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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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MIRRORS [LARRY STYLINSON] ¡¡¡ AVISO !!!
O W N :: Archivos :: Canceladas
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Re: MIRRORS [LARRY STYLINSON] ¡¡¡ AVISO !!!
Hola! Que bueno que te gusta :DAlexis4Life escribió:Holaaa
Lo ame, estuvo tan....genial
¿¿Quien es Matt??
Espero que ed no le haya hecho tanto daño a Louis, sino tendra que pagar Harry
Quien mierda es matt? El aman de Ed..?
Siguela prooonto¡¡!!
Bye Bye
Emmm Matt... ah
Ed le hizo daño a muchas personas :c
Ya vas a saber xD
Ya sigoooo!!! Besos ♡♡♡♡♡♡♡♡
Micaela★
Re: MIRRORS [LARRY STYLINSON] ¡¡¡ AVISO !!!
Que bueno que te guste :3LauraDirectionerLS escribió:Jdhcjxjxjhdjd mola!
Siguela pronto
Te quiero
Ya sigo!!! Besos ♡♡
Te quiero más :hug:
Micaela★
Re: MIRRORS [LARRY STYLINSON] ¡¡¡ AVISO !!!
Jajajaja no deberías leer en el trabajo ah xDAlice Carroll escribió:TOY CONDÍA EN EL TRABAJO Y SOLO TE PUEDO DECIRO M GDEBES SEGUIRLAIIIIIIHHHH AHÍ VIENENTE AMOOOOOOOBYE
Ya sigo!!!
Te amo más bebe ♡♡♡♡
Micaela★
Re: MIRRORS [LARRY STYLINSON] ¡¡¡ AVISO !!!
Bueno más adelante lo sabrás xDjulyALC escribió:Yoooo creo que Mat es el amante de Ed. ohhh amo tanto tanto a harry. Gracias por subir este capitulo mica lo ame profundamente! espero que harry pueda solucionar sus problemas con esta nueva vida, impaciente por leer :3
Harry es un amor :3
Gracias a vos por leer :)
Ya sigo!!!!!!! Te quiero July ♡♡♡
Micaela★
Re: MIRRORS [LARRY STYLINSON] ¡¡¡ AVISO !!!
Si esto era lo que más lo conviene a el xDDebby1D escribió:No es como si lo hubiera meditado mucho tampoco JAJAJ no podía dejar pasar esa oportunidad.
No va a ser fácil pero es lo mejor que le podía pasar por el momento.
Lo bueno va a ser cuando se entere de que ahora tiene un esposo JAJAJA.
Seguila pronto por favor!
Adios ♥
Jajaja todavía no se encontrará con su "sexy esposo" :3
Ya sigo!!! Besos ♡
Micaela★
Re: MIRRORS [LARRY STYLINSON] ¡¡¡ AVISO !!!
Que bueno :DMar_love1D escribió:Me encantó el cap!
Seguilaaa! :D
Ya la sigo! Besos ♡♡♡
Micaela★
Re: MIRRORS [LARRY STYLINSON] ¡¡¡ AVISO !!!
Si tiene los deditos quebraditos :c ahAngeles escribió:¿Le quebraron los dedos? Ay que feo D: dsjnfaosdj siempre que leo o veo algo así, me duele a mi .___.
Bueno, al menos ahora no va a morir de hambre, y va a estar con Louis e.e ah
Si es que puede arreglar las cosas.
Me gustó el capitulo sjdfnads
Besos!! :hug:
Si debe ser muy doloroso D:
Si pobre estaba muy mal en su propia vida, además gano a ese Dios griego como esposo ah
Que bueno :B Besos Ansheles ♡
Micaela★
Re: MIRRORS [LARRY STYLINSON] ¡¡¡ AVISO !!!
Dios no recuerdo tu nombre :cMyKryptonitLarry escribió:Holaaaa!!!
Yo acosandote por aca también, ¿sabes?, me estas volviendo adicta a tus historias son muy jakdhakdhakdh xd, bueeeeeeee; como sea, O.O' ya ahora le vale pagar 200 por un corte xd, quiero ver como le hará para las citas de negocios y cuando vea a su esposo :3.
Aunque sufrió mucho ya, creo que seguirá sufriendo xd.
Bueno ya me calmo, adiós besos :) xx.
Gracias por acosarme ;) jaja que bueno :B
Si un poco mucho para un corte de pelo aunque hoy en día puede salir eso jaja ah
Ya pronto verás :)
No sufras!!! Besos ♡♡♡
Micaela★
Re: MIRRORS [LARRY STYLINSON] ¡¡¡ AVISO !!!
El blah blah blah siempre me hace acordar a Blanda Eggensldkjfhrs no se que ah es que no recuerdo tu nombre :cBlahBlahBlah escribió:Holaaaa! Ay me desaparecí y no comenté antes! Pero hoy ya pude leerlos y skdhfljdhg me gusta, me gusta!
Ese Ed se ve que era bastante hijo de puta...
Todavía no aparece Lou :(
Yo ya quiero ver la reacción de Harry cuando lo vea y sepa que "su esposo" kdfljgñdk
Seguila pronto por favor!
Besos!
Que bueno que ya puedas leer :B
Es un poco hijo de puta si...
No Lou se hace desear ah
Un esposo sexy va a morir xD na mentira jaja.
Ya sigo!!! Besos ♡♡♡♡
Micaela★
Re: MIRRORS [LARRY STYLINSON] ¡¡¡ AVISO !!!
Ya sigooooooooooo!mafer_forev escribió:SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Besos ♡♡♡♡
Micaela★
Capitulo 3
Capitulo 3
No fue difícil encontrar la ubicación de la casa parcela siete donde su hermano vivía. El navegador a bordo había sido pre-programado con la dirección de Bel Air. Era extraño volver al vehículo con su nuevo corte de pelo y el navegador mecánico de voz diciéndole la forma de volver a la autopista a Bel Air.
Harry conducía, incapaz de dejar de pensar en el hecho de que su ahora destruido Ford Taurus habían sido siempre sus piernas. Las ventanas y la puerta del lado del conductor no se abrían, y la transmisión se deslizaba constantemente. Qué sueño estar cruzando adelante en la parte lujosa de Sunset a la propiedad de su hermano, a través de la comunidad cerrada de Bel Air
Experimentó un breve momento de pánico con el guarda de la puerta. Presionando el botón de la ventana, se maravilló de la suavidad de su funcionamiento. La ventana del Taurus había quedado atrapada desde el día que lo compró en una subasta. Harry reconoció las ornamentadas puertas de hierro forjado por la televisión. Su hermano había sido entrevistado en su casa el año pasado para un espectáculo sobre viviendas de lujo, ya que estaba llena de antigüedades de lujo. Ed le había dicho al entrevistador que la casa había sido construida originalmente para la segunda esposa de su padre, pero que Ed decidió mantenerla cuando se divorciaron.
—Buenas noches, Sr. Styles,—dijo el guarda, abriendo la puerta—. La reunión ha comenzado ya, voy a dejar que el Sr. Watanabe sepa que está en casa.
¿Quién demonios era el señor Watanabe y de qué reunión estaba hablando?
Harry sonrió y asintió mientras dirigía el coche al interior de las puertas. Desde el espejo retrovisor, pudo ver al guarda recoger un teléfono dentro de su cubículo. La puerta giró tranquilamente cerrándose tras él. Harry avanzó, consciente de sus dedos sudando contra el volante de cuero.
¿Dónde diablos estaba la casa? El pánico le erizó. Se vería como un idiota si comenzara a dar vueltas con el coche, girando en la carretera. Parpadeó por un momento, mirando al frente. Parecía algo como Mujeres Desesperadas... ¿Cómo se llamaba? Wisteria Lane. Había esperado mansiones y sí estaban allí... pero ¿qué coño? ¿Por qué camino ir? ¿Izquierda o derecha?
Miró hacia atrás por el espejo retrovisor y vio que el guarda de la puerta estaba mirándole fijamente. ¡Oh! Elegante.
Justo cuando había decidido girar a la derecha, el sistema de navegación a bordo le sobresaltó.
—Gire a la derecha y luego noventa metros más adelante, gire a la derecha en St. Cloud Road.
—Gracias, —dijo, y puso los ojos en blanco... ¡ahora estaba agradeciendo a un maldito ordenador!
La casa estaba en una meseta sobre una pendiente pronunciada, rodeada de árboles. Era de un irregular estilo español, con negras ventanas enrejadas y puertas. Rosales se alineaban en el camino que conducía a la puerta de entrada y había una pequeña fuente con un estanque. Una estatua como griega de un ángel meaba agua en el embalse.
¿Aparcaba Ed en su garaje? Se dio cuenta de una vieja camioneta estacionada en la calzada y dio la vuelta al coche delante de la casa. Cuando Harry salió, un hombre hispano de mediana edad con un sombrero arrugado en la cabeza le saludó con la mano.
—Buenas noches, señor Styles. Estaba a punto de terminar aquí. Siento haber aparcado en el camino de entrada, pero necesitaba mis herramientas. Era un trabajo más grande recortar los arbustos de lo que pensaba. Trabajaré hasta la noche, si quiere.
Parecía nervioso. Harry también estaba nervioso. ¿Podría salir airoso de esto? —Ah, está bien, vete a casa. No hay necesidad de apresurarse. Termina mañana.
El jardinero parecía sorprendido. —Usted dice eso pero, señor, usted me dijo... No quiero perder mi trabajo.
—Está bien, —respondió Harry — vete a casa. No perderás tu trabajo.
—Gracias, señor. —El jardinero asintió con la cabeza y corrió hacia la vieja camioneta, arrastrando un rastrillo y una llena bolsa de basura detrás de él.
Harry se quedó allí un momento mientras el hombre se marchaba. Tocó las llaves en el bolsillo y se dirigió hacia la puerta frontal. No llegó muy lejos. Un hombre llegó corriendo fuera de la casa de al lado, saludándole con la mano.
—¡Styles! Pensé que no ibas a ponerte en pie de nuevo. ¡Estoy tan contento de que lo hicieras!
Harry se detuvo y lo miró fijamente.
El hombre estaba haciéndole un gesto, con apresuramiento, con amplios barridos de la mano. Harry trató de no centrarse en la obra del jardinero. Había hecho un trabajo maravilloso. El jardín estaba impecable. Caminó por el sendero y sobre la propiedad del vecino. Subió por el camino del jardín, admirando al jardín de estilo Zen del hombre asiático y el estanque koi escondido debajo de un árbol de cerezo ornamental. Incluso con la luz del atardecer invadiendo, pudo ver que había sido bien atendido para evitar la caída de las hojas y las flores en el estanque.
—Por lo general, pisas mi jardín, —dijo el hombre, con las manos en las caderas—. Yo... guau... Bueno, gracias. Aprecio que camines por ahí.
Harry trató de no reaccionar. ¿Ed pisoteaba su jardín Zen?
Estrechó la mano que el hombre le ofrecía. Sólo se imaginaba qué tipo era. Nikko Watanabe, una estrella, caliente estrella de la nueva televisión. Era tan sexy con su pelo largo y pantalones vaqueros llenando su forma. Harry no podía recordar cuál era el nombre del programa en el que el chico estaba, pero era en una cosa de tipo de mafia asiática. Yakuza. Sí, eso era, algo acerca de LA Yakuza. Se quedó mirando la mano de Nikko y se dio cuenta de que los terribles tatuajes que adornaban el cuerpo del actor en la serie no eran suyos.
Echando un vistazo a los zapatos alineados en un largo estante de cedro de la parte frontal de la casa, Harry no podía dejar de entrever la significativa mirada de su anfitrión. Comenzó a quitarse sus zapatos y dejarlos, mirando hacia afuera, junto con los otros.
Nikko Watanabe sonrió. —Gracias por eso. Agradezco que respetes mi religión.
Harry no podía hablar. El hombre parecía realmente agradecido... casi... aliviado. Entró en la casa, sorprendido por su cara sencillez. Una gigantesca estatua de Buda se alineaba lo largo de una pared en un gigantesco Butsadan. Debía haber costado una fortuna.
Otros dos hombres se arremolinaban en lo que supuso que era la sala de estar, bebiendo té en una tetera de barro en la mesa de café. Harry no había parado para comer o beber nada en todo el día y la comprensión de repente lo golpeó. Se estaba muriendo de hambre.
—¿Te gustaría un poco de té? —le preguntó Nikko.
—Eso sería genial, gracias.
—Por favor, toma asiento. —Nikko le dio una pequeña reverencia y señaló una pieza original, un blanco sofá seccional.
A través de la mesa de café los otros dos hombres habían dejado de hablar. Se veían vagamente ridículos equilibrando pequeñas tazas de té en sus grandes manos. Una vez más era consciente del escrutinio de los dedos rotos. No había tenido dinero para fijárselos por un médico. Había moldeado sus propias tablillas y estaban sanando bien, pero su vendaje dejaba mucho que desear. Ahora que tenía dinero en efectivo, podía ver a un médico como la primera cosa en la mañana.
Estaba a punto de presentarse y se obligó a detenerse. Ed, obviamente, conocía a estas personas. Fanfarronearía a su manera a través de esta reunión.
—Es té kukicha —dijo Nikko, entregándole una humeante taza—. Si no te gusta, por favor dilo. Preferiría que no lo arrojaras al otro lado de la habitación, como hiciste la última vez.
«Oh, Dios mío... ¿mi hermano realmente era un colosal rico gilipollas?»
Harry era consciente de que su mano temblaba un poco. —Me encanta el kukicha, —dijo—. Tiene tantas cualidades medicinales.
Nikko miraba cuando Harry tomó un sorbo. Perfecto. Le gustaba el sabor a nuez y crema y dejó que el trago persistiera en su lengua. Cerró los ojos y tragó. Cuando los volvió a abrir, encontró a todos mirándolo fijamente. El gran chico frente a él parecía especialmente sorprendido.
—Lo siento, —dijo Harry. Tomó otro sorbo, preocupado de que Nikko le quitara la taza y le enviara fuera.
—¿Más? —preguntó Nikko. Miró a la otros dos hombres mientras recogía el vaso de agua. ¿Qué demonios estaba pasando? Nikko le sirvió un poco más de té, colocando la tetera de nuevo y se sentó a la izquierda de Harry en una silla de aspecto decorativo, más que funcional.
—Bueno —dijo el hombre alto, aclarándose la garganta—. En primer lugar, me gustaría darte las gracias por haber venido aquí y en segundo lugar... bueno, por supuesto que nos gustaría hablar sobre el árbol. Sé que has declarado tus sentimientos al respecto, bastante... estridentemente, pero antes de ir tan lejos como decretar la Ley de Árbol, nos gustaría recordarte que el nogal tiene noventa y cuatro años y nos gustaría conservarlo…
—Por supuesto, —dijo Harry, preguntándose si sería grosero pedir más té. Atrapó la mirada de Nikko girando y volviéndole a mirar. La mirada de Nikko se posó de nuevo en la de Aaron ahora con la taza vacía y cogió la tetera de nuevo.
El hombre grande estaba parpadeando. Harry claramente le había desarmado por su respuesta. Eso era evidente.
—Tú... ¿estás de acuerdo? —El gran hombre se lamió los labios. Esto era claramente un asunto emocional para él—. Guau. Como sabes, se inclina y caen las hojas y…
—Lo siento —dijo Harry—. Por favor, dime lo que te gustaría que haga.
La sala quedó en silencio. Nikko se le quedó mirando fijamente, la tetera inclinándose un poco en sus manos.
Al otro lado de Harry, el gran hombre se relajó visiblemente. —Eso es una sorpresa. Hice una petición en torno a la calle y todo el mundo lo firmó para detenerte de continuar envenenándolo.
«¿Envenenarlo?» La taza de té casi escaldó los labios de Harry.
—Yo nunca haría eso.
—Bueno... —El hombre se aclaró la garganta: —Tus vecinos del otro lado de la carretera te grabaron vertiendo algo sobre las hojas, lanzándolo desde tu ventana.
Harry casi se atragantó con el té. —Hay un malentendido. No tengo ninguna intención de destruir o retirar el árbol. «Chico... ¿mi hermano trató de matar un árbol?»
—¿En serio? —el hombre de al lado del hombre grande con los labios aparentemente secos habló por primera vez—. Tenía la esperanza de que este fuera el caso. Tuvimos que analizar el árbol y es difícil saber si el daño se trataba de la sustancia cáustica que arrojaste sobre él, o si es la plaga del nogal.
Empujó una serie de fotos sobre la mesa a Harry que puso su taza sobre la mesa y cogió a regañadientes las fotos. Estudió las manchas negras en las hojas. La falta de la taza caliente contra sus dedos parecía dejarle temblando. Sus dedos palpitaban. Hizo lo que pudo para ignorar el dolor.
—Esa es la roya del nogal—dijo
Una vez más, las miradas de sorpresa corrieron entre los otros tres hombres.
—Eso es lo que dijo el experto en árboles. —El hombre grande se encogió de hombros—. Los nogales del vecindario la tienen, también.
—Yo puedo arreglar eso, —dijo Harry—. En un par de semanas van a estar como nuevos.
Los tres hombres se miraron estupefactos.
—¿Podemos tenerlo por escrito? —preguntó el tercer hombre.
—Claro. —Harry asintió—. Lo que quieras.
—Me sorprende que sepas sobre todo esto. Has sido tan... negativo sobre el árbol. Por cierto, ¿cómo puedes arreglar la roya del nogal? —preguntó Nikko.
—Oh, de muchas maneras, pero prefiero un enfoque natural. Necesitaría estudiarlo más, pero parece que el equilibrio del pH del suelo está mal. Usaría una mezcla de Burdeos, quemaría las áreas afectadas y… —pasó deprisa por las fotos con su mano buena— me gustaría podarlos un poco para garantizar la adecuada aireación. La roya prospera con la humedad.
— Dios mío... eso es casi exactamente lo que dijo el doctor del árbol. —El hombre grande se quedó mirando algunas páginas en su mano—. ¿Por qué no dijiste algo antes de que pasara dos mil dólares para su opinión de experto?
Sin pensarlo, Harry se inclinó sobre la mesa y tendió la mano.
—Déjame pagar por la cita.
El hombre entregó las páginas. Harry miró el nombre en la parte superior de la primera página. William Gelt. El nombre le resultaba familiar. ¿Por qué?
—Esto fue mejor de lo que esperaba, —dijo Nikko, poniéndose de pie cuando los otros hombres se levantaron. Aaron entendió que la reunión había terminado y le tendió la mano a los tres hombres para estrechárselas.
—Siento el malentendido, —dijo—. Siento lo del árbol. Me ocuparé de ello, lo primero por la mañana.
Se arrastró hacia la puerta consciente del total silencio detrás de él. Nikko vino justo cuando Aaron terminó deslizando sus zapatos de nuevo fuera al frente.
—¿Ha pasado algo? —preguntó Nikko.
Harry se quedó helado. —No. ¿Por qué?
—Tus dedos. Están sangrando.
—Oh, Dios mío. ¿Manché de sangre tu casa?
Nikko negó con la cabeza. —No, no. Estoy preocupado por tu mano. ¿Te has hecho daño?
—Me los golpeé con la puerta del coche.
—El doctor Gelt piensa que deberías ir al hospital para que te vean.
—Pero…
—Hazlo. Por favor. Aquí está su tarjeta. Estoy tan contento de que todo esto funcionara. —Nikko sonrió en la penumbra—. Les conté a todos que tu rutina súper-idiota era toda una actuación. A propósito, por tu solicitud, te dejaré que sepas que estaré organizando un servicio de oración por la mañana temprano aquí.
Nikko parecía nervioso de nuevo. Las palabras eran ponderadas, pero ¿por qué? Obviamente, Ed se había cuidado de lo que el actor hacía en la intimidad de su casa, pero... «¿por qué Nikko creía que yo necesitaba saber?» Empezó a preguntarse si el hombre era gay o heterosexual. ¿Habían tenido él y Ed alguna vez algo que había salido terriblemente mal?
—Está bien —dijo en voz alta—. Que te... diviertas. —«¿Que te diviertas? Jesús, Harry ¿podrías ser un poco más convincente?» Dio a Nikko lo que pensaba que era una sonrisa amistosa. Nikko parecía sorprendido, pero no dijo nada mientras Harry corría por el camino.
Harry conducía, incapaz de dejar de pensar en el hecho de que su ahora destruido Ford Taurus habían sido siempre sus piernas. Las ventanas y la puerta del lado del conductor no se abrían, y la transmisión se deslizaba constantemente. Qué sueño estar cruzando adelante en la parte lujosa de Sunset a la propiedad de su hermano, a través de la comunidad cerrada de Bel Air
Experimentó un breve momento de pánico con el guarda de la puerta. Presionando el botón de la ventana, se maravilló de la suavidad de su funcionamiento. La ventana del Taurus había quedado atrapada desde el día que lo compró en una subasta. Harry reconoció las ornamentadas puertas de hierro forjado por la televisión. Su hermano había sido entrevistado en su casa el año pasado para un espectáculo sobre viviendas de lujo, ya que estaba llena de antigüedades de lujo. Ed le había dicho al entrevistador que la casa había sido construida originalmente para la segunda esposa de su padre, pero que Ed decidió mantenerla cuando se divorciaron.
—Buenas noches, Sr. Styles,—dijo el guarda, abriendo la puerta—. La reunión ha comenzado ya, voy a dejar que el Sr. Watanabe sepa que está en casa.
¿Quién demonios era el señor Watanabe y de qué reunión estaba hablando?
Harry sonrió y asintió mientras dirigía el coche al interior de las puertas. Desde el espejo retrovisor, pudo ver al guarda recoger un teléfono dentro de su cubículo. La puerta giró tranquilamente cerrándose tras él. Harry avanzó, consciente de sus dedos sudando contra el volante de cuero.
¿Dónde diablos estaba la casa? El pánico le erizó. Se vería como un idiota si comenzara a dar vueltas con el coche, girando en la carretera. Parpadeó por un momento, mirando al frente. Parecía algo como Mujeres Desesperadas... ¿Cómo se llamaba? Wisteria Lane. Había esperado mansiones y sí estaban allí... pero ¿qué coño? ¿Por qué camino ir? ¿Izquierda o derecha?
Miró hacia atrás por el espejo retrovisor y vio que el guarda de la puerta estaba mirándole fijamente. ¡Oh! Elegante.
Justo cuando había decidido girar a la derecha, el sistema de navegación a bordo le sobresaltó.
—Gire a la derecha y luego noventa metros más adelante, gire a la derecha en St. Cloud Road.
—Gracias, —dijo, y puso los ojos en blanco... ¡ahora estaba agradeciendo a un maldito ordenador!
La casa estaba en una meseta sobre una pendiente pronunciada, rodeada de árboles. Era de un irregular estilo español, con negras ventanas enrejadas y puertas. Rosales se alineaban en el camino que conducía a la puerta de entrada y había una pequeña fuente con un estanque. Una estatua como griega de un ángel meaba agua en el embalse.
¿Aparcaba Ed en su garaje? Se dio cuenta de una vieja camioneta estacionada en la calzada y dio la vuelta al coche delante de la casa. Cuando Harry salió, un hombre hispano de mediana edad con un sombrero arrugado en la cabeza le saludó con la mano.
—Buenas noches, señor Styles. Estaba a punto de terminar aquí. Siento haber aparcado en el camino de entrada, pero necesitaba mis herramientas. Era un trabajo más grande recortar los arbustos de lo que pensaba. Trabajaré hasta la noche, si quiere.
Parecía nervioso. Harry también estaba nervioso. ¿Podría salir airoso de esto? —Ah, está bien, vete a casa. No hay necesidad de apresurarse. Termina mañana.
El jardinero parecía sorprendido. —Usted dice eso pero, señor, usted me dijo... No quiero perder mi trabajo.
—Está bien, —respondió Harry — vete a casa. No perderás tu trabajo.
—Gracias, señor. —El jardinero asintió con la cabeza y corrió hacia la vieja camioneta, arrastrando un rastrillo y una llena bolsa de basura detrás de él.
Harry se quedó allí un momento mientras el hombre se marchaba. Tocó las llaves en el bolsillo y se dirigió hacia la puerta frontal. No llegó muy lejos. Un hombre llegó corriendo fuera de la casa de al lado, saludándole con la mano.
—¡Styles! Pensé que no ibas a ponerte en pie de nuevo. ¡Estoy tan contento de que lo hicieras!
Harry se detuvo y lo miró fijamente.
El hombre estaba haciéndole un gesto, con apresuramiento, con amplios barridos de la mano. Harry trató de no centrarse en la obra del jardinero. Había hecho un trabajo maravilloso. El jardín estaba impecable. Caminó por el sendero y sobre la propiedad del vecino. Subió por el camino del jardín, admirando al jardín de estilo Zen del hombre asiático y el estanque koi escondido debajo de un árbol de cerezo ornamental. Incluso con la luz del atardecer invadiendo, pudo ver que había sido bien atendido para evitar la caída de las hojas y las flores en el estanque.
—Por lo general, pisas mi jardín, —dijo el hombre, con las manos en las caderas—. Yo... guau... Bueno, gracias. Aprecio que camines por ahí.
Harry trató de no reaccionar. ¿Ed pisoteaba su jardín Zen?
Estrechó la mano que el hombre le ofrecía. Sólo se imaginaba qué tipo era. Nikko Watanabe, una estrella, caliente estrella de la nueva televisión. Era tan sexy con su pelo largo y pantalones vaqueros llenando su forma. Harry no podía recordar cuál era el nombre del programa en el que el chico estaba, pero era en una cosa de tipo de mafia asiática. Yakuza. Sí, eso era, algo acerca de LA Yakuza. Se quedó mirando la mano de Nikko y se dio cuenta de que los terribles tatuajes que adornaban el cuerpo del actor en la serie no eran suyos.
Echando un vistazo a los zapatos alineados en un largo estante de cedro de la parte frontal de la casa, Harry no podía dejar de entrever la significativa mirada de su anfitrión. Comenzó a quitarse sus zapatos y dejarlos, mirando hacia afuera, junto con los otros.
Nikko Watanabe sonrió. —Gracias por eso. Agradezco que respetes mi religión.
Harry no podía hablar. El hombre parecía realmente agradecido... casi... aliviado. Entró en la casa, sorprendido por su cara sencillez. Una gigantesca estatua de Buda se alineaba lo largo de una pared en un gigantesco Butsadan. Debía haber costado una fortuna.
Otros dos hombres se arremolinaban en lo que supuso que era la sala de estar, bebiendo té en una tetera de barro en la mesa de café. Harry no había parado para comer o beber nada en todo el día y la comprensión de repente lo golpeó. Se estaba muriendo de hambre.
—¿Te gustaría un poco de té? —le preguntó Nikko.
—Eso sería genial, gracias.
—Por favor, toma asiento. —Nikko le dio una pequeña reverencia y señaló una pieza original, un blanco sofá seccional.
A través de la mesa de café los otros dos hombres habían dejado de hablar. Se veían vagamente ridículos equilibrando pequeñas tazas de té en sus grandes manos. Una vez más era consciente del escrutinio de los dedos rotos. No había tenido dinero para fijárselos por un médico. Había moldeado sus propias tablillas y estaban sanando bien, pero su vendaje dejaba mucho que desear. Ahora que tenía dinero en efectivo, podía ver a un médico como la primera cosa en la mañana.
Estaba a punto de presentarse y se obligó a detenerse. Ed, obviamente, conocía a estas personas. Fanfarronearía a su manera a través de esta reunión.
—Es té kukicha —dijo Nikko, entregándole una humeante taza—. Si no te gusta, por favor dilo. Preferiría que no lo arrojaras al otro lado de la habitación, como hiciste la última vez.
«Oh, Dios mío... ¿mi hermano realmente era un colosal rico gilipollas?»
Harry era consciente de que su mano temblaba un poco. —Me encanta el kukicha, —dijo—. Tiene tantas cualidades medicinales.
Nikko miraba cuando Harry tomó un sorbo. Perfecto. Le gustaba el sabor a nuez y crema y dejó que el trago persistiera en su lengua. Cerró los ojos y tragó. Cuando los volvió a abrir, encontró a todos mirándolo fijamente. El gran chico frente a él parecía especialmente sorprendido.
—Lo siento, —dijo Harry. Tomó otro sorbo, preocupado de que Nikko le quitara la taza y le enviara fuera.
—¿Más? —preguntó Nikko. Miró a la otros dos hombres mientras recogía el vaso de agua. ¿Qué demonios estaba pasando? Nikko le sirvió un poco más de té, colocando la tetera de nuevo y se sentó a la izquierda de Harry en una silla de aspecto decorativo, más que funcional.
—Bueno —dijo el hombre alto, aclarándose la garganta—. En primer lugar, me gustaría darte las gracias por haber venido aquí y en segundo lugar... bueno, por supuesto que nos gustaría hablar sobre el árbol. Sé que has declarado tus sentimientos al respecto, bastante... estridentemente, pero antes de ir tan lejos como decretar la Ley de Árbol, nos gustaría recordarte que el nogal tiene noventa y cuatro años y nos gustaría conservarlo…
—Por supuesto, —dijo Harry, preguntándose si sería grosero pedir más té. Atrapó la mirada de Nikko girando y volviéndole a mirar. La mirada de Nikko se posó de nuevo en la de Aaron ahora con la taza vacía y cogió la tetera de nuevo.
El hombre grande estaba parpadeando. Harry claramente le había desarmado por su respuesta. Eso era evidente.
—Tú... ¿estás de acuerdo? —El gran hombre se lamió los labios. Esto era claramente un asunto emocional para él—. Guau. Como sabes, se inclina y caen las hojas y…
—Lo siento —dijo Harry—. Por favor, dime lo que te gustaría que haga.
La sala quedó en silencio. Nikko se le quedó mirando fijamente, la tetera inclinándose un poco en sus manos.
Al otro lado de Harry, el gran hombre se relajó visiblemente. —Eso es una sorpresa. Hice una petición en torno a la calle y todo el mundo lo firmó para detenerte de continuar envenenándolo.
«¿Envenenarlo?» La taza de té casi escaldó los labios de Harry.
—Yo nunca haría eso.
—Bueno... —El hombre se aclaró la garganta: —Tus vecinos del otro lado de la carretera te grabaron vertiendo algo sobre las hojas, lanzándolo desde tu ventana.
Harry casi se atragantó con el té. —Hay un malentendido. No tengo ninguna intención de destruir o retirar el árbol. «Chico... ¿mi hermano trató de matar un árbol?»
—¿En serio? —el hombre de al lado del hombre grande con los labios aparentemente secos habló por primera vez—. Tenía la esperanza de que este fuera el caso. Tuvimos que analizar el árbol y es difícil saber si el daño se trataba de la sustancia cáustica que arrojaste sobre él, o si es la plaga del nogal.
Empujó una serie de fotos sobre la mesa a Harry que puso su taza sobre la mesa y cogió a regañadientes las fotos. Estudió las manchas negras en las hojas. La falta de la taza caliente contra sus dedos parecía dejarle temblando. Sus dedos palpitaban. Hizo lo que pudo para ignorar el dolor.
—Esa es la roya del nogal—dijo
Una vez más, las miradas de sorpresa corrieron entre los otros tres hombres.
—Eso es lo que dijo el experto en árboles. —El hombre grande se encogió de hombros—. Los nogales del vecindario la tienen, también.
—Yo puedo arreglar eso, —dijo Harry—. En un par de semanas van a estar como nuevos.
Los tres hombres se miraron estupefactos.
—¿Podemos tenerlo por escrito? —preguntó el tercer hombre.
—Claro. —Harry asintió—. Lo que quieras.
—Me sorprende que sepas sobre todo esto. Has sido tan... negativo sobre el árbol. Por cierto, ¿cómo puedes arreglar la roya del nogal? —preguntó Nikko.
—Oh, de muchas maneras, pero prefiero un enfoque natural. Necesitaría estudiarlo más, pero parece que el equilibrio del pH del suelo está mal. Usaría una mezcla de Burdeos, quemaría las áreas afectadas y… —pasó deprisa por las fotos con su mano buena— me gustaría podarlos un poco para garantizar la adecuada aireación. La roya prospera con la humedad.
— Dios mío... eso es casi exactamente lo que dijo el doctor del árbol. —El hombre grande se quedó mirando algunas páginas en su mano—. ¿Por qué no dijiste algo antes de que pasara dos mil dólares para su opinión de experto?
Sin pensarlo, Harry se inclinó sobre la mesa y tendió la mano.
—Déjame pagar por la cita.
El hombre entregó las páginas. Harry miró el nombre en la parte superior de la primera página. William Gelt. El nombre le resultaba familiar. ¿Por qué?
—Esto fue mejor de lo que esperaba, —dijo Nikko, poniéndose de pie cuando los otros hombres se levantaron. Aaron entendió que la reunión había terminado y le tendió la mano a los tres hombres para estrechárselas.
—Siento el malentendido, —dijo—. Siento lo del árbol. Me ocuparé de ello, lo primero por la mañana.
Se arrastró hacia la puerta consciente del total silencio detrás de él. Nikko vino justo cuando Aaron terminó deslizando sus zapatos de nuevo fuera al frente.
—¿Ha pasado algo? —preguntó Nikko.
Harry se quedó helado. —No. ¿Por qué?
—Tus dedos. Están sangrando.
—Oh, Dios mío. ¿Manché de sangre tu casa?
Nikko negó con la cabeza. —No, no. Estoy preocupado por tu mano. ¿Te has hecho daño?
—Me los golpeé con la puerta del coche.
—El doctor Gelt piensa que deberías ir al hospital para que te vean.
—Pero…
—Hazlo. Por favor. Aquí está su tarjeta. Estoy tan contento de que todo esto funcionara. —Nikko sonrió en la penumbra—. Les conté a todos que tu rutina súper-idiota era toda una actuación. A propósito, por tu solicitud, te dejaré que sepas que estaré organizando un servicio de oración por la mañana temprano aquí.
Nikko parecía nervioso de nuevo. Las palabras eran ponderadas, pero ¿por qué? Obviamente, Ed se había cuidado de lo que el actor hacía en la intimidad de su casa, pero... «¿por qué Nikko creía que yo necesitaba saber?» Empezó a preguntarse si el hombre era gay o heterosexual. ¿Habían tenido él y Ed alguna vez algo que había salido terriblemente mal?
—Está bien —dijo en voz alta—. Que te... diviertas. —«¿Que te diviertas? Jesús, Harry ¿podrías ser un poco más convincente?» Dio a Nikko lo que pensaba que era una sonrisa amistosa. Nikko parecía sorprendido, pero no dijo nada mientras Harry corría por el camino.
Nota: Hola! Me he dignado a subir capitulo xD Por ahora no pasa nada "interesante" es una introducción a como era Ed y como Harry aprende de el. Eso es todo! Comenten, besos ♡♡♡♡♡♡
Micaela★
Re: MIRRORS [LARRY STYLINSON] ¡¡¡ AVISO !!!
Hola
Me desepciono el capitulo....
No es que te haya quedado mal, te quedo genial...
Pero yo espere...espere y espere a que la siguieras, y cuando vi que hibas a subir quede como por qje me dije -Al fin saldra Lou...
Pero no salio, y solo por eso me desepcione TT
Siguelaaa prontooo
Pleaseeeeeee
Bye Bye
Me desepciono el capitulo....
No es que te haya quedado mal, te quedo genial...
Pero yo espere...espere y espere a que la siguieras, y cuando vi que hibas a subir quede como por qje me dije -Al fin saldra Lou...
Pero no salio, y solo por eso me desepcione TT
Siguelaaa prontooo
Pleaseeeeeee
Bye Bye
AlexaSwag.
Re: MIRRORS [LARRY STYLINSON] ¡¡¡ AVISO !!!
Era muy bastante hdp Ed
harry es mucho mas cuco
harry es mucho mas cuco
Dimples'sHarold
Re: MIRRORS [LARRY STYLINSON] ¡¡¡ AVISO !!!
JAAJAJAJJAJAJAJ
ME VAS A ODIAR PERO CREO QUE ED ERA TODO UN PERSONAJE
JAJAJAJAJAJA
UN IRREVERENTE HDP
QUÉ GANAS DE HABERLO CONOCIDO
HARRY ES TODO PAZ Y AMOR
EXQUISITO
YA QUISIERA VER A LOU
LA VERDAD QUISIERA VER TODO YA ES MUY BUENA
JAJAJAJJAJAJAJA
NO LO SUPERO
ME PUEDES DECIR QUIÉN TRATA DE ASESINAR UN ÁRBOL?
JAJAJAJJAJAJA
ME TIENE INTRIGADÍSIMA ESTA NOVE Y DEMASIADO ENGANCHADA
TE AMO BEBEEEEE
BYEEEEEE
SUBE PRONTO MICA
MÁS TE VALE
TE ACONSEJO QUE NO SAQUES MI LADO FEO
NAH TE AMO
Alice Carroll
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