Re: DON'T FORGET ME ( Larry Stylinson)

por **colorada** Dom 24 Nov 2013, 12:12 pm

Maki 1D escribió:Asdsadasfflskfklslkñdfklalñsdksklñflksñlñklfñdlfsdalflkañsklñ qué geniaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal!
Rachel se dio cuenta de que Hazz se lo quiere comer a Lou!
NSDASDKJASKFS
Oh... Pobre Otelo :c
Y Kevin... Y Liam... e.e
Hay onda eehehehe

Sos de Sta fe? ME TOO!!!
Rosariooo!!!
Ah, se re emocionaba...
PERO COMO NO HACERLO!
Asadds ok me calmo..

Me encantaron los caps... Ya quiero que Lou al fin se dé cuenta que también le re da al detective Styles y que sus piernas son matadora dsasdfsads *se relame*

Me despidooo!
Byeee

Holaaaaa! ;)
Rachel si que se dio cuanta de las intenciones de su compañero jajaaj
Kevin y Liam ¿ Que pasara con estos dos? mmmmm
En serio eres de rosarioo? OMG!
que emociooooooooooon! :corre:
Me alegro que te gusten los capítulos, Louis también le quiere dar! jajajjaa ya veras :happuy:
Saludooooooooos!

por **colorada** Dom 24 Nov 2013, 12:17 pm

aleja123 escribió:hola como estas espero que bien ,muy linda la nove ahora que lo tengo mas claro jejeje bueno debes seguirla que amo que harry haya tenido momentaneamente celos y pobre lou lo que encontro en la caja pero ya quiero que larry se vuelva intenso por favor publica ya me salvate una vez de morir ahora tienes que volver a salverme porfavo te lo pido siguelaaa me enmore de esta novela jejejeje siguelaaaa si no quieres que muera tu fiel lectroa siguelaa pronto bye cuidate besos por montones y no olvides seguirla

yesterday-larry stylinson
delirio de amor-larry-zouis

Holaaa! ;)
Andoo muy bien, gracias por preguntarme :)
me alegro mucho de que te guste la novela, me pone muy feliz.
oh si, Larry se pondrás bastante intenso, pero faltan algunos capis para que eso pase, mientras tanto, ten paciencia plis!
esta bieeen te salvare nuevamenteee porque no quiero que mueraas!
la seguire ahora mismoo!
saludoooooos :hug:

por **HeartsEater** Dom 24 Nov 2013, 12:33 pm

Por favor siguela!

por **colorada** Dom 24 Nov 2013, 12:35 pm

CAPITULO 6

—Soy el detective Styles y esta es mi compañera, la detective Parker. —La recepcionista del Fresno Bee, uno de los periódicos más prestigiosos de la ciudad, los miró de arriba abajo mientras se preguntaba qué estarían buscando ese par de policías que parecían salidos de alguna serie de televisión que el canal local trasmitía cada jueves por la noche y que ella nunca se perdía. Debía reconocer que el hombre que estaba frente a ella, recostado sobre el mostrador, era más guapo que el protagonista de su serie favorita.

—¿En qué puedo ayudarles? —les preguntó a ambos, pero su atención estaba centrada en Harry.

Rachel había pasado casi desapercibida para la mujer morena que lucía una camisa de color violeta exageradamente escotada.

—Buscamos a la Sr Liam Payne. —Harry le sonrió y provocó que la joven se ruborizara.

—Liam es el asistente del señor Phillips, su oficina está en el segundo piso —le informó.

—Gracias.

Rachel le dio un codazo mientras esperaban que el ascensor que acababa de bajar se vaciara. Harry le respondió con una sonrisa. Sabía que a su compañera no le gustaba ser ignorada casi por completo, sobre todo porque cuando se lo proponía, podía parar hasta el tráfico.

—Ya nos tocará un recepcionista de sexo masculino y podrás demostrarle tus encantos —le dijo Harry mientras fingía pesar.

Rachel no dijo nada pero el fuego que destilaban sus ojos lo decía todo.

—De vez en cuando deberías dejarme usar mi propio encanto —comentó Harry, mientras entraban al ascensor.

—Lo estas usando en una dirección incorrecta —le espetó ella.

Harry supo de inmediato a qué se refería. Su compañera había percibido algo en su actitud hacia Louis Tomlinson, y ese algo le estaba molestando. Trabajaban juntos desde hacía dos años y se conocían muy bien. Él sabía que si Rachel le decía aquello, era solo porque estaba preocupada por él. Temía que perdiera objetividad y eso lo llevara a un punto del cual ya no habría retorno. El viaje hasta el segundo piso se hizo en completo silencio; sin embargo ambos sabían que había un tema pendiente por tratar y que debían hacerlo lo antes posible.

Liam reconoció a Harry de inmediato y le hizo señas de que se acercara a su escritorio apenas lo vio.

—¿Detective Styles? Qué sorpresa verlo por aquí —Se levantó de la silla rápidamente y lo invitó a sentarse a él y a la mujer que lo acompañaba.

—Ella es Rachel Parker, mi compañera.

—Es un placer Srta. Parker.

—Igualmente, Payne.

—¿En qué puedo ayudarlos? —Cerró una carpeta que estaba revisando antes de que ellos llegaran y sonrió.

—Estamos aquí para hacerte algunas preguntas —dijo Harry y le devolvió la sonrisa.

—Adelante.

—Esta mañana ha llegado un paquete a la casa que comparte con Louis.

Liam asintió y Rachel se sorprendió por el tono que usaba su compañero para referirse a Louis Tomlinson.

—El paquete me lo entregó un niño; me dijo que Jim, el guardia que vigila el acceso al complejo, lo había dejado entrar.

—¿Le dijo algo más?

Liam frunció el ceño, no entendía a que venían tantas preguntas.

—Solo que traía un obsequio para Louis. ¿Por qué diablos me están interrogando sobre esto? ¿Ha sucedido algo?

—En el paquete estaba la cabeza envuelta del gato de Louis —explicó Rachel.

—¡No puede ser! —El gruñido de Liam lo oyó todo el personal que se encontraba trabajando aquella mañana—. ¡ Otelo!

—¡Liam! ¿Estás bien? —Un hombre que llegó casi corriendo a pesar de su cojera se abalanzó sobre él—. ¡Estamos todos asustados!.

Liam puso su mano sobre el hombro de su nuevo compañero de trabajo.

—Sí, Niall, es solo que… —No pudo continuar. Miró a Harry y buscó en su mirada algo que le dijera que lo que acababa de oír no era verdad. La comprensión que percibió en los ojos del detective no dejaba lugar para las dudas—. ¡Maldito Psicópata! ¿Cómo está Louis?.

—Su hermano Kevin está con él —respondió Harry.

—¿Kevin está en Fresno?.

—Así es, Louis lo ha llamado.

—Ha hecho bien, necesitará de su hermano en un momento como este. —Saco la mano del hombro de Niall y le agradeció por su apoyo.

—Estoy para servirte, Liam —le dijo, pero no se movió de su lugar; parecía estar esperando que Liam lo presentara a las personas que habían venido a traerle aquella mala noticia.

Liam se dio cuenta de inmediato.

—Perdón por mi falta de cortesía. —Intentó esbozar una sonrisa—. Detectives, él es mi compañero, Niall Horan, una de las últimas adquisiciones que ha hecho el periódico y un gran reportero. Niall, ellos son los detectives Styles y Parker.

El hombre rodeó el escritorio y extendió el brazo para estrechar con fuerza las manos de los policías.

—Es un placer.

—Señor Horan.

—Llámeme Niall, por favor, si no, me siento viejo si me llaman Horan —bromeó.

Harry apenas festejó su chiste, solo quería continuar haciéndole preguntas a el amigo de Louis.

—Si nos disculpa, debemos hablar en privado con el Sr. Payne.

—¡Oh, por supuesto! Lo lamento, solo estoy estorbando. No todos los días nos topamos con verdaderos detectives aquí en la oficina. Ha sido un placer. —Se dirigió a Liam—. Nos vemos luego, Liam.

—Sí, Niall, gracias.

Cuando volvieron a quedarse a solas con Liam, Harry arremetió de nuevo con las preguntas.

—¿Recuerda alguna característica del niño? El oficial nos ha brindado una descripción, pero tal vez usted nos pueda decir algo más.

—Me temo que no pueda agregar nada más de lo que dijo Jim. Era un niño pelirrojo, de unos doce o trece años. Conducía una bicicleta, una de esas que se usan en las montañas, con llantas más gruesas que las demás.

Ambos asintieron.

—Llevaba un buzo de los Falcons. —Se quedó pensando un momento—. Recuerdo que me dijo que tenía entradas para el próximo partido que se jugará en la ciudad.

Harry y Rachel se miraron. Habían logrado mucho más de lo que esperaban.

—¿Algo más? —preguntó Harry.

—No, me comentó eso y me dijo que le entregara el paquete a Louis.

—Está bien, muchas gracias por atendernos, Liam. —Harry se puso de pie.

—Su testimonio nos ha sido muy útil —comentó Rachel y se paró junto a su compañero.

—Espero que sí. —Aún estaba consternado por lo de la cabeza del gato en la caja, pero agradeció recordar todo lo que pudo del muchacho que se la había entregado esa mañana.

Harry y Rachel abandonaron la enorme oficina en donde el repiquetear de los teclados y el murmullo de la gente volvían, lentamente, a apoderarse del lugar una vez más. Antes de subir al ascensor, Niall Horan, con su rostro afable, los saludó agitando su mano en el aire.
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Louis observaba con atención a su hermano; la impaciencia se reflejaba en su rostro cada vez que echaba un vistazo al reloj.

—Liam llegará de un momento a otro, ya tranquilizate —le dijo.

Habían entrado en la casa y Kevin se había ofrecido a ayudarlo a preparar la cena. Louis vació un paquete de arroz dentro de una cacerola de agua hirviendo y le pidió a su hermano que le alcanzara una de las cucharas de madera que colgaban de la pared.

—Ten.

—Gracias. —Revolvió para evitar que se pegara y cubrió la cacerola con la tapa—. Supongo que vas a quedarte a cenar.

Kevin se rascó la barbilla.

—No lo sé, Louis. He dejado algunos asuntos pendientes en Clovis, porque he salido de inmediato después de tu llamada, y los trabajos en la escuela deben estar terminados a más tardar en quince días. Eso si contamos con que el buen tiempo nos siga acompañando.

Louis hizo una mueca de disgusto.

—Creía que te morirías por probar mi comida.

Kevin le pego levemente en el hombro y Louis sonrio.—Sabes que es casi imposible que me resista a ello, pero lamentablemente, deberé marcharme en cuanto me asegure de que estás acompañado por Liam.

El teléfono de la sala comenzó a sonar.

—Atiende por mi Kevin, estoy ocupado con esto —le pidió.

Kevin le hizo una reverencia y corrió hasta la sala.

—Louis, es para ti —le informó unos segundos después.

—¿Quién es?

—Tu jefa.

—Jennie, ¿Cómo estás? ¿Sucede algo? —Había quedado con Jennie en que hablarían a la mañana siguiente en la editorial, por eso se sorprendió por su llamada.

—No es nada, Lou. Quería solo avisarte que la reunión de mañana a las diez se ha pospuesto.

Louis estuvo a punto de protestar pero desistió de hacerlo. —Acabo de hablar con Zayn Malik y me ha dicho que le es imposible llegar antes del mediodía, por lo que hemos decidido pasar la reunión a la tarde.

—Está bien, supongo que no habrá inconveniente en reunirnos por la tarde, entonces. —Habría preferido tener aquella reunión por la mañana y ocupar la tarde haciendo lo que más amaba: encerrarse en su taller y pintar durante horas y así olvidarse del tiempo y de los demás; pero sabía que para Jennie era muy importante la incorporación de Zayn Malik a su equipo de trabajo.

—¿Estás seguro de que no te molesta, Louis?

—Para nada, nos vemos mañana, entonces.

Cuando colgó, sonrió al ver a Liam entrar por la puerta principal. No hubo necesidad de palabras, solo necesitaba que Liam lo abrazara fuertemente.

—¡Lamento dejarte solo! No tenia ni idea de lo que contenia la caja Lou.

—¿Cómo lo has sabido? —le preguntó Louis sin soltarlo.

—El detective Styles y su compañera han estado en el periódico y me han hecho algunas preguntas. - Louis simplemente asintió.

—Kevin está aquí —anunció mientras lanzaba una mirada hacia la cocina. De inmediato, percibió los nervios de su amigo.

—¿Sí?

—Sí, no quería marcharse sin saludarte. Ve, está en la cocina.

Liam alisó un par de arrugas que se formaban en el saco que llevaba y acomodó el cuello de su camisa blanca; se aseguro de tener el cabello bien acomodado hacia arriba y miró a su amigo expectante.

—¿Cómo estoy?.

—Te ves bien amigo, como siempre.

—Tampoco tienes que mentirme Louis —le dijo y lo siguió hacia la cocina.

—Kevin, aquí lo tienes, es todo tuyo. —Sujetó a Liam del brazo y lo plantó delante de él. Le dio un leve empujoncito y esperó que el saludo entre ellos fuera más que un simple «hola».

—¡Liam, cuánto tiempo! —Kevin lo rodeó con sus largos brazos, y Louis notó que todo el cuerpo de su amigo se habia tensado por completo. Sus brazos colgaban a ambos lados de su cuerpo, como si fuera incapaz de responder a su abrazo.

—Kevin, ¿cómo estás? —apenas pudo murmurar.

Él se apartó para observarlo mejor y las mejillas de Liam se volvieron rojo carmesí.

—¡Te ves realmente bien Li! Hasta creo que has perdido algo de peso —comentó con una enorme sonrisa.

—Estoy cuidandome y yendo al gimnasio —respondió orgulloso.

—¡Pues, se nota!.

Louis tosió, era hora de que recordaran que él estaba también allí.

—Será mejor que me ocupe de la cena —dijo, y pasó junto a ambos.

—En ese caso, me despido, Louis. —Soltó a Liam y le dio un fuerte abrazo a su hermano.- Prométeme que cualquier cosa que suceda me la harás saber enseguida —le susurró al oído.

—Lo hare, Kevin. — Dijo Louis y, Kevin tras despedirse de Liam con un beso en la mejilla, los dos hermanos salieron de la casa para darse otro abrazo bajo la luz que la luna proyectaba aquella noche en el porche.
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Harry y Rachel se encontraban en la oficina de su superior, Phil Conway, y esperaban a que terminara de hablar por teléfono.

Harry se preguntó con cuál de sus dos hijas estaría hablando. No podía deducirlo, porque Phil siempre las llamaba «cielo» o «cariño». Conocía a ambas. Trisha era la mayor y estaba casada con un banquero; se había mudado a San José después de su boda, siete años atrás, y ya le había dado a Phil tres nietos de los que nunca se cansaba de hablar. La menor, Pauline, había estudiado Medicina y después de graduarse se casó con un colega y se mudaron a Raisin City, donde ambos además trabajaban. Todavía no le había dado ningún nieto a su padre, pero Phil presentía que pronto le anunciaría que estaba embarazada y que su pequeña lo haría nuevamente abuelo.

—Harry está aquí, sí. —Una sonrisa perfectamente blanca hizo contraste con su piel morena.

—¿Quién es? —preguntó Harry mientras se acercaba al escritorio.

—Es Trisha, te manda saludos y pregunta cuándo irás a visitarla.

—Dile que cuando el esclavista de mi jefe me lo permita —respondió en voz alta y se aseguró de que Trisha lo oyera desde el otro lado de la línea.

Phil Conway lanzó una carcajada. —Yo también te quiero, cielo. Adiós, cuídate.

Colocó el auricular en su sitio y se recostó contra el respaldo de su silla. Observó a Harry y a Rachel con atención; lanzó una bocanada de aire y cruzó los brazos sobre el pecho.

—¿Qué tenemos del caso del Asesino de las Flores? —preguntó en tono burlón. Como policía y jefe de la División de Crímenes Violentos le molestaba que la prensa siempre se encargara de buscarles apodos a los asesinos. Lo único que conseguían con eso era fomentar su popularidad y era justamente eso lo que aquellos delincuentes buscaban: el reconocimiento por sus crímenes. Esperaba que, algún día, la prensa comprendiera que aquello solo aumentaba su pervertido ego.

Rachel le entregó una carpeta.

—Las autopsias de las tres víctimas parecen una fotocopia una de la otra. Los tres murieron por estrangulación, ninguno muestra signos de haberse siquiera defendido, no hay rastros de piel o tejido debajo de sus uñas y fueron encontrados con los ojos abiertos.

—Para que su rostro fuera lo último que vieran antes de morir —acotó Harry.

Phil asintió, sus ojos negros se posaron con rapidez en las fotografías que ilustraban el expediente del caso.

—¿Qué han podido averiguar sobre el tatuaje?.

—Se los hace post mortem (estando ya muertos) con alguna especie de instrumento de acero inoxidable. Es un símbolo de origen celta. Me he puesto en contacto con una experta, me reuniré con ella lo antes posible —anunció Rachel.

—Bien. ¿Qué hay de él tercer muchacho? ¿Por qué cambió su patrón?.

—Creemos que intenta mandar un mensaje. —Harry frunció el ceño.

—Ahí es donde entra El Sr. Louis Tomlinson.

Ambos asintieron pero fue Harry quien continúo hablando.

—El mensaje está dirigido a él, estoy cien por ciento seguro, el asesino talló una variación de su nombre en el cuerpo de Austin Hodgins.

—«Boo Bear.»

—Sí, según Steven también fue post mortem, ya que no se encontraron rastros de sangre en la escena del crimen, lo que sí hemos hallado esta vez es una huella parcial de un calzado. —señaló mientras observaba a Rachel.

—Ahí están los resultados, señor. A pesar de lo poco que obtuvimos tras hacer el molde con yeso, hemos llegado a la conclusión de que se trata de algún tipo de bota militar.

— Nuestro sospechoso calza un 42 y mide, aproximadamente, 1'70 cm.

—Bien, al menos es algo. —Hizo una pausa—. ¿Han podido hablar con Louis Tomlinson?. - Rachel se puso de pie.

—Será mejor que Harry le responda, señor. Yo, mientras tanto, pasaré por el laboratorio a ver si hay resultados de la caja que esta mañana le ha sido enviada a el Sr. Louis Tomlinson.

—Está bien, Rachel.

Cuando la puerta se cerró tras ella, Harry se sintió un poco cohibido bajo la mirada inquisidora de su jefe y amigo.

—¿Y bien? ¿Qué has conseguido de Louis Tomlinson?. - Harry se enderezó en el asiento.

—Por lo pronto, he logrado que acepte colaborar en el caso. Ha comprendido que estos asesinatos se relacionan con su secuestro y me temo que el incidente de la caja también.

—¿Crees que él este en peligro?.

—Sí.- Phil Conway lanzó un suspiro.

—Cuando tu padre y yo trabajamos en el caso de su secuestro nos devanamos los sesos por intentar atrapar a ese maldito lunático. Tú, mejor que nadie, sabes el juego perverso que comenzó a jugar con él. Le enviaba mensajes que decían que Louis estaba bien y que no deseaba regresar a su casa; repetía una y otra vez, que estarían juntos para siempre, que ni tu padre ni nadie podría jamás separarlos, que antes prefería matarlo que perderlo. Luego, tres meses después, Louis logra escapar y aparece casi moribundo en un bosque en el lago Big Bear. Jackson y yo creímos que por fin lograríamos cerrar el caso, pero cuando descubrimos que no recordaba nada de lo que había sucedido, sentimos que era como volver a empezar de cero.

—Sigue todavía sin recordar —dijo Harry y apretó la mandíbula.

—Es una pena, estoy seguro de que si pudiera recobrar la memoria nos ayudaría a cerrar su caso y a detener los crímenes.

—Lo sé, Phil. Le he propuesto que consulte a algún especialista; le sugerí que probara con la hipnosis, pero no quiero presionarlo demasiado. Lo que menos desea es hacer Louis es recuperar el calvario que debió de ser su vida durante esos tres meses.

—Espero que logremos algo de él, antes de que otro joven inocente se convierta en la cuarta víctima del Asesino de las Flores.

Harry asintió pero no le confesó que su temor más grande era que Louis fuese él próximo en su lista.

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Louis jugaba con el arroz bañado en queso dentro de su plato. No tenía apetito. La imagen de la cabeza ensangrentada de Otelo no desaparecía de su mente. Sabía que le costaría dormir esa noche y que, si no recurría a las «pastillas mágicas» de Liam, se quedaría despierto y recrearía en su mente, una y otra vez, el momento en que había abierto la caja.

—No tienes hambre. — Susurro Liam que estaba sentado junto a él y tampoco había probado bocado.

Louis negó con un ligero movimiento de cabeza. —No logro dejar de pensar…

—Shh, ni siquiera lo digas Lou. —Le tocó el hombro—. Sé que no es fácil, pero trata de olvidar lo que ha pasado.

—Si lo lograse con solo desearlo. —Clavó sus ojos azules en los ojos de su amigo—. Pero sinceramente no puedo hacerlo.

—¿Por qué no te recuestas e intentas dormir? Puedo darte un tranquilizante para que logres conciliar el sueño. - Louis miró el desorden de la cocina. —No te preocupes, yo ordeno todo, sabes que mi manía no me permitirá irme a la cama a sabiendas de que la cocina está hecha —observó alrededor— un pequeño desastre.

—Lo siento, quería preparar el risotto con queso, porque creía que Kevin se quedaría a cenar.

—No tienes que justificarte, Lou. —Lo ayudó a levantarse—. Vamos, te vas a dar un baño caliente que te relaje y luego te meterás en la cama. Después, te llevo el tranquilizante y si ves que no puedes dormir, te lo tomas. - Louis asintió sin protestar y dejó que su amigo cuidara de él, al menos por esa noche.

El timbre de la puerta le impidió dar un paso más.

—¿Quién será a estas horas?. - Pregunto Louis con nerviosismo y Liam noto el estado de su amigo.

—Deja que yo vaya Louis. - Murmuro y solto a Louis. - Tu quedate aquí.

Louis miró a su amigo caminar hacia la puerta con cautela y espiar a través de la mirilla antes de abrir. ¿Quién insistía en tocar a esas horas de la noche?

—Es el detective Styles—le anunció Liam antes de abrir.

Efectivamente, Harry Styles estaba plantado junto a la puerta de su casa con una amplia sonrisa enmarcanda en su rostro.

—Disculpe que me aparezca a esta hora, pero necesitaba hablar con Louis Tomlinson. —Dirigió la mirada hacia Louis que no le había quitado los ojos de encima desde que su amigo había abierto la puerta. La luz que alumbraba el porche iluminaba solo parte de su rostro y el brillo que emanaba de sus ojos verdes hacía destacar aun más la profundidad de su mirada. Llevaba el cabello húmedo y unos rizos caían en desorden sobre su ancha frente. Los ojos de Louis bajaron por la línea de su mandíbula y recorrieron la nuez que se acentuaba en su garganta cada vez que respiraba. Un poco más abajo, un poco de vello oscuro y rizado se asomaba a través de la camisa en tonos grisáceos que llevaba puesta. El trance en el que parecía haber caído Louis se desvaneció al escuchar la voz de su amigo.

—Pase, detective.

—Gracias

Louis continuaba sin pronunciar palabra a tan solo un par de pasos de él.

—Bueno, si me disculpan, hay trabajo que me espera en la cocina. — Murmuro Liam y dio media vuelta y desapareció de la sala mientras sus labios se curvaban en una sonrisita traviesa, Louis simplemente al ver aquela expresion rodo los ojos.

—¿Quiere tomar un café detective? —Pregunto Louis algo nervioso y noto que sus manos comenzaban a sudar.

—No, gracias, no te molestes. —Harry procuró ignorar la emoción que bullía en su interior al volver a verlo.

—Siéntese —le indicó.

Harry lo observó mientras se ubicaba en la orilla del sofá. No supo si sentarse frente a Louis o a su lado; siguió sus deseos y se sentó junto a él.

—Usted dirá —dijo Louis finalmente, e hizo añicos el silencio que comenzaba a hacerse cada vez más tenso.

Harry estiró su brazo por encima del respaldo del sofá y sus dedos casi tocaron la espalda de Louis. Se preguntó qué se sentiría al enterrar los dedos en aquella ancha espalda, mientras, nego con la cabeza lentamente ¿ Que diablos estaba pensando?.

Louis se movió inquieto y cuando lo hizo, su rodilla rozó la tela áspera de los vaqueros que Harry llevaba. La suave fricción provocó en Harry una marejada de sensaciones que subieron hasta su garganta. Entonces Louis lo miró y Harry apenas pudo contener el impulso de tomarle el rostro y besarlo. Respiró hondo un par de veces; debía concentrarse en su trabajo y pensar en la protección de Louis. Sin embargo, inevitablemente, sus pensamientos se desviaban en otra dirección.

—He querido venir a verte para saber cómo estabas. —Sus ojos se posaron en los labios entreabiertos de Louis.

Louis intentó procesar en su cerebro lo que aquellas palabras significaban. Sabía que, tal vez, solo formaba parte de su trabajo como policía. Después de todo, era uno de sus deberes velar por el bienestar de las personas, pero la manera en que Harry lo había mirado mientras se lo decía le hizo pensar otra cosa. Estaba preocupado por él y por su seguridad, preocupado por lo que pudiera pasarle, y había venido hasta su casa, en medio de la noche, para saber cómo se encontraba. Descubrir aquello no lo incomodó; muy por el contrario, lo hizo sentirse más seguro.

—No voy a mentirte —empezó a decir—. He tratado de aparentar fortaleza ante mi hermano y mi amigo, pero por dentro, estoy destrozado y tengo mucho miedo. No solo es la muerte cruel de Otelo, sino todo lo demás; los crímenes, mi secuestro, ese hombre, usted…

—¿Yo?

—Sí, tu pretendes cosas de mí y no sé si podré dártelas. Apareces en mi vida y me dices que necesitas mi ayuda para detener a un asesino; me pides que recuerde una época de mi vida que preferiría no desenterrar nunca de mi memoria.

—Lo siento; nunca he querido presionarte, Louis.

—Sé que lo sientes y que solo estás tratando de hacer tu trabajo, pero entiendeme a mí también. —Lo observó mientras Harry apartaba un mechón de cabello todavía húmedo de su rostro.

—Creeme que nunca habría deseado que te involucraras en todo esto, pero lamentablemente hay alguien más, allá afuera, que desea todo lo contrario. —Se moría de ganas de abrazarlo y de probar esos labios que se movían inquietos de un lado a otro mientras lo escuchaba. Probar el sabor de su boca y embriagarse con él hasta perder la razón.

Si Louis no se hubiera puesto de pie, en aquel preciso momento, habría terminado por ceder a sus instintos; y sabía que luego se arrepentiría de una locura como esa.

Louis caminó hacia la ventana que daba al jardín; la cercanía de aquel hombre lo desconsertaba y sus ojos parecían tener la clara intención de querer hechizarlo. Necesitó apartarse de él y poner un poco de distancia entre ellos. Sabía que continuaba sentado a un par de pasos de distancia, pero percibía la intensidad de su mirada pegada a su espalda. Se pasó la mano por el cuello: su pulso se había acelerado. Lo que el detective Harry Styles provocaba en él era algo nunca antes experimentado; una sensación que lo dominaba por completo y nublaba sus cinco sentidos. Se dio media vuelta y cuando volvió a enfrentarse con sus ojos pudo sentir el temblor en sus piernas.

—Detective, es tarde.- Harry se levantó de un salto y avanzó hacia él.

—Es verdad, ni siquiera sé qué estoy haciendo aquí —respondió y esbozó una sonrisa.

—Lo acompaño. —Pasó a su lado y, por un segundo, creyó que Harry lo detendría y lo besaría. Pero no fue así. Salió con él hasta el porche y trató de mostrarse lo más tranquilo y sereno posible.

—Nos vemos —dijo Harry y le lanzó una última mirada antes de echarse a andar hacia su automóvil.

Louis se quedó en silencio mientras observaba cómo se subía en su Mustang negro y ponía distancia entre ellos.

Se recostó contra la puerta y contempló la luna un instante antes de entrar en la casa.

Una silueta se mezclaba entre las sombras que esa misma luna dibujaba caprichosamente aquella noche.

Nadie escuchó el nombre que esa silueta pronunció, casi en un susurro, una y otra vez.
Boo Bear, Boo Bear, Boo Bear......

por **Susy** Dom 24 Nov 2013, 12:52 pm

O.O el esta cerca, ahora descartamos no es Niall, tampoco es zayn... al menos e_e ... nada mejor no saco conclusiones.
Me encanto el capitulo, entre ellos dos si que existe una tensión. Espero la sigas pronto ! D:
necesito saber que pasa x.x me pregunto si ese tipo por fin dara su cara ante louis !

por **Maki 1D** Dom 24 Nov 2013, 6:12 pm

Wiiiiiiii aparecieron Niall y Zaaayn!
Geeeeniaal!
Bueno, el negro todavía no apareció formalmente pero... saasdfdsada vos me entendés...
KEVIN Y LIAM DON'T FORGET ME ( Larry Stylinson) - Página 4 837735280

DON'T FORGET ME ( Larry Stylinson) - Página 4 837735280

AY NO PERO QUÉ TIEEERNOOO!
HARRY Y LOUUU! :chkt: Tensión sexual eeehehehehe

Mmmm Zayn y Niall son importantes en la novela???
adasfsfsdfasdfs no morirán no?
:C

___________________________________
Por otro lado...
ENTONCES SOS DE ROSARIO??
LOCO, QUÉ EMOCIÓN!!!!!!!
ADFSFSFSFSFADFSFKJDSFJKSD
Qué edad tenés? akdfasfsfs

Bueno, bai, no crees que soy un catfish, que posta que soy una wacha de Rosario loca por estos cinco negros caca

addsafsf

SEEEGUILAAA!

por **colorada** Dom 24 Nov 2013, 9:21 pm

Susy escribió:O.O el esta cerca, ahora descartamos no es Niall, tampoco es zayn... al menos e_e ... nada mejor no saco conclusiones.
Me encanto el capitulo, entre ellos dos si que existe una tensión. Espero la sigas pronto ! D:
necesito saber que pasa x.x me pregunto si ese tipo por fin dara su cara ante louis !

Holaaaa!
El esta mas cerca de lo que crees :x
me alegro que te haya gustado el capituloo! ;)
pffff hay bastante tensión entre ellos jajajjaa
habrá aparecido ya frente a Louis, o no? mmmmmm
la sigooo ahora!
saludooos ;)

por **colorada** Dom 24 Nov 2013, 9:26 pm

Maki 1D escribió:Wiiiiiiii aparecieron Niall y Zaaayn!
Geeeeniaal!
Bueno, el negro todavía no apareció formalmente pero... saasdfdsada vos me entendés...
KEVIN Y LIAM AY NO PERO QUÉ TIEEERNOOO!
HARRY Y LOUUU! :chkt: Tensión sexual eeehehehehe

Mmmm Zayn y Niall son importantes en la novela???
adasfsfsdfasdfs no morirán no?
:C

___________________________________
Por otro lado...
ENTONCES SOS DE ROSARIO??
LOCO, QUÉ EMOCIÓN!!!!!!!
ADFSFSFSFSFADFSFKJDSFJKSD
Qué edad tenés? akdfasfsfs

Bueno, bai, no crees que soy un catfish, que posta que soy una wacha de Rosario loca por estos cinco negros caca addsafsf

SEEEGUILAAA!

Holaaa!
Aparecierooon Niall y Zayn, ya era horaa! ;)
Hay onda entre Kevin y Liam, oh si! jajaja
Se nota a millas la tension sexual de Harry y Lou jajaja:twisted:
Lo unico que te puedo decir es que Zayn y Niall son muy importante en la novela....
Si sooy de Rosarioo! que emosiooon!
tengo 16 dfgbfdsdfg
Yo tambien estoy muerta por estos 5 bestias! ajajaa:baba:
la sigoo ahoraa!
saludoooos :)

por **colorada** Dom 24 Nov 2013, 9:33 pm

CAPITULO 7

PARTE I

La enorme y espaciosa oficina que servía para aquel tipo de reuniones se había llenado aquella tarde. La larga mesa estaba ocupada casi por completo y Louis se había ubicado junto a Jennie, porque ella se lo había pedido.

Estaba nervioso y no era para menos. Se trataba del primer proyecto que su jefa le encargaba y él sería el principal responsable de llevarlo adelante con éxito. Jennie le había dicho que pondría a su disposición el personal y el material que fuera necesario y que lo dejaría trabajar con total libertad.

Aquella reunión era para afinar los últimos detalles y poner en marcha, finalmente, el proyecto en el que cualquier persona amante del arte habría deseado trabajar.

Había elegido ponerse un pantalón de jeans oscuro y una chaqueta de color gris ceniza para darse un toque más formal; debajo, llevaba una camisa en un tono un poco más pálido que el del traje.

Esta vez decidió llevar su cabello castaño hacia arriba, ya estaba cansado de tenerlo siempre para un contado todo desprolijo. Había entrado a la oficina con unas cuantas carpetas en los brazos y se sintió un tanto incómodo cuando la atención de decenas de mujeres y hombres asistentes a la reunión se centró en él. Conocía a la mayoría; al resto, seguramente, se los presentaría Jennie en el pequeño cóctel que se daría una vez finalizada aquella reunión. Demasiada gente, murmullos y miradas furtivas que iban dirigidas a él. Louis Mitchell (acuérdense que Louis se había cambiado el apellido por todo lo que había pasado) , el novato encargado de llevar adelante un proyecto tan importante como aquel.

Jennie revisaba unos papeles; Louis se preguntó por qué no daba comienzo a la reunión de una buena vez, deseaba largarse de allí y dar por terminada esa sensación de sentirse un idiota en exhibición. ¡Dios! ¡Cómo quería estar en su taller en aquel mismo momento!. La puerta se abrió y todos se giraron para observar si el último asistente se había dignado, por fin, a aparecer.

Louis notó que el rostro de su jefa se relajaba ante la aparición de aquel hombre que en ese momento cruzaba la oficina y se dirigía hacia su jefa después de saludar con cortesía a los demás.

—Jennie, lamento llegar tarde, pero era imposible escaparme de aquella otra reunión —dijo, se agachó y le dio un beso en el dorso de la mano.

—No te preocupes, Zayn. Las personas importantes siempre se hacen esperar. —Se giró y le sonrió a Louis—. Zayn, este es Louis Mitchell, él dirigirá el proyecto de la colección. - Zayn extendió su mano y Louis hizo lo mismo para saludarse cortésmente. —Louis, este es Zayn Malik.

Jennie no necesitaba decir nada más, Louis ya sabía quién era Zayn, no solo porque no se había hablado de otra cosa en la editorial en los últimos días, sino porque el nombre de Zayn Malik era reconocido a nivel nacional. Uno de los mejores diseñadores del país y el creador de las mejores campañas publicitarias.

—Es un placer conocerlo, Sr. Malik —dijo Louis algo nervioso.

—El placer es mío, Louis, llámame Zayn; después de todo, vamos a trabajar juntos.

Louis asintió mientras Zayn se sentaba junto a Jennie que dio por comenzada la reunión. Había pensado que los nervios lo traicionarían más de una vez, pero estuvo más tranquilo de lo normal; sobre todo, cuando le tocó exponer a él las ideas que sustentarían el proyecto que al término de aquella reunión ya tenía un nombre oficial: «Art & Pleasure». Había sido elegido entre todos a través de una votación, después de que él mismo lo sugiriera. Louis sintió que aquel había sido un gran voto de confianza hacia su trabajo.

Los ejecutivos se iban acercando, poco a poco, al par de mesas en donde los esperaba un pequeño refrigerio. Louis se quedó en su lugar un momento más, a solas Jennie y Zayn conversaban junto a la ventana y Louis aprovechó para ordenar sus carpetas.

Una de sus compañeras lo instó a que comiera algo pero desistió: tenía el estómago cerrado y solo aceptó un vaso de agua.

—¡Ah, no! ¡No puedes beber agua! —Zayn exclamó al verlo llenar su copa—. Debemos hacer un brindis, bebe al menos un poco de vino.

Louis le sonrió y de mala gana aceptó la copa de vino que Zayn le acercaba.

—Por «Art & Pleasure», porque sea un éxito. —Chocó la copa de Louis con un leve movimiento—. Y por ti, Louis.

Louis bebió un sorbo de vino para ocultar de alguna forma la vergüenza de sentirse el centro de atención. Todos lo miraban y, en un momento dado, deseó salir corriendo de allí y encerrarse en su taller. Sin embargo, debía aceptar que aquello también formaba parte de su vida, aunque le agradara menos. Prefería estar enfundado en sus vaqueros gastados, dar pinceladas sobre sus lienzos, respirar el olor del óleo y la trementina, encerrarse por horas en su estudio, en vez de estar allí, rodeado de tanta gente, la mayoría casi desconocida.

Para su alegría, Jennie se había unido a ellos y Louis se sintió menos incómodo. De vez en cuando observaba su reloj pulsera, procuraba hacerlo mientras su jefa y Zayn Malik estaban distraídos, no quería dar la impresión de que quería largarse de aquel lugar lo antes posible. Como Jennie y Zayn estaban entretenidos conversando con un hombre que, según había escuchado, era uno de los mayores distribuidores de libros del país, Louis logró escabullirse al menos un rato para recuperar un poco de soledad. Caminó hacia el gran ventanal y contempló cómo la noche ya se había adueñado de Fresno. Los edificios que lo rodeaban y que de día parecían moles majestuosas, en ese momento parecían solo bestias dormidas. Respiró hondo y se cruzo de brazos. Estaba tan oscuro ahí fuera; cualquiera se podría perder en medio de aquella negrura devoradora. Se preguntó si el hombre que amenazaba de nuevo su vida viviría como una sombra y se ocultaría de los demás en medio de la noche. Un escalofrío le recorrió la espalda.

—Estás aquí pero tu pensamiento no. - Louis se sobresaltó al escuchar la voz de Zayn Malik.

—Necesitaba un poco de soledad —Murmuro Louis mientras esbozaba una tibia sonrisa.

—Te entiendo. A veces, la soledad suele ser la mejor compañera. —Se paró a su lado y contempló la vista que Fresno les ofrecía desde aquella oficina—. La soledad y la noche, una combinación demasiado lúgubre para algunos y demasiado perfecta para otros.-Louis asintió lentamente.—Apuesto que ahora tu único deseo es marcharte de aquí.

—¿Cómo lo sabes? — Pregunto Louis sorprendido, su forma de hablar le intrigaba.

—Porque lo mismo deseo yo —se limitó a responder.

—¿Y por qué no te vas entonces?. - Pregunto Louis y Zayn lo miro fijamente a los ojos y sonrió.

—¿Por qué no te vas tú? —retrucó y colocó las manos en los bolsillos de sus pantalones.

—No podría dejar a Jennie con todo esto. —Lanzó un fugaz vistazo a su jefa—. Ella ha puesto en mis manos este proyecto tan importante y confía en mí más que nadie.

—Todos confían en ti, Louis. Incluso yo —dijo y le sonrió.

—Quisiera creer que eso es verdad, pero sé que muchas personas que están hoy aquí piensan que no lo lograré. —Era un sentimiento que lo había acompañado desde el mismo momento en que Jennie le había comunicado que sería él encargado de dirigir el nuevo proyecto.

—Solo es envidia —señaló Zayn.

—No, no es eso. Solo que creen que Jennie debería haber elegido a alguien con más experiencia y la verdad es que quizá tengan razón en desconfiar de mí.

Zayn sacudió la cabeza.

—No debes pensar así; tienes una oportunidad perfecta para demostrarles a todos ellos y a ti mismo que puedes hacerlo. Yo te ayudaré, para eso estoy aquí.

Louis bajó la mirada avergonzado por su falta de confianza en sí mismo. —Gracias.

—Me las darás cuando comprendas que tengo razón —resopló, y un mechón de su cabello negro bailó con gracia sobre su frente—. Vamos, te llevaré a tu casa.

—Oh, no, no es necesario —se apresuró a decir Louis incomodo por aquella proposición—. He venido en mi automóvil.

—En ese caso, déjame acompañarte, al menos, hasta que subas a él.

Podría haberse negado, pero prefirió no hacerlo. No deseaba bajar solo hasta el subsuelo con la impresión de que alguien saldría en medio de la oscuridad para atacarlo, podía sonar algo paranoico, pero realmente estaba asustado.

Se despidieron de Jennie y de un par de hombres que hablaban con ella, que Louis solo había visto un par de veces con anterioridad y tras recoger sus carpetas, se marcharon.

—¡Por fin! —exclamó Zayn y suspiró aliviado mientras se recostaba contra una de las paredes del ascensor.

Louis no pudo evitar reír; sobre todo, porque él pensaba lo mismo solo que no se había atrevido a decirlo. Mientras el ascensor descendía los siete pisos que los separaban del subsuelo, Louis se dedicó a contemplar al hombre que acababa de conocer. Tenía un aspecto jovial; debía de tener no más de treinta años, no era mucho más alto que él y era de complexión algo robusto.

Su cabello negro resalaba perfectamente su rostro; sus ojos eran cafés y llevaba unas elegantes gafas; unas cuantas pecas asomaban en sus mejillas. Pero, sin duda, lo que más llamaba la atención en su rostro era una cicatriz que cruzaba por un lateral de su mandíbula. Zayn se la tocó cuando descubrió hacia dónde estaban dirigidos los ojos de Louis.

—Fue hace muchos años, un accidente de coche de donde salí casi ileso, a no ser por esta pequeña marca que llevaré hasta el día que me muera —le contó.

Louis notó tristeza en su voz, de seguro le dolía hablar de aquel tema y se lamentó de haberse quedado mirando su cicatriz como un idiota.

—Lo siento.

—No te preocupes, ya lo he superado. Pasó hace más de diez años y, además, creo que no me queda tan mal, ¿no? Me da un aspecto de hombre recio, cualquier persona caería ante mi con esta cicatriz, hasta tu Louis —bromeó, para ocultar su tristeza.

—No lo creo — replico Louis y sonrió.

La puerta del ascensor se abrió.

—¡Vamos! ¡No me vas a decir que alguien como tú no se sentiría halagado si se topara con un sujeto rudo, con barba de varios días y que solo oliera a sudor! ¡Un típico vaquero del lejano Oeste!

Louis no hizo nada para reprimir una carcajada.

—¡Claro que no! —dijo Louis a la defensiva. Por un segundo, la imagen de Harry Styles lo asaltó y se lo imaginó vestido de vaquero, con sus botas de cuero gastadas, un gran sombrero, el rostro ensombrecido por una barba descuidada, las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones y aquellos ojos verdes que cada vez que lo miraban lo invitaban a querer explorar qué había más allá.

—Te has quedado muy callado de repente. —Zayn lo acompañó hasta donde estaba estacionado su Volkswagen—. ¿En qué pensabas?.

Louis agitó la cabeza ¿ Porque diablos la imagen de Harry Styles se le vino a la mente? Intentó como pudo de deshacerse de aquella imagen demasiado tentadora y le respondió.

—En nada.

—Bueno, déjame decirte que la expresión en tu rostro era demasiado placentera como para que estuvieras pensando en nada Louis.

Los colores se le subieron a las mejillas.

—¡Lo sabía! — Murmuro Zayn y lo apuntó con su dedo índice—. ¡Estabas pensando en alguien!.

Si hubiese tenido más confianza con él, le habría golpeado el estómago con las carpetas. Se estaba riendo a costa de Louis y lo estaba haciendo deliberadamente.

—Es tarde, debo irme. —Abrió la puerta de su automóvil y arrojó las carpetas dentro antes de que se convirtieran en posibles armas mortales.

—Bonito automóvil Louis—comentó Zayn al elogiar su Volkswagen.

Louis entró y cerró la puerta. Bajó la ventanilla y lo miró.

—Gracias por acompañarme, Zayn.

—De nada, Louis.

Le dedicó una última sonrisa mientras encendía el motor y antes de marcharse lo saludo con la mano. Le había caído bien Zayn Malik.

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por **colorada** Dom 24 Nov 2013, 9:39 pm

CAPITULO 7

PARTE II

Se movía entre las sombras vestido de negro. Adoraba la noche y sumergirse en su oscura boca para perderse en ella y así pasar desapercibido. Hasta sus ojos parecían haberse acostumbrado a ver en la oscuridad, al igual que los gatos. Era muy parecido a un felino astuto, de movimientos gráciles, serpenteaba entre las sombras, prefería la noche al día.

Disfrutaba mientras tanta gente dormía, se sentía dueño del mundo y de las tinieblas que lo rodeaban.

Su cuerpo, vestido de negro por completo, se movió con sigilo a través de los árboles. Observó con detenimiento la caseta de seguridad que despedía una tenue luz nacarada.

Desde su interior le llegaba el sonido de una radio encendida en donde el locutor hablaba de deportes y comentaba, apesadumbrado, la mala racha que habían tenido los Grizzlies de Fresno en la última temporada.

Se acercó a la caseta casi en silencio, parecía que sus pies se deslizas en por la hierba, la tocaban apenas. Oculto detrás de la columna de cemento que flanqueaba la reja de hierro, levantó un poco la cabeza para observar mejor.

El guardia estaba muy cómodo recostado en su silla con los pies cruzados sobre el pequeño escritorio pegado a la pared. Estaba demasiado entretenido con una revista, donde exuberantes señoritas mostraban sus atributos físicos en llamativas fotos de colores, como para prestar atención a nada más. Mucho menos a las sombras que se recortaban bajo la luz de la luna. Se arrojó al suelo y se arrastro hacia la reja. Cuando se puso de pie nuevamente, solo la gorra del oficial se asomaba a través de la ventana de la caseta de seguridad.

Atravesar aquella fortaleza de hierro era la parte más difícil de su plan pero una vez que lograse sortear aquel obstáculo ya nada lo detendría. Tan solo unos pasos lo separaban de Louis.

Sus manos enguantadas se aferraron con fuerza a los barrotes como si fueran garras. Comenzó a escalar y con la fuerza de sus piernas, logró darse un empujón y llegar hasta la parte más alta. Se detuvo un momento, la cámara de video no tardaría en girar hacia donde se encontraba él; le tomaría solo unos segundos captar su imagen y transmitirla a los monitores de seguridad. Debía saltar antes de que fuera demasiado tarde. Cruzó las piernas por encima de la reja y sin dudarlo se arrojó al suelo; contuvo una maldición y con un rápido giro logró desaparecer de nuevo entre las sombras. El ruido de su cuerpo, que golpeó contra el suelo de hormigón, había llegado hasta los oídos del distraído guardia, y este se levantó de su silla de inmediato y perdió el equilibrio al hacerlo. Se quitó la linterna que colgaba de la presilla de sus pantalones y abandonó la seguridad de la caseta.

Dirigió la luz hacia la reja pero no había nada. Alumbró luego hacia la zona más boscosa, pero solamente aparecían los árboles. Se quitó la gorra y se rascó la cabeza.
«Tal vez solo ha sido un mapache hambriento», pensó, y apagó la linterna y volvió a la caseta. Revisó los monitores que mostraban imágenes de la entrada y de las calles internas que conducían a las propiedades dentro del complejo pero no había nada. Todo parecía estar en absoluta calma.

Calma absoluta era la sensación que lo embargaba en aquel momento; sabía que luego llegaría la exaltación, la emoción de tenerlo cerca. Respiró hondo unas cuantas veces y se dirigió a la parte trasera de su casa. Sería fácil entrar; sabía que aquellas casas no contaban con alarmas individuales, sus dueños confiaban en la seguridad que les brindaba vivir en un lugar apartado y cerrado como aquel. Encontró la pequeña claraboya que daba al sótano sin problemas. Había estudiado los planos de aquellas casas y conocía perfectamente cada detalle. No era demasiado grande, pero sí lo suficiente como para que él pasara a través de ella. La empujó e introdujo primero las piernas, se asió de los bordes con ambos brazos y de un pequeño salto fue a parar al suelo del sótano. Por suerte un cesto de ropa sucia amortiguó su caída y encubrió cualquier ruido extraño. Se puso de pie y observo el lugar. El sótano estaba en semipenumbra, alumbrado solo por la poca luz que arrojaba la luna a través del cristal de la claraboya. Reinaba un completo silencio pero él sabía ser también silencioso. Caminó hacia las escaleras y comenzó a subir los escalones de uno en uno, lentamente. Cuando por fin llegó hasta la puerta se detuvo un instante y apoyó una mano contra la pared.

No podía creer que después de esperar tanto tiempo finalmente lo vería de nuevo. Los cuatro años de sufrimiento y agonía por haberlo perdido darían paso a la alegría de tenerlo otra vez para él. Cruzó el umbral de aquella puerta y atravesó la cocina con dos zancadas.

Sabía que había dos habitaciones en la parte alta de la casa y que Louis estaría durmiendo en una de ellas. Debía seguir sus instintos para dar con la correcta. Siempre lo había hecho y nunca le habían fallado. La sala era tal como se la había imaginado. Sus manos cubiertas por un par de guantes negros recorrieron la suave tela de los sillones y se lo imaginó sentado allí, leyendo un libro, en una noche de invierno, mientras el fuego crepitaba en la chimenea. Él estaría sentado a su lado, lo contemplaría, lo tomaría de la mano y le repetiría, una y mil veces, lo mucho que lo amaba.

El corazón se le subió a la garganta cuando escuchó ruidos en el piso de arriba. Una de las puertas se abrió y tuvo apenas un segundo para esconderse detrás de la biblioteca.

Un hombre alto y algo robusto bajó las escaleras con el cabello revuelto mientras lanzaba un par de bostezos. Lo vio perderse en la cocina y luego regresar con un enorme vaso de leche en una mano y una caja de galletas de chocolate en la otra. Desde su escondite pudo observar con claridad en cuál de las dos habitaciones había entrado y así dedujo cual era la que ocupaba Louis.

Esperó hasta que esa puerta se cerró y, con cautela, comenzó a subir la escalera. Cada peldaño lo acercaba más a él y cualquier intento de acallar los latidos de su corazón fue en vano. Se detuvo ante su puerta y sostuvo la manilla entre las manos. La calma se había convertido ya en excitación; la frialdad, en euforia.

Abrió la puerta lentamente y la cerró tras de sí. La habitación estaba a oscuras y la luz que entraba por la ventana iluminaba su silueta en la cama. Dormía muy plácido, cubierto con las sábanas. Su cabeza reposaba sobre la almohada y respiraba con lentitud. Si extendiese la mano, podría tocarlo, matar la ausencia que había padecido durante esos cuatro años. Destruir la distancia que los había mantenido separados, cuando su destino era estar juntos hasta la misma eternidad.

Respiró hondo y cerró los ojos cuando su perfume llegó hasta él. Louis se movió inquieto en la cama y dio media vuelta; entonces, la sábana se deslizó hasta la cintura y desveló lo que los había unido durante todos esos años. El nudo celta permanecía intacto. Frenó el impulso de acercarse y tocarlo para asegurarse de que era tan real como lo había soñado.

Ansiaba tocarlo y sentir la suavidad de su piel de nuevo pero no había ido a eso. La misión que lo había llevado hasta su casa, aquella noche, era por completo diferente. Ni siquiera se detuvo a pensar si sería sencillo o no llevárselo de allí sin ser visto. No había ido a llevárselo; solo estaba en esa habitación para recordarle que él existía, que estaba a su lado en todo momento, aunque no lo supiera, y que jamás permitiría que ningún otra persona se acercara a él nuevamente. Se metió la mano en uno de los bolsillos internos de la chaqueta de piel negra que llevaba y sacó un ramillete de flores. Acomodó sus pétalos azules un poco aplastados y lo colocó sobre la almohada, junto a su rostro. Se quedó cerca un instante para escucharlo respirar. Su misión estaba cumplida. Sin embargo, le lastimaba dejarlo. Le dolía que él no hubiera abierto los ojos y hubiera extendido sus brazos para darle la bienvenida que él se merecía. Ya habría tiempo para todo eso cuando, por fin, estuvieran juntos nuevamente. Sabía ser paciente y esperaría por ese momento mágico el tiempo que fuera necesario.

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—¿Has dormido mal? —preguntó Rachel aquella mañana mientras revisaba algunos detalles del caso.

Harry se masajeó el cuello con movimientos circulares pero nada lograba calmar el dolor que punzaba con insistencia dentro de sus músculos.

—Este dolor me está matando.

—Demasiadas tensiones, Harry —sentenció Rachel y se acomodó el pelo detrás de las orejas—. Deberías relajarte un poco.

¡Cómo si fuera tan sencillo hacerlo! Pensó malhumorado.

—¿Qué has conseguido del laboratorio Rachel?.

Ella lo miró resignada; al parecer no pensaba darse, ni siquiera, cinco minutos de pausa.

—Nada importante, no se hallaron huellas salvo las de la mano de un niño; parece como si esa maldita caja estuviera inmaculada.

—¿Has podido averiguar quién las vende?.

—No conseguiremos nada por ese lado. Según los del laboratorio es una caja fabricada de forma artesanal —explicó.

Harry rió con sarcasmo.

—¿Quieres decir que nuestro asesino es, además, un artesano al que le gusta hacer sus propias manualidades?.

—Así parece; aunque seguramente construyó él mismo la caja para que no lográsemos rastrearla.

—Sí, seguro.

—Styles, acaba de llegar esto para ti. —Un oficial le entrego un par de sobres y volvió a desaparecer detrás de la puerta.

—¿Qué tienes ahí? —preguntó intrigada su compañera.

—Dos entradas.

—¡Bueno, veo que vas a seguir mis consejos y saldrás a divertirte un poco!.

Harry se puso serio y le entregó las entradas para que ella misma las viera.

—Son entradas para el partido de los Falcons para este fin de semana. —Lanzó un soplido mientras las volvía a guardar en el sobre—. Solo es trabajo, Harry.

—¿Qué esperabas? ¿Entradas para el cine, o tal vez el teatro?.

—Pues sí, por qué no. Deberías desconectarte un poco del trabajo, apuesto que el cuello te dolería menos.

—En cuanto lo atrapemos y toda esta pesadilla termine, te prometo que me tomaré unas vacaciones. —No le había mencionado nada pero pensaba tomar su pequeño barco que lo
esperaba en la bahía de San Francisco, salir a navegar y perderse, al menos unos días, en la profundidad del océano.

—¿Tienes idea de cuantos adolescentes habrá en ese partido de hockey?.

—Pelirrojos, no muchos —respondió con soltura Harry mientras subía las piernas encima del escritorio—. Vamos a tener suerte, Parker. ¿No eres siempre tú la que dice que tenemos
que ser un poco más optimistas?.

Rachel lo miró directamente a los ojos y Harry percibió el cansancio en ellos.

—Sabes que si no fuera así terminaríamos metidos en un hospital envueltos en una camisa de fuerza. —Se detuvo de inmediato al darse cuenta de lo que acababa de decir. Harry percibió su incomodidad.

—No te preocupes.

—Lo siento, Harry. Sabes que no me refería a… —¡Dios! ¿Por qué a veces no se limitaba a cerrar su enorme bocaza?.

—Te he dicho que lo olvidaras.

Rachel asintió y volvió a concentrarse en el papeleo. Había metido la pata, había actuado con el mismo tacto de una mula al mencionar aquello. Casi nunca hablaban del tema del padre de Harry. Ella sabía que él lo visitaba una vez a la semana en la clínica donde estaba internado desde hacía unos años y que cada vez que iba, regresaba peor. Siempre dejaba que fuera él quien mencionara algo al respecto pero podía percibir cuánto dolor le provocaba ver a su padre en aquel estado después de haber sido, durante tantos años, no solamente
uno de los mejores policías de la ciudad, sino su héroe desde que era niño. El mismo Harry le había contado que había elegido ser policía como una manera de honrar a su padre. Una
ironía lo obligaba a ser testigo de cómo ese hombre, a quien siempre había admirado y respetado, se apagaba irremediablemente encerrado en aquel lugar.

Leía distraída unos papeles y, de vez en cuando, alzaba la vista para observarlo. Parecía estar atento a la pantalla de su portátil pero seguía con la mirada triste. Le habría gustado levantarse de su lugar, ir hasta él y darle unas cuantas palmaditas en el hombro para demostrarle su apoyo solo con aquel silencioso gesto.

Estuvo a punto de hacerlo, pero en ese instante la puerta se abrió con violencia, y Louis Tomlinson entró como un torbellino a la oficina. Harry abandonó su silla de un salto y se quedó perplejo cuando Louis lo miro fijamente a los ojos y se arrojó desesperadamente a sus brazos.

—¡Louis! ¿Qué ha sucedido?. - Pregunto Harry preocupado, noto que el cuerpo de Louis temblaba sin parar y caían gotas de sudor de su frente.

—Ha estado en mi casa Harry.

por **Maki 1D** Lun 25 Nov 2013, 1:59 pm

GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOSSSSSHHHHHHHHH
Estuvo IMPECABLE el capitulo, lo ame.. las dos partes... increible asdsdafsa ♥
Oh Lou!!!! Pobrecito :CCC
Y Harry... ehehehehe consolalo...
ehehehe
En serio, lo adoré!
Asfsaasdfsasasa tenemos tanto en comun (?
ambas nos gustan el tema de lo policial (lo supongo no), ambas amamos a los 5 rochos esos y somos de rosario! adasdfsd

Bueno, como sea.. seeeguila!!!
Me encanta, de verdad

por **isoler** Lun 25 Nov 2013, 3:12 pm

No tengo mas palabras ES INCREÍBLE!!! Dios como lo vas a dejar ahí, tengo mucha intriga, jajajaa. Me encanta de verdad es una de la mejores novelas, gracias por subir, sos una genia! sabes que no te podes demorar mucho, todas queremos un nuevo capitulo pronto, jajajaaa! Bsos ;)

por **Susy** Lun 25 Nov 2013, 5:47 pm

O.O Increible, a.kshldsflshajklda lo ame , realmente
me encanto !!!!!!!!
¿Cada que tanto subes? :c
es que me quede con la intriga x.x
es mucha !!

por **bethlasforh0ran** Mar 26 Nov 2013, 4:57 pm

DIOS MIO! NO PUEDES DEJARLA AHI!!!!

ME QUEDE SUPER PICADA, POR FAVOR SÍGUELA!!!
AHHH YA QUIERO SABER QUE PASA!!!!

por **Dany wayland** Mar 26 Nov 2013, 6:21 pm

Afxgxhchch amo a Niall y a zayn!
Ya se mudaran juntos lo presiento!!!!! :3333
Síguela!!! Como osas a dejarla ahí!?!?!
Espero estés bien ^^
Dany

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