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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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If I Stay. |Harry Styles|
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: If I Stay. |Harry Styles|
Hola, hola No he estado un tiempo por aquí, pero bueno, sólo quiero decir que el capítulo está terminado...Nuevamente, son 10 páginas de Word xDDD So, ahora esperemos a que Ana llegue para que suba el capítulo y así somos todos felices, yaaaai.
Gracias por la paciencia, pipol. Wi lobiu sou mach<3 :manlycrypls:
Gracias por la paciencia, pipol. Wi lobiu sou mach<3 :manlycrypls:
sugar.
Re: If I Stay. |Harry Styles|
LLEGUÉ YO Estoy poniendo las cosas en su lugar para subir el capítulo
anamelissap
06.
All Monsters Are Human
―Malditos guantes―Refunfuñé mientras me encaminaba hacia una esquina para sacar la prenda que buscaba de la pequeña maleta que contenía una bata de baño y guantes nuevos que tuve que comprar en el aeropuerto. Al bajar del avión escuché que la temperatura había disminuido a -15ºC. El gran Styles tiene tanta mala suerte que hasta a las tormentas atrae. Vamos… si sigo así, moriré por causa de un relámpago.
Cuando ya tuve los guantes en mis manos, tomé mi “enorme” maleta y salí a buscar un taxi. Ninguno quería llevarme hasta Holmes Chapel, por lo que tuve que llamar a unas cuantas amistades antes de dar con alguien lo suficientemente amable para manejar 30 kilómetros y recoger a un pobre chico sin carro.
Entré al aeropuerto Burtonwood nuevamente y traté de distraerme comprando un café, pero no dio resultado. En mi mente aparecían escenas como: Gin y el idiota riendo, Gin besando al pendejo, el subnormal mirando el… hermoso tra-tra… trasero de Gin, y muchas cosas peores que no creo aptas para el mundo.
Y así pasé media hora, auto-mutilándome con recuerdos en vez de navajas, y viendo al idiota… trasero… Gin... besos… cama… sexo….y ahí iba otra vez.
Estaba en una de las escenas más… mejor ni lo diré, cuando mi teléfono sonó, anunciando la llegada de mi único método de transporte, y al parecer única amiga: Gemma Styles. Qué divertido debe ser que tu hermana sea la única amiga que tienes en el pueblo que creciste, y que todos crean que te has vuelto un engreído sólo por estar en una banda.
Tomé mi maleta y salí a la fría intemperie donde mi horrenda “amiga” me esperaba con una cara de confusión. Irónicamente puse mi equipaje en la parte trasera del viejo Kia y me senté en el puesto de copiloto luego de unos cuantos minutos de “Vamos Gemma, déjame conducir tu auto”… Obviamente no lo conseguí.
Cerré fuertemente la puerta junto a mí para hacerle entender que de veras quería conducir el auto. Así podría concentrarme en algo y no pensar en el trasero de Ginger y el idiota… agarrándolo.
―Pensé que Gin venía contigo―Comentó mi hermana. Maldije unas cincuenta veces en mi mente antes de descargar mi enojo con ella.
―Está en el trópico bronceándose―Respondí con una sonrisa sarcástica. Gemma pareció notarlo ya que se removió en su puesto. Aplausos, momento incómodo. ¡Que se escuchen los gritos! ―. Y… ¿Cómo está mamá? ―Pregunté. Alguien tenía que acabar con el silencio.
―Está bien. Te extraña, ¿sabías? ―No, mira, vengo porque me interesa ver tu rostro luego de verlo cinco meses durante la gira. A veces solía ser perverso con mi hermana… hasta en los pensamientos… pero en el fondo, muy, muy…muy, muy en el fondo, la amaba.
―Duh.
―Eres un idiota, Harry.
―No te defiendas de esa manera, querida. Aquí ambos sabemos que el inteligente de la familia soy…―Estaba en el clímax de mi pequeño discurso cuando Gemma decidió comportarse como un adulto.
― ¿Qué le hiciste a Ginger, Harry? ―Indagó ella mientras esquivaba un par de autos que estaban haciendo carreras en la autopista.
― Te dije que está en el trópico―Contesté con mi mirada fija en el retrovisor izquierdo. Podía ver como los cristales se formaban en las esquinas del pequeño espejo. Y todos ellos eran más interesantes que hablar con Gemma.
― ¡Por Dios! Hasta yo invento mejores excusas.
―Cállate.
―Dime.
―Argh, ¿por qué las mujeres son tan insistentes? ―Exclamé exasperado por la actitud de mi hermanita. No es que me encante comentarle mi vida privada a ella.
―Respóndeme o la llamo ya mismo y la pongo en altavoz―No podía escuchar su voz, me derretiría en un instante y empezaría a llorar como una pequeña niña, y yo… soy un varón, macho, hombre con pelos en el pecho. Bueno, no. Aún no crecían.
―Te odio―Le dije antes de comenzar a narrar la historia y golpearme en las bolas espirituales por mi cuenta.
El camino completo fue un verdadero martirio; la mirada gélida y decepcionada de Gemma me estuvo torturando hasta que estacionó el auto frente a mi antigua casa, pero cuando bajó después de mí, nuevamente posó esos ojos tan…perturbadores sobre mí. A todo eso también podía sumarle que apenas era capaz de respirar, ya que una cantidad asquerosa de “alguna sustancia pegajosa” estaba impidiendo el paso del aire. Saben a lo que me refiero.
—Debo suponer que también me odias—Farfullé al notar que Gemma no pensaba entrar a casa aún. Se situó frente a mí con los brazos cruzados sobre su pecho, y alzó su ceja despectivamente.
—Lamentablemente eres mi hermano, y eres odioso. Pero no te odio—Me miró de forma vacilante y luego clavó su vista en sus zapatos—. Tendrás que solucionar este problema. No sé si lo habrás notado, pero Ginger te había visto como un héroe todo este tiempo, y me imagino que ahora sí te mereces ese extraño premio del “villano del año”.
Estaba a punto de decir algo al respecto, pero luego mamá abrió la puerta de la casa…salvándome el pellejo literalmente.
— ¡Mami!—Exclamé y corrí hacia ella, para luego levantarla del suelo.
Mi mamá era la única fan de One Direction que se consideraba una eterna adoradora de “Garry”. Y yo no tenía ni la menor idea de cómo explicarle que posiblemente su relación favorita había acabado.
—Tesoro, ¡estás pálido! Es extraño, porque había visto fotos donde parecías un modelo de comercial…esos que promocionan los bronceadores—Comentó mi madre mientras mantenía sus manos tibias en mis mejillas.
—Sí…creo que me resfrié—Me encogí de hombros y la volví a abrazar. La había extrañado demasiado.
—Y… ¿Dónde está Gin?—Ouch—. Preparé cuatro tazas de café con crema, porque supuse que ella vendría.
—Bueno…creo que una de esas tazas tendrá que enfriarse, ella no pudo venir—Musité lo último atragantándome con las ganas de llorar como un bebé. Aunque, ahora que tenía a mi mamá conmigo, ser un bebé podría resultar bien.
— ¿Por qué no?—Interrogó mi madre con un poco de decepción.
—Está broceándose en el trópico—Se entrometió Gemma abruptamente, dejando con disgusto mi maleta casi vacía a mi lado. Y digo “casi” porque lo único que esta traía era…esa bata de año. Luego de eso, Gem me miró por un segundo y después se fue a su habitación.
— ¿Y a Gemma que le pasó?—Indagó mamá con cierta confusión. Yo sabía lo que pasaba con ella…pero aún no quería llegar hasta ese punto de la historia.
—No lo sé—Mentí mientras me encogía de hombros—. Quizá está en sus días.
—Harry—Mamá me regañó.
—Lo siento…Ahora, vamos a beber ese rico café que preparaste. ¡Gemma, querida, ven con nosotros, no seas amargada!
Qué buena manera de disimular, Styles, qué buena manera.
Luego de un rato, Gemma ya estaba junto a nosotros bebiendo su café. Le contábamos las locuras que habíamos hecho mientras estábamos en la gira. Evité comentar que Gem se la había pasado coqueteando con Ashton—integrante de la banda con la que estuvimos en el tour—, y lo hice porque algún lugar de mi mente me advertía que si decía algo, mi adorada hermanita me delataría.
—La próxima vez te llevaremos a ti, mamá—Dijo finalmente mi hermana. Una vez más iba a añadir algo, pero el bolsillo de mi pantalón vibró. Mi celular.
Con todas esas esperanzas de que fuera un mensaje de Ginger, me apresuré en extraer el teléfono de su escondite, y fijarme rápidamente en la pantalla. ¿Saben qué era? ¡Un maldito mensaje de Virgin Mobile! ¿Qué me importaba a mí que las tarifas fueran menos costosas? ¿Ah?
Maldije en miles de idiomas que ni siquiera existían, llevándome como premio las miradas preocupadas de mis chicas.
— ¿Todo bien?—Mi mamá me miró con el ceño fruncido, y yo sabía que se aproximaba el momento en que debía contar todo.
—Iré arriba…Tengo que…ordenar mi habitación—Gemma hizo sonar su garganta y se colocó de pié con una prisa jamás antes vista. Al cabo de diez segundos, ya no quedaba alguna pista de que hubiera estado con nuestra madre y yo.
— ¿Qué está pasando aquí?—Oh, oh.
—Lo que pasa es que…—Un nudo se ató en mi garganta y podía sentir que mis ojos se humedecieron al instante. No se suponía que tendría que hablar sobre lo ocurrido tan rápido.
—Terminaste con Ginger—Joder.
— ¿Có-cómo lo sabes?
—Lo noté apenas entraste—Respondió mi mamá. Ese instinto sí que existía. Por otro lado, yo ya estaba hecho un mar de lágrimas. Mi madre se sentó en la silla que estaba a mi lado y me abrazó reconfortantemente, acariciando mi cabello y susurrándome que todo estaría bien—. Gin te ama demasiado, Hazz. Sea cual sea el motivo por el que terminaron, sé que lo resolverán…no quiero verte con otra chica sabiendo que la única mujer que has amado de verdad es Gin. Recuerdo a tus antiguas novias…eran lindas chicas, y te podía ver feliz de tenerlas; pero cuando veo que tomas la mano de Ginger…Jamás te había visto tan maravillado—Mi madre era sabia, tan sabia que lograba hacerme llorar aún más. Tomó mi rostro y secó mis lágrimas, para sonreírme débilmente—. Sé que podrán resolver sus problemas. Ahora, ve a dormir. Necesitas descansar. Mañana todo estará mejor, ¿claro?
Estuve por un rato más abrazado a mi mamá hasta que me di cuenta que logré que su suéter marrón quedara empapado…Así era siempre, cuando se trataba de mi llanto, jamás era una mísera lágrima. Luego de eso, me coloqué una playera del esposo de mi mamá—quien estaba trabajando con su turno de noche—, y me metí bajo las sabanas de mi antigua cama.
Por un lado, sabía que cerrar mis ojos y comenzar a divagar entre todos mis recuerdos me haría daño, sabía que observar todas esas fotografías que guardaba en mi teléfono me haría caer en una miseria aún más profunda. Pero así soy yo, un masoquista que disfruta del dolor que un corazón roto puede otorgarme. Y entonces me dejé llevar por el primer recuerdo que atravesó por mi mente en cuanto mis parpados cayeron.
“Ginger me miraba con suma incredulidad que destilaba de sus reiterados pestañeos. Supuse que dentro de su mente se preguntaba el porqué de la situación.
La había obligado a salir de su habitación a las dos de la mañana—sin que su madre se enterara, por supuesto—, y la había cargado sobre mi hombro para que finalmente aceptara entrar al auto.
—Hazz, ¿me puedes explicar por qué la urgencia de salir? Estaba en la parte más importante de mi sueño, Madonna me estaba pidiendo que grabara una canción con ella—Refunfuñó mi novia, arrugando su respingada nariz despectivamente.
—Sólo quería salir con mi novia, disfrutar de una linda noche junto a ella, y decirle lo estupenda que se ve usando pijama, ¿capisci?
—Pero…—Musitó con confusión. Podía divisar que aún estaba siendo víctima de la pereza. Adorable.
—No digas nada, bebe esto—Le estiré una botella de Jim Beam que había dejado en el asiento trasero, y con cierta lentitud finalmente la aceptó. No obstante, ni siquiera la abrió. Rodé los ojos antes de poner el auto en marcha.
— ¿Por qué debo beber esto?—Indagó Ginger al rato.
—Sólo bebe, no seas aguafiestas, preciosa—Le dije para después detenerme frente al comienzo de una larga carretera vacía. Nuevamente posó sus ojos soñolientos sobre mí y me dedicó una sonrisa pequeña. No llevábamos más de tres meses de relación, pero conocía que una de sus debilidades era que la llamaran “preciosa”, “hermosa” o “linda” luego de una oración desafiante o incluso insultante. Según ella, le recordaba a las películas.
Gracias al cielo, abrió la botella y dio un pequeño sorbito. Mis cejas se elevaron de forma burlesca y una estúpida sonrisa se posó en mi cara.
— ¿Es enserio, Gin?—Me burlé de Gin en su cara. Aquello consiguió que ella misma se pusiera un reto.
—No, no es enserio—Y así fue como empinó la botella y toda la mitad del alcohol desapareció. Woaoh—. Oops, ¿tú también querías?—Me preguntó con una risa oculta en sus palabras. Mi novia era la mejor del mundo, definitivamente.
— ¿Puedo besarte ahora mismo?—Indagué con una sonrisa inocente. Las mejillas de Gin se ruborizaron y se inclinó hacia mí para acoplar nuestros labios. Al cabo de eso, saboreé el sabor a whiskey que dejó en mi labio superior y finalmente ya estaba listo—. Gin, ponte el cinturón.
— ¿Para qué?—Definitivo, cuando mi novia tenía sueño, se volvía la reina de las preguntas.
—Linda, no preguntes.
—Pero…
—Ginger.
—Está bien, como digas, jefe—Masculló de mala gana, para luego asegurarse con el cinturón de seguridad. Cuando yo ya estaba seguro de que no había manera de que Ginger saliera volando del asiento, puse el coche en marcha una vez más.
Partí de manera lenta, de tal manera que la aguja del velocímetro se mantenía sobre el número cuarenta. Ginger iba a comentarme algo cuando mi pié pisó el acelerador y la velocidad aumentaba más y más. 140 kilómetros, exacto.
Luego, a punto de llegar a mi destino, comencé a desacelerar. Hasta que finalmente llegamos.
— ¡¿Qué carajo estabas pensando?! ¡¿Quieres matarnos?! No tengo interés de morir en un auto y…
—Dijiste algo parecido el día que nos conocimos—Le dije con una sonrisa algo traviesa. Ella me miró estupefacta, como si mi comentario fuera lo más ilógico que podría decir alguna vez. Bufó con desprecio y bajó del auto. Entonces, recién se había dado cuenta dónde estábamos.
Yo opté por salir del coche unos segundos más tardes. Ginger estaba parada en medio de la calle mirando a su alrededor, como si se tratara de alguna especie de terreno recién inventado. Sin embargo, sólo se trataba del lugar donde nuestros autos se habían estrellado…
Zayn solía mencionarme lo patético que le resultaba el hecho de que yo estuviese tan embobado por Gin. Él repetía casi siempre: “¿Enserio esa calle es tan especial? Es decir, casi la matas, ¿qué tiene de lindo eso?”
—Estás loco, Styles—Me dijo mi chica tomando asiento en el suelo. La escuché soltar una risita asombrada y nerviosa, que provocó que otra boba sonrisa apareciera en mi rostro—. Ven aquí—Acaté sus órdenes y me senté junto a ella. A diferencia de la repentina normalidad de Gin, yo decidí seguir actuando como el anormal Harry Styles, y me recosté sobre el pavimento, y llevando a Ginger junto conmigo. Con otra nueva risa, finalmente recostó su cabeza sobre mi pecho. Su mano izquierda estaba aferrada a mi camisa, mientras que la mía se encargaba de acariciar su cabello.
¡Gracias a todas las personas que no pasaron con su auto en ese instante!
—Ginger… ¿qué hacías a las dos de la mañana en la calle?—Inquirí. Aquella pregunta era algo que había circundado en mi cabeza todos los días después de que nos conocimos. Y es que encontrar a una chica en pijama, conduciendo un auto de porquería a las dos de la mañana, no era algo muy usual.
—Quería comprar helado. Es ilógico, sé que no había ningún lugar abierto a esa hora. ¿Y tú? ¿Venías de una fiesta de súper estrellas?
—De hecho, estaba devastado. Escuchaba a los chicos hablar con sus novias, y yo miraba a mi lado y al único que podía ver era a Paul…No estoy diciendo que no es atractivo, pero ya sabes. Me sentía demasiado solo, la gente y los fans consideraban que yo vivía mi soltería como nadie más…pero siempre llegaba a mi casa, me tiraba en mi cama y abrazaba mi almohada. Esa noche, me embriagué, quería olvidarme de mi patética soledad por un momento, y de pronto, tú apareciste. Gritándome en pijamas, negándote a aceptar mis propuestas, obviando tu resentimiento hacia mí, repitiéndome una y otra vez que yo era un mujeriego porque todas las revistas lo decían.
—Sólo lo decía para molestarte…
—No importa, enserio. Al fin y al cabo, eres una de las únicas personas que logró conocerme realmente. Es decir, todos creen que soy un simple “famoso” engreído, pero sólo soy…
—Un maldito romántico que me tiene jodidamente loca. Vamos, compañero, eres el mejor, lo sabes—Me dijo con una sonrisa—. Y además, me vas a hacer llorar.
—Ahora sí estoy seguro.
— ¿De qué, Hazz?
—De que te amo—Ok, ni idea. No tenía planeado decirlo, sólo salió al aire. Sabía que no recibiría una respuesta por parte de Gin, sólo podía escuchar sus murmullos, tratando de responderme. Veía sus ojos con pequeñas lágrimas, y yo sabía que aquellas estaban acumulándose ahí porque no podía responderme, aunque quisiera. Pero, ¿saben? Decir “te amo” es como…no lo sé, jamás me arrepentiré de habérselo dicho—. Gin…—Con mi dedo pulgar barrí una gotita que estaba a punto de dejarse caer. Ginger solía decir que le daba risa cuando yo hacía eso, ya que en su infantil mentalidad parecía que yo estuviera evitando que una lágrima se suicidara—. No necesito que me respondas, ¿claro? Sólo quiero que lo sepas. No importa si te demoras veinte años en decirme que tú sientes lo mismo por mí, estaré esperando. Pero lo único que ahora sé, es que estoy malditamente enamorado de ti, Ginger Drew.”
Flicking through a little book of sex tips
Remember when the boys were all electric?
Now when she tells she's gonna get it.
La canción proveniente de mi celular me hizo dar un salto y maldecir mentalmente a Arctic Monkeys. Estaba durmiendo pacíficamente, fue injusto.
De mala gana, tomé el celular y posé mis ojos débiles en la pantalla. Efectivamente, no se trataba de una llamada, o algo así. Sino que de un recordatorio, que decía: “¡No olvides que día es hoy, idiota! .x”
Miércoles, 18 de diciembre.
¿Eso era especial? Ni idea por qué mi celular me estaba advirtiendo por ese día, pero decidí ignorarlo.
Al momento de cerrar la nota sonora, me percaté de ocho mensajes que había recibido. Y era de esperarse que se tratara de los tipos de One Direction. ¡Oh, por Dios! ¡One Direction me estaba enviando mensajes!
“Niall :]
Harry Boxeador Styles, haha”
“Louis :]
¿Golpeaste a un paparazzi? ¿Qué demonios tienes en la cabeza?”
“Liam :]
Amigo, me enteré de las noticias. ¿Te encuentras bien? ¿Necesitas que vayamos a visitarte?”
“Mr. Pestañas :]
Hola, quería saber si estabas bien. ¿Lo golpeaste muy fuerte? ¿Qué pasó?, espero que todo esté bien.
Zayn. Xx”
Luego, leí los otros tres mensajes enviados hace aproximadamente una hora.
“Liam :]
No estás en tu casa. ¿Dónde estás metido? ¿Te das cuenta de lo peligroso que es dejar a Gin sola?”
“Louis :]
¡¿Dónde mierda estás?!”
“Niall :]
Querido Harry, agradecería que dieras señales de vida. Nah, enserio, hermano. Tengo a un par de alterados conmigo aquí. Zayn tenía sueño y se quedó dormido en tu sofá…y está babeando, repito, babeando”
Mi corta estadía en Holmes Chapel, en cierta manera, había tenido fruto. Había visto a mi mamá y eso es algo que cualquier persona en el mundo necesita. Además, había conseguido sus sabios consejos de madre. Sin embargo, los alterados de mis amigos eran capaces de venir hasta mi antigua casa y hacerme un interrogatorio. No estaba de humor para eso, así que debía despedirme.
Ya estaba de día así que no necesité encender la luz para guiarme por el pasillo hacia las escaleras; simplemente bajé y encontré a mi madre sentada en el sofá observando una telenovela.
—Mamá. —Musité detrás de ella.
Al verla me dio algo de nostalgia. Tenía los ojos llorosos y la punta de la nariz colorada, probablemente por la muerte de uno de los personajes de su novela favorita. Y aquí venía su hijo favorito, el que nunca se graduó, el que se fue de casa antes de tiempo, el que nunca la visitaba, a decirle que la estadía en el Hotel Anne Cox era sólo por una noche.
Levanté los guantes en señal de que me llevaba lo único servible que había traído conmigo. No tenía la fuerza emocional para decirle con palabras a mi madre que debía irme, pero al parecer ella no entendió. Genial.
— ¿A dónde vas tan temprano, Harry? —Indagó mi querida madre. ¿Por qué me haces esto tan difícil, mamá?
―Mamá―Murmuré lo suficientemente audible para que ella me escuchara.
― ¿Visitarás a Bárbara? Aún falta una hora para que abran la panadería―Advirtió. No, no me escuchó.
―Mamá―Dije un poco más fuerte. Vamos, no podía estar sorda.
―Bueno, no importa. Si vas a la panadería, ¿podrías traer pan de leche para desayunar?―Definitivamente mi madre estaba sorda.
―Mamá―Casi exclamé sin dejar que me volviera a interrumpir―, debo regresar―Y mi corazón se hizo trisas con sólo decir esas dos últimas palabras.
―Oh. ¿Es por Ginger, cariño? ―Anne Cox podía estar sorda, pero era definitivamente una vidente. Asentí como pude y me acerqué a ella para rodearla con mis brazos.
―Te voy a extrañar, mamá―Susurré en su oído antes de besar su mejilla. Estos momentos con ella pasaron de ser diarios a poco comunes y de poco comunes a casi inexistentes.
―Harry―Murmuró mientras se soltaba de mí y me “peinaba” los rizos.
―Perdón, no quiero dejarte, pero tengo que arreglar las cosas con Ginger―Comenté, y luego recordé que ella podría llamar a Ginger y decirle que iba a regresar.
―Harry.
―Mamá, no le digas a Ginger que voy de regreso a Londres―Advertí mientras besaba su mejilla y caminaba hacia la puerta―. Perdón por tener que irme. Sabes que amo pasar tiempo contigo, pero…―Logré decir.
―Harry, hoy es 18 de diciembre. Volverás para Navidad
―Son muchos días.
―Son siete días.
―Ah.
Besó mi mejilla y llamó a Gemma para que me llevara hacia el aeropuerto. Al menos estaba despierta, despertar a Gemma era… digamos que más que complicado. Luego de abrazos y besos―a mi madre, no a Gemma; qué asco―, me subí en el pequeño carro de mi hermana.
Ella estaba muy ocupada hablando con Dios sabrá quién, por lo que empecé a revisar los mensajes de texto que me habían llegado de la famosa banda, ¡One Direction! ¿Cómo habrán conseguido mi número?
Me reí internamente de mi pensamiento y, sí, la inmadurez reinaba en mí.
Abrí la conversación que tenía con Louis y escribí:
“Para: Louis :]
Tengo aire en la cabeza, Lou. Gracias por notarlo. Ya voy de regreso a Londres.”
Mandé el mensaje y borré la conversación. Luego recordé que Ginger no podía saber que estaba regresando porque probablemente se iría a la casa de su madre…o quizá a la de Jeremy. Soy un idiota: sudo idiotez, como idiotez, tomo idiotez, todo idiotez.
― ¿Gemma? ―Pregunté esperanzado de que no estuviera enojada. Las hermanas mayores siempre están enojadas. Y ya, Gemma fue, es y será la mejor hermana del mundo…es sólo que esta relación de amor y odio entre nosotros es bastante común.
― ¿Qué quieres, hermanito? ―Uf, no lo estaba.
― ¿Po-podrías no decirle a Ginger que volveré a Londres? ―Pedí. Si Gemma ya le había dicho a Gin, probablemente la había perdido para siempre. Ya saben, hubiera regresado a la casa de mi suegra... y eso no es bueno.
―No sé qué estás pensando, Harry. Lamento decirte que ya le dije― ¡Gracias Gemma, eres una excelente hermana!
― ¡¿Qué?! ―Exclamé. Gemma soltó una risotada. Veo que mi desgracia equivale a comedia para los demás.
―Es mentira, hermanito. No le diré―La fulminé con la mirada y ella volvió su mirada al camino con una sonrisa en su rostro.
―Gracias, hermanita.
Volví a verificar mi teléfono, Louis no había respondido. Mientras revisaba los otros mensajes, recordé que no le dije a ninguno de mis amigos que Ginger no debía saber que iba de regreso.
Abrí la primera conversación que tenía en mi lista: Niall.
“Para: Niall :]
Sí, soy un boxeador. Le di su merecido. Haha. ¿Podrías decirle a Louis que mire su teléfono? ¿Y a la vez, decirles a todos que no le digan a Ginger que estoy regresando a Londres? Gracias, hermano.”
Dejé mi teléfono sobre mi pierna y empecé una conversación con Gemma. A veces era tan amargada, y a veces era una muy buena amiga. Mujeres. Son extrañas. Ginger no lo es. Ella es una mujer con estilo.
La extraño.
Miré mi teléfono nuevamente, Louis había respondido.
“Louis :]
Hermano, ¿podrías no mandar la información a diferentes celulares? Ya Zayn y Niall se fueron. Liam está obligando a Ginger a agregarlo a Skype y luego de eso se irá. (Sé que estás celoso de Liam, Styles).”
“Louis :]
Yo me quedaré esperando a mi querido Hazz. Te extraño querido mío.”
“Louis :]
Es mentira. Haha.”
Apagué mi teléfono mientras reía por los comentarios sin sentido de Louis. Me despedí de Gemma ya que habíamos llegado al aeropuerto...aunque no fue tan sencillo para ella alejarse de mí. La abracé y casi la dejaba sin respiración. Le repetí unas doscientas cuarenta y tres veces que era la mejor hermana del mundo, y luego de eso bajé con mi querido equipaje. Mis guantes. Esperaba reconciliarme con Ginger pronto, no podía vivir con la misma ropa todos los días. Y tampoco podía seguir viviendo con la sensación de que algo me faltaba.
La vuelta a mi actual hogar no es algo que tiene mucho sentido explicar; avión, mocos en mi nariz, voz gangosa, azafata que no dejaba de mirarme, y que luego me pidió una foto…y finalmente, a las nueve de la noche, abrí la puerta de la casa.
Debo asumir que fue una hermosa bienvenida, no me lo esperaba. Jamás creí que yo le podía importar tanto a alguien…así es, Dora vino corriendo con sus pasitos de gato hacia mí. ¿Y Pan? Nah, quizá me odiaba también.
Caminé por la sala de estar con un centenar de lágrimas acumuladas en mis ojos. ¿Cómo se suponía que debía empezar? ¿Qué le debía decir a Ginger para conseguir que al menos me mirara? ¿Y si la perdía para siempre?
Traté de dejar de atormentarme y pestañé repetidas veces frente al espejo, lo que consiguió que todas esas lágrimas aglomeradas cayeran. Brillante…claro.
Pude ver la luz parpadeante del teléfono, supuse que se trataba de un mensaje sin revisar. También podía escuchar el sonido de la ducha correr, así que supuse que Gin se estaba duchando. Evité que mis celos quemaran dentro de mí y me tomé la valentía de escuchar el mensaje. Así que…
“Hey, me has estado ignorando. Ah, sé que reconoces mi voz. Pero de todas maneras, soy Je-Je-Je-Jeremy. Bueno, si estás enojada conmigo por alguna razón…quería que nos reconciliáramos y que fuéramos a comer algo. Además, necesito saber cómo estás…si has tenido algún problema con tu novio famoso, o algo así. Ya sabes, me preocupo por tu bienestar. Eso es todo, te quiero.”
¡Oh, diablos!
Ignoré la sensación que amenazaba con hacerme llorar más. Es decir, llorar…llorar, ya incluso me sonaba irritante la palabra. ¡Dos días completos sin dejar de llorar! Mis ojos se veían tan hinchados que podía desconocerme a mí mismo, la maldita costumbre de morder con fuerza mis labios cada vez que me ponía tenso había conseguido que estos estuvieran más rojos aún… e incluso mi nariz estaba colorada. Harry El Payasito Styles…suena como a cuento de niños.
Dora me miraba como si entendiera lo que había en mi mente y por la seria crisis a la que me estaba sometiendo. Me iba a agachar para acariciar el pelaje de la única mascota que sentía cariño por mí, pero como cualquier diva, se fue corriendo a la habitación que yo solía compartir con “mi” chica.
Mis pies pesaban como si ladrillos estuvieran atados a mis botas, pero aun así caminé hacia donde nuestro gato había arrancado.
Toda la habitación estaba en orden…daba la impresión de que no hubo ninguna persona habitando ahí por años. Me quedé parado junto a la cama y me mantuve observando la pared, martirizando mi conciencia antes de que mi futuro se fuera a definir por unas solas palabras de Gin. “Se acabó, Harry.” No estaba listo para escuchar eso aún.
—Uh. —Sí, Ginger se había dado cuenta de mi llegada. Me volteé en cámara lenta y la vi ahí, con su cabello mojado y su cuerpo cubierto por una simple toalla. Se veía indefensa.
—Hola—Sonreí. Pero una sonrisa no puede ocultar nada cuando tienes miles de lágrimas humedeciendo tu rostro; así estaba en ese momento. Llorando y sonriendo—. ¿Cómo has estado?—Mi voz estaba quebrada. No podía hacerlo, simplemente no podía. No quería que Ginger sintiera lástima por mí, pero era inevitable dejar que todo en mí se desmoronara. Gin tenía su mirada fija en mí, y su boca estaba ligeramente abierta…sorprendida, al parecer.
—Yo…bien, he estado bien. ¿Cómo estás tú? Los chicos y yo…digo, los chicos han estado preocupados por ti—Asentí frente su última afirmación. Antes de responderle barrí las lágrimas de mi cara con el dorso de mi mano…una vez más mis dientes mordieron mi labio superior, evitando que siguiera llorando. Como sabrán, no funcionó. Pero sonreí de nuevo, o eso intenté.
—Tienes un mensaje—Le dije entonces. Ella alzó las cejas de manera despectiva y supuse que había entendido mal. Incluso Pan, que había estado dormitando al otro lado de la habitación, se había despertado para comenzar a gruñirme.
— ¿Revisaste mi celular?—Inquirió obviamente anonadada. Con algo de debilidad señalé con mi dedo que me refería a que el mensaje estaba en el teléfono de la casa.
—Ah. —Se puso incómoda. Maldición.
— ¿No lo escucharás?—Interrogué de manera curiosa.
—No me interesa—Respondió mirando hacia el suelo—. Hazz…digo, Harry, necesito vestirme—No sé qué pasó por mi cabeza cuando la miré de manera juguetona. Lo único de lo que estuve consiente, fue de la ligera risita que se escapó de los labios de Gin. Esperaba que aquello significase algo. Lo anhelaba demasiado.
Al cabo de unos minutos, entré a la habitación otra vez y me lancé sobre la silla cerca de la puerta. Ginger, quien estaba aplicando crema a sus brazos, me miró por un segundo y luego suspiró.
— ¿Estás resfriado?—Me preguntó de manera suave. Me encogí de hombros frente a su pregunta, ni yo sabía si se trataba de un resfrío o no—. ¿Quieres que te prepare algo?
—No te preocupes, Ginger. Estaré bien—Le respondí de la forma más tranquila que pude. Ella hizo un movimiento afirmativo con su cabeza y luego se metió bajo las sabanas.
Esperé que me dijera algo como: “¿Vienes a dormir o te quedarás ahí?”, sin embargo, se quedó en silencio, al igual que yo.
Una hora de silencio sepulcral, hasta que ella se quedó dormida. Yo me paré de la silla y caminé hacia ella con delicadeza, me arrodillé a un lado de la cama para que nuestras caras quedaran frente a frente. Sabía que la escasa comunicación entre nosotros se trataba de ninguna reconciliación, no obstante, necesitaba a Ginger demasiado como para dejar que mi orgullo terminara matándome.
Con mi pulgar rocé sus labios y finalmente, deposité un diminuto beso sobre ellos, un beso que había estado anhelando demasiado.
—Te amo demasiado, ¿de acuerdo?—Mascullé de manera apenas oíble. Ginger se removió en su puesto y relamió su boca, pero podía divisar que el sueño y la pereza ni siquiera le permitieron percatarse de lo que yo acababa de hacer.
Completamente derrotado, me acosté a un lado de Gin y mis brazos rodearon su cintura. Besé su cara y traté de que mis lágrimas no fueran a caer en sus mejillas…eso hubiera sido devastador, y seriamente deprimente. Me di el tiempo de acariciar el hombro de Ginger un momento, y luego mi mano se dirigió lentamente hacia la de ella; mis dedos se entrelazaron en los suyos y apreté su pequeña mano con suavidad. Cerré los ojos y entonces, sentí como Ginger respondió frente a mi acto anterior, devolviendo otro apretón.
De inmediato traté de verificar si Gin estaba despierta al momento en que hizo aquello, pero sus ojos se mantenían sellados, durmiendo pacíficamente.
Ginger era la única persona que me podía mantener despierto toda la noche. Hace tiempo que no la veía dormir y al menos eso es lo que necesitaba en ese instante para estar tranquilo. O más bien, sólo la necesitaba a ella.
Cuando ya tuve los guantes en mis manos, tomé mi “enorme” maleta y salí a buscar un taxi. Ninguno quería llevarme hasta Holmes Chapel, por lo que tuve que llamar a unas cuantas amistades antes de dar con alguien lo suficientemente amable para manejar 30 kilómetros y recoger a un pobre chico sin carro.
Entré al aeropuerto Burtonwood nuevamente y traté de distraerme comprando un café, pero no dio resultado. En mi mente aparecían escenas como: Gin y el idiota riendo, Gin besando al pendejo, el subnormal mirando el… hermoso tra-tra… trasero de Gin, y muchas cosas peores que no creo aptas para el mundo.
Y así pasé media hora, auto-mutilándome con recuerdos en vez de navajas, y viendo al idiota… trasero… Gin... besos… cama… sexo….y ahí iba otra vez.
Estaba en una de las escenas más… mejor ni lo diré, cuando mi teléfono sonó, anunciando la llegada de mi único método de transporte, y al parecer única amiga: Gemma Styles. Qué divertido debe ser que tu hermana sea la única amiga que tienes en el pueblo que creciste, y que todos crean que te has vuelto un engreído sólo por estar en una banda.
Tomé mi maleta y salí a la fría intemperie donde mi horrenda “amiga” me esperaba con una cara de confusión. Irónicamente puse mi equipaje en la parte trasera del viejo Kia y me senté en el puesto de copiloto luego de unos cuantos minutos de “Vamos Gemma, déjame conducir tu auto”… Obviamente no lo conseguí.
Cerré fuertemente la puerta junto a mí para hacerle entender que de veras quería conducir el auto. Así podría concentrarme en algo y no pensar en el trasero de Ginger y el idiota… agarrándolo.
―Pensé que Gin venía contigo―Comentó mi hermana. Maldije unas cincuenta veces en mi mente antes de descargar mi enojo con ella.
―Está en el trópico bronceándose―Respondí con una sonrisa sarcástica. Gemma pareció notarlo ya que se removió en su puesto. Aplausos, momento incómodo. ¡Que se escuchen los gritos! ―. Y… ¿Cómo está mamá? ―Pregunté. Alguien tenía que acabar con el silencio.
―Está bien. Te extraña, ¿sabías? ―No, mira, vengo porque me interesa ver tu rostro luego de verlo cinco meses durante la gira. A veces solía ser perverso con mi hermana… hasta en los pensamientos… pero en el fondo, muy, muy…muy, muy en el fondo, la amaba.
―Duh.
―Eres un idiota, Harry.
―No te defiendas de esa manera, querida. Aquí ambos sabemos que el inteligente de la familia soy…―Estaba en el clímax de mi pequeño discurso cuando Gemma decidió comportarse como un adulto.
― ¿Qué le hiciste a Ginger, Harry? ―Indagó ella mientras esquivaba un par de autos que estaban haciendo carreras en la autopista.
― Te dije que está en el trópico―Contesté con mi mirada fija en el retrovisor izquierdo. Podía ver como los cristales se formaban en las esquinas del pequeño espejo. Y todos ellos eran más interesantes que hablar con Gemma.
― ¡Por Dios! Hasta yo invento mejores excusas.
―Cállate.
―Dime.
―Argh, ¿por qué las mujeres son tan insistentes? ―Exclamé exasperado por la actitud de mi hermanita. No es que me encante comentarle mi vida privada a ella.
―Respóndeme o la llamo ya mismo y la pongo en altavoz―No podía escuchar su voz, me derretiría en un instante y empezaría a llorar como una pequeña niña, y yo… soy un varón, macho, hombre con pelos en el pecho. Bueno, no. Aún no crecían.
―Te odio―Le dije antes de comenzar a narrar la historia y golpearme en las bolas espirituales por mi cuenta.
El camino completo fue un verdadero martirio; la mirada gélida y decepcionada de Gemma me estuvo torturando hasta que estacionó el auto frente a mi antigua casa, pero cuando bajó después de mí, nuevamente posó esos ojos tan…perturbadores sobre mí. A todo eso también podía sumarle que apenas era capaz de respirar, ya que una cantidad asquerosa de “alguna sustancia pegajosa” estaba impidiendo el paso del aire. Saben a lo que me refiero.
—Debo suponer que también me odias—Farfullé al notar que Gemma no pensaba entrar a casa aún. Se situó frente a mí con los brazos cruzados sobre su pecho, y alzó su ceja despectivamente.
—Lamentablemente eres mi hermano, y eres odioso. Pero no te odio—Me miró de forma vacilante y luego clavó su vista en sus zapatos—. Tendrás que solucionar este problema. No sé si lo habrás notado, pero Ginger te había visto como un héroe todo este tiempo, y me imagino que ahora sí te mereces ese extraño premio del “villano del año”.
Estaba a punto de decir algo al respecto, pero luego mamá abrió la puerta de la casa…salvándome el pellejo literalmente.
— ¡Mami!—Exclamé y corrí hacia ella, para luego levantarla del suelo.
Mi mamá era la única fan de One Direction que se consideraba una eterna adoradora de “Garry”. Y yo no tenía ni la menor idea de cómo explicarle que posiblemente su relación favorita había acabado.
—Tesoro, ¡estás pálido! Es extraño, porque había visto fotos donde parecías un modelo de comercial…esos que promocionan los bronceadores—Comentó mi madre mientras mantenía sus manos tibias en mis mejillas.
—Sí…creo que me resfrié—Me encogí de hombros y la volví a abrazar. La había extrañado demasiado.
—Y… ¿Dónde está Gin?—Ouch—. Preparé cuatro tazas de café con crema, porque supuse que ella vendría.
—Bueno…creo que una de esas tazas tendrá que enfriarse, ella no pudo venir—Musité lo último atragantándome con las ganas de llorar como un bebé. Aunque, ahora que tenía a mi mamá conmigo, ser un bebé podría resultar bien.
— ¿Por qué no?—Interrogó mi madre con un poco de decepción.
—Está broceándose en el trópico—Se entrometió Gemma abruptamente, dejando con disgusto mi maleta casi vacía a mi lado. Y digo “casi” porque lo único que esta traía era…esa bata de año. Luego de eso, Gem me miró por un segundo y después se fue a su habitación.
— ¿Y a Gemma que le pasó?—Indagó mamá con cierta confusión. Yo sabía lo que pasaba con ella…pero aún no quería llegar hasta ese punto de la historia.
—No lo sé—Mentí mientras me encogía de hombros—. Quizá está en sus días.
—Harry—Mamá me regañó.
—Lo siento…Ahora, vamos a beber ese rico café que preparaste. ¡Gemma, querida, ven con nosotros, no seas amargada!
Qué buena manera de disimular, Styles, qué buena manera.
Luego de un rato, Gemma ya estaba junto a nosotros bebiendo su café. Le contábamos las locuras que habíamos hecho mientras estábamos en la gira. Evité comentar que Gem se la había pasado coqueteando con Ashton—integrante de la banda con la que estuvimos en el tour—, y lo hice porque algún lugar de mi mente me advertía que si decía algo, mi adorada hermanita me delataría.
—La próxima vez te llevaremos a ti, mamá—Dijo finalmente mi hermana. Una vez más iba a añadir algo, pero el bolsillo de mi pantalón vibró. Mi celular.
Con todas esas esperanzas de que fuera un mensaje de Ginger, me apresuré en extraer el teléfono de su escondite, y fijarme rápidamente en la pantalla. ¿Saben qué era? ¡Un maldito mensaje de Virgin Mobile! ¿Qué me importaba a mí que las tarifas fueran menos costosas? ¿Ah?
Maldije en miles de idiomas que ni siquiera existían, llevándome como premio las miradas preocupadas de mis chicas.
— ¿Todo bien?—Mi mamá me miró con el ceño fruncido, y yo sabía que se aproximaba el momento en que debía contar todo.
—Iré arriba…Tengo que…ordenar mi habitación—Gemma hizo sonar su garganta y se colocó de pié con una prisa jamás antes vista. Al cabo de diez segundos, ya no quedaba alguna pista de que hubiera estado con nuestra madre y yo.
— ¿Qué está pasando aquí?—Oh, oh.
—Lo que pasa es que…—Un nudo se ató en mi garganta y podía sentir que mis ojos se humedecieron al instante. No se suponía que tendría que hablar sobre lo ocurrido tan rápido.
—Terminaste con Ginger—Joder.
— ¿Có-cómo lo sabes?
—Lo noté apenas entraste—Respondió mi mamá. Ese instinto sí que existía. Por otro lado, yo ya estaba hecho un mar de lágrimas. Mi madre se sentó en la silla que estaba a mi lado y me abrazó reconfortantemente, acariciando mi cabello y susurrándome que todo estaría bien—. Gin te ama demasiado, Hazz. Sea cual sea el motivo por el que terminaron, sé que lo resolverán…no quiero verte con otra chica sabiendo que la única mujer que has amado de verdad es Gin. Recuerdo a tus antiguas novias…eran lindas chicas, y te podía ver feliz de tenerlas; pero cuando veo que tomas la mano de Ginger…Jamás te había visto tan maravillado—Mi madre era sabia, tan sabia que lograba hacerme llorar aún más. Tomó mi rostro y secó mis lágrimas, para sonreírme débilmente—. Sé que podrán resolver sus problemas. Ahora, ve a dormir. Necesitas descansar. Mañana todo estará mejor, ¿claro?
Estuve por un rato más abrazado a mi mamá hasta que me di cuenta que logré que su suéter marrón quedara empapado…Así era siempre, cuando se trataba de mi llanto, jamás era una mísera lágrima. Luego de eso, me coloqué una playera del esposo de mi mamá—quien estaba trabajando con su turno de noche—, y me metí bajo las sabanas de mi antigua cama.
Por un lado, sabía que cerrar mis ojos y comenzar a divagar entre todos mis recuerdos me haría daño, sabía que observar todas esas fotografías que guardaba en mi teléfono me haría caer en una miseria aún más profunda. Pero así soy yo, un masoquista que disfruta del dolor que un corazón roto puede otorgarme. Y entonces me dejé llevar por el primer recuerdo que atravesó por mi mente en cuanto mis parpados cayeron.
“Ginger me miraba con suma incredulidad que destilaba de sus reiterados pestañeos. Supuse que dentro de su mente se preguntaba el porqué de la situación.
La había obligado a salir de su habitación a las dos de la mañana—sin que su madre se enterara, por supuesto—, y la había cargado sobre mi hombro para que finalmente aceptara entrar al auto.
—Hazz, ¿me puedes explicar por qué la urgencia de salir? Estaba en la parte más importante de mi sueño, Madonna me estaba pidiendo que grabara una canción con ella—Refunfuñó mi novia, arrugando su respingada nariz despectivamente.
—Sólo quería salir con mi novia, disfrutar de una linda noche junto a ella, y decirle lo estupenda que se ve usando pijama, ¿capisci?
—Pero…—Musitó con confusión. Podía divisar que aún estaba siendo víctima de la pereza. Adorable.
—No digas nada, bebe esto—Le estiré una botella de Jim Beam que había dejado en el asiento trasero, y con cierta lentitud finalmente la aceptó. No obstante, ni siquiera la abrió. Rodé los ojos antes de poner el auto en marcha.
— ¿Por qué debo beber esto?—Indagó Ginger al rato.
—Sólo bebe, no seas aguafiestas, preciosa—Le dije para después detenerme frente al comienzo de una larga carretera vacía. Nuevamente posó sus ojos soñolientos sobre mí y me dedicó una sonrisa pequeña. No llevábamos más de tres meses de relación, pero conocía que una de sus debilidades era que la llamaran “preciosa”, “hermosa” o “linda” luego de una oración desafiante o incluso insultante. Según ella, le recordaba a las películas.
Gracias al cielo, abrió la botella y dio un pequeño sorbito. Mis cejas se elevaron de forma burlesca y una estúpida sonrisa se posó en mi cara.
— ¿Es enserio, Gin?—Me burlé de Gin en su cara. Aquello consiguió que ella misma se pusiera un reto.
—No, no es enserio—Y así fue como empinó la botella y toda la mitad del alcohol desapareció. Woaoh—. Oops, ¿tú también querías?—Me preguntó con una risa oculta en sus palabras. Mi novia era la mejor del mundo, definitivamente.
— ¿Puedo besarte ahora mismo?—Indagué con una sonrisa inocente. Las mejillas de Gin se ruborizaron y se inclinó hacia mí para acoplar nuestros labios. Al cabo de eso, saboreé el sabor a whiskey que dejó en mi labio superior y finalmente ya estaba listo—. Gin, ponte el cinturón.
— ¿Para qué?—Definitivo, cuando mi novia tenía sueño, se volvía la reina de las preguntas.
—Linda, no preguntes.
—Pero…
—Ginger.
—Está bien, como digas, jefe—Masculló de mala gana, para luego asegurarse con el cinturón de seguridad. Cuando yo ya estaba seguro de que no había manera de que Ginger saliera volando del asiento, puse el coche en marcha una vez más.
Partí de manera lenta, de tal manera que la aguja del velocímetro se mantenía sobre el número cuarenta. Ginger iba a comentarme algo cuando mi pié pisó el acelerador y la velocidad aumentaba más y más. 140 kilómetros, exacto.
Luego, a punto de llegar a mi destino, comencé a desacelerar. Hasta que finalmente llegamos.
— ¡¿Qué carajo estabas pensando?! ¡¿Quieres matarnos?! No tengo interés de morir en un auto y…
—Dijiste algo parecido el día que nos conocimos—Le dije con una sonrisa algo traviesa. Ella me miró estupefacta, como si mi comentario fuera lo más ilógico que podría decir alguna vez. Bufó con desprecio y bajó del auto. Entonces, recién se había dado cuenta dónde estábamos.
Yo opté por salir del coche unos segundos más tardes. Ginger estaba parada en medio de la calle mirando a su alrededor, como si se tratara de alguna especie de terreno recién inventado. Sin embargo, sólo se trataba del lugar donde nuestros autos se habían estrellado…
Zayn solía mencionarme lo patético que le resultaba el hecho de que yo estuviese tan embobado por Gin. Él repetía casi siempre: “¿Enserio esa calle es tan especial? Es decir, casi la matas, ¿qué tiene de lindo eso?”
—Estás loco, Styles—Me dijo mi chica tomando asiento en el suelo. La escuché soltar una risita asombrada y nerviosa, que provocó que otra boba sonrisa apareciera en mi rostro—. Ven aquí—Acaté sus órdenes y me senté junto a ella. A diferencia de la repentina normalidad de Gin, yo decidí seguir actuando como el anormal Harry Styles, y me recosté sobre el pavimento, y llevando a Ginger junto conmigo. Con otra nueva risa, finalmente recostó su cabeza sobre mi pecho. Su mano izquierda estaba aferrada a mi camisa, mientras que la mía se encargaba de acariciar su cabello.
¡Gracias a todas las personas que no pasaron con su auto en ese instante!
—Ginger… ¿qué hacías a las dos de la mañana en la calle?—Inquirí. Aquella pregunta era algo que había circundado en mi cabeza todos los días después de que nos conocimos. Y es que encontrar a una chica en pijama, conduciendo un auto de porquería a las dos de la mañana, no era algo muy usual.
—Quería comprar helado. Es ilógico, sé que no había ningún lugar abierto a esa hora. ¿Y tú? ¿Venías de una fiesta de súper estrellas?
—De hecho, estaba devastado. Escuchaba a los chicos hablar con sus novias, y yo miraba a mi lado y al único que podía ver era a Paul…No estoy diciendo que no es atractivo, pero ya sabes. Me sentía demasiado solo, la gente y los fans consideraban que yo vivía mi soltería como nadie más…pero siempre llegaba a mi casa, me tiraba en mi cama y abrazaba mi almohada. Esa noche, me embriagué, quería olvidarme de mi patética soledad por un momento, y de pronto, tú apareciste. Gritándome en pijamas, negándote a aceptar mis propuestas, obviando tu resentimiento hacia mí, repitiéndome una y otra vez que yo era un mujeriego porque todas las revistas lo decían.
—Sólo lo decía para molestarte…
—No importa, enserio. Al fin y al cabo, eres una de las únicas personas que logró conocerme realmente. Es decir, todos creen que soy un simple “famoso” engreído, pero sólo soy…
—Un maldito romántico que me tiene jodidamente loca. Vamos, compañero, eres el mejor, lo sabes—Me dijo con una sonrisa—. Y además, me vas a hacer llorar.
—Ahora sí estoy seguro.
— ¿De qué, Hazz?
—De que te amo—Ok, ni idea. No tenía planeado decirlo, sólo salió al aire. Sabía que no recibiría una respuesta por parte de Gin, sólo podía escuchar sus murmullos, tratando de responderme. Veía sus ojos con pequeñas lágrimas, y yo sabía que aquellas estaban acumulándose ahí porque no podía responderme, aunque quisiera. Pero, ¿saben? Decir “te amo” es como…no lo sé, jamás me arrepentiré de habérselo dicho—. Gin…—Con mi dedo pulgar barrí una gotita que estaba a punto de dejarse caer. Ginger solía decir que le daba risa cuando yo hacía eso, ya que en su infantil mentalidad parecía que yo estuviera evitando que una lágrima se suicidara—. No necesito que me respondas, ¿claro? Sólo quiero que lo sepas. No importa si te demoras veinte años en decirme que tú sientes lo mismo por mí, estaré esperando. Pero lo único que ahora sé, es que estoy malditamente enamorado de ti, Ginger Drew.”
Flicking through a little book of sex tips
Remember when the boys were all electric?
Now when she tells she's gonna get it.
La canción proveniente de mi celular me hizo dar un salto y maldecir mentalmente a Arctic Monkeys. Estaba durmiendo pacíficamente, fue injusto.
De mala gana, tomé el celular y posé mis ojos débiles en la pantalla. Efectivamente, no se trataba de una llamada, o algo así. Sino que de un recordatorio, que decía: “¡No olvides que día es hoy, idiota! .x”
Miércoles, 18 de diciembre.
¿Eso era especial? Ni idea por qué mi celular me estaba advirtiendo por ese día, pero decidí ignorarlo.
Al momento de cerrar la nota sonora, me percaté de ocho mensajes que había recibido. Y era de esperarse que se tratara de los tipos de One Direction. ¡Oh, por Dios! ¡One Direction me estaba enviando mensajes!
“Niall :]
Harry Boxeador Styles, haha”
“Louis :]
¿Golpeaste a un paparazzi? ¿Qué demonios tienes en la cabeza?”
“Liam :]
Amigo, me enteré de las noticias. ¿Te encuentras bien? ¿Necesitas que vayamos a visitarte?”
“Mr. Pestañas :]
Hola, quería saber si estabas bien. ¿Lo golpeaste muy fuerte? ¿Qué pasó?, espero que todo esté bien.
Zayn. Xx”
Luego, leí los otros tres mensajes enviados hace aproximadamente una hora.
“Liam :]
No estás en tu casa. ¿Dónde estás metido? ¿Te das cuenta de lo peligroso que es dejar a Gin sola?”
“Louis :]
¡¿Dónde mierda estás?!”
“Niall :]
Querido Harry, agradecería que dieras señales de vida. Nah, enserio, hermano. Tengo a un par de alterados conmigo aquí. Zayn tenía sueño y se quedó dormido en tu sofá…y está babeando, repito, babeando”
Mi corta estadía en Holmes Chapel, en cierta manera, había tenido fruto. Había visto a mi mamá y eso es algo que cualquier persona en el mundo necesita. Además, había conseguido sus sabios consejos de madre. Sin embargo, los alterados de mis amigos eran capaces de venir hasta mi antigua casa y hacerme un interrogatorio. No estaba de humor para eso, así que debía despedirme.
Ya estaba de día así que no necesité encender la luz para guiarme por el pasillo hacia las escaleras; simplemente bajé y encontré a mi madre sentada en el sofá observando una telenovela.
—Mamá. —Musité detrás de ella.
Al verla me dio algo de nostalgia. Tenía los ojos llorosos y la punta de la nariz colorada, probablemente por la muerte de uno de los personajes de su novela favorita. Y aquí venía su hijo favorito, el que nunca se graduó, el que se fue de casa antes de tiempo, el que nunca la visitaba, a decirle que la estadía en el Hotel Anne Cox era sólo por una noche.
Levanté los guantes en señal de que me llevaba lo único servible que había traído conmigo. No tenía la fuerza emocional para decirle con palabras a mi madre que debía irme, pero al parecer ella no entendió. Genial.
— ¿A dónde vas tan temprano, Harry? —Indagó mi querida madre. ¿Por qué me haces esto tan difícil, mamá?
―Mamá―Murmuré lo suficientemente audible para que ella me escuchara.
― ¿Visitarás a Bárbara? Aún falta una hora para que abran la panadería―Advirtió. No, no me escuchó.
―Mamá―Dije un poco más fuerte. Vamos, no podía estar sorda.
―Bueno, no importa. Si vas a la panadería, ¿podrías traer pan de leche para desayunar?―Definitivamente mi madre estaba sorda.
―Mamá―Casi exclamé sin dejar que me volviera a interrumpir―, debo regresar―Y mi corazón se hizo trisas con sólo decir esas dos últimas palabras.
―Oh. ¿Es por Ginger, cariño? ―Anne Cox podía estar sorda, pero era definitivamente una vidente. Asentí como pude y me acerqué a ella para rodearla con mis brazos.
―Te voy a extrañar, mamá―Susurré en su oído antes de besar su mejilla. Estos momentos con ella pasaron de ser diarios a poco comunes y de poco comunes a casi inexistentes.
―Harry―Murmuró mientras se soltaba de mí y me “peinaba” los rizos.
―Perdón, no quiero dejarte, pero tengo que arreglar las cosas con Ginger―Comenté, y luego recordé que ella podría llamar a Ginger y decirle que iba a regresar.
―Harry.
―Mamá, no le digas a Ginger que voy de regreso a Londres―Advertí mientras besaba su mejilla y caminaba hacia la puerta―. Perdón por tener que irme. Sabes que amo pasar tiempo contigo, pero…―Logré decir.
―Harry, hoy es 18 de diciembre. Volverás para Navidad
―Son muchos días.
―Son siete días.
―Ah.
Besó mi mejilla y llamó a Gemma para que me llevara hacia el aeropuerto. Al menos estaba despierta, despertar a Gemma era… digamos que más que complicado. Luego de abrazos y besos―a mi madre, no a Gemma; qué asco―, me subí en el pequeño carro de mi hermana.
Ella estaba muy ocupada hablando con Dios sabrá quién, por lo que empecé a revisar los mensajes de texto que me habían llegado de la famosa banda, ¡One Direction! ¿Cómo habrán conseguido mi número?
Me reí internamente de mi pensamiento y, sí, la inmadurez reinaba en mí.
Abrí la conversación que tenía con Louis y escribí:
“Para: Louis :]
Tengo aire en la cabeza, Lou. Gracias por notarlo. Ya voy de regreso a Londres.”
Mandé el mensaje y borré la conversación. Luego recordé que Ginger no podía saber que estaba regresando porque probablemente se iría a la casa de su madre…o quizá a la de Jeremy. Soy un idiota: sudo idiotez, como idiotez, tomo idiotez, todo idiotez.
― ¿Gemma? ―Pregunté esperanzado de que no estuviera enojada. Las hermanas mayores siempre están enojadas. Y ya, Gemma fue, es y será la mejor hermana del mundo…es sólo que esta relación de amor y odio entre nosotros es bastante común.
― ¿Qué quieres, hermanito? ―Uf, no lo estaba.
― ¿Po-podrías no decirle a Ginger que volveré a Londres? ―Pedí. Si Gemma ya le había dicho a Gin, probablemente la había perdido para siempre. Ya saben, hubiera regresado a la casa de mi suegra... y eso no es bueno.
―No sé qué estás pensando, Harry. Lamento decirte que ya le dije― ¡Gracias Gemma, eres una excelente hermana!
― ¡¿Qué?! ―Exclamé. Gemma soltó una risotada. Veo que mi desgracia equivale a comedia para los demás.
―Es mentira, hermanito. No le diré―La fulminé con la mirada y ella volvió su mirada al camino con una sonrisa en su rostro.
―Gracias, hermanita.
Volví a verificar mi teléfono, Louis no había respondido. Mientras revisaba los otros mensajes, recordé que no le dije a ninguno de mis amigos que Ginger no debía saber que iba de regreso.
Abrí la primera conversación que tenía en mi lista: Niall.
“Para: Niall :]
Sí, soy un boxeador. Le di su merecido. Haha. ¿Podrías decirle a Louis que mire su teléfono? ¿Y a la vez, decirles a todos que no le digan a Ginger que estoy regresando a Londres? Gracias, hermano.”
Dejé mi teléfono sobre mi pierna y empecé una conversación con Gemma. A veces era tan amargada, y a veces era una muy buena amiga. Mujeres. Son extrañas. Ginger no lo es. Ella es una mujer con estilo.
La extraño.
Miré mi teléfono nuevamente, Louis había respondido.
“Louis :]
Hermano, ¿podrías no mandar la información a diferentes celulares? Ya Zayn y Niall se fueron. Liam está obligando a Ginger a agregarlo a Skype y luego de eso se irá. (Sé que estás celoso de Liam, Styles).”
“Louis :]
Yo me quedaré esperando a mi querido Hazz. Te extraño querido mío.”
“Louis :]
Es mentira. Haha.”
Apagué mi teléfono mientras reía por los comentarios sin sentido de Louis. Me despedí de Gemma ya que habíamos llegado al aeropuerto...aunque no fue tan sencillo para ella alejarse de mí. La abracé y casi la dejaba sin respiración. Le repetí unas doscientas cuarenta y tres veces que era la mejor hermana del mundo, y luego de eso bajé con mi querido equipaje. Mis guantes. Esperaba reconciliarme con Ginger pronto, no podía vivir con la misma ropa todos los días. Y tampoco podía seguir viviendo con la sensación de que algo me faltaba.
La vuelta a mi actual hogar no es algo que tiene mucho sentido explicar; avión, mocos en mi nariz, voz gangosa, azafata que no dejaba de mirarme, y que luego me pidió una foto…y finalmente, a las nueve de la noche, abrí la puerta de la casa.
Debo asumir que fue una hermosa bienvenida, no me lo esperaba. Jamás creí que yo le podía importar tanto a alguien…así es, Dora vino corriendo con sus pasitos de gato hacia mí. ¿Y Pan? Nah, quizá me odiaba también.
Caminé por la sala de estar con un centenar de lágrimas acumuladas en mis ojos. ¿Cómo se suponía que debía empezar? ¿Qué le debía decir a Ginger para conseguir que al menos me mirara? ¿Y si la perdía para siempre?
Traté de dejar de atormentarme y pestañé repetidas veces frente al espejo, lo que consiguió que todas esas lágrimas aglomeradas cayeran. Brillante…claro.
Pude ver la luz parpadeante del teléfono, supuse que se trataba de un mensaje sin revisar. También podía escuchar el sonido de la ducha correr, así que supuse que Gin se estaba duchando. Evité que mis celos quemaran dentro de mí y me tomé la valentía de escuchar el mensaje. Así que…
“Hey, me has estado ignorando. Ah, sé que reconoces mi voz. Pero de todas maneras, soy Je-Je-Je-Jeremy. Bueno, si estás enojada conmigo por alguna razón…quería que nos reconciliáramos y que fuéramos a comer algo. Además, necesito saber cómo estás…si has tenido algún problema con tu novio famoso, o algo así. Ya sabes, me preocupo por tu bienestar. Eso es todo, te quiero.”
¡Oh, diablos!
Ignoré la sensación que amenazaba con hacerme llorar más. Es decir, llorar…llorar, ya incluso me sonaba irritante la palabra. ¡Dos días completos sin dejar de llorar! Mis ojos se veían tan hinchados que podía desconocerme a mí mismo, la maldita costumbre de morder con fuerza mis labios cada vez que me ponía tenso había conseguido que estos estuvieran más rojos aún… e incluso mi nariz estaba colorada. Harry El Payasito Styles…suena como a cuento de niños.
Dora me miraba como si entendiera lo que había en mi mente y por la seria crisis a la que me estaba sometiendo. Me iba a agachar para acariciar el pelaje de la única mascota que sentía cariño por mí, pero como cualquier diva, se fue corriendo a la habitación que yo solía compartir con “mi” chica.
Mis pies pesaban como si ladrillos estuvieran atados a mis botas, pero aun así caminé hacia donde nuestro gato había arrancado.
Toda la habitación estaba en orden…daba la impresión de que no hubo ninguna persona habitando ahí por años. Me quedé parado junto a la cama y me mantuve observando la pared, martirizando mi conciencia antes de que mi futuro se fuera a definir por unas solas palabras de Gin. “Se acabó, Harry.” No estaba listo para escuchar eso aún.
—Uh. —Sí, Ginger se había dado cuenta de mi llegada. Me volteé en cámara lenta y la vi ahí, con su cabello mojado y su cuerpo cubierto por una simple toalla. Se veía indefensa.
—Hola—Sonreí. Pero una sonrisa no puede ocultar nada cuando tienes miles de lágrimas humedeciendo tu rostro; así estaba en ese momento. Llorando y sonriendo—. ¿Cómo has estado?—Mi voz estaba quebrada. No podía hacerlo, simplemente no podía. No quería que Ginger sintiera lástima por mí, pero era inevitable dejar que todo en mí se desmoronara. Gin tenía su mirada fija en mí, y su boca estaba ligeramente abierta…sorprendida, al parecer.
—Yo…bien, he estado bien. ¿Cómo estás tú? Los chicos y yo…digo, los chicos han estado preocupados por ti—Asentí frente su última afirmación. Antes de responderle barrí las lágrimas de mi cara con el dorso de mi mano…una vez más mis dientes mordieron mi labio superior, evitando que siguiera llorando. Como sabrán, no funcionó. Pero sonreí de nuevo, o eso intenté.
—Tienes un mensaje—Le dije entonces. Ella alzó las cejas de manera despectiva y supuse que había entendido mal. Incluso Pan, que había estado dormitando al otro lado de la habitación, se había despertado para comenzar a gruñirme.
— ¿Revisaste mi celular?—Inquirió obviamente anonadada. Con algo de debilidad señalé con mi dedo que me refería a que el mensaje estaba en el teléfono de la casa.
—Ah. —Se puso incómoda. Maldición.
— ¿No lo escucharás?—Interrogué de manera curiosa.
—No me interesa—Respondió mirando hacia el suelo—. Hazz…digo, Harry, necesito vestirme—No sé qué pasó por mi cabeza cuando la miré de manera juguetona. Lo único de lo que estuve consiente, fue de la ligera risita que se escapó de los labios de Gin. Esperaba que aquello significase algo. Lo anhelaba demasiado.
Al cabo de unos minutos, entré a la habitación otra vez y me lancé sobre la silla cerca de la puerta. Ginger, quien estaba aplicando crema a sus brazos, me miró por un segundo y luego suspiró.
— ¿Estás resfriado?—Me preguntó de manera suave. Me encogí de hombros frente a su pregunta, ni yo sabía si se trataba de un resfrío o no—. ¿Quieres que te prepare algo?
—No te preocupes, Ginger. Estaré bien—Le respondí de la forma más tranquila que pude. Ella hizo un movimiento afirmativo con su cabeza y luego se metió bajo las sabanas.
Esperé que me dijera algo como: “¿Vienes a dormir o te quedarás ahí?”, sin embargo, se quedó en silencio, al igual que yo.
Una hora de silencio sepulcral, hasta que ella se quedó dormida. Yo me paré de la silla y caminé hacia ella con delicadeza, me arrodillé a un lado de la cama para que nuestras caras quedaran frente a frente. Sabía que la escasa comunicación entre nosotros se trataba de ninguna reconciliación, no obstante, necesitaba a Ginger demasiado como para dejar que mi orgullo terminara matándome.
Con mi pulgar rocé sus labios y finalmente, deposité un diminuto beso sobre ellos, un beso que había estado anhelando demasiado.
—Te amo demasiado, ¿de acuerdo?—Mascullé de manera apenas oíble. Ginger se removió en su puesto y relamió su boca, pero podía divisar que el sueño y la pereza ni siquiera le permitieron percatarse de lo que yo acababa de hacer.
Completamente derrotado, me acosté a un lado de Gin y mis brazos rodearon su cintura. Besé su cara y traté de que mis lágrimas no fueran a caer en sus mejillas…eso hubiera sido devastador, y seriamente deprimente. Me di el tiempo de acariciar el hombro de Ginger un momento, y luego mi mano se dirigió lentamente hacia la de ella; mis dedos se entrelazaron en los suyos y apreté su pequeña mano con suavidad. Cerré los ojos y entonces, sentí como Ginger respondió frente a mi acto anterior, devolviendo otro apretón.
De inmediato traté de verificar si Gin estaba despierta al momento en que hizo aquello, pero sus ojos se mantenían sellados, durmiendo pacíficamente.
Ginger era la única persona que me podía mantener despierto toda la noche. Hace tiempo que no la veía dormir y al menos eso es lo que necesitaba en ese instante para estar tranquilo. O más bien, sólo la necesitaba a ella.
HELLOOOOOO!!! Un lindo cap para ustedes escrito mayoritariamente por mi queridísima Mack Aplausos para ella. Quiero que Garry vuelva a ser Garry :c ¿Ustedes no? Lamentamos que hayan tenido que esperar más de un mes para un capítulo ._. Diciembre y enero fueron meses... extraños. I love you all. Gracias por leer y por hacernos felices con sus hermosos comentarios. (Perdón si no hemos respondido algunos de ellos, pero les aseguro que los hemos leído y nos encanta ver sus reacciones :3 )
anamelissap
Re: If I Stay. |Harry Styles|
Aww lindo cap.. espero qe Gin y Harry arreglen sus problemas y este todo bien
Seguila pronto
Seguila pronto
Magui Styles Malik
Re: If I Stay. |Harry Styles|
YEI! Valió la pena la espera,el chapter estuvo genial :333 Aunque siempre perdura la tristeza en el :c Ojalá ambos dejen su orgullo de lado y vuelvan a ser Garry,como antes♥ Ginger debe dejar de hacer eso de cortarse y Harry debe dejar de ser tan...impulsivo. Estuvo mal todo lo que se dijeron,me da rabia (? porque saben que se aman y dan pelota a otras mierdas en vez de lo que realidad importa: Garry *-*
Adoro como se tratan Harry y Gemma jajaja se parecen a mí y a mi hermano,solo que nosotros jamás no diriamos te quiero o hermanita,sería suicidio (? xddddd
Chicas,el cap fue hermoso y espero suban otro prontico *-* el flashback es tan svcxjbh fo,que vuelvan a lo de antes (no puedo dejar de repetirlo ._.)
Como ya te dije,analia,me quedé dormida cuando terminé de leer,pero ahora,después de no sè cuanto tiempo de haber acabado xd te comento :B
Besossosososososo<333
PD: no se tarden mucho para el próximo,ah xd.
#teamgarry♥ i love you all<333333 c:
Adoro como se tratan Harry y Gemma jajaja se parecen a mí y a mi hermano,solo que nosotros jamás no diriamos te quiero o hermanita,sería suicidio (? xddddd
Chicas,el cap fue hermoso y espero suban otro prontico *-* el flashback es tan svcxjbh fo,que vuelvan a lo de antes (no puedo dejar de repetirlo ._.)
Como ya te dije,analia,me quedé dormida cuando terminé de leer,pero ahora,después de no sè cuanto tiempo de haber acabado xd te comento :B
Besossosososososo<333
PD: no se tarden mucho para el próximo,ah xd.
#teamgarry♥ i love you all<333333 c:
Delph.
Re: If I Stay. |Harry Styles|
Owww ojala estén juntos de nuevo LO AME. casi lloro siganlaa
EliDirectioner12
Re: If I Stay. |Harry Styles|
¡ME ENCANTÓ EL CAPÍTULO! vaya que valió la espera, me acuerdo que siempre me metía acá para ver si ya habían subido.
En ciertas partes moría de risa, pero en otras no tanto, estaban a punto de hacerme llorar.
Ahora que lo noto, creo que sí es normal esa relación de hermanos, el mío es así conmigo, siempre que llego me hace cara de asco, pero bueno, jamás me ha dicho cosas bonitas(? :c en fin, me encanta la relación de hermanos entre Harry y Gemma.
Gin "Está en el trópico bronceándose" JAJAJA ok, que buena explicación dio Harry, jajajaja.
Pero cuando llegó con su mamá :'D na, eso es mentira, yo también amo a Garry!! los dos son tan lindos y yo quiero que se reconcilien, el orgullo es malo, mata el alma y la envenena, ok, creo que eso no va acá, pero si es malo, así que exijo que ya se amen.
Gemma está en sus días, Harry bien experto en eso, jajajaja.
Claro, es muy normal levantarte a las dos de la mañana por un helado (: ¡Gin mintió! los OXXO'S siempre están abiertos las 24 hrs, yo siempre voy por uno de fresa a las 3 de la mañana.
Ese flashback me partió el corazón, son tan lindos los dos, cuando Harry le dijo que la amaba fue tan lindo, yo quiero un Harry así :c morí de risa con lo de las lágrimas x) jamás lo había pensado, pero es verdad :o creo que algunas son suicidas.
¿Y porqué el miércoles es especial, que tiene un recordatorio? D: jajajajajaja
Al momento de cerrar la nota sonora, me percaté de ocho mensajes que había recibido. Y era de esperarse que se tratara de los tipos de One Direction. ¡Oh, por Dios! ¡One Direction me estaba enviando mensajes!
JAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAAJAJ Ay juro que morí en ese momento jajajaja, también el de ¿cómo consiguieron mi número!? que suerte tiene Harry 7n7 yo desearía tener un mensaje de esos cinco muchachones.
Cuando llegó a su casa, fue tan ¡ah! maldito Jeremy, lo odio se entromete en el lindo amor de Harry y Gin. Peeero, ella no ha hablado con él ni nada de eso, lo que significa que no pasó nada, o sea que no la consoló ni nada parecido, Ginger no siente nada por Jeremy, ella ama a Harry! yo lo sé, nopues.
Sigo diciendo que me encantó el capítulo y espero que suban pronto :3 xx.
En ciertas partes moría de risa, pero en otras no tanto, estaban a punto de hacerme llorar.
Ahora que lo noto, creo que sí es normal esa relación de hermanos, el mío es así conmigo, siempre que llego me hace cara de asco, pero bueno, jamás me ha dicho cosas bonitas(? :c en fin, me encanta la relación de hermanos entre Harry y Gemma.
Gin "Está en el trópico bronceándose" JAJAJA ok, que buena explicación dio Harry, jajajaja.
Pero cuando llegó con su mamá :'D na, eso es mentira, yo también amo a Garry!! los dos son tan lindos y yo quiero que se reconcilien, el orgullo es malo, mata el alma y la envenena, ok, creo que eso no va acá, pero si es malo, así que exijo que ya se amen.
Gemma está en sus días, Harry bien experto en eso, jajajaja.
Claro, es muy normal levantarte a las dos de la mañana por un helado (: ¡Gin mintió! los OXXO'S siempre están abiertos las 24 hrs, yo siempre voy por uno de fresa a las 3 de la mañana.
Ese flashback me partió el corazón, son tan lindos los dos, cuando Harry le dijo que la amaba fue tan lindo, yo quiero un Harry así :c morí de risa con lo de las lágrimas x) jamás lo había pensado, pero es verdad :o creo que algunas son suicidas.
¿Y porqué el miércoles es especial, que tiene un recordatorio? D: jajajajajaja
Al momento de cerrar la nota sonora, me percaté de ocho mensajes que había recibido. Y era de esperarse que se tratara de los tipos de One Direction. ¡Oh, por Dios! ¡One Direction me estaba enviando mensajes!
JAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAAJAJ Ay juro que morí en ese momento jajajaja, también el de ¿cómo consiguieron mi número!? que suerte tiene Harry 7n7 yo desearía tener un mensaje de esos cinco muchachones.
Cuando llegó a su casa, fue tan ¡ah! maldito Jeremy, lo odio se entromete en el lindo amor de Harry y Gin. Peeero, ella no ha hablado con él ni nada de eso, lo que significa que no pasó nada, o sea que no la consoló ni nada parecido, Ginger no siente nada por Jeremy, ella ama a Harry! yo lo sé, nopues.
Sigo diciendo que me encantó el capítulo y espero que suban pronto :3 xx.
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