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Shocking Heaven {Zayn Malik} -HOT- (TERMINADA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Shocking Heaven {Zayn Malik} -HOT- (TERMINADA)
Maldito Zayn!!!! Que le pasa??? Que tanta mier#& tiene???
Y a ella que le pasa??? Ya quiero saber!!!!!
Continúa pliiiiisssssss!!!!
:bye: :bye: :bye:
Y a ella que le pasa??? Ya quiero saber!!!!!
Continúa pliiiiisssssss!!!!
:bye: :bye: :bye:
Isabela85
Re: Shocking Heaven {Zayn Malik} -HOT- (TERMINADA)
Gracias. :) Ya subo el próximo.Leils escribió:AY ERES GENIAL ! ! ! NO PUEDO ESPERAR PARA EL PRÓXIMO CAPÍTULO
HAS MARATÓN SI???
mmm... puede ser que haga una mini maratón. ;)
:bye:
ᴍᴀʀ.
Re: Shocking Heaven {Zayn Malik} -HOT- (TERMINADA)
Pienso igual. Me alegra que te gusten. :)yeka04 escribió:supercada capitulo mejor q el anteriores q zayn tiene "#$#%$#""!@"# en la cabeza o quedios alguen ayude a ese hombreq E no haga una estupides q despues se arrepientadios no la dejes asisiguela pronto
Si, debe ser eso lo que tiene en la cabezo. ¡No puede hacerle eso a E!
Parece que ya hizo la estupidez...
Ya la sigo. :D
ᴍᴀʀ.
Re: Shocking Heaven {Zayn Malik} -HOT- (TERMINADA)
Exacto. Un idiota!Magui Styles Malik escribió:Zayn es un jodido idiota..
Ahora mismo lo odio..
Ya kiero qe lo sigas..
Necesito leer mas..
Yo también.
Ya la sigo. :D
ᴍᴀʀ.
Re: Shocking Heaven {Zayn Malik} -HOT- (TERMINADA)
Es un maldito idiota! Mucha mierda tiene.Isabela85 escribió:Maldito Zayn!!!! Que le pasa??? Que tanta mier#& tiene???
Y a ella que le pasa??? Ya quiero saber!!!!!
Continúa pliiiiisssssss!!!!
:bye: :bye: :bye:
Ya sabremos que le pasa a E. :/
Ya la sigo. :D
:bye:
ᴍᴀʀ.
Maratón 1/3
Capítulo 11
Sonreía como una tonta mientras abría la puerta de mi habitación, el exquisito gozo que fluía a través de mi cuerpo causándome profunda alegría mientras me atravesaba.
—Tú, estúpida tonta de mierda —rugió Cam cuando me detuve de golpe al encontrármelo.
Estaba sentado en mi cama junto a Luce, ambos luciendo tan rabiosos que no podía ni siquiera comenzar a medirlo.
—Ssshhh —les dije poniendo un dedo en mis labios y volviendo a reír.
Pude ver el esfuerzo en el pecho de Cam mientras luchaba por contener la furia y Luce me miraba con tristeza.
—No estés triste Luce, estoy bien ahora. Tan bien cariño —le sonreí mientras una lágrima perdida se deslizaba por su mejilla.
—¡Quítatela! —exigió Cam. Sólo fruncí el ceño y sacudí la cabeza melodramáticamente—. ¡Te dije que te la quitaras!
—No se supone que sea mi hermano quien me ordene esas palabras. Debe ser...
—¡¡¡QUÍTATELA!!!
Fui sacudida por su rabia, cerrando los ojos mientras lo que acababa de hacer comenzaba a penetrar mi mente.
Oh Dios. ¿Qué había hecho?
—¡Ahora! —gruñó lentamente.
Me mordí los labios dándome la vuelta, agarré el dobladillo de mi top y lo pasé por encima de mi cabeza haciendo una mueca de dolor mientras lo hacía.
—¡Santo Cristo! —Un sollozo escapó de la garganta de Luce y oí a Cam jadear.
—Lo siento —susurré.
—¿Tienen baño aquí? —preguntó Cam.
—No, sólo duchas —respondió Luce.
—¡Diablos! —despotricó—. Necesitas humectarte E. —Asentí, pero me mantuve en silencio—. ¿Tienes tu crema y aceite de baño? —Asentí de nuevo.
—Maldita sea E. —Él estaba tan enfadado que hice una mueca ante el tono de su voz mientras reemplazaba mi top por una blusa suelta—. Tendrás que usar mi baño.
Negué ante él.
—No me parece bien.
No había manera de que pudiera atestiguar a un par acaramelados Zayn y Fran esta mañana.
—¡NO TIENES OTRA PUTA OPCIÓN!
Estaba realmente furioso conmigo. Frotándose las sienes, cerró los ojos en señal de frustración.
—Lo siento —repetí en un susurro.
Negó con decepción y me dio una torturada mirada antes de envolver sus brazos a mi alrededor con suavidad y ternura, abrazándome.
—Está bien E. Todo estará bien —susurró mientras comenzaba a temblar ya que caía desde lo alto que había estado.
—Vamos. —Tendió la mano hacia mí y yo la miré.
—Por favor, Cam. Realmente no me...
Sacudió su cabeza y suspiré antes de sacar las cosas que tenía en la parte posterior de mi cajón; cosas que no había necesitado durante once largas semanas.
Un rato después Cam abrió la puerta principal de su residencia y me sentí aliviada al encontrar la casa en silencio. Puse un dedo contra sus labios antes de que Luce me llevara por las escaleras y al baño.
—Estaré abajo si me necesitas —susurró. Asentí y cerré la puerta detrás de él antes de que Luce comenzara a llenar la bañera, midiendo con gran destreza la cantidad correcta de aceite antes de verterlo bajo el chorro de agua.
No dijo ni una palabra. Supe en ese momento que era más seguro no hablar con ella tampoco. Su decepción tensaba la atmósfera en la pequeña habitación mientras entraba al agua caliente, rutinariamente cruzaba los brazos sobre mi pecho y me dejaba caer lentamente.
El repentino ardor me quitó el aliento, y lágrimas se formaron en la comisura de mis ojos.
—Oh E —susurró Luce tristemente cuando comencé a sollozar, un desgarrador y repugnante llanto que desgarraba el alma.
—Luce lo siento, yo... yo...
—Ssshhh cariño, todo estará bien E. Todo se arreglará. Te lo prometo —dijo mientras me acariciaba el cabello hasta que las dos nos quedamos cansadas y gastadas.
Luce me ayudó a salir de la bañera y gentilmente me indicó que me sentara dándole la espalda para poder aplicarme la crema.
—Joder E, estás muy mal esta vez. —Hizo una mueca mientras trataba de decidirse en aplicar la crema, sin querer causarme ningún dolor.
Asentí.
—Sí... lo necesitaba... de forma primitiva.
Ella silbó entre dientes y pude sentir su mano temblar.
—¿Necesitas acostarte E?
Luce sabía que por lo general estaba dividida en zonas en este momento y noté su miedo a que me desmayara mientras estaba de pie.
—Estoy bien, me sostendré con el lavamanos.
Tomé un gran aliento mientras me aferraba a ambos de este, y apreté los dientes.
El primer toque de la bola de algodón me cortó la respiración, el segundo hizo que se me doblaran las rodillas y el tercero me hizo gemir.
—Mierda E, no puedo hacer esto.
—Sólo hazlo, Luce —susurré entre dientes.
Ella estaba temblando mientras luchaba por mantenerme erguida pero decididamente continuó y la amé más por ello.
Podía sentir cómo se deslizaba a lo largo de mi cuerpo. Todo comenzó a desdibujarse a mi alrededor.
—Joder E, quédate conmigo —exclamó Luce.
—Estoy tratando de.... Lu...
—¡¡¡¡CAM ¡¡¡¡¡
La oscuridad me llevó al olvido.
Me desperté acostada sobre mi estómago, el aire fresco calmando mi dolor en la espalda y mi boca aplastada contra la almohada.
—Urghhh.
—Ssshhh nena.
¡Mierda!
No me atreví a moverme. ¿Qué demonios hacía yo en la cama de Zayn?
¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!
Su mano comenzó a acariciar suavemente a lo largo de mi cabello, calmándome.
¡MIERDA!
Me empujé a mí misma sin darle un vistazo, poniéndome de pie. Cerré los ojos y me mordí la vergüenza de estar desnuda frente a él.
—¡Nena! Acuéstate.
Sacudiendo la cabeza corrí alrededor por mi ropa, encontrándola en su lugar habitual en la silla.
—¿Por qué nena?
—Tengo que irme —susurré, todavía negándome a mirarlo o responder a su pregunta mientras me ponía la blusa, haciendo una mueca cuando rozó mis verdugones.
—¡Nena!
—¡NO ME MOLESTES! —grité, con la humillación y el dolor trayendo nuevas lágrimas, las cuales me negué a dejarle ver.
Sus manos agarraron mis brazos mientras me levantaba y me echaba a la cama; su poderoso cuerpo me sostenía debajo de él mientras sus furiosos ojos perforaban los míos.
Volví la cabeza hacia un lado negándome a mirarlo, pero su enorme mano agarró mi mandíbula y me obligó a mirar.
—Déjame ir —le dije con dientes apretados.
Su cabeza se sacudió lentamente.
—¡Habla!
Le di mi mejor mirada. Sus cejas se elevaron en un desafío silencioso y cerré los ojos, negándole atención.
Él se colocó encima de mí, poniéndose a horcajadas sobre mis muslos y cuando abrí los ojos, estaba sentado, con los brazos cruzados con un obstinado “¡No me moveré!” Su expresión era la misma que todos los días.
—¡Vete a la mierda! —escupí.
Él se inclinó, con el rostro a unos centímetros del mío y aun así decliné mi necesidad de mirar hacia otro lado.
—¿Por qué?
—Que te jodan.
—¿Por qué?
—¡Vete al infierno!
—¿Por qué?
—¡Vete a la mierda!
—¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ?
—¡PORQUE LO NECESITABA MALDITA SEA! —grité finalmente.
—¿POR QUÉ?
—¡VETE A LA MIERDA!
—¿PORQUÉ E?
—¡PORQUE MALDITAMENTE ME LO MERECÍA! DE ACUERDO, ME LO MEREZCO... cada maldito pedazo de eso. Cada paliza, cada roce, cada maldito trozo de dolor... Me lo merezco... me lo merezco...
El ruido quejumbroso vino de algún lugar en la habitación e incliné la cabeza para identificarlo. Un sollozo desgarrador se escapó de mí al darme cuenta de que venía de mí, con su largo paso resonando en mi cuerpo.
Él me levantó, tirándome firme mientras sus grandes brazos me rodeaban y me agarraba con tanta fuerza que estaba segura de que me rompería una costilla.
—Ssshhh nena —susurró mientras yo lloraba contra su pecho, su muy fuerte pecho poderoso. Un pecho que me hacía sentir segura, que me protegía y me rompía el corazón.
Él me dejó llorar durante mucho tiempo, sus dedos acariciaban mi pelo mientras susurraba palabras de consuelo en mi oído, su implacable persistencia de calmarme atrayéndome cada vez más hacia él y sabía que tenía que liberarme.
Me eché hacia atrás y levanté la cara hacia él.
—Lo siento.
Negó ligeramente mientras se ponía la mano en la oreja y me sostenía la cabeza.
—No lo sientas nena. —Aparté la mirada, no queriendo ver lo que había detrás de sus ojos mientras trataba de liberarme pero me mantenía firme. Entonces, su dedo inclinó mi barbilla hacia atrás.
Sus ojos brillaban mientras se mordía el labio inferior, en una obvia lucha para frenar lo que fuera que estuviera consumiéndolo. Su boca rozó la mía tan delicadamente que por un momento me pregunté si lo había imaginado hasta que se hizo más firme y supe que no era mi imaginación... esto era real, muy real.
Su lengua exigió entrar y cuando me abrí a él soltó un pequeño gruñido y envolvió sus dedos en mi cabello, girándolo casi dolorosamente en su agarre.
Le devolví la queja con un gemido y me uní a la danza, chupando desesperadamente su lengua, diciéndole lo mucho que lo necesitaba antes de que sus dientes comenzaran a acariciar mi cuello, sus rastrojos de arañazos chocando deliciosamente contra el calor de mi piel.
—Joder E, necesito tanto estar dentro de ti.
Gemí ante sus palabras y jalé su cabeza más hacia mí, dándole permiso a sus palabras. Caray, le daría permiso para cualquier cosa si me hacía sentir así.
Sus dedos encontraron los botones de mi blusa y lenta y tortuosamente comenzó a desabrocharlos mientras en silencio lo instaba a que se diera prisa de una puta vez.
—Tan jodidamente hermosa —susurró mientras abría mi blusa para revelar mis pechos desnudos. ―Su lengua rozó lentamente la punta de mi pezón y le recompensé envolviendo mis piernas alrededor de sus caderas y tirando de él—. Joder nena.
—Apúrate Zayn —susurré—. Necesito sentirte.
Un gruñido brotó de su garganta mientras me desabrochaba los vaqueros y rápidamente los bajaba por mis piernas, junto con mi ropa interior y, como prometió, besó cada una de las estrellas que decoran el exterior de mi pierna derecha hasta el final, hasta que descubrió el pequeño diamante del piercing y el tatuaje al final del rastro.
—Mierda. —Su nariz se apoyó en mi monte de venus—. Malditamente sexy nena.
Levanté mis caderas, animándole a seguir adelante con eso.
Necesitaba sentirlo, sentir su lengua en mí. ¡Cristo! ¡Sufriría una combustión en cualquier momento!
Un largo y desinhibido gemido brotó de mi pecho mientras su lengua exploraba toda la longitud de mi sexo.
—Oh Dioooos.
—Tan buena —susurró antes de iniciar su tortura, expertamente moviendo los labios mientras chupaba mi clítoris, luego lo soltó y me folló con la lengua. Siempre tan cerca, pero sin dejar que me fuera del todo, no me quería dejar volar aún.
—¡Cristo Zayn! —suspiré.
¡Él se echó a reír! ¡El hijo de puta se rió!
Cedió y comenzó frenéticamente a golpear su lengua sobre mi clítoris hasta que me estremecí y alcancé el borde con una explosión tan poderosa que creo que sacudí la maldita habitación.
—Maldita sea sí nena, lo siento —gruñó mientras mis caderas se levantaban de la cama tan alto que me pregunté si me rompería la espalda.
—Oh Jesús —dije entrecortadamente mientras él metía la mano en el cajón de su lado y sacaba un condón antes de abrirlo y ponérselo.
Palmeó mi rostro tiernamente mientras se empujaba lentamente.
—¿Estás lista para tomarme nena? —Se posicionó en la entrada de mi abertura—. ¿Estás lista para ser follada hasta el desmayo E? —La metió un poco—. Porque te haré gritar maldita sea, nena.
Gemí y meneé ligeramente mis caderas. Mi espalda se arqueó y ambos gemimos con satisfacción cuando él se empujó hasta el fondo y me llenó completamente.
—Cristo —dijo con voz áspera.
Nos quedamos inmóviles, nuestros ojos conectándose y diciendo muchas en cosas en silencio antes de que él retrocediera lentamente y se deslizara de nuevo, tan fácil, tan deliberadamente y tan malditamente bueno.
—Tan apretada nena, no puedo...
Sus dientes se hundieron en su labio inferior mientras cerraba los ojos y apoyaba su frente contra la mía.
—E —es todo lo que dijo antes de asumir el control y volvernos un lío de jadeos salvajes, gimiendo con cada poderosa embestía mientras me llevaba hasta la cama y al olvido con su implacable ritmo.
—Maldita sea sí —grité cuando sentí que mi cuerpo se apretaba.
—Dámelo nena, dámelo —gruñó y explotó alrededor, detonando su propio clímax violento, la inconciencia rodeándonos y nos aferramos el uno al otro, luchando por respirar—. Diaaaablos —gruñó, con la cabeza echada hacia atrás en éxtasis mientras lo jalaba, levantando mis caderas y agarrándolo fuertemente con mis muslos, drenando tanto pedacito de placer como pude.
Su cabeza cayó sobre mi hombro mientras luchaba por estabilizarse, mientras jadeaba mi camino de regreso a la conciencia.
—Cristo nena. —Se salió y giró sobre su espalda mientras me arrastraba con él, empujando mi cabeza sobre su pecho antes de tomar mi mano en la suya y apretarla con fuerza, abriendo sus dedos en los míos mientras su pulgar acariciaba con dulzura el mío.
Su otra mano llegó a descansar a mi espalda, en una postura natural, pero siseé y se tensó.
—Mierda nena, lo siento.
Sacudiendo la cabeza apreté su mano para tranquilizarlo.
El silencio nos envolvió y cuando se abalanzó un poco demasiado supe que quería hablar, así que hice lo que siempre hago.
Evitarlo.
—Tengo cosas que hacer —la mentira salió de mi boca con tanta facilidad que odié por ello.
—¡Infiernos nena! —Levantó la barbilla para mirarme, sus ojos se estrecharon feroces mientras sacudía lentamente la cabeza—. ¡No hagas esto E!
Tragándome de nuevo la réplica me lancé fuera de la cama.
—Dije que tengo cosas que hacer Zayn.
Rió sin humor y luego susurró:
—Nena. Desde donde estoy no te ves nada bien. —Me di la vuelta tan rápido que casi caigo.
—¡Entonces no me mires maldita sea!
El gruñido fue feroz y me mordí el labio con angustia.
—Nena...
Alejándome de su advertencia, apreté mis ojos cerrándolos, tratando desesperadamente de luchar contra el impulso interior de tan sólo por un momento dejar que todo saliera, pero no podía. Ese secreto tenía que irse conmigo a la tumba. Le debía eso.
—¿Quién diablos te hizo eso—me preguntó. Allí estaba, la pregunta que había visto en sus ojos antes.
—No te preocupes Zayn, lo disfruté también. Ambos gritamos de puto éxtasis mientras lo hacíamos —escupí venenosamente. La impecable mirada que me dio me empujó tan al borde en ese momento que me arrepentí de inmediato.
Su rostro se tensó mientras su mandíbula se movía, sus ojos se oscurecieron tanto que parecían ser de un negro sólido y sus puños se apretaron mientras lentamente se levantaba de la cama y se dirigía hacia mí, poco a poco arrinconándome contra la pared.
Tragando fuerte cerré los ojos con rabia.
—Ábrelos —gruñó.
—No —un susurro fue todo lo que pude sacar mientras mi corazón latía con fuerza contra mi pecho.
—¡ÁBRELOS MALDITA SEA!
¡Los abrí!
Su furia era palpable, el grosor con que me recubría me hacía temblar y me quedé sin aliento cuando él recorrió el hueso de mi mejilla con el dedo.
—¡No vuelvas a hablarme así de nuevo! —Su intensidad sacó el aliento de mis pulmones—. ¿Me escuchas nena?
—Sí, te escucho —le susurré. Él asintió.
—Tenemos que hablar nena, pero cuando te hayas calmado carajo.
—No puedo Zayn. —Hice una mueca cuando sus ojos volvieron hielo.
—Puedes nena, y lo harás —Se apartó de la pared, se puso los pantalones y se fue.
¡Maldita sea todo!
—Tú, estúpida tonta de mierda —rugió Cam cuando me detuve de golpe al encontrármelo.
Estaba sentado en mi cama junto a Luce, ambos luciendo tan rabiosos que no podía ni siquiera comenzar a medirlo.
—Ssshhh —les dije poniendo un dedo en mis labios y volviendo a reír.
Pude ver el esfuerzo en el pecho de Cam mientras luchaba por contener la furia y Luce me miraba con tristeza.
—No estés triste Luce, estoy bien ahora. Tan bien cariño —le sonreí mientras una lágrima perdida se deslizaba por su mejilla.
—¡Quítatela! —exigió Cam. Sólo fruncí el ceño y sacudí la cabeza melodramáticamente—. ¡Te dije que te la quitaras!
—No se supone que sea mi hermano quien me ordene esas palabras. Debe ser...
—¡¡¡QUÍTATELA!!!
Fui sacudida por su rabia, cerrando los ojos mientras lo que acababa de hacer comenzaba a penetrar mi mente.
Oh Dios. ¿Qué había hecho?
—¡Ahora! —gruñó lentamente.
Me mordí los labios dándome la vuelta, agarré el dobladillo de mi top y lo pasé por encima de mi cabeza haciendo una mueca de dolor mientras lo hacía.
—¡Santo Cristo! —Un sollozo escapó de la garganta de Luce y oí a Cam jadear.
—Lo siento —susurré.
—¿Tienen baño aquí? —preguntó Cam.
—No, sólo duchas —respondió Luce.
—¡Diablos! —despotricó—. Necesitas humectarte E. —Asentí, pero me mantuve en silencio—. ¿Tienes tu crema y aceite de baño? —Asentí de nuevo.
—Maldita sea E. —Él estaba tan enfadado que hice una mueca ante el tono de su voz mientras reemplazaba mi top por una blusa suelta—. Tendrás que usar mi baño.
Negué ante él.
—No me parece bien.
No había manera de que pudiera atestiguar a un par acaramelados Zayn y Fran esta mañana.
—¡NO TIENES OTRA PUTA OPCIÓN!
Estaba realmente furioso conmigo. Frotándose las sienes, cerró los ojos en señal de frustración.
—Lo siento —repetí en un susurro.
Negó con decepción y me dio una torturada mirada antes de envolver sus brazos a mi alrededor con suavidad y ternura, abrazándome.
—Está bien E. Todo estará bien —susurró mientras comenzaba a temblar ya que caía desde lo alto que había estado.
—Vamos. —Tendió la mano hacia mí y yo la miré.
—Por favor, Cam. Realmente no me...
Sacudió su cabeza y suspiré antes de sacar las cosas que tenía en la parte posterior de mi cajón; cosas que no había necesitado durante once largas semanas.
Un rato después Cam abrió la puerta principal de su residencia y me sentí aliviada al encontrar la casa en silencio. Puse un dedo contra sus labios antes de que Luce me llevara por las escaleras y al baño.
—Estaré abajo si me necesitas —susurró. Asentí y cerré la puerta detrás de él antes de que Luce comenzara a llenar la bañera, midiendo con gran destreza la cantidad correcta de aceite antes de verterlo bajo el chorro de agua.
No dijo ni una palabra. Supe en ese momento que era más seguro no hablar con ella tampoco. Su decepción tensaba la atmósfera en la pequeña habitación mientras entraba al agua caliente, rutinariamente cruzaba los brazos sobre mi pecho y me dejaba caer lentamente.
El repentino ardor me quitó el aliento, y lágrimas se formaron en la comisura de mis ojos.
—Oh E —susurró Luce tristemente cuando comencé a sollozar, un desgarrador y repugnante llanto que desgarraba el alma.
—Luce lo siento, yo... yo...
—Ssshhh cariño, todo estará bien E. Todo se arreglará. Te lo prometo —dijo mientras me acariciaba el cabello hasta que las dos nos quedamos cansadas y gastadas.
Luce me ayudó a salir de la bañera y gentilmente me indicó que me sentara dándole la espalda para poder aplicarme la crema.
—Joder E, estás muy mal esta vez. —Hizo una mueca mientras trataba de decidirse en aplicar la crema, sin querer causarme ningún dolor.
Asentí.
—Sí... lo necesitaba... de forma primitiva.
Ella silbó entre dientes y pude sentir su mano temblar.
—¿Necesitas acostarte E?
Luce sabía que por lo general estaba dividida en zonas en este momento y noté su miedo a que me desmayara mientras estaba de pie.
—Estoy bien, me sostendré con el lavamanos.
Tomé un gran aliento mientras me aferraba a ambos de este, y apreté los dientes.
El primer toque de la bola de algodón me cortó la respiración, el segundo hizo que se me doblaran las rodillas y el tercero me hizo gemir.
—Mierda E, no puedo hacer esto.
—Sólo hazlo, Luce —susurré entre dientes.
Ella estaba temblando mientras luchaba por mantenerme erguida pero decididamente continuó y la amé más por ello.
Podía sentir cómo se deslizaba a lo largo de mi cuerpo. Todo comenzó a desdibujarse a mi alrededor.
—Joder E, quédate conmigo —exclamó Luce.
—Estoy tratando de.... Lu...
—¡¡¡¡CAM ¡¡¡¡¡
La oscuridad me llevó al olvido.
Me desperté acostada sobre mi estómago, el aire fresco calmando mi dolor en la espalda y mi boca aplastada contra la almohada.
—Urghhh.
—Ssshhh nena.
¡Mierda!
No me atreví a moverme. ¿Qué demonios hacía yo en la cama de Zayn?
¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!
Su mano comenzó a acariciar suavemente a lo largo de mi cabello, calmándome.
¡MIERDA!
Me empujé a mí misma sin darle un vistazo, poniéndome de pie. Cerré los ojos y me mordí la vergüenza de estar desnuda frente a él.
—¡Nena! Acuéstate.
Sacudiendo la cabeza corrí alrededor por mi ropa, encontrándola en su lugar habitual en la silla.
—¿Por qué nena?
—Tengo que irme —susurré, todavía negándome a mirarlo o responder a su pregunta mientras me ponía la blusa, haciendo una mueca cuando rozó mis verdugones.
—¡Nena!
—¡NO ME MOLESTES! —grité, con la humillación y el dolor trayendo nuevas lágrimas, las cuales me negué a dejarle ver.
Sus manos agarraron mis brazos mientras me levantaba y me echaba a la cama; su poderoso cuerpo me sostenía debajo de él mientras sus furiosos ojos perforaban los míos.
Volví la cabeza hacia un lado negándome a mirarlo, pero su enorme mano agarró mi mandíbula y me obligó a mirar.
—Déjame ir —le dije con dientes apretados.
Su cabeza se sacudió lentamente.
—¡Habla!
Le di mi mejor mirada. Sus cejas se elevaron en un desafío silencioso y cerré los ojos, negándole atención.
Él se colocó encima de mí, poniéndose a horcajadas sobre mis muslos y cuando abrí los ojos, estaba sentado, con los brazos cruzados con un obstinado “¡No me moveré!” Su expresión era la misma que todos los días.
—¡Vete a la mierda! —escupí.
Él se inclinó, con el rostro a unos centímetros del mío y aun así decliné mi necesidad de mirar hacia otro lado.
—¿Por qué?
—Que te jodan.
—¿Por qué?
—¡Vete al infierno!
—¿Por qué?
—¡Vete a la mierda!
—¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ?
—¡PORQUE LO NECESITABA MALDITA SEA! —grité finalmente.
—¿POR QUÉ?
—¡VETE A LA MIERDA!
—¿PORQUÉ E?
—¡PORQUE MALDITAMENTE ME LO MERECÍA! DE ACUERDO, ME LO MEREZCO... cada maldito pedazo de eso. Cada paliza, cada roce, cada maldito trozo de dolor... Me lo merezco... me lo merezco...
El ruido quejumbroso vino de algún lugar en la habitación e incliné la cabeza para identificarlo. Un sollozo desgarrador se escapó de mí al darme cuenta de que venía de mí, con su largo paso resonando en mi cuerpo.
Él me levantó, tirándome firme mientras sus grandes brazos me rodeaban y me agarraba con tanta fuerza que estaba segura de que me rompería una costilla.
—Ssshhh nena —susurró mientras yo lloraba contra su pecho, su muy fuerte pecho poderoso. Un pecho que me hacía sentir segura, que me protegía y me rompía el corazón.
Él me dejó llorar durante mucho tiempo, sus dedos acariciaban mi pelo mientras susurraba palabras de consuelo en mi oído, su implacable persistencia de calmarme atrayéndome cada vez más hacia él y sabía que tenía que liberarme.
Me eché hacia atrás y levanté la cara hacia él.
—Lo siento.
Negó ligeramente mientras se ponía la mano en la oreja y me sostenía la cabeza.
—No lo sientas nena. —Aparté la mirada, no queriendo ver lo que había detrás de sus ojos mientras trataba de liberarme pero me mantenía firme. Entonces, su dedo inclinó mi barbilla hacia atrás.
Sus ojos brillaban mientras se mordía el labio inferior, en una obvia lucha para frenar lo que fuera que estuviera consumiéndolo. Su boca rozó la mía tan delicadamente que por un momento me pregunté si lo había imaginado hasta que se hizo más firme y supe que no era mi imaginación... esto era real, muy real.
Su lengua exigió entrar y cuando me abrí a él soltó un pequeño gruñido y envolvió sus dedos en mi cabello, girándolo casi dolorosamente en su agarre.
Le devolví la queja con un gemido y me uní a la danza, chupando desesperadamente su lengua, diciéndole lo mucho que lo necesitaba antes de que sus dientes comenzaran a acariciar mi cuello, sus rastrojos de arañazos chocando deliciosamente contra el calor de mi piel.
—Joder E, necesito tanto estar dentro de ti.
Gemí ante sus palabras y jalé su cabeza más hacia mí, dándole permiso a sus palabras. Caray, le daría permiso para cualquier cosa si me hacía sentir así.
Sus dedos encontraron los botones de mi blusa y lenta y tortuosamente comenzó a desabrocharlos mientras en silencio lo instaba a que se diera prisa de una puta vez.
—Tan jodidamente hermosa —susurró mientras abría mi blusa para revelar mis pechos desnudos. ―Su lengua rozó lentamente la punta de mi pezón y le recompensé envolviendo mis piernas alrededor de sus caderas y tirando de él—. Joder nena.
—Apúrate Zayn —susurré—. Necesito sentirte.
Un gruñido brotó de su garganta mientras me desabrochaba los vaqueros y rápidamente los bajaba por mis piernas, junto con mi ropa interior y, como prometió, besó cada una de las estrellas que decoran el exterior de mi pierna derecha hasta el final, hasta que descubrió el pequeño diamante del piercing y el tatuaje al final del rastro.
—Mierda. —Su nariz se apoyó en mi monte de venus—. Malditamente sexy nena.
Levanté mis caderas, animándole a seguir adelante con eso.
Necesitaba sentirlo, sentir su lengua en mí. ¡Cristo! ¡Sufriría una combustión en cualquier momento!
Un largo y desinhibido gemido brotó de mi pecho mientras su lengua exploraba toda la longitud de mi sexo.
—Oh Dioooos.
—Tan buena —susurró antes de iniciar su tortura, expertamente moviendo los labios mientras chupaba mi clítoris, luego lo soltó y me folló con la lengua. Siempre tan cerca, pero sin dejar que me fuera del todo, no me quería dejar volar aún.
—¡Cristo Zayn! —suspiré.
¡Él se echó a reír! ¡El hijo de puta se rió!
Cedió y comenzó frenéticamente a golpear su lengua sobre mi clítoris hasta que me estremecí y alcancé el borde con una explosión tan poderosa que creo que sacudí la maldita habitación.
—Maldita sea sí nena, lo siento —gruñó mientras mis caderas se levantaban de la cama tan alto que me pregunté si me rompería la espalda.
—Oh Jesús —dije entrecortadamente mientras él metía la mano en el cajón de su lado y sacaba un condón antes de abrirlo y ponérselo.
Palmeó mi rostro tiernamente mientras se empujaba lentamente.
—¿Estás lista para tomarme nena? —Se posicionó en la entrada de mi abertura—. ¿Estás lista para ser follada hasta el desmayo E? —La metió un poco—. Porque te haré gritar maldita sea, nena.
Gemí y meneé ligeramente mis caderas. Mi espalda se arqueó y ambos gemimos con satisfacción cuando él se empujó hasta el fondo y me llenó completamente.
—Cristo —dijo con voz áspera.
Nos quedamos inmóviles, nuestros ojos conectándose y diciendo muchas en cosas en silencio antes de que él retrocediera lentamente y se deslizara de nuevo, tan fácil, tan deliberadamente y tan malditamente bueno.
—Tan apretada nena, no puedo...
Sus dientes se hundieron en su labio inferior mientras cerraba los ojos y apoyaba su frente contra la mía.
—E —es todo lo que dijo antes de asumir el control y volvernos un lío de jadeos salvajes, gimiendo con cada poderosa embestía mientras me llevaba hasta la cama y al olvido con su implacable ritmo.
—Maldita sea sí —grité cuando sentí que mi cuerpo se apretaba.
—Dámelo nena, dámelo —gruñó y explotó alrededor, detonando su propio clímax violento, la inconciencia rodeándonos y nos aferramos el uno al otro, luchando por respirar—. Diaaaablos —gruñó, con la cabeza echada hacia atrás en éxtasis mientras lo jalaba, levantando mis caderas y agarrándolo fuertemente con mis muslos, drenando tanto pedacito de placer como pude.
Su cabeza cayó sobre mi hombro mientras luchaba por estabilizarse, mientras jadeaba mi camino de regreso a la conciencia.
—Cristo nena. —Se salió y giró sobre su espalda mientras me arrastraba con él, empujando mi cabeza sobre su pecho antes de tomar mi mano en la suya y apretarla con fuerza, abriendo sus dedos en los míos mientras su pulgar acariciaba con dulzura el mío.
Su otra mano llegó a descansar a mi espalda, en una postura natural, pero siseé y se tensó.
—Mierda nena, lo siento.
Sacudiendo la cabeza apreté su mano para tranquilizarlo.
El silencio nos envolvió y cuando se abalanzó un poco demasiado supe que quería hablar, así que hice lo que siempre hago.
Evitarlo.
—Tengo cosas que hacer —la mentira salió de mi boca con tanta facilidad que odié por ello.
—¡Infiernos nena! —Levantó la barbilla para mirarme, sus ojos se estrecharon feroces mientras sacudía lentamente la cabeza—. ¡No hagas esto E!
Tragándome de nuevo la réplica me lancé fuera de la cama.
—Dije que tengo cosas que hacer Zayn.
Rió sin humor y luego susurró:
—Nena. Desde donde estoy no te ves nada bien. —Me di la vuelta tan rápido que casi caigo.
—¡Entonces no me mires maldita sea!
El gruñido fue feroz y me mordí el labio con angustia.
—Nena...
Alejándome de su advertencia, apreté mis ojos cerrándolos, tratando desesperadamente de luchar contra el impulso interior de tan sólo por un momento dejar que todo saliera, pero no podía. Ese secreto tenía que irse conmigo a la tumba. Le debía eso.
—¿Quién diablos te hizo eso—me preguntó. Allí estaba, la pregunta que había visto en sus ojos antes.
—No te preocupes Zayn, lo disfruté también. Ambos gritamos de puto éxtasis mientras lo hacíamos —escupí venenosamente. La impecable mirada que me dio me empujó tan al borde en ese momento que me arrepentí de inmediato.
Su rostro se tensó mientras su mandíbula se movía, sus ojos se oscurecieron tanto que parecían ser de un negro sólido y sus puños se apretaron mientras lentamente se levantaba de la cama y se dirigía hacia mí, poco a poco arrinconándome contra la pared.
Tragando fuerte cerré los ojos con rabia.
—Ábrelos —gruñó.
—No —un susurro fue todo lo que pude sacar mientras mi corazón latía con fuerza contra mi pecho.
—¡ÁBRELOS MALDITA SEA!
¡Los abrí!
Su furia era palpable, el grosor con que me recubría me hacía temblar y me quedé sin aliento cuando él recorrió el hueso de mi mejilla con el dedo.
—¡No vuelvas a hablarme así de nuevo! —Su intensidad sacó el aliento de mis pulmones—. ¿Me escuchas nena?
—Sí, te escucho —le susurré. Él asintió.
—Tenemos que hablar nena, pero cuando te hayas calmado carajo.
—No puedo Zayn. —Hice una mueca cuando sus ojos volvieron hielo.
—Puedes nena, y lo harás —Se apartó de la pared, se puso los pantalones y se fue.
¡Maldita sea todo!
ᴍᴀʀ.
Maratón 2/3
Capítulo 12
—¿Estamos listos para ROCK THE ROOM?
Zayn empezó a meter de lleno la ruidosa multitud en la canción épica de Room 103 y me atreví a mirarlo desde mi lugar detrás de la barra. Su belleza masculina capturó mi aliento y alejé una vez más el anhelo por tocarlo. Sólo tocarlo.
El deseo por él no había disminuido nada desde que me había tomado esta mañana y estaba realmente enojada conmigo misma por las cosas que sentía hacia él.
Zayn no tenía relaciones, diablos. Una chica tenía suerte si la invitaba a volver por un segundo y no era tan estúpida como para pensar que conmigo sería diferente.
Lo observé mientras hipnotizaba la gente, los alimentaba y los ponía a su merced.
“Help me feed it, feed it, serve it, the growl to open the tomb
Yeah, yeah, yeahhhhhh
Make me feel it, feel it, touch it, while we Rock the Room”
—E —mis ojos se movieron al chico sentado en un taburete que me miraba con recelo.
—Austin. —Debía haber notado la rigidez de mis hombros y la chispa de miedo detrás de mis ojos pero no respondió a ellos—. ¿Qué te sirvo?
—Whiskey con cola. —Asentí y preparé su bebida. Cuando la puse en la barra delante de él sus dedos se envolvieron alrededor de los míos.
Oí la voz de Zayn desviarse un momento de la canción y le lancé una mirada de “estoy bien”. Él asintió, pero no nos sacó la vista de encima.
Me volví hacia Austin cuando empezó a decir algo:
—Yo... Dios, no soy bueno en esto... Sólo quiero pedirte disculpas, sabes...
Apreté los labios y el ceño.
—Necesitas pedirle disculpas a Melissa, no a mí Austin.
Negó ligeramente y me di cuenta que aún sostenía mi mano bajo la suya así que la deslicé de regreso, liberándome suavemente de su agarre.
—No se supone que me acerque a ella. Es por eso que estoy aquí, necesito que le digas algo...
Negué firmemente.
—No creo que sea una buena idea Austin.
Sus dientes se clavaron en su labio inferior y me di cuenta del destello de enojo a través de sus ojos.
Cristo, ¡este tipo realmente necesitaba invertir en algo de manejo de la ira!
—Por favor, E, tienes clases con ella. —Sacudí la cabeza hacia él.
—Lo siento Austin.
—¡Maldita sea E! —gruñó desagradablemente.
Me estremecí interiormente ante su tono, pero permanecí impasible en el exterior. No quería alertar a Zayn de mi preocupación pero su mano se cerró alrededor de mi brazo y prácticamente me tiró encima de la barra; mis pequeñas piernas patearon el aire detrás de mí mientras mi cuerpo se deslizaba por las líneas de cerveza en la madera vieja del mostrador.
—¡Sólo hazlo maldita sea! —gruñó mientras un chillido estridente de la guitarra salía por el altavoz y la música se detenía de pronto.
Austin fue arrastrado a través de la habitación por el pelo, los dedos de Zayn agarrándolo tan fuerte que se le ponían los nudillos blancos. Boss, Bulk y Romeo lo seguían detrás, su ira físicamente tangible en el aire mientras todos los ojos en la sala los miraban con conmoción.
—Mierda —dijo Rachel detrás de mí, lo que me sacudió con sorpresa.
—Sí... ¡Mierda! —repetí.
Veinte minutos más tarde, la banda entró de nuevo, se acercó al escenario y reanudó su actuación.
¡Nada pasó aquí Oficial!
—¿Estás bien cariño? —oí la voz de Zayn desde la barra mientras me agachaba debajo de los estantes de recarga.
El Z Bar estaba cerrado, pero los chicos todavía estaban empacando su equipo mientras yo limpiaba y me reponía y, para ser honesta, agradecía su presencia.
Miré hacia arriba para encontrarme con su rostro mirando por encima del borde del mostrador hacia mí, con una amplia sonrisa en su glorioso rostro. Le sonreí de vuelta y asentí.
—... 12... 13... 14... 15... 16... —Volví mi atención a los estantes y levanté un dedo contando en voz alta para indicar que tardaría un segundo.
—19... 18... 17... 16... 15...
Sonreí. Cerré los ojos y conté en mi cabeza, tratando desesperadamente de dejarlo fuera.
—... 14... 13... 12...
—Arghhhh, tú...
Su risa profunda me trajo una sonrisa a mi cara y me puse de pie y moví el brazo. Me agarró de la muñeca y tiró de mí a la barra... ¡Por Dios, otra vez!
Su boca se estrelló sobre la mía, sus labios trabando sensualmente los míos en un caos sin sentido caliente mientras su dominante beso hacía que mis rodillas temblaran.
—Sigue, no nos importa verte —gritó Boss desde el otro lado de la habitación, pero Zayn no retrocedió; de hecho, pareció hacer lo contrario. Sus manos se posaron en mis brazos mientras me arrastraba totalmente sobre la barra y me sentaba en el borde.
Envolví las piernas alrededor de él mientras su mano se deslizaba en mi pelo y tiraba de mí con más fuerza contra él.
Mi intensa excitación me hizo gemir y Zayn respondió con un gruñido.
Abarcando con sus brazos mi cintura, me levantó de la barra y nos llevó hacia el almacén, sus labios nunca dejaron los míos y me pregunté, ¿cómo diablos puede ver a dónde va?
Pateando la puerta la cerró detrás de él, me empujó contra la pared mientras volvía a su beso apasionado.
—Piernas abajo nena —susurró contra mis labios e hice lo que me pidió, dejando caer mis pies en el suelo.
Sus dedos soltaron el botón de mis jeans antes de ser barridos por mis piernas con mis bragas mientras me apresuraba a darle un tirón a sus pantalones, liberando su pene duro en mi mano.
Sonreí hacia él mientras lo masturbaba lentamente arriba y abajo.
—Joder sí —gruñó y tomó una de mis piernas, tirando de ella alrededor de su cadera mientras trataba de equilibrarse de puntillas mientras se colocaba a sí mismo en mi entrada. Se mordió el labio inferior entre los dientes justo cuando me empalaba brutalmente—. ¡Diablos! Eres demasiado baja. Pon tus piernas alrededor de mí, nena.
Me levantó de un salto, sujetando mis piernas alrededor de sus caderas y se empujó de nuevo forzando a mi cabeza a moverse hacia atrás y golpear la pared.
—Mierda, ¿estás bien cariño?
Asentí.
—Sí, sólo fóllame Zayn.
No hizo falta que se lo dijera dos veces. Sus embestidas eran duras y rápidas, nuestros cuerpos golpeaban ruidosamente uno contra el otro mientras mi espalda golpeaba a un ritmo constante la pared en sintonía con nuestros eróticos gemidos y mis dientes se hundían en su cuello, haciéndolo silbar y me libré brutalmente.
Antes de que nos diéramos cuenta ambos nos venimos duro.
—Eve —gruñó mientras su esperma golpeaba mi vientre y mi orgasmo lo ordeñaba hasta secarlo mientras gritaba mi liberación.
—Oh Jesús —respiré mientras un redoble de tambor fuerte sonaba en la puerta.
—Qué follada épica. Que ritmo increíble chicos —gritó Boss.
Gemí cuando Zayn sonrió.
—Piérdete.
Parpadeé y tragué.
—Zayn. —Con la cabeza inclinada mientras él fruncía el ceño.
—¿Nena?
—Condón Zayn. —Hice una mueca, pero sacudió la cabeza inflexiblemente.
—¡De ninguna manera nena!
Lo miré. ¿Qué demonios?
—Dije, no contigo. —Parpadeé de nuevo—. ¡Necesito sentirte nena!
No sabía muy bien cómo tomar eso realmente.
—Pero Zayn... —Sus ojos se estrecharon hacia mí y su dedo pasó por mi nariz—. ¿Estás con control de la natalidad nena?
—Bueno, sí, pero...
—Entonces no hay peros nena. Necesitaba sentirte —repitió—, follarte a pelo nena.
Me limité a asentir. ¿Qué podía decir?
Entonces mi cerebro registró otros problemas con este escenario, pero mi mente se preguntaba cómo abordar el tema.
—Pero...
—Escúpelo nena. —Él me miró mientras se agachaba delante de mí, limpiando mis partes femeninas con un pequeño pañuelo de papel que había jalado de un rollo limpio, y luego me sostuvo las bragas abiertas para que me las pusiera.
¡Qué totalmente dulce!
—Bueno, qué pasa con... ya sabes...
—Ilumíname nena —frunció el ceño mientras ahora subía mi ropa interior por mis piernas y sobre mis caderas.
—Ya sabes Zayn... ¿Estás limpio? —finalmente logré decir, con la esperanza de no insultarlo.
—Sí, nena, ¿y tú?
¡Era un poco tarde para preguntarme ahora!
—Por supuesto, nunca he estado con nadie, tristemente, pero tenía que comprobarlo. ¿Entiendes?
Él plantó un pequeño beso en mi nariz.
—Claro nena. Te escucho —dijo y luego se sumergió abajo para ayudarme de nuevo con mis pantalones, pero me di cuenta de que su rostro se oscureció cuando apoyé mi mano en su hombro para no perder el equilibrio.
Agarrándome la muñeca estudió el moretón púrpura dejado en mi brazo por el agarre de Austin. Estaba furioso cuando se mordió el labio inferior mientras sus ojos brillaban salvajemente.
—¡Maldito! —Le acaricié el rostro, tratando de aplacarlo.
—Hey, estoy bien.
Él permaneció en silencio, tocó mi pie para que metiera la pierna en el pantalón antes de ponerse de pie y me miró intensamente.
—Ese bastardo no debería tocarte nena.
Asintiendo, estiré la mano y le di un beso en la mejilla.
—Gracias por ser mi caballero de armadura —le susurré con una sonrisa feliz brillante.
—Date la vuelta nena —susurró cuando se apartó. Fruncí el ceño e hice lo que me pedía, pero tan pronto me di cuenta de lo que estaba haciendo, traté de dar marcha atrás.
—No nena —me advirtió.
Cerré los ojos con vergüenza mientras me levantaba la camisa por mi espalda para revisar mis heridas. Me preparé para una explosión de su temperamento, pero me sorprendió cuando sus labios suavemente besaron cada latigazo en mi espalda.
Una lágrima se deslizó por mi mejilla ante su ternura, sin creer realmente merecerla.
—¿Te duele? —preguntó en voz baja antes de abrir la boca para otro beso.
—No por el momento... no hasta después de... —Bajé la voz. Sentí su pequeña inclinación de cabeza mientras seguía acariciando mi piel lastimada.
—¿Por qué el látigo nena?
Hice una pausa antes de hablar.
—Por favor, no hagas esto en un maldito armario Zayn —le supliqué.
Su barbilla descansó sobre mi hombro mientras su aliento me hacía cosquillas en la mejilla.
—Lo que es necesario decir, no importa donde sea dicho.
—Zayn —tomé una respiración profunda antes de decir las siguientes palabras—: Mira, no te ofendas, pero casi no nos conocemos. Hemos follado dos veces...
Su gruñido fue profundo y rápidamente me silenció.
—Nena... pudimos haber follado una vez, pudimos haber follado un billón de veces... realmente importa una mierda el número de veces que hayamos follado... —Me di la vuelta para quedar frente a él—, pero por lo que sí doy una mierda es por el hecho de que alguien folle con mi chica. —Se inclinó un poco más cerca—, y no me gusta que a mi chica se la follen. ¿Me escuchas nena?
Asentí lentamente.
—Te escucho Zayn.
¿Realmente me acababa de llamar su chica? ¡Infierno Santo!
¡Pequeño baile dentro de mi vientre!
Él asintió y luego tomó mi mano.
—¡Mañana! Yo, tú y las palabras. ¿Está bien nena? —me informó severamente.
Tragué fuertemente.
—Está bien Zayn.
Zayn empezó a meter de lleno la ruidosa multitud en la canción épica de Room 103 y me atreví a mirarlo desde mi lugar detrás de la barra. Su belleza masculina capturó mi aliento y alejé una vez más el anhelo por tocarlo. Sólo tocarlo.
El deseo por él no había disminuido nada desde que me había tomado esta mañana y estaba realmente enojada conmigo misma por las cosas que sentía hacia él.
Zayn no tenía relaciones, diablos. Una chica tenía suerte si la invitaba a volver por un segundo y no era tan estúpida como para pensar que conmigo sería diferente.
Lo observé mientras hipnotizaba la gente, los alimentaba y los ponía a su merced.
Yeah, yeah, yeahhhhhh
Make me feel it, feel it, touch it, while we Rock the Room”
—E —mis ojos se movieron al chico sentado en un taburete que me miraba con recelo.
—Austin. —Debía haber notado la rigidez de mis hombros y la chispa de miedo detrás de mis ojos pero no respondió a ellos—. ¿Qué te sirvo?
—Whiskey con cola. —Asentí y preparé su bebida. Cuando la puse en la barra delante de él sus dedos se envolvieron alrededor de los míos.
Oí la voz de Zayn desviarse un momento de la canción y le lancé una mirada de “estoy bien”. Él asintió, pero no nos sacó la vista de encima.
Me volví hacia Austin cuando empezó a decir algo:
—Yo... Dios, no soy bueno en esto... Sólo quiero pedirte disculpas, sabes...
Apreté los labios y el ceño.
—Necesitas pedirle disculpas a Melissa, no a mí Austin.
Negó ligeramente y me di cuenta que aún sostenía mi mano bajo la suya así que la deslicé de regreso, liberándome suavemente de su agarre.
—No se supone que me acerque a ella. Es por eso que estoy aquí, necesito que le digas algo...
Negué firmemente.
—No creo que sea una buena idea Austin.
Sus dientes se clavaron en su labio inferior y me di cuenta del destello de enojo a través de sus ojos.
Cristo, ¡este tipo realmente necesitaba invertir en algo de manejo de la ira!
—Por favor, E, tienes clases con ella. —Sacudí la cabeza hacia él.
—Lo siento Austin.
—¡Maldita sea E! —gruñó desagradablemente.
Me estremecí interiormente ante su tono, pero permanecí impasible en el exterior. No quería alertar a Zayn de mi preocupación pero su mano se cerró alrededor de mi brazo y prácticamente me tiró encima de la barra; mis pequeñas piernas patearon el aire detrás de mí mientras mi cuerpo se deslizaba por las líneas de cerveza en la madera vieja del mostrador.
—¡Sólo hazlo maldita sea! —gruñó mientras un chillido estridente de la guitarra salía por el altavoz y la música se detenía de pronto.
Austin fue arrastrado a través de la habitación por el pelo, los dedos de Zayn agarrándolo tan fuerte que se le ponían los nudillos blancos. Boss, Bulk y Romeo lo seguían detrás, su ira físicamente tangible en el aire mientras todos los ojos en la sala los miraban con conmoción.
—Mierda —dijo Rachel detrás de mí, lo que me sacudió con sorpresa.
—Sí... ¡Mierda! —repetí.
Veinte minutos más tarde, la banda entró de nuevo, se acercó al escenario y reanudó su actuación.
¡Nada pasó aquí Oficial!
—¿Estás bien cariño? —oí la voz de Zayn desde la barra mientras me agachaba debajo de los estantes de recarga.
El Z Bar estaba cerrado, pero los chicos todavía estaban empacando su equipo mientras yo limpiaba y me reponía y, para ser honesta, agradecía su presencia.
Miré hacia arriba para encontrarme con su rostro mirando por encima del borde del mostrador hacia mí, con una amplia sonrisa en su glorioso rostro. Le sonreí de vuelta y asentí.
—... 12... 13... 14... 15... 16... —Volví mi atención a los estantes y levanté un dedo contando en voz alta para indicar que tardaría un segundo.
—19... 18... 17... 16... 15...
Sonreí. Cerré los ojos y conté en mi cabeza, tratando desesperadamente de dejarlo fuera.
—... 14... 13... 12...
—Arghhhh, tú...
Su risa profunda me trajo una sonrisa a mi cara y me puse de pie y moví el brazo. Me agarró de la muñeca y tiró de mí a la barra... ¡Por Dios, otra vez!
Su boca se estrelló sobre la mía, sus labios trabando sensualmente los míos en un caos sin sentido caliente mientras su dominante beso hacía que mis rodillas temblaran.
—Sigue, no nos importa verte —gritó Boss desde el otro lado de la habitación, pero Zayn no retrocedió; de hecho, pareció hacer lo contrario. Sus manos se posaron en mis brazos mientras me arrastraba totalmente sobre la barra y me sentaba en el borde.
Envolví las piernas alrededor de él mientras su mano se deslizaba en mi pelo y tiraba de mí con más fuerza contra él.
Mi intensa excitación me hizo gemir y Zayn respondió con un gruñido.
Abarcando con sus brazos mi cintura, me levantó de la barra y nos llevó hacia el almacén, sus labios nunca dejaron los míos y me pregunté, ¿cómo diablos puede ver a dónde va?
Pateando la puerta la cerró detrás de él, me empujó contra la pared mientras volvía a su beso apasionado.
—Piernas abajo nena —susurró contra mis labios e hice lo que me pidió, dejando caer mis pies en el suelo.
Sus dedos soltaron el botón de mis jeans antes de ser barridos por mis piernas con mis bragas mientras me apresuraba a darle un tirón a sus pantalones, liberando su pene duro en mi mano.
Sonreí hacia él mientras lo masturbaba lentamente arriba y abajo.
—Joder sí —gruñó y tomó una de mis piernas, tirando de ella alrededor de su cadera mientras trataba de equilibrarse de puntillas mientras se colocaba a sí mismo en mi entrada. Se mordió el labio inferior entre los dientes justo cuando me empalaba brutalmente—. ¡Diablos! Eres demasiado baja. Pon tus piernas alrededor de mí, nena.
Me levantó de un salto, sujetando mis piernas alrededor de sus caderas y se empujó de nuevo forzando a mi cabeza a moverse hacia atrás y golpear la pared.
—Mierda, ¿estás bien cariño?
Asentí.
—Sí, sólo fóllame Zayn.
No hizo falta que se lo dijera dos veces. Sus embestidas eran duras y rápidas, nuestros cuerpos golpeaban ruidosamente uno contra el otro mientras mi espalda golpeaba a un ritmo constante la pared en sintonía con nuestros eróticos gemidos y mis dientes se hundían en su cuello, haciéndolo silbar y me libré brutalmente.
Antes de que nos diéramos cuenta ambos nos venimos duro.
—Eve —gruñó mientras su esperma golpeaba mi vientre y mi orgasmo lo ordeñaba hasta secarlo mientras gritaba mi liberación.
—Oh Jesús —respiré mientras un redoble de tambor fuerte sonaba en la puerta.
—Qué follada épica. Que ritmo increíble chicos —gritó Boss.
Gemí cuando Zayn sonrió.
—Piérdete.
Parpadeé y tragué.
—Zayn. —Con la cabeza inclinada mientras él fruncía el ceño.
—¿Nena?
—Condón Zayn. —Hice una mueca, pero sacudió la cabeza inflexiblemente.
—¡De ninguna manera nena!
Lo miré. ¿Qué demonios?
—Dije, no contigo. —Parpadeé de nuevo—. ¡Necesito sentirte nena!
No sabía muy bien cómo tomar eso realmente.
—Pero Zayn... —Sus ojos se estrecharon hacia mí y su dedo pasó por mi nariz—. ¿Estás con control de la natalidad nena?
—Bueno, sí, pero...
—Entonces no hay peros nena. Necesitaba sentirte —repitió—, follarte a pelo nena.
Me limité a asentir. ¿Qué podía decir?
Entonces mi cerebro registró otros problemas con este escenario, pero mi mente se preguntaba cómo abordar el tema.
—Pero...
—Escúpelo nena. —Él me miró mientras se agachaba delante de mí, limpiando mis partes femeninas con un pequeño pañuelo de papel que había jalado de un rollo limpio, y luego me sostuvo las bragas abiertas para que me las pusiera.
¡Qué totalmente dulce!
—Bueno, qué pasa con... ya sabes...
—Ilumíname nena —frunció el ceño mientras ahora subía mi ropa interior por mis piernas y sobre mis caderas.
—Ya sabes Zayn... ¿Estás limpio? —finalmente logré decir, con la esperanza de no insultarlo.
—Sí, nena, ¿y tú?
¡Era un poco tarde para preguntarme ahora!
—Por supuesto, nunca he estado con nadie, tristemente, pero tenía que comprobarlo. ¿Entiendes?
Él plantó un pequeño beso en mi nariz.
—Claro nena. Te escucho —dijo y luego se sumergió abajo para ayudarme de nuevo con mis pantalones, pero me di cuenta de que su rostro se oscureció cuando apoyé mi mano en su hombro para no perder el equilibrio.
Agarrándome la muñeca estudió el moretón púrpura dejado en mi brazo por el agarre de Austin. Estaba furioso cuando se mordió el labio inferior mientras sus ojos brillaban salvajemente.
—¡Maldito! —Le acaricié el rostro, tratando de aplacarlo.
—Hey, estoy bien.
Él permaneció en silencio, tocó mi pie para que metiera la pierna en el pantalón antes de ponerse de pie y me miró intensamente.
—Ese bastardo no debería tocarte nena.
Asintiendo, estiré la mano y le di un beso en la mejilla.
—Gracias por ser mi caballero de armadura —le susurré con una sonrisa feliz brillante.
—Date la vuelta nena —susurró cuando se apartó. Fruncí el ceño e hice lo que me pedía, pero tan pronto me di cuenta de lo que estaba haciendo, traté de dar marcha atrás.
—No nena —me advirtió.
Cerré los ojos con vergüenza mientras me levantaba la camisa por mi espalda para revisar mis heridas. Me preparé para una explosión de su temperamento, pero me sorprendió cuando sus labios suavemente besaron cada latigazo en mi espalda.
Una lágrima se deslizó por mi mejilla ante su ternura, sin creer realmente merecerla.
—¿Te duele? —preguntó en voz baja antes de abrir la boca para otro beso.
—No por el momento... no hasta después de... —Bajé la voz. Sentí su pequeña inclinación de cabeza mientras seguía acariciando mi piel lastimada.
—¿Por qué el látigo nena?
Hice una pausa antes de hablar.
—Por favor, no hagas esto en un maldito armario Zayn —le supliqué.
Su barbilla descansó sobre mi hombro mientras su aliento me hacía cosquillas en la mejilla.
—Lo que es necesario decir, no importa donde sea dicho.
—Zayn —tomé una respiración profunda antes de decir las siguientes palabras—: Mira, no te ofendas, pero casi no nos conocemos. Hemos follado dos veces...
Su gruñido fue profundo y rápidamente me silenció.
—Nena... pudimos haber follado una vez, pudimos haber follado un billón de veces... realmente importa una mierda el número de veces que hayamos follado... —Me di la vuelta para quedar frente a él—, pero por lo que sí doy una mierda es por el hecho de que alguien folle con mi chica. —Se inclinó un poco más cerca—, y no me gusta que a mi chica se la follen. ¿Me escuchas nena?
Asentí lentamente.
—Te escucho Zayn.
¿Realmente me acababa de llamar su chica? ¡Infierno Santo!
¡Pequeño baile dentro de mi vientre!
Él asintió y luego tomó mi mano.
—¡Mañana! Yo, tú y las palabras. ¿Está bien nena? —me informó severamente.
Tragué fuertemente.
—Está bien Zayn.
ᴍᴀʀ.
Maratón 3/3
Capítulo 13
Pasé la mañana del domingo poniéndome al día con las tareas, ensayos y limpieza de la residencia de estudiantes.
Austin no había aparecido y estaba un poco preocupada por lo que los chicos podrían haber hecho con él, así que hice una nota mental de preguntarle a Zayn cuando me recogiera después.
Teníamos previsto, o más bien me habían dicho, que Zayn me recogería temprano en la tarde y mi estómago estaba de hecho rebelándose contra el hecho de que quería hablar.
¿Qué demonios le diría? Mi vida no era una de las más sencillas. De hecho, era condenadamente complicada y sabía que no aprobaría nada de eso, pero supongo que algo tenía que decirle. No había manera de que pudiera revelar todo; algunos secretos eran sólo eso... ¡Secretos!
—Am, fueron los colonos germanos de los Países Bajos quienes lo trajeron —argumentó Josh mientras yo mordía el final de mi pluma tan a fondo que ahora tenía extrema necesidad de una cirugía plástica.
—Sí, pero en su origen fueron los anglosajones quienes los desarrollaron. —Josh puso los ojos en blanco, pero yo insistí—, y Beowulf es prácticamente el inglés más antiguo del que fue traducido.
—Folklore E.
Sonreí cuando él sonrió.
—Tú ve por la tuya y yo iré por la mía —le guiñé un ojo mientras me levantaba de la mesa e iba a preparar un café.
Josh asintió cuando levanté la taza, en silencio preguntándole si quería uno, pero luego vino y se quedó de pie a mi lado, jugueteando con sus dedos nerviosamente y me frunció el ceño.
—Escucha E, sobre el viernes por la noche...
—Está bien Josh, sólo fue un beso de borrachos...
—¿Nena?
¡A la mierda!... Siempre pasa ¿no?
Plantando una sonrisa en mi cara me volví para encontrar a Zayn apoyado en el marco de la puerta mirándonos a Josh y a mí con atención. Sus cejas estaban altas y sabía que sería interrogada sobre el beso que Josh y yo compartimos.
—Hola —sonreí cuando mis ojos se movieron hacia taza de Starbucks para llevar en su mano. Rodando los ojos me guiñó un ojo mientras pasaba junto a mí y me lo pasaba.
—Cinnamon latte, extra shot —declaró y ladeé la cabeza.
—¿Cómo lo supiste?
Este hombre nunca dejaba de sorprenderme.
—Escucho a la gente, chica.
Mi sonrisa se desvaneció y mi respiración se detuvo cuando sus ojos brillaron hacia mí antes de abalanzarse y me darme un posesivo beso que sabía estaba más bien “dirigido” a Josh. Sus dedos se retorcieron por mi pelo como si le perteneciera y sujeté mis dientes suavemente sobre mi labio inferior.
—Wow —respiré cuando se apartó. Su sonrisa maliciosa se adelantó a la mía—. Compórtate —susurré. Su sonrisa se ensanchó.
—¿Lista nena?
—Llegas un poco antes de lo que esperaba. ¿Tengo tiempo para cambiarme?
—Claro nena.
Volviendo de nuevo a un Josh sombrío sonreí.
—¿Está bien que sigamos después? —Se encogió de hombros, pero asintió en confirmación antes de deslizar sus libros y caminar fuera de la habitación.
Zayn levantó las cejas hacia mí, pero me limité a no decir nada y lo llevé hacia mi habitación mientras me cambiaba.
Él se dejó caer en la cama y miró la escena de la playa, mientras me ponía unos vaqueros y mi desvanecida camiseta de Mötley Crüe, y me sentarme en la cómoda para acomodar mi pelo salvaje luego.
Mi corazón comenzó a acelerarse al mirar el reflejo de Zayn en mi cama, acostado con los brazos detrás de la cabeza viéndose totalmente relajado, como si perteneciera a ese lugar.
Me miró cuando tragué fuerte y rápidamente desvié la mirada, tirando de mi cabello en lo alto de la cabeza.
—¿Estás bien cariño?
Buscando sus ojos en el espejo asentí sonriendo.
—Claro nene.
Su sonrisa por mi expresión de cariño fue impresionante e instantáneamente me prometí hacer cualquier cosa para ganar más de él.
—Mierda nena hermosa —susurró en mi oído después de quitar su magnífico cuerpo de mi cama. Nuestros ojos se encontraron en el espejo por un segundo antes de apretar los dientes suavemente sobre el lóbulo de mi oreja—. Tenemos que irnos antes de que te acueste sobre la cama y te folle en crudo nena.
El gemido que escapó de mi boca hizo que sus ojos se oscurecieran y dieran un flashazo.
—O podemos hacer precisamente eso, quedarnos aquí, me pones sobre la cama y me follas bien duro —le ofrecí con un batir de mis pestañas.
Sonreí alegremente cuando él se mordió los labios para sofocar su risa.
—Más tarde nena. —Agarró mi mano y me llevó a su auto, a su hermoso auto.
—¿Adónde me llevas guapo? —le pregunté mientras recorría su iPod por algunas canciones cuando nos metimos por caminos rurales.
—¿Guapo? ¿En serio? —Me volví hacia él y dejé que mis ojos se perdieran por encima de su cuerpo lentamente. Dios este hombre me hacía acalorar.
—Lo siento... ¿A dónde me llevas caliente y maldito macho? —rectifiqué mientras cambiaba la música a algo de AC / DC.
Se rió profundamente y sacudió la cabeza divertido.
—A nadar nena.
Me eché hacia atrás con el ceño fruncido.
—No traje mi... ―Su pícara sonrisa en respuesta fue todo lo que necesité—. ¡No contestes a eso! —lo regañé.
Los dos cantamos la canción de AC / DC Highway to Hell antes de que se desviara por un camino de tierra y le dirigí una mirada de preocupación.
—Ahora es cuando me dices que eres una especie de asesino pervertido ¿no?
Él se rió y negó.
—No, nena, sólo soy un pervertido.
—¡¡Viva!! —respondí aplaudiendo alegremente—. Mi propio pervertido, donde sea, cuando se, y cómo sea—declaré con entusiasmo.
—Maldita sea sí. —Me guiñó un ojo mientras conducía con cuidado a través de un claro entre unos árboles.
¿A dónde demonios me llevaba? Me preocupé un poco por su auto cuando las ramas de los árboles comenzaron a golpear el lado de él mientras conducía más profundamente en la zona boscosa.
—¿Zayn?
—Tranquila nena.
Mis ojos se abrieron cuando los árboles se abrieron en un pequeño claro y un hermoso paisaje nos recibió. Por sobre una roca imponente corría una cascada que fluía hacia un pequeño pero adecuado lago, rodeado por masas de flora y fauna multicolor y una gran zona de césped se extendía alrededor con una multitud de campanillas y sauces llorones en miniatura.
—Oh Dios mío —jadeé mientras prácticamente tropezaba al del auto y apreciaba la escena delante de mí. Mi respiración se sentía pesada mientras permanecía inmóvil para explorar el hermoso paisaje con los ojos y en por lo menos diez minutos no me di cuenta de que Zayn no se había unido a mí.
Volteándome para buscarlo, mi corazón se detuvo al encontrarlo apoyado en el capó de su auto, el rostro blanco y la respiración dificultosa mientras sus puños se apretaban fuertemente.
—¿Zayn?
Muy lentamente me acerqué hasta que me detuve enfrente de él.
Sus ojos estaban fijos en la distancia, en el montón de campanillas y el dolor que había en él era crudo y real.
—¿Nene? —susurré mientras le tomaba el desolado rostro—. Hey.
Él me miró y sonrió con tristeza, había tanto dolor en sus ojos que me dejó sin aliento.
—Mary Ann y yo solíamos venir aquí. A ella le encantaba, decía que la hacía sentir como un hada. ―Le sonreí suavemente y asentí, animándole a abrirse. Él se rió un poco—. Ella solía ocultarse entre las plantas para que no pudieran verla. —Se encogió de hombros y me sonrió—, siempre llevaba un brillante vestido amarillo.
Me reí con él.
—Sí, eso la ocultaría bien.
Respiré hondo y le tomé la mano.
—Es la primera vez que vuelvo, nena.
Mi corazón se rompió por el temblor de su voz.
—¿Ella todavía está aquí contigo? —pregunté en voz baja.
Sus ojos giraron hacia mí, con una expresión en ellos al darse cuenta de que lo entendía que me honraba. Asintió lentamente.
—Sí cariño.
Le di un tirón a su mano.
—Entonces, vamos a saludarla —le susurré.
Sus ojos se llenaron de lágrimas pero asintió con firmeza mientras le llevaba hasta el campo salpicado en azul y me senté en un espacio vacío, acariciando el suelo a mi lado.
Él se dejó caer suavemente a mi lado y estiró sus largas piernas delante de él.
—Háblame de ella.
Tragando fuerte me agarró la mano y me la apretó contra el temblor que corría a través de ella.
—Era tan brillante nena, intelectual y personal. —Sonrió mientras lo imagino corriendo a través de las campanas, Zayn riendo mientras la perseguía—. Siempre quería estar conmigo, ¿sabes? —No respondí, no esperaba que lo hiciera.
—Su voz era... —se chupó los labios y se volvió hacia mí, con la cabeza inclinada con una pequeña sonrisa—. Como la tuya nena, ronca y baja, pero dios, tan jodidamente hermosa. —Una lágrima se deslizó por mi mejilla y él me la limpió con el pulgar mientras su rostro se entristecía—. Era cercana a papá, eran como gemelos, con el mismo
sentido del humor, con los mismos gustos y disgustos, simplemente juntos. ¿Me escuchas nena?
Asentí.
—Te escucho, nene.
—Él era tan... tan oscuro E. —Apretó su mano en la mía y me puse un poco ansiosa con su cambio de estado de ánimo, su rostro sonriente ahora había desaparecido en uno negro y sombrío tomando su lugar—. Me odiaba nena.
¿Qué podía decir a eso? Nada, por lo que permanecí en silencio.
—Siempre decía que mi música era un desperdicio de espacio, nunca sería gran cosa que sólo tendría una vida de músico callejero, un drogadicto solía llamarme. —Se rió amargamente y luego—: Las drogas nunca tocaron mi vida nena, pero él no podía dejar pasar un jodido día sin ellas.
—Sí —me burlé en voz baja.
Él se volvió hacia mí.
—¿Lo sabes nena?
Asentí.
—Sí, lo sé Zayn. —Su mano apretó la mía mientras compartíamos una conexión, una infancia que ambos experimentamos y que habíamos vivido.
—¿Tu papá?
—Sí. —Solté una respiración pesada—. Y mi mamá.
Asintió solemnemente.
—Sí cariño, te entiendo.
Nos quedamos en silencio por un tiempo, hasta que encontró el coraje para continuar.
—Él amaba a mamá sin embargo. Dios, demasiado. —Su visión se volvió acristalada con sus recuerdos llevándolo de regreso a un momento horrible. Lo sabía porque su mano empezó a temblar y el sudor perló su frente.
—No era sólo la manera que la amaba. ¡Demasiado intenso, demasiado negro y manipulador! ¿Me escuchas, nena?
Le apreté la mano de nuevo.
—Te escucho —le susurré, comprendiendo cada maldita palabra trágica.
Suspiró profundamente antes de continuar.
—Fue demasiado para ella. Después de un tiempo. Se fue.
Cerré los ojos ante la angustia en su voz.
—Nos dejó a todos nena.
Mirando hacia él pude ver la devastación que sintió al ser abandonado.
—Sólo se levantó y malditamente se fue.
Me subí a su regazo, a horcajadas sobre sus muslos mientras apoyaba la frente contra la suya y le tomé ambas manos en las mías.
—Él no pudo hacerle frente cuando se fue.
Seguí la única lágrima que rodó por su mejilla. Sus ojos se encontraron con los míos sombríos.
—Le disparó a Mary Ann y luego se pegó un tiro.
¡Oh Jesucristo!
Un sollozo escapó de ambos mientras lo apretaba tan fuerte como podía, tratando de llegar lo suficientemente cerca para absorber su dolor, de tragarlo entero de él mientras su corazón gritaba desgarrando mi alma y arrancándose directamente a través del mío.
—Sólo... mierda... la tomó nena. Justo delante de mí.
Besé sus lágrimas; borré el peso de cada uno de ellas mientras trataba desesperadamente de asumir su dolor.
Le dejé llorar, escuchando sus gritos angustiados y sintiendo cada horrible estremecimiento de su cuerpo mientras finalmente se quebraba por su hermana.
Austin no había aparecido y estaba un poco preocupada por lo que los chicos podrían haber hecho con él, así que hice una nota mental de preguntarle a Zayn cuando me recogiera después.
Teníamos previsto, o más bien me habían dicho, que Zayn me recogería temprano en la tarde y mi estómago estaba de hecho rebelándose contra el hecho de que quería hablar.
¿Qué demonios le diría? Mi vida no era una de las más sencillas. De hecho, era condenadamente complicada y sabía que no aprobaría nada de eso, pero supongo que algo tenía que decirle. No había manera de que pudiera revelar todo; algunos secretos eran sólo eso... ¡Secretos!
—Am, fueron los colonos germanos de los Países Bajos quienes lo trajeron —argumentó Josh mientras yo mordía el final de mi pluma tan a fondo que ahora tenía extrema necesidad de una cirugía plástica.
—Sí, pero en su origen fueron los anglosajones quienes los desarrollaron. —Josh puso los ojos en blanco, pero yo insistí—, y Beowulf es prácticamente el inglés más antiguo del que fue traducido.
—Folklore E.
Sonreí cuando él sonrió.
—Tú ve por la tuya y yo iré por la mía —le guiñé un ojo mientras me levantaba de la mesa e iba a preparar un café.
Josh asintió cuando levanté la taza, en silencio preguntándole si quería uno, pero luego vino y se quedó de pie a mi lado, jugueteando con sus dedos nerviosamente y me frunció el ceño.
—Escucha E, sobre el viernes por la noche...
—Está bien Josh, sólo fue un beso de borrachos...
—¿Nena?
¡A la mierda!... Siempre pasa ¿no?
Plantando una sonrisa en mi cara me volví para encontrar a Zayn apoyado en el marco de la puerta mirándonos a Josh y a mí con atención. Sus cejas estaban altas y sabía que sería interrogada sobre el beso que Josh y yo compartimos.
—Hola —sonreí cuando mis ojos se movieron hacia taza de Starbucks para llevar en su mano. Rodando los ojos me guiñó un ojo mientras pasaba junto a mí y me lo pasaba.
—Cinnamon latte, extra shot —declaró y ladeé la cabeza.
—¿Cómo lo supiste?
Este hombre nunca dejaba de sorprenderme.
—Escucho a la gente, chica.
Mi sonrisa se desvaneció y mi respiración se detuvo cuando sus ojos brillaron hacia mí antes de abalanzarse y me darme un posesivo beso que sabía estaba más bien “dirigido” a Josh. Sus dedos se retorcieron por mi pelo como si le perteneciera y sujeté mis dientes suavemente sobre mi labio inferior.
—Wow —respiré cuando se apartó. Su sonrisa maliciosa se adelantó a la mía—. Compórtate —susurré. Su sonrisa se ensanchó.
—¿Lista nena?
—Llegas un poco antes de lo que esperaba. ¿Tengo tiempo para cambiarme?
—Claro nena.
Volviendo de nuevo a un Josh sombrío sonreí.
—¿Está bien que sigamos después? —Se encogió de hombros, pero asintió en confirmación antes de deslizar sus libros y caminar fuera de la habitación.
Zayn levantó las cejas hacia mí, pero me limité a no decir nada y lo llevé hacia mi habitación mientras me cambiaba.
Él se dejó caer en la cama y miró la escena de la playa, mientras me ponía unos vaqueros y mi desvanecida camiseta de Mötley Crüe, y me sentarme en la cómoda para acomodar mi pelo salvaje luego.
Mi corazón comenzó a acelerarse al mirar el reflejo de Zayn en mi cama, acostado con los brazos detrás de la cabeza viéndose totalmente relajado, como si perteneciera a ese lugar.
Me miró cuando tragué fuerte y rápidamente desvié la mirada, tirando de mi cabello en lo alto de la cabeza.
—¿Estás bien cariño?
Buscando sus ojos en el espejo asentí sonriendo.
—Claro nene.
Su sonrisa por mi expresión de cariño fue impresionante e instantáneamente me prometí hacer cualquier cosa para ganar más de él.
—Mierda nena hermosa —susurró en mi oído después de quitar su magnífico cuerpo de mi cama. Nuestros ojos se encontraron en el espejo por un segundo antes de apretar los dientes suavemente sobre el lóbulo de mi oreja—. Tenemos que irnos antes de que te acueste sobre la cama y te folle en crudo nena.
El gemido que escapó de mi boca hizo que sus ojos se oscurecieran y dieran un flashazo.
—O podemos hacer precisamente eso, quedarnos aquí, me pones sobre la cama y me follas bien duro —le ofrecí con un batir de mis pestañas.
Sonreí alegremente cuando él se mordió los labios para sofocar su risa.
—Más tarde nena. —Agarró mi mano y me llevó a su auto, a su hermoso auto.
—¿Adónde me llevas guapo? —le pregunté mientras recorría su iPod por algunas canciones cuando nos metimos por caminos rurales.
—¿Guapo? ¿En serio? —Me volví hacia él y dejé que mis ojos se perdieran por encima de su cuerpo lentamente. Dios este hombre me hacía acalorar.
—Lo siento... ¿A dónde me llevas caliente y maldito macho? —rectifiqué mientras cambiaba la música a algo de AC / DC.
Se rió profundamente y sacudió la cabeza divertido.
—A nadar nena.
Me eché hacia atrás con el ceño fruncido.
—No traje mi... ―Su pícara sonrisa en respuesta fue todo lo que necesité—. ¡No contestes a eso! —lo regañé.
Los dos cantamos la canción de AC / DC Highway to Hell antes de que se desviara por un camino de tierra y le dirigí una mirada de preocupación.
—Ahora es cuando me dices que eres una especie de asesino pervertido ¿no?
Él se rió y negó.
—No, nena, sólo soy un pervertido.
—¡¡Viva!! —respondí aplaudiendo alegremente—. Mi propio pervertido, donde sea, cuando se, y cómo sea—declaré con entusiasmo.
—Maldita sea sí. —Me guiñó un ojo mientras conducía con cuidado a través de un claro entre unos árboles.
¿A dónde demonios me llevaba? Me preocupé un poco por su auto cuando las ramas de los árboles comenzaron a golpear el lado de él mientras conducía más profundamente en la zona boscosa.
—¿Zayn?
—Tranquila nena.
Mis ojos se abrieron cuando los árboles se abrieron en un pequeño claro y un hermoso paisaje nos recibió. Por sobre una roca imponente corría una cascada que fluía hacia un pequeño pero adecuado lago, rodeado por masas de flora y fauna multicolor y una gran zona de césped se extendía alrededor con una multitud de campanillas y sauces llorones en miniatura.
—Oh Dios mío —jadeé mientras prácticamente tropezaba al del auto y apreciaba la escena delante de mí. Mi respiración se sentía pesada mientras permanecía inmóvil para explorar el hermoso paisaje con los ojos y en por lo menos diez minutos no me di cuenta de que Zayn no se había unido a mí.
Volteándome para buscarlo, mi corazón se detuvo al encontrarlo apoyado en el capó de su auto, el rostro blanco y la respiración dificultosa mientras sus puños se apretaban fuertemente.
—¿Zayn?
Muy lentamente me acerqué hasta que me detuve enfrente de él.
Sus ojos estaban fijos en la distancia, en el montón de campanillas y el dolor que había en él era crudo y real.
—¿Nene? —susurré mientras le tomaba el desolado rostro—. Hey.
Él me miró y sonrió con tristeza, había tanto dolor en sus ojos que me dejó sin aliento.
—Mary Ann y yo solíamos venir aquí. A ella le encantaba, decía que la hacía sentir como un hada. ―Le sonreí suavemente y asentí, animándole a abrirse. Él se rió un poco—. Ella solía ocultarse entre las plantas para que no pudieran verla. —Se encogió de hombros y me sonrió—, siempre llevaba un brillante vestido amarillo.
Me reí con él.
—Sí, eso la ocultaría bien.
Respiré hondo y le tomé la mano.
—Es la primera vez que vuelvo, nena.
Mi corazón se rompió por el temblor de su voz.
—¿Ella todavía está aquí contigo? —pregunté en voz baja.
Sus ojos giraron hacia mí, con una expresión en ellos al darse cuenta de que lo entendía que me honraba. Asintió lentamente.
—Sí cariño.
Le di un tirón a su mano.
—Entonces, vamos a saludarla —le susurré.
Sus ojos se llenaron de lágrimas pero asintió con firmeza mientras le llevaba hasta el campo salpicado en azul y me senté en un espacio vacío, acariciando el suelo a mi lado.
Él se dejó caer suavemente a mi lado y estiró sus largas piernas delante de él.
—Háblame de ella.
Tragando fuerte me agarró la mano y me la apretó contra el temblor que corría a través de ella.
—Era tan brillante nena, intelectual y personal. —Sonrió mientras lo imagino corriendo a través de las campanas, Zayn riendo mientras la perseguía—. Siempre quería estar conmigo, ¿sabes? —No respondí, no esperaba que lo hiciera.
—Su voz era... —se chupó los labios y se volvió hacia mí, con la cabeza inclinada con una pequeña sonrisa—. Como la tuya nena, ronca y baja, pero dios, tan jodidamente hermosa. —Una lágrima se deslizó por mi mejilla y él me la limpió con el pulgar mientras su rostro se entristecía—. Era cercana a papá, eran como gemelos, con el mismo
sentido del humor, con los mismos gustos y disgustos, simplemente juntos. ¿Me escuchas nena?
Asentí.
—Te escucho, nene.
—Él era tan... tan oscuro E. —Apretó su mano en la mía y me puse un poco ansiosa con su cambio de estado de ánimo, su rostro sonriente ahora había desaparecido en uno negro y sombrío tomando su lugar—. Me odiaba nena.
¿Qué podía decir a eso? Nada, por lo que permanecí en silencio.
—Siempre decía que mi música era un desperdicio de espacio, nunca sería gran cosa que sólo tendría una vida de músico callejero, un drogadicto solía llamarme. —Se rió amargamente y luego—: Las drogas nunca tocaron mi vida nena, pero él no podía dejar pasar un jodido día sin ellas.
—Sí —me burlé en voz baja.
Él se volvió hacia mí.
—¿Lo sabes nena?
Asentí.
—Sí, lo sé Zayn. —Su mano apretó la mía mientras compartíamos una conexión, una infancia que ambos experimentamos y que habíamos vivido.
—¿Tu papá?
—Sí. —Solté una respiración pesada—. Y mi mamá.
Asintió solemnemente.
—Sí cariño, te entiendo.
Nos quedamos en silencio por un tiempo, hasta que encontró el coraje para continuar.
—Él amaba a mamá sin embargo. Dios, demasiado. —Su visión se volvió acristalada con sus recuerdos llevándolo de regreso a un momento horrible. Lo sabía porque su mano empezó a temblar y el sudor perló su frente.
—No era sólo la manera que la amaba. ¡Demasiado intenso, demasiado negro y manipulador! ¿Me escuchas, nena?
Le apreté la mano de nuevo.
—Te escucho —le susurré, comprendiendo cada maldita palabra trágica.
Suspiró profundamente antes de continuar.
—Fue demasiado para ella. Después de un tiempo. Se fue.
Cerré los ojos ante la angustia en su voz.
—Nos dejó a todos nena.
Mirando hacia él pude ver la devastación que sintió al ser abandonado.
—Sólo se levantó y malditamente se fue.
Me subí a su regazo, a horcajadas sobre sus muslos mientras apoyaba la frente contra la suya y le tomé ambas manos en las mías.
—Él no pudo hacerle frente cuando se fue.
Seguí la única lágrima que rodó por su mejilla. Sus ojos se encontraron con los míos sombríos.
—Le disparó a Mary Ann y luego se pegó un tiro.
¡Oh Jesucristo!
Un sollozo escapó de ambos mientras lo apretaba tan fuerte como podía, tratando de llegar lo suficientemente cerca para absorber su dolor, de tragarlo entero de él mientras su corazón gritaba desgarrando mi alma y arrancándose directamente a través del mío.
—Sólo... mierda... la tomó nena. Justo delante de mí.
Besé sus lágrimas; borré el peso de cada uno de ellas mientras trataba desesperadamente de asumir su dolor.
Le dejé llorar, escuchando sus gritos angustiados y sintiendo cada horrible estremecimiento de su cuerpo mientras finalmente se quebraba por su hermana.
ᴍᴀʀ.
Re: Shocking Heaven {Zayn Malik} -HOT- (TERMINADA)
¡Holaaa! :)
Les dejo una mini maratón, espero que les guste los caps. ;)
No puedo creer cuan bastardo es el padre de Zayn por haberle hecho eso a su propia hija. Es horrible!
¡Comenten!
:bye:
Les dejo una mini maratón, espero que les guste los caps. ;)
No puedo creer cuan bastardo es el padre de Zayn por haberle hecho eso a su propia hija. Es horrible!
¡Comenten!
:bye:
ᴍᴀʀ.
Re: Shocking Heaven {Zayn Malik} -HOT- (TERMINADA)
Necesita el sexo duro??? O sólo fueron golpes???
Quiero seguir leyendo!!! Continúa pliiiiisssssss!!!!
Quiero seguir leyendo!!! Continúa pliiiiisssssss!!!!
Isabela85
Re: Shocking Heaven {Zayn Malik} -HOT- (TERMINADA)
Hasta que no puse el comentario me di cuenta que habías puesto maratón!!!!
Ooohhh eso es horrible!!!! Ya vemos de donde viene tanta mier#&...
El padre no tenía idea de lo que era amar y la pobre de su hermana lo pagó :-(
Continúa pliiiiisssssss!!!!
Ooohhh eso es horrible!!!! Ya vemos de donde viene tanta mier#&...
El padre no tenía idea de lo que era amar y la pobre de su hermana lo pagó :-(
Continúa pliiiiisssssss!!!!
Isabela85
Re: Shocking Heaven {Zayn Malik} -HOT- (TERMINADA)
oooooooooooooooooooooo
puro sex salvaje y duro
zayn es tan tierno
q dan ganas de comerselo a besos
me encanto el mini maraton aaaaaaa
el papaa de zayn era un enfermo hacerle eso a la hermanita q no tenia nad q ver
dios en q pensaba ese tipo
bueno espero q la sigas pronto me encanta dios
bye
yeka04
Re: Shocking Heaven {Zayn Malik} -HOT- (TERMINADA)
OMG.. din palabras me dejo esta marton..
Ahora ya amo de vuelta a Zayn..
Espero qe no la caguen ninguno de los dos..
Seguila pronto..
Ahora ya amo de vuelta a Zayn..
Espero qe no la caguen ninguno de los dos..
Seguila pronto..
Magui Styles Malik
Re: Shocking Heaven {Zayn Malik} -HOT- (TERMINADA)
No, no fue sexo, lo dijo para molestar a Zayn. Algo parecido a los golpes. :/Isabela85 escribió:Necesita el sexo duro??? O sólo fueron golpes???
Quiero seguir leyendo!!! Continúa pliiiiisssssss!!!!
Ya la sigo. :)
:bye:
ᴍᴀʀ.
Re: Shocking Heaven {Zayn Malik} -HOT- (TERMINADA)
Si, es horrible. Ya sabremos. :/Isabela85 escribió:Hasta que no puse el comentario me di cuenta que habías puesto maratón!!!!
Ooohhh eso es horrible!!!! Ya vemos de donde viene tanta mier#&...
El padre no tenía idea de lo que era amar y la pobre de su hermana lo pagó :-(
Continúa pliiiiisssssss!!!!
Es un idiota.
Ya la sigo. :D
:bye:
ᴍᴀʀ.
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