Hooked Love.

Capitulo 010

William Hutcherson

La cabeza me daba vueltas por intentar saber qué decirle a Blake sobre nuestro próximo compromiso, o bueno al menos yo sabía lo que iba a suceder esta noche.
Tome una chaqueta del perchero y salí por fin de mi casa/apartamento, tengo que pensar muy bien las palabras, después de todo soy un idiota a la hora de hablar y no me gustaría llorar a la hora de decirlo.
Al prender mi celular, el pobre objeto se volvió loco, completamente loco por varias llamadas entrantes, ahora que estaría pasando en la oficina del santo manager.

— Hutcherson – conteste el teléfono de manera rápida y concisa, recordaba la primera vez que le dije “hola”  y me mando al carajo
— ¿Dónde estás? – pregunto en clara molestia
— A cinco minutos del lugar
— Te necesito en este mismo instante aquí – ladro de manera poco agradable, odiaba a mi jefe pero la paga, eso si no lo odiaba – Alguien pinto…bigotes a mis estelares
— ¿Quién pudo pintar semejante cosa a One Direction? – pregunte en medio del sarcasmo, queriendo tragarme las carcajadas
— No me interesa pero necesito que estés aquí ahora y mandes a quitarlo, eso baja la publicidad

Y como vino la llamada, termino de la misma forma.
Las ventajas de ser ayudante de un agente de publicidad, era que podía enterarme de los chismes de primera mano y reírme en privado – si llegaba a publicar algo me mandaba la mafia –. Y la desventaja era el acoso telefónico.
Camine por las calles con cierto apuro aunque en este momento no me interesaba ir a soportar los gritos de mi odioso jefe.
Pase por la calle donde se supone que estaría el cartel y me encontré con la grata sorpresa de ver a los cinco con algunos bigotes que se veían fuera de tono en las caras de las estrellitas del momento. Solté una carcajada seca y seguí caminando.
Debía recordar comprar un auto y pronto.
Cuando recibí la onda fresca del lugar de mi oficina me hizo entrar un poco en razón y apresurar el paso, los cinco minutos que había prometido se esfumaron más rápido que nada.
Me deje caer en mi escritorio y comencé con las cosas que tenía planeadas, unos cuantos escritos de peticiones acerca de publicidad, odiaba hacerlos porque técnicamente tenía que utilizar el mismo escrito y luego ingeniar una nueva forma de publicidad, como dije, era terrible.

— Este es el piso de publicidad que, de ahora en adelante será tu lugar de trabajo – escuche la voz horrible de Sasha, la recepcionista

Sasha era de esas personas que tienen un odioso acento inglés, es decir, habla como si fuera de la realeza, de manera lenta y acentuando algunas palabras, era desagradable tenerla a tu lado por más de cinco minutos.

— Esa es la oficina de la señora Harris, asesora en publicidad y aquella es la del jefe de departamento – explica con lentitud degradante
— ¿Dónde me instalo? – hablo la muchacha con los dientes apretados

Sonreí al ver el carácter de la chica, debía aceptar que estaba en todo su derecho ser cortante con Sasha, y la entendía.

— En el escritorio de enfrente – respondió la recepcionista con cierto toque de irritación
— Gracias – contesto muy cortante y pronto escuche como dejaba caer una caja encima del escritorio, Sasha soltó un bufido de desesperación
— Hola Will – saludo la recepcionista con tono de una niña de doce años
— Hola – conteste en medio de un gruñido a lo que ella volvió a bufar y se fue por el pasillo, con un irritante sonido de tacones gruesos

Seguí tecleando en mi computadora, sin levantar la vista a mi nueva compañera de sala, sin duda iba a extrañar los días en donde tenía el lugar solo para mí, iba a ser demasiado extraño.
Tenía que socializar, era una regla básica en este lugar, si no hacías al menos un amigo, permanecerías sola y ya había experimentado esa sensación.

— Y dime ¿Cómo te llamas? – pregunte en mi mejor tono agradable, seguí tecleando a mayor velocidad, creando palabras de un minuto a otro
— No pienso hablar con alguien que esté más entusiasmado en lo que pasa en la pantalla de su computadora a lo que hablo – contesto mientras abría la caja y sacaba carpetas, y varias fotos

Pare de escribir un momento y me quede viendo a la pantalla fijamente. Levante la mirada solo para ver el destello de su cabello castaño, por alguna extraña razón algo me impulsaba a seguir hablando.

— Mi nombre es William Hutcherson – vi como ella levantaba la cabeza y nos quedábamos viendo fijamente
— Theresa Clapton – contesto a su vez – Pero prefiero mil veces que me llamen Tessa

En sus ojos se aprecia un brillo de reconocimiento y cierto toque de diversión por el momento, aunque ese pequeño gesto me da mucha curiosidad más de la que debería en realidad.

— ¿Qué edad tienes? – alcance a preguntar después de unos minutos de completo silencio
— Veinte – giro la cabeza rápidamente quitando el contacto visual
— Así que, supongo que debes de estar aún en la universidad
— Último año – concuerda – Supongo que tú también – acusa volteando a verme con una sonrisa un poco socarrona
— De hecho yo ya termine – admito con una sonrisa satisfecha
— Entonces tienes… ¿veintiún años?
— Veintidós

El silencio volvió a nosotros y cada quien se metió en sus asuntos aunque siendo totalmente sincero no podía pensar en otra cosa, quería saber más acerca de ella.
Se levanto cuando tuvo un llamado, sentí mucha curiosidad de irme a asomar a su escritorio, pero tenía miedo de que se asomara y me encontrara con la nariz metida en su caja de cosas.
Al poco tiempo de estarme debatiendo apareció ella y se sentó en la silla. Entendí que la plática había terminado, aunque seguía con esa picazón en mi cerebro de curiosidad.

— ¿Quieres ir a comer? – la pregunta salió de mis labios involuntariamente cuando sonó una alarma que programe para este momento en especial
— Seguro – asintió acomodando algunos papeles en una carpeta, acaba de llegar y ya tiene una montaña de papeles en el escritorio

Desapareció por la puerta de la oficina de su jefa. Comencé a caminar discretamente hacia su escritorio y en cierto punto se me hizo ridículo, en esa oficina solo estábamos nosotros, así que deje a un lado la cautela y camine con más prisa hasta estar enfrente del mueble.
La mayoría eran papeles de la oficina y la otra mitad eran papeles de la universidad o eso supongo. Seguí el camino y vi algunas fotos, dos de ellas con varias amigas, con las que se veía de manera relajada y riendo a todo pulmón. Otra fotografía mostraba a ella al lado de su padre y finalmente otra que tenía con un chico, eso hizo cuestionarme muchas cosas, pero según lo que veo, él no está del todo feliz. Otra duda agregada a mi lista.
Al escuchar arrastrar la puerta de la entrada salte a un lado donde mágicamente apareció un dispensador de agua, con manos temblorosas agarre un cono de papel y comencé a agarrar agua.

— Lista – dejo otra carpeta en el montón y me volteo a ver con la duda en sus ojos
— Si, si claro – llevo el cono a mi boca y pruebo el agua que sabe más a tierra que otra cosa, ya entiendo porque nunca bebía de la oficina
— ¿Por qué agarraste agua si tienes una botella? – señalo a mi escritorio y casi me doy contra la pared
— Es que…ya está caliente y ya sabes sabe horrible caliente…
— Si claro – responde de manera dudosa – Vamos – me da una sonrisa

Comienzo a caminar detrás de ella y aviento el cono de agua a la basura.


— Así que tuve que dejarlo plantado porque el muy idiota estaba saliendo con mi mejor amiga y conmigo a la vez – termino su relato tomando otro trago de malteada de chocolate
— No entiendo qué hay de emocionante el salir con dos personas – negué contra la cabeza mientras ella me daba la razón
— Y dime, ¿Qué hay contigo? Técnicamente me la pase charlando sobre mi vida, faltas de decirme sobre ti – me señalo de manera acusadora
— Bueno, no tengo nada interesante de mi vida, he estado saliendo con la misma persona por más de dos años y bueno es la vida más casual que hayas encontrado
— ¿Ninguna pelea con tu novia? ¿O con tus padres? – pregunto con incredulidad, negué con la cabeza - ¿Ni una vez te escapaste de casa porque no te dejaron ir a una fiesta?
— Tampoco – viéndolo de otra manera mi vida ha sido de lo más aburrida, tan ensimismado en mis planes del futuro y de lo que voy a ser más adelante, es agotador
— Bueno, amigo mío debes de hacer algo para poner sazón a tu vida – sonrió de una manera donde te dan ganas de hacer lo que ella piensa
— Lo tendré en cuenta – solté una risa a lo que ella se unió en ella al poco tiempo.


Cuando ella se fue a la hora de sus clases, que por cierto me dijo que eran en la tarde, las cosas se volvieron más aburridas que de costumbre, era extraño tener un amigo con el cual te puedes reír por mucho tiempo y cuando se va te quedas sin nada.
Las horas siguientes se volvieron tediosas, regresando a mi habitual costumbre de soportar a mi jefe.
Deje la oficina antes de tiempo – cinco minutos – estaba cansado y necesito tranquilizar mi mente antes de ir esta noche a la casa.
Camine con más paciencia de lo normal, antes estaba desesperado por llegar a casa y ver a Blake, ahora me encontraba ansioso por mi futuro, odiaba eso de mí.
Entre a mi dulce hogar y camine directo a mi cuarto, Blake se encontraba en la cocina. Era ahora o nunca. Tome el anillo de debajo del colchón y corrí hasta la cocina, era mi momento, debía de hacerlo.
Blake volteo con una sonrisa, mi novia me sonreía como si nada fuera a pasar, ignorante de la situación que estaba pensando.

— ¿Pasa algo? – pregunto viendo mi creciente agitación

Me quede viendo su rostro un momento y muchas cosas pasaron por mi mente, soy joven y no necesariamente tengo que hacer mi camino ahora ¿O sí?
Eso fue lo que me dijo Tessa en la tarde, debo de disfrutar mí ahora, necesitaba hacerlo.

— No pasa nada – sonreí de la manera más convincente que podía - ¿Qué pedimos para cenar? – y de la manera más sigilosa que pude guarde el anillo en mi bolsillo trasero.

Hey: