EVANGELINE: La espada, el sirviente y el amo.

Los arboles eran acariciados por la suave brisa de la mañana, el suelo tenía un olor muy hermoso, olor a lluvia, era verano pero el clima era muy “bipolar”, sin embargo no me sentía triste, ya que yo adoro mucho este tipo de clima; frio y nublado, con un toque de vintage, el hecho es que, era muy hermosa esa mañana, pero no podía confiar en que así estaría todo el día, pues como dije antes, era un clima muy bipolar.

Me gustaba la soledad, sé que a nadie le gusta la soledad, sin embargo, en esos tiempos yo no conocía el sentir estar en compañía de alguien. No confiaba mucho en las personas, mi madre siempre trabajaba, muy apenas la veía en las mañanas al despedirme de ella cuando iba al colegio, al llegar la veía alrededor de dos horas, sin embargo, yo sabía que ella hacia un sacrificio por mí.

-Hola mamá-

-Hola, ¿Cómo te fue en la escuela?-

-Bien-

Apenas articulábamos palabra alguna. Mi hermana se llamaba Amelia, al cumplir los 18 años de edad se fue de casa, y no he sabido nada de ella. Era muy hermosa tenía unos grandes ojos color miel, un hermoso y lacio cabello marrón, una gran sonrisa y una piel muy hermosa e hidratada. Su ida fue todo un misterio, en realidad no supe que día se fue, ya que como igual que mi madre no hablábamos, a decir verdad casi nunca la veía y madre no me dijo nada al respecto así que supuse que ella sabía el porqué, como y cuando.

- AMY!!!

-¿Mamá?

-Necesito hablar contigo, siéntate.

Parecía un poco aturdida, en shock, me miro con unos ojos casi saliendo de su órbita, un poco aterradora pero de la manera que está emocionada.

-Te acuerdas del Instituto Nova Harvey.

-Si.

-Fuiste aceptada.

¡No lo podía creer!, fui aceptada, solo me quede paralizada, no supe que decir, ella me observo, y yo la observe, y nos observamos mutuamente. Fue un sentimiento de felicidad y miedo al mismo tiempo, sin embargo tenía que arreglar el papeleo para el cambio de institución.

-¿Necesita algo?- me dijo la secretaria Stela, con su típica mirada de secretaria con sus lentes en la nariz, así como en las películas. Toda la escuela sabía que ella mantenía un romance con el director, el profesor de literatura y el inspector, pero al parecer todo el mundo lo sabía menos ellos.

- Vengo a entregar papeleo para cambiar de escuela- le respondí un poco emocionada

-¿Nombre?

- Amy Stevens.

- Bien Amy, ¿a qué institución te cambiaras?

-Nova Harvey- respondí orgullosa.

Después hubo silencio total, pues en realidad esa escuela solo admite una determinada cantidad de alumnos con determinadas características, es como decir que le pegue al gordo.

-Muy bien, tenemos aquí a un futuro alumno de “NH”- me dijo con tono burlón

-Basta de bromas pequeña sinvergüenza, ve a tus clases- me dijo con una cara sonriente pero no de esas sonrisas de felicidad, una sonrisa de “pobre perdedora”.

-Pero necesito enviar el papeleo antes de que lleguen las vacaciones de verano- le enseñe el papel que me llego a mi correo esta mañana, el cual puso a mamá en shock.

-Mire esto prueba lo que le digo- la secretaria lo leyó dos veces, luego se paró, me miro y luego se sentó, aún me miraba, después se levantó de su asiento y fue con el director.

-¿QUIEN ES AMY?- se escucho la voz del director

-¿YO?

-Entra a mi oficina por favor- me dijo con unos ojos penetrantes- ¿Cómo es que una chica como tú fue aceptada, en una escuela de esa categoría?

-Bueno solo envié una solicitud, unos cuantos papeles y listo.

-¿Y listo dices?- me dijo con ganas de tener ganas de saber más sobre el tema

-¿Si…?

Después, me dejo ir con una mirada confusa.

-Entrégame esa hoja.

-¿Esta?

-Sí, vamos apúrate antes de que piense que esto fue un error.

Al entregarla me dijo que saliera de su oficina, y buscó en los archivos del alumnado. La secretaria cerró la puerta, entonces fui a clases. Ya era el cuarto periodo, y el cuarto periodo del día martes me tocaba el profesor Hawkins, su nombre era Louis, llegue en el momento que estaban presentando una compañera nueva, su nombre creo era Charlotte Sullivan.

-Toma asiento Amy- me dijo el profesor murmurando

-Oh, Si, lo siento.

- Ella es de la parte norte de la colonia Aries.

-Denle la bienvenida.

-Bienvenida Charlotte.

Junto a mi había un asiento vacío, bueno pues nuestro colegio tiene butacas compartidas, y pues como dije antes, me gustaba la soledad. Coloque mi bolso en la banca para que diera la impresión de que alguien, que no estaba en el aula, estaba ocupando el asiento. Pero como todos los grupos, tienen a alguien que le gusta molestar, hay un tipo llamado Charlie, quien me vio de reojo

-Profesor junto a Amy hay un asiento vacío

-¿Esta vacío ese asiento, Amy?

-No…si, bueno no sé.

-Toma asiento Charlotte.

-Si.

Entonces ella se acercó, a la butaca, y se paró y se me quedo observando. Yo la mire y juro que intentaba hablar pero no me gusta socializar mucho con las personas, porque cuando confías en las personas solo te lastiman y cuentan lo que no deben.

-¿Qué?

-Quita tu mochila.

Quite mi mochila, ella se sentó y saco sus cuadernos. Era algo rara, cada vez que me distraía y volteaba ella me estaba viendo y sinceramente me estaba empezando a asustar. Llego la hora de irnos a casa y solo teníamos 2 horas antes de que sonara en toque de queda. Saque algunos libros del casillero, fui a la biblioteca a devolver unos libros que tenia del semestre pasado, y tire algunas cosas que ya no necesitaría en mi nueva escuela.

-Amy…Amy…Amy… ¡AMY!

Escuche unos gritos, al darme la vuelta vi a Charlotte corriendo hacia mí, Salí corriendo pero al segundo que mire hacia atrás, ella ya estaba detrás de mí, en verdad fue aterrador.

-¿Por qué huyes?

-¿Por qué me persigues?

- Bueno, es por lo de NH, necesito decirte algo.

Me quede atónita ya que los únicos que sabíamos de eso eran mi madre, el director, la secretaria y yo.

-De seguro te preguntaras porque lo sé, bueno no entremos en detalles te vengo advertir de algo y de explicar porque fuiste aceptada.

Me quede sin palabras, ella se escuchaba como una adulta, y se miraba un poco chistosa, pero tenía curiosidad.

-Explícate mejor, ve directo al grano, ya es tarde

-Bien entonces iré directo al grano, tu eres un s…

La interrumpió la primera alarma del toque de queda, entonces sentí de repente un miedo, como si algo estuviera observándonos, así que corrí.

-Lo siento, mañana me explicas, ya es tarde.

-No pero, Ev… ¡AMY!

Ya era bastante tarde, ya estaba obscuro, y sentí un miedo penetrante, quería llorar, no sabía qué hacer, ya quedaban como cinco cuadras para llegar a casa, y a esta hora los autobuses ya no estaban en servicio. Sentía que tenía que regresar, estaba asustada por Charlotte, mis piernas apenas se movían, y no quería que la policía me detectara y me sancionara. Dude un poco, pero fui por ella, tal vez vivía lejos así que yo le dejaría quedarse en mi casa a dormir y cenar hasta que llegara el día de mañana, le prestaría mi uniforme y haríamos la tarea juntas. Corrí por todos lados, la busqué por todos lados, entonces me arme de valor y grite.

-¡CHARLOTTE!... ¡CHARLOTTE!... ¡CHARLOTTE!

Y al llegar a un estrecho callejón, escuche el sonido de la carne al ser separada del cuerpo, un olor fresco a sangre, y aunque había poca luz, logre distinguir un hombre sobre Charlotte, estaba oliendo su cabello, lamiendo su piel, y desgarrándola con su boca, la sangre saltaba, salpicaba como cuando arrojas una piedra a un charco, y yo me quede paralizada, no sabía si correr, si intentar salvar a Charlotte, si gritar o vomitar por lo que estaba viendo. Mis ojos los sentía adoloridos por lo abierto que estaban de sorpresa. Lo único a lo que me limite a decir fue su nombre.

-¿Charlotte?- dije sollozando.

Entonces esa cosa me vio, y lo vi, y nos vimos mutuamente, entonces abrió si gran boca, tenía las mejillas desgarradas, algo parecido a Spiderman 3, si mandíbula y sus mejillas eran algo parecía al monstro que se parecía a spiderman pero negro, no sé cómo llamarle, en realidad no le puse mucha atención a esa película, ¿era más correcto decir que se parecía al guasón? Entonces sentí sus ojos penetrando mi alma, sentía como mis órganos eran quemados por dentro, fue ahí cuando sentí que mis piernas me respondían un poco, y corrí, corrí como si esa fuera mi última oportunidad de escapar, sentía que el corazón se me salía, que me rendía, que llegaría en momento en que tropezaría y caería, entonces esa cosa llegaría a mí y me haría lo mismo que le hizo a Charlotte. Estaba a punto de rendirme, entonces recordé a mama, no sabía si llegar a casa, ¿y si esa cosa le hacía lo mismo a mama?

no sabía que hacer así que como una experta en encontrar salidas, pronto pensé en la escuela, pero esa cosa era como Charlotte, entre mas corría mas se acercaba, y sentí un dolor de cabeza, sentía como el cuerpo me quemaba, sentía que mi cabello me jalaba hacia atrás.

Y como lo dije antes, me tropecé, me sentía diferente, no me dolía nada, no sentía el raspón que seguramente me hice, sentía como esa cosa llegaba a mí en cámara lenta, sentía y escuchaba y veía cada detalle. Y finalmente la cosa llego a mí. Sentí que podía pelear contra eso, por mi bien, por el de mi madre, y por Charlotte.

Me encontraba pues sentada junto a la cosa, que había atacado a Charlotte, era un hombre pero no parecía un hombre normal, era algún tipo de… cosa, estaba desmembrada, y yo estaba bañada en sangre, esta sangre no era como la de una persona normal, se sentía muy espesa y su color era rojo brillante, demasiado brillante, un hermoso y puro rojo escarlata, no recordaba nada, eso me estresaba, me empezó a marear, y me dolía mucho la cabeza, todo me daba vueltas, el cuerpo me ardía ahora con más intensidad, y ya no tenía fuerzas, tenía nauseas, y me dolía la cabeza aun como su me dieran punzadas por dentro. Entonces sentí un viento oscuro, sentí que aún no había terminado, gire mi cabeza hacia atrás, y mire a un hombre detrás de mí, como a unos 50 metros o menos, entonces empezó a correr, sabía que no podría correr como antes, y estaba empezando a tambalearme, y en un cerrar y abrir de ojos, literal, él estaba frente a mí, yo caí hacia atrás, y se acercó a mí, sé que estoy muy chiflada para pensar en este tipo de cosas, pero era bastante guapo, tenía una piel muy pálida, y su sonrisa era como el de un cazador al conseguir su presa. Solo acerco su cara a mí, tomo mi cabello suavemente y lo olfateo, yo sentía mucho miedo y después todo se empezó a nublar.

Mi cabeza dolía, pero no tanto como antes, estaba en la bañera, estaba dormida en la bañera, y después de dos minutos de estar “norteada” recordé al hombre que olfateo mi cabello pero lo demás era confuso no recordaba mucho de la cosa que ataco a Charlotte, de hecho no recordaba mucho a Charlotte.

Minutos después sonó la alarma, entonces busque mi bata, pero no había bata, y era algo raro porque siempre tenía mi bata antes de meterme a la bañera, entonces busque una toalla que estaba cerca de mí y mis sandalias, siempre llevaba mis sandalias color salmón, pero no había sandalias, y entonces todo se volvió confuso y rápidamente revise mis muñecas para asegurarme de que no me había cortado, pero estaban perfectamente bien. Salí de la bañera en toalla, sin sandalias ni bata, y me acerque al despertador a apagar la alarma, vaya la sorpresa que me lleve, eran las seis y media de la mañana, era la hora que me levantaba a vestirme, desayunar, ver un programa de televisión que se llamaba Satélite Matutino, era un programa que se transmitía en 8 de las 12 colonias del Distrito Andrómeda, era un tipo noticiero pero cada día cambiaban los conductores, y volvían al ciclo en lunes, pero sinceramente creo que solo dice lo que el gobierno quiere que conozcamos, o que aceptemos.

Me vestí, y busque el uniforme que llevaba puesto un día antes, pero no lo encontré, así que baje al cuarto de lavadoras y tampoco lo encontré. Aun no tenía la certeza de que todo lo que recordaba de un día antes era verdad o simplemente una pesadilla muy pesada.

Entre a la sala, y mama estaba en el sofá dormida, ella debió haber llegado demasiado cansada para acabar en el sofá. Me prepare el desayuno, y prendí la televisión en el programa matutino que mencione antes, no había noticia sobre alguna chica encontrada muerta, o una cosa desmembrada. Todo era normal, así que supuse que solo había sido una pesadilla.

Tome mi mochila, guarde mi lonche, tome un poco de dinero, limpie mis zapatos, y me fui a la escuela, tenía curiosidad por saber si en verdad estaba en lo correcto en suponer que todo fue una pesadilla así que no tome el autobús. Me dirigí al callejón, y estaba como siempre igual que el lugar donde se supone desmembré a la cosa. Cuando me di cuenta estaba a un medio kilómetro de la escuela, y solo faltaban quince minutos, así que corrí hasta que me dolieran los pulmones.

-¿Amy?

-Presente- conteste cansada.

-¿Por qué llegaste tarde?

-Es que, perdí…el autobús- el profesor Hawkins me miro con unos ojos de sospecha.

-Toma asiento, Amy.

-ok.

Gire hacia mi asiento, y mire a Charlotte, me alegraba que ella en verdad estuviera viva y no muerta y destazada como había pasado en mi pesadilla.

-Hola Charlotte.

Pero ella solo se limitó a saludarme con la mano.

Luego después de que iniciara la clase, ella ya no disimulaba cuando me veía, sus ojos no eran los mismos, sus ojos eran oscuros, demasiado oscuros.

-¿Qué le paso a tus ojos verdes?- no me contesto- ¿Eran lentillas?- le volví a preguntar -Oye, ¿Estas bien?- Charlotte solo me devolvía miradas, y una sonrisa de esas que sabes que va a pasar algo.

Entonces, ella levanto su mano hacia mi rostro, y todos la observaban, el profesor se quedó pasmado, y no dijo nada, entonces  me empezó a asustar, y escuche como se rompía el aire, se escuchaba lentamente como algo pasaba entre el muro y Charlotte tomo mi cabello con la otra mano, y saco un tipo de esfera negra de la palma que estaba cubriendo mi cabeza, todo paso como en cámara lenta, entonces el objeto que había escuchado antes atravesó la cabeza de Charlotte, aunque yo en mi interior sabía que esa “Charlotte”, no era Charlotte. 

-Amy- un hombre me llamaba. Yo estaba en shock, ¿Qué era eso que salió de su palma?

- ¿Amy?... ¿Amy?-

-Oye, ¿en verdad es ella?- dijo otro hombre de cabello sumamente corto, casi a rapa.

-Te dije que ella, no era- le respondió.

- Aquí, gorrión marrón, ¿el ave atrapo a su presa?- se escuchó una voz en el radio del hombre que me llamo al principio.

- No sabemos si es ella- le respondió.

-Oye, Max debes hablar en clave, ¿entiendes de lo que hablo?, ¡EN CLAVE!

- Ya cállate, ¿sabes de lo que hablo?

- Aquí Capitán de la primera división, ¿me escuchan?

-Oye Edgar, no sabemos si es ella- Dijo el hombre sujetándome del brazo.

-Oye Max, no te pases con el Capitán- replico el hombre de la cabeza casi rapada.

-¿Capitán?- dijo el tipo que me estaba sujetando el brazo, llamado Max

Todos los compañeros de clase estaban pasmado viendo lo que pasaba, inclusive el profesor no hacían nada, y yo empecé a captar lo que estaba pasando, me solté de la mano de “Max”, y camine hacia atrás.

-¿Quiénes son ustedes?

Entonces otro hombre llego, camino hacia mí y no sabía si dar un paso hacia atrás o quedarme parada, era un hombre alto, tenía un cabello rebelde y sobre todo tenía presencia, una presencia intimidante, a decir verdad tanto el como los otros dos sujetos eran demasiado jóvenes, calculo que tienen como veinte años.

-¿Si es ella o no?- hablo Max

-Capitán, nave enemiga acercándose. Repito nave enemiga acercándose.

-Cielos es tarde, tráela.

-¡Suéltame!- grite.

Entonces tomó mi mano, sacó una daga de su cinturón, y me corto la palma.

-¿Qué demonios te pasa?- le dije.

-Ven, es ella- señalo mi palma, que ya no estaba sangrando y al limpiarla no había herida.

-Tómala rápido y vámonos antes de que lleguen los Luna.-Dijo sin dudar, y los dos tipos de antes me sujetaron y me llevaron a rastras.

-¡NO! ¡SUELTENME!- Me llevaron al pasillo, solo logre ver como el profesor y mis compañeros que se quedaron sin moverse, intentando lograr entender que es lo que sucedía.

-Suéltenme – me estaba empezando a enojar, realmente estaba asustada, enojada, sentía mi cuerpo arder como aquella noche, con la misma intensidad, con el mismo fuerte dolor de cabeza que sin duda me estaba preocupando, mi cabello dolía y sentí mucha rabia de que unos tipos llegaran e intentaran llevarme a la fuerza. Me sangro la nariz, todo me daba vueltas, y caí de rodillas fuertemente.

-Oye, ¿estás bien?- me pregunto el sujeto de la cabeza medio rapada.

-SUELTAME, NO ME TOQUES- Fue lo que le conteste, no podía controlarme solo sentía el dolor de todo mi cuerpo.

Cuando gire mi cabeza mire algo realmente raro y ridículo, mi cabello había crecido de una manera exagerada, probablemente me llegaba más debajo de las caderas, era un cabello grueso, espeso y sobre todo era sumamente negro. Sentí como mi cuerpo completo cambio, como mis brazos tenían más forma, mi cuerpo era un poco más delgado, como mis piernas eran más fuertes, y lo más importante es que mis sentidos eran más agudos. Podía escuchar los susurros del salón del profesor Louis, ver con más detalle los movimientos de los sujetos que me querían llevar.

-LEVANTATE, CARAJO- Dijo el capitán

-QUE TE LEVANTES, SI QUE ERES UN PROBLEMA.

- ¿Qué?- respondí algo atontada, mi vista se nublaba y se nublaba, solo pude sentir el cómo se movía la escuela, vi como todos corrían despavoridos, y como los sujetos intentaban levantarme peleándose entre sí.

-Tch- refunfuño el capitán, seguido de una serie de explosiones, y entonces dormí.