Una extraña en soledad.

Todo se sentía tan raro. La sensación de volar creo que no era normal, o al menos no la recordaba. Tampoco recordaba mis ojos de un color tan claro y una pupila tan grande, ni la repentina atracción por los animales. El hecho era, que me había convertido en una extraña, en una criatura extraña para este mundo, el mundo que no era el que todos creíamos y que en esos momentos yo desconocía. Pero lo más difícil de aceptar, es que a partir de ahora, nada será igual y el solo hecho de pensarlo me da escalofríos. Aunque ahora estoy con él y pienso que no estoy tan sola. Aunque, soy una extraña y soy muy fácil de engañar.