Enemigos Extraños [Logan Lerman]

— A veces que seas tan directa no es bueno—dijo Logan riendo y siguieron caminando—. Pero sí, he pensado en eso. Y…
— ¿y?—preguntó ansiosa. Logan rió y rápidamente salió corriendo de allí.
Summer lo miró un momento, aun sorprendida, y luego salió corriendo a perseguirlo. Ambos reían sin parar, hasta que Summer logró alcanzarlo y saltó sobre la espalda de él.
— Estás loca—le dijo él entre carcajadas pero agarrando las piernas de ella para afirmarlas contra su cuerpo—. Tengo que darte la respuesta, ¿no?—preguntó y Summer dejó ir un bufido.
— Por algo te lo pregunte. Obviamente quiero una respuesta.
— Si—respondió, sin decir nada más.
— ¿sí me darás la respuesta o sí me amas?
— Ambos—dijo y Summer empezó a patalear.
— Bájame—le ordenó, y él la soltó—. Bueno chicos, vamos a cenar al restaurante que está frente a ese campo de golf. Está aquí cerca—dijo simplemente y todos asintieron tranquilamente, ya que ignoraban el tema de conversación de los dos castaños.
Todos se sentaron en aquel restaurante que estaba al borde de aquel lago, y donde el viento soplaba con suavidad, quitándoles el calor a todos en aquel lugar. Logan se sentó al lado de Summer pero ambos simplemente con miradas se comunicaban lo felices que estaban.
— ¿Dónde está Eric?—preguntó Nathan y todos apuntaron al bar, donde estaba con una chica de pelo negro y tez en extremo pálida.
— Anda bien Eric—dijo Logan riendo y todos asintieron con grandes sonrisas.
Eric había ido para que le colocaran más hielo a su gaseosa, cuando escuchó un idioma extraño y volteó a mirar a la chica que hablaba algo que parecía español. Estaba con el teléfono contra su oído y hacía gestos bastante exagerados. No era algo que admitía muy seguido, pero las latinas le atraían demasiado.
— ¡Y lo peor es que me obligo a venir aquí y me siento desconectada del mundo! Ni siquiera puedo llamar a Argentina para saber cómo esta mi familia—decía ella, y luego miró a Eric un tanto incomoda por la fija mirada de el—. Te llamo en un rato.
— Buenos días—dijo Eric, con una sonrisa de oreja a oreja y la chica simplemente levantó sus cejas, mirándolo despectivamente.
— Ni lo pienses, flaco—advirtió y luego volteó para tomar tu vaso de jugo.
Eric sonrió aun más y la miró por un largo rato.
— ¿tengo algo en la cara?—preguntó, esta vez hablando ya en ingles.
— Hablas ingles—dijo él, impresionado.
— ¿te sorprende? Por favor no me molestes, tengo una cita que esperar.
— ¿Cuál es el problema de hablar contigo mientras el no está? Por favor no me digas que es tu novio.
— Simplemente es una cita que me arreglo una amiga—respondió, esta vez con una sonrisa.
— Pues creo que se equivoco de persona. Debería haberla arreglado para que salgas conmigo.
La chica negó con la cabeza, dibujando una sonrisa traviesa en su rostro y Eric simplemente la miró, con la tonta sonrisa que había ya puesto en su cara hace rato.
— ¿tú eres Isabella?—preguntó un hombre mirando de arriba abajo a la chica y Eric levantó las cejas al escuchar su nombre.
“Isabella” sonaba como un nombre melodioso y poético, por el hecho de la persona que lo llevaba. Decidió que se sentaría allí, y miraría como iba a la cita y trataría de prestar atención a Isabella, para saber más cosas sobre ella. El único detalle con el que no contaba, es que el hombre con el que tenía la cita era bastante odioso.
— ¿y qué hiciste con tu cabello? ¿Es siempre así?
— Es por la humedad. Se desordeno solo un poco—dijo pasando sus manos por el cabello y Eric suspiró, irritado por aquel hombre.
— No me gusta tampoco tu ropa. ¿Qué es lo que te pusiste?
— Qué suerte que no te guste. A mí no me gusta nada de vos—Eric comenzó a reír e Isabella volteó hacia el—. Y de hecho, tengo a mi novio acá y estaba por decirte que te vayas.
— ¿Qué?
— Que perdiste, imbécil—dijo y lo agarró a Eric por la mano para ir a bailar.
Ambos fueron hasta la pista y Eric simplemente sonreía mientras la miraba bailar.
— ¿Qué es lo que tanto miras siempre?—preguntó ella, un tanto perturbada.
— Que hasta ahora no logro encontrarte ni un solo defecto. Y me parece extraño.
Ella sonrió y se acercó a él, para bailar juntos. Eric colocó su nariz entre el cabello de ella y se acercó a su oído suavemente.
— Tu vestido es probablemente el más lindo que vi jamás.
— Eres la persona más ridícula que conocí en mi vida.
— Muchas gracias—respondió el riendo—. Un placer, soy Eric Jonson.

Todos habían terminado de comer, y Eric no paraba de hablar con Isabella. La había invitado a ir a la casa, pero ella simplemente dijo que viniera mañana para encontrarse con ella de nuevo, lo cual lo había hecho sentirse aun más ansioso. Y al final de la noche, todos se disiparon por diferentes lugares del local. Logan y Summer fueron hasta el campo de golf, donde decidieron que tal vez podrían hablar tranquilamente.
Fueron caminando torpemente mientras reían a aquellos campos desnivelados, disfrutando de la compañía del otro. Summer volteó para caminar de espaldas y poder mirar a Logan mientras caminaba en retroceso. El soltó unas risitas, mientras la miraba cuidando de que no se cayera.
— ¿Sabes a qué me recuerda esto?—dijo Summer y Logan mando su mentón al frente, como diciéndole que simplemente le dijera—. A la vez que me salvaste de ahogarme en el campo de golf.
— El único parecido es que estamos los dos, y hay un campo con relieves—dijo Logan acercándose a ella, quien había detenido su paso—. Aunque si quieres puedo salvarte de nuevo—ella empezó a reír avergonzada al ver los ojos de Logan mirarla desvergonzadamente. Volteó y miró el hermoso lugar. Un campo grande y extenso con árboles, y lleno de flores. Logan se colocó a su lado con las manos en los bolsillos y su mirada fija en la vista—. I see trees of green—comenzó a cantar Logan y Summer lo miró con una gran sonrisa. Ambos solían cantar “What a wonderful world” cada vez que tenían algo magnifico frente a ellos.
— Red roses too—entonó ella y luego sintió como Logan la agarró por las caderas, para bailar con ella, pero terminó tropezando torpemente con sus altos tacos y resbaló por aquel pequeño monte.
Empezó a reír con fuerzas mientras caía. Cuando terminó de dar vueltas, miró hacia arriba y vio a Logan mirándola con una sonrisa. Vio luego como se agacho y se arrojó de la misma manera mientras reía igual o más fuerte que ella. Terminó rodando al lado de ella y recostando sus codos contra el pasto, logró subirse y ver a Summer quien reía mientras estaba boca arriba. Logan la miró fijamente, pensando que estaba en el paraíso. Escuchar la risa de Summer, mientras la miraba y podía agarrar la mano de ella sin problemas en cualquier momento. Ella al notar la atenta mirada de Logan, se puso sería y abrió sus ojos enormemente.
— ¿tengo algo en la cara?—empezó a frotar sus mejillas con vergüenza y Logan posó una mano sobre la de ella, que buscaba desesperadamente alguna imperfección.
— Summer—dijo sin realmente saber que decir. Quería decir que la quería, que la amaba, unas gracias, una linda frase, algo. Su lengua se había enredado y su estomago estaba tan lleno de mariposas que no podía pensar—. Yo…
Empezó a recordar a William. No podía decirle esas cosas. No podía separarla de él ¿o sí? Ella merecía algo mejor, y probablemente… él era lo mejor, ¿o no?
Los miles de pensamientos que pasaron por su mente en una fracción de segundo, hicieron que sintiera una punzada en su corazón. Y lo único que pudo decir fue lo único que no debía.
— ¿Qué pasa con William?—Summer se apartó bruscamente y apartó la mirada avergonzada.
— Yo, eh—dijo y colocó su cabello detrás de su oreja, mientras pensaba que contestar.
— Yo no quería—ella negó, y luego alzó su cabeza para regalarle una sonrisa.
— Gracias por despertarme. Estos sentimientos adolescentes me hicieron que me deje llevar. Hasta pensé que había la tonta posibilidad de que tu estuvieras… bueno, creo que tenemos que irnos ¿no?—dijo y Logan asintió forzadamente.