Undeneably Yours | Niall Horan |

por **LucyInTheSkyWithDiamonds** Dom 09 Feb 2014, 4:08 pm

Nombre:Undeneably Yours
Autor: Shannon Stacey
Adaptación:Sí.
Gérero:Drama / Romance.
Advertencias:Ninguna.
Otras páginas:Por mi parte, ninguna.

por **LucyInTheSkyWithDiamonds** Dom 09 Feb 2014, 4:12 pm

Sinopsis

Puede una aventura de una noche, convertirse en un felices para siempre?

Niall Horan, el dueño de un Bar, está acostumbrado a que las mujeres le lancen sus números de teléfono. Incluso si últimamente ha estado más interesado en encontrar a la Sra. Correcta que a la Srta. Correcta.

Ahora, ingresa ______ Hansen. Niall y ______ pueden haber comenzado mal, con un espontáneo y apasionado encuentro en una boda, seguido por un “paseo de la vergüenza.” Aun así, Niall sabe que hay más en su relación que sólo un encuentro de una noche. Especialmente cuando ______ resulta estar embarazada. Niall puede estar listo para el “próximo paso”, pero ______ no quiere una relación con un mujeriego, sin importar lo irresistible que pueda ser. Y se necesitará bastante para convencerla de salir en una segunda cita con el padre de su hijo.

por **LucyInTheSkyWithDiamonds** Dom 09 Feb 2014, 4:15 pm

Capitulo 1

Cada vez que los Patriotas de Nueva Inglaterra marcaban un punto en la pizarra, Niall Horan se excitaba.

Un puntaje para ellos era un puntaje para él. No es que siempre estuviera en busca de una compañera en una noche de domingo, pero las ofertas no eran escasas. Mientras deslizaba una jarra espumosa de Sam Adams por la superficie pulida del mejor maldito bar de deportes en la capital de la ciudad de New Hampshire, que acababa de pasar a su nombre como propietario, atrapó a una rubia mirándolo. Los Patriotas se alineaban al principio y marcaron un punto en la gran pantalla, pero sus ojos estaban puestos en él, haciéndole saber que el mariscal de campo de Nueva Inglaterra no era el único en posición de anotar. Pero esta noche estaba teniendo dificultades para concentrarse en la rubia con los labios químicamente mejorados, pechos quirúrgicamente mejoradas y el alcohol mejorando el deseo sexual, dándole a él la mirada de tú podrías hacerlo.

Estaba demasiado ocupado manteniendo sus ojos en la morena al otro extremo de la barra. No era sólo el hecho de que era bonita, con un lío de pelo castaño oscuro cayendo sobre sus hombros y con ojos a juego. O que su suéter de pescador y pantalones vaqueros abrazaban su cuerpo en todos los lugares correctos, sin embargo, eso ciertamente no lastimaba.

Mayormente mantenía un ojo en ella porque su cita iba cuesta abajo a toda prisa.

O bien el tipo estirado, con camisa abotonada y pantalones caqui había tomado un par de tragos antes de que entrara en el bar o tenía la tolerancia al alcohol de un estudiante de primer año de secundaria, ya que sólo había tomado un par de tragos de whisky para que empezara a hacer efecto el síndrome de borracho imbécil.

Había un poco de lenguaje corporal pasando entre la pareja y el cuerpo de ella quería alejarse. Los dedos de él empezaron a buscar un lugar blando donde posarse. Ella se desviaba. Y luego se repetía.

El Bar & Grille Jasper tenía tres reglas. No fumar. No tirar jarras de cerveza, incluso a los aficionados de los Jets. Y cuando una mujer dice no, significa no.

Los Patriotas anotaron y las copas se sacudieron en las estanterías mientras un rugido triunfante llenaba el Jasper.

La rubia saltaba arriba y abajo en su taburete, sus pechos probando la capacidad elástica de las tiras de su sostén. Y el imbécil con las manos errantes levantó su vaso vacío para agitarlo en la dirección de Niall.

Hizo su camino hacia la pareja, pero ignoró el vaso.

— No le serviremos más bebidas alcohólicas, pero es bienvenido a tomar un café o un refresco, por la casa.

El rostro tenso del tipo se volvió tan rojo como una etiqueta de Budweiser y Niall suspiró. Iba a ser uno de esos tipos. El Jasper tenía una política de tolerancia cero, mientras el culo del chico se levantaba del taburete, Niall le dio la señal a Paulie y la vio rodar los ojos mientras agarraba el teléfono.

— ¡No estoy borracho y quiero otro maldito whisky escocés!

La mujer puso su mano sobre el brazo del tipo, mientras lo empujaba de nuevo en su asiento.

— Derek, vamos…

— ¿Quién demonios eres para decirme que no puedo tener otro maldito whisky escocés?

El acto del tipo tenso sobrado se diluyó un poco por la intervención.

—Soy el tipo que se reserva el derecho a rechazar prestar el servicio.

—______, dile a este imbécil que me dé otro trago.

Niall negó con la cabeza.

—Estás fuera.

Sucedió rápido. Niall no estaba seguro de si el tipo estaba lanzando un puñetazo o tratando de agarrarlo por la camisa, pero su codo golpeó a su cita y la tiró hacia atrás. No cayó, gracias al tipo sentado al lado de ella, quien estuvo gratamente sorprendido al encontrarse con una morena en los brazos, pero eso distrajo a Niall lo suficiente para permitir que el hombre le lanzara un golpe débil, a su mandíbula.

El tipo tenso, que la mujer había llamado Derek, contuvo el aliento, como si acabara de darse cuenta de lo que había hecho. Niall vio como el instinto del tipo de luchar o huir se hizo presente y no se sorprendió cuando eligió huir. Por desgracia para él, Niall tenía un poco de experiencia pisoteando patanes, tanto si eran ladrones cuando llevaba una insignia o sus cuatro sobrinos ruidosos. Se inclinó sobre la barra, agarró al tipo por la nuca y tiró de él hacia atrás.

Derek estaba luchando como un lucio en un gancho y, cuando el agarre de Niall casi le arranca el cuello al tipo, tiró su brazo izquierdo, duro. La cabeza de Derek giró bruscamente y su nariz explotó en el borde de la barra. Oops.

El tipo gritó como una niña… y la multitud se volvió loca. Jasper no atraía a una multitud ruda de verdad, pero todo el mundo amaba una buena pelea.

“Buena pelea” es relativo, por supuesto. Derek ahuecó las manos en su cara, tratando de restañar la sangre, e hizo un agudo sonido quejumbroso que hizo hacer muecas a unos pocos clientes.

—Cállate o voy a golpear tu culo —le gritó Niall al tipo que, por supuesto, tenía a todo el mundo en el bar cantando. Hazlo… hazlo… hazlo…

—¡Oh Dios mío, su nariz! —La cita de Derek se desenredó de su vecino y cogió un par de servilletas de la barra. Trató de llegar a la nariz de Derek, pero siguió alejándola.

La multitud se calmó cuando un par de agentes de la policía entraron por la puerta principal. El lamento de Derek cambió de tono cuando los vio, de un grito lleno de dolor a un oh mierda de desesperación.

—Hey, Horan —dijo el mayor de los dos policías.

—Hey, Jonesy. ¿A tu viejo le gustaron esos boletos?

—¿Me estás tomando el pelo? ¿Décima fila, línea de cincuenta yardas? Estaba en el cielo. Dijo que te dijera gracias y te desea lo mejor.

—Me alegro —dijo con facilidad, todavía aferrándose al cuello de Derek. Promovía una relación de amistad con la policía local, no sólo porque había estado en el trabajo una vez en la ciudad de Boston, sino porque cualquier buen empresario lo hacía. Especialmente los hombres de negocios que servían alcohol—. Tengo uno vivo aquí.

—¿Qué le pasó?

—Golpeé su rostro en la barra. Ya sabes cómo es.

En la fracción de segundo entre que Niall lo liberaba y Jonesy agarraba sus muñecas, Derek estúpidamente decidió hacer una salida por la puerta.

El novato hizo un movimiento para detenerlo en el mismo momento que ______ lo hizo. Accidentalmente —por lo menos parecía accidental— tropezó con él y el joven policía se cayó sobre su rostro. Jonesy saltó por encima de su compañero e hizo la versión de retiro de una carrera después de Derek.

______ estaba prácticamente hiperventilando.

El novato se puso en pie mientras Jonesy tumbó a su presa en un tacleo de semi- culo que hizo a la multitud hacer un clamor en señal de aprobación. El novato tenía sus esposas preparadas, pero se veía como que el tipo tenso iba a resistir al arresto.

—¿Por qué le estás haciendo esto?

La mirada de Niall giró hacia la mujer, que parecía casi tan molesta como su cita.

—No le he hecho nada, señora. ¿Se le olvidó la parte en la que la golpeó?

—No me golpeó. Me golpeó tratando de golpearte a ti.

Sí, eso estaba mucho mejor.

—¿Y el toqueteo? ¿Cuántas veces ibas a decirle que no?

Ella en realidad le rodó los ojos.

—Lo tenía todo bajo control.

—No, ahora todo está bajo control.

—Mira, no es lo que… olvídalo. Tienes que ayudarlo, sin embargo.

Desde que Derek tenía doscientas libras de policía veterano de rodillas sobre su cabeza, mientras que el novato trataba de asegurar las esposas, no había mucho que Niall pudiera hacer por él, aunque quisiera. Lo cual no quería hacer.

—No es lo que piensas —insistió.

—Te voy a demandar por todo lo que tienes, cabrón —gritó Derek encima del hombro—. Y tú, perra estúpida, ¡estás despedida!

Oops. Niall miró a ______.

—Pensé que era una mala cita.

Ella se subió a un taburete y dejó caer su frente en el bar con un golpe.

—Sólo me costaste mi trabajo.

Sólo varios años de ajuste fino del filtro de su cerebro a la boca detrás de la barra, le impidió señalarle que quizás estaba mejor sin él.

—¿Quieres una cerveza?

***

¿Una cerveza? ¿Rambo el barman aquí pensó que una cerveza iba a arreglar el lío que en que la había metido? ______ Hansen curvó sus manos en puños para no llegar al otro lado de la barra y sacudirlo como un martini.

Así que Derek era un borracho. ¿Qué más era nuevo? No era nada que no pudiera manejar. De hecho, lo manejaba una vez a la semana más o menos desde hacía tres meses.

Después del trabajo, Derek saldría de la oficina y caminaría por la calle para tomar una copa. Llamaría a su secretaria —que sería ella —con una excusa falsa por lo cual tenía que pasar por el bar. Un documento que era necesario firmar. Un fax que se había olvidado de leer pero que era absolutamente necesario antes de irse a casa. Ella aparecería, él trataría de conseguir entrar en sus pantalones, ella lo pondría en un taxi y al día siguiente fingirían que no sucedió.

Quizás no eran las condiciones ideales de trabajo, pero había sufrido peores.

Pero esta vez el bar de siempre de Derek estaba cerrado por renovaciones así que había seguido caminando hasta que llegó a Jasper’s Bar & Grille. Ahora su jefe tenía la nariz rota y no tenía trabajo.

Una cerveza no iba a ayudar.

Levantó la cabeza y apoyó su barbilla en la mano.

—¿Tuviste que llamar a la policía?

—Síp.

—Podías haberlo dejado ir.

Él apoyó las manos en el borde de la barra y la miró a los ojos. Dios, era alto. Y eso no era todo lo que había a su favor. Además de la altura, los ojos azules y los hoyuelos, tenía los hombros anchos, los que tensaban las costuras de una antigua camiseta de los Medias Rojas y el cabello grueso color marrón que tenía ese estilo descuidado de un hombre que no quería molestarse con él. Probablemente estaba a mediados de los treinta años.

—Señora, me dio un puñetazo en el rostro.

—No fue tanto como un golpe —murmuró, ya que no podía negarlo—. Casi lo había llevado a un taxi, pero tenías que ir y hacerlo un gran problema.

—Hey, Niall —llamó un tipo más joven—. ¿Podemos hacer una mimosa?

—Éste es un bar de deportes, no un almuerzo-desayuno de Pascua. —Se volvió hacia ella, sacudiendo la cabeza—. Todo lo que hice fue decirle que no se le podía servir más. No sólo tengo el derecho sino que, cuando un cliente está visiblemente intoxicado, tengo la obligación. Y no soy precisamente un tipo de pon la otra mejilla cuando me dan un puñetazo en la cara.

Niall tenía razón. No era su culpa que su jefe fuera un idiota, así que culparlo era probablemente un poco irracional. Pero la única diferencia entre las veces anteriores y esta vez era él.

—No tenías que romperle la nariz.

—Eso realmente no lo quería hacer. Se resbaló. Más o menos. —La tímida sonrisa con hoyuelos que le dio era tan irresistible que podía sentir relajándose su temperamento.

Estaba a punto de responder cuando él alcanzó un estante alto. Músculos ondulaban debajo de su camiseta y, cuando se estiró por una pila de toallas dobladas, una abertura se hizo entre el dobladillo y la cintura de sus pantalones vaqueros de cintura baja. La tentadora idea de sus abdominales le ponía la boca seca, lo que estaba bien porque había olvidado lo que iba a decir, de todos modos.

Cuando él se movió de detrás de la barra para limpiar la sangre de Derek, hizo una mueca y se acercó a un taburete. No es que estuviera mareada, pero debido a que Niall olía tan bien como se veía. Y mientras más se acercaba a ella, mejor se veía.

Entonces, sin previo aviso, su visión fue bloqueada por una rubia tetona cuyo

vestuario hacía ver a Daisy Duke con un look como de ropa para ir a la iglesia. La mujer le entregó a Niall lo que parecía ser una servilleta de Jasper con lápiz labial en ella. La misma pintura que llevaba la mujer en su boca rellena y fruncida.

—Hola, Niall —dijo la rubia en más o menos el mismo aliento con la voz de baby- doll que Marilyn Monroe había utilizado para desear al presidente Kennedy un cumpleaños muy, muy feliz—. Aquí está mi número. Ya sabes… en caso de que quieras llamarme… o algo.

Él le guiñó un ojo mientras tomaba la servilleta.

—Gracias, muñeca. Podría hacer eso.

______ logró mantenerlo hasta que grandes-tetas-quiero-ser-Barbie había sonreído tontamente por la puerta principal, luego rodó los ojos.

—¿Muñeca? Línea suave, Mickey Spillane.

—Hey, hacer feliz a las damas es bueno para los negocios.

—Sí, y apuesto a que eres el hombre indicado para el trabajo. Debes ir tras ella. Parece tu tipo.

Eso eliminó de su rostro el encanto de chico malo.

—¿Qué te hace pensar que sabes algo acerca de mi tipo?

Ella se encogió de hombros, dejando en claro que le importaba un comino.

—Cuidado, no manches tu servilleta. Y hablando de negocios, ahora tengo que ir a buscar otro trabajo.

—Me siento mal por eso, a pesar de que en realidad no fue mi culpa.

—Voy a superarlo. —Ella se deslizó del taburete y se dirigió hacia la puerta—. Ten una vida agradable. Muñeco.

***

Niall sonrió a la cámara. Entonces, volvió a sonreír. Y una y otra y otra vez.

—Está bien —dijo el fotógrafo mandón—. Ahora, algunos de la novia y sus damas, y luego haremos del novio y sus hermanos.

Con iguales suspiros de alivio, Niall y sus hermanos, Joe y Mike, junto con su cuñado Evan, se apartaron de la manada de mujeres. Habían estado en la cosa de la toma de fotografías durante veinte minutos y, en los primeros días de Octubre o no, hacía calor en un esmoquin.

La recepción de Joe era en algún elegante hotel que se especializaba en banquetes de boda. Por lo que Niall podría decir, que significaba que tenían muchos lugares para tomar fotografías. Frente al jardín. Frente a la cascada de rocas. Bajo la glorieta en frente a la laguna. Sus mejillas estaban empezando a doler.

Mike tiró de su cuello, pero no tanto para que el sargento con la cámara le ladrara.

—Estoy listo para llegar al bar.

Niall asintió, aunque no se puso nervioso porque su madre les estaba dando la mirada de los estoy observando.

—Joe, te lo juro, si no se dan prisa, tus fotografías de la boda van a parecerse más a una sesión de fotografías de Chippendale.

—Si hubiera sabido que los dos iban a gemir como un par de chicas, los habría puesto como damas de honor en lugar de padrinos. Se verían bien en un vestido. Niall resopló.

—No me hagas patearte el culo en tu día de boda.

—Terry se ve bien en su vestido —dijo Evan—. Un poco que te hace querer…

—No —dijeron los tres hermanos de Terry al unísono.

Su cuñado frunció el ceño.

—Odio eso. Nunca puedo compartir las cosas buenas.

Mike se rió.

—Joey y Danny tienen la edad suficiente para estar los dos en una habitación propia. Voy a estar haciendo la cosa buena con Lisa después.

Debe ser agradable. Después de la boda, todos estarían dirigiéndose arriba, a su habitación para hacer la cosa buena. Joe y su espectacular nueva novia, Keri. Mike y Lisa. Evan y Terry.

Él, por el contrario, era soltero en la boda de su propio hermano por lo que la única cosa buena que tenía que hacer después era perder la faja y zapatos de pingüino.

Hacía un par de años desde que el matrimonio de Niall había estallado en una nube de llamas tóxicas, quemando su carrera junto con la relación, y desde entonces su libido había sobrevivido en una dieta constante de conejitas de bar.

Menos satisfactorio, pero también un riesgo mucho menor, como comer una comida de microondas en lugar de preparar una comida de cinco platos. Mucho menos doloroso de desechar si apestaba.

Había pasado por la parte de compañeras dispuestas después del divorcio, cuando compró el bar, pero últimamente había estado haciendo el viaje a su apartamento solo más a menudo que no haciéndolo. El tipo de mujeres dispuestas a pasar una noche con un chico que no conocían sólo porque llenaba sus camisas bien, o al menos eso le habían dicho, y era el dueño del bar por lo que no eran el tipo de mujeres con las que quería desayunar a la mañana siguiente.

Y definitivamente no el tipo de mujer que traerías a la boda de tu hermano.

Por desgracia, los pensamientos de su tipo de mujer lo llevaron a los pensamientos de ______, la bonita morena que había juzgado su tipo y había estado totalmente equivocada. Habían pasado dos días desde que rompió la nariz de su jefe y le molestaba que siguiera pensando en ella. También le molestaba que se hubiera quedado con la impresión de que era una especie de jugador.

Si no fuera tan espinosa —y si supiera su apellido o dónde vivía— probablemente le gustaría una oportunidad para demostrarle que estaba equivocada acerca de su tipo. No estaba seguro de por qué le importaba, pero le molestaba que se hubiera ido con una mala opinión de él. No estaba acostumbrado a eso.

—Casi nos toca a nosotros —dijo Joe, sacándolo de sus pensamientos—. Y entonces, deberíamos ser capaces de entrar. Y hacer más… cosas de chicas para la boda. Lo que sea. Keri es tan feliz que va a estar hecha polvo, pero vale la pena.

—Así como tú —señaló Mike—. Todavía no sé cómo sacaste todo esto adelante.

Joe resopló.

—Se llama un cheque en blanco, amigo mío. Keri quería follaje de otoño y no iba a esperar un año para que fuera mi esposa, así que le dije las palabras mágicas, el dinero no es un problema.

Su hermano no solía hacer una gran cosa por el dinero que ganaba de las enfermas novelas de terror que escribía, pero un cheque en blanco de él era un gran cheque en blanco.

El sargento les gritó.

—Está bien, quiero a los padrinos de boda alineados detrás del novio, a cuatro pulgadas de distancia entre ustedes y ligeramente inclinados lejos de la cámara. Usted, el alto, atrás.

Joder. Niall pasó el brazo alrededor de los hombros de Joe y tiró de él en una llave de cabeza. Joe tiró a la derecha, tratando de escapar, pero se movió a la derecha dentro del coscorrón que lo esperaba de Mike. Evan se echó a reír y añadió orejas de conejo en la parte posterior de la cabeza de Joe.

El fotógrafo casi dejó caer la cámara grande y de lujo, pero las madres de la novia y el novio estaban golpeando el botón del obturador tan rápido como sus números digitales dispararían.

—Condenada Foto de la Boda Horan. —Las damas de honor chillaron y los cuatro chicos de Mike y la hija casi adolescente de Terry se unieron al alboroto.

Todos estaban todavía riendo, un poco sin aliento, y más que un poco sudorosos cuando el planificador de la boda finalmente los separó y los paso al interior.

Afortunadamente, los trajes de etiqueta negra ocultaban las manchas de la hierba, pero al vestido de Stephanie le faltaba un poco de encaje en el dobladillo.

Se suponía que iban a ir a la mesa principal, pero todavía había brindis y bailes formales y más locas fotografías por sobrevivir antes de que la fiesta pudiera empezar y no iba a pasar por todo eso con nada más que una marica copa de champagne. Con una cerveza en mente y una posible compañera de baile pelirroja en su visión periférica, hizo un rápido desvío al bar abierto.

Y se encontró cara a cara con ______.

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