Alicia en el mundo de verdad.

"Rueda de prensa y blah, blah, blah."

Mi celular no tarda en sonar inmediatamente después de que el bastardo de Ryan y su programa de mierda, se va a comerciales. No puedo creer que haya votado por él como el conductor más guapo. Bah.
Resulta ser que Luke está como loco al teléfono. Le ordeno que cuente hasta diez, y lo hace. Después de eso desquita su ira conmigo. Increíble.
-Esto es tu culpa, Alice.- me reprocha. Y siento que vomitaré bilis del coraje. Siempre me culpa de todo. Es verdad que la mayoría de los problemas que tiene que resolver Luke, son producto de mi insolencia. PERO NO SIEMPRE.
-No me he metido en problemas,  lo juro.- Ahora la que cuenta hasta diez soy yo para controlar el impulso de gritar sarta de estupideces a Luke, sé que eso no ayudará en nada. Cuando ambos estamos enojados,  somos petardos con mechas encendidas. Así que respiro hondo para que mi cabeza se enfríe.
-¿No te parece suficiente con todo lo que has hecho? Es una venganza, Alice. De parte de todos los periodistas a los que has ofendido.
-¡Paparazis!- grito frustrada- No se les puede llamar periodistas. Lo único que hacen es molestarme. ¡Todo el tiempo!
-Mañana en la rueda de prensa preguntarán sobre este incidente, tú serás la única que llevará apuntador. Desde los paneles de control, yo te daré instrucciones de lo que dirás.- Su tono de voz ya no suena severo, si no comprensivo y un tanto paternal, eso hace que mis hombros se relajen. Aborrezco cuando me grita.
-¿Qué me obligaras a decir está vez?- Pregunto, esperando que la respuesta no sea que pida una disculpa, porque jamás lo haría.
-Pedirás disculpas a esos mal nacidos.- Sonrío aunque la idea de disculparme es exactamente lo que no quería. Pero les dijo “Mal nacidos” a los paparazis, así que afirmo que está de mi lado.
-Y, básicamente, les tirarás rosas a esos chicos, a One Direction.- Hago una mueca de asco de sólo pensarlo porque sé que él no me ve, y no nota cuanto me desagrada la idea de adular a esos cinco. ¿Qué no tienen demasiado con las miles de fans que no se cansan de recordarles lo maravillosos que son?
-De acuerdo. ¿Cómo están las chicas?
-Sobre eso… mañana tendremos junta “Familiar”. El dueño de la disquera está muy enojado. Creo que las va a separar, Alice. Lo siento mucho.- Mi estomago se revuelve con desesperación y no puedo creer lo que acabo de escuchar. Es fuera de lugar e inoportuno.
-Eso es extremista, Luke.- Mi voz cuelga de un hilo y mis ojos comienzan a picar bajo mis pestañas.- Tienes que hacer algo.- Hay un silencio abismal, luego lo escucho hablar de nuevo.
-Se que es radical, pero yo no tomo ese tipo de decisiones.
Cuelga el teléfono, y me deja con un dolor de cabeza y pecho terrible.

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Mi despertador suena a las 6:00 y media de la mañana, pero yo ya estoy despierta. Lo estuve toda la noche. ¿Cómo podría descansar con todo lo que estaba ocurriendo?  La sola idea de que busquen disolver la banda me angustia. ¿Ellas sabrán sobre lo que quieren hacer? Mi corazón se aprieta pensando en que hoy podría ser mi último día como integrante de “After The Storm” y eso apesta. Apesta como basura.
Pasan por mí como siempre en un mini Cooper  negro. No es un auto pomposo, pero me agrada. Es divertido y fuera de lo común. Luke lo puso a mi disposición porque sabía lo mucho que esté auto me divertía, de una forma bizarra, claro. Pero ni siquiera el auto me levanta el ánimo.

Llego al hotel en dónde será la rueda de prensa. Me dan la llave de mi habitación, y me dirijo al lugar para que me arreglen y maquillen.
Cuando estoy lista, son casi las 10 de la mañana y mi estomago ruge como si quisiera salirse de mí. Así que me dirijo al restaurant del hotel con la esperanza de que Luke no se encuentre ahí y revise lo que me sirvo. Y, gracias a dios, él no está. Me siento en la barra, y pido unos hot- cakes con mucha mermelada. Miro el cubito de mantequilla derretirse en el panquesito, y siento que la que se derrite soy yo por el hambre. Estoy a punto de pedirle a la dependienta que me traiga un vaso con leche también,  cuando me doy cuenta de que ya ni siquiera está en frente de mí. La busco con la mirada, y la encuentro a ella, y a todo el personal, en el fondo del restaurante. Arremolinándose como abejas en un panal. Por lo que puedo escuchar, hay celebridades en el hotel. ¿Y yo que soy? Me río de mi misma, y me acerco para ver de quien se trata. Cuando me doy cuenta de que One Direction se abre paso entre todos ellos y se dirigen a la barra en la que me encontraba hace unos instantes. Escupo el pedazo de Hot-cake que tenía en la boca en reflejo a lo que mis ojos veían.  Y ellos me miran con desagrado. Pero uno, uno de ellos sonríe. Y las arrugas de sus ojos al sonreír me hacen darme cuenta de que mi vida ha sido basura. Jamás he visto algo tan sexy y bello como lo que veo sentarse en el lugar que ocupaba antes de levantarme. Y ahora ese asiento luce intimo, pues yo reposaba mi trasero ahí antes que el suyo.  Y me siento estúpida pensando este tipo de cosas.