Our time together} h.s

Estaba guardando las últimas cosas que me quedaban sobre mi cama, un día anterior había hecho una selección de las cosas que llevaría a Sheffield, no fue nada fácil elegir pero había logrado meter todo en dos maletas, casi como una misión imposible. La última cosa que metí a la maleta fue aquel beanie color azul oscuro, que aun tenia ese aroma que traían miles de recuerdos a mi mente. Su perfume seguía intacto, y cada vez que lo olía, me hacia viajar en el tiempo donde nada malo podría pasar.

Ese beanie era una de las cosas que cuidaba más que ninguna otra. No lo usaba desde hacia más de tres años pero sentía que de alguna u otra forma debía estar conmigo siempre.

Mi celular vibro sobre la mesa de noche, y al segundo la pantalla se ilumino, dejándome ver una antigua foto de mi amigo, Louis.

《Llegó el gran día, más te vale que me avises cuando ya estés aquí》

Juro que podía imaginar a Louis señalándome con su dedo acusadoramente. Sonreí, era el único con el que había seguido en contacto, le respondí y me tire en la cama una vez que baje mis maletas.

Tenia tanto que pensar pero no sabia por donde empezar.

Tenia la cabeza hecha un lió y en lugar de sentirme feliz porque volvería a Sheffield y vería a mi familia, mis amigos, a todos eso que extrañaba en cambio me sentía asustada por reencontrarme con él, como la última vez que lo vi caminando por el centro comercial de Nueva Jersey y salí corriendo como toda un fugitiva que escapaba de su realidad. No quería hacer eso de nuevo pero aun me sentía cobarde como para enfrentarlo ¿y si su amor se había convertido en odio?, yo no podría resistirlo. Todavía lo amaba.

Lo amaba, aun sabiendo que ya no era mío y que yo ya no le pertenecía. Lo amaba a pesar de la distancia, a pesar de los años que pasaron. Lo amaba, incluso, teniendo un novio como lo era Dylan.

La puerta se abrió lentamente, dejándome ver a mi amiga Marie, ella se adentro y se sentó a mi lado pero no dijo palabra alguna.

—No me gustan las despedidas. —Fue lo único que dije y ella rió.

—Lo sé. Solo vine a avisarte que mi hermano te espera.

Marie era igual a su hermano Dylan, ambos altos, rubios, ojos color avellana, sonrisa encantadora y una personalidad realmente pura, parecían incluso gemelos si no fuera porque Marie era mayor por dos años y unos centímetros más baja.

Me levante y ella me imito, sin decir palabra la abrace, en ese tiempo ella había sido la única persona que sabia como de verdad me sentía, lo que pasaba por mi cabeza y mi corazón a pesar de que ella era la hermana de mi novio, nunca me había juzgado y de verdad que se lo agradecía.

—Puedes llamarme sea la hora que sea. —Me dijo contra el oído y agrego: —Se honesta con respecto a Harry y tus sentimientos hacia él, luego veras que hacer con Dylan, no te preocupes demasiado por él, Charlize.

Me dio una apretón más para luego apartarse e irse. Me tome cinco minutos para respirar profundamente, tomar las dos maletas y salir de ahí.

Dylan me esperaba sentado en el sillón junto a mi padre, al verme se acerco a mi, dejo un corto beso en mis labios y me ayudo con las maletas mientras que mi padre solo me observaba con tristeza la escena.

—Oh no. No vayas a llorar o algo de eso porque si no prefiero que me lleve Dylan. —le digo con un tono de gracia, él me sonrió a duras penas pero no dijo nada.

Era hora, tome la mano de Dylan y lo conduje hasta mi habitación en busca de privacidad. Al llegar lo único que hizo fue mirarme a los ojos haciendo que me sienta culpable por no sentir lo mismo que él, por no corresponder su amor.

Me sentía la peor persona del mundo.

Acerque mis labios hasta los de él y lo bese, no soportaba que me viera a los ojos. Dylan subió sus manos hasta mi cuello y las dejo allí mientras que las mías estaba alrededor de su cintura sin hacer nada, inmóviles, sin saber que debía hacer exactamente. Me separe delicadamente de él, sus ojos se mantenían cerrados aun y en sus labios había una pequeña sonrisa, eso me hizo sentir peor. El parecía sentir lo mejor del mundo cada vez que me besaba pero yo lo único que sentía era ese sentimiento de culpabilidad que me carcomía cada noche, cada día.

—Te echaré de menos. —susurró una vez que abrió sus ojos.

—Y yo a ti —digo lo más honesta posible, y era verdad me agradaba estar con él y lo echaría de menos.  —Pero podemos hablar por Skype cuando quieras.

—Todos los días, a todas horas. —me dijo y reí, Dylan beso mi frente y me abrazo con fuerza, realmente lo iba a extrañar.

—Bueno ya, que no me voy para siempre.

Ser lo más positiva que puedo con él y conmigo misma era como una misión imposible. Me da un último beso y lo abrazo fuerte, seguía con ese sentimiento de miedo dentro de mí como si no sabría que me esperaba allí.

(...)

—Te llamare en cuanto llegue pero prométeme que no llamaras a mamá,  quiero darle la sorpresa —le digo a mi padre y el asiente, toma mis manos y las acaricia con delicadeza, por un momento quise preguntarle porque me había abandonado pero siempre que lo hacia empezaba a divagar diciendo que era complicado y terminábamos discutiendo, y no quería irme enojada con el así que solo me quede callada mirándolo a sus ojos color café.

—Esta bien. —la voz de una chica resonó por todo el aeropuerto anunciando que era hora de irme. Te extrañare mucho.

—También lo haré, pero ya veras que en un abrir y cerrar de ojos estaré de vuelta aquí —dije mientras lo abrazaba,  mi padre beso mi frente y me soltó.

—Solo vete ya ¿si?

Spoiler: