿Qué tipo de libros? —me pregunta ladeando la cabeza.
 
¿Por qué le interesa tanto?
 
HarryTomlinson
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50 Shades Of Payne |Ziam| Empty Re: 50 Shades Of Payne |Ziam|

Mensaje por HarryTomlinson Lun 03 Feb 2014, 1:41 pm

Continuación de capitulo 2<3.

¿Por qué le interesa tanto?
 
—Bueno, lo normal. Los clásicos. Sobre todo literatura inglesa.
 
Se frota la barbilla con el índice y el pulgar considerando mi respuesta. O quizá sencillamente está aburridísimo e intenta disimularlo.
 
—¿Necesita algo más?
 
Tengo que cambiar de tema… Esos dedos en esa cara son cautivadores.
 
—No lo sé. ¿Qué me recomendaría?
 
¿Qué le recomendaría? Ni siquiera sé lo que va a hacer.
 
—¿De bricolaje?
 
Asiente con mirada burlona. Me ruborizo y mi mirada se desplaza a los vaqueros ajustados que lleva.
 
—Un mono de trabajo —le contesto.
 
Me doy cuenta de que ya no controlo lo que sale de mi boca.
 
Vuelve a alzar una ceja, divertido.
 
—No querrá que se le estropee la ropa… —le digo señalando sus vaqueros
 
—Siempre puedo quitármela —me contesta sonriendo.
 
—Ya.
 
Siento que mis mejillas vuelven a teñirse de rojo. Deben de parecer la cubierta del Manifiesto comunista. Cállate. Cállate de una vez.
 
—Me llevaré un mono de trabajo. No vaya a ser que se me estropee la ropa —me dice con frialdad.
 
Intento apartar la inoportuna imagen de él sin vaqueros.
 
—¿Necesita algo más? —le pregunto en tono demasiado agudo mientras le tiendo un mono azul.
 
No contesta a mi pregunta.
 
—¿Cómo va el artículo?
 
Por fin me ha preguntado algo normal, sin indirectas ni juegos de palabras
Una pregunta que puedo responder. Me agarro a ella con las dos manos, como si fuera una tabla de salvación, y apuesto por la sinceridad.
 
—No estoy escribiéndolo yo, sino Harry. El señorito Styles, mi compañero de piso. Está muy contento. Es el editor de la revista y se quedó destrozado
por no haber podido hacerle la entrevista personalmente. —Siento que he remontado el vuelo, por fin un tema de conversación normal—. Lo único que le preocupa es que no tiene ninguna foto suya original.
 
—¿Qué tipo de fotografías quiere?
 
Muy bien. No había previsto esta respuesta. Niego con la cabeza, porque sencillamente no lo sé.
 
—Bueno, voy a estar por aquí. Quizá mañana…
 
—¿Estaría dispuesto a hacer una sesión de fotos?
 
Vuelve a salirme la voz de pito. Harry estará encantado si lo consigo. Y podrás volver a verlo mañana, me susurra seductoramente ese oscuro lugar al fondo de mi cerebro. Descarto la idea. Es estúpida, ridícula…
 
—Hazz estará encantado… si encontramos a un fotógrafo.
 
Estoy tan contento que le sonrío abiertamente. Él abre los labios, como si quisiera respirar hondo, y parpadea. Por una milésima de segundo parece algo perdido,
 
la Tierra cambia ligeramente de eje y las placas tectónicas se deslizan hacia una nueva posición.
 
¡Dios mío! La mirada perdida de Liam Payne.
 
—Dígame algo mañana —me dice metiéndose la mano en el bolsillo trasero y sacando la cartera—. Mi tarjeta. Está mi número de móvil. Tendría que llamarme antes de las diez de la mañana.
 
—Muy bien —le contesto sonriendo.       
 
Harry se pondrá contentísimo.
 
—¡Zayn!
 
Paul aparece al otro lado del pasillo. Es el hermano menor del señor Clayton.
 
Me habían dicho que había vuelto de Princeton, pero no esperaba verlo hoy.
 
—Discúlpeme un momento, señor Payne.
 
Payne frunce el ceño mientras me vuelvo.
Paul siempre ha sido un amigo, y en este extraño momento en que me las veo con el rico, poderoso, asombrosamente atractivo y controlador obsesivo Payne, me alegra hablar con alguien normal. Paul me abraza muy fuerte, y me pilla por sorpresa.
 
—¡Zayn, cuánto me alegro de verte! —exclama.
 
—Hola, Paul. ¿Cómo estás? ¿Has venido para el cumpleaños de tu hermano?
 
—Sí. Estás muy guapo, Zayn, muy guapo.
 
Sonríe y se aparta un poco para observarme. Luego me suelta, pero deja un brazo posesivo por encima de mis hombros. Me separo un poco, incómodo
 
Me alegra ver a Paul, pero siempre se toma demasiadas confianzas.
 
Cuando miro a Liam Payne, veo que nos observa atentamente, con ojos impenetrables y pensativos, y expresión seria, impasible. Ha dejado de ser el cliente extrañamente atento y ahora es otra persona… alguien frío y distante.
 
—Paul, estoy con un cliente. Tienes que conocerlo —le digo intentando suavizar la animadversión que veo en la expresión de Payne.
 
Tiro de Paul hasta donde está Payne, y ambos se observan detenidamente. El aire podría cortarse con un cuchillo.
 
—Paul, te presento a Liam Payne. Señor Payne, este es Paul Clayton, el hermano del dueño de la tienda. —Y por alguna razón poco comprensible, siento que debo darle más explicaciones—. Conozco a Paul desde que trabajo aquí, aunque no nos vemos muy a menudo. Ha vuelto de Princeton, donde estudia administración de empresas.
 
Estoy diciendo chorradas… ¡Basta!
 
—Señor Clayton.
 
Liamle tiende la mano con mirada impenetrable.
 
—Señor Payne —lo saluda Paul estrechándole la mano—. Espera… ¿No será el famoso Liam Payne? ¿El de Payne Enterprises Holdings?
 
Paul pasa de mostrarse hosco a quedarse deslumbrado en una milésima de segundo. Liam le dedica una educada sonrisa.
 
—Uau… ¿Puedo ayudarle en algo?
 
—Se ha ocupado Zayn, señor Clayton. Ha sido muy atento.
 
Su expresión es impasible, pero sus palabras… es como si estuviera diciendo algo totalmente diferente. Es desconcertante.
 
—Estupendo —le responde Paul—. Nos vemos luego, Zy.
 
—Claro, Paul.
 
Lo observo desaparecer hacia el almacén.
 
—¿Algo más, señor Payne?
 
—Nada más.
 
Su tono es distante y frío. Maldita sea… ¿Lo he ofendido? Respiro hondo, me vuelvo y me dirijo a la caja. ¿Qué le pasa ahora?
 
Marco el precio de la cuerda, el mono, la cinta adhesiva y los sujetacables.
 
—Serán cuarenta y tres dólares, por favor.
 
Miro a Payne, pero me arrepiento inmediatamente. Está observándome fijamente. Me pone de los nervios.
 
—¿Quiere una bolsa? —le pregunto cogiendo su tarjeta de crédito.
 
—Sí, gracias, Zayn.
 
Su lengua acaricia mi nombre, y el corazón se me vuelve a disparar. Apenas puedo respirar. Meto deprisa lo que ha comprado en una bolsa de plástico.
 
—Ya me llamará si quiere que haga la sesión de fotos.
 
Vuelve a ser el hombre de negocios. Asiento, porque de nuevo me he quedado sin palabras, y le devuelvo la tarjeta de crédito.
 
—Bien. Hasta mañana, quizá. —Se vuelve para marcharse, pero se detiene—. Ah, una cosa, Zayn… Me alegro de que el señor Styles no pudiera hacerme la entrevista.
 
Sonríe y sale de la tienda a grandes zancadas y con renovada determinación, colgándose la bolsa del hombro y dejándome como una masa temblorosa de embravecidas hormonas femeninas. Paso varios minutos mirando la puerta cerrada por la que acaba de marcharse antes de volver a pisar la Tierra.
 
De acuerdo. Me gusta. Ya está, lo he admitido. No puedo seguir escondiendo mis sentimientos. Nunca antes me había sentido así. Me parece atractivo, muy atractivo. Pero sé que es una causa perdida y suspiro con un pesar agridulce.
 
Ha sido solo una coincidencia que viniera. Pero, bueno, puedo admirarlo desde la distancia, ¿no? No tiene nada de malo. Y si encuentro a un fotógrafo, mañana lo admiraré a mis anchas.
 

Me muerdo el labio pensándolo y me descubro a mí mismo sonriendo como una colegiala. Tengo que llamar a Hazz para organizar la sesión fotográfica.




Perdón si tardo eternidades, pero tengo quiero subir los capítulos completos, y entre los deberes de mi hogar, y casa, mas los del Liceo, se me hace difícil :( (Y porque me pongo a escribir otras novelas, j3j3.)


¡Gracias por leer, besitos! xx
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Mensaje por larry_1D Lun 03 Feb 2014, 4:44 pm

Aww me encanto enserio, no se que ocurrió con el que yo había leído pero la forma de narrar era completamente otra y no me gustaba del todo y llegas tu con esto :) està genial. Besos :*
larry_1D
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50 Shades Of Payne |Ziam| Empty Re: 50 Shades Of Payne |Ziam|

Mensaje por HarryTomlinson Lun 17 Feb 2014, 6:12 pm

larry_1D escribió:Aww me encanto enserio, no se que ocurrió con el que yo había leído pero la forma de narrar era completamente otra y no me gustaba del todo y llegas tu con esto :) està genial. Besos :*

Gracias:), yo narro igual como lo hace la autora en el libro:D.
JAJAJA, besitoos a ti igual<3.
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50 Shades Of Payne |Ziam| Empty Re: 50 Shades Of Payne |Ziam|

Mensaje por HarryTomlinson Lun 17 Feb 2014, 6:23 pm

Capitulo 3: Parte I.


Harry se pone loco de emoción.
 
—Pero ¿qué hacía en Clayton’s?
 
Su curiosidad resuma por el teléfono. Estoy al fondo del almacén e intento que mi voz suene despreocupada.
 
—Pasaba por aquí.
 
—Me parece demasiada casualidad, Zy. ¿No crees que ha ido a verte?
 
El corazón me da un brinco al planteármelo, pero la alegría dura poco. La triste y decepcionante realidad es que había venido por trabajo.
 
—Ha venido a visitar el departamento de agricultura de la universidad. Financia una investigación —murmuro.
 
—Sí, sí. Ha concedido al departamento una subvención de dos millones y medio de dólares.
 
Uau.
 
—¿Cómo lo sabes?
 
—Zy, soy periodista y he escrito un artículo sobre este tipo. Mi obligación es saberlo.
 
—Vale, Carla Bernstein, no te sulfures. Bueno, ¿quieres esas fotos?
 
—Pues claro. El problema es quién va a hacerlas y dónde.
 
—Podríamos preguntarle a él dónde. Ha dicho que se quedaría por la zona.
 
—¿Puedes contactar con él?
 
—Tengo su móvil.
 
Harry pega un grito.
 
—¿El soltero más rico, más escurridizo y más enigmático de todo el estado de Washington te ha dado su número de móvil?
 
—Bueno… sí.
 
—¡Zy! Le gustas. No tengo la menor duda —afirma categóricamente.
 
—Hazz, solo pretende ser amable.
 
Pero incluso mientras lo digo sé que no es verdad. Liam Payne no es amable. Es educado, quizá. Y una vocecita me susurra: Tal vez Harry tiene razón. Se me eriza el vello solo de pensar que quizá, solo quizá, podría gustarle. Después de todo, es cierto que me ha dicho que se alegraba de que Harry no le hubiera hecho la entrevista. Me abrazo a mí mismo con silenciosa alegría y giro a derecha e izquierda considerando la posibilidad de que por un instante pueda gustarle. Harry me devuelve al presente.
 
—No sé cómo podremos hacer la sesión. Levi, nuestro fotógrafo habitual, no puede. Ha ido a Idaho Falls a pasar el fin de semana con su familia. Se mosqueará cuando sepa que ha perdido la ocasión de fotografiar a uno de los empresarios más importantes del país.
 
—Mmm… ¿Y José?
 
—¡Buena idea! Pídeselo tú. Haría cualquier cosa por ti. Luego llamas a Payne y le preguntas dónde quiere que vayamos.
 
Harry es insufriblemente desdeñoso con José.
 
—Creo que deberías llamarlo tú.
 
—¿A quién? ¿A José? —me pregunta en tono de burla.
 
—No, a Payne.
 
—Zayn, eres tú el que tiene trato con él.
 
—¿Trato? —Exclamo subiendo el tono varias octavas—. Apenas conozco a ese tipo.
 
—Al menos has hablado con él —dice implacable—. Y parece que quiere conocerte mejor. Zy, llámalo y punto.
 
Y me cuelga. A veces es muy autoritario. Frunzo el ceño y le saco la lengua al teléfono.
 
Estoy dejándole un mensaje a José cuando Paul entra en el almacén a buscar papel de lija.
 
—Zayn, tenemos trabajo ahí fuera —me dice sin acritud.
 
—Sí, perdona —murmuro, y me doy la vuelta para salir.
 
—¿De qué conoces a Liam Payne?
 
Paul intenta mostrarse indiferente, pero no lo consigue.
 
—Tuve que entrevistarlo para la revista de la facultad. Harry no se encontraba bien.
 
Me encojo de hombros intentando no darle importancia, pero no lo hago mucho mejor que él.
 
 —Liam Payne en Clayton’s. Imagínate —resopla Paul sorprendido.
Mueve la cabeza, como si quisiera aclararse las ideas—. Bueno, ¿te apetece que salgamos a tomar algo esta noche?
 
Cada vez que vuelve a casa me propone salir, y siempre le digo que no. Es un ritual. Nunca me ha parecido buena idea salir con el hermano del jefe, y además Paul es mono como podría serlo el vecino de al lado, pero, por más imaginación que le eches no puede ser un héroe literario. ¿Lo es Payne?, me pregunta mi subconsciente alzando su imaginaria ceja. La hago callar.
 
— ¿No tenéis cena familiar por el cumpleaños de tu hermano?
 
—Mañana.
 
—Quizá otro día, Paul. Esta noche tengo que estudiar. Tengo exámenes finales la semana que viene.
 
—Zy, un día de estos me dirás que sí —me dice sonriendo.
 
Y vuelvo a la tienda.
—Pero yo hago paisajes, Zayn, no retratos —refunfuña José.
 
—José, por favor —le suplico.
 
Con el móvil en la mano, recorro el salón de casa contemplando la luz del atardecer al otro lado de la ventana.
 
—Dame el teléfono.
 
Harry me lo quita.
 
—Escúchame, José Rodríguez, si quieres que nuestra revista cubra la inauguración de tu exposición, nos harás la sesión mañana, ¿entendido?
 
Harry puede ser increíblemente duro.
 
—Bien. Zy volverá a llamarte para decirte dónde y a qué hora. Nos vemos mañana.
 
Y cuelga el móvil.
 
—Solucionado. Ahora lo único que nos queda es decidir dónde y cuándo. Llámalo.
 
Me tiende el teléfono. Siento un nudo en el estómago.
 
—¡Llama a Payne ahora mismo!
 
Lo miro ceñudo y saco la tarjeta de Payne del bolsillo trasero de mis pantalones. Respiro larga y profundamente, y marco el número con dedos temblorosos.
 
Contesta al segundo tono con voz tranquila y fría.
 
—Payne.
 
—¿Se… Señor Payne? Soy Zayn Malik.
 
No reconozco mi propia voz. Estoy muy nervioso. Payne se queda un segundo en silencio. Estoy temblando.
 
—Joven Malik. Un placer tener noticias suyas.
 
Le ha cambiado la voz. Creo que se ha sorprendido, y suena muy… cálido. Incluso seductor. Se me corta la respiración y me ruborizo. De pronto me doy cuenta de que Harry Styles está observándome boquiabierta, así que salgo disparado hacia la cocina para evitar su inoportuna mirada escrutadora.
 
—Bueno… Nos gustaría hacer la sesión fotográfica para el artículo.
 
Respira, Zayn, respira. Mis pulmones absorben una rápida bocanada de aire.
 
—Mañana, si no tiene problema. ¿Dónde le iría bien?
 
Casi puedo oír su sonrisa de esfinge al otro lado del teléfono.
 
—Me alojo en el hotel Heathman de Portland. ¿Le parece bien a las nueve y media de la mañana?
 
—Muy bien, nos vemos allí.
 
Estoy pletórico y sin aliento. Parezco un crío, no un hombre adulto que puede votar y beber alcohol en el estado de Washington.
 
—Lo estoy deseando, señor Malik.
 
Veo el destello malévolo en sus ojos Mieles. ¿Cómo consigue que tan solo cinco palabras encierren una promesa tan tentadora? Cuelgo.
 
Harry está en la cocina, observándome con una mirada de total y absoluta consternación.
 
—Zayn Javvad Malik. ¡Te gusta! Nunca te había visto ni te había oído tan… tan… alterado por nadie. Te has puesto rojo.
 
—Hazz, ya sabes que me pongo rojo por nada. Lo hago por deporte. No seas ridículo —le contesto enfadado.
 
Harry parpadea sorprendido. Es muy raro que yo me enrabie, y si lo hago, se me pasa enseguida.
 
—Me intimida… Eso es todo.
 
—En el Heathman, nada menos —murmura Harry—. Voy a llamar al gerente para negociar con él un lugar para la sesión.
 
—Yo voy a hacer la cena. Luego tengo que estudiar.
 
Abro un armario para empezar a preparar la cena, sin poder disimular que estoy mosqueado con ella.
 
Esa noche estoy intranquilo, no paro de moverme y de dar vueltas en la cama. Sueño con ojos mieles, monos de trabajo, piernas largas, dedos largos y lugares muy oscuros e inexplorados. Me despierto dos veces con el corazón latiéndome a toda velocidad. Si no pego ojo, mañana voy a tener una pinta estupenda, me regaño a mí mismo. Doy un golpe sobre la almohada e intento calmarme.
 
El Heathman está en el centro de Portland. Terminaron el impresionante edificio de piedra marrón justo a tiempo para el crack de finales de los años veinte. José, Travis y yo vamos en mi Escarabajo, y Harry en su CLK, porque en mi coche no cabemos todos. Travis es amigo y ayudante de José, y ha venido a echarle una mano con la iluminación. Harry ha conseguido que nos dejen utilizar una habitación del Heathman a cambio de mencionar el hotel en el artículo. Cuando explica en la recepción que hemos venido a fotografiar al empresario Liam Payne, nos suben de inmediato a una suite. Pero a una normal, porque al parecer el señor Payne está alojado en la suite más grande del edificio.
 
Un responsable de marketing demasiado entusiasta nos muestra la suite. Es jovencísimo y por alguna razón está muy nervioso. Sospecho que la belleza de Harry y su aire autoritario lo desarman, porque hace con él lo que quiere. Las habitaciones son elegantes, sobrias y con muebles de calidad.
 
Son las nueve. Tenemos media hora para prepararlo todo. Harry va de un lado a otro.
 
—José, creo que lo colocaremos delante de esta pared. ¿Estás de acuerdo? —No espera a que le responda—. Travis, retira las sillas. Zayn, ¿puedes pedir que nos traigan unos refrescos? Y dile a Payne que estamos aquí.
 
Sí, amo. Es tan dominante… Pongo los ojos en blanco, pero hago lo que me pide.
 
Media hora después Liam Payne entra en nuestra suite.
 
¡Madre mía! Lleva una camisa blanca con el cuello abierto y unos pantalones grises de franela que le caen de forma muy seductora sobre las caderas. Todavía lleva el pelo mojado. Al mirarlo se me seca la boca… Está alucinantemente bueno. Entra en la suite acompañado de un hombre de treinta y pico años, con el pelo rapado, un elegante traje negro y corbata, que se queda en silencio en una esquina. Sus ojos castaños nos miran impasibles.
 
—Señorito Malik, volvemos a vernos.
Payne me tiende la mano, que estrecho mientras parpadeo rápidamente. ¡Dios mío!… Está realmente… Cuando le toco la mano, siento esa agradable corriente que me recorre el cuerpo entero, me enciende y hace que me ruborice. Estoy convencido de que todo el mundo puede oír mi respiración irregular.
 
—Señor Payne, le presento a Harry Styles —susurro señalando a Hazz, que se acerca y lo mira directamente a los ojos.
 
—Un gusto, señor Styles. ¿Qué tal está? —Sonríe ligeramente y parece realmente divertido—. Espero que se encuentre mejor. Zayn me dijo que la semana pasada estuvo enfermo.
 
—Estoy bien, gracias, señor Payne.
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