Hush, hush (final alternativo)

OneShot - Final alternativo de la saga 'Hush, hush' de Becca Fitzpatric.
Advertencia: Smut.

Antes que nada quiero decirles que es la primera vez que escribo algo. Amo leer, pero definitivamente no me gusta escribir, tengo poca imaginación. Esta vez fue un caso especial.
Leí la saga completa 'Hush, hush' de Becca Fitzpatrick y me encantó, pero la verdad es que el final me decepcionó un poco. Esperaba algo diferente.
Es por eso que decidí hacerle un final alternativo yo misma.

Recordemos que en el capítulo 41, el último del 4º libro (Finale), Patch regresa del infierno, se encuentra con Nora y se prometen amor eterno mediante un pacto de sangre. Al mezclarse sus sangres, Patch comienza a sentir todas las sensaciones físicas que antes no poseía.
He aquí el texto original:

*
Empujó el anillo en mi dedo.
Patch se sacudió inesperadamente, como si un voltaje muy fuerte
hubiera recorrido su cuerpo.
—Mi mano —dijo en voz baja—. Mi mano está…
Sus ojos se encontraron con los míos.
Una confusión que se cocía a fuego lento llenando su expresión.
—Mi mano está hormigueando donde mezclaste tu sangre.
—Lo sientes —dije demasiado asustada como para pensar que fuera
verdad. El miedo elevaba mis esperanzas. Estaba aterrorizada de que el
truco se despareciera, y su cuerpo una vez más excluyera el mío.
Pero no. Este era el regalo que Basso me había dado.
Patch, un ángel caído, podía sentir. Todos mis besos, todas mis
caricias. Mi calor, la profundidad de mi respuesta hacia él.
Hizo un sonido que estaba atrapado en medio de una risa y un
gruñido. El asombro iluminó sus ojos.
—Te siento.
Sus manos recorrieron mis brazos, explorando apresuradamente mi
piel, capturó mi rostro. Me besó, duro. Se estremeció con placer.
Patch me tomó en sus brazos, y grité de alegría.
—Salgamos de aquí —murmuró, con el deseo ardiendo en sus ojos.
Envolví mis brazos alrededor de su cuello y situé mi cabeza en la
curva de su hombro. Su cuerpo era una garantía sólida, un contrapunto
cálido. Y ahora él también podía sentirme. Un rubor de anticipación
quemaba bajo mi piel.
Eso era todo. Juntos. Por siempre. Mientras dejábamos todo atrás, el
sol calentaba mi espalda, e iluminaba el camino delante de nosotros.
No conocía un mejor presagio.
*

Luego de este capítulo, hay un epílogo y una 'Carta perdida de Patch a Nora'. Personalmente creo que el epílogo no aportó nada significante a la saga.
Entonces, según mi final alternativo, luego del capítulo 41 sigue el que voy a escribir yo. Espero que les guste.


P/D: No sé si está bien que publique esto aquí, es la primera vez que utilizo el foro. Si tendría que haber publicado en otro lugar, pido disculpas a los moderadores, sólo cámbienlo de lugar. Gracias.

Llegamos a su casa. Estaba muy nerviosa, pero no incómoda. No podía estar incómoda con Patch, menos sabiendo que ahora él me sentía también.
Abrió la puerta y entré. Estaba todo oscuro, así que busqué el interruptor para encender la luz, pero Patch rápidamente me detuvo, poniendo su mano sobre la mía. Estaba parado detrás mío. Con su otra mano me tomó de la cintura y me acercó a él. Sentí su aliento caliente en mi cuello y un escalorfrío recorrió todo mi cuerpo, haciendo erizar los vellos de mis brazos.

Soltó mi mano sin despegarse de mí y cerró la puerta de un empujón. Volvió a hundir su cara en mi cuello, rozándomelo con la punta de su nariz. Empecé a sentir un calor que me invadía cada vez más.

-Hueles bien, Ángel.

Sonreí a medias, mi mente no podía concentrarse en sus palabras, estaba yéndome a otro mundo.

Se separó de mí, me giró y me apoyó contra la pared en un suave pero firme movimiento. Posó sus brazos a cada lado de mi cara, y me miró a los ojos. Se acercó lentamente y me dio un beso tierno, pero lleno de ganas. Tomó mi labio inferior entre los suyos y tiró de ellos suavemente. Sentí que el calor iba descendiendo por mi vientre hasta mis partes bajas. Tomé a Patch del cuello con una mano, enredando mis dedos en su pelo. Él dejó de besarme y se separó un poco de mí.

-¿Qué pasa? -le pregunté. Una tenue luz se filtraba por las rendijas de una de las ventanas, por lo que pude dilucidar la silueta de su rostro. Sentía mis mejillas ardiendo y no pude aguantar mucho tiempo su mirada, así que bajé la mía un poco y comencé a juguetear con el cuello de su camisa.

-Todo esto es muy raro para mí... -dijo en un susurro.

Volví a mirarlo. Sus ojos brillaban, lo podía notar aun en la oscuridad de la casa.

-Sentir tu amor es lo mejor que me ha pasado en la vida, Ángel, pero poder sentir tu piel, tus besos, y lo que me transmites con ello, es increíble.

Me sonrojé aun más, si es que eso era posible.

-Algo bueno me merecía después de todo –reí.

Me miró divertido primero, y luego frunció levemente el entrecejo.

-¿Acaso no valió la pena todo lo que pasamos? Ahora estamos juntos, Ángel, y nada puede ya separarnos.

-Cada segundo valió la pena -le contesté.-Todo ese sufrimiento y el constante temor de perderte hizo que tome real consciencia de las cosas, hizo que ahora sea la chica más feliz del universo, sabiendo que te tengo aquí, sólo para mí.

-Pero qué niña egocéntrica… “sólo para mí”.

-Idiota -reí.

Rió conmigo y apoyó su frente en la mía. Miré sus profundos ojos y me puse nerviosa nuevamente. Alzó su mano y corrió un mechón de pelo que tenía en mi cara, y lo enganchó tras mi oreja.

-Eres lo más hermoso que vi en toda mi vida -me dijo en un susurro- Y esos son muchos años.

No le contesté nada, simplemente no me salían las palabras. Quería decirle que él era lo más hermoso en la mía, no importaba si eran apenas unos años, pero era y seguiría siendo lo mejor para mí por el resto de la eternidad. Me acerqué un poco y besé sus labios, era la única forma que sentía que podía “decirle” algo. Abrí un poco la boca, pero él me devolvió el beso tiernamente y se apartó otra vez.

Lo miré intrigada. ¿Me estaba rechazando?

-Ángel, deberías ser más cuidadosa con tus besos, ahora te siento físicamente y es demasiado para mí. No podré quedarme tranquilo mucho tiempo.

-Pues eso espero.

Se sonrió, entre divertido y sorprendido. Fijó su mirada en la pared al lado mío y quedó callado. ¿Qué pensaba? Quería saber qué pasaba por su cabeza. ¿Acaso él no quería también?

Al cabo de un segundo me miró nuevamente a los ojos, con un gesto en el que no pude adivinar sus pensamientos.

-Yo te amo, ¿sabes? Te amo con todo mi ser, eres la única para mí. Y lo serás por siempre -habló en mis pensamientos-. Voy a esperarte el tiempo que sea necesario hasta que estés lista, quiero que te sientas segura y no me importa cuánto tiempo lleve eso.

-Patch… ¿acaso no lo ves? Estoy aquí, para ti, por ti. No necesito nada. Te amo y quiero estar contigo hoy, mañana, y toda la vida.

Noté lujuria asomándose en sus ojos.

-Bésame, Patch.

-Áng…

No terminó la palabra. Tomé su cara con mis dos manos, y lo besé, tomé sus labios entre los míos, e introduje lentamente mi lengua en su boca. Patch ahogó un suspiro y me mordió el labio inferior lo suficientemente fuerte para descargar una ola de electricidad por todo mi cuerpo. Metió su lengua dentro de mi boca, recorriéndola entera con ella, primero lentamente, luego de una manera casi desesperada. Diablos, ¡qué bien besaba!

Tomó mi cintura con sus dos manos y me acercó a él. Sentí su creciente erección contra mi cuerpo y eso me excitó aun más. Con una mano lo tomé por el cuello mientras seguía besándolo, y con la otra recorrí el costado de su cuerpo, subiendo su camisa, desde sus caderas hasta sus hombros, sintiendo su suave piel bajo ellas. Me apretó aun más a él, y yo tiré de su pelo un poco hacia atrás, dejando libre su cuello para poder llenarlo de besos. Patch se retorció un poco al sentir mi boca dando pequeños mordiscos y succiones a lo largo de su cuello y clavícula.

Se separó un poco de mí y me miró con deseo. Estaba jadeando, y yo no me quedaba atrás.

-Hazme tuya -le dije en sus pensamientos.

Volvió a besarme, esta vez con una energía increíble. Tomó con ambas manos mi cintura y me alzó. Abracé sus caderas con mis piernas, apretándolo contra mí.
Patch se dio vuelta y comenzó a caminar, sin bajarme y sin dejar de besarme.
Entramos a su pieza, se paró a un costado de su cama y lentamente se agachó hasta dejarme acostada sobre ella. Apoyó sus manos a los costados de mi cabeza y me sonrió, lleno de deseo. Le sonreí también y lo atraje hacia mí tomándolo de su cara. Puso sus rodillas a los costados de mi cuerpo y se irguió sobre mí. Tomé los bordes de su camisa y la deslicé hacia arriba. Patch terminó de sacársela, arrojándola hacia un lado. Se acercó nuevamente a mí y volvió a besarme, jugando con su lengua dentro de mi boca. Con una de sus manos se sostenía sobre mí, y con la otra comenzó a acariciarme bajo de mi camisa. Subió su mano hasta uno de mis pechos, y me lo apretó suavemente, por encima del sostén. Solté un gemido.

Se irguió nuevamente y comenzó a subirme la camisa. Me incorporé un poco y terminé de sacármela. Patch se sentó encima mío, acariciándome la espalda, y con su boca atrapó el lóbulo de mi oreja. Sentía su aliento húmedo sobre mi piel, los dos estábamos en estado de ebullición. Comenzó a besarme el cuello y a hacer pequeñas succiones a lo largo de él, mientras con sus manos me quitaba el sostén. Cuando lo hubo retirado, me recosté nuevamente en la cama. Él abrió los ojos como platos, contemplando mis modestos pero firmes pechos. Había fuego en su mirada.

Se acercó a mí una vez más, besándome entera, en la boca, en el cuello, alternando mordiscos y succiones, recorriendo mi piel con su lengua. Bajó un poco más, tomó mis pechos entre sus manos, y chupó mis pezones. No pude contener mis gemidos. Se apoyó en la cama con sus brazos, y con una de sus p¡ernas abrió las mías. Se dejó caer encima de mí, y comenzó a refregarse contra mí. Aunque todavía estábamos vestidos de la cintura para abajo, pude notar su hombría endurecida contra mi cuerpo.

Acaricié sus pezones y bajé lentamente las manos, recorriendo su pecho, hasta llegar al borde de su pantalón. Desabroché el botón y bajé su cierre. Introduje mis manos por la parte de su espalda y tiré hacia abajo. Patch se levantó un poco, se deshizo de sus zapatillas y luego de su pantalón. Me quitó mis zapatillas, se abalanzó sobre mí, y mientras me desprendía el pantalón, jugaba con su lengua en mi ombligo.

Se irguió un poco, levanté las caderas y me quitó el jean. Recorrió suavemente mis piernas con sus manos, y luego presionó con sus uñas mi muslo. Gemí.

Me quitó mi ropa interior y la arrojó a un costado. Se quitó su bóxer, mirándome fijamente a los ojos. No pude evitar mirar su miembro. ¿Todo eso iba a meterme? Un escalorfrío me recorrió por todo el cuerpo.

Se abalanzó sobre mí y comenzó a refregarse otra vez, con su miembro sobre mi clítoris. Me besaba, recorría mi cuerpo con su lengua, chupaba mis pechos. Yo acariciaba toda su espalda, sus hombros, sus brazos. Besaba su cuello, aspiraba su perfume. Patch formó con su boca una hilera de besos húmedos a lo largo de mi pecho, descendiendo. Jugó con su lengua en mi ombligo, y siguió descendiendo.

-Espera. ¿Qué haces?

Él seguía bajando.

-¡Patch!

-Relájate, Ángel.

Bajó hasta mi clítoris y lo apretó un poco con la punta de su lengua. Gemí, demasiado fuerte. ¿Qué estaba haciendo conmigo? Me estaba volviendo loca. Como siempre.

Subía y bajaba con su lengua, recorriendo toda mi vulva. Luego la introdujo dentro de mí.

-Oh, Patch.

Enredé mis manos en su pelo, y un reflejo inconsciente hizo que levantara un poco las caderas. Succionó mi clítoris una vez más y se levantó. Abrió un cajón de la mesita de luz, y de ella sacó un pequeño sobre plateado. Lo abrió cuidadosamente, y se puso el preservativo. Me miró fijamente y me mordí el labio inferior. Se subió encima mío nuevamente, sin apartar sus ojos de los míos.

-Te amo -me habló en mis pensamientos, al tiempo que introducía su pene dentro de mí. Solté un largo gemido, sintiendo una mezcla entre un leve dolor y mucho placer.

Patch me besaba, gemía bajito sobre mi boca y gruñía, al tiempo que se deslizaba dentro y fuera de mí, al principio lenta y luego rápidamente.

Yo no podía contener mis emociones, gemía y soltaba largos suspiros al oído de Patch. Un placer indescriptible inundaba todo mi ser. De pronto comencé a sentir mi cuerpo más liviano, y pequeños espasmos me recorrían entera. Miré a Patch. ¿Qué me estaba pasando? ¿No se daba cuenta? ¿No lo sentía?

-Patch.

Él esbozó una media sonrisa, pero no paró en ningún momento. Al contrario, aceleró el ritmo un poco más.

-¡Pat…!

No sé cómo explicar lo que sucedió. Una electricidad recorrió todo mi cuerpo, haciéndome retorcer entera bajo del cuerpo de Patch. Sentía que estaba en otro mundo. Una ola de placer inundó todos mis sentidos.

Patch me embistió dos veces más y soltó una mezcla entre suspiro y gemido. Luego se dejó caer sobre mí, con su cabeza hundida en mi cuello.


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Me desperté y vi que estaba tapada con una sábana, con Patch a mi lado abrazándome y mirándome dulcemente.

-Hola -le sonreí.

-Hola, Ángel -me sonrió.

-¿Qué hora es? ¿Dormí mucho tiempo?

-Eso no importa ahora –me dijo.–Te ves especialmente angelical cuando duermes.

-No sé si eso es bueno o qué.

Reímos los dos. Lo miré largamente a los ojos.

-Quiero despertar así por el resto de mi vida, Patch.

-Y así será, amor mío.

Acarició suavemente mi mejilla, y luego deslizó sus dedos sobre mi cuello. El calor me inundó otra vez. Recorrí con mi mano su pecho, hasta tomar con ella su miembro, que se puso duro al instante.

Esta será una buena vida, lo puedo asegurar.

Fin.


¡Espero que les haya gustado! Comenten qué les pareció, en una de esas me convencen de escribir algo más (?) jajaja. ¡No sean lectores fantasmas! Gracias a todos. :(L):

este final siempre lo espere, pero cuando no lo vi en el cuarto libro me puse triste :(, pero entonces llegas tu y publicas el mejor final alternativo de la historia y me vuelves muy feliz :P:P:P:P:P:P:P deberías dedicarte a escribir, escribes muy bonito ;)

Gracias a todos :(L):por leerme, por sus hermosos comentarios y también por compartir en Twitter :')