You and I (Niall Horan) One shot

Nombre: You and I
Autor: cirus1d (yo)
Adaptación: No.
Género: Romance.
Advertencias: Ninguna.
Otras páginas: No.

Estar sentado en la arena, mirar el cielo y escuchar el sonido de las olas, era mi lugar favorito. Donde me relajaba, pensaba, lloraba, sonreía, recordaba...
Y sobre todo porque éste era el lugar favorito de ella. Mi princesa.
Recuerdo que todos los sábados veníamos, nos sentábamos, nos abrazábamos, nos besábamos, ella me tomaba de la mano mientras hablaba de cualquier cosa que se le ocurriera y yo la escuchaba atentamente y sonreía. Porque cuando estaba con ella era imposible no tener plasmada una sonrisa en el rostro. Y llegando el atardecer, nos dedicábamos a mirar el ocaso en silencio, disfrutando de la compañía del otro.
En la noche hacíamos una fogata, comíamos malvaviscos con chocolate y cantábamos. Según ella no cantaba nada bien, pero sí me decía que mi voz era hermosa.
Y hablando de hermosa, ella lo era. Por dentro y por fuera.
Amaba sus ojos, eran un color miel verdoso. Y eran decorados con largas pestañas.
Su suave cabello castaño, que la mayoría del tiempo lo llevaba suelto porque a mí me gustaba. Su sonrisa era una cosa perfecta. Tierna y sexy a la vez. Sus labios rosados y apetecibles. Su cuerpo no era perfecto, pero yo lo amaba. Porque ella era una chica natural.
Una de las cualidades que me enamoró de ella era su sencillez y espontaneidad. Era una chica muy madura, sensata, divertida, centrada en su vida, estudiosa, alocada, sensible, pícara, humilde, amistosa... Dios, ¿Qué les puedo decir? Esa chica era única, mi princesa soñada.
Con ella compartí los mejores momentos de mi vida. Momentos de felicidad y de tristeza, que son cuando más unidos estábamos y cuando me daba cuenta qué sin ella no podría vivir. Era mi alma gemela.

Recuerdo la primera vez que nos conocimos, fue en un museo de pintura y música.
Yo andaba por mi cuenta y ella también.
Al verla, fue como ver a un ángel. Sin mentir.
¿Creen en el amor/atracción a primera vista?, pues yo no, hasta ese día.
Recuerdo que pasé 30 minutos debatiéndome si acercarme a ella o no. Me era extraño sentirme nervioso por acercarme a una chica para conversar, ya que por lo general yo era un chico muy amistoso. Podría hacer amistad hasta con una anciana.
Ella, ______, se encontraba mirando unos cuadros de arte abstracto mientras distraídamente escuchaba a un hombre explicarle la historia de esa pintura.
No aguanté más, y me armé de valor para acercarme a ella.

~Flash Back~
(Hace 6 años)

Luego de 30 minutos luchando en mi mente si acercarme a esa chica que me cautivó al verla, por fin había decidido ir hasta ella.
Caminaba nervioso entre la multitud. ¿Qué pasaba si ella me consideraba un loco? ¿Y si era amargada y me rechazaba? ¿Sí no quería hablarme?. Bueno, si llegara a pasar, tendría que aceptar el rechazo y dejar de ser un chico tan hablador con todo el mundo.
Cuando estuve a un lado de ella, fingí mirar con interés la pintura que ella observaba.
Pude notar que me miró de reojo pero no se movió ni un centímetro.
Suspiré y decidir hablar de una vez por todas. Casual y amistosamente.

-¿Muy impresionante, no? -pregunté mirándola.

-¿Eh? -se volteó y frunció el ceño confundida.

-La pintura. Muy linda.

-Oh -asintió comprendiendo y sonrió. ¡Oh, dios! Tiene una sonrisa de ensueño-. La verdad, sí. Ha sido la que más me ha impresionado.

-Pienso lo mismo. Las demás son normales. Pienso que si vomito en un cuadro y lo pego en este lugar, les ganaría a todos. -bromeé, esperando que causara gracia en ella y no quedar como un idiota.

-¿Hablas en serio? -me miró con una ceja en alto pero soltando una carcajada. Sonreí internamente.

-Bueno, sí. Supongo -sonreí-. ¿Viniste sola?

-No. La verdad vine con mi tía. Pero no sé dónde se metió. -curvó sus labios sintiéndose preocupada-. Como sea. ¿Y tú?.

-Vine solo. Andaba caminando por ahí, me encontré con este lugar y decidí entrar. Amo el arte y bueno, heme aquí.

-Es raro ver a un chico de... ¿Cuántos años tienes? -me miró riendo-

-17 -sonreí-. ¿y tú?

-16. -sonrió de vuelta- Como te decía; es raro ver a un chico de 17 amar el arte. No todos se interesan en este tipo de cosas.

-Eh, bueno, supongo que soy diferente –reflexioné.

-Al parecer...

-¿Cómo te llamas? -pregunté, empezando a caminar con ella mirando distraídamente otros cuadros.

-_____, ¿Y tú?

-Niall. -sonreí y extendí mi mano-. Gusto en conocerla señorita _____.

-El gusto es mío, señorito Niall. -recibió mi mano y sonrió, sus mejillas tomando un color rosado muy adorable.

Y ahí estuvimos, hablando por un largo rato. Conociéndonos más y me impresionó lo fácil que había sido establecer una conversación con ella. Ninguno de los dos nos habíamos quedado sin saber que decir. Ella era tan interesante que cada vez quería saber más de ella. Y recordando que teníamos muchas cosas en común.

~Fin Flash Back~

A mi chica le quedaban sólo tres meses de vida. Tres malditos meses. En ese tiempo, trataba de disfrutarlo al máximo, haciendo la feliz. El doctor nos dijo que podíamos venir a la playa, que era un lugar relajante y eso podría tranquilizarla y despejarle la mente a mi novia por un momento.

El día de su partida, fue horrible.
Todo sucedió a las cinco de la mañana. Me encontraba con ella a su lado, en la habitación de la clínica, tratando de dormir cuando la siento apretar mi mano fuertemente y seguidamente el aparato que cuenta los latidos del corazón empezó a hacer un ruido horrible. El sonido que más odiaré por el resto de mi vida.
Lloré, lloré a mares. Lloré como jamás había llorado. Mi chica se había ido, dejándome malditamente sólo y con el corazón hecho añicos.
Nadie podía consolarme, nadie. Ni siquiera mis mejores amigos o mi hermano, absolutamente nadie.
Me encerraba en mi habitación a llorar, a extrañarla, a mirar nuestras fotos, escuchar nuestras canciones favoritas.
Nunca jamás me había sentido tan solo y tan roto.

El tiempo fue curando la herida, pero aún así, la recuerdo cada momento.
Uno de mis más bonitos recuerdos de ella había sido destruido. Me refiero a ese museo dónde nos conocimos. Un día, por muy mala suerte, se incendió y quedó en ruinas. Llevándose consigo el apreciado lugar donde la conocí.

Miré el atardecer y suspiré.
Levanté la mirada hacia cielo y susurré un te amo para ______.
Ella ahora está en otro mundo, en un lugar mejor. Al lado de sus dos padres, Dios y el Biológico. Pero alejada de mí.
Oí unos pasos y luego un cuerpo sentarse a mi lado en la arena.
Guardó silencio unos instantes y volteó a mirarme.

-Hey, chico. Ya debemos irnos. –me dijo Louis suavemente.

-No quiero irme…-susurré sin mirarlo.

-Lo sé, hermano. Pero tenemos que ir a la cena de compromiso de Zayn.

-Dame unos minutos, por favor.

-De acuerdo –suspiró el ojiazul–. Harry y Yo te esperaremos en el auto.

Se levantó sin más, dejándome solo nuevamente.

Creo que, era hora de cerrar más la herida y comenzar de nuevo. Sabía que no iba a ser sencillo, pero tengo qué.
Tengo que darme la oportunidad de ser feliz de nuevo, de enamorarme otra vez.
Estaba consciente de que nadie jamás iba a comprarse con _____, pero sé que ella querría que yo fuera feliz, y recuerdo que ella me lo comentó en sus últimos días.
Tal vez era hora de hacerle caso.

“______, Gracias por todo. Me diste los mejores años de mi vida, de mi adolescencia y pre-adultez. Te extraño a montones y no hay un segundo que no piense en ti.
Mi corazón te pertenecerá por el resto de mi vida. Siempre seremos TÚ Y YO, hasta la eternidad. Y ya espero con ansias ese día de volver a verte, allá en el reino de la gloria.
Te amo y Jamás dejaré de hacerlo. Señorita ______, nos vemos dentro de unos años más.”