Hola, ¿qué tal? ||Harry Styles ||

Este último año, _____ había tenido una idea para hacerla en su preparatoria. Y esta era, llevar un anotador a su clase todos los días y entregarle una hoja a cada uno de sus compañeros para que en esta escriban un saludo, y luego poder llevarlas a su casa y pegarlas en su gran pared, formando la figura que ella quisiese.
El año tenía la presentación de un nuevo alumno,  al cual nadie conocía, y ______ pretendía hacerlo. El día que repartió a cada uno de ellos las pequeñas hojas, le entregó a él también una. Y ella esperó que pudiera escribir algo y así poder hacer lo mismo que con todas las notas.

La pregunta de ella era;

Con el pasar de los días, ¿Conseguirá que él agregue más palabras? O quizás… ¿Una dedicatoria?

¡Hola! Mi nombre es Mahia, vengo subiendo aquí hace mucho y bueno, me encantó esta idea y quería compartirla con ustedes. Espero puedan leerla, les guste, comenten y me sigan.

¡Adiós!

¡Hola, Mirai! ¡Me alegra mucho que te haya gustado la idea! Por ahora no necesito chicas, pero cuando lo haga te aviso, ¿vale?
¡Gracias por pasarte y tendré en cuenta lo último! Tú igual, ¡Adiós!

Un día como cualquier otro. Estaba sentada en la fila del medio de mi curso. Todos hablaban, gritaban y habían ruidos por doquier. El profesor aún no había entrado a la clase.
Este era el último año de preparatoria, todos estábamos entusiasmados, ya queríamos terminar, y había tomado de iniciativa hacer algo original por mi parte, y era llevar todos los días unas notas para que mis compañeros escriban algo en ella y las pegue en mi pared. Era un buen gesto si lo contestaban bien, y sino, obviamente no lo pondría.

Yo tenía eso de ser muy social, había gente que me quería mucho justamente por eso y hasta por como yo era, y otras que me odiaban, porque me querían. Tampoco digo que soy la más famosa de la preparatoria, ni que soy popular ni nada de eso, porque en definitiva, sería en lo absoluto. Soy una chica normal, común y corriente, que tiene metas por cumplir, sueños, y responsabilidades. Tampoco digo que no tengo problemas, claro que los tengo, como toda persona, pero los tomo a bien, trato de resolverlos y si no puedo, entonces sigo intentando hasta por fin lograrlo. Pero nunca fui abierta a nadie, y si lo fui, fue únicamente Louis, Zayn, o Alli porque luego estaban Niall y Liam, que solo conocían una parte de mí, pero no tan profundamente como ellos tres lo hacían. Y a nadie más podía contarles mis problemas, a nadie más podía contarles algo que sea mío, sólo conocían mi lado amistoso y no dejaba que se vayan más allá.

En fin, ya que el profesor no había entrado, me levanté, como todos los días, con mi pequeño cuadernillo tamaño bolsillo, y empecé a entregarle a mis compañeros.

—¡Me esperaba tus notas, ______!—Exclamó Jason con un gesto de alegría.

—Sí, ¿verdad?—Largué una carcajada, y le entregué un papel.

Fui pasando banco por banco, entregándoselos. Al llegar al último banco de la primera última fila, me encontré con un chico con una mirada perdida en algún lugar. Me arrimé a él, pasando mi mano por frente de su cara y tratando de sacarlo a la realidad.

Me miró.

—¿Qué quieres?

—Buen día, chico nuevo. ¿Cómo te va? A mí bien, gracias.—Dije en tono sarcástico.

—¿Qué quieres?—Repitió sin ninguna expresión en la cara.

—Eh, bueno, te explicaré.—Tomo aire—. Como estamos en la preparatoria, y es el último año, estoy entregando notas para que puedan escribir algo en ella y las pegue en mi pared como recuerdo. Y como tú eres nuevo, te daré una, porque espero caerte bien ya que no quiero tener enemigos en mi último año.

—Me miró con un gesto de frustración—. ¿Sabes? En mi cabeza sentí un "Bla, bla, bla".—Comenzó a reír cínico. Enarqué una ceja, pensando si debería tener vergüenza o en sí, dejarlo pasar. Opté por la segunda.

—Ya.—Le puse una hoja en la mesa, y me fui.

Me dirigí al principio de la primera fila y comencé a levantar las notas ya hechas, que en ella contenían un "¡Hola!" y cosas así. Al llegar al chico nuevo, y ver que no había ninguna nota en su mesa, lo miré confundida y él hizo una sonrisa otra vez, cínica.

—Lo sientop.

—¿Y la nota?

—Se voló.

—La volaste.

—Quizás.

No dije nada, me sentí ofendida, por lo que me di la vuelta y me fui a sentar. Este chico seguro planeaba cagarme mi último año, el cuál pretendía pasarlo muy bien y nada ni nadie va a arruinarlo. Ni siquiera un cara bonita como él.
El profesor entró al curso con un maletín rodeando su hombro izquierdo, y unos portafolios en su mano derecha. Los apoyó en el escritorio y se paró al medio de la pizarra, todos nos levantamos.

—Buen día, alumnos.—Dijo en tono alto, con una expresión de autoridad en su voz.

—Buen día, profesor Edward.

—Tomen asiento.

—Gracias.—Dijimos todos al unisono, y nos sentamos. Él comenzó a hablar.

—Ya verán, como este es nuestro último año, me he permitido a traer muchos proyectos para cada semana, grupales e individuales.—Sonrío, tomando dirigiéndose ala pizarra y escribiendo en ella "Último año"—. El trabajo anual que tendrán, y el más difícil de todos, será entregado el 4 de diciembre, que es el final de clases, y deberán escribir una historia, cualquier historia que hayan vivido este año. Sea linda, o fea. Dramática, cósmica, romántica, triste, la categoría que deseen.—Todos comenzaron a gritar en forma de rechazo al trabajo y yo solo sonreí. Mi profesor de Lengua y Literatura no podía ser mejor.—¡No empiecen!—Gritó— ¡Oh escribirán un libro!—Todos se callaron—Así es mejor.

Yo solo me dediqué a sonreír y el profesor me miró. Luego miró hacia atrás, e hizo una sonrisa expresiva.

—Tú.—Señaló al fondo del lugar. Me giré a ver quién era y para mi sorpresa, el chico nuevo era apuntado.

—¿Sí?—Lo miró, sin expresión en su cara ni en sus palabras.

—Nada.—Se dio la vuelta y comenzó a escribir algo en la pizarra. Yo comencé a reír en voz baja, como todos.

Dos horas de clases ya habían sido pasadas y por fin el hermoso y adorable timbre de descanso. Me levanté con todos mis útiles y me dirigí a mi casillero, los guardé ahí y me acerqué a Allison, quién iba pasando derecho a la cafetería.

—¿No me esperas?

—No, tengo hambre.

—Qué gorda.—Comenzamos a reír.

—Sí, muy, gracias.

Al llegar a la cafetería, caminé a buscar mi comida y me senté en una mesa, junto a Alli, Niall, Louis, Zayn y Liam. Mi grupo de mejores amigos. "Team Lovers" como nos llamábamos.
Comencé a comer, mirando cada extremo del gran salón. Todos riendo, comiendo, gritando, jugando y hasta besándose, y solo una presencia me llamó la atención. El chico, caminaba con una bandeja con una manzana, y un agua, y se sentó en una mesa a lo último, sólo, sacando un libro, que no podía descifrar cuál era, y comenzando a leer mientras comía su manzana. Admitía, que se veía muy sexy, llamativo y extremadamente interesante verlo así, y unas ganas de acercarme se vinieron a mí. Pero digamos que él no tenía esas intenciones amistosas como las mía. Y de repente sentí su mirada sobre mí, me observaba, desde aquel extremo del lugar, mientras personas pasaban por el medio de nosotros, y nuestras miradas nunca se cortaban. Me dedicó una sonrisa, coqueta y seductora, y yo quité la mirada, con nervios, y sentí mis manos sudar.

—_______.— Sabía que estaba desconcertada y al escuchar mi nombre, me giré a ver a quien me llamaba—. ¿Pasa algo, preciosa?—Me dijo mi mejor amigo, Lou.

—No, no. Me desconcerté, sólo eso.—Sonreí nerviosa y él me abrazó.

—Sé que ese rizudo te llama la atención, no me engañas.—Susurró en mi oído y me estremecí, ¿por qué me conocía tanto?

—Solo quiero conocerlo, nada más.

—Pues hazlo.

—Intentaré.—Le sonreí en una forma de convencerlo y me levanté.—Voy al baño.

No esperé que contestaran, por lo que me dirigí corriendo al baño, me hacía pipí encima. En mi corrida, que la había tomado como fallida al haberme dado cuenta que había chocado a alguien y sentir ese dolor tan horrible en mi boca, y caer al suelo.

—¡Oh, lo siento, lo siento, lo siento!—Exclamó el chico, de voz conocida, ayudándome acercándose a mí.—Ah, eres tú.

—Me duele la boca.—Logré decir, al tocar mi labio con la lengua y sentir el sabor a metálico de mi sangre.

—Pues deberías fijarte por donde caminas.—Me extendió la mano y la tomé levantándome—. ¿Estás bien?

—Supongo, gracias.—Limpié mi boca, y seguí caminando al baño.

—¡Lo siento!

Omití lo escuchado y al entrar, me lavé la boca rápidamente, sintiendo un dolor feo, y ver en el espejo un pequeño lastimado en ella.

Bonito como comienzo a conocerte, pensé.

¡Primen capítulo here! Y espero con total ansias que les haya gustado. Normalmente, no soy muy narrativa por si lo ven. Y bueno, sólo eso. Comenten, por favor, sería lindo su apoyo. ¡Adiós!

PD: NO NECESITO CHICAS.