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Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
En un rato la sigo linda :)valeriekehrhahn03 escribió:siguelaaaa
cipriano.
Re: Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
Por favor no te tires!!!! MM ♥ (por las dudas no hagas la prueba de subir) Jajajaja.Nayis33 escribió:¿PERO TÚ SABES LO QUE ES QUE UNA CHICA ESTE AL PUNTO DEL COLAPSO?,PUES LO SABRÍAS SI ME VIESES EN ESTE MOMENTO,CREO QUE COMO NO LA SIGAS YA,ME VOY A TIRAR DE UN PUENTE,SI,Y NO VA A VER AGUA DEBAJO,IGUAL DE ATREVIDA QUE LOS CHICOS EN MM JAJAJAJA,y bueno,dejando de lado mi lado dramático,quiero decirte que necesito que la sigas porque de ver,me está cantando,y sé que lo seguirá haciendo.
Me alegra que te guste linda!!!! En un rato la sigo :)
cipriano.
Re: Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
DIOS COMO ME ENCANTA TU NOVE!!!!!
Espero que la sigas muy pronto porque enserio me gusta mucho y quiero saber que va a pasaaaaarrrrr. Bueno espero con ansias el proximo capitulo, no tardes si?????. Ok eso es todo nos vemos, besos.....
Bye!.
Paoli
Re: Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
8° Capítulo
Respóndeme Capítulo 1/2
5 meses, dos semanas atrás...
«Te necesito aquí, ¡Pronto!»
Revisé el mensaje de texto que Marie me había enviado hace diez minutos atrás.
Caminaba lo más de prisa que podía mientras dejaba que todo tipo de escenarios trágicos se reprodujeran en mi mente.
Mi prima jamás me había necesitado con esa urgencia; lo que significaba que algo realmente grave estaba sucediendo.
Una vez que divisé el lugar en el que ella me indicó que estaría, aumenté mi velocidad y me introduje en el pequeño local de concreto y cristal, siendo recibida por una ola de aire frio con olor a medicamentos farmacéuticos.
Pasé la vista por los diferentes estantes cargados de medicinas y pañales para adultos, y en el fondo, cerca del área de bebidas, encontré la mata de pelo naranja que esperaba por mí.
Marie me reconoció y me agitó su mano de forma enérgica para que me reuniera con ella.
—¿Qué sucede? ¿Cuál es la emergencia? —dije con la respiración entrecortada y con mi cabello marrón pegándose a los costados de mi cuello y nuca.
—Sucede eso —dijo señalando hacia un anciano canoso que cobraba en la única caja registradora de la farmacia. No miraba nada de especial más que el nombre Rex grabado en el rectángulo de su gafete.
—¿Qué con él? —pregunté.
—¡Que él conoce a mi mamá! Le va a decir en cuanto vea que llevo estos —extendió la palma de su mano y me mostró un paquete de condones con sabor a Mango Travieso.
Levanté una ceja y me pregunté vagamente para qué alguien quería poner sabor a un preservativo.
—¿Por qué llevas esos? ¿Eder va a venir esta noche, acaso?
Ella se ruborizó y agachó la cabeza.
—Es que su cumpleaños se acerca y quería regalarle estos, como una broma. Ya sabes, para que los usara conmigo, además le regalé un pequeño folleto del Kamasutra, solo quise poner en práctica algunas de las posiciones.
Arrugué la nariz y traté de ignorar a la señora a nuestro lado haciendo una mueca y viéndonos como si fuéramos dos pervertidas.
—No necesitaba esa imagen mental —le dije a Marie—, ¿para qué me pediste que viniera entonces?
—Para que tú los pagaras por mí. Él no te conoce...
—¿Solo para eso salí de mi trabajo, que ni tiempo tuve de cambiarme? —chillé. Ella fijó su vista por primera vez en mi vestuario.
Mi jefe era un puerco que nos hacía usar extraños uniformes y camisetas que tenían deletreada la palabra "cariño" justo en la zona del escote. La razón por la que no renunciaba era porque mi familia ocupaba el dinero gracias a que papá lo invirtió todo en un negocio de autos chatarra, y mamá continuó con la locura de querer convertirse en psíquica. Antes de eso, ella probó incursionar en diferentes trabajos, desde estilista de perros hasta podadora oficial de césped. Apostaba mi cuero cabelludo a que ella iba a renunciar en una semana como máximo y luego probaría suerte haciendo otra excéntrica y loca cosa para distraer su ociosa mente en reciente estado de menopausia. Lo mismo ocurría con papá.
—¿Y por qué no compras en otro lado? —sugerí. Cualquier persona con medio cerebro hubiera hecho ese acto lógico.
—¡No puedo! Recuerda que el único otro lugar está cerca del trabajo de mamá y ella me mataría si de casualidad me mira y se entera de que la que creía era su hija puritana y de virtud intacta, anda comprando estos instrumentos pecaminosos.
Resoplé. Sospechaba que simplemente Marie no quería mover un solo dedo.
—Dámelos y acabemos con esto —le dije extendiendo mi mano para que me pasara la pequeña caja color amarillenta.
—Gracias, prima querida —sonrió y me la entregó—. Oh, espera. Es que aún no me decido si quiero esos o los de Mora Seductora.
—Esta gente necesita pensar en nombres más originales —murmuré con cansancio—, ¿por qué no llevas los dos?
—¿Los dos? ¿No crees que sería un exceso?
Enarqué una ceja y esperé pacientemente a que me pasara la segunda caja.
—Está bien, serán los dos.
Terminé con tres paquetes gracias a que Marie encontró una promoción de tres por el precio de uno. Finalmente salimos de la farmacia, yo iba cargando la bolsa de papel en la que iban metidos.
—Por cierto, ¿a que no adivinarás con quien me encontré hoy? —preguntó ella riendo como si fuera una colegiala.
—¿A quién?
—A Mason...
—¿Qué? Ay no.
—Sip. Me dio su número de teléfono para que te lo pasara a ti.
—No quiero hablar con él. Fue lo suficientemente malo tener que verlo en la graduación mientras me miraba con ojos de perrito triste.
—¿Qué fue lo que le dijiste al final de cuentas?
—Bueno... —recordaba haberle dicho que no quería que sus manos con olor a pescado volvieran a tocarme; o que había que bajarle el volumen a sus labios. No podía tener un beso normal con él porque siempre acababa de una sola manera: con la barbilla humedecida en saliva, y con la falda de mi vestido levantada hasta la cintura. Era exasperante.
—Él es un buen chico. Deberías darle otra oportunidad; así no pasarías sola tanto tiempo. Además, recuerda que el karma es una perra, y en cualquier momento puede devolverte el golpe. ¿Sabes qué deberías hacer? Pedirle a tu mamá uno de esos amuletos de la buena suerte, o algún amuleto para atraer el amor a tu vida.
—No creo en el karma o para el caso en amuletos.
—Son fantásticos. Compré dos la semana pasada e inmediatamente sentí una conexión con...
—¿Con quién? Pensé que ya tenías a Eder, no ocupas sentir conexiones con nadie más, ¿o sí?
—Por supuesto. Sentí una conexión con el amuleto, tonta.
—En ese caso, deberías cargar tus compras —le dije empujando a su lado la bolsa de papel marrón— ya que tú eres la suertuda. Probablemente a mí se me caigan enfrente de una multitud y no queremos que eso pase.
Ella chilló y los empujó de nuevo por debajo de mi brazo.
—¡__, no me hagas esto! Sabes que si alguien revela lo que hay dentro... moriré de la vergüenza!
—Ay, solo dices que es goma de mascar y listo. —Volví a pasarle la bolsa pero ella se movió con rapidez hacia adelante, esquivándome.
—Sé que estoy usando un amuleto de la buena suerte —levantó el pequeño collar de piedras redondas que estaba rodeado con plumas de colores—, pero no quiero tentar al destino.
Me reí y seguí caminando detrás de ella.
Lo cierto era que mamá me había enviado esta mañana una serie de amuletos para encontrar el amor.
Cargaba uno de ellos en el bolsillo de mis pantalones, el día casi acababa y dudaba seriamente que dichos objetos fueran efectivos.
—Ya te dije lo que creo de los amuletos, son puras baratijas falsas.
—Sabes __, nadie insulta los amuletos y sale vivo para contarlo, el amor golpeará a tu puerta cuando menos te lo esperes y es ahí cuando el karma se va a cobrar lo que hiciste con Mason —respondió Marie en son de burla.
—Entonces que me lance su mejor golpe. Estoy lista —dije rodando los ojos.
Y así sin más, sentí cómo mi cabeza chocaba contra algo que me provocó un dolor agudo que me lanzó al suelo. Fue un golpe duro que me hizo delirar y comenzar a dudar acerca del karma. Antes de caer a la inconsciencia me pregunté si esta era la forma en el que el amor tocaría a mi puerta para vengarse por mis burlas.
La oscuridad no tardó en aparecer.
Abrí los ojos levemente, me sentía desorientada y todo me daba vueltas.
Inmediatamente noté a un par de ojos color miel que se clavaban en los míos. Era fascinante verlo.
No podía apartar mis ojos grises de los suyos. Él me miraba como a una rara atracción de circo, como el acto de la mujer barbuda a la que no sabías si estar maravillado o asqueado pensando en la cantidad de pelaje que crecía por sus mejillas y axilas gracias a la ayuda de esteroides.
Toqué con mis dedos mi rostro. Nop. Ningún rastro de barba que yo sepa.
Entonces, ¿por qué me miraba tanto?
A mi lado, mi prima Marie se estaba riendo y señalándome con el dedo.
Busqué a mi alrededor, preguntándome por qué había un circulo de gente rodeándome.
No fue sino hasta que el atractivo chico de ojos miel me tendiera una mano, que me di cuenta que estaba tirada en el suelo...
Actualidad…
Mi nariz seguía en proceso de recuperación pero a pesar de todo no tenía tan mal aspecto como antes.
Cliff me había mandado a la freidora porque decía que estando en la caja registradora provocaba pérdida de clientes ya que una nariz ligeramente morada no encajaba con el perfil de un "restaurante de categoría" como él lo llamaba.
Mientras depositaba las papas prefabricadas de la bolsa a la freidora, no pude dejar de pensar en Zayn. En sus besos, en lo bien que se sintieron sus manos sobre mi piel. Definitivamente yo necesitaba terapia ¿quién se enamora de alguien que no le importa que su novia le sea infiel? A menos que ya no la quiera...
—¡__! —gritó Cliff haciéndome dar un brinco de sorpresa, provocando que varias papas se salieran de la bolsa y cayeran al suelo—, ¿dónde está el chico bolsillos—repletos—de—dinero?
—¿Zayn?
Asintió pasando sus manos por su voluptuosa barriga, uno de los botones de su camisa se había desabrochado... Nunca pensé que un ombligo pudiera llegar a ser tan peludo.
—No lo sé —admití dirigiendo mi vista fuera del ombligo de Cliff.
Intenté, de verdad intenté hablar con Zayn el domingo. Pero no me atreví a tocar mi celular para darle una llamada.
—Cuando una persona se compromete conmigo a ser un empleado, espero respeto y cumplimiento a su palabra... —detuvo su discurso para observar las papas tiradas en el suelo y frunció el ceño—. ¿Qué es todo este desperdicio?
—Fue un accidente…
—De ahora en adelante, pagaras por cada alimento que malgastes.
—Pero... pero yo no...
—Llegué —anunció de repente Zayn, apareciendo frente a nosotros. Su cabello lucía mojado, como si acabara de salir de la ducha, sus ojos me escudriñaron brevemente y luego fijó su mirada en Cliff—. No sabía a qué hora tenía que estar.
Se encogió de hombros y Cliff resopló.
—Bien. Te pondré junto a __, que ella te diga lo que hay que hacer.
Con eso caminó lejos, ajustando la chaqueta de su traje color marrón, y antes de entrar a su oficina, se giró hacia mí una vez más y alzó su dedo índice en mi dirección:
—No quiero ver una sola papa sobre el suelo —advirtió, luego continuó su camino.
—Vaya, para un tipo que se está quedando calvo... tiene suficiente vello en su ombligo —murmuró Zayn—. ¿Y qué es lo que tengo que hacer?
Él apenas hacia contacto visual conmigo. No sabía qué rayos pasaba por su cabeza.
¿De nuevo regresábamos a la incomodidad? No tenía sentido: me besaba y luego se enojaba. Já.
Bien, si me iba a tratar como una desconocida yo iba a hacer lo mismo, tal vez podía incluso divertirme en el proceso.
—Para empezar... Ve y limpia los baños. Cuando termines, hay mesas con chicles secos pegados que necesitan ser raspadas.
Él hizo una mueca de asco pero no protestó más. Salió en dirección a los baños sin siquiera renegar.
Este no era el Zayn que yo conocía, él Zayn normal hubiera murmurado y protestado conmigo hasta que lo hubiera dejado en paz.
—¿Qué le has hecho? —preguntó Mirna mientras limpiaba el área de cocina y veía la salida de Zayn—, ¿están enojados? Oh, su primer pelea. Me gustaban las peleas por las reconciliaciones... confía en mí, cariño, las reconciliaciones entre pareja siempre son de lo mejor —me guiñó un ojo y se movió hacia la oficina de Cliff (no sin antes retocar su lápiz labial y de subir un poco más su uniforme de limpieza).
_______________
—¿Por qué están Zayn y tú peleados? No me digas que él tiene que ver con la masacre a tu nariz —preguntó Rita mientras estábamos en nuestro descanso de la tarde, en medio de los vestidores para empleados.
—No... Bueno, en parte —suspiré— no sé.
—No me has contado qué sucedió el sábado. Es obvio para todos que ambos están enojados, cuéntame.
Rita tenía unos ojos increíblemente marrones y sagaces. Su cabello color café era corto y perfectamente liso, su apariencia era la de alguien en la que fácilmente podías confiar. Y yo definitivamente confiaba mucho en ella. Pero el hecho era que ni yo misma sabía por qué él estaba enojado conmigo.
—Zayn me besó —admití finalmente.
Rita abrió la boca y luego la cerró de golpe.
—¿Cuándo?
—Fue en el concierto del sábado.
—No puedo creerlo... Perdí la apuesta —balbuceó ella.
—¿Qué? ¿Cuál apuesta?
—¡Lo sabía! —gritó Gustavo apareciendo de la nada con una bandeja de comida— ¡Gané! ¡Les gané a todas! Ahora paguen.
Mirna, quien justo estaba remojando sus pies en agua caliente al otro lado de la habitación, murmuró una protesta y comenzó a sacar su billetera del delantal.
—Otro día más y hubiera ganado —se quejó Dulce retocando su maquillaje gótico, también sacaba dinero de su bolso.
—Esperen... —dije atónita. Estaba confundida— ¿Ustedes apostaron a que Zayn iba a besarme?
Rita asintió avergonzada.
—También apostamos a quién iniciaría el beso —habló Gustavo con orgullo.
—Y qué día —añadió Mirna masajeando la planta de sus pies.
Me sentía indignada. Seriamente indignada.
—¿Cuánto tiempo llevan apostando a mis espaldas?
—Uff... Meses —respondió Gustavo, cobrándole a las chicas el dinero que ganó.
—¿Todos sabían?
—Solo fue entre nosotros —se apresuró a responder Rita.
—¿Cuándo apostaste tú a que sería? —le pregunté.
Sus mejillas se enrojecieron.
—A inicios de la semana pasada. ¿Pero fue el sábado, verdad?
La asesiné con la mirada. Aunque de hecho, Zayn me había besado antes del sábado, pero no pensaba hacer que ella ganara dinero a mis expensas.
—¿Segura que fue Zayn el que te besó? ¿No fue al revés? —sonsacó, Dulce.
Mis mejillas comenzaron a arder.
—¡Fue él! Y sí, nos besamos: ¡Zayn me besó! —grité para que dejaran de mencionarlo.
—¿Quién apuesta a que hubo lengua? —chilló Gustavo.
La mano de Mirna se alzó inmediatamente.
—De hecho... —Zayn apareció frente a nosotros, apoyándose contra los casilleros del vestuario— Yo puedo asegurar que allí hubo algo de lengua, sí.
Ay, trágame tierra.
El lugar se puso silencioso de repente. Mirna bajó lentamente su mano.
¿Por qué tuve que abrir la boca? ¿Por qué?
Zayn estaba vestido con el uniforme del restaurante: camisa color amarillo huevo, y pantalones desabridos en tonalidad caqui; él comprobaba mi teoría de que sin importar lo que usara cualquier cosa le quedaba bien (incluso la gorra ridícula con forma de hamburguesa deletreando la palabra E-S-P-E-C-I-A-L).
Él se acercó lentamente hacia mí, con sus brazos cruzados y con sus ojos verdes observando a todos los presentes.
—Apuesto a que justo ahora quiere besar a __ —murmuró Gustavo por lo bajo para que Zayn no lo oyera, pero algo en su mirada me dijo que sí lo escuchó.
Tuve que darle una patada a Gustavo para que se callara.
—Entonces... ¿de qué otra cosa hablaban? Aparte del beso entre __ y yo —preguntó él.
Nadie respondió, y yo comenzaba a ponerme nerviosa. Las manos me sudaban y sentía la estúpida necesidad de hipar y de morderme el cabello.
Mi rostro, de por sí enrojecido, se puso el doble de ruborizado.
Cuando era pequeña mamá solía decirme que tenía la tendencia a guiñar mi ojo izquierdo cada vez que me encontraba en una situación fuera de mi alcance; pero ahora estaba segura de que lo parpadeaba mil veces por segundo, como una cámara fotográfica en modalidad ráfaga o sucesión.
—Bien. ¿Nadie va a decir algo? —habló Zayn. Se quitó la gorra y sacudió su cabello negro, salpicó algunas gotas de sudor que cayeron en mi regazo. Lo tenía demasiado cerca.
Me levanté rápidamente de mi asiento, tratando de encontrar alguna excusa para alejarme y minimizar mi vergüenza.
Pero en menos de un segundo, Zayn se encontraba en la estrecha salida de los vestuarios y, antes de que yo pasara a su lado, él estiró la mano y me cerró el paso.
—¿Te vas tan rápido? Pero si apenas comienza el descanso —dijo en son de burla.
—Tengo trabajo extra que hacer... —me agaché para pasar debajo de su brazo pero él se movió para de nuevo cerrarme el paso. Quería golpearlo. Con fuerza.
Era un tonto.
—No estoy para esto —murmuré con los dientes apretados—. Tengo que freír más papas.
—Entonces déjame ayudarte. A no ser que quieras que le limpie la nariz a cada cliente antes de entrar. Hablando de eso, ¿cómo sigue la tuya? —dijo esto último en un tono mucho más amable.
—Ya mejor. Solo fue un poco de hinchazón, nada grave.
De repente sus largos dedos estaban sobre mi mentón, acariciándolo. Alzó mi barbilla para que lo viera a los ojos.
Resoplé.
Ahora sí que quería verme, ¿no?
—Lo sabía. Tu campesino—ordeña—vacas no es capaz de dar un buen golpe como para romperte la nariz.
—Zayn... ¿Podemos hablar luego?
Él desvió la vista hacia donde nuestro público escuchaba atentamente la conversación.
—Todos salgan, quiero hablar con __ a solas —dijo él con una voz de mando.
—Si la vas a besar de nuevo puedes hacerlo aquí, frente a nosotros. Pero yo no me salgo, Cliff nunca nos da buenos descansos —se quejó Gustavo llevando sus manos a las caderas y actuando como adolescente hormonal.
¿Zayn pensaba besarme nuevamente?
Mi rostro enrojeció de vergüenza con solo mencionarlo. Pero la verdad era que yo también quería que me besara y perder la conciencia en el intento. No me importaba si después él quisiera correr a los brazos de mi prima... Detuve ese hilo de pensamientos antes de que terminara aceptando una extraña relación compartida con Zayn.
Era fácil caer en la tentación, y más cuando dicha tentación no dejaba de acariciarte la barbilla y oler condenadamente masculino.
—Vamos, hay que darles algo de privacidad —dijo Rita. Se puso en camino hacia la salida.
—Espera, yo me iré —intervine antes de que saliera e interrumpiera los pocos minutos que tenían para descansar. Además Mirna seguía con la atención a sus pies y el lugar ya comenzaba a oler a queso rancio.
—Iré contigo —dijo Zayn de forma resignada.
Antes de marcharme busqué con la mirada a Rita, ella me transmitió algo de valor y una sonrisa de ánimo.
—¿De qué querías hablar conmigo? —le pregunté a Zayn justo cuando intercambiaba lugar con la otra chica que se encargaba de la freidora.
Zayn tomó una papa y la sumergió en uno de los enormes botes tamaño industrial de salsa de tomate.
—El tipo ese, tu ex novio, ¿te llevó a casa después del concierto?
—¿Quieres hablar de Mason? —El desconcierto se podía escuchar fuerte y claro en mi voz. Yo pensaba que hablaríamos del beso y de cómo fue un error que no se volverá a repetir y bla, bla, bla... conciencia, conciencia... Bla, bla... Culpa, Marie... Más bla, bla, bla.
—Respóndeme —pidió simplemente.
Suspiré.
—Sí. Me llevó a casa. Estoy en una sola pieza como puedes ver.
En una sola pieza y vestida como un canario vulgar (cortesía de mi jefe). El amarillo no era mi color. Para nada.
—Espero que se haya disculpado contigo, porque si no lo hizo soy capaz de romperle el cuello y lisiarlo de por vida.
—Él se disculpó. No fue su intensión lastimarme.
Apilé a mi lado una de las bolsas herméticas que contenían las papas congeladas y rebanadas en tiras. Mientras tanto, vigilaba que la carne de la hamburguesa estuviera bien cocida.
—¿Qué hicieron después, Mason y tú? —preguntó de manera casual.
Rodé los ojos.
—Dormimos juntos —dije sarcásticamente.
—Este no es un momento para que juegues conmigo, __ —dijo en un tono serio. Pensé que la vena de su frente explotaría—. Contéstame una cosa: ¿lo besaste a él después de besarme a mí?
Si hubiera estado bebiendo agua o comiendo algo, ya habría escupido todo.
—Wow, alto ahí. Sabes, yo podría preguntarte lo mismo. ¿Besaste a Marie después de besarme a mí?
—Quiero que me respondas primero. ¿Lo besaste?
Me negué a abrir la boca y me crucé de brazos. ¿A qué se debía todo esto? De todas formas no me gustaba hablar del beso, me daba vergüenza y se sentía tan real que daba miedo.
—__... Me estás matando. Por favor responde —dijo en un tono de voz que me calentó en las partes correctas.
Sentí como si una parte de mi corazón se derritiera. Sus ojos miel lucían desesperados y sin consuelo.
—¿Por qué quieres saberlo?
En un arrebato su mano golpeó la bolsa de papas congeladas a mi lado, y esta cayó al suelo, haciendo que todas se regaran en el piso.
—Ay no, ay no... —hiperventilé viendo el desastre que era la cocina.
La chica que servía los alimentos detrás del mostrador eligió ese momento para gritar pidiendo más papas y un tipo de hamburguesa que incluía tocino.
—Esto es un desastre —murmuré aún paralizada en mi sitio. Solo podía recordar a Cliff diciendo que tendría que pagar por cada alimento malgastado—. Tengo que recoger esto... Yo...
Me agaché rápidamente y comencé a tomar con mis dedos lo que se cayó al suelo, tratando de devolver las papas a la bolsa.
—No importa que se hayan caído ¿verdad? —dije angustiada. Zayn solo me miraba con la mandíbula desencajada—. Se supone que los alimentos congelados no agarran gérmenes, ¿cierto?
Solo rogaba para que un inspector de salubridad no entrara por esa puerta porque sino estaría realmente jodida.
Espera, ¿no es malo darle a los clientes comida que ha estado previamente en el suelo?
—__...
Mis dedos comenzaron a insensibilizarse y tenía un único objetivo en la mente: que Cliff no me viera.
—¡__! —gritó Zayn agachándose a mi lado y sujetando mis muñecas, elevándolas en el aire.
—¡¿Qué haces?! ¡Tengo que apresurarme antes de que alguien vea esto!
—Necesito que me escuches nada más... —logré soltar mis muñecas y volví a mi labor. Me sentía como un vampiro con la urgencia de contar todos los granos de arroz en el suelo.
—SUFICIENTE —Zayn me lanzó un chorro de salsa de tomate del bote más cercano.
Cayó en mi mejilla, en parte de mi boca y lo podía sentir deslizándose por mi cuello y mi blusa.
—¿Qué hiciste? ¡¿Qué hiciste?! —grité como animal rabioso. No dejaba de pensar en lo poco que ganaba de sueldo y en lo reducido que sería mi pago gracias a este idiota y sus desastres.
Me sentía furiosa, enojada y frustrada con Zayn. Actué sin pensar y tomé lo que sea que encontré más cerca y se lo lancé a la cabeza.
Resultó ser un pequeño molde de aluminio lleno con mostaza. El lado izquierdo de su cara se volvió amarillo.
Y ahí fue cuando comenzó la guerra.
Él me lanzó más salsa de tomate a la ropa y el rostro. Yo tomé puñados de las papas congeladas y se las disparé en todas direcciones; cuando se le acabó la salsa, se puso de pie y tomó hojas de lechuga que se encontraban perfectamente cortadas en un empaque sellado y me las lanzó. Gracias a la salsa de tomate que tenía en el pelo, la lechuga se pegó y se metía en los lugares menos cómodos de mi blusa.
No quise quedarme atrás y, poniéndome también de pie, agarré una botella de mayonesa y comencé a rociar a Zayn, persiguiéndolo mientras se movía entre la máquina de helados y el horno donde más de una docena de panes se estaban calentando.
—¡Detente! —grité cuando vi que activaba la máquina de helado y me lanzaba pequeños puñados en la espalda.
—¡Zayn! —volví a gritar cuando él me agarró de la cintura y vació un bote entero de mostaza en mi cabeza.
—¡Ahora.sí.tienes.que.escucharme! —dijo entrecortadamente, con la respiración agitada gracias al esfuerzo de perseguirnos el uno al otro.
Era vagamente consiente de un pequeño grupo de espectadores parados lejos de la zona del desastre, observándonos con diversión.
—¿Qué quieres? dilo de una vez —traté de no escupir la cantidad de sustancias que rodeaban mi boca en ese momento.
—¡Dios! Solo dime si te gusto —habló finalmente.
Eso me tomó por sorpresa y me quedé paralizada. Los dedos de mis pies hormigueaban y mi estómago se retorcía como cuando quería vomitar, pero era por eso o porque comenzaba a darme nausea tanta comida.
Abrí la boca para decir algo pero la cerré rápidamente.
¡Me quedé en blanco!
—Por favor __, responde —me dijo con cierto pánico en su voz. Me sostenía por la cintura y su rostro estaba a centímetros del mío.
—¿Lo besaste, a ese tipo Mason? ¿Sigues sintiendo algo por él? —insistió con voz temblorosa, poniéndose serio nuevamente.
Las lágrimas se empezaban a acumular en mis ojos. Aparté la mirada y fijé la vista en el punto de mostaza que manchaba la pared.
—No. No besé a Mason y tampoco siento nada por él —respondí después de unos segundos.
Alivio se reflejó en los músculos de Zayn; tentativamente alcé la vista para verlo.
—¿Y en cuanto a lo otro? —quiso saber.
Jamás lo había visto tan inseguro y miserable. No podía creer que estaba diciéndole esto. Solo rogaba para que no se fuera a burlar de mis sentimientos.
—Resulta que me gusta alguien, aunque el tipo es un completo idiota.
Esta vez Zayn sonrió mostrando sus dientes.
—Es un idiota suertudo entonces —aseguró él.
—Es un idiota que ya está en otra relación.
—Es un idiota que no sabe cómo dejar de serlo.
—Zayn, tú tienes a Marie... —rápidamente él colocó dos dedos en mi boca para evitar que continuara hablando.
—Ya no más.
—¿Cómo que ya no más?
—Ella y yo terminamos, __. Rompimos.
—¿Qué...?
Apenas y podía procesar la noticia cuando, de repente, apareció Cliff frente a mí. Su rostro estaba rojo por la cólera, su prominente barriga se agitaba al caminar y la vena de su frente parecía cobrar vida propia.
—¡__ Green! —gritó fuertemente. Oh no, la cosa se ponía fea— ¡Estás despedida!
Última edición por Belenstyles el Sáb 01 Feb 2014, 9:21 am, editado 1 vez
cipriano.
Re: Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
Hdjfjhd que bueno que te guste!!!!Paoli escribió:
DIOS COMO ME ENCANTA TU NOVE!!!!!
Espero que la sigas muy pronto porque enserio me gusta mucho y quiero saber que va a pasaaaaarrrrr. Bueno espero con ansias el proximo capitulo, no tardes si?????. Ok eso es todo nos vemos, besos.....
Bye!.
Ya subí el capitulo 8 y ahora subo el 9 linda :)
Besos!!!!
Última edición por Belenstyles el Sáb 01 Feb 2014, 9:21 am, editado 1 vez
cipriano.
Re: Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
9° Capítulo
Sobrante Capítulo 2/2
Dos Semanas, un día atrás
—__, hoy saldré con Zayn —fue lo primero que me dijo Marie cuando entró a mi habitación sin siquiera llamar a la puerta.
No hice ni el más mínimo esfuerzo por despegar la vista del libro que estaba leyendo, se trataba de un chico y una chica que eran amantes y mantenían una bella relación, hasta que ambos murieron en un trágico accidente, pero reencarnan veinte años después en distintos cuerpos en donde terminaron siendo hermanos.
—¿Para qué necesito escucharlo? —dije casi sin prestar atención, ya iba en donde las cosas se ponían buenas en el libro. Oh, hombre, ambos hermanos se estaban viendo a los ojos, ¡Se reconocieron! ¡¡Se besaron!! ¡¡¡No había nadie en casa!!! ¡¡¡¡Las cosas se empiezan a poner candentes!!!!
—¡__! —gritó Marie al ver que no le daba importancia a lo que decía. Ella me quitó el libro y ojeó la cubierta.
—¿Relaciones Prohibidas? —leyó el título con cierto escepticismo—, ¿en serio? Todo el mundo sabe que cuando le añades "prohibido" al tema, terminas cediendo. Saben que no deben pero igual lo hacen. Realmente odio que el título lleve una advertencia.
Lanzó el libro hacia el pequeño escritorio de madera que se encontraba en la esquina opuesta de la habitación.
Me crucé de brazos.
—¿Qué quieres entonces? —pregunté molesta.
—Ya te dije, hoy es mi noche dedicada completamente a Zayn —sonrió con picardía—. Si viene Eder en mi ausencia, le dices que estoy con mamá. Él es demasiado caballeroso como para llamarla para comprobarlo. —Se puso frente a mi armario y comenzó a examinar la poca ropa que tenía.
—¿Por qué crees que voy a ayudarte? Ya sabes lo que pienso del hecho de que veas y te acuestes con dos tipos a la vez. Es asqueroso.
Ella se giró para verme mientras yo me acomodaba en la cama y abrazaba una de mis almohadas.
—Porque, __, no querrás que tus padres sepan el vergonzoso acto de delincuencia que cometiste el otro día.
Desvié la vista hacia otro lado, fijándome en el patrón geométrico de mis cortinas azules.
—Me estás chantajeando —afirmé, era increíble lo mucho que mi prima había cambiado. Pasó de ser esa niña de rizos rojos que siempre compartía conmigo sus juguetes cuando la iba a visitar, a esta chica de mirada fría y de pensamientos egoístas.
—No pienses en esto como un chantaje —dijo sentándose en la cama conmigo—. Piensa que es un recordatorio de lo mucho que fui de ayuda en ese momento, y de cómo ahora yo soy quien ocupa cobrar el favor.
Todavía me daba vergüenza recordarlo. Hace tres meses acompañé a Marie a una tienda de ropa exclusiva y carísima; al salir por la puerta principal, los sensores de alarma se dispararon y al instante dos guardias de seguridad estaban sobre mí, revisando mi bolso y mirándome como una condenada delincuente. Pensé que me deberían una disculpa después de eso porque obviamente yo no tomé nada, pero la sorpresa me la llevé yo al ver que sacaban de mi cartera una brillante y sedosa blusa de color turquesa. Una que yo precisamente había mirado con anhelo desde que había entrado a la tienda. Lo siguiente que supe fue que Marie estaba pagando la multa que me habían impuesto, y pagó por el precio de la blusa en cuestión.
Lo juro, ni siquiera supe cómo llegó eso a mi bolso. En ningún momento me despegué de Marie y de sus incesantes cambios de ropa. Pero nadie creyó en mi inocencia. Tal vez me había vuelto cleptómana y ni siquiera lo sabía.
—¿A qué hora estarás de vuelta? —dije de mala gana. Le debía mucho a Marie (no sólo monetariamente hablando) sino que le debía por no haber dicho nada a mis padres, o peor, a sus padres (quienes adoraban hacer sentir pequeña a mi familia).
—No tardaré mucho. Como máximo estaré en casa a las tres.
—¿A las tres de la mañana? Eso es exagerado.
—__, __, __. Definitivamente no sales mucho. Después de las doce, la cosa se pone buena. Te invitaría pero tú eres muy reservada con eso. —Se giró de nuevo hacia mi armario y sacó... la blusa turquesa que mantenía escondida en el fondo. Odiaba esa cosa. Marie había tenido el descaro de comprarla y dármela como regalo.
Por supuesto que no me la había puesto ni un sólo día.
—¿Me la prestas? Veo que tú no la usas... —Marie sostuvo la blusa en alto y deslizó sus dedos a través de las cintas que se ataban en la espalda. Era una blusa hermosa.
—Claro —dije en un suspiro.
Ella chilló e inmediatamente se dirigió hacia la salida de mi cuarto.
De todas formas yo jamás la usaría. No después de haber pasado por la vergüenza que pasé ese día; hasta me tomaron fotografías instantáneas y las pegaron en una pared de anuncios, etiquetándome como ladrona.
Nunca volví a pasar por esa tienda para verificar si mi foto aun continuaba en el tablón.
Después de sentirme melancólica, regresé a tomar mi libro y a perderme en la relación complicada entre Dorian y Selene.
Odiaba y amaba las relaciones complicadas; pero si yo estuviera en una… definitivamente no manejaría muy bien las cosas.
_______________
Mis ojos se abrieron en alerta. Todo era oscuro a mí alrededor y las voces se escuchaban a través de la sala.
Yo aun me encontraba somnolienta y cansada.
Bajé de la cama y busqué a tientas mis cómodas pantuflas afelpadas con forma de conejito, luego, caminando como zombi, salí de mi habitación y fui directo hacia donde el ruido se escuchaba cada vez más fuerte.
Desde donde me encontraba podía ver la luz de la sala encendida; entonces lo vi, a Zayn. Estaba sentado en el suelo, absorbiendo una botella de licor y Marie se encontraba a su lado, bebiendo con él.
—¿Qué hacen? —croé en su dirección. Ambos se pusieron alarmados y asustados, pero cuando vieron que se trataba de mí, se relajaron. Después de unos segundos, ambos, simultáneamente comenzaron a reírse a carcajadas.
Me froté los ojos con las palmas de las manos, miré hacia donde estaba ubicado el reloj en la pared. Las cuatro de la madrugada.
—Bonito pijama —observó Zayn. Entonces bajé la vista hacia mi ropa.
La vergüenza me carcomió de inmediato.
Llevaba puesta una camiseta con la cara de los chicos de One Direction (lo se chicas, es loco pero no tenía como cambiarlo, siento interrumpir, sigan leyendo), y en medio, un gran corazón rosa señalaba al rubio de ellos. La usaba únicamente para dormir ya que mucha gente me molestaba y me llamaban: asalta cunas, codicia niños, o sino me decían que los dejara crecer. Todavía no lograba entender por qué me decían esas cosas, ¡La mayoría de ellos tenían exactamente la misma edad que yo! Además, había comprado la camiseta en una venta de garaje, fue una ganga a la que no pude decir que no (junto con las pantuflas de conejito).
Detuve de inspeccionar mi camiseta en cuanto escuché a Zayn comenzar a cantar una de sus canciones.
—Baby you light up my world like nobody else... —las palabras le salían pegadas y casi no se le podía entender. Pero pronto Marie se le unió en el coro.
Ahora era yo la que me estaba riendo.
Ambos sujetaban sus puños tratando de imitar micrófonos en el aire.
Definitivamente los dos estaban borrachos.
Justo iba caminando en dirección de la cocina, cuando Zayn se puso temblorosamente de pie y gritó:
—__... quédate.
Me detuve a unos tres metros de la puerta de la cocina y giré mi rostro hacia él.
—Solo... voy por agua. —Zayn me miraba de una manera intensa que hizo que mi corazón diera un tropiezo en mi pecho y se desviara de su ritmo habitual.
¿Él me estaba pidiendo que me quedara?
De repente, Marie golpeó las inestables rodillas de Zayn y él cayó (con botella y todo) sobre el suelo.
—Bésame, bebé —lo urgió ella sujetando las solapas de su camisa.
Entonces él obedeció y sus labios chocaron con los de ella, juntos y torpes.
Sentí morir cualquier clase de esperanza que se estaba encubando en mi pecho como un virus.
Alejé mi vista y prácticamente corrí hacia la cocina.
Una vez dentro, rebusqué en el refrigerador y encontré una botella de leche fría, olvidándome del agua. La abrí y me la llevé directo a la boca. Cuando terminé, estaba apunto de pasar la palma de mi mano para borrar el bigote de leche que se había formado sobre mi labio superior, cuando, repentinamente, me congelé en plena acción de levantar la mano.
Parado, en el mueble de la cocina, había un zorrillo; un pequeño y casi tierno zorrillo bebé que escarbaba entre las plantas de girasoles que Marie compraba para adornar el lugar. Vivíamos en el quinto piso de un edificio estilo mediterráneo, y lo primero que pensé al ver al animal fue: ¿cómo rayos había hecho para llegar hasta aquí?
Retrocedí en mis pasos, procurando que el zorrillo no fuera a asustarse y decidiera rociarme con la asquerosa sustancia con la que todos los zorrillos venían programados.
Salí por la puerta y una vez más estuve de vuelta en la sala, viendo cómo Marie absorbía la boca de Zayn.
Finalmente se separaron y, como si nada hubiera pasado entre ellos, Zayn continuó cantando lo mismo que antes.
—You don’t know oh, oh. You don’t know you’re beautiful —hipó en la última parte y luego cambió de artista, la canción siguiente era una de Selena Gómez.
—Cariño, tienes que irte —dijo Marie arrastrando las palabras—. Se supone que Eder va a venir pronto.
—No me gusta que me digas cariño —dijo él— para esa gracia prefiero que me llamen Lady Agustina. ¿Oíste, __? Laaaaaady Aguuuuustina.
Sip, estaba borracho.
—No quisiera interrumpirlos —hablé rápidamente— pero hay un zorrillo en nuestra cocina.
Ambos me miraron atentamente, y luego se echaron a reír, tanto, que Marie tuvo que correr en dirección al baño para evitar orinarse en la alfombra del suelo.
—Eres divertida —dijo Zayn poniéndose de pie y caminando a ritmo de tortuga hacia mí—, tienes un…
Se paró a centímetros de mi rostro y luego hizo una cosa de lo más inesperada: me tomó de los hombros y me empujó cerca de su cuerpo.
—Zayn… Estás borracho, tengo sueño, Marie no tarda en venir y hay un zorrillo en la cocina, escarbando las plantas y probablemente comiendo insectos. Definitivamente este no es un buen momento para…
—Solo hay algo que quiero hacer —su boca estaba tan cerca de mi rostro que pude oler el alcohol en su garganta. Tal vez era vodka. No lo sé.
—Mira… —no me dejó terminar lo que iba a decir, y colocó dos dedos sobre mis labios.
— Shhh.
Sus dedos recorrieron mi labio inferior y de ahí se trasladaron hacia el labio superior; entonces se movieron un poco más arriba, cerca de mi nariz.
Yo estaba paralizada. Debería ser ilegal que un chico pudiera descontrolar mis nervios y darle la vuelta a mi mundo entero con un solo toque. En especial si dicho chico estaba borracho y probablemente no recordaría nada de esto mañana.
Sentí los dedos de Zayn sujetar mi barbilla y, en lo profundo de mi egoísta y masoquista mente, quise que él me besara. Lo quería tan mal. Pero no lo hizo, sólo se quedó repasando sus dedos por encima de mi labio superior y luego… luego se los llevó a la boca. Chupándolos.
—Te ves adorable con esa camisa y ese bigote de leche —susurró. Se relamió los labios con la lengua mientras yo aún me encontraba sin palabras. Mirándolo como una idiota. Mi pequeña burbuja se rompió cuando escuché pequeños golpes en la puerta principal.
Mis ojos viajaron inmediatamente hacia ese lugar, y la voz de Eder sonaba amortiguada del otro lado.
Para mi desgracia, Zayn retiró los dedos de mi rostro e intentó correr para abrir la puerta.
—¡Zayn! —grité lo más bajo que pude—. Regresa aquí, es el novio de Marie.
Él me miró confundido, como si le hubiera hablado en japonés.
—Noooo. Yo soy el novio de Marie.
Lo tomé del brazo y comencé a caminar hacia mi habitación, pero puso resistencia y plantó sus pies en el suelo.
—¿No debería presentarme? —preguntó negándose a seguir caminando—. Sabes, mi madre antes de morir me enseñó que siempre tenía que tener buenos modales.
Eructó en mi cara y se echó a reír.
—Lo siento, nena…
—Ni te disculpes —lo detuve en seco—, sólo lo empeorarás. Ahora muévete sino quieres despertar hecho picadillo.
—En realidad… no puedes despertar si ya estás hecho picadillo. No tiene sentido que…
Lo empujé a través de la puerta de mi habitación y cayó directo al suelo.
—Quédate aquí. Solo tengo que ir allá un momento —cerré la puerta y corrí hacia la entrada principal para abrirle a un muy somnoliento Eder.
Su cabello estaba revuelto bajo una gorra celeste desteñida y sus músculos se ceñían en la tela de su camiseta del equipo de fútbol del Barcelona.
—Hola __. Lamento despertarte a esta hora pero Marie llamó hace poco. Dijo que le dolía el estómago; le traje medicinas —levantó la bolsita plástica y me sonrió sin muchas ganas.
—Claro, pasa —extendí la puerta abierta mientras le abría paso.
Inmediatamente una voz masculina se comenzó a escuchar a lo lejos. Cantaba una canción que sospechaba era probablemente de Selena Gómez.
Al menos ya tenía material para molestarlo por los próximos días.
—¿Qué es eso? —dijo Eder moviendo su cabeza en todas direcciones, como queriendo encontrar de dónde provenía el sonido—. ¿Alguien está cantando?
Me aclaré la garganta.
—Sí, es que soy aficionada a esos programas de karaoke.
—¿A las cuatro de la mañana? —examinó el reloj de la pared.
Me sonrojé y maldije por lo bajo. Esta noche iba a ser larga.
—Sí. Soy rara —dije porque no sabía cómo rellenar los silencios incómodos que siempre se tenían con Eder. Sí, el chico era guapo y bien esculpido, sus rasgos eran suaves y el tipo era más callado que la H. Pero cuando intentábamos entablar una conversación, ambos éramos nulos para eso.
Nunca había apreciado tanto la confianza y la familiaridad al hablar con Zayn hasta ahora.
—Marie está en su cuarto. Ya conoces el camino —me apresuré a decir. ¿En serio le dije que soy rara?
—Gracias. —Él caminó hacia el cuarto de mi prima, y así logré evitar un gran desastre. Como siempre, __ salvaba el día.
Regresé a mi larga noche… más bien madrugada, a oír nuevamente los gritos de Zayn.
Cuando entré en mi habitación él ya estaba acostado en mi cama, sosteniendo el libro que leía esta tarde. Me vio entrar y se apoyó en un codo para poder verme a la cara.
—¿Relaciones Prohibidas? —preguntó elevando ambas cejas—. ¿Este es de esa clase de libros no aptos para menores de edad? Annnnna, me sorprendes.
Me ruboricé y traté de quitarle el libro de sus manos pero él lo llevó fuera de mi alcance.
—Zayn, no bromeo, dámelo.
—Oh, entonces sí es de esos.
—No, no lo es. —Intenté atraparlo de nuevo pero él se movió rápidamente y lo alejó de mí.
Tomé una de las almohadas de mi cama y se la lancé a la cara.
—Dámelo —repetí furiosa. Si no tenía cuidado podría romper alguna página.
—No quiero.
—¡Aggh! Pero qué inmaduro.
Lo seguí golpeando, e incluso le hice cosquillas para que me lo diera. De alguna manera terminé encima de él en la cama, mi rostro a centímetros del suyo. Me hice agua al recordar sus dedos sobre mis labios, quitando las marcas de mi bigote de leche y llevándoselos a la boca.
—Lo quiero de vuelta. Y más vale que esté en buen estado.
—¿Qué pasa si hago esto entonces? —Metió el libro bajo su espalda mientras esta se presionaba contra el colchón.
En un arrebato, me subí a horcajadas sobre él y comencé a moverlo para llegar hacia su espalda. El alcohol lo hacía lento y recuperé rápidamente mi libro. Lo llevé directo a mi pecho y lo sostuve por un rato.
Me encontraba jadeando debido al esfuerzo, pero no tanto como para no notar que la camiseta de Zayn se levantaba en los bordes, justo lo suficiente como para que llegara a tener un buen vistazo de su abdomen y del tatuaje en su espalda.
—Hueles a lavanda —dijo él repentinamente mientras presionaba su nariz contra mi pelo.
¿Era normal que un chico huela tu cabello de la forma en la que él lo hacía?
Entonces sus mágicos dedos recorrieron mi nuca, escalofríos imparables sacudieron a mi cuerpo.
—Me gusta tu cuarto. Está lleno de vida —dijo viendo las paredes de colores y los múltiples cuadros hechos por mí.
—Gracias. Me gusta tu… —todo tu delicioso cuerpo— cabello de esa forma.
Él resopló por la nariz y justo cuando llegué a pensar que se había desmayado, me sorprendió hablando:
—__... Sé que soy un completo idiota y que probablemente no necesitas que te diga esto pero... —se detuvo un momento para hipar—. Nunca, jamás, ni en tus sueños más oscuros, te vayas a enamorar de un tonto como yo. Estoy arruinado, te lo digo.
Mi respiración se volvió elevada.
¿Por qué me estaba diciendo esto?
—Buenas noches, nena —fue lo último que le escuché decir antes de que comenzara a cantar otra canción de Selena Gómez.
Esa noche apenas y pude dormir algo.
Actualidad...
—Esto es tu culpa —le lancé a Zayn una rodaja de tomate que se deslizaba desde la pared más cercana—. Siempre te las arreglas para meterme en problemas.
Estaba histérica.
Cliff me había despedido, y todo por culpa de ese pelmazo de cabello negro y ojos color miel.
—__, tranquilízate. —Levantó las dos manos al aire, como si fuera victima de un asalto.
—¿Tranquilízate? ¡¿Tranquilízate?! ¡Ve a tranquilizar a tu abuela! —grité lanzándole más comida que quedó regada en el suelo gracias a nuestra pelea previa.
—Va a ser difícil tranquilizar a mi abuela ya que ella es la diva de los aerobics para la tercera edad. Se mantiene en movimiento.
—¡Por favor, deja de bromear! No estoy de ánimos desde que por tu culpa perdí mi empleo.
Quería echarme a llorar. Ya le había suplicado a Cliff que no me despidiera pero él se negó a volverme a contratar. Dijo que conmigo correría riesgos.
—Le pagaré cada centavo que le debas a “Porky” —habló él metiendo las manos en sus bolsillos, sacando una tarjeta de crédito. Al menos no eran fajos de billetes.
—No necesito tu dinero, Zayn. Es más, si vuelves a ofrecérmelo, directa o indirectamente, voy a patear tu trasero hasta que no puedas sentarte en todo el día.
Él se echó a reír y eso me enfureció. Comencé a lanzarle más comida desperdiciada.
—Suficiente los dos —Rita me detuvo justo cuando preparaba mi siguiente ataque con cebolla—. Cliff se va a enojar más, así que les sugiero continuar en otra parte.
Me tomó del brazo y me obligó a caminar con ella. Zayn se quedó parado como un imbécil viendo mientras me marchaba.
—Es un tonto —dije una vez que estábamos fuera de su alcance, parpadeé las lágrimas que se querían salir de mis ojos pero fue inútil, salieron de igual manera, sin mi consentimiento.
—Lo sé —se limitó a decir ella—. Es un tonto que tiene sentimientos escondidos por ti.
Lloré aun más fuerte.
Rita me apoyó contra su hombro y le dio suaves golpecitos a mi cabeza.
—Yo no lo quiero. No quiero nada que tenga que ver con él.
—No te engañes a ti misma, a ti te gusta Zayn desde hace bastante tiempo.
Entonces recordé lo que me dijo antes de que Cliff me despidiera.
—Él terminó con Marie.
Rita me sacó de su cómodo hombro y me miró directo a los ojos.
—¿Terminó con ella? Esas son buenas noticias.
Hice un puchero.
—Pues no tiene nada que ver conmigo; a mi no me afecta lo que haga con su vida sentimental.
—Claro que te afecta; ¿hasta cuando vas a dejar de ser tan ciega y ver que a él le interesas también?
Me sequé las lágrimas acumuladas con la punta de mis dedos, y a lo lejos me fijé en una figura masculina recostada contra la pared.
—Está esperando por ti —habló Rita, señalando en dirección a Zayn—. Ve a hablar con él.
—No tengo nada que decir.
—Claro que sí. Acaba de podar la mala hierba de su jardín, es el momento ideal para sembrar nuevas semillas.
—Pues esta semilla quiere ser plantada en otro lado. Además qué clase de persona sería si aceptara salir con él, es prácticamente el desecho de mi prima. Es como comer la mierda que deja.
Rita abrió mucho los ojos, y yo casi me arrepentí de haber dicho lo que dije.
Me mordí la lengua.
—Entonces es así como me consideras... como mierda —dijo Zayn apareciendo demasiado cerca de mí, sonaba enojado y resentido.
Sí, deseé no haber dicho eso. Quería disculparme. No sabía que estaba escuchándome todo este tiempo.
—No se supone que tengas que escuchar conversaciones ajenas —pero en su lugar dije eso.
Su mandíbula se tensó y sus lindos ojos miel se oscurecieron repentinamente.
Sin decir otra palabra salió disparado fuera de mi vista.
Tonta, tonta, tonta.
—¡Síguelo! —me impulsó Rita.
Y como era común en mi vida, seguí la orden sin pensarlo dos veces.
—¡Zayn! —lo llamé mientras corría hacia la salida de emergencia del restaurante. Las alarmas no sonaron, estaban desconectadas desde hace más de tres años.
La salida lo llevó hacia un callejón maloliente en donde se mantenían los contenedores de basura.
—No necesito que me sigas —gritó él aún sin voltear a verme.
—Lo siento. No quise ser grosera y decir que eras… —no pude terminar la frase. No sabía lo que me había poseído para haber dicho lo que dije de él.
Mis pies caminaban por inercia, siguiéndolo, así que cuando Zayn se detuvo repentinamente, no pude pararme a tiempo y choqué contra él. Antes de que pudiera caerme y golpear mi trasero contra el suelo, él ya estaba sosteniéndome por mis muñecas y presionándome fuertemente.
—Completa lo que ibas a decir —me retó.
Teniéndolo así de cerca llegué incluso a olvidar mi nombre. ¿Cuál era? Estaba segura que terminaba en “a”.
Zayn me presionó más cerca y más fuerte.
—Te arrepientes de decir que yo era, ¿qué, __?
¡__! Cierto. Ese era mi nombre.
—Lamento haberte comparado con la mierda —hice una mueca y agaché la cabeza hasta que lo único que vi fue su camiseta amarilla con el logo del restaurante.
Se echó a reír pero no había humor en ese sonido.
—¿Acaso me veo como la mierda? —me sacudió levemente y me obligó a alzar la mirada—, ¿acaso huelo como a eso también?
Permanecí callada, era increíble lo que me hacía este chico: en un momento le quería ensartar un tenedor en el cuello, y al siguiente, quería ensartármelo a mí.
—Zayn, por favor…
Pero me calló de la mejor manera conocida por el hombre: con un beso. Me besó tan fuerte que pensé que mis labios se iban a gastar. Se separó tan rápido que quedé completamente aturdida, pensando en si debería decirle “más, por favor”.
—¿Acaso también beso como la mierda? —Negué distraídamente, viendo directo a sus labios—. Quiero que uses palabras.
Lo miré confundida por un momento.
Volvió a acercarme hasta que su frente estuvo pegada a la mía, y me sujetaba únicamente de las muñecas, obligando a mis pies a ponerse en puntillas.
—Dime, ¿también beso como la mierda? —preguntó tranquilamente rozando sus labios con los míos.
Este hombre me iba a volver loca.
De pronto su boca estuvo sobre la mía, poseyendo todo a su paso. Besándome con lentitud y con fuerza. Mi respiración se aceleraba mientras él continuaba dominando el movimiento de nuestros labios.
Finalmente me soltó, y el efecto Bambi se hizo inmediatamente presente.
—Besas muuuy bien, mejor que bien —dije aun en mi estupor.
Él se limitó a darme una sonrisa ladeada y lentamente soltó mis brazos.
—Entonces, ¿por qué me comparas con la mierda?
La neblina que cubría mis pensamientos fue desapareciendo.
—Lo siento, es solo que acabas de terminar con Marie. Ni siquiera entiendes lo horrible que es el que digan que al día siguiente encontraste su reemplazo. No es que me considere como el reemplazo pero… ¿en qué clase de persona me convierte eso? No quiero que piense que me voy a quedar siempre con sus sobras… —Y lo hice de nuevo, solo que esta vez lo llamé “sobras”.
—Tienes derecho a llamarme como quieras —respondió tranquilamente—, soy un jodido imbécil que adora invertir dinero en ti, también soy el idiota que hizo que te despidieran de tu empleo soñado…
—No es mi empleo soñado. Y lo siento, no pretendía llamarte de nuevo sobra o…
—Te entiendo. Y sé que me lo merezco. Pero te pido que me des una oportunidad, sólo una para demostrarte que este “sobrante” puede llegar a valer la pena.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Lo que quiero decir es que probablemente seré tu ruina, lo peor que te haya pasado; soy como un virus ébola multiplicado por cien, pero __, estoy completamente seguro que no tenerte cerca, ni por un segundo al día, hace que mi piel deje de sentir. Sé que suena estúpido y cursi pero te quiero sólo para mí, y con Marie jamás sentí la necesidad de partirle la cara al primero que le veía el trasero. Y no sabes las veces que deseé romperle la quijada a tu ordeña-vacas por mirarte de la forma en que lo hizo.
Me reí nervosamente y fijé mis ojos en los suyos. Oír sus palabras me derritió de los pies a la cabeza.
—Zayn… las cosas no son tan fáciles…
—Sólo di que sí y yo me encargo de todo si el mundo se viene encima.
—Dame tiempo para pensarlo.
—Nena, por favor acaba con mi sufrimiento ahora. Prometo alejarme de tu vida si lo echo a perder; y vaya que lo voy a echar a perder miles de veces antes de comenzar a hacerlo bien, pero quiero descubrirlo a tu lado. No creo que pueda soportar a otro imbécil babeando por tu cuello.
Sonreí de lado.
—¿Entonces me estás diciendo que tú quieres ser el único imbécil que babee por mí?
—Exactamente.
¿Qué tan malo podía ser darle una oportunidad a Zayn? ¿Darnos a ambos una oportunidad?
¿A quién engaño? Yo quería estar con él desde hace tanto tiempo como pudiera recordar.
—Probablemente me arrepienta después de esto pero… te estoy dando un tal vez —respondí.
El rostro de Zayn regresó a su habitual arrogancia mientras me agarraba de la cintura y me sonreía de lado.
—No voy a dejar de besarte hasta que digas que sí.
—Entonces vamos a estar aquí un largo rato… —sonreí contra su boca y me perdí de nuevo en sus labios.
—No te preocupes, nena, tengo una larga resistencia.
cipriano.
Re: Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
Holaa! :)
Nueva Lectora!
¡OMG! Amo esta novela! Gracias por adaptarla, hace tiempo leí la sinopsis y me gustó muchísimo, descargué el libro y al final no lo pude leer. Pero cuando leí el nombre de este tema y vi que era adaptada a Zayn, no dudé en entrar.
Adoré todos los capítulos, son geniales!
Debo decir que odio a Marie, no la soporto! :evil: :x
Seguilaa! :D
:bye:
Nueva Lectora!
¡OMG! Amo esta novela! Gracias por adaptarla, hace tiempo leí la sinopsis y me gustó muchísimo, descargué el libro y al final no lo pude leer. Pero cuando leí el nombre de este tema y vi que era adaptada a Zayn, no dudé en entrar.
Adoré todos los capítulos, son geniales!
Debo decir que odio a Marie, no la soporto! :evil: :x
Seguilaa! :D
:bye:
ᴍᴀʀ.
Re: Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
Bienvenida linda!!!!Mar_love1D escribió:Holaa! :)
Nueva Lectora!
¡OMG! Amo esta novela! Gracias por adaptarla, hace tiempo leí la sinopsis y me gustó muchísimo, descargué el libro y al final no lo pude leer. Pero cuando leí el nombre de este tema y vi que era adaptada a Zayn, no dudé en entrar.
Adoré todos los capítulos, son geniales!
Debo decir que odio a Marie, no la soporto! :evil: :x
Seguilaa! :D
:bye:
Es un libro buenísimo, por eso se me ocurrio adaptarlo a Zayn.
Me alegra que te guste!!!!
Yo tampoco soporto a Marie :scratch:
Tal vez mas tarde la sigo, besos :)
cipriano.
Re: Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
Asdfghjklñ escribió:—Nena, por favor acaba con mi sufrimiento ahora. Prometo alejarme de tu vida si lo echo a perder; y vaya que lo voy a echar a perder miles de veces antes de comenzar a hacerlo bien, pero quiero descubrirlo a tu lado. No creo que pueda soportar a otro imbécil babeando por tu cuello.
Sonreí de lado.
—¿Entonces me estás diciendo que tú quieres ser el único imbécil que babee por mí?
—Exactamente.
¿Qué tan malo podía ser darle una oportunidad a Zayn? ¿Darnos a ambos una oportunidad?
¿A quién engaño? Yo quería estar con él desde hace tanto tiempo como pudiera recordar.
—Probablemente me arrepienta después de esto pero… te estoy dando un tal vez —respondí.
El rostro de Zayn regresó a su habitual arrogancia mientras me agarraba de la cintura y me sonreía de lado.
—No voy a dejar de besarte hasta que digas que sí.
—Entonces vamos a estar aquí un largo rato… —sonreí contra su boca y me perdí de nuevo en sus labios.
—No te preocupes, nena, tengo una larga resistencia.
WOW!
Ame esa parte, y me encanta que pongas capitulo cada día *-*
¿Cuantos faltan? asjkdhaskjdhasjk
Me gusta muchoooooooooooooooooooooo, y Rayis le dio una oportunidad, que no se haga tonta xd
Y Zayn se vio sincero, él es tán lindo y hermoso u.u
Y CLARO QUE VI EL VIDEO! :D
Marie que muera. (?) AJAJJAJA okno, no soy tan mala xd
SIGUELAA
Manipulatively.
Re: Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
Ay si, es tierna esa parte!!!! Ah.FerryStyles escribió:Asdfghjklñ escribió:—Nena, por favor acaba con mi sufrimiento ahora. Prometo alejarme de tu vida si lo echo a perder; y vaya que lo voy a echar a perder miles de veces antes de comenzar a hacerlo bien, pero quiero descubrirlo a tu lado. No creo que pueda soportar a otro imbécil babeando por tu cuello.
Sonreí de lado.
—¿Entonces me estás diciendo que tú quieres ser el único imbécil que babee por mí?
—Exactamente.
¿Qué tan malo podía ser darle una oportunidad a Zayn? ¿Darnos a ambos una oportunidad?
¿A quién engaño? Yo quería estar con él desde hace tanto tiempo como pudiera recordar.
—Probablemente me arrepienta después de esto pero… te estoy dando un tal vez —respondí.
El rostro de Zayn regresó a su habitual arrogancia mientras me agarraba de la cintura y me sonreía de lado.
—No voy a dejar de besarte hasta que digas que sí.
—Entonces vamos a estar aquí un largo rato… —sonreí contra su boca y me perdí de nuevo en sus labios.
—No te preocupes, nena, tengo una larga resistencia.
WOW!
Ame esa parte, y me encanta que pongas capitulo cada día *-*
¿Cuantos faltan? asjkdhaskjdhasjk
Me gusta muchoooooooooooooooooooooo, y Rayis le dio una oportunidad, que no se haga tonta xd
Y Zayn se vio sincero, él es tán lindo y hermoso u.u
Y CLARO QUE VI EL VIDEO! :D
Marie que muera. (?) AJAJJAJA okno, no soy tan mala xd
SIGUELAA
Trato de subir lo mas que pueda linda, me alegro de que te guste!!!!
Faltan unos cuantooooos!!!!
Zayn es sdkjfhdskjfh!!!!
En un rato la sigo :)
cipriano.
Re: Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
Que bueno linda!!!!valeriekehrhahn03 escribió:LO AME!!
SIGUELAAA
En un rato la sigo :)
cipriano.
Re: Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
10° Capítulo
El efecto Zayn MalikMarie se iba a molestar.
Oh, sí.
Estaba segura de que ella, por sí sola, era capaz de desatar la tercera, cuarta y quinta guerra mundial.
La última vez que un chico la dejó, el pobre terminó en un hospital con un ojo vendado y marcas de uñas por todo el cuello y la nuca. Aunque puede que en esta ocasión sea diferente: Zayn no era el único con el que andaba, así que tenía más oportunidades de reemplazarlo. Pero por otro lado él era uno de sus favoritos, el que ella consideraba más novio de lo que Eder jamás podría ser. Obviamente eso no me hacía sentir mejor, solo me hacía sentir peor y miserable.
¡Era como estarla traicionando! Aunque sinceramente se lo merecía.
Además de eso me sentía culpable, culpable por querer mantener mis labios pegados a los de Zayn todo el tiempo. De verdad, ¿cómo pude haber pasado toda mi vida sin besarlo? En serio, ahora compararía mi vida amorosa en: antes de los besos Zayn, después de los besos de Zayn. El efecto Bambi se hacía presente más veces de las que pudiera contar en un solo día (y eso que apenas y nos habíamos "dado la oportunidad" hace unas horas atrás).
Al poco tiempo fue fácil para Rita y los demás descifrarlo; todos en el restaurante nos felicitaron al enterarse y, al parecer, Mirna había ganado la apuesta en esta ocasión ya que también apostaron a cuándo explotaríamos y nos íbamos a gritar las cosas en la cara y admitir lo que sentíamos el uno por el otro. No sabía que yo podía ser tan predecible.
Pero aclaro, no solo porque Zayn me diera unos cuantos besos dejaría de pensar en que era un idiota, porque sí lo era. Había hecho que Cliff me despidiera... y me diera otra oportunidad. Asi que ahora estaba en un periodo de prueba de una semana para ver si conservaba el empleo o no.
Cualquier error que cometiera en esa semana, y definitivamente sería despedida.
Se podía decir que le había dado lástima a Cliff y por eso me dio esa única y última oportunidad para no estropear las cosas.
Esta vez no lo iba a echar a perder.
Esa misma noche, cuando abrí la puerta principal del departamento que compartía con Marie, pensé que iba a encontrar un desastre digno de un tornado. Pero en su lugar todo estaba calmado, limpio y demasiado silencioso para mi gusto.
No parecía haber nadie en la casa así que me escabullí hacia el baño para quitar el olor a comida que siempre se me pegaba del restaurante, y para limpiar las sobras de salsa de tomate que Zayn me lanzó en nuestra pequeña pelea con condimentos.
Antes de que pudiera llegar por completo a alcanzar la perilla de la puerta del baño, escuché un sollozo provenir de la habitación de Marie.
—¿__, eres tú? —preguntó ella con voz quebrada.
Apreté mi labio inferior y me debatí entre si debía entrar o hacerme la que no había escuchado nada.
—__, te necesito. Ven por favor —volvió a llamar.
Liberé mi labio y caminé de forma resignada hacia su dormitorio.
Marie estaba sentada a orillas de su cama tamaño matrimonial con cobertores rosa pálido; su cabello naranja se encontraba en un estado inusual: despeinado. Su rostro era pálido, y sus brazos se aferraban a una pequeña almohada que tenía bordada la letra M.
—¿Qué te ocurre? Te ves...
—¿Acabada, destrozada, desolada, abandonada? —dijo ella. No estaba precisamente llorando a mares, estaba mas bien en un estado tranquilo y casi en shock.
Me sentía aterrada, preferiría que estuviera haciendo una de sus famosas rabietas de niña, a estarla viendo de esta manera. Era más peligrosa en este estado, además, tenía miedo de que se me echara de ver en la cara lo culpable que me sentía por siquiera llegar a besar a Zayn.
—¿Te sientes bien? ¿Estás enferma? —le pregunté; claro que sabía que no era eso, pero era mejor fingir que nada había pasado.
—No te hagas la que no sabes —dijo simplemente.
Me temblaron las rodillas. ¿Acaso ella sabía lo de esta tarde?
—No sé de qué...
—Zayn me dejó.
—Eso es terrible pero yo...
—Tú ya lo sabías —me dio una mirada asesina. Silenciándome.
—Sí —respondí finalmente—, recuerda que él trabaja ahora en el restaurante... me lo contó todo hoy.
Marie se secó una lágrima que se le había escapado silenciosamente.
No pensé que estuviera llorando.
—¿Te contó por qué terminamos?
—Mmm... no.
Se sorbió otra lágrima.
—Me dejó porque... porque —le gusta otra persona, completé en mi mente—... Porque tiene un trabajo peligroso y fuera de los límites. Y yo no lo apruebo.
Eso no me lo esperaba.
No me había dado cuenta, pero de alguna manera ya me encontraba sentada junto a Marie. La única ventana en su habitación tenía una vista hacia la calle, a una zona no tan transitada de vehículos. Era ahí a donde mis ojos se turnaban en mirar mientras yo todavía procesaba la información. Recordaba que Zayn había insistido en llevarme a su lugar de trabajo, pero nunca se dio la oportunidad para que eso sucediera. Ahora me sentía curiosa.
—¿Su trabajo es peligroso? ¿Qué es? ¿Trapecista?
Ella no rió; solo me miró con confusión.
—__, él es... es un ladrón.
Miré directamente hacia sus ojos azules, esperando que de un momento a otro ella se riera. Pero los segundos volaron y la risa no venía.
—¿Es una broma? —pregunté a punto de lanzar una carcajada—, ¿Zayn, un ladrón? No me digas, un ladrón que te robó el corazón.
—No bromeo —continuó ella de manera seria—. Zayn se dedica a estafar y robar a la gente.
De nuevo esperé para que me dijera si estaba bromeando o inventando historias solo para sacar un poco el dolor que sentía contra Zayn por haberla dejado. Pero Marie nunca rió. Se miraba seria y destrozada.
Tragué saliva con fuerza.
—¿Cómo estás tan segura de que es un ladrón? ¿Lo has visto quitándole la billetera a alguien?
—__, él no es la clase de ladrón aficionado que tú imaginas que es... Él no anda escondido en medio de los arbustos, con un arma blanca metida entre los pantalones, esperando a que aparezca una indefensa viejecita para robarle el bolso. Él es la clase de ladrón que no se conforma con recompensas mediocres; va por todo. Zayn es un estafador que se lleva tu dinero a grandes sumas, y es realmente bueno haciéndolo. Él es peligroso.
—Eso es imposible —balbuceé. Repentinamente me empecé a sentir mareada. Marie solo estaba dolida, eso era todo. Estaba inventando tonterías como esta para... ¿para qué? Ni siquiera sabía que a mí me gustaba Zayn o que nos habíamos besado.
¿Se supone que deba creerle?
—Es posible —dijo ella, trayéndome de vuelta al presente—. Zayn maneja increíbles cantidades de dinero ¿acaso no lo has notado? Siempre lo vas a ver cargando billetes en sus bolsillos. Además, mi querida prima, él me lo confesó todo hace meses atrás. Una de las condiciones de nuestra relación fue que yo no me metería en sus asuntos si él no se mostraba interesado en los míos.
—¿Y por qué me estás contando todo esto? —en un impulso me levanté de la cama y comencé a caminar de arriba a abajo en la habitación.
—Porque él me estafó a mí.
Me detuve en seco.
—Él robó una inmensa cantidad de dinero a la compañía de mi papá —continuó ella, esta vez las lágrimas resbalaban con una facilidad increíble por sus mejillas y sobre sus pecas—. Lo descubrí y le dije que no iba a delatarlo porque aun sentía algo por él, pero ahora ya no sé qué hacer. Papá aún no lo sabe pero se va a dar cuenta de un momento a otro.
Esta vez sí se echó a llorar a moco tendido.
Yo aún no podía creerlo, Zayn podía ser de todo menos ladrón. O al menos eso pensaba yo.
—Fui tan estúpida como para compartirle la contraseña de la chequera familiar y él se aprovechó y liquidó casi todo.
—¿Estás segura de que fue él? Pudo haber sido alguien más y solo...
—¡Fue él! —y con eso se echó a llorar más fuerte.
Se puso boca abajo en la cama y empezó a gritar contra el colchón. Iba a consolarla con golpecitos en la espalda, cuando de repente el timbre de mi celular me sacó de esa misión.
Era una llamada.
Y un vistazo a la pantalla me dijo que era de Mason. Me había olvidado por completo de él.
Me debatí entre responder la llamada y regresar a la incoherente realidad que me estaba contando Marie.
Terminé contestándole a Mason.
—¿Hola?
—¡__! Qué bueno que me contestas —por el rabillo del ojo le echaba vistazos rápidos a Marie quien continuaba gritando y pataleando contra la cama.
—Mason... ahora estoy un poco ocupada, tal vez si puedes llamarme después...
—No, escucha, seré breve. Solo quería saber cómo seguía tu nariz. Créeme, estoy tan arrepentido por lo del sábado, no sé lo que me pasó... —¿Mi nariz? Ya hasta se me había olvidado que mi nariz lucía como si alguien la hubiera masticado y vuelto a escupir en su lugar— y quería invitarte a salir mañana en la noche. ¿Qué opinas?
Yo seguía observando a Marie que ahora tenía una almohada pegada al rostro, llamando a Zayn con toda clase de nombre de animales como era posible. ¿Cerdo de dos patas? ¿Jabalí callejero? ¿Iguana bulímica? Y otros que no entendí porque salían distorsionados los sonidos.
—¿__, sigues ahí? —habló Mason. De nuevo había olvidado que estaba del otro lado de la línea telefónica.
—¿Sí? Mira, de verdad tengo que irme —a lo lejos fui consciente de que el timbre de la puerta comenzó a sonar.
¿Esperábamos invitados?
—Solo te pido una salida más. Acepta por favor.
El timbre de la puerta se escuchó aún más insistente. Marie despegó su cara de la almohada y me miró con ojos asustados.
—Es mi mamá —articuló ella hacia mí—. Hoy tenemos la cena familiar.
La cena familiar la hacíamos una vez al mes. La mamá de Marie era obstinada y obligaba a mis padres a sentarse en la misma mesa durante una hora completa, disque para que yo no perdiera ciertos valores que se obtienen con una familia presente. ¿Por qué de todos los días escogió hoy para hacerla?
—¿__, qué dices? —preguntó Mason en mi oído—. Di que sí...
—Está bien —cedí—, acepto.
—Bien, te mandaré la dirección en un mensaje.
Finalmente colgó la llamada e inmediatamente (y a petición de una Marie de ojos rojos y cara morada) fui a abrir la puerta de la entrada.
Todavía me sentía como en un sueño, o como en cámara lenta.
¿Zayn, un ladrón? Eso era hasta cómico.
Era imposible. No le creía a Marie, tenía que estar bromeando.
—¡Pastelito de calabaza! —gritaron en mi oído, y al instante de abrir la puerta, unos brazos con múltiples pulseras de metal me rodearon. Una brillante y llamativa boca roja se encontró con mi mejilla, y el rostro demasiado maquillado de mi madre se hizo presente.
—¿Mamá? ¿Qué haces aquí? —murmuré aun envuelta en su potente abrazo expulsa aire.
—¿Que una madre no puede hacer una visita sorpresa a su única hija? Además te traje un amuleto para las buenas decisiones. Acaban de llegarme de Aruba. Recién salidos del horno —sacó de su cartera, de imitación de piel de cocodrilo, un collar con una pluma de pavo real en el centro de un circulo de metal adornado con piedras azules y verdes.
—No tenías por qué molestarte —dije viendo sospechosamente hacia el objeto extraño.
—Lo mismo le dije pero es obstinada y cree en el poder de semejante idioteces —dijo la tía Charlotte que venía detrás de mamá. El papá de Marie venía con ella.
Uff, ¿hoy era el día de supervisión paterna?
—¿Qué hacen todos aquí? —le susurré a mamá por lo bajo. La tía Charlotte pasó examinando cada esquina del departamento. Ella tenía una obsesión por lo limpio.
—Esta noche la pasaremos en familia —me respondió ella, dándome un guiño—. Aunque la nueva conquista de tu papá viene con él. Asi que la pasaremos "casi" en familia. Lo juro, no sé de dónde las saca, tal vez de una guardería. Cada vez son más jóvenes.
—Hola pequeña —saludó el padre de Marie, estaba inmerso en su iPhone, apretando vigorosamente los dedos contra la pantalla. Él era un hombre físicamente de cuerpo atlético, cabello marrón y un grueso bigote que era fiel compañero de sus espesas cejas.
—Hola tío Victor —saludé algo recatada. Qué podía hacer, el hombre me intimidaba; además quería atacarlo a preguntas: ¿Era, en verdad, Zayn un ladrón?
No, me negaba a creerlo.
Marie estaba despechada, eso era todo. Por eso decía cosas como esas.
Zayn NO era un ladrón... o estafador, o como sea que Marie lo llamó.
Sobra decir que preparar la cena con mamá, la tía Charlotte y Marie (quien estaba seria y evitaba hablar todo lo posible con los demás) fue incómodo y silencioso.
Estaba cortando algunos cuadritos de zanahorias cuando mamá notó una mancha de salsa de tomate en mi nuca y creyó que era sangre; tuve que asegurarle más de mil veces que no lo era. Además papá llegó tarde, casi se pierde la cena y apareció tomado de la mano con Susan, la mujer que fue mi maestra en segundo grado.
Susan era bastante bonita, de cabello negro y con un lindo acento francés que la hacía lucir aun más adorable. Mamá decía que ella era una prostituta disfrazada de manera elegante. En mi opinión, no tenía nada contra la novia de papá. ¡Hey, ella me enseñó a multiplicar decimales y a cantar el alfabeto en tres idiomas: inglés, español y coreano!
—¿Todavía sigues pensando estudiar arte, __? Recuerdo que adorabas pintar sobre cualquier superficie —me preguntaba ella mientras cenábamos y me acababa de llevar un bocado de pasta a la boca.
—Sí. Estoy ahorrando para la inscripción, luego veré si puedo conseguir una beca.
—Siempre consideré que el arte era mas bien un pasatiempo —se metió la tía Charlotte—, dedicarse a eso es prácticamente decir que no te dedicas a nada. Oficio de vagos.
—Todavía estás a tiempo de aprender negocios —habló papá. Sus ojos claros examinando los míos detrás de sus lentes de montura negra. Siempre pensé que él y yo éramos lo suficientemente parecidos. Mismo color de cabello, mismos ojos grises, y mismos rasgos, especialmente en la barbilla y el contorno de los ojos. Pero él no creía en el método: "sé lo que quieras ser" que tanto promocionaba Barbie en sus comerciales. Él era un hombre que iba directo al dinero... aunque era un completo tacaño. Todavía conservaba su último regalo, mis llaves jamás se perdían en la oscuridad gracias al infantil llavero que seguramente le costó lo mismo que le costaría la uña de su dedo gordo del pie.
—Tengo planeado estudiar arte. Y así lo haré —dije de forma obstinada.
La tía Charlotte de vez en cuando me lanzaba miradas de reojo.
Me metí otro poco de pasta a la boca y traté de no enfurecerme demasiado.
—Oh, __, eso me recuerda —papá se pasó una servilleta por la boca, limpiando el exceso de salsa—, tu tía me contó que te vio el otro día con un muchacho. Un chico mayor, con tatuajes en el cuerpo. ¿Me podrías decir qué clase de planes te esperan con él?
Zayn.
Rápidamente evité su mirada. Tomé un sorbo del té helado que Marie había preparado sin mucho esfuerzo.
—¿Cuándo me ibas a contar que tienes novio? —siguió instigando papá.
—Ya déjala en paz, Rick —Mamá había evitado hablar durante toda la cena; y si antes parecía que quería lanzarle dagas a papá... ahora se notaba que mentalmente le mandaba bolas de fuego—. Yo también lo conocí. Me pareció todo un bombón delicioso; siempre noté la atracción que ambos se tenían pero no sabía que ya eran novios.
Me guiñó un ojo y tuve que atragantarme con más pasta para evitar responder. Marie me miraba de forma extraña todo este tiempo.
—Por pensamientos como esos es que niñas de quince años terminan embarazadas y solteras —soltó mi papá—. Dime una cosa, __, ¿estás manteniendo relaciones con ese tipo? Porque desde ahora te digo, no quiero ser abuelo a los cuarenta.
Al oír eso casi me ahogo en mi propia saliva.
—¡Cuarenta! —Mamá se echó a reír a carcajadas—, querrás decir cuarenta y seis, querido. Ya no estás joven, mírate al espejo, tu pelo caído habla por sí solo.
Yo aún seguía tosiendo y dándome golpecitos en el pecho.
—Sí, dije cuarenta. __, dime qué edad tiene ese sujeto, no quiero que un anciano esté abusando de una jovencita ingenua como tú. Recuerda que los chicos solo buscan una cosa. ¡Solo una!
—¡Papá! —chillé viéndolo horrorizada una vez que logré dejar de toser—. Por favor detente.
—Parecía de veinticuatro —dijo la tía Charlotte. En serio iba a golpear a esta mujer.
—¡¿Veinticuatro?! —papá dio un golpe en la mesa haciendo saltar todos los platos de vidrio—, ¡Te prohíbo verlo! Apenas eres una bebé, tienes diecisiete por todos los cielos. Todavía recuerdo haberte cambiado los pañales hasta hace poco tiempo...
—Tengo dieciocho y te recuerdo que cumpliré diecinueve dentro de dos meses —dije, algo avergonzada.
Cuando a papá le tocaban el tema de los chicos... Bueno, digamos que las cosas resultaban de esta forma.
—¿Dieciocho? Aun así eres demasiado joven...
—Mira quién habla —murmuró mamá—, el cerdo criticando su propia y rechoncha cola.
—No empieces Cecile...
—Y por cierto, tú nunca le cambiaste un pañal en su vida. Estabas demasiado ocupado viéndole las piernas a la niñera como para siquiera fijarte en si tu hija ensuciaba o no el pañal.
Y así continuó más o menos todo el resto de la cena; siempre hablando como si yo no estuviera presente y contando más historias vergonzosas de pañales sucios y vómito.
Marie observaba con horror el intercambio, su madre no dejaba de aportar comentarios a la conversación, y el tío Victor seguía con la cabeza metida en su celular. En medio de la pelea, Susan se puso a cantar una melodía francesa y fue cuando el silencio reinó. Después de cinco minutos de escucharla cantar nos echamos a reír. Definitivamente lo de ella no era la música. Pero a pesar de todo, mi mente seguía pensando en Zayn.
En Zayn como un estafador, en Zayn como un... ladrón.
No, no iba a dudar de él, Marie era la loca.
Definitivamente.
Tendría que preguntarle después.
______________________
Cliff me había puesto a atender en el autoservicio. Era un día relativamente tranquilo y sin mucha clientela, aunque un tipo intentó coquetearme vilmente a través del comunicador; era esa clase de viejo charlatán que esperaba que, recitando frases básicas, las chicas cayéramos rendidas a sus pies.
Patético.
Todavía no había visto a Zayn en toda la mañana, pero cuando un par de manos comenzaron a subir y bajar por mi cintura, supe que ya había llegado.
—Hola nena —dijo plantando un beso en mi nuca.
Sonreí como boba.
¡Me besó en la nuca! ¿Cuándo me iba a acostumbrar a eso?
—No hagas eso aquí, Cliff me va a despedir de nuevo.
Giré brevemente para verlo, hoy Zayn usaba lentes oscuros. Se me hacía imposible leer en sus ojos su estado de ánimo.
—¿Acaso no me veo sexy? —preguntó en su modo arrogante cuando yo no dejé de verlo.
Mmmm, diría que se miraba comestible... pero nunca lo admitiría en voz alta.
—Presumido —golpeé su pecho y me movilicé para arreglar un poco mi espacio de trabajo.
Una de las reglas del restaurante era no usar el celular en horas laborales, pero hice una excepción cuando un mensaje de texto apareció en la pantalla.
Antes de que pudiera abrir el mensaje, Zayn se encontraba quitándome el celular y revisando lo que me habían enviado.
—¡Zayn! —lo regañé—. Dámelo, ¿qué haces?
—¿Te veo hoy a las cinco? ¿Un mensaje de Mason? No me digas que sigues viendo a ese idiota.
—No tenías derecho a leer eso.
—Dime que no estás saliendo con el ordeña vacas y conmigo a la vez.
—Él me llamó e insistió por una cita, no podía simplemente decirle que...
—No. Ves, es fácil. Ni siquiera sé qué le viste en primer lugar.
—Es bastante guapo —dije queriéndolo poner celoso. Adoraba al Zayn celoso.
Lo oí resoplar.
—Si él es guapo... yo soy el rey de Inglaterra. No, es más, de hecho sería el rey del mundo —me dio una sonrisa de dientes completos. Arrogante como siempre.
—Pienso hablar con él... —¿Y decirle qué? Zayn no me había dicho específicamente que ahora quería andar conmigo, en una relación exclusiva, como novios...
—Le dirás que ya estás tomada, y que si se vuelve a aparecer cerca de ti, o de mí, le voy a partir su linda carita de granjero.
—Mason no es granjero; no entiendo por qué lo llamas de esa forma.
—De acuerdo, es un lame vacas.
—¿Por qué lo odias tanto? —pregunté realmente interesada.
—Porque... quiere algo que no le pertenece.
—¿Se supone que ese algo soy yo? Desde ahorita te lo digo: odio que me traten como trofeo o como un objeto.
—¡Por favor! Muy en el fondo las chicas aman ser tratadas como objetos que poseer. Ustedes simplemente no pueden resistirse a los chicos posesivos, y no me digas que no te gusta eso porque sé que lo adoras.
—Uff, me atrapaste —dije bromeando—. Ahora sabes el secreto. Podrías armar tu propio club: "chicos posesivos". Serías el presidente.
—También sé que me adoras por mi físico —dijo Zayn.
Le fruncí el ceño.
—Eso no tiene nada que ver con lo que te dije.
—No, pero uno de los dos tenía que mencionarlo.
Lo golpeé no tan suavemente en el hombro.
—Ya madura —le reclamé.
—Entonces no te gustaría de esa forma. Admítelo... te gusto por mi físico, y mi dinero.
Ooh, no quería tocar el tema del dinero. Todavía me rondaba por la cabeza lo que me había dicho Marie.
Dirigí mis ojos hacia su lindo rostro. Ojos color miel tapados por lentes oscuros, labios ideales y un espeso cabello negro que le caía en la frente. Él no se parecía en nada al concepto de ladrón que existía en mi mente.
—¿Qué ocurre? —preguntó al notar mi cambio de humor. Se quitó los lentes y alzó una mano para ponerla bajo mi barbilla.
Tenía que parpadear con frecuencia para evitar que mis ojos se pusieran bizcos. Este ya no era más el efecto Bambi; este era el efecto Zayn Malik, puro y sin adulterar (y eso que aún no me había besado).
—No pasa nada. Pero esta noche es mejor que hable con Mason... a menos que quieras el mismo acuerdo que tenías con mi prima. Entonces yo podría... —me silenció poniendo la palma de su mano en mis labios.
—Ni se te ocurra terminar esa oración. Te quiero sólo para mí. Y definitivamente yo iré contigo para ponerle freno de mano a tu granjero. Fin de la discusión.
Quitó su mano lentamente, arrastrándola desde mis labios hasta mi mentón.
Me tomó de la barbilla y cuando menos me di cuenta, me besó de forma arrebatada y descuidada.
Después movió sus labios lentamente sobre los míos, como queriendo saborear el momento. Se alejó demasiado rápido y me vi en la obligación de abrir los ojos.
Zayn todavía me sujetaba de la barbilla.
—¿Sabías que después de besarme, tus ojos se quedan bizcos? —me preguntó él con una sonrisa enorme.
—No es cierto —sí, lo era, pero no quería avergonzarme admitiéndolo.
—¿Así que altero todo tu sistema, nena? —de nuevo regresó al modo arrogante.
Pasó sus manos por mi cintura y me sostuvo por un rato. Comencé a jugar con un hilo suelto de su camiseta.
—No sé de qué hablas.
—Ooh, chico posesivo: uno. Chica de apariencia tímida-pero-que-es-violenta-conmigo: cero.
Se inclinó para besarme de nuevo pero nos dimos cuenta al mismo tiempo de que teníamos público a nuestro alrededor.
Mirna, Dulce y Rita nos observaban desde el otro extremo de la habitación.
—Yo no sé ustedes, pero ya cumplí con mi cuota de azúcar por un día —murmuró Dulce—. Chicos, continúen comiéndose la boca del otro. Me voy —dijo esto último para nosotros.
Rita se encogió de hombros y la siguió.
—Pues yo no me voy —dijo Mirna—. Esto se pone interesante y además yo gané la apuesta anterior. Merezco un poco de espectáculo en vivo.
—Ya oíste —me susurró Zayn— no quiero defraudar los sueños de una mujer de más de cincuenta años con reflujo gástrico y azúcar en la sangre.
—Pobrecito, sacrificándote por el bien de Mirna. —Elevé mis pies en puntillas, y le di un beso rápido en la comisura de la boca—. Listo, ahora tengo que volver a trabajar.
Me iba a separar de su cuerpo, pero se negó a dejarme ir y me sostuvo para darme un beso real.
Dejé que sus labios se perdieran en los míos por un momento. Entonces, para mi desgracia, se separó demasiado rápido... otra vez.
—Sí, confirmado: pones los ojos bizcos —dijo riendo.
Quería golpearlo pero él tenía razón.
Chico posesivo: dos. __: cero.
Le saqué la lengua y regresé a lo que estaba haciendo antes de que llegara.
Ahora más que nunca me sentía convencida que Marie mentía.
Zayn podía ser un egocéntrico, presumido, idiota, narcisista y engreído, pero nunca sería un ladrón.
Me negaba a creerlo.
cipriano.
Re: Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
JODER!
Yo sabia que Zayn guardaba algo malo en su vida u.u
BELEN, enserio necesito saber cuantos capítulos quedan ;w;
POOOOOR FAVOOOOR~ xD
ESTE, me encanto, por así decirlo *w*
Chico posesivo, hahahaha xD Me encanta que sea celoso y es cierto lo de: "—¡Por favor! Muy en el fondo las chicas aman ser tratadas como objetos que poseer. Ustedes simplemente no pueden resistirse a los chicos posesivos, y no me digas que no te gusta eso porque sé que lo adoras."
Tiene razón u.u hahahaha, en fin, espero el capi siguienteeeeeeeee
Besos xx.
Yo sabia que Zayn guardaba algo malo en su vida u.u
BELEN, enserio necesito saber cuantos capítulos quedan ;w;
POOOOOR FAVOOOOR~ xD
ESTE, me encanto, por así decirlo *w*
Chico posesivo, hahahaha xD Me encanta que sea celoso y es cierto lo de: "—¡Por favor! Muy en el fondo las chicas aman ser tratadas como objetos que poseer. Ustedes simplemente no pueden resistirse a los chicos posesivos, y no me digas que no te gusta eso porque sé que lo adoras."
Tiene razón u.u hahahaha, en fin, espero el capi siguienteeeeeeeee
Besos xx.
Manipulatively.
Re: Prohibido enamorarse de Zayn Malik {Zayn&Tu}
Ya sabremos que pasa en la vida de Zayn........ ah.FerryStyles escribió:JODER!
Yo sabia que Zayn guardaba algo malo en su vida u.u
BELEN, enserio necesito saber cuantos capítulos quedan ;w;
POOOOOR FAVOOOOR~ xD
ESTE, me encanto, por así decirlo *w*
Chico posesivo, hahahaha xD Me encanta que sea celoso y es cierto lo de: "—¡Por favor! Muy en el fondo las chicas aman ser tratadas como objetos que poseer. Ustedes simplemente no pueden resistirse a los chicos posesivos, y no me digas que no te gusta eso porque sé que lo adoras."
Tiene razón u.u hahahaha, en fin, espero el capi siguienteeeeeeeee
Besos xx.
Quedan aproximadamente 19...
Es genial ese capitulo :3 :)
La verdad... Si, tienen cierto atractivo los chicos posesivos, sobre todo si es Zayn
Mas tarde la sigo :)
cipriano.
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