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Infidelidad Joe Jonas y tu TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Infidelidad Joe Jonas y tu TERMINADA
Es Channel.
Y esta enredada en su cuerpo casi desnudo.
Ambos voltean a verme mientras me acerco.
- Channel, déjame en paz, por favor.
- ¿Es ella? ¿Me cambiaste por esa cosa?
- Channel ¿Por qué no te vas?
- ¿La tienes viviendo en tu casa? Que patético eres, no puedo creer que no sepa ella nada de lo que has estado haciendo, ojala y sigas el trato, dejando a esta inútil para empezar.
La ira llena mi cuerpo, sacando a toda la razón.
Mi mano olvida el dolor por unos segundos, mientras se impacta en la mejilla de Channel.
- Joseph ¿Vas a dejar que me golpee? – le pregunta mientras se tapa el lugar donde la golpee.
Joe me abraza obedeciéndola como un jodido robot.
- Dile que se disculpe.
- Déjame Joseph, me estas lastimando – susurro con los últimos intentos de tranquilizarme.
- Prométeme que no vas a golpearla.
- No.
Sus brazos se suavizan dejándome libre.
- Dile que se disculpe.
Joe abre los ojos asustado.
¿Qué ocultan?
- Joseph, es tu última oportunidad.
Se aclara la garganta.
- _____, por favor.
¡Que!
- No, si no se va ella en este mismo instante, me voy yo.
- _____, entra a el cuarto.
- ¿Tanto te importa esa fulana?
- Mira Channel no estoy de humor para soportarte ¿Por qué no te vas?
- Luego hablamos Joe, pero deberías de pensar bien lo del divorcio, ya te dije, mis objeciones y lo que quiero – agarra la bolsa del sillón y sale caminando como la modelo que es.
Estoy tan furiosa, y eso es poco, se puso de su lado, obedeciéndola, es un idiota.
Me molesta tanto su actitud.
Tan solo pensar en cómo se movían sus manos por el cuerpo de Joseph me dan nauseas.
- _____, vuelve a la vida.
Lo observo, detenidamente, ha hecho mucho por mí, le debo la vida.
- No te enojes, por favor.
- ¿Qué te pidió para el divorcio? – alza una ceja y me sonríe.
- Nada, solo busca que su nombre quede limpio, está molesta conmigo, muy molesta, no quiere dinero, bueno, solo la marca de ropa que le compre hace años, pero ya es suya, está muy cooperativa.
Bueno.
- ¿Estas seguro?
- Claro.
- ¿Te esta chantajeando?
- ¡No! – ¡Claro que si!
- ¿Con que?
- No me está haciendo nada ¿Por qué no la dejamos atrás?
- ¡No!
- _____.
- ¿Dónde está Jared?
- Fue al súper.
- Bien.
Camino a toda prisa a nuestra habitación y la cierro con seguro.
Sé que no tardara mucho para abrirla pero me dará tiempo.
Entro al baño y preparo la bañera.
La piel se me eriza, la última vez que estuve en una intente acabar con mi vida.
Que estúpida.
Me desnudo y entro al agua caliente, mi cuerpo de inmediato se relaja.
¿Qué demonios esconde Channel?
Dudo que solo le pida eso y que este reaccionando tan bien.
Tengo que hacer mis investigaciones.
Un sonido fuerte irrumpe mis pensamientos.
El rostro de Joseph se paraliza de horror.
Deja caer las llaves al piso y me observa.
No, no estoy suicidándome.
- No te molestes conmigo, por favor.
Se pone en cuclillas a un lado de la bañera.
- Me molesto que te pusieras de su lado, que intentaras que le pidiera disculpas.
- La golpeaste.
- Se lo merecía.
- Se está portando bien, esta cediendo al divorcio.
- Ese es tu problema, no el mío.
- Ella sigue siendo mi esposa.
- Bueno, que esperas, vete – desvió la mirada.
- Oye – me toma del rostro, acariciándome la mejilla – Yo solo te quiero a ti, estoy ahora contigo, solo necesito terminar bien con ella, confía en mí.
- ¿Cómo puedo confiar en ti? Le fuiste infiel a tu esposa, conmigo y así como te deshaces de Channel te vas a deshacer de mí.
- No, yo quiero estar contigo, esto es real – su mano se instala en la parte de atrás de mi cuello – no sé cómo hacerte entender, he hecho hasta lo imposible por demostrártelo, estoy enamorado de ti.
Respiro profundo.
Todo está bajo control.
- Yo también, yo estoy completa y absolutamente enamorada de ti – su dedo se desliza por mi cuello, haciendo que mi piel se erice.
- ¿Me perdonas? – pega su frente contra la mía.
- Claro.
- Entonces sal de esta jodida bañera, antes era lo mejor, ahora solo me trae malos recuerdos – acurruca mi rostro entre sus enormes manos - ¿De acuerdo? – captura mi boca en un beso lento, desliza su dedo por mi clavícula y lleva su boca hasta mi oído – te espero en la habitación.
Se levanta de golpe y sale sin mirar atrás por la puerta.
¿Vamos a hacer el amor?
Me levanto lentamente para no sufrir otro tipo de golpe, no creo que mi cuerpo aguante uno más, han desaparecido la mayoría de los cardenales quedando como manchas casi invisibles, lo único que me duele es la cicatriz en mi vientre, de dos centímetros, es corta pero es profunda, eso es lo que no me deja olvidarme ni un día de lo que ocurrió para que perdiera a mi bebé.
Me enrollo en una toalla, mientras seco mi rostro con una pequeña.
¿Estoy lista para esto?
Mi cuerpo ruge de deseo.
Claro que lo estoy.
Suelto mi cabello del moño que tenia hecho y cae sobre mis hombros, contrastando con mi piel pálida, me pongo las sandalias y en cuanto me armo de valor, entro a la habitación.
Joseph está buscando algo en un cajón, tengo segundos de ventaja mientras esta distraído, esta sin camisa aun por lo que puedo ver su abdomen perfecto, lo extraño tanto.
Me pilla observándolo y se burla de mí.
- Disfrutando la vista – dice con voz ronca.
- Qué línea tan fabricada – me acerco a él lentamente, hasta que quedo frente a él.
- Que difícil eres – me toma del mentón y besa mi frente.
Me quiere, lo quiero, es lo único que debe importar.
Estiro la mano y la coloco en su abdomen, abriéndola intentando tocar lo mas que puedo, me encuentro con una piel caliente y suave, sus músculos siguen estando de la manera que lo recordaba, estar con el de nuevo es tan reconfortante para mí, es mío de nuevo, pero ahora para siempre, solo mío.
Lo envuelvo con mis manos, haciendo que mi rostro choque contra su pecho, hele tan bien, es tan sexy.
Deslizo las manos por toda su espalda hasta llegar a él bordo de su pijama de seda, introduzco las manos tocando su delicioso y duro trasero.
- Oye.
- Quítatelo – ronroneo contra su pecho.
- Quítamelo.
- Oh, Joe.
Me pongo de puntitas y me cuelgo de su cuello para poder besarlo, en cuanto abre la boca me aprovecho para introducir la lengua dentro de él, sabe tan bien, estoy jodidamente obsesionada con él, sus brazos me aprietan contra su cuerpo, mis pezones están erectos contra su pecho duro, no me di cuenta cuando la toalla estaba en el piso, succiono su lengua húmeda mientras me lleva caminando hacia la cama, se deja caer sobre mi y rápido nos acomodamos hasta las almohadas sin dejarnos de besar, se deshace del pantalón y segundos después pone sus manos a cada lado de mi cabeza.
- Te amo – suspira y vuelve a asaltar mis labios.
Entonces introduce su longitud dentro de mí, en una sola embestida, reprime mi grito entre besos y comienza a moverse, lentamente, se separa de mis labios y baja por mi cuello hasta uno de mis pechos, succionándolo, gimo de nuevo, sus embestidas comienzan a tomar rapidez, me penetra ferozmente, lleno de necesidad, ambos necesitábamos esto.
Enredo mis piernas alrededor de su cintura y de inmediato me penetras más profundo, sus ojos están obscuros, llenos de lujuria y amor, espero, llevo mis manos a su cabello acercándolo a mí de nuevo para besarlo.
- Joseph – sale de mis labios, como una respuesta natural.
Absorbo su labio inferior, mordiéndolo.
Mis entrañas se contraen mientras un orgasmo comienza a construirse, empujo mis caderas contra las suyas, necesito de él, necesito que me lleve al orgasmo ahora mismo.
Empieza a besarme como si su vida dependiera de eso, estamos llegando juntos. Mi garganta tiembla, mientras todo mi cuerpo vibra bajo el, todo se pone duro y por fin, llega, con todo y fuegos artificiales, la vista se nubla y lo último que veo es el rostro de Joseph lleno de placer.
Cuando me despierto, dejo a Joe en la cama desnudo, entro al baño a asearme, termino de bañarme y me seco el cabello, me pongo un vestido fresco de algodón color amarillo pálido con unas cuñas café, me maquillo ligeramente y salgo de la habitación sin despertar a Joseph.
Jared está en la cocina, huele fantástico, está cocinando lomo a la naranja, mi comida favorita.
- Qué guapa, ni parece que acabas de tener el mejor sexo de tu vida, par de ruidosos.
No puedo retener la carcajada.
Ruidosos.
Qué vergüenza.
- Anda, ve y despierta al fornicador numero uno.
- Ya quisieras fornicar como el – le digo mientras camino a mi habitación.
- Ya quisiera fornicar con él.
- Tonto – entro a la habitación y Joseph sigue dormido, ha sido un día duro para ambos.
Camino hasta llegar a la cama, sin hacer ruido, me subo y me acomodo sobre él.
- Joseph – me inclino hasta topar nuestras narices y lo beso rápido – despierta guapo.
- Cinco minutos más – me dice mientras me toma de la cintura.
- No.
Tomo la almohada al lado y cuando la levanto encuentro algo.
Un jodido paquete de condón.
Vacio.
Estúpido.
¿Cómo se atrevió?
- ¡Eres un idiota! – me bajo de su regazo.
- ¿Por no levantarme? – mis ojos comienzan a picar obligándome a llorar.
- ¿Por qué utilizaste condón? – me levanto de la cama y le lanzo lo primero que encuentro en el tocador. Un cepillo.
- _____, ya habíamos hablado de esto – me dice tranquilo después de que lo golpeara con el cepillo en la cabeza.
- Claro que no, estoy a favor de la vida, no puedes hacerme esto – limpio mis ojos y le aviento un desodorante, que alcanza a cachar.
- Oye, ya basta de aventarme cosas, deja de llorar, te ves preciosa, yo estoy a favor de la vida también, pero imagínate que un niño llegue en estas condiciones, solo piénsalo.
- Todo se va a solucionar, eso no es excusa ¿Quieres tener hijos conmigo?
- Claro que quiero, por Dios, tienes que entenderlo.
- ¿Y si no puedo volver a embarazarme? No voy a tener sexo con protección.
- No voy a tener sexo sin protección.
- Joseph.
- _____, el médico dijo que tu cuerpo ya está libre de químicos, lleva años así, no eres tan fértil pero el porcentaje es normal, yo soy un hombre muy fértil, podemos intentarlo cuando sea, pero no ahora, quiero casarme contigo.
Me quedo congelada.
¿Cómo sabe eso?
¿Cuándo lo pregunto?
¿Es verdad?
Hay una revolución en mi cabeza.
Tengo más posibilidades de ser Mamá.
Agreguenme a facebook para contestarles cuando me tardo un poco en subir, es que tengo cositas en algunos días.
https://www.facebook.com/payolaah
Y esta enredada en su cuerpo casi desnudo.
Ambos voltean a verme mientras me acerco.
- Channel, déjame en paz, por favor.
- ¿Es ella? ¿Me cambiaste por esa cosa?
- Channel ¿Por qué no te vas?
- ¿La tienes viviendo en tu casa? Que patético eres, no puedo creer que no sepa ella nada de lo que has estado haciendo, ojala y sigas el trato, dejando a esta inútil para empezar.
La ira llena mi cuerpo, sacando a toda la razón.
Mi mano olvida el dolor por unos segundos, mientras se impacta en la mejilla de Channel.
- Joseph ¿Vas a dejar que me golpee? – le pregunta mientras se tapa el lugar donde la golpee.
Joe me abraza obedeciéndola como un jodido robot.
- Dile que se disculpe.
- Déjame Joseph, me estas lastimando – susurro con los últimos intentos de tranquilizarme.
- Prométeme que no vas a golpearla.
- No.
Sus brazos se suavizan dejándome libre.
- Dile que se disculpe.
Joe abre los ojos asustado.
¿Qué ocultan?
- Joseph, es tu última oportunidad.
Se aclara la garganta.
- _____, por favor.
¡Que!
- No, si no se va ella en este mismo instante, me voy yo.
- _____, entra a el cuarto.
- ¿Tanto te importa esa fulana?
- Mira Channel no estoy de humor para soportarte ¿Por qué no te vas?
- Luego hablamos Joe, pero deberías de pensar bien lo del divorcio, ya te dije, mis objeciones y lo que quiero – agarra la bolsa del sillón y sale caminando como la modelo que es.
Estoy tan furiosa, y eso es poco, se puso de su lado, obedeciéndola, es un idiota.
Me molesta tanto su actitud.
Tan solo pensar en cómo se movían sus manos por el cuerpo de Joseph me dan nauseas.
- _____, vuelve a la vida.
Lo observo, detenidamente, ha hecho mucho por mí, le debo la vida.
- No te enojes, por favor.
- ¿Qué te pidió para el divorcio? – alza una ceja y me sonríe.
- Nada, solo busca que su nombre quede limpio, está molesta conmigo, muy molesta, no quiere dinero, bueno, solo la marca de ropa que le compre hace años, pero ya es suya, está muy cooperativa.
Bueno.
- ¿Estas seguro?
- Claro.
- ¿Te esta chantajeando?
- ¡No! – ¡Claro que si!
- ¿Con que?
- No me está haciendo nada ¿Por qué no la dejamos atrás?
- ¡No!
- _____.
- ¿Dónde está Jared?
- Fue al súper.
- Bien.
Camino a toda prisa a nuestra habitación y la cierro con seguro.
Sé que no tardara mucho para abrirla pero me dará tiempo.
Entro al baño y preparo la bañera.
La piel se me eriza, la última vez que estuve en una intente acabar con mi vida.
Que estúpida.
Me desnudo y entro al agua caliente, mi cuerpo de inmediato se relaja.
¿Qué demonios esconde Channel?
Dudo que solo le pida eso y que este reaccionando tan bien.
Tengo que hacer mis investigaciones.
Un sonido fuerte irrumpe mis pensamientos.
El rostro de Joseph se paraliza de horror.
Deja caer las llaves al piso y me observa.
No, no estoy suicidándome.
- No te molestes conmigo, por favor.
Se pone en cuclillas a un lado de la bañera.
- Me molesto que te pusieras de su lado, que intentaras que le pidiera disculpas.
- La golpeaste.
- Se lo merecía.
- Se está portando bien, esta cediendo al divorcio.
- Ese es tu problema, no el mío.
- Ella sigue siendo mi esposa.
- Bueno, que esperas, vete – desvió la mirada.
- Oye – me toma del rostro, acariciándome la mejilla – Yo solo te quiero a ti, estoy ahora contigo, solo necesito terminar bien con ella, confía en mí.
- ¿Cómo puedo confiar en ti? Le fuiste infiel a tu esposa, conmigo y así como te deshaces de Channel te vas a deshacer de mí.
- No, yo quiero estar contigo, esto es real – su mano se instala en la parte de atrás de mi cuello – no sé cómo hacerte entender, he hecho hasta lo imposible por demostrártelo, estoy enamorado de ti.
Respiro profundo.
Todo está bajo control.
- Yo también, yo estoy completa y absolutamente enamorada de ti – su dedo se desliza por mi cuello, haciendo que mi piel se erice.
- ¿Me perdonas? – pega su frente contra la mía.
- Claro.
- Entonces sal de esta jodida bañera, antes era lo mejor, ahora solo me trae malos recuerdos – acurruca mi rostro entre sus enormes manos - ¿De acuerdo? – captura mi boca en un beso lento, desliza su dedo por mi clavícula y lleva su boca hasta mi oído – te espero en la habitación.
Se levanta de golpe y sale sin mirar atrás por la puerta.
¿Vamos a hacer el amor?
Me levanto lentamente para no sufrir otro tipo de golpe, no creo que mi cuerpo aguante uno más, han desaparecido la mayoría de los cardenales quedando como manchas casi invisibles, lo único que me duele es la cicatriz en mi vientre, de dos centímetros, es corta pero es profunda, eso es lo que no me deja olvidarme ni un día de lo que ocurrió para que perdiera a mi bebé.
Me enrollo en una toalla, mientras seco mi rostro con una pequeña.
¿Estoy lista para esto?
Mi cuerpo ruge de deseo.
Claro que lo estoy.
Suelto mi cabello del moño que tenia hecho y cae sobre mis hombros, contrastando con mi piel pálida, me pongo las sandalias y en cuanto me armo de valor, entro a la habitación.
Joseph está buscando algo en un cajón, tengo segundos de ventaja mientras esta distraído, esta sin camisa aun por lo que puedo ver su abdomen perfecto, lo extraño tanto.
Me pilla observándolo y se burla de mí.
- Disfrutando la vista – dice con voz ronca.
- Qué línea tan fabricada – me acerco a él lentamente, hasta que quedo frente a él.
- Que difícil eres – me toma del mentón y besa mi frente.
Me quiere, lo quiero, es lo único que debe importar.
Estiro la mano y la coloco en su abdomen, abriéndola intentando tocar lo mas que puedo, me encuentro con una piel caliente y suave, sus músculos siguen estando de la manera que lo recordaba, estar con el de nuevo es tan reconfortante para mí, es mío de nuevo, pero ahora para siempre, solo mío.
Lo envuelvo con mis manos, haciendo que mi rostro choque contra su pecho, hele tan bien, es tan sexy.
Deslizo las manos por toda su espalda hasta llegar a él bordo de su pijama de seda, introduzco las manos tocando su delicioso y duro trasero.
- Oye.
- Quítatelo – ronroneo contra su pecho.
- Quítamelo.
- Oh, Joe.
Me pongo de puntitas y me cuelgo de su cuello para poder besarlo, en cuanto abre la boca me aprovecho para introducir la lengua dentro de él, sabe tan bien, estoy jodidamente obsesionada con él, sus brazos me aprietan contra su cuerpo, mis pezones están erectos contra su pecho duro, no me di cuenta cuando la toalla estaba en el piso, succiono su lengua húmeda mientras me lleva caminando hacia la cama, se deja caer sobre mi y rápido nos acomodamos hasta las almohadas sin dejarnos de besar, se deshace del pantalón y segundos después pone sus manos a cada lado de mi cabeza.
- Te amo – suspira y vuelve a asaltar mis labios.
Entonces introduce su longitud dentro de mí, en una sola embestida, reprime mi grito entre besos y comienza a moverse, lentamente, se separa de mis labios y baja por mi cuello hasta uno de mis pechos, succionándolo, gimo de nuevo, sus embestidas comienzan a tomar rapidez, me penetra ferozmente, lleno de necesidad, ambos necesitábamos esto.
Enredo mis piernas alrededor de su cintura y de inmediato me penetras más profundo, sus ojos están obscuros, llenos de lujuria y amor, espero, llevo mis manos a su cabello acercándolo a mí de nuevo para besarlo.
- Joseph – sale de mis labios, como una respuesta natural.
Absorbo su labio inferior, mordiéndolo.
Mis entrañas se contraen mientras un orgasmo comienza a construirse, empujo mis caderas contra las suyas, necesito de él, necesito que me lleve al orgasmo ahora mismo.
Empieza a besarme como si su vida dependiera de eso, estamos llegando juntos. Mi garganta tiembla, mientras todo mi cuerpo vibra bajo el, todo se pone duro y por fin, llega, con todo y fuegos artificiales, la vista se nubla y lo último que veo es el rostro de Joseph lleno de placer.
Cuando me despierto, dejo a Joe en la cama desnudo, entro al baño a asearme, termino de bañarme y me seco el cabello, me pongo un vestido fresco de algodón color amarillo pálido con unas cuñas café, me maquillo ligeramente y salgo de la habitación sin despertar a Joseph.
Jared está en la cocina, huele fantástico, está cocinando lomo a la naranja, mi comida favorita.
- Qué guapa, ni parece que acabas de tener el mejor sexo de tu vida, par de ruidosos.
No puedo retener la carcajada.
Ruidosos.
Qué vergüenza.
- Anda, ve y despierta al fornicador numero uno.
- Ya quisieras fornicar como el – le digo mientras camino a mi habitación.
- Ya quisiera fornicar con él.
- Tonto – entro a la habitación y Joseph sigue dormido, ha sido un día duro para ambos.
Camino hasta llegar a la cama, sin hacer ruido, me subo y me acomodo sobre él.
- Joseph – me inclino hasta topar nuestras narices y lo beso rápido – despierta guapo.
- Cinco minutos más – me dice mientras me toma de la cintura.
- No.
Tomo la almohada al lado y cuando la levanto encuentro algo.
Un jodido paquete de condón.
Vacio.
Estúpido.
¿Cómo se atrevió?
- ¡Eres un idiota! – me bajo de su regazo.
- ¿Por no levantarme? – mis ojos comienzan a picar obligándome a llorar.
- ¿Por qué utilizaste condón? – me levanto de la cama y le lanzo lo primero que encuentro en el tocador. Un cepillo.
- _____, ya habíamos hablado de esto – me dice tranquilo después de que lo golpeara con el cepillo en la cabeza.
- Claro que no, estoy a favor de la vida, no puedes hacerme esto – limpio mis ojos y le aviento un desodorante, que alcanza a cachar.
- Oye, ya basta de aventarme cosas, deja de llorar, te ves preciosa, yo estoy a favor de la vida también, pero imagínate que un niño llegue en estas condiciones, solo piénsalo.
- Todo se va a solucionar, eso no es excusa ¿Quieres tener hijos conmigo?
- Claro que quiero, por Dios, tienes que entenderlo.
- ¿Y si no puedo volver a embarazarme? No voy a tener sexo con protección.
- No voy a tener sexo sin protección.
- Joseph.
- _____, el médico dijo que tu cuerpo ya está libre de químicos, lleva años así, no eres tan fértil pero el porcentaje es normal, yo soy un hombre muy fértil, podemos intentarlo cuando sea, pero no ahora, quiero casarme contigo.
Me quedo congelada.
¿Cómo sabe eso?
¿Cuándo lo pregunto?
¿Es verdad?
Hay una revolución en mi cabeza.
Tengo más posibilidades de ser Mamá.
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PaolaGarbowsky
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