Let Me Go. /Larry Stylinson.

Nombre: Let Me Go.
Autora: harrystlouis/yo
Género: Romance, intento de smut.
Advertencias: Si eres homofobico raja de acá. O si no te gusta Larry. No es tu lugar.
Otras páginas: No.





                                         Let Me Go. 
 

Sumario: Harry tiene un novio abusivo y Louis siempre está ahí para consolarlo.
Louis narra cómo es la vida de Harry, y cuenta cada detalle de cuánto tiempo pasan juntos.



 
Narra Louis.

 
Otra noche en la cual Harry vuelve a mis brazos, el miedo, las lágrimas, el dolor vienen junto a él. Llenándome de paso a mí igualmente. Otra noche en la cual tengo que acariciar sus rizos, antes suaves, ahora despeinados, desarreglados. Otra noche en la cual tengo que soportar ver en lo pálido de su piel esas marcas, y hematomas, dejando su piel de porcelana llena de marcas. Otra noche en la cual tengo que sostenerlo en mis brazos.
Antes parecía tan fácil verlo de la mano junto a ese hombre, llenos de amor, llenos de sonrisas que contagiaban a cualquiera. Donde solo existía el amor de por medio. Hoy eso había desaparecido de la faz de la tierra. Hoy solo quedaban las cenizas de un amor mal cuidado, de las cuales las vendas que lo cubrían ya habían terminado por arrugarse y mancharse por completo de la sangre de un inocente. Pero Harry nunca ha querido entender eso. Tampoco hablar, lo único que espera de mi cuerpo son mis brazos, nada más.

 
Mientras las lágrimas ya van cesando, y los sollozos convirtiéndose en solo respiraciones entrecortadas, yo acaricio sus rizos, mientras le susurro palabras alentadoras, las típicas de todo esto va a estar bien. Luego él se acurrucara más cerca de mí, pidiendo algo más de calor, parece un niño perdido en un mundo de adultos. Olisqueo su cabello, el típico olor a champú de coco, el cual siempre usa. Y como siempre se mezcla con el olor de la sangre.  Te he pedido más veces de las que has podido imaginar que te alejes de él. Cuantas veces soñé con despertarme a tu lado, y sonreírte de una manera reconfortante, para hacerte sentir seguro. Luego de pensar en toda una vida juntos la cual se ve más lejano a mis propios sueños de niño pequeño. Luego te recostare en mi cama, y aun no te he soltado. Y tú me pedirás en un susurro tierno, que te diga que todo estará bien, aunque ambos sabemos que nunca ha sido así.
 


Tiempo después de que tus sollozos terminen y tu respiración se haga regular, conversaremos un rato, unos diez minutos, te sorprenderías si te digo que cada noche que has huido de tu hogar para venir a llorar a mis brazos, he contado cada segundo, minuto e incluso hora de las cuales pasamos juntos. Yo disfrutando de tu compañía y tú de la mía. Pero lamentablemente solo durará una noche.
Quizás en la mañana prepararemos el desayuno juntos, y comeremos, solo si es que tú ya no te has ido en la madrugada, cuando tú piensas que yo estoy dormido. Pero te tengo que decir que despierto cada vez que no siento tu calor envolviendo mis piernas, y tu cabello haciendo cosquillas en mi pecho.
 
“Deberías dejarlo, sabes que él no es bueno para ti, mereces más de lo que él te da, tu cuerpo tiene las marcas de la furia grabada en ella. ¿Aun quieres esta vida Harry? Te decía yo,  y tú pues simplemente evitabas mis palabras como prófugo evitaba a los policías.
“Él hace esto por amor, yo cometo errores, y él me hace pagarlos. Tú no sabes nada, deja que él me ame de esta manera”.  Respondías enojado. Mentira. Respondías triste, sabiendo que mis palabras se alojaban en tu cabeza. Haciéndote dudar de tu vida junto a él.

Cada día llegabas más cansado a refugiarte en mis brazos. Más atormentado por cada nuevo golpe que él te proporcionaba solo por romper un vaso. O quizás simplemente respirar cerca de él. Los sucesos continuaban. No paraban. Tú no querías que pararan, nunca nadie te dio otro significado del amor que no sea por medio de los golpes. Tu madre. Tu padre. Y ahora tu novio. Todos ellos te hicieron sentir que el único significado del amor era a través de los golpes.

 
En tu vida, he sido la única persona que te ha tratado con el amor que mereces. Y lo seguiré demostrando hasta que veas que el amor está en la persona que nunca imaginaste.

 
Mientras te veo dormir tranquilamente entre mis brazos, con una sonrisa en tu rostro y me pregunto ¿Qué estará pasando en tu cabeza de niño inocente? La respuesta nunca llega a mí.  Pues, nunca he sido de las personas que pueden ver más allá de las sonrisas falsas. Quizás solo contigo Harry. Luego, mientras aun trato de verte dormir. Mis ojos se van cerrando lentamente, haciendo que caiga en un sueño profundo.  Y en mis sueños todo es absolutamente perfecto. Tu y yo juntos abrazados y riendo de cualquier cosa. Tú estás de nuevo entre mis brazos. Pero esta vez de manera diferente.  Se siente diferente. Y es solo porque estamos juntos, como una pareja, la cual siempre ha tenido un momento de felicidad entre las lágrimas. Lo cual tu siempre has deseado, y que lamentablemente nadie, por el momento te ha dado. Solo yo. Y tú me lo agradeces una y otra vez.  ¿Por qué será que solo en los sueños todo es perfecto?

 
Y finalmente despierto, y no por no sentir el calor de tu cuerpo, porque lo siento, estas aquí, a mi lado. Y yo aún te sostengo entre mis brazos. Me despierto gracias a la pequeña risa que sale de tus labios, la cual suena algo áspera, gracias a que recién has despertado.

-¿Sabías que roncas Lou? Fue lo primero que dijiste al ver mis ojos clavados en los tuyos, que aún tenían unas marcas rojas, gracias a las lágrimas. Que desde un principio nunca debiste de derramar. Te veo, y me quedo descolocado a tal bella imagen frente a mis ojos. ¿Acaso eres real? Mi cabeza se hace esa pregunta una y mil veces. Aun sin encontrar una respuesta coherente.
-Sí, lo sabía, pero tú no te quedas atrás Harry.- Te respondo en un susurro, tratando de que mi voz no suene tan cansada, tratando de ocultar la tristeza que aún está dentro de mi cuerpo.
-Pues, no tanto como tu Lou, pero no me molesta, de hecho creo que me servirías de despertador.

Dices dirigiéndome una sonrisa burlona. Y al ver mi cara, tú comienzas a reír. ¿Alguna vez te dije cuanto amaba escuchar tu risa por las mañanas? Quiero albergar la esperanza de que alguna vez te lo dijera. Pero no creo que sea así. Pues nunca fui bueno en expresar otro sentimiento que no fuera felicidad. Y el sentimiento que se me escapa entre los dedos cuando estas junto a mí no es solo felicidad. Si no también amor. ¿Y cómo lo expreso? Nunca lo entendía, mamá decía que era con pequeños detalles que valían más que cualquier regalo costoso. Me decía que una sonrisa sincera valía más que un reloj caro. Que un abrazo valía más que una chaqueta de cuero comprada en una de las más caras y conocidas boutiques de la cuidad. Y que un te quiero sincero valía más que un yo también. Decía que un te quiero siempre se respondía de la misma manera.  ¿Cómo te responderá tu novio cuando le dices te quiero Harry? Esa pregunta se viene de repente a mi cabeza.
 
-Lou, tengo hambre. ¿Podemos ir a desayunar? Ayer no comí nada y mis tripas están más que hambrientas.

Me suplicaste mientras que sobabas tus manos en tu estómago, haciendo esa cara de la cual nunca nadie ha podido librarse sin antes conseguirte lo que quisieras. Y yo nunca sería la excepción.  Siempre caería ante tus pies Harry, de eso nunca dudes.
Luego del pequeño asentimiento de cabeza que te he brindado, tú prácticamente saltaste de la cama la cual compartíamos hace unas horas. Y corriste hasta el baño.  Y yo escuchaba como prendías la llave de la ducha, quizás para darte un pequeño descanso, o simplemente para hacerme creer que te bañabas mientras nuevas lágrimas caen por tus mejillas. Pero que esta vez no has querido que yo viera. Siempre prefería pensar en la primera opción.
 


Yo mientras te esperaba abajo, preparando el desayuno que tanto te gusta, veo mientras que preparo tu café con leche. Una maleta, que se instala casi al principio de la entrada. ¿Esa maleta era mía? Pues no, desde hace años que no salgo de viaje, y pues nunca he sacado mis maletas de mi armario. Doblo mi cabeza, tal cual haría un perro confundido. Y mire fijamente aquella maleta. Para después caer en cuenta de que era de Harry. Los recuerdos de esa vez que fuimos a la playa y Harry se presentó con esa misma maleta volvían a mi mente.
Aun sin entender mucho, mientras que las preguntas se van juntando abruptamente en mi cabeza, comienzo a preparar el té para mí.  Tratando de que mi imaginación no saque ideas incoherentes, como Harry ha venido a quedarse aquí contigo. O Harry termino con su novio y ha venido a estar junto a ti para darte una oportunidad. Siempre me caracterice por darme ideas adelantadas de los verdaderos hechos, que aunque nunca fallaban, siempre estaba el beneficio de la duda.


-¿Louis? Sentía tu voz preguntona, nunca había disfrutado mi nombre en los labios de alguna persona en mi vida como lo hago en los tuyos.
-¿Si? Te respondía, mientras veía como venias acercándote a mí y te quedabas en la barra, esperando a que yo te sirviera el desayuno.
-Nada, solo quería saber dónde estabas, ¿ya está listo el desayuno?
No despegabas tu mirada de mis movimientos, mientras freía los huevos, preparaba los brownies de chocolate, más tu leche, siempre fuiste muy desordenado al comer, pero toda la grasa que comías la quemabas en el gym. Recuerdo que siempre me ponía celoso ya que tú siempre fuiste de un abdomen plano, comieras cuanto comieras. Y pues yo, me tenía que matar en el gimnasio para poder borrar la pequeña pancita que tanto me incomodaba. Pero tú siempre me elogiabas y me decías que era adorable cada vez que las inseguridades me ganaban.  Y eso siempre hacia que me sonrojara de sobremanera, siempre era así cuando estaba contigo.  

-Sí, bien, ahora siéntate ya que la leche esta cliente, y tú siempre te quemas con ella. Así que te pido por favor que tengas cuidado. –Te advertí, ya que desde pequeño siempre fuiste muy descuidado, mientras corrías te raspabas las rodillas, o te golpeabas en la nariz. Y yo era el único que te cuidaba y te desinfectaba cualquier herida. Claro, menos a de tu corazón.

 
Como siempre comíamos en silencio, hoy prefiero prevenir y puse la radio. Sonaba “It will rain” de Bruno Mars, uno de nuestros artistas favoritos.  Pero esta vez fue diferente, no tanto, pero la noticia me llego como un balde de agua fría, e hizo que el café se escapara de mi boca de una manera ruidosa. Creo que nunca podré olvidar las palabras.

-Creo que ya viste la maleta, ¿no? Pues, me escape de casa, y termine todo con mi novio, hoy por fin entendí que él no era para mí, así que por favor ¿puedo quedarme aquí contigo?-  Dijiste las palabras como un rayo, mientras que tomabas un largo sobro de tu leche, sin mirarme. Sin ver mi reacción, que prácticamente fue de sorpresa total. Los ojos muy abiertos, mientras escupía todo mi café, y tú, a pesar de todo, soltabas una pequeña risa.
-¿Qué hiciste qué? ¿Qué estarás dónde?- recuerdo que fue lo único que pude decirte al momento en que reaccione. Bien, vamos ordenando las ideas.

Primero; te escapaste de tu casa, la cual compartías con tu novio.
Segundo;  Terminaste tu relación con él porque entendiste al fin que él era una mierda.
Tercero; Te quieres quedar aquí, junto a mí.

Bien, no sé si reír de la felicidad, o llorar por la misma razón. Prefiero la primera, y espero que no suene muy burlesca. Y no lo hace, gracias a dios.

-¿Así que terminaste todo? ¿Y cómo se lo tomo él? También, fue lo primero que pregunte coherentemente, al ver que tú no me respondías, y solo sonreías.
-Sí, termine todo, y se lo tomo como una puta cabra. Pero, no hará nada en nuestra contra, digo, después de que lo deje, los policías vinieron, y se lo llevaron.
-Pues, me alegro… espera ¿Qué? ¿Los policías?  Otra cosa para tragar, ¿Qué estaba pasando?
-Sí, lo demande por mis golpes, y se lo dije todo a la policía, se lo llevaron, creo que tendrá una buena vida ahí dentro. Claro, la que se merecía.  

Hablaste tranquilamente, dejándome helado, al fin hiciste todo lo que tenías que hacer. Al fin aprendiste cuanto valías, y creo que yo no he estado tan feliz en toda mi vida.
Te sonreí, era lo único que podía hacer en ese momento, pues, estaba más que feliz.  Por ti, más que nadie, pues al fin te has librado de todo este mal. El cual no te merecías.
Mi café, creo que se enfrió, pero eso no importo, pues el calor que me brindaba el café cada vez que tomaba un pequeño sorbo, fue reemplazado por unos gruesos, y suaves labios. Que se movían lentamente sobre mi boca, tratando de formar alguna reacción en mí. Pero ahora que sucedía, ni mi mente, ni mi cuerpo podían reaccionar, y al parecer tú te arrepentiste de ese beso, que obviamente no fue correspondido.  Ya que lentamente te alejabas, dejando una sensación de frió en mis labios, gracias a tu respiración.

 
Pero, de la misma manera, la cual tú me dejaste helado, y sorprendido, ahora me tocaba a mí. Puse mi mano sobre tu nuca, y se acerque de nuevo a mí. Juntando de nuevo nuestros labios, esta vez por parte de los dos. Y no creo que haya una mejor sensación que tus labios sobre los míos. Los gruesos y suaves labios, haciendo movimientos lentos y sensuales sobre los finos, y algo resecos. Esto era perfecto, pero ¿Cómo sería tomar más de Harry? Este roce no era nada más que eso, un roce, pero yo quería más, y no iba a dejar pasar la oportunidad.  
 

Sube la segunda parte porfiiiiiiiis
Me a encantado

almu_bieber escribió:Sube la segunda parte porfiiiiiiiis
Me a encantado

Ya la subí :D 
me encanta que te encante xx

Así que delinee tu boca con mi lengua, pidiendo el permiso, que de inmediato fue concedido, al fin 
pude sentir tu lengua, junto a la mía, desatando una guerra en nuestras bocas, te tome de la mejilla, y te acerque aún más a mí en toda la medida posible. Necesitaba sentirte, necesitaba que fueras mío.
 

-¿Por qué Harry eh? Te pregunte al momento de separarnos. Tú tenías tus mejillas levemente sonrojadas, haciéndote algo más adorable que antes.  Simplemente no era algo normal sentir tanto amor por una persona, ¿habrá un límite para el amor? ¿O simplemente son sentimientos que no tienen límites, y que nos hacen cometer locuras?
-Porque por mucho tiempo Louis, estuve cegado por culpa de un hombre al cual no amaba, y no amé. Porque siempre tenía en mi mente a una persona, que siempre estuvo a mi lado, y que lamentablemente hasta ahora, no había podido ver. Y ahora que te veo, veo mis sentimientos, y quiero que esto cambie, para bien. Hoy Louis, por favor, sostenme en tus brazos de manera diferente.
 
 
Susurraste en mi oído, enviando corrientes eléctricas a todo mi cuerpo, al fin escuche esas palabras que tanto desee. Te sonreí tímidamente, mientras que te daba un asentimiento de cabeza. Tú tomaste mi rostro entre tus manos, y me diste un pequeño beso en la punta de mi nariz.
Para luego tomar mi mano y subir las escaleras corriendo, como lo hacíamos cuando niños,  pero esta vez para hacer algo diferente, y los dos lo tenemos presente. A ambos nos comienzas a inundar esas imágenes de niños, cuidándonos y protegiéndonos mutuamente, como lo habíamos prometido.  Llegamos a mi cuarto, y nos adentramos, tú me sueltas dentro ya, y luego cierras la puerta, yo te espero ansioso. Nunca había estado tan nervioso y excitado en toda mi vida.  Los nuevos sentimientos me llenan y hacen que se oscurezcan mis ojos, y que mis labios se entreabran.  Tú me miras de esa forma felina y te acercas lentamente a mí, y eso es lo que faltaba para que yo perdiera la poca y nada de cordura que alguna vez tuve.
 
Cuando llegaste a mí, te tome de la cintura, y te acerque a mí, fue divertido en el momento, ya que tenía que mirar hacia arriba para lograr verte a los ojos.  Y lentamente nos acercamos, yo me puse en la punta de mis pies, alcanzándote. Cuando nuevamente juntamos nuestros labios ambos sonreímos, esto era lo que queríamos.
 

Aun sin soltarnos, caminamos hasta la cama, donde tú me tiraste, sujetando mi espalda,  como si de porcelana se tratase. Nuevamente nos acercamos, ahora el ambiente cambia, de uno tierno y pasional, a uno de excitación total. Placentera, mientras que nuestras manos van vagando por nuestros cuerpos necesitados. Pese mis manos por tu ancha espalda, llegando hasta el inicio de tu playera, y lentamente fui desprendiendo la tela de tu cuerpo. Mientras sentía como tu boca recorría mi cuello, dejando varias marcas. Te alimentabas de mis jadeos y suspiros entrecortados. Nos separamos por unos segundos cuando te saque la playera, dejando al descubierto tu pecho, con unos pequeños pero significativos tatuajes. Y pase mis manos a lo largo de tu pecho, sin mirarte a los ojos. La incomodidad se había adueñado de mi mente en ese momento. Pero no me detendría ahora. Lentamente cada uno de nosotros fuimos quitándonos las prendas que nos tapaban la visa del cuerpo del otro. Hasta que ambos quedamos solo en ropa interior.
Ahora cambiábamos las posiciones, yo estaba sobre besando tu cuello, mientras que tus gemidos y jadeos llenaban la habitación. Sentía como tu mano bajaba, hasta llegar a mi trasero, y cuando le diste un leve apretón, yo solo reí, al ver tu rostro sonrojado.  Lentamente fui bajando desde tu clavícula, hasta tu estómago, dejando marcas, lamiendo, mientras que tú te retorcías bajo mi toque. Cosa que amaba. Hasta llegar a la cinturilla de tu bóxer, tirando con mis labios lentamente hacia abajo, dejando al descubierto tu notable erección. Mira hacia arriba, solo para verte con los ojos cerrados y tu labio inferior entre tus dientes. Y eso me basto para saber que estabas disfrutando igual que yo, y comenzar a bajar de nuevo,  pasando por tu muslo interno, dejando pequeños besos ahí. Hasta llegar a tu miembro, tomarlo entre mis manos, y masajearlo lentamente, arriba, abajo, arriba, abajo. Para luego tomar la punta entre mi boca, tomado en líquido pre seminal.  Ahora, completamente tomar tu miembro en mi boca, ganándome un brutal gemido de tu parte. Pasando mi lengua por toda tu longitud, dando espacios entre mi boca, mientras sentía como tomabas mi cabello, y lo hacías a tu ritmo, moviendo las caderas para más sensación.  Unos minutos más tarde, ya éramos todo sensaciones. Mientras que tú me quitabas la ropa interior, y besabas mi cuero, sin dejar espacio que tus labios no hayan tocado, nuevamente estábamos aquí.

 
Yo encima de ti, tú con tus piernas alrededor de mi cintura, nuestras erecciones rozándose, haciendo que ambos gimiéramos con la tan placentera sensación. Alargue mi brazo hacia la mesita de noche, y saque el lubricante, dejándolo en la cama luego de haber puesto algo sobre mis dedos, y en tu entrada. Te mire por última vez, viendo algún signo de arrepentimiento en tu rostro. El cual no encontré. Así que procedí a  meter un dedo en tu entrada lentamente, para que te acostumbraras a la invasión. Lo movía lentamente, luego uno más, para que te adaptaras mucho mejor, y no es por ser muy engreído, pero mi miembro no era tan pequeño como para no acostumbrarte primero. Luego un tercero, y los movía para que te acostumbraras a la sensación, mas con tu ayuda mientras movías las caderas. Ya estabas listo.
 

Saque mis dedos, ganándome un gruñido en protesta de tu parte, para luego volver a gemir fuertemente cuando sentiste como mi pene se  alineaba en tu entrada, pensé en ponerme un condón, pero tanto tú como yo, queríamos sentirnos.  Así que lentamente entre en ti, llegando hasta el fondo.  Quedándome ahí, esperando, mientras que te besaba para callar el dolor, y las pequeñas lágrimas, tomando tu mano, y entrelazando nuestros dedos.  Luego sonriéndote tiernamente para que te sintieras seguro. Para luego de unos momentos, asintieras con la cabeza, para al fin moverme dentro de ti. Y no recuero alguna sensación más placentera y excitante que esta.  Me movía, a cada movimiento dejando para escuchar tus gemidos incontrolables, nunca lo hice rápido. Quería disfrutar de ti, verte con los ojos cerrados, y tomando en un puño las sabanas.

 
Luego todo se volvió más rápido, tome tu miembro entre mis manos, para aumentar el placer, moviendo mi mano al ritmo de las embestidas,  unos minutos faltaron para que ambos nos corriéramos gritando en nombre del otro. Mientras que me tiraba sobre ti, dejando todo mi peso en ti, mientras tratábamos que nuestras respiraciones se tranquilizaran al igual que los latidos de nuestros corazones.  Salí de ti, ganando un pequeño jadeo de tu parte, para ponerme a tu lado, y cubrirnos con las sabanas. Mientras sentía como te ponías a mi  espalda, y tomabas mi cintura con tu mano, protegiéndome, y entrelazando nuestras piernas. Ese acto me hizo sonreír.
 
-Eso fue alucinante Louis… gracias, me hace sentir bien estar entre tu brazos. Así que por favor nunca me dejes, quiero que este sea mi hogar de por vida Lou. Me siento seguro, nunca me dejes por favor…
 
Me dijiste en un susurro, me di vuelta para quedar cara a cara junto a ti. Pero tú ya estabas dormido, con una pequeña sonrisa en tu rostro. Te acaricie la mejilla, haciéndote sonreír. Lo que me contagio a mí de igual manera.

-Nunca te dejare Harry… te amo…

Te volví a susurrar, mientras acariciaba tus rizos, haciendo una promesa de jamás dejarte. Y la iba a cumplir, sea como sea, siempre estaría a tu lado, sin importar el que, el cuándo o el donde, me quedaría aquí, junto a ti. Siempre.

Me encanto de verdad *-*
A sido precioso enserio ^^
Espero que sigas escribiendo asi tan lindo y yo siga leyendote 
Besitos :hug:

almu_bieber escribió:Me encanto de verdad *-*
A sido precioso enserio ^^
Espero que sigas escribiendo asi tan lindo y yo siga leyendote 
Besitos :hug:

Ow, babe c: me haces llorar c':
Muchas gracias, tu comentario me anima a seguir de verdad c:
asdf Así lo haré muchas gracias linda.
Besos Yo xx.

Awwwwwwwww fue precioso tan tierno

Dimples'sHarold escribió:Awwwwwwwww fue precioso tan tierno

asdfghjk si, gracias por leer. c':
Yo xx.

Debby1D escribió:Fue hermoso, muy muy muy hermoso.
La situación al principio era muy triste y difícil. Pero al final todo se soluciono cuando Harry pudo ver quien era a quien realmente quería en su vida. Dejo esa relación enferma y se quedo con la persona que siempre lo amo :'))))
En fin, me encanto.
Adios ♥

Oh muchas gracias de verdad.
Lo sé, es de esos momentos en que te das cuenta de la verdad al tiempo medio ah.
Me encanta que te encante.
Adiós.
Yo xx.