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Las doce rosas rojas | novela colectiva.
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Re: Las doce rosas rojas | novela colectiva.
asdfghjkl Zoe ¡Tu capitulo fue hermoso! oh por dios en verdad estaba retorciendome por tantas emociones que me provoco tu cap, son una pareja hermosamente hermosa, y perfecta, y adorable y tan asdfghjkl (repito) me he traumado, y me pones ansiosa por querer saber que rayos va a pasar con ellos, y con su hermana :/ pero Dylan quiere a Zoe y eso es magnifico :3 ya quiero leer mas please!!!
Viany.
Re: Las doce rosas rojas | novela colectiva.
Hermosas :P
Muchísimas gracias por los comentarios me han ilusionado y hecho muy feliz la verdad aws. Enserio, muchas gracias. Lo cierto es que me sentí inspirada por que además lo escribí enseguida, idk. Ya veremos que pasa con Zoe & Dylan. Mientras tanto espero el cap de Eddie
Besos
Muchísimas gracias por los comentarios me han ilusionado y hecho muy feliz la verdad aws. Enserio, muchas gracias. Lo cierto es que me sentí inspirada por que además lo escribí enseguida, idk. Ya veremos que pasa con Zoe & Dylan. Mientras tanto espero el cap de Eddie
Besos
✦ ausente.✦
pixie.
Re: Las doce rosas rojas | novela colectiva.
capítulo 04
♙
Darian Hollens & Luke Hemmings.
No logro despegar la mirada de mi computadora, necesito terminar mi trabajo de literatura. Es algo que simplemente no puedo dejar para cualquier día. Lamentablemente, esa es otra de mis extrañas obstinaciones. Una de las cuales quiero —y debo— dejar atrás. Escribo tecleando fuerte, y luego, furiosamente, observo la hora que indica el aparato.
Ocho con cuarenta y nueve minutos.
— ¡Oh, demonios! —mascullo mientras calculo cuanto tiempo necesitaré para poder alistarme. Debería darme una ducha, arreglar mi cabello —con la ayuda de la estilista más genial del mundo, la rebelde Mitch Moran. Mi completa y totalmente inadaptada madre— y conseguir tiempo extra para lograr terminar mi proyecto.
La puerta de mi habitación se abre lentamente, y la cabeza de cabello castaño con largos mechones rubios de mi madre se asoma, para luego preguntar sí tengo la menor idea de cuando comenzaré a ser algo más sensata y sí moveré mi trasero para ponerme ese vestido rojo.
— ¡Darian! ¿Realmente no estás emocionada? —pregunta, abriendo la puerta completamente y entrando, para luego acercarse hacia mi diminuto escritorio—. Vamos, nena, que no he comprado esa clase de vestido para que no muestres ni una pizca de interés en él.
— Mamá. Realmente me importa el baile, ¡la única cosa es que no puedo apagar mi cerebro! ¡Está siempre funcionando y recordándome los miles de deberes que debo hacer! ¡Y ni siquiera me pagan por ello, lo cual no para nada justo! —reclamo, obteniendo la mirada divertida de mi madre.
— ¡Eres igual a tú padre! ¡Nunca quieres divertirte! —comenta, mientras sale de la habitación riendo. Simplemente, Mitch Moran es increíble.
— ¡Oh, vamos! —grito de vuelta. Observo un punto fijo en la pantalla de mi ordenador y asiento sonriendo. Ha llegado la hora, Hollens.
Me levanto de mi asiento y corro hacía el baño. Me miro y levanto el dedo corazón hacía el reflejo. Qué desastre de cabello.
— ¡Soy realmente un asco! —comento a la alfombra de baño. Me desvisto y entró a la ducha. Abro la llave de la agua fría y un montón de agua me cae en la espalda. Doy un gritillo y enciendo rápidamente la llave del agua caliente. Cuando la regulo, observo al champú y le pregunto—. ¿Nunca te había ocurrido eso? Es bastante tonto, ¿no?
Probablemente, sí Luke —o cualquier persona cuerda— me viera, pensaría que soy una total lunática. ¡Y qué lunática! No sé ocultar mi nerviosismo ni mucho menos disimularlo de algún modo. Este era mi fin.
Restriego y lavo mi cuerpo y cabello, cantó canciones sobre las grandes mujeres en el mundo y sobre lo increíblemente lejos que yo estaba de ser una Madame Curie. La canción tiene poco sentido y mi cabeza comienza a procesar la tonta canción. Que idiotez. Cada mujer podía ser una Madame Curie si ella se lo proponía. No volvería a cantar esa canción. Termino mi ducha, envuelvo mi cuerpo y mi cabello en una toalla para luego comenzar a cepillarme los dientes. La inseguridad me ataca por la espalda. No estaba totalmente segura de sí debía realmente ir al baile y ser una rosa roja. Quizá era algo demasiado romántico y demasiado loco. Digo, ¿realmente a un chico le iría a importar que una chica se estuviera muriendo por él? ¡No! ¡Sonaba demasiado ridículo! Y mucho menos sí ese chico era Luke Hemmings.
Este, sin duda, era mi fin.
Luego de pensarlo varios minutos sentada sobre la tapa de el inodoro, decidí que quizá simplemente podía ir a desahogarme y decirle lo mucho que me gusta su cabello despeinado, sus ojos azules, su nariz ligeramente respingada, sus labios y sin olvidar el piercing en ellos. Asombroso. ¡Podía decirle lo que me apetecía en el momento que me apetecía sin que el supiera quien era yo!
¡La vida me sonríe!
Salí del baño y corrí hacía mi habitación, donde, mi mamá esperaba con todos sus utensilios de peluquería sobre mi cama. Me dio una mirada desaprobando mi retraso.
— Lo lamento, lo lamento —pedí disculpas mientras daba media vuelta y abría mi pequeño clóset con las pocas prendas de vestir que me podía permitir—. Simplemente... —comencé, mientras tomaba el vestido y le quitaba el plástico que lo cubría. Era un vestido simplemente bello. Rojo, por supuesto. De tirantes cortos de tan solo cinco centímetros, escotado de la espalda, ajustado a la cintura y suelto hacía abajo—. Realmente estaba dudando sí debía ir.
— ¿Dudando? ¡Pero, Darian! ¿Cómo? —ya veía venir el regaño. La interrumpí lo antes posible. Algo, que se considera una hazaña si eres un Moran. Callar a Mitch sí era una hazaña.
— Digo, dudo que a un chico le sea muy agradable que le digan un montón de cosas sobre su forma de ser... sobre su físico y esas cosas, sin tener ni la maldita idea de quien le habla. ¡A nadie le gustaría! Supongo, a mi no.
— Creo, que tienes la razón. ¡Pero eso no importa! Irás y harás que ese chico caiga a tus pies.
Me coloqué mi vestido y me senté en la vieja silla de mi escritorio. Y se puso manos a la obra. ¡Mi mamá realmente era una artista en ello! Arregló mi cabello en pequeñas e insignificantes ondas y se preocupo de que quedara realmente suave, me maquilló y me colocó sus vieja joyería la cual nunca usaba y yo no pretendía usar en mucho tiempo.
— ¡Oh, oh! ¿Sabes que vendrán en una limusina? ¿Puedes creerlo? —todavía sentada, reí y aplaudí nerviosamente.
— Tiene que ser una broma. Realmente pensé que te recogerían en algún autobús escolar o algo similar, pero, ¿una jodida limusina? —tapó su boca con su mano, sonriendo—. Lo lamento, no repitas esas cosas.
— Mamá, tengo diecisiete años. Sé lo que debo decir y lo que no.
— Sí, lo sé. Solamente quiero recordar cuando eras solo una niña de cuatro años que fue al jardín de niños diciendo que todo era "Jodidamente genial".
Cuando estuve lista, me dirigí hacía la puerta y me coloqué mi abrigo. Miré a mi mamá y ella sonrió: — Patea traseros en esa pista, Darian.
Caminé fuera, bajé las escaleras y esperé inmovilizada fuera del edificio donde nos habríamos movido hace unos años. Fue cuando la limusina paró en el barrio de mal gusto. Aquella monstruosidad no tenía nada que hacer aquí. Me senté en el espacioso asiento y conté a las chicas sentadas. Diez. Once conmigo y faltaría solo una. La limusina se mueve rápidamente por toda la ciudad hasta llegar a una calle rodeada de bonitas casa. ¿Qué? Zoe vive allí. ¡Zoe vive allí! ¿Zoe era una rosa roja? ¿Estaría conmigo? ¿Estaría en una situación tan loca cómo la mía? Alto, incluso su hermana podía ser una rosa roja, Barbara. Digo, ¿no es cualquier chica? Pero... Barbara no tenía problema alguno para declararse. Esto era increíble. Cualquier chica de mi escuela podía vivir allí. No solo Zoe.
Observo subir a la chica y quedo totalmente pensativa bastante tiempo. Ni siquiera logro darme cuenta de que hemos llegado. Sujeto mi vestido y bajo rápidamente. La misma chica misteriosa estaba totalmente nerviosa. Me armo de valor, me acerco a ella sigilosamente y le digo: — Venga, tranquilízate. Todas sentimos lo mismo, pero es la única oportunidad que tenemos.
Miró sonriendo por todos lados. La emoción y la adrenalina recorre todo mi cuerpo. Busco con la mirada a Luke y no se me hace visible. Un chico me toma de la cintura y me lleva a bailar una canción bastante pegajosa.
— ¿Esa rosa es para mí? —pregunta, señalando la rosa en mi mano. Sonrió amablemente y niego con la cabeza.
— Lo lamento.
— No importa.
Miró alrededor y Luke no está. Resignada, lamento que el chico no haya venido. Es una lástima y la sangre me quema por dentro de la rabia. Cuando me acerco hacía las puertas del gimnasio, estoy dispuesta a arrepentirme infinitamente de mi tonta decisión de venir. Digo, ¿un chico cómo Luke vendría? Por supuesto que no. Qué ingenua. De un momento hacía otro, choco contra alguien. Observo al alto chico en un traje elegante y abro mis ojos de par en par.
— Una rosa roja —murmura él. ¡Luke Hemmings sí vino al baile de las rosas rojas! ¡Luke sí vino! ¡Lo hizo! ¡Un chico cómo Luke sí viene a los bailes cómo estos! ¡Es imposible de creerlo! ¡Qué genial! Nerviosamente, empujo la rosa hacía su pecho torpemente. Lo cual provoca su sorpresa y frunce el ceño sonriendo—. ¿Mí rosa roja?
No, idiota. Soy la rosa roja de tu abuelo.
— Yo... eh.... —tartamudeo y me avergüenzo de mi comportamiento. ¡Creía ser una chica segura de si misma! Qué fracaso. Mi voz sale como la de un pitido—. ¡Sí! Por supuesto, Luke.
— Oh, genial. Pero vaya, pensé que debías entregar la rosa, no empujarla contra el chico.
— Lo lamento, es en serio. Estoy nerviosa, oh, ¿realmente ni siquiera puedo ser normal por una noche? —pregunto, observando el cielo fuera del gimnasio. Al igual que yo, intenta encontrar lo que tanto miro, no lo logra, ríe y observa la rosa entre sus manos. Había pasado parte de mi semana pensado tanto en cómo él se vería en traje y allí estaba, golpeando cada expectativa que tenía en mente. Muy guapo.
— Acabo de llegar. Vamos a bailar. ¿Qué me dices? —pregunta. Sonríe y me dice, algo avergonzado—. Disculpa si tropiezo o algo por el estilo, soy un horrible bailarín. Deberás disculparme.
— No puede ser tan malo —digo divertida.
Nos acercamos a la pista y la música todavía es enérgica. El me toma de las manos e intentamos bailar. No hace ningún movimiento bien. Oh, sí. Luke Hemmings realmente es un horrible bailarín. Observo sus ojos azules y el sonríe de lado. Pensamos exactamente lo mismo. Nada de bailes normales. Asentimos y comenzamos a movemos cómo dos indios intentando hacer algún tipo de ritual para que la lluvia vuelva a caer en sus tierras. Reímos incontrolablemente y la gente nos mira extrañados. No puedo lograr que nada me avergüence mientras bailo de un modo totalmente raro con Luke. Repentinamente, la música pop cambia a una balada de los 80' I'll be over you de Toto resuena en los parlantes. Él toma mis brazos y acerca mi rojo cuerpo al suyo, hace que mis brazos rodeen su cuello y comienza bailar lentamente. Intenta no tropezar y acerco mi cabeza a su pecho. La canción que más haría llorar a mi madre, hacía que fuera la mejor noche de mi vida.
Él toma mis brazos y acerca mi rojo cuerpo al suyo, hace que mis brazos rodeen su cuello y comienza bailar lentamente. Intenta no tropezar y acerco mi cabeza a su pecho. Sentí que traicionaba a mi madre, sonriendo y bailando felizmente la canción que le habría roto el corazón, pero rápidamente imaginé lo que diría mi madre: '¡Te pareces tanto a tu padre! ¡Siempre preocupándose por todo! Estaré bien'. Cierro los ojos y le digo lo que estoy pensando a Luke, lo suficientemente bajo para que lo que le diga sea confidencial. Un secreto entre nosotros.
— Ayer... ayer soñé contigo.
— ¿Soñaste conmigo? —suspiró—. ¿Y qué ocurría? ¿Era un sueño húmedo? —pregunta, sonriendo triunfalmente sobre su gracia. Reí y negué con la cabeza.
— ¡No, no! Soñé contigo. Y que nos besábamos. Y... aunque sabía que no era real, desperté, ilusionada —le digo, y sueno más como un poeta desesperado que una chica de diecisiete años.
— Espero que la ilusión siga estando allí, porque me muero por hacer realidad tu sueño —murmura, haciendo un gesto soñador.
Pestañee intentando despertar de la locura en la que estaba metida y suspiro, diciendo: — La magia de Disney.
— ¿Qué? —logra escuchar y frunce el entrecejo.
— Has sonado cómo un príncipe de Disney —le dije—. Ya sabes, con eso de hacer realidad los sueños.
Lanza una carcajada y le digo, sonriente: — Cambio de tema. ¿Te soy sincera? La verdad es, que hace un tiempo, prefería el Rock antes que el amor. Creo que has logrado cambiar mi teoría de vida.
Lo observo levantar sus cejas sorpresivamente y sonreír divertido.
— ¿Eso es difícil?
— Muy. Realmente en una hazaña si consideras mi forma de ser, ¿sabes? —hago una pausa y recuerdo sus ojos azules—. Creo que tienes unos... muy lindos ojos. Azules —le comento y luego agrego, como una niña—. ¡Y me gusta tu cabello!
— Oh. ¿No te vas a burlar de mi cabello? —pregunta riendo.
— ¿Por qué lo haría?
— No lo sé. Todos lo hacen —murmura, acercando aún más mi cuerpo al suyo.
— Creo que se pierden a un maravilloso chico por el simple hecho de que no les agrade tu cabello.
Ríe y murmura: — Qué romántico es todo esto. Nunca pensé qué...
— Oh, Dios. ¿Estoy siendo estúpidamente romántica, no? —lamente aterrorizada. ¡Estaba asustándole! Aquello no podía ser cierto. Solté el agarre alrededor de su cuello, el cual nos mantenía juntos agradablemente y bajé mis brazos resignada. No puedo hacer esto—. Lamento todo eso.
— No, no. No me molesta que seas estúpidamente romántica. Es tu noche, cariño —ladee mi cabeza hacia la derecha y arrugué el entrecejo. ¿Es mí noche? Observo a Luke morder su labio nerviosamente y juguetear con su piercing. Agita su cabeza y la sombra de una sonrisa aparece mágicamente. Toma entre sus manos mi cintura y me acerca a él seductoramente. Temo derretirme frente a él en ese mismo instante y quedar en completo ridículo frente a todo el mundo.
Ocho con cuarenta y nueve minutos.
— ¡Oh, demonios! —mascullo mientras calculo cuanto tiempo necesitaré para poder alistarme. Debería darme una ducha, arreglar mi cabello —con la ayuda de la estilista más genial del mundo, la rebelde Mitch Moran. Mi completa y totalmente inadaptada madre— y conseguir tiempo extra para lograr terminar mi proyecto.
La puerta de mi habitación se abre lentamente, y la cabeza de cabello castaño con largos mechones rubios de mi madre se asoma, para luego preguntar sí tengo la menor idea de cuando comenzaré a ser algo más sensata y sí moveré mi trasero para ponerme ese vestido rojo.
— ¡Darian! ¿Realmente no estás emocionada? —pregunta, abriendo la puerta completamente y entrando, para luego acercarse hacia mi diminuto escritorio—. Vamos, nena, que no he comprado esa clase de vestido para que no muestres ni una pizca de interés en él.
— Mamá. Realmente me importa el baile, ¡la única cosa es que no puedo apagar mi cerebro! ¡Está siempre funcionando y recordándome los miles de deberes que debo hacer! ¡Y ni siquiera me pagan por ello, lo cual no para nada justo! —reclamo, obteniendo la mirada divertida de mi madre.
— ¡Eres igual a tú padre! ¡Nunca quieres divertirte! —comenta, mientras sale de la habitación riendo. Simplemente, Mitch Moran es increíble.
— ¡Oh, vamos! —grito de vuelta. Observo un punto fijo en la pantalla de mi ordenador y asiento sonriendo. Ha llegado la hora, Hollens.
Me levanto de mi asiento y corro hacía el baño. Me miro y levanto el dedo corazón hacía el reflejo. Qué desastre de cabello.
— ¡Soy realmente un asco! —comento a la alfombra de baño. Me desvisto y entró a la ducha. Abro la llave de la agua fría y un montón de agua me cae en la espalda. Doy un gritillo y enciendo rápidamente la llave del agua caliente. Cuando la regulo, observo al champú y le pregunto—. ¿Nunca te había ocurrido eso? Es bastante tonto, ¿no?
Probablemente, sí Luke —o cualquier persona cuerda— me viera, pensaría que soy una total lunática. ¡Y qué lunática! No sé ocultar mi nerviosismo ni mucho menos disimularlo de algún modo. Este era mi fin.
Restriego y lavo mi cuerpo y cabello, cantó canciones sobre las grandes mujeres en el mundo y sobre lo increíblemente lejos que yo estaba de ser una Madame Curie. La canción tiene poco sentido y mi cabeza comienza a procesar la tonta canción. Que idiotez. Cada mujer podía ser una Madame Curie si ella se lo proponía. No volvería a cantar esa canción. Termino mi ducha, envuelvo mi cuerpo y mi cabello en una toalla para luego comenzar a cepillarme los dientes. La inseguridad me ataca por la espalda. No estaba totalmente segura de sí debía realmente ir al baile y ser una rosa roja. Quizá era algo demasiado romántico y demasiado loco. Digo, ¿realmente a un chico le iría a importar que una chica se estuviera muriendo por él? ¡No! ¡Sonaba demasiado ridículo! Y mucho menos sí ese chico era Luke Hemmings.
Este, sin duda, era mi fin.
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Luego de pensarlo varios minutos sentada sobre la tapa de el inodoro, decidí que quizá simplemente podía ir a desahogarme y decirle lo mucho que me gusta su cabello despeinado, sus ojos azules, su nariz ligeramente respingada, sus labios y sin olvidar el piercing en ellos. Asombroso. ¡Podía decirle lo que me apetecía en el momento que me apetecía sin que el supiera quien era yo!
¡La vida me sonríe!
Salí del baño y corrí hacía mi habitación, donde, mi mamá esperaba con todos sus utensilios de peluquería sobre mi cama. Me dio una mirada desaprobando mi retraso.
— Lo lamento, lo lamento —pedí disculpas mientras daba media vuelta y abría mi pequeño clóset con las pocas prendas de vestir que me podía permitir—. Simplemente... —comencé, mientras tomaba el vestido y le quitaba el plástico que lo cubría. Era un vestido simplemente bello. Rojo, por supuesto. De tirantes cortos de tan solo cinco centímetros, escotado de la espalda, ajustado a la cintura y suelto hacía abajo—. Realmente estaba dudando sí debía ir.
— ¿Dudando? ¡Pero, Darian! ¿Cómo? —ya veía venir el regaño. La interrumpí lo antes posible. Algo, que se considera una hazaña si eres un Moran. Callar a Mitch sí era una hazaña.
— Digo, dudo que a un chico le sea muy agradable que le digan un montón de cosas sobre su forma de ser... sobre su físico y esas cosas, sin tener ni la maldita idea de quien le habla. ¡A nadie le gustaría! Supongo, a mi no.
— Creo, que tienes la razón. ¡Pero eso no importa! Irás y harás que ese chico caiga a tus pies.
Me coloqué mi vestido y me senté en la vieja silla de mi escritorio. Y se puso manos a la obra. ¡Mi mamá realmente era una artista en ello! Arregló mi cabello en pequeñas e insignificantes ondas y se preocupo de que quedara realmente suave, me maquilló y me colocó sus vieja joyería la cual nunca usaba y yo no pretendía usar en mucho tiempo.
— ¡Oh, oh! ¿Sabes que vendrán en una limusina? ¿Puedes creerlo? —todavía sentada, reí y aplaudí nerviosamente.
— Tiene que ser una broma. Realmente pensé que te recogerían en algún autobús escolar o algo similar, pero, ¿una jodida limusina? —tapó su boca con su mano, sonriendo—. Lo lamento, no repitas esas cosas.
— Mamá, tengo diecisiete años. Sé lo que debo decir y lo que no.
— Sí, lo sé. Solamente quiero recordar cuando eras solo una niña de cuatro años que fue al jardín de niños diciendo que todo era "Jodidamente genial".
Cuando estuve lista, me dirigí hacía la puerta y me coloqué mi abrigo. Miré a mi mamá y ella sonrió: — Patea traseros en esa pista, Darian.
Caminé fuera, bajé las escaleras y esperé inmovilizada fuera del edificio donde nos habríamos movido hace unos años. Fue cuando la limusina paró en el barrio de mal gusto. Aquella monstruosidad no tenía nada que hacer aquí. Me senté en el espacioso asiento y conté a las chicas sentadas. Diez. Once conmigo y faltaría solo una. La limusina se mueve rápidamente por toda la ciudad hasta llegar a una calle rodeada de bonitas casa. ¿Qué? Zoe vive allí. ¡Zoe vive allí! ¿Zoe era una rosa roja? ¿Estaría conmigo? ¿Estaría en una situación tan loca cómo la mía? Alto, incluso su hermana podía ser una rosa roja, Barbara. Digo, ¿no es cualquier chica? Pero... Barbara no tenía problema alguno para declararse. Esto era increíble. Cualquier chica de mi escuela podía vivir allí. No solo Zoe.
Observo subir a la chica y quedo totalmente pensativa bastante tiempo. Ni siquiera logro darme cuenta de que hemos llegado. Sujeto mi vestido y bajo rápidamente. La misma chica misteriosa estaba totalmente nerviosa. Me armo de valor, me acerco a ella sigilosamente y le digo: — Venga, tranquilízate. Todas sentimos lo mismo, pero es la única oportunidad que tenemos.
* * *
Miró sonriendo por todos lados. La emoción y la adrenalina recorre todo mi cuerpo. Busco con la mirada a Luke y no se me hace visible. Un chico me toma de la cintura y me lleva a bailar una canción bastante pegajosa.
— ¿Esa rosa es para mí? —pregunta, señalando la rosa en mi mano. Sonrió amablemente y niego con la cabeza.
— Lo lamento.
— No importa.
Miró alrededor y Luke no está. Resignada, lamento que el chico no haya venido. Es una lástima y la sangre me quema por dentro de la rabia. Cuando me acerco hacía las puertas del gimnasio, estoy dispuesta a arrepentirme infinitamente de mi tonta decisión de venir. Digo, ¿un chico cómo Luke vendría? Por supuesto que no. Qué ingenua. De un momento hacía otro, choco contra alguien. Observo al alto chico en un traje elegante y abro mis ojos de par en par.
— Una rosa roja —murmura él. ¡Luke Hemmings sí vino al baile de las rosas rojas! ¡Luke sí vino! ¡Lo hizo! ¡Un chico cómo Luke sí viene a los bailes cómo estos! ¡Es imposible de creerlo! ¡Qué genial! Nerviosamente, empujo la rosa hacía su pecho torpemente. Lo cual provoca su sorpresa y frunce el ceño sonriendo—. ¿Mí rosa roja?
No, idiota. Soy la rosa roja de tu abuelo.
— Yo... eh.... —tartamudeo y me avergüenzo de mi comportamiento. ¡Creía ser una chica segura de si misma! Qué fracaso. Mi voz sale como la de un pitido—. ¡Sí! Por supuesto, Luke.
— Oh, genial. Pero vaya, pensé que debías entregar la rosa, no empujarla contra el chico.
— Lo lamento, es en serio. Estoy nerviosa, oh, ¿realmente ni siquiera puedo ser normal por una noche? —pregunto, observando el cielo fuera del gimnasio. Al igual que yo, intenta encontrar lo que tanto miro, no lo logra, ríe y observa la rosa entre sus manos. Había pasado parte de mi semana pensado tanto en cómo él se vería en traje y allí estaba, golpeando cada expectativa que tenía en mente. Muy guapo.
— Acabo de llegar. Vamos a bailar. ¿Qué me dices? —pregunta. Sonríe y me dice, algo avergonzado—. Disculpa si tropiezo o algo por el estilo, soy un horrible bailarín. Deberás disculparme.
— No puede ser tan malo —digo divertida.
Nos acercamos a la pista y la música todavía es enérgica. El me toma de las manos e intentamos bailar. No hace ningún movimiento bien. Oh, sí. Luke Hemmings realmente es un horrible bailarín. Observo sus ojos azules y el sonríe de lado. Pensamos exactamente lo mismo. Nada de bailes normales. Asentimos y comenzamos a movemos cómo dos indios intentando hacer algún tipo de ritual para que la lluvia vuelva a caer en sus tierras. Reímos incontrolablemente y la gente nos mira extrañados. No puedo lograr que nada me avergüence mientras bailo de un modo totalmente raro con Luke. Repentinamente, la música pop cambia a una balada de los 80' I'll be over you de Toto resuena en los parlantes. Él toma mis brazos y acerca mi rojo cuerpo al suyo, hace que mis brazos rodeen su cuello y comienza bailar lentamente. Intenta no tropezar y acerco mi cabeza a su pecho. La canción que más haría llorar a mi madre, hacía que fuera la mejor noche de mi vida.
Él toma mis brazos y acerca mi rojo cuerpo al suyo, hace que mis brazos rodeen su cuello y comienza bailar lentamente. Intenta no tropezar y acerco mi cabeza a su pecho. Sentí que traicionaba a mi madre, sonriendo y bailando felizmente la canción que le habría roto el corazón, pero rápidamente imaginé lo que diría mi madre: '¡Te pareces tanto a tu padre! ¡Siempre preocupándose por todo! Estaré bien'. Cierro los ojos y le digo lo que estoy pensando a Luke, lo suficientemente bajo para que lo que le diga sea confidencial. Un secreto entre nosotros.
— Ayer... ayer soñé contigo.
— ¿Soñaste conmigo? —suspiró—. ¿Y qué ocurría? ¿Era un sueño húmedo? —pregunta, sonriendo triunfalmente sobre su gracia. Reí y negué con la cabeza.
— ¡No, no! Soñé contigo. Y que nos besábamos. Y... aunque sabía que no era real, desperté, ilusionada —le digo, y sueno más como un poeta desesperado que una chica de diecisiete años.
— Espero que la ilusión siga estando allí, porque me muero por hacer realidad tu sueño —murmura, haciendo un gesto soñador.
Pestañee intentando despertar de la locura en la que estaba metida y suspiro, diciendo: — La magia de Disney.
— ¿Qué? —logra escuchar y frunce el entrecejo.
— Has sonado cómo un príncipe de Disney —le dije—. Ya sabes, con eso de hacer realidad los sueños.
Lanza una carcajada y le digo, sonriente: — Cambio de tema. ¿Te soy sincera? La verdad es, que hace un tiempo, prefería el Rock antes que el amor. Creo que has logrado cambiar mi teoría de vida.
Lo observo levantar sus cejas sorpresivamente y sonreír divertido.
— ¿Eso es difícil?
— Muy. Realmente en una hazaña si consideras mi forma de ser, ¿sabes? —hago una pausa y recuerdo sus ojos azules—. Creo que tienes unos... muy lindos ojos. Azules —le comento y luego agrego, como una niña—. ¡Y me gusta tu cabello!
— Oh. ¿No te vas a burlar de mi cabello? —pregunta riendo.
— ¿Por qué lo haría?
— No lo sé. Todos lo hacen —murmura, acercando aún más mi cuerpo al suyo.
— Creo que se pierden a un maravilloso chico por el simple hecho de que no les agrade tu cabello.
Ríe y murmura: — Qué romántico es todo esto. Nunca pensé qué...
— Oh, Dios. ¿Estoy siendo estúpidamente romántica, no? —lamente aterrorizada. ¡Estaba asustándole! Aquello no podía ser cierto. Solté el agarre alrededor de su cuello, el cual nos mantenía juntos agradablemente y bajé mis brazos resignada. No puedo hacer esto—. Lamento todo eso.
— No, no. No me molesta que seas estúpidamente romántica. Es tu noche, cariño —ladee mi cabeza hacia la derecha y arrugué el entrecejo. ¿Es mí noche? Observo a Luke morder su labio nerviosamente y juguetear con su piercing. Agita su cabeza y la sombra de una sonrisa aparece mágicamente. Toma entre sus manos mi cintura y me acerca a él seductoramente. Temo derretirme frente a él en ese mismo instante y quedar en completo ridículo frente a todo el mundo.
- abre el spoiler estúpidamente romántico:
- hola. la verdad es que me pase un poquito con el largo del capitulo. Quería que realmente se notara que Darian estaba emocionada. bueno, esop. ¡Vianey, te toca!
Última edición por pinkfloyd. el Vie 02 Mayo 2014, 8:42 pm, editado 2 veces
pinkfloyd.
Re: Las doce rosas rojas | novela colectiva.
Fue hermoso, cada palabra me ha echo suspirar. Darian y Luke, son tan monos, y no sé que mas decir, me encanto Eddie!
campbell.
Re: Las doce rosas rojas | novela colectiva.
Oh dios, Eddie .
Ese capitulo fue de lo más tierno, y amé lo contenta y nerviosa que estaba Darian.
Yo se que no sobreviviría a esa clase de bailes por que seguro que accidentalmente le diría mi nombre. Sí, así de torpe soy.
Ese capitulo fue de lo más tierno, y amé lo contenta y nerviosa que estaba Darian.
Invitado
Invitado
Re: Las doce rosas rojas | novela colectiva.
ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA ESA PAREJA ES JODIDAMENTE PERFECTA! Enserio Eddie, he amado demasiado tu capítulo y aww la personalidad de Darian me encanta ahaha Besos :)
Espero a Vi
Espero a Vi
✦ ausente.✦
pixie.
Re: Las doce rosas rojas | novela colectiva.
Asffhjlkhfdaadgjk tu cap me ha dado mucho feels!
Desearía que mi mama fuera así, pero no :lloro:
Espero a viiiii
Desearía que mi mama fuera así, pero no :lloro:
Espero a viiiii
mindless
Re: Las doce rosas rojas | novela colectiva.
asfghjkl ¡Esto es "Jodidamente genial"! alegrense de que he escrito una mala palabra pues no lo volvere hacer, tu capitulo lo amerita Eddie *O* de verdad me encanto su emocion porque me emociono a mi tambien!! yo no podria IR a uno de esos bailes, seria como... como un suicidio ¡Y PUBLICO! jajajaja bueno creo que no hace falta decirte lo mucho que ame este sensual capitulo :3 ya me apuro con el mio, no se lo esperan ya veran .-.
Viany.
Re: Las doce rosas rojas | novela colectiva.
Asdfghjk! Eddy! Amé con mi corazón tu capítulo, tanto, que he guardado el link en mi inicio, para leerlo cuando esté realmente estúpida de amor:333
No puedo! Simplemente... I CAN'T.
En fin, espero con ansias el capítulo de Vianey, y aún no supero la hermosa imágen que apareció en mi mente cuando dijo que Luke jugaba con su pearcing del labio... fué tan... ñaca ñaca.
No puedo! Simplemente... I CAN'T.
En fin, espero con ansias el capítulo de Vianey, y aún no supero la hermosa imágen que apareció en mi mente cuando dijo que Luke jugaba con su pearcing del labio... fué tan... ñaca ñaca.
chenyeol.
Re: Las doce rosas rojas | novela colectiva.
Oh he vuelto ... bueno, era de esperarse que alguna vez yo esta por aquí. Por si no se dan cuenta -ya que he cambiado mi usuario soy Heart Attack (Celes)-. Para las que no saben he estado enferma y he pedido que me pasen el turno a maaas tarde. Les haré un resumen de lo que flipé en cada capitulo maravilloso.
Mar !! (Parnell.)
Si Odette fuese mi tia la mandaria a descansar. Dios pobre mujer, se encarga de todo. Es un amor ♥. Alan pequeño demonio. Malik es una pequeña preciosura, JARDIN EH EH. A LA MIERDA LA POPULARIDAD ALLISON, ¡ARRÓJATE SOBRE ZAYN!! -me calmo-
Zoe (ZoeAnneThompson) -tienes a Ninaaa de perfil ♥
Barbara vete ya !! awww canta en la ducha como yo, típico de chicassexys normales. Una pregunta ¿no me compras un sexy vestido rojo como el que describiste? Oh no me desmayo, ES LA CENICIENTA ... shit historia, por que se arruina el momento romantico wiii. FUE GENIAL EL CAP
Eddie (28.)
TÚ. Pequeña niña maldita HAZ HECHO QUE YO AME A LUKE. Es un maravilloso chico, es jodidamente perfecto. UNA TERNURA. Ahora la pregunta del millón ¿Darian esta loca por él como para decirle todo lo que le dijo sin una pizca de verguenza? Yo me moriria en el suelo al decirle "— Ayer... ayer soñé contigo." y luego reviviria y volveria a morir por que él dijo "¿Era un sueño húmedo?". OH MI DIOS. Mori de risa al momento que aparecio el raro comentario de "No, idiota. Soy la rosa roja de tu abuelo." jajaaj simplemente rompio con todo la ternura que tenia en mente. Ahora me dejas con la intriga ¿QUE PASARAAAA?
Mar !! (Parnell.)
Si Odette fuese mi tia la mandaria a descansar. Dios pobre mujer, se encarga de todo. Es un amor ♥. Alan pequeño demonio. Malik es una pequeña preciosura, JARDIN EH EH. A LA MIERDA LA POPULARIDAD ALLISON, ¡ARRÓJATE SOBRE ZAYN!! -me calmo-
Zoe (ZoeAnneThompson) -tienes a Ninaaa de perfil ♥
Barbara vete ya !! awww canta en la ducha como yo, típico de chicas
Eddie (28.)
TÚ. Pequeña niña maldita HAZ HECHO QUE YO AME A LUKE. Es un maravilloso chico, es jodidamente perfecto. UNA TERNURA. Ahora la pregunta del millón ¿Darian esta loca por él como para decirle todo lo que le dijo sin una pizca de verguenza? Yo me moriria en el suelo al decirle "— Ayer... ayer soñé contigo." y luego reviviria y volveria a morir por que él dijo "¿Era un sueño húmedo?". OH MI DIOS. Mori de risa al momento que aparecio el raro comentario de "No, idiota. Soy la rosa roja de tu abuelo." jajaaj simplemente rompio con todo la ternura que tenia en mente. Ahora me dejas con la intriga ¿QUE PASARAAAA?
darkness.
Re: Las doce rosas rojas | novela colectiva.
Hola cels Morí con tu av,nombre y firma xD
Muchisimas gracias por tu comentario, lo cierto es que lo dibujé y luego lo describí por escrito, haber si consigo hacerlo cuando empiece con el patronaje más complicado...
Muchisimas gracias por tu comentario, lo cierto es que lo dibujé y luego lo describí por escrito, haber si consigo hacerlo cuando empiece con el patronaje más complicado...
✦ ausente.✦
pixie.
Re: Las doce rosas rojas | novela colectiva.
Oh gracias. El nombre ujum ... lo tenia pensado desde hace tiempo y ya era hora de un cambio de avy así que hice lo común -fui a we heart it y busque darkness y BOOM tenia una foto para editar-. La firma YA LO VERAS (ña. próximamente sera una novela no colectiva absolutamente creo que sera un buen plan ya que el concepto es interesante). Quedate tranquila tu lo lograrás.
darkness.
Re: Las doce rosas rojas | novela colectiva.
¡gracias chicas! en serio sus comentarios son increíbles.
puro webeo la Darian y Luke.
puro webeo la Darian y Luke.
pinkfloyd.
Re: Las doce rosas rojas | novela colectiva.
De nada ^^
✦ ausente.✦
pixie.
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