Good boys go bad. {One Direction}

23 de Diciembre. 12:00 am.

El rizado observaba por el rabillo del ojo a la chica junto a él con el ceño fruncido, refunfuñando cosas en voz tan baja que solo ella se escuchaba y quitando el sudor de las palmas de las manos contra el jean desgastado que ocupaba.
Bien sabía que era la primera vez de Tyra en un avión y que debía de estar nerviosa hasta la mierda.

–Relájate Ty-hablo en un suspiro mientras dejaba caer la cabeza hacia atrás en el asiento de cuero.
–No me llames Ty-le reprocho con molestia, ciertamente aún estaba algo enojada con él– Y no estoy nerviosa.
–En fin, no es como si nos fuéramos a estrellar-comento sin tomarle importancia al asunto.
–Bueno Harry, eso me hace estar mucho más relajada, gracias-el sarcasmo era todo lo visible en su tono.

Styles se mantuvo callado, debatiendo si tomarle o no la mano para darle un ligero apretón, y prefiero quedarse justo como estaba. No quería incomodarla.

–De todos modos, ¿Por qué carajos tuvieron que elegir el vuelo de madrugada? ¿Qué acaso lo aviones no trabajan de día? Es ridículo-siguió quejándose.
–Si quieres dormir, puedo pedir una pastilla por ti.
–¿Me quieres drogar para que mantenga mi boca callada? Entonces te sugiero que busques otro asiento.

Harry suspiro cansado de la actitud de la chica, sabía que los nervios la ponían en ánimos de pelarse con todo aquel que le dirigiera la palabra.
Esta vez, sin pensarlo demasiado tomo la mano de la castaña y le dio un pequeño apretón.
Por su parte, Tyra estuvo un poco sorprendida por el gesto pero decidió no hacer nada al respecto.

–Si quitas tu mano de la mía juro que te la morderé-amenazo Harry con humor mientras cerraba los ojos y se iba relajando de apoco, al igual que Tyra.

(…)

El aeropuerto de Nueva York solo se definía con una palabra: caos.

Habían personas por doquier, caminando– algunos incluso corriendo– de un lado al otro por el aeropuerto; maletas atravesadas por todas partes dificultando un poco el caminar de otras personas.
Tyra iba de la mano con Harry, ya que lo menos que quería era perderse, además estaba el hecho de que ya no estaba precisamente molesta con el castaño, que le había sado una que otra sonrisa en el avión.

Después de unos minutos de caminar sin parar, divisaron a un hombre de traje negro con un cartel donde se leia claramente ‘’Sr. y Sra. Styles’’ Ty bufo en voz baja por la broma de mal gusto de su tía. En cambio a Harry le causo bastante gracia ya que miro a Tyra enternecido.

–Hola David-saludo Harry de inmediato estrechando manos con aquel hombre– Ella es Tyra.

Este solo le dedico una sonrisa sin mostrar los dientes siendo correspondida por David.
Harry y el intercambiaron varias palabras y luego fueron guiados hasta el auto que esperaba por ellos fuera del aeropuerto.
Pero la sorpresa de Tyra fue que fuera del aeropuerto muchas personas con cámaras apuntaban en su dirección haciendo fotos y cegándolos con el flash.

–Debe haber algún famoso, no lo vi ¡Maldición!-mascullo Tyra tapándose con su mano y siguiendo a Harry.

Este se quedó callado y camino adelante apartando a las personas.

(…)

–De acuerdo, así que, vendré mañana por ti para ir a almorzar, puedes descansar o… lo que sea-dijo Harry algo indiferente mientras evitaba verla a los ojos– Si necesitas algo puedes llamarme–concluyo para luego irse.

Los ojos de Tyra no dejaban de pasearse de un lado a otro desde que había estado en el auto. Aquella ciudad era lo más hermoso que alguna vez había visto, a pesar del tráfico y de lo ruidosa que era... no podía pedir más.

En el hotel, que a su parecer era extremadamente lujoso y caro, la habían tratado de maravilla, muchos se sorprendían al escuchar su nombre, al saber quién era ella…

Se sentó en la cama sin pensar en nada, pero a la vez en todo.
Miro el pequeño reloj de la mesa que indicaba las diez y siete minutos de la noche.
Y luego de unos minutos en silencio total en el que solo se escuchaba su respiración y el ruido de la ciudad a las afueras, decidió que tal vez desempacar le haría bien.

(…)

24 de Diciembre. 1:34am

Tyra se encontraba echada en la gran cama de colchas blancas mientras hacia zaping en el televisor pantalla plana. Estaba tan aburrida y sin nadie a quien molestar.
Finalmente dejo el canal de cocina de una muchacha rubia que no debía tener mas de 27 años, la mujer sonreía a la cámara mientras hablaba de la preparación de una tarta de calabaza.
Los ojos celestes de la rubio le hicieron acordarse de Brooke, la castaña no le había avisado a su amiga que su avión había aterrizado que ellaya estaba bien.
Dudo un poco en llamar ya que no quería despertarla.
Luego se puso a pensar en qué habría pasado con ella, qué habría hablado con Niall, y si habría arreglado las cosas con Louis.

Al pensar el nombre de su antiguo amigo se sobresaltó y busco con desespero su teléfono, ¿Cómo se le había olvidado?

Espero unos tres tonos hasta que el castaño contesto, pero la bulla de fondo la hacían tener dificultades para escuchar.

–¡Mi querida Tyra! ¡Pensé que te habías olvidados de los pobres!-grito sobre la música con un tono cantarín y alegre, el mismo que usaba cuando estaba ebrio.
–Louis lo siento, se me ha pasado la hora… Feliz cumpleaños, amigo-sonrió con pena.
–Nueva York te debe tener muy ocupada, chica-pudo notar algo diferente en su tono de voz esta vez.

Antes de poder contestar escucho a la rubia en el fono.

–¿Es Tyra? Dame el teléfono… Louis… Maldición dame esa mierda ya-se siguió escuchando la música y la pelea de ambos.

Al parecer todo estaba bien entre ellos de nuevo, pero eso no evito que se preguntara por el rubio.

–¿Ty?
–Hola-saludo en un murmullo.
–Maldita perra, estuvo esperando por tu llamada desde hacía horas. ¿Sabes lo preocupada que me tenías? Empecé a imaginarme una escena como la de las torres gemelas-hablo rápidamente y se escuchaba como el volumen de la música iba disminuyendo.
–Lo siento, de verdad el tiempo se me paso volando y ya iba a dormir, en realidad…
–Oh, eso está genial… ¿Cómo es?-pregunto refiriéndose a la ciudad.
–Brooke… si vieras esto creo que te morirías, la ciudad es casi tan ruidosa como tú, encajarías a la perfección-dijo soltando una risita.

Tocaron dos veces la puerta de la habitación haciendo que Tyra no prestara demasiada atención a la respuesta de su amiga.

–Escucha, tengo que colgar pero prometo llamarte mañana, te quiero–colgó para luego levantarse y sin mirar por el ojillo de la puerta, abrió.

Y no se inmuto al ver a Harry en pijama de las tortugas ninjas y dos cajas de pizza en una mano.