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"●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
#JustInLove_[Ale] escribió:QUIEN LLEGO??!!! ALEJANDRAA! jajajaa awwwnnss llegue! :lol!: la amo la amooo!!! ESQE ES TAN HOTT! jaja TIENES QE SEGUIRLAA :DD ooh sii siii el nick es su facetaaa HOOT no me lo imaginooo asi de pervertido! ((y eso qe ya subi una de el!))....jo!
Holaaaaaaaa!!!
Me alegraa MUCHO tenerte por aqui ale!!! *-*
Pero espera un segundo, dices qe esta es Hot, es qe no has visto las tuyas
Son igual o hasta mas qe esta!! :risa:
& creeme qe yo si me lo imagino asi de pervertido :twisted:
ahaha :risa: xD
Nuevamente, Bienvenida! :happy:
Bubu ✌
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Capitulo 28
Nicholas le besó el pecho derecho por encima y luego dibujando círculos alrededor del pezón, succionando la areola con los labios antes de detenerse en el pezón y besarle la punta. Entonces se dedicó con igual esmero al otro pecho. Pero sólo se los besó.
(TN) quería más.
-Chúpamelos, métetelos en la boca.
Nicholas le lamió un pezón. (TN) gimió de placer. Luego Nicholas se metió aquel botoncito duro en la boca, sin dejar de juguetear con su lengua en ningún momento. (TN) contuvo el aliento.
-Sí, así, me gusta.
El otro pezón recibió el mismo tratamiento.
-Chúpamelos.
Nicholas la obedeció al momento, atrapando los pechos de (TN) en su boca caliente y húmeda. (TN) jadeaba de placer.
-Oh, sí -murmuró casi sin aliento-. Me encanta.
Nicholas se fue de un pecho a otro, besandolos, lamiéndolos. De repente, (TN) pensó que aquel hombre (Nicholas, no Jerry), un hombre al que apenas conocía, estaba sentado en la cama junto a ella, totalmente desnudo y chupándole los pechos. Y no acababa ahí la cosa. Lo hacía siguiendo sus órdenes. Nicholas la había puesto al mando de la situación, al tiempo que la había estimulado sexualmente, instándola a que expresara en voz alta lo que quería. Aquello la excitaba tanto... Le dolían los pechos de placer... Lo quería dentro de ella.
-Nicholas, quítame los pantalones.
Nicholas le desabrochó el botón y le abrió la cremallera. (TN) arqueó las caderas hacia arriba para que pudiera quitarle los pantalones. Los arrojó a un lado y empezó a acariciarle las piernas en sentido ascendente, pero se detuvo a medio muslo.
-Tócame... -no se le ocurría ninguna palabra apropiada, de modo que le cogió la mano y se la llevó hasta la entrepierna, por encima de las bragas-. Tócame aquí. Quiero que me acaricies.
El ahuecó la mano sobre su vulva unos segundos, y luego recorrió con un dedo su raja, por encima de la seda de las bragas. La tela estaba empapada. Se inclinó hacia delante y la besó en la boca, mientras seguía moviendo los dedos arriba y abajo. (TN) le acarició el lóbulo con la boca.
-¿Puedo chuparte, (TN)? -susurró él.
-Sí..., me encantaría.
Nicholas se agachó, lamiéndole todo el cuerpo en descenso. (TN) notó su lengua sobre sus bragas. Las lamió a todo lo largo varias veces, luego se detuvo unos instantes en la parte delantera, dándole suaves lengüetazos en el clítoris. El tejido húmedo se adhirió al cuerpo de (TN) al agitar él su cálida lengua.
-Por favor, quítame las bragas.
Nicholas se las quitó de un rápido movimiento y entonces su lengua encontró la carne desnuda de (TN), recreándose en aquel botóncillo sensible. (TN) estuvo a punto de saltar por la excitación. Nicholas continuó lamiéndola y succionándola, separándole los labios para llegar mejor a su clítoris.
-Oh, Nicholas. Ah, sí -gimoteó, al notar la primera oleada de placer que le recorría el cuerpo.
Nicholas se colocó las piernas de (TN) sobre los hombros, abriéndola más. Agitaba la lengua a una velocidad sorprendente y consiguió llevar a (TN) a un orgasmo intensísimo. (TN) se aferró a su cabeza, apretándola contra sí.
-Oh, Dios, Nicholas, sí, sí.
Nicholas continuó chupándola, lamiéndola y succionándola. (TN) sintió un estremecimiento en todo el cuerpo. Una vez dejó de gemir, Nicholas dejó de lamerla, le sonrió y se puso junto a ella.
-Sonaba como si te gustara.
(TN) sonrió de oreja a oreja.
-Me ha gustado mucho.
Le rodeó con la mano la polla y empezó a sacudírsela ligeramente arriba y abajo, utilizando sólo las yemas de los dedos.
-¿Te gusta?
-Sí.
(TN) lo tumbó en la cama y trepó sobre él.
-Ok, ahora me toca jugar a mí.
Le rodeó con las manos la verga, dura como una piedra, y la puso recta, en perpendicular al cuerpo. Se movía entre sus manos. Acarició con los labios la punta y golpeó suavemente con la lengua el diminuto agujerito central. Acarició el mástil con la yema de un solo dedo y luego empezó a hacer movimientos rotatorios alrededor de la punta. Nicholas tenía un pene magnífico, con la piel de un niño, una punta bulbosa en forma de champiñón y un asta (Las que no saben el asta es el palo donde se colocan las banderas) larga, muy larga, muy dura. (TN) ansiaba chupárselo y apretarlo en su boca, pero le había gustado el jueguecito iniciado por él. Nicholas le había dicho que dejara que fuera él quien hiciera todo el trabajo.
Volvió a lamerlo, y luego lo soltó y se tumbó en la cama. Nicholas la miró, con las cejas enarcadas. (TN) se encogió de hombros.
-Me has dicho que te dejara hacer a ti -le dijo, mirándole primero el pene y luego a la cara-. Vamos, ¿a qué esperas?
Nicholas sonrió y rodeó con su gran mano su miembro erecto. La punta, de color morado, sobresalía.
-¿Te refieres a esto? -preguntó, deslizando su mano hacia su cuerpo y luego de nuevo en sentido contrario.
(TN) asintió, mientras observaba atentamente cómo Nicholas se acariciaba pausada y delicadamente. Imaginaba notar su magnífico pene acariciándole las paredes vaginales mientras la penetraba. Le dolían los pezones de placer. Empezó a tocarse uno con un dedo. Nicholas se colocó de cara a ella, acelerando el ritmo de su mano, con los ojos vidriosos y la mirada fija en ella. (TN) le sonrió y empezó a acariciarse el otro pezón, tirando de ambos al mismo tiempo.
-(TN), me vuelves loco.
(TN) se deslizó la mano hacia abajo, acariciándose el vientre de camino a su vulva. Notó el flujo resbaladizo.
-Ah, cielo, yo... -consiguió articular Nicholas, antes de eyacular y salpicarle el pecho de semen.
(TN) se quedó sin aliento. No dejaba de manar semen caliente a ráfagas. Nicholas soltó una carcajada y se apoyó sobre el codo.
-Me has puesto supercaliente -dijo, restregando un dedo sobre los pegotes de líquido blanco y deslizándolo luego hacia abajo-. Esto debería haber ido aquí -indicó, presionándole con un dedo la entrada de la vagina.
(TN) gimió al notar cómo Nicholas deslizaba su dedo en el interior de ella y empezaba a moverlo en círculos.
-Sí, es un buen sitio.
Nicholas empezó a acariciarle el clítoris. Al sentirse húmeda, (TN) pensó que había llegado el momento de hacer otra petición.
-Humm, necesito algo de ti, pero no estoy segura de si estás listo.
Clavó la mirada en su pene, se lamió los labios y abrió más las piernas. La polla mustia de Nicholas pareció volver a la vida.
Nicholas le sonrió picaramente.
-Cariño, si tú estás lista, yo estoy listo.
-Quiero que vengas aquí. Quiero que me lamas y me chupes los pechos hasta que los pezones se me pongan tan duros que no pueda soportarlo.
-Como mandes, (TN).
Se colocó sobre ella y le succionó un pecho con tanta fuerza que (TN) tuvo que ahogar un grito.
-El otro también -comentó ella con voz trémula.
Nicholas sonrió y le lamió el otro pezón, succionándoselo lenta pero inmisericordemente. Al cabo de diez segundos, a (TN) parecía faltarle el aire. Nicholas le sonrió. Le centelleaban los ojos.
-¿Y ahora qué?
(TN) sonrió.
-Ahora quiero que me metas esa polla enorme hasta el fondo.
A Nicholas se le ensombreció la mirada por el deseo. Colocó la punta de su pene contra la húmeda entrada de la vagina de (TN) y se dejó caer lentamente.
-No, métemela con fuerza, y rápido.
-(TN), me encanta que me digas estas cosas.
Nicholas la embistió con fuerza, abriéndole toda la vagina de una sola estocada. (TN) gimió con fuerza. El se retiró, acariciándole con el glande las paredes vaginales, y luego volvió a embestirla. (TN) le enroscó las piernas alrededor del cuerpo, enlazándolas por los tobillos y atrayéndolo aún más dentro de ella.
Nicholas continuó penetrándola, mientras a (TN) se le aceleraba la respiración a medida que el placer aumentaba. Se sentía estremecer por dentro, presa de un torbellino de sensaciones indescriptibles.
-(TN), córrete para mí. Déjame que te oiga gemir de placer.
-Ah, sí, me corro -gimió ella al llegar al orgasmo.
A Nicholas se le contrajo el cuerpo y (TN) sintió un calor líquido inundarla por dentro. Nicholas continuó embistiéndola. (TN) le cogió del pene, y Nicholas deslizó los dedos entre ambos y empezó a acariciarle el clítoris. (TN) volvió a llegar al climax jadeando en su oído.
Nicholas continuó estimulándole el clítoris y penetrándola. Aquel orgasmo parecía no tener fin. Cuando por fin se desvaneció, (TN) abrazó a Nicholas con fuerza.
-Ha sido fabuloso -dijo acurrucándose contra su pecho, sintiéndose de repente muy cansada-. El mejor orgasmo que he tenido nunca -confesó, bostezando; le dio un beso en la base del cuello y, acariciándole el abdomen, añadió-: Me duermo. Buenas noches, Jerry. ()
Nicholas se la quedó mirando mientras dormía, sintiendo un intenso dolor en el pecho. El sexo había sido fantástico. Su estratagema para ayudarla a tranquilizarse había funcionado a las mil maravillas. (TN) se había abierto y al final había disfrutado hablando explícitamente de sexo. Lo había llevado al borde del orgasmo varias veces y entonces había parado, hasta que al final él había estallado en un orgasmo increíble.
Todo perfecto, salvo que se había olvidado de quién era. Lo había llamado Jerry. Sintió un malestar en el estómago. Ahora sabía cómo se había sentido su hermano, y no le gustaba lo más mínimo. De hecho, era un dolor casi insoportable.
Le acarició el cabello por detrás de las orejas. La quería tanto que le dolía todo el cuerpo. (TN) había accedido a pasar allí un mes con él para darse a sí misma la oportunidad de enamorarse del padre del niño que llevaba dentro, el hijo de Nicholas, pero ahora él se preguntaba si eso sería posible. ¿Pensaba (TN) que estaba haciendo el amor con su hermano?Nicholas le besó el pecho derecho por encima y luego dibujando círculos alrededor del pezón, succionando la areola con los labios antes de detenerse en el pezón y besarle la punta. Entonces se dedicó con igual esmero al otro pecho. Pero sólo se los besó.
(TN) quería más.
-Chúpamelos, métetelos en la boca.
Nicholas le lamió un pezón. (TN) gimió de placer. Luego Nicholas se metió aquel botoncito duro en la boca, sin dejar de juguetear con su lengua en ningún momento. (TN) contuvo el aliento.
-Sí, así, me gusta.
El otro pezón recibió el mismo tratamiento.
-Chúpamelos.
Nicholas la obedeció al momento, atrapando los pechos de (TN) en su boca caliente y húmeda. (TN) jadeaba de placer.
-Oh, sí -murmuró casi sin aliento-. Me encanta.
Nicholas se fue de un pecho a otro, besandolos, lamiéndolos. De repente, (TN) pensó que aquel hombre (Nicholas, no Jerry), un hombre al que apenas conocía, estaba sentado en la cama junto a ella, totalmente desnudo y chupándole los pechos. Y no acababa ahí la cosa. Lo hacía siguiendo sus órdenes. Nicholas la había puesto al mando de la situación, al tiempo que la había estimulado sexualmente, instándola a que expresara en voz alta lo que quería. Aquello la excitaba tanto... Le dolían los pechos de placer... Lo quería dentro de ella.
-Nicholas, quítame los pantalones.
Nicholas le desabrochó el botón y le abrió la cremallera. (TN) arqueó las caderas hacia arriba para que pudiera quitarle los pantalones. Los arrojó a un lado y empezó a acariciarle las piernas en sentido ascendente, pero se detuvo a medio muslo.
-Tócame... -no se le ocurría ninguna palabra apropiada, de modo que le cogió la mano y se la llevó hasta la entrepierna, por encima de las bragas-. Tócame aquí. Quiero que me acaricies.
El ahuecó la mano sobre su vulva unos segundos, y luego recorrió con un dedo su raja, por encima de la seda de las bragas. La tela estaba empapada. Se inclinó hacia delante y la besó en la boca, mientras seguía moviendo los dedos arriba y abajo. (TN) le acarició el lóbulo con la boca.
-¿Puedo chuparte, (TN)? -susurró él.
-Sí..., me encantaría.
Nicholas se agachó, lamiéndole todo el cuerpo en descenso. (TN) notó su lengua sobre sus bragas. Las lamió a todo lo largo varias veces, luego se detuvo unos instantes en la parte delantera, dándole suaves lengüetazos en el clítoris. El tejido húmedo se adhirió al cuerpo de (TN) al agitar él su cálida lengua.
-Por favor, quítame las bragas.
Nicholas se las quitó de un rápido movimiento y entonces su lengua encontró la carne desnuda de (TN), recreándose en aquel botóncillo sensible. (TN) estuvo a punto de saltar por la excitación. Nicholas continuó lamiéndola y succionándola, separándole los labios para llegar mejor a su clítoris.
-Oh, Nicholas. Ah, sí -gimoteó, al notar la primera oleada de placer que le recorría el cuerpo.
Nicholas se colocó las piernas de (TN) sobre los hombros, abriéndola más. Agitaba la lengua a una velocidad sorprendente y consiguió llevar a (TN) a un orgasmo intensísimo. (TN) se aferró a su cabeza, apretándola contra sí.
-Oh, Dios, Nicholas, sí, sí.
Nicholas continuó chupándola, lamiéndola y succionándola. (TN) sintió un estremecimiento en todo el cuerpo. Una vez dejó de gemir, Nicholas dejó de lamerla, le sonrió y se puso junto a ella.
-Sonaba como si te gustara.
(TN) sonrió de oreja a oreja.
-Me ha gustado mucho.
Le rodeó con la mano la polla y empezó a sacudírsela ligeramente arriba y abajo, utilizando sólo las yemas de los dedos.
-¿Te gusta?
-Sí.
(TN) lo tumbó en la cama y trepó sobre él.
-Ok, ahora me toca jugar a mí.
Le rodeó con las manos la verga, dura como una piedra, y la puso recta, en perpendicular al cuerpo. Se movía entre sus manos. Acarició con los labios la punta y golpeó suavemente con la lengua el diminuto agujerito central. Acarició el mástil con la yema de un solo dedo y luego empezó a hacer movimientos rotatorios alrededor de la punta. Nicholas tenía un pene magnífico, con la piel de un niño, una punta bulbosa en forma de champiñón y un asta (Las que no saben el asta es el palo donde se colocan las banderas) larga, muy larga, muy dura. (TN) ansiaba chupárselo y apretarlo en su boca, pero le había gustado el jueguecito iniciado por él. Nicholas le había dicho que dejara que fuera él quien hiciera todo el trabajo.
Volvió a lamerlo, y luego lo soltó y se tumbó en la cama. Nicholas la miró, con las cejas enarcadas. (TN) se encogió de hombros.
-Me has dicho que te dejara hacer a ti -le dijo, mirándole primero el pene y luego a la cara-. Vamos, ¿a qué esperas?
Nicholas sonrió y rodeó con su gran mano su miembro erecto. La punta, de color morado, sobresalía.
-¿Te refieres a esto? -preguntó, deslizando su mano hacia su cuerpo y luego de nuevo en sentido contrario.
(TN) asintió, mientras observaba atentamente cómo Nicholas se acariciaba pausada y delicadamente. Imaginaba notar su magnífico pene acariciándole las paredes vaginales mientras la penetraba. Le dolían los pezones de placer. Empezó a tocarse uno con un dedo. Nicholas se colocó de cara a ella, acelerando el ritmo de su mano, con los ojos vidriosos y la mirada fija en ella. (TN) le sonrió y empezó a acariciarse el otro pezón, tirando de ambos al mismo tiempo.
-(TN), me vuelves loco.
(TN) se deslizó la mano hacia abajo, acariciándose el vientre de camino a su vulva. Notó el flujo resbaladizo.
-Ah, cielo, yo... -consiguió articular Nicholas, antes de eyacular y salpicarle el pecho de semen.
(TN) se quedó sin aliento. No dejaba de manar semen caliente a ráfagas. Nicholas soltó una carcajada y se apoyó sobre el codo.
-Me has puesto supercaliente -dijo, restregando un dedo sobre los pegotes de líquido blanco y deslizándolo luego hacia abajo-. Esto debería haber ido aquí -indicó, presionándole con un dedo la entrada de la vagina.
(TN) gimió al notar cómo Nicholas deslizaba su dedo en el interior de ella y empezaba a moverlo en círculos.
-Sí, es un buen sitio.
Nicholas empezó a acariciarle el clítoris. Al sentirse húmeda, (TN) pensó que había llegado el momento de hacer otra petición.
-Humm, necesito algo de ti, pero no estoy segura de si estás listo.
Clavó la mirada en su pene, se lamió los labios y abrió más las piernas. La polla mustia de Nicholas pareció volver a la vida.
Nicholas le sonrió picaramente.
-Cariño, si tú estás lista, yo estoy listo.
-Quiero que vengas aquí. Quiero que me lamas y me chupes los pechos hasta que los pezones se me pongan tan duros que no pueda soportarlo.
-Como mandes, (TN).
Se colocó sobre ella y le succionó un pecho con tanta fuerza que (TN) tuvo que ahogar un grito.
-El otro también -comentó ella con voz trémula.
Nicholas sonrió y le lamió el otro pezón, succionándoselo lenta pero inmisericordemente. Al cabo de diez segundos, a (TN) parecía faltarle el aire. Nicholas le sonrió. Le centelleaban los ojos.
-¿Y ahora qué?
(TN) sonrió.
-Ahora quiero que me metas esa polla enorme hasta el fondo.
A Nicholas se le ensombreció la mirada por el deseo. Colocó la punta de su pene contra la húmeda entrada de la vagina de (TN) y se dejó caer lentamente.
-No, métemela con fuerza, y rápido.
-(TN), me encanta que me digas estas cosas.
Nicholas la embistió con fuerza, abriéndole toda la vagina de una sola estocada. (TN) gimió con fuerza. El se retiró, acariciándole con el glande las paredes vaginales, y luego volvió a embestirla. (TN) le enroscó las piernas alrededor del cuerpo, enlazándolas por los tobillos y atrayéndolo aún más dentro de ella.
Nicholas continuó penetrándola, mientras a (TN) se le aceleraba la respiración a medida que el placer aumentaba. Se sentía estremecer por dentro, presa de un torbellino de sensaciones indescriptibles.
-(TN), córrete para mí. Déjame que te oiga gemir de placer.
-Ah, sí, me corro -gimió ella al llegar al orgasmo.
A Nicholas se le contrajo el cuerpo y (TN) sintió un calor líquido inundarla por dentro. Nicholas continuó embistiéndola. (TN) le cogió del pene, y Nicholas deslizó los dedos entre ambos y empezó a acariciarle el clítoris. (TN) volvió a llegar al climax jadeando en su oído.
Nicholas continuó estimulándole el clítoris y penetrándola. Aquel orgasmo parecía no tener fin. Cuando por fin se desvaneció, (TN) abrazó a Nicholas con fuerza.
-Ha sido fabuloso -dijo acurrucándose contra su pecho, sintiéndose de repente muy cansada-. El mejor orgasmo que he tenido nunca -confesó, bostezando; le dio un beso en la base del cuello y, acariciándole el abdomen, añadió-: Me duermo. Buenas noches, Jerry. ()
Nicholas se la quedó mirando mientras dormía, sintiendo un intenso dolor en el pecho. El sexo había sido fantástico. Su estratagema para ayudarla a tranquilizarse había funcionado a las mil maravillas. (TN) se había abierto y al final había disfrutado hablando explícitamente de sexo. Lo había llevado al borde del orgasmo varias veces y entonces había parado, hasta que al final él había estallado en un orgasmo increíble.
Todo perfecto, salvo que se había olvidado de quién era. Lo había llamado Jerry. Sintió un malestar en el estómago. Ahora sabía cómo se había sentido su hermano, y no le gustaba lo más mínimo. De hecho, era un dolor casi insoportable.
Le acarició el cabello por detrás de las orejas. La quería tanto que le dolía todo el cuerpo. (TN) había accedido a pasar allí un mes con él para darse a sí misma la oportunidad de enamorarse del padre del niño que llevaba dentro, el hijo de Nicholas, pero ahora él se preguntaba si eso sería posible. ¿Pensaba (TN) que estaba haciendo el amor con su hermano?
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Uh Oh!!! :suspect: la rayiz metió la pata hasta el FONDO ¿Quien esta conmigo? ;)
Nicholas le besó el pecho derecho por encima y luego dibujando círculos alrededor del pezón, succionando la areola con los labios antes de detenerse en el pezón y besarle la punta. Entonces se dedicó con igual esmero al otro pecho. Pero sólo se los besó.
(TN) quería más.
-Chúpamelos, métetelos en la boca.
Nicholas le lamió un pezón. (TN) gimió de placer. Luego Nicholas se metió aquel botoncito duro en la boca, sin dejar de juguetear con su lengua en ningún momento. (TN) contuvo el aliento.
-Sí, así, me gusta.
El otro pezón recibió el mismo tratamiento.
-Chúpamelos.
Nicholas la obedeció al momento, atrapando los pechos de (TN) en su boca caliente y húmeda. (TN) jadeaba de placer.
-Oh, sí -murmuró casi sin aliento-. Me encanta.
Nicholas se fue de un pecho a otro, besandolos, lamiéndolos. De repente, (TN) pensó que aquel hombre (Nicholas, no Jerry), un hombre al que apenas conocía, estaba sentado en la cama junto a ella, totalmente desnudo y chupándole los pechos. Y no acababa ahí la cosa. Lo hacía siguiendo sus órdenes. Nicholas la había puesto al mando de la situación, al tiempo que la había estimulado sexualmente, instándola a que expresara en voz alta lo que quería. Aquello la excitaba tanto... Le dolían los pechos de placer... Lo quería dentro de ella.
-Nicholas, quítame los pantalones.
Nicholas le desabrochó el botón y le abrió la cremallera. (TN) arqueó las caderas hacia arriba para que pudiera quitarle los pantalones. Los arrojó a un lado y empezó a acariciarle las piernas en sentido ascendente, pero se detuvo a medio muslo.
-Tócame... -no se le ocurría ninguna palabra apropiada, de modo que le cogió la mano y se la llevó hasta la entrepierna, por encima de las bragas-. Tócame aquí. Quiero que me acaricies.
El ahuecó la mano sobre su vulva unos segundos, y luego recorrió con un dedo su raja, por encima de la seda de las bragas. La tela estaba empapada. Se inclinó hacia delante y la besó en la boca, mientras seguía moviendo los dedos arriba y abajo. (TN) le acarició el lóbulo con la boca.
-¿Puedo chuparte, (TN)? -susurró él.
-Sí..., me encantaría.
Nicholas se agachó, lamiéndole todo el cuerpo en descenso. (TN) notó su lengua sobre sus bragas. Las lamió a todo lo largo varias veces, luego se detuvo unos instantes en la parte delantera, dándole suaves lengüetazos en el clítoris. El tejido húmedo se adhirió al cuerpo de (TN) al agitar él su cálida lengua.
-Por favor, quítame las bragas.
Nicholas se las quitó de un rápido movimiento y entonces su lengua encontró la carne desnuda de (TN), recreándose en aquel botóncillo sensible. (TN) estuvo a punto de saltar por la excitación. Nicholas continuó lamiéndola y succionándola, separándole los labios para llegar mejor a su clítoris.
-Oh, Nicholas. Ah, sí -gimoteó, al notar la primera oleada de placer que le recorría el cuerpo.
Nicholas se colocó las piernas de (TN) sobre los hombros, abriéndola más. Agitaba la lengua a una velocidad sorprendente y consiguió llevar a (TN) a un orgasmo intensísimo. (TN) se aferró a su cabeza, apretándola contra sí.
-Oh, Dios, Nicholas, sí, sí.
Nicholas continuó chupándola, lamiéndola y succionándola. (TN) sintió un estremecimiento en todo el cuerpo. Una vez dejó de gemir, Nicholas dejó de lamerla, le sonrió y se puso junto a ella.
-Sonaba como si te gustara.
(TN) sonrió de oreja a oreja.
-Me ha gustado mucho.
Le rodeó con la mano la polla y empezó a sacudírsela ligeramente arriba y abajo, utilizando sólo las yemas de los dedos.
-¿Te gusta?
-Sí.
(TN) lo tumbó en la cama y trepó sobre él.
-Ok, ahora me toca jugar a mí.
Le rodeó con las manos la verga, dura como una piedra, y la puso recta, en perpendicular al cuerpo. Se movía entre sus manos. Acarició con los labios la punta y golpeó suavemente con la lengua el diminuto agujerito central. Acarició el mástil con la yema de un solo dedo y luego empezó a hacer movimientos rotatorios alrededor de la punta. Nicholas tenía un pene magnífico, con la piel de un niño, una punta bulbosa en forma de champiñón y un asta (Las que no saben el asta es el palo donde se colocan las banderas) larga, muy larga, muy dura. (TN) ansiaba chupárselo y apretarlo en su boca, pero le había gustado el jueguecito iniciado por él. Nicholas le había dicho que dejara que fuera él quien hiciera todo el trabajo.
Volvió a lamerlo, y luego lo soltó y se tumbó en la cama. Nicholas la miró, con las cejas enarcadas. (TN) se encogió de hombros.
-Me has dicho que te dejara hacer a ti -le dijo, mirándole primero el pene y luego a la cara-. Vamos, ¿a qué esperas?
Nicholas sonrió y rodeó con su gran mano su miembro erecto. La punta, de color morado, sobresalía.
-¿Te refieres a esto? -preguntó, deslizando su mano hacia su cuerpo y luego de nuevo en sentido contrario.
(TN) asintió, mientras observaba atentamente cómo Nicholas se acariciaba pausada y delicadamente. Imaginaba notar su magnífico pene acariciándole las paredes vaginales mientras la penetraba. Le dolían los pezones de placer. Empezó a tocarse uno con un dedo. Nicholas se colocó de cara a ella, acelerando el ritmo de su mano, con los ojos vidriosos y la mirada fija en ella. (TN) le sonrió y empezó a acariciarse el otro pezón, tirando de ambos al mismo tiempo.
-(TN), me vuelves loco.
(TN) se deslizó la mano hacia abajo, acariciándose el vientre de camino a su vulva. Notó el flujo resbaladizo.
-Ah, cielo, yo... -consiguió articular Nicholas, antes de eyacular y salpicarle el pecho de semen.
(TN) se quedó sin aliento. No dejaba de manar semen caliente a ráfagas. Nicholas soltó una carcajada y se apoyó sobre el codo.
-Me has puesto supercaliente -dijo, restregando un dedo sobre los pegotes de líquido blanco y deslizándolo luego hacia abajo-. Esto debería haber ido aquí -indicó, presionándole con un dedo la entrada de la vagina.
(TN) gimió al notar cómo Nicholas deslizaba su dedo en el interior de ella y empezaba a moverlo en círculos.
-Sí, es un buen sitio.
Nicholas empezó a acariciarle el clítoris. Al sentirse húmeda, (TN) pensó que había llegado el momento de hacer otra petición.
-Humm, necesito algo de ti, pero no estoy segura de si estás listo.
Clavó la mirada en su pene, se lamió los labios y abrió más las piernas. La polla mustia de Nicholas pareció volver a la vida.
Nicholas le sonrió picaramente.
-Cariño, si tú estás lista, yo estoy listo.
-Quiero que vengas aquí. Quiero que me lamas y me chupes los pechos hasta que los pezones se me pongan tan duros que no pueda soportarlo.
-Como mandes, (TN).
Se colocó sobre ella y le succionó un pecho con tanta fuerza que (TN) tuvo que ahogar un grito.
-El otro también -comentó ella con voz trémula.
Nicholas sonrió y le lamió el otro pezón, succionándoselo lenta pero inmisericordemente. Al cabo de diez segundos, a (TN) parecía faltarle el aire. Nicholas le sonrió. Le centelleaban los ojos.
-¿Y ahora qué?
(TN) sonrió.
-Ahora quiero que me metas esa polla enorme hasta el fondo.
A Nicholas se le ensombreció la mirada por el deseo. Colocó la punta de su pene contra la húmeda entrada de la vagina de (TN) y se dejó caer lentamente.
-No, métemela con fuerza, y rápido.
-(TN), me encanta que me digas estas cosas.
Nicholas la embistió con fuerza, abriéndole toda la vagina de una sola estocada. (TN) gimió con fuerza. El se retiró, acariciándole con el glande las paredes vaginales, y luego volvió a embestirla. (TN) le enroscó las piernas alrededor del cuerpo, enlazándolas por los tobillos y atrayéndolo aún más dentro de ella.
Nicholas continuó penetrándola, mientras a (TN) se le aceleraba la respiración a medida que el placer aumentaba. Se sentía estremecer por dentro, presa de un torbellino de sensaciones indescriptibles.
-(TN), córrete para mí. Déjame que te oiga gemir de placer.
-Ah, sí, me corro -gimió ella al llegar al orgasmo.
A Nicholas se le contrajo el cuerpo y (TN) sintió un calor líquido inundarla por dentro. Nicholas continuó embistiéndola. (TN) le cogió del pene, y Nicholas deslizó los dedos entre ambos y empezó a acariciarle el clítoris. (TN) volvió a llegar al climax jadeando en su oído.
Nicholas continuó estimulándole el clítoris y penetrándola. Aquel orgasmo parecía no tener fin. Cuando por fin se desvaneció, (TN) abrazó a Nicholas con fuerza.
-Ha sido fabuloso -dijo acurrucándose contra su pecho, sintiéndose de repente muy cansada-. El mejor orgasmo que he tenido nunca -confesó, bostezando; le dio un beso en la base del cuello y, acariciándole el abdomen, añadió-: Me duermo. Buenas noches, Jerry. ()
Nicholas se la quedó mirando mientras dormía, sintiendo un intenso dolor en el pecho. El sexo había sido fantástico. Su estratagema para ayudarla a tranquilizarse había funcionado a las mil maravillas. (TN) se había abierto y al final había disfrutado hablando explícitamente de sexo. Lo había llevado al borde del orgasmo varias veces y entonces había parado, hasta que al final él había estallado en un orgasmo increíble.
Todo perfecto, salvo que se había olvidado de quién era. Lo había llamado Jerry. Sintió un malestar en el estómago. Ahora sabía cómo se había sentido su hermano, y no le gustaba lo más mínimo. De hecho, era un dolor casi insoportable.
Le acarició el cabello por detrás de las orejas. La quería tanto que le dolía todo el cuerpo. (TN) había accedido a pasar allí un mes con él para darse a sí misma la oportunidad de enamorarse del padre del niño que llevaba dentro, el hijo de Nicholas, pero ahora él se preguntaba si eso sería posible. ¿Pensaba (TN) que estaba haciendo el amor con su hermano?Nicholas le besó el pecho derecho por encima y luego dibujando círculos alrededor del pezón, succionando la areola con los labios antes de detenerse en el pezón y besarle la punta. Entonces se dedicó con igual esmero al otro pecho. Pero sólo se los besó.
(TN) quería más.
-Chúpamelos, métetelos en la boca.
Nicholas le lamió un pezón. (TN) gimió de placer. Luego Nicholas se metió aquel botoncito duro en la boca, sin dejar de juguetear con su lengua en ningún momento. (TN) contuvo el aliento.
-Sí, así, me gusta.
El otro pezón recibió el mismo tratamiento.
-Chúpamelos.
Nicholas la obedeció al momento, atrapando los pechos de (TN) en su boca caliente y húmeda. (TN) jadeaba de placer.
-Oh, sí -murmuró casi sin aliento-. Me encanta.
Nicholas se fue de un pecho a otro, besandolos, lamiéndolos. De repente, (TN) pensó que aquel hombre (Nicholas, no Jerry), un hombre al que apenas conocía, estaba sentado en la cama junto a ella, totalmente desnudo y chupándole los pechos. Y no acababa ahí la cosa. Lo hacía siguiendo sus órdenes. Nicholas la había puesto al mando de la situación, al tiempo que la había estimulado sexualmente, instándola a que expresara en voz alta lo que quería. Aquello la excitaba tanto... Le dolían los pechos de placer... Lo quería dentro de ella.
-Nicholas, quítame los pantalones.
Nicholas le desabrochó el botón y le abrió la cremallera. (TN) arqueó las caderas hacia arriba para que pudiera quitarle los pantalones. Los arrojó a un lado y empezó a acariciarle las piernas en sentido ascendente, pero se detuvo a medio muslo.
-Tócame... -no se le ocurría ninguna palabra apropiada, de modo que le cogió la mano y se la llevó hasta la entrepierna, por encima de las bragas-. Tócame aquí. Quiero que me acaricies.
El ahuecó la mano sobre su vulva unos segundos, y luego recorrió con un dedo su raja, por encima de la seda de las bragas. La tela estaba empapada. Se inclinó hacia delante y la besó en la boca, mientras seguía moviendo los dedos arriba y abajo. (TN) le acarició el lóbulo con la boca.
-¿Puedo chuparte, (TN)? -susurró él.
-Sí..., me encantaría.
Nicholas se agachó, lamiéndole todo el cuerpo en descenso. (TN) notó su lengua sobre sus bragas. Las lamió a todo lo largo varias veces, luego se detuvo unos instantes en la parte delantera, dándole suaves lengüetazos en el clítoris. El tejido húmedo se adhirió al cuerpo de (TN) al agitar él su cálida lengua.
-Por favor, quítame las bragas.
Nicholas se las quitó de un rápido movimiento y entonces su lengua encontró la carne desnuda de (TN), recreándose en aquel botóncillo sensible. (TN) estuvo a punto de saltar por la excitación. Nicholas continuó lamiéndola y succionándola, separándole los labios para llegar mejor a su clítoris.
-Oh, Nicholas. Ah, sí -gimoteó, al notar la primera oleada de placer que le recorría el cuerpo.
Nicholas se colocó las piernas de (TN) sobre los hombros, abriéndola más. Agitaba la lengua a una velocidad sorprendente y consiguió llevar a (TN) a un orgasmo intensísimo. (TN) se aferró a su cabeza, apretándola contra sí.
-Oh, Dios, Nicholas, sí, sí.
Nicholas continuó chupándola, lamiéndola y succionándola. (TN) sintió un estremecimiento en todo el cuerpo. Una vez dejó de gemir, Nicholas dejó de lamerla, le sonrió y se puso junto a ella.
-Sonaba como si te gustara.
(TN) sonrió de oreja a oreja.
-Me ha gustado mucho.
Le rodeó con la mano la polla y empezó a sacudírsela ligeramente arriba y abajo, utilizando sólo las yemas de los dedos.
-¿Te gusta?
-Sí.
(TN) lo tumbó en la cama y trepó sobre él.
-Ok, ahora me toca jugar a mí.
Le rodeó con las manos la verga, dura como una piedra, y la puso recta, en perpendicular al cuerpo. Se movía entre sus manos. Acarició con los labios la punta y golpeó suavemente con la lengua el diminuto agujerito central. Acarició el mástil con la yema de un solo dedo y luego empezó a hacer movimientos rotatorios alrededor de la punta. Nicholas tenía un pene magnífico, con la piel de un niño, una punta bulbosa en forma de champiñón y un asta (Las que no saben el asta es el palo donde se colocan las banderas) larga, muy larga, muy dura. (TN) ansiaba chupárselo y apretarlo en su boca, pero le había gustado el jueguecito iniciado por él. Nicholas le había dicho que dejara que fuera él quien hiciera todo el trabajo.
Volvió a lamerlo, y luego lo soltó y se tumbó en la cama. Nicholas la miró, con las cejas enarcadas. (TN) se encogió de hombros.
-Me has dicho que te dejara hacer a ti -le dijo, mirándole primero el pene y luego a la cara-. Vamos, ¿a qué esperas?
Nicholas sonrió y rodeó con su gran mano su miembro erecto. La punta, de color morado, sobresalía.
-¿Te refieres a esto? -preguntó, deslizando su mano hacia su cuerpo y luego de nuevo en sentido contrario.
(TN) asintió, mientras observaba atentamente cómo Nicholas se acariciaba pausada y delicadamente. Imaginaba notar su magnífico pene acariciándole las paredes vaginales mientras la penetraba. Le dolían los pezones de placer. Empezó a tocarse uno con un dedo. Nicholas se colocó de cara a ella, acelerando el ritmo de su mano, con los ojos vidriosos y la mirada fija en ella. (TN) le sonrió y empezó a acariciarse el otro pezón, tirando de ambos al mismo tiempo.
-(TN), me vuelves loco.
(TN) se deslizó la mano hacia abajo, acariciándose el vientre de camino a su vulva. Notó el flujo resbaladizo.
-Ah, cielo, yo... -consiguió articular Nicholas, antes de eyacular y salpicarle el pecho de semen.
(TN) se quedó sin aliento. No dejaba de manar semen caliente a ráfagas. Nicholas soltó una carcajada y se apoyó sobre el codo.
-Me has puesto supercaliente -dijo, restregando un dedo sobre los pegotes de líquido blanco y deslizándolo luego hacia abajo-. Esto debería haber ido aquí -indicó, presionándole con un dedo la entrada de la vagina.
(TN) gimió al notar cómo Nicholas deslizaba su dedo en el interior de ella y empezaba a moverlo en círculos.
-Sí, es un buen sitio.
Nicholas empezó a acariciarle el clítoris. Al sentirse húmeda, (TN) pensó que había llegado el momento de hacer otra petición.
-Humm, necesito algo de ti, pero no estoy segura de si estás listo.
Clavó la mirada en su pene, se lamió los labios y abrió más las piernas. La polla mustia de Nicholas pareció volver a la vida.
Nicholas le sonrió picaramente.
-Cariño, si tú estás lista, yo estoy listo.
-Quiero que vengas aquí. Quiero que me lamas y me chupes los pechos hasta que los pezones se me pongan tan duros que no pueda soportarlo.
-Como mandes, (TN).
Se colocó sobre ella y le succionó un pecho con tanta fuerza que (TN) tuvo que ahogar un grito.
-El otro también -comentó ella con voz trémula.
Nicholas sonrió y le lamió el otro pezón, succionándoselo lenta pero inmisericordemente. Al cabo de diez segundos, a (TN) parecía faltarle el aire. Nicholas le sonrió. Le centelleaban los ojos.
-¿Y ahora qué?
(TN) sonrió.
-Ahora quiero que me metas esa polla enorme hasta el fondo.
A Nicholas se le ensombreció la mirada por el deseo. Colocó la punta de su pene contra la húmeda entrada de la vagina de (TN) y se dejó caer lentamente.
-No, métemela con fuerza, y rápido.
-(TN), me encanta que me digas estas cosas.
Nicholas la embistió con fuerza, abriéndole toda la vagina de una sola estocada. (TN) gimió con fuerza. El se retiró, acariciándole con el glande las paredes vaginales, y luego volvió a embestirla. (TN) le enroscó las piernas alrededor del cuerpo, enlazándolas por los tobillos y atrayéndolo aún más dentro de ella.
Nicholas continuó penetrándola, mientras a (TN) se le aceleraba la respiración a medida que el placer aumentaba. Se sentía estremecer por dentro, presa de un torbellino de sensaciones indescriptibles.
-(TN), córrete para mí. Déjame que te oiga gemir de placer.
-Ah, sí, me corro -gimió ella al llegar al orgasmo.
A Nicholas se le contrajo el cuerpo y (TN) sintió un calor líquido inundarla por dentro. Nicholas continuó embistiéndola. (TN) le cogió del pene, y Nicholas deslizó los dedos entre ambos y empezó a acariciarle el clítoris. (TN) volvió a llegar al climax jadeando en su oído.
Nicholas continuó estimulándole el clítoris y penetrándola. Aquel orgasmo parecía no tener fin. Cuando por fin se desvaneció, (TN) abrazó a Nicholas con fuerza.
-Ha sido fabuloso -dijo acurrucándose contra su pecho, sintiéndose de repente muy cansada-. El mejor orgasmo que he tenido nunca -confesó, bostezando; le dio un beso en la base del cuello y, acariciándole el abdomen, añadió-: Me duermo. Buenas noches, Jerry. ()
Nicholas se la quedó mirando mientras dormía, sintiendo un intenso dolor en el pecho. El sexo había sido fantástico. Su estratagema para ayudarla a tranquilizarse había funcionado a las mil maravillas. (TN) se había abierto y al final había disfrutado hablando explícitamente de sexo. Lo había llevado al borde del orgasmo varias veces y entonces había parado, hasta que al final él había estallado en un orgasmo increíble.
Todo perfecto, salvo que se había olvidado de quién era. Lo había llamado Jerry. Sintió un malestar en el estómago. Ahora sabía cómo se había sentido su hermano, y no le gustaba lo más mínimo. De hecho, era un dolor casi insoportable.
Le acarició el cabello por detrás de las orejas. La quería tanto que le dolía todo el cuerpo. (TN) había accedido a pasar allí un mes con él para darse a sí misma la oportunidad de enamorarse del padre del niño que llevaba dentro, el hijo de Nicholas, pero ahora él se preguntaba si eso sería posible. ¿Pensaba (TN) que estaba haciendo el amor con su hermano?
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Uh Oh!!! :suspect: la rayiz metió la pata hasta el FONDO ¿Quien esta conmigo? ;)
Bubu ✌
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Si, creo que metio la pata la rayiz
Tontaa, flor de hombre tiene al lado y le dice "Jerry", "Jerry" ,
Esta loca!
Me encanto el cap. , SEGUILA!
Besos! :hi:
Tontaa, flor de hombre tiene al lado y le dice "Jerry", "Jerry" ,
Esta loca!
Me encanto el cap. , SEGUILA!
Besos! :hi:
Priscila•
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
aii dios esta rayitaa !
como va a hacer eso !!
pobre nick ....
le dijeron jerry ! u.u
buenisiimooo el cap
siiiiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
como va a hacer eso !!
pobre nick ....
le dijeron jerry ! u.u
buenisiimooo el cap
siiiiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Ciin :)
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Yo estoy contiigoo! -.- Pobre de mi Nick! le dijeron Jerry! haha pero bueno tu mujer siguelaa! :)) me encanta la amoo! y dejame te aclaro qee yooo noo tengo novelas de este tipo! xD jajaja tu me perviertees! jajaja OK NOT! :P SIGUELA!
#Alejandra
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
#JustInLove_[Ale] escribió:Yo estoy contiigoo! -.- Pobre de mi Nick! le dijeron Jerry! haha pero bueno tu mujer siguelaa! :)) me encanta la amoo! y dejame te aclaro qee yooo noo tengo novelas de este tipo! xD jajaja tu me perviertees! jajaja OK NOT! :P SIGUELA!
En serio alee.. Pervertida YO
pero si soy una santa :jeje: :fiu:
Estas levantándome falsos testimonios :risa: :risa: :risa: :risa:
Bubu ✌
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Capitulo 29
A la mañana siguiente, (TN) se despertó en la cama de Nicholas, sola, disfrutando aún de la sensación de haber hecho el amor la noche anterior. Apartó las sábanas y comprobó si Nicholas estaba en la ducha del baño anexo a la habitación, pero lo único que encontró fue una toalla húmeda colgada de un toallero eléctrico.
Cogió una toalla seca de los estantes que había junto al jacuzzi. Diez minutos después salió de la bañera goteando. Se secó el pelo con la toalla, se lo peinó y se enfundó en un mullido albornoz que encontró en un colgador que había junto a la ducha. Le quedaba ancho y las mangas largas, pero le bastó con remangárselo y atárselo con el cinturón. Le encantaba oler el aroma de Nicholas, rodeada por la calidez aquella prenda.
Al regresar a la habitación consultó la hora en despertador que había en la mesilla de noche. Era las ocho y cinco. Nicholas no salía para el trabajo hasta las ocho y cuarto. Quizá aún estuviera en la cocina, desayunando. Empezó a caminar por el pasillo, reprimiéndose para no echar a correr, con la esperanza de notar sus brazos rodeándola antes de que se marchara. Sam estaba tumbada en la alfombra junto a la ventana del salón, echada sobre un rayo de sol.
(TN) abrió la puerta de la cocina de un empujón y sonrió al ver a Nicholas sentado en un taburete junto a la encimera, sorbiendo su café y leyendo un informe. De repente, sintió un arrebato de timidez y nervios.
-Buenos días -lo saludó.
Nicholas levantó la mirada.
-Hola. La tetera está llena de agua caliente, si quieres prepararte una infusión. No sabía a qué hora ibas a levantarte, así que no te la he hecho.
-Ah, está bien -replicó ella, sintiendo una punzada de inquietud.
Nicholas no le había sonreído y se había dirigido a ella con tono educado pero distante. ¿Habría hecho algo malo? Se sentó en un taburete junto a él, convencida de que se estaba comportando como una paranoica, y apoyó su mano en el muslo de él, pues necesitaba tocarlo.
-¿Has dormido bien? -le preguntó tanteando el terreno.
-Sí -contestó Nicholas secamente, sin apartar la vista de los papeles.
A (TN) se le encogió el corazón. La estaba rechazando y no tenía ni idea de por qué.
-¿Nicholas?
-¿Humm? -preguntó él, sin alzar la vista.
A Nicholas le habría gustado irse antes de que (TN) se levantara, pero ahora no podía marcharse sin más. No le apetecía hablar con ella en aquel momento.
Todavía estaba demasiado dolido. Aún podía oír su dulce voz pronunciando aquel buenas noches, Jerry. Sintió un pálpito. Notar la mano de ella en su muslo era una tortura. No tenía intención de tirarle nada en cara. (TN) no lo había hecho para herirlo. De hecho, estaba convencido de que ni siquiera se había dado cuenta de su error.
-Nicholas, ¿qué pasa?
Nicholas la miró.
-Nada, nada -contestó, poniéndose en pie y apartándose de ella-. Tengo que irme a trabajar.
Notó la mirada de (TN) clavada en él mientras cogía su maletín y se dirigía a la puerta de la cocina. Algo lo forzó a devolverle la mirada antes de salir de casa. (TN) tenía los ojos llorosos. Maldita sea. Dejó el maletín en el suelo, se acercó a ella y la abrazó.
-Cariño, ¿qué ocurre?
-No..., no lo sé. Anoche... estábamos... -balbuceó (TN) entre sollozos, antes de romper a llorar moco tendido.
Nicholas no había querido disgustarla. De hecho, le hubiera gustado haberse ido antes de que ella percibiera que algo no iba bien. Sacó una servilleta de una caja que había en la encimera y se la tendió.
-Ten -le ofreció en tono cálido-. Suénate y resípira hondo.
(TN) hizo lo que le indicó y volvió a intentarlo.
-Anoche estábamos muy unidos y esta mañana... -volvió a romper en sollozos-... esta mañana ni siquiera quieres estar cerca de mí -espetó, antes arrancar a llorar de nuevo.
Nicholas la rodeó con los brazos y la estrechó, sintiéndose más que culpable.
-Lo siento, cielo. Estoy preocupado por algo -le explicó, besándola en la coronilla-. No quería hacerte sentir mal.
(TN) se sorbió la nariz como única respuesta. Nicholas la cogió por la barbilla y le levantó la cara. Le rompía el corazón ver sus grandes ojos azules llenos de lágrimas.
-Ya te lo he dicho, cariño. No pasa nada.
-¿Estás seguro?
La besó en la punta de la nariz.
-Segurísimo.
(TN) se enjugó las lágrimas.
-Lo siento, será cosa de las hormonas -comentó, subiéndose las solapas del albornoz, con una leve y temblorosa sonrisa en los labios-. Si continúo comportándome de esta manera, te vas a cansar de mí.
A Nicholas se le hinchó el corazón al pensar que (TN) llevaba dentro un hijo suyo. La estrechó con fuerza.
-Eso no pasará nunca, cielo. No hay nada en el mundo que puedas hacer para que deje de amarte.
Aunque ella no lo amara.
(TN) observó cómo Nicholas se alejaba en el coche. Se abrazó a sí misma, deleitándose en el placer de notar el albornoz de él cubriéndole el cuerpo y oler su fragancia.
Sin embargo, seguía un poco confusa por la conversación que acababan de mantener. Nicholas le había dicho que la amaba. Abrió el frigorífico, sacó el zumo de naranja y se sirvió un vaso. De hecho, ahora que lo recordaba, ya se lo había dicho antes, la noche antes de la cena de ensayo de la boda, pero no había pensado más en ello porque creía que era Jerry.
«Madre mía, Nicholas me ama.» ¿Cómo era posible? Si sólo hacía dos días que la conocía cuando se lo había dicho. ¿De verdad podía haberse enamorado de ella tan rápidamente? A Jerry le había costado ocho meses pronunciar aquellas palabras.
Observó dos arrendajos azules sumergiéndose en la pila para pájaros que había frente a la casa, arrojandose agua sobre el cuerpo, batiendo las alas y salpicándolo todo.
Sabía que Nicholas la había llevado allí para convencerla de que se casara con él, pero pensaba que sólo era porque llevaba a su hijo en su seno. Sin embargo, Nicholas acababa de decirle que la amaba. Todo era tan confuso. ¿Qué sabía ella del amor? ¿Qué sabían Jerry y Nicholas del amor? Jerry decía que la quería, pero, si era cierto, ¿por qué evitaba estar con ella?
Pasó el dedo por el vidrio de la ventana. Nicholas tambien afirmaba amarla y ella estaba empezando a enamorarse de él. Pero de repente, sin más, la apartaba de su lado. Le había dicho que estaba preocupada por algo, pero eso sonaba más propio de Jerry que del Nicholas que ella creía conocer. Sam entró en la cocina y se quedó mirando a (TN), que la cogió y la abrazó. Quizá sencillamente se había convencido de que la quería por el niño que llevaba en su interior y ahora empezaba a distanciarse también.
Tras compartir una cena tranquila esa noche, Nicholas la invitó a jugar con él a videojuegos en su «madriguera». Se había montado una estancia increíble, con dos ordenadores conectados en red, monitores de alta resolución y unidades CPU de última generación para probar los juegos. A (TN) le gustaban más los juegos de habilidades que los de rol, de modo que jugaron a un nuevo juego de golf on-line. Tras una partida de dieciocho hoyos, (TN) decidió dar por concluida la noche.
Habían pasado toda la víspera juntos, pero en mesas diferentes, sin que existiera prácticamente ninguna interacción real entre ellos. (TN) se metió en la cama sintiéndose sola. Había empezado a convencerse de que sentía algo auténtico por Nicholas, pero ahora creía que lo más probable es que viera en él lo que quería ver en Jerry.
Amaba a Jerry. Claro que tenían problemas que debían solventar, pero era su novio y nunca había dudado de los sentimientos de él hacia ella. Sólo cuando no estaban juntos... y lo cierto es que eso ocurría con bastante frecuencia. Si ahora estuviera allí... Aunque, pensándolo bien, no era él quien no estlaba, era ella.
Echó un vistazo al teléfono plateado que había en la mesilla de noche. Quizá Jerry no estuviera allí, pero esto no significaba que no pudiera hablar con él. Se sentó y ahuecó las dos almohadas, se las colocó detrás y se apoyó en ellas. Levantó el auricular y marcó el número de Jerry. Echó un vistazo al despertador. Eran las once y media. Era un poco tarde (Jerry probablemente se habría acostado una hora antes), pero esperaba no molestarlo. Dejó sonar el teléfono tres veces, cuatro.
-¿Diga?
Al oír la voz somnolienta de Jerry todo el desasosiego de (TN) se evaporó.
-Jerry. Soy...
-(TN) -remató él, con la voz más clara-. ¿Va todo bien?
-Sí, yo... -Hizo una pausa, sobrecogida por la emoción.
El tono de preocupación en su voz y la sensación de protección que Jerry le transmitía la hicieron sentirse segura y amada. Era una sensación maravillos una sensación que ella sabía que nacía de una relación profunda, construida a lo largo del tiempo, una relación de confianza y respeto mutuos. Y de amor.
-¿(TN)? ¿Sigues ahí?
(TN) cayó en la cuenta de que se había perdido, vagando en sus pensamientos.
-Sí..., sólo quería oír voz -dijo, soltando una lagrimilla.
-Cariño, ¿va todo bien?
-Te echo de menos, eso es todo.
-Cielo, yo también te echo de menos. Sabes que puedes regresar cuando quieras. No tienes por qué quedarte...
-No -dijo ella sacudiendo la cabeza, intentando convencerse a sí misma, tanto como a Jerry-. Prometí que le daría un mes a Nicholas.
-Pero si estás triste...
-No estoy triste... -lo interrumpió, sorbiéndose los mocos y traicionando sus palabras-. Son las hormonas. Nicholas se está portando de maravilla. Me ha hecho sentir como en casa. Es un encanto.
El silencio al otro lado del hilo la hizo arrepentirse de sus palabras.
-Quiero decir que... -ni siquiera sabía lo que quería decir.
-Sí.
Podía imaginarse la tensión en el rostro de Jerry y sus labios fruncidos. Debía de detestar la idea de que ella estuviera tan lejos, el no poder influir en su decisión. Seguro que se sentía impotente, y Jerry era un hombre acostumbrado a ejercer el control sobre su entorno.
-Pero, Jerry, te estoy llamando, a ti -lo reconfortó con una voz cálida-, porque te echo de menos.
-Sí -contestó él, esta vez con un tono que sonaba a sonrisa.
(TN) recordó esa sonrisa con añoranza, recordó besar esos labios finos y sensuales, recordó sentirlos contra los suyos mientras la tenía en sus brazos. Sus hormonas volvieron a activarse.
-¿Sabes qué? Estoy aquí sentada en la cama..., sola... -dijo, apagando la voz, a la espera de ver si él le recogía el guante.
-¿Sí? ¿Y qué llevas puesto?
«Nada.» Estuvo a punto de decirlo, pero le pareció un cliché demasiado manido. Se preguntó si a él le apetecería algo más picante.
-Llevo un sujetador que apenas me tapa nada y una falda por debajo del ombligo, como una bailarina del vientre.
-Hummm. Suena bien.
(TN) sonrió.
-Los pechos me desbordan la tela aterciopelada del sostén. Tú eres un jeque acaudalado y me has requerido en tu alcazaba hoy.
-¿Qué es eso? ¿El mercado de esclavas?
______________________________
Cap Hot en la próxima :twisted: :twisted:
A la mañana siguiente, (TN) se despertó en la cama de Nicholas, sola, disfrutando aún de la sensación de haber hecho el amor la noche anterior. Apartó las sábanas y comprobó si Nicholas estaba en la ducha del baño anexo a la habitación, pero lo único que encontró fue una toalla húmeda colgada de un toallero eléctrico.
Cogió una toalla seca de los estantes que había junto al jacuzzi. Diez minutos después salió de la bañera goteando. Se secó el pelo con la toalla, se lo peinó y se enfundó en un mullido albornoz que encontró en un colgador que había junto a la ducha. Le quedaba ancho y las mangas largas, pero le bastó con remangárselo y atárselo con el cinturón. Le encantaba oler el aroma de Nicholas, rodeada por la calidez aquella prenda.
Al regresar a la habitación consultó la hora en despertador que había en la mesilla de noche. Era las ocho y cinco. Nicholas no salía para el trabajo hasta las ocho y cuarto. Quizá aún estuviera en la cocina, desayunando. Empezó a caminar por el pasillo, reprimiéndose para no echar a correr, con la esperanza de notar sus brazos rodeándola antes de que se marchara. Sam estaba tumbada en la alfombra junto a la ventana del salón, echada sobre un rayo de sol.
(TN) abrió la puerta de la cocina de un empujón y sonrió al ver a Nicholas sentado en un taburete junto a la encimera, sorbiendo su café y leyendo un informe. De repente, sintió un arrebato de timidez y nervios.
-Buenos días -lo saludó.
Nicholas levantó la mirada.
-Hola. La tetera está llena de agua caliente, si quieres prepararte una infusión. No sabía a qué hora ibas a levantarte, así que no te la he hecho.
-Ah, está bien -replicó ella, sintiendo una punzada de inquietud.
Nicholas no le había sonreído y se había dirigido a ella con tono educado pero distante. ¿Habría hecho algo malo? Se sentó en un taburete junto a él, convencida de que se estaba comportando como una paranoica, y apoyó su mano en el muslo de él, pues necesitaba tocarlo.
-¿Has dormido bien? -le preguntó tanteando el terreno.
-Sí -contestó Nicholas secamente, sin apartar la vista de los papeles.
A (TN) se le encogió el corazón. La estaba rechazando y no tenía ni idea de por qué.
-¿Nicholas?
-¿Humm? -preguntó él, sin alzar la vista.
A Nicholas le habría gustado irse antes de que (TN) se levantara, pero ahora no podía marcharse sin más. No le apetecía hablar con ella en aquel momento.
Todavía estaba demasiado dolido. Aún podía oír su dulce voz pronunciando aquel buenas noches, Jerry. Sintió un pálpito. Notar la mano de ella en su muslo era una tortura. No tenía intención de tirarle nada en cara. (TN) no lo había hecho para herirlo. De hecho, estaba convencido de que ni siquiera se había dado cuenta de su error.
-Nicholas, ¿qué pasa?
Nicholas la miró.
-Nada, nada -contestó, poniéndose en pie y apartándose de ella-. Tengo que irme a trabajar.
Notó la mirada de (TN) clavada en él mientras cogía su maletín y se dirigía a la puerta de la cocina. Algo lo forzó a devolverle la mirada antes de salir de casa. (TN) tenía los ojos llorosos. Maldita sea. Dejó el maletín en el suelo, se acercó a ella y la abrazó.
-Cariño, ¿qué ocurre?
-No..., no lo sé. Anoche... estábamos... -balbuceó (TN) entre sollozos, antes de romper a llorar moco tendido.
Nicholas no había querido disgustarla. De hecho, le hubiera gustado haberse ido antes de que ella percibiera que algo no iba bien. Sacó una servilleta de una caja que había en la encimera y se la tendió.
-Ten -le ofreció en tono cálido-. Suénate y resípira hondo.
(TN) hizo lo que le indicó y volvió a intentarlo.
-Anoche estábamos muy unidos y esta mañana... -volvió a romper en sollozos-... esta mañana ni siquiera quieres estar cerca de mí -espetó, antes arrancar a llorar de nuevo.
Nicholas la rodeó con los brazos y la estrechó, sintiéndose más que culpable.
-Lo siento, cielo. Estoy preocupado por algo -le explicó, besándola en la coronilla-. No quería hacerte sentir mal.
(TN) se sorbió la nariz como única respuesta. Nicholas la cogió por la barbilla y le levantó la cara. Le rompía el corazón ver sus grandes ojos azules llenos de lágrimas.
-Ya te lo he dicho, cariño. No pasa nada.
-¿Estás seguro?
La besó en la punta de la nariz.
-Segurísimo.
(TN) se enjugó las lágrimas.
-Lo siento, será cosa de las hormonas -comentó, subiéndose las solapas del albornoz, con una leve y temblorosa sonrisa en los labios-. Si continúo comportándome de esta manera, te vas a cansar de mí.
A Nicholas se le hinchó el corazón al pensar que (TN) llevaba dentro un hijo suyo. La estrechó con fuerza.
-Eso no pasará nunca, cielo. No hay nada en el mundo que puedas hacer para que deje de amarte.
Aunque ella no lo amara.
(TN) observó cómo Nicholas se alejaba en el coche. Se abrazó a sí misma, deleitándose en el placer de notar el albornoz de él cubriéndole el cuerpo y oler su fragancia.
Sin embargo, seguía un poco confusa por la conversación que acababan de mantener. Nicholas le había dicho que la amaba. Abrió el frigorífico, sacó el zumo de naranja y se sirvió un vaso. De hecho, ahora que lo recordaba, ya se lo había dicho antes, la noche antes de la cena de ensayo de la boda, pero no había pensado más en ello porque creía que era Jerry.
«Madre mía, Nicholas me ama.» ¿Cómo era posible? Si sólo hacía dos días que la conocía cuando se lo había dicho. ¿De verdad podía haberse enamorado de ella tan rápidamente? A Jerry le había costado ocho meses pronunciar aquellas palabras.
Observó dos arrendajos azules sumergiéndose en la pila para pájaros que había frente a la casa, arrojandose agua sobre el cuerpo, batiendo las alas y salpicándolo todo.
Sabía que Nicholas la había llevado allí para convencerla de que se casara con él, pero pensaba que sólo era porque llevaba a su hijo en su seno. Sin embargo, Nicholas acababa de decirle que la amaba. Todo era tan confuso. ¿Qué sabía ella del amor? ¿Qué sabían Jerry y Nicholas del amor? Jerry decía que la quería, pero, si era cierto, ¿por qué evitaba estar con ella?
Pasó el dedo por el vidrio de la ventana. Nicholas tambien afirmaba amarla y ella estaba empezando a enamorarse de él. Pero de repente, sin más, la apartaba de su lado. Le había dicho que estaba preocupada por algo, pero eso sonaba más propio de Jerry que del Nicholas que ella creía conocer. Sam entró en la cocina y se quedó mirando a (TN), que la cogió y la abrazó. Quizá sencillamente se había convencido de que la quería por el niño que llevaba en su interior y ahora empezaba a distanciarse también.
Tras compartir una cena tranquila esa noche, Nicholas la invitó a jugar con él a videojuegos en su «madriguera». Se había montado una estancia increíble, con dos ordenadores conectados en red, monitores de alta resolución y unidades CPU de última generación para probar los juegos. A (TN) le gustaban más los juegos de habilidades que los de rol, de modo que jugaron a un nuevo juego de golf on-line. Tras una partida de dieciocho hoyos, (TN) decidió dar por concluida la noche.
Habían pasado toda la víspera juntos, pero en mesas diferentes, sin que existiera prácticamente ninguna interacción real entre ellos. (TN) se metió en la cama sintiéndose sola. Había empezado a convencerse de que sentía algo auténtico por Nicholas, pero ahora creía que lo más probable es que viera en él lo que quería ver en Jerry.
Amaba a Jerry. Claro que tenían problemas que debían solventar, pero era su novio y nunca había dudado de los sentimientos de él hacia ella. Sólo cuando no estaban juntos... y lo cierto es que eso ocurría con bastante frecuencia. Si ahora estuviera allí... Aunque, pensándolo bien, no era él quien no estlaba, era ella.
Echó un vistazo al teléfono plateado que había en la mesilla de noche. Quizá Jerry no estuviera allí, pero esto no significaba que no pudiera hablar con él. Se sentó y ahuecó las dos almohadas, se las colocó detrás y se apoyó en ellas. Levantó el auricular y marcó el número de Jerry. Echó un vistazo al despertador. Eran las once y media. Era un poco tarde (Jerry probablemente se habría acostado una hora antes), pero esperaba no molestarlo. Dejó sonar el teléfono tres veces, cuatro.
-¿Diga?
Al oír la voz somnolienta de Jerry todo el desasosiego de (TN) se evaporó.
-Jerry. Soy...
-(TN) -remató él, con la voz más clara-. ¿Va todo bien?
-Sí, yo... -Hizo una pausa, sobrecogida por la emoción.
El tono de preocupación en su voz y la sensación de protección que Jerry le transmitía la hicieron sentirse segura y amada. Era una sensación maravillos una sensación que ella sabía que nacía de una relación profunda, construida a lo largo del tiempo, una relación de confianza y respeto mutuos. Y de amor.
-¿(TN)? ¿Sigues ahí?
(TN) cayó en la cuenta de que se había perdido, vagando en sus pensamientos.
-Sí..., sólo quería oír voz -dijo, soltando una lagrimilla.
-Cariño, ¿va todo bien?
-Te echo de menos, eso es todo.
-Cielo, yo también te echo de menos. Sabes que puedes regresar cuando quieras. No tienes por qué quedarte...
-No -dijo ella sacudiendo la cabeza, intentando convencerse a sí misma, tanto como a Jerry-. Prometí que le daría un mes a Nicholas.
-Pero si estás triste...
-No estoy triste... -lo interrumpió, sorbiéndose los mocos y traicionando sus palabras-. Son las hormonas. Nicholas se está portando de maravilla. Me ha hecho sentir como en casa. Es un encanto.
El silencio al otro lado del hilo la hizo arrepentirse de sus palabras.
-Quiero decir que... -ni siquiera sabía lo que quería decir.
-Sí.
Podía imaginarse la tensión en el rostro de Jerry y sus labios fruncidos. Debía de detestar la idea de que ella estuviera tan lejos, el no poder influir en su decisión. Seguro que se sentía impotente, y Jerry era un hombre acostumbrado a ejercer el control sobre su entorno.
-Pero, Jerry, te estoy llamando, a ti -lo reconfortó con una voz cálida-, porque te echo de menos.
-Sí -contestó él, esta vez con un tono que sonaba a sonrisa.
(TN) recordó esa sonrisa con añoranza, recordó besar esos labios finos y sensuales, recordó sentirlos contra los suyos mientras la tenía en sus brazos. Sus hormonas volvieron a activarse.
-¿Sabes qué? Estoy aquí sentada en la cama..., sola... -dijo, apagando la voz, a la espera de ver si él le recogía el guante.
-¿Sí? ¿Y qué llevas puesto?
«Nada.» Estuvo a punto de decirlo, pero le pareció un cliché demasiado manido. Se preguntó si a él le apetecería algo más picante.
-Llevo un sujetador que apenas me tapa nada y una falda por debajo del ombligo, como una bailarina del vientre.
-Hummm. Suena bien.
(TN) sonrió.
-Los pechos me desbordan la tela aterciopelada del sostén. Tú eres un jeque acaudalado y me has requerido en tu alcazaba hoy.
-¿Qué es eso? ¿El mercado de esclavas?
______________________________
Cap Hot en la próxima :twisted: :twisted:
Bubu ✌
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Ahhh.. sigue, siguee... no lo dejes ahí!!! xDD
SandyJonas
Re: "●- Dos son Mejor que Uno -●" (NickJonas&Tú)
Pleaseeeee Seguila ! PLEASE ! Esta muy BUENA TU NOVE !
Seguilaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa Pleaseeeeeeeeeee ! :(
Seguilaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa Pleaseeeeeeeeeee ! :(
Priscila•
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