En tu Silencio (Larry/Zouis/Niam)

A la mañana siguiente Louis encontró junto a su lámpara de noche una nota que antes de dormir no estaba ahí; la tomó con curiosidad y restregándose los ojos para ver mejor comenzó a leerla, era de Zayn y decía:

La leyó una vez, dos veces, tres… y a la cuarta la nota cayó al suelo, sólo una cosa le quedaba en claro a Louis y es que Zayn se había ido, nada más sacaba al limpio de aquella nota y nada más le importaba, porque simplemente el moreno se había ido, alguien más le abandonaba, alguien más que le había dicho que nunca se iría… o la gente siempre le mentía o él simplemente apartaba a la gente de él, de seguro era la segunda, porque esa gente que le había prometido quedarse era maravillosa no como él, tan desagradable.


Se levantó medio turbado de la cama y se acercó a su puerta para cerrarla con seguro, no quería que nadie entrara mientras pensaba… nadie.
Se tambaleó hasta la ventana y corrió un poco la cortina para ver hacia fuera, era un radiante día soleado… un horrible día soleado, aún era verano ¿por qué Zayn se había ido? Porque él estaba ahí, él había dañado a Zayn, él era el problema, Zayn ya no quería estar cerca de él, todo por lo que le había hecho, pero no había sido a propósito, no se podía obligar a amar a Zayn por mucho que esté se lo mereciera y por mucho que le quisiera, no podía y no había sido culpa de él enamorarse de Harry, entonces ¿por qué le castigaba de esa forma?, no era justo… no, lo que no era justo es que él fuera tan egoísta de querer a Zayn a su lado aún después de lo mucho que lo había lastimado, pero es que lo necesitaba, aún teniendo a Harry necesitaba a Zayn y no es que no quisiera jugar con ambos, como algunos podrían pensar, sino que necesitaba a Zayn como su ancla, el ancla que lo mantuviese firme mientras el fuerte oleaje que era Harry lo golpease con ímpetu, sin Zayn era un barco a la deriva a merced de fiero mar de emociones e impulsos que Styles representaba, necesitaba a Zayn, porque era en tiempo, lo más cercano a un amigo, porque Harry era de todo menos su amigo, Zayn era distinto, incluso podía ser más que un amigo, era el más cercano a representar lo que antaño había sido… él… pero le dejaba, también le dejaba y volvía a estar solo… solo con él mismo.

“Cuando uno es una plaga, una basura inservible… una maldición andante, un insecto se merece estar solo” pensó volviendo a su cama, soltando la cortina para que su cuarto volviese a quedar en penumbras.


No se movió de ahí, ni siquiera cuando su madre vino a buscarlo, o cuando al rato le trajo comida, o cuando a media tarde Jay le lloró por que abriera la puerta, simplemente estaba ahí en su cama, mirando el vacío con la nota apretada en su mano y miles de voces en su cabeza, voces que le recordaban el desastre que era, lo abominable que podía ser… nadie se quedaba con él, porque nadie quería estar con él, porque nadie quería estar cerca de un ser tan detestable, de un paria.


Cuando la noche cayó, Louis seguía en la misma posición, ni siquiera el hambre lo movió, porque no sentía hambre, no sentía nada, para cuando la luna estuvo en su punto más alto, Louis volvía a no sentir nada.


Fueron tres días, contando el día que había descubierto la nota, tres días en los que solo salió de su cuarto cuando estuvo seguro que nadie le vería y fue sólo para ir al baño y pasar horas bajo la ducha sin pensar nada, se movía por inercia, para luego regresar a su cama estilando y quedarse ahí. No dejó entrar a nadie en su cuarto durante ese tiempo, ni siquiera atendió los angustiados ruegos de su madre o los insistentes llamados de Harry, para él no había nadie más fuera de él mismo y todos sus demonios, fueron tres días de escucharlos hablarle y dejarse llevar nuevamente por ellos, pero al cuarto día algo dentro de él, explotó.


Se levantó temprano, se bañó y se arregló, se puso unos jeans negros ajustados y una camisa de manga larga a cuadrille con tonos oscuros, hace tiempo que no se vestía así, no le veía sentido a ponerse esa ropa de salir si no salía, pero hoy no era un día como los otros.


Salió de su casa sin ver a nadie y ni siquiera dejó una nota, simplemente se desapareció del lugar causándole un infarto a Jay cuando en la mañana fue a su cuarto y no lo encontró en él.


Todo el día mantuvo a todos con el alma en un hilo, no se vio rastro de Louis hasta cuando ya era bien de noche, fue entonces cuando el castaño llegó a la pensión e ignorando a todos los que lo esperaban en el hall, que eran su madre y los tres citadinos que quedaban, se fue a su cuarto dejando al pasar una estela con olor a cigarro y drogas. Aquello alarmó a quienes le esperaban y rápidamente intentaron seguirle mientras le llamaban, pero la única respuesta fue un portazo en la lejanía y una puerta cerrada con llave para cuando estuvieron fuera de la habitación del menor.


— ¡Louis! ¡Abre la puerta ahora mismo, jovencito! —gritó Jay exasperada mientras golpeaba para que su hijo abriera, pero no obtuvo respuesta dentro de la habitación no se oía ni un ruido.


— ¡Louis estoy hablando en serio, abre esa puerta! Tenemos que hablar —siguió insistiendo la mujer.


—Vamos Lou, no seas tan infantil y abre —dijo Niall y algo cayó dentro de la habitación.


— ¿Louis? —preguntó Jay preocupada y entonces otro golpe resonó, pero esta vez fue algo que golpeó la puerta, haciendo a Jay retroceder.


—Louis abre ahora, no seas egoísta, tienes a tu madre muy preocupada, mocoso malcriado —reprochó con fuerza Harry.


Nuevos objetos impactaron contra la puerta y algo pesado cayó al suelo provocando un pequeño estremecimiento en el piso.


— ¿Louis que haces ahí a dentro? Deja eso y sale… no voy a regañarte, sólo quiero saber qué te pasa —volvió a hablar Jay casi al borde del llanto. Louis había actuado igual otras tres veces, la primera con la muerte de Billy, la segunda no tenía causa aparente y la tercera luego de la muerte de su padre, aunque nunca había hecho esto de salir y ponerse a destruir su cuarto, por lo general se atacaba a él mismo y eso era lo que más temía Jay, que volviese a hacerlo.


—Hijo, por favor… si es porque el chico este… ¿cómo se llamaba? ¿Zack? como sea si es por él yo…


— ¡No me hables de él! —gritó Louis desde dentro y algo más cayó.


—Pero Lou... —Jay quiso continuar, ni siquiera fue consciente de que su hijo había hablado, aunque el resto de los chicos lo notó y se asombraron de oírle por fin hablar—Ese tipo te hizo algo ¿verdad?... ese pervertido te hizo daño… debí saberlo, se fue tan de repente y estaba tan raro. Voy a llamar a la policía para que detengan a ese hombre.


—¡Ni se te ocurra hacer eso! No me hizo nada… bueno si… me abandonó… igual que todos… se fue como todos se van a ir —gritó Louis y entonces la puerta se abrió de golpe mostrando a un alterado chico —Ustedes se van a ir —su dedo apunto a Niall y Liam que permanecían un poco apartados — ¡Y tú te vas a ir! ¡Claro que lo haras! —Dijo con furia mirando a Harry y luego sus ojos que brillaban con ira se posaron en su madre y gritó una vez más antes de cerrar la puerta —¡Y NI TU TE VAS A QUEDAR! ¡NADIE LO HARÁ! TODOS ME DEJARAN SOLO… ¡TODOS!


La puerta se cerró otra vez y más cosas volaron dentro del cuarto.


Jay impactada se abrazó a sí misma mientras comenzaba de a poco a caer al suelo.Niall la tomó entre sus brazos apenas vio que la mujer se debilitaba.


—Deja de hacer esto, Louis — dijo Liam, ya estaba molesto —nadie te ha abandonado, estamos aquí… ¿Estás enojado con Zayn?... No seas injusto — miró a Jay de reojo —sabes perfectamente a lo que me refiero.


—Billy se fue, él se fue, Zayn se fue, ustedes se irán, mamá se irá, pero Louis no se irá… yo nunca me iré… yo no puedo escapar… ¡No puedo! —la puerta tembló al recibir otro golpe. Louis estaba fuera de sí.


—Lou, abre por favor, soy Hazz, deja de hacer esto, hermoso -intentó usar otra táctica.


— ¡ENTIENDE QUE NO PUEDES LLAMARME ASÍ! —gritó Louis y algo se ensartó en la puerta.


— ¡Maldición! ¿Qué fue eso? ¿Acaso esta poseído? —preguntó Niall asustado, mientras seguía sosteniendo a Jay.
—Su navaja tal vez… no vieron sus muñecas… —sollozó Jay, lo había vuelto a hacer, otra vez y ella de nuevo no lo había detenido… esto era horrible, ¿cómo iba seguir con esto? no podía.


—¿Muñecas?... ¿Qué tenía en sus muñecas? —preguntó Harry desconcertado, pero aún así con temor en su voz.


—Las cortó, otra vez las cortó… —Jay apenas susurraba, estaba casi desmayada, demasiadas emociones estaban acabándola.


—¡NO! —Gritó aterrado Harry —. ¡Lou, ábreme, te lo ruego, bebé! —sin pensarlo más empezó a golpear la puerta con su cuerpo tratando desesperadamente de derribarla.


—Apártate y la abro… Hazza —dijo Louis bajito, estaba justo del otro lado de la puerta y ahora su voz sonaba distinta, casi siniestra.


Harry obedeció al instante mientras su espalda se entumecía al oírlo hablar así.
La puerta se abrió lentamente dejando ver un desorden dentro y a Louis de pie cerca de la entrada con expresión neutral, quienes estaban afuera notaron enseguida que sus mangas estaban manchadas de sangre.


—Pasa… bebé —Louis sonrió con sorna e hizo una reverencia burlesca, sus ojos estaban más oscuros de lo normal.


—Mierda, Lou… ¿Qué hiciste? —Exhaló Harry impactado por la imagen, entró rápidamente y le tomó los brazos alzándolos para detener la sangre —¡Pásame algo para presionar las heridas, Liam! — Se volvió hacia el menor con los ojos llenos de temor y lágrimas — ¿Por qué hiciste esto, bebé? — le suplicó por alguna explicación.


—Dejalos, no me van a matar, con el tiempo aprendes cuáles cortes son dañinos y cuales son como simples rasguños —respondió Louis sin inmutarse y soltándose con brusquedad caminó hasta la puerta y con un nuevo portazo dejó a todos afuera.
Una vez que aseguró la entrada se volvió hacia el rizado y sin más se lanzó sobre él y tomándolo desprevenido le besó salvajemente.


Harry estaba tan turbado que se dejó hacer, no sabía cómo reaccionar, sólo quería que Louis estuviera bien, por lo que solo se dejó besar derribado en la cama con el menor sobre él.


—He sido tan tonto, tres días lejos de ti han sido un martirio… ahora me doy cuenta cuanto te extrañe… Hazz —susurró Louis antes de comenzar a besar el cuello del mayor.


—Tienes sangre en tus manos, me estas asustando, Lou… estuve fuera de tu puerta casi todo el tiempo… ¿Qué tienes?... dímelo, te lo ruego —dijo el mayor intentando detener los besos y encontrar su mirada.


—Olvídate de la sangre, ya se secara… ¿de verdad viniste? No te oía Hazz… no podía más que oírlos a ellos en mi cabeza, demonios del pasado que nunca se fueron… que nunca se van… a menos que estés conmigo, pero tu también te iras… como todos, así que déjame disfrutar a tu lado un poquito más antes que te vayas —la mirada de Louis estaba hueca, pero eso no impedía que se perdiera en los ojos de Harry, quería acercarse a ellos, quería poder vivir en ellos, tan claros, tan verdes, tan bellos.


—¿Estás así por Zayn?


—No lo nombres, me mintió, pensé que era mi amigo, que se iba a quedar, pero me mintió y los otros también… nunca nadie que ha dicho que se quedara se queda… no me aprecian… me tienen miedo o tal vez asco… nadie se queda… ni Zayn, ni él, ni nadie —Louis comenzaba a calmarse, pero a la vez sus ojos se llenaban de lágrimas, no quería ser la razón de su abandono… pero lo era.


—Yo no te he prometido nada, pero dime qué hago para que dejes de estar así y lo haré —Dijo sinceramente el rizado.


—Duerme conmigo esta noche, quédate aquí a hacerme compañía, por favor —pidió Louis retomando su expresión algo tristona de siempre, la ira ciega lo estaba abandonando.


—Solo si me dejas curarte las heridas —negoció.


—Eres un tramposo, no deberías poner condiciones, pero está bien. En algún lugar de este desorden deben haber vendas —respondió el castaño bajándose de la cama para buscarlas, a cada cosa que movía una pequeña mueca de dolor se dibujaba en su cara.


Harry se llevó ambas manos a la cara mientras seguía tendido, respiró pesado, todo estaba controlándose y sintió ganas de llorar, se había asustado tanto por Louis, no quería volverlo a ver nunca más así, ahogó un par de sollozos y lo miró para ver si se había dado cuenta, pero se encontró con una mueca de dolor en el rostro del menor y se incorporó inmediatamente. Llegó hasta donde el castaño y posó suavemente su mano sobre la de este deteniendo sus movimientos.


—Yo busco las vendas… anda a la cama, por favor.


—Bueno… no sé dónde están, estaba seguro que las guardé junto con la navaja, pero la navaja esta en la puerta y la caja por allá y ni rastro de las vendas —dijo Louis haciendo un puchero a la vez que se recostaba en su cama.


Harry buscó apenas un instante, pero le urgía detener la sangre en las heridas del menor, por lo que siendo impulsivo como siempre, sacó la navaja incrustada y se retiró la camisa, cortó ambas mangas y vendó las muñecas de Louis, apenas terminó de hacerlo, detuvo sus movimientos y miró fijo a los ojos azules, descubriendo que la oscuridad se había ido al fin, repentinamente el alivio le hizo reaccionar y se aferró a Louis abrazándolo fuerte, mientras seguían sentados en la cama.


— Nunca más vuelvas a hacerte daño en tu hermoso cuerpo… nunca más — dijo sin poder evitar que un par de lágrimas aparecieran.


—No es hermoso, está lleno de cicatrices, ¿nunca las viste? Algunas no sé ni de donde salieron… pero, no volveré a hacerlo Hazz, te lo prometo —Louis se apartó un poco para poder besar al mayor en los labios y al terminar le susurró —Ahora duerme conmigo.


Harry se acomodó junto a Louis y apegó su cuerpo al del menor.


—Las vi desde la primera vez, pero no te pregunté… Todos tenemos nuestro pasado, aún así pienso que eres hermoso y te deseo constantemente — dijo mientras acariciaba su cabello.


—Vas a hacer que me sonroje —rio Louis y besó dulcemente a Harry —Te amo —le dijo mirándolo a los ojos, mientras el miedo le comía por dentro y comenzaba a arrepentirse de decirlo. Se quedó un instante más observándolo y al sentir que pasaba el tiempo y no había respuesta se acurrucó en Harry y cerró los ojos, a pesar que no habían pasado más que unos segundos, pero el nerviosismo le podía.


El corazón de Harry latía desbocado, Louis acababa de decirle que lo amaba, nadie se lo había dicho antes y no sabía cómo reaccionar, esa confesión pegaba más fuerte que veinte puños, pero temió responder, pues no estaba seguro de si se lo había dicho envuelto en ese huracán de emociones o si había sido sincero.


—Descansa, Lou… — ya habría tiempo para saber si había sido sincero, pues no quería exponerse aún… tenía miedo de confesar que también lo amaba y que había sentido morir esos tres días sentado fuera de su puerta cuando nadie lo veía, Harry llevaba tres noches en vela, tiempo suficiente para descubrir que estaba perdidamente enamorado de Louis y que por lo mismo tenía miedo, pues él no sabía amar.


Todo sentimiento de nervios murió en Louis, si bien Harry le había dicho te amo ya, hubiese sido lindo volverlo a escuchar, pero al menos se quedaría con él esa noche, por fin dormiría tranquilo.







(...)








A la mañana siguiente Louis despertó algo desorientado, se comenzó a mover en la cama y fue cuando sintió que había alguien más ahí, abrió asustado los ojos para encontrarse con un chico de rizos que al principio no reconoció, pero luego recordó que era Harry y se asustó aún más de verlo en su cama, ¿por qué era su cama cierto? Miró hacia todas partes para verificar que era su cuarto y notó que al parecer un huracán había pasado por ahí, porque hasta su escritorio estaba en el suelo.


Volvió a concentrarse en Harry y trato de recordar por qué estaba ahí, ¿y si Jay sabía? Iba a estar en problemas, graves problemas si Jay se enteraba de todo, tal vez lo mejor era levantarse y hacer que Harry se fuera y ordenar su cuarto antes que su madre llegase a buscarlo, ¿por qué su habitación estaba tan desastrosa? No estaba entendiendo nada, pero sólo le fue necesario apoyarse en la cama con los brazos para que un dolor punzante le hiciese recordar que había pasado, miró sus muñecas y las vio vendadas… así que otra marca para recordar otro episodio.


Suspiró pesadamente y se volvió a recostar junto a Harry, se sacó las vendas y vio que volvía a sangrar, ¿en qué pensaba cuando se cortó? Había sido más profundo de lo normal, sí que había actuado como un imbécil ayer, todo lo que había hecho desde que se había ido a ese sitio hasta todo lo que les había gritado a su madre y a los chicos, le debía una disculpa a su madre… a todos, aunque ahora entendía, porque todos le dejaban… era de temer cuando estaba en ese estado, pero Harry estaba ahí, después de todo seguía ahí, no había escapado en medio de la noche y eso le asombraba…. realmente amaba a ese chico y se iba a romper contra el suelo cuando este se fuera al terminar el verano.


Se acercó a Harry y lo besó tiernamente en los labios para luego acariciar su cabello, dormido parecía un ángel y no tenía esa expresión altanera de siempre, que lindo era despertar así, aunque no fuese para siempre.


Harry se removió un poco entre las sábanas y buscó a tientas el cuerpo del castaño, apenas lo sintió, lo apegó a él y se volvió a acurrucar, estaba muy cansado, pues llevaba solo una hora durmiendo, pensó toda la noche acerca de Louis, de lo ocurrido, del “te amo” y de sus propios sentimientos. Tener a Louis descansando entre sus brazos había sido muy revelador.


Louis suspiró enamorado y sonrió al verse apegado nuevamente a Harry.


—Amo estar así contigo —susurró el castaño —te amo a ti —agregó y besó a Harry otra vez y agregó para él mismo —pero debo levantarme y buscar algo que detenga esta pequeña hemorragia —dijo mirando su muñeca derecha, parecía ser la más dañada, intentó soltarse de Harry, pero parte de él no quería hacerlo realmente.


—No… —resongó entre sueños el rizado frunciendo el ceño —quédate, bebé.
Louis abrió los ojos asombrado, ¿no estaba despierto cierto? Se quedó quieto, y al final suspiró, daba igual si estaba despierto, si se enteraba que lo amaba no había nada malo.


—Está bien durmiente Hazz, me quedo —dijo Louis abrazándolo con cuidado de mantener su sangre lejos del rizado y se acurrucó aún más junto a él. Ya llegaría su madre a arruinar todo, así que mejor se levantaba cuando eso pasara.
El movimiento hizo que Harry abriera lo ojos encontrándose con los de Louis, quedó fijo en ellos mientras su conciencia volvía. Sonrió cuando se dio cuenta de que no soñaba, pero pronto los recuerdos de la noche anterior volvieron y se preocupó.


—¿Estas bien ahora, Lou?


—Ahora que estás conmigo si —respondió el menor sonriendo sincero.
—Estás hablando… —dijo el rizado tocando los labios de Louis —ayer nos asombraste a todos… ¿cómo?... ¿desde cuan… ¿Cómo pasó?... no entiendo.


—Es cierto, no me había dado cuenta, es decir, se me ha hecho algo normal, pero no lo es… No estoy seguro que pasó, y tengo una confusión de días… no sé, no sé qué pasó… creo que ni yo lo entiendo, sólo hable así como simplemente me quede callado —respondió el castaño extrañado, era una buena pregunta, ¿por qué hablaba de nuevo?


—¿Que pasó en estos días? Nos asustaste...


—Nada, no pasó nada… me quede aquí a… me quede aquí simplemente.


—No quiero volver a verte así, amor —apretó sus ojos y trató de librarse de esos feos recuerdos —Te quiero bien, quiero a mi Lou de siempre —dijo aun con sus ojos cerrados y enterró sus dedos en la espalda del menor como aferrándose a él —te amo.


—Lo siento tanto Hazz, no sé qué me pasó… sólo me descontrole… también te amo, no sabes cuánto te amo —dijo Louis acariciando la espalda del rizado, tratando de infundir tranquilidad, no había querido dañar a nadie, simplemente no podía controlarse cuando le pasaba aquello, escapaba de sus manos.


—¿Estás seguro de querer amarme? yo no sé hacerlo, me da miedo terminar hiriéndote, pero no te quiero dejar ir. No te prometo nada, ni siquiera estar contigo para siempre, porque no suelo cumplir mis promesas… solo quiero estar contigo ahora y espero que ese ahora dure mucho, aunque termine metiendo la pata.


—Uno no quiere amar, uno simplemente ama, no se elige se siente, es algo que llega y cuando llega sólo hay que vivirlo, te amo y eso es lo que sé y lo que importa, no te pido promesas, estoy empezando a dejar de creerlas, así que no me prometas nada… así que simplemente vivamos esto ahora —respondió Louis y se inclinó a besar al mayor.


Harry llevó sus manos al rostro del castaño y profundizó el beso, apenas se separaron, Harry le entregó su típica sonrisa de medio lado y le susurró al oído —Pero no olvides que eres mío y eso nadie lo va a cambiar nunca. No habrá romanticismo, no habrá palabras bonitas, solo estaré yo, bruto como soy… solo yo…


—Está bien chico bruto, no busco un Romeo que se muera por mi, me gustas tal cual eres, así todo lo brusco que seas, sin reparos, sin frenos, si eres muy bruto entonces simplemente rómpeme, pero no dejes de ser tu —Louis susurró aquello con tono juguetón para luego comenzar a besar el cuello de Harry a la vez que sus manos descendían por la espalda del mayor dando caricias.


—Mmm… ¿Hay algo que quieras proponerme, Lou? —preguntó con el mismo tono juguetón mientras arqueaba una ceja —me tuviste tres días sentado fuera de tu habitación, tres días preocupado… Creo que debes reivindicarte.


— ¿De verdad? Lo siento, pero que inconsciente he sido, ¿qué puedo darte a modo de disculpa? —preguntó Louis con falsa inocencia.


Harry soltó una risita divertida y llevó su mano a la pretina del pantalón de Louis deslizando sus dedos por dentro hasta justo rozar la hombría del menor —¿Te da una pista esto?


—Hmm creo que sí —respondió Louis mordiéndose el labio para reprimir un pequeño gemido.


Se acomodó para que la mano de Harry llegase más a dentro de su ropa y fue entonces cuando la puerta se abrió dejando ver a Jay.


—Louis, ¿cómo esta... ¿Interrumpo algo? —preguntó la mujer asombrada al ver a ambos chicos y de la posición que se encontraban.


—¡Jay! —alcanzó a gritar Harry antes de caer de la cama por la impresión.


— ¡Mamá! Deberías tocar antes de entrar —dijo Louis y se bajó de la cama para ayudar a Harry.


—Claro, comienzas a hablar y te pones grosero… ¿qué se supone que hacían? —Jay entró como pudo en la habitación y les miró severa.


—Jay, Lou está hablando, creo que no deberías concentrarte en otras cosas, además, míralo, está mejor y ¡Está hablando! —intentó distraer Harry a la mujer, la quería y respetaba mucho, como a pocos en su vida y no quería que pensara mal de él, porque podría alejarlo de Louis.


—Si lo noté, y no sabes lo feliz que eso me pone, pero aun así él y yo debemos hablar seriamente así que… si no te molesta Harry, ¿podrías salir? —los ojos de Jay brillaban de emoción, pero ella se forzaba a mantenerse seria.


—Oh… —se incomodó un poco Harry —claro, salgo inmediatamente —le dirigió una mirada a Louis —estaré cerca Lou, por si me necesitas… Ehm... Permiso, Jay —caminó hacia la salida y cuando estuvo a espaldas de Jay le lanzó un beso sin que ella lo notara.


Louis le sonrió y deseó irse con él, pero su madre quería hablar y ahora que hablaba lo mejor era hacerlo.


— ¿Qué sucede, mami? —preguntó lo más inocente que pudo.


—¿De verdad me estas preguntando eso, Louis?... Hijo… te amo… y no te imaginas lo feliz que me hace oír tu voz de nuevo, ya hablaremos de eso... pero me preocupa que me preguntes esto luego de encerrarte por tres días, salir durante horas sin avisar, volver apestando a cigarrillos y quién sabe qué más y hoy te encuentro con este chico, que sabes no me gusta nada, con su mano metida en tu pantalón… Creo que esto debe hacerse al revés… ¿Qué diantres sucede, Louis?


— ¡Ay mamá! Simplemente necesitaba pensar un rato y luego me dieron ganas de salir a despejarme, no es nada y sobre Harry… a mi me agrada, además, tal vez se le había perdido algo ahí dentro, no debes pensar siempre mal —respondió Louis intentando reprimir la sonrisa socarrona que querían formar sus labios.


—¿Te estas burlando?... ¿Pensar?... ¿Querías pensar?... estaba angustiadísima, todos estábamos preocupados por ti, incluso este chico… ¡Te cortaste los brazos, por el amor de Dios! ¿Y me dices que querías pensar? incluso te ríes de mí pensando que soy tonta… ¡ese tipo te estaba tocando! al menos el que entraba a tu pieza se fue… ¿Qué te está pasando, hijo?


—Lo siento… no… no quería preocuparte… ya te he hecho demasiado daño, pero no pude evitarlo simplemente no sé… no lo controlo mamá, no es la primera vez, yo no lo controlo… es… sólo pasa… pero una cosa quiero que tengas clara, ni Harry ni Zayn me han hecho algo que yo no haya querido o me han dañado… te lo juro —Louis bajo la mirada, estaba siendo injusto con su madre, desde ayer cuando le había gritado, que se estaba comportando mal con ella, incluso de antes, desde el momento que le había robado su hijo y lo había sustituido con ese autómata que llevaba siendo esos últimos tres años.


De pronto Jay se lanzó a los brazos de su hijo y empezó a llorar desconsoladamente —No entiendo tus cambios, Lou… necesitas ayuda… ayuda profesional… Me dices que no te han hecho nada que no hayas querido… te desconozco y me angustia pensar en lo que tal vez sí quisiste… —se separó de él para mirarlo directamente a los ojos mientras limpiaba sus lágrimas con el dorso de su mano —Estoy decidida, Lou… voy a vender esta propiedad y nos iremos a la ciudad, allá buscaré trabajo y ayuda para ti… debo hacerlo, hijo y estuve sacando cuentas, no tengo muchos ahorros, pero con esfuerzo creo que podré lograrlo. Puedo limpiar casas mientras nos acomodamos y se vende este lugar...


— ¡NO! —Gritó Louis y se apartó con miedo de su madre —No puedes vender este lugar, aquí está todo lo nuestro… más que nada lo tuyo, aquí está tu vida, tus recuerdos… no puedes, ustedes juraron nunca irse de aquí pasara lo que pasara, ¿qué hay de papá? Él está aquí también, simplemente no puedes irte… no te dejare que abandones lo que más te gusta por mí, no estoy loco, no necesito ayuda profesional… amas este lugar, costó un mundo tenerlo… no puedes… no —Louis retrocedió hasta chocar contra la pared del otro lado de su cuarto, su madre no podía hablar en serio, tenía que ser broma, no le volvería a quitar otra cosa a su madre, no el lugar de sus sueños… no se perdonaría hacerle eso, ya no quería quitarle nada más.


—Pero te amo más a ti hijo… —Jay se acercó al menor y acarició su rostro —partiremos de cero… tú y yo, será bueno, ya lo verás, te cuidaré más de cerca y alejaré a las malas influencias de tu lado, partiendo por Harry. Tú no te preocupes por nada, ya está decidido, mi amor.


—Mamá, te amo, pero haces eso y te juro que no sólo no te lo perdonaré nunca sino que apenas pueda me alejare de ti y no volverás a verme en la vida, no quiero que lo hagas y no vas hacerlo, no me voy a ir contigo a partir de cero, él único que debe buscar un nuevo comienzo soy yo, pero más adelante… ahora… ahora saca esa estúpida idea de tu cabeza y dime que bajaremos ha hacer el desayuno y olvidaremos esto, dilo… ¡DILO MAMÁ! —Louis estaba alterado, no le gustaba la idea y no iba a permitir que eso ocurriera.


—No me grites y no lo hagas más difícil… Necesitas ayuda y es la única solución que tengo, mira a tu alrededor y dime que estás bien… Lo siento, sé que será difícil, pero hay que hacerlo, no veo otra solución.


—Yo tal vez pueda ayudar con eso —se oyó hablar a Liam desde la puerta —Tenemos una habitación extra en nuestro departamento y mi padre dirige un centro de especialistas en Psicología, estoy seguro de que indicará que le atiendan de inmediato…


—De ninguna manera… —interrumpió la mujer a Liam —Lo siento… eres muy amable, pero no voy a separarme de Louis y menos enviarlo a vivir bajo el mismo techo que Harry. Muchas gracias, porque sé que tus intenciones son buenas, pero pasamos.


—Mamá, por favor no… y si mejor hacemos algo más… no tenemos que irnos a la ciudad, ninguno de los dos… yo te prometo dejar de ser como estaba siendo, volveré a ser… a ser el Lou que conocías, tú Lou, no volveré a quedarme callado ni nada y puedo buscar un trabajo de medio tiempo, ya soy grande y con eso y parte de las ganancias de la pensión podemos costear mis pasajes a la ciudad y la consulta de un psicologo sin necesidad de irnos de aquí… puedo ir solo para gastar menos, tengo 16 no voy a perderme… pero no dejes esto, te lo ruego, no lo hagas por mi… no resistiría quitarte algo más… te quite tu hijo y a tu esposo… si papá no me hubiese llevado ese día a jugar al bosque como siempre él seguiría vivo y tú no sufrirías tanto… no me hagas quitarte tu hogar… ese que construyeron juntos… por favor mamá —Louis había comenzado a llorar y se agarraba del borde de la falda de su madre, se había acercado a ella y se había arrodillado rogando que desistiera.


—Dices que volverás a ser el Louis que conocía, en este momento no sé a que te refieres con eso, pues conozco a tres Louis, conozco al niño alegre, al autómata y al autodestructivo… ¿te das cuenta de lo preocupante que eso es?... No llores más, está decidido —dijo Jay dura y obstinadamente —no tienes edad para trabajar, ni siquiera debería pedirte que lo hagas aquí…


—Sabes mamá, tienes razón —dijo Louis dejando de llorar mientras se levantaba del suelo —conoces a esos tres Louis… y ninguno es el verdadero, porque tu no conoces a tu hijo… menuda madre eres… —se alejó hacia la puerta y justo antes de salir agregó con voz siniestra —toma tus decisiones que yo tomaré las mías, pero no te lamentes después —y entonces salió del lugar.


Jay iba a ir tras él, pero Liam la detuvo.


—Piensa en mi propuesta, Jay… creo que es la mejor.


—Ya dije que no, Liam… esto es entre mi hijo y yo… permiso —salió de la habitación del menor y al llegar al pasillo se encontró con Harry tomado de la mano con Louis.


—¿Qué crees que estás haciendo? —le dijo la mujer al rizado al ver que trataba de llevarse al castaño.


—Me lo llevo al patio para que se tranquilice —respondió Harry con la voz un poco temblorosa, sabía que no era del agrado de Jay y menos ahora después de encontrarlo tocando a Louis.


—Ni se te ocurra, Harry —habló lenta y amenazadoramente ella —ve por tus cosas y lárgate de mi pensión.


—No —respondió el rizado tragando seco —no ahora al menos… no antes de calmar a Louis ¿o quieres que otra vez entre en crisis?... Creo que te equivocaste al hablarle de eso ahora… Vamos, Lou.


— ¡Ah! ¿Ahora me hablan? Pensé que seguirían hablando de mi como si no estuviera aquí, total que importa, a Louis le da igual, todos deciden qué hacer con la vida de Louis, como él está loco… no me voy ni contigo ni me quedo con esta señora… déjenme en paz… —gruñó el castaño y se soltó de Harry, estaba volviendo a alterarse e ideas poco sanas pasaban por su cabeza.


—Me voy contigo, Lou… no quiero que estes solo —rebatió el de ojos verdes.


—Yo nunca estoy solo, Hazz. Un maldito infierno vive dentro de mi… un infierno lleno de malditos demonios que no me dejan en paz día y noche y aun así esta mujer cree que me puede ayudar, cuando nunca estuvo ahí… estoy harto de todos los que dicen que van a ayudarme… ¿qué van a hacer? ¿Pueden acaso hacerlo? No pueden, no si no me dan mi espacio… y ella me va a alejar de ti y entonces ya nada me va a calmar así que no me tortures ahora… se acabó… ella lo termino y ella lo lamentará —Louis miró con odio a su madre y luego dio media vuelta para irse de ahí, no sabía a donde, pero quería irse… lo más lejos posible de todos.


Harry lo tomó con fuerza del brazo y lo volteó bruscamente —No vuelvas a hablarle así a Jay… Despierta, Louis… basta de hacer estupideces… le haces daño —dijo apuntando a la mujer mientras lloraba —no seas malagradecido, ahora cálmate y déjate de escupir odio… vienes conmigo te guste o no.


— ¿Malagradecido? ¿yo? —Louis volvió a darse vuelta para quedar frente a su madre y Harry — ¿Sabes lo que he hecho por ella? ¿Sabes lo que he tenido que dar para que no le pasase nada? ¿Sabes lo que yo… —Louis se detuvo de golpe, ¿qué estaba diciendo? Comenzaba a turbarse, ver a su madre llorar le hacía volver en sí — ¿mamá? —quiso acercarse y las piernas le fallaron y se dejó caer de rodillas, ¿por qué hacía eso? se estaba asustando, tenía miedo de sí mismo, no se entendía —Hazz —le llamó en un sollozo —Harry tengo miedo… Harry…


Harry tomó entre sus brazos al menor y lo llevó a su propio cuarto, no quería a Louis dentro del caos que era su habitación, mientras se dirigía al lugar dio instrucciones claras.


—Liam, trae un vaso de agua ahora y un calmante… Jay, ve a hacer lo necesario para calmarte y déjame a solas con Louis… después de eso me iré, mientras él esté así no me voy a mover de aquí —entró a la habitación y recostó a Louis en su cama, buscó una manta y lo tapó, se recostó a su lado y comenzó a susurrarle al oído mientras le acariciaba el cabello —Respira profundo y no pienses en nada más que en este momento.


—No puedo, Hazz el aire se acaba y las paredes se me vienen encima, no me dejes, no me sueltes ahora… no lo hagas —rogó Louis aferrándose al rizado, era un crisis de pánico y lo que más miedo le daba era verse solo sin Harry.


—Cierra tus ojos e imagina que estamos en un lugar abierto… solos tú y yo… Tranquilo que no me moveré de aquí… te amo… vamos respira hondo igual que yo… hagámoslo juntos —Harry sabía exactamente qué hacer, reconocería una crisis de pánico donde fuera, pues él mismo había sufrido un par en su adolescencia y sabía lo horribles que eran, así que hizo justo lo que habría deseado hicieran con él. Entrelazó sus dedos con los del castaño y empezó a respirar profundamente, haciéndole sentir a Louis el movimiento de su pecho —Tranquilo… mira —le dijo mostrando las manos juntas de ambos —estoy contigo… anclado… respira, bebé.


Louis miró sus manos entrelazadas y comenzó a respirar como Harry le decía que hiciese, poco a poco la calma llegaba a él, pero seguía teniendo miedo —Harry… allá lejos en el bosque hay una casita… Harry la casita me da miedo, la casita se quiere acercar, no la dejes Harry —dijo Louis apretando la mano del rizado.


—No hay nada fuera de nosotros dos… ignórala… —Harry pasó sobre el cuerpo de Louis y se acostó frente a él mirándolo a los ojos —abre tus ojos y mírame, Lou… no hay nadie más que tú y yo… nadie.


El menor obedeció y al ver los ojos de Harry pareció calmarse un poco más, no le gustaba ser tan inestable, comenzaba a pensar que lo mejor era quedarse como estaba antes, al menos como autómata era menos escandaloso.


—Te amo Hazz… gracias… pero no me sueltes aún… todavía no.


Harry sonrió presumido —No pienso soltarte, de hecho no es necesario que te tome, pero me encanta sentirte… eres mío y cuido lo mío —En ese momento entró Liam con el vaso de agua y un par de píldoras, Harry le hizo una señal para que las dejara y se fuera —ahora siéntate y toma un poco de agua y los calmantes, te harán dormir, necesitas descansar.


— ¿Me vas a dopar? ¿Soy un loco verdad? —dijo Louis entristecido, mas igual se sentó.


—Voy a hacer lo necesario para que estes bien… No sé si estés loco o no y la verdad no me importa… me basta con saber que eres perfecto.


—Confiare en ti y en que no despertaré en un psiquiátrico —dijo Louis por decir algo mientras intentaba ignorar las últimas palabras de Harry que le habían provocado un notorio sonrojo.


—Ahora dame un beso… quiero dormir contigo un rato… ¿Puedo?


—Se me va a hacer costumbre y luego sufriré cuando no estés, pero sí, si puedes sólo abrázame fuerte y en caso del fin del mundo hazme el amor antes de morir —dijo Louis besando a Harry para luego acurrucarse junto a él, el calmante ya le hacía efecto y no estaba seguro ni de que decía.


—Te voy a pedir un favor, Lou y lo digo en serio… mientras estés conmigo, no te quedes estancado en el pasado ni te hagas expectativas del futuro, no pienses en si estaremos juntos o no, no me gusta proyectarme, disfrutemos lo que tenemos ahora, no pienses más allá… me incomoda… y sí… voy a hacerte el amor apenas despiertes, no pienso esperar el fin del mundo —dijo divertido.


—Hazz como me voy a proyectar en el futuro si nadie tiene asegurado el mañana, todo se basa en el hoy, en un instante… y hay instantes que no duran nada —respondió Louis y comenzó a sentir todo lejano, ya casi dejaba el mundo consciente para entregarse al del inconsciente.


Apenas notó que Louis estaba dormido susurró —espero que lo nuestro no sea solo un instante — Se levantó de la cama, arropó al menor y comenzó a hacer su bolso, lo habían expulsado de la pensión.





(...)






Se removió incómodo en la cama comenzando a despertar, sus ojos zafiro recorrieron en lugar y se sintió perdido, ¿dónde estaba? hizo a un lado la manta que lo cubría y se sentó en la cama aún desorientado, no recordaba mucho de lo pasado y no estaba seguro de saber ni el día ni la hora.


Se levantó de la cama mientras llevaba una mano a su cabeza y despeinaba aún más su alborotado cabello castaño, sentía la cabeza pesada y mucho cansancio. Buscó algo que le indicara qué hora era, pero al mirar por la ventana sólo pudo suponer que era pasada las dos de la tarde.


Sus manos se entretuvieron sintiendo la textura de la cortina, era blanca como las que su madre había puesto en las habitaciones de huéspedes, ¿qué hacía él en una de esas habitaciones teniendo su cuarto? Caminó por el lugar observando todo y se dio cuenta que aquella habitación estaba vacía, no estaba ocupada por nadie. Todo se le hacía cada vez más confuso y sentía la imperiosa necesidad de llamar a su madre; decidió salir de ahí y su pie chocó con algo aventándolo unos pasos de él, aquello llamó su atención y se agachó a ver que era encontrándose con una cajetilla de cigarrillos.


Al principio eso no le dijo nada hasta que todo pareció golpearlo de una, la crisis, Harry, las manos, el calmante; todo se volvía claro y fue entonces cuando se asustó si esa era la habitación de Harry, ¿dónde estaban sus cosas? ¿Acaso de verdad se había ido? Su madre no podía haber hecho eso, dos personas en menos de una semana, ¿era una especie de record o qué?


Salió rápidamente de la habitación y una vez en el pasillo no supo a donde ir, miró hacia ambos lados desesperado y pensó en ir por su madre y pedirle explicaciones a ella, ¿pero dónde estaba ella? Trato de pensar donde podría estar su madre y se le ocurrió que tal vez estaba en su cuarto, así que se dirigió hacia allá, mas al pasar junto a su cuarto vio la puerta entreabierta y parte de su habitación la cual ya no tenía todo desordenado. Aquello llamó su atención y desviándose de su objetivo entró para encontrarse con Harry durmiendo en su cama con un bolso grande junto a la cama, ¿pero qué hacía ahí? Estaba comenzando a pensar que todos se habían dispuesto a confundirlo ese día.


Se acercó a la cama y sentándose junto al dormido rizado se debatió entre si debía despertarlo o no, por un lado tenía un montón de preguntas que hacerle y por otro quería quedarse contemplándolo mientras dormía, pero como la segunda idea se le hacía un tanto acosadora simplemente lo movió para despertarlo.


Harry despertó y sonrió adormilado, pero complacido de ver despierto a Louis. Tomó la mano del menor y la besó, pero luego tiró de ella haciendo caer a Louis a la cama.


—Ven aquí… —dijo cuándo el menor cayó a su lado y enredándose en él volvió a hablar —aunque sea un minuto… estamos prácticamente solos, abajo solo esta Lizzie y un par de inquilinos.


— ¿Y los otros? —preguntó Louis complacido de estar así con Harry.


—Los chicos y Jay fueron a la ciudad, donde el padre de Liam y van a tardar horas. El resto no me interesa, supongo que vacacionando —dijo mientras hundía su rostro en el cuello del menor —Ah y husmee tus cosas mientras ordenaba.


— ¡¿Qué tu que?! —exclamó el menor exaltado apartando a Harry para verlo a los ojos, ¿no hablaba en serio, cierto?
Harry se carcajeó por la cara del castaño —Solo ordené el desastre que dejaste, me porté bien, lo juro… no te lo voy a negar, me costó no husmear, quiero conocerte más… pero para la próxima lo haré, al parecer tienes tus secretitos oscuros por aquí —terminó de hablar y mordió sensualmente el cuello del castaño.


—Tengo más secretos que años de vida — respondió Louis enredando sus dedos en el cabello del mayor.


—Menos mal que eres solo un mocoso entonces… tienes 16 ¿verdad? —preguntó el rizado mientras disfrutaba de las manos de Louis en su cabello.


—Sí, eso se supone… —respondió Louis suspirando.

—¿Se supone?


— ¿Por qué eres tan malditamente adictivo? —preguntó Louis besando a Harry.

—No me cambies el tema, Lou —rió seductoramente Harry —espero no tengas menos años, contigo ya traspasé dos límites para mí… —metió sus manos bajo la polera del menor —es que me vuelves loco —dicho esto profundizó el beso aún más.


—La verdad, es que tengo 11, pero no importa, ¿cierto? —dijo Louis cuando Harry terminó de besarlo, sus ojos brillaban de emoción, había extrañado estar así con el rizado.


—Si te soy sincero, bebé, contigo nada me importa —levantó un poco la polera de Louis y recorrió con besos su pecho, pero de pronto se detuvo y miró directo a los ojos azules como si recién se hubiera percatado de algo muy importante —Eres menor, Lou… yo… —Harry se sentó en la cama y enredó sus dedos en sus propios rulos mientras apoyaba sus codos en sus rodillas, respiró profundo y volvió a mirar al menor —el otro día… en el granero… fui muy brusco contigo, pero sabes que yo… Oh Dios… no te sentiste abusado ¿Verdad? —preguntó muy preocupado Harry.


—Sí muy abusado, quise correr llorando donde mi madre —ironizó Louis rodando los ojos —para nada Hazz, hasta cierto punto fue fascinante, salvaje y fascinante —el menor sonrió extasiado.
Harry sonrió de medio lado y se mordió el labio —Eres malditamente perfecto ¿lo sabías?


—No, dímelo de nuevo tal vez así se me grabe —el castaño se acercó más a Harry para poder acariciarle la espalda y besarle el cuello, quería deja de hablar —oye si mal no recuerdo dijiste que me harías el amor cuando despertara, pues desperté y aún no me haces nada —reclamó haciendo un puchero.


—Exacto… pero quiero probar algo distinto —tragó saliva ásperamente —te quiero dentro de mí… ¿Qué dices?


—Mmm… ¿el señor posesivo me entrega el control? Creo que si quiero, pero… no sé cómo salga… es decir… me estas algo grande y nunca lo he hecho —comenzó a balbucear Louis, quería parecer relajado, pero los nervios lo traicionaban.


Harry posó sus manos sobre las de Lou y lo miró fijo a los ojos —Yo también estoy nervioso, Lou —luego de decir eso simplemente le sonrió sincero, por una vez en su vida quería sentir que lo guiaban, estaba empezando a sentirse amado y temía acostumbrarse a ello, pero a su vez le fascinaba.


Louis agradeció la sinceridad con la que siempre le hablaba Harry, le hacía sentir cómodo y acompañado en esta nueva etapa de su vida, pero Louis era observador y notó una pizca de temor en los ojos de Harry, por lo que tomó su mentón y acercándose a su oído susurró —No tengas miedo, prometo ser cuidadoso contigo, pequeño gatito —dijo Louis recordando que alguna vez Harry le había dicho así a él y luego mordió lujuriosamente el lóbulo del mayor.

Harry asintió casi tímidamente y lo besó —gracias… te amo —dijo con la voz temblorosa, pero tratando de verse confiado.
—Te amo también… ahora relájate, no duele tanto… confía en mi —Louis le besó dulcemente y luego con delicadeza recostó al mayor y se acomodó a horcajadas sobre él.


Le miró intensamente a los ojos y mientras se concentraba en infundirle tranquilidad por medio de la conexión de sus miradas, sus manos hábiles lentamente iban desabrochando botón por botón de la camisa del rizado, sin embargo los ojos de Harry delataban que no estaba relajado, por el contrario cada botón que el menor abría era un suspiro entrecortado de Harry, este era un gran paso para él, ya que acostumbraba tener el control de todo o al menos aparentarlo. Un gemido ahogado se hizo presente cuando Louis desabrochó su pantalón y se sintió ridículo, pues ellos lo habían hecho muchas veces ya.


—Si no te relajas no va a funcionar, Hazz… —suspiro Louis deteniéndose y se sentó sobre las caderas de Harry —tal vez no sirvo para esto… mejor… mejor lo dejamos —agregó ocultando sus ojos con su flequillo, no quería que Harry viera su decepción, quería hacerlo bien para el rizado, pero simplemente parecía que no iba a lograrlo.


—Tienes razón… empecemos de nuevo —agregó Harry y dándole un beso al menor, lo tomó de la cintura y lo sacó de encima suyo. Se puso de pie y le ofreció una mano a Louis para que se pusiera frente a él —desnudémonos juntos — Apenas terminaron el seductor ritual se miraron directo a los ojos, Harry se acercó y besó intensamente a Louis, para luego recostarse en la cama sosteniendo la mirada de quien lo tomaría.


Louis estaba tan seguro y tan nervioso a la vez, oscilaba entre ambos estados y no sabía en cual quedarse, pero sí sabía que no se haría para atrás ahora, así que decidido, lo más decidido que alguien muerto de nervios puede estar, volvió a quedar sobre Harry. Lo besó ansiosamente comenzando una batalla de lenguas y desconectó su mente, si pensaba no iba a lograr mucho, había comenzado a darse cuenta que había momentos en que los sentimientos sabían dirigirte mejor que los pensamientos, y este era uno de esos.


Una vez que logró deshacerse de sus miedos su cuerpo se relajó y sus manos empezaron a explorar el cuerpo del mayor, sacándole más de un suspiro entre caricia y caricia. El sonido de estos le indicaron que iba por buen camino, lo que fue una inyección de seguridad en su actuar, finalmente logró tomar el control y Harry pudo entregarse simplemente a sentir. Todo fluyó naturalmente, no hubo tapujos ni remordimientos de ningún tipo, hicieron el amor, Harry al fin se entregaba a su primer amor y sintió ese hermoso calor de pertenecer a alguien… alguien que no le ignoraba, alguien que no le juzgaba, alguien que lo hizo sentir amado por primera vez en su vida. Apenas terminaron se acostaron uno junto al otro de frente y entrelazaron sus manos y piernas con la misma intensidad que habían entrelazado sus vidas.


—Pensé que cuando esto pasara, me sentiría más tuyo, pero solo confirmé que lo soy desde un principio —dijo Harry con su mirada cargada de amor, una mirada que lo hacía ver más joven, pues no habían escudos ni muros en ella, Louis había logrado desnudarla al fin.


—Te lo pasas diciendo que soy perfecto, pero yo creo que tu lo eres más —dijo el menor y besó con ternura al rizado, se sentía tan bien, tan libre, como si hubiese dejado todo lo que lo oprimía para unirse solo a Harry, sentía que había logrado un vínculo que nunca antes había tenido con nadie y eso lograba hacerlo sentir en paz… totalmente en calma.