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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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sexto sentido
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Re: sexto sentido
mi comentario es una caca, sí, lo sé. >.< realmente lo disfruté bastante. me inquieta la personalidad de jared, de la buena forma, hace que me dé mucha curiosidad y que, quiera conocerlo más a fondo. tiene ese toque favorecedor que te permite amar al personaje :o tu escritora es exquisita. tienes una ortografía muy buena, una gramática envidiable, ¡y el capítulo esta MUY bueno! por dios, me encantó muchísimo. espero a la siguiente c:
Última edición por radioactive. el Lun 03 Mar 2014, 6:07 pm, editado 1 vez
Invitado
Invitado
Re: sexto sentido
Me encantó realmente la personalidad de Jared y que su madre lo defendiera xd. Un capítulo extenso que no se hace aburrido a la lectura, aunque pude observar en reiteradas ocasiones las faltas de acento, pero nada que no se pueda resolver ;-; tienes un vocablo bastante bueno, lo cual me encantó, espero a la siguiente escritora :-:
peeta.
Re: sexto sentido
Chicas, lo siento. Ayer mi papá se llevo mi computadora, y bueno tenia ahí el capitulo. Ahora mismo me pongo a terminarlo y lo subo.
Invitado
Invitado
Re: sexto sentido
No te preocupes Pris, no hay prisA. okno. sé que no es gracioso pero no pude evitarlo. pero te quiero pris. vale. chau...
spitfire.
Re: sexto sentido
Capítulo 010
Asumir lo que soy no me convierte en un monstruo►
Los libros parecían multiplicarse cada día. Era siempre la misma aburrida rutina. Asistir a clases, tomar nota de todo, intentar concentrarme, evitar a todo el mundo, y luego, cuando la campana sonaba dejando el claro el final de la jornada, me internaba en la biblioteca no solo a hacer mis tareas, sino también para trabajar como asistente de la odiosa Señora Hastings.
Con sus labios rosa chicle y sus vestidos floreados, realmente tenía mis dudas sobre si era la reencarnación de María Antonieta o si había salido de de alguno de los libros de Harry Potter.
Pero su apariencia no era lo que más asustaba. Desde que comencé a trabajar para ella, no había visto a nadie negarse a cumplir alguna de sus órdenes. Simplemente agachaban la cabeza y seguían su camino en silencio como si hubiesen visto al mismísimo diablo.
La verdad es que yo tampoco me atrevía a desobedecerla. Es por eso que ahora estoy juntando libros para devolverlos a su estante correspondiente.
Dos más se suman a la fila que mantengo equilibrada entre mis manos. Con esos ya son siete y no creo soportar otro más, pero aun me quedan tres mesas llenas de libros. Tendré que hacer una parada antes de terminar en el piso.
Si tan solo los estudiantes fueran un poco mas considerados… Sería mucho más fácil si ellos volvieran a acomodar los libros que sacaron, y entonces yo podría estar sentada detrás del escritorio limando mis uñas como la Señora Hastings.
Camine hacia el sector donde estaban ubicadas simétricamente las estanterías para comenzar a ordenarlos.
Historia, Ciencias, Romeo y Julieta, Geografía, y otros más, según lo que pude apreciar. Tan diferentes, pero aun así, los había leído a todos.
Era una biblioteca pequeña, por lo que dudaba que hubiese algún libro que no hubiese leído. Después de todo, ese era mi refugio personal, donde me sentía sana y salva y donde nadie me juzgaba o me señalaba como rara.
De por si tenía que lidiar a diario con mi cabello rojo fuego, los guates no ayudaban para nada.
Aun era una niña cuando sucedió por primera vez. No sabía que era, ni cómo controlarlo, simplemente toque un viejo juguete que encontré en el sótano de mi casa, meses después de que nos mudáramos, y en un abrir y cerrar de ojos había sido transportada al pasado.
Pude ver desde arriba como un pequeño niño jugaba con ese mismo juguete que yo estaba apretando entre mis manos. Él reía y parecía tan feliz, y yo pude verlo… Aunque no lo conocía.
Mi padre logro sacarme de ahí apartando el objeto, y segundos después llore como nunca entre sus brazos. Estaba asustada y lo único que quería era que ese recuerdo se borrara para siempre de mi memoria. Pero eso no paso, y en vez de mejorar, siguió sucediendo.
Cada vez que tocaba algo era transportada hacia otra realidad que luego, más adelante, asocie con el pasado.
Vi cosas hermosas y otras que daban miedo. Mi padre me enviaron a un psicólogo y yo le dije que no estaba loca para luego tocar por accidente su escritorio y observar como él y su secretaria hacían sabe Dios qué cosas sobre el mismo.
Era diferente y estos guantes me lo recalcaban una y otra vez. Pero era la única protección que tenia sino quería quedar atrapada en una línea de espacio-tiempo cada vez que tocara algo.
-Señorita Foster, ¿Sería tan amable de dirigirse a la oficina del director?-la voz chillona de la Señora Hastings resonó detrás de mí. Mire mi reloj pulsera y no habían pasado ni quince minutos desde que salí de la institución. ¿En qué lio me había metido ahora? Seguramente se habían percatado de que me había saltado la clase de Música, otra vez, para dormir debajo del cedro que había detrás de la cafetería.
Maldije mentalmente al profesor por acusarme y al director por llamarme a esta hora.
Gire sobre mis talones para encontrarme con la aquella mujer. Hoy vestía una blusa amarilla junto a sus pantalones verdes llenos de flores violetas. Era un crimen a la paleta de colores. La Señora Hastings desafiaba la relatividad, la gravedad, y millones de otras cosas, utilizando esos colores todos juntos.
Pestañe un par de veces intentando enfocarme. Su sonrisa burlona anticipada que aquello no era para nada bueno.
-¿Quién se encargara de esto?-le pregunto señalando los libros sin acomodar. Sabia de ante mano que ella no lo haría.
-No te preocupes por eso, querida… Después veo que hago con todo eso-tomo los libros de mi mano antes de continuar- Vete Tessa, nos vemos mañana…-
-¿Mañana? ¿Por qué mañana?-Eso era raro. Seguramente me habían llamado para decirme que estaba despedida o algo parecido. La Señora Hastings no me dejaba retirarme ni cinco segundos antes, y ahora me estaba dejando la tarde completamente libre.
-Sí, mañana. Mejor apresúrate, el director dijo que era importante- Antes de que pudiera cambiar de opinión, camine, más rápido de lo normal, hasta el escritorio y recogí mi mochila del suelo.
Los pasillos estaban completamente vacios, pero aun así, podía escuchar gritos, llantos e incluso maldiciones.
Apresure el paso. Seguramente algo había sucedido y yo estaba involucrada, de otra manera, aun seguiría bajo el gobierno de la Señora Hastings.
Gire hacia la derecha, hacia el pasillo de daba exactamente a la oficina del director y si caminabas unos pasos más, hacia la salida, pero pare en seco cuando vi a mis padres sentados en un pequeño banco.
¿Qué hacían ellos ahí?
Corrí hacia ellos esperando que nada de eso fuera digno de un castigo. La última vez mi padre me había dejado sin computadora por dos meses, aunque había negociado con él en las últimas semanas para que me la devolviera con la condición de que iba a dejar de saltar mis clases para tomar uno que otro descanso.
En mi defensa, cada vez se me hacia mas difícil dormir con esos guantes de latex que dificultaban la circulación en mis manos. Y si me los sacaba, cosas catastróficas sucedían.
Necesitaba aprender a controlar ese sexto sentido que la vida me había regalado olvidándose por completo de dejar un manual o una guía para principiantes.
-¿Qué sucede?-pregunte al llegar junto a ellos. Me tomo solo unos segundo volver a respirar normalmente, pero aun así siento como mi corazón amenaza con salirse de mi pecho en cualquier momento.
-Tess…-mi madre levanta su mirada hacia la mía y finalmente puedo ver que está llorando. Mi mundo se detiene por unos minutos y todo empieza a girar debajo de mis pies… Estoy asustada.
-Tessa…-hablo mi padre- Tienes que entender que esto es para tu bien. Nada de lo que van a hacer será para lastimarte, y si ese así, solo debes llamarnos, nosotros estaremos ahí para salvarte…-
-¿De qué hablas, papá?-mi madre dejo escapar un sollozo y de inmediato vi como se tapaba la boca son su manos temblorosas.
-Habrá otros chicos, ellos te ayudaran, Tess…-
-¡Papá! ¡¿Puedes explicarme de que rayos estás hablando?!-solté. El puso su mano izquierda sobre el hombre de mi madre, como si le estuviera dando su apoyo, y luego repitió la acción conmigo. Sus ojos me revelaron que todo estaba a punto de cambiar, pero lo que no entendía, ni mucho menos sabia, era si eso era algo bueno o malo.
-Te están esperando, Tess. Ellos te llevaran a un lugar seguro, junto a otros chicos, podrán ayudarte mucho más de lo que nosotros podemos. Te aconsejaran y estará bien atendida. Están afuera…-explico. Mi madre se levanto antes de lanzarse sobre mí para darme un fuerte abrazo, como si ese fuera nuestro adiós.
La mano de mi padre bajo de mi hombro hasta mis manos. Me guio hasta la entraba del instituto, donde pude ver como subían a varios chicos a una furgoneta. Varios de ellos los había cruzado en los pasillos, otros eran mis compañeros de banco en Química y Biología, y otros mas no los había visto nunca en la vida.
-¿A dónde nos llevaran? ¿Cómo saben de esto?-Estaba sorprendida por el simple hecho de no ser la única loca en el mundo que podía hacer cosas extrañas, nerviosa por lo que iba a pasar, y asustada por la forma en la que unos cuantos hombres vestidos de negro metían a esos chicos a la fuerza a la camioneta.
Ahogue un grito cuando le inyectaron un sedante a uno de ellos. ¿Qué le pasaba a esa gente? Claramente venían con el objetivo de subir si o si a cualquiera que tuviese un “don”, y nosotros no podíamos negarnos.
Di un paso hacia atrás, dispuesta a salir corriendo de ahí, pero ya era demasiado tarde. Me habían visto.
-Papá, yo no quiero ir… Estoy bien, no soy una amenaza-Mi madre sollozo aun más fuerte, y antes de que pudiera decir otra cosa, dos manos me tomaron, presionando muy fuerte, para comenzar a alejarme de ellos.- ¡Mamá! ¡No quiero ir! ¡Yo estoy bien!-
-Es por tu bien, hija-dijo mi madre.
-¿Cuándo los veré?-
-Ellos te ayudaran Tess… Confía en nosotros-Y eso fue lo último que escuche decir a mi padre.
Ahora viajaba junto a otros chicos en esa camioneta, en penumbras, ya que una chica tapaba la única ventana que había en la misma.
Pasaron unos cuantos minutos, quizás media hora, hasta que la velocidad comenzó a disminuir. Pude escuchar una puerta abrirse, y de inmediato visualice una muy parecida a las que hay en prisión. ¿Y si era ahí a dónde íbamos?
El conductor freno de golpe haciéndome chocar contra una de las paredes de la camioneta. Minutos después, la puerta se abrió y en vez de ver el cálido sol que alumbraba ese día, vi más paredes grises.
Uno a uno, bajamos, reuniéndonos con los demás. Rachel, una de las chicas que solía ver en la biblioteca y con quien había tenido el valor de intercambiar algunas palabras, estaba en el grupo. También Destiny Hope, con quien compartía la mayoría de mis clases. Mi compañera en Química, Charlie Brooke, e incluso el rubio que se escapaba cada vez que podía por la parte trasera del instituto para fumar uno o dos cigarrillos o quien sabe que otras cosas, mientras yo tomaba una siesta debajo de mi árbol favorito.
No dejaba de sorprenderme. Esos chicos asistían al mismo colegio que yo, teníamos cosas en común, y aunque no fuera así, respirábamos el mismo aire, pisábamos la misma tierra a diario, no estaba sola en esto. Había muchos más.
Después de una recorrida rápida por el recinto, donde los colores grises, blancos y negros predominaban, y donde las ventanas escaseaban, yo seguía sin entender que hacíamos acá.
Nadie había sido lo suficientemente amable o carismático para responderme una simple pregunta, ¿Vería a mis padres de nuevo?. Necesitaba hacerlo, asegurarme de que estuvieran bien y que nada malo le hubiese pasado a ninguno de los dos.
Me costó mucho asumir este “don”. Pero luego de verlos a ellos, de escuchar su respiración por última vez, de ver como ese camión impactaba contra su auto, me di cuenta que esa era mi misión. Asumirlo y protegerlos, y no haría nada sentaba en este sillón de cuero gris, conversando con los demás a acerca de mis poderes.
-Psicometría- respondí cuando Jack me pregunto, incluyéndome en la pequeña conversación que había armado con unos cuantos.
-¿Por eso llevas esos horribles guantes?-volvió a preguntar el castaño. Asentí, fingiendo que no me había dolido su comentario, pero por la mirada en sus ojos, estaba más que segura que lo había podido captar.- ¿Para qué?-
-Para protección-respondí, los presentes me miraron como si estuvieran esperando algo más de mi parte. Lástima, eso era todo lo que les daría.
-¿De quién te proteges?-Diablos, se ponía que él lo sabía, no necesitaba seguir preguntando.
-De mi misma-solté fulminándolo con la mirada. Aun podía ver la sonrisa burlona en su rostro cuando menciono que él podía percibir todos los sentimientos de las personas, y yo como tonta, solté un grito. Se me hacía casi imposible no asustarme.
-¿Por qué, Tessa?-
-Porque no deseo ver ciertas cosas…-No pude continuar, ya que Kim comenzó a sollozar seguido por un conjunto de insultos que no llegaban a serlo del todo, pero que si la estaba hiriendo de alguna manera.
“Eres un monstruo”.
Busque con la mirada para ver quién era el que la estaba maltratando. Sin duda alguna estaba siendo demasiado injusto con ella. Por lo que había podido observar, Kim era muy buena persona y no merecía nada de eso.
“¿Cómo pudiste?”.
Su cabellera rubia comenzó a moverse en cuanto la castaña salió corriendo para evitar que los demás la viéramos llorar. Me levante para poder ver mejor y fue entonces cuando lo vi acercarse a los sillones donde estábamos sentados para dirigirse directamente hacia la salida.
Jamie no era el que yo había imaginado después de todo.
Había fantaseado varias veces con él, y en ese momento me odiaba por haberlo hecho.
-Oye, ¿Qué te pasa?-solté cuando paso junto a mí. Vi como se giraba para mirarme despectivamente. Santo cielo… Definitivamente era un lobo en piel de cordero- Eso estuvo mal… Deberías ir a disculparte. No debiste decirle todas esas cosas-continúe esperando que mostrara un poco de caballerosidad y le pidiera perdón a Kim.
Pero en vez de eso, obtuve una sonrisa cínica junto a una mirada que anunciaba problemas.
Jamie se agacho un poco antes de susurrarme al oído…
-No me gusta que se metan en mis asuntos-dicho esto, siguió su camino como si nada malo hubiese pasado, dejándome ahí parada, consumiéndome en su propio veneno. ¿Qué estaba mal con él?
Si asumir ese sexto sentido no nos convertía en seres horribles. Pero el definitivamente lo era.
Lo agregaría a mi lista negra y lo evitaría a toda costa. Después de todo, si íbamos a permanecer en el mismo lugar, revelando nuestros poderes, no quería que él me gritara mis defectos, yo los conocía bastante bien.
Con sus labios rosa chicle y sus vestidos floreados, realmente tenía mis dudas sobre si era la reencarnación de María Antonieta o si había salido de de alguno de los libros de Harry Potter.
Pero su apariencia no era lo que más asustaba. Desde que comencé a trabajar para ella, no había visto a nadie negarse a cumplir alguna de sus órdenes. Simplemente agachaban la cabeza y seguían su camino en silencio como si hubiesen visto al mismísimo diablo.
La verdad es que yo tampoco me atrevía a desobedecerla. Es por eso que ahora estoy juntando libros para devolverlos a su estante correspondiente.
Dos más se suman a la fila que mantengo equilibrada entre mis manos. Con esos ya son siete y no creo soportar otro más, pero aun me quedan tres mesas llenas de libros. Tendré que hacer una parada antes de terminar en el piso.
Si tan solo los estudiantes fueran un poco mas considerados… Sería mucho más fácil si ellos volvieran a acomodar los libros que sacaron, y entonces yo podría estar sentada detrás del escritorio limando mis uñas como la Señora Hastings.
Camine hacia el sector donde estaban ubicadas simétricamente las estanterías para comenzar a ordenarlos.
Historia, Ciencias, Romeo y Julieta, Geografía, y otros más, según lo que pude apreciar. Tan diferentes, pero aun así, los había leído a todos.
Era una biblioteca pequeña, por lo que dudaba que hubiese algún libro que no hubiese leído. Después de todo, ese era mi refugio personal, donde me sentía sana y salva y donde nadie me juzgaba o me señalaba como rara.
De por si tenía que lidiar a diario con mi cabello rojo fuego, los guates no ayudaban para nada.
Aun era una niña cuando sucedió por primera vez. No sabía que era, ni cómo controlarlo, simplemente toque un viejo juguete que encontré en el sótano de mi casa, meses después de que nos mudáramos, y en un abrir y cerrar de ojos había sido transportada al pasado.
Pude ver desde arriba como un pequeño niño jugaba con ese mismo juguete que yo estaba apretando entre mis manos. Él reía y parecía tan feliz, y yo pude verlo… Aunque no lo conocía.
Mi padre logro sacarme de ahí apartando el objeto, y segundos después llore como nunca entre sus brazos. Estaba asustada y lo único que quería era que ese recuerdo se borrara para siempre de mi memoria. Pero eso no paso, y en vez de mejorar, siguió sucediendo.
Cada vez que tocaba algo era transportada hacia otra realidad que luego, más adelante, asocie con el pasado.
Vi cosas hermosas y otras que daban miedo. Mi padre me enviaron a un psicólogo y yo le dije que no estaba loca para luego tocar por accidente su escritorio y observar como él y su secretaria hacían sabe Dios qué cosas sobre el mismo.
Era diferente y estos guantes me lo recalcaban una y otra vez. Pero era la única protección que tenia sino quería quedar atrapada en una línea de espacio-tiempo cada vez que tocara algo.
-Señorita Foster, ¿Sería tan amable de dirigirse a la oficina del director?-la voz chillona de la Señora Hastings resonó detrás de mí. Mire mi reloj pulsera y no habían pasado ni quince minutos desde que salí de la institución. ¿En qué lio me había metido ahora? Seguramente se habían percatado de que me había saltado la clase de Música, otra vez, para dormir debajo del cedro que había detrás de la cafetería.
Maldije mentalmente al profesor por acusarme y al director por llamarme a esta hora.
Gire sobre mis talones para encontrarme con la aquella mujer. Hoy vestía una blusa amarilla junto a sus pantalones verdes llenos de flores violetas. Era un crimen a la paleta de colores. La Señora Hastings desafiaba la relatividad, la gravedad, y millones de otras cosas, utilizando esos colores todos juntos.
Pestañe un par de veces intentando enfocarme. Su sonrisa burlona anticipada que aquello no era para nada bueno.
-¿Quién se encargara de esto?-le pregunto señalando los libros sin acomodar. Sabia de ante mano que ella no lo haría.
-No te preocupes por eso, querida… Después veo que hago con todo eso-tomo los libros de mi mano antes de continuar- Vete Tessa, nos vemos mañana…-
-¿Mañana? ¿Por qué mañana?-Eso era raro. Seguramente me habían llamado para decirme que estaba despedida o algo parecido. La Señora Hastings no me dejaba retirarme ni cinco segundos antes, y ahora me estaba dejando la tarde completamente libre.
-Sí, mañana. Mejor apresúrate, el director dijo que era importante- Antes de que pudiera cambiar de opinión, camine, más rápido de lo normal, hasta el escritorio y recogí mi mochila del suelo.
Los pasillos estaban completamente vacios, pero aun así, podía escuchar gritos, llantos e incluso maldiciones.
Apresure el paso. Seguramente algo había sucedido y yo estaba involucrada, de otra manera, aun seguiría bajo el gobierno de la Señora Hastings.
Gire hacia la derecha, hacia el pasillo de daba exactamente a la oficina del director y si caminabas unos pasos más, hacia la salida, pero pare en seco cuando vi a mis padres sentados en un pequeño banco.
¿Qué hacían ellos ahí?
Corrí hacia ellos esperando que nada de eso fuera digno de un castigo. La última vez mi padre me había dejado sin computadora por dos meses, aunque había negociado con él en las últimas semanas para que me la devolviera con la condición de que iba a dejar de saltar mis clases para tomar uno que otro descanso.
En mi defensa, cada vez se me hacia mas difícil dormir con esos guantes de latex que dificultaban la circulación en mis manos. Y si me los sacaba, cosas catastróficas sucedían.
Necesitaba aprender a controlar ese sexto sentido que la vida me había regalado olvidándose por completo de dejar un manual o una guía para principiantes.
-¿Qué sucede?-pregunte al llegar junto a ellos. Me tomo solo unos segundo volver a respirar normalmente, pero aun así siento como mi corazón amenaza con salirse de mi pecho en cualquier momento.
-Tess…-mi madre levanta su mirada hacia la mía y finalmente puedo ver que está llorando. Mi mundo se detiene por unos minutos y todo empieza a girar debajo de mis pies… Estoy asustada.
-Tessa…-hablo mi padre- Tienes que entender que esto es para tu bien. Nada de lo que van a hacer será para lastimarte, y si ese así, solo debes llamarnos, nosotros estaremos ahí para salvarte…-
-¿De qué hablas, papá?-mi madre dejo escapar un sollozo y de inmediato vi como se tapaba la boca son su manos temblorosas.
-Habrá otros chicos, ellos te ayudaran, Tess…-
-¡Papá! ¡¿Puedes explicarme de que rayos estás hablando?!-solté. El puso su mano izquierda sobre el hombre de mi madre, como si le estuviera dando su apoyo, y luego repitió la acción conmigo. Sus ojos me revelaron que todo estaba a punto de cambiar, pero lo que no entendía, ni mucho menos sabia, era si eso era algo bueno o malo.
-Te están esperando, Tess. Ellos te llevaran a un lugar seguro, junto a otros chicos, podrán ayudarte mucho más de lo que nosotros podemos. Te aconsejaran y estará bien atendida. Están afuera…-explico. Mi madre se levanto antes de lanzarse sobre mí para darme un fuerte abrazo, como si ese fuera nuestro adiós.
La mano de mi padre bajo de mi hombro hasta mis manos. Me guio hasta la entraba del instituto, donde pude ver como subían a varios chicos a una furgoneta. Varios de ellos los había cruzado en los pasillos, otros eran mis compañeros de banco en Química y Biología, y otros mas no los había visto nunca en la vida.
-¿A dónde nos llevaran? ¿Cómo saben de esto?-Estaba sorprendida por el simple hecho de no ser la única loca en el mundo que podía hacer cosas extrañas, nerviosa por lo que iba a pasar, y asustada por la forma en la que unos cuantos hombres vestidos de negro metían a esos chicos a la fuerza a la camioneta.
Ahogue un grito cuando le inyectaron un sedante a uno de ellos. ¿Qué le pasaba a esa gente? Claramente venían con el objetivo de subir si o si a cualquiera que tuviese un “don”, y nosotros no podíamos negarnos.
Di un paso hacia atrás, dispuesta a salir corriendo de ahí, pero ya era demasiado tarde. Me habían visto.
-Papá, yo no quiero ir… Estoy bien, no soy una amenaza-Mi madre sollozo aun más fuerte, y antes de que pudiera decir otra cosa, dos manos me tomaron, presionando muy fuerte, para comenzar a alejarme de ellos.- ¡Mamá! ¡No quiero ir! ¡Yo estoy bien!-
-Es por tu bien, hija-dijo mi madre.
-¿Cuándo los veré?-
-Ellos te ayudaran Tess… Confía en nosotros-Y eso fue lo último que escuche decir a mi padre.
Ahora viajaba junto a otros chicos en esa camioneta, en penumbras, ya que una chica tapaba la única ventana que había en la misma.
Pasaron unos cuantos minutos, quizás media hora, hasta que la velocidad comenzó a disminuir. Pude escuchar una puerta abrirse, y de inmediato visualice una muy parecida a las que hay en prisión. ¿Y si era ahí a dónde íbamos?
El conductor freno de golpe haciéndome chocar contra una de las paredes de la camioneta. Minutos después, la puerta se abrió y en vez de ver el cálido sol que alumbraba ese día, vi más paredes grises.
Uno a uno, bajamos, reuniéndonos con los demás. Rachel, una de las chicas que solía ver en la biblioteca y con quien había tenido el valor de intercambiar algunas palabras, estaba en el grupo. También Destiny Hope, con quien compartía la mayoría de mis clases. Mi compañera en Química, Charlie Brooke, e incluso el rubio que se escapaba cada vez que podía por la parte trasera del instituto para fumar uno o dos cigarrillos o quien sabe que otras cosas, mientras yo tomaba una siesta debajo de mi árbol favorito.
No dejaba de sorprenderme. Esos chicos asistían al mismo colegio que yo, teníamos cosas en común, y aunque no fuera así, respirábamos el mismo aire, pisábamos la misma tierra a diario, no estaba sola en esto. Había muchos más.
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Después de una recorrida rápida por el recinto, donde los colores grises, blancos y negros predominaban, y donde las ventanas escaseaban, yo seguía sin entender que hacíamos acá.
Nadie había sido lo suficientemente amable o carismático para responderme una simple pregunta, ¿Vería a mis padres de nuevo?. Necesitaba hacerlo, asegurarme de que estuvieran bien y que nada malo le hubiese pasado a ninguno de los dos.
Me costó mucho asumir este “don”. Pero luego de verlos a ellos, de escuchar su respiración por última vez, de ver como ese camión impactaba contra su auto, me di cuenta que esa era mi misión. Asumirlo y protegerlos, y no haría nada sentaba en este sillón de cuero gris, conversando con los demás a acerca de mis poderes.
-Psicometría- respondí cuando Jack me pregunto, incluyéndome en la pequeña conversación que había armado con unos cuantos.
-¿Por eso llevas esos horribles guantes?-volvió a preguntar el castaño. Asentí, fingiendo que no me había dolido su comentario, pero por la mirada en sus ojos, estaba más que segura que lo había podido captar.- ¿Para qué?-
-Para protección-respondí, los presentes me miraron como si estuvieran esperando algo más de mi parte. Lástima, eso era todo lo que les daría.
-¿De quién te proteges?-Diablos, se ponía que él lo sabía, no necesitaba seguir preguntando.
-De mi misma-solté fulminándolo con la mirada. Aun podía ver la sonrisa burlona en su rostro cuando menciono que él podía percibir todos los sentimientos de las personas, y yo como tonta, solté un grito. Se me hacía casi imposible no asustarme.
-¿Por qué, Tessa?-
-Porque no deseo ver ciertas cosas…-No pude continuar, ya que Kim comenzó a sollozar seguido por un conjunto de insultos que no llegaban a serlo del todo, pero que si la estaba hiriendo de alguna manera.
“Eres un monstruo”.
Busque con la mirada para ver quién era el que la estaba maltratando. Sin duda alguna estaba siendo demasiado injusto con ella. Por lo que había podido observar, Kim era muy buena persona y no merecía nada de eso.
“¿Cómo pudiste?”.
Su cabellera rubia comenzó a moverse en cuanto la castaña salió corriendo para evitar que los demás la viéramos llorar. Me levante para poder ver mejor y fue entonces cuando lo vi acercarse a los sillones donde estábamos sentados para dirigirse directamente hacia la salida.
Jamie no era el que yo había imaginado después de todo.
Había fantaseado varias veces con él, y en ese momento me odiaba por haberlo hecho.
-Oye, ¿Qué te pasa?-solté cuando paso junto a mí. Vi como se giraba para mirarme despectivamente. Santo cielo… Definitivamente era un lobo en piel de cordero- Eso estuvo mal… Deberías ir a disculparte. No debiste decirle todas esas cosas-continúe esperando que mostrara un poco de caballerosidad y le pidiera perdón a Kim.
Pero en vez de eso, obtuve una sonrisa cínica junto a una mirada que anunciaba problemas.
Jamie se agacho un poco antes de susurrarme al oído…
-No me gusta que se metan en mis asuntos-dicho esto, siguió su camino como si nada malo hubiese pasado, dejándome ahí parada, consumiéndome en su propio veneno. ¿Qué estaba mal con él?
Si asumir ese sexto sentido no nos convertía en seres horribles. Pero el definitivamente lo era.
Lo agregaría a mi lista negra y lo evitaría a toda costa. Después de todo, si íbamos a permanecer en el mismo lugar, revelando nuestros poderes, no quería que él me gritara mis defectos, yo los conocía bastante bien.
Invitado
Invitado
Re: sexto sentido
Sigue May.
Espero que les guste. Cambie un poco la historia de Tessa porque coincidía mucho con la de otra chica. En fin, espero el siguiente capitulo, y ya dejo mi comentario de los otros capítulos.
Espero que les guste. Cambie un poco la historia de Tessa porque coincidía mucho con la de otra chica. En fin, espero el siguiente capitulo, y ya dejo mi comentario de los otros capítulos.
Invitado
Invitado
Re: sexto sentido
El capitulo me encanto Prisc xnxnxn. Soy Paula desde otra cuenta ;-; voy a seguir subiendo cuando me toque aunque no me conecte mucho ;-;
Mitchell.
Re: sexto sentido
que puedo decir, amo como escribes.Priscilla.- escribió:Gracias Pau <33
Espero que estes bien.
estoy bien, like ever <333
Mitchell.
Re: sexto sentido
Dios Cilly, me encantó srsly, fue absolutamente perfecto. La manera de narrar. lo adorable que es Tess, la ortografía... todo. Sólo un apunte, creo que cuando dices Kim, te refieres a Charlie (idk mi pj es Charlie y es a la que le gritan monstruo y eso sos) pero es realmente perfecto, esto es un simple apunte en caso de que no te hayas dado cuenta o algo xd.
Ily
Ily
blake.
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