Darkness Falls.

Otro día más en Bossier city, húmedo, oscuro y solitario, ninguna novedad, todo era igual, como siempre, Larissa me ha enviado a entregar algunos pasteles hacia el otro lado de la ciudad, ella sabe que me resulta hermoso aquel lugar y sus excusas, también me resultan estúpidas ya que la pereza la invade desde el día en que nació.

Una gran nube grisácea cubría el paso del sol, así que no sería molestia si me encamino en bicicleta hacia el otro lado de la ciudad. Además, adoro los días grises y el olor del césped húmedo, después de un día lluvioso.

Reviso la lista de las familias donde debo ir, leo rápidamente la primera parada que debo hacer y mi estómago se estremece “Fantástico, La familia Lindström – Pienso – Debo tolerar a el escurridizo Reyn, odio decir esto Pero, es insoportable.” Sin más que pensar, guardo la lista en mi mochila, reviso las cajas donde se encuentran los pasteles, los cuales están en la pequeña canasta de la bicicleta, esta todo en orden y me marchó hacia la casa de los Lindström.

“Horas” después de pedalear sin detenimiento, he llegado a casa de los Lindström, siempre que vengo a estos lugares su casa cambia de estampado y colores en el pórtico, busco el pastel que lleva el  nombre de la familia Lindström, posicione la bicicleta junto a un gran poste de luz, la ató con la cadena, ató mi cabello con una goma y suspiro a la espera de lo que se vendría, Reyn, camino hacia la gran puerta color terracota y justo cuando estaba por oprimir el timbre, Reyn abre la puerta de golpe y hace que me sobresalte.

–Hola señorita Katemarniev  – Una sonrisa sínica y un tanto seductora –“Según él –”Se dibuja en su rostro – Te he visto cruzar la calle en tu bicicleta, te ves jodientemente hermosa.

El hecho de que siempre me diga lo mismo me harta, me agrada que me halaguen de esta forma, pero, odio sonrojarme.

–Es “Jodidamente” Reyn ¿Has estado espiándome? – Enarcó una ceja y me cruzo de brazos, si él puede llegar a ser astuto ¿Por qué yo no?

–Oh, me has descubierto, cariño – Eleva sus manos en forma de burla y sonríe al bajarlas de nuevo

– De hecho, el sofá de tu habitación color rojo, se ve muy bien con tu sostén color rosa.

Ríe de nuevo.

–Eres un patán ¿Lo sabias?

Reyn abre su boca para decir algo más, pero lo detengo con mi pregunta, ya estoy lo suficientemente enojada para escuchar sus halagos que solo hacen que me sonroje, desgraciadamente.

– ¿Esta tu madre en casa? – Juego con mi cabello y trato de parecer desinteresada.

–Quisiera yo que no, para estar solos, ya sabes– Enarca ambas cejas y sonríe atrevido.

–Idiota, ve a llamarla– Me acerco lo suficiente cerca de su rostro

–Hueles delicioso– Susurra cerca de mis labios – Permíteme besarte

Su acción y pregunta, creo, me han aturdido, Reyn, es un hombre mayor, tiene 26 años, siete años de diferencia, desde el día en que lo conocí, ha estado molestándome, pero nada de aquello que suele decirme era enserio, creo, ahora estoy confundida.

Siento su mano tocar mi cintura, sus ojos color azul, el cual mezcla junto al verde, me han aturdido, allí es cuando me percato de que es “jodientemente” guapo.

–Kaleena, querida ¿Has traído el pastel? Tu hermana… – La madre de Reyn hace una aparición junto a la puerta desprevenidamente, sus ojos se abren de golpe y tararea – Oh ¿Interrumpo?
Espero, no haya visto lo que estaba sucediendo, me he separado lo más rápido posible de Reyn al escuchar su voz. Seria vergonzoso

–Oh No,solo estábamos –Tarareo– Conversando– Suspiro des preocupadamente.

El ambiente se tensa, Reyn me mira con la mandíbula tensa al igual que los músculos de sus hombros, llevaba una playera justa a su cuerpo, color blanco, lo que permitía ver su abdomen y músculos de sus brazos, era obvio, asistía al gimnasio del centro, allí fue donde lo conocí.

–Así es, mi hermana Larissa ha enviado un pastel para ustedes–Sonrío, mis labios tiemblan ante esta situación.

La madre de Reyn, Janessa, es dulce y comprensiva, me agrada, la conozco desde que tengo uso de razón, es extraño, conozco a Reyn desde hace solo 4 años, Janessa no hablaba mucho sobre él ¿y su esposo? Según ella, un día se marchó de casa solo para buscar cigarros, y no regreso.
Mi padre y madre, murieron en un accidente automovilístico, su auto se volcó en un abismo y segundos después su cuerpo no reaccionaba, así que, mi hermana Larissa, es lo único que resta de mi pequeña familia. Vivo junto a ella, su esposo Marcos y su hijo pequeño Dean, adoro a ese pequeño, cuando llega una crisis psicológica es el quien me hace sonreír, Larissa, es pastelera, le hubiera encantado asistir a la universidad, pero mis padres no contaban con el dinero suficiente, así que se dedicó a la “Cocina creativa”  en la pequeña cocina de la casa, hasta hace unos meses, Marcos le ha comprado un lugar donde ha construido su propia pastelería.

Me acerco hacia Janessa y entrego el pastel en sus manos.

–Espero que lo disfruten–Sonrío, miro de reojo a Reyn, este esta permanece en silencio, mientras acaricia su cuello.

–Aquí tienes querida– La voz de Janessa retumba en mis oídos, me acerco de nuevo hacia ella y tomo el dinero.

Miro a Reyn y me estremezco.

–Espero verlos pronto– Sonrío y me acerco a Janessa, la abrazo fuertemente y ella se marcha con el pastel en mano sin decir una sola palabra.

–Reyn–Susurre observando hacia el suelo–Lo que sucedió

–Lo sé, nunca me besarías, gracias por el pastel– Entra en la casa y cierra fuertemente la puerta, ahora estaba mucho más aturdida, nunca me lo esperaba de él, ¿y si en realidad quería besarlo?, él nunca lo sabrá.

Después de un día realmente agitado, he llegado a casa, mis pies no pueden dar un paso más, pero aun así debo hacerlo, mis ojos están a punto de cerrarse, además estoy sedienta y hambrienta.

–Larissa–Sollocé entrando en la cocina

Era evidente, no se encontraba en casa, camino directamente hacia la cocina, tomo un vaso con agua, busco comida congelada en el refrigerador Lasaña con salsa BBQ, “Perfecto–pienso–”, la llevo hacia el microondas y lo graduó, de inmediato, corro rápidamente hacia mi habitación, voy directo hacia el baño y hago todo lo necesario.

Escucho el sonido del  microondas y corro hacia la cocina, oprimo el botón y tomo el recipiente con  lasaña, busco una cuchara y me dirijo hacia la sala televisiva, me siento sobre el sofá y enciendo la televisión, oprimo el botón para pasar el canal de la televisión, nada, comerciales, programas de cocina las películas antiguas, tomo un poco de lasaña y la llevo a mi boca, “será una larga noche–pienso–”.

Minutos después de comer por completo mi lasaña, dejo a un lado el recipiente sobre una pequeña mesa, dejo caer mis zapatos sobre el suelo y veo hacia la televisión, sin prestar atención alguna, Reyn, ¿Por qué no puede dejar de pensar en él? Antes, no solía prestarle la más mínima atención, tal vez, este empezando a atraerme, ¿Qué? No, no puede ser cierto ¿Reyn? Él no me gusta, ni un poco, creo.

Aun observo hacia la televisión, pero en realidad no sé qué sucede, el suave viento entra por medio de las persianas, la noche me abriga y mi mente vuela sobre el tejado, no literal, mientras mi mente vuela, un fuerte apagón hace que todas las luces de toda la casa fallezcan.

– ¡Perfecto! – Exclamó en medio de la oscuridad, da igual, me gusta la oscuridad.

Me levanto del sofá y camino en busca de una linterna, busco en algunos cajones bajo la mesa de la televisión, hasta que hallo una, de repente un ruido tras de mi hace que me sobresalte, camino hacia el lugar proveniente del ruido con temor a encontrarme con algo que quisiera hacerme daño, de nuevo, siento alguien pasar justo tras de mí, me giro rápidamente y siento como el mundo se desvanece ante mí y entonces, todo oscurece, aún más.

Me despierto, estoy confundida, mi cabeza duele demasiado y mis piernas y manos se encuentran inmóviles, me encuentro en un lugar desconocido, estoy sobre el césped de lo que parece ser un pequeño parque, la noche abriga Bossier City y no logro ver mucho, parece que estoy lejos de la carretera, levanto un poco la cabeza para observar el lugar un poco más, mis pies están atados con una soga al igual que mis manos, no percato ningún ruido, parece que me encuentro sola, estoy atemorizada, siento el frío penetrar en cada milímetro de mi piel, lágrimas ruedan sobre mis mejillas, pero lloro en silencio, trato de gritar, pero al instante siento mi espalda moverse ferozmente sobre el suelo, y allí esta, un hombre que lleva pasamontañas y guantes en sus manos, me toma fuertemente de la cintura, oigo su tenebrosa risa y mi piel se eriza mucho más, aquel hombre toma un trozo de tela de su pantalón y atrapa mi boca para que no grite, me muevo tan rápido como puedo para que no logre atraparme, pero él es mucho más fuerte y con una extraña  maniobra logra enrollar el trozo de tela en mi boca, el hombre me mira de pies a cabeza, toma mi rostro y acaricia mi piel.

–No temas, preciosa. Prometo no hacerte daño– Seguidamente río a carcajadas, continuo tocando mi cuello, hasta llegar a mi pecho, con una daga rompió mi camisa al igual que mi sostén, llevo su boca a mi pecho y ferozmente besaba cada uno de mis senos, lloraba en silencio, no quería que su daga atravesara mi piel, quisiera gritar con todas mis fuerzas, pero no quiero morir, no de esta forma, no sé lo que me espera.

El hombre levanto su rostro y me miro con deseo, aunque llevara pasamontañas sus ojos tan oscuros como la noche, la oscuridad, me hacía recordar el día en que mis padres murieron, oscuro, tenebroso, atemorizante.

El hombre tomo su daga y la puso en mi cuello.

–Si gritas, clavare esta daga en tu garganta– Susurró cerca de mi rostro, en respuesta una lágrima rodo sobre mi mejilla diestra, el hombre deslizo la daga sobre mi abdomen hasta llegar a mi pantalón, me ha despojado de él y lo inevitable esta por suceder, cierro los ojos con todas mis fuerzas, el hombre toma un pequeño sobre color plata de su pantalón lo desgarra ferozmente y abre la bragueta de su pantalón y hace entrar el condón en su pene, su latente miembro me embiste con todas sus fuerzas, a toda velocidad me penetra hasta mis entrañas, cierro los ojos y lloro en silencio.

El hombre lleva sus manos a mis pechos y los toma con fuerza y precisión, mis piernas se debilitan, las lágrimas se detienen, pero el dolor en mi corazón permanece, el frío invade cada rincón de mi cuerpo, mi intimidad se contrae fuertemente cada mili segundo, quisiera morir en este instante.

El hombre se detiene, su cabeza cae sobre mi pecho, respira pesadamente y sus manos se aferran al césped, permanezco inmóvil  observando hacia el oscuro cielo, buscando alguna estrella, pero es solo oscuridad, el hombre se levanta y arregla sus pantalones al igual que los míos, me observa con detenimiento, aún sigo inmóvil y aturdida.

–La venganza es dulce, Kaleena– Dice, y se marcha de allí.

Ahora estoy sola, atemorizada, mis piernas están inmóviles, siento mi intimidad contraerse aún, respiro des continuadamente, giro un poco mi cabeza para asegurarme  de que se haya marchado, es eficiente, uso todas mis fuerzas y me levanto, logrando sentarme dejo caer mi cabeza sobre mis rodillas y lloro en silencio, de nuevo, levanto mi rostro, llevo mis manos hacia las soga de mis pies y las desato rápidamente al igual la de mis manos y finalmente el trozo de tela en mi boca, estoy sedienta y quiero ducharme, me siento sucia y vulnerable, pude evitar que esto sucediera per el temor me ha invadido y es mi mayor debilidad, sé que debería ir hacia la policía, pero el miedo aun me invade y prefiero callar. Sé que no es lo correcto pero, prefiero ducharme en contrario al ser juzgada y ser cuestionada, harán que sufra mucho más.

Prefiero callar, antes de ser juzgada.