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"Mensaje en una botella"(Nick y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Mas cap XD les va a gustar...al fin sale Nick :)
_____ encontró fácilmente la embarcación porque la gran mayoría de los botes eran blancos, mientras que el Happenstance tenía el color natural de la madera. Sin embargo, al aproximarse se dio cuenta de que no parecía haber nadie cerca. Luego de mirar si Nicholas andaba por ahí, buscó el nombre en la parte posterior de la embarcación. Se trataba, en efecto, del Happenstance. Hizo a un lado el cabello que el viento le había hecho caer sobre el rostro y se dedicó a admirar el bote unos momentos. Era hermoso, elegante y tenía un acabado brillante. Era más original que los veleros atracados a su lado y entendió por qué en el diario se había elegido escribir un artículo sobre él. En cierta forma le parecía una versión en miniatura de los barcos de piratas que había visto en las películas.
Caminó durante algunos minutos, observándolo con detenimiento desde diferentes ángulos.
Por fin decidió que regresaría a Island Diving un poco más tarde. Era evidente que el hombre de la tienda estaba equivocado. Después de echar un último vistazo al velero, se volvió para marcharse.
Un hombre se hallaba de pie a menos de un metro de ella.
Era Nicholas...
Sudaba por el calor de la mañana y su camiseta estaba húmeda en algunos lugares. Le había arrancado las mangas, por lo que dejaba al descubierto los músculos torneados de sus brazos y antebrazos. Llevaba unos pantaloncillos cortos caqui y zapatos deportivos de los que se usan sin calcetines para navegar en botes de vela, y se veía como alguien que pasa la mayor parte del tiempo, si no es que todo, cerca del mar.
Él la miró mientras ella daba un involuntario paso atrás.
—¿Puedo ayudarla en algo? —preguntó él.
Por un momento lo único que pudo hacer fue observarlo. A pesar de haber mirado antes su fotografía, se veía mejor de lo que había esperado, aunque no estaba segura de cuál era la razón. Alto, de hombros anchos, no era extremadamente atractivo, pero había algo seductor en él, algo muy masculino en su manera de plantarse frente a ella.
Ella se movió hacia el Happenstance.
—Sólo estaba admirando su bote. Es muy hermoso.
—Gracias —dijo él con amabilidad—. ¿Ya nos conocemos?
_____ negó lentamente con la cabeza.
—Creo que no.
—Entonces, ¿cómo supo que el bote era mío?
Ella respondió con alivio:
—¡Ah! Vi su fotografía en la tienda, en los artículos que están en la pared. El joven dependiente dijo que usted estaría aquí y pensé que si era así podría venir a verlo por mí misma.
—¿Él le dijo que yo iba a estar aquí?
Ella guardó silencio mientras se esforzaba por recordar las palabras exactas.
—En realidad me dijo que usted se encontraba en los muelles. Yo simplemente supuse que se refería a este lugar.
Él asintió.
—Estaba en el otro bote, el que usamos para bucear.
Un pequeño bote de pesca hizo sonar su sirena y Nicholas se volvió y saludó al hombre que iba de pie en la cubierta. Una vez que se hubo marchado, Nicholas se volvió a verla de nuevo y le sorprendió notar lo hermosa que era. En un impulso bajó la mirada y tomó el pañuelo rojo que llevaba en el bolsillo trasero. Se limpió el sudor de la frente.
—Hizo un excelente trabajo de restauración —aseguró _____.
Él esbozó una sonrisa mientras guardaba el pañuelo.
—Gracias. Es usted muy amable.
_____ miró primero el Happenstance mientras Nicholas hablaba, y luego lo miró a él.
—Sé que no es asunto mío —dijo como quien no quiere la cosa—, pero, ¿le molestaría si le hago algunas preguntas sobre él?
Por la expresión del rostro se dio cuenta de que no era la primera vez que le pedían que hablara acerca del velero.
—¿Qué le gustaría saber?
Ella hizo su mejor esfuerzo para que pareciera una conversación ligera y casual.
—Bueno, ¿de verdad se encontraba en tan malas condiciones cuando lo adquirió, como sugiere el artículo?
—En realidad estaba mucho peor —él se acercó y señaló los diversos puntos del bote conforme los mencionaba—. Gran parte de la madera se hallaba podrida cerca de la proa; le entraba agua por los costados... era un milagro que aún se mantuviera a flote. Terminamos reemplazando una buena parte del casco y tuvimos que lijar el resto por completo y luego sellarlo y barnizarlo de nuevo. Y eso sólo en el exterior. El interior requirió de muchísimo más tiempo.
Aunque ella notó que él habló en plural al responderle, decidió no comentarlo.
—Debe de haber sido mucho trabajo.
_____ sonrió al decirlo y Nicholas sintió que algo tocaba una fibra en su interior. Era muy bonita.
—Lo fue, pero valió la pena —comentó—. Es más divertido navegar en él que en otros botes.
—¿Por qué?
—Porque lo construyeron personas que lo usaban para ganarse la vida. Se esmeraron en su diseño y eso hace que navegar sea mucho más sencillo.
—Supongo que usted ha navegado desde hace mucho tiempo.
—Desde que era niño.
Ella asintió. Después de una breve pausa, _____ dio un pequeño paso hacia el bote.
—¿No le molesta?
Él negó con la cabeza.
—No. Adelante.
____ se acercó y pasó la mano por el costado del casco. Nicholas no pudo evitar observarla, notar su figura esbelta y cómo el cabello oscuro y lacio le rozaba los hombros, pero no fue sólo la manera en que ella lucía lo que atrajo su atención. Se veía lo segura que era por el modo en que se movía. De pronto Nicholas percibió que parecía saber exactamente lo que los hombres sentían al acercarse a ella. Movió la cabeza.
—¿Cuánto tiempo tardó en restaurarlo? —preguntó ella al tiempo que se volvía a mirarlo.
—Tuvo que pasar casi un año antes de que pudiéramos volver a meterlo al agua.
______ notó de nuevo el uso del plural.
Después de admirar el bote unos cuantos segundos más, volvió al lado del hombre. Por un momento ninguno de los dos dijo nada.
—Bueno —dijo ella por fin al tiempo que se cruzaba de brazos—, probablemente ya le quité demasiado tiempo.
—No se preocupe —le aseguró él—. Me encanta hablar acerca de botes.
—Es interesante. Siempre me ha parecido muy divertido.
—Parece como si nunca antes hubiera navegado.
Ella se encogió de hombros.
—Es verdad, nunca lo he hecho. No se me ha presentado la oportunidad.
Ella lo miró mientras hablaba y cuando los ojos de ambos se encontraron, Nicholas se oyó decir unas palabras que ya no fue posible detener.
—Bueno, si quiere ir, por lo general lo saco a navegar después del trabajo. Es bienvenida si desea acompañarme esta tarde.
No estaba muy seguro de por qué había dicho aquello. «Tal vez», pensó, «es el deseo de compañía femenina después de todos estos años, aunque sea por corto tiempo». O tal vez tendría que ver con la manera en que los ojos de aquella mujer se iluminaban siempre que hablaba.
También ______ se sorprendió un poco, pero decidió aceptar de inmediato.
—Me encantaría. ¿A qué hora?
—¿Qué le parece a las siete? El Sol comienza a bajar entonces y es el momento ideal para salir.
—A las siete me parece bien. Traeré algo de comer.
Ella pasó el peso de su cuerpo de un pie al otro, mientras esperaba a ver si él decía algo más. Como no lo hizo, se ajustó el bolso en el hombro distraídamente.
—Bueno, entonces lo veré esta noche. Me parece que está bien aquí, en el bote.
—De acuerdo —respondió él—. Será divertido. Lo disfrutará.
—Estoy segura. Hasta luego.
_____ le dio la espalda y comenzó a caminar por el muelle con el cabello flotando en la brisa. Mientras se alejaba, Nicholas se dio cuenta que había olvidado algo.
—¡Oiga! —le gritó.
Ella se detuvo y se volvió a mirarlo.
—¿Sí?
Él dio un par de pasos hacia ella.
—Olvidé preguntarle. ¿Cómo se llama?
—Soy _____. _____ Osborne.
—Yo me llamo Nicholas. Nicholas Blake.
—Bueno, Nicholas. Te veré a las siete.
Después de eso se alejó con paso rápido. Nicholas observó su porte; trató de comprender sus conflictivos sentimientos. Aunque una parte de él estaba emocionada por lo que acababa de pasar, otra parte sentía que había algo mal en todo ese asunto. Sabía que no tenía razón para sentirse culpable, pero la sensación estaba ahí definitivamente y deseó que hubiera algo que pudiera hacer.
Pero, por supuesto, no había nada que él pudiera hacer. Siempre le pasaba lo mismo.
_____ encontró fácilmente la embarcación porque la gran mayoría de los botes eran blancos, mientras que el Happenstance tenía el color natural de la madera. Sin embargo, al aproximarse se dio cuenta de que no parecía haber nadie cerca. Luego de mirar si Nicholas andaba por ahí, buscó el nombre en la parte posterior de la embarcación. Se trataba, en efecto, del Happenstance. Hizo a un lado el cabello que el viento le había hecho caer sobre el rostro y se dedicó a admirar el bote unos momentos. Era hermoso, elegante y tenía un acabado brillante. Era más original que los veleros atracados a su lado y entendió por qué en el diario se había elegido escribir un artículo sobre él. En cierta forma le parecía una versión en miniatura de los barcos de piratas que había visto en las películas.
Caminó durante algunos minutos, observándolo con detenimiento desde diferentes ángulos.
Por fin decidió que regresaría a Island Diving un poco más tarde. Era evidente que el hombre de la tienda estaba equivocado. Después de echar un último vistazo al velero, se volvió para marcharse.
Un hombre se hallaba de pie a menos de un metro de ella.
Era Nicholas...
Sudaba por el calor de la mañana y su camiseta estaba húmeda en algunos lugares. Le había arrancado las mangas, por lo que dejaba al descubierto los músculos torneados de sus brazos y antebrazos. Llevaba unos pantaloncillos cortos caqui y zapatos deportivos de los que se usan sin calcetines para navegar en botes de vela, y se veía como alguien que pasa la mayor parte del tiempo, si no es que todo, cerca del mar.
Él la miró mientras ella daba un involuntario paso atrás.
—¿Puedo ayudarla en algo? —preguntó él.
Por un momento lo único que pudo hacer fue observarlo. A pesar de haber mirado antes su fotografía, se veía mejor de lo que había esperado, aunque no estaba segura de cuál era la razón. Alto, de hombros anchos, no era extremadamente atractivo, pero había algo seductor en él, algo muy masculino en su manera de plantarse frente a ella.
Ella se movió hacia el Happenstance.
—Sólo estaba admirando su bote. Es muy hermoso.
—Gracias —dijo él con amabilidad—. ¿Ya nos conocemos?
_____ negó lentamente con la cabeza.
—Creo que no.
—Entonces, ¿cómo supo que el bote era mío?
Ella respondió con alivio:
—¡Ah! Vi su fotografía en la tienda, en los artículos que están en la pared. El joven dependiente dijo que usted estaría aquí y pensé que si era así podría venir a verlo por mí misma.
—¿Él le dijo que yo iba a estar aquí?
Ella guardó silencio mientras se esforzaba por recordar las palabras exactas.
—En realidad me dijo que usted se encontraba en los muelles. Yo simplemente supuse que se refería a este lugar.
Él asintió.
—Estaba en el otro bote, el que usamos para bucear.
Un pequeño bote de pesca hizo sonar su sirena y Nicholas se volvió y saludó al hombre que iba de pie en la cubierta. Una vez que se hubo marchado, Nicholas se volvió a verla de nuevo y le sorprendió notar lo hermosa que era. En un impulso bajó la mirada y tomó el pañuelo rojo que llevaba en el bolsillo trasero. Se limpió el sudor de la frente.
—Hizo un excelente trabajo de restauración —aseguró _____.
Él esbozó una sonrisa mientras guardaba el pañuelo.
—Gracias. Es usted muy amable.
_____ miró primero el Happenstance mientras Nicholas hablaba, y luego lo miró a él.
—Sé que no es asunto mío —dijo como quien no quiere la cosa—, pero, ¿le molestaría si le hago algunas preguntas sobre él?
Por la expresión del rostro se dio cuenta de que no era la primera vez que le pedían que hablara acerca del velero.
—¿Qué le gustaría saber?
Ella hizo su mejor esfuerzo para que pareciera una conversación ligera y casual.
—Bueno, ¿de verdad se encontraba en tan malas condiciones cuando lo adquirió, como sugiere el artículo?
—En realidad estaba mucho peor —él se acercó y señaló los diversos puntos del bote conforme los mencionaba—. Gran parte de la madera se hallaba podrida cerca de la proa; le entraba agua por los costados... era un milagro que aún se mantuviera a flote. Terminamos reemplazando una buena parte del casco y tuvimos que lijar el resto por completo y luego sellarlo y barnizarlo de nuevo. Y eso sólo en el exterior. El interior requirió de muchísimo más tiempo.
Aunque ella notó que él habló en plural al responderle, decidió no comentarlo.
—Debe de haber sido mucho trabajo.
_____ sonrió al decirlo y Nicholas sintió que algo tocaba una fibra en su interior. Era muy bonita.
—Lo fue, pero valió la pena —comentó—. Es más divertido navegar en él que en otros botes.
—¿Por qué?
—Porque lo construyeron personas que lo usaban para ganarse la vida. Se esmeraron en su diseño y eso hace que navegar sea mucho más sencillo.
—Supongo que usted ha navegado desde hace mucho tiempo.
—Desde que era niño.
Ella asintió. Después de una breve pausa, _____ dio un pequeño paso hacia el bote.
—¿No le molesta?
Él negó con la cabeza.
—No. Adelante.
____ se acercó y pasó la mano por el costado del casco. Nicholas no pudo evitar observarla, notar su figura esbelta y cómo el cabello oscuro y lacio le rozaba los hombros, pero no fue sólo la manera en que ella lucía lo que atrajo su atención. Se veía lo segura que era por el modo en que se movía. De pronto Nicholas percibió que parecía saber exactamente lo que los hombres sentían al acercarse a ella. Movió la cabeza.
—¿Cuánto tiempo tardó en restaurarlo? —preguntó ella al tiempo que se volvía a mirarlo.
—Tuvo que pasar casi un año antes de que pudiéramos volver a meterlo al agua.
______ notó de nuevo el uso del plural.
Después de admirar el bote unos cuantos segundos más, volvió al lado del hombre. Por un momento ninguno de los dos dijo nada.
—Bueno —dijo ella por fin al tiempo que se cruzaba de brazos—, probablemente ya le quité demasiado tiempo.
—No se preocupe —le aseguró él—. Me encanta hablar acerca de botes.
—Es interesante. Siempre me ha parecido muy divertido.
—Parece como si nunca antes hubiera navegado.
Ella se encogió de hombros.
—Es verdad, nunca lo he hecho. No se me ha presentado la oportunidad.
Ella lo miró mientras hablaba y cuando los ojos de ambos se encontraron, Nicholas se oyó decir unas palabras que ya no fue posible detener.
—Bueno, si quiere ir, por lo general lo saco a navegar después del trabajo. Es bienvenida si desea acompañarme esta tarde.
No estaba muy seguro de por qué había dicho aquello. «Tal vez», pensó, «es el deseo de compañía femenina después de todos estos años, aunque sea por corto tiempo». O tal vez tendría que ver con la manera en que los ojos de aquella mujer se iluminaban siempre que hablaba.
También ______ se sorprendió un poco, pero decidió aceptar de inmediato.
—Me encantaría. ¿A qué hora?
—¿Qué le parece a las siete? El Sol comienza a bajar entonces y es el momento ideal para salir.
—A las siete me parece bien. Traeré algo de comer.
Ella pasó el peso de su cuerpo de un pie al otro, mientras esperaba a ver si él decía algo más. Como no lo hizo, se ajustó el bolso en el hombro distraídamente.
—Bueno, entonces lo veré esta noche. Me parece que está bien aquí, en el bote.
—De acuerdo —respondió él—. Será divertido. Lo disfrutará.
—Estoy segura. Hasta luego.
_____ le dio la espalda y comenzó a caminar por el muelle con el cabello flotando en la brisa. Mientras se alejaba, Nicholas se dio cuenta que había olvidado algo.
—¡Oiga! —le gritó.
Ella se detuvo y se volvió a mirarlo.
—¿Sí?
Él dio un par de pasos hacia ella.
—Olvidé preguntarle. ¿Cómo se llama?
—Soy _____. _____ Osborne.
—Yo me llamo Nicholas. Nicholas Blake.
—Bueno, Nicholas. Te veré a las siete.
Después de eso se alejó con paso rápido. Nicholas observó su porte; trató de comprender sus conflictivos sentimientos. Aunque una parte de él estaba emocionada por lo que acababa de pasar, otra parte sentía que había algo mal en todo ese asunto. Sabía que no tenía razón para sentirse culpable, pero la sensación estaba ahí definitivamente y deseó que hubiera algo que pudiera hacer.
Pero, por supuesto, no había nada que él pudiera hacer. Siempre le pasaba lo mismo.
Mariel Jonas
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
poooooooooooooooorrrrrrrfiiiinnn
se conocierrrrroooooooonnnnn
que bien
y que emociiiioooonnnn
siguela porfa
se conocierrrrroooooooonnnnn
que bien
y que emociiiioooonnnn
siguela porfa
chelis
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Amiga Tenia Pensado leer Ahora :D
Pero Ya No Aguanto mi Dolor De Cabeza :crybaby:
Sorry :hug:
Más Tarde o Mañana Leo :hi:
Cuidate Bye :hug:
Pero Ya No Aguanto mi Dolor De Cabeza :crybaby:
Sorry :hug:
Más Tarde o Mañana Leo :hi:
Cuidate Bye :hug:
Love Is Easy (TJBM)
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Love My Own Way (TJB) escribió:Amiga Tenia Pensado leer Ahora :D
Pero Ya No Aguanto mi Dolor De Cabeza :crybaby:
Sorry :hug:
Más Tarde o Mañana Leo :hi:
Cuidate Bye :hug:
Ntp ...lo importante es que estes bien! cuidate :hug:
Mariel Jonas
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Que hermoso!!! Por fin se encuentran!!! :')
Sigueeee !!!! :D
Sigueeee !!!! :D
Alee Lovatoo
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
AAAAAWWWWWW me encanta esta parte!! pliss siguela pronto
Faby Evans Jonas
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
aaaaaaaaaaaaaaaaaa se conosieron aaaaaaa
mariel mi vida siguela siiiiiiiiiiiiiiiiiiii eske wow
mariel mi vida siguela siiiiiiiiiiiiiiiiiiii eske wow
Pily....
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
AAAAAAAAAAA! jonatica de mi alma so sorry por no haber pasado, mi mamá me tenia metida de cabeza ayudandola con lo de un camp de verano y pos nu tenia time u.u...... pro ya volvi y conste que las amenazas tbn :P
me encantaron los caps, dios me emcione tan solo con leer su nombre :arre: ya quiero que naveguen a ver que pasa :roll:
siguelaaa, sabes que tenes que seguirlaa!! XD
cada vez me encanta mas la adapta, and again sorry por no pasar nu me odies que soy muy joven pa eso u.u
tkm :hug:
me encantaron los caps, dios me emcione tan solo con leer su nombre :arre: ya quiero que naveguen a ver que pasa :roll:
siguelaaa, sabes que tenes que seguirlaa!! XD
cada vez me encanta mas la adapta, and again sorry por no pasar nu me odies que soy muy joven pa eso u.u
tkm :hug:
Invitado
Invitado
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Mariel Jonas escribió:Love My Own Way (TJB) escribió:Amiga Tenia Pensado leer Ahora :D
Pero Ya No Aguanto mi Dolor De Cabeza :crybaby:
Sorry :hug:
Más Tarde o Mañana Leo :hi:
Cuidate Bye :hug:
Ntp ...lo importante es que estes bien! cuidate :hug:
Gracias ahora estoy Mejor :hug:
Ahora me pondre a leer pero más Tarde Comentare ;)
Love Is Easy (TJBM)
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Genial Pasearan en el Bote :¬w¬:
y Comó es eso de que siempre le Pasa Lo Mismo
Amiga :D
Necesito Más Please :bounce: :hug:
y Comó es eso de que siempre le Pasa Lo Mismo
Amiga :D
Necesito Más Please :bounce: :hug:
Love Is Easy (TJBM)
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
LISTO LLEGUE..HABIA SALIDO CON MI FAMILY PERO YA TOY AQUI XD
El reloj marcó la hora de la comida y continuó su marcha hacia las siete, pero para Nicholas Blake el tiempo se había detenido tres años antes, cuando Catherine bajó de la acera y un anciano que perdió el control de su auto la atropelló. En las semanas posteriores al accidente la furia que sentía hacia el conductor se convirtió a poco en un dolor que lo hizo incapaz de decidir nada. Por las noches no podía dormir más de tres horas, lloraba cada vez que veía la ropa de Catherine en el clóset y bajó casi nueve kilos con su dieta que consistía en café y galletas Ritz. Su padre se hizo cargo temporalmente del negocio, mientras Nicholas pasaba el tiempo en silencio en el porche de la parte trasera de su casa, tratando de imaginar el mundo sin ella. Algunas veces se quedaba ahí con la esperanza de que el aire húmedo y salado se lo tragara por completo y ya no tuviera que enfrentarse solo al futuro.
Lo que lo hacía todo tan difícil era que no podía recordar alguna época en la que ella no estuviera presente. Se habían conocido de casi toda la vida. En el tercer año fueron los mejores y él le regaló dos tarjetas el día de San Valentín, pero después se alejaron y sólo se veían de vez en cuando, mientras pasaban de un año escolar a otro. Catherine era flacucha y escuálida, la más bajita del grupo, y aunque Garrett siempre tuvo para ella un sitio especial en el corazón, nunca notó que poco a poco se convertía en una atractiva y joven mujer. Después de cuatro años en Chapel Hill, donde terminó sus estudios en biología marina, la encontró un día en Wrightsville Beach y ahí se dio cuenta de lo distraído que había sido. Ya no era la chica flacucha que él recordaba. En pocas palabras, estaba hermosa. Rubia y con aquellos ojos que encerraban un misterio infinito... y cuando por fin pudo cerrar la boca abierta por la sorpresa y le preguntó qué haría más tarde, comenzaron una relación que a la larga los condujo al matrimonio y a seis maravillosos años juntos.
En su noche de bodas, solos en la habitación de un hotel iluminada únicamente por la luz de las velas, ella le entregó las dos tarjetas de San Valentín que él le había dado cuando eran pequeños y rió a carcajadas por la expresión que vio en el rostro de Nicholas cuando descubrió lo que eran.
—Claro que las guardé —le susurró mientras lo abrazaba—. Fue la primera vez que me enamoré y sabía que si te daba el tiempo suficiente volverías a mí.
Siempre que Nicholas pensaba en Catherine la recordaba como era aquella noche o como se veía la última vez que salieron a navegar. Incluso recientemente esa tarde volvía a su mente con claridad, con el rubio cabello alborotado por la brisa, el rostro extasiado y sonriente.
—¡Siente la brisa! —exclamó ella emocionada, de pie en la proa del velero. Sujeta a una cuerda, se inclinaba contra el viento y su esbelta silueta se delineaba en el cielo brillante.
—¡Catherine, ten mucho cuidado! —le gritó Nicholas mientras sostenía con firmeza el timón.
Ella se inclinó todavía más, con una expresión traviesa en el rostro.
—Oye, ¡lo digo en muy en serio! —volvió a gritarle él.
Por un instante pareció como si se fuera a soltar. Nicholas se alejó a toda prisa del timón sólo para oírla reír otra vez mientras se enderezaba. Siempre ligera de pies, regresó con gran facilidad hasta el timón y lo rodeó con los brazos.
Lo besó en la oreja y le susurró de manera juguetona:
—¿Te puse nervioso?
Él la miró con actitud consternada.
—Siempre me pones nervioso cuando haces cosas como esa.
—No seas tan gruñón —le dijo mientras volvía a besarlo—. ¿Por qué no arriamos las velas y echamos el ancla?
—¿Ahora?
Ella asintió.
—A menos, claro, que prefieras navegar toda la noche —con actitud seductora abrió la puerta de la cabina y desapareció en el interior.
Cuatro minutos más tarde el bote estaba anclado y él abrió la puerta para unirse a ella.
Nicholas exhaló sonoramente para hacer desaparecer aquel recuerdo como sí fuera de humo. Aunque podía recordar los sucesos que ocurrieron esa tarde, notó que conforme pasaba el tiempo se hacía más difícil visualizar con precisión el aspecto de su esposa. Ahora sólo podía verla con claridad por las noches, cuando soñaba con ella, pero al despertar siempre se sentía cansado y deprimido.
Su padre trató de ayudarlo lo mejor que pudo. El también había perdido a su esposa, así que sabía por lo que su hijo estaba pasando.
—No es bueno que siempre estés solo —le decía—. Es casi como si te hubieras dado por vencido.
Nicholas sabía que había algo de verdad en aquellas palabras la pura y simple realidad era que no tenía el deseo de encontrar a nadie más.
Con el tiempo volvió a la tienda y comenzó de nuevo a trabajar, esforzándose por continuar con su vida. Se acostumbró a vivir solo, a cocinar, a limpiar y a lavar su ropa.
Creía que ya estaba mejor, pero cuando llegó el momento de empacar las cosas de Catherine, no tuvo el valor de hacerlo, su padre se ocupó del asunto. Después de pasar un fin de semana buceando, Nicholas volvió a su hogar para encontrarlo ya sin las pertenencias de su esposa. Sin ellas la casa se veía vacía; ya no tenía una razón para permanecer ahí. La vendió en menos de un mes y se mudó a una más pequeña en Carolina Beach.
A veces su padre comentaba que parecía estar un poco mejor, pero para Nicholas nunca nada volvería a ser igual.
Nicholas Blake llegó al muelle con un poco de anticipación, para preparar el Happenstance.
Su padre le había telefoneado precisamente cuando salía para dirigirse al muelle y Nicholas recordó lo que hablaron.
—¿Te gustaría venir a cenar? —le había preguntado su padre.
Nicholas le respondió que no podía.
—Navegaré con alguien esta noche.
Su padre guardó silencio por un momento y luego preguntó:
—¿Con una mujer?
Nicholas le explicó brevemente cómo había conocido a _____.
—Parece que estás nervioso por tu cita —comentó su padre.
—No es una cita. Sólo iremos a navegar.
—¿Es bonita?
—¿Y eso qué importa?
—No importa, de todas maneras a mí me parece que es una cita.
—No lo es.
—Si tú lo dices.
El reloj marcó la hora de la comida y continuó su marcha hacia las siete, pero para Nicholas Blake el tiempo se había detenido tres años antes, cuando Catherine bajó de la acera y un anciano que perdió el control de su auto la atropelló. En las semanas posteriores al accidente la furia que sentía hacia el conductor se convirtió a poco en un dolor que lo hizo incapaz de decidir nada. Por las noches no podía dormir más de tres horas, lloraba cada vez que veía la ropa de Catherine en el clóset y bajó casi nueve kilos con su dieta que consistía en café y galletas Ritz. Su padre se hizo cargo temporalmente del negocio, mientras Nicholas pasaba el tiempo en silencio en el porche de la parte trasera de su casa, tratando de imaginar el mundo sin ella. Algunas veces se quedaba ahí con la esperanza de que el aire húmedo y salado se lo tragara por completo y ya no tuviera que enfrentarse solo al futuro.
Lo que lo hacía todo tan difícil era que no podía recordar alguna época en la que ella no estuviera presente. Se habían conocido de casi toda la vida. En el tercer año fueron los mejores y él le regaló dos tarjetas el día de San Valentín, pero después se alejaron y sólo se veían de vez en cuando, mientras pasaban de un año escolar a otro. Catherine era flacucha y escuálida, la más bajita del grupo, y aunque Garrett siempre tuvo para ella un sitio especial en el corazón, nunca notó que poco a poco se convertía en una atractiva y joven mujer. Después de cuatro años en Chapel Hill, donde terminó sus estudios en biología marina, la encontró un día en Wrightsville Beach y ahí se dio cuenta de lo distraído que había sido. Ya no era la chica flacucha que él recordaba. En pocas palabras, estaba hermosa. Rubia y con aquellos ojos que encerraban un misterio infinito... y cuando por fin pudo cerrar la boca abierta por la sorpresa y le preguntó qué haría más tarde, comenzaron una relación que a la larga los condujo al matrimonio y a seis maravillosos años juntos.
En su noche de bodas, solos en la habitación de un hotel iluminada únicamente por la luz de las velas, ella le entregó las dos tarjetas de San Valentín que él le había dado cuando eran pequeños y rió a carcajadas por la expresión que vio en el rostro de Nicholas cuando descubrió lo que eran.
—Claro que las guardé —le susurró mientras lo abrazaba—. Fue la primera vez que me enamoré y sabía que si te daba el tiempo suficiente volverías a mí.
Siempre que Nicholas pensaba en Catherine la recordaba como era aquella noche o como se veía la última vez que salieron a navegar. Incluso recientemente esa tarde volvía a su mente con claridad, con el rubio cabello alborotado por la brisa, el rostro extasiado y sonriente.
—¡Siente la brisa! —exclamó ella emocionada, de pie en la proa del velero. Sujeta a una cuerda, se inclinaba contra el viento y su esbelta silueta se delineaba en el cielo brillante.
—¡Catherine, ten mucho cuidado! —le gritó Nicholas mientras sostenía con firmeza el timón.
Ella se inclinó todavía más, con una expresión traviesa en el rostro.
—Oye, ¡lo digo en muy en serio! —volvió a gritarle él.
Por un instante pareció como si se fuera a soltar. Nicholas se alejó a toda prisa del timón sólo para oírla reír otra vez mientras se enderezaba. Siempre ligera de pies, regresó con gran facilidad hasta el timón y lo rodeó con los brazos.
Lo besó en la oreja y le susurró de manera juguetona:
—¿Te puse nervioso?
Él la miró con actitud consternada.
—Siempre me pones nervioso cuando haces cosas como esa.
—No seas tan gruñón —le dijo mientras volvía a besarlo—. ¿Por qué no arriamos las velas y echamos el ancla?
—¿Ahora?
Ella asintió.
—A menos, claro, que prefieras navegar toda la noche —con actitud seductora abrió la puerta de la cabina y desapareció en el interior.
Cuatro minutos más tarde el bote estaba anclado y él abrió la puerta para unirse a ella.
Nicholas exhaló sonoramente para hacer desaparecer aquel recuerdo como sí fuera de humo. Aunque podía recordar los sucesos que ocurrieron esa tarde, notó que conforme pasaba el tiempo se hacía más difícil visualizar con precisión el aspecto de su esposa. Ahora sólo podía verla con claridad por las noches, cuando soñaba con ella, pero al despertar siempre se sentía cansado y deprimido.
Su padre trató de ayudarlo lo mejor que pudo. El también había perdido a su esposa, así que sabía por lo que su hijo estaba pasando.
—No es bueno que siempre estés solo —le decía—. Es casi como si te hubieras dado por vencido.
Nicholas sabía que había algo de verdad en aquellas palabras la pura y simple realidad era que no tenía el deseo de encontrar a nadie más.
Con el tiempo volvió a la tienda y comenzó de nuevo a trabajar, esforzándose por continuar con su vida. Se acostumbró a vivir solo, a cocinar, a limpiar y a lavar su ropa.
Creía que ya estaba mejor, pero cuando llegó el momento de empacar las cosas de Catherine, no tuvo el valor de hacerlo, su padre se ocupó del asunto. Después de pasar un fin de semana buceando, Nicholas volvió a su hogar para encontrarlo ya sin las pertenencias de su esposa. Sin ellas la casa se veía vacía; ya no tenía una razón para permanecer ahí. La vendió en menos de un mes y se mudó a una más pequeña en Carolina Beach.
A veces su padre comentaba que parecía estar un poco mejor, pero para Nicholas nunca nada volvería a ser igual.
Nicholas Blake llegó al muelle con un poco de anticipación, para preparar el Happenstance.
Su padre le había telefoneado precisamente cuando salía para dirigirse al muelle y Nicholas recordó lo que hablaron.
—¿Te gustaría venir a cenar? —le había preguntado su padre.
Nicholas le respondió que no podía.
—Navegaré con alguien esta noche.
Su padre guardó silencio por un momento y luego preguntó:
—¿Con una mujer?
Nicholas le explicó brevemente cómo había conocido a _____.
—Parece que estás nervioso por tu cita —comentó su padre.
—No es una cita. Sólo iremos a navegar.
—¿Es bonita?
—¿Y eso qué importa?
—No importa, de todas maneras a mí me parece que es una cita.
—No lo es.
—Si tú lo dices.
Mariel Jonas
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Luego Comentare :hug:
Me Están Presionando para Salirme :sad:
Me Están Presionando para Salirme :sad:
Love Is Easy (TJBM)
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
MARIEL SABES YO TENGO ESTA NOVE EN MI COMPU Y TU SIEMPRE ME DEJAS CON LAS GANAS DE MAS Y HABECES ME DAN GANAS DE ABRIR ESA NOVE Y LEERLA DE HAY PERO LUEGO PIENSO Y ME DIGO NO ESTO NO ESTA BIEN JAJA OK LOCA YO.... PERO MI VIDA NESESITO MAS CAP SI O SI PLIASES TE LO RUEGO AAAAA BUENO SUBE LUEGO MI VIDA TKM...... :hug:
Pily....
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