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"Mensaje en una botella"(Nick y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 2 de 21. • 1, 2, 3 ... 11 ... 21
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
uu Pobre ____ :sad:
Necesita A Alguien :crybaby:
Sigue :bounce:
Necesita A Alguien :crybaby:
Sigue :bounce:
Love Is Easy (TJBM)
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Cierto pero la historia es fabulosa y vale la pena leerla 3,000 veces !! :P
Alee Lovatoo
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Faby Jonas escribió:ya lei! sigueeelaaa
Eso estaba apunto de hacer ¬¬
Mariel Jonas
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Así que ahora que estaba de vacaciones ansiaba hacer algunas cosas para ella sola: leer libros, escribir cartas a amigos de los que no había sabido en mucho tiempo, dormir hasta tarde, comer mucho y correr por las mañanas. Quería tener de nuevo la experiencia de la libertad, aunque fuera por un corto lapso.
También deseaba ir de compras. Planeaba probarse algunos vestidos nuevos y elegir un par de ellos que le resaltaran la figura y la hicieran sentir que todavía estaba viva y capaz de apasionarse. Y si algún hombre agradable la invitaba a salir, tal vez aceptaría, sólo para tener un pretexto que le permitiera usar la ropa nueva que pensaba comprar.
Con una renovada sensación de optimismo, _____ se dirigió a la casa. Caminaba cerca de la orilla cuando vio una piedra grande medio enterrada en la arena, a unos centímetros del lugar donde la marca matutina había alcanzado su punto más alto. «Qué raro», pensó, «se ve fuera de lugar ahí».
A medida que se acercaba notó algo más en el objeto que veía, era alargado y liso; cuando llegó a él se dio cuenta que no se trataba de una roca. Era una botella, probablemente abandonada por algún turista descuidado o por algún adolescente del lugar, de los que les gustaba ir ahí por la noche. Sin embargo, cuando llegó hasta ella, se sorprendió al descubrir que estaba tapada. La recogió, la sostuvo contra la luz y vio la nota en su interior.
Intentó sacar el corcho pero los dedos se le resbalaron cuando trató de quitarlo. No podía asirlo bien. Enterró las uñas cortas en la parte que sobresalía del corcho y giró lentamente la botella. Nada. Cambió de mano e hizo un nuevo intento. Apretó los dedos y se colocó la botella entre las piernas para sujetarla mejor y cuando estaba a punto de darse por vencida, el corcho cedió un poco. Volvió a agarrarlo como al principio... apretó... hizo girar la botella poco a poco. Fue saliendo más y más corcho. De pronto se aflojó y lo que quedaba del corcho se deslizó hacia afuera con facilidad.
Puso la botella boca abajo y la carta cayó de inmediato a la arena, a los pies de ______. Cuando se inclinó a levantarla vio que estaba bien atada con estambre.
Desató el estambre con cuidado y lo primero que notó al desenrollar el mensaje fue el papel. Era caro, grueso y resistente, tenía grabada la silueta de un velero en la esquina superior derecha. En la esquina superior izquierda estaba escrita una fecha:
22 de junio de 1997.
Hacía poco más de tres semanas.
Sintió curiosidad al sostener el mensaje frente a ella y fue entonces, en el amanecer de un cálido día de Nueva Inglaterra que leyó por primera vez la carta que cambiaría su vida para siempre.
Mi querida Catherine:
Como siempre, amor mío, te extraño, pero hoy me parece especialmente doloroso porque el mar me ha estado cantando y su canción es la de nuestra vida juntos. Casi puedo sentirte a mi lado mientras escribo esta carta y logro aspirar el aroma de flores silvestres que siempre me hace recordarte. Pero ahora todo eso no me provoca placer. Tus visitas son cada vez más espaciadas y a veces tengo la impresión de que la mayor parte de lo que soy desapareciera lentamente.
Sin embargo, intento sobrevivir. Al anochecer, cuando estay a solas, te llamo y cuando parece que mi dolor no puede ser más grande, encuentras una manera de regresar a mí. Anoche, en mis sueños, te vi en el muelle cerca de Wrightsville Beach. El viento te alborotaba los cabellos y tenías los ojos brillantes por la luz del atardecer. Mientras te contemplaba pensaba en lo hermosa que eres. Lentamente comencé a caminar hacia ti y, cuando por fin te volviste a verme, notó que los demás también te habían estado observando. “¿Acaso la conoces?”, me preguntaron con un celoso susurro, y mientras tú me sonreías respondí la pura verdad: “Mejor que a mi propio corazón”.
Me detuve al llegar hasta ti, te toqué con suavidad en la mejilla y tú inclinaste la cabeza y cerraste los ojos. Luego, como siempre, empezó a aparecer una niebla lenta que envolvió el mundo a nuestro alrededor, rodeándonos como si tratara de evitar que escapáramos. Como una nube que se expande y lo cubre todo, fue cerrándose, hasta que sólo quedamos tú y yo. La mirada que me diriges en ese momento me persigue. Siento tu tristeza y mi soledad. Y luego abres los brazos y das un paso atrás en la niebla, porque ése es tu sitio y no el mío. Anhelo ir contigo, pero tu única respuesta es negar con la cabeza porque los dos sabemos que eso es imposible.
Y observo con el corazón destrozado mientras te desvaneces poco a poco. Me encuentro esforzándome por recordar cada uno de los detalles de ese momento, cada detalle de ti. Pero pronto, siempre demasiado pronto, tu imagen desaparece y me quedo solo en el muelle y sin importar lo que otros piensen, inclino la cabeza y lloro, mucho, mucho.
Nicholas.
También deseaba ir de compras. Planeaba probarse algunos vestidos nuevos y elegir un par de ellos que le resaltaran la figura y la hicieran sentir que todavía estaba viva y capaz de apasionarse. Y si algún hombre agradable la invitaba a salir, tal vez aceptaría, sólo para tener un pretexto que le permitiera usar la ropa nueva que pensaba comprar.
Con una renovada sensación de optimismo, _____ se dirigió a la casa. Caminaba cerca de la orilla cuando vio una piedra grande medio enterrada en la arena, a unos centímetros del lugar donde la marca matutina había alcanzado su punto más alto. «Qué raro», pensó, «se ve fuera de lugar ahí».
A medida que se acercaba notó algo más en el objeto que veía, era alargado y liso; cuando llegó a él se dio cuenta que no se trataba de una roca. Era una botella, probablemente abandonada por algún turista descuidado o por algún adolescente del lugar, de los que les gustaba ir ahí por la noche. Sin embargo, cuando llegó hasta ella, se sorprendió al descubrir que estaba tapada. La recogió, la sostuvo contra la luz y vio la nota en su interior.
Intentó sacar el corcho pero los dedos se le resbalaron cuando trató de quitarlo. No podía asirlo bien. Enterró las uñas cortas en la parte que sobresalía del corcho y giró lentamente la botella. Nada. Cambió de mano e hizo un nuevo intento. Apretó los dedos y se colocó la botella entre las piernas para sujetarla mejor y cuando estaba a punto de darse por vencida, el corcho cedió un poco. Volvió a agarrarlo como al principio... apretó... hizo girar la botella poco a poco. Fue saliendo más y más corcho. De pronto se aflojó y lo que quedaba del corcho se deslizó hacia afuera con facilidad.
Puso la botella boca abajo y la carta cayó de inmediato a la arena, a los pies de ______. Cuando se inclinó a levantarla vio que estaba bien atada con estambre.
Desató el estambre con cuidado y lo primero que notó al desenrollar el mensaje fue el papel. Era caro, grueso y resistente, tenía grabada la silueta de un velero en la esquina superior derecha. En la esquina superior izquierda estaba escrita una fecha:
22 de junio de 1997.
Hacía poco más de tres semanas.
Sintió curiosidad al sostener el mensaje frente a ella y fue entonces, en el amanecer de un cálido día de Nueva Inglaterra que leyó por primera vez la carta que cambiaría su vida para siempre.
Mi querida Catherine:
Como siempre, amor mío, te extraño, pero hoy me parece especialmente doloroso porque el mar me ha estado cantando y su canción es la de nuestra vida juntos. Casi puedo sentirte a mi lado mientras escribo esta carta y logro aspirar el aroma de flores silvestres que siempre me hace recordarte. Pero ahora todo eso no me provoca placer. Tus visitas son cada vez más espaciadas y a veces tengo la impresión de que la mayor parte de lo que soy desapareciera lentamente.
Sin embargo, intento sobrevivir. Al anochecer, cuando estay a solas, te llamo y cuando parece que mi dolor no puede ser más grande, encuentras una manera de regresar a mí. Anoche, en mis sueños, te vi en el muelle cerca de Wrightsville Beach. El viento te alborotaba los cabellos y tenías los ojos brillantes por la luz del atardecer. Mientras te contemplaba pensaba en lo hermosa que eres. Lentamente comencé a caminar hacia ti y, cuando por fin te volviste a verme, notó que los demás también te habían estado observando. “¿Acaso la conoces?”, me preguntaron con un celoso susurro, y mientras tú me sonreías respondí la pura verdad: “Mejor que a mi propio corazón”.
Me detuve al llegar hasta ti, te toqué con suavidad en la mejilla y tú inclinaste la cabeza y cerraste los ojos. Luego, como siempre, empezó a aparecer una niebla lenta que envolvió el mundo a nuestro alrededor, rodeándonos como si tratara de evitar que escapáramos. Como una nube que se expande y lo cubre todo, fue cerrándose, hasta que sólo quedamos tú y yo. La mirada que me diriges en ese momento me persigue. Siento tu tristeza y mi soledad. Y luego abres los brazos y das un paso atrás en la niebla, porque ése es tu sitio y no el mío. Anhelo ir contigo, pero tu única respuesta es negar con la cabeza porque los dos sabemos que eso es imposible.
Y observo con el corazón destrozado mientras te desvaneces poco a poco. Me encuentro esforzándome por recordar cada uno de los detalles de ese momento, cada detalle de ti. Pero pronto, siempre demasiado pronto, tu imagen desaparece y me quedo solo en el muelle y sin importar lo que otros piensen, inclino la cabeza y lloro, mucho, mucho.
Nicholas.
Mariel Jonas
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Que creeeeeen? me olvide de poner el prologo :oops: #TragameTierra
pero aunque ya hayan leido el cap 1 igual se los pondre XD
Prólogo
La botella fue arrojada por la borda una cálida tarde de verano, horas antes de que la lluvia empezara a caer. Igual que todas las botellas, era frágil y si la hubieran lanzado a medio metro del suelo, se habría roto. Pero bien sellada y echada al mar como hicieron con ésta, es uno de los objetos que mejor navega en el mundo. Flotaba sin problemas atravesando huracanes o tormentas tropicales, podía avanzar sobre las más peligrosas corrientes de resaca. Era, en cierta forma, el sitio ideal para conservar el mensaje que llevaba en su interior, un mensaje que se envió para cumplir una promesa.
Como todas las botellas abandonadas a su suerte en el mar, su destino era impredecible. Los vientos y las corrientes juegan un papel determinante en el rumbo que sigue cualquier botella; también las tormentas y los desechos pueden desviar su curso. En ocasiones, una red de pescadores atrapa una botella y la conduce docenas de kilómetros en dirección opuesta a la que llevaba. El resultado es que si se arrojan dos botellas al mar, de manera simultánea, cada una podría terminar en un continente distinto o hasta en lugares completamente opuestos del planeta.
Esta botella contenía un mensaje que iba a cambiar para siempre a dos personas que de otro modo nunca se hubieran conocido. Durante seis días flotó lentamente hacia el nordeste, empujada por los vientos de un sistema de alta presión que se encontraba sobre el Golfo de México.
Dos semanas y media después de que la lanzaron, la botella comenzó a flotar hacía Nueva Inglaterra. Sin la Corriente del Golfo que la empujara, la botella avanzó con más lentitud y zigzagueó durante cinco días cerca de las costas de Massachussets hasta que apareció en la red de pesca de John Hanes. Hanes la halló rodeada de cientos de percas que se agitaban y la tiró a un lado mientras examinaba su pesca. La botella estuvo cerca de la proa por el resto de tarde hasta que cayó la noche y el bote inició su regreso a Cape Cod. A las ocho y media, una vez que se encontró a salvo dentro de los confines de la bahía, Hanes tropezó de nuevo con la botella y la arrojó por la borda sin molestarse en mirarla.
La botella flotó unos días más antes de tocar tierra en una playa cerca de Chatham. Y fue ahí donde, después de veintiséis días y mil ciento ochenta y siete kilómetros, finalmente terminó su viaje.
pero aunque ya hayan leido el cap 1 igual se los pondre XD
Prólogo
La botella fue arrojada por la borda una cálida tarde de verano, horas antes de que la lluvia empezara a caer. Igual que todas las botellas, era frágil y si la hubieran lanzado a medio metro del suelo, se habría roto. Pero bien sellada y echada al mar como hicieron con ésta, es uno de los objetos que mejor navega en el mundo. Flotaba sin problemas atravesando huracanes o tormentas tropicales, podía avanzar sobre las más peligrosas corrientes de resaca. Era, en cierta forma, el sitio ideal para conservar el mensaje que llevaba en su interior, un mensaje que se envió para cumplir una promesa.
Como todas las botellas abandonadas a su suerte en el mar, su destino era impredecible. Los vientos y las corrientes juegan un papel determinante en el rumbo que sigue cualquier botella; también las tormentas y los desechos pueden desviar su curso. En ocasiones, una red de pescadores atrapa una botella y la conduce docenas de kilómetros en dirección opuesta a la que llevaba. El resultado es que si se arrojan dos botellas al mar, de manera simultánea, cada una podría terminar en un continente distinto o hasta en lugares completamente opuestos del planeta.
Esta botella contenía un mensaje que iba a cambiar para siempre a dos personas que de otro modo nunca se hubieran conocido. Durante seis días flotó lentamente hacia el nordeste, empujada por los vientos de un sistema de alta presión que se encontraba sobre el Golfo de México.
Dos semanas y media después de que la lanzaron, la botella comenzó a flotar hacía Nueva Inglaterra. Sin la Corriente del Golfo que la empujara, la botella avanzó con más lentitud y zigzagueó durante cinco días cerca de las costas de Massachussets hasta que apareció en la red de pesca de John Hanes. Hanes la halló rodeada de cientos de percas que se agitaban y la tiró a un lado mientras examinaba su pesca. La botella estuvo cerca de la proa por el resto de tarde hasta que cayó la noche y el bote inició su regreso a Cape Cod. A las ocho y media, una vez que se encontró a salvo dentro de los confines de la bahía, Hanes tropezó de nuevo con la botella y la arrojó por la borda sin molestarse en mirarla.
La botella flotó unos días más antes de tocar tierra en una playa cerca de Chatham. Y fue ahí donde, después de veintiséis días y mil ciento ochenta y siete kilómetros, finalmente terminó su viaje.
Mariel Jonas
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
aaww esa carta es tan linda *-*
tienes que seguirla pronto
tienes que seguirla pronto
Faby Evans Jonas
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Pobre Nick :crybaby:
Se Nota que la Extraña Mucho :sad:
y el Prologo
se conoceran Gracias a la Botella ;)
Se Nota que la Extraña Mucho :sad:
y el Prologo
se conoceran Gracias a la Botella ;)
Love Is Easy (TJBM)
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Me destrozo cada palabra de esa carta y ver a Nick llorar !!! Mueroooo !!! *W*
Sigueee !!!
Sigueee !!!
Alee Lovatoo
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
mariel new lectora mñn leere todos los kap y esperate nomas :D jaj tkm...
Pily....
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Bienvenidas alas nueva lectoras! :)
Capítulo Dos
— ¿Estuviste llorando? —preguntó Deanna cuando _____ llegó al porche trasero con la botella y el mensaje en la mano.
_____ se sintió avergonzada y se limpió los ojos mientras la mujer dejaba el diario y se levantaba de su asiento. Aunque tenía sobrepeso, y así había sido desde que ______ la conocía, se movió rápidamente para rodear la mesa con expresión preocupada.
—¿Te sientes bien? ¿Qué te ocurrió? ¿Estás herida? —tropezó con una de las sillas mientras se acercaba a tomar una de las manos de ______.
Ella negó con la cabeza.
—No me pasó nada, créeme. Me siento bien, de verdad. Es sólo que acabo de encontrar esta carta. Estaba dentro de una botella que arrojó el mar a la playa. Cuando la abrí y la leí... —se apartó un mechón que el viento le había volado a la cara—, me llegó muy hondo. Tal vez es una cosa tonta, lo sé —se enjugó una lágrima, le dio la carta a Deanna y se acercó a la mesa de hierro forjado de donde su amiga se había levantado—. Pero no pude evitarlo.
Deanna leyó la carta con lentitud y cuando la terminó miró a ______. También tenía húmedos los ojos.
—Es... hermosa —comentó por fin—. Es una de las cartas más conmovedoras que he leído.
—Eso fue lo que pensé.
Deanna acarició con los dedos las letras del escrito y se detuvo un momento.
—Me pregunto quiénes serán. Y por qué razón lanzarían al mar esta botella.
—No tengo idea.
—¿No tienes curiosidad?
El hecho era que _____ sí tenía curiosidad. Después de leerla la primera vez, la releyó y luego la leyó una tercera vez. Y se preguntó qué se sentiría que alguien la amara de ese modo.
—Una poca, pero ¿qué puedo hacer? No hay modo de que lo sepamos jamás.
—¿Qué harás con ella?
—Guardarla, supongo. En realidad no he pensado mucho en eso —_____ bebió un poco de jugo que se había servido—. Así que... ¿qué haremos hoy?
—Pensé que podríamos hacer algunas compras y después ir a comer a Provincetown. ¿Qué te parece?
—Es precisamente lo que creí que haríamos.
Las dos mujeres charlaron sobre los lugares a los que irían. Después Deanna se levantó y entró en la casa para servirse otra taza de café y _____ la observó mientras se marchaba.
Deanna había cumplido cincuenta y ocho años, tenía la cara redonda; llevaba el cabello corto, que poco a poco se volvía gris, peinado de manera sencilla, y era la mejor persona que conocía ______. Sabía mucho de música y de arte y vivía en un mundo lleno de optimismo y buen humor.
Cuando Deanna regresó a la mesa, se sentó y volvió a tomar la carta. Mientras la examinaba con atención, arqueó las cejas.
—Me pregunto... —comenzó en voz baja.
—¿Qué?
—Bueno, cuando estaba adentro se me ocurrió que deberíamos publicar esta carta en tu columna de esta semana.
—¿Cómo dices?
Deanna se inclinó sobre la mesa.
—Precisamente lo que oyes. Creo que deberíamos publicar esta carta. Es de verdad muy conmovedora. Puedo imaginarme a cientos de mujeres recortándola y pegándola en sus refrigeradores para que sus esposos puedan verla al regresar del trabajo.
—Ni siquiera sabemos quiénes son. ¿No crees que deberíamos pedir su permiso primero?
—No usaremos sus verdaderos nombres, y mientras no nos atribuyamos el crédito de haberla escrito ni divulguemos de dónde podría venir, estoy segura de que no habrá problema.
—Sé que probablemente sería legal, pero no estoy segura de que hacerlo sea correcto. Me refiero a que es una carta muy personal.
—______, es una historia de interés humano. A la gente le entusiasma mucho este tipo de cosas. Y recuerda, el tal Garrett envió la carta en una botella al mar. Tiene que haber imaginado que aparecería en alguna playa.
______ negó con la cabeza.
—No lo sé, Deanna...
—Bueno, piénsalo. No necesitas decidirlo ahora. Aunque yo creo que es una magnífica idea.
______ pensó en la carta mientras se desvestía para darse una ducha. Se encontró preguntándose cómo sería el hombre que la escribió... Nicholas, si es que ése era su verdadero nombre. Y ¿quién sería Catherine? Su amante o su esposa, eso era obvio. Se preguntó si estaría muerta o si algo más habría ocurrido para separarlos. Ella jamás, en toda su vida, había recibido una carta que siquiera se pareciera remotamente a ésa. David nunca había sido buen escritor, ni tampoco nadie más con quien hubiera salido. ¿Cómo sería aquel hombre? ¿Sería tan devoto en persona como parecía en aquella carta?
Se enjabonó y enjuagó el cabello y todas aquellas preguntas salieron de su cabeza mientras el agua fresca la recorría. Se lavó el resto del cuerpo con un paño y jabón humectante, pasó en el baño más tiempo del que necesitaba y finalmente salió de la ducha.
Se miró al espejo mientras se secaba con la toalla. Pensó que no lucía mal para ser una mujer de treinta y seis años con un hijo adolescente. Su pecho siempre había sido pequeño y no estaba colgado como el de otras mujeres de su edad. Tenía el abdomen plano y las piernas largas y delgadas por el ejercicio. En general se sentía satisfecha con el modo en que se veía aquella mañana y atribuyó su fácil y peculiar aceptación de sí misma al hecho de que estaba de vacaciones.
Después de aplicarse un poco de maquillaje se vistió con unos pantaloncillos cortos beige, una blusa sin mangas y unas sandalias marrón. En una hora el día sería caluroso y húmedo y no deseaba sentirse incómoda.
Ir de compras con Deanna era toda una experiencia.
Una vez que llegaron a Provincetown pasaron el resto de la mañana en las diversas tiendas. _____ compró tres vestidos nuevos y un traje de baño antes de que Deanna la arrastrara hasta una tienda de lencería que se llamaba Nightingales.
Ahí Deanna se volvió absolutamente loca. No pensaba comprar algo para ella misma, por supuesto, sino animar a _____ a hacerlo. Tomaba de los estantes alguna prenda interior de encaje y la sostenía en alto para que ______ la observara, y hacía comentarios como: “Esta se ve muy sensual” o “No tienes ninguno de este color, ¿o sí?”. Había por supuesto muchas otras personas a su alrededor cuando le hacía aquellos comentarios y _____ no podía evitar reír siempre que ocurría. La falta de inhibición de Deanna era una de las cosas que más le agradaban de ella. En verdad no le importaba lo que la gente pensara, y a menudo _____ deseaba parecerse un poco a ella.
Capítulo Dos
— ¿Estuviste llorando? —preguntó Deanna cuando _____ llegó al porche trasero con la botella y el mensaje en la mano.
_____ se sintió avergonzada y se limpió los ojos mientras la mujer dejaba el diario y se levantaba de su asiento. Aunque tenía sobrepeso, y así había sido desde que ______ la conocía, se movió rápidamente para rodear la mesa con expresión preocupada.
—¿Te sientes bien? ¿Qué te ocurrió? ¿Estás herida? —tropezó con una de las sillas mientras se acercaba a tomar una de las manos de ______.
Ella negó con la cabeza.
—No me pasó nada, créeme. Me siento bien, de verdad. Es sólo que acabo de encontrar esta carta. Estaba dentro de una botella que arrojó el mar a la playa. Cuando la abrí y la leí... —se apartó un mechón que el viento le había volado a la cara—, me llegó muy hondo. Tal vez es una cosa tonta, lo sé —se enjugó una lágrima, le dio la carta a Deanna y se acercó a la mesa de hierro forjado de donde su amiga se había levantado—. Pero no pude evitarlo.
Deanna leyó la carta con lentitud y cuando la terminó miró a ______. También tenía húmedos los ojos.
—Es... hermosa —comentó por fin—. Es una de las cartas más conmovedoras que he leído.
—Eso fue lo que pensé.
Deanna acarició con los dedos las letras del escrito y se detuvo un momento.
—Me pregunto quiénes serán. Y por qué razón lanzarían al mar esta botella.
—No tengo idea.
—¿No tienes curiosidad?
El hecho era que _____ sí tenía curiosidad. Después de leerla la primera vez, la releyó y luego la leyó una tercera vez. Y se preguntó qué se sentiría que alguien la amara de ese modo.
—Una poca, pero ¿qué puedo hacer? No hay modo de que lo sepamos jamás.
—¿Qué harás con ella?
—Guardarla, supongo. En realidad no he pensado mucho en eso —_____ bebió un poco de jugo que se había servido—. Así que... ¿qué haremos hoy?
—Pensé que podríamos hacer algunas compras y después ir a comer a Provincetown. ¿Qué te parece?
—Es precisamente lo que creí que haríamos.
Las dos mujeres charlaron sobre los lugares a los que irían. Después Deanna se levantó y entró en la casa para servirse otra taza de café y _____ la observó mientras se marchaba.
Deanna había cumplido cincuenta y ocho años, tenía la cara redonda; llevaba el cabello corto, que poco a poco se volvía gris, peinado de manera sencilla, y era la mejor persona que conocía ______. Sabía mucho de música y de arte y vivía en un mundo lleno de optimismo y buen humor.
Cuando Deanna regresó a la mesa, se sentó y volvió a tomar la carta. Mientras la examinaba con atención, arqueó las cejas.
—Me pregunto... —comenzó en voz baja.
—¿Qué?
—Bueno, cuando estaba adentro se me ocurrió que deberíamos publicar esta carta en tu columna de esta semana.
—¿Cómo dices?
Deanna se inclinó sobre la mesa.
—Precisamente lo que oyes. Creo que deberíamos publicar esta carta. Es de verdad muy conmovedora. Puedo imaginarme a cientos de mujeres recortándola y pegándola en sus refrigeradores para que sus esposos puedan verla al regresar del trabajo.
—Ni siquiera sabemos quiénes son. ¿No crees que deberíamos pedir su permiso primero?
—No usaremos sus verdaderos nombres, y mientras no nos atribuyamos el crédito de haberla escrito ni divulguemos de dónde podría venir, estoy segura de que no habrá problema.
—Sé que probablemente sería legal, pero no estoy segura de que hacerlo sea correcto. Me refiero a que es una carta muy personal.
—______, es una historia de interés humano. A la gente le entusiasma mucho este tipo de cosas. Y recuerda, el tal Garrett envió la carta en una botella al mar. Tiene que haber imaginado que aparecería en alguna playa.
______ negó con la cabeza.
—No lo sé, Deanna...
—Bueno, piénsalo. No necesitas decidirlo ahora. Aunque yo creo que es una magnífica idea.
______ pensó en la carta mientras se desvestía para darse una ducha. Se encontró preguntándose cómo sería el hombre que la escribió... Nicholas, si es que ése era su verdadero nombre. Y ¿quién sería Catherine? Su amante o su esposa, eso era obvio. Se preguntó si estaría muerta o si algo más habría ocurrido para separarlos. Ella jamás, en toda su vida, había recibido una carta que siquiera se pareciera remotamente a ésa. David nunca había sido buen escritor, ni tampoco nadie más con quien hubiera salido. ¿Cómo sería aquel hombre? ¿Sería tan devoto en persona como parecía en aquella carta?
Se enjabonó y enjuagó el cabello y todas aquellas preguntas salieron de su cabeza mientras el agua fresca la recorría. Se lavó el resto del cuerpo con un paño y jabón humectante, pasó en el baño más tiempo del que necesitaba y finalmente salió de la ducha.
Se miró al espejo mientras se secaba con la toalla. Pensó que no lucía mal para ser una mujer de treinta y seis años con un hijo adolescente. Su pecho siempre había sido pequeño y no estaba colgado como el de otras mujeres de su edad. Tenía el abdomen plano y las piernas largas y delgadas por el ejercicio. En general se sentía satisfecha con el modo en que se veía aquella mañana y atribuyó su fácil y peculiar aceptación de sí misma al hecho de que estaba de vacaciones.
Después de aplicarse un poco de maquillaje se vistió con unos pantaloncillos cortos beige, una blusa sin mangas y unas sandalias marrón. En una hora el día sería caluroso y húmedo y no deseaba sentirse incómoda.
Ir de compras con Deanna era toda una experiencia.
Una vez que llegaron a Provincetown pasaron el resto de la mañana en las diversas tiendas. _____ compró tres vestidos nuevos y un traje de baño antes de que Deanna la arrastrara hasta una tienda de lencería que se llamaba Nightingales.
Ahí Deanna se volvió absolutamente loca. No pensaba comprar algo para ella misma, por supuesto, sino animar a _____ a hacerlo. Tomaba de los estantes alguna prenda interior de encaje y la sostenía en alto para que ______ la observara, y hacía comentarios como: “Esta se ve muy sensual” o “No tienes ninguno de este color, ¿o sí?”. Había por supuesto muchas otras personas a su alrededor cuando le hacía aquellos comentarios y _____ no podía evitar reír siempre que ocurría. La falta de inhibición de Deanna era una de las cosas que más le agradaban de ella. En verdad no le importaba lo que la gente pensara, y a menudo _____ deseaba parecerse un poco a ella.
Mariel Jonas
Re: "Mensaje en una botella"(Nick y tu)
Publicaran la Carta o no
Esa Respuesta soló la tienes tú Amiga :lol:
Sigue :hug:
Esa Respuesta soló la tienes tú Amiga :lol:
Sigue :hug:
Love Is Easy (TJBM)
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