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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
I WILL ALWAYS BE YOUR PRINCESS
HARRY STYLES
FICHA
Titulo:I Will Always Be Your Princess
Autor:Yop :D
Genero:Romantica,drama y puede que hot.
Adaptacion:No,todo mio.
Adevertencias:Puede que lloren,tengan cerca una caja de pañuelos,puede haber alguna escena hot.
------------------------------------------------------------------------
Holaaa! Me llamo Ali,tengo 14 años,espero que os guste esta novela,en jun rato pongo las sipnosis.Necesito 1 CHICA,SOLO 1,la primera que envie la ficha,elige el chico (tiene que ser de 1D)
Un besoo!
Ali Malik OneDream
Re: I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
Holaaa, ¿yo puedoo ser esaa chica que necesitaas??
ahora te la paasoo
besos, espero la sinopsiis
bett1D
Re: I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
Nombre: Elisabeth Charlotte Lewis Smith
Apodo: Beth
Edad: 19
Chico: Zayn
Frase: Creer es poder
Descripcion Fisica: Mido 1’70, piernas largas, y tengo curvas. Pelo rubio largo, liso pero a veces se me ondula, pero es bonito de cualquier manera. Ojos verdes, con azul celeste, y una pizca de gris, que vuelven locos a cualquier chico. Tengo una nariz de lo más normal, pero no me gusta. Unos labios algo gruesos, pero muy bonitos e irresistibles. Tez blanca, pero en verano, coge un color realmente bonito.
Descripcion Emocional: soy una chica alegre, divertida, despreocupada, me encargo de vivir la vida, no pienso en el futuro, ni en las consecuencias de esto. Tengo tendencia en meterme en problemas, los profes me tienen una manía terrible, no pueden ni verme, no hay uno que no me haya enviado a ver al director. Me gusta salir de fiesta, y ligar con los chicos, normalmente llamo su atencion, pero eso no significa que sea una chica fazil, pero tampoco inalcanzable. Soy así, no porque si, sino que no acabo de creer en el amor, y en algo que dice que durara para siempre, eso no existe, no quiero enamorarme para no sufrir. Hay una cosa que tengo clara, soy como soy, y si no les gusta, es su problema, no el mío. Tengo un don como para engañar a la gente.
Sueños: Mi sueño, tener una vida estable sin depender de nadie. Ser bailarina profesional.
Disgustos Y Gustos:
adoro bailar, cantar y tocar la guitarra, el chocolate, salir con los amigos, la libertad, las fiestas
odio las personas engreidas que se creen superiores a los demas, odio a los payasos, y a los bichos, no me gustan las verduras
Historia: Nací el 18 de noviembre, en un hospital de Nueva York, con mis padres que me querían mucho, no es que fuéramos una familia muy adinerada, pero me daban todo el amor que necesitaba. Unos años después nació mi hermana América, la cual amaba con locura. Era feliz, viviendo en esa gran ciudad, pero de repente mi mundo se empezó a desmoronar, nuestros padres se divorciaron y se no se volvieron ha hablar. Nuestra madre ganó nuestra custodia, y se nos llevo a vivir a Londres, donde conoció a su actual marido, que intenta compararme con su dinero, y quiere substituir a mi padre, y por eso, lo odio, en cambio mi hermana cayo en sus redes a la primera igual que mama, que desde que esta con él, cambio mucho, sabía que nunca volvería a tener una familia. Hecho mucho de menos a mi padre, ya que estabamos muy unidos.
Trabajo O Estudio: Las dos cosas, hago la carrera de empresariales porque mi madre no cree que pueda ganarme la vida con el baile. Trabajo para pagarme la escuela de baile a la que voy.
Cancion: Warrior de Demi Lovato
estio: http://www.polyvore.com/cgi/set?id=99830550
http://www.polyvore.com/jwejvwep/set?id=99720983
http://www.polyvore.com/susan/set?id=99037998
de fiesta:
http://www.polyvore.com/susan/set?id=99362115
http://www.polyvore.com/heeey/set?id=99722591
de arreglar:
http://www.polyvore.com/susan/set?id=99394889
Famosa representante: Taylor Swift
Apodo: Beth
Edad: 19
Chico: Zayn
Frase: Creer es poder
Descripcion Fisica: Mido 1’70, piernas largas, y tengo curvas. Pelo rubio largo, liso pero a veces se me ondula, pero es bonito de cualquier manera. Ojos verdes, con azul celeste, y una pizca de gris, que vuelven locos a cualquier chico. Tengo una nariz de lo más normal, pero no me gusta. Unos labios algo gruesos, pero muy bonitos e irresistibles. Tez blanca, pero en verano, coge un color realmente bonito.
Descripcion Emocional: soy una chica alegre, divertida, despreocupada, me encargo de vivir la vida, no pienso en el futuro, ni en las consecuencias de esto. Tengo tendencia en meterme en problemas, los profes me tienen una manía terrible, no pueden ni verme, no hay uno que no me haya enviado a ver al director. Me gusta salir de fiesta, y ligar con los chicos, normalmente llamo su atencion, pero eso no significa que sea una chica fazil, pero tampoco inalcanzable. Soy así, no porque si, sino que no acabo de creer en el amor, y en algo que dice que durara para siempre, eso no existe, no quiero enamorarme para no sufrir. Hay una cosa que tengo clara, soy como soy, y si no les gusta, es su problema, no el mío. Tengo un don como para engañar a la gente.
Sueños: Mi sueño, tener una vida estable sin depender de nadie. Ser bailarina profesional.
Disgustos Y Gustos:
adoro bailar, cantar y tocar la guitarra, el chocolate, salir con los amigos, la libertad, las fiestas
odio las personas engreidas que se creen superiores a los demas, odio a los payasos, y a los bichos, no me gustan las verduras
Historia: Nací el 18 de noviembre, en un hospital de Nueva York, con mis padres que me querían mucho, no es que fuéramos una familia muy adinerada, pero me daban todo el amor que necesitaba. Unos años después nació mi hermana América, la cual amaba con locura. Era feliz, viviendo en esa gran ciudad, pero de repente mi mundo se empezó a desmoronar, nuestros padres se divorciaron y se no se volvieron ha hablar. Nuestra madre ganó nuestra custodia, y se nos llevo a vivir a Londres, donde conoció a su actual marido, que intenta compararme con su dinero, y quiere substituir a mi padre, y por eso, lo odio, en cambio mi hermana cayo en sus redes a la primera igual que mama, que desde que esta con él, cambio mucho, sabía que nunca volvería a tener una familia. Hecho mucho de menos a mi padre, ya que estabamos muy unidos.
Trabajo O Estudio: Las dos cosas, hago la carrera de empresariales porque mi madre no cree que pueda ganarme la vida con el baile. Trabajo para pagarme la escuela de baile a la que voy.
Cancion: Warrior de Demi Lovato
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de arreglar:
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bett1D
Re: I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
Geniall!!! Estas con Zayn! Ahora subo la sinopsis!bett1D escribió:Nombre: Elisabeth Charlotte Lewis Smith
Apodo: Beth
Edad: 19
Chico: Zayn
Frase: Creer es poder
Descripcion Fisica: Mido 1’70, piernas largas, y tengo curvas. Pelo rubio largo, liso pero a veces se me ondula, pero es bonito de cualquier manera. Ojos verdes, con azul celeste, y una pizca de gris, que vuelven locos a cualquier chico. Tengo una nariz de lo más normal, pero no me gusta. Unos labios algo gruesos, pero muy bonitos e irresistibles. Tez blanca, pero en verano, coge un color realmente bonito.
Descripcion Emocional: soy una chica alegre, divertida, despreocupada, me encargo de vivir la vida, no pienso en el futuro, ni en las consecuencias de esto. Tengo tendencia en meterme en problemas, los profes me tienen una manía terrible, no pueden ni verme, no hay uno que no me haya enviado a ver al director. Me gusta salir de fiesta, y ligar con los chicos, normalmente llamo su atencion, pero eso no significa que sea una chica fazil, pero tampoco inalcanzable. Soy así, no porque si, sino que no acabo de creer en el amor, y en algo que dice que durara para siempre, eso no existe, no quiero enamorarme para no sufrir. Hay una cosa que tengo clara, soy como soy, y si no les gusta, es su problema, no el mío. Tengo un don como para engañar a la gente.
Sueños: Mi sueño, tener una vida estable sin depender de nadie. Ser bailarina profesional.
Disgustos Y Gustos:
adoro bailar, cantar y tocar la guitarra, el chocolate, salir con los amigos, la libertad, las fiestas
odio las personas engreidas que se creen superiores a los demas, odio a los payasos, y a los bichos, no me gustan las verduras
Historia: Nací el 18 de noviembre, en un hospital de Nueva York, con mis padres que me querían mucho, no es que fuéramos una familia muy adinerada, pero me daban todo el amor que necesitaba. Unos años después nació mi hermana América, la cual amaba con locura. Era feliz, viviendo en esa gran ciudad, pero de repente mi mundo se empezó a desmoronar, nuestros padres se divorciaron y se no se volvieron ha hablar. Nuestra madre ganó nuestra custodia, y se nos llevo a vivir a Londres, donde conoció a su actual marido, que intenta compararme con su dinero, y quiere substituir a mi padre, y por eso, lo odio, en cambio mi hermana cayo en sus redes a la primera igual que mama, que desde que esta con él, cambio mucho, sabía que nunca volvería a tener una familia. Hecho mucho de menos a mi padre, ya que estabamos muy unidos.
Trabajo O Estudio: Las dos cosas, hago la carrera de empresariales porque mi madre no cree que pueda ganarme la vida con el baile. Trabajo para pagarme la escuela de baile a la que voy.
Cancion: Warrior de Demi Lovato
estio: http://www.polyvore.com/cgi/set?id=99830550
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Ali Malik OneDream
Re: I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
SINOPSIS
I WILL ALWAYS BE YOUR PRINCESS
El humo del cigarro se desprende hacia arriba,doy calada tras calada,necesito desaogarme.
La noche esta adentrada.La pequeña brisa que entra por la entreabierta ventana,agita las cortinas y retumba las persianas.La poca luz que alumbra la habitacion es tan solo una pequeña lampara de noche que tengo a mi lado.
Sombras en las paredes y la forma del humo de mi cigarro desprendiendose hacia arriba.
Mi vicio habia sido culpa de el.Como casi todo.
Todo esto que ha pasado es algo confuso y no estoy segura por donde empezar.
Suelto el cigarro en el cenicero y,tras soltar el humo de aquel cigarro una vez mas,me auto convenzo para coger el boligrafo y empezar a escribir.
Agito mi cabeza y recojo de nuevo los mechones que se me han escapado de mi alta coleta.
No puedo comenzar aun.
No tengo el valor suficiente siquiera para saber el que puedo explicar.
Paso mis manos por mis ojos,estaban tardando mucho en empañarse.
Aspiro fuerte por mi nariz y me limpio el rostro de las lagrimas que lo han bañado.
¨Esta bien¨me digo ¨Tu puedes¨
Encajo bien los folios.Dos boligrafos completamente llenos,para comenzar a escribir y a expresarme.
Me armo de valor suficiendo y destapo el primero de los 2 boligrafos para comenzar a expresarme.
Aqui empezaba todo,aqui empezaba a recordar.
***
Era una noche calida de verano...
Ali Malik OneDream
Re: I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
HOLAA!!!
Me ha encaantaadoo *_*
Es taan nxawncepiojnc
ya me enamoree solo con la sinopsiiis
pliis, sigeelaa lindaa o sinooo te ire a buscar sea deonde seeaaa
bett1D
Re: I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
CAPITULO 1
Era una noche cálida de algún mes de verano. No recuerdo bien. El motor del coche sonaba insistente.
Parecía viejo y en poco tiempo, iría al desguace. El hombre miraba por el retrovisor de vez en cuando, pero ninguna de las dos quisimos darle importancia.
-¿Estás bien? – La voz de mi amiga salía y entraba por mis dos oídos.
-No, no lo estoy. – Contesté.
-No va a pasar nada. – Me tranquilizó.
Su suave mano rozó mi pierna.
-Te dije que no hacía falta que me acompañases. – Musitó.
-Beth, estoy aquí.
El rostro casi pálido de mi amiga sonrió. Sus hoyuelos se marcaron en su cara y las comisuras de sus ojos se arrugaron.
-Gracias. – Musitó en tono tranquilizante.
Mi respiración aún no cesaba. En ningún momento pensé que esto me fuese a poner tan nerviosa.
Y todo por culpa de Adam, uno de los hermanos de Beth. Su mundo era paralelo al nuestro. Completamente opuesto. Se movía con la gente de la zona más conflictiva de la ciudad y su vida solo se basaba en drogas, alcohol, peleas, carreras…
-Será la última vez. – Añadió culpable Beth. – No pienso salvarle el culo ni una sola vez más.
La miré. La rabia se apoderaba de sus ojos perfectamente claros. Mi labio girado intentaba articular palabra que pudiese consolarla.
-Tu madre no querrá llevarse más sofocos, Beth. Además, yo te acompañaré siempre que lo necesites.
-No podrá estar ocultándose siempre a mi madre. Ni yo le voy a cubrir más porque como siga así también se va a morir él. O mejor dicho, se va a matar.
Entendí entonces, que la frase que había intentado usar para consolar a mi amiga, solo sirvió para empeorar las cosas.
Beth apoyó su codo en el reposabrazos del coche y dirigió su mirada hacia la ventana.
El hombre miró por el retrovisor de nuevo y yo coincidí mi mirada con la suya. Él rápidamente la esquivó y yo la devolví a Beth.
-¿Por qué? No entiendo. Acabo de cumplir 19 años, no me puede atar a él así. Ya le he salvado demasiadas veces el culo. – Beth se quejaba.
-No puedes dejarle solo.
-No, ____. – Su mirada se retiró de la carretera para mirarme a los ojos. – Que mi padre no este no le da motivos para comportarse así.
-Tiene demasiada rabia.
-Yo también la tengo.
Unos minutos después, el hombre con apariencia poco seria, nos paró en frente de nuestro destino.
Beth bajó la primera tras darle el dinero suficiente a ese hombre que nos había trasladado hasta ahí. Yo le miré una última vez y abandoné también el vehículo.
Desplacé un mechón de pelo hacia atrás y me puse al lado izquierdo de mi amiga.
Los motores de las grandes motos se escuchaban a metros de donde estaban.
Miré a Beth algo intimidada por el ronco sonido de las motos. Ella, que era algo más alta que yo, me devolvió la mirada apretando los puños. La rabia la corría a toda prisa por sus venas.
Apresuró su paso hasta llegar a la entrada de ese temido barrio. No había mucha gente alrededor, solo simples vagabundos que vagaban por las calles en busca de algo de limosna.
Las estrechas carreteras junto a las estrechas calles me intimidaban. Jamás había estado en un lugar similar, y menos aquí. La zona más temida de mi ciudad. La zona donde más droga se pasaba y más dinero se movía: El Foco.
No se llamaba así porque estuviera al lado de un foco que indicaba a los tripulantes marinos por donde ir; no.
Se llamaba así simplemente por la tenue luz que siempre había en ese sitio. Hasta de día era oscuro.
Un hombre apoyado en la pared, medio moribundo, se escurría por ella. Mi mirada se quedó impactada en su cara en la que sus ojos estaban pidiendo ayuda.
-Beth. Mira aquel hombre.
Mi amiga se giró bruscamente.
-Necesita ayuda. – Añadí.
-No podemos ayudarle, ____. – Contestó.
Me paré en medio de la calle no contenta con la respuesta de Beth.
-Se va a morir. – Insistí.
-Ese hombre está borracho como una cuba. No es la primera vez que le veo en esas condiciones. Mañana se le pasará.
Beth se acercó a mí y me cogió del brazo para arrastrarme.
El miedo subía por cada uno de los rincones de mi cuerpo. El corazón de las motos se escuchaba cada vez más cerca y las voces gritando entre esas calles, penetraban como verdadera molestia en mis oídos.
El final de la calle llegó. Una brisa de aire hizo que mi cuerpo se desplazara involuntariamente hacia atrás a la vez que al de mi amiga. Ella me agarró fuertemente el brazo para que ninguna de las dos aterrizásemos en el suelo.
La chica retomó aire a la vez que yo cuando volvimos a tener estabilidad. Colocó su flequillo y yo la miraba temblorosa.
Mi mirada después se fijó en todo lo que había delante de nosotras.
Un gran espacio donde gente vestida de negro y la mayor parte de cuero, se establecía ante mí.
Por mucho que pestañease, el panorama era el mismo: Gente bebiendo, bailando, ligando, drogándose.
Chicos y chicas que no eran mayores de treinta años.
De nuevo ladeé mi cabeza intentando encajar qué hacía yo en un lugar como ese. Yo, una chica responsable, madura, estudiosa… Alguien que no tenía nada que ver con esa gente.
-Vamos. – Exclamó ella mirando hacia todos los lados del lugar.
Mis ojos se entrecerraban. Ahora ya no sentía miedo; Ahora tenía pánico.
Beth comenzó a andar sin mí. Mis pies parecían haberse pegados en el suelo. No querían despegarse de él. Sabía que nada bueno se podría cocinar allí.
-¡Venga! –Beth se dio cuenta de que me quedé pasos atrás. –Necesito encontrar a mi hermano.
Resoplé y, temblorosa, crucé la calle que había en medio.
Me puse de nuevo a la altura de mi amiga. La furia no desaparecía de sus ojos, ni el pánico de los míos.
Acabábamos de llegar a la calle más temida. A la zona más peligrosa que había pisado. Mis dientes chasqueaban y mis dedos temblaban al igual que todo mi cuerpo.
-¿Estás bien? – Me preguntó.
-Sí…i. – Balbuceé.
-No. No lo estás.
Mi amiga se giró y se puso en frente de mí, pasando los brazos por mis hombros.
-Te dije que no vinieras…
-No te podía dejar venir sola, Beth.
Ella sonrió e intentó tranquilizarme.
-Gracias, pero ya sabes que no es la primera vez que lo hago.
La sonreí en forma de complicidad. Algo consiguió, al menos mis dientes ya se mantenían quietos. Ella parecía también haberse beneficiado de mi pequeña gran inseguridad, ya que sus ojos al menos se aclararon algo más y desapareció esa intensa furia que estaba reflejada en ellos.
-Escúchame. – Mi amiga llevó sus manos a mi rostro. – No hace falta que me acompañes más. Vete hacia esa esquina que no pasará mucha gente y en cuanto consiga dar con Adam, vuelvo. ¿Vale?
Escuché atentamente todo lo que mi amiga me sugirió.
-No. Pienso acompañarte. – Me negué.
-Mírate, _____. Estás acojonada. – Beth no se daba por vencida y seguía insistiendo en que me escondiese. – Mejor será que te quedes ahí.
Miraba la insistente mirada de Beth y sonreí.
-Está bien. – Cedí.
Ella sonrió conmigo y apartó sus suaves manos de mi cara. Después aclaró su garganta y comenzó a andar hacia el mogollón de gente.
Yo miraba de reojo hacia mi amiga. Preferiría irme con ella que estar sola, pero al menos sabría que nada me pasaría estando ahí. Nadie me vería, o al menos, eso esperaba.
Andaba con cuidado para no pisar ningún cristal y no destrozarme esos zapatos que tanto me costaron.
No había apenas luz y la calle se iba haciendo más oscura a cada paso dado.
De nuevo el miedo invadía mi cuerpo. Necesitaba salir ya de ese sitio.
Llegué a ese refugiado sitio por fin y miré hacia el centro de todo aquello. Ya había perdido de vista a Beth.
Me acobijé detrás de esa pared despiezada y mal cuidada. Miraba pendiente de algún signo de mi amiga, pero ni rastro de ella.
-¿Selena?
Me sobresalté al escuchar esa voz. No. ¿Por qué? Apreté más fuerte la pared con mis dedos. Casi no podía apretar más.
-¿Eres tú?
Esa voz masculina insistía. Tenía pánico. Necesitaba que Ali apareciese en ese preciso instante.
Los pasos de ese aparente chico se escuchaban más cerca. Parecía estar aproximándose a mí.
-¡Hey!
Cerré los ojos al ver un torso de hombre vestido con una chaqueta de cuero en frente de mí. Los apretaba cada milésima más.
-No eres Selena. – Musitó previamente a una carcajada.
Mis ojos comenzaron a relajarse y a optar por abrirse. ¿Quién era ese subnormal que se estaba riendo de mí?
Al fin conseguí abrir los párpados y me encontré con él.
Un chico alto se estaba situando delante de mí.
-Pero da igual, podemos pasarlo bien. – Sonrió.
El chico retiró suavemente el pelo de mi cuello. Sus labios se acercaban a él.
Mis dientes comenzaron a chocar entre sí de nuevo. Temblaba a cada centímetro que ese chico se acercaba hacia mí.
Beth,Beth.
Mi mente solo pronunciaba ese nombre.
-Eh, Mark. Déjala.
La voz ronca y grave de un chico hizo que ese tal Mark se alejase sobresaltado de mí.
Mis ojos se mantenían apretados y tensos. No quería abrirlos. Ahora serían dos, no tendría nada que hacer.
-Vete a buscar a Selena. – Musitó de nuevo el chico que acababa de llegar.
Abrí los ojos lenta y cuidadosamente. Todo estaba oscuro. La luz tenue acompañada con esa oscuridad constante de ese rincón de la ciudad se apoderaba de nosotros.
Ese tal Mark miró al nuevo chico con rencor y dio un golpe brusco con el puño a la pared, justo al lado de mi cabeza.
Mi pelo se desplazó cuando su mano y el muro contactaron. Mis ojos se dirigieron a su mano y me incomodé aún más.
Después, el chico se retiró y comenzó a andar adentrándose aún más en la oscuridad.
Mi pecho subía y bajaba a gran velocidad. Mi respiración no se tranquilizaba, no se estancaba.
Seguía apoyada en la pared, con las manos puestas paralelas a mi cuerpo.
Beth, ¿dónde coño estabas?
Miré a aquel cuerpo que se situaba en frente de mí.
Su cuerpo trabajado y vestido con una chaqueta de cuero, con unos pantalones ajustados y unas botas militares, adornaban esa postura de chico malo de la cual yo ya me había percatado. Su cara era más o menos redonda. No parecía muy moreno, pero tampoco muy blanco. Sus pómulos parecían perfectamente detallados y por su frente caía un largo flequillo ladeado de color castaño, al igual que todo su pelo. Sus pestañas masculinas decoraban esos intactos ojos verdes que destacaban aún en la entrada oscuridad. Sus labios parecían ser suaves y finos seguramente rosados, pero eso no lo pude saber con certeza, pues el chico justamente agarraba un cigarro con ellos. Su altura de un metro casi ochenta me imponía cada vez más.
Sacaba el mechero y acercó la llama hacia el cigarro.
Un leve gesto de flequillo siguió tras su cabeza y sus ojos verdes dieron con los míos.
-¿Quieres? - Me ofreció poniéndome a dos centímetros de mi esa colilla.
Negué con la cabeza y el se encogió del hombros digiriéndose el cigarro de nuevo a la boca.
-Y, ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? – Preguntó soltando el humo de esa calada que había ofrecido al cigarro.
Mis dientes de nuevo chasqueaban. Mi cuerpo seguía en la misma posición, no tenía valentía para moverlo.
Ese chico me imponía; Tenía miedo.
-¿Qué pasa? ¿No hablas? – Preguntaba insistente ese chico.
-¿Sabes dónde está Adam? – Me digné a preguntar.
El chico de nombre desconocido rió irónico mientras sujetaba con el índice y pulgar el cigarro.
-No, no lo sé. – Pronunció.
Le miré con miedo y regresé la mirada al panorama del medio, donde esperaba que apareciese en ese justo instante Beth.
-¿Le conoces?
Mi mirada se regresó a ese chico.
-Algo. – Contesté.
El chico de nuevo hizo un giro brusco con la cabeza dejando llevar el flequillo detrás de él.
-¿Es tu novio? – Preguntó interesante de nuevo.
Le miré sobresaltada. ¿Cómo iba a ser un chico así mi novio?
-No.
El chico sonrió aliviado. Parecía haberse quitado un peso de encima al escuchar ese monosílabo.
-Supongo que porque tú serás una niñita estirada. – Dijo sonriente.
-¿Por qué dices eso? No lo soy.
-No lo niegues. No hay más que verte.
-Siento defraudarte.
El chico sonrió a mi contestación.
-¿Puedo preguntarle a la señorita como se llama? – Preguntó curioso.
-No suelo decir mi nombre a desconocidos.
-Qué pasa, ¿Tú mamá te castiga?
Le miré con rencor e ignoré esa última pregunta.
-O quizás tú papá, quién sabe…
-Es decisión propia. – Contesté.
El chico sonrió de nuevo. Al fin dejó ver sus labios. Sin duda eran rosados, finos y suaves.
-No hace falta que me lo confirmes, nena. A cada palabra me demuestras que eres una de esas pijas estiradas.
Fruncí el ceño cabreada y miré a ese chico con rencor, de nuevo y ahora más, después de que él pronunciase esa frase. Él sonreía y tiraba su colilla al suelo para después pisarla con su gigante y pesada bota negra.
Me negaba a estar un segundo más al lado de ese imbécil.
Comencé a andar despacio siguiendo el muro despiezado. Arrastraba levemente mis pies y llegué al final de esa pared.
-¿Dónde vas? – Susurró en mi oído.
El chico me agarró por la cintura y comenzó a retirar el pelo, al igual que lo había hecho ese tal Mark hacía unos minutos.
¿Le había espantado para encargarse él de mí?
“Elisabeth, por favor, ven” Mi mente solo podía pronunciar eso. ¿Qué querría de mí ese chico?
-No me has dicho cómo te llamas. – Musitó en mi oído, de nuevo.
Mi cuerpo paralizado comenzaba a temblar de nuevo. El olor a tabaco que desprendía ese chico me hacía incomodarme aún más.
El chico se puso en frente de mí y sonrió abiertamente.
-¡_____! – Alguien exclamó mi nombre detrás de ese chico.
Mi mirada que estaba perplejamente parada en los ojos verdes de él, se desplazaron hacia la derecha, donde vi aparecer a Beth de la mano de Adam.
-¿Qué haces, Hazza? – Preguntó Adam.
El chico se quitó sobresaltado de mi lado y se puso lejos de mí.
-¿Este era al Adam que buscabas? – Preguntó sonriente, rebuscando algo en su bolsillo.
-¿Estás bien? – Beth corrió hacia mí.
Pasó un par de veces las manos por mi cara y me miraba a los ojos preocupada.
-Sí, sí. – Balbuceé. – Est… Estoy bien.
Adam continuaba hablando con ese tal Hazza mientras éste se colocaba un nuevo cigarrillo encima de su oreja.
Después, chocaron las manos y Adam asistió a nosotras.
Mi mirada se quedó fija en ese chico de ojos verdes hipnotizadores, él tampoco apartaba sus ojos de mí.
Pasó su mano por su flequillo de lado y me guiñó un ojo.
Abrí los ojos inconscientemente y me di cuenta de que estaba totalmente estremecida.
Después comenzó a andar mientras se encendía ese cigarro que adornaba su oreja minutos antes.
-¿Qué hacías con él, _____? – Me preguntó Beth mientras andábamos hacia el exterior de El Foco.
-Se me acercó él, nada…
-¿Estás loca? – Exclamó Beth. – Ese chico es peligroso.
-Y tanto… - Musitó Adam.
-Contigo ya hablaré… - Contestó Beth.
-Ese chico es Harry. – Continuó Adam mirando furtivamente a su hermana. – Harry Styles. El cabecilla del mayor grupo de los de aquí. Con ese chico es mejor llevarte bien si no quieres que el final de tus días llegue antes de lo previsto…
Mi estómago se hizo completamente un nudo. Su cara angelical no congeniaba con la información que estaba dando Adam.
Sin embargo, pensándolo bien, lo que yo había sentido cuando estaba al lado de ese chico era completamente opuesto a lo que me estaba describiendo Adam. Había sentido miedo pero tranquilidad a la vez.
Ese chico era peligrosamente curioso. Lo que no sabía es que, en un futuro, eso sería lo que me engancharía a él.
Ali Malik OneDream
Re: I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
Ya subii capi! Espero que te haya gustadoo :))))bett1D escribió:HOLAA!!!Me ha encaantaadoo *_*Es taan nxawncepiojncya me enamoree solo con la sinopsiiispliis, sigeelaa lindaa o sinooo te ire a buscar sea deonde seeaaa
Ali Malik OneDream
Re: I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
Lo acabo de terminar y sinceramente... ¡me has dejado sin palabras!
Decir que me ha encantado, es poco
A mi me cuesta encontrar novelas que realmente me gustes, y ya te aseguro yo, que esta es una de esas, y eso que solo has subido un capitulo
Todo el rato ha sido una pendiente atencion de que pasaba, y me ha encantado, de verdad, eso y maas
Sigeelaaa cuantoo antes, sino ya sabes, te controlo
beth xx
bett1D
Re: I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
Aww me alegro un monton de que te haya gustado cieloo! La verdad esque tenia la idea de esta novela desde hace tiempo pero no sabia si escribirla aqui o no jaajj y al final sii la escribii :))bett1D escribió:Lo acabo de terminar y sinceramente... ¡me has dejado sin palabras!Decir que me ha encantado, es pocoA mi me cuesta encontrar novelas que realmente me gustes, y ya te aseguro yo, que esta es una de esas, y eso que solo has subido un capituloTodo el rato ha sido una pendiente atencion de que pasaba, y me ha encantado, de verdad, eso y maasSigeelaaa cuantoo antes, sino ya sabes, te controlobeth xx
Ali Malik OneDream
Re: I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
shalalalalalala! nueva lectora!! hola me llamo fernanda pero me gusta fer :3 soy tu nueva y fiel lectora, me encanto el cap siguelo!!
fersstyles..
Re: I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
BIENVENIDA FER!! Que bienn que te guste la novee :)) Puede que en un rato la siga :))fersstyles.. escribió:shalalalalalala! nueva lectora!! hola me llamo fernanda pero me gusta fer :3 soy tu nueva y fiel lectora, me encanto el cap siguelo!!
Ali Malik OneDream
Re: I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
CAPITULO 2
“.Harry Styles El cabecilla del mayor grupo de los de aquí. Con ese chico es mejor llevarte bien si no quieres que el final de tus días llegue antes de lo previsto…”
Mi cabeza aturdida solo escuchaba eso. Esa frase era la única información que tenía de ese chico, ese tal Harry Styles, el de El Foco.
Adam lo describía con total frialdad y respeto. Ese chico parecía imponer a toda esa gente de aquel barrio.
Mis ojos cansados mirando por la ventana, observando cómo la gente abandonaba sus aulas de segundo de bachiller para emprender camino a sus casas.
Sin embargo, a fuera del instituto había revuelo. Más gente que de costumbre. El rugido de unas motos hizo que mi sangre se congelase. Que no circulase más.
Ese sonido del corazón de las motos me recordaron a él, a ese chico tan curioso que me salvó de un baboso.
-Y con esto acabamos el temario de hoy. Pueden retirarse.
El profesor de latín daba permiso para recoger todo. Mi suave y largo pelo impedía ver con exactitud donde encajar los libros en mi mochila. Estaba confusa. Esas motos me habían confundido.
Algo me hacía estar nerviosa, alguna razón que desconocía.
Insistía en meter los libros en esa mochila negra la cual minutos después apoyaría en mis hombros, pero eran intentos fallidos. Parecía como si mis ojos estuviesen nublados, como si mi vista estuviese aturdida.
-¿Estás bien? – Preguntó Beth apoyando su mano en mi espalda.
Voté sobresaltada sobre mi sitio y giré la cabeza dejado deslizar mi cabello detrás de ella. Mi respiración alborotada y mi pecho bajando y subiendo a toda velocidad mientras encontré los ojos de Beth.
-Sí, estoy bien. – Contesté, sin mucho autocontrol.
-Llevas toda la mañana ausente.
-Tranquila, Beth. Estoy bien.
Mi amiga encogió sus hombros y comenzó a dar pasos hacia la puerta. Al fin mis manos temblorosas cedieron y dejaron introducir mis libros en esa mochila. La coloqué sobre mis hombros y me situé al lado de mi amiga.
-¿Qué tal el fin de semana? – Preguntó.
-Bien.
-¿Sólo bien?
-Sí. Estuve estudiando historia.
-Ya, ni siquiera me llamaste para salir a tomar algo.
-No me apetecía.
-Pero, ¿Te pasa algo? Estás rara. Muy rara.
-Que no me pasa nada, Beth. Estamos en época de exámenes, estoy totalmente centrada en eso.
-Parece que el que vinieses conmigo allí te cambió, _____.
Mi respiración se detuvo por un segundo cuando escuchó a mi amiga confesar eso que, en cierto modo, estaba repleto de razón.
Esa visita a ese lugar, ese chico… Sólo tenía eso en mi cabeza. Sólo habitaba el momento en el que el chico agitaba su flequillo mientras daba largas caladas a su cigarro.
-Estás equivocada,Beth
La chica me miró desafiante esperando a una respuesta más convincente. Pero retiré el cabello que se interponía de nuevo en mi rostro metiéndolo detrás de las orejas, y continué mi camino por el pasillo agarrando las asas de mi mochila con ambas manos.
“Corre, corre” Exclamaron un grupo de chicos al final del pasillo. Todos pasaron corriendo a nuestro lado desplazándonos hacia atrás y casi haciendo que nos chocásemos con las paredes.
-¡Qué brutos! – Exclamó cabreada Beth
Yo agarré más fuerte mi mochila recuperándome del repentino sobresalto.
“Vamos, vamos, hay pelea” De nuevo otro grupito de gente aparecía de la segunda clase del pasillo, justo por donde nosotras nos encontrábamos pasando.
-¿Qué demonios pasará? – Se quejaba Beth.
Mi mirada no podía fijarse en lo alborotado que se encontraba en esos momentos el instituto, sólo se centraba en él, él, él…
-¡Harry!. – Exclamó Beth
En ese momento mi cabeza se despegó del suelo y abandonó los pensamientos que en estos días habían sido mi principal quebradero de cabeza.
Mi mirada buscaba al chico de los rizos, al del cigarro, pero no dio con él. Era un simple chico rubio de la segunda clase que parecía estar informado sobre lo que estaba pasando en la entrada del instituto.
-¿Qué ha pasado? – Insistía Beth
-Más vale que te des prisa, Adam está metiéndose de nuevo en movidas. – Contestó el también llamado Harry.
-¡¿Qué?! Joder, joder.
Beth soltó su bandolera en mis manos y echó a correr por lo poco que nos quedaba de pasillo.
Comencé a apresurar mi paso para no perderla de vista. ¿En qué se habría metido ahora Adam?
La gente animaba a que continuase el enfrentamiento entre el hermano de mi amiga y seguramente que otro chaval de su tipo.
Me ponía de puntillas para observar el centro del corro que había hecho la gente pero no se veía nada.
Sin embargo, mi mirada se deslizó levemente hacia un hueco que habían abierto.
Corrí hacia él y me situé en primera fila.
Alison acababa de abrirse paso entre el mogollón de gente. Al fin salió hacia el interior del círculo, donde se encontraba Adam y otro chico. El chico seguramente que sería del mismo sitio que él: De EL Foco.
Mi corazón parecía asustarse cuando pronunciaba en mi cabeza esas palabras, ese lugar. Parecía acongojarse y querer refugiarse de todo lo que rodeaba ese sitio, pues no le gustaba, ni siquiera me gustaba mí. Pero no podía negar que ese chico despertó cierta curiosidad en mí.
-Adam, para. – Rogaba Beth
El chico permanecía con los puños cubriéndose la cara y dispuesto a pegar a su oponente. La gente animaba a que la pelea continuase.
-¿Estás loca? Quítate de ahí. – Se quejó un chico de al lado de Beth
-Gilipollas. – Musitó la chica echándole una mirada de desprecio.
El primer puñetazo del chico llegó a la cara de Adam. Mis ojos aumentaron de tamaño y use la bandolera de Beth para cubrirme.
-Pero, ¿Qué haces, subnormal? – Mi amiga se puso en frente del chico que había ofrecido un puñetazo en la cara de Adam, el cual se encontraba con la mano en su rostro debido al fuerte golpe. La gente se calmó y paró de animar. La mayoría estaba callada.
-¿Quién eres tú? – Contestó el chico.
-Soy su hermana.
La boca de ese chico esbozó una leve carcajada que contenía recochineo.
-¿Puedes apartarte? – Pidió el chico.
-No. – Contestó firme.
-Beth, quítate. – Ordenó Adam recuperándose de su golpe detrás de su hermana.
-Adam, ¿Otra vez? Estoy harta de ti, harta de tus estupideces.
El chico ignoró la breve retahíla que acababa de ofrecerle su hermana. Depositó su mano fuertemente en el estómago del otro chico, el cual cayó inmediatamente al suelo retorcido de dolor.
Beth se apartó sobresaltada, mientras que Adam se agachó para seguir ofreciendo puñetazos en la cara del chico que yacía tumbado en el suelo, quizás inconsciente.
Mi amiga se agarró en la espalda de Adam y le detuvo echándole hacia atrás.
El chico continuaba con una cara de furia increíble, pero ya controlado gracias a Beth.
-¿Eres idiota? Otra pelea más. Otra puta pelea más, Adam. ¿Cuándo va a acabar esto? ¡Dime!
La gente comenzó a deshacer el círculo y a marcharse de la escena satisfechos. Había un claro ganador: Adam.
Yo permanecía sorprendida, abrazada a la bandolera de Alison que me cubría medio rostro.
Un grupo de gente vestida de negro se acercó a observar la situación. Unos acudieron al chico que permanecía agachado en el suelo y otros acudieron a Adam y Beth
Mi mirada se centraba en la escena que había en el centro. Mis pies comenzaron a andar hacia atrás para abstenerse lo máximo posible de esa situación, de esa gente, de ese mundo.
Me alejé como diez pasos y ahí me sentí segura. Pero no lo suficiente. Una leve brisa de aire hizo que mi mirada se levantase hacia una dirección que nunca debió ir.
El chico de los rizos, el del cigarro. Aquel chico tan previamente peligroso estaba ahí. O al menos eso me parecía.
Pestañeé un par de veces para asegurarme, pero no cabía duda. Permanecía apoyado en un muro, vestido de cuero y con las mismas botas militares de hacía unos días. El cigarro oprimido entre sus rosados labios y su flequillo cayendo levemente por su rostro.
Mi descaro hizo que él también levantase la mirada y diese con mi rostro, casi oculto.
Su compostura en ningún momento se perdió, y soltó con fuerza y chulería ese humo que había entrado previamente por su boca.
Parecía habérsele dibujado una sonrisa, pero no estaba segura.
Me incomodaba que me mirase, pero era todo lo que había pedido en el fin de semana. Algo que por alguna razón desconocía. Pero ahí estaba él, estaba completamente segura. Ahí estaba ese tal Harry Styles.
Ali Malik OneDream
Re: I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
HOLAA
PERFECTO! NONO ESO ES POCO
Ha sido alucinaatnee
Malditoo hermanoo que nos e para de meter en peleas, pero gracias a eso, ____ volvioo a ver a Styles, Harry Styles.
Sigeeelaaa cuantoo antees
beth xx
PERFECTO! NONO ESO ES POCO
Ha sido alucinaatnee
Malditoo hermanoo que nos e para de meter en peleas, pero gracias a eso, ____ volvioo a ver a Styles, Harry Styles.
Sigeeelaaa cuantoo antees
beth xx
bett1D
Re: I Will Always Be Your Princess {Harry Styles y tu}
CAPITULO 3
-¿____?
La voz de mi amiga hizo que mi cabeza se agitase en dirección a la llamada.
La miré como tenía el rostro cansado y enfadado, con el ceño muy fruncido, al lado de Adam que se miraba los nudillos pasando suavemente las yemas de los dedos de la otra mano por ellos.
-Voy. – Pronuncié mientras bajaba sutilmente la bandolera.
Devolví la mirada que mantenía fija al lugar donde estaba Harry Styles. Ya no había rastro de él.
¿Cómo? No le vi ni siquiera desaparecer.
Llegué al lado de Adam y Beth que se mantenían fríos y enfadados entre sí. Nos quedaban apenas diez metros para llegar al lugar donde minutos antes encontré a Harry.
-Ten. – Ofrecí la bandolera a Beth.
-Gracias. – Pronunció ella.
-Voy a entrar un segundo al bar, necesito lavarme las manos. – Informó Adam soltando bruscamente la mochila contra el suelo. Ésta se abrió y cayeron todos los libros y apuntes seguramente al azar, al suelo.
Beth le miró con desprecio, pero el chico la ignoró y continuó su camino hacia el bar, el que curiosamente estaba en el muro donde las botas militares de Styles habían estado apoyadas.
Mi amiga se agachó a recoger todo el desorden que habían creado los libros tendidos sobre la acera.
-No puedo entenderle. – Se quejaba Beth mientras recogía los libros.
-Espera, te ayudo. – Me ofrecí.
Me agaché a ayudar a mi amiga a meter de nuevo todo en la mochila de Adam.
-Por más que hablo con él no le hago entrar en razón. Siempre me prometo que será la última vez que le detenga, pero nunca es la definitiva.
Escuchaba la alejada voz de Beth en mi cabeza quejándose de todo lo que hacía por su hermano. Sin embargo, mi mirada y mi atención se centraban en otra cosa.
Debajo de todos esos papeles yacía un cigarro consumido totalmente y pisado con una gran marca de zapato en él. Al lado, un colgante con una curiosa forma. Una S. Parecía ser de plata, ya que la luz del sol le hacía ser resplandeciente.
Paré un segundo de recoger todos los papeles tendidos por el suelo para encajar la suave cadena en mis manos.
Se deslizaba por mis dedos.
-Vamos. – Exigió Adam cuando salió del bar, pasándose su brazo por la boca, limpiándosela de agua.
Beth se sobresaltó y se puso de pie cerrando la mochila y dándosela al chico de mala manera.
Yo continuaba agachada agarrando ese curioso colgante.
-_____. – Mi amiga pronunció mi nombre agachándose a mi altura. Posó sus ojos en los míos. – Ya hemos recogido todo, vamos.
Ladeé mi cabeza entrelazando fuerte el colgante entre mis dedos para guardarlo sin que me lo viese Beth. Pero fue un intento fallido.
-¿Qué tienes ahí? – Preguntó curiosa.
-Nada.
-Eh, vamos. – Metió prisa Adam, acercándose a nosotras.
Me puse de pie y erguida mientras colocaba de nuevo la mochila sobre mis hombros.
Fue ese momento el que aprovechó Beth para quitarme el colgante de las manos.
-¡Ajá! – Exclamó. – Lo tengo.
La chica lo inspeccionó bajo mi atenta mirada.
-Beth, dámelo.
-Es precioso. ¿De quién es? – Preguntaba la chica.
La mirada de Adam, que se encontraba a mi derecha, fue directa hacia el colgante que todavía permanecía en las manos de mi amiga.
-¿Qué coño hacéis con eso? – Exclamó bruscamente el chico, intentando quitar el colgante de las manos de Beth.
Ésta le esquivó y puso la mano a la altura de su cabeza, así que aproveché para arrebatárselo.
-Dame eso, ____. –Ahora Adam me insistía a mí.
-¿Qué pasa? – Preguntaba yo, inocente.
-No tiene gracia. Esto es peligroso.
-Todo lo que tiene que ver contigo es peligroso, Adam. – Añadió su hermana.
Apreté con todas mis fuerzas el colgante en mi mano. No quería soltarlo por nada de mundo.
-Ese colgante es de Styles. – Informó Adam. – Como se entere de que lo tienes tú te matará.
Mi cara se descuadró cuando escuchó pronunciar esas palabras al chico. De cierta manera, mi interior sabía que ese colgante tenía algo que ver con Harry, pero no se dio totalmente cuenta hasta que Adam lo confirmó.
-Dámelo. – Exigía el chico.
-Lo he encontrado yo. – Me negaba.
-Tenemos que devolvérselo.
-Adam, ya me encargo yo.
-¿Estás loca? ¿Irás a El Foco para dárselo? ¡Ni siquiera le conoces!
Miré de nuevo el colgante mientras el chico me exclamaba eso. Mi corazón apresurado y mi pecho subiendo y bajando sobresaltado de la información que acababa de recibir.
-Sí. – Contesté al fin, decidida.
-¿____? – Preguntó Beth confundida. -¿Estás hablando enserio?
Levanté mi mirada a través de los mechones de pelo y miré a Beth y a Adam, que seguían juntos esperando una respuesta.
-Sí. Totalmente. Lo encontré yo, se lo entregaré yo.
-¡Estás loca! – Exclamó Adam posando sus manos en su nuca y alejándose de nosotras.
Beth me miró levantando las cejas, esperando un arrepentimiento de mi decisión.
-¿Enserio vas a regresar ahí? No pareció gustarte mucho.
-Lo haré.
Sonreí a Beth en forma de despedida e ignoré a Adam que continuaba la calle alejado de nosotras.
Emprendí mi camino por ese callejón que llevaba a mi casa. No soltaba el colgante de mis manos, ni siquiera un segundo. Era de él. Tenía algo de él. Y esa era la excusa perfecta para volverle a ver.
Pero, ¿Por qué ese chico había despertado tanta curiosidad en mí? ¿Tanta necesidad de saber más de él?
Guardaba por último el colgante en uno de los bolsillos de mi bolso. Mis manos temblaban a la vez que yo esperaba ansiosa de que el taxi apareciese en la puerta de mi casa.
Mis padres estaban trabajando, con lo cual no se darían cuenta de mi breve marcha.
Cogí aire, lo solté, y abroché el bolso para bajar a la puerta principal.
Ni diez minutos tardó el taxista. Paró en mi puerta y yo salí, aún pensando si había hecho bien en atreverme a llevar el colgante a ese tal Harry.
Me auto convencí, ¿No era lo que quería?
-¿A dónde, señorita?
El taxista me miró por el retrovisor cuando tomé asiento en la parte trasera del vehículo. Mi pelo completamente alisado se interponía, como de costumbre, en mi cara.
-A El Foco, por favor.
El hombre abrió los ojos exageradamente y aclaró su garganta.
-Eso será bastante dinero, señorita. Está en la otra punta de la ciudad. Lo sabe, ¿no?
-Claro, pero no importa. Vamos.
El hombre arqueó las cejas antes de quitar el freno de mano y comenzar a mover el vehículo en dirección a esa temida zona de la ciudad.
Parecía que ningún habitante se abstenía de esa información. Parecía estar todo el mundo perfectamente informados sobre la peligrosidad que habitaba en ese rincón tan oscuro de la ciudad.
El hombre condujo hasta El Foco ayudado de mi insistente seguridad. Siendo sincera, ni si quiera yo sabía de dónde había salido esa clara decisión de llegar hasta ese extremo. Ese chico había despertado algo en mí, algo que pedía más y más, y más.
El hombre aparcó justo en el sitio donde el otro taxista se situó días antes. Me pronunció el presupuesto del que ya estaba informada, pues había estado presente cuando el otro taxista se lo había exigido a Beth.
Le cedí un billete y le pedí que se quedase el cambio. No tenía tiempo que perder.
Abandoné el vehículo y atravesé las mismas calles, intentando no perderme o no meterme en la dirección equivocada.
Ahí estaba de nuevo. Al final del destrozado callejón. Era real cuando decían que ese rincón de la ciudad no veía la luz, pues eran las cinco de la tarde y apenas había luz. Simplemente los rayos tenues que terminaban dando a los altos y mal cuidados rascacielos que envolvían ese sitio.
Mi vista de nuevo mirando el centro de ese sitio, en el cual se encontraba menos cantidad de gente, pero aún así, en las mismas situaciones. Casi todos estaban bebiendo o drogándose, o simplemente tratando de ganarse algo de dinero traficando.
Pasé mi vista por todos los lados de ese sitio, buscando al dueño del colgante, pero no había rastro de él.
No podía negar que los rugidos intimidantes de las motos me asustaban, pero aún así, ya había llegado hasta aquí, ahora no podía echarme para atrás.
Tampoco sería tan difícil; Buscaría a ese chico, le daría el colgante y me volvería a mi casa. ¿Acaso no era lo que llevaba buscando todo el fin de semana?
Emprendí dirección a la esquina donde encontré a ese chico, quizás más para allá de ella siguiese viendo sitios en donde encontrarle.
Alguien aceleró el motor de su moto, cosa que hizo que pegase un leve salto sobre mí misma y me intentase refugiar en alguien o algo inexistente.
Fue en ese momento en el que maldije el haber venido hasta aquí.
-¿Puedo ayudarla en algo, nena?
Casi en la misma esquina se encontraba un joven con medio rostro en sombra y medio rostro visible.
Apoyado del lado derecho a un muro y con las piernas parcialmente cruzadas. Su mano izquierda metida en su bolsillo del vaquero y su otra mano sujetando con el índice y pulgar un cigarro.
Subí la mirada y di con esos abrillantados ojos verdes, que a pesar de la débil luz, eran imposibles de no percatarse de su estancia en las facciones de ese muchacho.
-No… - Balbuceé.
-Tienes algo que me pertenece. – Impuso.
Mi respiración se contuvo en una inhalación de aire. ¿Cómo lo sabía?
-Mi colgante. – Insistía Harry, Harry Styles.
Con mis ojos sin poder pestañear, abrí el bolso despacio y saqué el colgante cuidadosamente, sin quitarle la mirada ni un segundo.
El chico daba caladas a su cigarro seguro de sí mismo, sabiendo que tenía total control sobre mí.
Tendí mi brazo tembloroso ofreciéndole el colgante que estaba enrollado en mi mano.
Harry tiró el cigarro al suelo, esta vez sin pisarle, y se acercó a mí dejando ver su rostro totalmente a la poca luz. Su flequillo permanecía en su frente, pero esta vez algo más recogido, por lo que se podía ver más claramente el leve corte en su ceja izquierda.
Mi mano no cesaba de temblar y maldecía el momento en el que me había atrevido a pisar de nuevo este sitio. Sola.
El chico examinó con la mirada mi brazo temblar inconscientemente. Después, soltó una leve carcajada y tomó mi mano con las dos grandes suyas.
La acarició con sutileza. Me estremecí. Ahora estaba abriendo mis dedos para adueñarse de nuevo del colgante.
El chico no paraba de mirarme a los ojos, mientras yo estaba pendiente de lo que intentaba hacer con mi mano.
Al fin se adueñó del colgante, el cual repasó un par de veces con la mirada.
-Sabía que vendrías a devolvérmelo. – Musitó convincente.
Mis ojos pestañearon al compás que mi cabeza ladeaba intentando volver a la realidad.
-¿Cómo sabías que lo tenía yo? – Pregunté.
-Sabía que lo cogerías tú.
El chico sonrió y me tendió de nuevo su mano con el colgante en el interior. Señaló con las cejas a éste, sonriente.
Yo me encontraba examinando las descuidadas manos que tenía ese chico. Estaban llenas de golpes.
-Pónmelo, vamos. – Exigió.
El chico insistió con la mano hasta que yo abandoné mi estado de shock. Mis manos temblaban y algo me decía que no tenía que hacerle caso, pero sin embargo, un acto reflejo cazó el colgante y lo abrió para encajarlo en su cuello.
Se puso de espaldas a mí, agachándose un poco, y aprovechó ese momento para sacarse un cigarro de su bolsillo y prenderlo fuego.
Me estremecí cuando mis nudillos entraron en un leve contacto con su cuello. Encajé el enganche del colgante y dejé que se posase en su pecho.
De nuevo retomó su altura normal y se giró para mirarme.
-¿Quieres? – Preguntó con la voz ronca.
Mi constante estado de nerviosismo hacía que la información tardase más de lo normal en llegar a mi cerebro.
-No, gracias.
-Te veo nerviosa.
-Este sitio es nuevo para mí.
-Parece gustarte. En tres días has venido dos veces.
-Esta última ha sido por compromiso.
-No tenías por qué habérmelo dado tú. Adam podía haberlo hecho.
-Bue…no…
Mi forma de balbucear sacó una sutil sonrisa al chico. Dio una fuerte calada al cigarro y soltó el humo en mi cara, haciendo desplazar mi pelo hacia atrás.
-¿Estás segura de que no quieres? Te tranquilizará. – Añadió el chico.
Mi garganta comenzó a aclararse cuando se interpuso el humo que acababa de respirar gracias a ese chico.
-Una calada solo. – Insistía.
Su enorme mano se tendió en mi dirección ofreciéndome el cigarro. Mi vista parecía estar nublándose, pero mi mano se dirigía hacia la colilla.
-Vamos. – Me animaba.
La voz de mi amiga hizo que mi cabeza se agitase en dirección a la llamada.
La miré como tenía el rostro cansado y enfadado, con el ceño muy fruncido, al lado de Adam que se miraba los nudillos pasando suavemente las yemas de los dedos de la otra mano por ellos.
-Voy. – Pronuncié mientras bajaba sutilmente la bandolera.
Devolví la mirada que mantenía fija al lugar donde estaba Harry Styles. Ya no había rastro de él.
¿Cómo? No le vi ni siquiera desaparecer.
Llegué al lado de Adam y Beth que se mantenían fríos y enfadados entre sí. Nos quedaban apenas diez metros para llegar al lugar donde minutos antes encontré a Harry.
-Ten. – Ofrecí la bandolera a Beth.
-Gracias. – Pronunció ella.
-Voy a entrar un segundo al bar, necesito lavarme las manos. – Informó Adam soltando bruscamente la mochila contra el suelo. Ésta se abrió y cayeron todos los libros y apuntes seguramente al azar, al suelo.
Beth le miró con desprecio, pero el chico la ignoró y continuó su camino hacia el bar, el que curiosamente estaba en el muro donde las botas militares de Styles habían estado apoyadas.
Mi amiga se agachó a recoger todo el desorden que habían creado los libros tendidos sobre la acera.
-No puedo entenderle. – Se quejaba Beth mientras recogía los libros.
-Espera, te ayudo. – Me ofrecí.
Me agaché a ayudar a mi amiga a meter de nuevo todo en la mochila de Adam.
-Por más que hablo con él no le hago entrar en razón. Siempre me prometo que será la última vez que le detenga, pero nunca es la definitiva.
Escuchaba la alejada voz de Beth en mi cabeza quejándose de todo lo que hacía por su hermano. Sin embargo, mi mirada y mi atención se centraban en otra cosa.
Debajo de todos esos papeles yacía un cigarro consumido totalmente y pisado con una gran marca de zapato en él. Al lado, un colgante con una curiosa forma. Una S. Parecía ser de plata, ya que la luz del sol le hacía ser resplandeciente.
Paré un segundo de recoger todos los papeles tendidos por el suelo para encajar la suave cadena en mis manos.
Se deslizaba por mis dedos.
-Vamos. – Exigió Adam cuando salió del bar, pasándose su brazo por la boca, limpiándosela de agua.
Beth se sobresaltó y se puso de pie cerrando la mochila y dándosela al chico de mala manera.
Yo continuaba agachada agarrando ese curioso colgante.
-_____. – Mi amiga pronunció mi nombre agachándose a mi altura. Posó sus ojos en los míos. – Ya hemos recogido todo, vamos.
Ladeé mi cabeza entrelazando fuerte el colgante entre mis dedos para guardarlo sin que me lo viese Beth. Pero fue un intento fallido.
-¿Qué tienes ahí? – Preguntó curiosa.
-Nada.
-Eh, vamos. – Metió prisa Adam, acercándose a nosotras.
Me puse de pie y erguida mientras colocaba de nuevo la mochila sobre mis hombros.
Fue ese momento el que aprovechó Beth para quitarme el colgante de las manos.
-¡Ajá! – Exclamó. – Lo tengo.
La chica lo inspeccionó bajo mi atenta mirada.
-Beth, dámelo.
-Es precioso. ¿De quién es? – Preguntaba la chica.
La mirada de Adam, que se encontraba a mi derecha, fue directa hacia el colgante que todavía permanecía en las manos de mi amiga.
-¿Qué coño hacéis con eso? – Exclamó bruscamente el chico, intentando quitar el colgante de las manos de Beth.
Ésta le esquivó y puso la mano a la altura de su cabeza, así que aproveché para arrebatárselo.
-Dame eso, ____. –Ahora Adam me insistía a mí.
-¿Qué pasa? – Preguntaba yo, inocente.
-No tiene gracia. Esto es peligroso.
-Todo lo que tiene que ver contigo es peligroso, Adam. – Añadió su hermana.
Apreté con todas mis fuerzas el colgante en mi mano. No quería soltarlo por nada de mundo.
-Ese colgante es de Styles. – Informó Adam. – Como se entere de que lo tienes tú te matará.
Mi cara se descuadró cuando escuchó pronunciar esas palabras al chico. De cierta manera, mi interior sabía que ese colgante tenía algo que ver con Harry, pero no se dio totalmente cuenta hasta que Adam lo confirmó.
-Dámelo. – Exigía el chico.
-Lo he encontrado yo. – Me negaba.
-Tenemos que devolvérselo.
-Adam, ya me encargo yo.
-¿Estás loca? ¿Irás a El Foco para dárselo? ¡Ni siquiera le conoces!
Miré de nuevo el colgante mientras el chico me exclamaba eso. Mi corazón apresurado y mi pecho subiendo y bajando sobresaltado de la información que acababa de recibir.
-Sí. – Contesté al fin, decidida.
-¿____? – Preguntó Beth confundida. -¿Estás hablando enserio?
Levanté mi mirada a través de los mechones de pelo y miré a Beth y a Adam, que seguían juntos esperando una respuesta.
-Sí. Totalmente. Lo encontré yo, se lo entregaré yo.
-¡Estás loca! – Exclamó Adam posando sus manos en su nuca y alejándose de nosotras.
Beth me miró levantando las cejas, esperando un arrepentimiento de mi decisión.
-¿Enserio vas a regresar ahí? No pareció gustarte mucho.
-Lo haré.
Sonreí a Beth en forma de despedida e ignoré a Adam que continuaba la calle alejado de nosotras.
Emprendí mi camino por ese callejón que llevaba a mi casa. No soltaba el colgante de mis manos, ni siquiera un segundo. Era de él. Tenía algo de él. Y esa era la excusa perfecta para volverle a ver.
Pero, ¿Por qué ese chico había despertado tanta curiosidad en mí? ¿Tanta necesidad de saber más de él?
****
Guardaba por último el colgante en uno de los bolsillos de mi bolso. Mis manos temblaban a la vez que yo esperaba ansiosa de que el taxi apareciese en la puerta de mi casa.
Mis padres estaban trabajando, con lo cual no se darían cuenta de mi breve marcha.
Cogí aire, lo solté, y abroché el bolso para bajar a la puerta principal.
Ni diez minutos tardó el taxista. Paró en mi puerta y yo salí, aún pensando si había hecho bien en atreverme a llevar el colgante a ese tal Harry.
Me auto convencí, ¿No era lo que quería?
-¿A dónde, señorita?
El taxista me miró por el retrovisor cuando tomé asiento en la parte trasera del vehículo. Mi pelo completamente alisado se interponía, como de costumbre, en mi cara.
-A El Foco, por favor.
El hombre abrió los ojos exageradamente y aclaró su garganta.
-Eso será bastante dinero, señorita. Está en la otra punta de la ciudad. Lo sabe, ¿no?
-Claro, pero no importa. Vamos.
El hombre arqueó las cejas antes de quitar el freno de mano y comenzar a mover el vehículo en dirección a esa temida zona de la ciudad.
Parecía que ningún habitante se abstenía de esa información. Parecía estar todo el mundo perfectamente informados sobre la peligrosidad que habitaba en ese rincón tan oscuro de la ciudad.
El hombre condujo hasta El Foco ayudado de mi insistente seguridad. Siendo sincera, ni si quiera yo sabía de dónde había salido esa clara decisión de llegar hasta ese extremo. Ese chico había despertado algo en mí, algo que pedía más y más, y más.
El hombre aparcó justo en el sitio donde el otro taxista se situó días antes. Me pronunció el presupuesto del que ya estaba informada, pues había estado presente cuando el otro taxista se lo había exigido a Beth.
Le cedí un billete y le pedí que se quedase el cambio. No tenía tiempo que perder.
Abandoné el vehículo y atravesé las mismas calles, intentando no perderme o no meterme en la dirección equivocada.
Ahí estaba de nuevo. Al final del destrozado callejón. Era real cuando decían que ese rincón de la ciudad no veía la luz, pues eran las cinco de la tarde y apenas había luz. Simplemente los rayos tenues que terminaban dando a los altos y mal cuidados rascacielos que envolvían ese sitio.
Mi vista de nuevo mirando el centro de ese sitio, en el cual se encontraba menos cantidad de gente, pero aún así, en las mismas situaciones. Casi todos estaban bebiendo o drogándose, o simplemente tratando de ganarse algo de dinero traficando.
Pasé mi vista por todos los lados de ese sitio, buscando al dueño del colgante, pero no había rastro de él.
No podía negar que los rugidos intimidantes de las motos me asustaban, pero aún así, ya había llegado hasta aquí, ahora no podía echarme para atrás.
Tampoco sería tan difícil; Buscaría a ese chico, le daría el colgante y me volvería a mi casa. ¿Acaso no era lo que llevaba buscando todo el fin de semana?
Emprendí dirección a la esquina donde encontré a ese chico, quizás más para allá de ella siguiese viendo sitios en donde encontrarle.
Alguien aceleró el motor de su moto, cosa que hizo que pegase un leve salto sobre mí misma y me intentase refugiar en alguien o algo inexistente.
Fue en ese momento en el que maldije el haber venido hasta aquí.
-¿Puedo ayudarla en algo, nena?
Casi en la misma esquina se encontraba un joven con medio rostro en sombra y medio rostro visible.
Apoyado del lado derecho a un muro y con las piernas parcialmente cruzadas. Su mano izquierda metida en su bolsillo del vaquero y su otra mano sujetando con el índice y pulgar un cigarro.
Subí la mirada y di con esos abrillantados ojos verdes, que a pesar de la débil luz, eran imposibles de no percatarse de su estancia en las facciones de ese muchacho.
-No… - Balbuceé.
-Tienes algo que me pertenece. – Impuso.
Mi respiración se contuvo en una inhalación de aire. ¿Cómo lo sabía?
-Mi colgante. – Insistía Harry, Harry Styles.
Con mis ojos sin poder pestañear, abrí el bolso despacio y saqué el colgante cuidadosamente, sin quitarle la mirada ni un segundo.
El chico daba caladas a su cigarro seguro de sí mismo, sabiendo que tenía total control sobre mí.
Tendí mi brazo tembloroso ofreciéndole el colgante que estaba enrollado en mi mano.
Harry tiró el cigarro al suelo, esta vez sin pisarle, y se acercó a mí dejando ver su rostro totalmente a la poca luz. Su flequillo permanecía en su frente, pero esta vez algo más recogido, por lo que se podía ver más claramente el leve corte en su ceja izquierda.
Mi mano no cesaba de temblar y maldecía el momento en el que me había atrevido a pisar de nuevo este sitio. Sola.
El chico examinó con la mirada mi brazo temblar inconscientemente. Después, soltó una leve carcajada y tomó mi mano con las dos grandes suyas.
La acarició con sutileza. Me estremecí. Ahora estaba abriendo mis dedos para adueñarse de nuevo del colgante.
El chico no paraba de mirarme a los ojos, mientras yo estaba pendiente de lo que intentaba hacer con mi mano.
Al fin se adueñó del colgante, el cual repasó un par de veces con la mirada.
-Sabía que vendrías a devolvérmelo. – Musitó convincente.
Mis ojos pestañearon al compás que mi cabeza ladeaba intentando volver a la realidad.
-¿Cómo sabías que lo tenía yo? – Pregunté.
-Sabía que lo cogerías tú.
El chico sonrió y me tendió de nuevo su mano con el colgante en el interior. Señaló con las cejas a éste, sonriente.
Yo me encontraba examinando las descuidadas manos que tenía ese chico. Estaban llenas de golpes.
-Pónmelo, vamos. – Exigió.
El chico insistió con la mano hasta que yo abandoné mi estado de shock. Mis manos temblaban y algo me decía que no tenía que hacerle caso, pero sin embargo, un acto reflejo cazó el colgante y lo abrió para encajarlo en su cuello.
Se puso de espaldas a mí, agachándose un poco, y aprovechó ese momento para sacarse un cigarro de su bolsillo y prenderlo fuego.
Me estremecí cuando mis nudillos entraron en un leve contacto con su cuello. Encajé el enganche del colgante y dejé que se posase en su pecho.
De nuevo retomó su altura normal y se giró para mirarme.
-¿Quieres? – Preguntó con la voz ronca.
Mi constante estado de nerviosismo hacía que la información tardase más de lo normal en llegar a mi cerebro.
-No, gracias.
-Te veo nerviosa.
-Este sitio es nuevo para mí.
-Parece gustarte. En tres días has venido dos veces.
-Esta última ha sido por compromiso.
-No tenías por qué habérmelo dado tú. Adam podía haberlo hecho.
-Bue…no…
Mi forma de balbucear sacó una sutil sonrisa al chico. Dio una fuerte calada al cigarro y soltó el humo en mi cara, haciendo desplazar mi pelo hacia atrás.
-¿Estás segura de que no quieres? Te tranquilizará. – Añadió el chico.
Mi garganta comenzó a aclararse cuando se interpuso el humo que acababa de respirar gracias a ese chico.
-Una calada solo. – Insistía.
Su enorme mano se tendió en mi dirección ofreciéndome el cigarro. Mi vista parecía estar nublándose, pero mi mano se dirigía hacia la colilla.
-Vamos. – Me animaba.
Ali Malik OneDream
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