Re: Power Play (Larry Stylinson)

por Invitado Mar 04 Mar 2014, 12:21 am

Dimples'sHarold escribió:le ha dado fuerte a harry!! louis es su ancla por así decirlo :') yo me entiendo la comparación

Es lindoo.
Gracias por leerla!

por Invitado Mar 04 Mar 2014, 12:22 am

Debby escribió:[size=12.727272033691406]Harry me hace doler el alma, es muy tierno como se ilusiona y Lou le hace bien y ay :( es muy lindo.[/size]
[size=12.727272033691406]Seguila pronto por favor! bye [/size]

Es un vomito de ternura con estos dos!!
Saludos.

por Invitado Mar 04 Mar 2014, 12:24 am

Paw'ls escribió:Hola!!!!!!!!!
Soy nueva lectora !!
me llamo Paulina pero me puedes decir pow o paw xd
Tengo 18 y....

Y amo...
Amo...
Amo...
La novela ;-;
Es tan.... Aseffgjklk
Y eso que solo va en el capitulo 3 !'
Ya quiero saber que pasa y lou y hazz y
que mala onda con su familia u.u
Y sus amigos \(.-.)/
que pedo !! (?
Bueh'
Espero la sigas pronto :3
Nos leemos bye *-*

Hola pow.
Ah, muchas gracias por leerla!!!
Ya se, que pedo con los batos esos?
ah, la sigoo:))

por Invitado Mar 04 Mar 2014, 12:27 am

Paola De Horastypaylikson escribió:
OMG!! AL FIN TIENEN UN POCO MÁS DE CERCANIA
EN SU RELACIÓN DE AMIGOS :DD

SE HABLAN MUCHO MÁS
HAZZA DEBE DE DEJAR DE PENSAR COSAS PERVERS DE LOUIS xDD
AHAHHAHA ES UN LOQUILLO

LOUIS COMO ES TAN HUMILDE NO QUIERE
ACEPTAR LA PLATA DE HAZZA

PERO SE QUE HAZZA LE DARIA TODA US FORTUNA CON TAN SOLO VERLO DIARIAMENTE

e_e HAZZA NO SE RESISTE A LOUIS

PERO HAZZA NO LE AGRADA QUE ALGUNA CHICA ESTE CERCA DE LOUIS O QUE LO MIREN COMO ENAMORADAS

SE PONE CELOSO e_e

SIGUELAAAAAAAAAA

Hola
Ah, son lindos.
Lo se, Louis es humilde, es tan lindo y adorable.
Ah la sigooo!:))

por Invitado Mar 04 Mar 2014, 12:30 am

inmaaamlg escribió:holaa soy tu nueva lectora! me encanta absolutamente tu historia es tan mierda que a Harry le pasara eso... pero llegó el bueno y simpático de Louis para alegrarle aaaaaaaaaains qué bonitoo
te vigiloo

Holaa!
Bienvenida!!
Espero que te guste!!
Muchas gracias por leerla!

por Invitado Mar 04 Mar 2014, 12:34 am

(Parte 1)

El número de Harry es la única cosa en al que piensa Louis mientras patina. La hoja de papel está en el bolsillo interior de su chaqueta para mantenerlo seguro, el mismo lugar donde estaba ayer el dinero del alquiler, pero no lo necesita: ya ha memorizado los siete dígitos. Quería llamar la otra noche cuando llegó a casa de la tienda de patines, pero era tarde y pensó que podría ser embarazoso, explicar cómo había conseguido el número. ¿Qué pensaría Harry si supiese que Louis lo buscó en la guía telefónica? ¿O que, mientras cenaba antes de irse a la cama, miraba fijamente el teléfono en la cocina, el que colgaba de la pared al lado de la nevera y lo marcaba mentalmente una y otra vez? Sabe que necesita centrarse en su patinaje y cuando llegó a la pista a las siete de la mañana, debería haberse puesto las cuchillas y comenzado a dar algunas vueltas en el hielo, necesita entrenar, ha pagado por ello. Ahí es donde yace su sueño, en la pista corta. No necesita distraerse.

Su último novio fue distracción suficiente. Un patinador, un abordador como Bobby, una cabeza más alto que Louis, con pecho ancho, cintura estrecha, y cabello encrespado decolorado de un tono de naranja antinatural. Jared. Eso fue en el instituto, en tercer año, y estaba en el salón de estudio de Louis, un chico amenazante de humor cambiante que escribía poesía realmente mala sobre atropellamientos, y se reía cuando cualquiera caía, de un monopatín o por las escaleras, no le importaba. Aunque era lindo, y un buen besador, y podía tener las manos lejos de los pantalones de Louis segundos después de quedarse solos, eso era bonito.

Tenía manos fuertes, y sabía qué estaba haciendo.

Fue el primero de Louis, tres semanas antes del baile de gala estudiantil de tercero, en el cual ambos juraron que no entrarían ni muertos y Jared terminó yendo de todas formas.

Fue un sábado, lo recuerda claramente, un día en que llamaron a su madre para que fuera a la oficina. Jared se quedó a dormir la noche anterior y se quedaron hasta muy tarde, haciendo el tonto bajo las sábanas de la cama de tamaño doble de Louis, los dos presionados juntos y sus manos apretando al otro estrechamente. En algún momento antes del mediodía, los besos y caricias se convirtieron en algo más, algo urgente y acalorado y Louis no pensó que quisiese ir así de lejos, trató de decir no, pero sus palabras se perdieron en la boca de Jared, su cuerpo aplastado bajo el de su novio, sus manos sostenidas por encima de su cabeza y fuera del camino. —Está bien, —continuó susurrando Jared entre besos.— Está bien, Louis. Te quiero, está bien.

Sólo que no lo estaba, no de verdad; fue rápido y doloroso y cuando hubo acabado, Louis rodó fuera de la cama y se quedó de pie bajo la caliente rociada de la ducha durante casi media hora, tratando de quitarse el hedor del sexo. Cuando Jared preguntó si quería ir a verle patinar, Louis se disculpó con un dolor de cabeza, le dijo que le alcanzaría más tarde, pero él supo que no era exactamente la verdad. Lo sintió en el beso de despedida de Jared: lo que fuera que hubiesen tenido juntos se había partido por la mitad, roto en el instante en que Jared fue demasiado lejos.

En la escuela continuó siendo educado con el chico, sonriendo en todos los lugares adecuados, dejándole tocarle en el baño de los chicos entre clases, robando besos fuera cuando esperaban el autobús. Pero Louis no volvió a llamarle, y cuanto más pensaba sobre ello, más comprendía que necesitaba centrarse en su patinaje, ese era su sueño, no un abordador de algún pequeño pueblo con una risa rápida y manos grandes. No rompieron nunca oficialmente, no en realidad, y tuvieron sexo de nuevo, dos veces de hecho, una en el salón de Louis cuando su madre estaba en el trabajo y otra tras la rampa de patinaje del patio de atrás de Jared, pero las palabras de amor que Jared murmuraba cuando se corría no significaban nada para Louis. En su último año no compartieron ninguna clase y algún tiempo después de eso, se separaron. Louis ni siquiera había mirado a un chico desde entonces.

Hasta Harry.

Louis no sabe qué hay en el chico: en realidad no hay mucho que mirar en él, para ser honesto, un poco sin atractivo y pálido. Con ese cabello rizado de un castaño oscuro, esos hoyuelos que se forman cuando sonríe, nunca estará bronceado, incluso si se pasa el resto de su vida fuera al sol. Es del tipo de quemarse y después pelarse, la piel roja hasta el dolor. Pero tiene brazos fuertes, a Louis eso le gusta en un chico, le gusta sentirse seguro y protegido cuando está tumbado con alguien, como si esos brazos y manos pudiesen mantener al resto del mundo acorralado. Y Louis puede ver en sus ojos una rabia latente por su accidente, una terquedad que no dejará que se deprima. Le gusta ese fuego, parpadeando bajo pero aún ardiendo, y sabe que Harry volverá a caminar. Volverá a patinar, y será mejor que antes en el hielo, será el maldito mejor jugador de hockey de siempre, Louis lo siente en su corazón tanto como siente su propio sueño olímpico.

Le gusta la sonrisa de Harry, el modo tímido en que mira a Louis, la camaradería cómoda que ha surgido entre ellos. Es como si hubiesen sido amigos durante siempre; Louis sabe exactamente qué decir para hacer reír a Harry, se siente cómodo con el chico de un modo que nunca ha sentido con nadie más antes. Sin duda alguna no con Jared, y no con su madre o Bobby o ninguna de las chicas del club de patinaje.

Sencillamente hay algo correcto entre ellos, algo que encaja en su lugar; Louis siente como si hubiese estado luchando por resolver un puzzle durante años, buscando pieza por pieza, esperando encontrar algo en este pueblo sin salida que se ajuste para él, y entonces ve a Harry y todo converge, todas las cosas, su futuro, su patinaje, su vida. Le tiene preguntándose si quizás justo ahora puede permitirse un poco de distracción. Quizás Harry es exactamente lo que necesita... quizás hay más que vivir, que patinar y esforzarse por sueños. Si es así, claro que le gustaría descubrirlo.

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Apenas llega a las siete: en el trabajo, su mirada sigue vagando hacía el teléfono al otro lado del mostrador, y una vez hasta descolgó cuando Bobby fue atrás durante un minuto, casi marcó el número de Harry, pero entonces entró un cliente y colgó con un respingo culpable. Las siete, puede esperar ese tiempo.

No, realmente no puede. Faltan 10 minutos para las siete y le pregunta a Bobby si puede tomarse un descanso rápido. —Estamos abrumados, —le dice Bobby, a pesar de que no es exactamente cierto. Tienen tres clientes en la tienda y puesto que es un almacén pequeño, parece más atestado de lo que está en realidad. Pero con los cuartos de final a sólo dos días, la gente está acaparando recambios de cuchillas y hebillas, cubiertas de patines, cascos y equipos. Ha sido continuo toda la noche, lo cual es bueno: les mantiene a ambos ocupados, y mantiene las manos de Bobby fuera del cuerpo de Louis. Aún así, no es como si hubiese una línea que guíe a la calle o algo. Diez minutos, ¿qué daño hará?

—Deja que se calme aquí primero, —dice Bobby. Con un guiño, añade— Podemos tener un momento para nosotros una vez que todos se vayan.

Puedes tener un momento para ti mismo, piensa Louis, jugueteando con el cable del teléfono. Eso le hace sonreír, la idea de Bobby escondido en el pequeño baño de la tienda, masturbándose en la pica en un descanso de diez minutos. Por todo lo que sabe, el chico hace exactamente eso. Probablemente también se mira a sí mismo en el espejo mientras lo hace.

Cinco minutos pasadas las siete, y dos de los clientes se han ido pero otro ha entrado. —Bobby, —suspira Louis, echando una mirada hacía el reloj. Ahora llega tarde. Harry probablemente piensa que no va a llamar.— Cinco minutos. Tengo que usar el teléfono...

—¿Justo en este segundo? —pregunta Bobby. Su ceño fruncido sugiere que sabe que Louis está esperando para llamar a otro chico y que esa es la razón por la que está alargando todo esto. La mayoría de las noches Louis trabaja durante los descansos... sin ser tampoco pagado por ello.

—Seré realmente rápido, —promete. Sólo decir hola, explicar a Harry que está ocupado y ¿si puede llamarle más tarde esta noche? Después de que vaya a casa del trabajo tal vez.

Puesto que no va a ir a la pista mañana, puede estar despierto un poco más tarde; no tiene que estar en la tienda hasta las dos porque pidió más horas y Bobby está siendo un bastardo, le recortó el jueves y el viernes, está completamente libre. Al menos tendrá un cheque en la mano cuando se vaya mañana, y eso debería ser capaz de conseguirle un lugar en el hielo para entrenar el viernes; también todo el día, lo cual es bueno porque lo necesita.

Entonces quince para patinar, veinte para registrarse en los cuartos, y si es afortunado, le quedará lo suficiente para gastar en algunos días de la semana siguiente en la pista. Ahí está la esperanza, en todo caso.

Antes de que Bobby pueda negarse, Louis se zambulle a través del marco tras el mostrador a la parte posterior: una habitación de almacenamiento estrecha, surcada con estanterías de metal de exceso de existencias. Hay una mesa al lado de la puerta de atrás donde Bobby se sienta para pagar las facturas y vigilar a Louis en la caja registradora. Louis se pregunta si cree que está siendo astuto cuando hace eso, inclinándose hacia atrás en su silla, mirando, probablemente tocándose, pensando cosas que Louis preferiría no saber. Oye el crujido de la silla cuando Bobby está ahí detrás, un sonido ligero y constante que le dice más de lo que necesita saber.

Se dirige ahora hacia esa mesa, tira de la silla y hace una mueca cuando cruje bajo su peso. Pero hay un teléfono en la mesa, y a pesar de la puerta abierta, la habitación de almacenamiento es un poco más privada que el mostrador frontal. Marca el número de Harry de memoria. En algún lugar a través del pueblo, un teléfono suena en su oído.

Un toque, dos... —¿Hola? —La voz de Harry, expectante y un poco alta.

Louis siente una sonrisa boba tirarle de los labios, y echa una mirada para asegurarse que Bobby no está cerniéndose sobre él. —Hey ahí, —ronronea—. Perdón por llegar tarde.

Harry ríe con alivio. —No lo hagas, —dice. Suena joven al teléfono, no más de trece, pero jugaba para el equipo de la universidad así que Louis cree que está alrededor de su propia edad, quizás uno o dos años mayor, si eso. Aunque parece joven. Louis debe preguntarle cuántos años tiene. No por encima de veinte, no puede ser. En su oído, oye incluso respirar, y entonces Harry pregunta— ¿Cómo está yendo el trabajo?

—Estamos ocupados, —admite Louis. Bajando la voz, añade— No puedo hablar mucho rato.

—De acuerdo.

Louis imagina que su amigo suena decepcionado de oír eso; ¿quizás puede llamarlo más tarde? Eso estaría bien. Buscando algo que decir, pregunta— ¿Cómo estuvo tu sesión?

Con un gemido, Harry murmura— No hablemos de eso.

Louis frunce el ceño, empático. —¿Tan malo?

—Peor. —Más silencio, más respiración. Desde la habitación principal, Bobby grita su nombre pero Louis le ignora. Ni siquiera ha estado allí detrás ¿qué, dos minutos? Si llega a eso. Bobby puede esperar.— ¿Entonces qué vas a hacer mañana? —le pregunta Harry.— ¿Trabajo?

—No hasta las dos, —contesta Louis.

Bobby dice su nombre de nuevo. Entonces echa una ojeada a la habitación de almacenamiento, mira ferozmente el teléfono en la mano de Louis. —¿Estás por acabar? —quiere saber. Sólo estás molesto de que no es a ti a quien estoy llamando, piensa Louis, estrechando los ojos hacia su jefe—. No te estoy pagando por hablar.

—¿Tienes que irte? —pregunta Harry en su otra oreja.

—No todavía. —Cubriendo el micrófono, le dice a Bobby— Estaré fuera en un minuto, ¿de acuerdo? Un minuto, Jesús. —Bobby rueda los ojos pero se va. En el teléfono, Louis suspira— Maldita sea. ¿Qué tiene que hacer un chico para conseguir algo de respeto aquí?

Eso hace reír a Harry, un sonido cálido que le baña como la marea. —Dile que te deje solo o puede responder ante mí, —dice.

A Louis le gusta esa imagen, Harry viniendo allí, rodando sobre Bobby, ¿Cuál es tu jodido problema con mi chico? Mi chico, a Louis le gusta eso. Jared nunca usó esa frase; una vez dijo que eran compañeros de mierda, y entonces se rió como si fuera una broma divertida, pero Louis no le vio la gracia. Mayoritariamente sólo decía mio, una frase que a Louis no le gustaba particularmente. Mio, como si fuera una propiedad, un trozo de mobiliario o una camisa o un libro.

Pero mi chico, casi puede oír las palabras en la voz de Harry, ver el destello de enfado indignado en esos ojos verdes.

—¿Qué estás haciendo ahora mismo? —pregunta Louis. Di que estás pensando en mí, reza. Di que estoy en tu mente, por favor. Dame algo a lo que agarrarme, Harry. Sé que estás sintiendo esto, tienes que hacerlo, me miras de la manera en que lo hacen esas chicas así que sé que estás interesado. Sólo dame algún tipo de indicación y seguiré desde ahí. ¿Qué si él hacía el primero movimiento y Harry daba marcha atrás?

Tiene la idea de que el chico es demasiado tímido, no acostumbrado a los chicos, probablemente ni siquiera ha tenido nunca sexo. El movimiento equivocado, la palabra equivocada, y huirá. Louis no está seguro de cuán lejos ir.

La respuesta de Harry le da un atisbo de esperanza. —Esperando por tu llamada, —susurra, y entonces se ríe, cohibido.— Trabajando en tu sitio web. Tengo hecha la primera página.

—¡Estupendo! —Louis ríe— una página web, tiene una página web oficial. ¿Qué otro patinador en el club puede reivindicar eso? Quizás Wil, pero Louis no cree que ni siquiera él tenga una todavía; si la tuviera, la URL probablemente estaría cosida en la espalda de su traje de carreras.

—Deberías verla, —dice Harry, excitado— No soy realmente bueno todavía y sólo tengo hecha la página principal, ninguno de los enlaces funcionan, pero me gusta. ¡Hey! Tengo una idea.

—¿Qué es? —Louis se encoje cuando Bobby vuelve a gritar su nombre— Mierda. Tengo que irme. ¿Cuál es tu idea?

Harry suspira. —Bueno, estaba pensando... —se apaga lentamente, inseguro.

—¿Pensando en qué? —quiere saber Louis. Ve a Bobby pasar por delante del hueco de la puerta y rueda los ojos— Estaré allí ahora mismo, Bobby. Ya estoy colgando.

—No tienes ordenador, ¿cierto? —Harry habla con apuro para sacar las palabras— Y no vas a ir a patinar mañana, ¿así que quizás puedes venir aquí en su lugar? Si quieres. Puedo mostrarte que he hecho en la página. —Me está invitando a su casa, piensa Louis, súbitamente mareado. Así que si Dios quiere no está equivocado sobre Harry después de todo. Malentendiendo su silencio por reticencia, Harry añade— No tienes que quedarte mucho rato.

—No, eso es genial, —le dice Louis— Pero realmente tengo que irme. Bobby está teniendo hasta un ataque. ¿Puedes llamarme mañana? ¿Por la mañana quizás? Me levanto temprano...

Harry ríe. —Yo también. Nada como una patinada por la mañana, ¿cierto?

Eso trae una sonrisa al rostro de Louis. ¿Ves?, piensa. Estarás de nuevo en el hielo en poco tiempo. —Absolutamente de acuerdo, —contesta Louis. Cuando Bobby mira de nuevo en la habitación de almacenamiento, dice rápidamente— Llámame. Lo primero.

—Lo haré, —promete Harry—. Hablaré contigo entonces.

—Adiós. —Cuando cuelga el teléfono y se pone en pie, la energía recorriendo sus brazos y piernas, hormigueándole la piel, va a ir mañana a casa de Harry. Su mente sale corriendo en un millón de escenas diferentes, besos y toques y abrazos y ellos dos en la cama de Harry, riendo bajo las mantas. Sólo vas a ver la página web, se dice a sí mismo. Es inútil estar excitado por nada.

Aún así, tuvo la creencia de que no tendría una oportunidad de ver a su amigo mañana y ahora van a pasar el rato. Incluso la mirada fija de enfado de Bobby cuando vuelve delante no puede limpiar la sonrisa de su cara.

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Cuando Louis llega a casa, su madre ya está en la cocina, calentando una olla de sopa. Otro día tarde en la oficina (él ni siquiera llegó a verla el día anterior, ella llegó a casa mucho después de que él estuviese ya en la cama) pero necesitan el dinero, ese es el motivo por el que trabaja del modo en que lo hace. En el DA durante la semana, a tiempo parcial en el centro comercial los fines de semana, corretea por el apartamento por las mañanas cuando Louis se despierta y llega a casa la mayoría de las noches justo cuando el autobús le deja a él delante del complejo industrial. Nada de tiempo libre para ella misma; Louis espera que el bastardo que la dejó endilgándole un niño bebé hace dieciocho años tenga que trabajar el doble de duro de lo que lo hace ella sólo para llegar a fin de mes. Reza para que su propia vida no sea tan agitada por el camino.

No lo será, se asegurará de eso. Tiene su patinaje, ese sueño que nunca morirá, le sacará de ese pequeño apartamento del complejo, fuera de este pequeño pueblo, eso es algo que sabe. Y quizás en el camino encontrará a un chico para hacerle compañía, alguien para sostenerlo por las noches y animarlo en las carreras, alguien que entienda su amor por el hielo y sepa lo libre que le hace sentir patinar. Quizás incluso ya ha encontrado ese chico, ¿quién sabe? No quiere presionar pero en la parte de atrás de su mente tiene una imagen de harry en la tribuna mientras él cruza primero la línea de meta para una medalla olímpica.

Cerrando tras él la puerta del apartamento, se saca de una patada los zapatos y deja su abrigo sobre la espalda de una silla cercana. Desde la otra habitación, su madre grita— ¿Lou, eres tú?

Con una risa, Louis se inclina sobre el mostrador que divide la pequeña sala de estar de la cocina. —¿Estás esperando a alguien más? —bromea.

Su madre le dedica una sonrisa cansada. Se ve como él, el mismo cabello castaño lacio, la misma piel morena, pero ahora su cabello está atado retirado de su cara con un cordón roto y su piel tiene una apariencia cenicienta y agotada en las brillantes luces de encima del fogón. Removiendo la olla de sopa cuando rompe a hervir, pregunta— ¿Quieres un poco de esto? Puedo abrir otra lata.

—Estoy bien, —le dice. Ve una barra de pan de sándwich blanco en el mostrador y se conforma con algunas rebanas de eso en su lugar.— ¿Qué tal el trabajo?

Ella suspira; esa es respuesta suficiente. Cuando sirve la sopa, su voz es cansada y espesa. —Me estoy haciendo vieja para esta porquería.

Un silencio pesado les envuelve. Louis saca una de las sillas de la barra y se sienta, mirando como pone su cuenco en el mostrador y le sopla para enfriar la sopa. Cuando toma un sorbo de tanteo, le dice— He llegado a cuartos de final. Son el sábado.

—Felicidades.—No está demasiado entusiasmada, pero no espera que lo esté; ella cree que su patinaje es sólo otra distracción, no ve razón en gastar un buen dinero en tiempo de entrenamiento y eliminatorias y finales. Un buen y sólido trabajo, eso es lo que cree que él necesita. Todo el dinero que está gastando en el hielo, podría ahorrarlo para tomar cursos en la comunidad universitaria; se lo ha dicho antes.

Pero le gustaría algo de apoyo, ¿sería pedir demasiado? Sabe que sencillamente ella es de esa manera; si él fuese músico o escritor, también llamaría a tales actividades sueños tontos, redes de telaraña hiladas para evitar que trabajase duro.

Muchas veces le había mencionado al hombre que fue su padre, dijo que pensaba que el básquet le haría rico, y claro que tenía un tiro de gancho genial pero apenas medía un metro ochenta y el juego nunca le llevó a ningún lugar en la vida. “¿Lo ves en la TV?”, preguntaba. No. ¿Jugando en la NBA? No. Ese era su problema, Lou, siempre pensando en sus pelotas, dentro y fuera del juego. Harías mejor en conseguir un trabajo y poner un final a ese sin sentido de patinar.

Pero no es un sin sentido para él, es vida, tanto como respirar, comer y dormir. Incluso a pesar de que ya sabe la respuesta, desmenuza el pan entre los dedos y pregunta— ¿Quizás puedas venir y ver mi carrera? En los cuartos...

—Tengo que trabajar, cariño, —dice, en una voz que le dice “no” incluso sin tener que decir la palabra.— Sabes eso.

Louis asiente. —Lo sé. —Deja caer su cabello delante de los ojos de modo que ella no pueda ver la decepción en sus ojos. Debe irse a la cama; Harry va a llamarle por la mañana. Él estará en la carrera el sábado. Al menos habrá alguien en la multitud a quien Louis conoce, alguien más que sólo otro fan enloquecido gritando su nombre mientras él acelera alrededor de la pista.

Como si leyera sus pensamientos, ella pregunta— Tus amigos estarán allí, ¿no?

Su madre no tiene concepto de su vida más allá de este apartamento. Usa el término amigos como si él fuera popular, lo cual no es. Podría serlo, si no estuviese tan dedicado a su deporte: tiene buena apariencia, sabe eso, y le gusta pasar un buen rato, es amistoso, conoce a la gente con la facilidad suficiente. Mira a Harry, piensa como ejemplo. Él sólo caminó hasta ese chico y ahora es la única cosa en la mente de Louis. Pero no conoce a nadie en realidad, sólo a los pocos clientes regulares con los que habla en la tienda, Bobby, las chicas en el club de patinaje. Ahora Harry, y es el único con quien Louis ha hablado por teléfono, el único con el que ha querido hablar más allá de unas breves sutilezas. Cuidadosamente, le dice a su madre— Conocí a un chico en la pista. Ayer. Su nombre es Harry.

Ella toma otro sorbo de su sopa y no contesta enseguida. Él cree que quizás le está ignorando o no quiere saber y se levanta, a punto de dirigirse a su habitación para la noche. —Harry, —hace eco ella, asustándole. Sin encontrarse con su mirada, añade— ¿Patina?

—Lo hacía. —Ansioso por hablar de él, Louis se vuelve a sentar en el borde del taburete y sonríe. Sólo pensar en Harry le hace parecer bobo— Juega al hockey para el equipo de la universidad pero se hizo daño antes de que empezase la temporada, así que está fuera del hielo hasta que sus piernas sanen.

Su madre asiente. —Un chico universitario, —dice, y Louis puede decir por el tono de su voz que está impresionada— ¿Lindo?

Eso hace que la sonrisa de Harry se agrande. —Eso pienso. Me está haciendo una página web, de manera que pueda conseguir patrocinadores y cosas. —Piensa en el cabello castaño rizado de Harry, el modo en que cubre la parte de arriba de sus orejas, el simple pendiente de aro que lleva, esos hoyuelos— Si, es lindo.

—Sabe que eres... —le dirige una mirada intencionada; no le gusta decir la palabra gay. Louis no cree que le haya oído admitirlo siquiera en voz alta. Cuando se lo dijo en el instituto, él simplemente dijo que estaba interesado en los chicos. “¿A sí?”, preguntó ella, moviendo de un tirón la muñeca en un gesto estereotipado que a él no le importó para nada. Pero asintió, si, y ese fue el final de la discusión.

Ahora Louis ríe. —Mejor que lo sepa, —le dice. Entonces, porque aún no está seguro de si Harry está en la misma longitud de onda que él mismo, añade— Espero que lo sepa. Quiero decir, lo acabo de conocer pero creo que le gusto. Espero hacerlo.

Su madre se pone de pie y se gira; esta conversación se ha acabado por lo que a ella le concierne. —Bueno, eso está bien, Lou, —dice, y Louis sabe que no dirá nada más sobre Harry esta noche. Ella nunca ha salido y dicho que no le gusta que esté con otros chicos, pero está en el juego de la mandíbula, en el modo en que no le mira exactamente a los ojos cuando dice— Deberías irte a la cama.

Louis se desliza fuera del taburete y camina alrededor del mostrador para besarla en la mejilla. Su piel se siente como satén aplastado bajo sus labios, viejo, gastado y suave. Un cabello extraviado se ha deslizado libre de su cola de caballo y Louis lo pliega tras su oreja. —Voy a ir a su casa mañana, —dice suavemente— Bobby ha recortado mis horas el resto de esta semana.

Con un ligero fruncimiento de cejas, ella raspa la sopa de su cuenco en la pica y pregunta— ¿Por qué?

No le gusta verme con alguien, debería decir Louis. Está celoso, y ni siquiera tiene una razón para estarlo, porque de cualquier modo no estoy interesado en él. Pero eso la haría enfadar y no quiere eso, es tarde y no está listo para una discusión ahora mismo. Así que simplemente se encoge de hombros y murmura.— No lo sé.

Le mira severamente; sabe cuando no está siendo completamente honesto con ella, es casi un súper poder raro de los suyos, es misterioso. Pero entonces asiente y pregunta— ¿Pagaste el alquiler?

—Ayer. —Ella asiente de nuevo y Louis se dirige al pasillo.— Buenas noches, mamá.

No enciende la luz en su habitación, sólo cierra la puerta tras él y se quita la camiseta por la cabeza mientras tropieza hacía la cama. Sus pantalones de chándal y ropa interior bajan en un movimiento fluido y son dejados en un montón en el suelo, la camisa descartada en algún lugar por el camino. Las sábanas están frías en su piel desnuda mientras se arrastra bajo ellas e imagina a Harry quedándose por la noche, acurrucándose detrás de él, calentándolo. Vuelve a imaginarse brazos a su alrededor, labios en los suyos, susurros y risas en la oscuridad. Cerrando los ojos, se imagina a sí mismo en el dormitorio de Harry mañana, el cual se parece sospechosamente al suyo; está en el borde de la cama, Harry a su lado. No sabe qué dice pero hace que su amigo se acerque más, y el beso es tan dulce que Louis repite la escena en su cabeza una y otra vez hasta que finalmente cae dormido.

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Hola!!!

Espero que les guste, pasado viene la otra parte!

Muchas gracias por leer la novela.

Ah y comencé otras dos, acá les dejo los links por si quieren ver de que se tratan!

https://onlywn.activoforo.com/t76132-mafiosos-y-milagros-larry-stylinson

https://onlywn.activoforo.com/t75560-quebrantando-las-leyes-de-tomlinson-larry-stylinson

Bye:))

por Invitado Mar 04 Mar 2014, 3:33 am

Louis fantaseando con lo que podría pasar en la casa de Harry es lo mas tierno que existe JAJAJ.
Se conocen desde hace dos días, por dios, y ya están perdidos, ah.
Seguila pronto por favor!
Adiós ♥

por **Blue sky** Mar 04 Mar 2014, 5:59 am

Coincido con Debby, Louis pensando en lo que asara no puede ser más lindo
A Bobby que se fija en Louis, el ya le demostro demasiadas veces que no
en fin espero ansiosa a que la sigas

por **Dimples'sHarold** Mar 04 Mar 2014, 9:07 am

awwwwwwwwwwwww louis que tierno pensando en que puede pasar en casa de harry
Bobby es un asqueroso me cae mal

por **inmaaamlg** Mar 04 Mar 2014, 10:48 am

ayy por Dios, en el otro comentario te dije que que mierda lo que le ha pasado a Harry y esté tan triste, pero en realidad pobre Louis, pobre la vida de Louis y su madre, qué pena me ha dado este cap espero que cumpla su sueño el pequeño Lou porque se lo merece aaaay qué chico y qué enamorado está de Harry!!!!!!!!!!
:enamorado: :enamorado:

por **PastelitoDePazzaxD** Mar 04 Mar 2014, 11:01 am

Odio a Bobby no deja ni respirar a Louis...
Louis ya no es virgen? Yo pense que perderia su virginidad con Harry.
Enserio esos dos son tan tiernos....
Pobre de la mamá de Louis ha de estar ya muy cansada de todo
Siguelaaaa

por Invitado Lun 10 Mar 2014, 1:08 am

(Segunda parte)

Louis está esperando en la cocina cuando el teléfono suena un poco después de las ocho de la mañana. Ha estado levantado y vestido desde las siete menos cuarto, mirando fijamente el teléfono, ansioso de que sonase. Dos veces ha agarrado el auricular para llamar a Harry; dos veces lo ha vuelto a dejar, seguro de que ha perdido la llamada sólo porque tenía el teléfono fuera de la horquilla. Dios, ¿cuándo fue la última vez que estuvo así de ansioso? No puede recordarlo.

Contesta al teléfono al primer tono con un —Hey, —sin respiración que hace reír a Harry. Louis sonríe ante el sonido— Ya era hora de que llamaras.

Es sólo él, o Harry suena tímido cuando contesta, —¿Has esperado mucho?

Toda mi vida, piensa Louis, pero no dice eso; un modo genial de ahuyentar a alguien, ¿no? —Llevo un rato levantado, —dice evasivamente—. ¿Cómo te sientes hoy?

—Mejor, —admite Harry. El silencio llena la distancia entre ellos. Louis escucha la respiración de Harry y se pregunta si así es como sonaría, tumbado a su lado en la cama. El pensamiento le sorprende; después de Jared, no pensó que fuera a querer compartir su cama de nuevo con nadie más.

Finalmente Harry se aclara la garganta y, dubitativo, pregunta — ¿Aún quieres venir hoy?

Louis ríe. —¡Por supuesto! Ya estoy a medio camino de allí. —Mirando alrededor, encuentra un bolígrafo en el mostrador y se estira para agarrarlo. Nada de papel, pero está bien; sostiene la mano extendida como un bloc, garabatea en el talón carnoso del pulgar para hacer fluir la tinta, y entonces pregunta— ¿Entonces cómo llego allí?

Escribe las indicaciones en su palma; Harry vive hacia el centro, en un una calle lateral en una de las subdivisiones donde Louis nunca ha estado. Si ni siquiera se puede permitir mirar la mayoría de las casas en esa parte de la ciudad, pero el autobús se detiene más cerca de allí y toma los patines para poder patinar un poco por el camino. Cuando sale del autobús, se sienta en el cordón de la acera, cambia sus zapatillas por las ruedas, y no son lo mismo que patines de hielo pero el viento aún aguijonea sus ojos y sonroja sus mejillas. Navega a través de las calles serpenteantes de la subdivisión bastante fácilmente, comprueba el mapa dibujado en su mano una vez para asegurarse que se está dirigiendo al lugar correcto. Harry le ha dicho que no puede pasarlo por alto: la única casa en la manzana con una rampa para discapacitados dando al porche frontal. —Es fea, —le ha dicho Harry. Louis ha reído y Harry ha gritado—. ¡Lo es! Parece como una parte de un tejado de aluminio que ha volado y aterrizado en nuestro sendero. Lo odio.

Ahora Louis se sienta en el cordón de la acera al final del camino de la entrada de Harry para cambiar sus ruedas por las zapatillas, y arropa los patines en la bolsa de lona, levantando la bolsa sobre un hombro, dirigiéndose al camino de entrada de la casa. Es una casa grande, con un garaje para dos coches y miradores en la habitación delantera. Arbustos escuetos como plantas trepadoras rodean la casa; Louis sospecha que son azaleas, en otro mes empezarán a florecer. Ve la rampa; ¿cómo puede pasarla por alto? Es más grande de lo que Harry describió, y la bordea para subir los escalones. Bajo sus pies, los listones de madera crujen suavemente. El vecindario a su alrededor sobrenaturalmente tranquilo; en la distancia puede oír el tráfico de la carretera principal pero estas calles están quietas, rodeadas por árboles secos, la casa como centinelas de piedra observándolo, esperando. Aguanta la respiración cuando llama al timbre de la puerta. Hace eco en las profundidades de la casa.

Contesta la madre de Harry, todo sonrisas y ojos de par en par. —Tú debes de ser Louis, —dice en ese tono demasiado alegre de voz que las madres usan cuando conocen a los amigos de sus niños por primera vez. Tiene el mismo cabello que tiene Harry, fino y castaño, y sólo es aproximadamente de la altura de Louis, más baja de lo que había esperado.

Louis sonríe de vuelta, echa una mirada más allá de ella, ve las escaleras guiando al segundo piso y se pregunta dónde está Harry. Como si leyera sus pensamientos, ella pregunta— Estás aquí para ver a Harry, ¿no?

—Sí, señora, —dice Louis, siguiéndola dentro de la casa. Su sonrisa titubea cuando ella cierra la puerta, bloqueando la brillante luz del sol y empapando el vestíbulo en sombras.

Está oscuro allí y frío como un museo. Louis no puede imaginarse a alguien con una risa como Harry creciendo en un hogar sombrío. Las escaleras se extienden sobre él dentro de la oscuridad; a su izquierda hay un salón de géneros, con un hogar de fuego y muebles que parecen como si viniesen de las páginas de un catálogo caro. A su derecha hay un comedor formal; sillas intrincadamente talladas en la orilla de una mesa de madera de cerezo a juego con platos clásicos y servilleteros de tela. Tela, no las toallitas de papel desechable que su madre guarda por la casa. Quizás estaba yendo demasiado profundo aquí. Quizás está equivocado, quizás Harry y él tienen demasiadas diferencias para juntarse.

Patinar es todo lo que tienen en común; Louis no puede invitarle a su apartamento, incluso si el complejo tuviera un ascensor a su piso. Los muebles de su madre no van a juego, ni siquiera tienen una mesa de cocina, sus copas y platos son de plástico, de colores Day- Glo que estaban de oferta en el K-Mart hace años. ¿Qué diría Harry a eso?

Sabe que no eres rico, se dice Louis a sí mismo. No le gustas porque tengas dinero, o tu cama vaya a juego con el armario. Nunca has dejado que cosas como ésta te molestasen antes.

La madre de Harry guía el camino por el pasillo y pasada la cocina, por otro vestíbulo hasta una puerta cerrada. —La antigua habitación de Harry está escaleras arriba, —explica, bajando la voz mientras se acercan a la puerta— Estaba viviendo en el campus pero después del... —Hace un movimiento con la mano y le dirige a Loui una mirada intencionada de modo que sabe exactamente de qué está hablando. “El accidente”, es lo que ella quiere decir y no puede, Louis ve las palabras en sus ojos— Lo hemos establecido en el estudio hasta que se recupere.

Toca a la puerta rápidamente, y entonces grita antes de que obtenga una respuesta. —¿Harry? Tu amigo está aquí.

Desde el otro lado de la puerta, Louis oye el inconfundible sonido de las ruedas de goma sobre un suelo de madera duro, y entonces la puerta se abre con facilidad. Harry le sonríe, abre más la puerta. —Hey, tú, —dice. Cuando Louis pasa alrededor de la señora Styles dentro de la habitación, Harry le dedica a su madre una mirada rápida— Gracias, Mamá. —Ella empieza a decir algo pero él le cierra la puerta. Rodando los ojos, le dice a Louis— Se sentaría aquí todo el día si la dejase.

Louis ríe y mira alrededor. La habitación es obviamente un estudio, completo con una chimenea a lo largo de una pared, aunque la reja está cerrada y el fuego fuera de la pantalla. Una cama de hospital junto a la puerta llena la mayoría de la habitación y cuando Harry asiente hacía ella, Louis se sienta en el borde del colchón, dejando caer su bolsa a sus pies. Persianas largas y verticales cubren la puerta para caer tras un escritorio completo con un ordenador y un florero con flores moribundas. —Del equipo, —explica Harry cuando ve las cejas alzadas de Louis— Mi madre no me deja tirarlas.

—¿Te compraron flores? —pregunta Louis. Con un suspiro dramático Harry asiente, y Louis ha de reír de nuevo. La incomodidad embarazosa que sintió fuera en el vestíbulo se ha ido; Harry viste unos vaqueros andrajosos y una vieja sudadera, zapatillas tan gastadas como las propias de Louis, y en esta habitación está cálido, bien iluminada, las persianas retiradas para mirar hacía un patio de ladrillos y una piscina cubierta. La silla de Harry está lo suficientemente cerca para que Louis pueda estirarse y tomar la mano de su amigo, si quisiera— ¿Entonces significa eso que también tengo que comprarte flores por hacer mi página?

Le gusta el sonrojo que escala el cuello de Harry y colorea su rostro hasta las raíces del cabello. —Oh Dios, no, —dice Harry, sumergiendo la cabeza en una mano para esconder sus mejillas ardientes— Louis...

—Sólo estoy bromeando, —le dice Louis. Le golpea la rodilla jugando, lo cual hace reír a su amigo— ¿Qué tipo te gustan? ¿Rosas? —Harry no contesta, demasiado mortificado para replicar. Frotando la rodilla de su amigo, Louis dice suavemente— Estoy bromeando, Harry. No tienes que responder. ¿Siempre te avergüenzas tan fácilmente?

La voz de Harry es espesa cuando responde— No lo creía así. —Louis se pregunta si es él quien se lo hace al chico, haciéndolo torpe y lindo. Le gusta el sonrojo y el modo en que Harry no puede encontrar exactamente sus ojos, el modo en que sus dedos hurgan en los hilos a lo largo del dobladillo de la sudadera. Le gusta la tenue sonrisa que tira de los extremos de la boca de Harry mientras sus manos descansan en la pierna de su amigo. Sí, soy yo, piensa, dame una señal de modo que podamos pasar este toque e ir a la siguiente etapa, por favor.

Pero Harry se pasa una mano por la cara, quitando frotando el sonrojo y la sonrisa. —¿Quieres algo de comer quizás? —Pregunta repentinamente en un velado intento de cambiar el tema— ¿Tienes sed?

—Estoy bien. —Louis mira cuidadosamente a Harry. Cuando aparta la mano de la rodilla de su amigo, se imagina que ve un ligero fruncimiento de cejas, ido en un instante, ¿y es eso suficiente para una indicación? ¿Significa eso que le gusta el toque? Louis nunca ha sido genial en las relaciones pero cuando alguien está interesado en él, usualmente son abiertos sobre ello, como Eleanor en el club de patinaje que le sigue alrededor con ojos de cachorrito, o Bobby con su solicitud no tan sutil de liarse. Incluso Jared fue fácil —¿Te gustan los chicos? —Preguntó, y cuando Louis se encogió de hombros, asintió, Jared asintió de vuelta— A mí también. —Y eso fue todo.

Harry gira la silla alrededor con una gracia sencilla que desmiente la voluminosa estructura metálica. —Tendrás que sentarte en la cama, —dice, rodando hacia la mesa donde el ordenador está ya encendido—. Mi madre no cree que necesite ninguna otra silla atestando la habitación.

—Está bien, —dice Louis. Rueda sobre su estómago y se extiende a través de los pies de la cama de modo que puede ver la pantalla del ordenador. Harry desliza su silla en el espacio bajo la mesa, lo suficientemente cerca para que Louis pueda trazar la huella de la rueda de la silla con un dedo—. ¿Has hecho mucho de la página ya? —Antes de que Harry pueda contestar, sonríe y añade— ¿Te he dicho lo mucho que molas por hacer esto por mí?

Harry ríe. —Te he dicho que no es un problema, —murmura, pero el sonrojo ha vuelto, ligero y rosa e increíblemente lindo. Louis se pregunta si sus mejillas están calientes ahora mismo; se imagina presionando las manos en la piel de Harry, sintiendo la carne enrojecida bajo los dedos, refrescándola con besos. Mientras Louis mira, Harry abre un navegador web y el sonido del módem marcando llena la tranquila habitación— Trabajé en ella un poco la otra noche pero eso es todo, —dice mientras esperan a que el ordenador se conecte.— Tengo algunas fotografías subidas que realmente me gustan pero no tengo nada de tus estadísticas o algo. —Cuando la página se empieza a cargar en el navegador, Harry añade— Conseguí la idea del diseño de otros sitios de deporte. Estuve levantado toda la noche mirando páginas de atletas.

Louis está impresionado. Lo que sabe de Internet puede contarlo con una mano, cosas que ha aprendió en el instituto porque en su último año se le requirió tomar clases de alfabetización de ordenadores para graduarse. Pensó que era interesante, pero no significó nada para él en realidad; no le ayudaría a pagar su matrícula de patinaje o el alquiler, no pondría comida sobre la mesa, no era algo necesario. Ni siquiera tiene un ordenador en casa; ¿qué bien hacía fuera de la escuela?

Pero un estremecimiento corre a través de él cuando su propia imagen lo mira desde la pantalla del ordenador de Harry, realmente una gran fotografía, él inclinado contra la barandilla en la pista, el hielo bañado de luz tras él, su cabello cayendo suavemente para enmarcar su rostro. Tiene una débil sonrisa e incluso desde ahí puede ver la mirada que arde lentamente en sus ojos, la mirada de “ven aquí” que estaba dirigida a Harry; ¿está el chico ciego? ¿No puede ver eso, el modo en que Louis le mira? Cada fotografía debe ser así, en cada disparo estaba mirando a través de la cámara, queriendo que Harry viera algo más en la lente que sólo un amigo. ¿Qué más tiene que hacer para indicar a Harry el hecho de que le gusta?

—Wow. —Louis se arrastra a través de la cama y se sienta en el borde al lado del ordenador de modo que pueda mirar más de cerca. Casi inconscientemente, se inclina en el brazo de la silla de Harry, se inclina cerca de la pantalla, hasta que puede ver su propia sonrisa mentecata reflejada sobre la fotografía— ¿Hiciste esto la otra noche? —Cuando Harry asiente, Louis ríe— Es impresionante.

Su nombre atraviesa la parte de arriba, Louis Tomlinson. Bajo eso, ¡La Cosa más Caliente sobre el Hielo!, una frase digna de cualquier periódico principal. Entonces su imagen, llenando la parte central de la página. Un poco de escritura sobre él: Cuando está en el hielo, la multitud enloquece. Con esa melena de cabello castañp, esos ojos rompecorazones, es más estrella de rock que patinador de velocidad, pero puede llenar las gradas y nunca decepciona. Louis Tomlinson patina como el viento, moviéndose rápidamente por el hielo y dejando a sus oponentes atrás... —¿Tú escribiste eso? —pregunta Louis. Harry usó la palabra rompecorazones para describirlo, a Louis le gustaba eso.

—Es sólo algo para llenar espacio, —dice Harry suavemente. Louis se gira para sonreírle y de repente es demasiado consciente de lo realmente cerca que están en ese momento, a meros centímetros de distancia; puede sentir la respiración de Harry en su cuello, y su cabello proyecta una sombra a través del rostro de su amigo donde cae para bloquear la luz de la pantalla del ordenador. Podría besarte ahora, piensa Louis, estudiando la boca de Harry. ¿Qué harías si hiciera eso? ¿Apartarme o devolverme el beso? La lengua de Harry lame entre sus labios, humedeciéndolos, y Louis se dice a si mismo que va a hacerlo, tiene que hacerlo. Nunca ha sido así de tímido antes. Los ojos de Harry se cierran; ¿ves? , piensa Louis, inclinándose más cerca. Su mano cubre la de Harry en el brazo de la silla de ruedas. Quiere que lo hagas.

Un golpe en la puerta les detiene, y entonces la burbujeante voz de la señora Styles grita— ¿Harry, querido? Tengo leche y donuts para vosotros, chicos. Abrid.

Harry suspira. —Mamá, —empieza, pero el momento se ha perdido y aparta la silla de Louis, dirigiéndose a la puerta—. Va a estar interrumpiéndonos durante todo el día, sencillamente lo sé.

Louis fuerza una tenue sonrisa mientras se pone de pie. Apartando el cabello de sus ojos, se sienta de nuevo en el borde de la cama, sonriendo a la madre de Harry cuando su amigo abre la puerta y ella entra en la habitación, una bandeja en sus manos. Casi, piensa mientras ella deposita la bandeja en la mesita del café. Él iba a dejarte besarlo, quería que lo hicieras. Casi.

Se pregunta qué puede hacer o decir para traer el momento de regreso.

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Hola!!
Perdón por tardar una eternidad, acá les dejo la segunda parte.
Espero que les guste:)

por Invitado Lun 10 Mar 2014, 1:12 am

Debby escribió:Louis fantaseando con lo que podría pasar en la casa de Harry es lo mas tierno que existe JAJAJ.
Se conocen desde hace dos días, por dios, y ya están perdidos, ah.
Seguila pronto por favor!
Adiós ♥

Louis y harry en este fic son tan adorables, que me dan ganas de vomitar.
mmm, lo se, saca de onda, pero bueno, es linda la novela.
Saludos:)

por Invitado Lun 10 Mar 2014, 1:14 am

Blue sky escribió:Coincido con Debby, Louis pensando en lo que asara no puede ser más lindo
A Bobby que se fija en Louis, el ya le demostro demasiadas veces que no
en fin espero ansiosa a que la sigas

Es adorable, y tan tierno y aww.
Veo maripositas cada vez que leo este fic.
Saludos:)

por Invitado Lun 10 Mar 2014, 1:15 am

Dimples'sHarold escribió:awwwwwwwwwwwww louis que tierno pensando en que puede pasar en casa de harry
Bobby es un asqueroso me cae mal

Louis es lo mas tierno en este mundo.
Ese hombre es irreal para mi.
Saludos.

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