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good girls like bad boys. | a. abiertas
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Re: good girls like bad boys. | a. abiertas
Joker. escribió:Quiero cambiar la mejor opción por Evan Peters. :jum:Así lo dejo.
WHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAT?! OHF, MY FUCKING GOD. EVAN. TODO EL MUNDO ESTÁ CON EVAN AHORA. *se muere* :bossassbitch: Pero es que, ¿a quién no le gusta ése chico?
Batman.
Re: good girls like bad boys. | a. abiertas
Batman. escribió:Joker. escribió:Quiero cambiar la mejor opción por Evan Peters. :jum:Así lo dejo.
WHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAT?! OHF, MY FUCKING GOD. EVAN. TODO EL MUNDO ESTÁ CON EVAN AHORA. *se muere* :bossassbitch: Pero es que, ¿a quién no le gusta ése chico?
Siento comunicarte que es mío, y no lo comparto con nadie que no sea mi tate
Ledger.
Re: good girls like bad boys. | a. abiertas
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
♡ Fic de tu autoría:
- {Habla Ahora | OS}:
- [size=13]Ondas de humo se formaban en mi boca, esfumándose hacia el cielo, mientras suspiraba una y otra vez al ver sus ojos azules. Era extraño que él no me preguntase qué pasaba, sin embargo al ver el rubor de sus mejillas cuando sonreía me daba cuenta de que su posición no era tan diferente a la mía. El problema mayor era que aquello me daba ilusiones y esperanzas, aunque más que todo me decía que tenía aún una oportunidad. El éxito era encontrarla.
—Annie—Dijo mientras me veía directamente a los ojos. Tomé un ligero sorbo de café y me preparé para lo que sea que él tenía que decirme. No podría ser tan malo, en cualquier caso.
—¿Qué pasa? —Inquirí. El ligero tono de incertidumbre en su voz me alertó, encendiendo el interruptor del sexto sentido al máximo en mi mente y poniéndome cautelosa y en busca de posibilidades que hiciesen que el aire se tornase pesado de pronto. —¿Qué está mal, Louis? ¿Qué ha pasado? —Bajó la mirada, batiendo deliberadamente su café con la diminuta pajita de color marrón y haciendo una mueca de arrepentimiento. Pero, ¿de qué? Lo conocía perfectamente y algo no le gustaba. Algo le estaba turbando y él quería decírmelo pero no estaba seguro. Yo tampoco lo estaba, sinceramente.
—Es que yo… ¿cómo explicar algo que… ni tú mismo logras comprender? Annie…—¿Por qué se trababa tanto? No podía creer que no me tenía la suficiente confianza como para contarme cualquier cosa. ¡Se suponía que éramos mejores amigos! Aunque yo no lo quería ver así.
Sin embargo, era ciertamente extraño lo que le sucedía, y a decir verdad no lo había visto así desde el instante en que me contó su noviazgo con Lyra y mi mundo se vino abajo. A pesar de todo busqué la manera de levantarme de entre los escombros y ser el prototipo de mujer fuerte y valiente que no se rendiría jamás y lucharía por la persona que amase. En ese caso era Louis y no permitiría dejarlo ir una vez más.
Miró hacia arriba, evitando a toda costa centrarse en mis ojos por un instante. Suspiró y volvió en sí. Sus pupilas eran una mezcla de sentimientos; miedo, inseguridad y más que todo ansias de cambiar alguna cosa en específico. No tenía claro qué era.
—Me casaré con Lyra…—Finalmente habló. Me tomó unos minutos procesar la información. ¿Casamiento? ¿Lyra? ¿Louis? ¿Los dos juntos? ¿Y dónde quedo yo? ¿Dónde queda mis fantasías e ilusiones con él? No había respuesta más coherente que en algún lugar en medio de la nada. —¿Qué opinas?
¿Qué opinaba? ¿Qué decía yo al respecto? La pregunta adecuada era: ¿Qué podría decir? Bien, de seguro no podría arruinar todo oponiéndome desde el instante cero y gritándole mi amor a los cuatro vientos. ¿Y si lo hacía? ¿Cambiaría algo en sí?: «Hey, Louis, he estado enamorada de ti desde el inicio de los tiempos; no te cases con ella, hazlo conmigo; viviremos como una pareja por mucho tiempo, envejeceremos juntos y nos enterrarán agarrados de la mano». Sería ridículo especular esa frase cuando ya todo estaba perdido y cuando ya no veía algún tipo de esperanza. Después de todo, mis falsas ilusiones se hicieron trizas con ese «me casaré con Lyra».
—Oh, qué bien por ustedes —suspiré—, realmente está bien—.Trataba de demostrar un poco de emoción en mi tono de voz, pero lo único que lograba era formar una oración sarcástica y nada cortés. Odiaba mentir, más sin embargo me odiaría a mí misma si le dijese algo vulgar y expresase mis sentimientos de una manera incorrecta; no quería hacerle sentir mal.
—¿Sólo eso? ¿No vas a decir nada más? —me miró acusativamente—¿Nada?
—¿Qué quieres que te diga, eh, Louis? ¿Quieres que te diga que estoy feliz por aquello? ¡Pues no! ¿Sabes? Me esperaba de todo ¡menos eso! —Respiré un poco— ¿Cómo quieres que reaccione? ¿Quieres que me convierta en la mujer más alegre del universo y te felicite? ¡No estoy ni un poquito cerca de sentir felicidad! Y ahora ya lo sabes —. Bien, estaba en problemas. Las palabras habían salido solas y caí en cuenta de todo lo dicho una vez que ya habían llegado a los oídos de Louis. No había vuelta atrás en este caso.
—¡Annie! ¿Cómo es posible que digas eso? —Se exaltó— ¡Pensaba que ibas a apoyarme! Pero veo que sin embargo he perdido mi tiempo contándotelo.
—¿Cómo quieres que te apoye, Louis, si no tienes ni idea de mi posición? —Bueno, al menos tendría que entrar a la defensiva un instante porque, al contrario me sentiría devastada al verlo hecho añicos por mis palabras. Cosa que no demoraría mucho en pasar.
—¿De qué posición hablas? ¡Tú no sabes lo que haces! —Miró al cielo, revoloteando las pestañas, de la misma forma en la que lo hacía cuando se enojaba de niño, nunca conmigo.
—Déjame decirte que en este punto tú eres el que no tiene ni una mínima idea de lo que hace y de la estupidez que va a cometer.
—¿Crees acaso que casarme es una estupidez? —Dijo con los humos subiéndole a la cabeza mientras sus manos se oprimían duramente en un puño encima de la mesa.
—No. Creo que casarte con la mujer equivocada es una estupidez—Mis palabras llegaron a tocar cierto punto de su mente que desconocía, pues un trance limitado lo inundó; calmándolo un poco, haciéndolo recapacitar—; ella es la mujer equivocada—. Repetí. Me miró de una manera que nunca antes había presenciado; devorándome con ella, haciéndome completamente suya en un instante.
—¿Y según tú quién es la correcta, Annie? —Vaya que no me esperaba aquella contestación. Los cinco minutos de valentía se habían esfumando mientras me perdía en su mirada deslumbrante.
Y en ese instante podría decir que ya nada me importaba, en lo absoluto.
Me acerqué lentamente hacia él, observando como todo su cuerpo se tensaba y la expresión de su rostro se tornaba a una dura y temerosa. ¿Qué pensaba que iba a hacerle? Romperle la cara no era una de ésas. Aunque las ganas no faltaban.
Junté sus labios a los míos en un suave, triste y tierno beso; el sabor de café caliente, menta y canela me volvían loca. Sus labios encajando con los míos, uniéndose como perfectas piezas de rompecabezas me deprimían al saber que jamás podría volver a hacer algo así. Aun así sabía que no me arrepentiría.
Sus manos se posaron en mis mejillas intensificando el beso, haciéndolo más íntimo, creando una escena romántica. Poniendo mi corazón a latir fuertemente. Cerré los ojos, perdiéndome en las sensaciones. Nadando en un mundo dónde solo existíamos él y yo; nada más simple y mágico que eso.
Nos separamos de una manera muy sutil y lenta; queriendo seguir con aquello. Aunque no; no podíamos.
—¿Entonces quién es la mujer correcta? —Preguntó de nuevo, impresionado, ruborizado y con los labios rojizos e hinchados. Un atisbo de sonrisa permanecía grabado en su rostro.
—Tú sabes perfectamente quién es la mujer correcta—. Me acerqué, le di un ligero beso en los labios y me dispuse a salir. Agarré un taxi, con las lágrimas corriendo por mis mejillas y con una sonrisa amarga que desequilibraba el ambiente de melancolía que suponía tener.
Desde lejos escuchaba sus gritos: « ¡Annie, Annie, regresa! » Sin embargo, ¿para qué? Ya no serviría de nada…{***}
Días pasaban, horas se consumían y yo seguía enterrada en las cálidas mantas de mi cama que me recordaban al beso de Louis. Era ciertamente ilógico que cualquier frase, sentimiento o acción me regresasen a él; a aquel momento mágico que sabía no duraría mucho. De todas formas había roto cualquier tipo de récord en reproducción de esa escena, en mi mente, en mi alma…, en mis sueños.
Y simplemente no podía ser posible.
De alguna manera buscaba olvidar aquello, pero me había dado cuenta de que lo único que hacía era reprimirme diariamente por haber callado mi amor durante tanto tiempo. Así que volvía a mí en cualquier instante, hasta en el más inoportuno.
Los pensamientos divagaban en mi mente, amenazando con llevarme a la locura en cualquier momento. Mi corazón gritaba diciendo que no todo estaba perdido, sin embargo mi razón —y más que nada el orgullo— me reprimía constantemente.
Las ideas iban y venían, los planes no faltaban y más de una vez pensé en intentar cualquier estupidez de la que sabría que me arrepentiría. Y de igual forma, ¿qué más iba a dar? Si todo era su culpa… Sus ojos conectándose con los míos en un instante mágico; enseñándome su alma abiertamente… y ésta pidiendo amor. Sin duda aquello me había dado esperanza, aunque sea la más mínima, mientras nuestro beso se consumía ansiando ser más; algo que no se podía concebir coherentemente.{***}
Trataba de aplacar mi cabello sutilmente pero éste no cooperaba en lo absoluto. Mientras me veía en el espejo pensaba en cómo Louis —y también Lyra, claro— irían a reaccionar. Ya tenía una decisión tomada y no me daría por vencida hasta verla cumplida. Aunque hiciese daño ya no me importaría. No lo haría.
Me había quedado claro que si fallaba trataría de recoger mi orgullo del suelo conjuntamente con mi dignidad, o lo que quedase de ellos. Mientras que si el plan salía a la perfección y Louis, por lo tanto, ayudaba, me convertiría en la persona con más suerte del mundo. Aunque había que tomar en cuenta que «mala suerte» era mi segundo nombre.{***}
Movía mis dedos deliberadamente como símbolo de nerviosismo mientras veía a Louis moverse inquieto alrededor de toda la iglesia.
Escondida, detrás de las cortinas, buscaba la manera de acercarme a él y exponerle todo lo que le había querido decir desde la adolescencia, sin embargo cualquier circunstancia lo agobiaba y se iba, adentro, afuera; lejos de mí.
Nunca me hicieron llegar la invitación y era algo lógico.
Cuando las personas comenzaron a llegar a la iglesia y cada uno tomó asiento en su respectivo lugar se dio inicio a lo que suponía iba a ser el peor —o quizás mejor— momento de mi vida. Esperaba paciente, con un poco de alteración y un incontrolable temblor en brazos y piernas. A pesar de tener presente la idea de que en cualquier instante me desmayaría, lentamente me dirigí hacia un asiento en la última fila.
—Ha llegado la parte difícil de todas las bodas, porque uno nunca sabe quién puede estar en contra del amor. En cualquier caso hay que hacerlo— dijo el cura sonriendo—. Está bien, si hay alguien en esta boda que no esté de acuerdo con la unión de Louis William Tomlinson y Lyra Jane Evans que hable ahora o calle para siempre.
Sintiendo como mi corazón se aceleraba violentamente y mis manos sudaban de una manera incontrolable, me levanté evitando hacer algún tipo de ruido. Al llegar hasta la mitad de la iglesia, con todos los murmullos para mí, alcé mi vista y me topé con Louis; atónito, sorprendido pero más que nada contento. Lo conocía bien.
Desde algún lugar busqué las fuerzas para especular una pequeña frase puesto que sentía que había perdido la voz, incluso.
Absolutamente todas las miradas estaban sobre mí sin embargo yo sólo lo miraba a él. Alcé mi mano, a pesar de que ya no tendría sentido hacerlo, y en uno de mis más locos ataques de valentía, dije:
—Yo me opongo—. Aquellas palabras salieron quebrantadas pero aun así no había ningún atisbo de inseguridad presente— Lo siento, Louis, simplemente no puedo seguir más de esta manera—respiré lentamente— ¿Acaso no te has dado cuenta de lo muchísimo que te quiero? ¿No te has fijado en la manera que mi pulso se acelera con solo sentir tu respiración? Sé que he cometido muchos errores y el peor—lancé un melancólico suspiro—… el peor fue callarlo todo; Callar lo que sentía por ti. No sé qué es lo que podrías estar pensando ahora, sin embargo tengo por seguro que deberías estar odiándome por arruinar tu «día perfecto». Pero, enserio, Louis, no puedo seguir así, ¡no puedo más! —alcé mi voz sintiendo como las lágrimas caían por mis mejillas— Te amo; te amo muchísimo y no he tenido la suficiente seguridad para decírtelo y, de verdad, tienes todo el derecho de aborrecerme por hacerlo justo en este instante.
Vi como ese par de ojos azules me observaban directamente, con ternura, mientras se llenaban de lágrimas. La emoción estaba tan presente en él como el nerviosismo en mí.
—Te amo—. Finalmente lo dije sin vacilaciones.
El cura continuó con la boda y yo esperaba de pie, a lado de la primera banquilla. Donde sus padres estaban; me miraban con amor y sorpresa. Yo sabía que desde siempre nos habían vinculado juntos, a Louis y a mí. Entonces, por allí, no tenía nada que temer.
Lyra había especulado el «sí, acepto» con una voz llena de rabia y furia; y no, no sentía remordimiento por aquello.
—Louis William Tomlinson. ¿Acepta a Lyra Jane Evans como su legítima esposa para amarla, respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe? —Sentía que el corazón se me salía por la boca mientras internamente cruzaba los dedos.
Respiró lenta y sutilmente, con un poco de diversión pero, aun así, nada de inseguridad.
—Yo…—suspiró—, Lyra, lo siento. No; no acepto—. Las palabras rondaron en mi mente: «¡Dijo no, dijo no, dijo no!» y la sonrisa que se hizo presente en mí podría haberme roto las mejillas de una sola vez.
Saltó la pequeña banquilla de la iglesia que lo separaba de mí, entrelazó sus dedos con los míos mientras me apegaba a él, regalándome un dulce y apasionado beso. Corrimos a la entrada y nos dispusimos a ser felices… por siempre, para siempre, o mientras durase.
♡ Representantes: Louis Tomlison. | Karen Gillan.
♡ Mejor opción: Noah Abbey {Nicholas Hoult.
rutherford.
Re: good girls like bad boys. | a. abiertas
Joker. escribió:Batman. escribió:Joker. escribió:Quiero cambiar la mejor opción por Evan Peters. :jum:Así lo dejo.
WHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAT?! OHF, MY FUCKING GOD. EVAN. TODO EL MUNDO ESTÁ CON EVAN AHORA. *se muere* :bossassbitch: Pero es que, ¿a quién no le gusta ése chico?
Siento comunicarte que es mío, y no lo comparto con nadie que no sea mi tateamiga sensual del foro:ternura:aléjate de él o mato a harry (?)
No pensaba tocarle, mujeeeeeee' ¿¡CÓMO TE ATREVES A AMENAZARME CON MI HAROLD?! ¿Porqué, Jokeriè? :manlycrypls: ¿PORQUÉ?
Batman.
Re: good girls like bad boys. | a. abiertas
Batman. escribió:Joker. escribió:Batman. escribió:Joker. escribió:Quiero cambiar la mejor opción por Evan Peters. :jum:Así lo dejo.
WHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAT?! OHF, MY FUCKING GOD. EVAN. TODO EL MUNDO ESTÁ CON EVAN AHORA. *se muere* :bossassbitch: Pero es que, ¿a quién no le gusta ése chico?
Siento comunicarte que es mío, y no lo comparto con nadie que no sea mi tateamiga sensual del foro:ternura:aléjate de él o mato a harry (?)
No pensaba tocarle, mujeeeeeee' ¿¡CÓMO TE ATREVES A AMENAZARME CON MI HAROLD?! ¿Porqué, Jokeriè? :manlycrypls: ¿PORQUÉ?
A MI NO ME GRITE É Y SE DICE EQUISKU O POR QUÉ (¡¿xq me dejaste, XQ, XQ!?)
Ledger.
Re: good girls like bad boys. | a. abiertas
Gene escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
♡ Fic de tu autoría:♡ Rol:Louis Tomlinson {el bromista de clase. | Karen Gillan {Heather Foster.
- {Habla Ahora | OS}:
[size=13]Ondas de humo se formaban en mi boca, esfumándose hacia el cielo, mientras suspiraba una y otra vez al ver sus ojos azules. Era extraño que él no me preguntase qué pasaba, sin embargo al ver el rubor de sus mejillas cuando sonreía me daba cuenta de que su posición no era tan diferente a la mía. El problema mayor era que aquello me daba ilusiones y esperanzas, aunque más que todo me decía que tenía aún una oportunidad. El éxito era encontrarla.
—Annie—Dijo mientras me veía directamente a los ojos. Tomé un ligero sorbo de café y me preparé para lo que sea que él tenía que decirme. No podría ser tan malo, en cualquier caso.
—¿Qué pasa? —Inquirí. El ligero tono de incertidumbre en su voz me alertó, encendiendo el interruptor del sexto sentido al máximo en mi mente y poniéndome cautelosa y en busca de posibilidades que hiciesen que el aire se tornase pesado de pronto. —¿Qué está mal, Louis? ¿Qué ha pasado? —Bajó la mirada, batiendo deliberadamente su café con la diminuta pajita de color marrón y haciendo una mueca de arrepentimiento. Pero, ¿de qué? Lo conocía perfectamente y algo no le gustaba. Algo le estaba turbando y él quería decírmelo pero no estaba seguro. Yo tampoco lo estaba, sinceramente.
—Es que yo… ¿cómo explicar algo que… ni tú mismo logras comprender? Annie…—¿Por qué se trababa tanto? No podía creer que no me tenía la suficiente confianza como para contarme cualquier cosa. ¡Se suponía que éramos mejores amigos! Aunque yo no lo quería ver así.
Sin embargo, era ciertamente extraño lo que le sucedía, y a decir verdad no lo había visto así desde el instante en que me contó su noviazgo con Lyra y mi mundo se vino abajo. A pesar de todo busqué la manera de levantarme de entre los escombros y ser el prototipo de mujer fuerte y valiente que no se rendiría jamás y lucharía por la persona que amase. En ese caso era Louis y no permitiría dejarlo ir una vez más.
Miró hacia arriba, evitando a toda costa centrarse en mis ojos por un instante. Suspiró y volvió en sí. Sus pupilas eran una mezcla de sentimientos; miedo, inseguridad y más que todo ansias de cambiar alguna cosa en específico. No tenía claro qué era.
—Me casaré con Lyra…—Finalmente habló. Me tomó unos minutos procesar la información. ¿Casamiento? ¿Lyra? ¿Louis? ¿Los dos juntos? ¿Y dónde quedo yo? ¿Dónde queda mis fantasías e ilusiones con él? No había respuesta más coherente que en algún lugar en medio de la nada. —¿Qué opinas?
¿Qué opinaba? ¿Qué decía yo al respecto? La pregunta adecuada era: ¿Qué podría decir? Bien, de seguro no podría arruinar todo oponiéndome desde el instante cero y gritándole mi amor a los cuatro vientos. ¿Y si lo hacía? ¿Cambiaría algo en sí?: «Hey, Louis, he estado enamorada de ti desde el inicio de los tiempos; no te cases con ella, hazlo conmigo; viviremos como una pareja por mucho tiempo, envejeceremos juntos y nos enterrarán agarrados de la mano». Sería ridículo especular esa frase cuando ya todo estaba perdido y cuando ya no veía algún tipo de esperanza. Después de todo, mis falsas ilusiones se hicieron trizas con ese «me casaré con Lyra».
—Oh, qué bien por ustedes —suspiré—, realmente está bien—.Trataba de demostrar un poco de emoción en mi tono de voz, pero lo único que lograba era formar una oración sarcástica y nada cortés. Odiaba mentir, más sin embargo me odiaría a mí misma si le dijese algo vulgar y expresase mis sentimientos de una manera incorrecta; no quería hacerle sentir mal.
—¿Sólo eso? ¿No vas a decir nada más? —me miró acusativamente—¿Nada?
—¿Qué quieres que te diga, eh, Louis? ¿Quieres que te diga que estoy feliz por aquello? ¡Pues no! ¿Sabes? Me esperaba de todo ¡menos eso! —Respiré un poco— ¿Cómo quieres que reaccione? ¿Quieres que me convierta en la mujer más alegre del universo y te felicite? ¡No estoy ni un poquito cerca de sentir felicidad! Y ahora ya lo sabes —. Bien, estaba en problemas. Las palabras habían salido solas y caí en cuenta de todo lo dicho una vez que ya habían llegado a los oídos de Louis. No había vuelta atrás en este caso.
—¡Annie! ¿Cómo es posible que digas eso? —Se exaltó— ¡Pensaba que ibas a apoyarme! Pero veo que sin embargo he perdido mi tiempo contándotelo.
—¿Cómo quieres que te apoye, Louis, si no tienes ni idea de mi posición? —Bueno, al menos tendría que entrar a la defensiva un instante porque, al contrario me sentiría devastada al verlo hecho añicos por mis palabras. Cosa que no demoraría mucho en pasar.
—¿De qué posición hablas? ¡Tú no sabes lo que haces! —Miró al cielo, revoloteando las pestañas, de la misma forma en la que lo hacía cuando se enojaba de niño, nunca conmigo.
—Déjame decirte que en este punto tú eres el que no tiene ni una mínima idea de lo que hace y de la estupidez que va a cometer.
—¿Crees acaso que casarme es una estupidez? —Dijo con los humos subiéndole a la cabeza mientras sus manos se oprimían duramente en un puño encima de la mesa.
—No. Creo que casarte con la mujer equivocada es una estupidez—Mis palabras llegaron a tocar cierto punto de su mente que desconocía, pues un trance limitado lo inundó; calmándolo un poco, haciéndolo recapacitar—; ella es la mujer equivocada—. Repetí. Me miró de una manera que nunca antes había presenciado; devorándome con ella, haciéndome completamente suya en un instante.
—¿Y según tú quién es la correcta, Annie? —Vaya que no me esperaba aquella contestación. Los cinco minutos de valentía se habían esfumando mientras me perdía en su mirada deslumbrante.
Y en ese instante podría decir que ya nada me importaba, en lo absoluto.
Me acerqué lentamente hacia él, observando como todo su cuerpo se tensaba y la expresión de su rostro se tornaba a una dura y temerosa. ¿Qué pensaba que iba a hacerle? Romperle la cara no era una de ésas. Aunque las ganas no faltaban.
Junté sus labios a los míos en un suave, triste y tierno beso; el sabor de café caliente, menta y canela me volvían loca. Sus labios encajando con los míos, uniéndose como perfectas piezas de rompecabezas me deprimían al saber que jamás podría volver a hacer algo así. Aun así sabía que no me arrepentiría.
Sus manos se posaron en mis mejillas intensificando el beso, haciéndolo más íntimo, creando una escena romántica. Poniendo mi corazón a latir fuertemente. Cerré los ojos, perdiéndome en las sensaciones. Nadando en un mundo dónde solo existíamos él y yo; nada más simple y mágico que eso.
Nos separamos de una manera muy sutil y lenta; queriendo seguir con aquello. Aunque no; no podíamos.
—¿Entonces quién es la mujer correcta? —Preguntó de nuevo, impresionado, ruborizado y con los labios rojizos e hinchados. Un atisbo de sonrisa permanecía grabado en su rostro.
—Tú sabes perfectamente quién es la mujer correcta—. Me acerqué, le di un ligero beso en los labios y me dispuse a salir. Agarré un taxi, con las lágrimas corriendo por mis mejillas y con una sonrisa amarga que desequilibraba el ambiente de melancolía que suponía tener.
Desde lejos escuchaba sus gritos: « ¡Annie, Annie, regresa! » Sin embargo, ¿para qué? Ya no serviría de nada…{***}
Días pasaban, horas se consumían y yo seguía enterrada en las cálidas mantas de mi cama que me recordaban al beso de Louis. Era ciertamente ilógico que cualquier frase, sentimiento o acción me regresasen a él; a aquel momento mágico que sabía no duraría mucho. De todas formas había roto cualquier tipo de récord en reproducción de esa escena, en mi mente, en mi alma…, en mis sueños.
Y simplemente no podía ser posible.
De alguna manera buscaba olvidar aquello, pero me había dado cuenta de que lo único que hacía era reprimirme diariamente por haber callado mi amor durante tanto tiempo. Así que volvía a mí en cualquier instante, hasta en el más inoportuno.
Los pensamientos divagaban en mi mente, amenazando con llevarme a la locura en cualquier momento. Mi corazón gritaba diciendo que no todo estaba perdido, sin embargo mi razón —y más que nada el orgullo— me reprimía constantemente.
Las ideas iban y venían, los planes no faltaban y más de una vez pensé en intentar cualquier estupidez de la que sabría que me arrepentiría. Y de igual forma, ¿qué más iba a dar? Si todo era su culpa… Sus ojos conectándose con los míos en un instante mágico; enseñándome su alma abiertamente… y ésta pidiendo amor. Sin duda aquello me había dado esperanza, aunque sea la más mínima, mientras nuestro beso se consumía ansiando ser más; algo que no se podía concebir coherentemente.{***}
Trataba de aplacar mi cabello sutilmente pero éste no cooperaba en lo absoluto. Mientras me veía en el espejo pensaba en cómo Louis —y también Lyra, claro— irían a reaccionar. Ya tenía una decisión tomada y no me daría por vencida hasta verla cumplida. Aunque hiciese daño ya no me importaría. No lo haría.
Me había quedado claro que si fallaba trataría de recoger mi orgullo del suelo conjuntamente con mi dignidad, o lo que quedase de ellos. Mientras que si el plan salía a la perfección y Louis, por lo tanto, ayudaba, me convertiría en la persona con más suerte del mundo. Aunque había que tomar en cuenta que «mala suerte» era mi segundo nombre.{***}
Movía mis dedos deliberadamente como símbolo de nerviosismo mientras veía a Louis moverse inquieto alrededor de toda la iglesia.
Escondida, detrás de las cortinas, buscaba la manera de acercarme a él y exponerle todo lo que le había querido decir desde la adolescencia, sin embargo cualquier circunstancia lo agobiaba y se iba, adentro, afuera; lejos de mí.
Nunca me hicieron llegar la invitación y era algo lógico.
Cuando las personas comenzaron a llegar a la iglesia y cada uno tomó asiento en su respectivo lugar se dio inicio a lo que suponía iba a ser el peor —o quizás mejor— momento de mi vida. Esperaba paciente, con un poco de alteración y un incontrolable temblor en brazos y piernas. A pesar de tener presente la idea de que en cualquier instante me desmayaría, lentamente me dirigí hacia un asiento en la última fila.
—Ha llegado la parte difícil de todas las bodas, porque uno nunca sabe quién puede estar en contra del amor. En cualquier caso hay que hacerlo— dijo el cura sonriendo—. Está bien, si hay alguien en esta boda que no esté de acuerdo con la unión de Louis William Tomlinson y Lyra Jane Evans que hable ahora o calle para siempre.
Sintiendo como mi corazón se aceleraba violentamente y mis manos sudaban de una manera incontrolable, me levanté evitando hacer algún tipo de ruido. Al llegar hasta la mitad de la iglesia, con todos los murmullos para mí, alcé mi vista y me topé con Louis; atónito, sorprendido pero más que nada contento. Lo conocía bien.
Desde algún lugar busqué las fuerzas para especular una pequeña frase puesto que sentía que había perdido la voz, incluso.
Absolutamente todas las miradas estaban sobre mí sin embargo yo sólo lo miraba a él. Alcé mi mano, a pesar de que ya no tendría sentido hacerlo, y en uno de mis más locos ataques de valentía, dije:
—Yo me opongo—. Aquellas palabras salieron quebrantadas pero aun así no había ningún atisbo de inseguridad presente— Lo siento, Louis, simplemente no puedo seguir más de esta manera—respiré lentamente— ¿Acaso no te has dado cuenta de lo muchísimo que te quiero? ¿No te has fijado en la manera que mi pulso se acelera con solo sentir tu respiración? Sé que he cometido muchos errores y el peor—lancé un melancólico suspiro—… el peor fue callarlo todo; Callar lo que sentía por ti. No sé qué es lo que podrías estar pensando ahora, sin embargo tengo por seguro que deberías estar odiándome por arruinar tu «día perfecto». Pero, enserio, Louis, no puedo seguir así, ¡no puedo más! —alcé mi voz sintiendo como las lágrimas caían por mis mejillas— Te amo; te amo muchísimo y no he tenido la suficiente seguridad para decírtelo y, de verdad, tienes todo el derecho de aborrecerme por hacerlo justo en este instante.
Vi como ese par de ojos azules me observaban directamente, con ternura, mientras se llenaban de lágrimas. La emoción estaba tan presente en él como el nerviosismo en mí.
—Te amo—. Finalmente lo dije sin vacilaciones.
El cura continuó con la boda y yo esperaba de pie, a lado de la primera banquilla. Donde sus padres estaban; me miraban con amor y sorpresa. Yo sabía que desde siempre nos habían vinculado juntos, a Louis y a mí. Entonces, por allí, no tenía nada que temer.
Lyra había especulado el «sí, acepto» con una voz llena de rabia y furia; y no, no sentía remordimiento por aquello.
—Louis William Tomlinson. ¿Acepta a Lyra Jane Evans como su legítima esposa para amarla, respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe? —Sentía que el corazón se me salía por la boca mientras internamente cruzaba los dedos.
Respiró lenta y sutilmente, con un poco de diversión pero, aun así, nada de inseguridad.
—Yo…—suspiró—, Lyra, lo siento. No; no acepto—. Las palabras rondaron en mi mente: «¡Dijo no, dijo no, dijo no!» y la sonrisa que se hizo presente en mí podría haberme roto las mejillas de una sola vez.
Saltó la pequeña banquilla de la iglesia que lo separaba de mí, entrelazó sus dedos con los míos mientras me apegaba a él, regalándome un dulce y apasionado beso. Corrimos a la entrada y nos dispusimos a ser felices… por siempre, para siempre, o mientras durase.
♡ Representantes: Louis Tomlison. | Karen Gillan.
♡ Mejor opción: Noah Abbey {Nicholas Hoult.
ficha aceptada.
dios mío, dios mío, me he quedado sin palabras y casi me haces llorar. Te juro por papá Noel que he estado a punto de llorar, jksjks imaginaba la cara de Lyra con el "No; no acepto" de Lou. Y Annie, por el amor de mi mamá, amé su declaración de amor en medio de la boda. Tu audición es perfecta, de verdad me ENCANTÓ, ME ENAMORÓ, ME MATÓ.
Batman.
Re: good girls like bad boys. | a. abiertas
Joker. escribió:Batman. escribió:Joker. escribió:Batman. escribió:Joker. escribió:Quiero cambiar la mejor opción por Evan Peters. :jum:Así lo dejo.
WHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAT?! OHF, MY FUCKING GOD. EVAN. TODO EL MUNDO ESTÁ CON EVAN AHORA. *se muere* :bossassbitch: Pero es que, ¿a quién no le gusta ése chico?
Siento comunicarte que es mío, y no lo comparto con nadie que no sea mi tateamiga sensual del foro:ternura:aléjate de él o mato a harry (?)
No pensaba tocarle, mujeeeeeee' ¿¡CÓMO TE ATREVES A AMENAZARME CON MI HAROLD?! ¿Porqué, Jokeriè? :manlycrypls: ¿PORQUÉ?
A MI NO ME GRITE É :dimeweon:Y SE DICE EQUISKU O POR QUÉ (¡¿xq me dejaste, XQ, XQ!?)
Óyeme, eso lo dice la mejor amiga de mi boyfriend. Al principio no lo entendí pero luego así .____. ando medio retrasada.
Batman.
Re: good girls like bad boys. | a. abiertas
Bueno, me ha encantado la idea, es fantástica. Me presento, soy Paula, tengo trece años, y que puedo decir, escribes de una forma maravillosa. La idea es, muy, increíble, siempre me han fascinado estas tramas, y no me voy a perder nada, y voy a ir por Liam, el motero, idk <333 Un gusto conocerte.
Invitado
Invitado
Re: good girls like bad boys. | a. abiertas
Batman. escribió:Joker. escribió:Batman. escribió:Joker. escribió:Batman. escribió:Joker. escribió:Quiero cambiar la mejor opción por Evan Peters. :jum:Así lo dejo.
WHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAT?! OHF, MY FUCKING GOD. EVAN. TODO EL MUNDO ESTÁ CON EVAN AHORA. *se muere* :bossassbitch: Pero es que, ¿a quién no le gusta ése chico?
Siento comunicarte que es mío, y no lo comparto con nadie que no sea mi tateamiga sensual del foro:ternura:aléjate de él o mato a harry (?)
No pensaba tocarle, mujeeeeeee' ¿¡CÓMO TE ATREVES A AMENAZARME CON MI HAROLD?! ¿Porqué, Jokeriè? :manlycrypls: ¿PORQUÉ?
A MI NO ME GRITE É :dimeweon:Y SE DICE EQUISKU O POR QUÉ (¡¿xq me dejaste, XQ, XQ!?)
Óyeme, eso lo dice la mejor amiga de mi boyfriend. Al principio no lo entendí pero luego así .____. ando medio retrasada.
Es de Jagger. Álvaro lo dice mucho
Ledger.
Re: good girls like bad boys. | a. abiertas
voy a cerrar audiciones, esperaré fichas de las que tengan que postearla, creo que sólo tú, Paula c: y luego doy resultados. Porque soy very mucho cool. (?
Batman.
Re: good girls like bad boys. | a. abiertas
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♡ Fic de tu autoría:
- Paradise. :
- Sonrió frente al espejo, mientras se escuchaba afuera de su habitación el crujir de los vidrios rotos. La pared que se encontraba tras ella, era de un espeso color blanco, que había sido cubierto por miles de dibujos que habían traspaso por la mente de Samantha; seres que ella había creado, y que había amado.__ Cuídense.__ Sam les pidió, para después plantar un corto beso en la pared__ No dejen que papá les haga daño, no como a mí.Su delicada blusa color blanco, casi se camuflaba con su piel; sus jeans oscuros, rotos por una caída que había tenido hace una semana, le cubrían sus delgadas piernas; y sus zapatos color azul, como el de sus ojos, solo que estos eran menos intensos que los de ella.Su delgada pierna se apoyó sobre la venta, e hizo lo mismo con la otra; entonces su mente se transformó.Ya no estaba en su casa. El césped amarilloso y mal cuidado había desaparecido, y lo había sustituido uno hermoso, verde y muy bien cuidado; la pared desastrosa y mal pintada ya no existían, la habían sustituido una hermosa pared color rosa pastel. Ya no estaba en el mundo real… estaba en el suyo. Sam sonrió al aire, alzo su vista, y el cielo era rosa pastel, como la pared, y en el volaban cientos de dragones, todos de diferentes especies que ella había creado, especies que no le podían hacer daño, no como los humanos.Y se tiró, desde aquella ventana que se había vuelto una torre.Volvió al mundo real, donde ella sufría, y su sonrisa se desvaneció por completo. Había vuelto a la realidad, y eso no era agradable, no para ella. Respiro el sucio aire del barrio más bajo de todo Londres, y se acomodó su vieja maleta color negro en la espalda. Un pequeño silbido salió de sus labios, pero nadie lo noto, todos estaba absorto en su mundo; los niños jugaban en el destrozado parque; las viejas vecinas estaban muy entretenidas con la pelea de sus padres; y ella, ella estaba sola, como siempre.Entonces la lluvia azoto el cielo, volviéndolo tan gris como un día habían sido sus sueños. Levanto el rostro, y miro al cielo; los dragones ya no estaban ahí, pero la lluvia si, y ella amaba la lluvia, más que los dragones, más que todo. Siguió su sendero, por un camino mojado, lleno de piedras, y lodo. Ese día de tormenta, fue cuando ella cerró sus ojos, y voló, voló lejos.
- Project: T.:
- Mamá peleaba con Alice, mientras papá ponía, disimuladamente, unas pequeñas e inofensivas gotas de alcohol a su café de la mañana; ¿Qué hacia yo? No mucho digamos, solo estaba sentada en el comedor viendo la película que armaba mi madre y Alice. Eso era más que divertido.Camine hacia la puerta de la casa, dejando a solas a mi madre, Alice, y a papá; si seguía escuchando su estúpida conversación llegaría más tarde de lo normal a clase, era el último día y no quería terminarlo mal en detención, para nada.XoxoCamine tranquilamente por los pasillos, balanceando mis caderas de un lado otro, mientras recibía una que otra mirada de odio, y era algo entendible, era la gran Carrie White. Llegue a la clase de química, mi primera clase del día, ¿genial no? No puedo decir que me va mal, porque no me va para nada mal en la clase de química; un pequeño baile erótico puede hacer, es mucho más de lo que la mayoría piensa.Me senté junto a un atractivo chico, de ojos azul como el mal, y de cabello negro, bueno, él se sentó a mi costado. Me miro con nerviosismo, mientras se tocaba las manos una y otra vez. Iba a invitarme a salir, lo presentía; creo que el también debería presentir que tal vez diría no.__ Oye, eh__ El rubio se tocó las manos varias veces, con un nerviosismo que, por alguna razón-y por primera vez-, me causó una ternura extrema.__ ¿Sí? __ Le respondí de forma amable. Podía ser todo, menos cruel, no a ese punto.__ Te gustaría, bueno, em…__ Parecía rebuscar palabras, palabras que no parecía encontrar. Tenía que actuar antes de que le diera un ataque.__ Me encantaría salir contigo __ Una sonrisa de alivio apareció en su rostro. Había hecho mi buena acción del día.Xoxo__ ¡White! __ Su voz, tan estresante y melodiosa a la vez; me di media vuelta, mientras veía como el gran Harry caminaba hacia mí. El maldito idiota era sexy.__ ¿Qué quieres, Mackenzie? __ Me cruce de brazos mientras me apoyaba en mi casillero, el cual había cerrado antes de que me llamara Harry. Lo que más quería era irme, llegar, y alistarme para la cita con Ian, pero aún faltaba cuatro horas para que la jornada terminara.__ ¿Te he dicho lo mucho que te quiero? __ Harry intento posar su brazo en mi hombro, pero yo lo detuve antes si quiera su piel tocase la mía.__ Te odio__ Le recalque, casi escupiendo las palabras en su rostro. Camine a su lado, y pase de largo, siguiendo con mi único camino: la cafetería. Me estaba muriendo de hambre, y Harry ya me había retrasado lo suficiente como para que mi estómago rugiese más.__ Deberías ser más cortes, eh __ No sé cómo, pero Harry me había alcanzado, y ahora estaba a mi costado, persiguiéndome para no sé qué. Pare en secó, junto a él.__ ¿Qué quieres? __ Me cruce de brazos __ Hare lo que sea__ Alzo una de sus cejas__ ¡No eso!__ ¿Qué hace cuando un chico no quiere estar contigo? __ Sus manos tocaron mis hombros, y sonrió con un pequeño desdén.__ A Harry Mackenzie lo ha rechazado una chica__ Su sonrisa se desvaneció. La gente me conocía, como la gossip girl, o algo parecido a ello; se cada uno de los secretos, de cada uno de los alumnos de aquel instituto, bueno, casi todos.__ Y, para que sepas, ningún chico no quiere estar conmigo__ Le guiñe el ojo, mientras me mordí, un poco, la uña.__ Le hablaría, hablaría de cosas que a él le gustasen; bandas, lugares, etc__ No sabía por qué, pero hoy me había levantado de un buen humor, a diferencia de otros días.__ Mil gracias__ Me dio un pequeño beso en la mejilla, y salió corriendo hacia la cafetería. Idiota, grito mi mente.XoxoLa boca del profesor, cada vez se movía de una forma más lenta, mientras yo me preguntaba cuando terminaría la clase. Dos minutos, dos malditos minutos, que pasaban casi como una hora; dos minutos y las vacaciones empezarían; dos minutos y empezaría la libertad, de una forma más extensa. El timbre sonó, y escuche cada uno de los suspiros de alivio dentro del aula, incluso del profesor Marshall. Dulce, dulce libertad.
- Elite.:
- El despertador de Jane sonó, lo cual le obligo a levantarse de su cómoda cama, a regañadientes. Camino con lentitud hacia lo que era el tocador de su cuarto; las paredes eran blancas, y el granito adornaba gran parte del baño de Jane. Soltó un pequeño gruñido, su cabello era un desastre; definitivamente no volvería a dormir con el cabello húmedo, había aprendido la lección. Intento, de todas las formas posibles, arreglar su larga cabellera castaña, pero no logro nada; al final, se dio por vencida, y opto por recoger su cabellera en una coleta alta.Aun en pijama, J.J salió del su baño, bajo las escaleras que conectaban el tercer piso con el segundo, y después bajo las otras, que conectaban el segundo piso con el primero. Camino por el living de su casa, no había nadie, y Jane estaba más que segura de ello. Empujo la puerta de la cocina, y se dirigió hacia su nevera; de ella saco un yogurt francés bajo en grasa que le había traído su madre hace un día, cuando había vuelto de Paris de hacer algunas compras en Gucci.Volvió después de quince minutos a su recamara, abrió su ropero, y comenzó a observar con detenimiento la ropa dentro de ella. Dejo reposar en el colchón una falda color negro, bastante pequeña; una camisa color blanco ajustada al cuerpo; y sus tacones Christian Louboutin color negro, Christian Louboutin era uno de sus diseñadores favoritos.{xoxo}__ Linda, Jane. ¡He llegado! __ La chillona voz de su madre sonó a través del living de su mansión. Jane arrugo la nariz, y soltó un bufido; su madre estaba borracha, de nuevo.__ Dios mamá, ¿Cuánto has bebido esta vez? __ J.J recogió entre sus brazos a su madre, que con suerte no se había caído caminando con aquello tacones de más de diez centímetros.__ Dos, tres, tal vez cuatro botellas de vodka… ¿o era whisky? __ Jane saco uno de los mechones de cabello de su rostro, y dejo salir de sus labios un bufido frustrado. Cuando J.J pensó que nada podía ser peor, su madre comenzó a reírse de una forma escandalosa, por lo que tuvo que coger medidas… un poco drásticas.Entonces ella saco su parte egoísta y cruel. Con un poco de esfuerzo, arrastro a su ebria madre hacia una silla, y la dejo sentada en ella; camino hacia una de las alacenas, y de ella saco cinta de embalaje. Saco grandes tiras de la cinta, mientras la rodeaba a su madre, dejándola atada a ella.__ ¿Jane que haces? __ entre su delirio, Lisa se había dado cuenta de que estaba atada e incómoda. Jane la ignoro. Se acercó a ella, y saco una tira de cinta de nuevo, pero esta vez, pego en su boca el pedazo de cinta, dando por fin silencio a su hogar.Jane miro su reloj, y se dio cuenta de que era demasiado tarde.__ Bien mamá, me debo ir. Ya es tarde.__ J.J despego su mirada de su reloj, y le dio una sonrisa a su madre; esta estaba gritando, pero solo se escuchaban pequeños murmullos que lograban pasar atreves de la cinta.__ No te preocupes, no estarás así todo el día. Chelsy viene a las doce. __ Grito mientras se alejaba de la cocina, salía de su casa, y entraba en su lujoso deportivo rojo. Regalo de su abuelo por sus 19 años.{xoxo}El camino se había vuelto un tanto… difícil, pero a pesar del tráfico J.J estaba llegando al Constance Billard en una hora predecible, predecible para J.J. Una abundante sonrisa se formó en sus labios al ver la abundante cabellera de su mejor amiga, Winter, mientras peleaba con Spike, su hermanastro. J.J se estación en la vereda de la calle, a medio metro de Spike y Winter. La castaña escuchaba la conversación mientras dejaba escapar pequeñas risitas, inaudibles ante el oído de Win y Spike. Cuando Spike se alejó junto a una sonrisa victoriosa, J.J supo que tendría que hacer su buena acción del día. Que mejor cosa que salvar a Winter de ensuciar su limpio reporte de atrasos y faltas.__ ¿Te llevo? __ pregunto J.J después de hacer sonar su claxon. Winter subió sin ningún problema al deportivo rojo de J.J.__ ¿Me contaras lo que sucedió? __ La castaña intento parecer indiferente, como si no hubiese escuchado nada. Winter no solía soltar las cosas tan rápido, por lo que la castaña se sorprendió un tanto cuando Winter le conto con una suma rabia en su voz lo que había sucedido.__ Sera un imbécil y todo lo que quieras, pero no le quita lo bueno que esta.{xoxo}Jane camino a lo largo de los pasillos del Constance Billard, mientras las demás chicas estaban escuchando la tediosa charla de Lesbiana McLean, o bueno, así era como la había apodado J.J. Su teléfono sonó, y Jane lo saco de su bolso, dejando al descubierto su IPhone 5s, al cual la pantalla le brillaba conjunto a: “ZM”. Jane respondió la llamada, y dirigió el teléfono a su oreja izquierda.__ ¿Sí? __ pregunto la castaña con voz inocente.__ ¡No tienes la menor idea de cuánto te odio! __ la voz de su primo en su oído fue tan fuerte, que tuvo que alejarlo un poco de su oído.__ Auch. Que duro eres. __ una pequeña risa logro escapar de los labios de J.J, delatándola, a ella y su falsa inocencia.__ ¡Un internado en Nueva Zelanda por cinco años! __ J.J seguía con el teléfono alejado de su oreja, mientras miraba para otro lado, ignorando por completo el enfado de su primo.__ Te visitare. Algún día. Lo prometo. __ La respiración de Zayn parecía calmarse, mas su furia seguía albergando en su cuerpo.__ ¿Cómo lo haces? __ La rabia en la voz de Zayn era más que una prueba de que seguía enojado, pero que se las estaba guardando.__ Tengo mis métodos. __ Jane se miró las uñas, notando que debía si o si pintárselas de otro color. Tal vez gris, pensó.__ ¿Sabes qué? Esta conversación me esta hartando. Adiosito. __ Colgó la llamada aunque los insultos de su primo aún seguían escuchándose.Guardo su teléfono de nuevo en su bolso. Camino al baño, habían dos, el Constance era una secundaria grande, los baños también, pero todo se llena rápido, en especial, porque él segundo baño era para los no-elite, como los apodaban en Upper East Side. Se adentró en las profundidades del lujoso baño, y se miró en el espejo, y las lágrimas picotearon en sus ojos. Se miró en el espejo, y se preguntó: ¿Por qué no puedo ser como Charlotte? ¿O como Tifanny? ¡Incluso como Rachel!Porque no eres perfecta, le repitió su cerebro.Casi como en un instinto, el yogurt que J.J había tomado en la mañana, se puso en la punta de su garganta. Corrió y se agacho en la taza del inodoro, y expulso toda la poca comida que había ingerido en la mañana, y se limpió con una pequeña servilleta de estampados que la castaña siempre llevaba en su bolso. Gracias a dios que no había nadie en los pasillos. Jalo la palanca del inodoro, y se sentó en el suelo del limpio baño, y se unto un poco de antibacterial en las manos, y sin evitarlo, empezó a llorar.Estaba rota en todos los sentidos de la palabra.{xoxo}El día de clases había terminado y J.J conducía en su deportivo rojo. Entonces una pequeña sonrisa satisfactoria atravesó por sus labios al ver caminar a Blaire Finlay. Al fin y al cabo, tendría con quien desquitarse. Sus llantas hicieron todo el trabajo, embarrando completamente a su mayor enemiga, y haciéndola caer en el asfalto. Había descargado toda su furia y rencor en alguien que no tenía nada que ver con sus problemas.__ ¡Eres una maldita perra J.J! __ Jane rio un poco, la dulce y cariñosa Rachel sacaba las garras cuando tenía que ver con su mejor amiga. Con su ventana abierta, dejo salir su mano, conjunto a su dedo de en medio levantado.__ Oh, dulce humillación. __ se susurró a sí misma, arrancando de nuevo el auto.“Al parecer, J decidió desquitar todas sus lágrimas en la pobre y becada B. ¿Cuándo dejaras de fingir sonrisas J? tal vez tu ebria madre pueda ayudarte.” Conjunto al mensaje había dos fotos, una de su madre saliendo de su auto completamente ebria, y la otra de Jane llorando en las paredes estrechas del baño.__ Maldita perra.
♡ Rol:el motero.
♡ Representantes: Shay Mitchell y Liam Payne
♡ Mejor opción: Michael Maine {Max Irons}
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Re: good girls like bad boys. | a. abiertas
Ledger.
Re: good girls like bad boys. | a. abiertas
siento lo de el spoiler, últimamente no me sirve :c
Invitado
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Re: good girls like bad boys. | a. abiertas
Paula.- escribió:Joker
paula. Necesito disculparme por audicionar por el Payne, pero es que es el rol que más me atrajó. Si quedo con él, pediré que te lo den a ti <33333
Ledger.
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