You belong with me Chrystal {Harry Styles}.

Un poco de labial por el lado derecho, luego lo deslizo por el izquierdo y listo.
Me observo detenidamente, por… ya perdí la cuenta exacta, pero seguramente llevo más de quince veces que me he detenido para contemplarme frente al espejo y no me culpo, al fin uno de mis tantos anhelos se cumplirían. Después de unas cuantas semanas de planes, pude conseguir una cita con un chico en particular, su nombre es Louis Tomlinson. Alto, castaño, ojos azules y con un cuerpo trabajado. Estoy tan ansiosa, mis piernas tiemblan levemente y no puedo dejar de acomodarme un mechón rebelde de mi rubio cabello.

Acomodo todos mis cosméticos en su lugar en el tocador, para luego darme la vuelta, encontrándome con la mirada esmeralda de mi mejor amigo Harry, el cual esta apoyado en el marco de la puerta cruzado de brazos. Me tambaleo pero trato de disimularlo.


- Chrystal Levine –Espeta con una sonrisa, un tanto burlona- Los tacones no son lo tuyo ¿Cierto?
- Harry… -Cierro los ojos con fuerza- Te agradecería que me llames Chrys, sabes que no me gusta mi nombre –Respiro con dificultad y cierro los puños, tratando de mantener la calma.
- Yo pienso que es hermoso –Se encoje de hombros. Con dificultad, tomo una almohada y apunto en su dirección- ¡Hey! Solo es mi opinión –Levanta ambas manos.
- Te agradezco el apoyo moral que me das –Exclamo con evidente sarcasmo. El rizado revoletea los ojos.
- Que humor ¿eh? –Frunce el ceño- Sabes lo que pienso al respecto, eres hermosa por dentro y por fuera Chrys, si el tipo no logra notarlo, es un imbécil con todas sus letras y si logra hacerte daño, pues este galán –Sus dedos índices son alzados en su dirección- se verá en la obligación de partirle la cara.

Automáticamente una sonrisa se asoma por mis labios.

Harry había sido mi amigo desde que tenía diez años. ¿Cómo nos conocimos? Gracias a mi torpeza, algo bueno que me haya causado ser torpe. En resumen, pues hace diez años, yo estaba caminando por el parque mientras comía un algodón de azúcar, sin darme cuenta, manche sus preciados rulos con la sustancia dulce y ahí comenzó todo.
       
     
- Al parecer tenemos el ego bastante alto –Mi puño choca suavemente con el hombro del oji-verde.
- Puedo notar que no te gustan los chicos engreídos, Tomlinson es un gran ejemplo –Me echa en cara. Desvío su mirada- Todo lo que escucharas en esta cita es yo, yo y yo.
- ¡Basta Styles! –Mascullo mientras mis ojos disminuyen su tamaño- Con comentarios como esos, solo me llevas a pensar una cosa –Una sonrisa ladeada se apodera de mis labios.
- ¿Qué te hace pensar eso Chrys? –Cuestiona el castaño con una ceja arqueada.
- ¡Que estas celoso!


Los ojos color esmeralda de Harry, se abren al máximo, mientras que gran parte, o mejor dicho, todo su rostro adquiere un potente color carmesí. Sus cejas son alzadas y presiento que debe estar buscando el comentario correcto para zafarse de esta. Chrys, al parecer le haz dado un golpe bajo con ese dicho. Bien hecho, rubia, muy bien hecho.


- ¿Es mi idea o los nervios te están haciendo decir tonterías? –Me obsequia una de sus fulminantes miradas.

Damas y caballeros, Harry “Rizos encantadores” Styles esta celoso.

     Me preparo para atacar o más bien defenderme, pero… ¡Alto! Mis intentos son en vano, porque Harry me interrumpe indicando el reloj color turquesa que se encuentra en mi mesita de noche. Estoy obligada a tragarme todas las palabras que quería soltar a mi favor.
     
     
- ¡Son las nueve! –Alzo una ceja, obligándolo a proseguir- Es hora de que Chrystal Levine, alias Chrys, ya comience a irse despidiendo de este departamento y vaya a juntarse con su “príncipe”.
- ¿Príncipe? –Suelto una carcajada nasal- Eso ya esta pasado de moda Hazza.
- Da igual –El oji-verde apoya ambas manos en mi cintura y comienza a arrastrarme hacia el pasillo.


Como era de suponerse, su fuerza es mucho mayor a la mía así que por más que lo intente, tarde o temprano tendré que ser empujada hasta pisar aquel suelo cubierto con una alfombra oscura del pasillo.
     
     
- Esto es irónico, sabes… -Ladeo levemente mi cabeza mientras sigo retrocediendo. Todo esto por cortesía de mi mejor amigo- Tú me estas echando de MI propio apartamento  –Alzo la voz.
- Chrys a los chicos no nos agrada cuando nuestras citas se retrasan.
- ¿Y quien dijo que yo estoy atrasada?
- Es mejor prevenir que lamentar bebé –Dicho esto el rizado tomo mi cartera y se aseguro también de levantar las llaves.

Primer, segundo, tercer paso y ya estamos afuera de mi apartamento.

Observo con determinación cada uno de sus movimientos. Mis manos están reposando sobre mis caderas. Harry introduce la llave dentro del orificio, generando que la puerta adquiera el seguro, luego gira sobre sus talones, acomoda sobre mi hombro la cartera color plata, que hace juego con mi vestido negro, algo dudosa, mascullo un “Gracias” ganándome una amplia sonrisa como respuesta del rizado.


                                                                                           {***}


- ¿Tienes las llaves? –Cuestiona por décima vez Harry.
- ¡Dios Hazza! –Escarbo entre las chucherías que guarde en la cartera- Acá están ¿Contento? –Las agito con rapidez frente a su cara.

El por su parte, solo se limita a asentir.

Ambos nos encontramos de pie en la vereda frente a la pizzería. Después de los típicos berrinches de Harry por querer acompañarme, finalmente tuve que aceptar, no me quedaba de otra, o sino tendría que abstenerme a las consecuencias y eso significaba que comenzaría a generarme miedo, inventando quizás que historia patética sobre violadores y tipos no confiables que merodean por la ciudad.
       
     
- Ah, no bromeaba con lo de partirle la cara a Tomlinson si se sobrepasa o te lastima –Su entre ceja se arruga, haciéndolo ver más… ¿Tierno? Muy bien, los nervios te están jugando una mala pasada Chrys.
- También traigo mi teléfono, así que no te preocupes –Levanto mi pulgar- Cualquier emergencia, te llamaré.
- Así me gusta Levine, estas aprendiendo –Asiente con los ojos levemente cerrados.
- Idiota.
- Te daré un consejo…
- ¿Cuál?
- Se educada y compórtate rubia –Frunzo los labios ante su comentario.
- Siempre lo soy, duh –Le echo en cara con un tono de obviedad. El castaño niega con la cabeza.
- No hace falta que mientas Chrys –Acomoda su envidiable cabello rizado. Lo fulmino con la mirada. Si estas mataran, Styles ya estaría bajo tierra- Te recuerdo que en nuestra ultima cena juntos, eructaste… -Con rapidez apoyo mi mano, tapando su boca.
- ¡Calla Harry! –Murmuro- Ya tengo que entrar –Quito mi mano.
- Unos segundos más y tu mano no habría terminado del todo limpia.
- Eso no hubiera sido muy agradable.
- Muy bien… -Alarga mientras encadena sus brazos rodeando mis caderas- Suerte Chrys, disfruta tu cita y lo más importante cuídate princesa.

Un cálido beso de su parte, es depositado sobre mi frente.

Tiendo a tambalearme. Mi estomago es víctima de unas cosquillas inesperadas. La voz de Harry había sido tan delicada y sus palabras sonaron tan dulces. Su mirada me había mantenido atrapada en una particular sensación, hasta me había imaginado una aurora boreal reflejarse en la pupila de su ojo.

Que loco ¿No?
     
     
- Hey Chrys… -Alarga con una vocecita rara el oji-verde mientras frente a mis ojos tengo la palma de su mano siendo agitada de manera sigilosa.
- ¿Qué harás luego de que me vaya? –Suelto de forma inconsciente. Eso a ti no te incumbe Levine. Responde mi subconsciente.
- Pues iré a caminar por la playa –Introduce sus manos en los bolsillos de su ajustado pantalón- Ya sabes, noche, mar, pensamientos.
- Entiendo…
- Y ahí va Tomlinson –Espeta con la mirada fija en el ya nombrado chico- ¡Ya es hora Chrys! Ve por el, rubia.
- Nos vemos Hazza –Me despido con dificultad.


Aun no comprendo la razón con exactitud, pero aquellas palabras no querían ser liberadas de mi boca. Me siento extraña, como si no quisiera despegarme ningún momento del lado de Harry. ¿Serán aquellas palabras? No lo creo, siempre me ha cuidado y tratado como una princesa. Quizás algo esta creciendo en mi interior, o tal vez esa sensación siempre estuvo ahí, solamente nunca se había hecho notar tanto como lo hizo hoy. Cada paso que doy para alejarme de él, se siente como se crea una especie de vacío. Volteo el rostro, para observar como su silueta se pierde entre la multitud, caminando hacia el lado opuesto de donde me dirijo. Suelto un suspiro. Al fin pude darme cuenta de las cosas y ahora entiendo cuando dicen que no hay peor ciego que el que se niega a ver. ¿Quién siempre me ha apoyado en todas las situaciones? Harry Styles. ¿A quién puedo llamar en la madrugada y se que no le importara nada y vendrá corriendo –si es necesario- a socorrerme? Harry Styles. ¿Quién es capaz de sacarme una sonrisa en mis peores momentos? Nuevamente, Harry Edward Styles. No es necesario que siga en busca de una persona que sea capaz de generar mil y una sensaciones en mí, porque aquel ser a estado siempre ahí, solamente nunca me había puesto a reflexionar y no me había dado cuenta.


 - Nos veremos pronto Hazza, más pronto de lo que te imaginas –Murmuro para mí mientras observo su caminar.

Como puedo -y es que los tacones no son de gran ayuda- apresuro mi paso para adentrarme con prisa en la pizzería. No pasan siquiera cinco segundos, cuando el aroma a pizzas recién horneadas entra por mis fosas nasales. Seguramente en un día normal, me hubiera puesto a tentarme frente al mostrador del local, pero hoy era diferente, tenía un propósito en mente  y no me iba a detener hasta alcanzar mi objetivo.

Louis, el cual esta sentado en una mesa del rincón, me regala una agradable y amplia sonrisa al chocar con mi mirada. El castaño se levanta de su asiento.
     
       
- Louis Tomlinson.
- ¡Exacto hermosa! –Asiente divertido el oji-azul- ¿Qué ocurre? Tu rostro es sinónimo de malas noticias –Frunce sus labios.
- Lo siento es que… -Tomo asiento y agradezco con una sonrisa su cortés gesto de acomodar mi silla.
- Oh vamos, ¿Qué tienes Chrystal? –Se sienta frente a mí y sus ojos se posan en los míos.

Tomo una gran bocanada de aire, para luego disponerme a proseguir.
- Lo que pasa es que recién me vengo a dar cuenta de todo –Alboroto mi cabello. Tic heredado de mi madre- Estoy estúpidamente enamorada de Harry –Suelto sin rodeo alguno.

El castaño sonríe ampliamente.
     
- ¿Y que estas esperando?
- ¿Para qué? –Enarco una de mis delineadas cejas.
- Para ir y gritárselo en el rostro –Se encoje de hombros. Mis ojos azulinos se abren a tope.
- ¿Crees que sería lo correcto Louis? –Muerdo mi labio inferior.
- Pues claro, estoy seguro que le alegraras la noche, confía en mí –Me guiña uno de sus preciosos ojos.
- ¿Y no te molesta que abandone nuestra cita?
- Claro que no, yo no soy el elegido, debí haber actuado antes que Harry –Exclama con una sonrisa- Pero todo pasa por algo.
- Eres un gran chico, de verdad.
- ¡Alto! –Automáticamente, freno en seco y me mantengo de pie frente a él- Esos –Indica mis tacones- no serán muy útiles, mejor…
- ¿Estas bromeando? –Contemplo incrédula la situación- ¡Oh vamos! ¿Y que usarás tú?
- Tengo otro par de estas zapatillas en mi coche, el cual esta aparcado… –Su mirada se centra en el vidrio principal del local- Justo ahí.
- ¿Estas seguro? –Cuestiono mirando el par de calzado frente a mis ojos.
- Si Chrystal –Asiente- Ahora quítate esos zancos de quince centímetros y búscalo.
- Que conste que insistí en no quitarte tus zapatillas pero tú me llevaste a esto –Indico mis pies, los cuales ahora calzan unos zapatos ajenos.
- Luego me lo agradecerás.
- Hasta pronto Louis y gracias por todo.
- No hay de que Chrys.


                                                                                         {***}


Bendito sea Louis y su ingeniosa idea de prestarme sus zapatillas. Estando en la playa, la arena comienza a tomar lugar en mi calzado mientras camino sobre esta, pero no me importa. Lo único que mas anhelo en este preciso momento, es que Harry se asome. Maldito Styles o quizás estúpida Chrys que no haz sido lo suficientemente rápida corriendo como para poder alcanzarlo.

La adrenalina que corre por mis venas, ha sido capaz de reemplazar cualquier gota de cansancio.

Y en el instante menos esperado, distingo una silueta en particular. A unos cuantos metros de mí esta él.

   
- ¡Harry! –Grito mientras me aproximo hacia su ubicación.
- ¿Chrys? –Pregunta incrédulo- ¿Qué haces aquí? Presiento que tendré que darle una gran paliza a Tomlinson –Frunce el ceño.
- Nada de eso Hazza –Sonrío. Una mueca de asco se apodera de su rostro.
- Amm… ¿Por qué traes esas zapatillas tan feas? –No puedo evitar reír.
- Cortesía de Louis Tomlinson –Alzo mis dos dedos pulgares. Harry enarca una de sus cejas- Olvídalo –Hago un ademán, restándole importancia.
- Y aun estoy esperando la razón de por qué estas aquí y no en tu cita Chrys –El rizado canturrea de forma divertida.
- Necesito confesarte algo Harry.
- Adelante, te escucho rubia.


Los latidos de mi corazón se hacen más fuertes. Siento la necesidad de tronar mis nudillos pero como puedo la ignoro. Las olas crean una exquisita pieza musical de fondo. Tomo una gran bocanada de aire antes de proceder.
     
     
- Te odio.

Sus hermosos ojos verdes se abren al máximo y su mandíbula se cae levemente. Contemplo como traga saliva con dificultad.

- ¿Y eso por qué?
- Porque me estas haciendo amarte como una idiota –Cierro mis ojos con fuerza- Siento un vacío inmenso cuando te vas y ya no es necesario que siga buscando a alguien para que me haga feliz, porque ya lo encontré y él esta frente a mí en este momento.

Suelto un suspiro ahogado, para luego abrir mis ojos con lentitud y a la vez siento como los nervios me carcomen el estomago. Harry se mantiene en su lugar pero ahora una sonrisa se destaca en su rostro, esta puede iluminar toda la ciudad sin problemas.
     
   
- Vaya, al parecer el sentimiento es mutuo princesa –Sus manos se posan con delicadeza sobre mi cintura- Tú me perteneces Chrystal y yo te pertenezco a ti, siempre será así y nada ni nadie podrá cambiarlo amor.