Los Protegidos (One direction)

Ali CrazymofoHoran escribió:

Capítulo 1. “Madre”

                                     *Un gran poder conlleva una gran responsabilidad*

 
Toda la noche ah sido igual, pesadilla tras pesadilla y en ninguna puedo salvar a mi familia, a veces puedo salvar a Nate pero algo sucede y lo arrancan de mis brazos, no se si es una señal, pero me da miedo, y eso es lo que mas odio, aceptar que le temo a algo, nunca antes le eh temido a nada, no hasta... ahora.
Sé que hay algo más, algo de lo que no tengo ni la más remota idea. El quedarme quieta sin hacer nada no es lo mío, no lo estaré hasta que tenga de vuelta a mi familia o por lo menos, hasta que tenga pruebas de que en verdad no volverán jamás.
La prueba de anoche a sido muy agotadora, no tengo ni idea de como me ah ido. Padre me ah obligado a bajar al comedor para desayunar, me ah dicho que los resultados de las pruebas se darán en una hora y que también se nos asignaran nuestras clases, terminado el desayuno iremos directo a nuestra primera clase y por la magnitud de mis dones, debo estar fuerte para evitar los mareos y desmayos, “cuerpo débil, mente débil” Lo ah venido repitiendo desde que llegue.
Ya desde los pasillos se puede sentir al gran número de adolecentes desatando una gran conmoción en el comedor, si nadie supiera de lo que somos capaces de hacer, probablemente creyeran que estamos en un instituto común y corriente. O eso pensaba hasta que un tenedor sale volando hacia mí y termina estancado en la pared, me quedo estática.
-¿Estas loca? ¡Me arrojaste un tenedor!- El chico de los rulos se levanta de su mesa con el ceño fruncido.
-Tienes suerte de que solo fue un tenedor y no toda la mesa.- La castaña también se levanta y adopta la misma forma del chico.
-¿Sigues enojada porque te deje? Ya supéralo.- El ruloso suelta una carcajada y levanta una ceja divertido. –Sé que soy irresistible, pero enserio eres parte del pasado.
Ella frunce el ceño y ahora un plato vuela hacia la cabeza del chico, él se agacha a tiempo y se vuelve para mirar el plato haciéndose trizas en el suelo.
La castaña sonríe con altivez.
Él se vuelve hacia ella y aún mantiene el ceño fruncido, baja su vista hacia un jarrón que hay en el centro de su mesa y entonces sonríe, se lo que quiere hacer pero al parecer la castaña aún no lo descubre porque esta muy ocupada tratando de ignorar su mirada. El ruloso levanta lentamente sus manos y pasa algo que jamás me imagine, sin siquiera tocar el jarrón, el agua se levanta en un chorro y baña por completo a la castaña, todo el salón estalla en carcajadas.
-¡Harry!- Grita con furia. –Me mojaste, idiota.
-Oh si te diste cuenta, eso te pasa por tratar de romper platos en mi cabeza- Harry se vuelve a sentar y toma una uva que hay sobre su plato, se la lleva a la boca. –Deberías cambiarte Madison, te enfermaras.
Madison gruñe furiosa y decide salir del comedor para evitar más vergüenza, pasa por mi lado y me empuja un poco, lo ignoro y camino hacia una mesa vacía del fondo, todo parece haber vuelto a la normalidad, ya nadie ríe.
No parecen notar mi existencia, así es mejor, no tendré que gastarme con estúpidas presentaciones, no es que sea una antisocial, cuando se da la ocasión puedo ser algo así como...normal, pero en este momento no me interesa estar pasándome de mesa en mesa dándome a conocer.
Alguien se aclara la garganta y me hace salir de mi ensoñación, me vuelvo para encarar a una chica castaña y delgada, su rostro no indica mas de 17 años, sonríe de una forma muy cálida y amigable, de aquellas que te da mucha confianza y aunque no quieras hacerlo no puedes negarte, sería como patear a un dulce cachorrito; trae consigo una bandeja en sus manos: uvas, juego y una tarta.
-Hola, ¿te incomoda si me siento aquí?
La miro detalladamente por un momento, parece ser inofensiva así que niego con la cabeza.
-¡No!, puedes sentarte si quieres.
La castaña sonríe más aún ¿es posible que su sonrisa se extienda más? Se sienta frente a mí y deja su bandeja sobre la mesa.
-Gracias, me levanté tarde, es miércoles de tarta tienes que estar temprano en el comedor si quieres tomar tu propia mesa.
Me encojo de hombros. –No me gusta la tarta.
Ella me mira sorprendida, como si yo fuera un zombi. -¿Qué? ¿A que clase de persona no le gusta la tarta?
Río un poco. –Supongo que soy extraña.
Ella sonríe y se encoje de hombros. –Bueno, todos aquí lo somos...Soy Anahí Cobb’s, por cierto.
-Charlotte Hanley.
-¿Eres nueva?
-Si, llegue ayer.
Anahí toma un tenedor y empieza a comer la tarta.
-Supongo que ya hiciste tu prueba, ¿Cómo te fue? –Levanta su mirada hacia mí.
Trago duro, pienso en la prueba de anoche, no me fue muy bien que digamos, al principio creí que lo hacia bien pero creo que lo arruine al final.
-No lo se.- Admito en un susurro.
-Lo sabrás pronto, este año han traído a nuevos iniciados- Suspira y mira el pastel sobre su plato, hace una mueca y lo empuja con delicadeza lejos de ella. -Nuevos dones que controlar.
Entrecierro los ojos sin poder evitar preguntar.
¿Cuál es tu don?
Ella sonríe un poco.
-Se llama “True” puedo obligarte a decir la verdad con solo tocarte, no puedes mentir cuando estas bajo mi poder.
Frunzo el ceño, el don de ella no parece maligno o difícil de controlar, ¿Qué hace realmente aquí?
-¿Y porque estas aquí?
Su sonrisa decae.
-Decir la verdad es vital. Yo llevo más tiempo que todos aquí, prácticamente me crie aquí, conozco cosas y se cosas. La verdad a veces es un arma mortal, en especial cuando esta en manos equivocadas. Hace unos años, este lugar estaba prácticamente vacío, me crie toda la vida junto a padre, no sabía nada de mis verdaderos padres solo que me habían abandonado en las puertas del instituto, y es algo extraño porque mi primer recuerdo es a los 5 años. Tiempo después, cuando tenía 12, padre empezó a contarme cosas sobre niños especiales y dones y como era posible que eso sucediera, que él había trabajado en un lugar donde experimentaban con una planta mutante que le daba fuerza y vitalidad a las personas pero el experimento fallo y empezó a tener extrañas reacciones, niños habían sido utilizados para este tipo de experimento y uno de ellos empezó a experimentar algo extraño, tenia el don de piroquinesis, los científicos empezaron a hacer experimentos con él, y con el tiempo, el niño murió. Padre no soportaba que les hicieran eso a los niños así que se alejó de todo ello y guardo prototipos escondidos de la planta mutante, la tenía en el invernadero. Mientras pasaba el tiempo, padre hacía experimentos con esas plantas, y entonces fue cuando niños de diferentes lugares empezaron a llegar a instalarse aquí, padre los llamaba a todos sus hijos, les prometía ayudarlos a controlar sus dones y a protegerlos de los hombres negros, todos ellos tenían diferentes y fascinantes dones, mientras que yo no tenía nada de eso.
Al principio sentía celos de ser la única normal, así que esa noche, estaba tan furiosa que me escapé del instituto y corrí hacia el bosque, solo quería estar sola, hasta que una mujer muy hermosa llego hacia mí y me preguntó porque lloraba.
-Mi padre quiere a sus otros hijos más que a mí.
-Oh pequeña dulzura, yo conozco a tu padre, es un hombre muy malo. Pero si estas conmigo, jamás te dejaría de querer, siempre estaría a tu lado pequeñita.
Sus palabras parecían sinceras así que decidí creerle y acepté irme con ella.
-¿Quién eres?
-Llámame... Madre.
Y así lo hice.