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Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
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Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
Nombre: Out Of This World (one shot)
Autor: Love4Larry
Adaptación: No, me inspiré en la película de Matt Damon, Elysium. Es bastante similar.
Género: Ciencia Ficción, futurista, romántico.
Advertencia: no por el momento. Creo que advertir que existe relación M/M es obvio por que...bueno, es larry stylinson, un romance, no?.
En fin, eso sería, espero les guste, hace tiempo que no subía nada, y que mejor que empezar con un one shot (:
Siento las faltas ortográficas, espero se entienda de igual forma, pero no tengo mucho tiempo para arreglarlo... Espero comprendo
Sería... espero les guste :D
Atte:
Autor: Love4Larry
Adaptación: No, me inspiré en la película de Matt Damon, Elysium. Es bastante similar.
Género: Ciencia Ficción, futurista, romántico.
Advertencia: no por el momento. Creo que advertir que existe relación M/M es obvio por que...bueno, es larry stylinson, un romance, no?.
En fin, eso sería, espero les guste, hace tiempo que no subía nada, y que mejor que empezar con un one shot (:
Siento las faltas ortográficas, espero se entienda de igual forma, pero no tengo mucho tiempo para arreglarlo... Espero comprendo
Sería... espero les guste :D
Atte:
Love4Larry :(L):
Love4Larry
Re: Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
Out of this world.
Año 2230.
No se fijaba por donde caminaba escapando de los androides guardias que lo habían pillado vagando por los pasillos de los cuartos de las chicas. Bien, a él no le importaba mucho quien fuera la que estuviera dispuesta a abrirle la puerta. No era primera vez que caminaba por esos pasillos y alguna le abría la puerta, permitiéndole la entrada y dejándole hacer lo que quisiera con ella. Esa noche, no tuvo suerte ya que los robots lo encontraron antes. Las malditas máquinas andaban hasta 15 km/h y eso era un riesgo. Tenía que doblar su capacidad al correr y esconderse. Agradecía al cielo que los que lo seguían no eran más que un par de androides de mala calaña. Suspiró en la penumbra del pasillo cuando los robots pasaron de largo sin notar su presencia. Estar en la base espacial estadounidense había sido de sus peores inventos. La idea de ir al espacio le llenaba de emociones. No tenía el dinero para tomar una nave y subir allá arriba, y ese era su sueño desde que había visto el planeta creado fuera de órbita. La Tierra había dejado de ser un planeta limpio, un planeta donde se podía vivir prósperamente. La gente con mayores recursos habían comenzado con el proyecto Phylium cuando el aún no nacía. Hacía más de 50 años que ese nuevo planeta estaba en órbita. La principal razón era la imposibilidad de vivir en la Tierra luego de que la hambruna, enfermedades, desastres naturales, entre otro factores, la hubieran atacado. Él sólo tenía 2 años cuando vio por primera vez esa estrella flotando permanentemente sobre el cielo azul distorsionado por el humo de industrias que permanecían trabajando para “los de arriba”. Había escuchado miles de historias sobre ese increíble planeta en el que el hambre, las enfermedades y la falta de higiene no existían, el planeta donde nada les faltaba, donde no era necesario trabajar por que todo lo obtenían de abajo. A los 15, le dijo a su madre –que en realidad no era su madre real, puesto que ella había muerto poco después de que él había nacido- que quería ir a Phylium. Ella le insistió en que era una locura, que si se le ocurría poner un pie en ese lugar, lo podrían llevar a la cárcel. Él le hizo caso y siguió yendo a la escuela. A penas podía leer bien a esa edad y recibió una fuerte burla de un niño proveniente del planeta fuera de órbita que había venido a ver a los “salvajes” de abajo junto a su familia. Él lloró por días al darse cuenta de lo ignorante que era y de lo mal que se sentía no poder saber nada más que juntar unas cuantas letras. Se propuso él mismo comenzar a practicar su lectura. A los 18, era uno de los mejores lectores de la ciudad. En esa misma edad, aprendió los números. Con facilidad, aprendió a sumarlos, restarlos, dividirlos y multiplicarlos, a hacer y deshacer con ellos, a plantearse problemas y resolverlos. Y a pesar de eso, no consiguió trabajo en la estación espacial. Cuando cumplió los 20, su madre adoptiva murió de una enfermedad que hasta el momento se desconocía. A los 21, su pequeña hermana -hija de la reciente mujer muerta- fue detectada con una fuerte leucemia. Ahí fue cuando se dio cuenta de que ya no era un capricho llegar allá arriba, sino que una necesidad.
Cada día, después de su trabajo en la fábrica como obrero, se escabullía a la base espacial en busca de una entrada a las naves. Después de un tiempo, descubrió también, que pasaba por fuera del pasillo donde se encontraban las habitaciones de las chicas que venían desde Phylium a trabajar a la base. En una de sus misiones expiatorias, una de ellas lo encontró, le dijo que le parecía un buen chico y fue la primera vez que tuvo sexo con una chica de alta sociedad. Se dio cuenta de que le gustaba. Le gustaba sentirse superior a los habitantes de esa estela en el cielo a la hora de ser dominante, por lo que comenzó a recurrir el lugar con más frecuencia. Había perdido la cuenta de cuantas chicas se había tirado ahí, de las veces que había visitado el lugar y de las veces en las que casi lo habían encontrado.
No todo era tan malo. Luego de darles la mejor noche de sus vidas, comenzaba con su trabajo de quitarles información sobre el planeta de metal. Ahí supo que habían naves que viajaban cada semana, cada viernes a las 9 pm, hora terrestre, que llevaban a un par de personas arriba y luego volvían el domingo a las 2 pm hora terrestre. Supo que los androides que cuidaban la nave eran de los más peligrosos. También supo que una de ellas se iría esa semana y aprovechó la instancia para contarle su historia. La chica parecía totalmente conmovida, a punto de llorar cuando él le habló sobre su pequeña hermana con leucemia. Ella le dijo que tenía un hermano allá arriba que podía ayudarlo más que ella misma. Si bien, ella podía conseguirle el código de acceso a él y a su hermana, una vez que estuvieran arriba, no podría hacer nada más. Era ahí cuando su hermano entraría en acción, por que ella no dudaba en que su hermano era un alma limpia que estaba dispuesto a ayudar a los demás. Finalmente, ella le indicó que estuviera en la base al otro día junto a su hermana a una hora determinada. Ella le daría los códigos y luego volviera el viernes unos minutos antes del despegue. Él, a modo de agradecimiento, volvió a darle placer esa noche.
Cuando llegó a casa por la mañana, le contó a su hermana la buena noticia. Ella, con el pensamiento de su madre dándole vueltas por la cabeza, dijo que era una locura, que prefería morir antes de ir allá arriba. Corrían un gran riesgo si la chica daba un paso atrás, pero sabían también que ella era su único pase a Phylium. No pensó en otra cosa que no fuera esa noche durante todo su turno en la industria. No sólo podría sanar a su hermana, sino que él también podría sanarse de cualquier enfermedad que albergara su cuerpo. Iba a hacerlo aun que fuera lo último que hiciera en libertad. Si por esas casualidades de la vida saliera algo mal, estaba dispuesto a recibir toda la culpa y luchar hasta dejar a su hermana y a la chica libres; no le importaba ir a la cárcel, al fin y al cabo estar en la Tierra, ya era una tortura.
Esa noche, sacó a su hermana a rastras de, lo que ellos llamaban, su hogar. Caminó con ella atrás por ese camino que tan bien conocía. Cuando estuvieron fuera de la habitación de la chica, ella los recibió sin mayores complicaciones. Vio el estado de la menor y se le estrujó el corazón. Se notaba que su enfermedad ya estaba bastante avanzada. La palidez en su rostro, las intravenosas con diversos cables en sus brazos entre otras señales le dieron a la chica una razón para apurarse en la búsqueda de códigos. De debajo de su cama, sacó un aparato que ni él ni la menor habían visto antes.
“Estira el brazo” le había ordenado la joven. El chico lo hizo sin reclamar a pesar de no tener idea de que se trataba. La chica apunto en un punto de su brazo y lanzó una especie de rayo que le quemó la piel. Ahí, había una inscripción con un código…el código de acceso a Phylium. No dolió, no sintió nada, pero si supo que algo nuevo entraba a su organismo cuando un hormigueo subió hasta la parte trasera de su cuello. El código se estaba adhiriendo a su sistema. No se dio cuenta cuando su hermana tenía el mismo tatuaje grabado a fuego la piel. Ahora, sólo faltaba esperar a la hora del despegue en dos días más. Los hermanos salieron de la habitación, el chico disculpándose con la joven por no poder agradecerle de nuevo debido a su hermana y ella disculpándolo, diciendo que no había de que disculparse, lo hacía por el bien de la menor.
Al otro día, en la empresa, tuvo que cubrirse bien la nueva marca en su brazo, para así, no levantar sospechas. Los androides andaban a la orden del día y el Sr. Mc Kensie no daba tregua. Odiaba a la gente de la Tierra, pero como dueño de la empresa, era su obligación estar ahí. No era como que todos ahí quisieran a su jefe, pero era la única manera de sobrevivir en ese sucio y desolado lugar que años atrás había albergado a tanta gente y ahora se quedaba con lo peor de la sociedad, la clase más baja, la gente más pobre, mientras que el resto disfrutaba de su vida y riquezas en ese planeta a varios miles de millones de kilómetros de distancia, ubicado a un lado de la luna.
Sentía la mirada penetrante del hombre a sus espaldas; definitivamente lo odiaba. Pero no comprendía el porque. Era buen trabajador, siempre haciendo lo que le pedían, nunca faltándole el respeto a los mayores, pero desde que llegó que ese hombre no lo miraba como a los demás. Al resto de los trabajadores, los miraba con asco, con desprecio, mas al chico le agregaba esa pisca de odio característica en esos ojos negros que desprendían llamas cuando el joven pasaba por en frente.
La noche llegó y su hermana empeoraba. Necesitaba ir arriba lo antes posible. Esa noche, no fue a la base espacial. Se quedó con la pequeña, quien le daban crisis cada menos de 15 minutos.
Había llegado el tan ansiado día. El joven partió al trabajo, realizó sus rutinas y no le importó la mirada extraña que varios le dedicaron cuando los saludó, por que ¿quién saludaba en esos días cuando se pasaba tan mal?. Para su sorpresa, el día pasó aún más rápido que los anteriores. Quizás la ansiedad le hacía pensar eso, quizás el imaginar como sería no tener enfermedades y siempre que comer. Sabía que lo único que iba a conseguir allá arriba era buena salud y que tarde o temprano los iba a descubrir y mandar de vuelta a la Tierra, pero al menos, sin enfermedades. Cuando llegó a su casa, su hermana estaba aún con las crisis. El vivir solos los dos, dificultaba el poder cuidarla bien. Esperaba que pudieran arreglar todo en Phylium. Puso en un bolso lo indispensable para el viaje de, según lo que había escuchado, dos horas y media al planeta exterior y tomó a su hermana entre sus brazos. Aseguró la pequeña casa y emprendió caminata a la estación espacial. Llegó al lugar donde la joven le dijo que podría esconderse. Tenía que esperar la señal que ella le diera para correr al interior de la nave. ¿Qué señal?, ni él la sabía. ¿Cómo la chica iba a conseguir distraer a los androides?, tampoco lo sabía, per confiaba a ojos cerrados en la morena. Los minutos pasaban y ni una señal de vida en el campo de despegue. Eran cerca de las 9 pm y ya se estaba poniendo nervioso. La menor tiritaba en sus brazos y él no podía soltarla para darle la medicina por miedo a que la chica apareciera de un momento a otro a decirle que tenían menos de 5 segundos para abordar. Su hermana debía esperar. 9 pm en punto y la joven aparece caminando a paso rápido a la nave, buscando en sus alrededores seguramente a él. El chico la hace una seña y ella rápidamente voltea. Algo le dice a las chicas que vienen con ella y ellas miran en la dirección donde el joven se escondía. Asintieron y regresaron al interior. La joven corre donde él y lo dirige al interior. Él toma a la pequeña entre sus brazos fuertemente y camina, casi corre, tras la morena. Ella sube y él la sigue. Ella camina en el interior, él la sigue. Ella llega a un escondite tras un asiento, él la sigue. Ella le dice que acomode ahí a su hermana, él lo hace. Ella vuelve a caminar, él la vuelve a seguir. Ella muestra otro escondite, él ingresa. Ella le pide el bolso con medicamentos diciendo que ella se hará cargo de la chica, él se lo entrega. Minutos después, entran los androides en compañía del resto de las chicas. Cierra los ojos, rogando al cielo que todo saliera bien. Sintió la nave en movimiento y se dio cuenta de que ya no había vuelta atrás; iría a Phylium.
Una voz mecánica anunciando que estarían llegando a la órbita Phyliumniana en menos de 15 minutos hizo que su corazón estallara de alegría. Su hermana se sanaría finalmente. Los 15 minutos pasaron volando. El sonido de la compuerta abrirse lo invadió de miedo. ¿Cómo saldría ahora?, ¿cómo saldría su hermana?.
“Espera aquí unos minutos…voy a volver a sacarte, lo prometo.” lo tranquilizó la voz de su, ahora, nueva amiga. Quiso agradecerle, no con sexo, sino que con un abrazo, por que ya no la veía como un objeto al cual utilizar para sentirse superior; ahora era una amiga de verdad, una a la cual no podía hacerle eso nunca más en la vida. Quiso también salir a ver a su hermana, pero no podía. No iba a arriesgar su vida ni la de su hermana por una idiotez. La chica dijo que la cuidaría y no dudaba de su palabra. Los androides guardianes andarían dando vueltas y no tendrían compasión a la hora de disparar a un invasor terrícola. El cansancio lo comenzó a llenar. Quería cerrar sus ojos y dormir aun que fueran unos minutos, pero el sino de la compuerta volver a abrirse se lo negó. Esperó pacientemente a ver quien era. Esperaba que fuera su amiga, no quería lidiar con la policía phyliumniana en esos momentos. La puerta del escondite se abrió de golpe y le costó adaptarse al cambio de luz. Cuando pudo enfocar bien su vista, juró estar en el cielo. Un chico, más parecido a un ángel que otra cosa, le sonreía desde el otro lado. Su vestimenta, claramente fina, lo hacían parecerse a un verdadero príncipe de esos cuentos que una vez le contó a su hermana antes de dormir cuando ésta aún no era pequeña. La mano que le tendió le pareció la acción más caballerosa que alguna vez vio en la Tierra y supo que su amiga tenía razón; el chico era un alma limpia por donde se le viera. Él aceptó la mano para saber como se sentía tenerla. Era tersa, blanca, sin ninguna dureza y el chico volvió a compararlo con un príncipe, por que así lo debían de tratar para poder tener así las manos. Se sintió avergonzado cuando vio su mano junto a la del chico. Ésta no tenía comparación con la otra. No eran gran la diferencia de portes pero si de contextura. Su mano estaba sucia por el aceite que se ocupaba en la empresa, suciedad que no saldría en un par de años más, tenía una gran cantidad de durezas por el trabajo y heridas a causas del mismo. Tenía 22 años. Eran alguien ya grande para sentirse así frente a un chico, pero desde el momento en que lo vio, se dio cuenta de que ese chico no era igual a los demás. Se había olvidado hasta de su hermana. Se soltó del agarre del joven, que hasta el momento no había hablado ni tampoco soltado la mano, y corrió en la búsqueda de su hermana. Abrió la puerta del escondite y ahí estaba ella, hecho un ovillo seguramente por los espasmos que su enfermedad traía consigo. La sacó con cuidado y volteó a ver al chico. Éste le sonrió y giró para salir, dándole la señal de que no había “moros en la costa”. El chico salió de la nave y se encontró con la base espacial de Phylium. Era impresionante. Por el techo de vidrio se podía notar el espacio, la negrura del universo, las estrellas se veían más cerca, la luna se veía mas cerca, la Tierra…la Tierra se veía lejana, como un lugar deshecho, un lugar donde ya no valía la pena vivir. Se preguntó si así veían los phyliumnianos a la Tierra, el lugar que los cobijó durante siglos. Dejó de mirar su hogar para enfocarse en las construcciones que se alzaban a su alrededor. Todas ellas de metal, casi indestructibles. Los androides se paseaban como si ellos no estuvieran ahí, era bastante extraño. Si se miraba en diagonal, se podía ver el resto del planeta y recordó que su madre una vez le dijo que el modelo del planeta, lo habían sacado de un modelo fallido llamado Elysium. Elysium era el viejo mundo, como solían llamarlo. No tan viejo como la Tierra, pero sin el antecesor de Phylium. Hace más de 100 años atrás, Elysium era el hogar de la alta sociedad. Había un chico que tenía el mismo sueño que él en un principio, mas luego de sufrir un accidente, su verdadero motivo para llegar hasta arriba fue una enfermedad propia. Para poder hacerlo, pasó por una seria de pruebas que la vida le puso, teniendo que poner en su cerebro información vital para los habitantes de Elysium. Finalmente, cuando el chico llegó arriba, los problemas continuaron. No logró salvarse, pero si logró salvar a toda la Tierra. Los terrícolas fueron aceptados en Elysium. Cerca de 30 años después, la alta sociedad volvió a tomarse el poder del planeta. Devolvieron a la Tierra a los que más pudieron y los rebeldes que prefirieron quedarse en el planeta a rendirse, fueron exterminados junto a Elysium. 20 años después, llegó el proyecto Phylium, siendo éste el nuevo y reforzado planeta de los magnates terrestres. ¿Quién pensaría que al final sus historias no eran tan diferentes?. Lo único que esperaba, era no sufrir el mismo final que el otro chico. Prefería volver a la Tierra, a su miseria, antes de dejar sola a su hermana.
Caminó tras el chico quien despreocupadamente se movía entre los edificios, llegando así a una cámara sanatoria.
“Ponla ahí” había dicho el chico y el joven que cargaba a su hermana había escuchado por primera vez su voz. Caminó hasta la cámara y puso el cuerpo casi inerte de la pequeña con el brazo donde el código estaba hacia arriba. La máquina leyó el código y para alivio del joven, fue aceptado. Comenzaba la sanación de su hermana. Sintió la mirada del otro joven sobre él, pero no le importaba. Estaba feliz por su hermana. Ya no sufriría, ya no necesitaría medicamentos, ya no tendría que mendigar por dinero para darle que comer…esto era el cielo y no quería irse. Su hermana se levantó de la camilla y corrió a sus brazos. El joven sintió un gozo en su corazón al ver a su hermana llena de vida de nuevo como hace 4 años atrás antes de que le detectaran la enfermedad. El otro joven los miraba con una sonrisa plasmada en sus labios y molestaba por que él tenía todo y ellos nada. Aún así, el joven no le dijo nada, por que quería ver esa sonrisa más seguido, por que esa sonrisa le gustaba. Sintió una mano en su hombro y giró asustado. El joven lo miraba con cierto brillo en sus ojos que sólo había visto en su madre cuando un hombre le había ofrecido matrimonio, pero él era muy pequeño para comprender aquello. Aún así comprendió que no debía de fiarse de ese brillo, por que ese hombre la había dejado sola con una niña recién nacida en los brazos y a él a cargo de 3 personas. Se alejó lentamente para no parecer grosero y comprendió que el chico sólo quería que se subiera a la camilla para sanación. Dejó a su hermana a unos cuantos metros de distancia e hizo lo que le pidieron. Se subió, la máquina registro el código y comenzó el mismo proceso. Registró sólo unos cuantos huesos rotos cuando niño y una enfermedad no tan grave. Aún así, fue sano. Ahora que ambos estaban bien, el joven residente de Phylium les hizo una seña para salir de ahí. ¿Dónde?, no tenían idea, pero estaban en ese planeta desconocido para ellos, en el cual si los llegaban a pillar, estarían muertos. Lo único que les quedaba era confiar en aquel lindo chico.
“Necesitan un baño y ropa nueva si quieren sobrevivir aquí” le dijo el joven guía. Ahí fue cuando el chico comprendió que el otro no era de muchas palabras. Observaba su modo de caminar, su ropa, su contextura física y –por lo poco que había escuchado- su forma de hablar. Calculó que no debía de tener más edad que él, incluso un poco menor. Pero luego se dijo a sí mismo que podía haberse equivocado. Decidió no pensar ni sacar conclusiones de alguien que no vería más cuando volviera a la Tierra. Su mano estaba fuertemente enlazada con la de su hermana mientras iban camino a un lugar que ellos desconocían su paradero y no sabían con que o quien se iban a encontrar ahí. Sus ojos se abrieron a tope cuando se vio parado en frente a una gran casa de esas que sólo había imaginado en sus sueños, con palmeras en el patio, un gran piscina, sombrillas con sillas para tomar el sol y múltiples cosas que él ni siquiera podía haber imaginado ver.
Su hermana apretó su agarre y sintió un peso menos cuando vio a su amiga salir de una de las puertas.
“¡Vengan!” había gritado para hacer que los hermanos corrieran en su encuentro. El chico se abrazó a ella, por que les debía su vida y la de su hermana. Ella se separó entre risas, mas eso cesó cuando vio el entrecejo fruncido de su hermano. Ella comprendió que su hermano se había encaprichado con el terrestre y era como un ley alejarse de lo que el otro quería, por que ella sólo buscaba un amigo en el chico terrícola, nada más que una linda amistad como hace tiempo no tenía. La niña también se acercó a la chica y se abrazó a su cintura por que no alcanzaba más que eso, era sólo una niña de 10 años. Ella no quitaba su vista de su hermano quien le asintió a modo de afirmación. Estaban bien.
“Necesitan un baño” la voz del joven phyliumniano irrumpió la paz en la que estaban. “Los androides no tardaran en volver al estado guardián y si sienten a un terrícola aquí, estamos todos muertos”.
La joven asintió a su hermano, dándole la razón. Tomó a la niña de la mano y comenzó a caminar al interior. El chico se sintió perdido sin su hermana y comenzó desesperadamente a buscar una forma de no sentirse así. No iba a seguir a las chicas dentro del baño, pero tampoco se podría quedar se brazos cruzados a esperar a que al chico se le ocurriera mostrarle el baño.
“Uh…¿podrías mostrarme un baño?” murmuró en voz baja y se dio cuenta de que era primera vez que le hablaba al joven.
“Sígueme” y la voz le salió un poco más que un gruñido. Se estremeció por el tono de voz que el anfitrión había utilizado, pero por alguna razón, le gustó. Era posesivo, era duro, era bajo y se imaginó lo dominante que podría ser ese chico. Lo siguió por los pasillos de la enorme casa hasta una puerta enorme. Hizo ingreso y se dio cuenta de que el baño era mucho más grande que toda su casa. “Aquí está todo lo que necesites…cualquier cosa, me llamas, soy Louis”. Y lo dejó solo. Solo de nuevo en ese enorme baño en el que fácilmente se podría perder. Tampoco era como que le pediría que se quedara, sólo que le mostrara donde estaban las cosas, pero por lo visto, tendría que ingeniárselas solo para hacerlo. En la pared encontró una torre con toallas blancas y planchadas, a la derecha del mueble, una serie de productos de aseo personal y se dio cuenta de que su trabajo no fue tan complicado como pensó al inicio. Tomó lo necesario y caminó hasta la ducha. Sonrió por que por fin podría tomar una buena ducha, la primera con agua caliente de toda su vida. Y, ¿por qué no aprovecharla?. Se quitó la ropa y se metió en la tina con agua caliente y burbujas. Suspiró con alivio, mojando sus cansados músculos que no recibían buen trato desde hacía varios años. Dejó que el tiempo pasara, dejó que todos alrededor hicieran sus quehaceres mientras él disfrutaba de ese baño de agua caliente y espuma. No le importó que alguien estuviera golpeando hacía ya varios minutos, él estaba sumergido en su mundo donde él era habitante de ese planeta, donde no tendría que volver a la Tierra, donde podría quedarse a vivir por siempre ahí. Tampoco le importó cuando alguien entró en el cuarto de baño a interrumpir sus pacíficos pensamientos de un mundo mejor, no le importó cuando sintió la presencia de alguien más a su lado, menos le importó cuando ese alguien se quedó a un lado de él quizás observándolo. Suspiró relajándose y sólo ahí, abrió los ojos.
“Oh…lo siento, yo…yo no escuché que entraste” tartamudeó el joven hundiéndose en la espuma. La vergüenza lo carcomía. No quería que el lindo chico viera sus costillas marcadas por la falta de comida, no quería que viera las marcas por el trabajo o maltratos que recibía allá abajo.
“No te preocupes…traje esto…” levantó los objetos que llevaba en sus manos y los extendió. Esperó a que se fuera, pero él jamás dejó el cuarto. Louis, como dijo se llamaba, lo miraba con el mismo brillo que hace unos minutos, mirada que lo hizo sentirse cohibido. ”¿Necesitas ayuda?”, su voz volvió a irrumpir en la tranquilidad del cuarto.
“Oh…no gracias, estoy bien”, forzó a salir una sonrisa mientras con las manos intentaba cubrir lo que la espuma no podía, pero la mirada penetrante del chico hacía que quisiera botar todas las barreras impuestas y mostrarse frente a él. Se sentía en confianza, con la suficiente para levantarse de la tina a vista del extraño no tan desconocido.
“Enserio…podría hacer…cualquier cosa” y no se dio cuenta cuando el chico estaba a su lado, prácticamente susurrándole al oído, ”cualquier cosa…”. El chico se estremeció ante el aliento chocando contra su cuello, sintió una corriente eléctrica recorrerle cuando una cálida se posó sobre su desnudo hombro.
“Ok, no necesito nada…¿puedes salir para poder vestirme?” y el pudor volvió a su cuerpo. Se alejó del agarre del joven y esperó pacientemente a que saliera de la habitación. Esperó y esperó hasta que el sonido de la puerta cerrarse llegó a sus oídos. Se levantó rápidamente, colgó la toalla en sus caderas y tomó la ropa. Se secó en tiempo record y se vistió en menos. Se intentó arreglar, el ahora, sedoso cabello en el espejo gigante. Se vio diferente. El del espejo no era él, no era el chico de 22 años pobre y trabajador, no era el chico huérfano a cargo de su pequeña hermana…era un típico habitante de Phylium.
Con indecisión, caminó hasta la puerta. Tenía miedo de lo que se iba a encontrar del otro lado, además de que tampoco podría ver a la cara al chico que intentó coquetear con él hacía unos momentos atrás. Cuando puso la mano sobre el pomo de la puerta y la abrió, su pulso se aceleró. Un androide se paseaba por el lugar. Giró y él dejó de respirar. El robot lo miró de arriba abajo, escaneándolo. Con desconfianza, el robot se alejó. Al menos no lo habían reconocido. Caminó intentando recordar el camino de regreso al salón principal en el que habían estado cuando recién puso un pie dentro de la casa.
Una vez dentro del salón, se encontró con la mejor imagen que pudo haber visto en su vida, digna de retrato, pintura, foto o algo para inmortalizarla. El lindo chico sentado frente a una ventana, observando el sol esconderse tras su lado del planeta. Parecía concentrado, ido en sus propios pensamientos y el joven quiso correr a abrazarlo. Jamás había visto algo así, algo tan perfecto como lo era ese joven y quiso saber de él. Quiso cobrarle la ayuda que había ofrecido en el baño. Quiso…
“¡Louis!, ¿qué te dije sobre tu habitación?” una voz aguda salió de entre una de las puertas del segundo piso.
“Mamá….” Murmuró y giró para conectar su mirada con la del chico asustado. ”Yo uh…lo lamento pero…”
“Oh…veo que éste es el nuevo amiguito tuyo y de Charlotte” y el relajo llegó al cuerpo de ambos jóvenes.
“Si mamá…él es…él…” y lo miró en busca de ayuda.
“Soy Harry señora, un gusto…” se presentó el chico tratando de parecer civilizado, de parecer habitante del planeta.
“¡Que jovencito más encantador!...¿por cuanto tiempo se quedará?” otra vez en problemas.
“No lo sé…lo verá con el tiempo, ¿no es así Harry?” y el chico adoró la forma en la que su nombre salía de los labios del dueño de casa. Asintió sin saber que más hacer.
“Oh…comprendo…¿por qué no lo llevas a tu habitación?” sugirió la madre.
“Oh, vamos…no tengo 15 años mamá…” reprochó el chico y el otro no pudo evitar soltar una pequeña risa.
“¿Qué tiene de malo que vayan a tu cuarto?...” y eran las típicas peleas madre e hijo que Harry quería tener con su madre, mas eso era imposible de realizar y se sintió solo de nuevo.
“Mamá….sabes el porqué”.
“No creo que le importe mucho el que tengas un desastre allá arriba William… hasta te podría ayudar”.
“Es un invitado…” rodaba los ojos cada tanto cuando su madre hablaba y el chico terrestre moría ante tal acción.
“Pero…”
“De acuerdo…si lo llevo, me dejas en paz, ¿ok?...”. La mujer asintió y el chico le hizo una seña al otro para subir. Juntos caminaron por el largo pasillo del segundo piso de la gran casa
“No deberías ser así con ella” dijo el chico caminando tras el dueño de casa a una linda y gran habitación en la planta alta de la casa. Miraba a su alrededor, pero después de haber visto el primer piso, supo que no se sorprendería de nada cuanto viera en esa casa.
“A veces molesta” , dijo el chico simplemente.
“No me molestaría que me trataran así…”
“No te lo recomiendo”
“Se preocupa por ti” y era que el joven terrícola no podía comprender como esa mujer miraba con tanta devoción a su hijo cuando éste lo trataba de la peor forma.
“En extremo…” el castaño se lanzó a la cama deshecha con los ojos cerrados. El otro chico permaneció parado en la puerta mirando con cierta envidia, por que el chico tenía una madre y él no, por que tenía una cama decente y él no, por que lo tenía todo y él no. “Si quieres, puedes pasar…eso es lo que mamá quería”
“Si no quieres que esté aquí me puedo ir…Gem ya está bien…” murmuró sin ganas realmente.
“Realmente, no quiero que te vayas” y el joven vio como el chico se levantaba de, a simple vista, cómoda cama, para caminar directo donde el tímido joven estaba. “Quiero que termines de entrar tu cuerpo en mi habitación, cierres la puerta y conversemos…”
“No entiendo porqué…”
“Me pareces una persona bastante interesante y siempre he tenido curiosidad de la vida allá abajo” respondió a la interrogante del chico y éste se sintió impotente.
“¿Has vivido toda tu vida acá?” y aún que sabía la respuesta, quería escucharla porque le gustaba la voz cantarina, suave y algo aguda de su anfitrión, y quería alargar esa conversación hasta que la boca se les secara de tanto hablar.
“Desde que tengo memoria si…por eso pregunto como es la vida allá abajo…y por favor, no mientas…quiero cada detalle”
“Es largo a decir verdad…”
“No es como que vayamos a ir a otra parte”. El chico juró escuchar a un terco y testarudo adolescente, mas no se atrevió a preguntar. Quizás si era un adolescente y sería inapropiado pensar en pasar sus manos por la cintura del chico, por que eso quería desde que lo vio fuera de su refugio en la nave.
“Es bastante miserable vivir allá abajo” suspiró. No quería contar de su vida a esa persona que se había ganado su admiración y no sabía bien porqué. “El trabajo es escaso, no toman en cuenta tus capacidades, no te permiten viajar acá, prefieren que mueras…crecí con la esperanza de venir a trabajar acá arriba como una vez escuché de un anciano que vivía un par de casas más abajo…con pisar el suelo de Phylium me bastaba…sólo necesitaba que Gemma subiera acá y mejorara…quería que ella viniera y si podía, se quedara aquí, por que ella no merece vivir allá abajo, ella no merece pertenecer a ese lugar, merecer comer bien todos los días, merece que la cuiden como yo no puedo, que le den el cariño que le robaron…” las palabras fluían solas de su boca, no conectando el filtro cerebro-boca.
“Tú tampoco mereces vivir ahí…encuentro que eres un chico demasiado perfecto para vivir en ese lugar”. Harry sintió sus mejillas arder. Jamás en sus 22 años había escuchado un cumplido, menos de una persona de la alta sociedad como lo era Louis. “Nunca había escuchado eso de trabajar acá…pero si tú quieres puedo…”
“Oh…no, no… a penas tu hermana baje de vuelta, nos vamos con ella…no quiero causar más problemas, ni a ti ni a tu familia…mucho hacen con tenernos aquí”
“No serías molestia…al menos no para mi…” y nuevamente el chico estaba coqueteando descaradamente con él. Sus mejillas tomaron un color rojizo que hace años no sentía subir y se golpeó mentalmente por ser tan obvio, por demostrar con su cuerpo las ganas que le tenía. Suspiró molesto consigo mismo, evitando la mirada penetrante del chico sobre él. “¿Me contarías sobre tu vida?...ya que estamos aquí, sin hacer nada…” y el joven agradeció el cambio de tema.
“Uh…mi vida no es interesante, ¿sabes?...me llamo Harry Styles…nací en Nueva York, o lo que queda de ella…tengo 22…mamá murió cuando nací, viví con una mujer que consideré mi madre hasta que murió hace un par de años…me quede a cargo de Gemma…trabajo en una empresa que no aprecia lo que hago, no puedo conseguir mejor trabajo a pesar de que se leer y escribir…y mi sueño frustrado es dejar que mi hermana tenga un lugar aquí”.
“Podrías tener un lugar aquí también…”
“Oh, no, no…no lo creo” giró su rostro para mirar el del chico castaño que lo miraba con admiración. Tuvo la extraña necesidad de encerrarse en ese cuarto y no salir jamás si estaba en la compañía de ese chico, que nada más le importaría si tuviera que vivir con él, y ahí fue cuando se preguntó si así se sentiría enamorarse. Desechó la idea por que, ¿nadie se enamora cuando no conoces a dicha persona o si?... pero había algo que desprendía el chico que lo dejaba totalmente hipnotizado y no sabía que era. “¿Y tu?...cuéntame de tu vida…”
“En realidad es bastante aburrida…aquí nada interesante pasa…todo es una especie de perfección que no logro comprender…en vez de ayudar a la gente de abajo, malgastan el tiempo tomando el sol en la piscina…¿no saben acaso que eso es peligroso?...si, tenemos las máquinas y androides más desarrollado, pero eso no quita que a la larga mueras…mamá es nieta del presidente de esta gran estrella artificial…por eso digo que no es imposible que te quedes aquí…sólo si eso es lo que quieres…” el chico lo miraba sorprendido. Al no obtener respuesta, continuó con su relato. “Bueno, creo que sabes que mi nombre es Louis, pero mamá insiste en llamarme William como papá…la verdad es que no me importa como me llames tu… Tomlinson, mi apellido es Tomlinson…ya conoces a mi hermana, Charlotte y mamá…Johanna… pero no creo que sea importante” y rió. Su risa era de las mejores que había escuchado en su vida, por no decir la mejor. Harry comprendió que quería escuchar esa risa y voz por largo tiempo más. “Tengo 21…en dos semanas cumplo 22, por lo que quedaríamos igual…me gustaría que estuvieras aquí para mi cumpleaños…espero no te moleste si hablo con Charlotte para que se queden los 3…”. Harry quedó sorprendido por la cantidad de palabras que podía decir en tan poco tiempo. No se cansaba de hablar y él tampoco se cansaba de escucharlo. Su sonrisa se expandió cuando escuchó salir de esos labios que lo quería en su fiesta de cumpleaños, más aún cuando no llevaba un día siquiera de conocerlo. “Me gustaría conocerte más, si no te importa, claro…” y Harry se lo permitiría.
(…)
El domingo había llegado y él ya no quería irse. Se vio a sí mismo imaginando como sería un futuro junto al dueño de casa en uno de sus sueños. Se imaginó a él en la gran cocina de la casa mirando por el ventanal afuera a un Louis jugando con una pequeña niña de cabellos castaños como los de él y ojos esmeraldas como los de Harry. Era una idea tonta, inmadura e infantil siquiera pensarlo, menos a una edad donde ya debería haber alcanzado la adultez, pero era un tema que no podía evitar cuando quería al joven. También se había planteado la idea de decírselo a la cara antes de irse, pero sería algo en extremo vergonzoso y no estaba dispuesto a pasar humillaciones a pesar de la clara atracción del otro joven para con él. Tampoco era como si quisiera decirlo para luego irse y quedar con el cargo de consciencia de haber arruinado el día del joven que consideraba su amigo.
Suspiró cuando el sol chocó en su rostro. Definitivamente, todo era diferente en Phylium. Realizó la rutina que había adoptado el día anterior y partió al cuarto de Louis por que él se lo había pedido la noche anterior, y él no haría sin chistar para complacer al chico que le había robado el sueño. Sonaba patético cuando se refería así a Louis, pero no había otra forma de describirlo. Le quería como jamás quiso a otra persona en toda su dolorosa vida, ni siquiera a la mujer que lo refugió cuando no tuvo a nadie. Se dio cuenta de que todos en la casa dormían, que los androides aún no eran activados desde la casa matriz y que él sería lo único en movimiento hasta por lo menos 2 horas más. No entendía para que lo quería Louis cuando la noche anterior le pidió que lo fuera a ver a penas abriera los ojos. No le dijo nada más que eso y él, como la persona obediente por naturaleza que era, iba camino a verlo. Louis le había dicho que no tocara la puerta cuando llegara, que sólo entrara y él lo haría. ¿Por qué hacía estrictamente todo lo que Louis le decía?. No tenía remota de idea de porqué, pero ahí estaba él, siguiendo paso a paso lo que el otro chico le decía, fuera bueno o malo.
Con extremo sigilo, abrió la puerta para ingresar por completo a esa habitación rellena de Louis en ella. Observó con cuidado el bulto envuelto en la cama y se preguntó como había sido posible que quisiera tanto a ese chico a menos de dos días de conocerlo y recordó un término que una vez escuchó decir a su madre. Amor a primera vista. ¿Sería posible que eso le hubiera pasado a él?, ¿sería posible que de verdad, ese extraño sentimiento que desarrolló en tan poco tiempo pudiera clasificarse como amor?.
Caminó hasta el borde de la cama y miró el pacífico rostro del chico descansar, y es que para sus ojos, ese joven era perfecto. Rió al darse cuenta que comenzaba a pensar igual que una chica. ¿Qué haría?. Despertarlo era una opción, pero su rostro relajado por el sueño era algo que quería mantener en su memoria. Por otro lado, la curiosidad de saber que era lo que el joven quería, lo estaba matando. Se arrodilló a su lado y pudo observarlo mejor, de más cerca. Su respiración pausada chocaba con su rostro y le enviaba oleadas de satisfacción a su, antes, vacío corazón. Con una delicadeza superior a la que generalmente utilizaba, tocó su cabello. Se sentía tan bien entre sus dedos, tan correcto. Cuando las pestañas del chico revolotearon, supo que la había cagado y había irrumpido en su sueño.
“Bueno días” murmuró avergonzado, levantándose del suelo en segundos.
“Hola Harry” la voz adormilada y ronca que salió de entre sus labios alerto sus sentidos. Su nombre salía tan bien de su parte que quería escucharlo por siempre y…y dejó de pensar en aquello por que sabía que jamás ocurriría, al fin y al cabo, él se iría esa tarde.
“¿Para que me hiciste venir en la madrugada?” la pregunta salió bastante tosca de su boca, por lo que intentó remediarlo con la sonrisa que se plasmó en sus labios.
“Oh…como te ibas hoy yo… quería…yo quería…uh…¿puedes sentarte?” y Harry se extrañó por que el Louis que él conocía no era para nada tímido. Aún así, hizo lo que le pidió. Se sentó a su lado y el chico instantáneamente se apegó a él. Pasó sus brazos por la cintura del mayor y lo recostó. Su cabeza quedó ubicada en su pecho, a la altura del corazón y él no dudó en que éste podía sentir los desbocados latidos. “No quiero que te vayas” comenzó él. Harry no sabía bien que hacer. Tener al chico sobre él lo mantenía desconcertado, casi a tal punto de no poder escuchar nada de lo que éste le decía. Su mano, instintivamente se levantó para posarse en el hombro del menor. “Mentiría si dijera que no me sentí atraído a ti cuando fui a buscarte…mentiría si dijera que no intenté coquetear contigo lo más que pude…mentiría si te deseara buen viaje hoy cuando ni siquiera quiero que te alejes de mi…” sus palabras taladraban en los oídos de Harry, por que él sabía de eso, por que él sentía exactamente lo mismo que el otro.
“Yo…no sé que decirte Lou”. El apodo salió de sus labios sin poder detenerlo, pero poco le importaba ya. El regocijo en su interior era mayor que la vergüenza por lo que estaba a punto de lanzar fuera de su mente. “Si…si te dijera que me pasa lo mismo, ¿lo creerías?” los ojos del menor brillaron cuando levantó la vista sorprendido. “Es extraño… no sé bien lo que me pasa, pero sé que no me quiero ir…no ahora…cuando llegué aquí, sentí que lo único necesario era curar a Gemma…ahora….ahora lo único necesario es quedarme por otro propósito…no sé que me pasó cuando te vi en la nave, no sé que me pasó cuando me trajiste aquí e intentaste conocerme…no sé que me hiciste…no sé por que no me quiero alejar de ti…siento…siento que te quiero Lou, te quiero de una forma que nunca quise a nadie, de una forma inexplicable...tenía tanto miedo de el rechazo que lo guardé hasta hoy…pero eso no quiere decir que desde que llegué que he tenido la necesidad de estar cerca de ti…”.
“¿Qué crees que esto signifique?” susurró Louis con una sonrisa en sus apetitosos labios.
“Crees…¿crees que esto sea…eso…eso que todos…?”
“¿Que todos llaman amor?” terminó la frase que para Harry era tan complicada.
“Eso…” murmuró cambiando la dirección de su mirada.
“Quizás no sea eso precisamente…” y tenían claro que si lo era, pero tenían miedo de lo que ocurriera después. Comprendieron que ninguno de los dos quería catalogarlo como amor. “Pero me gusta…y no quiero que acabe”. Finalizó. Se miraron. Se miraron a los ojos descubriendo el interior de ambos, descubriendo que ambos tenían el mismo temor de no volver a verse, y como queriendo demostrar por acciones lo que necesitaban, Louis se apegó a la camiseta de Harry y se hundió en su cuello, respirando el aroma que tan bien le hacía.
Harry no se sintió incómodo con el menor cerca, pero quería besarlo. Era incómodo tenerlo a centímetros sin poder besarlo, pero se abstuvo. No quería asustarlo, no quería arruinar el ambiente, no quería que el chico corriera de sus brazos.
Ahí fue cuando Harry comprendió lo que Louis quería para esa última mañana; quería pasarla con él. Suspiró por que estaba cansado de fingir lo que no, por que tenía miedo de no volver a verlo, tenía miedo de extrañarlo allá abajo. Tenía claro que una vez que volviera a la Tierra, no había otra posibilidad de regresar a Phylium. Recordó que el chico quería que él estuviera en su cumpleaños, pero visto en las circunstancias, eso no sería posible. Suspiró nuevamente, pasando su mano desocupada –la que no tenía sobre el cuerpo del chico- por el cabello, desordenándolo, pensando en que poder dejarle para que lo recordara. Nada venía a su mente hasta que la imagen de la cadena que su madre le regaló antes de morir –o que al menos dejó en su cuello- llegó como un flash a su cabeza. Sonrió.
Comprendió que no había regalo más perfecto que ese.
(…)
La hora de la despedida llegó. No sabía que le habían dicho los hermanos Tomlinson a su madre para que sospechara nada acerca del verdadero origen de los chicos, por lo que ella no dijo nada cuando ellos se fueron a despedir y dar las gracias. 30 minutos antes de que Charlotte tuviera que abordar la nave, los Tomlinson llevaban a sus invitados a los refugios. Charlotte llevó a Gemma al mismo compartimiento del inicio, mientras Harry era conducido de la mano por Louis al suyo. Agradecía el tacto del menor, por que estaba asustado y eso lo hacía sentir fuerte. Una vez que estuvo a un lado del escondite, se detuvo. Giró al menor y lo abrazó con todo el cariño que sentía por él.
“Te quiero Louis” murmuró en su oído. No iba a llorar, por que ¿los hombres no lloran cierto?...eso había escuchado de un hombre cuando a los 4 años se cayó por el cerro de su hogar y se fracturó una pierna. Él le hizo caso y jamás volvió a llorar en su vida. Lo intentó. Intentó reprimir la quemazón en sus ojos y el dolor que se instaló en su estómago por el hecho de no volver a ver a ese chico que definitivamente, había robado su corazón. El otro respondió asintiendo y apegándose a su camiseta como lo había hecho aquella mañana. Harry se separó lentamente cuando notó que su camiseta ya no estaba seca. Comprendió que para Louis sería más difícil por que sabía que era mucho mas sensible que él. sacó la cadenita de su bolsillo y sin esperar a que el otro chico abriera los ojos –los cual había cerrado para evitar derramar más lágrimas-, se ubicó tras su cuello y la abrochó. Cuando el menor sintió que algo había sido puesto en su cuerpo, abrió los ojos y observó la linda cadenita con un reloj dentro y una foto de Harry cuando recién había llegado al mundo. Louis supo que era él por los lindos ojos esmeraldas que veían a la cámara con cautela y curiosidad, y la mujer tras él sonreía. Supo que aquella bella mujer era su madre y supo también, de donde provenía los lindos rasgos del chico. La apretó en su mano y se lanzó a los brazos de Harry nuevamente. “Feliz cumpleaños adelantado” murmuró contra su oído y el menor se rompió en llanto. Harry quería que el chico dejara de llorar, por que, aunque se veía igual de hermoso, odiaba verlo sufrir. Suspiró pasando sus manos por el rostro húmedo del menor y lo acercó a su pecho una vez más.
El tiempo corría aun que ellos quisieran que eso no ocurriera. Se separó cuando sintió la voz de Charlotte llamarlo. Harry lo miró con la tristeza reflejando en sus ojos y eso hizo que un nudo se formara en su garganta. Quería gritar, decirle a Harry que se quedara o hasta irse con él, pero ¿cómo haría tan cosa?. Su madre pegaría el grito en el cielo y no dudaría en bajar a buscarlo, encarcelando a Harry por haber irrumpido en propiedad Phyliumniana. Se alejó con pesar y le dio la seña a Harry para que se escondiera. Él así lo hizo y cuando hubo asegurado todo, se acercó una vez más para poder susurrarle la frase que hizo que el corazón de Harry rebotara en su cuerpo, amenazando con salir en cualquier momento.
“También te quiero Harry”.
Comprendió que lo quería más de lo que podía demostrar con esa simple frase.
(…)
Cuando la nave despegó, se sintió vacío. Su cuarto no le parecía lo suficientemente grande, por que se sentía aprisionado. Sus lujos no le parecían suficientes, por que no tenía lo que más quería. Su vida no le pareció lo suficientemente buena, por que le faltaba su otra mitad. No había pasado una hora sin él y ya lo extrañaba. ¿Qué pasaría el resto de la vida?.
Comprendió que ese sentimiento que no quería catalogar, si era amor.
(…)
Estuvo por lo menos 1 hora extra dentro de la nave hasta que todos finalmente se hubiera bajado y cerrado todo. El sonido de la compuerta abrirse y dos chicas entrando lo hicieron recordar cuando había conocido a Louis hace dos días atrás. Su temor se hizo presente. Ya lo quería de vuelta. Escuchó la conocida voz de Charlotte y posteriormente, la luz ingresando a su pequeño refugio. Sus músculos dolían por la falta de movimiento, pero no se comparaba al dolor interno. ¿Quién imaginaría que sería tan difícil alejarse?.
Comprendió que le costaría toda la vida olvidarlo.
(…)
Su cumpleaños se acercaba y su madre le preguntó que quería. Él, antes de pedir algo, preguntó si podía elegir lo que quisiere. Su madre, para consentir a su hijo menor, dijo que si, que ella le conseguiría todo lo que quisiese costara lo que costara. Estuvo pensando en que querría por dos días hasta que una brillante idea cruzó por su cabeza. Sabía que eso implicaría riesgos y dinero, mucho dinero por gastar, pero su madre le había prometido que ella conseguiría lo que él quisiera, y su madre no rompía sus promesas.
Cuando le contó a su madre la verdadera procedencia de Harry y lo que quería, ella casi lo deshereda. Él, como todo niño caprichoso, pataleó, gritó, golpeó y rompió todo a su paso, y juró que si su madre no cumplía su promesa, dejaría de ser su hijo. Era inmaduro de su parte jurar algo que claramente no cumpliría, pero su madre pareció bastante preocupada cuando le prometió que cumpliría, o más bien trataría, de cumplir su promesa.
Comprendió que Harry tenía razón y que tenía la mejor madre del mundo entero y de Phylium también.
(…)
No rendía en el trabajo, no salía con amigos, no compartía con su hermana, no hacía nada que hacía en su antigua vida. El chico phyliumniano había cambiado rotundamente su vida. Se acostaba y se levantaba pensando en él; trabajaba pensando en él; comía pensando en él. Su vida se resumía a él.
Comprendió que aun que lo negara, estaba irremediablemente enamorado del joven.
(…)
Cuando el día de su cumpleaños llegó, estaba emocionado. Tener que convertir a un terrícola en phyliumniano no era tarea fácil. Tenían que conversar con autoridades, mover contactos, gastar dinero y miles de cosas más para poder transformar no sólo uno, sino que dos nuevos habitantes, por que Louis sabía que Harry no dejaría a su pequeña hermana como lo hicieron con él. Cuando su madre conversó con su abuelo sobre la situación y aun que el anciano frunció el entrecejo, no objetó el tema cuando vio el brillo en los ojos de su nieto preferido. Él también colaboro con gastos y reuniones en el registro civil phyliumniano. Al cabo de cuatro cansadores días, Harry y Gemma Styles ya formaban parte de la comunidad de Phylium.
Comprendió que el amor que sentía por Harry iba más allá que cualquier obstáculo, que si tuviera que enfrentarse a su familia por estar con él, lo haría, que no le importaría irse a vivir allá abajo sin siquiera los recursos básicos con tal de estar con el chico.
(…)
Cuando sentía que no podía más, cerraba los ojos e imaginaba que estaría haciendo su chico más allá de las nubes. Luego sonreía y volvería a la tarea que estuviera haciendo. Cuando llegaba a casa, Gemma lo esperaba con una sonrisa y sana. Sana por que él la había sanado. Ella comenzaría la plática e inevitablemente, la conversación se desviaría al planeta fuera de órbita y terminaban hablando de los hermanos
Tomlinson. Ella de lo bien que lo había pasado con Charlotte, maquillándose y peinándose, y él de lo bien que lo había pasado con su Louis, omitiendo el hecho de que cayó perdidamente enamorado de él.
Comprendió que su recuerdo quedaría grabado en su corazón de por vida y que no le molestaba hablar diariamente de él si con ello, él permanecía en su cabeza.
(…)
La Tierra no era como él la esperaba; era mucho peor. Se sintió mareado cuando pisó el sucio piso de barro. Su corazón se contrajo al darse cuenta de que en ese mundo tenía que vivir Harry. El día de su cumpleaños, había bajado a la Tierra a buscar a su chico. Su abuelo había venido con él por que su madre se había negado rotundamente a suspender su tratamiento facial por venir a buscar a un par de sucios terrícolas. Louis la había mirado de mala forma y ella al instante de retractó, por que ella sabía que esas palabras no debieron salir de su boca. Fue hasta el primer lugar de la lista donde él imaginaba que estaba Harry. La industria estaba en bastante mal estado y todos se sorprendieron de ver al presidente de Phylium ahí. El administrador salió de su oficina para recibirlo, pero el joven sabía que su abuelo era el menos interesado de saber sobre los ingresos y producción de la empresa. Rió y le pidió el favor a su abuelo de pedir la dirección del su chico. El anciano lo hizo y en minutos, tenían el papel escrito con la dirección de Harry.
Anduvieron por los pobres barrios de Nueva York y Louis se sintió aliviado cuando vio el número de la casa frente a sus ojos, sabiendo que su chico jamás volvería a ese lugar.
Cuando tocó y escuchó la profunda voz desde el otro lado de la puerta, comprendió que jamás se podría sentir más feliz que esa vez, cuando se reencontró con el chico que amaba.
(…)
Una vez que le terminó de contar el porqué estaba ahí y saliera del estado de shock, comenzó a ordenar las cosas de valor sentimental –porque no tenía nada de valor monetario- con una sonrisa cruzando su rostro. Louis lo miraba fascinado desde el umbral de la puerta de la pequeña habitación y se resistió de las ganas de caminar los dos pasos que los separaba y abrazarlo, de decirle lo mucho que lo había extrañado y de lo mucho que lo quería, que lo amaba, pero no lo hizo por respeto a su abuelo y a Gemma que podía observar todo desde una distancia pequeña, al fin y al cabo, la casa no era para nada grande. Observó a su alrededor y supo que Harry no tenía nada que ofrecerle a él, que su madre jamás aceptaría que él tuviera algo con Harry cuando éste no tenía ni donde vivir bien.
Comprendió que a él no le importaba eso, que no le importaba dejar todo por Harry, que no le importaba si a su madre no le gustaba. Él estaría con Harry y fin de la historia.
(…)
Se sentía bien no ir aprisionado en un espacio reducido dentro de la nave. Se sentía bien ir sentado en un cómodo asiento. Se sentía bien tener el cuerpo de Louis a su lado. Se sentía bien sentir su calor. Se sentía bien tener la mano enlazada con la suya bajo la chaqueta que llevaban encima, evitando con aquello con el abuelo o Gemma los vieran. Pero a ellos parecía no importarle mucho lo que ellos hacían o dejaba de hacer, ya que estaban bastante interesados en su conversación. El pulgar de Louis se paseaba a lo largo del dorso de la mano de Harry, trasmitiéndole confianza.
“Aún no puedo creer que vinieras por mi” murmuró Harry sin salir de su estado de asombro. La sorpresa le cayó como balde de agua fría sobre la espalda. Saber que Louis estaba en la Tierra por él llenó su corazón y alma de un amor hacia el chico que no podía comprender como ese sentimientos se pudiera albergar en su interior y ser dirigido sólo a una persona.
“Eres mi regalo de cumpleaños” sonrió Louis mirándolo a los ojos. Lo había extrañado tanto y no sabía el como o el porqué. Sólo habían estado juntos dos días y se habían enamorado del otro. Ninguno de los dos sabía como eso pudo haber pasado, pero si comprendían que estarían mucho tiempo más juntos.
(…)
Cuando llegaron a Phylium y ambos se bajaron, corrieron como un par de niños pequeños por el gran patio de la casa de Louis. Gemma y el abuelo los habían observado divertidos para negar con la cabeza y caminar al interior de la casa. Se persiguieron por todo el pastizal verde hasta que Harry alcanzó a Louis y lo presionó contra el limpio y corto pasto. Sonreían, se miraban, se admiraban el uno al otro. La mano derecha de Harry pasó al cabello de Louis y lo acarició lentamente.
“Feliz Cumpleaños Lou” murmuró. Y ninguno de los dos supo como o cuando pasó, pero si supieron como seguir aquel beso que Harry le brindó tiernamente…
Y Louis comprendió que no podía haber pedido mejor regalo de cumpleaños que tener a Harry entre sus brazos por el resto de su vida.
Fi
Love4Larry
Re: Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
dios escribes tan ....cuando vi la película me gusto
Pero tu lo convertiste en algo hermoso
En realidad lo ame
Pero tu lo convertiste en algo hermoso
En realidad lo ame
Blue sky
Re: Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
LA FORMA QUE TENES EN DESCRIBIR TODO Y DE RELATARLO ES ADMIRABLE...ME ATRAPAS CON CADA HISTORIA QUE ESCRIBIS....
ENSERIO SOS TAAAAAAN BUENA EN ESTO!!!!!ME GUSTA MUCHO SABER QUE SEGUIS ESCRIBIENDO. ...ESPERO Q CONTINUES LAS DEMAS FICS(SOBRETODO LMIRRORS =) )
BESOS!!!!
ENSERIO SOS TAAAAAAN BUENA EN ESTO!!!!!ME GUSTA MUCHO SABER QUE SEGUIS ESCRIBIENDO. ...ESPERO Q CONTINUES LAS DEMAS FICS(SOBRETODO LMIRRORS =) )
BESOS!!!!
LittleFlowersLove
Re: Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
:DD see ya soon dear <3Alice Carroll escribió::(L)::)
Love4Larry
Re: Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
jajaja muchas gracias por leerloalep1Dforever escribió:dios escribes tan ....cuando vi la película me gusto
Pero tu lo convertiste en algo hermoso
En realidad lo ame
la verdad es que casi lloro con la pelicula, so llego esta idea y fue como kbom! xd pero no quedo como queria...
aun asi, gracias por leerlo y comentarlo
nos vemos pronto :DD
un beso xx
love ya
Love4Larry
Re: Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
jajajaj si, hace mucho que no escribia, pero no podía seguir las otras con esa idea :/ ya sabras por qué (no se me ocurre nada para los otros fics) jajaja siento no poder subir mirrors, pero nada llega y es frustrante D:LittleFlowersLove escribió:LA FORMA QUE TENES EN DESCRIBIR TODO Y DE RELATARLO ES ADMIRABLE...ME ATRAPAS CON CADA HISTORIA QUE ESCRIBIS....
ENSERIO SOS TAAAAAAN BUENA EN ESTO!!!!!ME GUSTA MUCHO SABER QUE SEGUIS ESCRIBIENDO. ...ESPERO Q CONTINUES LAS DEMAS FICS(SOBRETODO LMIRRORS =) )
BESOS!!!!
espero seguirla pronto
muchas gracias por leer y comentar :DD
un beso xx
nos vemos pronto
love ya <3
Love4Larry
Re: Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
Que bonito, son tan hermosos
Me ha encantado, amo como escribes cariño(:
Me ha encantado, amo como escribes cariño(:
Invitado
Invitado
Re: Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
gracias bebé, gracias a ti por leerlo y comentarlo (:Justme_95 escribió:Que bonito, son tan hermosos
Me ha encantado, amo como escribes cariño(:
nos vemos pronto
un beso xxx
Love4Larry
Re: Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
que hermoso aaw
bueno nose como lo haces para escribir tan bien
me encantan realmente todas pero todas tus novelas, OS y todo xd
bueno es una lastima que no tengas inspiración y que las otras novelas queden pausadas pero todas tienen su momento de nuve blanca que no te deja pensar xd
bueno esta historia es linda y tierna sin smut pero buena xd
amo el smut xd pero aun haci amo las historia como esta :D
te felicito por otro OS hermoso xd
te felicito por otro OS hermoso xd
nose como no lo habia visto antes xd
bueno me despido bye bye bye
besos y abrazos y espero que subas otro OS que los amo demasiado xd
PD: y aunq tenga que esperar 5 meses para un nuevo capitulo de mirrors lo are por q es una de mis novelas preferidas xd
weon enserio que te ire a pegar con un palo para que la sigas jajajaja xd ok. no xd
larrypsp
Re: Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
HERMOSO...SIMPLEMENTE DIVINO FUE TAN TIERNO QUE LOUIS FUERA POR HARRY A LA TIERRA Y QUE SU AMOR FUERAN TAN GRANDE COMO PARA DEJARLO TODO POR HARRY... DIVINOOOOO :lloro:
laura horan
Re: Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
lkajdlaksda muchas gracias por leerlolarrypsp escribió:que hermoso aawbueno nose como lo haces para escribir tan bienme encantan realmente todas pero todas tus novelas, OS y todo xdbueno es una lastima que no tengas inspiración y que las otras novelas queden pausadas pero todas tienen su momento de nuve blanca que no te deja pensar xdbueno esta historia es linda y tierna sin smut pero buena xdamo el smut xd pero aun haci amo las historia como esta :D
te felicito por otro OS hermoso xdnose como no lo habia visto antes xdbueno me despido bye bye byebesos y abrazos y espero que subas otro OS que los amo demasiado xdPD: y aunq tenga que esperar 5 meses para un nuevo capitulo de mirrors lo are por q es una de mis novelas preferidas xdweon enserio que te ire a pegar con un palo para que la sigas jajajaja xd ok. no xd
:DD
no se como sale tanta wea de mi cabeza loco! xd
PD: no tengo inspiracion para esa :'c pero algun dia la seguire
muchas gracias de nuevo :D
un beso
love ya
Lot of Love :D
Love4Larry
Re: Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
jajaja muchas graciaslaura horan escribió:HERMOSO...SIMPLEMENTE DIVINO FUE TAN TIERNO QUE LOUIS FUERA POR HARRY A LA TIERRA Y QUE SU AMOR FUERAN TAN GRANDE COMO PARA DEJARLO TODO POR HARRY... DIVINOOOOO :lloro:
bue, asi es el amor de estos dos, o no? xd
muchas gracias por leerlo y comentarlo
love ya
Lot of Love <3
Love4Larry
Re: Out of this world (One Shot- Larry Stylinson)
Esto fue muy hermoso, creo que debería demandarte o algo porque siempre me haces llorar y no es justo.
Se enamoraron en un fin de semana y Louis fue hasta otro planeta a buscarlo, un acto de amor asi deja la valla muy alta para la competencia, ah JAJAJ.
En serio, me encanto, tenes que parar de hacerme sufrir asi! JAJA bye ♥
Se enamoraron en un fin de semana y Louis fue hasta otro planeta a buscarlo, un acto de amor asi deja la valla muy alta para la competencia, ah JAJAJ.
En serio, me encanto, tenes que parar de hacerme sufrir asi! JAJA bye ♥
Invitado
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