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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Where Did The Party Go?|N.C CANCELADA
O W N :: Novelas colectivas :: Novelas colectivas :: Novelas Colectivas :: Inscripciones / audiciones
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Re: Where Did The Party Go?|N.C CANCELADA
Ya estoy esperando tu ficha linda... :gochamp:carlota malik escribió:¡Hola! Me enamore de la introduccion,¡Es perfecta! Y creo que audicionare,pero aun no se por quien,es una dificil decision MMMmmmm....
Bueno mientras lo pensare.
Bye
Invitado
Invitado
Re: Where Did The Party Go?|N.C CANCELADA
Don't worry.. No hay problema. Cara Lover ♥Fernanda Aleman :* escribió:Gracias, me halagas, yo también amo a Cara♥ soy su fanseses! xd
Ammm espero quedar, gracias por aceptarme. Besos.xx
Invitado
Invitado
Re: Where Did The Party Go?|N.C CANCELADA
Mandy Thompson.
Amanda Louise García Thompson | 18 años | Liz Gillies | La ex novia.
nDescripción física:
Mandy siempre se ha caracterizado por su baja estatura de metro sesenta y cuatro la cual acompaña a su cuerpo campana que le ha causado más de una inseguridad en su adolescencia más lejana, hasta que decidió hacer lo que siempre quiso: adelgazar, y de una manera saludable. Nunca estuvo gorda, y ella no pensaba eso, pero quería que sus cuatro quilos de más desapareciesen para poder lucirse como quería. Des de ese día, los chicos empezaron a fijarse más en ella; en sus sencillas curvas, en sus pechos, y en sus preciosos ojos verdes azulados –que cambiaban de color dependiendo de la luz-. Pese a que nunca fue una chica de mucho trasero, éste era respingón, y se hacía notar lo poco que tenía.
La apariencia de esta chica finalizaba con unos labios pequeños pero gruesos, una sonrisa blanca acompañada de un hoyuelo en la mejilla derecha -que le aparecía al sonreír-, unas cejas medianamente delgadas y oscuras y una tez blanca más no pálida.
La apariencia de esta chica finalizaba con unos labios pequeños pero gruesos, una sonrisa blanca acompañada de un hoyuelo en la mejilla derecha -que le aparecía al sonreír-, unas cejas medianamente delgadas y oscuras y una tez blanca más no pálida.
nDescripción psicológica:
Amanda aparentar en un principio ser una chica fría y caerte mal a primera vista ya que nunca ha tenido muchos amigos ni los ha necesitado.
Siempre se ha mostrado segura de sí misma, paciente y reservada pero no es así: quiere aparentar no ser insegura pero sí lo es, su caparazón es mostrarse fría y no le gusta llorar delante de la gente. A veces estalla, como cualquiera, pero es difícil, y aparentemente algo insensible. Si te metes con ella, quizás sea paciente y aguante, pero si te pasas de la raya, puede pegarte un puñetazo y no sentir remordimientos por ello.
Es divertida y espabilada, no le gusta depender de nadie y nunca lo ha hecho, sabe defenderse sola y es inteligente, aunque no siempre lo demuestra.
Es una chica orgullosa. Sabe (al menos eso cree ella) pedir perdón, pero nunca lo ha necesitado, y, aunque piensa que tampoco se le daría mal, tiene miedo que ese perdón llegue algún día demasiado tarde.
Para hacerlo todo más rápido de ahora en adelante, allá voy: es una chica sarcástica e irónica, no se calla una, y su sinceridad le causa más de un problema aunque intenta buscar las palabras adecuadas para decirla; es algo rencorosa e intenta devolver lo que le hacen, le gusta pagar con la misma moneda. Intenta ayudar como puede a quien le importa de verdad, realmente es una chica muy cariñosa y cercana; hogareña y sensible.
Pese a no creer en el amor, y siempre decir «Prefiero quedarme soltera con siete perros que enamorarme una mísera vez», sueña con pasear de la mano con un chico, sentarse en el césped de un parque y besarse tiernamente como si no hubiese un mañana, y al llegar a casa, ver una película de miedo y finalmente acabar dormidos en el sofá con todas las palomitas encima.
Ha tenido solo una relación y no acabó bien. No se enamoró aquella vez y no lo hará ahora.
Es también, muy vaga (puede caer una bomba al lado de su cama que ni se enterará si está dormida; y odia madrugar) y algo infantil en algún gesto y en confianza, y aunque siempre dice que es una irresponsable, no es del todo así: también sabe comportarse y centrarse, aunque solo sean cinco minutos.
Dice que no es celosa, pero realmente cree que al ser insegura podría sentirse inferior, pero nunca le prohibiría a su novio salir con alguien, pero si le dice algo, sería por algo, no es ninguna paranoica.
Siempre se ha mostrado segura de sí misma, paciente y reservada pero no es así: quiere aparentar no ser insegura pero sí lo es, su caparazón es mostrarse fría y no le gusta llorar delante de la gente. A veces estalla, como cualquiera, pero es difícil, y aparentemente algo insensible. Si te metes con ella, quizás sea paciente y aguante, pero si te pasas de la raya, puede pegarte un puñetazo y no sentir remordimientos por ello.
Es divertida y espabilada, no le gusta depender de nadie y nunca lo ha hecho, sabe defenderse sola y es inteligente, aunque no siempre lo demuestra.
Es una chica orgullosa. Sabe (al menos eso cree ella) pedir perdón, pero nunca lo ha necesitado, y, aunque piensa que tampoco se le daría mal, tiene miedo que ese perdón llegue algún día demasiado tarde.
Para hacerlo todo más rápido de ahora en adelante, allá voy: es una chica sarcástica e irónica, no se calla una, y su sinceridad le causa más de un problema aunque intenta buscar las palabras adecuadas para decirla; es algo rencorosa e intenta devolver lo que le hacen, le gusta pagar con la misma moneda. Intenta ayudar como puede a quien le importa de verdad, realmente es una chica muy cariñosa y cercana; hogareña y sensible.
Pese a no creer en el amor, y siempre decir «Prefiero quedarme soltera con siete perros que enamorarme una mísera vez», sueña con pasear de la mano con un chico, sentarse en el césped de un parque y besarse tiernamente como si no hubiese un mañana, y al llegar a casa, ver una película de miedo y finalmente acabar dormidos en el sofá con todas las palomitas encima.
Ha tenido solo una relación y no acabó bien. No se enamoró aquella vez y no lo hará ahora.
Es también, muy vaga (puede caer una bomba al lado de su cama que ni se enterará si está dormida; y odia madrugar) y algo infantil en algún gesto y en confianza, y aunque siempre dice que es una irresponsable, no es del todo así: también sabe comportarse y centrarse, aunque solo sean cinco minutos.
Dice que no es celosa, pero realmente cree que al ser insegura podría sentirse inferior, pero nunca le prohibiría a su novio salir con alguien, pero si le dice algo, sería por algo, no es ninguna paranoica.
nHistoria:
Mandy nació un once de enero en Barcelona, España.
No tuvo una infancia fácil. Su padre maltrataba a su madre, la violaba y todo esto, delante de su hija e hijo mayor, James.
Amanda no recuerda la cara de su padre, ni la de su madre; solo tiene en la memoria como una figura autoritaria maltrataba a otra más débil hasta que consiguió la muerte de ésta.
Cuando su hermano fue mayor de edad, se hizo cargo de ella y des de ese momento viven juntos y, aunque Mandy ya tiene dieciocho, está a gusto con su hermano y viviendo con él.
Padeció bulimia pero solo duró un año ya que tuvo el apoyo de James y de quien fue su novio y era –sigue siendo- mejor amigo de su hermano, Harry.
Era un mujeriego, pero tenía corazón y la hizo sentirse linda, sexy, querida.
Solo duró doce meses y no se llegó a enamorar. No la engañó, lo cual agradece, pero no estaba preparada para una relación y también sabía que aunque no lo había hecho, podía engañarla en cualquier momento.
Ahora vive la vida al máximo. No tiene un solo problema ni inseguridad, tiene una gran relación con su hermano, nada de problemas con chicos y ni una sola preocupación.
Pero como siempre, la vida de sexo, drogas y alcohol, puede traer más de una mala consecuencia…
No tuvo una infancia fácil. Su padre maltrataba a su madre, la violaba y todo esto, delante de su hija e hijo mayor, James.
Amanda no recuerda la cara de su padre, ni la de su madre; solo tiene en la memoria como una figura autoritaria maltrataba a otra más débil hasta que consiguió la muerte de ésta.
Cuando su hermano fue mayor de edad, se hizo cargo de ella y des de ese momento viven juntos y, aunque Mandy ya tiene dieciocho, está a gusto con su hermano y viviendo con él.
Padeció bulimia pero solo duró un año ya que tuvo el apoyo de James y de quien fue su novio y era –sigue siendo- mejor amigo de su hermano, Harry.
Era un mujeriego, pero tenía corazón y la hizo sentirse linda, sexy, querida.
Solo duró doce meses y no se llegó a enamorar. No la engañó, lo cual agradece, pero no estaba preparada para una relación y también sabía que aunque no lo había hecho, podía engañarla en cualquier momento.
Ahora vive la vida al máximo. No tiene un solo problema ni inseguridad, tiene una gran relación con su hermano, nada de problemas con chicos y ni una sola preocupación.
Pero como siempre, la vida de sexo, drogas y alcohol, puede traer más de una mala consecuencia…
nCapitulo creado por ti:
─ ¡Adiós, señor McGire! – Exclamó Angie con una sonrisa mientras iba comiendo sus chuches de colores.
─ ¡Adiós, chica gominola!
Así la conocían en su barrio. Siempre que paseaba las mañanas de los días festivos, la acompañaba una pequeña bolsa rosa llena de pequeñas bolitas de gominolas de colores. Eran sus favoritas, y estaban llenas de droga, la cual era diferente dependiendo el color exterior de la chuche escogida.
Aparentemente podía parecer una niña bien y pija, tonta y distraída, aunque eso era a causa de los mágicos polvos. Por la noche era diferente.
Angie llegó al estudio que compartía con Jennifer, su compañera de hazañas. Des de que sus padres descubrieron lo que realmente hacía su preciosa hija, le ofrecieron cambiar o se marcharía de casa, y directamente eligió lo segundo.
─ ¿Conseguiste más ropa? – Preguntó la morena a su pelirroja amiga obteniendo una respuesta afirmativa de su parte. La ropa la cogían de los contenedores que había detrás de la Iglesia.
Llegadas las diez de la noche, Angie cambió sus ropas por otras más oscuras, los botines marrones por unos negros, y sus chuches por una botella de vodka rumbo a la mejor –y más lejana- discoteca de la ciudad donde la conocían como Angel, Angel White.
Se acabó la botella a mitad de camino, y a duras penas llegó a la disco donde el guardia la dejó pasar pese a no cumplir la edad permitida.
Entró y fue directa a la barra donde se puso a charlar con el camarero, Mark, quien la conocía des de corta edad.
Angel dejó de prestarle atención cuando un chico, muy diferente de los que por aquí vagaban, se acercó a la barra para pedir dos chupitos, vodka y una Coca-Cola. «Qué raro…» Pensó Angie.
Casi nunca nadie pedía nada que no fuese alcohol, cosa que también extrañó a Mark pero a ese chico no pareció importarle.
El desconocido hizo una especie de seña a sus amigos mientras él le daba un trago a la Coca-Cola que había pedido. Angie empezó a caminar para dirigirse a los servicios chocándose con él en el camino.
─ Perdón... – Dijo ella visiblemente borracha obteniendo una mirada aparentemente de desaprobación por parte del chico.
La chica siguió caminando hacía el servicio y él empezó a seguirla. Al salir, encontró al chico enfrente.
─ Hola, chico-cola, ¿me acompañas a por un poco de vodka? – Dijo ella casi sin sostenerse sola.
─ No, claro que no. Donde te acompañaré será a tu casa. ¿Te acuerdas de tu dirección? – Preguntó aunque ya se imaginaba la respuesta.
─ ¡Pff…! ¡Ni siquiera me acuerdo de mi nombre! Creo que empezaba por “A”. ¿O era por “N”?...
– Angel soltó una pequeña risa e hizo un amago de caerse pero él la agarró a tiempo. Con la chica apoyada en su hombro, se dirigió hacia la barra para haber si conseguía algo de información del camarero acerca de la chica.
─ Se llama Angel White, vive a dos manzanas de la iglesia del pueblo, enfrente de un estanco. – Le contestó. «Mierda, eso está bastante lejos.»
Le pidió el coche a su mejor amigo, Jordan y le dijo que era una conocida, lo cual le extrañó puesto que des de hace tres años no se relacionaba con gente que se alcoholizara demasiado. Cuando superó su problema se prometió a si mismo que nunca volvería a beber, y llevaba treinta y seis meses seco.
Angie se pasó todo el camino haciendo preguntas que él no contestaba, y mirando por la ventana contemplando las calles vacías. Al llegar, ayudó a Angie salir del coche.
─ No necesito ayuda, estoy borracha no paralítica. – Contestó seria aunque seguidamente se puso a reír.
Ella picó al timbre, y nadie abrió. El castaño observó como una chica pelirroja se asomaba pero no se acercaba a la puerta.
─ Mierda. Estará con Mike. – Dijo sentándose en el escalón e intentando encontrar una mejor posición. ─ Tendré que esperar aquí hasta que se vaya…
Era una auténtica desconocida pero tampoco iba a dejar que se quedase sola aguantando el frío de las heladas calles de esa ciudad inglesa.
─ Vamos, te vienes conmigo. – Le dijo no del todo convencido.
─ Pero ni siquiera sé tu nombre. – Habló Angie mirándole con los ojos entrecerrados.
─ ¿Para qué decírtelo si mañana no te acordarás? – Preguntó irónico pero ella seguía mirándole. ─ Liam, me llamo Liam. Ahora vamos a mi casa.
─ Aish… Si es que soy atractiva hasta borracha. – Exclamó ella y seguidamente cayó en los brazos de Morfeo.
─ ¡Adiós, chica gominola!
Así la conocían en su barrio. Siempre que paseaba las mañanas de los días festivos, la acompañaba una pequeña bolsa rosa llena de pequeñas bolitas de gominolas de colores. Eran sus favoritas, y estaban llenas de droga, la cual era diferente dependiendo el color exterior de la chuche escogida.
Aparentemente podía parecer una niña bien y pija, tonta y distraída, aunque eso era a causa de los mágicos polvos. Por la noche era diferente.
Angie llegó al estudio que compartía con Jennifer, su compañera de hazañas. Des de que sus padres descubrieron lo que realmente hacía su preciosa hija, le ofrecieron cambiar o se marcharía de casa, y directamente eligió lo segundo.
─ ¿Conseguiste más ropa? – Preguntó la morena a su pelirroja amiga obteniendo una respuesta afirmativa de su parte. La ropa la cogían de los contenedores que había detrás de la Iglesia.
Llegadas las diez de la noche, Angie cambió sus ropas por otras más oscuras, los botines marrones por unos negros, y sus chuches por una botella de vodka rumbo a la mejor –y más lejana- discoteca de la ciudad donde la conocían como Angel, Angel White.
Se acabó la botella a mitad de camino, y a duras penas llegó a la disco donde el guardia la dejó pasar pese a no cumplir la edad permitida.
Entró y fue directa a la barra donde se puso a charlar con el camarero, Mark, quien la conocía des de corta edad.
Angel dejó de prestarle atención cuando un chico, muy diferente de los que por aquí vagaban, se acercó a la barra para pedir dos chupitos, vodka y una Coca-Cola. «Qué raro…» Pensó Angie.
Casi nunca nadie pedía nada que no fuese alcohol, cosa que también extrañó a Mark pero a ese chico no pareció importarle.
El desconocido hizo una especie de seña a sus amigos mientras él le daba un trago a la Coca-Cola que había pedido. Angie empezó a caminar para dirigirse a los servicios chocándose con él en el camino.
─ Perdón... – Dijo ella visiblemente borracha obteniendo una mirada aparentemente de desaprobación por parte del chico.
La chica siguió caminando hacía el servicio y él empezó a seguirla. Al salir, encontró al chico enfrente.
─ Hola, chico-cola, ¿me acompañas a por un poco de vodka? – Dijo ella casi sin sostenerse sola.
─ No, claro que no. Donde te acompañaré será a tu casa. ¿Te acuerdas de tu dirección? – Preguntó aunque ya se imaginaba la respuesta.
─ ¡Pff…! ¡Ni siquiera me acuerdo de mi nombre! Creo que empezaba por “A”. ¿O era por “N”?...
– Angel soltó una pequeña risa e hizo un amago de caerse pero él la agarró a tiempo. Con la chica apoyada en su hombro, se dirigió hacia la barra para haber si conseguía algo de información del camarero acerca de la chica.
─ Se llama Angel White, vive a dos manzanas de la iglesia del pueblo, enfrente de un estanco. – Le contestó. «Mierda, eso está bastante lejos.»
Le pidió el coche a su mejor amigo, Jordan y le dijo que era una conocida, lo cual le extrañó puesto que des de hace tres años no se relacionaba con gente que se alcoholizara demasiado. Cuando superó su problema se prometió a si mismo que nunca volvería a beber, y llevaba treinta y seis meses seco.
Angie se pasó todo el camino haciendo preguntas que él no contestaba, y mirando por la ventana contemplando las calles vacías. Al llegar, ayudó a Angie salir del coche.
─ No necesito ayuda, estoy borracha no paralítica. – Contestó seria aunque seguidamente se puso a reír.
Ella picó al timbre, y nadie abrió. El castaño observó como una chica pelirroja se asomaba pero no se acercaba a la puerta.
─ Mierda. Estará con Mike. – Dijo sentándose en el escalón e intentando encontrar una mejor posición. ─ Tendré que esperar aquí hasta que se vaya…
Era una auténtica desconocida pero tampoco iba a dejar que se quedase sola aguantando el frío de las heladas calles de esa ciudad inglesa.
─ Vamos, te vienes conmigo. – Le dijo no del todo convencido.
─ Pero ni siquiera sé tu nombre. – Habló Angie mirándole con los ojos entrecerrados.
─ ¿Para qué decírtelo si mañana no te acordarás? – Preguntó irónico pero ella seguía mirándole. ─ Liam, me llamo Liam. Ahora vamos a mi casa.
─ Aish… Si es que soy atractiva hasta borracha. – Exclamó ella y seguidamente cayó en los brazos de Morfeo.
Spark.
Re: Where Did The Party Go?|N.C CANCELADA
Angel Of Darkness escribió: Mandy Thompson.Amanda Louise García Thompson | 18 años | Liz Gillies | La ex novia.nDescripción física:Mandy siempre se ha caracterizado por su baja estatura de metro sesenta y cuatro la cual acompaña a su cuerpo campana que le ha causado más de una inseguridad en su adolescencia más lejana, hasta que decidió hacer lo que siempre quiso: adelgazar, y de una manera saludable. Nunca estuvo gorda, y ella no pensaba eso, pero quería que sus cuatro quilos de más desapareciesen para poder lucirse como quería. Des de ese día, los chicos empezaron a fijarse más en ella; en sus sencillas curvas, en sus pechos, y en sus preciosos ojos verdes azulados –que cambiaban de color dependiendo de la luz-. Pese a que nunca fue una chica de mucho trasero, éste era respingón, y se hacía notar lo poco que tenía.
La apariencia de esta chica finalizaba con unos labios pequeños pero gruesos, una sonrisa blanca acompañada de un hoyuelo en la mejilla derecha -que le aparecía al sonreír-, unas cejas medianamente delgadas y oscuras y una tez blanca más no pálida.nDescripción psicológica:Amanda aparentar en un principio ser una chica fría y caerte mal a primera vista ya que nunca ha tenido muchos amigos ni los ha necesitado.
Siempre se ha mostrado segura de sí misma, paciente y reservada pero no es así: quiere aparentar no ser insegura pero sí lo es, su caparazón es mostrarse fría y no le gusta llorar delante de la gente. A veces estalla, como cualquiera, pero es difícil, y aparentemente algo insensible. Si te metes con ella, quizás sea paciente y aguante, pero si te pasas de la raya, puede pegarte un puñetazo y no sentir remordimientos por ello.
Es divertida y espabilada, no le gusta depender de nadie y nunca lo ha hecho, sabe defenderse sola y es inteligente, aunque no siempre lo demuestra.
Es una chica orgullosa. Sabe (al menos eso cree ella) pedir perdón, pero nunca lo ha necesitado, y, aunque piensa que tampoco se le daría mal, tiene miedo que ese perdón llegue algún día demasiado tarde.
Para hacerlo todo más rápido de ahora en adelante, allá voy: es una chica sarcástica e irónica, no se calla una, y su sinceridad le causa más de un problema aunque intenta buscar las palabras adecuadas para decirla; es algo rencorosa e intenta devolver lo que le hacen, le gusta pagar con la misma moneda. Intenta ayudar como puede a quien le importa de verdad, realmente es una chica muy cariñosa y cercana; hogareña y sensible.
Pese a no creer en el amor, y siempre decir «Prefiero quedarme soltera con siete perros que enamorarme una mísera vez», sueña con pasear de la mano con un chico, sentarse en el césped de un parque y besarse tiernamente como si no hubiese un mañana, y al llegar a casa, ver una película de miedo y finalmente acabar dormidos en el sofá con todas las palomitas encima.
Ha tenido solo una relación y no acabó bien. No se enamoró aquella vez y no lo hará ahora.
Es también, muy vaga (puede caer una bomba al lado de su cama que ni se enterará si está dormida; y odia madrugar) y algo infantil en algún gesto y en confianza, y aunque siempre dice que es una irresponsable, no es del todo así: también sabe comportarse y centrarse, aunque solo sean cinco minutos.
Dice que no es celosa, pero realmente cree que al ser insegura podría sentirse inferior, pero nunca le prohibiría a su novio salir con alguien, pero si le dice algo, sería por algo, no es ninguna paranoica.nHistoria:Mandy nació un once de enero en Barcelona, España.
No tuvo una infancia fácil. Su padre maltrataba a su madre, la violaba y todo esto, delante de su hija e hijo mayor, James.
Amanda no recuerda la cara de su padre, ni la de su madre; solo tiene en la memoria como una figura autoritaria maltrataba a otra más débil hasta que consiguió la muerte de ésta.
Cuando su hermano fue mayor de edad, se hizo cargo de ella y des de ese momento viven juntos y, aunque Mandy ya tiene dieciocho, está a gusto con su hermano y viviendo con él.
Padeció bulimia pero solo duró un año ya que tuvo el apoyo de James y de quien fue su novio y era –sigue siendo- mejor amigo de su hermano, Harry.
Era un mujeriego, pero tenía corazón y la hizo sentirse linda, sexy, querida.
Solo duró doce meses y no se llegó a enamorar. No la engañó, lo cual agradece, pero no estaba preparada para una relación y también sabía que aunque no lo había hecho, podía engañarla en cualquier momento.
Ahora vive la vida al máximo. No tiene un solo problema ni inseguridad, tiene una gran relación con su hermano, nada de problemas con chicos y ni una sola preocupación.
Pero como siempre, la vida de sexo, drogas y alcohol, puede traer más de una mala consecuencia…nCapitulo creado por ti:─ ¡Adiós, señor McGire! – Exclamó Angie con una sonrisa mientras iba comiendo sus chuches de colores.
─ ¡Adiós, chica gominola!
Así la conocían en su barrio. Siempre que paseaba las mañanas de los días festivos, la acompañaba una pequeña bolsa rosa llena de pequeñas bolitas de gominolas de colores. Eran sus favoritas, y estaban llenas de droga, la cual era diferente dependiendo el color exterior de la chuche escogida.
Aparentemente podía parecer una niña bien y pija, tonta y distraída, aunque eso era a causa de los mágicos polvos. Por la noche era diferente.
Angie llegó al estudio que compartía con Jennifer, su compañera de hazañas. Des de que sus padres descubrieron lo que realmente hacía su preciosa hija, le ofrecieron cambiar o se marcharía de casa, y directamente eligió lo segundo.
─ ¿Conseguiste más ropa? – Preguntó la morena a su pelirroja amiga obteniendo una respuesta afirmativa de su parte. La ropa la cogían de los contenedores que había detrás de la Iglesia.
Llegadas las diez de la noche, Angie cambió sus ropas por otras más oscuras, los botines marrones por unos negros, y sus chuches por una botella de vodka rumbo a la mejor –y más lejana- discoteca de la ciudad donde la conocían como Angel, Angel White.
Se acabó la botella a mitad de camino, y a duras penas llegó a la disco donde el guardia la dejó pasar pese a no cumplir la edad permitida.
Entró y fue directa a la barra donde se puso a charlar con el camarero, Mark, quien la conocía des de corta edad.
Angel dejó de prestarle atención cuando un chico, muy diferente de los que por aquí vagaban, se acercó a la barra para pedir dos chupitos, vodka y una Coca-Cola. «Qué raro…» Pensó Angie.
Casi nunca nadie pedía nada que no fuese alcohol, cosa que también extrañó a Mark pero a ese chico no pareció importarle.
El desconocido hizo una especie de seña a sus amigos mientras él le daba un trago a la Coca-Cola que había pedido. Angie empezó a caminar para dirigirse a los servicios chocándose con él en el camino.
─ Perdón... – Dijo ella visiblemente borracha obteniendo una mirada aparentemente de desaprobación por parte del chico.
La chica siguió caminando hacía el servicio y él empezó a seguirla. Al salir, encontró al chico enfrente.
─ Hola, chico-cola, ¿me acompañas a por un poco de vodka? – Dijo ella casi sin sostenerse sola.
─ No, claro que no. Donde te acompañaré será a tu casa. ¿Te acuerdas de tu dirección? – Preguntó aunque ya se imaginaba la respuesta.
─ ¡Pff…! ¡Ni siquiera me acuerdo de mi nombre! Creo que empezaba por “A”. ¿O era por “N”?...
– Angel soltó una pequeña risa e hizo un amago de caerse pero él la agarró a tiempo. Con la chica apoyada en su hombro, se dirigió hacia la barra para haber si conseguía algo de información del camarero acerca de la chica.
─ Se llama Angel White, vive a dos manzanas de la iglesia del pueblo, enfrente de un estanco. – Le contestó. «Mierda, eso está bastante lejos.»
Le pidió el coche a su mejor amigo, Jordan y le dijo que era una conocida, lo cual le extrañó puesto que des de hace tres años no se relacionaba con gente que se alcoholizara demasiado. Cuando superó su problema se prometió a si mismo que nunca volvería a beber, y llevaba treinta y seis meses seco.
Angie se pasó todo el camino haciendo preguntas que él no contestaba, y mirando por la ventana contemplando las calles vacías. Al llegar, ayudó a Angie salir del coche.
─ No necesito ayuda, estoy borracha no paralítica. – Contestó seria aunque seguidamente se puso a reír.
Ella picó al timbre, y nadie abrió. El castaño observó como una chica pelirroja se asomaba pero no se acercaba a la puerta.
─ Mierda. Estará con Mike. – Dijo sentándose en el escalón e intentando encontrar una mejor posición. ─ Tendré que esperar aquí hasta que se vaya…
Era una auténtica desconocida pero tampoco iba a dejar que se quedase sola aguantando el frío de las heladas calles de esa ciudad inglesa.
─ Vamos, te vienes conmigo. – Le dijo no del todo convencido.
─ Pero ni siquiera sé tu nombre. – Habló Angie mirándole con los ojos entrecerrados.
─ ¿Para qué decírtelo si mañana no te acordarás? – Preguntó irónico pero ella seguía mirándole. ─ Liam, me llamo Liam. Ahora vamos a mi casa.
─ Aish… Si es que soy atractiva hasta borracha. – Exclamó ella y seguidamente cayó en los brazos de Morfeo.
Ficha Aceptada
Me quede sin palabras. Tu ficha quedo hermosa y me gusta mucho tu narracion. Estas participando.
Invitado
Invitado
Re: Where Did The Party Go?|N.C CANCELADA
¡Muchas gracias!NoxInvictus. escribió:Ficha AceptadaMe quede sin palabras. Tu ficha quedo hermosa y me gusta mucho tu narracion. Estas participando.
Esperaré los resultados.
Spark.
Re: Where Did The Party Go?|N.C CANCELADA
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Charlotte Mcfly
Charlotte Broken Maclfy| 17|Cintia Dicker|La chica con derechos a el
nDescripción física:En el aspecto, como en tantas otras cosas, es la viva imagen de su padre. Charlotte es el tipo de mujer que llama la atención, su complexión delgada le otorga una sensación de fragilidad que no concuerda en absoluto con la realidad. Su piel se presenta moteada por las pecas, como la de la mayoría de su familia.
De su cabeza surge una cascada de pelo rojizo, como no podía ser de otra manera, unas veces ondulado y otras liso pero que rara vez encontrarás recogido, ya que es uno de sus mayores orgullos. Salvo en la forma de su cuerpo, que es bastante similar a la de su madre cuando tenía su edad, es básicamente igual que su padre. Incluso sus ojos, a medio camino entre gris y azul, son una copia de los de su padre.
Tiene una nariz respingona sobre los labios gruesos en forma de corazón, en lo alto de una barbilla siempre alzada, que dejan relucir unos perfectos dientes blancos. Lejos de ser plana en cualquier sentido, posee una notable figura curvilínea que no pasa desapercibida.
nDescripción psicológica:Básicamente, Charlotte está como una cabra, del nivel en el que debería contribuir con la medicina donando su cuerpo para su estudio. Sus padres siempre se han llevado de maravilla con ella,aunque mas de una vez se han enfadado por sus notas.Es despreocupada y algo rebelde. A pesar de toda esa rebeldia no es más que una parte de ella, pues puede ser la persona más seria con la que te puedas cruzar.
Descarada y divertida, esos dos adjetivos se acercan a lo que puedes percibir de ella. Por lo general no le importa ser políticamente correcta o no, lo políticamente correcto no es gracioso. Es sarcástica como la que más y tiene conectado el cerebro con la boca de la peor manera posible, primero suelta la primera burrada que se le pase por la cabeza, siendo a posteriori cuando el cerebro recibe la información que ya ha dicho... Y lo peor es que ambos están de acuerdo.
Sin embargo, no hay que olvidar su fuerte carácter que ni siquiera sus padres o amigos pueden domar. Si alguien querido se encuentra en peligro o se meten con aquello que le importa no se quedará de brazos cruzados, saltará de manera instantánea, destruirá la amenaza sin el menor miramiento y volverá a bromear como si nada hubiera pasado. Es una leona, defenderá lo que le importa hasta el último aliento.Nunca la veras llorando,nunca ira corriendo a abrazarte para que la consueles.Ella prefiere guardarse sus problemas para si.Es algo rebelde y mas de una vez se a llevado una bronca por sus locuras.Suele dar buenos consejos.Y siempre esta con una sonrisa en su rostro intentando hacerte reir.
nHistoria:
Ella nacio una noche fria y lluviosa,en la que parecia que el cielo estaba mas nervioso por la llegada de la pequeña,que la propia madre.A las 1 de la madrugada,Charlotte ya estaba en los brazos de su madre descansando,despues de un duro nacimiento.Su padre,un divertido informatico,se pasaba las tardes junto a Charlotte jugando con ella o enseñandola nuevas cosas.Cuando ella tenia 10 años,conocio a Kevin,era una calurosa tarde en el parque de la plaza.El pego a unos niños que le quitaron a Charlotte su muñeca favorita y cuando este se la devolvio ella,le dio un puñetazo creyendo que el,se la habia quitado.Desde entonces son inseparables.Cuando ella cumplio los 14 años,decidio junto a su mejor amigo,Kevin,emborracharse en un lejano y solitario parque.Ellos dos acabaron volviendo a casa a las 2 de la mañana,oliendo a alcohol.Y como no,sus padres se enfadaron bastante con ellos dos.Aunque Charlotte no lo acabo comprendiendo,¿Eran jovenes? ¿Porque no podian vivir la vida?.Desde entonces,la amistad de Charlotte y Kevin fue inseparable,no podian estar sin verse.Hasta,que una noche en un concierto de rock,Kevin se enrollo con Charlotte.Y el titulo de ''mejores amigos'' acabo siendo el de,''amigos con derechos''.
nPareja: Francisco Lachowski / Kevin Hills
nCapitulo creado por ti:
- Latidos:
Respiré hondo y miré hacia el frente donde dos pares de ojos azules me sonreían. Helen me caía bastante bien, no tenía la capacidad para herir de la que gozaba todo el mundo, sus palabras eran amables y sus acciones bondadosas, tanto así que cuando llegué y le enseñé el papel que le informó que soy la nueva, me sonrió.- Cielo, siento mucho lo de tu tobillo – me dijo con cara afligida, como si lo sintiese de verdad – pero ahora estás aquí, y vas a comenzar un nuevo curso.
Mi maldito tobillo había sido la causa de que no pudiera empezar el curso el primer día, me había hecho un esguince en la playa con Ary. Hacía dos semanas que el curso había empezado y esperaba encajar bien entre mis nuevos compañeros. El perfume de Helen me acompañó mientras subíamos las escaleras y me recordaba que no tenía de qué preocuparme.- Esta es la clase de ciencias y matemáticas avanzadas – anunció con una sonrisa taimada.
Asentí incapaz de decir ni una palabra cuando ella tocó a la puerta y un murmullo de voces se abrió paso hasta mí. Un carraspeo sonó por encima de todos ellos.- Chicos, calmaos, ya se que os encanta mi clase y cuando se interrumpe os enfadáis, pero no le echéis la culpa a la pobre Helen que solo hace su trabajo – repuso con una ironía envidiable.
- Xavier, siento interrumpir pero ha venido una alumna que estaba matriculada pero por culpa de una lesión no ha podido asistir hasta ahora – lo dijo en voz alta para toda la clase – tratadla bien, es un encanto. Pasa Ivory.
Dí dos pasos y entré en la clase abarrotada de adolescentes, me fijé en la pizarra que tenía un montón de ecuaciones sin resolver y casi sonrío, matemáticas era con diferencia la clase que más me gustaba. Suspiré con vehemencia como si el aire no me entrara bien en los pulmones. Mi mirada repasó los sitios de la primera fila pero, por desgracia, todos estaban cogidos. Había tres chicos que me llamaron la atención, dos de ellos hablaban entre susurros y se reían pero el tercero estaba tirado sobre la mesa con la cabeza hundida en las mangas de la sudadera gris y ancha que llevaba, de pronto levantó la cabeza y sus ojos se fundieron con los míos, eran grandes, castaños y su pelo era oscuro y rizado. Después de aguantarle la mirada volvió a dejarse caer en el pupitre.
Eidan Heis, mi infierno personal. Lo conocí dos días después; en física. Cuando hice todos los ejercicios perfectos y el me gruñó.- Vaya, no me digas que tú eras el listillo de clase, el bueno en mates y física – me burlé.
- Y química – repuso molesto.
- También te superaré en esa.
Todos los días nos reíamos el uno del otro, fue muy gracioso cuando Dave, uno de sus amigos se comenzó a llevar muy bien conmigo y, prácticamente, me obligaba a sentarme con ellos en el comedor.
Un día cuando estábamos comiendo Dave soltó una carcajada mientras miraba a Eidan.- La vas a desgastar de tanto mirarla – le dijo dándole un codazo.
- ¿De qué hablas, Dave? - le espetó Eidan malhumorado.
- Sé que Ivory es guapa pero, basta de comértela con los ojos.
Eidan se giró y le lanzó una mirada fulminante y le dio un manotazo en la cabeza mientras Dave reía.- Vaya, Eidan ¿atracción por los enemigos? - intervine con sorna.
- No te imaginas cuanta – soltó Álex, su otro amigo.
Eidan siguió comiendo, ignorándonos deliberadamente. Pero no lo negó y un incómodo nudo se me formó en el estómago. Eidan se había acostado con mitad de las chicas del instituto si yo le gustaba se iba a llevar una desilusión, no soy como las demás de eso podía estar seguro.
Mi negación a que me gustara Eidan cambió, con el tiempo cambió. Eidan era frío por fuera, una coraza gruesa lo cubría, tenía un sentido de la ironía bien afilado pero por dentro, cuando realmente te disponías a conocerlo y aguantabas todos sus insultos y sus ganas de hacerte daño, si aguantabas todo eso, llegabas a conocerlo. Y te dabas cuenta de que era una persona increíble, con una sonrisa maravillosa. Cuando nos dimos nuestro primer beso él estaba nervioso y ruborizado aunque intentaba aparentar que le traía indiferente. Eidan era de las pocas personas que me habían llegado tan hondo, directo al corazón.
Sucedió una mañana lluviosa. Decidimos salir del instituto e ir a desayunar ya que teníamos una hora libre. Nos reíamos mientras corríamos hacia su coche.- Vaya, lluvia – se quejó pasándose las manos por sus rizos húmedos y cerrando la puerta. - ponte el cinturón.
- Sí, papá – me burlé.
Eidan rió mientras me sostenía la mano y se la llevaba a los labios para besarme los dedos fríos.
Arrancó.
Condujo por las calles y deliberamos sobre dónde iríamos a desayunar entre risas y quejas.
No debería haberle besado en ese momento. Supongo que lo desconcentré.
Eidan gritó cuando las ruedas se deslizaron por el asfalto y otro coche iba directo hacia nosotros. Yo solo escuchaba los latidos de mi corazón amplificados:
Latido.
El coche volcó y los cristales se hicieron añicos y se me clavaron en la piel.
Latido.
Los gritos eran ensordecedores.
Latido.
Eidan se movía, estaba vivo.
Último latido.
Cerré los ojos.- Cielo, siento mucho lo de tu tobillo – me dijo con cara afligida, como si lo sintiese de verdad – pero ahora estás aquí, y vas a comenzar un nuevo curso.
- Un fino cristal:
¡Problemas de agresividad! Yo no tengo un maldito problema y menos con la maldita agresividad ¡maldito psicólogo del demonio! Solté un bufido cuando crucé las puertas de cristal de la clínica a la que mi padre me había pagado por ir. Me había pagado cincuenta dolares para que fuera a un psicólogo especializado en no sé que mierda, y le contara mis últimas peleas (cada vez más constantes) y esperara un resultado. Una hora, tenía que pasar una hora con ese hombre calvo y de mirada afable que me miraba como un experimento... ¿Sobra decir que no aguanté la hora completa? Respiré hondo y traté de calmarme pero cada vez se me hacía más difícil.
El tipo me dijo que para calmarme pensara en algo que me hiciese feliz, como dato curioso el me dijo que pensaba en una tarta de manzana, y al parecer de pensarlas pasaba a comérselas porque le sobraban unos kilos. ¿Y en qué iba a pensar yo? No tenía cosas que me hicieran feliz... ¿Las mates? ¿la música? Me enfundé las manos en los bolsillos y suspiré, no iba a volver a ver a ese tipo jamás. Apreté la mandíbula cuando advertí que ya se estaba haciendo de noche y me encaminé hacia mi casa que estaría vacía, como siempre. Mi padre trabajaría hasta la madrugada, como siempre.
Mi cuerpo estaba tenso, con ganas de descargarme de alguna manera, el sexo era una buena opción pero no quería ver a Tracy en ese momento, no aguantaría su voz insufrible justo ahora. Al pasar por la calle que daba al cruce comercial unos tipos chocaron conmigo haciéndome perder el equilibrio, me caí de espaldas al suelo y escuché sus risas burlonas... Iba a machacarlos. Me levanté de un salto y corrí a por uno de los tres y lo tiré a puñetazos, los otros dos gritaron y vinieron a por mí, uno me dio un codazo en el labio pero se llevó una buena paliza, al igual que el otro sobrante. Resoplé agotado cuando el último chico cayó al suelo.
Cada vez que peleaba mi mente desconectaba y me hacía olvidar todo por completo, mi casa vacía, la ausencia de mi madre, el psicólogo... ¿Quién tiene problemas de agresividad?
Tosí cuando me dejé caer sobre el pupitre del aula de matemáticas y cerré los ojos. Me acaba de despedir de Álex, mi mejor amigo y de Dave su medio novio y me encontraba más cansado que de costumbre. De pronto sentí su aroma tan particular a vainilla y abrí los ojos de golpe, Ivory Duarte entraba por la puerta del aula con los libros en la mano, esa chica... Era un genio en mates, mi materia favorita, siempre sacaba una décima más en los exámenes que yo y eso me sacaba de quicio ya que siempre se burlaba de mi por ello. No pude evitar fijarme en su pelo negro como una aureola a su alrededor y sus ojos grises sonriéndome.- Valla, chico malo – dijo con sorna - ¿Has vuelto a pelarte?
- ¿Te importa? - le espeté.
- No deberías dejar que te golpeen en la cabeza, así nunca sacarás más nota que yo.
Me incorporé de golpe y la fulminé con la mirada, odiaba\adoraba esa sonrisa de suficiencia, Ivory era la única persona que me hacía sentir como cuando peleaba, desconectado de todo. Su mirada recorrió mi labio partido y la cicatriz que me surcaba la mejilla izquierda con un sentimiento que no supe descifrar. Ella era como un bálsamo para mí, pero como bálsamo que era estaba prohibida, nunca se plantearía estar con un chico con ``problemas de agresividad´´ aunque tampoco es que yo quiera estar con ella para siempre, con una noche o con dos me conformaría, me fijé en su piel marfileña y en sus labios carnosos, vale, quizás tres.
Cuando la profesora marcó los ejercicios nos desafiamos con la mirada a ver quién los terminaba primero, justo los dos a la vez.- Seguro que no los tienes bien – me burlé.
- Es a ti a quién han atizado en la cabeza, no a mí – me sacó la lengua y antes de darse la vuelta para salir a la pizarra me rozó mis nudillos bañados en sangre seca con sus dedos y se me erizó el vello de los brazos.
Esa chica era tan obstinada, fría y creída que me recordaba a mí, y creo que por eso la odiaba con locura. Pero había una parte, una pequeña parte que era lo opuesto a mí y era su sonrisa radiante y sus ganas de vivir y de cambiar el mundo, eso me hacía recordar que había un motivo por el cual seguía allí.- Hasta mañana, Eidan – me dijo Ivory cuando salíamos de clase – Por cierto el ejercicio dos te salió mal, no te tendría que haber dado treinta y dos.
Suspiré, pero a pesar de ello sonreí, solo ella era así, solo ella conseguía que tuviera ganas de matarla y besarla al mismo tiempo. Era como una droga y la abstinencia a la vez. Me volvía loco.
Salí del instituto con una sonrisa en los labios, varias chicas susurraron cuando pasé por delante, supuestamente era un dios en la cama y una auténtica maravilla... Desde que me había acostado con Tracy y sus dos amigas esos rumores corrían por todas partes. No es que me molestaran pero preferiría que no hablaran de mí y punto.
No quería volver a casa, solo de recordar todas las luces apagas y el tener que comer viendo la cara de mi padre me revolvían el estómago, suspiré y comí en el establecimiento de comida rápida más cercano, paseé por las calles e incluso paré en la biblioteca para hacer los deberes de Trigonometría, y cuando salí ya era de noche. Una noche oscura pero iluminada por la luna llena que reinaba en el cielo. Caminé por las calles con la cabeza aún llena de formulas cuando la oí, escuché su dulce y firme voz. Ivory.
Seguí su sonido para comprobar que hacía en la calle tan tarde pero me detuve en seco, habían dos chicos con ella pero no precisamente de buen humor.- ¡Te he dicho que me dejes tranquila! - le soltó ella zafándose de su mano.
- Solo quiero conocernos mejor – el chico rió y volvió a alzar su mano hacia ella.
Corrí hasta allí, y le aferré la muñeca antes de que la tocara. No quería que Ivory me viera así, de mal humor, a punto de matar a una persona porque si la hubieran tocado los mataría de verdad. Traté de pensar en ella, en mi bálsamo pero luego esa imagen se esfumó dejando paso a las atrocidades que pensaban hacerle esos tíos y me enfurecí.
``calmate´´ pensé. Pero no pude y... Desconecté.
Mi mente ya no era mía, solo lo era mi cuerpo.
Eidan.
Las palabras no me afectaban, no eran para mí mientras el tipo se retorcía bajo mi peso.
para, Eidan, para.
YO
No podía parar.
NUNCA.
No quería parar.
QUISE.
Le habrían hecho daño.
ESTO.
El chico ya no se movía, su sangre me salpicaba la camiseta y los ojos de Ivory estaban vidriosos por las lágrimas. Quería abrazarla pero de pronto me di cuenta del coche de policía que estaba parado frente a la calle, el otro chico la había llamado. El policía me sujeto las manos y me las esposó a la espalda, me guió hasta el coche con Ivory pisándome los talones. La puerta se cerró y ella apoyó sus manos en el cristal, me daba las gracias una y otra vez con las lágrimas recorriéndole las mejillas, me acerqué a la ventana y nos besamos, solo nos separa un fino cristal pero sentía sus labios contra los míos.
Se apartó de la ventana.
El coche arrancó.
La vi mientras me alejaba.
Dios, cuanto la amaba.- Valla, chico malo – dijo con sorna - ¿Has vuelto a pelarte?
- Mi senual chico:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
__________________________________________________
Bueno aqui esta mi ficha por fin,espero que te sirva y si necesitas algo,solo dimelo.
He puesto dos relatos cortos echos por mi,ya que no me decidia por cual de los dos poner.
No me gusta como e escrito la historia de mi personaje,aunque espero que la entiendas.¡Por cierto! La pareja de mi personaje es Francisco Lachowski,solo que en la ''historia'' se llamara Kevin Hills.
Bye.
PD:Amo tu firma,es hermosa *-*
Bueno aqui esta mi ficha por fin,espero que te sirva y si necesitas algo,solo dimelo.
He puesto dos relatos cortos echos por mi,ya que no me decidia por cual de los dos poner.
No me gusta como e escrito la historia de mi personaje,aunque espero que la entiendas.¡Por cierto! La pareja de mi personaje es Francisco Lachowski,solo que en la ''historia'' se llamara Kevin Hills.
Bye.
PD:Amo tu firma,es hermosa *-*
carlota malik
Re: Where Did The Party Go?|N.C CANCELADA
carlota malik escribió: [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Charlotte Mcfly
Charlotte Broken Maclfy| 17|Cintia Dicker|La chica con derechos a el
nDescripción física:En el aspecto, como en tantas otras cosas, es la viva imagen de su padre. Charlotte es el tipo de mujer que llama la atención, su complexión delgada le otorga una sensación de fragilidad que no concuerda en absoluto con la realidad. Su piel se presenta moteada por las pecas, como la de la mayoría de su familia.
De su cabeza surge una cascada de pelo rojizo, como no podía ser de otra manera, unas veces ondulado y otras liso pero que rara vez encontrarás recogido, ya que es uno de sus mayores orgullos. Salvo en la forma de su cuerpo, que es bastante similar a la de su madre cuando tenía su edad, es básicamente igual que su padre. Incluso sus ojos, a medio camino entre gris y azul, son una copia de los de su padre.
Tiene una nariz respingona sobre los labios gruesos en forma de corazón, en lo alto de una barbilla siempre alzada, que dejan relucir unos perfectos dientes blancos. Lejos de ser plana en cualquier sentido, posee una notable figura curvilínea que no pasa desapercibida.
nDescripción psicológica:Básicamente, Charlotte está como una cabra, del nivel en el que debería contribuir con la medicina donando su cuerpo para su estudio. Sus padres siempre se han llevado de maravilla con ella,aunque mas de una vez se han enfadado por sus notas.Es despreocupada y algo rebelde. A pesar de toda esa rebeldia no es más que una parte de ella, pues puede ser la persona más seria con la que te puedas cruzar.
Descarada y divertida, esos dos adjetivos se acercan a lo que puedes percibir de ella. Por lo general no le importa ser políticamente correcta o no, lo políticamente correcto no es gracioso. Es sarcástica como la que más y tiene conectado el cerebro con la boca de la peor manera posible, primero suelta la primera burrada que se le pase por la cabeza, siendo a posteriori cuando el cerebro recibe la información que ya ha dicho... Y lo peor es que ambos están de acuerdo.
Sin embargo, no hay que olvidar su fuerte carácter que ni siquiera sus padres o amigos pueden domar. Si alguien querido se encuentra en peligro o se meten con aquello que le importa no se quedará de brazos cruzados, saltará de manera instantánea, destruirá la amenaza sin el menor miramiento y volverá a bromear como si nada hubiera pasado. Es una leona, defenderá lo que le importa hasta el último aliento.Nunca la veras llorando,nunca ira corriendo a abrazarte para que la consueles.Ella prefiere guardarse sus problemas para si.Es algo rebelde y mas de una vez se a llevado una bronca por sus locuras.Suele dar buenos consejos.Y siempre esta con una sonrisa en su rostro intentando hacerte reir.
nHistoria:
Ella nacio una noche fria y lluviosa,en la que parecia que el cielo estaba mas nervioso por la llegada de la pequeña,que la propia madre.A las 1 de la madrugada,Charlotte ya estaba en los brazos de su madre descansando,despues de un duro nacimiento.Su padre,un divertido informatico,se pasaba las tardes junto a Charlotte jugando con ella o enseñandola nuevas cosas.Cuando ella tenia 10 años,conocio a Kevin,era una calurosa tarde en el parque de la plaza.El pego a unos niños que le quitaron a Charlotte su muñeca favorita y cuando este se la devolvio ella,le dio un puñetazo creyendo que el,se la habia quitado.Desde entonces son inseparables.Cuando ella cumplio los 14 años,decidio junto a su mejor amigo,Kevin,emborracharse en un lejano y solitario parque.Ellos dos acabaron volviendo a casa a las 2 de la mañana,oliendo a alcohol.Y como no,sus padres se enfadaron bastante con ellos dos.Aunque Charlotte no lo acabo comprendiendo,¿Eran jovenes? ¿Porque no podian vivir la vida?.Desde entonces,la amistad de Charlotte y Kevin fue inseparable,no podian estar sin verse.Hasta,que una noche en un concierto de rock,Kevin se enrollo con Charlotte.Y el titulo de ''mejores amigos'' acabo siendo el de,''amigos con derechos''.
nPareja: Francisco Lachowski / Kevin Hills
nCapitulo creado por ti:
- Latidos:
Respiré hondo y miré hacia el frente donde dos pares de ojos azules me sonreían. Helen me caía bastante bien, no tenía la capacidad para herir de la que gozaba todo el mundo, sus palabras eran amables y sus acciones bondadosas, tanto así que cuando llegué y le enseñé el papel que le informó que soy la nueva, me sonrió.
- Cielo, siento mucho lo de tu tobillo – me dijo con cara afligida, como si lo sintiese de verdad – pero ahora estás aquí, y vas a comenzar un nuevo curso.
Mi maldito tobillo había sido la causa de que no pudiera empezar el curso el primer día, me había hecho un esguince en la playa con Ary. Hacía dos semanas que el curso había empezado y esperaba encajar bien entre mis nuevos compañeros. El perfume de Helen me acompañó mientras subíamos las escaleras y me recordaba que no tenía de qué preocuparme.
- Esta es la clase de ciencias y matemáticas avanzadas – anunció con una sonrisa taimada.
Asentí incapaz de decir ni una palabra cuando ella tocó a la puerta y un murmullo de voces se abrió paso hasta mí. Un carraspeo sonó por encima de todos ellos.
- Chicos, calmaos, ya se que os encanta mi clase y cuando se interrumpe os enfadáis, pero no le echéis la culpa a la pobre Helen que solo hace su trabajo – repuso con una ironía envidiable.
- Xavier, siento interrumpir pero ha venido una alumna que estaba matriculada pero por culpa de una lesión no ha podido asistir hasta ahora – lo dijo en voz alta para toda la clase – tratadla bien, es un encanto. Pasa Ivory.
Dí dos pasos y entré en la clase abarrotada de adolescentes, me fijé en la pizarra que tenía un montón de ecuaciones sin resolver y casi sonrío, matemáticas era con diferencia la clase que más me gustaba. Suspiré con vehemencia como si el aire no me entrara bien en los pulmones. Mi mirada repasó los sitios de la primera fila pero, por desgracia, todos estaban cogidos. Había tres chicos que me llamaron la atención, dos de ellos hablaban entre susurros y se reían pero el tercero estaba tirado sobre la mesa con la cabeza hundida en las mangas de la sudadera gris y ancha que llevaba, de pronto levantó la cabeza y sus ojos se fundieron con los míos, eran grandes, castaños y su pelo era oscuro y rizado. Después de aguantarle la mirada volvió a dejarse caer en el pupitre.
Eidan Heis, mi infierno personal. Lo conocí dos días después; en física. Cuando hice todos los ejercicios perfectos y el me gruñó.
- Vaya, no me digas que tú eras el listillo de clase, el bueno en mates y física – me burlé.
- Y química – repuso molesto.
- También te superaré en esa.
Todos los días nos reíamos el uno del otro, fue muy gracioso cuando Dave, uno de sus amigos se comenzó a llevar muy bien conmigo y, prácticamente, me obligaba a sentarme con ellos en el comedor.
Un día cuando estábamos comiendo Dave soltó una carcajada mientras miraba a Eidan.
- La vas a desgastar de tanto mirarla – le dijo dándole un codazo.
- ¿De qué hablas, Dave? - le espetó Eidan malhumorado.
- Sé que Ivory es guapa pero, basta de comértela con los ojos.
Eidan se giró y le lanzó una mirada fulminante y le dio un manotazo en la cabeza mientras Dave reía.
- Vaya, Eidan ¿atracción por los enemigos? - intervine con sorna.
- No te imaginas cuanta – soltó Álex, su otro amigo.
Eidan siguió comiendo, ignorándonos deliberadamente. Pero no lo negó y un incómodo nudo se me formó en el estómago. Eidan se había acostado con mitad de las chicas del instituto si yo le gustaba se iba a llevar una desilusión, no soy como las demás de eso podía estar seguro.
Mi negación a que me gustara Eidan cambió, con el tiempo cambió. Eidan era frío por fuera, una coraza gruesa lo cubría, tenía un sentido de la ironía bien afilado pero por dentro, cuando realmente te disponías a conocerlo y aguantabas todos sus insultos y sus ganas de hacerte daño, si aguantabas todo eso, llegabas a conocerlo. Y te dabas cuenta de que era una persona increíble, con una sonrisa maravillosa. Cuando nos dimos nuestro primer beso él estaba nervioso y ruborizado aunque intentaba aparentar que le traía indiferente. Eidan era de las pocas personas que me habían llegado tan hondo, directo al corazón.
Sucedió una mañana lluviosa. Decidimos salir del instituto e ir a desayunar ya que teníamos una hora libre. Nos reíamos mientras corríamos hacia su coche.
- Vaya, lluvia – se quejó pasándose las manos por sus rizos húmedos y cerrando la puerta. - ponte el cinturón.
- Sí, papá – me burlé.
Eidan rió mientras me sostenía la mano y se la llevaba a los labios para besarme los dedos fríos.
Arrancó.
Condujo por las calles y deliberamos sobre dónde iríamos a desayunar entre risas y quejas.
No debería haberle besado en ese momento. Supongo que lo desconcentré.
Eidan gritó cuando las ruedas se deslizaron por el asfalto y otro coche iba directo hacia nosotros. Yo solo escuchaba los latidos de mi corazón amplificados:
Latido.
El coche volcó y los cristales se hicieron añicos y se me clavaron en la piel.
Latido.
Los gritos eran ensordecedores.
Latido.
Eidan se movía, estaba vivo.
Último latido.
Cerré los ojos.
- Un fino cristal:
¡Problemas de agresividad! Yo no tengo un maldito problema y menos con la maldita agresividad ¡maldito psicólogo del demonio! Solté un bufido cuando crucé las puertas de cristal de la clínica a la que mi padre me había pagado por ir. Me había pagado cincuenta dolares para que fuera a un psicólogo especializado en no sé que mierda, y le contara mis últimas peleas (cada vez más constantes) y esperara un resultado. Una hora, tenía que pasar una hora con ese hombre calvo y de mirada afable que me miraba como un experimento... ¿Sobra decir que no aguanté la hora completa? Respiré hondo y traté de calmarme pero cada vez se me hacía más difícil.
El tipo me dijo que para calmarme pensara en algo que me hiciese feliz, como dato curioso el me dijo que pensaba en una tarta de manzana, y al parecer de pensarlas pasaba a comérselas porque le sobraban unos kilos. ¿Y en qué iba a pensar yo? No tenía cosas que me hicieran feliz... ¿Las mates? ¿la música? Me enfundé las manos en los bolsillos y suspiré, no iba a volver a ver a ese tipo jamás. Apreté la mandíbula cuando advertí que ya se estaba haciendo de noche y me encaminé hacia mi casa que estaría vacía, como siempre. Mi padre trabajaría hasta la madrugada, como siempre.
Mi cuerpo estaba tenso, con ganas de descargarme de alguna manera, el sexo era una buena opción pero no quería ver a Tracy en ese momento, no aguantaría su voz insufrible justo ahora. Al pasar por la calle que daba al cruce comercial unos tipos chocaron conmigo haciéndome perder el equilibrio, me caí de espaldas al suelo y escuché sus risas burlonas... Iba a machacarlos. Me levanté de un salto y corrí a por uno de los tres y lo tiré a puñetazos, los otros dos gritaron y vinieron a por mí, uno me dio un codazo en el labio pero se llevó una buena paliza, al igual que el otro sobrante. Resoplé agotado cuando el último chico cayó al suelo.
Cada vez que peleaba mi mente desconectaba y me hacía olvidar todo por completo, mi casa vacía, la ausencia de mi madre, el psicólogo... ¿Quién tiene problemas de agresividad?
Tosí cuando me dejé caer sobre el pupitre del aula de matemáticas y cerré los ojos. Me acaba de despedir de Álex, mi mejor amigo y de Dave su medio novio y me encontraba más cansado que de costumbre. De pronto sentí su aroma tan particular a vainilla y abrí los ojos de golpe, Ivory Duarte entraba por la puerta del aula con los libros en la mano, esa chica... Era un genio en mates, mi materia favorita, siempre sacaba una décima más en los exámenes que yo y eso me sacaba de quicio ya que siempre se burlaba de mi por ello. No pude evitar fijarme en su pelo negro como una aureola a su alrededor y sus ojos grises sonriéndome.
- Valla, chico malo – dijo con sorna - ¿Has vuelto a pelarte?
- ¿Te importa? - le espeté.
- No deberías dejar que te golpeen en la cabeza, así nunca sacarás más nota que yo.
Me incorporé de golpe y la fulminé con la mirada, odiaba\adoraba esa sonrisa de suficiencia, Ivory era la única persona que me hacía sentir como cuando peleaba, desconectado de todo. Su mirada recorrió mi labio partido y la cicatriz que me surcaba la mejilla izquierda con un sentimiento que no supe descifrar. Ella era como un bálsamo para mí, pero como bálsamo que era estaba prohibida, nunca se plantearía estar con un chico con ``problemas de agresividad´´ aunque tampoco es que yo quiera estar con ella para siempre, con una noche o con dos me conformaría, me fijé en su piel marfileña y en sus labios carnosos, vale, quizás tres.
Cuando la profesora marcó los ejercicios nos desafiamos con la mirada a ver quién los terminaba primero, justo los dos a la vez.
- Seguro que no los tienes bien – me burlé.
- Es a ti a quién han atizado en la cabeza, no a mí – me sacó la lengua y antes de darse la vuelta para salir a la pizarra me rozó mis nudillos bañados en sangre seca con sus dedos y se me erizó el vello de los brazos.
Esa chica era tan obstinada, fría y creída que me recordaba a mí, y creo que por eso la odiaba con locura. Pero había una parte, una pequeña parte que era lo opuesto a mí y era su sonrisa radiante y sus ganas de vivir y de cambiar el mundo, eso me hacía recordar que había un motivo por el cual seguía allí.
- Hasta mañana, Eidan – me dijo Ivory cuando salíamos de clase – Por cierto el ejercicio dos te salió mal, no te tendría que haber dado treinta y dos.
Suspiré, pero a pesar de ello sonreí, solo ella era así, solo ella conseguía que tuviera ganas de matarla y besarla al mismo tiempo. Era como una droga y la abstinencia a la vez. Me volvía loco.
Salí del instituto con una sonrisa en los labios, varias chicas susurraron cuando pasé por delante, supuestamente era un dios en la cama y una auténtica maravilla... Desde que me había acostado con Tracy y sus dos amigas esos rumores corrían por todas partes. No es que me molestaran pero preferiría que no hablaran de mí y punto.
No quería volver a casa, solo de recordar todas las luces apagas y el tener que comer viendo la cara de mi padre me revolvían el estómago, suspiré y comí en el establecimiento de comida rápida más cercano, paseé por las calles e incluso paré en la biblioteca para hacer los deberes de Trigonometría, y cuando salí ya era de noche. Una noche oscura pero iluminada por la luna llena que reinaba en el cielo. Caminé por las calles con la cabeza aún llena de formulas cuando la oí, escuché su dulce y firme voz. Ivory.
Seguí su sonido para comprobar que hacía en la calle tan tarde pero me detuve en seco, habían dos chicos con ella pero no precisamente de buen humor.
- ¡Te he dicho que me dejes tranquila! - le soltó ella zafándose de su mano.
- Solo quiero conocernos mejor – el chico rió y volvió a alzar su mano hacia ella.
Corrí hasta allí, y le aferré la muñeca antes de que la tocara. No quería que Ivory me viera así, de mal humor, a punto de matar a una persona porque si la hubieran tocado los mataría de verdad. Traté de pensar en ella, en mi bálsamo pero luego esa imagen se esfumó dejando paso a las atrocidades que pensaban hacerle esos tíos y me enfurecí.
``calmate´´ pensé. Pero no pude y... Desconecté.
Mi mente ya no era mía, solo lo era mi cuerpo.
Eidan.
Las palabras no me afectaban, no eran para mí mientras el tipo se retorcía bajo mi peso.
para, Eidan, para.
YO
No podía parar.
NUNCA.
No quería parar.
QUISE.
Le habrían hecho daño.
ESTO.
El chico ya no se movía, su sangre me salpicaba la camiseta y los ojos de Ivory estaban vidriosos por las lágrimas. Quería abrazarla pero de pronto me di cuenta del coche de policía que estaba parado frente a la calle, el otro chico la había llamado. El policía me sujeto las manos y me las esposó a la espalda, me guió hasta el coche con Ivory pisándome los talones. La puerta se cerró y ella apoyó sus manos en el cristal, me daba las gracias una y otra vez con las lágrimas recorriéndole las mejillas, me acerqué a la ventana y nos besamos, solo nos separa un fino cristal pero sentía sus labios contra los míos.
Se apartó de la ventana.
El coche arrancó.
La vi mientras me alejaba.
Dios, cuanto la amaba.
- Mi senual chico:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]__________________________________________________
Ficha Aceptada
Fuera de todo, me ha encantado tu ficha. Tengo una terrible debilidad por Francisco, lo adoro, es muy sexy. No hay problema con las historias, a mi de vez en cuando me pasa. Jamie <3
Invitado
Invitado
Re: Where Did The Party Go?|N.C CANCELADA
Yo quiero participar mas tarde o mañana te dejo mi ficha junto con los gifs c:
Besos<333
Besos<333
oktubre.
Re: Where Did The Party Go?|N.C CANCELADA
Brisa TB escribió:Yo quiero participar :AA:mas tarde o mañana te dejo mi ficha junto con los gifs c:
Besos<333
Okey, La estoy esperandooo!
Invitado
Invitado
Re: Where Did The Party Go?|N.C CANCELADA
Realmente la idea me encanta y me gustaría participar pero no podré :( pero quiero q sepas q la leeré porq me encanto el tema está súper genial
1dclub
Re: Where Did The Party Go?|N.C CANCELADA
audicionaria, pero no soy buena en las fichas como estas me gusto mucho tu idea pero soy boluda para esto, perdón :c
Invitado
Invitado
Re: Where Did The Party Go?|N.C CANCELADA
Chicas perdonen por no anticiparlas, pero tuve que cancelar la novela por falta de inscripciones. Si todavía quieren trabajar conmigo en una novela colectiva, inicie otra y me gustaría que no se cancelara como esta. LINK: https://onlywn.activoforo.com/t72621-happy-ending-nc-inscripciones-abiertas
Perdon devuelta. Las quiero y gracias por todo.
Perdon devuelta. Las quiero y gracias por todo.
Invitado
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Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
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