you're the one i want {galería.

Hace tiempo atrás, errores cometí mirabas sin parar, tratando de fingir; me hallaste.
Luego no te importé, pero eso me gustó cuando me enamoré, huiste con mi amor; me heriste.
Me di cuenta que yo, nada soy para ti, me di cuando amor, que un tonta yo fui. Siempre supe desde que te conocí, que un problema eras, me enseñaste lugares donde nunca fui, y aún así me humillas. 
Siempre supe desde que te conocí, que un problema eras me enseñaste lugares donde nunca fui, he despertado y ahora en el suelo estoy.
No sé disculpará, no me verá llorar, él sólo fingirá, que no tuvo la culpa alguna.
Rumores escuché, confirman la verdad al fin pude entender, que sólo fui una más, no hay duda.
Me di cuenta que yo, nada soy para ti me di cuando amor, que un tonto yo fui. Siempre supe desde que te conocí, que un problema eras, me enseñaste lugares donde nunca fui, y aún así me humillas.
Siempre supe desde que te conocí, que un problema eras me enseñaste lugares donde nunca fui, he despertado y ahora en el suelo estoy.
Cuando el miedo está, empiezo a preguntar ¿si me pudiste amar?, quizás ¿a alguien más? di la verdad. 
Siempre supe desde que te conocí, que un problema eras me enseñaste lugares donde nunca fui, y aún así me humillas Siempre supe desde que te conocí, que un problema eras me enseñaste lugares donde nunca fui, he despertado y ahora en el suelo estoy.
He despertado y ahora en el suelo estoy en el suelo. He despertado y ahora en el suelo estoy.

La historia de estos diecinueve adolescentes puede resultar tan confusa como hipnotizante, porque, ¿qué sería del mundo sin el amor? 
Todo comienza en Loty Ross, al norte de Reino Unido. Un pueblo tranquilo, sin demasiado turismo. En el centro, se encuentra un Starbucks que recibe mucha clientela semanalmente; el martes de la tercera semana de octubre, pegaron en la puerta un papel en el que ofrecían trabajo a nueve personas personas. Claro que, con todos los adolescentes que pagaban, el sueldo sería de buen ver. 
Después de miles de intentos, cuatro chicos y cinco chicas fueron los afortunados.
¿Y qué pasó con los otros nueve? Simple.
La clientela seguía siendo elevada, y algún que otro intentaba ligar con los empleados. No había ninguna normal con eso de tener relaciones en el establecimiento, así que dejados llevar por la lujuria, los diecinueve chicos deciden ser malos.
Y quizás, solo tal vez, se enamoren.  

El campamento de fútbol americano se acerca, al igual que el campamento de cheerleading. A los seis jugadores mas importantes del equipo no les atrae la idea de pasar un mes y medio compartiendo con otros hombres, entrenando cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo, hasta sangrar. Pero a ellos si les atrae la idea de estar dos meses con trescientas sexy's y desconocidas porristas, por lo que deciden entrar al equipo de porrismo de su instituto, el cual carece de fuerza, y por esa razón es desastroso. Algunas chicas del equipo los quieren, otras no, pero cuando el campamento y la competencia empiecen, ¿ Quién caerá en las redes de quién?¿Los mujeriegos en las de las porristas o las chicas en las de los atletas?

Por diferentes razones, no podían estar juntos. Tanto porque eran tema "tabú", o por el que dirán, e incluso por el simple hecho de que sería "extraño". Aunque si te rompen el corazón, y necesitas un consuelo, todas esas razones se van por el caño. Cuatro chicas con casos diferentes, pero con algo en común, un corazón roto. Y ellos estaban decididos a repararlos.
«Cada pequeña cosa que hago, nunca parece suficiente para ti, tú no quieres perder de nuevo, pero yo no soy como ellos. Cuando finalmente ames a alguien, adivina qué, ese voy a ser yo».

La pacífica e idílica ciudad de Canterbury era la cuna de seis jóvenes chicas con algo en común: todas ellas murieron el día 19 de abril por diferentes motivos y de diversas formas.

A pesar de sus trágicos finales, las adolescentes no lograron alcanzar el tan preciado descanso eterno puesto que debían cumplir con una última tarea: cuidar de la persona que les fuera asignada para que éstas no corrieran la misma suerte y terminaran igual que ellas debido a sus múltiples problemas.

Lo que estas chicas no se esperaban era que para poder realizar dicha tarea deberían volver a vivir.  Cada una regresaría a aquel 18 de abril, el día antes de su fallecimiento, y comenzarían la búsqueda de sus “protegidos”.

La cuestión aquí es… ¿aceptarán las seis volver a sus antiguas, y quizás odiadas, vidas? ¿Lograrán cuidar de su protegido y a su vez salvarse a sí mismas? Y por sobre todo ¿encontrarán su verdadero lugar luego de la muerte?

En el internado Hamilton de Londres un grupo de chicos muy diferentes entre sí reciben una invitación de su amiga Jane invitándolos a una reunión que se celebra en su hermandad. Los chicos, aunque sepan que tal vez no  estén tan cómodos en la reunión, asisten de todas formas porque todos, en algún sentido, le deben una a Jane.  
A medida que iban llegando los invitados estos se iban segregando en pequeños grupos. Pronto la electricidad se cortó y quedó todo oscuro. Nadie se preocupó mucho, la casa en la que residía Jane durante el año escolar era vieja y pensaron que los cortes de luz eran normales, así que trataron de conservar la calma. Pero eso terminó cuando, al cabo de unos segundos, la luz volvió y no había ni rastros de Jane. Todos comenzaron a sentirse extraños una sensación de culpabilidad y fortaleza los invadió por completo y a partir de ese momento nada volvería a ser igual.

La vida adolescente suele ser muy complicada. Creces creyendo en cosas que con el paso del tiempo descubres que no son realidad, te enamoras, sufres un corazón roto, pasas por demasiadas decepciones, pierdes y ganas amigos, cometes muchos errores, caes demasiadas veces en el mismo lugar, lloras a borbotones, ríes todo el tiempo y un sinfín de cosas más, que, con el paso del tiempo; esas situaciones son lecciones de vida que te ayudan madurar y ser un adulto prudente.

Antes de cumplir los dieciocho años de edad, un grupo de jóvenes se aventuran a la experiencia más grande de su vida: Un viaje a París.

No hay nada mejor que tomarse un periodo vacacional lejos de supervisión paterna, de la mano de tus compañeros de clase y redescubrir una nueva etapa antes de expandir las alas y tomarse más en serio la vida. 

30 días en París es todo lo que estos chicos desearon. En este viaje se enamoran como nunca imaginaron, aprenden el verdadero significado de amistad, desarrollan emociones muy fuertes y, aunque no todo es color de rosa, regresan siendo jóvenes completamente distintos a los que se fueron. Jóvenes que deciden enfrentarse al mundo real para tener su “felices por siempre” plagado de sonrisas y carcajadas.

Porque, ¿en realidad es vida sin felicidad?