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"●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
FELICIDADESSSSSS CUMPLEAÑOS FELIZ. CUMPLEAÑOS FELIZ,TE DESAMOS TODOS UN CUMPLEAÑOS FELIZ!!!
AH Y SIGUEEE POR FAVOR
AH Y SIGUEEE POR FAVOR
Eu^_^
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Gracias mis amores por sus felicitaciones :oops: !!
Aqui les dejo varios caps!!
Aqui les dejo varios caps!!
Bubu ✌
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Capitulo 31
(TN) se acabó la infusión, dejó la taza en el lavavajillas y se dirigió al salón. El sol del atardecer inundaba cálidamente la estancia. Sam estaba tumbada en la alfombra, aparentemente ajena a la presencia de (TN).
La noche anterior, el sexo telefónico con Jerry había sido fabuloso y la había ayudado a sentirse más conectada con él y más segura. Amada. Sin embargo, no había satisfecho su necesidad física más profunda.
Echó un vistazo a los rayos de sol que refulgían sobre los árboles. Estaba muy confusa. Por un lado, le gustaba la sensación de seguridad y compromiso que sentía con Jerry. Pero, por el otro, le encantaba la emoción y la novedad de su relación con Nicholas. Ambos hermanos eran muy distintos y, sin embargo, se parecian mucho. Sabía que si pasaba más tiempo con Nicholas, se enamoraría de él.
Habia pasado gran parte de la noche dando vueltas en la cama, recordando la fantástica noche de sexo que ella y Nicholas habían compartido dos noches antes. El insistente anhelo seguía punzándola por dentro.
Deseaba sentir a Nicholas penetrándola en aquel preciso instante.
Decidió probar por fin uno de los regalos de Nicholas. Fue corriendo al dormitorio y eligió uno de los libros que Nicholas había escogido para ella. Regresó al salón y se repantingó en el sofá, se acomodó en los cojines y se tapó con una manta suave de felpa.
El libro empezaba en un galeón pirata, donde el sensual capitán se echaba a la protagonista al hombro y la arrastraba hasta su camarote. Cuando la arroja sobre su catre y le desgarraba el corpiño, dejando vista sus resbaladizos pechos desnudos, que subían y bajaban a causa de su respiración acelerada, (TN) se encontró acariciándose los pechos con los dedos. Cuando el capitán le ataba las manos a la protagonista sobre la cabeza, (TN) deslizó su mano sobre la curva de su pecho y lo rodeó, sosteniéndolo en su palma. A medida que la historia progresaba, se desprendió del sujetador y se toqueteó los pezones, endureciéndoselos en las partes más eróticas y dejándolos sedientos de caricias mientras se detenía a pasar las páginas.
Se estaba excitando. Pasó otra página más. Cuando el capitán pirata hizo girar sus caderas hacia delante y su dura masculinidad llenó a su cautiva, (TN) recordó el pene erecto de Nicholas, deslizándose dentro de ella. Movió los dedos más y más deprisa, pasando de un pezón a otro. La respiración se le aceleraba. Una estocada de dureza masculina demolió la última barrera de control de la protagonista, que no logró seguir resistiéndose a sus deseos.
(TN) no podía hacer caso omiso a la necesidad impetuosa de sentir un pene en su interior. Quería que un hombre la penetrara. Quería que Nicholas la penetrara. Recordó su enhiesto miembro embistiéndola y llevándola a un intenso orgasmo. El protagonista se echó atrás y luego se dejó caer hacia delante de nuevo, con fuerza. La cautiva emitió un grito agudo mientras que el capitán la llevaba a un climax frenético y excitante. (TN) gruñó frustrada.
Se mordisqueó la uña del pulgar mientras pensaba en el calor punzante que sentía en su vagina y en el charquito de anhelo que se había formado en sus braguitas. Entonces recordó la máquina de la pasión morada, o como quiera que la llamaran en el envoltorio. Se mordió la uña con más fuerza.
Consultó la hora en el reproductor del DVD. Eran las cuatro y once. Nicholas no regresaría hasta pasadas un par de horas.
Dejó el libro en el suelo, salió disparada hacia el dormitorio y fue corriendo a la mesilla de noche. Abrió a toda prisa el cajón, cogió la caja que contenía el largo pene morado. Se lamió los labios. Un pene para ella sola.
Regresó corriendo al sofá, se desprendió de sus tejanos y se acurrucó en la manta. Pulsó el botón superior, tal como le había indicado Nicholas. La máquina empezó a vibrar. (TN) tocó la zona abultada del lateral, imaginando la sensación de notarla contra su clítoris. Notó que se humedecía aún más. Se bajó las bragas e intentó tocarse con aquel artilugio su zona más sensible, pero aquella extensión se curvaba hacia el tramo del pene morado y no lo consiguió.
Tendría que deslizárselo en su interior para probarlo. Se colocó la cabeza de aquella cosa en la entrada de la vagina, humedecida por la excitación. Se sorprendió al notar lo salvajemente erótica que le resultaba la vibración. Se metió la punta del vibrador, y luego lo volvió a sacar. Se lo metió un poco más, lo sacó, y luego más adentro.
«No tengo nada que perder», pensó. Se lo metió hasta el fondo. Se colocó la parte vibrante contra el capuchón del clítoris. La masajeaba levemente, estimulándola de una forma deliciosa. Apoyó la cabeza sobre el brazo del sofá mientras disfrutaba de notar aquel artilugio dentro de ella, con aquella pequeña extensión jugando con su clítoris. Sintió que se tensaba por dentro y que un orgasmo se avecinaba al horizonte. Esperó, pero no llegaba. Se metió y se sacó aquel pene, pero con ello sólo conseguía apartarse el estimulador del clítoris, de modo que volvió a introducírselo del todo. Intentó hacerlo girar con la esperanza de alcanzar el orgasmo, pero no hubo suerte.
Entonces recordó los demás botones. Nicholas había hecho que la punta se moviera describiendo círculos. Se lamió los labios. Aquello sonaba bien. Encontró a tientas la columna de botones en la base del pene y pulsó el segundo. El runruneo fue en aumento a medida que la vibración se aceleraba.
¡Vaya! Era demasiado fuerte, demasiado estimlante. Buscó el mismo botón, pero por error debió de accionar el tercero, porque el sonido se hizo aún más intenso y pudo notar que el pene empezaba a describir estimulantes círculos en su interior, acariciándole las paredes vaginales en un movimiento increíblemente excitante. La sensación era fabulosa, pero la vibración la taladraba y el sonido la ponía nerviosa. Volvió a pulsar los botones, pero sólo logró aumentar el ritmo del pene giratorio. Las sensaciones y el ruido la pusieron nerviosa, haciendo que el inminente orgasmo se alejara cada vez más. Tocó los botones como una posesa.
Oyó cerrarse la puerta de un coche. Madre de Dios, debía de ser Nicholas.
Se sacó aquel artilugio de dentro y tocó el primer botón; el movimiento y el ruido se detuvieron. Gracias al cielo. Pero ella seguía sintiéndose agitada por dentro. Bueno, qué diablos, tenía un hombre a mano. Depositó la máquina sobre la manta y la tapó; luego empujó de un puntapié sus braguitas bajo el sofá. Ya guardaría después, a hurtadillas, la vergonzosa evidencia de su experimento, enrollándolo en la manta. Pensaba mantener a Nicholas tan ocupado que ni siquiera se daría cuenta de su presencia.
Se bajó la camisa, mientras se dirigía corriendo hacia la cocina. Pero ésta apenas le cubría las nalgas desnudas. Echó un vistazo a través del ventanal mientras atravesaba la cocina a toda prisa y vio a Nicholas acercarse a la puerta. (TN) la abrió de golpe.
-¿(TN)?
Lo cogió de la mano y lo hizo entrar, cerrando la puerta detras de él. Lo rodeó con los brazos, atrapando su boca. El se apartó.
-(TN), ¿sabes...?
Ella selló sus labios con un beso persuasivo.
-Lo único que sé es que te deseo -le dijo, cogiéndolo de las manos y llevándoselas hasta sus pechos, mientras arqueaba la espalda para aplastarlos más contra sus palmas.
Volvió a besarlo. Como un volcán. Con anhelo. Con urgencia. Los labios de él dejaron de protestar y empezaron a moverse sobre los suyos.
-Oh, cariño, no sabes cuánto te he echado de menos.
Hacía treinta y ocho largas horas desde que habían hecho el amor y ella también lo había echado de menos.
(TN) le sacó la camisa de los pantalones y deslizó las manos bajo ella, recorriendo sus marcados abdominales, hasta llegar a sus duros pezones, pellizcándolos y jugueteando con ellos mientras Nicholas le devoraba los labios. Nicholas le acarició la espalda y metió la mano bajo la camisa. Sus manos se deslizaron por la cálida piel desnuda de (TN), por la curva de su trasero.
-Dios, (TN), no llevas ropa interior.
(TN) buscó el broche de los téjanos de Nicholas y los soltó, luego le bajó la cremallera.
-Y tú dentro de poco tampoco la llevarás.
(TN) le besuqueó la clavícula y luego el torso visible bajo el pico de la camisa. Con una mano fue desabrochándole los botones, mientras le metía la otra en la bragueta y atrapaba con ella su miembro erecto. Lo sacó por la abertura de los calzoncillos. Descendió por su cuerpo, besándolo, dejó atrás el ombligo y finalmente cubrió con sus labios la punta roja oscura de su pene.
-Cariño -susurró él, tomando aire-. Oh, sí.
Le acarició la cabeza.
-Cariño, tengo que decirte...
(TN) lo atrapó con toda la boca, metiéndose su verga hasta la garganta y chupándola con avidez. Nicholas gimió.
&
Nicholas abrió la puerta y se quedó helado. Allí, en medio de su cocina, (TN) le estaba haciendo sexo oral a su hermano, cuyo rostro se contraía de placer. Sintió un ataque de ira, pero luego, al recordar la cálida sensación de la dulce boca de (TN) deslizándose sobre su propio miembro, la sangre le bajó de la cabeza al pene, que cobró vida.
Observó la cabeza de (TN) subir y bajar. Jerry gemía. Y Nicholas se estaba excitando cada vez más. Notó que la cremallera le apretaba. Cerró la puerta silenciosamente y empezó a masturbarse. (TN) abrió la boca y lamió el pene de Jerry desde la base hasta la punta. Luego dibujó con la lengua círculos alrededor de la corona. Nicholas casi gimió al unísono con Jerry mientras contemplaba aquella escena erótica.
Sabía que debería estar enfadado, pero sus hormonas y su deseo de penetrar a (TN) eran más fuertes que cualquier otro sentimiento. (TN) unió sus manos tras el culo de Jerry y lo apretó para engullirlo.
Alternaba de posición, apoyándose primero en una rodilla y luego en la otra. Se le levantó la camisa y su culo desnudo quedó a la vista. Mientras se inclinaba sobre Jerry, Nicholas logró ver un poco su sexo humedo
Se le aceleró el latido del corazón y emitió un jadeo que no pudo ahogar. Jerry, en pleno trance, no lo oyó, pero (TN) miró en su dirección y sus ojos se encontraron.
(TN) se acabó la infusión, dejó la taza en el lavavajillas y se dirigió al salón. El sol del atardecer inundaba cálidamente la estancia. Sam estaba tumbada en la alfombra, aparentemente ajena a la presencia de (TN).
La noche anterior, el sexo telefónico con Jerry había sido fabuloso y la había ayudado a sentirse más conectada con él y más segura. Amada. Sin embargo, no había satisfecho su necesidad física más profunda.
Echó un vistazo a los rayos de sol que refulgían sobre los árboles. Estaba muy confusa. Por un lado, le gustaba la sensación de seguridad y compromiso que sentía con Jerry. Pero, por el otro, le encantaba la emoción y la novedad de su relación con Nicholas. Ambos hermanos eran muy distintos y, sin embargo, se parecian mucho. Sabía que si pasaba más tiempo con Nicholas, se enamoraría de él.
Habia pasado gran parte de la noche dando vueltas en la cama, recordando la fantástica noche de sexo que ella y Nicholas habían compartido dos noches antes. El insistente anhelo seguía punzándola por dentro.
Deseaba sentir a Nicholas penetrándola en aquel preciso instante.
Decidió probar por fin uno de los regalos de Nicholas. Fue corriendo al dormitorio y eligió uno de los libros que Nicholas había escogido para ella. Regresó al salón y se repantingó en el sofá, se acomodó en los cojines y se tapó con una manta suave de felpa.
El libro empezaba en un galeón pirata, donde el sensual capitán se echaba a la protagonista al hombro y la arrastraba hasta su camarote. Cuando la arroja sobre su catre y le desgarraba el corpiño, dejando vista sus resbaladizos pechos desnudos, que subían y bajaban a causa de su respiración acelerada, (TN) se encontró acariciándose los pechos con los dedos. Cuando el capitán le ataba las manos a la protagonista sobre la cabeza, (TN) deslizó su mano sobre la curva de su pecho y lo rodeó, sosteniéndolo en su palma. A medida que la historia progresaba, se desprendió del sujetador y se toqueteó los pezones, endureciéndoselos en las partes más eróticas y dejándolos sedientos de caricias mientras se detenía a pasar las páginas.
Se estaba excitando. Pasó otra página más. Cuando el capitán pirata hizo girar sus caderas hacia delante y su dura masculinidad llenó a su cautiva, (TN) recordó el pene erecto de Nicholas, deslizándose dentro de ella. Movió los dedos más y más deprisa, pasando de un pezón a otro. La respiración se le aceleraba. Una estocada de dureza masculina demolió la última barrera de control de la protagonista, que no logró seguir resistiéndose a sus deseos.
(TN) no podía hacer caso omiso a la necesidad impetuosa de sentir un pene en su interior. Quería que un hombre la penetrara. Quería que Nicholas la penetrara. Recordó su enhiesto miembro embistiéndola y llevándola a un intenso orgasmo. El protagonista se echó atrás y luego se dejó caer hacia delante de nuevo, con fuerza. La cautiva emitió un grito agudo mientras que el capitán la llevaba a un climax frenético y excitante. (TN) gruñó frustrada.
Se mordisqueó la uña del pulgar mientras pensaba en el calor punzante que sentía en su vagina y en el charquito de anhelo que se había formado en sus braguitas. Entonces recordó la máquina de la pasión morada, o como quiera que la llamaran en el envoltorio. Se mordió la uña con más fuerza.
Consultó la hora en el reproductor del DVD. Eran las cuatro y once. Nicholas no regresaría hasta pasadas un par de horas.
Dejó el libro en el suelo, salió disparada hacia el dormitorio y fue corriendo a la mesilla de noche. Abrió a toda prisa el cajón, cogió la caja que contenía el largo pene morado. Se lamió los labios. Un pene para ella sola.
Regresó corriendo al sofá, se desprendió de sus tejanos y se acurrucó en la manta. Pulsó el botón superior, tal como le había indicado Nicholas. La máquina empezó a vibrar. (TN) tocó la zona abultada del lateral, imaginando la sensación de notarla contra su clítoris. Notó que se humedecía aún más. Se bajó las bragas e intentó tocarse con aquel artilugio su zona más sensible, pero aquella extensión se curvaba hacia el tramo del pene morado y no lo consiguió.
Tendría que deslizárselo en su interior para probarlo. Se colocó la cabeza de aquella cosa en la entrada de la vagina, humedecida por la excitación. Se sorprendió al notar lo salvajemente erótica que le resultaba la vibración. Se metió la punta del vibrador, y luego lo volvió a sacar. Se lo metió un poco más, lo sacó, y luego más adentro.
«No tengo nada que perder», pensó. Se lo metió hasta el fondo. Se colocó la parte vibrante contra el capuchón del clítoris. La masajeaba levemente, estimulándola de una forma deliciosa. Apoyó la cabeza sobre el brazo del sofá mientras disfrutaba de notar aquel artilugio dentro de ella, con aquella pequeña extensión jugando con su clítoris. Sintió que se tensaba por dentro y que un orgasmo se avecinaba al horizonte. Esperó, pero no llegaba. Se metió y se sacó aquel pene, pero con ello sólo conseguía apartarse el estimulador del clítoris, de modo que volvió a introducírselo del todo. Intentó hacerlo girar con la esperanza de alcanzar el orgasmo, pero no hubo suerte.
Entonces recordó los demás botones. Nicholas había hecho que la punta se moviera describiendo círculos. Se lamió los labios. Aquello sonaba bien. Encontró a tientas la columna de botones en la base del pene y pulsó el segundo. El runruneo fue en aumento a medida que la vibración se aceleraba.
¡Vaya! Era demasiado fuerte, demasiado estimlante. Buscó el mismo botón, pero por error debió de accionar el tercero, porque el sonido se hizo aún más intenso y pudo notar que el pene empezaba a describir estimulantes círculos en su interior, acariciándole las paredes vaginales en un movimiento increíblemente excitante. La sensación era fabulosa, pero la vibración la taladraba y el sonido la ponía nerviosa. Volvió a pulsar los botones, pero sólo logró aumentar el ritmo del pene giratorio. Las sensaciones y el ruido la pusieron nerviosa, haciendo que el inminente orgasmo se alejara cada vez más. Tocó los botones como una posesa.
Oyó cerrarse la puerta de un coche. Madre de Dios, debía de ser Nicholas.
Se sacó aquel artilugio de dentro y tocó el primer botón; el movimiento y el ruido se detuvieron. Gracias al cielo. Pero ella seguía sintiéndose agitada por dentro. Bueno, qué diablos, tenía un hombre a mano. Depositó la máquina sobre la manta y la tapó; luego empujó de un puntapié sus braguitas bajo el sofá. Ya guardaría después, a hurtadillas, la vergonzosa evidencia de su experimento, enrollándolo en la manta. Pensaba mantener a Nicholas tan ocupado que ni siquiera se daría cuenta de su presencia.
Se bajó la camisa, mientras se dirigía corriendo hacia la cocina. Pero ésta apenas le cubría las nalgas desnudas. Echó un vistazo a través del ventanal mientras atravesaba la cocina a toda prisa y vio a Nicholas acercarse a la puerta. (TN) la abrió de golpe.
-¿(TN)?
Lo cogió de la mano y lo hizo entrar, cerrando la puerta detras de él. Lo rodeó con los brazos, atrapando su boca. El se apartó.
-(TN), ¿sabes...?
Ella selló sus labios con un beso persuasivo.
-Lo único que sé es que te deseo -le dijo, cogiéndolo de las manos y llevándoselas hasta sus pechos, mientras arqueaba la espalda para aplastarlos más contra sus palmas.
Volvió a besarlo. Como un volcán. Con anhelo. Con urgencia. Los labios de él dejaron de protestar y empezaron a moverse sobre los suyos.
-Oh, cariño, no sabes cuánto te he echado de menos.
Hacía treinta y ocho largas horas desde que habían hecho el amor y ella también lo había echado de menos.
(TN) le sacó la camisa de los pantalones y deslizó las manos bajo ella, recorriendo sus marcados abdominales, hasta llegar a sus duros pezones, pellizcándolos y jugueteando con ellos mientras Nicholas le devoraba los labios. Nicholas le acarició la espalda y metió la mano bajo la camisa. Sus manos se deslizaron por la cálida piel desnuda de (TN), por la curva de su trasero.
-Dios, (TN), no llevas ropa interior.
(TN) buscó el broche de los téjanos de Nicholas y los soltó, luego le bajó la cremallera.
-Y tú dentro de poco tampoco la llevarás.
(TN) le besuqueó la clavícula y luego el torso visible bajo el pico de la camisa. Con una mano fue desabrochándole los botones, mientras le metía la otra en la bragueta y atrapaba con ella su miembro erecto. Lo sacó por la abertura de los calzoncillos. Descendió por su cuerpo, besándolo, dejó atrás el ombligo y finalmente cubrió con sus labios la punta roja oscura de su pene.
-Cariño -susurró él, tomando aire-. Oh, sí.
Le acarició la cabeza.
-Cariño, tengo que decirte...
(TN) lo atrapó con toda la boca, metiéndose su verga hasta la garganta y chupándola con avidez. Nicholas gimió.
&
Nicholas abrió la puerta y se quedó helado. Allí, en medio de su cocina, (TN) le estaba haciendo sexo oral a su hermano, cuyo rostro se contraía de placer. Sintió un ataque de ira, pero luego, al recordar la cálida sensación de la dulce boca de (TN) deslizándose sobre su propio miembro, la sangre le bajó de la cabeza al pene, que cobró vida.
Observó la cabeza de (TN) subir y bajar. Jerry gemía. Y Nicholas se estaba excitando cada vez más. Notó que la cremallera le apretaba. Cerró la puerta silenciosamente y empezó a masturbarse. (TN) abrió la boca y lamió el pene de Jerry desde la base hasta la punta. Luego dibujó con la lengua círculos alrededor de la corona. Nicholas casi gimió al unísono con Jerry mientras contemplaba aquella escena erótica.
Sabía que debería estar enfadado, pero sus hormonas y su deseo de penetrar a (TN) eran más fuertes que cualquier otro sentimiento. (TN) unió sus manos tras el culo de Jerry y lo apretó para engullirlo.
Alternaba de posición, apoyándose primero en una rodilla y luego en la otra. Se le levantó la camisa y su culo desnudo quedó a la vista. Mientras se inclinaba sobre Jerry, Nicholas logró ver un poco su sexo humedo
Se le aceleró el latido del corazón y emitió un jadeo que no pudo ahogar. Jerry, en pleno trance, no lo oyó, pero (TN) miró en su dirección y sus ojos se encontraron.
Bubu ✌
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Capitulo 32
(TN) notó cómo a Nicholas se le tensaba la entrepierna mientras ella lo succionaba cada vez con más fuerza, apretándolo entre su lengua y el paladar. Se volvió ligeramente y oyó un leve gemido al otro lado de la estancia. Miró hacia el lado y localizó a Jerry, observándola desde el marco de la puerta mientras se acáriciaba el impresionante bulto de sus pantalones.
(TN) se detuvo durante una fracción de segundo pero al notar la polla erecta de Nicholas en su boca, y continuó chupándolo y succionándolo, con la vista clavada en Jerry. Al cabo de unos instantes su boca quedó invadida por ráfagas de semen caliente y salado. (TN) continuó chupándolo, observando los ojos neblinosos de Jerry, hasta que Nicholas dejó de eyacular. Lentamente soltó a Nicholas, se puso en pie y dirigió la vista a Jerry.
-(TN), ha sido genial, pero... -dijo el hombre que tenía delante.
Ella lo miró y dijo:
-Nicholas, Jerry está aquí.
-Ya lo veo.
(TN) palideció al descubrir que quien respondía era el hombre de la puerta. Volvió la cabeza rápidamente para mirarlo. Y luego volvió a mirar al rostro del hombre a quien había tomado por Nicholas.
-¿Eres Jerry?
Los téjanos y la camisa informal. No era así como iba vestido Nicholas cuando había salido para la oficina esa mañana. Volvió a mirar a Nicholas, vestido con sus pantalones de pinzas grises oscuros, camisa blanca, corbata roja estampada y chaqueta deportiva de color marengo.
-He intentado decírtelo, pero no me has dado oportunidad. Lo siento.
Jerry se metió el pene flácido en los pantalones y se los abrochó. Luego se dirigió a Nicholas:
-No intentaba engañar a nadie.
Nicholas le hizo señas como restando importancia a sus palabras.
-Olvídalo. Podría volverme loco, pero también he estado en el otro lado. Simplemente dime a qué has venido.
-Tengo que hablar con (TN). Ha ocurrido algo.
-Pero acordamos...
-Lo sé, pero es importante. No puede esperar -continuó, volviéndose para mirar a (TN).
-(TN), hay algo de lo que tenemos que hablar a solas. Puedes explicárselo a Nicholas una vez lo hayamos hablado. ¿Podemos cenar juntos esta noche?
-Yo, esto...
Un chirrido mecánico seguido por el bufido de un gato y un golpe atrajeron la atención de (TN) hacia el salón. «No, por favor», aquello no podía estar pasando. Entonces empezó a oírse un fuerte zumbido que provenía del sofá.
-¿Qué ha sido eso? -preguntó Nicholas, mientras se dirigía hacia el salón.
-Seguro que no es nada -contestó ella, intentando adelantársele, pero él tenía las piernas más largas y llegó a la puerta del salón antes que ella.
Miró en dirección al sofá, con una sonrisa en los labios. (TN) asomó la cabeza y vio a Sam sentada con una pata en la base del pene morado, dándole golpes al polla con la otra mientras éste se movía en círculos. (TN) notó a Jerry a su lado.
-¿Qué diablos es eso?
-Adivina -respondió Nicholas-. Vaya, (TN), veo que estás disfrutando de mi pequeño regalo.
Jerry se tapó los ojos como si quisiera borrar la imagen de lo que acababa de ver.
-Yo me largo de aquí -anunció, dándose la vuelta y dirigiéndose a la puerta-. (TN), voy a coger una habitación en un hotel. Te llamo dentro de una hora.
(TN) se fue corriendo hacia el salón, ahuyentó a la gata y cogió el pene morado. Pulsó el botón de apagado, y los movimientos giratorios y el ruido desaparecieron. Lo dejó caer en la manta y lo tapó con una esquina.
Nicholas estalló en carcajadas.
Ella se sentó en el brazo del sofá.
-¿Nicholas, es que te has vuelto loco?
-Supongo que sí, pero, para ser honesto, el verte chupándosela a mi hermano me ha excitado.
(TN) se sonrojó.
-Pensaba que eras tú, de verdad.
Nicholas sonrió.
-Te creo. Ahora ya me imagino lo que ha pasado. Estabas usando el vibrador, cuando ha aparecido Jerry por la puerta. No pensabas con claridad. Te habías puesto tan caliente con el aparatito que te has abalanzado encima de él. Lo único que no me explico es por qué has pensado que yo llamaría a la puerta.
-No ha llamado.
-¿Ha entrado sin más?
-No, he oído el coche y he salido corriendo a la puerta para abalanzarme sobre ti. Me sentía frustrada porque no conseguía que este maldito trasto funcionara.
Jerry soltó una carcajada.
-Vaya, pues parece que Sam ha sido más hábil.
(TN) puso los ojos en blanco, al recordar su frustración.
-Bueno, sí funcionaba, pero no para mí. No he logrado que hiciera lo que tocaba en el momento que tocaba y... -dijo con un hilillo de voz, encogiéndose de hombros.
-Ya entiendo. Así que estabas frustrada cuando ha llegado.
-Todavía lo estoy. Lo único que he hecho con Jerry es... lo que has visto.
Nicholas sonrió de oreja a oreja.
-¿Debo entender entonces que te apetecería un poco de atención?
(TN) refunfuñó.
-Me apetecería mucha atención.
Nicholas se acercó a ella con una mirada devoradora, como si fuera presa del mismo anhelo que ella. La tomó entre sus brazos y la besó. Fue un beso sensual y hambriento. (TN) lo recibió apretándose contra él, deleitándose al notar la dureza de Nicholas contra su cuerpo.
-(TN), ahora no me voy a echar atrás, pero quiero saber...
Ella volvió a besarlo.
-¿Saber qué, Nicholas?
-¿Me deseabas de verdad o sólo querías satisfacer tus ansias?
-Quería satisfacer mis ansias... -dijo, cogiéndole las manos entre las suyas y mirándolo fijamente a los ojos, percibiendo su profunda decepción-... contigo.
Lo besó con pasión, ahondando con la lengua en su boca. Se enzarzaron en un beso de tornillo. (TN) le acarició el interior de los labios de Nicholas con movimientos circulares.
-Te deseo, Nicholas.
Nicholas sonrió mientras descendía las manos por su espalda, atrapaba las nalgas desnudas de (TN) y la apretaba contra su entrepierna. (TN) jadeó al notar aquel contacto. Nicholas meció el bulto de su entrepierna contra el cálido centro de (TN).
La atrapó con los labios y ella le echó los brazos sobre los hombros, dejando caer los párpados mientras se entregaba a aquel beso. La lengua cálida de Nicholas entraba y salía de su boca. Ella la acariciaba mientras movía sus labios vorazmente sobre los de él. Nicholas la cogió por detrás de la cintura y la levantó del suelo. (TN) enroscó sus piernas alrededor de él, mientras notaba cómo la llevaba hacia atrás..., a la cocina.
Notó el mármol frío como el hielo bajo su culo desnudo y se retorció de emoción. Estaba demasiado excitada para que la enfriara el contacto con aquella piedra. Nicholas le soltó la cintura y le desabrochó los botones de la camisa, observando cómo iba abriéndose a medida que descendía. (TN) se había quitado el sujetador antes, mientras leía la novela erótica que él le había regalado, y al contemplar ahora la pasión en los ojos de Nicholas, se alegró de haberlo hecho.
Nicholas le acarició los pechos con delicadeza, se agachó y se metió uno en la boca. Lo chupó con voracidad, haciendo que a (TN) se le incendiara aún más el cuerpo. Cuando le chupó el otro pezón, ella lo agarró de la cabeza y se lo acercó, gimoteando levemente.
Nicholas se apartó y se detuvo a contemplar su cuerpo, repasándolo de arriba abajo con la mirada. Allí estaba (TN) sentada, con el culo desnudo sobre la encimera de la cocina y las piernas abiertas. Y allí estaba él, completamente vestido. (TN) pensó que se fundía por dentro, estaba cada vez más húmeda y resbaladiza. Nicholas examinó cada centímetro de su cuerpo con ojos seductores y a (TN) se le puso la carne de gallina.
Ninguno de los dos se movía, hipnotizados como estaban por aquel momento increíblemente sensual. Los pezones de (TN) se habían convertido en largos y duros botones, y el flujo que se le había acumulado en la entrepierna empezó a resbalarle por los muslos.
Nicholas se movió al fin. Se desabrochó el cinturón, con la vista clavada en los ojos ardientes y hambrientos de (TN). Se desabrochó el botón del pantalón y el sonido de su cremallera al abrirse, un sonido excepcionalmente sensual, logró que un escalofrío le recorriera la columna a (TN). Nicholas dejó caer sus pantalones al suelo, donde aterrizaron con un golpe seco, debido al cinturón de cuero y la hebilla. Empezó a desabrocharse la camisa, pero (TN) le detuvo las manos y se relamió.
-Déjatela puesta.
Le metió el dedo índice por dentro de la cinturilla de los calzoncillos.
-Y esto tampoco te lo quites.
Estiró de la goma de la cinturilla y la colocó por debajo de sus testículos, exponiéndolos a la vista. Enrolló las manos alrededor de su inmensa erección.
Nicholas se rió.
-Presiento otra fantasía.
(TN) sonrió, deslizando una mano hasta su corbata, cogiéndola de debajo el nudo y tirando de ella para acercarlo.
-No, sólo aprovecho una situación increíblemente estimulante cuando se presenta.
-Humm -murmuró Nicholas, besándole la garganta y enviando un cosquilleo desde su cuello hasta las puntas de sus pezones-. ¿Mi chica mala quiere que el poderoso empresario que quiere poseerla se aproveche de ella?
Nicholas atrapó un pezón en su boca. (TN) gimió.
-Algo así.
(TN) empezó a masturbarlo, sintiendo de repente la urgencia de tenerlo dentro de ella. Se apoyó en el armario, levantó las piernas y apoyó los talones en el borde de la encimera, abriéndolas aún más y dejando su cono húmedo a la vista de Nicholas. Se sentía lasciva, una chica mala. Y quería ser una buena chica mala.
-¿Le gusta lo que ve, Sr. Jonas?
Se acarició el vientre, descendiendo hasta su vulva.
-Ya lo creo -contestó él, con la mirada ensombrecida y vidriada al contemplarla masturbarse con el dedo.
(TN) se metió el dedo dentro.
A Nicholas se le aceleró la respiración.
-Esto es lo que quiero que me hagas -continuó ella, metiéndose y sacándose el dedo e incrementando la velocidad del movimiento mientras alargaba la mano para cogerle la verga-, pero con esto.
Se sacó el dedo y echó las caderas un poco hacia atrás. Nicholas parecía hipnotizado por su vulva. La cogió de la muñeca, se llevó su mano a los labios y empezó a chupar el húmedo dedo de (TN). La sensación de su cálida boca succionándole el dedo, sabiendo que estaba probando sus jugos, la hizo mojarse aún más.
-Hummm. Sabe muy bien -dijo él, colocando su dedo sobre su carne caliente y húmeda y acariciándola, notando su humedad-. Pero tengo una idea distinta para esta chica tan mala y tan mojada -dijo con una sonrisa de lo más picara, mientras se inclinaba hacia delante y le daba un beso en la boca-. No te muevas.
Ella lo observó asombrada al verlo salir de la cocina, dejándola allí desnuda, con las piernas abiertas, sobre la encimera. Momentos después, Nicholas regresó con el vibrador morado en la mano.
-Oh, no -dijo ella, haciendo un ademán con la mano-. Ese cacharro no funciona conmigo.
Sonriendo, Nicholas lo sostuvo en alto y pulsó uno de los botones. El pene empezó a rotar.
-Apuesto lo que sea a que consigo que funcione -se aventuró, pulsando otro botón y accionando el pequeño bulto que había cerca de la base.
-Lo dudo, yo... -empezó a decir ella, pero se calló al notar una ligera vibración contra su clítoris-. Ohhh.
Lo observó sostener el diminuto estimulador de clítoris mientras que la recorría una oleada de placer. ¿Cómo habría logrado hacerlo? Ella había fracasado estrepitosamente al intentarlo. Nicholas lo apartó y (TN) gimoteó. Apagó el pene rotatorio y lo colocó contra la entrada de su vagina.
-No creo que...
Su protesta sincera murió en sus labios cuando Nicholas deslizó el vibrador púrpura en su interior. Su vagina se apretó alrededor de aquel pene duro.
-Cariño... -susurró Nicholas inclinándose hacia delante y besándole el cuello; su aliento le acarició la piel como una suave pluma-. Ten más confianza en mí.
Pulsó un botón y el vibrador empezó a moverse dentro de ella. (TN) contuvo la respiración. Giraba y giraba, acariciando sus paredes vaginales y embriagándola con un sinfín de sensaciones emocionantes.
Nicholas la besó en la sien.
-¿Te gusta?
-Muchísimo -dijo con voz ronca, antes de emitir un chillido al notar la suave vibración contra su clítoris. Se le quedó la mirada en blanco. Cerró los ojos-. Oh, cariño.
Una tormenta de energía se desató en su interior, haciendo que sus sentidos alcanzaran la cúspide. Nicholas retiró el juguete, deslizándolo hasta que la cabeza del pene salió de la boca de su vagina. Empezó a tocarle el clítoris con el dedo y luego la penetró. Experimentó sensaciones descontroladas, a medida que el placer se hacía más y más intenso.
-Oh, Nicholas, sí -gritó.
Lo rodeó con sus brazos y lo besó con fuerza, metiéndole la lengua en la boca salvajemente. Se enredaron en un beso. Nicholas se agachó para lamerle un pezón y luego el otro, mientras presionaba el vibrador de nuevo contra su clítoris. Le rodeó el pezón con los labios y lo chupó con fuerza. (TN) sintió una dicha absoluta al alcanzar un orgasmo demoledor, un placer inmenso que reverberó en todo su ser.
Al final, casi sin aliento, se desplomó contra los armarios que había tras ella. Al abrir los ojos, vio a Nicholas sonriéndole.
-Vaya, ¿no decías que no funcionaba?
Sacó el pene morado de su interior. El mecanismo rotatorio parecía hacer ahora un ruido terrible. Nicholas lo silenció, pulsando un botón y lanzó el artilugio al fregadero, que estaba vacío.
-¡Tonta de mí! -exclamó ella sonriendo.
Nicholas la besó, deslizando su lengua en el interior de su boca y acariciándole los labios por dentro. (TN) lo rodeó por el cuello y lo atrajo hacia sí, apretando sus pechos desnudos contra el torso vestido de Nicholas. El le cogió un pecho y lo apretó ligeramente.
-Y ahora, niña mala, este poderoso empresario quiere aprovecharse de ti.
Ella se llevó el antebrazo a la frente, haciendo el clásico gesto de damisela afligida.
-Soy una pobre muchacha indefensa. ¿Qué me va a hacer?
Nicholas le toqueteó el clítoris y le susurró al oído:
-Voy a meter mi enorme polla en tu mojado coño.
(TN) sintió un escalofrío.
-No, no -gritó ella, con fingida preocupación.
Nicholas frotó su polla contra la carne íntima de (TN), que emitió un gemido. La embistió, y (TN) chilló al notar, complacida, su verga propulsándo dentro de ella. Le enroscó las piernas alrededor de la cintura mientras que Nicholas la embestía de nuevo. (TN) le acarició con las manos las nalgas, increíblemente duras En cuanto Nicholas empezó a moverse dentro de ella, sintió que iba a tener otro orgasmo.
-Oh, (TN)... -balbuceó Nicholas-. Espero... que estés a punto... porque no voy a... aguantar... mucho. -La cadencia de sus palabras se interrumpía a causa de sus movimientos constantes.
(TN) sintió una oleada de calor por todo el cuerpo.
-Nicholas... -pronunció su nombre con tanta fuerza como la con que apretaba sus puños, aferrados a su camisa-. Voy a... -buscó aliento, mientras que él se movía, describiendo círculos dentro de ella-. Oh, sí. -Una ola de placer la recorrió de arriba abajo-. Me corro...
Nicholas gruñó, deteniéndose dentro de (TN) durante un segundo, mientras que ella se aferraba a él. Empezó a moverse de nuevo, embistiéndola más y más rápidamente, besándole el cuello por el lado. La llevó a un climax desconocido.
-Sí -gimió (TN) con voz temblorosa mientras se perdía en un mar de absoluta felicidad.
Lentamente, regresó al mundo real, mientras que Nicholas la tenía abrazada, con la cabeza apoyada en su pecho, y le acariciaba tiernamente el cabello.
-¡Vaya! -no parecía suficiente, pero fue todo lo que logró articular.
Nicholas la besó en la coronilla.
-¡Opino lo mismo! -remachó.
(TN) sonrió y levantó la cabeza en busca de un beso.
Nicholas buscó sus labios hambriento, estrechándola entre sus brazos.
-Dios mío, (TN), te amo tanto.
(TN) se encogió por dentro al darse cuenta de que ella también lo amaba. Pese a la sensación de seguridad y amor que sentía con Jerry, sabía que sentía algo igual de profundo por Nicholas. Era demasiado intenso para ser sólo un reflejo de lo que sentía por Jerry.
«Dios mío, ¿es posible que esté enamorada de los dos?»
(TN) notó cómo a Nicholas se le tensaba la entrepierna mientras ella lo succionaba cada vez con más fuerza, apretándolo entre su lengua y el paladar. Se volvió ligeramente y oyó un leve gemido al otro lado de la estancia. Miró hacia el lado y localizó a Jerry, observándola desde el marco de la puerta mientras se acáriciaba el impresionante bulto de sus pantalones.
(TN) se detuvo durante una fracción de segundo pero al notar la polla erecta de Nicholas en su boca, y continuó chupándolo y succionándolo, con la vista clavada en Jerry. Al cabo de unos instantes su boca quedó invadida por ráfagas de semen caliente y salado. (TN) continuó chupándolo, observando los ojos neblinosos de Jerry, hasta que Nicholas dejó de eyacular. Lentamente soltó a Nicholas, se puso en pie y dirigió la vista a Jerry.
-(TN), ha sido genial, pero... -dijo el hombre que tenía delante.
Ella lo miró y dijo:
-Nicholas, Jerry está aquí.
-Ya lo veo.
(TN) palideció al descubrir que quien respondía era el hombre de la puerta. Volvió la cabeza rápidamente para mirarlo. Y luego volvió a mirar al rostro del hombre a quien había tomado por Nicholas.
-¿Eres Jerry?
Los téjanos y la camisa informal. No era así como iba vestido Nicholas cuando había salido para la oficina esa mañana. Volvió a mirar a Nicholas, vestido con sus pantalones de pinzas grises oscuros, camisa blanca, corbata roja estampada y chaqueta deportiva de color marengo.
-He intentado decírtelo, pero no me has dado oportunidad. Lo siento.
Jerry se metió el pene flácido en los pantalones y se los abrochó. Luego se dirigió a Nicholas:
-No intentaba engañar a nadie.
Nicholas le hizo señas como restando importancia a sus palabras.
-Olvídalo. Podría volverme loco, pero también he estado en el otro lado. Simplemente dime a qué has venido.
-Tengo que hablar con (TN). Ha ocurrido algo.
-Pero acordamos...
-Lo sé, pero es importante. No puede esperar -continuó, volviéndose para mirar a (TN).
-(TN), hay algo de lo que tenemos que hablar a solas. Puedes explicárselo a Nicholas una vez lo hayamos hablado. ¿Podemos cenar juntos esta noche?
-Yo, esto...
Un chirrido mecánico seguido por el bufido de un gato y un golpe atrajeron la atención de (TN) hacia el salón. «No, por favor», aquello no podía estar pasando. Entonces empezó a oírse un fuerte zumbido que provenía del sofá.
-¿Qué ha sido eso? -preguntó Nicholas, mientras se dirigía hacia el salón.
-Seguro que no es nada -contestó ella, intentando adelantársele, pero él tenía las piernas más largas y llegó a la puerta del salón antes que ella.
Miró en dirección al sofá, con una sonrisa en los labios. (TN) asomó la cabeza y vio a Sam sentada con una pata en la base del pene morado, dándole golpes al polla con la otra mientras éste se movía en círculos. (TN) notó a Jerry a su lado.
-¿Qué diablos es eso?
-Adivina -respondió Nicholas-. Vaya, (TN), veo que estás disfrutando de mi pequeño regalo.
Jerry se tapó los ojos como si quisiera borrar la imagen de lo que acababa de ver.
-Yo me largo de aquí -anunció, dándose la vuelta y dirigiéndose a la puerta-. (TN), voy a coger una habitación en un hotel. Te llamo dentro de una hora.
(TN) se fue corriendo hacia el salón, ahuyentó a la gata y cogió el pene morado. Pulsó el botón de apagado, y los movimientos giratorios y el ruido desaparecieron. Lo dejó caer en la manta y lo tapó con una esquina.
Nicholas estalló en carcajadas.
Ella se sentó en el brazo del sofá.
-¿Nicholas, es que te has vuelto loco?
-Supongo que sí, pero, para ser honesto, el verte chupándosela a mi hermano me ha excitado.
(TN) se sonrojó.
-Pensaba que eras tú, de verdad.
Nicholas sonrió.
-Te creo. Ahora ya me imagino lo que ha pasado. Estabas usando el vibrador, cuando ha aparecido Jerry por la puerta. No pensabas con claridad. Te habías puesto tan caliente con el aparatito que te has abalanzado encima de él. Lo único que no me explico es por qué has pensado que yo llamaría a la puerta.
-No ha llamado.
-¿Ha entrado sin más?
-No, he oído el coche y he salido corriendo a la puerta para abalanzarme sobre ti. Me sentía frustrada porque no conseguía que este maldito trasto funcionara.
Jerry soltó una carcajada.
-Vaya, pues parece que Sam ha sido más hábil.
(TN) puso los ojos en blanco, al recordar su frustración.
-Bueno, sí funcionaba, pero no para mí. No he logrado que hiciera lo que tocaba en el momento que tocaba y... -dijo con un hilillo de voz, encogiéndose de hombros.
-Ya entiendo. Así que estabas frustrada cuando ha llegado.
-Todavía lo estoy. Lo único que he hecho con Jerry es... lo que has visto.
Nicholas sonrió de oreja a oreja.
-¿Debo entender entonces que te apetecería un poco de atención?
(TN) refunfuñó.
-Me apetecería mucha atención.
Nicholas se acercó a ella con una mirada devoradora, como si fuera presa del mismo anhelo que ella. La tomó entre sus brazos y la besó. Fue un beso sensual y hambriento. (TN) lo recibió apretándose contra él, deleitándose al notar la dureza de Nicholas contra su cuerpo.
-(TN), ahora no me voy a echar atrás, pero quiero saber...
Ella volvió a besarlo.
-¿Saber qué, Nicholas?
-¿Me deseabas de verdad o sólo querías satisfacer tus ansias?
-Quería satisfacer mis ansias... -dijo, cogiéndole las manos entre las suyas y mirándolo fijamente a los ojos, percibiendo su profunda decepción-... contigo.
Lo besó con pasión, ahondando con la lengua en su boca. Se enzarzaron en un beso de tornillo. (TN) le acarició el interior de los labios de Nicholas con movimientos circulares.
-Te deseo, Nicholas.
Nicholas sonrió mientras descendía las manos por su espalda, atrapaba las nalgas desnudas de (TN) y la apretaba contra su entrepierna. (TN) jadeó al notar aquel contacto. Nicholas meció el bulto de su entrepierna contra el cálido centro de (TN).
La atrapó con los labios y ella le echó los brazos sobre los hombros, dejando caer los párpados mientras se entregaba a aquel beso. La lengua cálida de Nicholas entraba y salía de su boca. Ella la acariciaba mientras movía sus labios vorazmente sobre los de él. Nicholas la cogió por detrás de la cintura y la levantó del suelo. (TN) enroscó sus piernas alrededor de él, mientras notaba cómo la llevaba hacia atrás..., a la cocina.
Notó el mármol frío como el hielo bajo su culo desnudo y se retorció de emoción. Estaba demasiado excitada para que la enfriara el contacto con aquella piedra. Nicholas le soltó la cintura y le desabrochó los botones de la camisa, observando cómo iba abriéndose a medida que descendía. (TN) se había quitado el sujetador antes, mientras leía la novela erótica que él le había regalado, y al contemplar ahora la pasión en los ojos de Nicholas, se alegró de haberlo hecho.
Nicholas le acarició los pechos con delicadeza, se agachó y se metió uno en la boca. Lo chupó con voracidad, haciendo que a (TN) se le incendiara aún más el cuerpo. Cuando le chupó el otro pezón, ella lo agarró de la cabeza y se lo acercó, gimoteando levemente.
Nicholas se apartó y se detuvo a contemplar su cuerpo, repasándolo de arriba abajo con la mirada. Allí estaba (TN) sentada, con el culo desnudo sobre la encimera de la cocina y las piernas abiertas. Y allí estaba él, completamente vestido. (TN) pensó que se fundía por dentro, estaba cada vez más húmeda y resbaladiza. Nicholas examinó cada centímetro de su cuerpo con ojos seductores y a (TN) se le puso la carne de gallina.
Ninguno de los dos se movía, hipnotizados como estaban por aquel momento increíblemente sensual. Los pezones de (TN) se habían convertido en largos y duros botones, y el flujo que se le había acumulado en la entrepierna empezó a resbalarle por los muslos.
Nicholas se movió al fin. Se desabrochó el cinturón, con la vista clavada en los ojos ardientes y hambrientos de (TN). Se desabrochó el botón del pantalón y el sonido de su cremallera al abrirse, un sonido excepcionalmente sensual, logró que un escalofrío le recorriera la columna a (TN). Nicholas dejó caer sus pantalones al suelo, donde aterrizaron con un golpe seco, debido al cinturón de cuero y la hebilla. Empezó a desabrocharse la camisa, pero (TN) le detuvo las manos y se relamió.
-Déjatela puesta.
Le metió el dedo índice por dentro de la cinturilla de los calzoncillos.
-Y esto tampoco te lo quites.
Estiró de la goma de la cinturilla y la colocó por debajo de sus testículos, exponiéndolos a la vista. Enrolló las manos alrededor de su inmensa erección.
Nicholas se rió.
-Presiento otra fantasía.
(TN) sonrió, deslizando una mano hasta su corbata, cogiéndola de debajo el nudo y tirando de ella para acercarlo.
-No, sólo aprovecho una situación increíblemente estimulante cuando se presenta.
-Humm -murmuró Nicholas, besándole la garganta y enviando un cosquilleo desde su cuello hasta las puntas de sus pezones-. ¿Mi chica mala quiere que el poderoso empresario que quiere poseerla se aproveche de ella?
Nicholas atrapó un pezón en su boca. (TN) gimió.
-Algo así.
(TN) empezó a masturbarlo, sintiendo de repente la urgencia de tenerlo dentro de ella. Se apoyó en el armario, levantó las piernas y apoyó los talones en el borde de la encimera, abriéndolas aún más y dejando su cono húmedo a la vista de Nicholas. Se sentía lasciva, una chica mala. Y quería ser una buena chica mala.
-¿Le gusta lo que ve, Sr. Jonas?
Se acarició el vientre, descendiendo hasta su vulva.
-Ya lo creo -contestó él, con la mirada ensombrecida y vidriada al contemplarla masturbarse con el dedo.
(TN) se metió el dedo dentro.
A Nicholas se le aceleró la respiración.
-Esto es lo que quiero que me hagas -continuó ella, metiéndose y sacándose el dedo e incrementando la velocidad del movimiento mientras alargaba la mano para cogerle la verga-, pero con esto.
Se sacó el dedo y echó las caderas un poco hacia atrás. Nicholas parecía hipnotizado por su vulva. La cogió de la muñeca, se llevó su mano a los labios y empezó a chupar el húmedo dedo de (TN). La sensación de su cálida boca succionándole el dedo, sabiendo que estaba probando sus jugos, la hizo mojarse aún más.
-Hummm. Sabe muy bien -dijo él, colocando su dedo sobre su carne caliente y húmeda y acariciándola, notando su humedad-. Pero tengo una idea distinta para esta chica tan mala y tan mojada -dijo con una sonrisa de lo más picara, mientras se inclinaba hacia delante y le daba un beso en la boca-. No te muevas.
Ella lo observó asombrada al verlo salir de la cocina, dejándola allí desnuda, con las piernas abiertas, sobre la encimera. Momentos después, Nicholas regresó con el vibrador morado en la mano.
-Oh, no -dijo ella, haciendo un ademán con la mano-. Ese cacharro no funciona conmigo.
Sonriendo, Nicholas lo sostuvo en alto y pulsó uno de los botones. El pene empezó a rotar.
-Apuesto lo que sea a que consigo que funcione -se aventuró, pulsando otro botón y accionando el pequeño bulto que había cerca de la base.
-Lo dudo, yo... -empezó a decir ella, pero se calló al notar una ligera vibración contra su clítoris-. Ohhh.
Lo observó sostener el diminuto estimulador de clítoris mientras que la recorría una oleada de placer. ¿Cómo habría logrado hacerlo? Ella había fracasado estrepitosamente al intentarlo. Nicholas lo apartó y (TN) gimoteó. Apagó el pene rotatorio y lo colocó contra la entrada de su vagina.
-No creo que...
Su protesta sincera murió en sus labios cuando Nicholas deslizó el vibrador púrpura en su interior. Su vagina se apretó alrededor de aquel pene duro.
-Cariño... -susurró Nicholas inclinándose hacia delante y besándole el cuello; su aliento le acarició la piel como una suave pluma-. Ten más confianza en mí.
Pulsó un botón y el vibrador empezó a moverse dentro de ella. (TN) contuvo la respiración. Giraba y giraba, acariciando sus paredes vaginales y embriagándola con un sinfín de sensaciones emocionantes.
Nicholas la besó en la sien.
-¿Te gusta?
-Muchísimo -dijo con voz ronca, antes de emitir un chillido al notar la suave vibración contra su clítoris. Se le quedó la mirada en blanco. Cerró los ojos-. Oh, cariño.
Una tormenta de energía se desató en su interior, haciendo que sus sentidos alcanzaran la cúspide. Nicholas retiró el juguete, deslizándolo hasta que la cabeza del pene salió de la boca de su vagina. Empezó a tocarle el clítoris con el dedo y luego la penetró. Experimentó sensaciones descontroladas, a medida que el placer se hacía más y más intenso.
-Oh, Nicholas, sí -gritó.
Lo rodeó con sus brazos y lo besó con fuerza, metiéndole la lengua en la boca salvajemente. Se enredaron en un beso. Nicholas se agachó para lamerle un pezón y luego el otro, mientras presionaba el vibrador de nuevo contra su clítoris. Le rodeó el pezón con los labios y lo chupó con fuerza. (TN) sintió una dicha absoluta al alcanzar un orgasmo demoledor, un placer inmenso que reverberó en todo su ser.
Al final, casi sin aliento, se desplomó contra los armarios que había tras ella. Al abrir los ojos, vio a Nicholas sonriéndole.
-Vaya, ¿no decías que no funcionaba?
Sacó el pene morado de su interior. El mecanismo rotatorio parecía hacer ahora un ruido terrible. Nicholas lo silenció, pulsando un botón y lanzó el artilugio al fregadero, que estaba vacío.
-¡Tonta de mí! -exclamó ella sonriendo.
Nicholas la besó, deslizando su lengua en el interior de su boca y acariciándole los labios por dentro. (TN) lo rodeó por el cuello y lo atrajo hacia sí, apretando sus pechos desnudos contra el torso vestido de Nicholas. El le cogió un pecho y lo apretó ligeramente.
-Y ahora, niña mala, este poderoso empresario quiere aprovecharse de ti.
Ella se llevó el antebrazo a la frente, haciendo el clásico gesto de damisela afligida.
-Soy una pobre muchacha indefensa. ¿Qué me va a hacer?
Nicholas le toqueteó el clítoris y le susurró al oído:
-Voy a meter mi enorme polla en tu mojado coño.
(TN) sintió un escalofrío.
-No, no -gritó ella, con fingida preocupación.
Nicholas frotó su polla contra la carne íntima de (TN), que emitió un gemido. La embistió, y (TN) chilló al notar, complacida, su verga propulsándo dentro de ella. Le enroscó las piernas alrededor de la cintura mientras que Nicholas la embestía de nuevo. (TN) le acarició con las manos las nalgas, increíblemente duras En cuanto Nicholas empezó a moverse dentro de ella, sintió que iba a tener otro orgasmo.
-Oh, (TN)... -balbuceó Nicholas-. Espero... que estés a punto... porque no voy a... aguantar... mucho. -La cadencia de sus palabras se interrumpía a causa de sus movimientos constantes.
(TN) sintió una oleada de calor por todo el cuerpo.
-Nicholas... -pronunció su nombre con tanta fuerza como la con que apretaba sus puños, aferrados a su camisa-. Voy a... -buscó aliento, mientras que él se movía, describiendo círculos dentro de ella-. Oh, sí. -Una ola de placer la recorrió de arriba abajo-. Me corro...
Nicholas gruñó, deteniéndose dentro de (TN) durante un segundo, mientras que ella se aferraba a él. Empezó a moverse de nuevo, embistiéndola más y más rápidamente, besándole el cuello por el lado. La llevó a un climax desconocido.
-Sí -gimió (TN) con voz temblorosa mientras se perdía en un mar de absoluta felicidad.
Lentamente, regresó al mundo real, mientras que Nicholas la tenía abrazada, con la cabeza apoyada en su pecho, y le acariciaba tiernamente el cabello.
-¡Vaya! -no parecía suficiente, pero fue todo lo que logró articular.
Nicholas la besó en la coronilla.
-¡Opino lo mismo! -remachó.
(TN) sonrió y levantó la cabeza en busca de un beso.
Nicholas buscó sus labios hambriento, estrechándola entre sus brazos.
-Dios mío, (TN), te amo tanto.
(TN) se encogió por dentro al darse cuenta de que ella también lo amaba. Pese a la sensación de seguridad y amor que sentía con Jerry, sabía que sentía algo igual de profundo por Nicholas. Era demasiado intenso para ser sólo un reflejo de lo que sentía por Jerry.
«Dios mío, ¿es posible que esté enamorada de los dos?»
Bubu ✌
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Capitulo 33
Nicholas rodeó a (TN) por la cintura con sus manos fuertes y cálidas y la bajó de la encimera. Ella tomó su mano tendida y lo siguió a través del dormitorio, hasta el baño. Recorrió con la vista la curva de su culo sexy y duro mientras que él caminaba por delante.
Seguía regodeándose en la sensación de amor, pero una voz rezongona le recordó que Jerry seguía queriéndola y aguardaba pacientemente su respuesta..., una respuesta que cada vez le costaba más encontrar.
Nicholas se detuvo frente a la ducha. (TN) le sonrió. Él le devolvió la sonrisa y la besó con ternura. (TN) le acarició los hombros y deslizó sus manos bajo el cuello de su camisa, acariciándole el torso y deleitándose con el tacto de sus músculos tensos y bien definidos bajo las yemas de sus dedos.
Le desabrochó los botones, le quitó la camisa por los hombros y la arrojó al suelo. El se deshizo de sus calzoncillos y calcetines, y luego la condujo hasta la amplia ducha con mampara de vidrio.
Un chorro de agua caliente caía sobre ellos mientras Nicholas le enjabonaba el cuerpo de arriba abajo.
Dedicó una atención especial a su trasero, acariciando una y otra vez la curva de cada nalga con las manos resbaladizas por el jabón.
-Me toca -insistió ella.
Cogió la barra de jabón de color naranja transparente y se la frotó entre las manos hasta tenerlas cubiertas de espuma. Le cogió el pene y lo acarició de arriba y abajo. Nicholas tenía una piel resbaladiza y suave, como la seda. Tuvo una erección antes de que (TN) tuviera tiempo de pestañear. Nicholas le deslizó las manos resbaladizas sobre los pechos. Una vez los hubo enjabonado a conciencia, (TN) se inclinó hacia delante y se frotó contra él, deslizando sus pechos arriba y abajo por su torso y dejando a su paso una estela de espuma.
Nicholas deslizó su mano entre las piernas de (TN), enjabonándola. La erótica sensación de notar sus manos resbalándole por la piel, hizo que (TN) sintiera una punzada de anhelo en la vagina. Se humedeció de una forma fascinante, por la combinación de jabón y su lubricante natural e íntimo. Mientras Nicholas le acariciaba la vulva con una mano, introduciéndole un dedo dentro, con la otra le tocaba el culo. (TN) echó la cabeza hacia atrás. El agua caía en cascada sobre su larga melena, pegándosela a la espalda. Nicholas la cogió de la pelvis y la apretó con fuerza contra la suya. Luego se echó hacia delante para llevarse un pezón a la boca.
-Oh, Nicholas, sí.
Deslizó otro dedo dentro de ella y la acarició con movimientos rotatorios, despertando en ella todo tipo de sensaciones estimulantes. (TN) volvió a cogerle la verga y empezó a masturbarlo al tiempo que la invadía el placer. Nicholas dobló los dedos y le acarició la vagina hasta localizar su punto G. La apoyó de espaldas contra la pared alicatada.
A (TN) se le aceleró la respiración a medida que el placer iba en aumento. Con una paciencia infinita, Nicholas la acarició, arriba y abajo.
-Oh, qué bien lo haces.
Le costaba respirar. El agua caliente le caía por el hombro izquierdo y descendía por todo su cuerpo.
-Sí, oh, sigue.
Sintió una felicidad intermitente, seguida por instantes puntuales de placer en todo el cuerpo, y luego todo se fundió en una emocionante oleada de absoluto goce, bajo la forma de un potente orgasmo abrumador.
Antes de que se desvaneciera, Nicholas deslizó sus manos alrededor de los muslos de (TN) y la levantó en el aire. Ella le enroscó las piernas alrededor de la cintura mientras que Nicholas se dejaba caer en una embestida profunda y dura, subiéndola al cielo. (TN) se aferró a los hombros mojados de Nicholas mientras la penetraba. Sus jadeos reverberaban en el interior de aquella ducha cerrada. Nicholas gimió y la empujó contra la pared. (TN) sintió su semen caliente llenándole el útero y lo rodeó aún con más fuerza, con las piernas por la cintura, dándole la bienvenida a cada gota. Empezó a besarle el cuello y los hombros, deleitándose en el calor de su cuerpo y del agua que aún fluía. Tras aclararse, Nicholas la secó con una gran toalla mullida azul y luego la ayudó a enfundarse el albornoz. El teléfono sonó en la habitación contigua.
-Yo lo cojo -dijo Nicholas, plantándole un beso en el cuello.
(TN) observó el magnífico culo de Nicholas, mientras se dirigía al dormitorio, completamente desnudo. Se enroscó una toalla alrededor del pelo como si fuera un turbante. Siguió a Nicholas hasta la habitación. Nicholas le tendió el auricular con expresión amarga.
-¿Quién es? -preguntó (TN).
-Jerry.
Jerry. Caray, había olvidado que tenía que llamarla. Quería verla esa misma noche. Arrastró los pies hasta donde estaba Nicholas, suspiró y se cerró más el albornoz, mientras cogía el auricular.
-Hola, Jerry. -Se metió una mano en el bolsillo y clavó la vista en el cable en espiral del teléfono.
-Hola, ¿qué tal estás? -preguntó Jerry.
-Bien -contestó, desviando la mirada hacia Nicholas, que ponía mala cara al otro lado de la habitación, mientras se enfundaba unos pantalones.
(TN) se sentó en el borde de la cama.
-¿Va todo bien?
-Sí, sí -respondió ella, entendiendo perfectamente que sus respuestas monosilábicas podían hacer pensar lo contrario, pero era consciente de que Nicholas no apartaba la vista de ella.
(TN) acariciaba la suave colcha de estampado granate y azul marino mientras hablaban.
-Nicholas está ahí, ¿verdad? -preguntó Jerry.
-Sí.
-Escucha, (TN). De verdad que tengo que hablar contigo acerca de algo. Me he alojado en el Marriott, en el centro de la ciudad. ¿Quedamos para cenar?
(TN) bajó la voz.
-Jerry, le prometiste a Nicholas que nos dejarías un mes a solas.
-Es verdad -gruñó Nicholas desde el fondo.
-Lo sé. No habría roto mi promesa si no fuera importante. Por favor, (TN), he venido conduciendo hasta aquí sólo para verte.
(TN) se pasó la mano por la cara y miró a Nicholas. Al ver la tensa línea de sus labios, se puso en pie y dio unos pasos, nerviosa. Luego se volvió hacia la ventana.
-Bien, de acuerdo. ¿A qué hora?
-Salgo ahora mismo a recogerte.
-¿Qué pasa, (TN)? -preguntó Nicholas.
Ella tapó el telefono.
-Jerry necesita hablar conmigo. Viene a recogerme para llevarme a cenar.
Nicholas cogió el auricular.
-¿Qué diablos estás haciendo? -preguntó-. ¿Sí? -Se quedó de pie en silencio unos instantes, con el ceño fruncido-. Sí. -Transcurrieron unos segundos más y la expresión de preocupación de Nicholas se intensificó-. Ok, está bien, pero ya la llevo yo. -Tomó un papel y un bolígrafo de la mesilla de noche-. ¿Cómo se llama el restaurante? -Aferraba el bolígrafo con tanta fuerza que (TN) pensó que iba a romperse-. No creo. -Repiqueteó en el papel con el bolígrafo-. Sí, diré que es privado. -Miró a (TN) y luego se dio medio vuelta-. Maldita sea, Jerry, no me pongas en esta situación -dijo a su hermano, lo escuchó unos segundos más y colgó el teléfono enfadado.
La miró. Sus labios dibujaban una línea fina.
-¿Ocurre algo? -preguntó (TN). Por lo que había oído a este lado de la conversación y por la reacción de Nicholas, se hacía una idea de lo que Jerry había sugerido.
-Quiere que cenes en su habitación.
«Bingo.»
-Dice que necesita hablar contigo en privado -le explicó, cogiéndola de la mano y clavando la mirada en ella-. No tienes que ir si no quieres, (TN).
Ella le estrechó los dedos.
-Sí, sí tengo que ir. Jerry y yo hemos sido novios durante más de un año. Me pidió que me casara con él y acepté. No le negaré una cena y una conversación.
El rostro de Nicholas reflejó una expresión adusta.
-¿Y vas a negarle sexo?
-¡Nicholas!
Nicholas la estrechó entre sus brazos, apretándola fuertemente contra su cuerpo, sujetándola con firmeza por la espalda.
-Lo siento, cariño -se disculpó acariciándole el pelo-. Es que no puedo soportar imaginarte haciendo el amor con él. -Le levantó la cara por la barbilla-. Te quiero tanto...
A (TN) se le llenaron los ojos de lágrimas.
-Yo también te quiero.
La mirada de Nicholas se suavizó y una sonrisa iluminó su rostro. Atrajo hacia sí a (TN) para darle un dulce y tierno beso. Sus labios se movieron ardientemente sobre los de ella, intentando disuadirla, sin pronunciar palabra.
-¿Quieres decir con eso que ya te has decidido? -preguntó, con los ojos oscuros llenos de esperanza.
-Eh..., yo... -empezó a decir sintiendo una sensación de mareo.
Se desplomó sobre la cama. Nicholas se sentó junto a ella y la tomó de la mano.
-Nicholas, te quiero, pero...
-¿Pero? -Una luz de alarma iluminó sus ojos.
(TN) le apretó la mano.
-Me preocupa que te canses de mí.
Nicholas la miró con cara de perplejidad.
-¿Por qué piensas algo así?
-Porque ayer por la mañana tú estabas tan enfrascado en tus papeles que ni siquiera te diste cuenta de mi existencia. Entiendo que todo el mundo necesita tiempo para sí mismo, pero era la mañana después de la primera vez que habíamos hecho el amor. Y eso me puso en alerta.
-(TN), no te estaba ignorando.
(TN) clavó la mirada en sus manos enlazadas.
-Pues lo parecía.
Nicholas sacudió la cabeza.
-No quería decirte esto. No quería que te sintieras mal. (Pues yo si se lo hubiera dicho, es mas se lo hubiera GRITADO jun)
(TN) abrió los ojos como platos y sintió una punzada de
angustia en el estómago. Nicholas le cogió la mano.
-No te estaba ignorando, simplemente estaba intentando aclarar mis propios sentimientos. Me sentía herido.
-¿Herido? No..., no lo entiendo.
-La noche anterior, justo antes de caer dormida...
-¿Qué?
Nicholas suspiró.
A (TN) el pensamiento le iba a mil por hora. ¿Qué había hecho? De repente, recordó algo. Abrió la boca de sorpresa y se la tapó con las manos.
-Dime que no lo hice...
-Me llamaste Jerry.
Nicholas rodeó a (TN) por la cintura con sus manos fuertes y cálidas y la bajó de la encimera. Ella tomó su mano tendida y lo siguió a través del dormitorio, hasta el baño. Recorrió con la vista la curva de su culo sexy y duro mientras que él caminaba por delante.
Seguía regodeándose en la sensación de amor, pero una voz rezongona le recordó que Jerry seguía queriéndola y aguardaba pacientemente su respuesta..., una respuesta que cada vez le costaba más encontrar.
Nicholas se detuvo frente a la ducha. (TN) le sonrió. Él le devolvió la sonrisa y la besó con ternura. (TN) le acarició los hombros y deslizó sus manos bajo el cuello de su camisa, acariciándole el torso y deleitándose con el tacto de sus músculos tensos y bien definidos bajo las yemas de sus dedos.
Le desabrochó los botones, le quitó la camisa por los hombros y la arrojó al suelo. El se deshizo de sus calzoncillos y calcetines, y luego la condujo hasta la amplia ducha con mampara de vidrio.
Un chorro de agua caliente caía sobre ellos mientras Nicholas le enjabonaba el cuerpo de arriba abajo.
Dedicó una atención especial a su trasero, acariciando una y otra vez la curva de cada nalga con las manos resbaladizas por el jabón.
-Me toca -insistió ella.
Cogió la barra de jabón de color naranja transparente y se la frotó entre las manos hasta tenerlas cubiertas de espuma. Le cogió el pene y lo acarició de arriba y abajo. Nicholas tenía una piel resbaladiza y suave, como la seda. Tuvo una erección antes de que (TN) tuviera tiempo de pestañear. Nicholas le deslizó las manos resbaladizas sobre los pechos. Una vez los hubo enjabonado a conciencia, (TN) se inclinó hacia delante y se frotó contra él, deslizando sus pechos arriba y abajo por su torso y dejando a su paso una estela de espuma.
Nicholas deslizó su mano entre las piernas de (TN), enjabonándola. La erótica sensación de notar sus manos resbalándole por la piel, hizo que (TN) sintiera una punzada de anhelo en la vagina. Se humedeció de una forma fascinante, por la combinación de jabón y su lubricante natural e íntimo. Mientras Nicholas le acariciaba la vulva con una mano, introduciéndole un dedo dentro, con la otra le tocaba el culo. (TN) echó la cabeza hacia atrás. El agua caía en cascada sobre su larga melena, pegándosela a la espalda. Nicholas la cogió de la pelvis y la apretó con fuerza contra la suya. Luego se echó hacia delante para llevarse un pezón a la boca.
-Oh, Nicholas, sí.
Deslizó otro dedo dentro de ella y la acarició con movimientos rotatorios, despertando en ella todo tipo de sensaciones estimulantes. (TN) volvió a cogerle la verga y empezó a masturbarlo al tiempo que la invadía el placer. Nicholas dobló los dedos y le acarició la vagina hasta localizar su punto G. La apoyó de espaldas contra la pared alicatada.
A (TN) se le aceleró la respiración a medida que el placer iba en aumento. Con una paciencia infinita, Nicholas la acarició, arriba y abajo.
-Oh, qué bien lo haces.
Le costaba respirar. El agua caliente le caía por el hombro izquierdo y descendía por todo su cuerpo.
-Sí, oh, sigue.
Sintió una felicidad intermitente, seguida por instantes puntuales de placer en todo el cuerpo, y luego todo se fundió en una emocionante oleada de absoluto goce, bajo la forma de un potente orgasmo abrumador.
Antes de que se desvaneciera, Nicholas deslizó sus manos alrededor de los muslos de (TN) y la levantó en el aire. Ella le enroscó las piernas alrededor de la cintura mientras que Nicholas se dejaba caer en una embestida profunda y dura, subiéndola al cielo. (TN) se aferró a los hombros mojados de Nicholas mientras la penetraba. Sus jadeos reverberaban en el interior de aquella ducha cerrada. Nicholas gimió y la empujó contra la pared. (TN) sintió su semen caliente llenándole el útero y lo rodeó aún con más fuerza, con las piernas por la cintura, dándole la bienvenida a cada gota. Empezó a besarle el cuello y los hombros, deleitándose en el calor de su cuerpo y del agua que aún fluía. Tras aclararse, Nicholas la secó con una gran toalla mullida azul y luego la ayudó a enfundarse el albornoz. El teléfono sonó en la habitación contigua.
-Yo lo cojo -dijo Nicholas, plantándole un beso en el cuello.
(TN) observó el magnífico culo de Nicholas, mientras se dirigía al dormitorio, completamente desnudo. Se enroscó una toalla alrededor del pelo como si fuera un turbante. Siguió a Nicholas hasta la habitación. Nicholas le tendió el auricular con expresión amarga.
-¿Quién es? -preguntó (TN).
-Jerry.
Jerry. Caray, había olvidado que tenía que llamarla. Quería verla esa misma noche. Arrastró los pies hasta donde estaba Nicholas, suspiró y se cerró más el albornoz, mientras cogía el auricular.
-Hola, Jerry. -Se metió una mano en el bolsillo y clavó la vista en el cable en espiral del teléfono.
-Hola, ¿qué tal estás? -preguntó Jerry.
-Bien -contestó, desviando la mirada hacia Nicholas, que ponía mala cara al otro lado de la habitación, mientras se enfundaba unos pantalones.
(TN) se sentó en el borde de la cama.
-¿Va todo bien?
-Sí, sí -respondió ella, entendiendo perfectamente que sus respuestas monosilábicas podían hacer pensar lo contrario, pero era consciente de que Nicholas no apartaba la vista de ella.
(TN) acariciaba la suave colcha de estampado granate y azul marino mientras hablaban.
-Nicholas está ahí, ¿verdad? -preguntó Jerry.
-Sí.
-Escucha, (TN). De verdad que tengo que hablar contigo acerca de algo. Me he alojado en el Marriott, en el centro de la ciudad. ¿Quedamos para cenar?
(TN) bajó la voz.
-Jerry, le prometiste a Nicholas que nos dejarías un mes a solas.
-Es verdad -gruñó Nicholas desde el fondo.
-Lo sé. No habría roto mi promesa si no fuera importante. Por favor, (TN), he venido conduciendo hasta aquí sólo para verte.
(TN) se pasó la mano por la cara y miró a Nicholas. Al ver la tensa línea de sus labios, se puso en pie y dio unos pasos, nerviosa. Luego se volvió hacia la ventana.
-Bien, de acuerdo. ¿A qué hora?
-Salgo ahora mismo a recogerte.
-¿Qué pasa, (TN)? -preguntó Nicholas.
Ella tapó el telefono.
-Jerry necesita hablar conmigo. Viene a recogerme para llevarme a cenar.
Nicholas cogió el auricular.
-¿Qué diablos estás haciendo? -preguntó-. ¿Sí? -Se quedó de pie en silencio unos instantes, con el ceño fruncido-. Sí. -Transcurrieron unos segundos más y la expresión de preocupación de Nicholas se intensificó-. Ok, está bien, pero ya la llevo yo. -Tomó un papel y un bolígrafo de la mesilla de noche-. ¿Cómo se llama el restaurante? -Aferraba el bolígrafo con tanta fuerza que (TN) pensó que iba a romperse-. No creo. -Repiqueteó en el papel con el bolígrafo-. Sí, diré que es privado. -Miró a (TN) y luego se dio medio vuelta-. Maldita sea, Jerry, no me pongas en esta situación -dijo a su hermano, lo escuchó unos segundos más y colgó el teléfono enfadado.
La miró. Sus labios dibujaban una línea fina.
-¿Ocurre algo? -preguntó (TN). Por lo que había oído a este lado de la conversación y por la reacción de Nicholas, se hacía una idea de lo que Jerry había sugerido.
-Quiere que cenes en su habitación.
«Bingo.»
-Dice que necesita hablar contigo en privado -le explicó, cogiéndola de la mano y clavando la mirada en ella-. No tienes que ir si no quieres, (TN).
Ella le estrechó los dedos.
-Sí, sí tengo que ir. Jerry y yo hemos sido novios durante más de un año. Me pidió que me casara con él y acepté. No le negaré una cena y una conversación.
El rostro de Nicholas reflejó una expresión adusta.
-¿Y vas a negarle sexo?
-¡Nicholas!
Nicholas la estrechó entre sus brazos, apretándola fuertemente contra su cuerpo, sujetándola con firmeza por la espalda.
-Lo siento, cariño -se disculpó acariciándole el pelo-. Es que no puedo soportar imaginarte haciendo el amor con él. -Le levantó la cara por la barbilla-. Te quiero tanto...
A (TN) se le llenaron los ojos de lágrimas.
-Yo también te quiero.
La mirada de Nicholas se suavizó y una sonrisa iluminó su rostro. Atrajo hacia sí a (TN) para darle un dulce y tierno beso. Sus labios se movieron ardientemente sobre los de ella, intentando disuadirla, sin pronunciar palabra.
-¿Quieres decir con eso que ya te has decidido? -preguntó, con los ojos oscuros llenos de esperanza.
-Eh..., yo... -empezó a decir sintiendo una sensación de mareo.
Se desplomó sobre la cama. Nicholas se sentó junto a ella y la tomó de la mano.
-Nicholas, te quiero, pero...
-¿Pero? -Una luz de alarma iluminó sus ojos.
(TN) le apretó la mano.
-Me preocupa que te canses de mí.
Nicholas la miró con cara de perplejidad.
-¿Por qué piensas algo así?
-Porque ayer por la mañana tú estabas tan enfrascado en tus papeles que ni siquiera te diste cuenta de mi existencia. Entiendo que todo el mundo necesita tiempo para sí mismo, pero era la mañana después de la primera vez que habíamos hecho el amor. Y eso me puso en alerta.
-(TN), no te estaba ignorando.
(TN) clavó la mirada en sus manos enlazadas.
-Pues lo parecía.
Nicholas sacudió la cabeza.
-No quería decirte esto. No quería que te sintieras mal. (Pues yo si se lo hubiera dicho, es mas se lo hubiera GRITADO jun)
(TN) abrió los ojos como platos y sintió una punzada de
angustia en el estómago. Nicholas le cogió la mano.
-No te estaba ignorando, simplemente estaba intentando aclarar mis propios sentimientos. Me sentía herido.
-¿Herido? No..., no lo entiendo.
-La noche anterior, justo antes de caer dormida...
-¿Qué?
Nicholas suspiró.
A (TN) el pensamiento le iba a mil por hora. ¿Qué había hecho? De repente, recordó algo. Abrió la boca de sorpresa y se la tapó con las manos.
-Dime que no lo hice...
-Me llamaste Jerry.
Bubu ✌
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Ouhhhh Yo la verdad me quedaria con Nicholas es mas dulce
Eu^_^
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Definitivamente queres verme muerta !
Me mori con estos capitulos !
G O D !
Me Encanto, ame el capitulo !
Cuando puedas subi mas, quiero saber que le queria decir Jerry !
Que intriga ! O.O
Bueno me despido, Kiss ! :hi:
Me mori con estos capitulos !
G O D !
Me Encanto, ame el capitulo !
Cuando puedas subi mas, quiero saber que le queria decir Jerry !
Que intriga ! O.O
Bueno me despido, Kiss ! :hi:
Priscila•
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Amm.. Holass! PS LES TENGO UNA MALA NOTICIA..Resulta qe el hombre qe "arreglo" mi computadora no hizo un buen trabajo.. Asi qe hoy mi mama se la llevara otra vez!
Espero y me entiendan.. Prometo seguir la nove, en cuanto me devuelvan mi compu! :/
Se les quiereee!!! :P
Espero y me entiendan.. Prometo seguir la nove, en cuanto me devuelvan mi compu! :/
Se les quiereee!!! :P
Bubu ✌
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
hgldhfgslhdg sdlg sñgtsdjlsdghldflghdfgdfhgb hdfg dfgbdfkljg fdgb bl adjg gdfngb f
SIGUELA LO MÁS PRONTO POSIBLE, PORFIISS!!! <3
SIGUELA LO MÁS PRONTO POSIBLE, PORFIISS!!! <3
SandyJonas
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
YA TENGO MI COMPUUU!! espero y no se descomponga de nuevo!! #Capp!!
Capitulo 34
-Oh, Dios, Nicholas -dijo, acariciándole la mejilla, suplicándole con los ojos que la perdonara-. Lo siento.
Nicholas la abrazó.
-No pensaba decírtelo, porque no quería que te sintieras mal.
-Pero era yo la que te había hecho daño a ti.
El se llevó su mano a los labios y la besó.
-No lo hiciste a propósito. Escucha, (TN), estás pasando un momento muy difícil y soy consciente de ello. Sólo te digo esto porque... -la agarró de los hombros y le dio media vuelta para que lo mirara de frente-, porque preferiría morirme a que creyera que me aburro contigo o que te desatiendo. Te amo con toda mi alma.
Selló sus labios con un beso tierno y amoroso que reveló a (TN) que había encontrado al hombre con el que quería pasar el resto de su vida.
&
Mientras que Nicholas se abría paso entre el tráfico de la autopista para entrar en la ciudad, (TN) empezó a pensar en Jerry. ¿Cómo podía enfrentarse a él, ahora que sabía que estaba enamorada de Nicholas? Deslizó un dedo a lo largo del salpicadero y empezó a juguetear con el botón de la guantera. Miró a Nicholas y observó su perfil parpadeando bajo la luz intermitente de los faros de los vehículos que corrían en sentido contrario. Era indudable que la quería y que encontraría tiempo para estar con ella. Y estaba convencida de que sería un padre fabuloso para el bebé que estaba de camino. Además, siendo Nicholas el verdadero padre, las cosas habían tomado el rumbo óptimo. Excepto para Jerry. Sintió una punzada en el corazón al darse cuenta de que no era justo alimentar las esperanzas de Jerry. De alguna manera, esa noche tenía que encontrar el modo de decirle que habían terminado. Ojalá no tuviera que escoger...
Nicholas aparcó frente al hotel. Un portero ataviado con un barroco uniforme en tonos granate y dorado abrió la puerta del coche para (TN). Nicholas la acompañó hasta el vestíbulo, rodeándola con el brazo por la cintura. (TN) divisó a Jerry, al instante, acercándose hacia ellos.
-(TN) -la saludó, inclinándose hacia delante y besándola en la mejilla.
Le colocó la mano donde muere la espalda y la apartó de Nicholas.
-Vendré a recogerte en un par de horas, (TN) -dijo Nicholas en tono tajante.
-Yo la llevaré -contestó Jerry.
-De eso ni hablar -espetó Nicholas a su hermano.
(TN) puso su mano en el pecho de Nicholas.
-No pasa nada, Nicholas. Jerry puede llevarme.
Nicholas puso cara de pocos amigos, pero no discutió. La tomó entre sus brazos y la besó con furia y pasión, dejándola sin aliento. Antes de soltarla, le susurró al oído:
-Recuerda esto mientras estás aquí.
Jerry entrecerró los ojos, pero no dijo nada. Cogió a (TN) del brazo y la condujo hasta el ascensor. Unos minutos después abrió la puerta de su habitación en la planta 18. Según pudo comprobar (TN) al entrar, se trataba de una suite presidencial. Tenía un aspecto bastante elegante. (TN) tomó asiento en el sofá. Jerry sacó una botella de vino de una cubitera plateada que había sobre un pie y sirvió dos copas.
-Es vino sin alcohol -explicó, mientras le tendía una de las copas-. Me he adelantado y he pedido la cena. Se está haciendo tarde y no quería que tuvieras que esperar en tu estado. ¿Cenamos?
Señaló con la mano en dirección a la ventana. Sobre una mesa redonda con vistas espectacular, había un par de platos cubiertos cor tapas de plata, candelabros con velas y copas altas lleñas de agua helada.
Jerry le retiró la silla y, una vez (TN) estuvo sentada, destapó los platos. Los maravillosos aromas que emanaron de ellos hicieron que a (TN) se le hiciera la boca agua. Jerry había pedido un chuletón con brócoli y patatas al horno. A ella le había pedido pollo Marsala, trocitos de pollo en una salsa con el característico sabor que sólo el vino Marsala puede aportar.
Era uno de sus platos preferidos, que reservaba para ocasiones especiales. Se colocó la servilleta de lino verde sobre el regazo.
-¿De qué querías hablarme? -preguntó.
Jerry encendió las altas velas sostenidas en candelabros plateados sobre la mesa.
-Primero disfrutemos de la cena. Ya hablaremos luego.
(TN) accedió, sintiéndose casi agradecida, porque estaba hambrienta.
-Te he telefoneado un par de veces después de registrarme, pero no ha respondido nadie -dijo Jerry, mientras cogía el tenedor y el cuchillo-. ¿Saliste?
(TN) dudó y sintió que se ruborizaba.
-No, estaba..., esto..., en la ducha.
A Jerry se le borró la sonrisa de la cara al entender lo que implicaba aquella respuesta. A decir verdad, Nicholas tampoco había contestado al teléfono.
(TN) se concentró en su plato. Bueno, ¿qué esperaba Jerry, teniendo en cuenta la situación en la que se encontraban cuando se había marchado?
Comieron el resto de la cena en silencio. Después de cenar, (TN) se acomodó en uno de los sillones para evitar que Jerry se acurrucara junto a ella en el sofá. Jerry sirvió en una taza té humeante, de una tetera plateada, y le añadió leche y azúcar. Le acercó la taza y el platillo. (TN) percibió el aroma del té Earl Grey, otro de sus favoritos. Jerry tomó asiento en el sillón que había frente a ella.
-¿Cómo van las cosas entre tú y Nicholas? -preguntó.
(TN) removió el té con la cucharilla que Jerry había dejado en el platillo, aunque él ya lo había removido previamente.
-Bien. Muy bien.
-No demasiado bien, espero.
(TN) depositó la taza en la mesa de café.
-Jerry...
-No, sólo quiero saber si estás empezando a considerar la posibilidad de quedarte con Nicholas.
(TN) no pudo evitar sentirse culpable. Tomó aire y suspiró. Sabía que tenía que confesárselo esa noche y él acababa de abrirle la puerta para hacerlo.
-Yo...
Jerry dio un puñetazo en la mesa.
-Maldita sea, sí lo estás haciendo.
(TN) entrelazó los dedos.
-Me quiere.
-¿Y tú? ¿Lo quieres? -le preguntó, levantando la mano en un gesto para indicarle que no siguiera-. No importa. No respondas. -Se puso en pie-. Durante toda mi vida Nicholas me ha robado las novias -explicó, apretando los puños mientras caminaba de un lado a otro de la habitación-, pero esta vez no lo hará. Bajo ningún concepto voy a dejarlos solos de nuevo.
-Le prometí a Nicholas que pasaría un mes con él -dijo (TN) con un hilillo de voz, mientras que los ojos se le llenaban de lágrimas.
-El tendrá su mes, pero yo también voy a estar ahí. Voy a luchar por ti.
Parecía tan enfadado..., y todo por ella. Nunca lo había visto tan categórico. Ni siquiera cuando hablaba de su empresa. Pero (TN) no quería convertirse en un trofeo de un concurso que venía prolongándose desde que ambos hermanos eran adolescentes.
-Jerry, esto no va de ganar a tu hermano. Esto va del amor... y de la vida.
Jerry clavó la vista en (TN). La miró con dureza, fijamente.
-¿Acaso crees que no lo sé?
(TN) respiró hondo.
-Jerry, en lo más profundo de tu ser tienes que saber que las cosas entre nosotros no van a funcionar.
-Mentira.
-Estás entregado a tu profesión. No hay espacio en tu vida para una relación seria en estos momentos.
-Te dije que eso iba a cambiar.
-Sé que lo estás intentando, Jerry, de verdad, pero no está sucediendo. Y lo entiendo. Entiendo que tu empresa sea tan importante para ti.
-No es más importante que tú.
(TN) se colocó el pelo por detrás de la oreja.
-No estoy segura de que eso sea verdad.
Jerry se arrodilló frente a ella y la cogió de la mano.
-(TN), no hay nada más importante para mí que tú.
Le acarició la mano con una ternura y una dulzura que le llegaron al alma. Al sentir el tacto sensual de sus labios, rozándole el dorso de la mano, como el aleteo de una mariposa, pensó que iba a derretirse.
Sus ojos habían pasado de ser hielo quebradizo a convertirse en cálidos estanques de deseo.
-¿Recuerdas los buenos tiempos, (TN)? ¿Te acuerdas de cuando empezamos a salir? ¿De cuando fuimos a esquiar aquel primer diciembre? ¿De la noche que fuimos a la piscina de agua caliente?
Lo recordaba. Había ocurrido en una noche bellísima, nítida y despejada. Las luces de la montaña vecina destellaban y la luna llena se reflejaba en la nieve. Grandes y esponjosos copos de nieve caían del cielo, y se posaban en el pelo y el rostro de ambos.
-¿Te acuerdas de que regresamos al camarote -continuó él- y la llave electrónica no funcionaba?
(TN) sonrió.
-Y tuviste que recorrer toda la recepción únicamente con la toalla enrollada a la cintura, para que te dieran otra.
En realidad, llevaba un bañador bajo la toalla, pero cuando ella recreó la imagen en su cabeza, sólo permanecía la toalla y la dulce posibilidad de que se le resbalara.
-Si no recuerdo mal, a la vuelta, me recibiste lanzándome una bola de nieve al pecho -dijo.
(TN) soltó una carcajada.
-Sí, y tú me tiraste un puñado de nieve por encima.
La había perseguido, la había agarrado por detrás y la había rodeado con sus brazos, entre risas y protestas, y luego le había echado por encima un puñado de nieve blanca. Al recordar la nieve fría y mojada derramándose entre sus pechos, los pezones se le enderezaron.
Aquél había sido el primer viaje que habían realizado juntos y la primera vez que habían hecho el amor. Jerry había querido que fuera algo especial. Por eso había sugerido ir de viaje.
Tras el incidente con la nieve, la había llevado al búngalo y habían hecho el amor de forma salvaje y apasionada, frente a un fuego crepitante. Recordaba haberse levantado por la mañana, rodeada por la calidez de sus brazos, pensando que era el hombre con quien quería pasar el resto de su vida.
-¿Te das cuenta, (TN)? No me cuesta pasar tiempo contigo, lo que me cuesta es pasar tiempo lejos de ti.
-No lo entiendo.
-Cuando estoy contigo, nada más me importa. Nada. Ni mi empresa, ni mi familia, ni yo mismo. Y hasta ahora, eso me asustaba. De eso era de lo que huía, pero ya no tengo miedo. Me he dado cuenta de que contigo soy más de lo que nunca podré ser por mí mismo. Contigo puedo prescindir de mi negocio y de las formas tradicionales de éxito, por las que tanto he luchado. Contigo veo una vida llena de amor y felicidad. A través de tus ojos veo un mundo mejor y una versión mucho mejor de mí mismo. -Jerry se llevó la mano de (TN) a la boca. El dulce tacto de sus labios le hizo perder la compostura-. Te quiero. No puedo imaginar mi futuro sin ti -concluyó.
Sus palabras la conmovieron profundamente y la llenaron de confusión. Había llegado a una conclusión, la de tener aquel bebé con su padre, y ahora Jerry la había echado por tierra al mostrarse tan..., tan maravillosamente enamorado de ella. Pero ella amaba a Nicholas. Y amaba a Jerry. Clavó la mirada en sus amorosos ojos. No podía creer cuánto lo quería. Pero el bebé era de Nicholas y ese hecho inclinaba la balanza a su favor. ¿O no?
-(TN), estoy preparado para dar un paso adelante y construir una nueva vida contigo -dijo, poniéndole la mano en la barriga- y con nuestro hijo.
Ella posó su mano sobre la de él.
-Pero, Jerry, el bebé es de Nicholas.
-Si tú y yo nos casamos, cualquier hijo tuyo también será mío. Criaré al hijo de Nicholas como si fuera mío.
«¿Hijo?»
-Jerry, ¿tienes noticias del doctor? ¿Sabe ya que es un niño?
-Sí. De hecho, los dos que vienen son niños.
(TN) intentó hablar, pero no consiguió articular palabra. Carraspeó y volvió a intentarlo.
-¿Son gemelos?
Capitulo 34
-Oh, Dios, Nicholas -dijo, acariciándole la mejilla, suplicándole con los ojos que la perdonara-. Lo siento.
Nicholas la abrazó.
-No pensaba decírtelo, porque no quería que te sintieras mal.
-Pero era yo la que te había hecho daño a ti.
El se llevó su mano a los labios y la besó.
-No lo hiciste a propósito. Escucha, (TN), estás pasando un momento muy difícil y soy consciente de ello. Sólo te digo esto porque... -la agarró de los hombros y le dio media vuelta para que lo mirara de frente-, porque preferiría morirme a que creyera que me aburro contigo o que te desatiendo. Te amo con toda mi alma.
Selló sus labios con un beso tierno y amoroso que reveló a (TN) que había encontrado al hombre con el que quería pasar el resto de su vida.
&
Mientras que Nicholas se abría paso entre el tráfico de la autopista para entrar en la ciudad, (TN) empezó a pensar en Jerry. ¿Cómo podía enfrentarse a él, ahora que sabía que estaba enamorada de Nicholas? Deslizó un dedo a lo largo del salpicadero y empezó a juguetear con el botón de la guantera. Miró a Nicholas y observó su perfil parpadeando bajo la luz intermitente de los faros de los vehículos que corrían en sentido contrario. Era indudable que la quería y que encontraría tiempo para estar con ella. Y estaba convencida de que sería un padre fabuloso para el bebé que estaba de camino. Además, siendo Nicholas el verdadero padre, las cosas habían tomado el rumbo óptimo. Excepto para Jerry. Sintió una punzada en el corazón al darse cuenta de que no era justo alimentar las esperanzas de Jerry. De alguna manera, esa noche tenía que encontrar el modo de decirle que habían terminado. Ojalá no tuviera que escoger...
Nicholas aparcó frente al hotel. Un portero ataviado con un barroco uniforme en tonos granate y dorado abrió la puerta del coche para (TN). Nicholas la acompañó hasta el vestíbulo, rodeándola con el brazo por la cintura. (TN) divisó a Jerry, al instante, acercándose hacia ellos.
-(TN) -la saludó, inclinándose hacia delante y besándola en la mejilla.
Le colocó la mano donde muere la espalda y la apartó de Nicholas.
-Vendré a recogerte en un par de horas, (TN) -dijo Nicholas en tono tajante.
-Yo la llevaré -contestó Jerry.
-De eso ni hablar -espetó Nicholas a su hermano.
(TN) puso su mano en el pecho de Nicholas.
-No pasa nada, Nicholas. Jerry puede llevarme.
Nicholas puso cara de pocos amigos, pero no discutió. La tomó entre sus brazos y la besó con furia y pasión, dejándola sin aliento. Antes de soltarla, le susurró al oído:
-Recuerda esto mientras estás aquí.
Jerry entrecerró los ojos, pero no dijo nada. Cogió a (TN) del brazo y la condujo hasta el ascensor. Unos minutos después abrió la puerta de su habitación en la planta 18. Según pudo comprobar (TN) al entrar, se trataba de una suite presidencial. Tenía un aspecto bastante elegante. (TN) tomó asiento en el sofá. Jerry sacó una botella de vino de una cubitera plateada que había sobre un pie y sirvió dos copas.
-Es vino sin alcohol -explicó, mientras le tendía una de las copas-. Me he adelantado y he pedido la cena. Se está haciendo tarde y no quería que tuvieras que esperar en tu estado. ¿Cenamos?
Señaló con la mano en dirección a la ventana. Sobre una mesa redonda con vistas espectacular, había un par de platos cubiertos cor tapas de plata, candelabros con velas y copas altas lleñas de agua helada.
Jerry le retiró la silla y, una vez (TN) estuvo sentada, destapó los platos. Los maravillosos aromas que emanaron de ellos hicieron que a (TN) se le hiciera la boca agua. Jerry había pedido un chuletón con brócoli y patatas al horno. A ella le había pedido pollo Marsala, trocitos de pollo en una salsa con el característico sabor que sólo el vino Marsala puede aportar.
Era uno de sus platos preferidos, que reservaba para ocasiones especiales. Se colocó la servilleta de lino verde sobre el regazo.
-¿De qué querías hablarme? -preguntó.
Jerry encendió las altas velas sostenidas en candelabros plateados sobre la mesa.
-Primero disfrutemos de la cena. Ya hablaremos luego.
(TN) accedió, sintiéndose casi agradecida, porque estaba hambrienta.
-Te he telefoneado un par de veces después de registrarme, pero no ha respondido nadie -dijo Jerry, mientras cogía el tenedor y el cuchillo-. ¿Saliste?
(TN) dudó y sintió que se ruborizaba.
-No, estaba..., esto..., en la ducha.
A Jerry se le borró la sonrisa de la cara al entender lo que implicaba aquella respuesta. A decir verdad, Nicholas tampoco había contestado al teléfono.
(TN) se concentró en su plato. Bueno, ¿qué esperaba Jerry, teniendo en cuenta la situación en la que se encontraban cuando se había marchado?
Comieron el resto de la cena en silencio. Después de cenar, (TN) se acomodó en uno de los sillones para evitar que Jerry se acurrucara junto a ella en el sofá. Jerry sirvió en una taza té humeante, de una tetera plateada, y le añadió leche y azúcar. Le acercó la taza y el platillo. (TN) percibió el aroma del té Earl Grey, otro de sus favoritos. Jerry tomó asiento en el sillón que había frente a ella.
-¿Cómo van las cosas entre tú y Nicholas? -preguntó.
(TN) removió el té con la cucharilla que Jerry había dejado en el platillo, aunque él ya lo había removido previamente.
-Bien. Muy bien.
-No demasiado bien, espero.
(TN) depositó la taza en la mesa de café.
-Jerry...
-No, sólo quiero saber si estás empezando a considerar la posibilidad de quedarte con Nicholas.
(TN) no pudo evitar sentirse culpable. Tomó aire y suspiró. Sabía que tenía que confesárselo esa noche y él acababa de abrirle la puerta para hacerlo.
-Yo...
Jerry dio un puñetazo en la mesa.
-Maldita sea, sí lo estás haciendo.
(TN) entrelazó los dedos.
-Me quiere.
-¿Y tú? ¿Lo quieres? -le preguntó, levantando la mano en un gesto para indicarle que no siguiera-. No importa. No respondas. -Se puso en pie-. Durante toda mi vida Nicholas me ha robado las novias -explicó, apretando los puños mientras caminaba de un lado a otro de la habitación-, pero esta vez no lo hará. Bajo ningún concepto voy a dejarlos solos de nuevo.
-Le prometí a Nicholas que pasaría un mes con él -dijo (TN) con un hilillo de voz, mientras que los ojos se le llenaban de lágrimas.
-El tendrá su mes, pero yo también voy a estar ahí. Voy a luchar por ti.
Parecía tan enfadado..., y todo por ella. Nunca lo había visto tan categórico. Ni siquiera cuando hablaba de su empresa. Pero (TN) no quería convertirse en un trofeo de un concurso que venía prolongándose desde que ambos hermanos eran adolescentes.
-Jerry, esto no va de ganar a tu hermano. Esto va del amor... y de la vida.
Jerry clavó la vista en (TN). La miró con dureza, fijamente.
-¿Acaso crees que no lo sé?
(TN) respiró hondo.
-Jerry, en lo más profundo de tu ser tienes que saber que las cosas entre nosotros no van a funcionar.
-Mentira.
-Estás entregado a tu profesión. No hay espacio en tu vida para una relación seria en estos momentos.
-Te dije que eso iba a cambiar.
-Sé que lo estás intentando, Jerry, de verdad, pero no está sucediendo. Y lo entiendo. Entiendo que tu empresa sea tan importante para ti.
-No es más importante que tú.
(TN) se colocó el pelo por detrás de la oreja.
-No estoy segura de que eso sea verdad.
Jerry se arrodilló frente a ella y la cogió de la mano.
-(TN), no hay nada más importante para mí que tú.
Le acarició la mano con una ternura y una dulzura que le llegaron al alma. Al sentir el tacto sensual de sus labios, rozándole el dorso de la mano, como el aleteo de una mariposa, pensó que iba a derretirse.
Sus ojos habían pasado de ser hielo quebradizo a convertirse en cálidos estanques de deseo.
-¿Recuerdas los buenos tiempos, (TN)? ¿Te acuerdas de cuando empezamos a salir? ¿De cuando fuimos a esquiar aquel primer diciembre? ¿De la noche que fuimos a la piscina de agua caliente?
Lo recordaba. Había ocurrido en una noche bellísima, nítida y despejada. Las luces de la montaña vecina destellaban y la luna llena se reflejaba en la nieve. Grandes y esponjosos copos de nieve caían del cielo, y se posaban en el pelo y el rostro de ambos.
-¿Te acuerdas de que regresamos al camarote -continuó él- y la llave electrónica no funcionaba?
(TN) sonrió.
-Y tuviste que recorrer toda la recepción únicamente con la toalla enrollada a la cintura, para que te dieran otra.
En realidad, llevaba un bañador bajo la toalla, pero cuando ella recreó la imagen en su cabeza, sólo permanecía la toalla y la dulce posibilidad de que se le resbalara.
-Si no recuerdo mal, a la vuelta, me recibiste lanzándome una bola de nieve al pecho -dijo.
(TN) soltó una carcajada.
-Sí, y tú me tiraste un puñado de nieve por encima.
La había perseguido, la había agarrado por detrás y la había rodeado con sus brazos, entre risas y protestas, y luego le había echado por encima un puñado de nieve blanca. Al recordar la nieve fría y mojada derramándose entre sus pechos, los pezones se le enderezaron.
Aquél había sido el primer viaje que habían realizado juntos y la primera vez que habían hecho el amor. Jerry había querido que fuera algo especial. Por eso había sugerido ir de viaje.
Tras el incidente con la nieve, la había llevado al búngalo y habían hecho el amor de forma salvaje y apasionada, frente a un fuego crepitante. Recordaba haberse levantado por la mañana, rodeada por la calidez de sus brazos, pensando que era el hombre con quien quería pasar el resto de su vida.
-¿Te das cuenta, (TN)? No me cuesta pasar tiempo contigo, lo que me cuesta es pasar tiempo lejos de ti.
-No lo entiendo.
-Cuando estoy contigo, nada más me importa. Nada. Ni mi empresa, ni mi familia, ni yo mismo. Y hasta ahora, eso me asustaba. De eso era de lo que huía, pero ya no tengo miedo. Me he dado cuenta de que contigo soy más de lo que nunca podré ser por mí mismo. Contigo puedo prescindir de mi negocio y de las formas tradicionales de éxito, por las que tanto he luchado. Contigo veo una vida llena de amor y felicidad. A través de tus ojos veo un mundo mejor y una versión mucho mejor de mí mismo. -Jerry se llevó la mano de (TN) a la boca. El dulce tacto de sus labios le hizo perder la compostura-. Te quiero. No puedo imaginar mi futuro sin ti -concluyó.
Sus palabras la conmovieron profundamente y la llenaron de confusión. Había llegado a una conclusión, la de tener aquel bebé con su padre, y ahora Jerry la había echado por tierra al mostrarse tan..., tan maravillosamente enamorado de ella. Pero ella amaba a Nicholas. Y amaba a Jerry. Clavó la mirada en sus amorosos ojos. No podía creer cuánto lo quería. Pero el bebé era de Nicholas y ese hecho inclinaba la balanza a su favor. ¿O no?
-(TN), estoy preparado para dar un paso adelante y construir una nueva vida contigo -dijo, poniéndole la mano en la barriga- y con nuestro hijo.
Ella posó su mano sobre la de él.
-Pero, Jerry, el bebé es de Nicholas.
-Si tú y yo nos casamos, cualquier hijo tuyo también será mío. Criaré al hijo de Nicholas como si fuera mío.
«¿Hijo?»
-Jerry, ¿tienes noticias del doctor? ¿Sabe ya que es un niño?
-Sí. De hecho, los dos que vienen son niños.
(TN) intentó hablar, pero no consiguió articular palabra. Carraspeó y volvió a intentarlo.
-¿Son gemelos?
Bubu ✌
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Ahhhhhhhhhhhh... ahora tendremos 4 Nicks!!!! hahahahaha xD
SIGUELAA =)
SIGUELAA =)
SandyJonas
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Capitulo 35
-Exacto.
Sacudió la cabeza, sintiéndose mareada.
-Son gemelos.
(TN) empezó a temblar descontroladamente. Iba a tener gemelos. Se sintió desbordada por la situación.
-(TN) -le dijo Jerry, tomándola de la mano y rozándole los nudillos con los labios, luego apretó la palma contra la mejilla, sosteniéndola junto a su piel recién afeitada-. Te quiero más que a mi vida. Y me da igual cuántos bebés de Nicholas lleves dentro, los criaré como si fueran míos. Los querré como si fueran míos.
Le besó la mano y la sostuvo entre las suyas. Posó en ella su cálida mirada, llena de amor y de ternura. (TN) notó una ráfaga de amor henchirse en su interior.
-Hay algo más que tengo que decirte.
-¿Qué es?
-Sé que te preocupa la cantidad de tiempo que paso en el trabajo, pero eso no será ningún problema. Ya no tengo ninguna empresa que dirigir.
(TN) se sobresaltó.
-¿La has vendido?
-No, sigo siendo el principal accionista, pero voy a rebajar mi cargo al de presidente. He ascendido a Ken Harvey. El dirigirá la empresa a partir de ahora. Voy a pasar todo mi tiempo contigo y los niños.
(TN) se soltó de su mano y se puso en pie. Se dirigió hacia la ventana y se quedó mirando el infintio. Estaba hecha un lío. Y muerta de miedo.
Vio el reflejo de Jerry en el vidrio. Se aproximaba a ella. Le colocó las manos en los hombros.
-¿Qué ocurre, cariño? Pensaba que estarías contenta.
-No puedes dejar tu empresa por mí. ¿Qué pasará si empiezas a odiarme por ello? ¿O si empiezas a culpar a los bebés?
-Eso no sucederá nunca -aseguró Jerry, volviéndole la cara para mirarla de frente y apresando su boca entre la suya, dejando que sus labios surtieran un efecto mágico en ella.
(TN) se derritió cuando la lengua de Jerry se abrió camino entre sus labios y se enredó con la suya. Jerry liberó su boca, pero la mantuvo firmemente abrazada entre sus brazos.
-Yo nunca podría odiarte. Te amo demasiado. Y eso también va por nuestros bebés.
-Oh, Jerry.
¿Qué podía decir?
-(TN), te enamoraste de mí mucho antes de conocer a Nicholas. Accediste a casarte conmigo. No dejes que un caso de confusión de identidades destruya lo que tenemos.
Hacía tan sólo unas horas (TN) lo había resuelto todo. Nicholas la amaba y ella lo amaba. Iba a tener un hijo suyo. Casarse con él tenía sentido.
También amaba a Jerry, pero se había autoconvencido de que él no la quería. Y ahora él había echado por tierra esa idea y, en realidad, le había demostrado que la quería más de lo que ella podía imaginar que nadie la amara. Jerry le rodeó la cintura.
-(TN), sé que todo esto es muy difícil para ti, pero dime que te casarás conmigo.
-Yo... no sé qué hacer.
-¿Me amas?
(TN) lo miró a los ojos y supo que lo amabaa. Derramó una lágrima.
-Sí -susurró, sintiendo que el corazón le palpitaba descontroladamente-, pero necesito tiempo. -Sin hacer ninguna pausa, añadió-: Están pasando tantas cosas, y estoy tan confundida...
Jerry le puso los dedos sobre los labios para que no continuara.
-Ya lo sé, amor mío. No pasa nada. Vayamos paso a paso. Por ahora yo me conformo con saber que me amas.
La miró sonriente y ella lo encontró tan juvenil y apuesto que se le deshizo el corazón. Al notar la dulce adoración en sus ojos, sintió un arrebato de amor dentro de ella que aturdió sus sentidos. Jerry se inclinó sobre ella. El tierno roce de sus labios le llegó muy hondo. (TN) le rodeó el cuello con los brazos y ahondó su beso. Jerry sondeó, tiernamente, sus labios con su lengua y (TN) los abrió para él, invitándolo a enlazarse en un beso abrasador.
Jerry gimió y la aferró contra sí. Los pechos de (TN) se aplastaron contra su sólido torso. Tenía los pezones erectos por el deseo. Jerry le echó la melena por detrás de los hombros y la cogió por la nuca.
-Te amo. Eres todo mi mundo -le susurró al oído, tenues palabras que le hicieron sentir un escalofrío.
A (TN) le dolían los pechos y empezaba a notar una sensación punzante entre las piernas.
-(TN), quiero hacer el amor contigo.
(TN) estaba sobrecogida por el anhelo.
-Sí -musitó-. Hazme el amor, Jerry.
Jerry le pasó los brazos por debajo de las rodillas y la levantó. (TN) se aferró a su cuello mientras la llevaba al dormitorio. La tumbó en la cama y se sentó junto a ella. Le deshizo el nudo del vestido cruzado que llevaba y se lo abrió. Su mirada, cálida y amorosa, la recorrió de arriba abajo con admiración.
-Eres tan hermosa, amor mío.
Jerry no podía creer que (TN) le estuviera dejando hacerle el amor. Había temido que lo rechazara. Pero su decisión lo había alentado. Se moría de amor por ella.
(TN) se sentó, se quitó el vestido por los hombros y lo apartó a un lado. Luego se desabrochó el sujetador y se lo quitó. Sus pechos, redondos y cremosos, quedaron a la vista.
Jerry le chupó un seno mientras que, con un dedo, dibujaba la forma del otro. Era increíblemente suave. (TN) le cogió la mano y se la colocó sobre el pecho. El pezón se apretaba contra su palma.
Jerry le mordiqueó la base del cuello. A (TN) se le aceleró la respiración, como le ocurría siempre que le hacía aquello.
Jerry continuó besuqueándole el cuello, recorriéndole la clavícula, sin dejar de acariciarle los pechos en ningún momento. Al notar que (TN) se arqueaba contra su mano, se le agolpó la sangre en la entrepierna. (TN) le desabrochó la camisa y se la quitó. Jerry la lanzó lejos de la cama mientras ella le desabrochaba los pantalones. Cuando los dedos de (TN) se deslizaron dentro de sus calzoncillos y rodearon su miembro erecto, contuvo el aliento, y luego exhaló largamente mientras ella empezaba a masturbarlo.
El tacto de sus dedos era tan maravilloso que pensó que iba a morir de placer. Le acarició el otro pecho, deleitándose con los gemidos que ella emitía, y luego le lamió el pezón, se lo metió en la boca y la lameteó con la punta de la lengua. A (TN) le encantaba que le hiciera aquello. Le apretó más fuerte la verga y aceleró sus movimientos. Jerry se metió entonces toda la areola en la boca y se la chupó suavemente.
-Me gusta mucho -susurró (TN), bajito.
El contacto de su cálida mano masturbándolo lo estaba excitando demasiado y era demasiado pronto. Jerry se apartó de ella.
-Ahora mismo vuelvo, cariño -le dijo, apartando sus pantalones y calzoncillos y dirigiéndose a grandes zancadas a la otra habitación.
Cogió la helada botella de vino y una de las copas. Las depositó en la mesilla de noche y llenó la copa.
-¿Tienes sed? -preguntó (TN).
-No exactamente -contestó él.
Sumergió un dedo en el líquido transparente, lo colocó sobre un pecho de (TN) y dejó que una gota cayera sobre su pezón.
-¡Ah! -exclamó (TN), abriendo los ojos.
Jerry toqueteó el pezón con su dedo frío y mojado y luego se lo metió en la boca, calentándolo con los rápidos roces de su lengua. Simultánemante, dejó caer una gota y acarició el otro pezón, al que luego dedicó toda la atención de sus labios.
(TN) arqueó la pelvis hacia delante, indicándole que quería un poco de atención en aquella zona. Jerry descendió la mano, recorriéndole el liso vientre, dejando atrás el ombligo e introduciéndola finalmente bajo sus bragas. Pasó por encima del capuchón del clítoris y le metió los dedos. Estaba mojada.
Sintió un movimiento en su pene. Descubrió el clítoris con sumo cuidado, y (TN) gimió y abrió más las piernas. Jerry le bajó las braguitas por debajo de las caderas con dos dedos y se deleitó con la imagen de su gloriosa vulva desnuda. Le dio un beso rápido y se las quitó del todo. Subió, acariciándole el muslo, continuó por las caderas y volvió a ahuecar las manos sobre sus pechos. Los pezones se endurecieron contra sus palmas.
Le dio un sorbito al vino, sin tragárselo, y se metió un pezón en la boca llena. A (TN) se le tensó todo el cuerpo al notar rodeándola el frío líquido. Se le endureció aún más el pezón.
-Oh, Jerry, es increíble.
Jerry se tragó el vino y le lamió el pezón, calentándolo.
(TN) sonrió, lo tumbó boca arriba y trepó sobre él.
-Ahora me toca a mí -dijo, rodeándole la polla con las manos y bajando su boca hasta él.
Al notar su cálida boca alrededor de la polla, a Jerry se le aceleró el torrente sanguíneo. (TN) deslizó los labios por la polla, metiéndosela hasta la garganta, y luego volvió a retirarse y empezó a describir círculos con su lengua alrededor de la corona. Metió su otra mano entre las piernas de Jerry y le acarició los testículos.
-¿Te gusta?
Jerry asintió.
-Oh, sí, cariño, me gusta mucho.
-Bien -dijo ella, dándole un sorbo al vino sin alcohol y acercándose a él con una sonrisa.
El hecho de anticipar lo que iba a ocurrir no lo preparó para aquella sensación tan placentera. El líquido frío lo rodeó mientras ella deslizaba sus labios alrededor de él, inundándolo con el vino atrapado en su boca. (TN) lo hizo borbotear alrededor de él y luego le rodeó la corona con su cálida lengua. Frío y caliente. Borboteos y círculos.
Entonces el líquido frío desapareció y la boca de (TN) fue calentándose lentamente. Se apartó de él y le lamió la verga, arriba y abajo, arriba y abajo, como si fuera una piruleta. A Jerry le encantaba.
La cogió por el cuello, le levantó la cara alzándole la barbilla y mirándola con ojos amorosos le dijo:
-Ven aquí, amor mío.
(TN) se tumbó encima de él y se fundieron en un beso. Sus labios se movieron al unísono y sus lenguas empezaron a danzar rítmicamente. Jerry giró sobre ella y se colocó encima.
Le besó los pechos, mordisqueándoselos suavemente, y bajó hasta su vulva. Deslizó su lengua entre sus labios inferiores y fue acariciándole entre los pliegues hasta encontrar el botoncito enterrado bajo ellos. (TN) se estremeció. Empezó a lamerla y chuparla. (TN) se arqueó contra él. Jerry la acarició con el dedo, metiéndolo de vez en cuando en su aterciopelada vagina, sabiendo que eso era lo que le gustaba.
(TN) tomó aire y empezó a jadear en voz baja. Jerry aceleró sus movimientos y sus gemidos subieron de tono. El oírla gemir lo estremeció y lo excitó hasta un punto de no retorno. Deslizó su dedo dentro de su vagina, hasta el fondo, y notó cómo los músculos de (TN) se aferraban a él, apretándolo entre su sedosa y suave humedad.
(TN) tuvo un orgasmo que la hizo convulsionarse hasta desplomarse finalmente en la cama. Jerry le sonrió mientras subía hasta ella, acariciándole el cuerpo, y se la quedaba mirando. Ella le devolvió la sonrisa, le cogió el pene con la mano y tiró de él, para hacerle saber que había llegado el momento. Abrió las piernas y colocó su verga frente a la resbaladiza entrada de su vagina.
Jerry empezó a penetrarla lentamente. Una vez tuvo toda la verga dentro de ella, notó que estaba a punto de correrse. La sacó, sintiendo cómo se deslizaba por el interior de ella y luego volvió a embestirla, poco a poco.
-Más rápido -murmuró (TN), enroscándole las piernas a la cintura.
Jerry la embistió de nuevo, esta vez más profundamente, y continuó penetrándola.
-Haz que me corra, Jerry.
Por el tono de su voz, Jerry supo que (TN) se acercaba al climax de nuevo. La embistió de nuevo, una y otra vez, aproximándose él también al orgasmo.
-Cariño, me excitas tanto -exclamó.
-Oh, sí, sí -balbuceó ella, antes de gemir, larga y profundamente.
Jerry sintió que el cuerpo se le tensaba y eyaculó dentro de su suave calor femenino. Momentos después, ambos cayeron rendidos en la cama. Jerry se apartó y se colocó de lado, cara a cara, pues no quería aplastarla con su peso.
La abrazó con fuerza, acariciándole el cabello y pensando que no quería separarse nunca de ella.
-Exacto.
Sacudió la cabeza, sintiéndose mareada.
-Son gemelos.
(TN) empezó a temblar descontroladamente. Iba a tener gemelos. Se sintió desbordada por la situación.
-(TN) -le dijo Jerry, tomándola de la mano y rozándole los nudillos con los labios, luego apretó la palma contra la mejilla, sosteniéndola junto a su piel recién afeitada-. Te quiero más que a mi vida. Y me da igual cuántos bebés de Nicholas lleves dentro, los criaré como si fueran míos. Los querré como si fueran míos.
Le besó la mano y la sostuvo entre las suyas. Posó en ella su cálida mirada, llena de amor y de ternura. (TN) notó una ráfaga de amor henchirse en su interior.
-Hay algo más que tengo que decirte.
-¿Qué es?
-Sé que te preocupa la cantidad de tiempo que paso en el trabajo, pero eso no será ningún problema. Ya no tengo ninguna empresa que dirigir.
(TN) se sobresaltó.
-¿La has vendido?
-No, sigo siendo el principal accionista, pero voy a rebajar mi cargo al de presidente. He ascendido a Ken Harvey. El dirigirá la empresa a partir de ahora. Voy a pasar todo mi tiempo contigo y los niños.
(TN) se soltó de su mano y se puso en pie. Se dirigió hacia la ventana y se quedó mirando el infintio. Estaba hecha un lío. Y muerta de miedo.
Vio el reflejo de Jerry en el vidrio. Se aproximaba a ella. Le colocó las manos en los hombros.
-¿Qué ocurre, cariño? Pensaba que estarías contenta.
-No puedes dejar tu empresa por mí. ¿Qué pasará si empiezas a odiarme por ello? ¿O si empiezas a culpar a los bebés?
-Eso no sucederá nunca -aseguró Jerry, volviéndole la cara para mirarla de frente y apresando su boca entre la suya, dejando que sus labios surtieran un efecto mágico en ella.
(TN) se derritió cuando la lengua de Jerry se abrió camino entre sus labios y se enredó con la suya. Jerry liberó su boca, pero la mantuvo firmemente abrazada entre sus brazos.
-Yo nunca podría odiarte. Te amo demasiado. Y eso también va por nuestros bebés.
-Oh, Jerry.
¿Qué podía decir?
-(TN), te enamoraste de mí mucho antes de conocer a Nicholas. Accediste a casarte conmigo. No dejes que un caso de confusión de identidades destruya lo que tenemos.
Hacía tan sólo unas horas (TN) lo había resuelto todo. Nicholas la amaba y ella lo amaba. Iba a tener un hijo suyo. Casarse con él tenía sentido.
También amaba a Jerry, pero se había autoconvencido de que él no la quería. Y ahora él había echado por tierra esa idea y, en realidad, le había demostrado que la quería más de lo que ella podía imaginar que nadie la amara. Jerry le rodeó la cintura.
-(TN), sé que todo esto es muy difícil para ti, pero dime que te casarás conmigo.
-Yo... no sé qué hacer.
-¿Me amas?
(TN) lo miró a los ojos y supo que lo amabaa. Derramó una lágrima.
-Sí -susurró, sintiendo que el corazón le palpitaba descontroladamente-, pero necesito tiempo. -Sin hacer ninguna pausa, añadió-: Están pasando tantas cosas, y estoy tan confundida...
Jerry le puso los dedos sobre los labios para que no continuara.
-Ya lo sé, amor mío. No pasa nada. Vayamos paso a paso. Por ahora yo me conformo con saber que me amas.
La miró sonriente y ella lo encontró tan juvenil y apuesto que se le deshizo el corazón. Al notar la dulce adoración en sus ojos, sintió un arrebato de amor dentro de ella que aturdió sus sentidos. Jerry se inclinó sobre ella. El tierno roce de sus labios le llegó muy hondo. (TN) le rodeó el cuello con los brazos y ahondó su beso. Jerry sondeó, tiernamente, sus labios con su lengua y (TN) los abrió para él, invitándolo a enlazarse en un beso abrasador.
Jerry gimió y la aferró contra sí. Los pechos de (TN) se aplastaron contra su sólido torso. Tenía los pezones erectos por el deseo. Jerry le echó la melena por detrás de los hombros y la cogió por la nuca.
-Te amo. Eres todo mi mundo -le susurró al oído, tenues palabras que le hicieron sentir un escalofrío.
A (TN) le dolían los pechos y empezaba a notar una sensación punzante entre las piernas.
-(TN), quiero hacer el amor contigo.
(TN) estaba sobrecogida por el anhelo.
-Sí -musitó-. Hazme el amor, Jerry.
Jerry le pasó los brazos por debajo de las rodillas y la levantó. (TN) se aferró a su cuello mientras la llevaba al dormitorio. La tumbó en la cama y se sentó junto a ella. Le deshizo el nudo del vestido cruzado que llevaba y se lo abrió. Su mirada, cálida y amorosa, la recorrió de arriba abajo con admiración.
-Eres tan hermosa, amor mío.
Jerry no podía creer que (TN) le estuviera dejando hacerle el amor. Había temido que lo rechazara. Pero su decisión lo había alentado. Se moría de amor por ella.
(TN) se sentó, se quitó el vestido por los hombros y lo apartó a un lado. Luego se desabrochó el sujetador y se lo quitó. Sus pechos, redondos y cremosos, quedaron a la vista.
Jerry le chupó un seno mientras que, con un dedo, dibujaba la forma del otro. Era increíblemente suave. (TN) le cogió la mano y se la colocó sobre el pecho. El pezón se apretaba contra su palma.
Jerry le mordiqueó la base del cuello. A (TN) se le aceleró la respiración, como le ocurría siempre que le hacía aquello.
Jerry continuó besuqueándole el cuello, recorriéndole la clavícula, sin dejar de acariciarle los pechos en ningún momento. Al notar que (TN) se arqueaba contra su mano, se le agolpó la sangre en la entrepierna. (TN) le desabrochó la camisa y se la quitó. Jerry la lanzó lejos de la cama mientras ella le desabrochaba los pantalones. Cuando los dedos de (TN) se deslizaron dentro de sus calzoncillos y rodearon su miembro erecto, contuvo el aliento, y luego exhaló largamente mientras ella empezaba a masturbarlo.
El tacto de sus dedos era tan maravilloso que pensó que iba a morir de placer. Le acarició el otro pecho, deleitándose con los gemidos que ella emitía, y luego le lamió el pezón, se lo metió en la boca y la lameteó con la punta de la lengua. A (TN) le encantaba que le hiciera aquello. Le apretó más fuerte la verga y aceleró sus movimientos. Jerry se metió entonces toda la areola en la boca y se la chupó suavemente.
-Me gusta mucho -susurró (TN), bajito.
El contacto de su cálida mano masturbándolo lo estaba excitando demasiado y era demasiado pronto. Jerry se apartó de ella.
-Ahora mismo vuelvo, cariño -le dijo, apartando sus pantalones y calzoncillos y dirigiéndose a grandes zancadas a la otra habitación.
Cogió la helada botella de vino y una de las copas. Las depositó en la mesilla de noche y llenó la copa.
-¿Tienes sed? -preguntó (TN).
-No exactamente -contestó él.
Sumergió un dedo en el líquido transparente, lo colocó sobre un pecho de (TN) y dejó que una gota cayera sobre su pezón.
-¡Ah! -exclamó (TN), abriendo los ojos.
Jerry toqueteó el pezón con su dedo frío y mojado y luego se lo metió en la boca, calentándolo con los rápidos roces de su lengua. Simultánemante, dejó caer una gota y acarició el otro pezón, al que luego dedicó toda la atención de sus labios.
(TN) arqueó la pelvis hacia delante, indicándole que quería un poco de atención en aquella zona. Jerry descendió la mano, recorriéndole el liso vientre, dejando atrás el ombligo e introduciéndola finalmente bajo sus bragas. Pasó por encima del capuchón del clítoris y le metió los dedos. Estaba mojada.
Sintió un movimiento en su pene. Descubrió el clítoris con sumo cuidado, y (TN) gimió y abrió más las piernas. Jerry le bajó las braguitas por debajo de las caderas con dos dedos y se deleitó con la imagen de su gloriosa vulva desnuda. Le dio un beso rápido y se las quitó del todo. Subió, acariciándole el muslo, continuó por las caderas y volvió a ahuecar las manos sobre sus pechos. Los pezones se endurecieron contra sus palmas.
Le dio un sorbito al vino, sin tragárselo, y se metió un pezón en la boca llena. A (TN) se le tensó todo el cuerpo al notar rodeándola el frío líquido. Se le endureció aún más el pezón.
-Oh, Jerry, es increíble.
Jerry se tragó el vino y le lamió el pezón, calentándolo.
(TN) sonrió, lo tumbó boca arriba y trepó sobre él.
-Ahora me toca a mí -dijo, rodeándole la polla con las manos y bajando su boca hasta él.
Al notar su cálida boca alrededor de la polla, a Jerry se le aceleró el torrente sanguíneo. (TN) deslizó los labios por la polla, metiéndosela hasta la garganta, y luego volvió a retirarse y empezó a describir círculos con su lengua alrededor de la corona. Metió su otra mano entre las piernas de Jerry y le acarició los testículos.
-¿Te gusta?
Jerry asintió.
-Oh, sí, cariño, me gusta mucho.
-Bien -dijo ella, dándole un sorbo al vino sin alcohol y acercándose a él con una sonrisa.
El hecho de anticipar lo que iba a ocurrir no lo preparó para aquella sensación tan placentera. El líquido frío lo rodeó mientras ella deslizaba sus labios alrededor de él, inundándolo con el vino atrapado en su boca. (TN) lo hizo borbotear alrededor de él y luego le rodeó la corona con su cálida lengua. Frío y caliente. Borboteos y círculos.
Entonces el líquido frío desapareció y la boca de (TN) fue calentándose lentamente. Se apartó de él y le lamió la verga, arriba y abajo, arriba y abajo, como si fuera una piruleta. A Jerry le encantaba.
La cogió por el cuello, le levantó la cara alzándole la barbilla y mirándola con ojos amorosos le dijo:
-Ven aquí, amor mío.
(TN) se tumbó encima de él y se fundieron en un beso. Sus labios se movieron al unísono y sus lenguas empezaron a danzar rítmicamente. Jerry giró sobre ella y se colocó encima.
Le besó los pechos, mordisqueándoselos suavemente, y bajó hasta su vulva. Deslizó su lengua entre sus labios inferiores y fue acariciándole entre los pliegues hasta encontrar el botoncito enterrado bajo ellos. (TN) se estremeció. Empezó a lamerla y chuparla. (TN) se arqueó contra él. Jerry la acarició con el dedo, metiéndolo de vez en cuando en su aterciopelada vagina, sabiendo que eso era lo que le gustaba.
(TN) tomó aire y empezó a jadear en voz baja. Jerry aceleró sus movimientos y sus gemidos subieron de tono. El oírla gemir lo estremeció y lo excitó hasta un punto de no retorno. Deslizó su dedo dentro de su vagina, hasta el fondo, y notó cómo los músculos de (TN) se aferraban a él, apretándolo entre su sedosa y suave humedad.
(TN) tuvo un orgasmo que la hizo convulsionarse hasta desplomarse finalmente en la cama. Jerry le sonrió mientras subía hasta ella, acariciándole el cuerpo, y se la quedaba mirando. Ella le devolvió la sonrisa, le cogió el pene con la mano y tiró de él, para hacerle saber que había llegado el momento. Abrió las piernas y colocó su verga frente a la resbaladiza entrada de su vagina.
Jerry empezó a penetrarla lentamente. Una vez tuvo toda la verga dentro de ella, notó que estaba a punto de correrse. La sacó, sintiendo cómo se deslizaba por el interior de ella y luego volvió a embestirla, poco a poco.
-Más rápido -murmuró (TN), enroscándole las piernas a la cintura.
Jerry la embistió de nuevo, esta vez más profundamente, y continuó penetrándola.
-Haz que me corra, Jerry.
Por el tono de su voz, Jerry supo que (TN) se acercaba al climax de nuevo. La embistió de nuevo, una y otra vez, aproximándose él también al orgasmo.
-Cariño, me excitas tanto -exclamó.
-Oh, sí, sí -balbuceó ella, antes de gemir, larga y profundamente.
Jerry sintió que el cuerpo se le tensaba y eyaculó dentro de su suave calor femenino. Momentos después, ambos cayeron rendidos en la cama. Jerry se apartó y se colocó de lado, cara a cara, pues no quería aplastarla con su peso.
La abrazó con fuerza, acariciándole el cabello y pensando que no quería separarse nunca de ella.
Bubu ✌
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Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.