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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Whispers in the dark.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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1, 2, 3
Re: Whispers in the dark.
por DirectionerHeart Dom 23 Mar 2014, 4:13 am
Perdon por tanta demora, pero ya les traigo el siguiente capituuloo :corre:
DirectionerHeart
Re: Whispers in the dark.
por DirectionerHeart Dom 23 Mar 2014, 4:16 am
Capitulo 3: Un libro misterioso.
-Disculpe, usted no esta en la lista de estudiantes matriculados.
-Si, bueno, la verdad, es que yo no estudio aquí, pero he tenido un percance con una alumna de esta institución y me preguntaba si podría pasar a verla.
-Bueno, no nos esta permitido dejar que personas ajenas entren a la institución, pero déjeme el nombre y veré que puedo hacer.
Mire la partitura que tenía en la mano, y algo dudoso pude contestar.-Lilith...Lilith Hessel.-dije un tanto inseguro, ¿Y si era su nombre artístico o este no era su instituto?, entonces estaría aquí haciendo el gilipollas.
-Efectivamente.-contestó sacándome así de mis pensamientos.-Ella estudia aquí, déjeme que compruebe su asistencia para que pueda hablar con ella.
Era increíble, no me esperaba acertar a la primera dado que vine aquí porque era la institución que me quedaba mas cerca.
-Lo lamento, pero he de comunicarle que ella se fue hace unas horas por motivos personales.-dijo aquella amable chica.
-¿Se fue?, bueno, la verdad es que no era asunto mio, pero siento la necesidad de entregarle la partitura.
-Bueno, ¿Y me podría facilitar su dirección?
-Lo siento, pero eso es información personal y por lo tanto confidencial de la persona suso dicha, no podemos facilitarle esa dirección.-Mierda, ¿Y ahora que? Piensa, Tom, piensa.
-Ya, pero yo soy un viejo amigo de la infancia suyo y hace tiempo que no nos vemos y la verdad es que me gustaría visitarla por ultima vez antes de volver a irme.-dije aparentando estar triste y conmovido por “los recuerdos del pasado”.
-La verdad es que no se nos esta permitido, pero...¿Sabe? Nunca hubiera llegado a pensar que Lilith Hessel tuviera algún amigo, se la ve tan sola y apartada del mundo que la rodea... Bueno, se la daré pero con la condición de que no le diga a nadie de donde la sacó.-dijo con voz autoritaria y respetuosa mientras escribía en un pedazo de papel mal arrancado de una de las hojas de su cuaderno.
-Mu...muchas gracias, descuide, no le diré nada a nadie.-dije seriamente mientras cogía, aun asombrado, el papel para luego salir de allí.
Antes de llegar a su casa pasé frente a una librería que estaba de camino, aparentemente había llovido, por lo que todas las calles estaban empapadas.
De repente mi vista se postró en aquella librería y allí estaba, una anciana postrada en el mostrador, de oscuros ojos, algo en ellos me llamaba sin cesar, me pedía que fuera... me hechizaba... por lo que decidí entrar. Entré a la librería y de repente empecé a tener una necesidad de comprar un libro, la verdad es que no entendía por que, a mi no me gusta leer, pero era como si algo me llamase, era un sentimiento extraño.
En seguida una señora se acerco a mi, era ella, aquella mujer.
-Hijo, venga por aquí.-dijo señalando con su mano y dirigiéndome por un montón de pasillos.-Vera tiene cara de querer un libro que recién llego hace unas horas, un libro de intriga y misterio que le abrirá los ojos a un mundo nuevo, aquí le muestro el mejor ejemplar que tengo.-dijo cogiendo el libro, era un libro que se veía antiguo y tenía escrituras japonesas traducidas, no se muy bien de lo que hablaba, pero lo cierto es que a mi esas cosas o me llamaban la atención.
-Lo siento, pero verá: Ni si quiera se porque he entrado.-dije perplejo a la vez que avergonzado mientras pasaba mi mano izquierda por la nuca y sonreía tiernamente mirando aquel extraño libro.
-Bueno, al menos; cójalo, léalo un poco y luego me dice.- dijo depositando aquel libro en mis manos para luego marcharse y atender así a mas clientes.
Todo era tan extraño... Decidí abrir el libro y ojear las páginas. No se por qué, pero mi sentimiento respecto al libro cambió por completo, la verdad es que después de ver sus páginas sentía una inmensa necesidad de comprarlo.
Me dirigí hacía el mostrador donde se encontraba la anciana.
-Disculpe, la verdad es que el libro esta muy interesante, pero desgraciadamente no llevo dinero encima y se ve que es antiguo, deberá costar muchísimo...
-Quedatelo , de todas formas no pensaba cobrártelo, este libro te pertenece, era tuyo desde el día en que naciste Tom.
La miré sin entender y fruncí el ceño; ¿Cómo sabía mi nombre? ¿A qué se refiere?
-¿Cómo sabe que me llamo Tom? ¿Qué quiere decir con eso?
Ella se limitó a sonreír.
-Un placer verte.
Pasó por mi lado y se dedicó a atender a otra persona, dejando sin respuesta a todas mis preguntas. Miré el libro de nuevo y al levantar la vista ya se había marchado.
Resignado, salí de allí.
¿Qué había ocurrido? Era la primera vez que me sentía tan confuso , estaba perdido en mis propios pensamientos... Pasé varias hojas del libro distraídamente, hasta que algo me detuvo. Volví unas páginas atrás hasta ver el dibujo.
Un océano oscuro y con un gran oleaje estaba dibujado al mínimo detalle en sus hojas. Las olas rompían contra un gran acantilado, y habían barcos medio a flote medio hundidos y destrozados.
Pero lo que más llamo mi atención fue lo que había en medio, lo que creaba la ola más grande, amenazando a un indefenso barquito superviviente:
Era una serpiente gigante, de escamas azules, que se alzaba imponente sobre todo lo demás.
Tenía las fauces abiertas, enseñando todos sus afilados dientes, que parecían se capaces de destrozar el mayor edificio de un solo mordisco.
La lengua viperina colgaba de su boca, y tenía sus ojos rojos entrecerrados, con odio.
Trozos de madera caían de su boca, yendo derecho al barco que tenía debajo.
De pronto sentí como si el dibujo se moviera. Sonreí y cerré los ojos, imaginando el resto de la escena.
La serpiente volvía a meterse en el agua de cabeza, tragándose al barco y haciendo que una gigantesca ola estalle de tal modo contra las rocas, que estas se desprenden y caen al mar. Algunos de los que sobrevivieron al ataque, logran llegar a tierra, pero la mayoría no.
Me gustaba imaginar lo que puede llegar a pasar. Ni siquiera puedo evitarlo, lo hagp sin darme cuenta.
Abrí los ojos y volví a mirar al dibujo, me encantaba.
Debería intentar hacerlo yo también...
Levanté la vista y observé las calles. Me fijé en el papel que me había dejado la secretaría hace una hora y comprobé que esta era la calle correcta.
Calle 187 nº 45.
Busqué su casa y, cuando la encontré, dudé en si tocar o no la puerta.
Tal vez no esté, o no quiera abrirme, y si me atienden sus padres, ¿qué digo?
Si abre ella, tampoco es que tenga muy claro que decir...
Miré el buzón. Era buena idea, podría dejar la partitura allí y... Pero ¡¿que carajo?!
¡Jamas en mi vida he sido tan inseguro, ni tan cobarde!
Respiré profundo y toqué el timbre.
Esperé un rato y volví a tocar.
No había nadie. ¿A donde había ido ella?
Instintivamente miré por la ventana de mi izquierda, no había nada.
Recorrí todos los alrededores de la casa. Sí que había alguien, se oía música alta proveniente de algún cuarto.
Tal vez no escuchaba el timbre.
Volví a la puerta principal e insistí. Al desviar mi mirada al salón de la casa a través de la ventana visualicé algo raro. Me pegue al cristal e intenté ver mejor; había algo en el suelo, al pie de las escaleras, era algo líquido. El corazón me dio un vuelco al ver el color de ese líquido: rojo sangre.
Temiendo lo peor, actué rápido y, sin pensarlo, tiré el libro con la mayor fuerza posible, contra la ventana, rompiendo esta en mil pedazos.
Me dio igual todo en ese mismo instante, solo actué pensando en ella.
Pasé por el hueco que abrí y me corté un poco los brazos y las piernas, pero tampoco me importó.
Crucé el salón corriendo y me quedé paralizado al ver lo que no quería ver.
Lilith estaba al pie de la escalera, tirada en el piso, pálida y un pequeño río rojo brotaba de una pequeña brecha hecha en su cabeza.
Me coloqué a su lado y puse su cabeza sobre mis rodillas.
Se encontraba inconsciente, con la respiración débil, y un golpe justo arriba de la sien.
Busqué una tela cercana para conseguir parar un poco la hemorragia, pero no había nada, así que rasgué la camisa y la usé para tapar su herida.
-Disculpe, usted no esta en la lista de estudiantes matriculados.
-Si, bueno, la verdad, es que yo no estudio aquí, pero he tenido un percance con una alumna de esta institución y me preguntaba si podría pasar a verla.
-Bueno, no nos esta permitido dejar que personas ajenas entren a la institución, pero déjeme el nombre y veré que puedo hacer.
Mire la partitura que tenía en la mano, y algo dudoso pude contestar.-Lilith...Lilith Hessel.-dije un tanto inseguro, ¿Y si era su nombre artístico o este no era su instituto?, entonces estaría aquí haciendo el gilipollas.
-Efectivamente.-contestó sacándome así de mis pensamientos.-Ella estudia aquí, déjeme que compruebe su asistencia para que pueda hablar con ella.
Era increíble, no me esperaba acertar a la primera dado que vine aquí porque era la institución que me quedaba mas cerca.
-Lo lamento, pero he de comunicarle que ella se fue hace unas horas por motivos personales.-dijo aquella amable chica.
-¿Se fue?, bueno, la verdad es que no era asunto mio, pero siento la necesidad de entregarle la partitura.
-Bueno, ¿Y me podría facilitar su dirección?
-Lo siento, pero eso es información personal y por lo tanto confidencial de la persona suso dicha, no podemos facilitarle esa dirección.-Mierda, ¿Y ahora que? Piensa, Tom, piensa.
-Ya, pero yo soy un viejo amigo de la infancia suyo y hace tiempo que no nos vemos y la verdad es que me gustaría visitarla por ultima vez antes de volver a irme.-dije aparentando estar triste y conmovido por “los recuerdos del pasado”.
-La verdad es que no se nos esta permitido, pero...¿Sabe? Nunca hubiera llegado a pensar que Lilith Hessel tuviera algún amigo, se la ve tan sola y apartada del mundo que la rodea... Bueno, se la daré pero con la condición de que no le diga a nadie de donde la sacó.-dijo con voz autoritaria y respetuosa mientras escribía en un pedazo de papel mal arrancado de una de las hojas de su cuaderno.
-Mu...muchas gracias, descuide, no le diré nada a nadie.-dije seriamente mientras cogía, aun asombrado, el papel para luego salir de allí.
Antes de llegar a su casa pasé frente a una librería que estaba de camino, aparentemente había llovido, por lo que todas las calles estaban empapadas.
De repente mi vista se postró en aquella librería y allí estaba, una anciana postrada en el mostrador, de oscuros ojos, algo en ellos me llamaba sin cesar, me pedía que fuera... me hechizaba... por lo que decidí entrar. Entré a la librería y de repente empecé a tener una necesidad de comprar un libro, la verdad es que no entendía por que, a mi no me gusta leer, pero era como si algo me llamase, era un sentimiento extraño.
En seguida una señora se acerco a mi, era ella, aquella mujer.
-Hijo, venga por aquí.-dijo señalando con su mano y dirigiéndome por un montón de pasillos.-Vera tiene cara de querer un libro que recién llego hace unas horas, un libro de intriga y misterio que le abrirá los ojos a un mundo nuevo, aquí le muestro el mejor ejemplar que tengo.-dijo cogiendo el libro, era un libro que se veía antiguo y tenía escrituras japonesas traducidas, no se muy bien de lo que hablaba, pero lo cierto es que a mi esas cosas o me llamaban la atención.
-Lo siento, pero verá: Ni si quiera se porque he entrado.-dije perplejo a la vez que avergonzado mientras pasaba mi mano izquierda por la nuca y sonreía tiernamente mirando aquel extraño libro.
-Bueno, al menos; cójalo, léalo un poco y luego me dice.- dijo depositando aquel libro en mis manos para luego marcharse y atender así a mas clientes.
Todo era tan extraño... Decidí abrir el libro y ojear las páginas. No se por qué, pero mi sentimiento respecto al libro cambió por completo, la verdad es que después de ver sus páginas sentía una inmensa necesidad de comprarlo.
Me dirigí hacía el mostrador donde se encontraba la anciana.
-Disculpe, la verdad es que el libro esta muy interesante, pero desgraciadamente no llevo dinero encima y se ve que es antiguo, deberá costar muchísimo...
-Quedatelo , de todas formas no pensaba cobrártelo, este libro te pertenece, era tuyo desde el día en que naciste Tom.
La miré sin entender y fruncí el ceño; ¿Cómo sabía mi nombre? ¿A qué se refiere?
-¿Cómo sabe que me llamo Tom? ¿Qué quiere decir con eso?
Ella se limitó a sonreír.
-Un placer verte.
Pasó por mi lado y se dedicó a atender a otra persona, dejando sin respuesta a todas mis preguntas. Miré el libro de nuevo y al levantar la vista ya se había marchado.
Resignado, salí de allí.
¿Qué había ocurrido? Era la primera vez que me sentía tan confuso , estaba perdido en mis propios pensamientos... Pasé varias hojas del libro distraídamente, hasta que algo me detuvo. Volví unas páginas atrás hasta ver el dibujo.
Un océano oscuro y con un gran oleaje estaba dibujado al mínimo detalle en sus hojas. Las olas rompían contra un gran acantilado, y habían barcos medio a flote medio hundidos y destrozados.
Pero lo que más llamo mi atención fue lo que había en medio, lo que creaba la ola más grande, amenazando a un indefenso barquito superviviente:
Era una serpiente gigante, de escamas azules, que se alzaba imponente sobre todo lo demás.
Tenía las fauces abiertas, enseñando todos sus afilados dientes, que parecían se capaces de destrozar el mayor edificio de un solo mordisco.
La lengua viperina colgaba de su boca, y tenía sus ojos rojos entrecerrados, con odio.
Trozos de madera caían de su boca, yendo derecho al barco que tenía debajo.
De pronto sentí como si el dibujo se moviera. Sonreí y cerré los ojos, imaginando el resto de la escena.
La serpiente volvía a meterse en el agua de cabeza, tragándose al barco y haciendo que una gigantesca ola estalle de tal modo contra las rocas, que estas se desprenden y caen al mar. Algunos de los que sobrevivieron al ataque, logran llegar a tierra, pero la mayoría no.
Me gustaba imaginar lo que puede llegar a pasar. Ni siquiera puedo evitarlo, lo hagp sin darme cuenta.
Abrí los ojos y volví a mirar al dibujo, me encantaba.
Debería intentar hacerlo yo también...
Levanté la vista y observé las calles. Me fijé en el papel que me había dejado la secretaría hace una hora y comprobé que esta era la calle correcta.
Calle 187 nº 45.
Busqué su casa y, cuando la encontré, dudé en si tocar o no la puerta.
Tal vez no esté, o no quiera abrirme, y si me atienden sus padres, ¿qué digo?
Si abre ella, tampoco es que tenga muy claro que decir...
Miré el buzón. Era buena idea, podría dejar la partitura allí y... Pero ¡¿que carajo?!
¡Jamas en mi vida he sido tan inseguro, ni tan cobarde!
Respiré profundo y toqué el timbre.
Esperé un rato y volví a tocar.
No había nadie. ¿A donde había ido ella?
Instintivamente miré por la ventana de mi izquierda, no había nada.
Recorrí todos los alrededores de la casa. Sí que había alguien, se oía música alta proveniente de algún cuarto.
Tal vez no escuchaba el timbre.
Volví a la puerta principal e insistí. Al desviar mi mirada al salón de la casa a través de la ventana visualicé algo raro. Me pegue al cristal e intenté ver mejor; había algo en el suelo, al pie de las escaleras, era algo líquido. El corazón me dio un vuelco al ver el color de ese líquido: rojo sangre.
Temiendo lo peor, actué rápido y, sin pensarlo, tiré el libro con la mayor fuerza posible, contra la ventana, rompiendo esta en mil pedazos.
Me dio igual todo en ese mismo instante, solo actué pensando en ella.
Pasé por el hueco que abrí y me corté un poco los brazos y las piernas, pero tampoco me importó.
Crucé el salón corriendo y me quedé paralizado al ver lo que no quería ver.
Lilith estaba al pie de la escalera, tirada en el piso, pálida y un pequeño río rojo brotaba de una pequeña brecha hecha en su cabeza.
Me coloqué a su lado y puse su cabeza sobre mis rodillas.
Se encontraba inconsciente, con la respiración débil, y un golpe justo arriba de la sien.
Busqué una tela cercana para conseguir parar un poco la hemorragia, pero no había nada, así que rasgué la camisa y la usé para tapar su herida.
DirectionerHeart
Re: Whispers in the dark.
por Zoe Kaulitz Dom 23 Mar 2014, 7:41 am
Bieeeeeeen!!!! 
Ya era de hora de un nuevo cap.... XD
Igual lo de la semana pasada fue culpa mia..
. como yo me llevé la libreta para seguir escribiendo, Sami no pudo subir cap....
...Lo siento a todas las lectoras.... 
Ya era de hora de un nuevo cap.... XDIgual lo de la semana pasada fue culpa mia..
. como yo me llevé la libreta para seguir escribiendo, Sami no pudo subir cap.... ...Lo siento a todas las lectoras.... Zoe Kaulitz
Re: Whispers in the dark.
por Iary Closter Vie 11 Abr 2014, 11:53 am
Holaaaaaaaa criaturitas del señor~
Bueno encontré la novela en el perfil de Zoe y como ella lee la mia me dije que tenía que pasarme por la suya!
Esta todo muy interesante, tan interesante que no entiendo ni mierda 
jajajajaja
jajajajaja Tom *.* rasgó su camisa
OH TOM :cosi: jajajaja kajsfhkasjnfkjasfbskf esta todo muy raro e intrigante chicas, ni siquiera puedo imaginar que pasará luego.
PD: Zoe si vuelves a llevarte la libreta y nos dejas sin capitulo.. *se aclara la garganta* 
seráh infelí por el reto de tu vida xDDD
seráh infelí por el reto de tu vida xDDD Iary Closter
Re: Whispers in the dark.
por Zoe Kaulitz Sáb 12 Abr 2014, 8:10 am
Jajajajajajajajaja!!!!!! :llama: Hola Lary!!!!! :oooh: Gracias por pasarte por acáaaaa!!!!! :vicplz: Me alegro de que te gusteee :booty: Pronto se entendera todo, lo juramos, pero la cosa se complicara mas todavia porque aparecerán nuevos problemas y cosasIary Closter escribió:Holaaaaaaaa criaturitas del señor~Bueno encontré la novela en el perfil de Zoe y como ella lee la mia me dije que tenía que pasarme por la suya!Esta todo muy interesante, tan interesante que no entiendo ni mierdaTom *.* rasgó su camisaOH TOM :cosi: jajajaja kajsfhkasjnfkjasfbskf esta todo muy raro e intrigante chicas, ni siquiera puedo imaginar que pasará luego.PD: Zoe si vuelves a llevarte la libreta y nos dejas sin capitulo.. *se aclara la garganta*
P.D.: Prometo que no volverá a pasar jijjijijiji :rawraw: Si ocurre de nuevo...
Jajajajaja!!!XoXo
:luuv:Zoe Kaulitz
Re: Whispers in the dark.
por DirectionerHeart Dom 27 Abr 2014, 2:26 pm
Capitulo 4:Desconocido salvador.
Busqué mi móvil y llamé a urgencias.
* Conexión telefónica *
-911, ¿Dígame?-dice una chica al otro lado de la línea.
-Hola, necesito urgentemente una ambulancia para la calle 182 nº 45.-contesto con rapidez.
-¿Que ocurre?
-Una chica esta inconsciente, esta... esta perdiendo sangre. No sé cuanto tiempo lleva así, se ha caído por unas escaleras.-La miro y añado seguro-Dense prisa, por favor.
-Descuide, ya va para allá una ambulancia.
* Fin de la conexión telefónica *
-...Lilith....Lilith...-murmuro preocupado, tirando el teléfono a mis espaldas, y acariciando su débil rostro.
Sentía una conexión especial con ella, nunca antes me había sentido así con nadie.
De pronto el libro que aquella extraña señora me regaló comenzó a emitir un destellante luz que inundaba hasta el ultimo rincón de la casa.
-¿Pero que demonios?...- La verdad es que se sentía bien bajo aquella extraña luz, de pronto noto que algo hace un leve movimiento en mis rodillas.
-...Me duele....mucho.-oigo reprochar a Lilith.
-Tranquila, enseguida llegará la ambulancia.
-¿Tu? ¿Que haces aquí?-dijo con los ojos entrecerrados y sin fuerzas.
Entonces, antes de que pudiera responder, la extraña e intensa luz se esfuma y acto seguido, los ojos de Lilith se cierran al completo.
-No,no,no...¡Lilith!
-Minutos más tarde -
-¿Quien ha pedido una ambulancia?
-¡Aquí!, ¡Rápido!-grite con un rencor inmenso en mi interior.
No la conocía de nada, pero no podía perderla, algo en mi interior me decía que no podía perderla, no mientras yo estuviese aquí.
-Horas después, en el hospital-
-¿Lilith?, hija, ¿Como te encuentras?, abre los ojos por favor.
Oigo una voz, la de mi madre, me siento aturdida y dolorida, pero con suerte, aun que débil, logro murmurar:
-¿Ma-mama?-digo con los ojos entrecerrados.
-¡Lilith!, tu padre y yo estábamos muy preocupados por ti.
-No-no fue nada.-digo con una leve sonrisa.
-¿Qué no fue nada?, pero ¿Como se te ocurre escaparate del instituto y encima ser tan irresponsable? - dijo mi madre alzando la voz, la verdad es que no me encontraba con ganas de estar escuchando la bronca de mi madre, me dolía mucho la cabeza.
-Disculpe, señora.-dijo muy amablemente la enfermera mientras entraba en la habitación.-su hija necesita descansar y no esta en condiciones físicas de recibir emociones fuertes, a demás al rededor tenemos a mas pacientes, por lo que le rogamos que bajo el tono de voz.
-Por su puesto, disculpe.-dijo ella avergonzada.
No le veía el rostro, pero la conozco a la perfección y eso, en parte, lo heredé de ella, a ninguna nos hacía gracia que nos llamasen la atención en público, yo igual ya estoy mas acostumbrada, pero se que ella se ha sonrojado demasiado, a lo que yo solo contesté con una leve mueca, la cual al parecer ella debió captar.
-¿Y tu que? ¿Te parece bonito que le hayan llamado la atención a tu madre y por eso te ríes?- dice entre carcajadas.-Bueno, será mejor que llame a tu padre para darle la noticia de que por fin has despertado cariño.
-Esta bien, vé.-dije sonriendo.
En cuanto mi madre salió de la habitación traté de incorporarme un poco en la misma cama, pero estaba débil, igualmente, lo intenté.
-No creo que sea buena idea ¿eh?-dijo sonriendo desde la ventana.
Del susto mis manos resbalaron haciendo así a mi cuerpo caer en la cama.
Era él, el chico de esta mañana, con unos ojos marrón claro, casi miel, acompañado de un pelo negro y oscuro como trenzado y ropa holgada e informal, la cual le quedaba perfecta.
-¿Que haces tu aquí?, ¿Por que entras por la ventana? Hay una puerta justo ahí ¿Lo sabías?-dije señalándola.-Se suele utilizar para entrar o salir de algún lugar, por si no la habías visto, te la presento.-acto seguido y sin importarme lo que pensara una leve carcajada se apodero de mi.
-Eres bastante bromista para tener 6 puntos de sutura en la cabeza.- dijo evadiendo el tema y entrando en a habitación.-¿Como te encuentras?-dijo mientras se acercaba mas a mi.
-Pues 1º: ni si quiera se tu nombre, 2º: No tienes ningún derecho a invadir mi sala hospitalaria y menos encima entrando por la ventana como si fueras un violador o algo así y 3º: Bien gracias por preguntar.-le dije con un tono serio a la par que bromista mientras lo alejaba de mi lado.
-1º. Tom Kaulitz, encantado, por cierto, 2º: Tengo todo el derecho del mundo, dado que gracias a mi estas aquí y, bueno, lo otro, pues, verás, no dejan que dos pacientes de sexos opuestos se vean sin la supervisión de de un adulto, ¿sabes?-dijo con las manos en los bolsillos mientras sonreía mirando al suelo.-y 3º: Me alegro de que estés mejor.
¿A que se referiría con lo de “gracias a mi estas aquí” y lo de “dos pacientes”?
-Disculpa, pero...¿A que te refieres con que gracias a ti... e-estoy aquí?-pregunto interesada.
-Pues veras, la verdad, es que te dejaste esto.-dijo sacando algo de su bolsillo izquierdo.-te la quise entregar antes, pero no estabas en la institución y cuando fui a tu casa, pues bueno... te encontré allí, sola, en el suelo, inconsciente y como comprenderás no te iba a dejar así.
En cuanto escuché esas palabras, me quedé anonadada, no sabía que responder.
-Mu...muchas gracias, la verdad es que no se que decir, no recuerdo absolutamente nada, lo siento.-digo algo frustrada y triste.
Me ha salvado la vida y ni si quiera lo recuerdo.
-Hey! Tranquila, ¿Vale?-dijo elevando mi rostro mediante mi barbilla, haciendo así que nuestra mirada se eclipsase en una sola.
-Gra...gracias.-dije apartando el rostro levemente.-Pero sigo sin entender por que tienes que saltar por la ventana como un delincuente.-digo en tono bromista.
-Ya te acabo de decir que no permiten a dos pacientes de sexos opuestos estar en una misma habitación sin un supervisor.-dijo acercándose a la ventana.
-Vale, pero ¿Y tu por que estas ingresado?
-No tiene importancia.-dijo mirando hacia el exterior.
-Bueno, igualmente quiero saberlo.-digo mientras trato de levantarme.
-Ya la cuestión es que...-no le deje terminar de hablar.
Había conseguido ponerme en pie y solo con rozarle la espalda se estremeció.
-¿Te duele ahí?-dije preocupada.
-No, no te preocupes, no es nada.-dijo girándose hacia mi.
-Dejame ver.- el se resistió, pero no duró mucho tiempo, mis manos correspondieron a su abdomen quitándole así la camisa de por medio.
Tenía tanto sus brazos, como su abdomen y su espalda, con leves cortaduras.
-¿Como te hiciste eso Tom?-pregunte asustada, tratando siempre de no lastimarle.
-No es nada, solo que cuando fui a tu casa y te vi tirada en tu casa a pie de escalera de algún modo tenía que entrar por lo que decidí romper el cristal de la ventana que da a tu salón y con este me hice unos rasguños, pero descuida, no pasa nada.
-¿Que no pasa nada? Ni si quiera me conoces y ya me salvas la vida, y por si fuese poco por mi culpa te hiciste esto.-dije ya con lágrimas en los ojos de la rabia acumulada en mi interior.
No me gusta depender de nada ni de nadie y menos de alguien al cual ni si quiera conozco.
-Lilith, no pasa nada, no es tu culpa ¿Me oyes? No llores por favor.-dijo mientras mantenía mi rostro con sus dos manos, fue entonces cuando sentí algo que nunca había experimentado, ¿Podría ser esto atracción o simple agradecimiento?
Sus labios estaban tan cercas y nuestras miradas hablaban solas, cuando de pronto.
-Si doctor, se lo diré ya mismo.- se oye una voz lejana.
-Mierda, es mi madre.-digo separándome rápidamente de Tom y dándole su camisa, a lo cual él respondió saltando por la ventana.
-Hija, ¿Como te encuentras?
Busqué mi móvil y llamé a urgencias.
* Conexión telefónica *
-911, ¿Dígame?-dice una chica al otro lado de la línea.
-Hola, necesito urgentemente una ambulancia para la calle 182 nº 45.-contesto con rapidez.
-¿Que ocurre?
-Una chica esta inconsciente, esta... esta perdiendo sangre. No sé cuanto tiempo lleva así, se ha caído por unas escaleras.-La miro y añado seguro-Dense prisa, por favor.
-Descuide, ya va para allá una ambulancia.
* Fin de la conexión telefónica *
-...Lilith....Lilith...-murmuro preocupado, tirando el teléfono a mis espaldas, y acariciando su débil rostro.
Sentía una conexión especial con ella, nunca antes me había sentido así con nadie.
De pronto el libro que aquella extraña señora me regaló comenzó a emitir un destellante luz que inundaba hasta el ultimo rincón de la casa.
-¿Pero que demonios?...- La verdad es que se sentía bien bajo aquella extraña luz, de pronto noto que algo hace un leve movimiento en mis rodillas.
-...Me duele....mucho.-oigo reprochar a Lilith.
-Tranquila, enseguida llegará la ambulancia.
-¿Tu? ¿Que haces aquí?-dijo con los ojos entrecerrados y sin fuerzas.
Entonces, antes de que pudiera responder, la extraña e intensa luz se esfuma y acto seguido, los ojos de Lilith se cierran al completo.
-No,no,no...¡Lilith!
-Minutos más tarde -
-¿Quien ha pedido una ambulancia?
-¡Aquí!, ¡Rápido!-grite con un rencor inmenso en mi interior.
No la conocía de nada, pero no podía perderla, algo en mi interior me decía que no podía perderla, no mientras yo estuviese aquí.
-Horas después, en el hospital-
-¿Lilith?, hija, ¿Como te encuentras?, abre los ojos por favor.
Oigo una voz, la de mi madre, me siento aturdida y dolorida, pero con suerte, aun que débil, logro murmurar:
-¿Ma-mama?-digo con los ojos entrecerrados.
-¡Lilith!, tu padre y yo estábamos muy preocupados por ti.
-No-no fue nada.-digo con una leve sonrisa.
-¿Qué no fue nada?, pero ¿Como se te ocurre escaparate del instituto y encima ser tan irresponsable? - dijo mi madre alzando la voz, la verdad es que no me encontraba con ganas de estar escuchando la bronca de mi madre, me dolía mucho la cabeza.
-Disculpe, señora.-dijo muy amablemente la enfermera mientras entraba en la habitación.-su hija necesita descansar y no esta en condiciones físicas de recibir emociones fuertes, a demás al rededor tenemos a mas pacientes, por lo que le rogamos que bajo el tono de voz.
-Por su puesto, disculpe.-dijo ella avergonzada.
No le veía el rostro, pero la conozco a la perfección y eso, en parte, lo heredé de ella, a ninguna nos hacía gracia que nos llamasen la atención en público, yo igual ya estoy mas acostumbrada, pero se que ella se ha sonrojado demasiado, a lo que yo solo contesté con una leve mueca, la cual al parecer ella debió captar.
-¿Y tu que? ¿Te parece bonito que le hayan llamado la atención a tu madre y por eso te ríes?- dice entre carcajadas.-Bueno, será mejor que llame a tu padre para darle la noticia de que por fin has despertado cariño.
-Esta bien, vé.-dije sonriendo.
En cuanto mi madre salió de la habitación traté de incorporarme un poco en la misma cama, pero estaba débil, igualmente, lo intenté.
-No creo que sea buena idea ¿eh?-dijo sonriendo desde la ventana.
Del susto mis manos resbalaron haciendo así a mi cuerpo caer en la cama.
Era él, el chico de esta mañana, con unos ojos marrón claro, casi miel, acompañado de un pelo negro y oscuro como trenzado y ropa holgada e informal, la cual le quedaba perfecta.
-¿Que haces tu aquí?, ¿Por que entras por la ventana? Hay una puerta justo ahí ¿Lo sabías?-dije señalándola.-Se suele utilizar para entrar o salir de algún lugar, por si no la habías visto, te la presento.-acto seguido y sin importarme lo que pensara una leve carcajada se apodero de mi.
-Eres bastante bromista para tener 6 puntos de sutura en la cabeza.- dijo evadiendo el tema y entrando en a habitación.-¿Como te encuentras?-dijo mientras se acercaba mas a mi.
-Pues 1º: ni si quiera se tu nombre, 2º: No tienes ningún derecho a invadir mi sala hospitalaria y menos encima entrando por la ventana como si fueras un violador o algo así y 3º: Bien gracias por preguntar.-le dije con un tono serio a la par que bromista mientras lo alejaba de mi lado.
-1º. Tom Kaulitz, encantado, por cierto, 2º: Tengo todo el derecho del mundo, dado que gracias a mi estas aquí y, bueno, lo otro, pues, verás, no dejan que dos pacientes de sexos opuestos se vean sin la supervisión de de un adulto, ¿sabes?-dijo con las manos en los bolsillos mientras sonreía mirando al suelo.-y 3º: Me alegro de que estés mejor.
¿A que se referiría con lo de “gracias a mi estas aquí” y lo de “dos pacientes”?
-Disculpa, pero...¿A que te refieres con que gracias a ti... e-estoy aquí?-pregunto interesada.
-Pues veras, la verdad, es que te dejaste esto.-dijo sacando algo de su bolsillo izquierdo.-te la quise entregar antes, pero no estabas en la institución y cuando fui a tu casa, pues bueno... te encontré allí, sola, en el suelo, inconsciente y como comprenderás no te iba a dejar así.
En cuanto escuché esas palabras, me quedé anonadada, no sabía que responder.
-Mu...muchas gracias, la verdad es que no se que decir, no recuerdo absolutamente nada, lo siento.-digo algo frustrada y triste.
Me ha salvado la vida y ni si quiera lo recuerdo.
-Hey! Tranquila, ¿Vale?-dijo elevando mi rostro mediante mi barbilla, haciendo así que nuestra mirada se eclipsase en una sola.
-Gra...gracias.-dije apartando el rostro levemente.-Pero sigo sin entender por que tienes que saltar por la ventana como un delincuente.-digo en tono bromista.
-Ya te acabo de decir que no permiten a dos pacientes de sexos opuestos estar en una misma habitación sin un supervisor.-dijo acercándose a la ventana.
-Vale, pero ¿Y tu por que estas ingresado?
-No tiene importancia.-dijo mirando hacia el exterior.
-Bueno, igualmente quiero saberlo.-digo mientras trato de levantarme.
-Ya la cuestión es que...-no le deje terminar de hablar.
Había conseguido ponerme en pie y solo con rozarle la espalda se estremeció.
-¿Te duele ahí?-dije preocupada.
-No, no te preocupes, no es nada.-dijo girándose hacia mi.
-Dejame ver.- el se resistió, pero no duró mucho tiempo, mis manos correspondieron a su abdomen quitándole así la camisa de por medio.
Tenía tanto sus brazos, como su abdomen y su espalda, con leves cortaduras.
-¿Como te hiciste eso Tom?-pregunte asustada, tratando siempre de no lastimarle.
-No es nada, solo que cuando fui a tu casa y te vi tirada en tu casa a pie de escalera de algún modo tenía que entrar por lo que decidí romper el cristal de la ventana que da a tu salón y con este me hice unos rasguños, pero descuida, no pasa nada.
-¿Que no pasa nada? Ni si quiera me conoces y ya me salvas la vida, y por si fuese poco por mi culpa te hiciste esto.-dije ya con lágrimas en los ojos de la rabia acumulada en mi interior.
No me gusta depender de nada ni de nadie y menos de alguien al cual ni si quiera conozco.
-Lilith, no pasa nada, no es tu culpa ¿Me oyes? No llores por favor.-dijo mientras mantenía mi rostro con sus dos manos, fue entonces cuando sentí algo que nunca había experimentado, ¿Podría ser esto atracción o simple agradecimiento?
Sus labios estaban tan cercas y nuestras miradas hablaban solas, cuando de pronto.
-Si doctor, se lo diré ya mismo.- se oye una voz lejana.
-Mierda, es mi madre.-digo separándome rápidamente de Tom y dándole su camisa, a lo cual él respondió saltando por la ventana.
-Hija, ¿Como te encuentras?
DirectionerHeart
Re: Whispers in the dark.
por DirectionerHeart Dom 27 Abr 2014, 2:31 pm
Siento muchísimo la demora, pero me fui de viaje y demás y han habido varios factores que me han impedido el poder subir caap. :misery: pero bueno, al fin esta aquí, y espero que os gustee :yoli: Tambien espero que podáis perdonarme algún día, pongo esta carita ¿Ayuda aun que sea un poquito a perdonar?:alfie: espero que sii, bueno, un besitoo enorme para todos ustedees :bye:
DirectionerHeart
Re: Whispers in the dark.
por DirectionerHeart Mar 10 Jun 2014, 2:25 pm
Capitulo 5: Misterio por resolver.
Me di la vuelta rápidamente tapando la ventana y, lamentablemente, disimulando muy mal.
-Eh…bien.-sonreí.
-¿Qué haces ahí parada?-se altera- Acuéstate, vamos.
Me tomó firme pero suavemente del brazo y me obligó a sentarme en la cama.
-Vale, vale…ya va…
Quedé cara a cara con ella y la mire a los ojos. Estaban tristes y apagados.
-Mama… ¿Qué pasa?.-pregunto preocupada. Ella fuerza una sonrisa bien lograda, pero por desgracia ya se reconocer cuando las cosas van mal.
-Nada, cielo.
-Mama, en serio.-apoyé mi mano en su hombro y ella desvió la mirada. Intentaba controlarse con todas sus fuerzas, pero los ojos se le llenaron de lágrimas. Se levantó bruscamente y fue a la puerta.
-Pasado mañana te dan el alta, luego hablamos.-se le quiebra la voz, abre la puerta y sale sin darme tiempo a segur preguntándole. Me quedé mirando a la puerta cerrada, sumida en mis pensamientos. Todo está muy raro, muy confuso, demasiado rápido. Un dolor agudo cruzó mi cabeza y tuve que recostarme.
Como el dolor no remitía, me levanté y fui al baño para lavarme la cara a ver si conseguía distraerme aun que fuese por un instante. Mientras el agua fría me espabilada me miré en el espejo.
Mi cara estaba pálida, mas de lo normal, y tenía unas gasas con líquido en el lugar de los puntos. Mi tono de piel y el de la gasa eran casi el mismo. Resoplé, me sequé la cara y busqué mi ropa.
Sobre el sofá había un bolso con ropa que debía de haber traído mi madre, me puse un short negro y la camisa rojo oscuro que tenía a su lado, combinando unas tenis de caña baja negras al igual que el short.
No aguantaría quedarme allí ni un segundo mas, y mucho menos 3 días.
Me fijé que también había una sudadera ancha negra y decidí ponérmela también, a demás me recogí el pelo en una coleta, la cual llegaba a mi cintura.
Solo esperaba que no me reconocieran y sobretodo que no me encontrasen la herida, es por ello que decidí ponerme la capucha hasta alejarme moderadamente del hospital. Salí al pasillo del hospital y me quedé sorprendida al ver como una camilla con alguien prácticamente desangrándose pasaba a toda prisa a mi lado. Metí las manos en los bolsillos y busqué a alguna enfermera.
-Disculpe…-le dije a una enfermera que pasaba por el pasillo, pero esta pasó totalmente de mi existencia.-Pues vaya menuda educación.- digo burlándome en voz alta. Caminé y caminé hasta que pasé al lado de una habitación, en la cual algo me llamaba, era una especie de luz delicada casi imperceptible, pero la cual yo captaba. Ni si quiera presté atención de donde procedía, únicamente quería ver que era, tenía la sensación de que la había visto antes. Me dirigí a la habitación y toqué la puerta.
-¡Voy!-se escucha un voz lejana proveniente del interior de la habitación con la que la luz se desvanece en el aire. Y entonces, salió él.
-¿Lilith?-dijo extrañado.-¿Qué haces aquí?
No podría ser otro, ¿Verdad?... pero ese brillo…
-¿T u tienes la lámpara de tu habitación encendida?-pregunté mirando hacia el interior de la habitación, que como pensaba, era igual a la mía.
-Vaya, yo también me alegro de verte.-dijo burlón y un tanto molesto, ya que no le preste mucha atención.
-Lo siento, pero es que antes vi una tenue luz salir de tu habitación y era un tanto extraña.
-Si, bueno, la verdad es que no es asunto tuyo.-dijo saliendo de la habitación y dejando su puerta entrecerrada, privándome así de la visión.
-Ah, bueno, perdona si te moleste.-digo sarcástica. Me puse de puntillas y estiré el cuello para ver por detrás, pero no logré nada, excepto el que se riera de mi.
-¿De verdad crees que llegarás más alto que yo?-se burla.
-Por que seas un monstruo de casi 2 metros no tienes derecho a menospreciar mi metro setenta.-entorno los ojos mirándolo amenazadora.
-No, si tienes razón. Lo siento.-continua la burla. Se cruza de brazos y se apoya en el marco de la puerta con cuidado.-¿No deberías estar en tu habitación?-añade tajante.
-… No es asunto tuyo.
Me di la vuelta y seguí caminando por el pasillo. “Idiota” pensé. ¿Cómo puede ser tan amable y a los 10 minutos ser otra persona tan estúpida? Sentí como cerraba la puerta después de varios segundos, cuando yo ya estaba en la mitad del pasillo.
-No eres la única que se quiere ir…-coloca un brazo sobre mis hombros y lo miro. Cargaba una mochila y se había colocado la capucha y sonreía con su vista fija en mí. Aparte la mirada avergonzada y lo separe de mi.
-¿Qué?, ¿Es que ahora me vas a seguir?-pregunto con algo de desagrado.
-Bueno…teniendo en cuenta que te caíste por las escaleras… sí, creo que sí.-ríe.
-Mira, te agradezco mucho el que me hayas salvado, pero tuve mis motivos de la caída y eso no significa que necesite un guardaespaldas que me proteja.-dije en un tono un poco desagradable pero justificante.
-Veo que tienes agallas, pero si es tan razonable ese motivo, cuéntamelo, a ver.-dijo cruzándose de brazos.
-Ya… la cosa es… que no es asunto tuyo.-dije dedicándole una sarcástica sonrisa para después continuar con mi camino. Ya andaba muy lejos de allí, y por suerte, no me seguía nadie, debía averiguar el porqué de la tristeza de mi madre, el porqué de tanta angustia.
Ya había llegado a la ciudad, la verdad es que el hospital estaba un poco lejos, pero al mismo tiempo, relativamente cerca. Llegue a mi casa, ya era de noche, pero los cristaleros todavía estaban ahí solucionando el supuesto problemilla que causó, este chico…Tom, creo que había dicho que se llamaba, la verdad, es que es normal que se cortará de semejante forma dado el gran agujero que había creado.
Pasé de largo y di la vuelta a la casa disimuladamente. Tendría que haber imaginado que estarían ellos… Quiero mirar el despacho de mis padres, si algo va mal en el trabajo, lo encontraría allí… además, quiero coger algo de ropa y dinero. Entré por la puerta de atrás, con sigilo y pasando desapercibida, llegué al despacho. Ya tenía la ropa y el dinero, pero me faltaba un misterio por resolver.
Me di la vuelta rápidamente tapando la ventana y, lamentablemente, disimulando muy mal.
-Eh…bien.-sonreí.
-¿Qué haces ahí parada?-se altera- Acuéstate, vamos.
Me tomó firme pero suavemente del brazo y me obligó a sentarme en la cama.
-Vale, vale…ya va…
Quedé cara a cara con ella y la mire a los ojos. Estaban tristes y apagados.
-Mama… ¿Qué pasa?.-pregunto preocupada. Ella fuerza una sonrisa bien lograda, pero por desgracia ya se reconocer cuando las cosas van mal.
-Nada, cielo.
-Mama, en serio.-apoyé mi mano en su hombro y ella desvió la mirada. Intentaba controlarse con todas sus fuerzas, pero los ojos se le llenaron de lágrimas. Se levantó bruscamente y fue a la puerta.
-Pasado mañana te dan el alta, luego hablamos.-se le quiebra la voz, abre la puerta y sale sin darme tiempo a segur preguntándole. Me quedé mirando a la puerta cerrada, sumida en mis pensamientos. Todo está muy raro, muy confuso, demasiado rápido. Un dolor agudo cruzó mi cabeza y tuve que recostarme.
Como el dolor no remitía, me levanté y fui al baño para lavarme la cara a ver si conseguía distraerme aun que fuese por un instante. Mientras el agua fría me espabilada me miré en el espejo.
Mi cara estaba pálida, mas de lo normal, y tenía unas gasas con líquido en el lugar de los puntos. Mi tono de piel y el de la gasa eran casi el mismo. Resoplé, me sequé la cara y busqué mi ropa.
Sobre el sofá había un bolso con ropa que debía de haber traído mi madre, me puse un short negro y la camisa rojo oscuro que tenía a su lado, combinando unas tenis de caña baja negras al igual que el short.
No aguantaría quedarme allí ni un segundo mas, y mucho menos 3 días.
Me fijé que también había una sudadera ancha negra y decidí ponérmela también, a demás me recogí el pelo en una coleta, la cual llegaba a mi cintura.
Solo esperaba que no me reconocieran y sobretodo que no me encontrasen la herida, es por ello que decidí ponerme la capucha hasta alejarme moderadamente del hospital. Salí al pasillo del hospital y me quedé sorprendida al ver como una camilla con alguien prácticamente desangrándose pasaba a toda prisa a mi lado. Metí las manos en los bolsillos y busqué a alguna enfermera.
-Disculpe…-le dije a una enfermera que pasaba por el pasillo, pero esta pasó totalmente de mi existencia.-Pues vaya menuda educación.- digo burlándome en voz alta. Caminé y caminé hasta que pasé al lado de una habitación, en la cual algo me llamaba, era una especie de luz delicada casi imperceptible, pero la cual yo captaba. Ni si quiera presté atención de donde procedía, únicamente quería ver que era, tenía la sensación de que la había visto antes. Me dirigí a la habitación y toqué la puerta.
-¡Voy!-se escucha un voz lejana proveniente del interior de la habitación con la que la luz se desvanece en el aire. Y entonces, salió él.
-¿Lilith?-dijo extrañado.-¿Qué haces aquí?
No podría ser otro, ¿Verdad?... pero ese brillo…
-¿T u tienes la lámpara de tu habitación encendida?-pregunté mirando hacia el interior de la habitación, que como pensaba, era igual a la mía.
-Vaya, yo también me alegro de verte.-dijo burlón y un tanto molesto, ya que no le preste mucha atención.
-Lo siento, pero es que antes vi una tenue luz salir de tu habitación y era un tanto extraña.
-Si, bueno, la verdad es que no es asunto tuyo.-dijo saliendo de la habitación y dejando su puerta entrecerrada, privándome así de la visión.
-Ah, bueno, perdona si te moleste.-digo sarcástica. Me puse de puntillas y estiré el cuello para ver por detrás, pero no logré nada, excepto el que se riera de mi.
-¿De verdad crees que llegarás más alto que yo?-se burla.
-Por que seas un monstruo de casi 2 metros no tienes derecho a menospreciar mi metro setenta.-entorno los ojos mirándolo amenazadora.
-No, si tienes razón. Lo siento.-continua la burla. Se cruza de brazos y se apoya en el marco de la puerta con cuidado.-¿No deberías estar en tu habitación?-añade tajante.
-… No es asunto tuyo.
Me di la vuelta y seguí caminando por el pasillo. “Idiota” pensé. ¿Cómo puede ser tan amable y a los 10 minutos ser otra persona tan estúpida? Sentí como cerraba la puerta después de varios segundos, cuando yo ya estaba en la mitad del pasillo.
-No eres la única que se quiere ir…-coloca un brazo sobre mis hombros y lo miro. Cargaba una mochila y se había colocado la capucha y sonreía con su vista fija en mí. Aparte la mirada avergonzada y lo separe de mi.
-¿Qué?, ¿Es que ahora me vas a seguir?-pregunto con algo de desagrado.
-Bueno…teniendo en cuenta que te caíste por las escaleras… sí, creo que sí.-ríe.
-Mira, te agradezco mucho el que me hayas salvado, pero tuve mis motivos de la caída y eso no significa que necesite un guardaespaldas que me proteja.-dije en un tono un poco desagradable pero justificante.
-Veo que tienes agallas, pero si es tan razonable ese motivo, cuéntamelo, a ver.-dijo cruzándose de brazos.
-Ya… la cosa es… que no es asunto tuyo.-dije dedicándole una sarcástica sonrisa para después continuar con mi camino. Ya andaba muy lejos de allí, y por suerte, no me seguía nadie, debía averiguar el porqué de la tristeza de mi madre, el porqué de tanta angustia.
Ya había llegado a la ciudad, la verdad es que el hospital estaba un poco lejos, pero al mismo tiempo, relativamente cerca. Llegue a mi casa, ya era de noche, pero los cristaleros todavía estaban ahí solucionando el supuesto problemilla que causó, este chico…Tom, creo que había dicho que se llamaba, la verdad, es que es normal que se cortará de semejante forma dado el gran agujero que había creado.
Pasé de largo y di la vuelta a la casa disimuladamente. Tendría que haber imaginado que estarían ellos… Quiero mirar el despacho de mis padres, si algo va mal en el trabajo, lo encontraría allí… además, quiero coger algo de ropa y dinero. Entré por la puerta de atrás, con sigilo y pasando desapercibida, llegué al despacho. Ya tenía la ropa y el dinero, pero me faltaba un misterio por resolver.
DirectionerHeart
Re: Whispers in the dark.
por DirectionerHeart Mar 10 Jun 2014, 2:26 pm
Buenoo, aquí les dejoo el capitulo 5, espero que les gustee :yoli:
DirectionerHeart
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