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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
His Eyes- Harry Styles y Tú TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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His Eyes- Harry Styles y Tú TERMINADA
Nombre: His Eyes
Autor:Renee Carter
Adaptacion: Si
HOLA! SI ESTÁS AQUÍ DEBES SABER QUE ESTA NOVELA ESTÁ TERMINADA Y QUE SI TE GUSTÓ PODRÍAS MANIFESTARLO EN UN COMENTARIO :)) JIJIJ UN BESO!
His Eyes
Sinopsis:
¿Cual es manera más probable de encontrar el amor? De
niñera. O, al menos que seas __ Turner. __ está
a punto de graduarse del bachillerato cuando
encuentra el anuncio para cuidar niños por el verano.
No tenía idea de en que se estaba metiendo. Su nuevo trabajo
era para "cuidar" a Harry Styles un sexy, y rico chico de su
edad... y que recientemente quedo ciego. Harry no está
interesado en aceptar su ayuda. O eso es lo que el piensa.
Desde que perdió a su padre y quedo ciego en un concurso de
salto de caballos, Harry pasa el día en la oscuridad,
negándose a aceptar su discapacidad. Para su disgusto, __
lo arrastrara a la vida y de nuevo a la luz. Pero cuando los dos
empiezan a ver algo en el otro, la hermosa ex-novia de Harry
aparece ¿Sera demasiada la tentación, o Harry será capaz de
escoger a la única chica que realmente lo ve?
Hola! mi nombre es Gisse y espero que disfruten esta nove , que es hermosa! *-* y que comenten mucho! :jojojo:
Última edición por Gisse el Sáb 06 Jul 2013, 1:31 pm, editado 5 veces
Gisse
Re: His Eyes- Harry Styles y Tú TERMINADA
Hola Gisse! Soy Chris, me encantó el comienzo de tu novela. Voy a ser fiel lectora! Necesitas chica para Niall?? Avísame! Chris:)
cristinasamaniego
Re: His Eyes- Harry Styles y Tú TERMINADA
cristinasamaniego escribió:Hola Gisse! Soy Chris, me encantó el comienzo de tu novela. Voy a ser fiel lectora! Necesitas chica para Niall?? Avísame! Chris:)
Hola Chris! gracias por comentar :)) eh hasta el momento no necesito chicas, pero ten por seguro que avisaré cuando si. un beso! la sigo ahora c:
Gisse
Re: His Eyes- Harry Styles y Tú TERMINADA
Prólogo.
Sus ojos, reflejando el azul del cielo de Arizona, se centraron a continuación.
Sus músculos se tensaron al sentir el poderoso movimiento del caballo negro
debajo de él. Se sentó recto en la silla, con su suave chaqueta oscura,
respirando superficialmente con anticipación. Esta competencia era más difícil de
lo que esperaba y necesitaba ganar, el deseo bombeando salvajemente por sus
venas. Él sabía que su tiempo era bueno y había traspuesto ocho vallas sin errores.
Sólo había dos a la izquierda.
—Alto sobre el centro, alto sobre el centro. —Susurró y comenzó a inclinarse hacia
adelante. Vio cómo la oxidada valla cuadrada rápidamente se acercaba.
Sucedió en un instante.
Muy ligeramente, sintió el sonido de contracción. A continuación, las orejas del
caballo, habían sido ladeadas hacia adelante, se quebró la espalda. Captó un
movimiento con el rabillo de sus ojos, la arena cambiaba. No, era sólo una rama.
No, era sólo una bronceada ¡serpiente! En el momento que la realidad le golpeó, el
caballo había plantado ya sus cascos y la había evitado. Habló rápidamente: —
Tranquilo, tranquilo. —Pero el caballo se llenó de pánico cuando la serpiente se
lanzó más allá de sus piernas. El caballo se enojó y se volcó hacia atrás antes de que
el jinete pudiera reaccionar.
El tiempo se hizo más lento. Vio el cielo brillante arqueándose por encima de él y
sintió la ráfaga de viento caliente en su piel. Oyó los lejanos gritos de la multitud y
el sonido de un cuerpo estrellándose en el suelo... entonces su mundo se desvaneció
a negro.
Gisse
Re: His Eyes- Harry Styles y Tú TERMINADA
Capítulo 1
Me di por vencida y comencé a buscar un trabajo. Ahora mismo estoy de camino a una entrevista. No me voltees los ojos, soy una chica, así que puedo realizar varias cosas
—paré de escribir y miré el camino, asegurándome de que estuviera tan desierto como
antes. Suficientemente segura, no había nada más que una larga línea de pavimento por delante. Miré abajo hacia el pedazo de papel que había presionado contra el medio de mi volante—. Como sea, el aviso dice que ellos necesitan una niñera para un niño, que inicie lo antes posible. Cuando llame, la mamá sonaba bastante desesperada. Ella dijo que podía trabajar los fines de semana ahora y hacer tiempo completo una vez que sea verano. En cuanto pasé por encima de un bache en la carretera, la radio de mi viejo coche dio un silbido de protesta y cayó en estática. Fruncí el ceño, sosteniendo el bolígrafo entre mis dientes, zangoloteando el mando. La estática se hizo más fuerte y se rompió por fin, dando paso a la impresionante potencia de The Who. Clásico. Mi pequeño Toyota Camry del 89 siguió su camino. Arrojé mi carta sobre el asiento del pasajero y canté.
El cielo sobre mi cabeza era de un azul brillante y sin nubes. Manualmente bajé mis vidrios para dejar que entrara la brisa. El viento era sorprendentemente gentil para un Mayo en Grayfield, Illinois; estaba acostumbrada a conducir en un viento huracanado, lo que me hacia luchar con el volante.
Comprobé la nota escrita en la palma de mi mano, confirmando que se supone que
tenía que encontrar ―100 Styles Road.‖ Pero, ¿eso era todo? No había visto casas en
esa calle, solo árboles. En realidad, no había visto ni una sola señal de… wow.
Apagué el motor del carro, boca abierta. La calle llevaba derecho a una
impresionante puerta de hierro. Se trataba de una calle privada, lo que explica la
falta de buzones de correo.
Me detuve a la apertura de la puerta y le baje a la música en caso de que los perros guardianes odiaran a Roger Daltrey, no es que yo hubiera visto ningún perro guardián, pero si alguna vez espere ver alguno, era ahora.
Vacilante me asomé por la ventana y apreté un botón de llamada en la caja. Después de un momento, el altavoz en el portón crujió y emitió una voz femenina.
—Hola. ¿Quién es? Equilibrándome precariamente fuera de mi carro para poner mi boca cerca de la caja, grité: —¡Hola! ¡Soy __ Turner! ¡Estoy aquí para una entrevista!
El portón dio un gran zumbido y luego se abrió. Apresuré mi coche hacia adelante
en el largo camino de entrada. El adoquín causó que mi pequeño automóvil se
meciera de lado a lado, pero apenas lo noté porque la vista ante mí era asombrosa.
La casa era enorme, extremadamente enorme, era fácilmente diez veces más
grande que la cabaña que mis padres y yo llamamos casa. Hecha de ladrillo color
café claro y cristal, era el resumen de la elegancia moderna con ángulos agudos y
techos abovedados.
Me detuve a la entrada, que consistía en una corta escalera que conduce a una
puerta de cristal gigante, e hice una mueca cuando mi carro paró en seco. Estúpido
viejos frenos. Lamiendo mis labios secos, dejé mi carro detrás, subiendo los
escalones de dos en dos. Antes de que tuviera la oportunidad de tocar el timbre, la
puerta se abrió. Me decepcioné cuando la persona parada en la puerta principal no
fue un mayordomo de traje y corbatín sino una mujer de mediana edad en
pantalones. Sonreí, como fuera, y extendí mi mano. —¡Hola! Soy __ Turner.
La mujer estrechó mi mano. —Hola, __. Soy la Sra. Styles. ¿Creo que
hablamos por teléfono?
—Si, esa era yo.
La Sra. Styles retrocedió para que pudiera entrar. La seguí a través de un amplio
pasillo de entrada y una sala del tamaño de una de las aulas de mi escuela
secundaria. Me sentía culpable con cada paso en que mis sucios Chucks(1) rojos
tocaban la alfombra de color blanco puro. Me ofreció un lugar en un sillón rígido,
con patrones de flores. Mientras me sentaba, ella tomó asiento enfrente de mí y
encogió sus manos en una bola de nervios en su regazo. —Entonces, ¿Estás en la
escuela secundaria? —Comenzó.
—Sí, soy estudiante de último año.
—¿Y te gusta?
—Bueno, es la escuela —me reí, pero notando el aspecto de preocupación en su
cara, rápidamente añadí—. Pero me voy a graduar pronto. Voy a la universidad.
La Sra. Styles ofreció una sonrisa tentativa. —¿Oh, dónde?
______________________
1 Chucks: Chuck Taylor All-Stars, o Converse All-Stars, también conocidos como "Chucks" o "Cons", son
zapatos de lona y goma producidos por Converse. Fueron producidos por primera vez en 1917 como los "All-
Star," en un intento de Converse de capturar el mercado de zapatos para básquetbol.
_____________________________
—Uh…
A menos de dos semanas de la graduación, debería saber la respuesta a esa
pregunta. La verdad es que, fui aceptada en dos universidades: la Universidad de
Illinois —grande, pública, barata— y la Universidad Evanston —pequeña, privada,
incrédulamente cara. La primera, mis padres lo sabían y estaban encantados. La
segunda, bueno... ese era mi secreto. Sabía que mis padres no podían permitírselo,
pero yo había sacado mis ahorros para reservar mi lugar por si acaso, de algún
modo, podía ir. Su programa de periodismo era para morirse.
Yo le respondí de mala gana. —Universidad de Illinois
—¿Entonces, eres una persona seria? —Preguntó ella, viendo sospechosamente mi
camisa. Tal vez Led Zeppelin no era la mejor opción para una entrevista, pero no es
como si yo hubiera sabido que sería niñera en un lugar como este.
Me senté con la espalda recta y sonreí desarma. —Si.
—Bien —la Sra. Styles lucia como que había llegado a la conclusión de que no
era una drogadicta psicópata y asintió aprobatoriamente. Me miró fijamente a la
cara—. ¿Cómo te sientes ayudando a alguien que es ciego?
Mis ojos se abrieron en alarma y me atoré. —¿Qué?
—Oh cariño —ella dirigió sus ojos hacia la alfombra—, debes haber leído la versión
del viernes del aviso. Hubo un error... el periódico olvidó la palabra "ciego".
Bien. No es gran cosa.
—___, ¿está bien eso? —Solicitó la Sra. Styles.
Pestañee, dándome cuenta que había olvidado decir algo. Traté de sonar
convincente mientras respondía. —Oh seguro. Está bien. ¿Por cuánto tiempo ha
estado ciego su hijo?
La mujer nuevamente vio la alfombra. Ella explicó: —Solo dos meses. Fue un
accidente en salto de caballo… Harry no hablará con ningún especialista. En
realidad, se niega a hacer nada. Pensé que si había alguien de su edad, sólo para
convencerle un poco, sería lo mejor.
Chillé. —¿Tiene dieciocho?
Escuché el sonido de dos chicos riéndose tontamente a lo largo del pasillo. Se me
hizo un nudo en la garganta al pensar: ¿exactamente que han excluido de este anuncio?
Notando mi expresión, la Sra. Styles dijo rápidamente. —No te preocupes; yo
cuido de Marly y Chris —su voz se elevó ligeramente—. ¡Deben permanecer en la
cocina, queridos! —después de que la risa se alejó, ella suspiró—. ___, te puedo
pagar $10 por hora.
¡¿Ver a un niño recién ciego y de mi edad?! Empecé a mover la cabeza. —No sé…
—¡$20 por hora! —chilló la Sra. Styles—. Por favor, eres la única que ha venido.
Probablemente era la única que no se había interesado por los detalles antes de
tiempo… ¡pero $20! Rápidamente hice cuentas: $20 por 40 horas= ¡$800 en una
semana! ¡$3.200 en un mes! Una locura. ¡Esta era mi oportunidad perfecta! Con todo ese
dinero, ¡podría pagar mi dormitorio en Evanston!
Con mis ojos brillando, dije: —Si, lo haré.
De repente, escuché pequeños pies golpeando por el pasillo. La Sra. Styles saltó
y gritó: —¡Por favor, no molesten a su hermano! —Pero ya era demasiado tarde.
En el momento en que llegamos al pasillo, los dos niños se habían precipitado
volando por las escaleras y desapareciendo por una esquina.
—¡Mamá consiguió una niñera! ¡Ella tuvo que pagarle una tonelada para que se
quede!
Cuando alcanzamos el segundo piso, el niñito ya había apretado su boca contra la
hendidura de una puerta cerrada y estaba haciendo justo lo que su madre le había
dicho que no hiciera, por supuesto. Tienes que amar a los niños pequeños. Lucia de
nueve años y tenía una nube de pelo rubio. La niña, que lucía alrededor de cinco
años, se arrodilló junto a él. Ella me miró por debajo de su explosivo flequillo de
color marrón claro y rápidamente empezó a chuparse el dedo. A veces tengo ese
efecto en los niños.
—Chris, vamos —dijo su madre con severidad—. Te dije que dejaras en paz a tu
hermano.
—¡Aww, mamá! —El chico levantó la vista de la puerta, arrugando la cara en una
mueca.
—Y Marly, cariño —dijo la Sra. Styles en tono suave—, por favor sácate el dedo
de la boca. ¿Recuerdas que hablamos sobre como las niñas grandes no se chupan el
dedo?
Marly asintió y lentamente sacó el dedo infractor de su boca.
—Christopher John, ve a tu cuarto. —La Sra. Styles se dirigió a su hijo, quien
estaba ocupado examinándome con sus penetrantes ojos azules.
Chris arrastró dramáticamente sus pies y, lanzando un casual —Bien. —Por
encima del hombro, se retiró al final del pasillo. Su hermana corrió tras él.
La Sra. Styles sonrió y luego se volteo. —Los dejaré solos.
¿A quiénes? ¿A mí y a la puerta? Sí, nos vinculamos bastante bien. Fruncí el ceño y, antes
de que pudiera fugarse, le pregunté: —Eh, ¿dónde está Harry?
Ella se rió suavemente, como si mi pregunta fuera tonta. —Oh, él está ahí. Es un
guardarropa. Tiene… —se detuvo, como si las palabras se le hubiesen quedado
atascadas en la garganta. Después de un momento, se las arregló—. Bueno, estoy
segura de que Harry te lo dirá. Vuelvo para cerciorarme que estas bien en un
minuto.
¿Por qué no era tan reconfortante?
Yo observaba mientras ella huyó y luego me volví hacia la puerta. Metí un mechón
de pelo detrás de la oreja, un hábito nervioso de los míos, y puse mi mano en la
manija de la puerta. Apreté los dedos, traté de darle la vuelta. No pasó nada. Mi
mente lentamente obtuvo la causa obvia: había cerrado la puerta. ¡Había cerrado la
puerta! Se suponía que debía ser una niñera de un chico de dieciocho años de edad
ciego, un niño rico y ¡él se había encerrado en un armario! Honestamente.
Me acordé de una vez en que tuve que convencer a una niña, que estaba sentada
debajo de su cama, para darle un baño. Había tomado una hora y una galleta Oreo.
Eso no era una memoria tan reconfortante, pero hice exactamente lo que había
hecho con ella, bueno, menos la galleta. Me senté en el suelo y empecé a hablar.
—Supongo que has oído hablar de mí. Soy ___Turner. Escucha, ¿por qué no sales
para que podamos conocernos correctamente?
Hice una pausa, pero no hubo sonido, ni siquiera un susurro, del interior.
Aparentemente mi poder de persuasión no había mejorado milagrosamente.
Me volví, así mi espalda estaba contra la puerta y, con un ruido sordo embotado,
descansé mi cabeza. Seguí. —Si quieres, solo puedo sentarme aquí.
De repente, algo golpeó la puerta lo suficientemente fuerte para hacer un sonoro
¡bang! y me dio un susto de muerte. Después de que mi corazón volviera a mi
pecho, grité: —¡Hey, es tu decisión! ¡Tu mamá va a pagarme de cualquier forma!
—¡Atrás!
El grito sonó tan cerca que salté otra vez.
Avancé lejos de la puerta justo a tiempo, mientras se abrió de golpe. La figura de un
muchacho adolescente se puso frente a mí. Pelo castaño con rulos algo despeinado sobre
lentes negros de sol de diseñador. Con una mano agarró el marco de la puerta y,
con la otra, él extendió la mano inciertamente en el aire. Antes de que tuviera la
oportunidad de hacer nada, dio un paso y tropezó con mis amadas zapatillas.
A mis oídos, su caída a la alfombra era ensordecedora. Pero, sorprendentemente,
nadie vino corriendo. Se quedó quieto. Se cruzó por mi mente que lo había matado.
Matar a una persona ciega, es un pasaje rápido al infierno. Me deslicé hacia delante
y sin aliento dije: —¡Harry, lo siento!
Mi cerebro despacio registró que debí haber perjudicado su orgullo porque él
respiraba regularmente. Él no habló, pero su mano estaba extendida y palpó el piso.
Viendo que sus lentes habían caído cerca, los agarré y se los puse en sus manos. Los
arrebató de mí y, levantándose, volvió la cabeza mientras se los ponía de nuevo. Él
gruñó. —¡Aléjate de mí!
Hice un intento torpe para tomar su mano y le ofrecí: —Deja que te ayude a ir a tu
habitación.
Sintiendo mi movimiento, se alejó de mí y se burló. —¿Al menos sabes dónde está
mi habitación?
Me quedé, anonadada, mientras el caminaba lentamente por el pasillo. Apoyó su
mano con fuerza contra la pared y se detuvo en la esquina, en el punto de agarre.
Luego se había ido. Un momento después, escuché una puerta cerrarse de golpe.
Continué allí parada quieta, sintiéndome completamente humillada. De nuevo,
¿Por qué había tomado este trabajo?
Detectando mis pensamientos, o tal vez por el golpe la puerta, la Señora Styles
apareció. Ella trató de sonreír. —Oh, Harry saldrá. Hablaré con él esta noche.
¿Por qué no regresas en la mañana?
Con mi expresión en blanco, asentí en respuesta. Claro, todo sería mejor por la
mañana. Este había sido un mal trabajo. El primer día siempre es el peor. Por
supuesto, este no era un día… esto apenas fueron diez minutos. Puse mis dedos
entre mi cabello y suspiré al pensar en ello.
Mientras salía de casa, un fuerte viento me golpeaba en la cara. Pero, ¿quién cree en
presagios, de todos modos?
familia. Se alzaba en toda su gloria de estilo rancho con revestimiento de astillas.
Comparada con la de los Styles, nuestra casa parecía una cajita. Es gracioso, no
lo había notado antes. Me encogí de hombros, agarrando mi bolso y mi carta
arrugada en el asiento del pasajero. Mientras caminaba hasta la puerta de entrada,
yo ya podía oler la quema de incienso de pachulí.
—¡___! ¿Eres tú?
¿Quién mas sabría que nuestra casa estaría sin llave en la mitad de la tarde? Me reí
mientras mi mamá saltaba de la cocina, con un pincel en una mano y gotas de
amarillo por sus brazos. Su vestido dashiki(2) estaba forrado de una gran variedad de
colores ya secos y se desprendían del algodón como nieve de arco iris. Llevaba el
cabello recogido en una trenza floja que había arrojado sobre un hombro.
Rápidamente puse mi carta en mi bolso, y pregunté: —¿Estás redecorando?
—Por supuesto —ella me besó y pude sentir pintura húmeda manchándome la
mejilla—. El próximo viernes es el aniversario, así que estoy añadiendo un sol a la
pared de la sala. La casa tiene que lucir bien para tu hermano.
Charlie. Mi hermano mayor quien dejo la casa antes de su graduación de la
preparatoria y nunca se había asentado. Supuestamente ese era su gran acto de
rebelión. Sabía por las cartas que me enviaba secretamente que él estaba bien, pero
ni siquiera iba a volver a Grayfield. De ninguna manera. No importa cuántas veces
mamá le pusiera un lugar en la cena. Ella no quería creerlo.
—Seguro. —Le dije y le ofrecí una sonrisa.
—¿Cómo te fue en tu entrevista?
Hice una mueca y trate de escurrirme de ella, hacia mi dormitorio.
—Oh, bueno ...Uh, me dieron el trabajo y .... —de cualquier manera en que pensaba como
describir lo que había acordado sonaba extraña, pero seguí adelante de todos
modos—. Es un chico ciego y de mi edad.
Ella inclinó la cabeza hacia un lado.
—¿El chico que vas a cuidar?
— Harry. Si —asentí—. Lo guiaré, compartiré con él, ese tipo de cosas.
Sin un momento de vacilación, mi madre sonrió.
—Oh, un nuevo novio. ¡Qué maravilloso, ___!
Apreté los dientes. —Eso no es lo que yo…
—¿Crees que este amarillo es demasiado claro para el sol? —Mamá estaba distraída
ya, con el ceño fruncido hacia la punta de su pincel.
Con una mano en mi bolso, dije gentilmente,:—Déjame poner esto en mi cuarto y
luego te ayudaré a pintar. —Antes de pasarle por delante. Amaba a mi mamá hasta
morir, de verdad, pero ella siempre tenía esta habilidad de vivir a un paso de la
realidad. Un paso en donde ella creía en el romántico sueño de que Charlie vendría
a casa e iba a hablar maravillas de su nuevo mural.
Si yo pudiera embotellar aquella clase de optimismo, tendría la vida solucionada.
________________________________
2 El dashiki: es una colorida prenda de vestir para los hombres, ampliamente utilizada en África occidental
________________________
Me di por vencida y comencé a buscar un trabajo. Ahora mismo estoy de camino a una entrevista. No me voltees los ojos, soy una chica, así que puedo realizar varias cosas
—paré de escribir y miré el camino, asegurándome de que estuviera tan desierto como
antes. Suficientemente segura, no había nada más que una larga línea de pavimento por delante. Miré abajo hacia el pedazo de papel que había presionado contra el medio de mi volante—. Como sea, el aviso dice que ellos necesitan una niñera para un niño, que inicie lo antes posible. Cuando llame, la mamá sonaba bastante desesperada. Ella dijo que podía trabajar los fines de semana ahora y hacer tiempo completo una vez que sea verano. En cuanto pasé por encima de un bache en la carretera, la radio de mi viejo coche dio un silbido de protesta y cayó en estática. Fruncí el ceño, sosteniendo el bolígrafo entre mis dientes, zangoloteando el mando. La estática se hizo más fuerte y se rompió por fin, dando paso a la impresionante potencia de The Who. Clásico. Mi pequeño Toyota Camry del 89 siguió su camino. Arrojé mi carta sobre el asiento del pasajero y canté.
El cielo sobre mi cabeza era de un azul brillante y sin nubes. Manualmente bajé mis vidrios para dejar que entrara la brisa. El viento era sorprendentemente gentil para un Mayo en Grayfield, Illinois; estaba acostumbrada a conducir en un viento huracanado, lo que me hacia luchar con el volante.
Comprobé la nota escrita en la palma de mi mano, confirmando que se supone que
tenía que encontrar ―100 Styles Road.‖ Pero, ¿eso era todo? No había visto casas en
esa calle, solo árboles. En realidad, no había visto ni una sola señal de… wow.
Apagué el motor del carro, boca abierta. La calle llevaba derecho a una
impresionante puerta de hierro. Se trataba de una calle privada, lo que explica la
falta de buzones de correo.
Me detuve a la apertura de la puerta y le baje a la música en caso de que los perros guardianes odiaran a Roger Daltrey, no es que yo hubiera visto ningún perro guardián, pero si alguna vez espere ver alguno, era ahora.
Vacilante me asomé por la ventana y apreté un botón de llamada en la caja. Después de un momento, el altavoz en el portón crujió y emitió una voz femenina.
—Hola. ¿Quién es? Equilibrándome precariamente fuera de mi carro para poner mi boca cerca de la caja, grité: —¡Hola! ¡Soy __ Turner! ¡Estoy aquí para una entrevista!
El portón dio un gran zumbido y luego se abrió. Apresuré mi coche hacia adelante
en el largo camino de entrada. El adoquín causó que mi pequeño automóvil se
meciera de lado a lado, pero apenas lo noté porque la vista ante mí era asombrosa.
La casa era enorme, extremadamente enorme, era fácilmente diez veces más
grande que la cabaña que mis padres y yo llamamos casa. Hecha de ladrillo color
café claro y cristal, era el resumen de la elegancia moderna con ángulos agudos y
techos abovedados.
Me detuve a la entrada, que consistía en una corta escalera que conduce a una
puerta de cristal gigante, e hice una mueca cuando mi carro paró en seco. Estúpido
viejos frenos. Lamiendo mis labios secos, dejé mi carro detrás, subiendo los
escalones de dos en dos. Antes de que tuviera la oportunidad de tocar el timbre, la
puerta se abrió. Me decepcioné cuando la persona parada en la puerta principal no
fue un mayordomo de traje y corbatín sino una mujer de mediana edad en
pantalones. Sonreí, como fuera, y extendí mi mano. —¡Hola! Soy __ Turner.
La mujer estrechó mi mano. —Hola, __. Soy la Sra. Styles. ¿Creo que
hablamos por teléfono?
—Si, esa era yo.
La Sra. Styles retrocedió para que pudiera entrar. La seguí a través de un amplio
pasillo de entrada y una sala del tamaño de una de las aulas de mi escuela
secundaria. Me sentía culpable con cada paso en que mis sucios Chucks(1) rojos
tocaban la alfombra de color blanco puro. Me ofreció un lugar en un sillón rígido,
con patrones de flores. Mientras me sentaba, ella tomó asiento enfrente de mí y
encogió sus manos en una bola de nervios en su regazo. —Entonces, ¿Estás en la
escuela secundaria? —Comenzó.
—Sí, soy estudiante de último año.
—¿Y te gusta?
—Bueno, es la escuela —me reí, pero notando el aspecto de preocupación en su
cara, rápidamente añadí—. Pero me voy a graduar pronto. Voy a la universidad.
La Sra. Styles ofreció una sonrisa tentativa. —¿Oh, dónde?
______________________
1 Chucks: Chuck Taylor All-Stars, o Converse All-Stars, también conocidos como "Chucks" o "Cons", son
zapatos de lona y goma producidos por Converse. Fueron producidos por primera vez en 1917 como los "All-
Star," en un intento de Converse de capturar el mercado de zapatos para básquetbol.
_____________________________
—Uh…
A menos de dos semanas de la graduación, debería saber la respuesta a esa
pregunta. La verdad es que, fui aceptada en dos universidades: la Universidad de
Illinois —grande, pública, barata— y la Universidad Evanston —pequeña, privada,
incrédulamente cara. La primera, mis padres lo sabían y estaban encantados. La
segunda, bueno... ese era mi secreto. Sabía que mis padres no podían permitírselo,
pero yo había sacado mis ahorros para reservar mi lugar por si acaso, de algún
modo, podía ir. Su programa de periodismo era para morirse.
Yo le respondí de mala gana. —Universidad de Illinois
—¿Entonces, eres una persona seria? —Preguntó ella, viendo sospechosamente mi
camisa. Tal vez Led Zeppelin no era la mejor opción para una entrevista, pero no es
como si yo hubiera sabido que sería niñera en un lugar como este.
Me senté con la espalda recta y sonreí desarma. —Si.
—Bien —la Sra. Styles lucia como que había llegado a la conclusión de que no
era una drogadicta psicópata y asintió aprobatoriamente. Me miró fijamente a la
cara—. ¿Cómo te sientes ayudando a alguien que es ciego?
Mis ojos se abrieron en alarma y me atoré. —¿Qué?
—Oh cariño —ella dirigió sus ojos hacia la alfombra—, debes haber leído la versión
del viernes del aviso. Hubo un error... el periódico olvidó la palabra "ciego".
Bien. No es gran cosa.
—___, ¿está bien eso? —Solicitó la Sra. Styles.
Pestañee, dándome cuenta que había olvidado decir algo. Traté de sonar
convincente mientras respondía. —Oh seguro. Está bien. ¿Por cuánto tiempo ha
estado ciego su hijo?
La mujer nuevamente vio la alfombra. Ella explicó: —Solo dos meses. Fue un
accidente en salto de caballo… Harry no hablará con ningún especialista. En
realidad, se niega a hacer nada. Pensé que si había alguien de su edad, sólo para
convencerle un poco, sería lo mejor.
Chillé. —¿Tiene dieciocho?
Escuché el sonido de dos chicos riéndose tontamente a lo largo del pasillo. Se me
hizo un nudo en la garganta al pensar: ¿exactamente que han excluido de este anuncio?
Notando mi expresión, la Sra. Styles dijo rápidamente. —No te preocupes; yo
cuido de Marly y Chris —su voz se elevó ligeramente—. ¡Deben permanecer en la
cocina, queridos! —después de que la risa se alejó, ella suspiró—. ___, te puedo
pagar $10 por hora.
¡¿Ver a un niño recién ciego y de mi edad?! Empecé a mover la cabeza. —No sé…
—¡$20 por hora! —chilló la Sra. Styles—. Por favor, eres la única que ha venido.
Probablemente era la única que no se había interesado por los detalles antes de
tiempo… ¡pero $20! Rápidamente hice cuentas: $20 por 40 horas= ¡$800 en una
semana! ¡$3.200 en un mes! Una locura. ¡Esta era mi oportunidad perfecta! Con todo ese
dinero, ¡podría pagar mi dormitorio en Evanston!
Con mis ojos brillando, dije: —Si, lo haré.
De repente, escuché pequeños pies golpeando por el pasillo. La Sra. Styles saltó
y gritó: —¡Por favor, no molesten a su hermano! —Pero ya era demasiado tarde.
En el momento en que llegamos al pasillo, los dos niños se habían precipitado
volando por las escaleras y desapareciendo por una esquina.
—¡Mamá consiguió una niñera! ¡Ella tuvo que pagarle una tonelada para que se
quede!
Cuando alcanzamos el segundo piso, el niñito ya había apretado su boca contra la
hendidura de una puerta cerrada y estaba haciendo justo lo que su madre le había
dicho que no hiciera, por supuesto. Tienes que amar a los niños pequeños. Lucia de
nueve años y tenía una nube de pelo rubio. La niña, que lucía alrededor de cinco
años, se arrodilló junto a él. Ella me miró por debajo de su explosivo flequillo de
color marrón claro y rápidamente empezó a chuparse el dedo. A veces tengo ese
efecto en los niños.
—Chris, vamos —dijo su madre con severidad—. Te dije que dejaras en paz a tu
hermano.
—¡Aww, mamá! —El chico levantó la vista de la puerta, arrugando la cara en una
mueca.
—Y Marly, cariño —dijo la Sra. Styles en tono suave—, por favor sácate el dedo
de la boca. ¿Recuerdas que hablamos sobre como las niñas grandes no se chupan el
dedo?
Marly asintió y lentamente sacó el dedo infractor de su boca.
—Christopher John, ve a tu cuarto. —La Sra. Styles se dirigió a su hijo, quien
estaba ocupado examinándome con sus penetrantes ojos azules.
Chris arrastró dramáticamente sus pies y, lanzando un casual —Bien. —Por
encima del hombro, se retiró al final del pasillo. Su hermana corrió tras él.
La Sra. Styles sonrió y luego se volteo. —Los dejaré solos.
¿A quiénes? ¿A mí y a la puerta? Sí, nos vinculamos bastante bien. Fruncí el ceño y, antes
de que pudiera fugarse, le pregunté: —Eh, ¿dónde está Harry?
Ella se rió suavemente, como si mi pregunta fuera tonta. —Oh, él está ahí. Es un
guardarropa. Tiene… —se detuvo, como si las palabras se le hubiesen quedado
atascadas en la garganta. Después de un momento, se las arregló—. Bueno, estoy
segura de que Harry te lo dirá. Vuelvo para cerciorarme que estas bien en un
minuto.
¿Por qué no era tan reconfortante?
Yo observaba mientras ella huyó y luego me volví hacia la puerta. Metí un mechón
de pelo detrás de la oreja, un hábito nervioso de los míos, y puse mi mano en la
manija de la puerta. Apreté los dedos, traté de darle la vuelta. No pasó nada. Mi
mente lentamente obtuvo la causa obvia: había cerrado la puerta. ¡Había cerrado la
puerta! Se suponía que debía ser una niñera de un chico de dieciocho años de edad
ciego, un niño rico y ¡él se había encerrado en un armario! Honestamente.
Me acordé de una vez en que tuve que convencer a una niña, que estaba sentada
debajo de su cama, para darle un baño. Había tomado una hora y una galleta Oreo.
Eso no era una memoria tan reconfortante, pero hice exactamente lo que había
hecho con ella, bueno, menos la galleta. Me senté en el suelo y empecé a hablar.
—Supongo que has oído hablar de mí. Soy ___Turner. Escucha, ¿por qué no sales
para que podamos conocernos correctamente?
Hice una pausa, pero no hubo sonido, ni siquiera un susurro, del interior.
Aparentemente mi poder de persuasión no había mejorado milagrosamente.
Me volví, así mi espalda estaba contra la puerta y, con un ruido sordo embotado,
descansé mi cabeza. Seguí. —Si quieres, solo puedo sentarme aquí.
De repente, algo golpeó la puerta lo suficientemente fuerte para hacer un sonoro
¡bang! y me dio un susto de muerte. Después de que mi corazón volviera a mi
pecho, grité: —¡Hey, es tu decisión! ¡Tu mamá va a pagarme de cualquier forma!
—¡Atrás!
El grito sonó tan cerca que salté otra vez.
Avancé lejos de la puerta justo a tiempo, mientras se abrió de golpe. La figura de un
muchacho adolescente se puso frente a mí. Pelo castaño con rulos algo despeinado sobre
lentes negros de sol de diseñador. Con una mano agarró el marco de la puerta y,
con la otra, él extendió la mano inciertamente en el aire. Antes de que tuviera la
oportunidad de hacer nada, dio un paso y tropezó con mis amadas zapatillas.
A mis oídos, su caída a la alfombra era ensordecedora. Pero, sorprendentemente,
nadie vino corriendo. Se quedó quieto. Se cruzó por mi mente que lo había matado.
Matar a una persona ciega, es un pasaje rápido al infierno. Me deslicé hacia delante
y sin aliento dije: —¡Harry, lo siento!
Mi cerebro despacio registró que debí haber perjudicado su orgullo porque él
respiraba regularmente. Él no habló, pero su mano estaba extendida y palpó el piso.
Viendo que sus lentes habían caído cerca, los agarré y se los puse en sus manos. Los
arrebató de mí y, levantándose, volvió la cabeza mientras se los ponía de nuevo. Él
gruñó. —¡Aléjate de mí!
Hice un intento torpe para tomar su mano y le ofrecí: —Deja que te ayude a ir a tu
habitación.
Sintiendo mi movimiento, se alejó de mí y se burló. —¿Al menos sabes dónde está
mi habitación?
Me quedé, anonadada, mientras el caminaba lentamente por el pasillo. Apoyó su
mano con fuerza contra la pared y se detuvo en la esquina, en el punto de agarre.
Luego se había ido. Un momento después, escuché una puerta cerrarse de golpe.
Continué allí parada quieta, sintiéndome completamente humillada. De nuevo,
¿Por qué había tomado este trabajo?
Detectando mis pensamientos, o tal vez por el golpe la puerta, la Señora Styles
apareció. Ella trató de sonreír. —Oh, Harry saldrá. Hablaré con él esta noche.
¿Por qué no regresas en la mañana?
Con mi expresión en blanco, asentí en respuesta. Claro, todo sería mejor por la
mañana. Este había sido un mal trabajo. El primer día siempre es el peor. Por
supuesto, este no era un día… esto apenas fueron diez minutos. Puse mis dedos
entre mi cabello y suspiré al pensar en ello.
Mientras salía de casa, un fuerte viento me golpeaba en la cara. Pero, ¿quién cree en
presagios, de todos modos?
* * *
Después de apagar el coche, me senté por un minuto y observé la casa de mifamilia. Se alzaba en toda su gloria de estilo rancho con revestimiento de astillas.
Comparada con la de los Styles, nuestra casa parecía una cajita. Es gracioso, no
lo había notado antes. Me encogí de hombros, agarrando mi bolso y mi carta
arrugada en el asiento del pasajero. Mientras caminaba hasta la puerta de entrada,
yo ya podía oler la quema de incienso de pachulí.
—¡___! ¿Eres tú?
¿Quién mas sabría que nuestra casa estaría sin llave en la mitad de la tarde? Me reí
mientras mi mamá saltaba de la cocina, con un pincel en una mano y gotas de
amarillo por sus brazos. Su vestido dashiki(2) estaba forrado de una gran variedad de
colores ya secos y se desprendían del algodón como nieve de arco iris. Llevaba el
cabello recogido en una trenza floja que había arrojado sobre un hombro.
Rápidamente puse mi carta en mi bolso, y pregunté: —¿Estás redecorando?
—Por supuesto —ella me besó y pude sentir pintura húmeda manchándome la
mejilla—. El próximo viernes es el aniversario, así que estoy añadiendo un sol a la
pared de la sala. La casa tiene que lucir bien para tu hermano.
Charlie. Mi hermano mayor quien dejo la casa antes de su graduación de la
preparatoria y nunca se había asentado. Supuestamente ese era su gran acto de
rebelión. Sabía por las cartas que me enviaba secretamente que él estaba bien, pero
ni siquiera iba a volver a Grayfield. De ninguna manera. No importa cuántas veces
mamá le pusiera un lugar en la cena. Ella no quería creerlo.
—Seguro. —Le dije y le ofrecí una sonrisa.
—¿Cómo te fue en tu entrevista?
Hice una mueca y trate de escurrirme de ella, hacia mi dormitorio.
—Oh, bueno ...Uh, me dieron el trabajo y .... —de cualquier manera en que pensaba como
describir lo que había acordado sonaba extraña, pero seguí adelante de todos
modos—. Es un chico ciego y de mi edad.
Ella inclinó la cabeza hacia un lado.
—¿El chico que vas a cuidar?
— Harry. Si —asentí—. Lo guiaré, compartiré con él, ese tipo de cosas.
Sin un momento de vacilación, mi madre sonrió.
—Oh, un nuevo novio. ¡Qué maravilloso, ___!
Apreté los dientes. —Eso no es lo que yo…
—¿Crees que este amarillo es demasiado claro para el sol? —Mamá estaba distraída
ya, con el ceño fruncido hacia la punta de su pincel.
Con una mano en mi bolso, dije gentilmente,:—Déjame poner esto en mi cuarto y
luego te ayudaré a pintar. —Antes de pasarle por delante. Amaba a mi mamá hasta
morir, de verdad, pero ella siempre tenía esta habilidad de vivir a un paso de la
realidad. Un paso en donde ella creía en el romántico sueño de que Charlie vendría
a casa e iba a hablar maravillas de su nuevo mural.
Si yo pudiera embotellar aquella clase de optimismo, tendría la vida solucionada.
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2 El dashiki: es una colorida prenda de vestir para los hombres, ampliamente utilizada en África occidental
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Gisse
Re: His Eyes- Harry Styles y Tú TERMINADA
Capítulo 2.
Zumbando a lo largo del camino en mi Camry a la mañana siguiente, pude ver al sol meter perezosamente la cabeza por detrás de una hinchada nube gris. Miré al cielo y quise que el día fuera brillante.
Mis mocasines, habían desterrado indefinidamente mis Chucks a mi habitación, presionaron el acelerador. Eran cerca de las 11:00 a.m., así que todavía lo consideraba la mañana, pero esperaba que mis nuevos empleadores estuvieran de acuerdo. Justo cuando me detuve a la puerta de los styles, esta se abrió. Encontré esto muy alarmante y rápidamente salí de mi coche hacia la puerta
principal. Chris estaba en la puerta y dijo con indiferencia. —Mamá está esperando en la sala.
—Gracias, chico —pasé una mano sobre su cabeza atractivamente esponjosa cuando pasé. Le oí dar una patada y quejarse—. Oye —pero yo ya estaba pegando una gran sonrisa en mi cara mientras me encontré con una ansiosa Señora Styles. Empecé —Lo siento. Debería haber venido antes…
—Oh, está bien —su sonrisa vaciló y ella hizo un gesto hacia el sofá—. ¿Por qué no te sientas? —lo hice y ella continuó—. Hablé con Harry. Él puede ser muy terco. Está predispuesto en contra tuya, me temo. Fue lo mismo con todo lo demás, los especialistas, los libros y todo...
Fruncí el ceño. ¡No había manera de que yo estuviera perdiendo mi oportunidad en
Evanston por algún mocoso! —Espere. ¿Quiere decir, que ha estado ciego dos meses y
no ha aprendido a adaptarse a todo? ¿Sólo ha estado deprimido por aquí?
La Sra. Styles se movió incómoda. —Bueno, él es un adulto...
—¡Entonces no se le debería permitir escabullirse de las cosas como un niño! —le
dije un poco demasiado entusiasmada. Reafirmándome, le hablé con firmeza—.
Sólo por esta vez, no escuche a Harry. Usted me contrató para un trabajo, déjeme
hacerlo.
—¿Quieres cuidar a mi hermano? ¿Qué te pasa? —Preguntó Chris, apoyándose en
el umbral de la sala.
Lancé miradas asesinas en su dirección.
—¡Christopher John, esto no te involucra! —le espetó la Señora Styles. Una vez
que el diablillo se había perdido de vista, dijo lentamente—: Creo que tienes un
punto. Incluso si sólo te sientas con él, no estará solo...
—¡Bien! —salté poniéndome de pie antes de que tuviera la oportunidad de cambiar
de idea—. ¿Dónde está? ¿En el armario de nuevo?
—No —murmuró Chris, que estaba en el pasillo con los brazos cruzados—, está en
su habitación porque pensó que no volverías.
Lo seguí, mientras se dirigía hacia las escaleras y reflexioné. —¿Entonces, el truco
del armario fue por mi culpa?
Podía sentir al niño poniendo los ojos. —No. Él hace eso cada vez que está molesto
o deprimido, lo cual es a menudo.
Este chico sabía un poco. Mientras subía las escaleras, me pregunté de qué otra
manera me podía ayudar con él. Pasamos la puerta del infame armario, la cual
estaba cerrada una vez más, pero mi estómago aún tenía la sensación de náuseas.
Dimos la vuelta en la esquina donde había visto desaparecer a Harry. Chris se
detuvo ante una puerta en el pasillo y agitó las manos frenéticamente, como si no
me diera cuenta de quien era la habitación.
De pronto me sentí como si estuviera escabulléndome, de puntillas hasta la puerta.
Mirando a Chris, señalé al interior y gesticule. —¿Vas a entrar?
La cara del niño se abrió en una sonrisa maliciosa y barrió la cabeza de lado a lado
en un rotundo: —¡De ninguna manera!
Lo fulminé con la mirada y, todavía tratando de guardar silencio, me asomé a la
habitación. La habitación de Harry era fácilmente tres veces el tamaño de la mía.
Inclinado solemnemente contra la pared a mi derecha había un bastón blanco, del
tipo largo y flaco que nunca antes habría pensado que pertenecería a alguien de mi
edad. Había algo desierto acerca de esta habitación. Las paredes brillantemente
blancas no tenían una sola imagen, ¿quién no tiene algún tipo de decoración en sus
paredes?
Su cama era un negro monstruo de gran tamaño, cuyo cabezal se apoyaba contra la
pared izquierda y cuyos pies sobresalían en la habitación. Yo estaba tan abrumada
por su tamaño que, inicialmente, no me di cuenta de que había un cuerpo tendido
en ella: el cuerpo de Harry. En un momento, se me cortó la respiración, ¡debe haberme
visto mirando! y, en el siguiente, casi me echó a reír ante la imposibilidad. Entonces
me sentí culpable por pensar una cosa tan grosera.
Estaba acostado en la parte superior de la colcha con la espalda apoyada en las
almohadas. Su respiración era estable, así que me engañé al pensar que estaba
dormido. Con esta creencia, me deslicé tranquilamente en la habitación y lo
observé con más claridad que en mi vista anterior desde el piso. Estaba vestido lo
suficientemente agradable, con una camiseta negra y unos vaqueros que parecían
costosos. Era como una estatua de un modelo de Abercrombie & Fitch… no es que yo
estuviera alguna vez mirando el aspecto de un chico.
Por ninguna razón en absoluto, me pregunté si olía bien. Entonces la estatua estaba
furiosa —Eres tú, ¿no? —Y el inocente pensamiento fue firmemente aplastado y
molido en el suelo hasta que no fue más que una mancha. Salté, literalmente salté,
cerca de tres pies en el aire. Su cabeza se volvió con lentitud de película de terror en
mi dirección y yo hice lo primero que me vino a la cabeza: saludé. Lo saludé con la
mano, a una persona ciega, ¡saludé a una persona ciega! ¿Y qué pasó? Nada. Por
supuesto, nada.
Me moví al plan B, hablar. —En realidad, mi nombre es __.
La cabeza regresó a su dirección hacia adelante y no respondió.
Tragué saliva y miré alrededor por algo para provocar una conversación. Frente a
mí había un escritorio grande, que sólo tenía una pequeña pila de libros y CDs.
Parecían sin tocar y en el libro de encima se leía BRAILLE en letras grandes, en
negrita. Le pregunté. —Entonces, ¿estás aprendiendo Braille?
Silencio.
—Bueno, sí... —Me metí un mechón de pelo detrás de la oreja.
—¿Tienes sed? Tengo sed. Voy a buscar algo de beber, ¿de acuerdo?
Como era de esperar, no respondió mientras yo hacía mi rápida y torpe salida de la
habitación. Chris estaba en el pasillo, inclinado en un silencioso ataque de risa ante
mi apuro. Afiancé mis dedos en su hombro y lo empujé hacia las escaleras,
siseando. —Tenemos que hablar. ¿Estoy asumiendo que sabes dónde está la
cocina?
Me condujo por el vestíbulo que daba a la cocina. La cual era hermosa e inmensa...
por supuesto. Había una pared de gabinetes de cedro, un gran mostrador con tope
de mármol a la izquierda, y electrodomésticos de última generación en plata
satinada a la derecha. Sin darse cuenta de nada de esto, se soltó de mi agarre y,
mientras hacía un vano intento de mantener la sonrisa fuera de su rostro, preguntó:
—¿Qué quieres?
—Quiero… ¿Tienes alguna gaseosa? —gesticulé hacia el refrigerador y él asintió
con la cabeza—. Quiero que me hables sobre Harry. Quiero decir, tan atractivo
como puede ser sentarse en silencio durante todo el día, debe haber algo de lo que
quiera hablar... ¿Puedo considerar que ya no está más en la escuela?
—No —Chris me entregó una Coca-Cola—. Mamá le permitió mantenerse al
margen. Creo que el doctor le dio una nota o algo.
Tomé un sorbo de la lata y ladee la cabeza hacia un lado. —Oye, ¿qué hay dentro
del armario?
—Oh, cosas viejas de Harry: carteles, libros, música, computadora... Mamá lo
puso todo ahí después del accidente.
Eso explicaba el vacío de su habitación. Tragué saliva y me estremecí. ¡Qué terrible!
Estaba sentado en ese armario solo, con sus cosas alrededor, recogiendo polvo. Me
recuperé torpemente —Bueno, eh, ¿puedes pensar en algo para que hable con él?
—Caballos —llegó de repente la vocecita de detrás de mí. Me volví para ver la
figura de Marly con los ojos abiertos. Ella estaba mirando fijamente hacia mí y
repitió—: Caballos. —Antes de meterse el pulgar en la boca.
—Caballos, está bien —me volví de nuevo a Chris—. ¿Tu mamá dijo que Harry se
quedó ciego por un accidente de caballo?
El chico asintió con la cabeza. —Sí, él solía cabalgar todo el tiempo. Hay un lugar
cerca de aquí. Se llama, eh… Establos Legacy, Aeris aún está allí.
—¿Aeris? ¿Es dueño de un caballo? —Jadeé.
—Sí, pero Harry no ha montado desde… ya sabes —Chris negó con la cabeza y
dijo—: Y yo no trataría de conseguir que monte.
—Está bien, pero tal vez yo podría llevarlo allí, ¿no sé, pasar el rato? —levanté las
cejas hacía él, quien se encogió de hombros con escepticismo ante la idea—.
¿Supongo que no sabes cómo llegar allí?
—¿Llegar a dónde? —La Señora Styles salía de la sala de estar, con una revista
bajo el brazo.
—Establos Legacy. Pienso que Harry y yo podríamos ir allí, un lugar familiar.
Ella frunció el ceño, pero asintió con la cabeza lentamente. —Si piensas así,
querida. El accidente ocurrió fuera del estado, por lo que no debería haber ningún
mal recuerdo... pero sólo lo sacarlo de esta casa sería un milagro.
—¿Un milagro? —me reí—. Bueno, voy a tratar lo mejor posible.
—Muy bien. Ahora, sólo quiero encontrar una pluma...
Chris, viendo a su madre muy ocupada abriendo y cerrando cajones, me lanzó una
mirada furtiva y corrió hacia la escalera.
—¡Oye! ¿A dónde vas? —Le grité, pero él no miró hacia atrás.
La Sra. Styles sacó una pluma de un cajón y empezó a escribir a toda prisa las
indicaciones en una libreta pequeña. Ella suspiró. —Después de todo lo que ha
pasado, Chris ha estado trabajando muy duro para conseguir la atención de Harry.
Estoy segura que chismearle acerca de ti está sirviendo.
Raro, nunca fui la chica de la que todos hablaban. No solía atraer mucha atención,
positiva o negativa, y no podía dejar de preguntarme lo que Chris estaba diciendo
acerca de mí. Agarrando las indicaciones de la Señora Styles, corrí escaleras
arriba y seguí por el pasillo del segundo piso. Cuando di vuelta a la esquina,
escuché débilmente una voz masculina. Al darme cuenta de que Harry estaba
hablando en su habitación, me pegué contra la pared y me deslicé hasta la puerta.
La voz se detuvo y fue reemplazada por el tono más alto de Chris. —No lo sé. Ella
se ve bien para una chica, supongo —puse los ojos ante el comentario y me acerqué
más—. Su cabello es un poco largo, más largo que los hombros, y es rizado en la
parte inferior. Es del color del, eh, caramelo.
¿Caramelo? Eso era nuevo. Nunca me había gustado mucho mi pelo. No era ni rojo
ni marrón y tampoco podía decidir si ser rizado o liso. Una cosa era segura: mi pelo
nunca quiso cooperar. Durante años he luchado contra este usando los aerosoles
más fuertes y las planchas más calientes.
¿El resultado? Me rendí y, básicamente lo dejo que haga lo que quiera.
—¿Qué pasa con sus ojos? —Preguntó con una voz calmada que no había usado
conmigo.
—¡No lo sé, Harry! —Se quejó Chris.
—¿Ella está bien? ¡Tienes que darme algo mejor para seguir que eso! —Gruñó.
Sonreí. Eso me gustaba más.
—Muy bien. Voy a ver —se quejó el niño—. Es probable que ella esté aquí arriba,
de todos modos.
—¡No! ¡Espera! —Gritó Harry.
Como dudaba mucho de la capacidad de Chris para escuchar a nadie, me precipité
hacia abajo al pasillo, dando la vuelta en la esquina, y rápidamente colocándome
en la escalera como si acabara de hacerlo. Al momento siguiente, mi sospecha se
confirmó cuando me encontró jadeando, con un apretón de muerte sobre la
barandilla. Me lanzó una mirada como si pensara que estaba loca y me preguntó:
—¿Qué te pasa?
Tragué saliva y solté :—¡Nada!
Chris enarcó las cejas. —Está bien. —Y entrecerró los ojos para conseguir una
buena vista de mis ojos. Después desapareció por el pasillo para informarle a su
hermano del color azul oscuro que había visto.
Poco a poco fui regresando a la habitación de Harry, por lo que Chris estaba
saliendo antes de que la alcanzara. El chico tenía el aplomo de silbar casualmente
mientras caminaba pasándome, pero resistí la tentación de tirarle mi zapato.
Encontré a Harry yaciendo tranquilamente en su cama como si no hubiera hecho
nada desde que me fui. Dando dos saltos entré en su cuarto, aterrizando, con un
rebote, en una posición sentada en el borde de su cama.
Las entradas son importantes.
Sorprendido, abrió la boca y su cabeza se volteó para encararme. —¿Qué?
Dije con falso entusiasmo. —Tu mamá está en la planta baja, así que supongo que
podríamos perder el tiempo... —fue el turno de Harry de mirarme como si
estuviera loca, pero al menos sabía que estaba escuchando— ... O podemos ir a
alguna parte.
Soltó una risa corta, sin sentido del humor y dijo con sarcasmo. —Suena muy bien.
¿Por qué no solo podía seguir la corriente? Crucé mis brazos y dije: —Sabes, Harry,
esto es simplemente patético. ¿Cuándo fue la última vez que dejaste tu casa?
Su rostro se endureció ante mis palabras y escupió —Soy patético. Sí, gracias por la
inyección de moral. Lo puedo decir por qué mi madre te está pagando tanto como
a su psiquiatra.
Sentí una familiar ducha fría de vergüenza, pero me la sacudí y respondí:
—Bueno, si ella va a conseguir el valor de su dinero, mejor salimos al camino. —
Me puse de pie y lo observé. Deseaba poder verlo sin sus gafas, así podría decir lo
que estaba pensando.
Hubo un largo, largo momento de incómodo silencio. Casi me desmayé de
aguantar la respiración. Entonces Harry se bajó bruscamente de la cama y se
levantó. Dudé, preguntándome si me dejaría llevarlo, pero él comenzó a caminar
por su cuenta, con una mano extendida. Me moví a un lado y lo seguí mientras
avanzaba por el pasillo. Cuando llegó cerca del rellano, pregunté: —Entonces,
¿estás bien con las escaleras? —¡¿Montones y montones de escalones girando en un
círculo?!
—He bajado estas escaleras un millón de veces. —Dijo Harry de mal humor y
comenzó su descenso. Agarró con fuerza la barandilla y probó la distancia de cada
escalón con el pie, pero hizo su propio camino hacia abajo. Me asustó casi hasta la
muerte, pero lo hizo. ¿Si esta fuera yo? Si yo fuera ciega... hombre, no habría sido una
bonita vista en esas escaleras.
Una vez que él y yo estuvimos en frente de mi Camry, sonreí con orgullo a mi carrito y proclamé, tanto a este como a él: —¡Estamos aquí! —Antes de abrir la
puerta del pasajero.
Sintiendo a lo largo el marco de la puerta, Harry fue capaz de deslizarse en el
interior. Cerré la puerta y me apresuré alrededor hasta mi lado. Di la llave en el encendido e inmediatamente la voz de Sting fluyó de los altavoces.
—¿Qué estás escuchando? —Gritó sobre la música.
Sonreí con malicia. ¡Una dosis de educación musical viene en camino!
Gisse
Re: His Eyes- Harry Styles y Tú TERMINADA
Gisse escribió:cristinasamaniego escribió:Hola Gisse! Soy Chris, me encantó el comienzo de tu novela. Voy a ser fiel lectora! Necesitas chica para Niall?? Avísame! Chris:)
Hola Chris! gracias por comentar :)) eh hasta el momento no necesito chicas, pero ten por seguro que avisaré cuando si. un beso! la sigo ahora c:
OK! Sorry que no haya comentado antes es que estaba en la casa de una amiga tocando guitarra. Chris:)
cristinasamaniego
Re: His Eyes- Harry Styles y Tú TERMINADA
cristinasamaniego escribió:Gisse escribió:cristinasamaniego escribió:Hola Gisse! Soy Chris, me encantó el comienzo de tu novela. Voy a ser fiel lectora! Necesitas chica para Niall?? Avísame! Chris:)
Hola Chris! gracias por comentar :)) eh hasta el momento no necesito chicas, pero ten por seguro que avisaré cuando si. un beso! la sigo ahora c:
OK! Sorry que no haya comentado antes es que estaba en la casa de una amiga tocando guitarra. Chris:)
;O tocas guitarra? yo igual! ajjaja de que pais eres?
Gisse
Re: His Eyes- Harry Styles y Tú TERMINADA
Soy un gato *Miaauuu* escribió:SOY NUEVA SIGUELAAA!
Hola! bienvenida! pronto la sigo c:
Gisse
Re: His Eyes- Harry Styles y Tú TERMINADA
Capítulo 3.
-Este es Sting, cuando estaba en la banda The Police, en los años 70. Ya sabes, ¿Roxanne, Every Breath You Take? Y luego se lanzó como solista en los 80… —Miré a ver si Harry estaba escuchando, pero sus manos estaban ocupadas inspeccionando mi coche. Se detuvo, probablemente dándose cuenta del estado realmente lamentable, de la profunda espuma desgarrada de su asiento. Era una herida de guerra que un poste de un espantapájaros que mi mamá impulsivamente quiso liberar le había hecho. En serio.
Cuando mi Camry voló sobre un bache, Harry se apoyó contra la puerta. Yo me reí. —Vamos, te has montado en un coche antes.
—Este no es un coche —refunfuñó—. Así es como uno se siente cuando Chris rueda escaleras abajo sus Hot Wheels.
—Ah, ¿sí? Bueno, ¿qué tipo de coche tienes? Eh, probablemente no era una buena pregunta, me di cuenta después de que las palabras habían salido de mi boca.
—Que genial terapeuta eres. —Dijo con sarcasmo. Vi cómo su rostro se oprimió y me preguntaba si lo había empujado demasiado.
Sin esperar otra respuesta, volví a mirar a la carretera y me sorprendí cuando dijo
en voz baja. —Un Mercedes-Benz Cabriolet.
No tenía ni idea de lo que era, pero igual sonaba caro. Solté: —Debe ser agradable.
Sacudió la cabeza y replicó: —Ni siquiera lo conoces.
—Hey, no tenía la intención de… —Empecé, pero Harry se volvió hacia la
ventana. Sintiéndome incómoda con la música, apagué a Sting y viajamos en un silencio
incómodo. No demasiado pronto, vi un gran cartel que se cernía sobre una colina. En grandes y cursivas letras, proclamaba: Establos Legacy. La carretera estaba llena de árboles y daban paso a acres de exuberante vegetación. La hierba estaba bloqueada por vallas de madera blanca y rodeada de caminos de viruta de madera. Más allá de todo esto, los establos de color azul pálido se dibujaban contra el cielo. Entré en el aparcamiento y apagué el motor. Mientras me quitaba mi cinturón de seguridad, sentí la atención de Harry en mí. Empujé un mechón de pelo detrás de
mi oreja mientras preguntaba: —¿Dónde estamos?
Dudé y luego lo solté: —En Establos Legacy.
Se volvió hacia mí y juro que me estaba viendo. Dijo fríamente: —No.
Miré alrededor del estacionamiento. Sólo había otros dos coches. Crucé mis dedos
y mentí. —Oye, no hay nadie aquí. Sólo vamos a pretender que es un parque y nos
sentamos en la hierba o algo así.
Harry frunció el ceño, incrédulo. —¿Nadie? ¿En un domingo?
Hice una mueca, pero ¿cómo iba a saber la diferencia?
—Nop.
Mientras él salía de mi coche, me apresuré a su alrededor y me paré frente a él.
—Espera —al escuchar mi voz, Harry ajustó sus pasos para no caminar hacia mí.
Una vez más, me coloqué delante de él y esta vez presioné mi mano contra su
pecho. Saltó al contacto y se detuvo, como esperaba que hiciera. Le dije—: Oye,
tenemos que resolver esto. Quiero decir, es práctico para ti que me utilices; puedo
verlo y tú no puedes.
Entendiéndome, Harry se cruzó de brazos. —No pienso sostener tu mano.
Rodé mis ojos. Quería gritar ¡Sí, bueno, no estoy atraída por ti tampoco! En cambio,
espeté: —¿Puedes soportar agarrar mi brazo?
Me pareció ver una breve sonrisa en sus labios. —Muy bien.
Hice mi brazo en forma de L y le agarre la mano extendida. Su mano se sintió
caliente cuando sus dedos se envolvieron alrededor de mi bícep izquierdo,
ligeramente por encima de mi codo. Agradecida de que no podía ver mi cara roja,
di un paso hacia adelante. Hubo un momento incómodo cuando su brazo se
sacudió en mi movimiento; luego nos emparejamos a un mismo ritmo. Pero, oh me
sentía extraña. ¿Qué tipo de chica tenía a un tipo sosteniendo su brazo? Honestamente.
Caminamos por el estacionamiento y por la hierba. Me desvié de la acera que
conducía a los establos y me fui paralelo a una cerca blanca, subiendo por una
suave pendiente. Me detuve en la parte superior de la pequeña colina, que
dominaba una amplia pradera. Harry quitó su mano de mi brazo y me dejé caer
sobre la hierba. Vaciló antes de dejarse caer junto a mí.
Yací en mi espalda y suspiré mientras miraba hacia el cielo azul. El sol había
decidido salir, después de todo. —Esto es agradable.
Harry se incorporó sobre sus codos. —Es mejor que mi habitación, lo reconozco.
Me di la vuelta a un costado, para estar frente a él. Alentada por su tono relajado,
dije: —Sabes, he oído a tu hermano describiéndome. No hizo un buen trabajo.
Dio una breve carcajada. —Así que, descríbete a ti misma.
No había nada que odiara más que hablar de mí misma. —Uff, no.
—Bueno, algunas personas no pueden. —Harry asintió con la cabeza con aire de
suficiencia.
Lo fulminé con la mirada. —Bueno, me voy a describir: Soy una chica. Allí tienes.
Tu turno.
—Vamos a ver... Era el campeón de salto de obstáculos. Tenía la vida que todos
querían. Pero lo perdí todo, pieza por pieza, y ahora incluso mis viejos amigos‖ no
me llaman porque soy un perdedor.
Tal vez esa era una mala pregunta.
—Oh. Uhm, tu familia parece agradable —le dije—. Bueno, no he conocido a tu
papá.
Harry empujó sus gafas de sol hacia arriba en su nariz y simplemente dijo: —Tal
vez porque murió el año pasado.
Yo: 0 Harry: 2.
Mi mente estaba en blanco por lo que ricé mis dedos en la hierba.
—Yo… yo, lo siento.
El silencio, mi archi enemigo, regresó. Bailaba alrededor, haciendo muecas hacia
mí, hasta que me sentí completamente incómoda. De repente, oí los sonidos de
cascos acercándose y mi corazón empezó a latir con ellos. Vi la cara de Harry
ponerse pálida con el entendimiento. Se volvió hacia mí, su voz estaba tensa.
—¡Tienes que ocultarme!
Di un grito ahogado. —¿Qué?
—¡Cúbreme!
Cuando me congelé en confusión, su mano agarró mi brazo y me empujó
toscamente encima de él. Me cortó la respiración y tensé mis manos contra el suelo
justo a tiempo para evitar que mi cabeza chocara con la suya. Porque estaba a
escasos centímetros por encima de él, mi cabello caía en cascada hacia abajo
alrededor de su rostro. Pude ver el pánico de mis ojos reflejados en sus lentes
oscuros.
Oí al caballo parar cerca de la cerca de abajo. El jinete, obviamente mirándonos,
murmuró algo como: —Búsquense una habitación —y luego gritó—: ¡Oye, esto es
propiedad privada! ¡Pueden hacerlo en otro lugar!
Sentí que Harry despachó a la persona y, después de un momento de tensión, el
golpeteo del casco retrocedió. El aliento caliente de Harry rozaba mi piel. Olía
como una mezcla embriagadora de canela y sándalo. Un extraño temblor recorrió
mi espina dorsal y caí en cuenta de lo cerca que mi rostro estaba del suyo. Luego
me quedé sin aliento cuando me empujó fuera de él y mi espalda golpeó el suelo.
Él gruñó. —¡Eso seguramente no parecía como nadie! Esa era Kristy Whitton. A
ella le encantará, nada mejor que antes del ensayo, decirle a todos sus pequeños
amigos en Clarence cómo me encontró: ―¡Realmente es ciego! ¡Incluso estaba
siendo conducido por los alrededores por una chica!‖
Espera... ¿ensayo? La curiosidad me sacó de mi vergüenza. —¿Estás por graduarte?
—Sí, el próximo viernes —Harry dio una risa sin sentido del humor—. En otras
palabras, estaba corto de algunos créditos, pero bien sea mamá les compró a todos
los miembros del concejo escolar nuevos Beemers (4) y, voilá, obtengo un diploma.
Ese es mi mundo —se puso de pie—, y me voy a casa.
Mientras que Hary se elevaba por encima de mí, esperé que se fuera adelante,
pero no lo hizo. Me tomó un segundo entender por qué: no podía encontrar el
coche. Él estaba allí de pie, totalmente indignado, pero no podía irse. A mis ojos,
de repente pareció menos imponente. Me levanté y me di cuenta que no era aún
mucho más alto que yo, tal vez un medio pie por encima de mis cinco pies con
cinco pulgadas.
Sintiéndome en poder, di un paso atrás cuando él extendió su mano y dije: —En mi
mundo, te agradecería que lo pidieras.
—Oh, ¿esto no es suficiente? —Harry hizo gestos hacia los pastos vacíos y luego
en el espacio entre nosotros—. ¿Todo esto no es suficiente? ¿Crees que voy a
rogarte que me lleves a casa?
_______________________
4 Beemers: Jerga utilizada para los coches de la reconocida marca BMW.
_____________________
Dije con severidad: —Creo que podrías manejar tratarme como una persona.
—¡Eres una empleada! —espetó—. Mi madre te paga, ¿recuerdas?
Suspiré y rodé mis ojos; parecía que no íbamos a poder escapar de esa cosa del
dinero. —Sí, lo recuerdo —atrapé su mano agitándose y me volví hacia el
estacionamiento—. Vamos.
* * *
Me detuve en la casa de los Styles y sin decir palabra me dirigí a la puerta delpasajero. El viaje de vuelta transcurrió sin incidentes, frío y silencioso, pero sin
incidentes. El viento se había levantado, por lo que fui capaz de enfocar mi
atención en mantener mi pequeño coche en la carretera. Mientras caminábamos a
la casa, pensé que era extraño que pareciera que estábamos caminando juntos,
cuando sentía que estábamos a kilómetros de distancia. Me preguntaba cuánto
tiempo iban a durar los próximos meses; a este ritmo, tardarían un milenio.
Chris estaba inclinado sobre la baranda en el pasillo de entrada. Él sonrió con
picardía a mi cara agria y preguntó: —¿Qué clase de perro lazarillo eres?
—Cállate. —Espetó Harry y soltó mi brazo para subir las escaleras.
Sintiendo el peligroso estado de ánimo de su hermano, Chris huyó a su habitación.
Sonreí ante esto y me volví para irme, cuando me encontré con la Sra. Styles de
pie delante de mí. Presioné mis labios en una gran sonrisa y dije alegremente: —
¡Oh, hola! ¡Está de vuelta, todo en una sola pieza!
—Sí, sí lo está —su cara se deslizó a una mirada de preocupación mientras miraba
hacia arriba—. Bueno, supongo que te necesitaremos el jueves. Supongo que
Harry no te mencionó…
—¿El ensayo? —Completé.
El rostro de la Sra. Styles se iluminó. —¿Te lo dijo?
En pocas palabras. —Sí, lo hizo.
—¡Eso es maravilloso! Por lo tanto, ¿si podrías estar aquí en torno a las seis y
media? Vestida semi-formal —miró brevemente a mis vaqueros rotos—. Es Clarence.
Mi sonrisa flaqueó. —Ah, cierto.
Grayfield, Illinois contenía sólo dos escuelas secundarias. La principal, Clarence, era
una escuela privada para ricos que se jactaban de tener a los adolescentes más ricos
en el área. Carecían de números, teniendo sólo unos pocos de cientos de estudiantes en total, pero orgullosamente proclamaban cómo esto resultaba en una clase de tamaño íntimo‖. La secundaria tomaba la propaganda al corazón y se sentían orgullosos de sus pulidos confines y altas puntuaciones en las pruebas y el estado de la tecnología de punta... pero eso no viene al caso.
La segunda escuela, la escuela pública, mi escuela, era la Secundaria Grayfield.
Contábamos con una decoración de los años 70, algunos tantos libros de texto
actualizados, y, si nada más y nada menos que, ¡cientos de estudiantes! No estaba
afectada por alguna ilusión de que mi escuela fuera perfecta, pero a veces disfrutaba
de las cosas un poco de época. Quiero decir, ¿qué puedo decir? Mi madre es una
hippie. Si no fuera por mi padre, habría sido llamada Rainbow Sunchild (5).
Amaba las cosas de época, sin embargo, no podía evitar odiar la cafetería de mi
escuela de un desagradable color naranja-y-color mostaza cuando caminaba a
través de ella al día siguiente. Puse mi ensalada y mi soda en una mesa de madera
de imitación, y me dejé caer en una silla de plástico frente a Ahna Johnson. Había
conocido a Ahna desde que teníamos doce años y usábamos tirantes. Sabía que yo
nunca había tenido un novio por más de dos semanas y yo sabía que ella nunca
había puesto un pie fuera del estado de Illinois.
Eso es un nexo.
Piqué mi lechuga marrón. —Entonces, ¿cómo fue tu fin de semana?
Ahna sacudió su cabeza y rebotó sus rizos rojos. —Oh, está bien. Lyle y yo fuimos
a ver la nueva película de miedo, ¿sabes esa de la muñeca? —Lyle era el novio de
Ahna. Era un tipo decente, aunque un poco en el lado lento. Se había graduado el
año pasado y estaba trabajando su camino a través de la escuela técnica—. Oye, te
llamé el sábado; tu mamá probablemente olvidó decirte. Ella dijo que estabas en
una entrevista. ¿Cómo te fue?
Me encogí de hombros. —Bien. Bueno, me dieron el trabajo, pero hay una trampa.
—¿Sí? —su hamburguesa terminó a mitad de camino entre su boca y el aire—.
¿Qué?
Traté de contener mi sonrisa porque sabía que iba a enloquecer. —Es de nuestra
edad.
—¿En serio? ¡De ninguna manera! ¿Por qué sus padres te contratarían? —Ahna
pausó, pensándolo—. Espera, ¿está caliente? —La miré y ella me miró de vuelta—.
___
—¿Qué? —Pregunté.
______________________________________
5 Rainbow Sunchild: En español sería Hija Arcoíris del sol.
--___ ___ Turner —se inclinó hacia adelante, viéndose realmente preocupada—
, estás ruborizaba.
Golpeé mi soda abajo un poco demasiado fuerte y salpicó sobre la mesa. Solté: —
¡Es ciego!
—¿Lo es… realmente? ¿Así que tú eres, como, su enfermera? —Movió sus cejas
sugestivamente. A veces me pregunto por qué es mi amiga.
—¡Cállate, Ahna! ¡No es así!
Ella se rió de mí. —¿Cómo es?
Suspiré y limpié el desastre con una servilleta. —Es rico y su mamá me está
pagando para que lo ayude… lo lleve a lugares. El jueves lo voy a llevar a su
ensayo.
La boca de Ahna cayó abierta. —¡Apestas! ¿Te está pagando para que salgas con un
actor?
—¡No! —rodé mis ojos—. Es un ensayo para su graduación en Clarence.
—Supongo que los pequeños Clarencientes saldrán temprano —se quejó—. No querrán llegar tarde a la casa de la playa en Florida.
—No son tan malos. —Le dije a la defensiva.
—Dime eso después de reunirte con ellos —sus ojos marrones se trabaron en mí—.
Espera. ¿Cuánto dijiste que te están pagando?
Rápidamente forcé un tenedor lleno de comida dentro de mi boca y murmuré la
ofensiva cifra: —Veinte dólares por hora.
—¡A-já! No es de extrañar que no sean tan malos‖. —Rió victoriosa antes de
realmente comprender lo que había dicho.
Dándose cuenta, su rostro casi se cae. —¿Veinte dólares la hora? Hombre, es mejor
que encuentres alguna manera de matar el tiempo con… ¿cómo se llama?
—Harry.
—¡Harry! Quédate con él, si quieres —Ahna drásticamente estrechó una mano sobre su corazón—. Te digo esto como tu mejor amiga quien quiere desesperadamente que tengas una habitación junto a ella el próximo año para que no termine durmiendo junto a un psicópata. Y, ___, estás sonrojándote de nuevo.
La fulminé con la mirada.
—No todo el mundo puede ser la próxima famosa tocadora de oboe del mundo —
dijo, refiriéndose a su propia erudición y razón por la que iba a Evanston—. Puede
que tengas que hacer sacrificios... como besar a un chico caliente.
Ignore su último comentario. —Ahna, no hay ningún famoso tocador de oboe.
—Muérdete la lengua. Sintoniza la Orquesta para nosotros —Ahna retomó su
hamburguesa y masticó cuidadosamente—. Pero, sobre el jueves, ¿no es la Semana
de Charlie?
Me cubrí la cara con mis manos. ¡Tenía razón! ¡Era la Semana de Charlie! ¿Cómo podía
olvidarlo? Charlie se fue de casa cuando yo tenía la edad de Chris, así que
básicamente había sido criada como hija única; para gran disgusto de Ahna, quien
era la número tres de cuatro niñas. Cada año, en la semana aniversario de su
partida, la cual Ahna y yo llamábamos ―Semana de Charlie‖ mi mamá establece un
lugar especial en la cena para él cada noche.
Me llevé el cabello detrás de mis orejas y empecé: —No me he perdido una cena de
Charlie en diez años. Qué sería de una sola…
Ahna me interrumpió: —En serio, ___, ¡tu mamá va a enloquecer! Tienes la
misma edad que Charlie tenía cuando se fue. Piensa en ello.
—¡Lo sé! —Gemí y contemplé los cuadros de asbesto del techo.
—¿Hay alguna forma de que puedas comer y seguir haciendo lo del ensayo? —
Ofreció.
Suspiré. —Se supone que debo estar en casa de los Styles a las seis y media y
solemos comer a las seis.
Ahna se echó a reír y miró a mi plato casi lleno de ensalada. Gritó por encima del
timbre de salida: —¡Mejor que trabajes en tus habilidades para atiborrarte!
Gisse
Re: His Eyes- Harry Styles y Tú TERMINADA
Capítulo 4.
Querido Charlie, estoy segura de que ni siquiera has recibido mi última carta todavía,
pero sólo quiero hacerte saber que estás arruinando mi vida. Otra vez. No, de verdad.
¿Sabes que obtuve ese trabajo genial? Bueno, necesito ir pero no puedo por culpa de tu
cena. Ya sabes, de las que te he hablado… las que mamá hace para ti. La mejor
solución que he encontrado con esto es tratar de apresurar la comida. Quiero decir, ¿qué
familia es tan disfuncional que no puede comer, por ejemplo, media hora antes de tiempo? No
contestes eso. Así que, si has decidido que es hora de ser agradable con tu pequeña hermana,
aparece. Esta noche. Con amor, ___.
Mi auto chilló mientras lo puse en la pequeña entrada de nuestra casa. Casi me
engañé a mí misma en creer que mamá sería firme en el trabajo en la cocina. Abrí
la puerta del frente, tiré mi bolso en la dirección general de mi habitación, empecé a
buscarla. Bueno, definitivamente no estaba en la cocina. Grité su nombre, a lo que
no debería esperar respuesta. Ella tendía a perder la noción del tiempo, especialmente cuando la necesitaba para hacer algo.
Me dirigí a nuestro patio trasero, que no era un patio trasero típico. Mi mamá, en
su estado no-al-trabajo, tuvo tiempo para construir su propio Edén personal.
Literalmente. El patio no era grande, pero tenía toda clase de plantas. Hice mi
camino a través del laberinto verde, siendo cuidadosa de caminar sobre tan pocos
pétalos como fuera posible. Finalmente, encontré a mi mamá agachada detrás de
un rosal. Estaba tarareando, alisando la tierra con sus manos, y sin tener ninguna
idea de que yo estaba detrás de ella.
No había manera de que no la asustara cuando estaba en su pequeño mundo
propio, así que simplemente grité: —¡Mamá!
Ella saltó. Usando su mano cubierta de tierra como un escudo contra el sol, miró
hacia arriba con sus ojos verde jade y una sonrisa. —Hola, cariño. Bienvenida a
casa. Estaba plantando algunos bulbos de tulipanes nuevos cerca de los arbustos.
No creo que tengamos suficientes de estos floreciendo este año, ¿verdad?
Me encogí de hombros. —No sé. Hey, estaba pensando en hacer espagueti y salsa
de tomate para cenar. ¿Qué piensas?
—Seguro. Eso es dulce, querer hacer la cena para tu hermano —mi estómago se
apretó, odiaba cuando hablaba así. Hizo un ademan con su mano—. ¿Por qué no
revisas por allí? Quizás haya algunos tomates que puedas usar para la salsa.
¿Salsa de tomate a partir de cero? De ninguna manera. —Sabes, mamá, creo que papá
compró un tarro de Prego…
Mamá me miró como si hubiera pisado una mariposa. —¡___ ___! Todos esos
conservadores…
—Estará bien, mamá —declaré—. ¡Sólo por una comida! Usaré el espagueti
orgánico…
Ella frunció el ceño y alejó su cabello grisáceo de su rostro. —Supongo, pero si
Charlie viene y no le gusta…
—Entonces haré algo más. ¡Lo juro! —rápidamente besé su frente caliente por el sol
y me moví de vuelta a la casa—. ¡Gracias!
Apresuradamente puse una olla de agua sobre la estufa para que empezara a hervir
y vacié la salsa en un sartén. La comida era tan fácil de preparar, que imaginé que
podría estar lista para las 5:30 p.m., cuando papá usualmente llegaba a casa.
Incluso piqué algunos pedazos de ajo y los puse en la salsa, esperando aplacar a
mamá. Justo cuando pensé que estaría bien, mamá entró a la cocina. —¡Mira! ¡Encontré algunas fresas maduras! ¡Podemos hacer una tarta!
Honestamente.
***
Para el momento en que papá caminó a través de la puerta, la cocina era undesastre de harina y rojo jugo de fresa. Lo admito, la casa estaba empezando a oler
delicioso, ¡pero necesitaba irme pronto! Escuché a papá dejar caer su maletín sobre el
linóleo. Entró a la cocina, sus ojos azules sonriendo ante mi facha, y se inclinó
sobre una de las sillas de la cocina. Se quitó su corbata y respiró profundamente. —
¿Qué están haciendo mis chicas?
Envolvió sus manos alrededor de la cintura de mi mamá y quitó con un beso el
azúcar morena de su mejilla. Ella rió. —Estamos haciendo espagueti y tarta de
fresa. Ya sabes, es la favorita de Charlie.
Una mirada de dolor barrió los rasgos de mi papá, pero su sonrisa retornó.
—¡Genial!
Ver a mis padres parados allí, habría parecido como una pareja extraña; él en un
traje negro de negocios y ella en un kurta blanco con pantalones palazzo. El
misterio, sin embargo, terminaba allí. Él se había graduado en una licenciatura en
inglés, con la intención de convertirse en el siguiente Robert Frost, pero las cosas no
habían salido como lo planeado. Las cuentas y Charlie llegaron, así que papá fue a
la escuela de leyes. Una vez me dijo que hizo lo que tenía que hacer, pero todavía
trabaja pro bono cada vez que puede. Mi papá es el mejor, no es que yo sea parcial
o algo así.
—Mamá, ¿Cuándo crees que estará lista la tarta?
—Oh, no lo sé —se inclinó contra papá—. Tal vez a las seis y quince.
Justo cuando debería estar yéndome. Perfecto.
Me dirigí a mi habitación para buscar algo de ropa ―semi formal‖ acordé con los
Clarencienses. Mi habitación era, sin nada más, mi refugio. Las paredes estaban
pintadas de un tranquilizador lavanda, con los más recientes garabatos de nubes de
mi mamá. Del techo colgaban esferas de vidrio. El resto del espacio en la pequeña
habitación era ocupado por mi confortable cama de tamaño completo.
Después de diez minutos de rebuscar en mi armario, regresé a la cocina. Me puse
una falda campesina y una blusa, semi casual, ¿correcto? Estaba emocionada de ver
que mi mamá estaba sirviendo el espagueti. Le arrebaté un plato de la mano, me
senté, e inmediatamente empecé a meter la comida en mi boca.
Papá rió. —¿Tienes una cita caliente o algo así?
Sentí que mi cara se ponía caliente mientras hablaba alrededor del espagueti.
—Uhm, ten-go que —tragué—, hacer de niñera.
—¿Cómo es Harry? —Mamá sacó una, hasta ahora, no vista ensalada gigante del
refrigerador.
Literalmente, me atraganté ante la idea de tratar de tomar tres platos. Después de
una corta tos, respondí: —Él es genial; todo es genial.
Papá frunció el ceño escépticamente mientras tomaban sus asientos en la mesa.
—¿Por qué te pusiste una falda?
—Oh, uh —tragué saliva—. ¿Quiero lucir bonita?
Él levantó una ceja. —Espera… ¿el chico que estás viendo realmente es de tu edad?
—Uhm —rápidamente alcancé las pinzas de la ensalada y puse una pila de
verduras en mi plato—sí. ¿No te lo dijo mamá?
Papá le dio a mamá una mirada exasperada y refunfuñó.
—Pensé que estaba bromeando.
—Creo que es más como un novio. —Dijo ella con un guiño.
Rodé mis ojos y rápidamente puse mi ensalada a un lado, así podría poner un
pedazo de la humeante tarta de fresa en mi plato. —Realmente, ni siquiera somos
amigos. Yo simplemente… —hice gestos con mi tenedor en el aire, esforzándome
por una definición de mi extraño trabajo—. Trato de que él haga cosas… que deje su casa. Y su mamá me paga.
Papá frunció el ceño, tratando de entender lo que quería decir.
—Así que, ¿es un solitario?
—No. Bueno… —me detuve y empujé un pedazo de tarta en mi boca;
inmediatamente lamenté la decisión cuando la jalea caliente se adhirió a mis encías.
Haciendo una mueca, tomé agua e intenté de nuevo—. Es una clase de solitario
ahora, pero no solía serlo. No creo.
—¿Y no te están pagando para salir con él? —Preguntó papá firmemente.
—¡No! —reí y salté cuando mi móvil empezó a vibrar en mi bolsillo. No tenía que
revisar la pantalla LCD para saber que la Sra. Edmund estaba llamándome para ver
por qué iba tarde. Bajando mi tenedor, dije—: Escuchen, realmente tengo que irme;
ya voy tarde.
—¡___ ____! —jadeó mamá—. ¡Todavía no hemos tomado el postre! ¿Qué si
Charlie viene?
—¿Puedes decirle que puede tomar el resto del mío? —ofrecí tímidamente. Mi
teléfono vibró otra vez mientras retrocedía de la mesa. Miré a mi papá por apoyo
— ¿De acuerdo?
Papá suspiró y se frotó la frente, dividido entre una mirada de dolor en la cara de su
esposa y la lógica de que la probabilidad de que Charlie apareciera para los últimos
diez minutos de la cena era virtualmente cero. Me dio un asentimiento sutil, que
mamá no notó entre sus lágrimas. Asentí de vuelta, transmitiendo mi agradecimiento no verbalmente, y salí de la casa.
***
Momentos después, estaba en mi auto, zumbando hacia la casa de los Styles.Estaba feliz de que papá hubiera estado de mi lado en todo este asunto de Charlie y
la cena, pero la visión de mi mamá llorando todavía me hacía sentir enferma. Puse
mis débiles altavoces al máximo. Había encontrado una cinta de casete de Queen en
el suelo de mi habitación, honestamente, algunas cosas simplemente aparecían allí.
Sin sorpresa, la puerta estaba abierta y esperando por mí cuando llegué. Tragué
saliva, saltando fuera de mi auto sin revisar el reloj. Ascendí los escalones y miré,
cuando la puerta se abrió, Marly estaba parada en la entrada. Ya tenía su pijama
Care Bear manteniendo una raída manta amarilla colgada sobre su hombro. Me
miró con ojos brillantes; obviamente podía sentir que había algo de entusiasmo
digno al irse a la cama más tarde.
Caminé dentro del vestíbulo, me incliné y pregunté. —¿Dónde está tu hermano?
Parpadeó y señaló hacia la escalera de caracol.
Me giré para ver a Harry bajando las escaleras con su mano sobre el hombro de
Chris. Él lucía, bueno, realmente bien. Esto era lo mejor en semi formal. Llevaba
puestos unos pantalones caquis suaves y una camisa azul, con el botón superior del
cuello sin abrochar. También tenía su firma, las gafas de sol negras y su cabello
estaba ligeramente despeinado. Su cabeza estaba en mi dirección y me sonrojé
conscientemente, sintiendo como si me estuviera mirando directamente, aunque
eso era imposible.
Chris se inclinó hacia el oído de su hermano y susurró ruidosamente. —¡Parece que
piensa que eres lindo!
—¡Cállate! —Chasqueé.
Escuchándome, Harry puso una sonrisa brillante y mi estómago se retorció
extrañamente en respuesta. Bajó el escalón inferior y extendió su mano, que atrapé
y presioné contra mi brazo. Mientras ajustaba su agarre, la Sra. Styles apareció.
Nos sonrió y dijo: —Bueno, espero que los dos tengan un buen momento.
—Mamá, sólo es un ensayo. —Dijo Harry.
—Sí, mamá, no es como si fuera una cita. —Chilló Chris.
Por un momento, su madre y yo nos movimos incómodamente, después de un
recuerdo no-tan-sutil del por qué estaba allí. Di un paso hacia la puerta, tirando de
Harry, y dije: —Bueno, de esta manera no tiene que velar por él.
—Y tú obtienes un cheque de pago. —Agregó la Sra. Styles.
Ella y yo compartimos una risa terriblemente incómoda, y salí por la puerta con
Harry. Respiré una vez estuvimos sentados en mi auto. —Es bueno estar fuera de
ese lugar, ¿uh?
—Sí —Harry se frotó la barbilla con la mano mientras traía a la vida a mi Camry—
. Así que, ¿sabes cómo llegar a Clarence?
—Uh uh. —Puse mi auto en la entrada. Nunca había estado dentro, pero por ser
una nativa de Grayfield, sabía la forma de llegar.
—Vamos tarde. —Dijo de manera casual. Luego estuvo en silencio y supe, simplemente supe, que estaba esperando a que le dijera por qué.
Traté de estar tranquila mientras el silencio se cerraba. Me concentré en los haces de luz rebotando sobre el camino oscuro… Escuché el suave tamborileo de la lluvia
mientras empezaba a caer sobre el capó de mi auto… y, en un torrente de palabras, cedí. —¡Fue mi familia! Hace diez años, mi hermano se fue de casa. Tenía mi edad. Nunca ha regresado y, sé que suena raro, pero mamá tiene esas cenas memoriales para él que no puedo evitar. Y simplemente me fui, a pesar de que no habíamos llegado al postre.
—¿De qué estás hablando? —Interrumpió Harry.
Estúpida. Estúpida. Estúpida. ¿Por qué había abierto mi boca? Había dicho demasiado.
Traté de cubrir mi vómito de palabras. —De nada.
Harry se giró hacia mí. —No, eso fue algo. ¿Algo sobre tu hermano y el postre?
Él realmente sentía curiosidad o era un mentiroso muy convincente. Sacudí mi
cabeza, preguntándome cómo podría explicarlo. —Mi familia está loca.
—Mi familia… no sabes la mitad de eso. —Dio una pequeña risa.
¿Qué? ¿Alguien no fue aceptado en Harvard? Respondí poco convincente: —¿Oh, de
verdad?
Cambiando descaradamente de tema, Harry dijo: —Probablemente deberías
saberlo, nunca hubo una declaración oficial.
Fruncí el ceño. —¿Uh?
—Una declaración oficial al cuerpo estudiantil de Clarence —suspiró—, de lo que
me sucedió.
—¡¿Nunca les dijiste nada?!
Él dijo con desdén: —Bueno, Clarence no es una escuela muy grande y mi madre
conoce a personas en el consejo estudiantil…
—Dejarlo en manos del molino de rumores… esa es siempre la manera de
proceder. —Me burlé.
—Oh, ellos son profesionales.
Encontré la entrada a Clarence, que estaba marcada por una letra dorada enorme.
Mi auto rechinó cuando me giré hacia el aparcamiento. Inmediatamente estuve
enfrentada a la comprensión de que parecía poseer, entre los casi cuarenta autos
más, el único vehículo que valía menos de $50.000. Cuidadosamente deslicé mi
Camry entre un Hummer y un Ferrari.
Harry y yo caminamos alrededor de Clarence sobre una acera bordeada con
arbustos bien cuidados y sin una sola maleza. Por las luces del aparcamiento, podía
ver que el cemento sorpresivamente estaba vacío de colillas de cigarrillo o incluso
viejas bolas de goma de mascar, a diferencia de mi escuela. Giramos por la esquina,
hacia el frente de la escuela, y jadeé ante la vista. La secundaria Clarence era
hermosa en un estilo gótico, un edificio impresionante de cantería gris. En el medio
del avance circular, había un pequeño parque de dos viejos robles y una estatua de
mármol de una pantera, la mascota de la escuela.
Mientras nos acercábamos a las pesadas puertas de la entrada, una limosina negra
chirrió al detenerse en la entrada. La puerta del auto se abrió y pude escuchar a una
chica gritando: —¿Podrías regresar en una hora? No puedo imaginarlos alargando
esto por más tiempo —la rubia subió y nos miró brevemente, antes de centrarse en
ajustar su falda ceñida—. ¿No están felices de que casi termine? —miró hacia arriba
de nuevo, por más tiempo, y su boca se abrió—. ¡¿Harry?!
Él asintió en su dirección y yo moví mis pies incómodamente.
—¡Oh Dios Mío! ¡Estás aquí! —jadeó y luego me miró, levantando una ceja ante
mi falda campesina—. ¿Quién eres tú?
—Soy ___ Turner. —Extendí mi mano y traté de sonreír.
—Kristy Whitton —sacudió mi mano herméticamente y sonrió con una sonrisa
perfectamente falsa—. Es un placer.
Podía decir por el brillo en sus ojos que tenía un millón de preguntas que quería
hacerme, pero Harry dijo: —Ya llegamos tarde. Deberíamos entrar.
—Tienes razón. —Lo arrastré hacia adelante.
Kristy abrió la puerta y dijo: —Bueno, estoy segura de que hablaremos más tarde,
___. —Antes de precipitarse al interior.
Entramos en un pasillo largo con una alfombra azul marino. Alfombra, ¿qué
secundaria tiene alfombras? Seguro, no eran mullidas, pero aún así era antinatural.
Las paredes estaban abolladas con cientos de placas a la excelencia en varios
deportes y excelencia académica. Más abajo el pasillo se oscurecía, y pude ver
casilleros pintados de granate con puertas de madera cerradas. De verdad, el lugar
me recordaba más a una oficina que a una escuela. La mano de Harry inesperadamente se deslizó de mi brazo a envolver mi cintura. Temblé cuando respiró en mi oreja. —Sólo finge.
Oh, podía hacer eso. Espera… ¿qué estaba fingiendo? No tuve oportunidad de responder. Había estado siguiendo a Kristy a la distancia, así que cuando giró una esquina y entró en una sala a la derecha, yo también lo hice. Tan pronto como entramos, todo el mundo en el interior se giró a mirarnos.
Me sentí atravesar todos los tonos de rojo mientras Harry me acercaba más. Y luego supe qué estábamos fingiendo tan claramente como si me lo hubiera dicho: estábamos dejando que sus compañeros de clase reconocieran que él no estaba ciego, que había estado en alguna misteriosa aventura con una chica misteriosa. Yo, el apoyo.
Gisse
Re: His Eyes- Harry Styles y Tú TERMINADA
SIgelaaaaa! :aah:
Me dio pena cuando rayis dejo a su mamá y esta estaba llorando!
Siguelaaaaaa! :-w-:
Me dio pena cuando rayis dejo a su mamá y esta estaba llorando!
Siguelaaaaaa! :-w-:
Invitado
Invitado
Re: His Eyes- Harry Styles y Tú TERMINADA
Soy un gato *Miaauuu* escribió:SIgelaaaaa! :aah:
Me dio pena cuando rayis dejo a su mamá y esta estaba llorando!
Siguelaaaaaa! :-w-:
LA SIGO AHORA!... SI, LA VERDAD ES QUE LA MAMÁ DE LA RAYIS ESTÁ PASANDO POR UNA ETAPA BIEN COMPLICADA LA VERDAD... ESO SE VERA DE ACUERDO AVANCE EL LIBRO... EN ESTE CASO LA NOVE XD, EN VERDAD ES UNA HISTORIA MUY LINDA :) GRACIAS POR COMENTAR! UN BESO! :hug: :corre:
Gisse
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