Good boys go bad. {One Direction}

Brooke se encontraba recostada en su cama jugando con su celular mientras que Ty repasaba algunos apuntes del día en el colchón que yacía en el suelo en el cual dormía desde que vivía con su mejor amiga. El silencio se rompió cuando el tono de llamada de Brooke sonó y ésta casi tira el celular por los aires ya que la tomó por sorpresa.

—Mierda —exclamó soltando un bufido.
— ¿Niall o Louis? —preguntó Ty sin quitar la vista de su cuaderno.
—Niall… —suspiró la rubia mientras el aparato en sus manos seguía sonando.
— ¿Qué se supone que esperas para atender? —preguntó volteando a verla. La cara de pánico de su amiga la hizo rodar los ojos en un gesto de frustración— vamos, te gusta jugar con los chicos ahora debes atenerte a las consecuencias —se encogió de hombros.
—No ayudas ¿Sabes? —protestó la rubia y sin darle tiempo a nada, su amiga le quitó el móvil y atendió.
—Hola tinkerbell, Brooke estaba en el baño por eso no atendió de inmediato, pero justo aquí viene, te la paso —dicho esto, sin darle tiempo al rubio de responder le devolvió el teléfono a su amiga quien la miraba estupefacta por lo que acababa de hacer.
—Ho-hola —tartamudeó Brooke llevándose el móvil junto a la oreja.
—Hola muñeca ¿Cómo estás? —respondieron al otro lado de la línea con ternura y entusiasmo.
—Bi-bien ¿Y tú? —Volvió a responder con nerviosismo.
—Bien… ¿Te sucede algo? —cuestionó el chico quien notoriamente se dio cuenta de los nervios de la chica.
—No, solo… Nada olvídalo ¿Por qué me llamas?
— ¿Acaso no puedo? —preguntó cambiando aquel tono tierno a uno más serio, tenía el presentimiento de que algo no andaba bien.
—Claro que puedes… Solo que… No lo esperaba —Hubo un breve silencio hasta que ella sintió un suspiro al otro lado de la línea— ¿Querías decirme algo? —preguntó sintiéndose sumamente torpe por como lo estaba tratando.
—Pues sí, quería invitarte a cenar, encontré el recetario viejo de mi abuela y se me ocurrió que un típico plato irlandés podría ser una buena opción para cortejar a mi chica —No podía verlo, pero supo que estaba sonriendo, por lo cual una sonrisa se dibujó en los labios de ella también, quién observaba a su amiga que no le quitaba la vista de encima hasta que se sentó junto a ella en la cama y pegó su oreja al teléfono para escuchar la conversación.
—Niall eso suena increíble pero…
—Sabía que te pasaba algo —un bufido se escuchó a través de la línea— Suéltalo Brooke.
—Quedé con Louis… —luego de decirlo cerró sus ojos con fuerza como si esperase un golpe o algo así, lo merecía, aunque Niall jamás lo haría y además estaba al otro lado de la línea.
— ¿Quedaste con Louis? ¿Qué se supone que significa eso?
—Prometí ayudarlo con las compras de navidad para sus hermanas y eso, es malo haciéndolas solo, ya sabes.
—No, realmente no lo sé ni me importa Brooke, olvídalo, no entiendo para que te llamé —la rubia entre abrió sus labios para pronunciar palabra alguna pero nada salió, además la llamada había sido terminada por él.
Soltó un largo suspiro y miró a su amiga quien solo se encogió de hombros.
—Esto es tu culpa —soltó la rubia con enojo levantándose de la cama.
— ¿Mi culpa? ¿Qué mierda dices? —preguntó Ty exaltada.
—No sé porque mierda atendiste —tiró el celular al suelo y salió de la habitación dando un portazo.
Minutos después, Tyra irrumpió en la cocina donde Brooke tomaba una lata de cerveza sentada sobre la mesada.
—Lo siento, creí que…
—No creas más nada por mí ¿Me acompañaras a hacer las compras para navidad? Louis también quiere que estés presente en su cumpleaños y no te atrevas a negarte porque…
—Espera Brooke —la detuvo posando la mano en su hombro— respira mientras hablas y deja de actuar así porque estás preocupándome.
— ¿Así como?
—No lo sé, olvídalo —la castaña suspiró— no iré al cumpleaños de Louis —dijo al fin.
— ¿Cómo que no irás? Es tan tradicional como la navidad Tyra ¿Qué dices? ¿Es por Zayn?
—Claro que no.
— ¿Entonces?
—Iré a Nueva York con Harry —dijo bajando la mirada mientras su amiga una vez más, quedo boquiabierta.
—Eso sí que no me lo esperaba.
 

+:

Faltaban menos de veinticuatro horas para el cumpleaños de Louis. Tyra ya se había ido y Brooke se encontraba sola en su habitación como hacía mucho no lo hacía. Se sentía tan sola sin Tyra, sin Louis, sin Zayn, sin Niall… No sabía desde cuando Niall se había vuelto parte tan importante de su vida pero lo era, más de lo que ella misma quería admitir. En ese momento sentía unas ganas terribles de ir a buscarlo y decirle que en verdad lo quería, abrazarlo y besarlo hasta perder el aire.
Pero por otro lado estaba Louis. Louis era más que parte de la vida de Brooke, no era un amigo, ni un novio, no era nada y era todo a la vez. No podía lastimarlo ni quería hacerlo pero realmente ella quería que fuesen amigos, no siempre había querido eso, Brooke había amado a Louis más que a su propia vida y aun lo amaba, solo que aquel amor de enamoramiento había pasado a ser amor de amigos para ella, por más que sabía que para él no.
El problema era que no podía jugar con los sentimientos de Louis, pero tampoco con los de Niall. Brooke sentía que cuando el rubio estaba cerca de ella su corazón se aceleraba y su estómago se inundaba de estúpidas mariposas y sabía que eso era estar enamorada, porque ya lo había sentido antes.
Miles de ideas pasaban por la cabeza de la chica mientras observaba el techo a media luz de la habitación.
El siguiente año entrarían a la universidad, bueno, Niall entraría y ni siquiera sabía que pasaría entre ellos, ni a que universidad iría. Él era un excelente alumnos, podría entrar en donde quisiese, sin contar que tenía mucho dinero y de seguro sus padres contactos con autoridades de cualquier universidad.
En cambio Louis con suerte terminaría la secundaria y se buscaría un buen empleo para subsistir al igual que ella, pero… ¿Y si le proponía a Louis entrar juntos a la universidad? Tal vez darse una nueva oportunidad juntos los ayudaría a superar todo lo ocurrido.
 
— ¡Brooke!  ¡Te buscan! —Gritó su madre desde abajo, estaba tan concentrada en sus pensamientos que ni siquiera había escuchado la puerta.
— ¡Que suba! —No sabía quién era, pero realmente no había muchas opciones, por eso, se sentó en la cama a ver quien atravesaba esa puerta.
 
Niall.
 
Le dedicó una leve sonrisa y él hizo un intento de ello, apenas fue una mueca de costado.
 
— ¿Puedo pasar? —preguntó aun desde la puerta.
—Por favor —respondió ella acomodándose para dejarle sitio a su lado.
—Quiero disculparme por lo del otro día, fui grosero al cortarte el teléfono pero estaba triste y enojado —confesó con notoria pena.
—Entiendo —suspiró ella y la habitación quedó en completo silencio.
 
Estaban sentados uno al lado del otro, ambos mirando hacia el frente sin saber que decir o hacer.
 
— ¡Saldré Brooke!  ¡Prepárense la cena! —gritó una vez más antes de que pudiera sentir la puerta de calle cerrarse. Últimamente mamá estaba de mejor humor.
 
Lo miré y noté que me estaba mirando aunque en sus ojos no podía encontrar aquella chispa habitual que se encendía al verlos, estaban algo apagados, podía jurar que aquel celeste se mezclaba con gris.
 
— ¿Quieres decir algo?
— ¿Puedo pasar la noche aquí? —cuestionó ignorando mi anterior pregunta.
—Claro, no veo por qué…  —antes de que terminase de hablar él estaba besándome. Tomó mi rostro entre sus cálidas manos y simplemente me dejé llevar.

Sus cálidas manos bajaron de a poco por la espalda de la chica haciendo que una corriente eléctrica la recorriese entera. Su tacto era suave y cuidadoso, Brooke se estremecía entre sus caricias. Él separó sus labios de los de ella para llevar sus besos hacia su cuello mientras sus manos levantaban la remera para meterse por debajo de ésta.
Una sonrisa y un leve gemido se escaparon de entre los labios de la rubia.

Niall era dulce, deliciosamente dulce, como nunca nadie lo había sido con ella.

Quitó con sutileza la remera de la chica quien colaboró levantando sus brazos, una vez más unieron sus labios en un sentido beso.
 
—Niall… —murmuró ella apenas separando sus labios de los de él— Hoy no —dicho esto, él se apartó.
 —Lo siento —dijo levantándose de inmediato. Brooke tomó su remera del suelo y volvió a ponérsela.
—No, no te disculpes… Es solo que, eres muy especial y no creo que yo sea la indicada para alguien como tú —bajó la mirada y entonces él tomó su mano y la hizo levantar para quedar a su altura.
— ¿Por qué no dejas que eso lo decida yo? —Dijo con una tierna sonrisa— Brooke, siento cosas por ti ¿Sabes? Creo que deberías pensar lo que tú sientes por mí para que podamos decidir qué hacer con esto que nos pasa —ella asintió dulcemente y lo abrazó con fuerza.
—Eres increíble. Agradezco que hayas llegado a mi vida.
 

Niall se encontraba recostado en el sillón haciendo zapping en busca de alguna buena película para pasar el rato, fue entonces que Brooke se sentó a su lado con una gran recipiente repleto de palomitas dulces.
Bromearon un rato, comieron, se arrojaron palomitas, se hicieron cosquillas y se besaron más de una vez. Todo había sido tan lindo esa noche, que lo último que los ojos de Brooke habían visto antes de cerrarse para dormir habían sido los de Niall, y los de Niall, los de Brooke.

Abrazados, él recostado en las piernas de ella, quedaron profundamente dormidos sobre el sofá.

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