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Sin noche de bodas (Joe y Tú) ADAPTACIÓN
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 8 de 12. • 1, 2, 3 ... 7, 8, 9, 10, 11, 12
Re: Sin noche de bodas (Joe y Tú) ADAPTACIÓN
Oh dios!! A Joe le va a dar un ataque al corazon xD!! Bien merecido se lo tiene y yo que habia pensado que habia tenido el detalle de las flores resulta que la romantica es su secretaria .-. Y parte de todo tiene el descaro y la delicadesa de una roca para decirselo.
Que cuando dijo que tendrian hijos cuando estuviera preparada significaba que pasaria las noches con las facilotas que se encuentra -.- que barbaro de verdad!
-fani
Que cuando dijo que tendrian hijos cuando estuviera preparada significaba que pasaria las noches con las facilotas que se encuentra -.- que barbaro de verdad!
-fani
GinaE
Re: Sin noche de bodas (Joe y Tú) ADAPTACIÓN
continuaaaaaa........
el CAP se va poniendo interesante....
:jojojo:
el CAP se va poniendo interesante....
:jojojo:
@ntonella
Re: Sin noche de bodas (Joe y Tú) ADAPTACIÓN
yo si mato a joe!!!.... como que esta en florencia y con otra!!!... y lo de las flores!!!.... aaaarrrggg ... ojala y la rayis lo vuelva loco!!!
chelis
Re: Sin noche de bodas (Joe y Tú) ADAPTACIÓN
Ah maldito infeliz!!
Como se andaba divirtiendo con otras!
Síguela!
Como se andaba divirtiendo con otras!
Síguela!
aranzhitha
Re: Sin noche de bodas (Joe y Tú) ADAPTACIÓN
Capítulo 6, tercera parte.
—¿Quieres bailar? —Le preguntó un hombre que se había colocado a su lado—. No me puedo creer que una chica tan guapa como tú esté sola.
______ se giró y se encontró demasiado cerca del hombre.
—Oh, no... No estoy sola —contestó dándose cuenta de que el hombre tenía la mirada clavada en su escote—. Estoy con mi pareja.
—¿Y te ha dejado sola? ¿Está loco? —insistió el desconocido acercándose todavía más.
—Yo... eh... —contestó ______ buscando entre la multitud.
Se sintió muy aliviada al ver Joseph entrando en la pista de baile, pero el alivio le duró poco al ver que iba de la mano de una rubia preciosa. Era la misma rubia de la noche anterior, pero con distinta ropa.
—Ya lo veo —dijo avanzando hacia la pista de baile.
Una vez allí, se abrió paso entre las parejas hasta llegar a Joe, que no la había visto acercarse y estaba muy sonriente bailando con la rubia de ojos azules.
______ tomó aire y le dio un golpecito en el hombro.
—Hola —lo saludó. Joseph se giró.
—¿______? —Exclamó sorprendido e incrédulo—. ¿Qué haces aquí?
______ sintió que el valor la abandonaba pues ella había esperado palabras de admiración y no aquello.
—Te echaba de menos.
Joseph no contestó inmediatamente, tomó aire y la miró de arriba abajo. Sus ojos observaron su maravillosa melena, cortada y suavizada, y se deslizaron a sus hombros desnudos, su escote expuesto y sus larguísimas piernas.
La sorpresa se tornó en incredulidad y, a continuación, en desaprobación. Cuando sus ojos alcanzaron los tacones de ______, recuperó el habla.
—¿Qué te has hecho?
—Me he arreglado —contestó ______ sintiéndose fatal.
La chica que estaba con Joseph iba exactamente igual vestida que ella y a él parecía gustarle. ¿Sería porque apenas tenía pecho y sus caderas eran rectas?
______ se mordió el labio inferior. Podía cambiarse de ropa, pero no podía cambiar su cuerpo.
—Joe... —dijo la rubia poniéndole la mano de perfecta manicura roja en el brazo.
Joseph se apresuró a apartarla con impaciencia.
—Este lugar no es apropiado para ti —le dijo a ______.
—¿Por qué no? —lo retó ella.
Joseph estaba a punto de contestar cuando algo que vio por detrás de ______ lo hizo enfurecer. ______ se giró preguntándose qué habría ocasionado aquella respuesta en sus ojos y se encontró con el hombre al que había conocido en la entrada, que ignoró a Joseph y le sonrió a ella encantado.
—Parece que tu pareja ya ha encontrado a otra chica para bailar, así que, si quieres, podemos bailar nosotros.
—¿Por qué no? —contestó ______.
Estaba en medio de una pista de baile haciendo el ridículo por un hombre al que le daba igual. Al menos, bailar con otro le restauraría su dignidad.
El hombre alargó el brazo para agarrarla de la mano, pero ______ sintió unos dedos fuertes en el hombro que la echaron hacia atrás.
—No va a bailar con nadie —dijo Joseph—. Está conmigo.
La rabia miró a ______ con cara de asesina y se fue. Joseph ni se dio cuenta. Estaba completamente concentrado en quitarse la chaqueta y ponérsela a ______ por los hombros.
—Ponte esto ahora mismo.
—No, no me lo voy a poner. No me va en absoluto con lo que llevo. Me taparía mi ropa nueva —contestó ______ moviéndose.
La chaqueta cayó al suelo.
—Eso es precisamente lo que quiero —contestó Joseph apretando los dientes y recogiendo la prenda—. Quiero que te tapes. Se te ve todo.
—¿Y la chica con la que estabas? ¿A ella no se le veía todo?
—Eso es diferente. Ella no es mi esposa.
—Gracias por recordármelo —le espetó _______.
Joseph la miró enfurecido.
—No pienso hablar de esto aquí. Nos vamos.
—Yo no me voy —contestó ______ dando un paso atrás—. ¡Acabo de llegar y todavía no has bailado conmigo!
—Y no pienso bailar contigo mientras sigas vestida así. Estás llamando la atención de todo el mundo.
—Así es como visten las mujeres que te gustan, ¿no? Voy vestida exactamente como tu amiga —se defendió ______ mirándolo a los ojos—. No entiendo qué pasa.
—No me gustas.
______ se sintió morir.
—Bueno, a él parecía que sí le gustaba —contestó ______ refiriéndose al hombre que la había invitado a bailar.
Joseph apretó la mandíbula y la miró con ojos amenazantes.
—A lo mejor es que estoy chapado a la antigua, pero no me gusta que mi esposa sea considerada un objeto de lujuria por otros hombres.
—Tú no pareces desearme, así que no entiendo dónde está el problema.
Joseph murmuró algo, la agarró con fuerza de la muñeca y la sacó a trompicones de la pista de baile. ______ no estaba acostumbrada a andar con tacones y estuvo a punto de torcerse un tobillo.
—Vete más despacio, por favor. Con estos zapatos no puedo andar deprisa.
—Pues haberte puesto algo más plano —contestó Joseph.
—¿Cómo me iba a poner zapato plano para venir a una discoteca? Llevo toda la vida llevando zapato plano. Quería tener otra perspectiva. No sé por qué te molestas tanto. Claro, como tú eres tan alto... —contestó ______ tropezando de nuevo.
Joseph suspiró exasperado, la tomó en brazos y salió a la calle con ella sin apenas mirar al portero.
En aquel momento, un flash los cegó y Joseph maldijo tanto en inglés como en italiano.
—Esa fotografía será portada mañana de los periódicos. Joseph Jonas saliendo de una discoteca con su esposa en brazos —se quejó dejando a ______ en el asiento trasero de la limusina que los estaba esperando—. Como no saben que no sabes andar con zapatos de tacón, dirán que estabas borracha.
—¿Y? A ti nunca te ha importado lo que los demás dijeran de ti.
—No lo digo por mí sino por mi hijo. No quiero que tenga que ver fotografías de su madre saliendo de una discoteca borracha.
—¿Ya estamos otra vez con eso del hijo? —protestó ______.
—Estaba hablando del futuro —contestó Joseph fríamente.
—¿Y qué va a pensar tu hijo cuando vea todas esas fotografías de su padre saliendo con otras mujeres de las discotecas? ¿Pensará «¡muy bien hecho, papá!» o «pobre mamá, qué tonta fue por aguantar a semejante bastardo»?
Joseph tomó aire y la miró con desaprobación.
—Ese tipo de lenguaje no te queda bien, no es propio de ti.
—Tú no sabes lo que es propio de mí. No me conoces absolutamente de nada. Lo único que haces es acostarte conmigo para dejarme embarazada y, luego, te vas. Es obvio que mi personalidad te parece poco interesante, como el resto de nuestra relación.
Joseph se quedó en silencio.
Monse_Jonas
Re: Sin noche de bodas (Joe y Tú) ADAPTACIÓN
Cap. 6, cuarta parte.
—Tápate —le dijo al cabo de un rato, entregándole la chaqueta de nuevo—. Y no discutas esta vez —añadió fijándose en su escote.
—Ya no estamos en la discoteca —protestó ______.
—No me apetece que mi conductor y mi guardaespaldas conozcan tu cuerpo tan íntimamente
—contestó Joseph deslizando la mirada por sus piernas—. No pareces una mujer casada respetable —añadió como si le costara hablar.
¿Una mujer casada respetable?
—Obviamente, no quería parecer una mujer casada respetable —contestó ______ intentando sonar razonable—. Lo que quería era estar sexy.
—¿Para qué?
—¡Para parecerte atractiva, por supuesto! Incluso me he comprado ropa interior nueva... mira —contestó ______.
A continuación, dejándose llevar por un impulso, se subió la falda y vio con satisfacción que Joe miraba sorprendido y tomaba aire profundamente.
—¿Pero qué haces? —exclamó apresurándose a apretar el botón que subía la pantalla de separación entre el conductor y ellos.
—Te estoy enseñando mis nuevas braguitas —contestó ______.
—______... —dijo Joseph mirándola a los ojos con deseo.
______ decidió ir a por todas y se subió la falda por completo, dejando al descubierto bragas negras con ligueros.
Joseph no podía dejar de mirarla.
—______... no me hagas esto... —se lamentó pasándose los dedos por el pelo—. Para ya. Para ahora mismo.
—¿Por qué quieres que pare? —preguntó ______ quitándose la blusa.
Joseph se quedó mirando sus pechos, sostenidos por un mínimo sujetador de encaje negro.
—Esto no puedes ser... —carraspeó.
Sin embargo, se apresuró a sentarla en su regazo y a apoderarse de su boca con fuerza. ______ estaba de lo más emocionada. Sobre todo cuando sintió las manos de Joe en el pelo. El beso no paraba, no terminaba nunca.
______ notó que el mundo daba vueltas y que el cuerpo le temblaba de desesperación. Había olvidado por completo dónde estaban. Lo único que importaba era que los dos jadeaban y festejaban el cuerpo del otro. Sintió las manos de Joe deslizándose desde su rostro a su trasero y lo oyó gemir de satisfacción.
Joseph estaba fuera de control, desesperado, la acariciaba por todas partes. ______ sintió sus dedos en el lugar más íntimo de su cuerpo. Aquellas caricias eran tan maravillosamente buenas que no podía dejar de jadear de placer. ______ se apretó contra sus manos, sin parar de besarlo con pasión.
Era tal el deseo que ______ ya no podía esperar más, así que, sin pensar en lo que hacía, dejándose llevar, deslizó una mano en la entrepierna de Joseph hasta que encontró su erección y le bajó la bragueta, liberándolo.
A continuación, se apretó contra él. Sin parar de besarla, Joseph la colocó a horcajadas sobre sí, la agarró de las caderas y se zambulló en su cuerpo haciéndola gemir.
______ comenzó a moverse por intuición, con el pelo a ambos lados de la cara, seduciendo con la lengua a Joe mientras sus movimientos rítmicos los conducían a ambos al borde de la locura.
Cuando explotaron fue al mismo tiempo.
Joseph no la soltó hasta que el pulso de su erección se calmó. ______ lo notaba en sus paredes vaginales.
—Joe... —murmuró con la voz tomada por la emoción.
A continuación, lo besó con ternura. Joseph no contestó inmediatamente. Tenía los ojos cerrados, pero, al final, controló su respiración lo suficiente como para hablar.
—¿Te he hecho daño? He sido bastante brusco.
—No —contestó ______—. Ha sido increíble.
—No me puedo creer lo que acabamos de hacer.
—¿Qué hay de malo en lo que acabamos de hacer?
—Nos acabamos de acostar en el coche —maldijo Joseph apartándola de encima de su cuerpo y depositándola a su lado en el asiento—. Vístete —le ordenó.
—¡Joe, estamos casados! No pasa nada por...
—¡Vístete!
______ se preguntó por qué estaba tan enfadado. No había sido capaz de resistirse a ella. Eso era bueno, ¿no? Eso significaba que había esperanza para su matrimonio. Significaba que la encontraba sexy, que su matrimonio no era sólo para concebir hijos.
—Eres muy estrecho para tener la fama que tienes con las mujeres —contestó ______ vistiéndose—. ¿Qué tal estoy?
—Pareces una tía buena —contestó Joseph.
______ sonrió encantada pero, al mirarlo a los ojos, comprendió que no lo había dicho como un cumplido.
—Has perdido el control, así que no me vengas diciendo ahora que no te gusto vestida así —protestó con voz trémula.
—No me gustas vestida así —insistió Joseph.
______ sintió que el dolor se apoderaba de ella.
—Eres un hipócrita. La chica con la que estabas bailando ayer por la noche y esta noche en la discoteca iba exactamente igual vestida que yo. De hecho, me inspiré en ella para comprarme la ropa.
—No la habías visto antes de esta noche, así que eso es imposible que sea cierto.
—Salisteis los dos en las noticias de anoche. Llevaba una minifalda, una blusa con mucho escote y zapatos de tacón alto. Supuse que era lo que te gustaba en una mujer porque parecía que te lo estabas pasando muy bien con ella.
Joseph la miró sorprendido.
—¿Salimos en las noticias de ayer?
—¿Te creías que tu secretito estaba a salvo mientras no estuvieras en Sicilia? A juzgar por cómo la agarrabas de la cintura, no parecía que te importara la ropa que llevaba.
—No es mi esposa.
—Gracias por resaltar lo obvio —contestó ______ con la voz tomada por el dolor.
La satisfacción que le había producido haber conseguido seducirlo se había evaporado por completo y ______ se dejó caer hacia atrás en el asiento.
—¿Tienes frío? —le preguntó Joseph al ver que temblaba.
—No, no tengo frío. Me siento completamente humillada —contestó _______ sinceramente—. No te haces idea de lo que es ver a tu marido bailando con una chica sexy y no poder competir.
—Tú no necesitas competir. Tú llevas mi alianza.
—Ahora mismo, preferiría que no fuera así —contestó ______ con un nudo en la garganta—. Si pudiera elegir, preferiría ser tu amante que tu esposa. No quiero que me dejes sola en una remota isla del Mediterráneo, quiero salir y vivir. Cada vez tengo más claro que, si fuera tu amante, llevaría una vida mucho más divertida que la que llevaré siendo tu esposa.
—No digas tonterías.
—No estoy diciendo tonterías. Intenta verlo desde mi perspectiva. Tu amante puede bailar en discotecas y vestirse como le dé la gana, la invitas a salir y seguro que pasas con ella buena parte del día.
—No tengo ninguna amante —gruñó Joseph—. La única mujer con la que me he acostado desde que nos casamos has sido tú. Sin embargo, es cierto que tengo amigas que conozco desde hace mucho tiempo y suelo salir con ellas cuando vengo a la ciudad. A eso se le llama tener vida social.
—Perdona por no reconocerlo, pero es que yo nunca la he tenido. Lo único que sé es que ella se divierte.
Joseph se quedó mirándola un rato.
Monse_Jonas
Re: Sin noche de bodas (Joe y Tú) ADAPTACIÓN
Capítulo 6, quinta parte.
—Tú también puedes divertirte —comentó viendo la oportunidad de hacer las paces—. ¿Todo esto es por dinero? Nunca hemos hablado directamente de este tema. Quiero que tengas muy claro que puedes gastar todo lo que quieras. Eres mi esposa, así que mi dinero es tuyo.
—¿Y en qué quieres que me lo gaste? —Se indignó _______—. Me tienes encerrada en una isla, Joseph, en la que no hay tiendas y, aunque las hubiera, ¿de qué me serviría comprarme ropa? ¿Para qué me la iba a poner? ¿Para quedarme sentada en la terraza yo sola? Nunca me llevas a ningún sitio. No, nada de esto es por dinero, Joe. Es porque quiero vivir mi vida como a mí me dé la gana. No quiero ser una ermitaña. No me dejas que me vaya y no me concedes el divorcio, pero yo tengo derecho a decidir cómo quiero vivir mis días. ¿De verdad te parezco poco razonable?
—¿Estás diciendo que quieres vivir tu vida en discotecas? —le preguntó Joseph como si no la conociera.
_______ apretó los dientes.
—Quizá. ¡No lo sé! Nunca había estado en una. Esta noche ha sido la primera vez que he entrado en una discoteca. Lo que te estoy diciendo es que quiero averiguar, explorar, hacer cosas que nunca me han permitido hacer, cosas que a otros os parece lo más normal del mundo —contestó ______ apesadumbrada.
Aquel hombre era exactamente igual que su padre. Estaba convencido de que el lugar de una esposa era la casa, ocupándose de los hijos.
—Estar casada contigo es como estar en la cárcel. Me has encerrado y has tirado la llave.
Joseph la miró exasperado.
—De repente soy un carcelero porque me niego a llevar a mi esposa a una discoteca.
—Así es como me siento —contestó ______ con un nudo en la garganta.
Se sentía tan mal que no se había dado cuenta de que el coche se había parado.
—Ya hemos llegado —anunció Joseph.
_______ bajó de la limusina sin fijarse siquiera dónde estaban. De repente, se encontró en una maravillosa suite, pero apenas se fijó en ella. Nada más llegar, se sentó en el borde de la cama y comenzó a desvestirse.
—Supongo que ahora volverás con ella.
—Deja de decir tonterías —se indignó Joseph.
—No son tonterías —se enfureció ______—. Es obvio que tú necesitas mucho sexo y, si no lo tienes conmigo...
—Te vuelvo a repetir que desde que nos casamos sólo me he acostado contigo —insistió Joseph. ______ quería creerlo.
—¿Me estás diciendo que nunca te has acostado con ella?
—No, no estoy diciendo eso —contestó Joseph acercándose a la ventana—. Fue hace mucho tiempo, antes de conocerte a ti.
—¿Así que te has acostado con ella?
—Sí, no quiero mentirte. Nos conocemos hace tiempo, pero lo nuestro terminó hace mucho —contestó—. En cualquier caso, no entiendo por qué estamos hablando de ella. Te aseguro que no te he sido infiel.
—Pero la encuentras atractiva.
—¿Qué tipo de pregunta es ésa?
—Una pregunta muy natural dado que soy tu esposa y no me encuentras atractiva.
Joseph tomó aire y se pasó los dedos por el pelo.
—No esperaba tener este tipo de conversaciones con mi esposa.
—¿Por qué no? ¿Lo dices porque era virgen hasta hace dos semanas? Da igual, aprendo deprisa. La has llevado a una discoteca. ¿Qué habría sucedido cuando hubiera terminado la noche? ¿La habrías llevado a casa?
—No, la habría llevado otra persona porque su casa no me pilla de paso. No entiendo tu obsesión con esa chica. Mi relación con ella es agua pasada. Todo el mundo tiene pasado, _______.
—Yo, no y, a este paso, tampoco tendré un futuro decente —contestó ______ quitándose los zapatos.
—Esta conversación es ridícula —se lamentó Joseph sirviéndose una copa—. Eres mi esposa, _______. ¿Qué más quieres?
—Por lo visto, demasiado.
Lo que quería era parecerle irresistible. _______ se dirigió a una puerta que esperaba que fuera el baño. Cuando salió después de haberse refrescado tras haber estado llorando un buen rato, encontró la habitación vacía.
Joseph estaba sentado en la terraza del palacio, mirando la noche, con una copa en la mano, intentando tranquilizarse, recordando que lo que había sucedido unas horas antes e intentando encontrar una explicación a su comportamiento. Había tomado a su mujer dejándose llevar por una pasión salvaje, sin pensar dónde estaban, sin pensar en absoluto. Bueno, pensando única y exclusivamente en sexo, en mantener una relación sexual básica y primitiva con una mujer irresistible.
El único problema era que aquella mujer en cuestión era su esposa y no entraba en sus planes sentirse así con su esposa. Lo cierto era que no quería sentir absolutamente nada por ella.
Joseph tenía muy claro lo peligrosa que podía ser la pasión. Llevaba toda la vida huyendo de ella. ¿Qué había ido mal?
Lo había planeado todo con mucho cuidado, pero, de repente, todo se le estaba yendo de las manos y el hecho de haber dejado a _______ llorando abajo no le gustaba en absoluto.
Joseph se sentía incómodo. Tras admitirse que había tratado a su esposa de manera casi agresiva pues se había dejado llevar por la pasión, se dijo que no era de extrañar que ______ estuviera disgustada.
La había tratado como a una mujer sexy y caliente capaz de volver loco a un hombre y no como a su esposa y futura madre de sus hijos.
Pero todo aquello había sido culpa de ______, por vestirse de manera tan provocativa. Joseph se dijo que cualquier hombre habría reaccionado como él y, de repente, se dio cuenta de que aquello no le estaba sentando bien. La idea de que cualquier otro hombre se fijara en ella, la mirara o la viera vestida así lo hacía enloquecer.
Nunca más. Aquello no se iba a repetir. ______ jamás aparecería vestida así en público. Y en privado, tampoco.
Su relación tenía que volver a ser la que había sido antes de que a su esposa se le ocurriera comprarse ropa interior de encaje negro. Al recordar aquellas prendas, Joseph volvió a excitarse y apretó los dientes.
Era obvio que ______ necesitaba y quería ropa nueva y a él le parecía bien. Al día siguiente, irían de compras y él elegiría su nuevo guardarropa, asegurándose de que no hubiera nada remotamente provocativo, asegurándose de que hasta el último centímetro de su increíble cuerpo quedara cubierto.
Así, volvería a sentir por ella lo mismo que sentía antes de que apareciera aquella noche en la discoteca.
Joseph sonrió satisfecho. El problema estaba solucionado, así que se puso en pie y decidió irse a dar un paseo por las calles de Florencia. No se veía capaz de compartir la cama con ______.
Al día siguiente, irían de compras y, así, podría borrar las imágenes que había en aquellos momentos en su cabeza y reemplazarlas con otras más adecuadas e infinitamente más cómodas, con las que le resultaría mucho más fácil convivir.
La decepción se apoderó de ella. ¿Qué esperaba?
A pesar del acalorado y erótico encuentro que habían tenido en el coche la noche anterior, era evidente que Joseph no la encontraba atractiva. Había tenido que vestirse de manera provocativa y prácticamente desnudarse para llamar su atención. ¿Por qué iba a querer compartir la cama con ella?
No esperaba que la amara, pero el hecho de que no la encontrara atractiva era la gota que colmaba el vaso. Así era imposible que su matrimonio funcionara.
Monse_Jonas
Re: Sin noche de bodas (Joe y Tú) ADAPTACIÓN
Cap 6, sexta parte.
______ se vistió con su ropa de siempre y decidió salir a ver Florencia. Su matrimonio no funcionaba, pero ella iba a aprovechar el día.
Cuando bajó las escaleras, se encontró en un patio maravilloso, soleado, de columnas de mármol blancas y lleno de olivos y de macetas de vivos colores rebosantes de flores.
Aquella vista tan bonita hizo que ______ cambiara de opinión. Ya saldría por la tarde a ver la ciudad. De momento, se iba a quedar allí dibujando.
Los minutos se hicieron horas y ______ seguía allí, reproduciendo la perfección arquitectónica del patio. Podría haberse pasado todo el día metida en su dibujo si no hubiera sido porque oyó unas pisadas.
—¿Qué haces aquí? —Vociferó Joseph—. ¿No te das cuenta del revuelo que has armado?
—¿Qué revuelo he armado? Llevo aquí, en el patio, todo el día.
—Nadie sabía dónde estabas —contestó Joseph apretando los dientes—. Te está buscando todo el mundo.
—Pues estaba aquí. ¿No se les ha ocurrido salir al patio?
—Es evidente que no —murmuró Joseph sacándose el teléfono móvil del bolsillo y hablando en italiano—. Nos has dado un susto de muerte, tesoro. No sabíamos dónde estabas.
—¿Tienes que saber en todo momento dónde estoy? —Protestó ______ cerrando su cuaderno de dibujo—. No te basta con mantenerme alejada de la vida, también quieres saber qué hago durante cada minuto del día. Por favor, no seas tan posesivo.
—No soy posesivo sino protector. No olvides que tengo mucho dinero y que todo aquél que quisiera hacerme daño podría hacérmelo a través de ti.
Aquello no se le había ocurrido a ______.
—Sólo estaba disfrutando del patio.
—¿Toda la mañana? —Le preguntó Joseph mirándola con incredulidad—. ¿Qué estabas haciendo exactamente para pasarte aquí toda la mañana?
—Nada —contestó ______ intentando esconder el cuaderno de dibujo.
—A ver —le ordenó Joseph, que lo había visto.
—No hay nada que ver.
—Entonces, supongo que no te importará enseñármelo.
______ se dijo que era imposible discutir con él, así que le entregó el cuaderno y desvió la mirada pues le daba vergüenza la reacción de Joe.
—¿Cuánto hace que dibujas? —le preguntó Joseph al cabo de un rato.
¿Para qué mentir?
—Llevo dibujando toda la vida y no hace falta que me digas que no tengo talento. Ya lo sé —contestó ______ preparándose para un comentario despectivo y diciéndose que su opinión no le importaba—. Lo hago porque me gusta, porque me parece relajante. Es una manera de escapar.
—Para que lo sepas, me parece que tienes mucho talento —contestó Joseph devolviéndole el cuaderno—. Supongo que la persona que te ha hecho creer lo contrario sería la misma que te hizo creer que eras gorda y poco atractiva. Fue tu padre, ¿verdad?
—Ya da igual —contestó ______ preguntándose por qué Joseph se mostraba tan amable.
Tal vez, quisiera hacer las paces por lo de la noche anterior.
—¿Es esto en lo que quieres trabajar? ¿Quieres dedicarte a pintar?
—¿Qué te hace pensar eso? —se sorprendió ______.
—¿Lo dices porque parezco poco sensible para otras cosas? —Comentó Joseph con ironía—. Verás, se me da bien ver cuándo una persona tiene talento. En eso se basa mi éxito en los negocios. Contesta a mi pregunta. ¿Te quieres dedicar profesionalmente a la pintura?
—No lo sé —contestó ______ encogiéndose de hombros—. No tengo la preparación suficiente. No he estudiado. Pinto todos los días porque me da la vida, porque es parte de mí, pero nadie me ha enseñado.
—Deberías haber estudiado arte en la universidad.
—No me dieron la oportunidad —se lamentó ______ poniéndose en pie—. ¿Te importaría que me diera una vuelta por el hotel para verlo todo?
—No es un hotel —contestó Joseph—. Este palacio es mío.
—Ah —se maravilló ______.
—No me importa en absoluto que des una vuelta, pero mejor déjalo para cuando volvamos.
—¿De dónde? ¿Hoy no tienes que trabajar?
—Llevo trabajando toda la noche y toda la mañana y resulta que mi mujer dice que no le hago caso y quiero solucionar esa situación —contestó Joseph.
—¿Adónde vamos? —sonrió ______.
—De compras. Si quieres ropa nueva, te la compraré, pero te advierto que será ropa normal, no la ropa de ayer. Se acabó el aparecer en público medio desnuda.
______ se preguntó si aquello querría decir que le había gustado y decidió que no.
—La verdad es que no necesito ropa nueva porque no salgo —contestó tocándose el pelo.
—Te dejaron el pelo muy bien. Lo tienes precioso —comentó Joseph—. Sí vas a necesita ropa nueva porque hoy, por ejemplo, vamos a salir a comer juntos.
—¿De verdad? Creía que mi papel de esposa consistía en quedarme en casa hasta tener hijos.
—No te pases, tesoro —le advirtió Joseph mirándola divertido y agarrándola de la mano—. Hoy vamos a salir. Quiero que hablemos. Quiero hacerte unas cuantas preguntas que, seguramente, tendría que haberte hecho hace mucho tiempo.
Monse_Jonas
Re: Sin noche de bodas (Joe y Tú) ADAPTACIÓN
Espero y les haya gustado el maratón chicas las quiero xD
Monse_Jonas
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