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Más que a nada en el mundo. {Larry Stylinson}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Más que a nada en el mundo. {Larry Stylinson}
Nombre
Más que a nada en el mundo
Autor
Nimphie Knox
Adaptación
Si
Género
Drama. Romance
Advertencias
Puede ser tomada como 'underage'. Contenido homosexual
Otras páginas
No
Más que a nada en el mundo
Autor
Nimphie Knox
Adaptación
Si
Género
Drama. Romance
Advertencias
Puede ser tomada como 'underage'. Contenido homosexual
Otras páginas
No
prólogo
Harry vive con su madre depresiva y alcohólica. Cuando ésta contrae matrimonio, el joven se da cuenta de que tendrá que abandonar su casa: no soporta las palizas de su padrastro, quien lo maltrata por ser homosexual.
Desahuciado, Harry encuentra cobijo en Louis, un hombre de treinta y dos años que lo ama desde su juventud.
Desahuciado, Harry encuentra cobijo en Louis, un hombre de treinta y dos años que lo ama desde su juventud.
Lupjs.
Re: Más que a nada en el mundo. {Larry Stylinson}
¡Hola Dana! Muchas gracias por pasarte. La historia no te defraudará, es muy buena. OMG... ¿eres Swiftie? GOD, amo encontrarme a chicas como tuDanam1D escribió:Soy Dana
Se ve interesante la novela tienes que seguirla :)
Lupjs.
Re: Más que a nada en el mundo. {Larry Stylinson}
Heeeeeeeey!
Rachel here!!!
Babe, me gustó mucho el prólogo. Debes seguirla o sino te torturare con tu peor temor y sin ver las películas de saw. Yo se que las amas, te espio todos los dias sin excepción....*risa malvada* wuajajajajajajajajajajajajaj, ok ya. Sigue, ¿Siiiiii?
Lots of love
Rachel :)xx
Alohomora
Re: Más que a nada en el mundo. {Larry Stylinson}
Muchas gracias por pasarte babs, eres la mejor y te quiero demasiado. ¡NOOOO! Todo menos Saw, mis películas nadie las toca :(( Quizá suba ahora mismo... ¿que piensas? :DDAlohomora escribió:Heeeeeeeey!Rachel here!!!Babe, me gustó mucho el prólogo. Debes seguirla o sino te torturare con tu peor temor y sin ver las películas de saw. Yo se que las amas, te espio todos los dias sin excepción....*risa malvada* wuajajajajajajajajajajajajaj, ok ya. Sigue, ¿Siiiiii?Lots of loveRachel :)xx
Lupjs.
Re: Más que a nada en el mundo. {Larry Stylinson}
¡Que alegría... Me hiciste el día! Me gusta Tay, 1D, Karmin, Krewella, Imagine dragons, Bruno Mars y de otros cantantes sólo me gustan algunas de sus canciones. ¿A ti? :DDDanam1D escribió:Sii Soy Swiftie! amo a Taylor jajaHarold. escribió:¡Hola Dana! Muchas gracias por pasarte. La historia no te defraudará, es muy buena. OMG... ¿eres Swiftie? GOD, amo encontrarme a chicas como tuDanam1D escribió:Soy Dana
Se ve interesante la novela tienes que seguirla :)
y a ti que bandas o cantantes te gustan? ;)
Lupjs.
Re: Más que a nada en el mundo. {Larry Stylinson}
¡Hola a todo ser que esté leyendo esto! Es una historia corta así que no tendrá muchos capítulos. La historia me gustó bastante, se me hizo fresca y la redacción diferente y rápida; no le da vueltas al asunto, por lo que le pongo un 10. Quise compartirla con ustedes y estoy segura de que les gustará xx
Lupjs.
Re: Más que a nada en el mundo. {Larry Stylinson}
Capítulo 01
El Gran Incidente, como solía llamarle Louis Tomlinson, había sucedido una noche de verano cuando a Harry Styles se le escapó de casa su primera mascota: un gato escuálido y lleno de pulgas, de color gris y con la cola pelada. El animal estuvo subido a un árbol durante toda la noche, maullando por no poder bajar. Harry, por su parte, acampó allí mismo a la espera de que algún alma compasiva se apiadara de su gato y de sus mocos. Louis; nuevo en el vecindario, sólo había visto al niño un par de veces. Era la cabeza castaña que se asomaba por encima de los arbustos del jardín, las medias pequeñitas que colgaban a secar en la ventana, o los llantos desesperados que estallaban cuando aquella señorita de pocos escrúpulos y mucho escote lo encerraba en alguna habitación de la casa.
A Louis siempre le había causado lástima. Esa noche, al oír la serenata del llanto y los maullidos, lo vio por primera vez. Era paliducho y nada bonito, con unos ojos medio verdes que le recordaron al vasito del agua sucia donde su hermano enjuagaba los pinceles cuando era niño. Sin embargo, el cabello era lindo: castaño y ondulado.
—Eeh, ¿qué pasa? –Le preguntó Louis. Harry levantó su cabeza llena de rizos. Los lagrimones le inundaban la carita de ratón y cuando abrió la boca para explicar entre sollozos el asunto del gato, apreció que no necesitaba aparatos de ortodoncia con urgencia; sus dientes eran perfectos.
Louis se subió a una escalera y, agarrándolo del pellejo fofo, bajó el gato. Era un bicho con cara hambre, la cabeza enorme y el cuerpo pequeño. Todavía era cachorro. Como Harry. Observándolo a la luz de las farolas, vio que el animal estaba apestado de pulgas. Con una mueca, lo soltó entre las agradecidas manos de su dueño. El chico lo abrazó, le besó la panza peludita y se lo metió en el bolsillo del suéter. Entonces se secó la nariz con el dorso de la mano, se limpió esa misma mano en las rodillas del pantalón y, acercándose a Louis, le rodeó la cintura con los brazos…
—¡Gracias, señor!
Esa noche habían comenzado los problemas.
«De tal palo, tal astilla», solía decir la madre de Louis cuando miraba los hijos ajenos. En eso él le daba la razón. Con el paso de los años había podido conocer más a aquella señorita de tacos altos que salía muy temprano en la mañana y llegaba demasiado tarde en la noche. Era la madre de Harry, eso no podía dudarlo. Tenían el mismo pelo castaño oscuro y el mismo color de ojos. Tal vez, solía pensar Louis, si el chico hubiese nacido parecido al padre, lo podría haber identificado entre todo el grupo de hombres que desfilaban por la pasarela de aquella mujer.
El catorce de febrero de sus veintitrés años Louis llevó a casa su primer «novio de verdad», un chico con el que compartía un par de asignaturas en la universidad de ciencias exactas. Fue una noche en que sus padres tenían un congreso de cardiología fuera de la ciudad, meses antes de que se mudaran al centro. Una luna llena indigestada brillaba como la bola de cristal de una adivina y el calor soplaba un viento tibio para despertar a los mosquitos. El Novio se había agarrado el pedo de su vida. Tomando sólo vodka con Fanta, el vómito había salido de color naranja.
—Llévame a tu casa, hijo de médicos –balbuceó el Novio, agarrándole las llaves que le colgaba del bolsillo trasero. Louis lanzó una risotada.
—¡Pensé que me dirías «hijo de puta»!
Cuando llegaron al edificio, por obra esos milagros que sólo les suceden a los borrachos y a los católicos, se habían caído en el jardín justo antes de entrar a la casa, como un castillo de naipes donde una carta empuja a la otra.
—¡Hijo de…!
¿Puta?
La luz de la casa de la puta, es decir, de la casa de Harry, porque la madre de Harry era eso, una puta… estaba encendida. El Novio trepó por sus piernas y se sujetó de su cinturón. A Louis la escena le hizo acordar a las montañas rusas de los parques de diversiones, donde tenía que aferrarse con fuerza al asiento para no vomitar el desayuno o el almuerzo o la cena o los cinco vasos de vodka con Fanta…
Harry estaba despierto. Sabía lo que estaba pasando en la habitación de al lado, porque escuchaba música. Cuando su mamá se encerraba con la música a todo volumen, en esa habitación solían suceder cosas. Hacía un mes había visto en la tele como una parejita adolescente se encerraba en un armario y se abrazaba muy fuerte. Cuando le preguntó a su madre qué estaba haciendo la parejita, ella se había empezado a reír como un loro… Bueno, Harry pensó que si los loros podían reírse, de seguro lo hacían como su madre.
—Van a follar –exclamó ella, reprimiendo un eructo fragante a espuma de cerveza—. El chico le quitará toda la ropa y le mostrará el paraíso. —El único paraíso que conocía Harry era la tienda de plantas de la esquina. Y en la película no salía ninguna tienda de plantas…
Harry sabía que en la habitación de al lado no había plantas ni tampoco había flores, pero sí había un armario. La música debía ser para dar ambiente, para ponerlos al tono. A su madre y a… ¿David? ¿Ben? ¿Mark? Si tenía bigote, era Mark. Pero no, no recordaba que tuviera bigote… entonces era Ben. Pero no… porque este era moreno y Ben era castaño. Debía de ser David… pero David se había rapado la cabeza la semana pasada. Bueno, al diablo. David o Ben o Mark había llegado hacía media hora, en una moto gigantesca como un mamut que rebuznaba como una bestia hambrienta. Apenas entró en la casa, abrió el refrigerador y sacó una botella de cerveza. David o Ben o Mark llamó a su madre «gatita», dijo algo acerca del «susodicho»… y entonces ella agarró a Harry de la camiseta de la Barbie en Fairytopia y lo metió a su dormitorio de un empujón, diciéndole que hiciera los deberes.
—¡Pero estamos en vacaciones!
Harry estaba harto de pasarse los fines de semana encerrado. Llegaba a un punto en que se cansaba de dormir y el hambre le ganaba al sueño. A veces su madre se olvidaba de abrirle la puerta y lo dejaba allí hasta el lunes por la mañana. Entonces le pedía disculpas de todos los modos imaginables, le compraba un chocolate de cincuenta centavos, le llamaba «mi bebito» y le prometía que jamás volvería a pasar…
Pero Harry sabía que sí volvería a pasar. De hecho, Harry ya sabía muchas cosas. Sabía que «el paraíso» no era más que una metáfora idiota para referirse al sexo, sabía que su madre ponía la música para que no se oyera el escándalo y sabía que el hombre del mes pasado estaba para comérselo... Era un tipo alto y con el pelo oscuro medio rizado, que vestía las mismas camisas de los modelos de las revistas, fumaba los cigarrillos de las propagandas de televisión y solía decir «permiso», «por favor» y «gracias». Se llamaba Lucas y siempre llegaba con un libro bajo el brazo. Cuando vio el libro, Harry estuvo seguro de que no duraría más de tres semanas…
Suspirando porque jamás volvería a ver al buen Lucas, apoyó los brazos en la ventana y sumergió los ojos en la tibia y lejana oscuridad del jardín.
A Louis siempre le había causado lástima. Esa noche, al oír la serenata del llanto y los maullidos, lo vio por primera vez. Era paliducho y nada bonito, con unos ojos medio verdes que le recordaron al vasito del agua sucia donde su hermano enjuagaba los pinceles cuando era niño. Sin embargo, el cabello era lindo: castaño y ondulado.
—Eeh, ¿qué pasa? –Le preguntó Louis. Harry levantó su cabeza llena de rizos. Los lagrimones le inundaban la carita de ratón y cuando abrió la boca para explicar entre sollozos el asunto del gato, apreció que no necesitaba aparatos de ortodoncia con urgencia; sus dientes eran perfectos.
Louis se subió a una escalera y, agarrándolo del pellejo fofo, bajó el gato. Era un bicho con cara hambre, la cabeza enorme y el cuerpo pequeño. Todavía era cachorro. Como Harry. Observándolo a la luz de las farolas, vio que el animal estaba apestado de pulgas. Con una mueca, lo soltó entre las agradecidas manos de su dueño. El chico lo abrazó, le besó la panza peludita y se lo metió en el bolsillo del suéter. Entonces se secó la nariz con el dorso de la mano, se limpió esa misma mano en las rodillas del pantalón y, acercándose a Louis, le rodeó la cintura con los brazos…
—¡Gracias, señor!
Esa noche habían comenzado los problemas.
(...)
«De tal palo, tal astilla», solía decir la madre de Louis cuando miraba los hijos ajenos. En eso él le daba la razón. Con el paso de los años había podido conocer más a aquella señorita de tacos altos que salía muy temprano en la mañana y llegaba demasiado tarde en la noche. Era la madre de Harry, eso no podía dudarlo. Tenían el mismo pelo castaño oscuro y el mismo color de ojos. Tal vez, solía pensar Louis, si el chico hubiese nacido parecido al padre, lo podría haber identificado entre todo el grupo de hombres que desfilaban por la pasarela de aquella mujer.
El catorce de febrero de sus veintitrés años Louis llevó a casa su primer «novio de verdad», un chico con el que compartía un par de asignaturas en la universidad de ciencias exactas. Fue una noche en que sus padres tenían un congreso de cardiología fuera de la ciudad, meses antes de que se mudaran al centro. Una luna llena indigestada brillaba como la bola de cristal de una adivina y el calor soplaba un viento tibio para despertar a los mosquitos. El Novio se había agarrado el pedo de su vida. Tomando sólo vodka con Fanta, el vómito había salido de color naranja.
—Llévame a tu casa, hijo de médicos –balbuceó el Novio, agarrándole las llaves que le colgaba del bolsillo trasero. Louis lanzó una risotada.
—¡Pensé que me dirías «hijo de puta»!
Cuando llegaron al edificio, por obra esos milagros que sólo les suceden a los borrachos y a los católicos, se habían caído en el jardín justo antes de entrar a la casa, como un castillo de naipes donde una carta empuja a la otra.
—¡Hijo de…!
¿Puta?
La luz de la casa de la puta, es decir, de la casa de Harry, porque la madre de Harry era eso, una puta… estaba encendida. El Novio trepó por sus piernas y se sujetó de su cinturón. A Louis la escena le hizo acordar a las montañas rusas de los parques de diversiones, donde tenía que aferrarse con fuerza al asiento para no vomitar el desayuno o el almuerzo o la cena o los cinco vasos de vodka con Fanta…
Harry estaba despierto. Sabía lo que estaba pasando en la habitación de al lado, porque escuchaba música. Cuando su mamá se encerraba con la música a todo volumen, en esa habitación solían suceder cosas. Hacía un mes había visto en la tele como una parejita adolescente se encerraba en un armario y se abrazaba muy fuerte. Cuando le preguntó a su madre qué estaba haciendo la parejita, ella se había empezado a reír como un loro… Bueno, Harry pensó que si los loros podían reírse, de seguro lo hacían como su madre.
—Van a follar –exclamó ella, reprimiendo un eructo fragante a espuma de cerveza—. El chico le quitará toda la ropa y le mostrará el paraíso. —El único paraíso que conocía Harry era la tienda de plantas de la esquina. Y en la película no salía ninguna tienda de plantas…
Harry sabía que en la habitación de al lado no había plantas ni tampoco había flores, pero sí había un armario. La música debía ser para dar ambiente, para ponerlos al tono. A su madre y a… ¿David? ¿Ben? ¿Mark? Si tenía bigote, era Mark. Pero no, no recordaba que tuviera bigote… entonces era Ben. Pero no… porque este era moreno y Ben era castaño. Debía de ser David… pero David se había rapado la cabeza la semana pasada. Bueno, al diablo. David o Ben o Mark había llegado hacía media hora, en una moto gigantesca como un mamut que rebuznaba como una bestia hambrienta. Apenas entró en la casa, abrió el refrigerador y sacó una botella de cerveza. David o Ben o Mark llamó a su madre «gatita», dijo algo acerca del «susodicho»… y entonces ella agarró a Harry de la camiseta de la Barbie en Fairytopia y lo metió a su dormitorio de un empujón, diciéndole que hiciera los deberes.
—¡Pero estamos en vacaciones!
Harry estaba harto de pasarse los fines de semana encerrado. Llegaba a un punto en que se cansaba de dormir y el hambre le ganaba al sueño. A veces su madre se olvidaba de abrirle la puerta y lo dejaba allí hasta el lunes por la mañana. Entonces le pedía disculpas de todos los modos imaginables, le compraba un chocolate de cincuenta centavos, le llamaba «mi bebito» y le prometía que jamás volvería a pasar…
Pero Harry sabía que sí volvería a pasar. De hecho, Harry ya sabía muchas cosas. Sabía que «el paraíso» no era más que una metáfora idiota para referirse al sexo, sabía que su madre ponía la música para que no se oyera el escándalo y sabía que el hombre del mes pasado estaba para comérselo... Era un tipo alto y con el pelo oscuro medio rizado, que vestía las mismas camisas de los modelos de las revistas, fumaba los cigarrillos de las propagandas de televisión y solía decir «permiso», «por favor» y «gracias». Se llamaba Lucas y siempre llegaba con un libro bajo el brazo. Cuando vio el libro, Harry estuvo seguro de que no duraría más de tres semanas…
Suspirando porque jamás volvería a ver al buen Lucas, apoyó los brazos en la ventana y sumergió los ojos en la tibia y lejana oscuridad del jardín.
Lupjs.
Re: Más que a nada en el mundo. {Larry Stylinson}
Hellou criaturas del señor espero que estén de lo mejor. No pude aguantar más lo sé, soy muy desesperada y publiqué el primer cap, como dije antes no habrá muchos y no serán muy largos para no aburrirlas claro, espero que nunca lo haga
Besos y que tengan un lindo día xx
Besos y que tengan un lindo día xx
Lupjs.
Re: Más que a nada en el mundo. {Larry Stylinson}
haaa me encanta lucas jeje parese re lindo
mee encanta tu novelaaaa soy nueva lectora me llamo aylen soy de argentina. seguilaa esta muy buenaaa. no me gusta que harry sea feo noooo
bueno me gusta mucho
besos xx
mee encanta tu novelaaaa soy nueva lectora me llamo aylen soy de argentina. seguilaa esta muy buenaaa. no me gusta que harry sea feo noooo
bueno me gusta mucho
besos xx
ayludanae
Re: Más que a nada en el mundo. {Larry Stylinson}
A mi también, si a Haz le gusta ¿por qué a mi no? ¡Gracias por pasarte! Me alegra leer eso :DDayludanae escribió:haaa me encanta lucas jeje parese re lindo
mee encanta tu novelaaaa soy nueva lectora me llamo aylen soy de argentina. seguilaa esta muy buenaaa. no me gusta que harry sea feo noooo
bueno me gusta mucho
besos xx
Quizá hoy la siga. Besos para ti también xx
Lupjs.
Re: Más que a nada en el mundo. {Larry Stylinson}
Hola!! Hola!!
djksadjkajdak me encanto me enamore...
adoro el Underage
seguila cuando puedas
si tu escribes esta novela (no lo se xD)
eres muy buena escribiendo
Saludos :)
Dai
djksadjkajdak me encanto me enamore...
adoro el Underage
seguila cuando puedas
si tu escribes esta novela (no lo se xD)
eres muy buena escribiendo
Saludos :)
Dai
✿ Flawless ✖
Re: Más que a nada en el mundo. {Larry Stylinson}
Hellou! Gracias por pasar. ¡También amo el underage! :o Es como una adicción. Nop, yo no la escribo :((AshleyHoranStylinsonPalik escribió:Hola!! Hola!!
djksadjkajdak me encanto me enamore...
adoro el Underage
seguila cuando puedas
si tu escribes esta novela (no lo se xD)
eres muy buena escribiendo
Saludos :)
Dai
Saludos igual Dai xx
Lupjs.
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