Still The One (Grant Gustin y Ashley Smith)

Ficha de la serie

Dios, comenzaba a odiar esa pequeña frase, si la detestaba con toda su alma y corazón, se dijo así misma mientras trataba de recordar quien se la había dicho, o quizá la había leído en algún lugar, no recordaba con exactitud, pero eso no era lo importante en cuestión, eso no quitaba el infinito odio que le había tomado a aquellas simples palabras que acomodadas juntas tenían un significado que se ajustaba perfectamente a su situación.

No estaba segura, sin embargo creía que el destino o alguien en las alturas la odiaba, incluso consideró la posibilidad de la existencia del karma y se preguntó seriamente que tantas cosas malas había hecho en su vida y en vidas anteriores para merecerse eso, y después de reflexionar unos instantes se dijo que era mejor no tratar de averiguarlo, porque si lo hacía se daría cuenta de que se llevaba los méritos suficientes para que el karma se lo devolviera con ganas.

Suspiró cansada y se acomodó el cabello mientras se volvió a quedar absorta en sus pensamientos. De todas las personas con las que la hubiesen podido poner a trabajar, de todos los actores que Estados Unidos o el mundo pudiese tener, ¿por qué se les ocurría juntarlos a ellos dos? ¡Que no existían más personas en el mundo que ocuparan su lugar, pensaba ella mientras miraba incrédula a la persona que estaba frente a ella y cuya expresión no distanciaba mucho de la de ella, ambos se miraban con completa incredulidad, casi como si estuvieran viendo a un fantasma o quizás era más simple decir que se miraban como si ninguno hubiese considerado la posibilidad de encontrarse de nuevo, tenían fe que el mundo fuese lo suficientemente grande para no toparse y en ambos cruzó el mismo pensamiento: “Que pequeño es el mundo.”

—¿Todo bien?— les preguntaron sus respectivos representantes y ambos salieron de sus pensamientos.
Se sonrieron mutuamente y respondieron al unísono: —Si, todo está perfectamente.
—¿Se conocían de antes?— preguntó el representante de la joven, James, mientras la observaba con curiosidad.
—Se podría decir que si— respondió ella tratando de no entrar en detalles.
—¿En serio? ¡Que suerte! Entonces probablemente sea más fácil para ustedes trabajar juntos.— dijo contento el manager de Grant.

Ambos quedaron en silencio por unos instantes, hasta que Grant se dispuso a tratar de aliviar un poco el tenso silencio en el que se había sumido el lugar y contestó: —¡Por supuesto! Estoy seguro de que haremos un excelente trabajo juntos.

Ella sólo pudo atinar a asentir con una sonrisa en los labios, después de eso los llevaron a ambos a una sala para terminar de hablar acerca de los detalles un nuevo proyecto, para el cual ambos habían sido considerados perfectos para los papeles protagónicos. Ambos mentirían si dijeran que prestaron atención a lo que hablaban los mayores, de hecho quizá concordarían en que después del ‘trabajaran juntos’ sus mentes se habían desconectado, sumiéndose en los recuerdos, lo que más tarde les costaría un sermón por su falta de atención.

Al terminar el día y ambos estar en sus respectivos hogares, ninguno pudo evitar suspirar con pesadez, realmente sabían que trabajar juntos no sería cosa sencilla, y no era por dudar de las capacidades del otro en cuanto actuación, de hecho, estaban conscientes de que eran lo suficientemente buenos en lo que hacían, además de que tenían el potencial para seguir su sueño y triunfar… Más bien lo que les preocupaba era el hecho de conocerse demasiado, de tomar en cuenta su pasado juntos, tomando en cuenta que en un momento determinado habían sido el uno para el otro…

No era como si hubiesen acabado mal, de hecho trataron de que las cosas terminaran lo más civilizadamente posible, pero estaban conscientes de que convivir en armonía y como si nada hubiese pasado entre ellos dos, no iba a ser sencillo, habían quedado demasiadas cosas al aire, tantas cosas sin decirse que ambos sabían que sería incómodo, por lo que cada uno tomó su camino, esperando no encontrarse, pero olvidaron algo importante el mundo es redondo y en el mundo en el que se desenvolvían era imposible no cruzarse algún día, sin embargo no perdían nada intentando no encontrarse.

Las grabaciones comenzaron unos quince días después, y ambos hicieron un pacto silencioso de hacer lo posible para que aquel trabajo saliese bien, dejando sus problemas atrás y centrándose en lo importante: Crear un éxito. Lo cual no fue difícil, el programa no tardó en comenzar a ser popular entre el público joven y muchos concordaban en que existían ‘química’ entre ellos, ambos sonreían ante la prensa al escuchar eso, mas no evitaban sentir un extraño sabor amargo al pensar en ello.

Grabar capítulo, tras capítulo, y en el proceso convivir con esa persona que en su momento consideraste la más especial para ti y a la cual dejaste ir porque creíste que era lo mejor no era nada sencillo, menos cuando existen escenas en las cuales hay que expresar sentimientos que quieres creer que ya no existen, porque sería doloroso aceptar que siguen ahí, presentes, que nunca se fueron por mucho que lo intentarás. Ambos estaban conscientes de ello y sentían aquella espinita recordándoles el pasado.

Cuando las cosas estaban más tranquilas y no había nada que entretuviese sus pensamientos ambos se preguntaban, ¿qué había pasado entre ellos dos?, ¿cómo algo que en su momento fue tan hermoso acabo mal? La respuesta no era tan bella, ambos deseaban el éxito y se fueron distanciando por lo mismo, intentaron resolverlo, mas no fue posible y él encontró un nuevo amor y ella se dio cuenta de que quizá era mejor así, antes de darse cuenta lo habían dejado por la paz.

Se encontraban ensayando, era uno de los pocos días libres que tenían, pero faltaba poco para volver a grabar, y tenían problemas en unas escenas, así que decidieron pasar su día libre tratando solucionarlo. Sin embargo los resultados hasta el momento estaban muy lejos de ser lo que ambos esperaban, habían decidido reunirse en el departamento de él, y estaban solos, lo cual al parecer los ponía de nervios, equivocándose más veces, tartamudeando en otras partes, simplemente un pequeño desastre.

—Tal vez deberíamos descansar— comentó él mientras se levantaba del suelo, en el que minutos atrás ambos habían estado sentados tratando de ensayar. Y se dirigió hacia la cocina, regresó al cabo de unos minutos con dos vasos, ofreciéndole uno a ella.
—Gracias, —dijo tomándolo y en el instante en que sus pieles chocaron ambos sintieron un extraño toque de electricidad, alejándose rápidamente el uno del otro. Ella le dio un sorbo a la bebida y sonrió. —¿Té de durazno?
—Tu favorito, —añadió él con una sonrisa y ella no evitó el sentirse feliz porque lo recordara.
—Me extraña que aún lo recuerdes, —dijo mientras le daba otro sorbo a su bebida.
Él le sonrió de nuevo, se sentó a lado de ella, y agregó: —Es imposible olvidar las cosas buenas, en especial los buenos momentos.

Ella sintió sus mejillas arder por un instante e inmediatamente alzó su mirada, encontrándose con los ojos azules de Grant mirándola fijamente. Se enfrentaron los dos azules de sus ojos y antes de ser capaz de reaccionar él la estaba tomando de la barbilla para acercarla a él y robarle un beso. Ella abrió los ojos con sorpresa, ¿realmente estaba sucediendo?, quizá solo se trataba de un sueño, pero no lo pensó demasiado y decidió corresponderlo, y al hacerlo se dio cuenta de que todo eso era real y cuando terminó de procesar lo que estaba sucediendo lo apartó bruscamente.

—¿Qué diablos pasa contigo Gustin?— le gritó furiosa.
—Yo…simplemente no pude evitarlo, le respondió él, lo cual hizo que la furia de ella aumentase. Después continuó: — Ashley tú sabes que…—
—¡Ashley nada! Gustin, ¡no soy un juguete para que me trates de esta manera!
—Y nunca te he tratado como tal, sabes que yo en verdad te quiero, yo… jamás pude olvidar…—respondió él, y la miró intensamente.

Ella se quedó sin palabras unos instantes y después comentó: —Creo que ha sido suficiente por hoy. Necesito un descanso, no me siento para nada bien, —dijo ella mientras se alejaba y tomaba rápidamente sus cosas, emprendiendo la huida mientras sentía sus mejillas arder. Estaba a punto de salir, cuando la mano que estaba al borde de girar la perilla fue detenida por una mano más grande que la de ella, la cual le impidió continuar, intentó girarse, pero le fue imposible, Grant la había aprisionado contra la pared, quedando de espaldas a él. Sus brazos la rodearon y sintió como él acomodaba su mentón en el hombro de ella.

—Yo… lo digo honestamente, te he extrañado demasiado, fue un error el dejarte ir…— le susurró al oído.
—¿Por qué?— preguntó ella en voz baja.
—¿Por qué que?— inquirió
—¿Por qué me dices todo esto ahora? ¿Sabes las veces que esperé oírlo? Estás siendo muy injusto Gustin…Yo, yo te amaba… y tú simplemente me hiciste a un lado como si nada de lo que pasó entre nosotros hubiese importado… tú simplemente pasaste de mi…
—Nunca fue mi intención lastimarte… —dijo él.
—¿No fue mi intención lastimarte?— repitió lo que había dicho mientras lograba separarse de él, haciendo que él cayera de espaldas. —¡Lo hiciste! No eres un tonto Gustin, sabías lo que hacías, ¡no eras un niño! Estabas perfectamente consciente de lo que hacías y aún sabiendo las consecuencias lo hiciste. Y… ni siquiera fuiste capaz de disculparte apropiadamente… —le dijo ella sintiendo como su voz se quebraba a cada palabra que daba, además que comenzó a sentir como las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos.

Él se quedó sorprendido unos instantes, no supo que contestar o más bien, estaba seguro de que no podía alegar nada a su favor, ella tenía razón, lo que él hizo lo hizo conscientemente, sabiendo lo que implicaba y las consecuencias que traería consigo y aún así no le había interesado, creyó ciegamente en que todo saldría bien a pesar de eso y no fue así… y después de todo, ni siquiera tuvo el valor de disculparse, simplemente dijo que lo mejor era terminar y ella lo aceptó. Nunca se detuvo a pensar en lo que ella había sentido, quiso creer que el tiempo se encargaría de sanar las heridas y que él no tenía culpa… pero la realidad era otra…

—Me lo imaginé…—susurró ella, sin perder más tiempo abrió la puerta y salió de ahí, dejándolo tirado en el suelo, reflexionando de sus errores.

Pasó horas pensando, incluso no evitó el tomarse uno que otro trago pero es que…¿A quién engañaba? Se preguntó así mismo, su peor decisión había sido dejarla ir, ella había sido lo mejor que le había pasado en la vida, era simplemente la chica ideal para él, pero por una estupidez la dejó ir. Se mintió varias veces y se dijo que estaban mejor así que si había terminado era porque no tenía futuro y siguió como si nada, pero el volverla a ver, le hizo darse cuenta de la verdad, sólo bastó verla y se dio cuenta de que ella era especial, que no había cambiado lo que sentía por ella, que ni siquiera con todo lo que hizo dejó de pensarla y se dio cuenta…fue un estúpido hecho y derecho. Sin embargo, todavía estaba a tiempo de solucionarlo; lo había echado a perder una vez, esta vez no se iría sin luchar.

Y con eso en mente, tomó rápidamente su chamarra y salió de su departamento. Tenía el plan perfecto.

Mientras tanto, ella se encontraba recostada en el sillón de su apartamento, se sentía terriblemente fatal, no se había esperado nada de lo que había sucedido. “Tu peor error fue creer que ya lo habías solucionado”, escuchó a su consciencia decirle, y a su pesar le dio la razón. Siempre quiso creer que no le había interesado, que era más fuerte que eso y que podría superarlo fácilmente, pero no fue así, los primeros meses fueron terribles para ella, las memorias la ponían mal, no intentó superarlo y simplemente quiso enterrar lo que había sucedido, lo cual comprobó había sido una pésima idea, terminó explotando y diciéndole lo que había prometido llevarse a la tumba.

Recordó lo que había sucedido unas horas atrás y se preguntó si realmente era serio con lo que había dicho, por como la había mirado ella probablemente hubiese creído, pero ¡vamos! Ambos eran actores, reflejar ese tipo de emoción no era nada difícil, pero mentiría si dijera que una parte de ella no era inmensamente feliz aunque no fuese más que una mentira.

Sus pensamientos fueron interrumpidos abruptamente cuando escuchó unos extraños ruidos que provenían desde fuera de su apartamento, se levantó lentamente y se acercó a la puerta, quedando de frente a ella se decidió a ver por la mirilla que estaba sucediendo o si simplemente se trataba de su imaginación. Tan pronto observó, escuchó una voz conocida cantando…


¿Era en serio? Se preguntó insegura mientras abría la puerta, encontrándose de frente a Grant, que traía en sus manos un enorme ramo de flores, el cual le extendió y ella insegura y extrañada por la situación decidió tomarlas, lo que causó una enorme sonrisa en él, que no tardó en continuar su canción.

La canción se detuvo y ella estaba completamente sin palabras, eso había sido increíblemente tierno…

—Ashley, sé que lo arruiné la primera vez, pero sinceramente, eres la única para mi y te suplico que me des una oportunidad, una sola, te prometo que esta vez no pienso fallarte. Fui un estúpido, lo admito, en verdad que intenté olvidar y seguir mas no pude, a cada instante pensaba en ti… Haré lo que quieras, pero permíteme intentarlo, hacer las cosas bien…

Ella se quedó en silencio, él la miraba suplicante y por ello, ella no sabía que responder, pero después se dio cuenta, ella también lo había extrañado no podía mentirse más, por lo que siguiendo un impulso soltó las flores y se abalanzó a él. Cubriendo su cuello con sus brazos y él hizo lo mismo con su cintura.

—¿Entonces me perdonas?
—Tendrás que hacer méritos Gustin…— dijo ella sin dignarse al verlo, escondiendo su mirada en su pecho.
—Los que sean necesarios— dijo contento.

Y ambos pensaron lo mismo en ese instante, quizá no era mala idea tener un nuevo comienzo…tal vez sucedieran cosas interesantes.