Re: Power Play (Larry Stylinson)

por **inmaaamlg** Dom 20 Abr 2014, 4:14 pm

diosss me muero de amorrrrrrrrrrrrrrrrrr pueden todos los hombres ser cómo louis por favor?¿?¿?¿ awwwwwwwwww es que es bueno no sé perfectísimo quiero que llegue ya la carrera y que gane, y el angelito traumado por el gilipollas de jared socorro ahora sí que ha encontrado el amor :)

por Invitado Lun 21 Abr 2014, 6:19 am

Louis es la cosa mas tierna. Es triste que siga teniendo los malos recuerdos de su "relación" con ese idiota, pero aww, fue muy lindo con Harry.
Seguila pronto por favor, bye ♥

por Invitado Dom 27 Abr 2014, 1:38 am

Harry esperó hasta la hora de cenar para preguntarle a su madre si lo llevaba a los cuartos de final. Él sabía cuál sería su reacción antes de que la presentara: ella tomó el tenedor un poco más fuerte por el inconveniente de transportarlo en la camioneta, él creía que ella odiaba manejar la van tanto como él odiaba ir en eso. La primera carrera comenzaba a las ocho y él le había prometido a Louis llegar lo más temprano posible, sabía que su madre no iba a querer levantarse temprano para llevarlo, no en sábado. Entonces ella suspiró; él lo vio venir; y con una débil voz comenzó, —Harry, ¿mañana? Tienes que…

No tuvo que ir más lejos antes de que él dejara su propio tenedor en el plato y alejara la silla de ruedas de la mesa. —Bien, —le dijo, molesto. Él esperaba eso.— Supongo que tendré que ir por mis propios medios. Si eso es lo que quieres...

Su papá le frunció el ceño a su mamá. —Anne, —le advirtió, viendo también a Harry— Creo que tenemos que discutir esto.

—¿Debo de tomar el autobús? —Harry preguntó. Cada gramo de ira y odio que sentía desde el accidente agregó veneno a su voz, y su madre hizo un gesto de dolor ante el tono que él usó— Avísenme, así yo puedo salir en esa dirección ahora…

—Tú no vas a tomar el autobús, —su papá dijo. Él regresó a su comida. La conversación estaba concluida en lo que a él concernía.— Tu madre te llevará.

Ella suspiró de nuevo, fuertemente, Harry no quería enojarse con el suspiro de ella. Era una noticia de última hora para su mamá, pensó, viéndola. Él no quería hacer eso tampoco, toda esa rutina de discapacitado. Era mayor y ya estaba cansado y enfermo de eso, pero si lo tenía que hacer lo haría. —¿A qué hora es? —ella quería saber. Harry estaba realmente consciente de que ella no había aceptado aún.

Pensando rápidamente le dijo, —Siete y media. —Así le daría tiempo para hablar con Louis antes de la primera carrera.

Ella veía a la comida en su plato y no levantó la vista cuando dijo —Demasiado temprano.

—Es cuando tengo que estar ahí, —contestó. Su voz dura cuando agregó— Si pudiera, conduciría yo mismo. ¿Crees que me agrada pedir que me lleven a cualquier maldito lugar? ¿Crees que eso es divertido para mí?

—Anne, —su padre dijo de nuevo.

—Actúas como si lo hiciera a propósito, —Harry interrumpió, su mirada se movió de su mamá a su papá y de nuevo a su mamá. Ninguno de ellos lo veía a él. Él

odiaba eso. ¿Qué diablos tenía que hacer para que alguien lo viera aquí?— Estoy en una maldita silla de ruedas…

Su madre se estremeció cuando tomaba su taza de café, derramando líquido de la taza al mantel. —¡No uses esa palabra en esta casa! —ella gritó.

—Cuál, ¿silla de ruedas? —Harry preguntó. Él la vio mientras ella secaba el café derramado, sus manos temblaban.

—Harry. —La voz de su papá era cuidadosamente calma, en contraste con la ira nerviosa de su mamá, él se detuvo de decir algo más, algo de lo que podría lamentarse— Déjanos hablar sobre esto, ¿de acuerdo? Sólo regresa a tu cuarto ahora. ¿Terminaste de comer?

Por un gran momento él se debatía en ignorar la petición, sólo seguir ahí, hasta obligar a su madre a verlo, hasta que viera la silla y la abrazadera en su pierna, hasta que ella entendiera cómo se encontraba él. Ella trataba de pretender que todo estaba bien y no era así. ¿No podía ver cómo eso le lastimaba? que ella nunca lo pudiera ver y se negara a admitirlo, lo desgarraba por dentro, porque… ¿Qué tal si nunca volvía a caminar? ¿Qué si los doctores se equivocaban y él nunca salía de esa maldita silla de ruedas? ¿Aún seguiría negándolo? ¿Podría ignorarlo?

Pero su papá esperaba, realmente viéndolo a él y esperando, y cuando Harry frunció el ceño, dijo suavemente. —Irás a la pista mañana, hijo. Ahora ve a dormir, ¿bien? ¿Comiste suficiente?

—Estoy bien, —Harry murmuró. Él vio a su madre quien estaba cuidadosamente limpiando la mancha en la mesa, entonces su papá asintió y de nuevo dijo— ve.

—Iría... girando la silla con fuerte control de sus movimientos, que eran perfectos ahora, Harry se dirigió al pasillo. Él odiaba el ruido de la silla en el lustrado piso; su madre había retirado las alfombras de la casa para que la silla no se atorara. —Estaré en mi cuarto, —les dijo.

Él no iba muy lejos en el pasillo antes de oír el desgarrador llanto de su madre y los murmullos de su padre diciéndole que todo estaría bien.

Harry no quería subir a la cama de hospital aún. Él necesitaba hablar con alguien, con Louis, quería hablar con su chico y decirle lo injusto de todas las cosas, él sabía que su amigo podría entenderle. Pero era demasiado tarde y Louis necesitaba dormir, él tenía que ganar mañana e ir a la estatal, y Harry no podía creer que le pidiera que lo acompañara. Él sabía que su madre pondría obstáculos acerca de eso también, pero él de alguna manera había abierto una brecha esta noche. Él iría a Atlantic City con Louis. Y compartirían cuarto y dormiría al lado de él, y ellos no se detendrían hasta tener un poco más que dulces besos en la cama, Harry vería que eso sucediera.

Él no tenía dudas de que Louis tenía experiencia, más de la experiencia que tenía Harry, nunca había tenido un novio antes, nunca incluso había besado a otro chico hasta Nick.

Cuando Louis empezó a besar su pecho y abdomen, sus manos a pocos centímetros de la pulsante entrepierna de Harry, él estaba seguro que iban a llegar a más. Él esperaba esos suaves besos en su piel, sus firmes dedos alrededor de su eje, se había mordido el dorso de su mano para evitar que su madre oyera los gemidos cuando él se empujara dentro de la boca de Louis. Estaba listo para eso, él quería eso, aún le dolía el pensar lo cerca que habían estado, cuando trató de desabrochar su pantalón, sólo para que Louis lo detuviera. ¿No lo sientes? Él quería decirle, un grito de frustración se quedó atrapado en su garganta. ¿No me quieres también?

Louis dijo que él lo quería y que Harry creyera en él. En su mirada se reflejaba el mismo deseo y lujuria que en Harry. Pero había algo más ahí, algo que Harry aún podía captar. Cuando él le estaba haciendo cosquillas y Harry le dijo que se detuviera. Realmente sólo bromeaba, eso no era lo que quería decir, sólo que Louis lo tomó literalmente, se detuvo tan repentinamente, que casi asusta a Harry. Detente, y él lo hizo, y entonces después cuando ellos estaban cerca del punto que Harry estaba seguro que ambos querían llegar, él se detuvo de nuevo. ¿Por qué?

En el cuarto de baño, Harry llenó la tina con agua caliente, eso adormecería su piel. Desde su silla de ruedas veía lentamente llenarse de agua, una ligera capa de jabón cubría la superficie. Pensativamente se quitó la camiseta por sobre su cabeza, la lanzó en el piso al lado de su silla. Entonces desabotonó su bragueta, retiró la abrazadera de la pierna derecha y la dejó junto a los azulejos. Quizás no quiere ir más allá conmigo, Harry pensó, inclinándose se quitó sus calcetines, pero eso no podía estar bien. Él podía sentirlo cuando ellos se besaban. A Louis le gustaba él, él lo sabía. ¿Qué fue lo que dijo? Que él no quería apresurarse.

Pero Harry no sentía que se apresuraban, él sentía que lo detenían, que trataba de enfriar sus emociones, que amenazaba con quemarlo desde su interior, y no quería eso.

Había esperado diecinueve años por un chico como Louis, y ahora que finalmente lo encontró no quería tomar las cosas lentamente. Y en verdad, no tenía mucha experiencia con chicos, pero creía tener los mismos pensamientos que todos, todo manos, calientes y duros, sólo buscando a alguien con quien estar. Él ya tenía a ese alguien, Louis. Entonces de nuevo, ¿Cuál es el problema?

Él no lo sabía.

Cuando el agua llegó al tope, Harry cerró la llave. Con la ayuda de las barras de acero que sus padres instalaron alrededor del sanitario y de la tina, logró quitarse los jeans y bóxers, hasta que sintió su desnudo culo en la caliente piel de la silla de ruedas. Alejó los jeans y bóxer con el resto de su ropa. Cuidadosamente usó las barras para levantarse de su silla y entrar en el agua caliente. Eso estaba muy bien, el agua caliente le quitaría las gotas de sudor que caían como lágrimas de su cara y cuello, endureciendo su pene cuando era rodeado por el intenso calor, los pensamientos ardían mientras se apoyaba en la dura porcelana.

Se recargó y sopló las burbujas que lo rodeaban, dejando que todo su cuerpo se relajara y su mente estuviera en blanco. Una mano empezó a acariciar el interior de su muslo con lentos y distraídos movimientos, tocándose a sí mismo en lugares en donde él quería ser tocado, y en su mente veía a Louis sobre él, desnudo, cubriendo de jabón su abdomen, sus pezones, sus bolas, igual que una capa de encaje. Imaginó que esa mano entre sus piernas era la mano de Louis, esos dedos que presionaban eran los de Louis. Suspiró dentro del baño caliente, sus labios se abrieron y sus ojos se cerraron, cuando encontró su duro eje bajo el agua.

Saboreando el sueño diurno, se masajeaba a sí mismo, duro, frotándose debajo de la suave piel en los bordes de la temblorosa carne que pedía su atención. Acarició duro, apretando sus dedos alrededor de su grueso y duro eje, su otra mano bajando a frotar, masajeando y acariciando su piel dentro de la tina, imaginando que Louis estaba sobre él, besándolo, amándolo. Más duro y más rápido. En el pequeño cuarto de baño, su suave gemido hacía eco. Era tan extremo, tan real, tan urgente, y cuando se corrió, deslizó sus labios bajo el agua, para amortiguar el grito que se le escapó de sus labios. El nombre de Louis, eso fue lo que gritó, y se retumbó contra los azulejos, Louis.

Harry se enderezó en el agua y se limpió el jabón de su cara. —Louis, —murmuró, y entonces él se rió, una mano aún en su ingle sosteniendo su interés. La única cosa buena que le había pasado en ese mes era ese chico, definitivamente.

Apoyándose en la tina, Harry pensaba en ellos dos en el hotel, acurrucados bajo los cobertores. Las manos de Louis en los lugares en donde habían estado las suyas ahora, y ellos irían más lejos entonces, estaba seguro de eso.

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por Invitado Dom 27 Abr 2014, 1:39 am

Su madre lo llevó a la pista la siguiente mañana, justo como él sabía que lo haría. En el camino, ella trató de preguntarle acerca de las carreras, acerca de las oportunidades de Louis de ganar, acerca de cualquier cosa que lograra que él le hablara de nuevo, pero Harry estaba torvamente viendo hacia la ventana y contestando con guturales monosílabas. Él seguía enojado por lo de anoche, incluso si ella se despertó temprano para llevarlo a ver competir a Louis.

En el estacionamiento, ella continuaba con su flujo constante de parloteo que Harry ignoraba. Finalmente, la silla estaba en la tierra y él se apresuró a quitar el arnés de seguridad antes de que ella pudiera ayudarle. —Te veo después mamá, —dijo y dirigió la silla hacia la rampa que conducía hacia el interior de la pista.

—¿A qué hora quieres que te recoja? —ella le gritó.

Él no estaba seguro. —Yo te llamo, —le dijo, no estaba seguro qué tan largo sería llegar hasta el final. Realmente nunca había visto una competencia de carreras de patines antes.

Hoy se detuvo a comprar un boleto, una linda chica del laboratorio de biología, del semestre pasado lo reconoció. —¡Hola! —le dijo, como si lo recordara inclinándose sobre el mostrador de boletos y sonriendo. Ella le dio una furtiva mirada a la silla de ruedas, pero no mencionó eso, ni preguntó qué hacía ahí, ni tampoco cuándo regresaría al campus o a su equipo ni nada como eso. En lugar de eso, ella forzó una brillante sonrisa y dijo— Es ocho cincuenta por asiento.

Harry se preguntó qué diría ella si le dijera que no necesitaba asiento, él llevaba el suyo. Pensó que la sonrisa desaparecería de sus labios, sus ojos se abrirían más, se congelaría y tartamudearía tratando de buscar una respuesta. Eso podría ser divertido de ver, alguien más incómodo para variar. Pero Harry no estaba de humor hoy.

Ahora que se había alejado de las nerviosas disculpas de su madre y estaba solo, comenzó a sentir a la multitud, a la gente empujándose por un lugar en la línea, los niños corriendo en los pasillos con ruidosos tenis, el rico aroma de los grandes pretzels y hot dogs y palomitas y bajo todo eso el sonido de la multitud en las gradas. Incluso aunque había un espacio a su alrededor, una línea que nadie se atrevía a cruzar, Harry no permitió que eso le molestara. Esa era gente aficionada al deporte y él se sentía como en casa entre ellos.

Por primera vez desde el accidente, no se sentía aislado y solo.

Así que le sonrió a la chica, sacó su cartera del bolsillo y le pagó. En ese momento ella le preguntó si necesitaba alguna asistencia: ese término, ella realmente usó la palabra asistencia como si estuviera entrenada a ser políticamente correcta con los clientes. Él no la vio con ira o indignación, sólo dijo no, estoy bien, gracias, y tomó el boleto de sus manos. La multitud era como el mar rojo abriéndose ante Moisés, cuando Harry pasaba su silla entre ellos hacia su lugar habitual.

Ahí había un niño entre el pasamano, pero cuando las ruedas de su silla llegaron al lugar, la madre le habló al niño para alejarlo, permitiéndole ver el hielo abajo. Los patinadores ya cruzaban la superficie, calentando para las carreras. Sus cuerpos cubiertos de trajes de licra ajustada a la piel, de brillantes colores que reflejaban la luz como un arco iris contra el blanco hielo. Harry vio a Louis fácilmente aunque le sorprendió que su novio no se encontrara con los otros corredores de velocidad. Era casi como si siguiera medio-dormido. Él brillaba como aceite en el agua, gallardo y hábil, pero no había prisa en sus movimientos, no desperdiciaba movimientos. Mientras Harry veía, él sacudió la cabeza, los brazos, sacudiéndose el sueño. Energía nerviosa, Harry pensó. Él tenía bastante de eso, antes de un juego. Realmente tranquilo en el exterior, conservándose para cuando el evento comenzara, mientras en su interior el corazón palpitaba rápidamente y su cuerpo se llenaba de adrenalina.

Detrás de Harry, un grupo de chicas en las gradas gritaban el nombre de Louis. Él se giró, medio-frunció el ceño, al ver a cuatro o cinco niñas de preparatoria reírse, sosteniendo un letrero entre ellas que decía: ’Louis - Infierno sobre el hielo’. Discúlpenme, él pensó, sólo que él es MI novio, niñas. Se preguntó qué dirían sobre eso.

Pero sus gritos llamaron la atención de Louis, y cuando él vio a las gradas, vio a Harry y le sonrió. Muéranse de envidia, niñas, Harry pensó, levantando la mano en saludo. Incluso desde ahí, él pudo ver el guiño que Louis le daba. Entonces él llegó al borde de la pista donde otros se movían, estiraban o anudaban las cintas de sus patines. Inclinándose en el barandal le dijo algo a una de las chicas del club de patinaje, Harry la había visto antes, la chica con una trenza que se reía con sus amigas y lo seguía como una sombra. Harry acercó la silla al barandal, tratando de ver lo que hacía… Louis señalaba con la cabeza hacia arriba a él, aún hablando con la chica, y lo que fuera que él le dijera hizo que ella se girara a ver también a Harry.

Entonces la chica sonrió moviendo su cabello hacia uno de sus hombros, dándole a Louis una ardiente sonrisa, y desapareciendo hacia los vestidores.

Lo siguiente que Harry supo era que alguien llegaba detrás de él y le preguntaba —¿Eres Harry?

Era la chica patinadora. De cerca podía ver que era más joven que él, probablemente solo dieciséis o algo así, y usaba sombra en los ojos color celeste y delineador café, que la hacía verse como una niña jugando a maquillarse. Ella le sonrió nerviosamente, como si realmente estuviera consciente de las formas que marcaban el traje que usaba, y estuviera desacostumbrada a eso. Una de sus manos llevaron su trenza a su hombro y sus dedos jugaron con el cabello. —Soy Eleanor. Louis me pidió que subiera por ti.

—¿Qué? —quería saber, girando su silla.

Ella comenzó a bajar por el pasillo, viendo hacia atrás para ver si él la seguía. Él lo hacía. —Los patinadores tienen lugares reservados en la pista, —explicó, guiándolo fuera de la concurrencia. En el corredor, ella se dirigía a las escaleras antes de recordar que él iba en silla de ruedas, así que se detuvo frente al elevador y presionó el botón— Louis quiere que te sientes ahí.

Harry frunció el ceño cuando las puertas del elevador se abrieron y Eleanor se hizo a un lado para dejarlo entrar primero. —¿Es adecuado que esté ahí? —preguntó inseguro.

Eleanor asintió. —Oh si, —ella dijo mientras las puertas se cerraban de nuevo.— Hay algunas sillas alrededor de la pista. Tú sabes, dentro del área. Como estar detrás del vidrio en un juego de hockey. Él dice que solías jugar.

Ahora Harry sabía a dónde lo llevaba, abajo en el nivel inferior fuera del área de patinaje. Protegido de la multitud, él podría acomodar su silla fácilmente en un espacio vacío en donde se colocaba el área para los jugadores penalizados durante el juego de hockey. —Sí, —dijo suavemente— Solía hacerlo. —Él no le dijo del jersey colgando arriba de la pista y ella no le preguntó cuánto tardaría o si incluso él regresaría a jugar de nuevo. Ella sólo veía al piso tarareando desafinadamente para sí misma mientras el elevador descendía.

Abajo en el nivel inferior, Eleanor lo guió por el área de los vestidores hacia la pista. — ¿Cuánto tiempo hace que conoces a Louis? —preguntó sobre su hombro.

—Algunos días, —Harry admitió, pero él compensó en silencio para sí mismo: Siempre. Así era como él se sentía y él pensaba que Louis se sentía de la misma manera. No era cuestión de si o no su amistad repentina puede resistir el paso del tiempo, por lo menos para él. Sabía, desde el instante en que se vieron, que ninguno de ellos podría nunca, nunca olvidar al otro.

—Él es asombroso, —Eleanor dijo abruptamente, como si Harry necesitara que le dijera eso. Mientras sostenía la puerta abierta para él, ella sonrió y preguntó— ¿No es así?

—Nunca había visto a nadie patinar como él lo hace. Seguro que llega a las olimpiadas. —Harry llevó la silla bajo las gradas y Eleanor dejó que las puertas se cerraran detrás de ellos. Estaba oscuro, pero él podía ver, gracias a la luz alrededor de la pista. Improvisadas hileras de sillas estaban acomodadas alrededor. Los patinadores volaban— Él irá a la estatal, —Eleanor continuó siguiendo a Harry lejos de las sillas, llenas de padres y amigos—. Solo lo sé. Y a las regionales el próximo mes también, y sé que las ganará.

Llegaron a un lugar debajo de las gradas por el pasillo de las hileras de sillas que Harry apenas logró atravesar, hacia el aire frío del hielo. Harry cerró los ojos y saboreó el aire frío. Él extrañaba eso, el fuerte olor del hielo, el sonido del motor de refrigeración. Dejó que inundaran sus pulmones desgarrando su garganta y tragó saliva rápido para mantener la nostalgia en un rincón de su interior. Dios, él extrañaba la pista.

—Aquí, —Eleanor dijo deteniéndose delante de la fila de sillas justo frente al barandal. Ahí había poca gente, estaría cerca de la pista, pero las sillas estaban vacías. Ella retiró una silla, entonces frunció el ceño viendo el pequeño espacio, entonces retiró una segunda silla— ¿Hay suficiente espacio? —preguntó mientras doblaba las sillas, dejándolas apoyadas entre la hilera detrás de ella— Puedo quitar otra si quieres.

Harry sacudió la cabeza. —Estoy bien… —dijo.

El ruido de patines deteniéndose rompió el silencio, y entonces una fuerte mano revolvió su cabello. —Hey aquí, chico, —alguien dijo, y Harry se giró para ver a Louis subiendo el barandal, todo sonrisas— Gracias, Eleanor.

—Cuando quieras, —ella contestó. Harry ni siquiera se giró para ver la loca mirada de amor en ella. Podía oírlo en su voz cuando ella hablaba. Cuando quieras. Ella no tenía ni idea de cuán transparente era eso.

Pero Louis no lo notó. Él se sentó en la silla al lado de la silla de ruedas de Harry, estirando sus brazos por el respaldo de los asientos y encontrando una despreocupada manera de tocar el hombro de su novio. Parecía no poder dejar de ver los labios de Harry, su boca. Una mano pasó de nuevo por el cabello de Harry, sólo un rápido roce a su cuello. A Louis le gustaría hacer más, pero no podía, no aquí, no con la multitud llenando las gradas y el club de patinaje en la pista y además Eleanor aún estaba muy cerca al igual que una sirvienta esperando ser despachada. Cuando Harry le sonrió a Louis, su novio murmuró las palabras, —Te extrañé.

Harry se rió. —Casi no vengo, —dijo— Mi mamá no quería levantarse temprano.

Tocó la parte de atrás del cuello de Harry, suavemente, gentilmente y luego la retiró. —Te dije que me dejaras hablar con ella, —Louis dijo con una enorme sonrisa— Soy bueno con las damas. —Viendo hacia Eleanor, le hizo un guiño y agregó— ¿No es así?

Eleanor se rió y giró sus ojos. —¿Necesitas practicar? —Louis le preguntó.

—Oh no, —ella dijo, sacudiendo su cabeza, enviando su trenza de su hombro a su espalda— Aún no. Estoy bien.

Harry limpió su garganta, viendo sus manos entrelazadas en su regazo, y orando: Aléjate. A su lado, Louis sacudió la cabeza en su dirección y preguntó—¿Estás segura de que no necesitas ir?

Desde la esquina del ojo, Harry vio que su sonrisa se perdía. Entonces ella imaginó lo que Louis le preguntaba y su cara brilló. —¡Oh! —ella gritó. Con una auto consciente risa, ella vio hacia el pasillo— Correcto, si. Bien, puedo practicar, si. Seguro.

Louis le dio una desarmadora sonrisa. Harry sintió sus propias rodillas debilitarse con esa sonrisa, él sabía que todos los músculos en el cuerpo de Eleanor estaban de gelatina en ese momento. —Gracias de nuevo, —Louis le dijo.

—No hay problema, —ella dijo, un poco más fuerte agregó— Cuando quieras, en serio.

Pero Louis ya había girado su atención de regreso a Harry.

Acercándose, murmuró, —Buenos días, sexy. Soñé contigo anoche.

—Buenos sueños, espero, —Harry dijo con una tímida sonrisa.

Louis le hizo un guiño— Húmedos.

Su obvia respuesta hizo reír a Harry. —¡Es verdad! —Louis agregó, riéndose también—. Te juro que tuve que cambiar las sábanas cuando desperté. Espero que mi mamá no lo vea cuando las lave.

—Eres malo. —Harry se rió.

Louis se apoyó en su silla y le sonrió. —Sé que amas eso.

Lo hago, Harry pensó. Eso es lo que él esperada de su corta relación, sólo ver a su chico haciéndolo reír, dándole una sonrisa y una mirada que hicieran que todas las cosas en el mundo estuvieran bien durante el momento en que ellos estuvieran juntos. Harry estaba seguro de que eso era amor porque era todo lo que había soñado, desde las mariposas en el estómago a lo pulsante en su ingle al recordar sus labios presionándose contra los suyos en tiernos besos. Repentinamente lo inundó el deseo de poder estar detrás de las gradas o en algún lugar con la puerta cerrada, o quizás en los vestidores, en cualquier lugar en el que pudiera sentir la boca de Loyus en la suya. —¿Cuánto va a tardar esto hoy? —preguntó. No demasiado, él esperaba. Él quería que Louis le tocara desde que se habían separado ayer, y verlo ahora hacía que todo lo que quería regresara de nuevo.

Pero Louis se encogió de hombros. —Un par de horas, —dijo— No estoy seguro. ¿Por qué? ¿Tienes una caliente cita esta noche?

Harry sonrió. —Quizás. —Le dio un juguetón codazo a su novio— ¿Qué vas a hacer después?

Louis lo vio por un momento, sonriendo débilmente. —¿Me estás invitando a salir? —preguntó, asombrado. Cuando Harry se encogió de hombros, él dijo— Estamos haciendo las cosas al revés aquí. Se supone que uno tiene una cita antes de ser novios, ¿lo sabías?

—Pueden salir después de que están juntos —Harry le dijo, pero ahora él no estaba seguro de eso. Su sonrisa desapareció y comenzó a jugar con la bastilla de su camisa, incómodo— Quiero decir, no conozco exactamente el protocolo pero…

Suavemente Louis tomó el cabello de Harry. —Estoy bromeando, bebé, —murmuró: Bebé. Harry amaba cómo se oía eso. Él nunca pensó que un chico que le dijera bebé pudiera hacer eso en su interior. Su corazón daba un salto ante la manera que esa palabra era pronunciada por Louis. Él tenía que pensar en alguna forma de cómo llamarle ahora, algo que fuera tan cariñoso y amoroso como eso— Podemos salir. ¿A dónde quieres ir?

¿Cómo podía él hacer eso? Una sonrisa, un toque, unas cuantas palabras y todo estaba bien de nuevo. —¿A dónde tú quieras ir? —Harry contestó. Él nunca había tenido una cita antes. Ya se estaba preguntando si podía de algún modo pelear por la van con su madre. ¿Louis sabría conducir? — A algún lugar a comer o al cine a donde sea que quieras ir.

—No tengo mucho dinero, —Louis le dijo.

Harry sabía eso. —Mi invitación, —dijo. Antes de que Louis pudiera discutir, él agregó— Soy yo el que te invitó a salir. ¿Verdad? Así que soy yo quien paga. Tú pagarás la siguiente vez. —Cuando Louis se rió, Harry preguntó— No sé si tienes automóvil, ¿lo tienes?

—No. —La sonrisa de Louis se volvió en una débil sonrisa— Podemos tomar el autobús.

El autobús, qué romántico, Harry pensó mientras un silbato recorría la pista, silenciando a la multitud. —Me tengo que ir, —Louis murmuró, poniéndose de pie.

—Buena suerte, —Harry le dijo. Él quería decir más. Quería besarlo, abrazarlo, o algo, pero sabía que no podía.

—Gracias, —Dante suspiró. Cubrió la mano de Harry con la suya y le dio un rápido apretón que nadie vio y después de una sonrisa subió al barandal, golpeando suavemente sus patines en el hielo— Piensa a dónde podemos ir. Realmente no me importa donde, mientras te tenga para mi algunas horas. —Harry se rió, pero pensó lo mismo. Louis sonrió ampliamente— ¿Qué?

Harry se rió de nuevo. —Ve a patinar, —dijo, ahuyentándolo— Ve a ganar hoy, ¿Recuerdas?

—Lo recuerdo. —Mientras se alejaba gritó— ¡Ya regreso!

Harry lo vio cruzar el hielo como si hubiera nacido en patines: él era tan gallardo, le dolía verlo cuando todo el cuerpo de Harry le gritaba que lo sostuviera cerca. Esta noche, se dijo a sí mismo. Películas, cine ¿eso era una broma? Ellos podrían sentarse en su habitación a ver televisión, ordenar una pizza y estar en la cama. Louis tenía razón, siempre y cuando estén solos.

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Cuatro patinadores estaban en línea sobre el hielo, pero él no veía a Louis entre ellos. Harry estiró el cuello tratando de encontrar a su novio, y captó el brillo de su cabello castaño entre los patinadores en la pista. Pensó que ese podría ser él, pero no era. ¿Por qué no estaba patinando? Harry se preguntó. Deseó tener un programa de los eventos o quizás que el anunciador explicara qué estaba sucediendo. Todo lo que oía por el altavoz era la lista de las carreras y las horas, ni siquiera mencionaban los nombres en este momento. No sabía qué sucedía.

Oyó a alguien detrás de él, y entonces Eleanor regresó al asiento a su lado. Sentándose le sonrió y dijo con una brillante voz. —Hey.

—Hey. —Harry estaba seguro que Louis no la había enviado por segunda vez. Sabía por qué ella estaba aquí. Él era amigo de Louis y ella pensaba que si era linda con él, de seguro Louis la notaría, esto le daría puntos extras con el chico. Aún así, al menos era compañía, y ¿quién sabría mejor sobre los eventos en la pista que alguien del club del patinaje? Señalando con la cabeza a los patinadores en línea, Harry preguntó, —¿No debería ser él uno de ellos?

—Primera ronda, —Eleanor explicó viendo a Harry. Luego agregó— ¿Conoces algo sobre patinaje de velocidad?

—No mucho, —admitió— ¿Cuándo patina Louis?

—Siguiente ronda. —Deslizándose en su silla se acercó a la silla de ruedas de Harry, ella señaló el tablero arriba de la pista. Había un reloj señalando 00:00:00 y debajo de eso, el nombre de los cuatro patinadores en línea. Louis no estaba entre ellos. Al fondo de la tabla estaba la frase de “Hombres 500 metros” parpadeando lentamente con luz verde—. Esta es de quinientos metros, —Eleanor le dijo—. Hay cuatro categorías hoy: 500, mil, mil quinientos y tres mil. Cada categoría tiene dos grupos. —Cuando Harry frunció el ceño, ella aclaró— ¿Como las pre-carreras?, para calificar a los patinadores.

—Oh. —Harry aún no lo tenía claro pero asintió como si entendiera— Creo que esto va a durar una semana.

Eleanor se rió. —Bien, ahora van a empezar. —Se oyó el disparo y los cuatro patinadores salieron a toda velocidad, pero ella no pareció interesada. A Harry tampoco le interesaba esta carrera: Louis no estaba en ella. Así que giró su atención hacia la chica a su lado— El club de patinaje tiene cuatro divisiones, —ella explicó— Ellos lo llaman grupos. Yo estoy en el C, Dante en el A. Las divisiones se hacen principalmente por la edad y entonces cada grupo se divide en patinadores hombres y mujeres.

Cuatro grupos, Harry la seguía. —Para los cuartos de final, —Eleanor continuó— Necesitamos cuatro patinadores de cada grupo, dos hombres y dos mujeres calificarán por cada carrera. Eso sucedió la semana pasada. Louis está por ganar los quinientos metros. —Ella pasó su trenza sobre su hombro y sonrió cuando los patinadores regresaban a sus asientos. La segunda vuelta se anunciaba en el tablero— Hoy hay cuatro grupos y dos patinadores por grupo, ocho patinadores ahora en cada grupo.

Ahora Harry entendía. —Así que sólo puede haber cuatro corredores por carrera, —él dijo, y Eleanor asintió feliz— Y los dos de cada carrera avanzan a la siguiente. ¿Hay cuatro categorías hoy?

—Ocho en realidad, —Eleanor corrigió— porque son cuatro de hombres y cuatro de mujeres, sólo que no compiten juntos. Entonces hay quinientos metros de hombres y quinientos metros de mujeres, ¿sabes?

Harry se rió. —Estaré aquí todo el día, —dijo. Para cuando los cuartos terminen, Louis estará tan malditamente cansado que no saldrán.

Pero Eleanor sacudió su cabeza. —No realmente. No tienen que quedarse todo el tiempo. Louis corre los quinientos y los mil metros, creo que él no es un corredor de distancias. Quiero decir que él puede hacerlo, pero es rápido y eso cuenta en las carreras cortas. Sólo necesita ganar una de las carreras para ir a la estatal. Si gana los quinientos metros, no correrá los mil.

Frunciendo el ceño, Harry levantó la vista hacia la multitud que estalló en gritos y vio hacia la pista. Uno de los corredores en el círculo de la pista tenía sus brazos levantados por la victoria: Harry reconoció al chico Dietrich, el que le había mencionado Louis que su padre había pagado para que entrara en los cuartos de final. A Harry no le gustó su aire presumido, la arrogante manera que veía a la multitud. Sal de la maldita pista ya, pensó, viendo al chico sobreactuando. Jesús, ¿ganar no es suficiente? Tienes que restregarlo.

Como si oyera los pensamientos de Harry, Dietrich patinó alrededor de la pista deteniéndose cerca del barandal mientras se dirigía al área de jugadores. Pero lentamente se aproximó a Harry y Eleanor, deteniéndose frente a sus asientos. Fuera, en el hielo, cuatro corredores ya estaban en línea para la siguiente carrera, Louis entre ellos. Él vio la manera que Dietrich los veía y vio a los corredores.

Dietrich se inclinó sobre el barandal y murmuró fuerte —Será mejor que veas esto, Eleanor. Ese es el novio de Louis con el que tiene sexo.

La ira pintó las mejillas de Eleanor y ese levantó disgustada. —Sal de la pista, Wil —dijo, su voz tensa.

Harry sentía su garganta cerrarse, sus manos en un puño, y si pudiera levantarse de su silla tomaría del cuello al imbécil. El novio de Louis… oh, estás muerto, él pensó, luchando para evitar que las palabras se le escaparan.— De cualquier manera ese no es tu jodido asunto. Ignóralo, —Eleanor murmuró.

El locutor pidió que se desocupara la pista. Con una risa cruel, Dietrich se apuró a salir hacia el área de descanso, y aún desde ahí Harry podía ver la preocupación en los ojos de Louis. Lo veía a él, luego al resto de los patinadores y de nuevo a él, indefenso. Así que eso es por lo que lo odias, Harry pensó, forzando una tensa sonrisa para tranquilizar a su novio. Eso no pareció funcionar. Maldito homofóbico. Cuando salga de esta silla, me encargaré de este imbécil yo mismo.

—Solamente está celoso, —Eleanor le dijo a Harry, viendo hacia Dietrich— No es ni la mitad de buen patinador que Louis y él lo sabe. La única razón por la que es miembro del club es porque su papá es un gran patrocinador. Ha logrado que la mitad de los chicos huyan asustados, esa es la única manera en que logra ganar.

El disparo de inició oyéndose junto con el „clack‟, „clack‟, „clack‟ de los patinadores saliendo. Harry se inclinó hacia delante, su corazón acelerado. Uno, dos, tres patinadores volaban, pero Louis estaba al final de la línea, su cara ofuscada y cerrada. —Maldición, —murmuró cuando Louis pasó frente a ellos, ¿Esta carrera sólo tenía cuatro vueltas? Él necesitaba mejorar su posición si quería ganar.

Dos vueltas y media después, Louis se disparaba hábilmente hacia la segunda posición. Pronto trataron de pasarlo, la multitud se movía salvaje. Harry se giró hacia Eleanor y ella palmeó su espalda, Louis va a ganar. Sólo una vuelta, él se recordó a sí mismo, pero seguía mordiéndose el labio inferior.

Se quedó sin aliento cuando el patinador de atrás empujó a Louis al tercer lugar, ahora sólo le quedaba una vuelta.

Con un sorprendente aumento de velocidad en la última curva sobrepasó a los otros dos, alejándose de ambos. Aumentando la velocidad, cruzó la línea de meta medio segundo antes que los otros. —Lo hizo. —Eleanor gritó, poniéndose de pie al igual que el resto de la multitud. Harry sonrió, su pecho le dolía.

Louis no parecía oír los aplausos. Él levantó la vista al tablero sobre la pista, esperado que aparecieran los tiempos. Cuando su nombre apareció en primer lugar asintió como si fuera lo que estuviera esperando, entonces se apoyó en sus rodillas y respiró profundo. De algún lugar de las gradas empezaron a gritar, Louis, Louis, Louis. Les dio una débil sonrisa y un poco entusiasta movimiento de la mano, mientras cruzaba el hielo hacia donde se encontraba Harry.

—¡Entraste! —Eleanor felicitó a Louis cuando se acercó al barandal, su trenza se movía en su espalda con cada movimiento que hacía— Asombroso, Louis, —ella dijo emocionada— Eres genial.

—Es sólo una vuelta, —Louis replicó, desabrochándose el casco. Se limpió el sudor de su frente y de arriba de su labio y frunció el ceño hacia Harry— ¿Qué te dijo?

Antes de que Harry pudiera contestar, Eleanor giró sus ojos. —Él solo es un imbécil, —ella le dijo.

Harry la vio, luego a Louis, esperando. Los otros tres ya estaban en la línea del grupo de patinadores sobre la pista, Dietrich era uno de ellos, eso era así, la carrera de los 500 metros. Louis no necesitaba preocuparse de nada, sólo de ganar ahora. —Nada, —Harry dijo sacudiendo la cabeza, Louis frunció el ceño más, y él prometió— Te lo diré después. Ve a ganar.

—Dímelo ahora, —Louis dijo. Él se inclinó como si tuviera todo el tiempo del mundo para esperar.

—Te están esperando, Louis, —Eleanor señaló.

Harry le dio un suave empujón. El brazo se sentía caliente y su traje húmedo con el liguero toque. —Después, —Harry le dijo— Ahora ve. —Cuando Louis no se movía, él suspiró y agregó— Ella tiene razón, él estaba siendo miserable, ¿Bien? Te lo diré después de que ganes.

Eso hizo que Louis se riera. Secándose con la manga preguntó, —¿Y qué si no lo hago? —Con un guiño Harry dijo— Entonces no te lo diré.

—¡Eso no es justo! —Louis gritó. Se oía tan molesto que tanto Eleanor como Harry se rieron ante la herida expresión de su cara— Harry…

El locutor llamó a todos los contendientes a que tomaran sus posiciones. —Eres tú, —Harry dijo. Tomando el brazo de Louis le dio un rápido apretón en sus bíceps y le dio otro empujón—. Ve.

Renuente, Louis obedeció. Al colocarse en la línea, tomó el lugar al lado de Dietrich y no vio al otro patinador mientras se colocaba en posición, un pie hacia delante un brazo protectoramente frente a su pecho.

Además, Harry y Eleanor murmuraban —Él no necesita preocuparse por Wil.

Harry se preguntaba si ella sabía cuán cerca de la verdad estaba lo que Dietrich había dicho. Lo dudaba, por la manera soñadora con la que veía a Louis. Sin embargo, ese no era el lugar para decir nada. No conocía a la chica y no sabía si Louis quería que ella supiera de ellos, no se sentía cómodo al admitir que no sabía cómo reaccionaría. Así que no dijo ni una sola palabra, sólo cruzó sus dedos en donde sus manos descansaban en los brazos de la silla y rezó porque su chico ganara.

Repentinamente Dietrich salió, dejando a los otros patinadores atrás. „Clack‟ „clack‟ „clack‟, y el locutor anunció una falsa salida. Harry se giró hacia Eleanor, confundido. —Qué…

—Wil salió antes, —ella explicó— Se tienen que volver a acomodar para iniciar. Probablemente está nervioso porque sabe que no puede vencer a Louis. —Entonces ella se rió divertida— Si somos afortunados, si lo hace de nuevo, logrará que lo eliminen.

Harry dudaba que sucediera. Correcto. Esta vez era diferente a que un corredor hiciera una falsa salida, acomodados en la línea, el disparo no se oía y en el círculo los corredores estaban en línea. Eso desgarraba los nervios, esperando, esperando y esperando y entonces seguían acomodados en línea. Sí, una película y cena esta noche. Eso era lo que Louis necesitaba para relajarse, y Harry estaba muy seguro de que podía encontrar la manera de relajar la tensión de los músculos de su novio sólo con sus labios y manos.

Finalmente el sonido del disparo se oyó, Dietrich empujó sus codos a los lados para tratar de bloquear a los otros. Él guió al grupo media vuelta, antes de que Louis abandonara su usual estrategia de quedarse rezagado y tomó el primer lugar. En un largo tramo aumentó la velocidad. Alejándose de los otros tomaba las curvas inclinándose, una mano casi en el hielo para el balance. Rápido, él volaba frente a Harry la segunda y tercera vuelta, unos buenos tres segundos frente a Dietrich. Casi como uno, la multitud soltó el aliento cuando llegó a la curva final, le faltaba media vuelta...

Y cruzó la línea con los brazos arriba de su cabeza en señal de triunfo. Eleanor saltaba igual que una adolescente en el concierto de su banda, saltaba de arriba abajo, su trenza golpeaba a Harry de vez en cuando. Sin pensarlo ella se inclinó y lo abrazó, Harry se reía uniéndose a la multitud. ¡Él lo hizo!, pensó. Su pecho hinchado de orgullo cuando el nombre de Louis apareció en el tablero arriba de la pista. Sobre el ruido de la multitud, él apenas podía oír al locutor anunciar a Tomlinson como ganador.

En todo lo que podía pensar era en que los dos compartirían un cuarto de hotel en algunos días, y de cómo iba a cubrir de besos de felicitación a su chico cuando finalmente estuvieran solos.

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Hola.
Muchas gracias por leer el fic:)

por Invitado Dom 27 Abr 2014, 1:41 am

Blue sky escribió:
Tan tierno, Louis es eso....no se puede decir más
Harry, valla que ha desarrollado muchas inseguridades, no lo culpo, probablemente yo estaría igual
siguela cuando puedas

Louis es bien tierno y lindo.
Saludos:)

por Invitado Dom 27 Abr 2014, 1:41 am

inmaaamlg escribió:diosss me muero de amorrrrrrrrrrrrrrrrrr pueden todos los hombres ser cómo louis por favor?¿?¿?¿ awwwwwwwwww es que es bueno no sé perfectísimo quiero que llegue ya la carrera y que gane, y el angelito traumado por el gilipollas de jared socorro ahora sí que ha encontrado el amor :)

Lo see!!
Son bien lindos!
Saludos

por Invitado Dom 27 Abr 2014, 1:42 am

Debby escribió:Louis es la cosa mas tierna. Es triste que siga teniendo los malos recuerdos de su "relación" con ese idiota, pero aww, fue muy lindo con Harry.
Seguila pronto por favor, bye ♥

Quedo traumado con el bato ese.
Son tan lindos que me dan gastritis!
:))

por **Blue sky** Dom 27 Abr 2014, 5:30 pm

Louis si que tienen talento, esperemos que siga asi
No entiendo a la mama de Harry, quien es el que esta en una silla de ruedas? exacto Harry, no ella, debería apoyar lo más, darle esperanzas y no darse por vencida

en fin
me encanto

por Invitado Lun 28 Abr 2014, 2:17 am

Harry esta que no puede mas de ganas y el otro lo freno y no lo supera JAJAJ pobre bebe, ya va a llegar su momento (?
Lou gano! aww es muy lindo porque se esfuerza tanto, lo merece
Seguila pronto por favor, bye!

por **inmaaamlg** Lun 28 Abr 2014, 9:23 am

ayyyyyyy ganó ganó ganó por supuesto nadie lo dudabaa!! louis y harry se van yujuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu ay el pobre harry se muere por estar a solas con louis jajaj

por **Pamelilla** Lun 28 Abr 2014, 9:49 pm

Adoro esta historia cómo va desarrollándose, la confianza que se trasmiten estos chicos fluye como la vida y eso es bellísimo. Igual me da pena Eleanor, la entiendo quién podría no fijarse en Louis, dulce, encantador, bello, alegre, sexy es como un todo. Saludos y estaré esperando ese viaje tanto como Harry

por **Rebeca.** Lun 28 Abr 2014, 10:12 pm

Me fui muchoooooooooooooo tiempo, pero ya leí todo...esta novela es tan tierna :3
Siguela pronto Liz.

Adiós.

por **Pamelilla** Lun 05 Mayo 2014, 7:13 pm

Hola me imagino que debes estar muy ocupada, solo entré para ver si habías subido algo, espero lo hagas pronto. Saludos

por Invitado Lun 05 Mayo 2014, 9:23 pm

Blue sky escribió:Louis si que tienen talento, esperemos que siga asi
No entiendo a la mama de Harry, quien es el que esta en una silla de ruedas? exacto Harry, no ella, debería apoyar lo más, darle esperanzas y no darse por vencida

en fin
me encanto

Louis es genial, la madre de harry esta pasando por un proceso medio feo.
Pero si, debería apoyar mas a Harry.
La sigo;)

por Invitado Lun 05 Mayo 2014, 9:24 pm

Debby escribió:Harry esta que no puede mas de ganas y el otro lo freno y no lo supera JAJAJ pobre bebe, ya va a llegar su momento (?
Lou gano! aww es muy lindo porque se esfuerza tanto, lo merece
Seguila pronto por favor, bye!

Harry esta que quiere meter mano y que se la metan tambien.
Ah, les llegara!
Louis aw, cosita preciosa.
La sigo:)

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