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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
Nombre: 50 Sombras más Oscuras *Niall Horan y ____ Steel*
Tema: 18 Drama-Romance-Erotica
Adaptación: De Fifty Shades Of Grey * E. L. James
Consejo: Leer Primero 50 Sombras de Horan
Prólogo (Pesadilla De Niall)
Ha vuelto. Mamá sigue durmiendo o está enferma de nuevo.
Me escondo y acurruco bajo la mesa en la cocina. A través de mis
dedos puedo ver a mami. Está dormida en el sofá. Su mano está
sobre la pegajosa verde alfombra y él usa sus grandes botas con
brillantes hebillas, se detiene sobre mami gritando.
Golpea a mami con la correa.
—Levántate. ¡Levántate! Eres una jodida perra. Eres una jodida perra. Sólo una jodida perra. Eres sólo una jodida perra. Sólo una jodida perra.
Mami hace un sonido sollozante. «Para. Por favor para». Mami no grita. Mami se acurruca haciéndose más pequeña.
Tengo los dedos en mis oídos, y cierro los ojos. El sonido se detiene.
Se voltea y puedo ver sus botas mientras pisa fuerte entrando en la cocina. Aún tiene la correa. Está tratando de encontrarme.
Se inclina y sonríe. Huele mal. A cigarrillos y alcohol.
—Ahí estas pequeña mi.er.da.
Un gemido escalofriante lo despierta. ¡Dios! Está empapado en sudor y su
corazón palpita fuertemente. ¿Qué ca.ra.jo? Se sienta erguido en la cama y pone la cabeza entre las manos. Joder. Han vuelto. El ruido era yo. Toma una respiración profunda estabilizándose, tratando de liberar su mente del olor a whisky barato y rancio y cigarrillos Camel.
Tema: 18 Drama-Romance-Erotica
Adaptación: De Fifty Shades Of Grey * E. L. James
Consejo: Leer Primero 50 Sombras de Horan
Prólogo (Pesadilla De Niall)
Ha vuelto. Mamá sigue durmiendo o está enferma de nuevo.
Me escondo y acurruco bajo la mesa en la cocina. A través de mis
dedos puedo ver a mami. Está dormida en el sofá. Su mano está
sobre la pegajosa verde alfombra y él usa sus grandes botas con
brillantes hebillas, se detiene sobre mami gritando.
Golpea a mami con la correa.
—Levántate. ¡Levántate! Eres una jodida perra. Eres una jodida perra. Sólo una jodida perra. Eres sólo una jodida perra. Sólo una jodida perra.
Mami hace un sonido sollozante. «Para. Por favor para». Mami no grita. Mami se acurruca haciéndose más pequeña.
Tengo los dedos en mis oídos, y cierro los ojos. El sonido se detiene.
Se voltea y puedo ver sus botas mientras pisa fuerte entrando en la cocina. Aún tiene la correa. Está tratando de encontrarme.
Se inclina y sonríe. Huele mal. A cigarrillos y alcohol.
—Ahí estas pequeña mi.er.da.
Un gemido escalofriante lo despierta. ¡Dios! Está empapado en sudor y su
corazón palpita fuertemente. ¿Qué ca.ra.jo? Se sienta erguido en la cama y pone la cabeza entre las manos. Joder. Han vuelto. El ruido era yo. Toma una respiración profunda estabilizándose, tratando de liberar su mente del olor a whisky barato y rancio y cigarrillos Camel.
KarlytaD´Maslow
Re: 50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
Por fin!!! Gracias mil por seguir acá la nove!! Juro que volveré a leer la primera temporada para picarme y presionarte diario con capítulos (jajajaja nocieto)
Besooooos
Besooooos
Karrie58
Re: 50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
Si gracias por esperarme por tanto tiempo :) Me da mucha felicidad tenerte de nuevo aqui :D
Ya subo los Cap ;)
Ya subo los Cap ;)
KarlytaD´Maslow
Re: 50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
CAPITULO 1 2da Temporada
Había sobrevivido al día tres después de Niall y mi primer día detrabajo. Era una distracción bienvenida. El tiempo había volado en una
neblina de nuevos rostros, trabajo por hacer, y el Sr. Jack Hyde.... me sonríe hacia abajo, sus ojos azules centelleando mientras se apoya
contra mi escritorio.
—Excelente trabajo, ____(tn) . Pienso que haremos un gran equipo.
De alguna manera, me las arreglo para curvar mis labios hacia arriba en una semblanza de sonrisa.
—Me voy, si eso está bien para ti —murmuro.
—Por supuesto, son las cinco y media. Te veré mañana.
—Buenas noches, Jack.
Buenas noches, ____(tn).
Recogiendo mi bolso, me encojo de hombros en mi chaqueta y me encamino a la puerta. Afuera, en el aire de la tarde en Seattle, tomo una respiración profunda. No es suficiente para llenar el vacío en mi pecho, un vacío que ha estado presente desde el sábado por la mañana, un doloroso vacío, recordatorio de mi pérdida.
Camino a la parada del autobús con la cabeza hacia abajo, mirando hacia mis pies y contemplando la carencia de mi amada Wanda, mi viejo escarabajo... o el Audi.
Cierro la puerta de golpe inmediatamente a ese pensamiento. No. No pensaré en él. Por supuesto. Puedo permitirme un coche… uno lindo, un nuevo auto.
Sospecho que ha sido demasiado generoso en el pago, y el pensamiento deja un sabor amargo en mi boca. Lo descarto y trato de mantener mi mente entumecida y tan en blanco como me es posible. No puedo pensar en él. No quiero empezar a llorar otra vez, no en la calle.
El apartamento está vacío. Extraño a Kate. La imagino recostada en la playa en Barbados bebiendo un coctel frío. Enciendo la televisión de pantalla plana entonces hay ruido para llenar el vacío y ofrecer alguna semblanza de compañía, pero no estoy escuchando o viendo. Me siento y miro fijamente la pared de ladrillo. Estoy entumecida. No siento nada excepto el dolor. ¿Cuánto tiempo soportaré esto?
El timbre de la puerta me despierta de mi angustia, y mi corazón da un vuelco.
¿Quién puede ser? Presiono el intercomunicador.
—Entrega para la Srta. Steele. —Una cansada, incorpórea voz responde, y la decepción choca contra mí. Lánguidamente hago mi camino escaleras abajo y encuentro a un joven masticando ruidosamente goma de mascar, sujetando una caja de cartón grande, y apoyándose contra la puerta principal. Firmo por el paquete y lo llevo escaleras arriba. La caja es enorme y sorprendentemente ligera.
Dentro hay dos docenas de rosas blancas de largos tallos recortados y una tarjeta.
Felicitaciones por tu primer día de trabajo.
Espero que estuviera bien.
Y gracias por el planeador. Fue muy considerado.
Tiene un lugar privilegiado en mi escritorio.
Niall
Miro fijamente la tarjeta, el agujero en mi pecho expandiéndose. No hay
duda, su asistente las envió. Niall probablemente tiene poco que ver con esto.
Es demasiado doloroso pensar acerca de ello. Examino las rosas. Son hermosas, y no puedo obligarme a tirarlas a la basura. Obedientemente, hago mi camino dentro de la cocina para tratar de encontrar un florero.
Y así la rutina continua: Levantarme, trabajar, llorar, dormir. Bueno, tratar de dormir. No siempre puedo escapar de él en mis sueños. Ardientes ojos mieles, su mirada perdida, su cabello bruñido y brillante; todo me hechiza. Y la música… muchísima música, no puedo soportar oír cualquier música. Tengo cuidado de evitarla a toda costa. Incluso los Jingles de los comerciales me hacen estremecer.
No le he hablado a nadie, ni siquiera a mi madre o a Ray. No tengo la capacidad para charla sin sentido ahora. No, no quiero nada de eso. Me he convertido en mi propio estado aislado. Un mundo devastado, destruido por la guerra donde nada crece y los horizontes son desolados. Sí, esa soy yo. Puedo interactuar impersonalmente en el trabajo, pero es solo eso. Si le hablo a mamá, sé que me romperé aún más, y no queda en mí nada que romper.
Encuentro difícil comer. Para la hora de almuerzo el miércoles, me las arreglo con una taza de yogurt, y es la primera cosa que he comido desde el viernes. Sobrevivo a base de una recientemente descubierta tolerancia a los lates y coca cola dietética.
Es la cafeína lo que me mantiene andando, pero me pone ansiosa.
Jack ha comenzado a revolotear sobre mí, irritándome, haciéndome preguntas personales. ¿Qué quiere? Soy educada, pero necesito mantenerlo a un brazo dedistancia.
Me siento y empiezo a rastrear a través de una pila de correspondencia dirigida a él, y estoy agradecida con la distracción de trabajo adicional. Mi e-mail hace ping y rápidamente reviso para ver de quién es.
Santa mi.er.da. Un e-mail de Niall. Oh no, no aquí… no en el trabajo.
De: Niall Horan
Asunto: Mañana
Para: ____(tn) Steele
Querida ____(tn):
Perdona esta intrusión en tu trabajo. Espero que esté yendo todo bien. ¿Recibiste mis flores?
Me he dado cuenta de que mañana es la inauguración de la exposición de tu amigo, y estoy seguro de que no tienes tiempo para comprar un auto, y es un largo camino para conducir. Seré más que feliz de llevarte, si lo deseas.
Hazme saber.
Niall Horan
Gerente General, Horan Enterprises Holdings Inc.
Lágrimas nadan en mis ojos. Precipitadamente dejo mi escritorio y huyo hacia los servicios para escapar en una de las casillas. La exposición de José. Mi.er.da. Había olvidado todo acerca de ello, y le prometí ir. Oh, no, Niall tiene razón, ¿cómo voy a ir hasta allí?
Presiono mi frente. ¿Por qué José no ha llamado? Ahora que lo pienso, ¿porqué nadie ha llamado? He estado tan distraída, he notado que mi celular ha estado en silencio.
¡Mi.er.da! ¡Soy tan idi.ota! Todavía lo tengo desviado al BlackBerry. Niall ha estado tomando mis llamadas, o simplemente ha tirado el BlackBerry lejos. ¿Cómo consiguió mi dirección de e-mail?
Conoce mi talla de zapatos, una dirección de e-mail apenas va a representarle algunos problemas.
¿Puedo verlo nuevamente? ¿Podré soportarlo? ¿Quiero verlo? Cierro mis ojos e inclino mi cabeza hacia atrás mientras la pena y el anhelo cortan a través de mí. Por supuesto que quiero.
KarlytaD´Maslow
Re: 50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
Tal vez, quizás le puedo decir que he cambiado de
opinión… No, no, no. No puedo estar con alguien que obtiene placer en
infligirme dolor, alguien que no puede amarme.
Recuerdos
torturantes destellan a través de mi
mente, el planeador, estrechar manos, besar, la bañera, su gentileza, su humor,
y su oscura, amenazante, sexy mirada. Lo extraño. Han sido cinco días, cinco
días de agonía que se han sentido como una eternidad.
Envuelvo mis
brazos alrededor de mi cuerpo,
abrazándome estrechamente,
manteniéndome
junta. Lo extraño. Realmente lo
extraño… Lo amo. Simplemente. Lloro hasta quedarme dormida en la noche,
deseando no haberme marchado, deseando que pudiera ser diferente, deseando que
pudiéramos estar juntos.
¿Cuánto tiempo
durará este horrendo sentimiento
abrumador?
____(tn)Steele,
¡estás en el trabajo!Debo ser fuerte, pero quiero ir a la exposición de
José y, en el fondo, mi lado masoquista quiere ver a
Niall. Tomando una
profunda respiración. Me
encamino a mi escritorio.
De: ____(tn)
Steele
Asunto: Mañana
Para: Niall Horan
Hola Niall:
Gracias por las
flores; son encantadoras.
Sí, te agradecería
que me acompañaras.
Gracias.
____(tn) Steele
Asistente de Jack Hyde, Coordinador Editorial, AIPS
Revisando mi
teléfono, encuentro que todavía las
llamadas están desviadas a la BlackBerry . Jack está en una reunión, así que
rápidamente llamo a José.
—Hola, José. Soy
____(tn).
—Hola extraña. —Su
tono es tan cálido y acogedor
que es casi suficiente para empujarme por el borde otra vez.
—No puedo hablar
mucho tiempo. ¿A qué hora debo
estar allí mañana para tu Exposición?
—¿Aún vienes?
—suena excitado.
—Sí, por supuesto.
—Sonrío, mi primera sonrisa
genuina en cinco días mientras me imagino su amplia sonrisa.
—Siete y media.
—Te veo, entonces.
Adiós, José.
—Adiós, ____(tn).
De: Niall Horan
Asunto: Mañana
Para: ____(tn)
Steele
¿A qué hora
quieres que te recoja?
Niall Horan
Gerente
General, Horan Enterprises Holdings Inc.
De: ____(tn)
Steele
Asunto: Mañana
Para: Niall Horan
La exposición de
José comienza a las 19:30. ¿Qué
hora sugerirías?
____(tn) Steele
Asistente de Jack
Hyde, Coordinador Editorial, AIPS
De: Niall Horan
Asunto: Mañana
Para: ____(tn)
Steele
Querida ____(tn):
Portland está algo
lejos. Te recogeré a las 17:45.
Estoy deseando
verte.
Niall Horan
Gerente
General, Horan Enterprises Holdings Inc.
De: ____(tn)
Steele
Asunto: Mañana
Para: Niall Horan
Te veo entonces.
____(tn) Steele
Asistente de Jack
Hyde, Coordinador Editorial, AIPS
Oh dios… Voy a ver
a Niall, y por primera vez en
cinco días, mi espíritu se
eleva un poco y me
permito preguntarme cómo ha
estado.
¿Me ha extrañado?
Probablemente no como yo lo he
extrañado. ¿Habrá encontrado una nueva sumisa de donde quiera que ellas vengan?
El pensamiento es tan doloroso que lo desecho inmediatamente. Miro el montón de
correspondencia, necesito ordenarla para Jack y meterme de lleno en ello
mientras trato de expulsar a Niall de mi mente otra vez.
Esa noche en la
cama. Me remuevo y giro tratando de
dormir. Es la primera vez en mucho tiempo que no he llorado hasta quedarme
dormida.
En mi mente,
visualizo el rostro de Niall la última
vez que lo vi, mientras
dejaba su
apartamento. Su expresión torturada me
persigue. Recuerdo que no quería que me fuera, lo cual fue un obstáculo. ¿Por
qué me quedaría cuando las cosas habían llegado a un punto muerto? Estuvimos
siempre evadiendo nuestros problemas, mi miedo al castigo, su miedo a… ¿qué?
¿Al amor?
Girándome de lado.
Abrazo mi almohada. Llena de una
tristeza abrumadora. Él piensa que no merece ser amado. ¿Por qué se siente de
esa manera? ¿Tiene esto algo que ver con su formación? ¿Su madre de nacimiento,
la prostituta adicta al crack? Mis pensamientos me rodean hasta tempranas horas
hasta que caigo en un agitado, exhausto sueño.
El día avanza y
avanza, lentamente, y Jack está
inusualmente atento. Sospecho que es el vestido ciruela de Kate y las botas de
tacón alto negras que he tomado de su armario, pero no me detengo en el
pensamiento. Resolví ir a comprar ropa con mi primer cheque de pago. El vestido
me queda más suelto de lo que estaba. Pero pretendo no notarlo.
Finalmente, son
las cinco y media , recojo mi
chaqueta y mi bolso, tratando de calmar mis nervios. ¡Voy a verlo!
—¿Tienes una cita
esta noche? —Jack pregunta
mientras pasea más allá de mi escritorio en su camino hacia afuera
—Sí. No. No
realmente.
Me arquea una
ceja, su interés claramente abierto.
—¿Novio?
Me sonrojo.
—No, un amigo. Un
exnovio.
—Quizás mañana te
gustaría tomar una bebida después
del trabajo. Has tenido una estelar primera semana, ____(tn). Deberíamos
celebrar.
Sonríe y una
desconocida emoción revolotea sobre su
rostro, haciéndome sentir incómoda.
Colocando sus
manos en los bolsillos, pasa a través
de las puertas dobles. Frunzo el ceño a su espalda. Tomar copas con el jefe,
¿es esa una buena idea?
Sacudo mi cabeza.
Tengo una tarde con Niall por la
que pasar primero.
¿Cómo voy a hacer
esto? Me apresuro a los servicios
para hacer unos retoques de último minuto.
En el gran espejo
en la pared, le doy una larga y
dura mirada a mi rostro. Tengo mi palidez habitual, círculos oscuros alrededor
de mis muy grandes ojos. Me veo desolada, obsesionada.
Jesús, desearía
saber cómo usar maquillaje. Aplico
una máscara y delineador de ojos, y pellizco mis mejillas, esperando traer algo
de color en ellas. Ordenando mi cabello de forma que cuelgue artísticamente
hacia abajo por mi espalda, tomo una profunda respiración. Esto tiene que
lograrlo.
Nerviosamente
camino a través del vestíbulo con una
sonrisa y un ondeo de mano hacia Claire en recepción. Pienso que ella y yo
podríamos ser amigas. Jack está hablando a Elizabeth mientras me encamino hacia
las puertas. Sonriendo ampliamente, se apresura hacia afuera para abrir las
puertas para mí.
—Después de ti,
____(tn)—murmura.
—Gracias. —Sonrío,
avergonzada.
Fuera, junto al
bordillo, Taylor está esperando.
Abre la puerta trasera del auto. Miro vacilante a Jack, quien me ha seguido
afuera. Está mirando hacia el Audi Sub. Giro y entro en la parte de atrás, y
ahí está sentado, Niall Horan, vistiendo su traje gris, sin corbata, su camisa
blanca abierta en el cuello. Sus ojos mieles resplandecen.
Mi boca se seca.
Se ve glorioso excepto porque está
frunciéndome el ceño.
¡Oh, no!
—¿Cuándo fue la
última vez que comiste? —me suelta
en cuanto entro y Taylor cierra la puerta.
Mi.er.da
—Hola, Niall. Sí,
es bueno verte también.
—No quiero tu boca
rápida ahora. Respóndeme. —Sus
ojos llamean.
Santa cielo
—Mmm… tomé un
yogurt a la hora de almuerzo. Ah, y
un plátano.
—¿Cuándo fue la
última vez que tuviste una comida
apropiada? —pregunta
ásperamente.
Taylor se desliza
en el asiento del conductor y enciende
el auto, y nos pone en el tráfico.
Miró hacia arriba
y Jack está ondeando una mano
hacia mí, como si pudiera verme a través del vidrio oscuro, no sé. Ondeo una
mano de vuelta.
—¿Quién es ese?
—suelta Niall.
—Mi jefe. —Espío
al hermoso hombre a mi lado, y su
boca está presionada en una dura línea.
—¿Y bien? ¿Tu
última comida?
—Niall, eso
realmente no es asunto tuyo —murmuro,
sintiéndome
extraordinariamente
valiente.
—Cualquier cosa
que hagas es asunto mio. Dime.
No, no lo es. Gimo
en frustración, rodando mis ojos
hacia el cielo, y Niall
entrecierra los
ojos. Y por primera vez en mucho
tiempo, quiero reír. Trato
fuertemente de
contener la risa nerviosa que trata
de burbujear hacia arriba. El rostro de Niall se suaviza mientras me esfuerzo
por mantener el rostro serio, y veo un trazo de sonrisa besando sus esculpidos
labios.
—¿Y bien?
—pregunta, su voz más suave.
—Pasta alla
vongole, el viernes pasado —susurro.
Cierra los ojos
mientras la furia y posiblemente
remordimiento, barren a través de su rostro.
—Ya veo —dice, su
voz inexpresiva—. Parece que has
perdido al menos dos kilos posiblemente más desde entonces. Por favor come,
____(tn).
Miro fijamente mis
dedos entrelazados en mi regazo.
¿Por qué siempre me hace sentir como una niña errante?
Cambia de posición
y gira hacia mí.
—¿Cómo estás?
—pregunta, su voz aún suave.
Bien, como la
mi.er.da realmente… trago.
—Si te dijera que
he estado bien, estaría
mintiendo.
Inhala
bruscamente.
—Yo también
—murmura, se acerca y toma mi mano—Te
extraño —agrega.
Oh no. Piel contra
piel.
—Niall, yo…
—____(tn), por
favor. Necesitamos hablar.
Voy a llorar. No.
—Niall, yo… por
favor… ya he llorado mucho
—murmuro, tratando de mantener mis emociones bajo control.
—Oh, nena, no.
—Jala mi mano, y antes de que me dé
cuenta, estoy sobre su regazo. Tiene sus brazos a mi alrededor, y su nariz está
en mi cabello— Te he extrañado demasiado, ____(tn). —susurra.
Quiero forcejear
fuera de su agarre, mantener
alguna distancia, pero sus brazos están envueltos alrededor de mí. Me presiona
contra su pecho. Me derrito. Oh,aquí es donde quiero estar.
Descanso mi cabeza
junto a la suya, y el besa mi
cabello repetidamente. Este es el hogar. Huele a lino, suavizante de ropa, gel
de baño, y mi olor favorito,Niall.
Por un momento, me
permito la ilusión de que todo
va a estar bien, y eso alivia mi alma devastada.
Algunos minutos
más tarde, Taylor se detiene en el
borde de la acera, aunque todavía estamos en la ciudad.
—Vamos. —Niall me
mueve fuera de su regazo—Hemos
llegado.
¿Qué?
—Helipuerto en lo
alto de este edificio. —Niall
mira hacía el edificio a moda de explicación.
Por supuesto.
Charlie Tango. Taylor abre la puerta
y me deslizo fuera. Me da una sonrisa cálida, como la de un tío que hace que me
sienta segura. Le sonrío de vuelta.
—Debería
devolverte el pañuelo.
—Consérvelo,
señorita Steele, con mis mejores
deseos.
Me sonrojo
mientras Niall viene alrededor del auto
y toma mi mano. Mira
intrigado a
Taylor, quien le devuelve la mirada
impasiblemente, sin revelarnada.
—¿A las nueve? —le
dice Niall.
—Sí, señor.
Niall asiente
mientras gira y me conduce a través
de las puertas dobles dentro del grandioso vestíbulo. Reparo en la sensación de
sus grandes manos y sus largos y expertos dedos curvados alrededor de la mía.
Siento la familiar presión. Estoy atraída, como Ícaro hacia su sol. Me he
quemado ya, y aun así estoy aquí nuevamente.
Alcanzando los
elevadores, presiona el botón de
llamada. Doy una mirada hacia él y está vistiendo su enigmática media sonrisa.
Mientras las puertas se abren, suelta mi mano y me conduce dentro.
Las puertas se
cierran y arriesgo una segunda
mirada. Él mira hacia mí, vivos ojos mieless, y ahí está en el aire entre
nosotros, esa electricidad. Es palpable. Puedo incluso probarla, pulsando entre
nosotros, jalándonos juntos.
—Oh dios… —Jadeo
mientras me deleito brevemente en
la intensidad de esta atracción visceral, primitiva.
—Yo también lo
noto —dice, sus ojos nublados e
intensos.
El deseo pulsa
oscura y letalmente en mi ingle.
Toma mi mano y roza mis nudillos con su pulgar, y todos mis músculos se
contraen tensándose, deliciosa y profundamente en mi interior.
Santo cielo. ¿Cómo
puede seguir haciéndome esto?
—Por favor no
muerdas tu labio, ____(tn) —susurra.
Miro hacia él,
liberando mi labio. Lo deseo. Aquí,
ahora, en el elevador. ¿Cómo no podría?
—Sabes lo que eso
me hace —murmura.
Oh, sigo
afectándolo. Mi Diosa interior despierta
de su enfado de cinco días.
Abruptamente la
puerta se abre, rompiendo el
hechizo, y estamos en la azotea.
Hace viento, y a
pesar de mi chaqueta negra, estoy
fría. Niall pone su brazo a mi alrededor, jalándome a su lado, y nos
apresuramos al otro lado donde Charlie Tango está en el centro del helipuerto
con sus hélices girando lentamente.
opinión… No, no, no. No puedo estar con alguien que obtiene placer en
infligirme dolor, alguien que no puede amarme.
Recuerdos
torturantes destellan a través de mi
mente, el planeador, estrechar manos, besar, la bañera, su gentileza, su humor,
y su oscura, amenazante, sexy mirada. Lo extraño. Han sido cinco días, cinco
días de agonía que se han sentido como una eternidad.
Envuelvo mis
brazos alrededor de mi cuerpo,
abrazándome estrechamente,
manteniéndome
junta. Lo extraño. Realmente lo
extraño… Lo amo. Simplemente. Lloro hasta quedarme dormida en la noche,
deseando no haberme marchado, deseando que pudiera ser diferente, deseando que
pudiéramos estar juntos.
¿Cuánto tiempo
durará este horrendo sentimiento
abrumador?
____(tn)Steele,
¡estás en el trabajo!Debo ser fuerte, pero quiero ir a la exposición de
José y, en el fondo, mi lado masoquista quiere ver a
Niall. Tomando una
profunda respiración. Me
encamino a mi escritorio.
De: ____(tn)
Steele
Asunto: Mañana
Para: Niall Horan
Hola Niall:
Gracias por las
flores; son encantadoras.
Sí, te agradecería
que me acompañaras.
Gracias.
____(tn) Steele
Asistente de Jack Hyde, Coordinador Editorial, AIPS
Revisando mi
teléfono, encuentro que todavía las
llamadas están desviadas a la BlackBerry . Jack está en una reunión, así que
rápidamente llamo a José.
—Hola, José. Soy
____(tn).
—Hola extraña. —Su
tono es tan cálido y acogedor
que es casi suficiente para empujarme por el borde otra vez.
—No puedo hablar
mucho tiempo. ¿A qué hora debo
estar allí mañana para tu Exposición?
—¿Aún vienes?
—suena excitado.
—Sí, por supuesto.
—Sonrío, mi primera sonrisa
genuina en cinco días mientras me imagino su amplia sonrisa.
—Siete y media.
—Te veo, entonces.
Adiós, José.
—Adiós, ____(tn).
De: Niall Horan
Asunto: Mañana
Para: ____(tn)
Steele
¿A qué hora
quieres que te recoja?
Niall Horan
Gerente
General, Horan Enterprises Holdings Inc.
De: ____(tn)
Steele
Asunto: Mañana
Para: Niall Horan
La exposición de
José comienza a las 19:30. ¿Qué
hora sugerirías?
____(tn) Steele
Asistente de Jack
Hyde, Coordinador Editorial, AIPS
De: Niall Horan
Asunto: Mañana
Para: ____(tn)
Steele
Querida ____(tn):
Portland está algo
lejos. Te recogeré a las 17:45.
Estoy deseando
verte.
Niall Horan
Gerente
General, Horan Enterprises Holdings Inc.
De: ____(tn)
Steele
Asunto: Mañana
Para: Niall Horan
Te veo entonces.
____(tn) Steele
Asistente de Jack
Hyde, Coordinador Editorial, AIPS
Oh dios… Voy a ver
a Niall, y por primera vez en
cinco días, mi espíritu se
eleva un poco y me
permito preguntarme cómo ha
estado.
¿Me ha extrañado?
Probablemente no como yo lo he
extrañado. ¿Habrá encontrado una nueva sumisa de donde quiera que ellas vengan?
El pensamiento es tan doloroso que lo desecho inmediatamente. Miro el montón de
correspondencia, necesito ordenarla para Jack y meterme de lleno en ello
mientras trato de expulsar a Niall de mi mente otra vez.
Esa noche en la
cama. Me remuevo y giro tratando de
dormir. Es la primera vez en mucho tiempo que no he llorado hasta quedarme
dormida.
En mi mente,
visualizo el rostro de Niall la última
vez que lo vi, mientras
dejaba su
apartamento. Su expresión torturada me
persigue. Recuerdo que no quería que me fuera, lo cual fue un obstáculo. ¿Por
qué me quedaría cuando las cosas habían llegado a un punto muerto? Estuvimos
siempre evadiendo nuestros problemas, mi miedo al castigo, su miedo a… ¿qué?
¿Al amor?
Girándome de lado.
Abrazo mi almohada. Llena de una
tristeza abrumadora. Él piensa que no merece ser amado. ¿Por qué se siente de
esa manera? ¿Tiene esto algo que ver con su formación? ¿Su madre de nacimiento,
la prostituta adicta al crack? Mis pensamientos me rodean hasta tempranas horas
hasta que caigo en un agitado, exhausto sueño.
El día avanza y
avanza, lentamente, y Jack está
inusualmente atento. Sospecho que es el vestido ciruela de Kate y las botas de
tacón alto negras que he tomado de su armario, pero no me detengo en el
pensamiento. Resolví ir a comprar ropa con mi primer cheque de pago. El vestido
me queda más suelto de lo que estaba. Pero pretendo no notarlo.
Finalmente, son
las cinco y media , recojo mi
chaqueta y mi bolso, tratando de calmar mis nervios. ¡Voy a verlo!
—¿Tienes una cita
esta noche? —Jack pregunta
mientras pasea más allá de mi escritorio en su camino hacia afuera
—Sí. No. No
realmente.
Me arquea una
ceja, su interés claramente abierto.
—¿Novio?
Me sonrojo.
—No, un amigo. Un
exnovio.
—Quizás mañana te
gustaría tomar una bebida después
del trabajo. Has tenido una estelar primera semana, ____(tn). Deberíamos
celebrar.
Sonríe y una
desconocida emoción revolotea sobre su
rostro, haciéndome sentir incómoda.
Colocando sus
manos en los bolsillos, pasa a través
de las puertas dobles. Frunzo el ceño a su espalda. Tomar copas con el jefe,
¿es esa una buena idea?
Sacudo mi cabeza.
Tengo una tarde con Niall por la
que pasar primero.
¿Cómo voy a hacer
esto? Me apresuro a los servicios
para hacer unos retoques de último minuto.
En el gran espejo
en la pared, le doy una larga y
dura mirada a mi rostro. Tengo mi palidez habitual, círculos oscuros alrededor
de mis muy grandes ojos. Me veo desolada, obsesionada.
Jesús, desearía
saber cómo usar maquillaje. Aplico
una máscara y delineador de ojos, y pellizco mis mejillas, esperando traer algo
de color en ellas. Ordenando mi cabello de forma que cuelgue artísticamente
hacia abajo por mi espalda, tomo una profunda respiración. Esto tiene que
lograrlo.
Nerviosamente
camino a través del vestíbulo con una
sonrisa y un ondeo de mano hacia Claire en recepción. Pienso que ella y yo
podríamos ser amigas. Jack está hablando a Elizabeth mientras me encamino hacia
las puertas. Sonriendo ampliamente, se apresura hacia afuera para abrir las
puertas para mí.
—Después de ti,
____(tn)—murmura.
—Gracias. —Sonrío,
avergonzada.
Fuera, junto al
bordillo, Taylor está esperando.
Abre la puerta trasera del auto. Miro vacilante a Jack, quien me ha seguido
afuera. Está mirando hacia el Audi Sub. Giro y entro en la parte de atrás, y
ahí está sentado, Niall Horan, vistiendo su traje gris, sin corbata, su camisa
blanca abierta en el cuello. Sus ojos mieles resplandecen.
Mi boca se seca.
Se ve glorioso excepto porque está
frunciéndome el ceño.
¡Oh, no!
—¿Cuándo fue la
última vez que comiste? —me suelta
en cuanto entro y Taylor cierra la puerta.
Mi.er.da
—Hola, Niall. Sí,
es bueno verte también.
—No quiero tu boca
rápida ahora. Respóndeme. —Sus
ojos llamean.
Santa cielo
—Mmm… tomé un
yogurt a la hora de almuerzo. Ah, y
un plátano.
—¿Cuándo fue la
última vez que tuviste una comida
apropiada? —pregunta
ásperamente.
Taylor se desliza
en el asiento del conductor y enciende
el auto, y nos pone en el tráfico.
Miró hacia arriba
y Jack está ondeando una mano
hacia mí, como si pudiera verme a través del vidrio oscuro, no sé. Ondeo una
mano de vuelta.
—¿Quién es ese?
—suelta Niall.
—Mi jefe. —Espío
al hermoso hombre a mi lado, y su
boca está presionada en una dura línea.
—¿Y bien? ¿Tu
última comida?
—Niall, eso
realmente no es asunto tuyo —murmuro,
sintiéndome
extraordinariamente
valiente.
—Cualquier cosa
que hagas es asunto mio. Dime.
No, no lo es. Gimo
en frustración, rodando mis ojos
hacia el cielo, y Niall
entrecierra los
ojos. Y por primera vez en mucho
tiempo, quiero reír. Trato
fuertemente de
contener la risa nerviosa que trata
de burbujear hacia arriba. El rostro de Niall se suaviza mientras me esfuerzo
por mantener el rostro serio, y veo un trazo de sonrisa besando sus esculpidos
labios.
—¿Y bien?
—pregunta, su voz más suave.
—Pasta alla
vongole, el viernes pasado —susurro.
Cierra los ojos
mientras la furia y posiblemente
remordimiento, barren a través de su rostro.
—Ya veo —dice, su
voz inexpresiva—. Parece que has
perdido al menos dos kilos posiblemente más desde entonces. Por favor come,
____(tn).
Miro fijamente mis
dedos entrelazados en mi regazo.
¿Por qué siempre me hace sentir como una niña errante?
Cambia de posición
y gira hacia mí.
—¿Cómo estás?
—pregunta, su voz aún suave.
Bien, como la
mi.er.da realmente… trago.
—Si te dijera que
he estado bien, estaría
mintiendo.
Inhala
bruscamente.
—Yo también
—murmura, se acerca y toma mi mano—Te
extraño —agrega.
Oh no. Piel contra
piel.
—Niall, yo…
—____(tn), por
favor. Necesitamos hablar.
Voy a llorar. No.
—Niall, yo… por
favor… ya he llorado mucho
—murmuro, tratando de mantener mis emociones bajo control.
—Oh, nena, no.
—Jala mi mano, y antes de que me dé
cuenta, estoy sobre su regazo. Tiene sus brazos a mi alrededor, y su nariz está
en mi cabello— Te he extrañado demasiado, ____(tn). —susurra.
Quiero forcejear
fuera de su agarre, mantener
alguna distancia, pero sus brazos están envueltos alrededor de mí. Me presiona
contra su pecho. Me derrito. Oh,aquí es donde quiero estar.
Descanso mi cabeza
junto a la suya, y el besa mi
cabello repetidamente. Este es el hogar. Huele a lino, suavizante de ropa, gel
de baño, y mi olor favorito,Niall.
Por un momento, me
permito la ilusión de que todo
va a estar bien, y eso alivia mi alma devastada.
Algunos minutos
más tarde, Taylor se detiene en el
borde de la acera, aunque todavía estamos en la ciudad.
—Vamos. —Niall me
mueve fuera de su regazo—Hemos
llegado.
¿Qué?
—Helipuerto en lo
alto de este edificio. —Niall
mira hacía el edificio a moda de explicación.
Por supuesto.
Charlie Tango. Taylor abre la puerta
y me deslizo fuera. Me da una sonrisa cálida, como la de un tío que hace que me
sienta segura. Le sonrío de vuelta.
—Debería
devolverte el pañuelo.
—Consérvelo,
señorita Steele, con mis mejores
deseos.
Me sonrojo
mientras Niall viene alrededor del auto
y toma mi mano. Mira
intrigado a
Taylor, quien le devuelve la mirada
impasiblemente, sin revelarnada.
—¿A las nueve? —le
dice Niall.
—Sí, señor.
Niall asiente
mientras gira y me conduce a través
de las puertas dobles dentro del grandioso vestíbulo. Reparo en la sensación de
sus grandes manos y sus largos y expertos dedos curvados alrededor de la mía.
Siento la familiar presión. Estoy atraída, como Ícaro hacia su sol. Me he
quemado ya, y aun así estoy aquí nuevamente.
Alcanzando los
elevadores, presiona el botón de
llamada. Doy una mirada hacia él y está vistiendo su enigmática media sonrisa.
Mientras las puertas se abren, suelta mi mano y me conduce dentro.
Las puertas se
cierran y arriesgo una segunda
mirada. Él mira hacia mí, vivos ojos mieless, y ahí está en el aire entre
nosotros, esa electricidad. Es palpable. Puedo incluso probarla, pulsando entre
nosotros, jalándonos juntos.
—Oh dios… —Jadeo
mientras me deleito brevemente en
la intensidad de esta atracción visceral, primitiva.
—Yo también lo
noto —dice, sus ojos nublados e
intensos.
El deseo pulsa
oscura y letalmente en mi ingle.
Toma mi mano y roza mis nudillos con su pulgar, y todos mis músculos se
contraen tensándose, deliciosa y profundamente en mi interior.
Santo cielo. ¿Cómo
puede seguir haciéndome esto?
—Por favor no
muerdas tu labio, ____(tn) —susurra.
Miro hacia él,
liberando mi labio. Lo deseo. Aquí,
ahora, en el elevador. ¿Cómo no podría?
—Sabes lo que eso
me hace —murmura.
Oh, sigo
afectándolo. Mi Diosa interior despierta
de su enfado de cinco días.
Abruptamente la
puerta se abre, rompiendo el
hechizo, y estamos en la azotea.
Hace viento, y a
pesar de mi chaqueta negra, estoy
fría. Niall pone su brazo a mi alrededor, jalándome a su lado, y nos
apresuramos al otro lado donde Charlie Tango está en el centro del helipuerto
con sus hélices girando lentamente.
KarlytaD´Maslow
Re: 50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
Capítulo 2
Un hombre alto, rubio, de mandíbula cuadrada en un
traje oscuro brinca fuera y agachándose, lentamente corre hacia nosotros.
Estrechando manos con Niall, grita por encima del ruido de las hélices.
—Listo para irse, señor. ¡Es todo suyo!
—¿Todas las verificaciones hechas?
—Sí, señor.
—¿Lo recogerás alrededor de las ocho y media?
—Sí, señor.
—Taylor está esperando por ti afuera en el frente.
—Gracias, Sr. Horan. Viaje a salvo a Portland.
Señora. —Me saluda.
Sin soltarme, Niall asiente, se agacha y me conduce
a la puerta del helicóptero.
Una vez dentro me abrocha firmemente el arnés.
Ciñendo las correas
apretadamente. Me da una mirada conocedora y su
sonrisa secreta.
—Esto te mantendrá en tu lugar —murmura—. Debo
decir que me gusta este arnés en ti. No toques nada.
Me sonrojo de un profundo carmesí, y corre su dedo
índice hacia abajo por mi mejilla antes de colgarme los audífonos. Me gustaría
tocarte también, pero no vas a dejarme. Le frunzo el ceño. Además ha puesto las
correas tan ceñidas que apenaspuedo moverme.
Se sienta en su lugar y se pone las correas a sí
mismo. Entonces empieza a hacer todas sus comprobaciones antes del vuelo. Es
simplemente tan competente. Es muy atrayente. Se pone sus audífonos, enciende
el interruptor y las hélices aceleran, aturdiéndome.
Girando, me mira.
—¿Lista, nena? —Su voz hace eco a través de los
audífonos.
—Sí.
Sonríe con su sonrisa de niño. Wow, no la he visto
desde hace mucho.
—Torre Sea-Tac, aquí Charlie Tango–Tango Eco Hotel,
permiso para partir de Portland vía PDX, Por favor confirme, cambio.
La voz incorpórea del controlador de tráfico aéreo
contesta, dando instrucciones.
—Roger, torre, Charlie Tango lista, Cambio y fuera.
—Niall enciende dos
interruptores, aferra la palanca, y el helicóptero
se eleva lenta y suavemente hacia el cielo del atardecer.
Seattle y mi estómago caen lejos de nosotros, y hay
tanto que ver.
—Perseguimos el amanecer, ____(tn), ahora el
atardecer.
Su voz viene a través de los audífonos. Me giro
para mirarlo sorprendida.
¿A qué se refiere? ¿Cómo es que puede decir las
cosas más románticas? Sonríe, y no puede evitarlo, pero le sonrío de vuelta,
tímidamente.
—Aunque con el sol de la tarde, hay mucho más que
ver esta vez —dice.
La última vez que volamos a Seattle estaba oscuro,
pero esta tarde, la vista es espectacular, literalmente fuera de este mundo.
Estamos por encima de los edificios más altos, yendo más y más alto.
—Escala está ahí fuera. —Señala hacia el edificio—.
Desde allí puedes ver la aguja espacial. —Estiro mi cabeza.
—Nunca he ido.
—Te llevaré, podemos comer ahí.
¿Qué?
—Niall, rompimos.
—Lo sé. Pero de todos modos puedo llevarte ahí y
alimentarte. —Me mira encolerizado.
Sacudo mi cabeza y me sonrojo antes de tomar un
método menos confrontacional.
—Es muy hermoso aquí arriba, gracias.
—Impresionante, ¿no?
—Es impresionante que puedas hacer esto.
—¿Halagos de usted, señorita Steele? Pero soy un
hombre de muchos talentos.
—Estoy completamente consciente de eso, Sr. Horan.
Gira y me sonríe, y por primera vez en cinco días.
Me relajo un poco, quizás esto no será tan malo.
—¿Cómo es el nuevo trabajo?
—Bien, gracias por el interés.
—¿Cómo es tu nuevo jefe?
—Oh, está bien. —¿Cómo puede decirle a Niall que
Jack me hace sentir
incómoda? Niall se gira y me mira atentamente.
—¿Qué está mal? —pregunta.
—Aparte de lo obvio, nada.
—¿Lo obvio?
—Oh, Niall, realmente a veces eres muy obtuso.
—¿Obtuso? ¿Yo? Tengo la impresión de que no me
gusta ese tono, señorita Steele.
—Bien, entonces no lo hagas.
Sus labios se curvan en una sonrisa.
—He extrañado tu rápida boca.
Jadeo y quiero gritar: ¡Yo extrañé todo de ti…no
solo tu boca! Pero me callo y miro fijamente hacia fuera del vidrio de pecera
que es el parabrisas de Charlie Tango mientras continuamos hacia el sur. El
atardecer está hacia nuestra derecha, el sol bajo en el
horizonte—grande,resplandeciendo con un llameante naranja— y soy Ícaro
nuevamente, volando demasiado cerca.
El atardecer nos ha seguido desde Seattle, y el
cielo está bañado de ópalo, rosas y aguamarinas entretejidos juntos como solo
la madre naturaleza sabe hacer. Es una despejada y vivificante tarde, y las
luces de Portland centellean y titilan, dándonos la bienvenida mientras Niall
maneja el helicóptero hacia abajo en el helipuerto.
Estamos en lo alto de una extraña construcción de
ladrillos marrones en Portland que dejamos tres semanas atrás.
Jesús, no ha sido hace demasiado tiempo. Aún siento
como si conociera a Niall de toda una vida.
Apaga a Charlie Tango, deslizando varios
interruptores entonces las hélices se detienen, y eventualmente todo lo que
oigo es mi respiración a través de los audífonos. Mmm. Esto me recuerda
brevemente mi experiencia Thomas Tallis.Palidezco. Simplemente no quiero ir ahí
justo ahora.
—¿Buen paseo, señorita Steele? —pregunta, su voz
como la miel, sus ojos mieles centelleando.
—Sí, gracias, Sr. Horan —le respondo educadamente.
—Bien, vamos a ver las fotos del chico. —Extiende
su mano hacia mí y tomándola, salgo de Charlie Tango.
Un hombre de cabello gris con barba, camina a
nuestro encuentro, sonriendo ampliamente, y lo reconozco como el anciano de la
última vez que estuvimos aquí.
—Joe. —Niall sonríe y suelta mi mano para sacudir
la de Joe cálidamente—Mantenlo a salvo para Stephan. Estará aquí alrededor de
las ocho o nueve.
—Lo haré, Sr. Horan, señora —dice, asintiendo hacia
mí—. Su auto espera bajando las escaleras, señor. Oh, y el elevador está fuera
de servicio; tiene que usar las escaleras.
—Gracias, Joe.
Niall toma mi mano y nos encaminamos a las
escaleras de emergencia.
—Es bueno para ti que solo sean tres pisos, en esos
tacones —murmura él hacia mí en desaprobación.
—¿No te gustan las botas?
—Me gustan mucho, ____(tn) . —Su mirada se oscurece
y creo que podría decir algo más pero se detiene—Vamos. Iremos despacio. No
quiero que
caigas y te rompas el cuello.
Nos sentamos en silencio mientras nuestro chofer
nos lleva a la galería. Mi
ansiedad había retornado con más fuerza, y me doy
cuenta de que nuestro tiempo en Charlie Tango ha sido la calma que precede a la
tormenta. Niall está callado y pensativo… inquieto incluso; la atmósfera
relajada que había entre ambos ha desaparecido.
Hay mucho que quiero decir, pero este viaje es
demasiado corto. Niall mira pensativo por la ventana.
—José es solo un amigo —murmuro.
Niall se gira y me mira fijamente, sus ojos oscuros
y protegidos, sin dar nada.
Su boca, oh, su boca es distrayente, y
espontáneamente. La recuerdo sobre mí, en todas partes. Mi piel palpita. Cambia
de posición en su asiento y frunce el ceño.
—Esos hermosos ojos se ven demasiado grandes en tu
rostro, ____(tn). Por favor, dime que comerás.
—Sí, Niall, comeré —respondo automáticamente, una
trivialidad.
—Lo digo en serio.
—¿Ah,si?
No puedo reprimir el tono arrogante. Sinceramente,
qué cínico es este hombre… este hombre que me ha hecho pasar un calvario estos
últimos días. No, eso no es verdad, yo misma me he sometido al calvario. No. Ha
sido él. Muevo la cabeza, confusa.
—No quiero pelear contigo, ____(tn). Te quiero de
regreso, y te quiero a salvo —dice suavemente.
¿Qué? ¿A qué se refiere?
—Pero nada ha cambiado.
Tu sigues siendo cincuenta tonos.
—Hablaremos en el camino de regreso. Ya hemos
llegado.
El auto se detiene en frente de la galería, y Niall
baja, dejándome sin palabras.
Abre la puerta del auto para mí, y salgo.
—¿Por qué haces eso? —Mi voz es más fuerte de lo
que esperaba.
—¿Hacer qué? —Niall es tomado por sorpresa.
—Decir algo como eso y luego callarte.
—____(tn), estamos aquí. Donde querías estar.
Hagamos esto y entonces
hablamos. Particularmente, no quiero una escena en
la calle.
Me sonrojo y echo un vistazo alrededor. Está en lo
correcto. Es demasiado público.
Presiono mis labios juntos mientras él me mira
hacia abajo.
—Está bien —murmuro de mala gana. Tomando mi mano,
me conduce al interior del edificio.
Estamos en un almacén reconvertido, paredes de
ladrillo, oscuros pisos de madera ,techos blancos, y tuberías blancas. Es de
aire moderno, y hay muchas personas deambulando por el piso de la galería.
Probando vino y admirando el trabajo de José. Por un momento, mis problemas se
derriten lejos mientras me doy cuenta de que José ha realizado su sueño. ¡Así
se hace, José!
—Buenas tardes y bienvenidos al espectáculo de José
Rodríguez. —Una mujer joven vestida de negro con un muy corto cabello marrón,
usando lápiz labial rojo, y grandes pendientes de aro, nos recibe.
Echa un breve vistazo hacia mí; entonces uno mucho
más largo de lo que es estrictamente necesario a Niall, entonces gira de
regreso hacia mí,
parpadeando mientras se sonroja.
Mi frente se arruga. Él es mío, o lo era. Trato
fuertemente de no fruncirle el ceño.
Mientras sus ojos recuperan su enfoque, vuelve a
parpadear.
—Oh, eres tú, ____(tn). Nos encanta que tú también
formes parte de todo esto.
Sonriendo, me entrega un folleto y me dirige a una mesa
llena con bebidas y bocadillos.
¿Cómo sabe mi nombre?
—¿La conoces? —Niall frunce el ceño.
Sacudo mi cabeza, igualmente desconcertada.Se
encoge de hombros, distraído.
—¿Qué te gustaría de beber?
—Tomaré una copa de vino blanco, gracias.
Su entrecejo se frunce, pero contiene su lengua y
se dirige a la barra libre.
—¡____(tn)!
José viene disparado atravesando una multitud de
personas.
Está vistiendo un traje. Se ve bien y está
sonriéndome radiante. Me
envuelve en sus brazos, abrazándome fuertemente. Y
es todo lo que puedo hacer para no estallar en lágrimas. Mi amigo, mi único
amigo mientras que Kate está lejos. Lágrimas llenan mis ojos.
—____(tn), estoy tan contento de que lo hayas
hecho. —Suspira en mi oído, entonces se detiene y abruptamente me extiende a un
brazo de distancia, mirándome fijamente.
—¿Qué?
—Hey, ¿estás bien? Luces tan, bien, extraña. Dios
mío, ¿has perdido peso?
Pestañeo alejando mis lágrimas.
—José, estoy bien. Solo estoy tan feliz por ti.
Mi.er.da, no él, también
KarlytaD´Maslow
Re: 50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
—Felicitaciones por la exposición. —Mi voz tiembla
mientras veo la preocupación grabada en su oh-tan familiar rostro, pero tengo
que mantenerme unida.
—¿Cómo llegaste hasta aquí? —pregunta.
—Niall me trajo —digo repentinamente aprehensiva.
—Oh. —El rostro de José cae y me suelta—. ¿Dónde
está? —Su expresión se oscurece.
—Ahí fuera, consiguiendo bebidas.
Señalo con la cabeza en dirección a Niall y veo que
está intercambiando comentarios amables con alguien esperando en la línea. Niall
mira hacia arriba cuando miro en su dirección y nuestros ojos se traban. Y por
un breve momento nos quedamos mirando el uno al otro.
Santo cielo… Este hermoso hombre me quiere de
vuelta, y profundamente dentro de mí, una dulce alegría se despliega como una
gloriosa mañana en la madrugada.
—¡____(tn)! —José me distrae, y soy arrastrada
nuevamente al aquí y ahora— Estoy tan contento de que vinieras, escucha, tengo
que avisarte…
Repentinamente, la señorita “muy corta cabellera y
lápiz labial rojo” lo corta.
—José, la periodista del Portland Printz está aquí
para verte. Vamos. —Me da una sonrisa educada.
—¿Has visto como mola esto? La fama. —Sonríe y no
puedo resistirme así que sonrío de vuelta; es tan feliz—. Luego te veo,
____(tn).
Besa mi mejilla, y lo miro pasear hasta una mujer
joven parada junto a un alto y larguirucho fotógrafo.
Las fotografías de José están por todas partes, y
en algunos casos magnificadas sobre grandes lienzos. Hay de ambas; a blanco y
negro y a color. Hay una belleza etérea en muchos de los paisajes. En una te
lleva a un lago en Vancouver, es de tarde y nubes rosa se reflejan sobre el
agua. Brevemente, soy transportada por la tranquilidad y la paz. Es
impresionante.
Niall se une a mí, y tomo una respiración profunda
y trago, tratando de
recobrar algo de mi equilibro anterior. Me alcanza
una copa de vino blanco.
—¿Está a la altura? —mi voz suena más normal.
Me mira con curiosidad.
—El vino.
—No. No suele estarlo en esta clase de eventos. El
chico aquí tiene talento, ¿no?
—Niall está admirando también la foto del lago.
—¿Por qué crees que le pedí a él que tomara tu
foto? —No puedo ocultar el orgullo en mi voz. Sus ojos se deslizan impasibles
de la fotografía hacia mí.
—¿Niall Horan? —El fotógrafo del Portland Printz
enfoca a Niall—¿Puedo tomar una foto, señor?
—Claro.
Niall esconde su ceño fruncido. Doy un paso hacia
atrás, pero él
sujeta mi mano y me jala a su lado. El fotógrafo
nos ve juntos y no puede ocultar su sorpresa.
—Sr. Horan, gracias. —Toma un par de fotos— ¿Señorita…?
—pregunta.
—Steele —respondo.
—Gracias, señorita Steele.
Y se va a toda prisa.
—Busqué fotos tuyas en citas en internet. No había
ninguna. Es por eso que Kate pensó que eras gay.
La boca de Niall se curva con una sonrisa.
—Eso explica tu inapropiada pregunta. No, no tengo
citas, ____(tn); sólo contigo.Pero eso ya lo sabes —Sus ojos queman con
sinceridad.
—Entonces, ¿nunca llevaste a tus… —Miro alrededor
nerviosamente para verificar que nadie puede oírnos—… sumisas fuera?
—A veces, no en citas. De compras, ya sabes. —Se
encoje de hombros. Sus ojos no dejan los míos.
Oh, entonces sólo en el cuarto de juegos; su cuarto
rojo del dolor y su apartamento.No sé cómo sentirme acerca de ello.
—Sólo tú, ____(tn). —Suspira.
Me sonrojo y miro fijamente hacia abajo, a mis
dedos. A su propia manera, se preocupa por mí.
—Tu amigo aquí parece más un hombre de paisajes, no
retratos. Vamos a ver alrededor. —Extiende su mano hacia mí, y la tomo.
Vagamos pasando algunas fotos más y me doy cuenta
de una pareja asintiendo hacia mí, sonriendo ampliamente como si me conocieran.
Debe ser porque estoy con Niall, pero un hombre joven esta mirándome
descaradamente. Es extraño.
Giramos la esquina, y puedo ver por qué he estado
recibiendo miradas extrañas.
Colgando de una pared lejana hay siete enormes
portarretratos… de mí.
Los miro en blanco, estupefacta, la sangre
drenándose de mi rostro. Yo: haciendo pucheros, riendo, frunciendo el ceño,
seria, divertida. Son todos primeros planos enormes, todos en blanco y negro.
¡Vaya! Recuerdo a José jugando con la cámara en un
par de ocasiones
cuando se encontraba de visita y cuando había
estado conduciendo con él y su asistente de fotografía. Yo creía que eran
simples instantáneas. No fotos ingenuamente robadas.
Miro hacia arriba a Niall, quien está mirando
fijamente, transfigurado, a cada uno de los cuadros por turno.
—Parece que no soy el único —musita en tono
enigmático, con los labios apretados.
Pienso que está enojado.
—Discúlpame —dice, sujetándome con su brillante
mirada miel por un momento.
Se gira y se dirige al escritorio de recepción.
¿Cuál es el problema ahora? Miro hipnotizada
mientras habla animadamente con la señorita “muy corta cabellera y lápiz labial
rojo” Pesca su billetera y saca su tarjeta de crédito.
Mi.er.da. Debe haber comprado una de ellas.
—Hey. Tú eres la musa. Esas fotografías son
estupendas. —Un hombre joven con una melena de cabello rubio brillante me
sobresalta. Siento una mano en mi codo y Niall está de regreso.
—Eres un chico con suerte. —El melena rubia sonríe
a Niall, quien le dedica una fría mirada.
—Lo soy —murmura oscuramente, mientras me jala a su
lado.
—¿Acabas de comprar una de ellas?
—¿Una de ellas? —resopla sin quitar los ojos de ellas.
—¿Compraste más de una?
Él rueda los ojos.
—Las compré todas, ____(tn). No quiero a algún
extraño comiéndote con los ojos en la privacidad de su hogar.
Mi primera inclinación es reír.
—Prefieres hacerlo tú —me burlo.
Me mira hacia abajo, sorprendido con la guardia
baja por mi audacia, pienso, pero está tratando de ocultar su diversión.
—Francamente, sí.
—Pervertido —boqueo hacia él y muerdo mi labio
inferior para prevenir mi
sonrisa.
Su boca cae abierta, y ahora su diversión es obvia.
Sujeta su barbilla
pensativamente.
—Eso no puedo negarlo, ____(tn). —Sacude su cabeza,
y sus ojos se
suavizan con humor.
—Podría discutirlo en otra ocasión contigo, pero he
firmado un acuerdo de confidencialidad.
Suspira, mirándome, y sus ojos se oscurecen.
—Lo que me gustaría hacer con tu boca rápida
—murmura.
Jadeo, sabiendo a qué se refiere.
—Eres muy grosero. —Trato de sonar en shock y
fracaso. ¿Acaso no tiene límites?
Me sonríe, divertido, y luego frunce el ceño.
—Te ves muy relajada en esas fotos, ____(tn). No te
veo así muy a menudo.
¿Qué? ¡Vaya! Cambio de tema —sin la menor lógica—
de las bromas a la seriedad.
Me sonrojo y echo un vistazo hacia abajo a mis
dedos. Él inclina mi cabeza hacia atrás, e inhalo bruscamente al contacto con
sus largos dedos.
—Te quiero así de relajada conmigo —susurra. Todo
trazo de humor se ha ido.
Profundamente en mi interior esa alegría se agita
de nuevo. Pero, ¿cómo puede ser eso? Tenemos asuntos pendientes.
—Debes parar de intimidarme si quieres eso
—replico.
—Debes aprender a comunicarte y decirme cómo te
sientes —replica de vuelta,sus ojos llameando.
Tomo una respiración profunda.
—Niall, tú me quieres como sumisa. Ahí esta el
problema. Creo
que los sinónimos eran y cito: “obediente,
flexible, manejable, tratable, pasiva,sometida, resignada, paciente, dócil,
mansa y sumisa. No debía mirarte. Ni hablarte a menos que me dieras permiso.
¿Qué esperas? —le siseo.
Parpadea, y su ceño se profundiza a medida que
continúo.
—Es muy confuso estar contigo. No quieres que te
desafíe, pero entonces te gusta mi “boca rápida”. Quieres obediencia, excepto
que cuando no lo hago, entonces puedes castigarme. Simplemente no sé qué camino
tomar cuando estoy contigo.
Entorna los ojos.
—Buen punto bien hecho, como de costumbre, señorita
Steele. —Su voz es fría—Ven, vamos a comer.
—Solo hemos estado aquí por media hora.
—Has visto las fotos, has hablado con el chico.
—Su nombre es José.
—Has hablado con José; el hombre que, la última vez
que vi, estaba tratando de poner su lengua en tu boca a la fuerza mientras
estabas borracha y mareada—gruñe.
—Él nunca me ha golpeado —escupo hacia él.
Niall me frunce el ceño, furia emanando de cada
poro.
—Ese es un golpe bajo, ____(tn) —susurra
amenazante.
Me sonrojo y Niall pasa sus dedos a través de su
cabello, tensándose con rabia apenas contenida. Lo miro ferozmente de regreso.
—Te llevo a comer algo , te estás desvaneciendo en
frente de mí.
Encuentra al chico, di adiós.
—Por favor, ¿podremos quedarnos más tiempo?
—No. Ve. Ahora. Dile adiós.
Lo miro ferozmente, mi sangre hirviendo. El Sr.
maldito fanático del control es bueno. Enojada es mejor que llorosa.
Arrastro mi mirada de él y exploro la habitación
por José. Él está hablando a un grupo de mujeres jóvenes. Camino en dirección a
él y lejos de Cincuenta. ¿Sólo porque me trajo aquí tengo que hacer lo que
dice? ¿Quién infiernos piensa que es?
Las chicas están pendientes de cada palabra de
José. Una de ellas jadea mientras me acerco, sin duda reconociéndome de los
portarretratos.
—José.
—____(tn). Disculpen, chicas. —José les sonríe y
pone su brazo a mi alrededor, y en algún nivel me divierte. José todo suave,
impresionando a las damas.
—Luces enojada —dice.
—Tengo que irme —murmuro tercamente.
—Acabas de llegar.
—Lo sé, pero Niall necesita regresar. Las fotos son
fantásticas José, eres muy talentoso. —Sonríe con alegría.
—Fue tan genial verte.
José me arrastra en un gran abrazo de oso,
girándome, así puedo ver a Niall en la galería. Está frunciendo el ceño, y noto
que es porque estoy en los brazos de José. Entonces en un movimiento bien
calculado, envuelvo mis brazos alrededor del cuello de José. Pienso que Niall
se va a morir. Su mirada feroz se oscurece a algo muy siniestro, y lentamente
hace su camino hacia nosotros.
—Gracias por avisar acerca de las fotos que me
tomaste —balbuceo.
—Mi.er.da, disculpa. ____(tn). Debería habértelo
dicho. ¿Te gustan?
—Um… No lo sé —respondo sinceramente,
momentáneamente perdiendo el balance por su pregunta.
—Bueno, están todas vendidas, así que a alguien le
gustaron. ¿A que es fantaástico? Eres una chica de póster.
Me abraza más estrechamente mientras que Niall nos
alcanza mirándome. Frunciéndome el ceño ahora, aunque afortunadamente,José no
lo ve.
José me suelta.
—No seas una extraña, _____(tn). Oh, Sr. Horan,
Buenas noches.
—Sr. Rodriguez, muy impresionante. —Niall suena
glacialmente cortés— Me disculpo porque no podamos quedarnos más tiempo, pero
ambos necesitamos dirigirnos de regreso a Seattle, ¿____(tn)? —Hace hincapié en
“ambos” de manera sutil y toma mi mano mientras lo hace.
—Adiós José. Felicitaciones otra vez. —Le doy un
rápido beso en la mejilla y antes de que lo sepa Niall me está arrastrando
fuera del edificio. Sé que esta hirviendo con silenciosa ira, pero también yo.
Mira rápidamente arriba y debajo de la calle
entonces se dirige a la izquierda y repentinamente me arrastra en un callejón
lateral, abruptamente presionándome arriba en contra de una pared. Sujeta mi
rostro entre sus manos, forzándome a mirar hacia arriba en sus determinadamente
ardientes ojos.
Jadeo, y su boca se abalanza hacia abajo. Está
besándome, violentamente.
Brevemente nuestros dientes chocan, entonces su
lengua está en mi boca.
El deseo explota como el cuatro de julio a través
de mi cuerpo, y estoy besándolo de vuelta, igualando su fervor, mis manos
enredadas en su cabello, jalándolo, fuertemente. Gime, un bajo sonido suave en
la parte de atrás de su garganta que reverbera a través de mí, y sus manos se
mueven hacia debajo de mi cuerpo sobre mi muslo, sus dedos enterrándose en mi
carne a través del vestido cereza.
Pongo toda la angustia y mi corazón roto de los
pasados últimos días en nuestro beso. Vinculándolo a mí, y eso me golpea —en
este momento de cegadora pasión— él está haciendo lo mismo, él siente lo mismo.
Rompe el beso, jadeando. Sus ojos están iluminados
con deseo, disparando la nuevamente caliente sangre que palpita a través de mi
cuerpo. Mi boca cae abierta mientras trato de arrastrar el preciado aire en mis
pulmones.
—Tú. Eres. Mía —gruñe, enfatizando cada palabra. Se
aleja de mí y se inclina con las manos sobre sus rodillas como si hubiera
corrido un maratón—. Por el amor de Dios, ____(tn).
Me apoyo sobre la pared, jadeando, tratando de
controlar la desenfrenada reacción en mi cuerpo, tratando de encontrar mi
equilibrio otra vez.
—Lo siento —susurro una vez que mi respiración
regresa.
—Deberías. Sé lo qué estaban haciendo. ¿Deseas al
fotógrafo, ____(tn)?
Obviamente él tiene sentimientos por ti.
Me sonrojo y sacudo mi cabeza.
—No. Es solo un amigo.
—He pasado toda mi vida adulta tratando de evitar
cualquier emoción extrema. Entonces tú… tú haces aflorar sentimientos en mí que
me son completamente ajenos. Es muy… —Frunce el ceño estrechando la palabra—...
inquietante. Me gusta el control, ____(tn), y alrededor de ti, eso solo… —Se
detiene, su mirada intensa—… se evapora.
Ondea su mano vagamente, entonces la pasa a través
de su cabello y toma una respiración profunda. Sujeta mi mano
—Vamos, necesitamos hablar y tú necesitas comer.
mientras veo la preocupación grabada en su oh-tan familiar rostro, pero tengo
que mantenerme unida.
—¿Cómo llegaste hasta aquí? —pregunta.
—Niall me trajo —digo repentinamente aprehensiva.
—Oh. —El rostro de José cae y me suelta—. ¿Dónde
está? —Su expresión se oscurece.
—Ahí fuera, consiguiendo bebidas.
Señalo con la cabeza en dirección a Niall y veo que
está intercambiando comentarios amables con alguien esperando en la línea. Niall
mira hacia arriba cuando miro en su dirección y nuestros ojos se traban. Y por
un breve momento nos quedamos mirando el uno al otro.
Santo cielo… Este hermoso hombre me quiere de
vuelta, y profundamente dentro de mí, una dulce alegría se despliega como una
gloriosa mañana en la madrugada.
—¡____(tn)! —José me distrae, y soy arrastrada
nuevamente al aquí y ahora— Estoy tan contento de que vinieras, escucha, tengo
que avisarte…
Repentinamente, la señorita “muy corta cabellera y
lápiz labial rojo” lo corta.
—José, la periodista del Portland Printz está aquí
para verte. Vamos. —Me da una sonrisa educada.
—¿Has visto como mola esto? La fama. —Sonríe y no
puedo resistirme así que sonrío de vuelta; es tan feliz—. Luego te veo,
____(tn).
Besa mi mejilla, y lo miro pasear hasta una mujer
joven parada junto a un alto y larguirucho fotógrafo.
Las fotografías de José están por todas partes, y
en algunos casos magnificadas sobre grandes lienzos. Hay de ambas; a blanco y
negro y a color. Hay una belleza etérea en muchos de los paisajes. En una te
lleva a un lago en Vancouver, es de tarde y nubes rosa se reflejan sobre el
agua. Brevemente, soy transportada por la tranquilidad y la paz. Es
impresionante.
Niall se une a mí, y tomo una respiración profunda
y trago, tratando de
recobrar algo de mi equilibro anterior. Me alcanza
una copa de vino blanco.
—¿Está a la altura? —mi voz suena más normal.
Me mira con curiosidad.
—El vino.
—No. No suele estarlo en esta clase de eventos. El
chico aquí tiene talento, ¿no?
—Niall está admirando también la foto del lago.
—¿Por qué crees que le pedí a él que tomara tu
foto? —No puedo ocultar el orgullo en mi voz. Sus ojos se deslizan impasibles
de la fotografía hacia mí.
—¿Niall Horan? —El fotógrafo del Portland Printz
enfoca a Niall—¿Puedo tomar una foto, señor?
—Claro.
Niall esconde su ceño fruncido. Doy un paso hacia
atrás, pero él
sujeta mi mano y me jala a su lado. El fotógrafo
nos ve juntos y no puede ocultar su sorpresa.
—Sr. Horan, gracias. —Toma un par de fotos— ¿Señorita…?
—pregunta.
—Steele —respondo.
—Gracias, señorita Steele.
Y se va a toda prisa.
—Busqué fotos tuyas en citas en internet. No había
ninguna. Es por eso que Kate pensó que eras gay.
La boca de Niall se curva con una sonrisa.
—Eso explica tu inapropiada pregunta. No, no tengo
citas, ____(tn); sólo contigo.Pero eso ya lo sabes —Sus ojos queman con
sinceridad.
—Entonces, ¿nunca llevaste a tus… —Miro alrededor
nerviosamente para verificar que nadie puede oírnos—… sumisas fuera?
—A veces, no en citas. De compras, ya sabes. —Se
encoje de hombros. Sus ojos no dejan los míos.
Oh, entonces sólo en el cuarto de juegos; su cuarto
rojo del dolor y su apartamento.No sé cómo sentirme acerca de ello.
—Sólo tú, ____(tn). —Suspira.
Me sonrojo y miro fijamente hacia abajo, a mis
dedos. A su propia manera, se preocupa por mí.
—Tu amigo aquí parece más un hombre de paisajes, no
retratos. Vamos a ver alrededor. —Extiende su mano hacia mí, y la tomo.
Vagamos pasando algunas fotos más y me doy cuenta
de una pareja asintiendo hacia mí, sonriendo ampliamente como si me conocieran.
Debe ser porque estoy con Niall, pero un hombre joven esta mirándome
descaradamente. Es extraño.
Giramos la esquina, y puedo ver por qué he estado
recibiendo miradas extrañas.
Colgando de una pared lejana hay siete enormes
portarretratos… de mí.
Los miro en blanco, estupefacta, la sangre
drenándose de mi rostro. Yo: haciendo pucheros, riendo, frunciendo el ceño,
seria, divertida. Son todos primeros planos enormes, todos en blanco y negro.
¡Vaya! Recuerdo a José jugando con la cámara en un
par de ocasiones
cuando se encontraba de visita y cuando había
estado conduciendo con él y su asistente de fotografía. Yo creía que eran
simples instantáneas. No fotos ingenuamente robadas.
Miro hacia arriba a Niall, quien está mirando
fijamente, transfigurado, a cada uno de los cuadros por turno.
—Parece que no soy el único —musita en tono
enigmático, con los labios apretados.
Pienso que está enojado.
—Discúlpame —dice, sujetándome con su brillante
mirada miel por un momento.
Se gira y se dirige al escritorio de recepción.
¿Cuál es el problema ahora? Miro hipnotizada
mientras habla animadamente con la señorita “muy corta cabellera y lápiz labial
rojo” Pesca su billetera y saca su tarjeta de crédito.
Mi.er.da. Debe haber comprado una de ellas.
—Hey. Tú eres la musa. Esas fotografías son
estupendas. —Un hombre joven con una melena de cabello rubio brillante me
sobresalta. Siento una mano en mi codo y Niall está de regreso.
—Eres un chico con suerte. —El melena rubia sonríe
a Niall, quien le dedica una fría mirada.
—Lo soy —murmura oscuramente, mientras me jala a su
lado.
—¿Acabas de comprar una de ellas?
—¿Una de ellas? —resopla sin quitar los ojos de ellas.
—¿Compraste más de una?
Él rueda los ojos.
—Las compré todas, ____(tn). No quiero a algún
extraño comiéndote con los ojos en la privacidad de su hogar.
Mi primera inclinación es reír.
—Prefieres hacerlo tú —me burlo.
Me mira hacia abajo, sorprendido con la guardia
baja por mi audacia, pienso, pero está tratando de ocultar su diversión.
—Francamente, sí.
—Pervertido —boqueo hacia él y muerdo mi labio
inferior para prevenir mi
sonrisa.
Su boca cae abierta, y ahora su diversión es obvia.
Sujeta su barbilla
pensativamente.
—Eso no puedo negarlo, ____(tn). —Sacude su cabeza,
y sus ojos se
suavizan con humor.
—Podría discutirlo en otra ocasión contigo, pero he
firmado un acuerdo de confidencialidad.
Suspira, mirándome, y sus ojos se oscurecen.
—Lo que me gustaría hacer con tu boca rápida
—murmura.
Jadeo, sabiendo a qué se refiere.
—Eres muy grosero. —Trato de sonar en shock y
fracaso. ¿Acaso no tiene límites?
Me sonríe, divertido, y luego frunce el ceño.
—Te ves muy relajada en esas fotos, ____(tn). No te
veo así muy a menudo.
¿Qué? ¡Vaya! Cambio de tema —sin la menor lógica—
de las bromas a la seriedad.
Me sonrojo y echo un vistazo hacia abajo a mis
dedos. Él inclina mi cabeza hacia atrás, e inhalo bruscamente al contacto con
sus largos dedos.
—Te quiero así de relajada conmigo —susurra. Todo
trazo de humor se ha ido.
Profundamente en mi interior esa alegría se agita
de nuevo. Pero, ¿cómo puede ser eso? Tenemos asuntos pendientes.
—Debes parar de intimidarme si quieres eso
—replico.
—Debes aprender a comunicarte y decirme cómo te
sientes —replica de vuelta,sus ojos llameando.
Tomo una respiración profunda.
—Niall, tú me quieres como sumisa. Ahí esta el
problema. Creo
que los sinónimos eran y cito: “obediente,
flexible, manejable, tratable, pasiva,sometida, resignada, paciente, dócil,
mansa y sumisa. No debía mirarte. Ni hablarte a menos que me dieras permiso.
¿Qué esperas? —le siseo.
Parpadea, y su ceño se profundiza a medida que
continúo.
—Es muy confuso estar contigo. No quieres que te
desafíe, pero entonces te gusta mi “boca rápida”. Quieres obediencia, excepto
que cuando no lo hago, entonces puedes castigarme. Simplemente no sé qué camino
tomar cuando estoy contigo.
Entorna los ojos.
—Buen punto bien hecho, como de costumbre, señorita
Steele. —Su voz es fría—Ven, vamos a comer.
—Solo hemos estado aquí por media hora.
—Has visto las fotos, has hablado con el chico.
—Su nombre es José.
—Has hablado con José; el hombre que, la última vez
que vi, estaba tratando de poner su lengua en tu boca a la fuerza mientras
estabas borracha y mareada—gruñe.
—Él nunca me ha golpeado —escupo hacia él.
Niall me frunce el ceño, furia emanando de cada
poro.
—Ese es un golpe bajo, ____(tn) —susurra
amenazante.
Me sonrojo y Niall pasa sus dedos a través de su
cabello, tensándose con rabia apenas contenida. Lo miro ferozmente de regreso.
—Te llevo a comer algo , te estás desvaneciendo en
frente de mí.
Encuentra al chico, di adiós.
—Por favor, ¿podremos quedarnos más tiempo?
—No. Ve. Ahora. Dile adiós.
Lo miro ferozmente, mi sangre hirviendo. El Sr.
maldito fanático del control es bueno. Enojada es mejor que llorosa.
Arrastro mi mirada de él y exploro la habitación
por José. Él está hablando a un grupo de mujeres jóvenes. Camino en dirección a
él y lejos de Cincuenta. ¿Sólo porque me trajo aquí tengo que hacer lo que
dice? ¿Quién infiernos piensa que es?
Las chicas están pendientes de cada palabra de
José. Una de ellas jadea mientras me acerco, sin duda reconociéndome de los
portarretratos.
—José.
—____(tn). Disculpen, chicas. —José les sonríe y
pone su brazo a mi alrededor, y en algún nivel me divierte. José todo suave,
impresionando a las damas.
—Luces enojada —dice.
—Tengo que irme —murmuro tercamente.
—Acabas de llegar.
—Lo sé, pero Niall necesita regresar. Las fotos son
fantásticas José, eres muy talentoso. —Sonríe con alegría.
—Fue tan genial verte.
José me arrastra en un gran abrazo de oso,
girándome, así puedo ver a Niall en la galería. Está frunciendo el ceño, y noto
que es porque estoy en los brazos de José. Entonces en un movimiento bien
calculado, envuelvo mis brazos alrededor del cuello de José. Pienso que Niall
se va a morir. Su mirada feroz se oscurece a algo muy siniestro, y lentamente
hace su camino hacia nosotros.
—Gracias por avisar acerca de las fotos que me
tomaste —balbuceo.
—Mi.er.da, disculpa. ____(tn). Debería habértelo
dicho. ¿Te gustan?
—Um… No lo sé —respondo sinceramente,
momentáneamente perdiendo el balance por su pregunta.
—Bueno, están todas vendidas, así que a alguien le
gustaron. ¿A que es fantaástico? Eres una chica de póster.
Me abraza más estrechamente mientras que Niall nos
alcanza mirándome. Frunciéndome el ceño ahora, aunque afortunadamente,José no
lo ve.
José me suelta.
—No seas una extraña, _____(tn). Oh, Sr. Horan,
Buenas noches.
—Sr. Rodriguez, muy impresionante. —Niall suena
glacialmente cortés— Me disculpo porque no podamos quedarnos más tiempo, pero
ambos necesitamos dirigirnos de regreso a Seattle, ¿____(tn)? —Hace hincapié en
“ambos” de manera sutil y toma mi mano mientras lo hace.
—Adiós José. Felicitaciones otra vez. —Le doy un
rápido beso en la mejilla y antes de que lo sepa Niall me está arrastrando
fuera del edificio. Sé que esta hirviendo con silenciosa ira, pero también yo.
Mira rápidamente arriba y debajo de la calle
entonces se dirige a la izquierda y repentinamente me arrastra en un callejón
lateral, abruptamente presionándome arriba en contra de una pared. Sujeta mi
rostro entre sus manos, forzándome a mirar hacia arriba en sus determinadamente
ardientes ojos.
Jadeo, y su boca se abalanza hacia abajo. Está
besándome, violentamente.
Brevemente nuestros dientes chocan, entonces su
lengua está en mi boca.
El deseo explota como el cuatro de julio a través
de mi cuerpo, y estoy besándolo de vuelta, igualando su fervor, mis manos
enredadas en su cabello, jalándolo, fuertemente. Gime, un bajo sonido suave en
la parte de atrás de su garganta que reverbera a través de mí, y sus manos se
mueven hacia debajo de mi cuerpo sobre mi muslo, sus dedos enterrándose en mi
carne a través del vestido cereza.
Pongo toda la angustia y mi corazón roto de los
pasados últimos días en nuestro beso. Vinculándolo a mí, y eso me golpea —en
este momento de cegadora pasión— él está haciendo lo mismo, él siente lo mismo.
Rompe el beso, jadeando. Sus ojos están iluminados
con deseo, disparando la nuevamente caliente sangre que palpita a través de mi
cuerpo. Mi boca cae abierta mientras trato de arrastrar el preciado aire en mis
pulmones.
—Tú. Eres. Mía —gruñe, enfatizando cada palabra. Se
aleja de mí y se inclina con las manos sobre sus rodillas como si hubiera
corrido un maratón—. Por el amor de Dios, ____(tn).
Me apoyo sobre la pared, jadeando, tratando de
controlar la desenfrenada reacción en mi cuerpo, tratando de encontrar mi
equilibrio otra vez.
—Lo siento —susurro una vez que mi respiración
regresa.
—Deberías. Sé lo qué estaban haciendo. ¿Deseas al
fotógrafo, ____(tn)?
Obviamente él tiene sentimientos por ti.
Me sonrojo y sacudo mi cabeza.
—No. Es solo un amigo.
—He pasado toda mi vida adulta tratando de evitar
cualquier emoción extrema. Entonces tú… tú haces aflorar sentimientos en mí que
me son completamente ajenos. Es muy… —Frunce el ceño estrechando la palabra—...
inquietante. Me gusta el control, ____(tn), y alrededor de ti, eso solo… —Se
detiene, su mirada intensa—… se evapora.
Ondea su mano vagamente, entonces la pasa a través
de su cabello y toma una respiración profunda. Sujeta mi mano
—Vamos, necesitamos hablar y tú necesitas comer.
KarlytaD´Maslow
Re: 50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
Hey tratare de subir 2 cap. Completos diarios! :D
KarlytaD´Maslow
Re: 50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
Capítulo 3
Me conduce dentro de un pequeño e íntimo
restaurante.
—Este lugar tendrá que hacerlo —gruñe Niall—. No
tenemos
mucho tiempo.
El restaurante se veía bien para mí. Sillas de
madera, manteles de
lino y paredes del mismo color que el cuarto de
juegos de Justi—profundo
rojo sangre— con pequeños espejos dorados colocados
al azar, con velas y pequeños floreros con rosas blancas. Ella Fitzgerald canturrea de fondo What is
this thing called love? Es muy romántico.
El camarero nos lleva a una mesa para dos en un
pequeño hueco y me siento aprensiva, preguntándome qué va a decir.
—No nos quedaremos mucho tiempo —le dice Niall al
camarero mientras se sienta—, asi que los dos tomaremos un bistec de solomillo
al punto, con salsa bearnesa si tiene, patatas fritas y verduras, cualquiera
que
tenga el chef; y tráigame la lista de vinos.
—Por supuesto, señor. —El camarero, tomado por
sorpresa por la frescura de Niall y su calma eficiente, se marcha. Niall coloca
su BlackBerry en la mesa. Jesús, ¿es que no puedo escoger?
—¿Y si no quiero bistec?
Suspira.
—No empieces, ____(tn).
—No soy una niña, Niall.
—Bien, deja de actuar como una.
Es como si me hubiera abofeteado. Parpadeo hacia
él. Así es como va a ser, una conversación agitada y tensa, aún en un entorno
muy romántico pero ciertamente sin corazones y flores.
—¿Soy una niña porque no me gusta el bistec?
—murmuro, tratando de ocultar mi dolor.
—Por ponerme celoso aposta. Es una cosa infantil
para hacer. ¿No tienes
respeto por los sentimientos de tu amigo,
llevándolo a eso? —Niall presiona sus labios en una delgada línea y frunce el
ceño mientras el camarero regresa con la lista de vinos.
Me sonrojo. No había pensado en eso. Pobre José.
Ciertamente no quiero darle esperanzas.
Repentinamente, estoy mortificada. Niall tiene
razon; fue una cosa que hice sin pensar. Le echa una mirada a la lista de
vinos.
—¿Te gustaría elegir el vino? —pregunta levantando
las cejas hacia mí, expectante,la arrogancia personificada. Sabe que no sé nada
acerca de vinos.
—Tú eliges —respondo, hosca pero con disciplina.
—Dos copas de Barossa Valley Shiraz, por favor.
—Eh… sólo vendemos ese vino por botella, señor.
—Una botella entonces —chasquea Niall.
—Señor. —El camarero se retira sometido y no le
culpo por ello. Le frunzo el ceño a Cincuenta. ¿Qué le carcome? Oh,
probablemente yo y en algún lugar en lo profundo de mi mente, mi Diosa interior
se levanta soñolienta, se estira y sonríe.Ha estado durmiendo bastante.
—Eres muy gruñón.
Me mira impasiblemente.
—¿Me pregunto por qué es eso?
—Bien, es bueno establecer el tono adecuado para
una animada y honesta
discusión sobre el futuro, ¿no dirías eso? —Le
sonrío dulcemente.
Su boca se presiona en una dura línea, pero
entonces casi a regañadientes, sus labios se levantan y sé que está tratando de
reprimir su sonrisa.
—Lo siento —dice.
—Disculpa aceptada. Y estoy encantada de informarte
que no he decidido
convertirme en vegetariana desde la última vez que
comimos.
—Desde la última vez que comiste. Creo que ese es
un punto discutible.
—Ahí está esa palabra de nuevo, discutible.
—Discutible —pronuncia y sus ojos se suavizan con
humor. Pasa su mano a través de su cabello y está serio nuevamente— ____(tn),
la última vez que hablamos, me dejaste. Estoy un poco nervioso. Te lo dije, te
quiero de vuelta, y tú has dicho…nada. —Su mirada es intensa y expectante.
Mientras que su candor es totalmente desarmante. ¿Qué demonios debo decir a
eso?
—Te he extrañado… realmente te he extrañado, Niall,
estos últimos días
han sido… difíciles. —Trago, y el nudo en mi
garganta se inflama y recuerdo mi desesperada angustia desde que lo dejé.
La semana pasada ha sido la peor de mi vida, el
dolor ha sido indescriptible. Nada se le ha acercado. Pero la realidad me
golpea de vuelta, arrollándome.
—Nada ha cambiado. No puedo ser lo que quieres que
sea —digo las palabras pasando del nudo en mi garganta.
—Eres lo que quiero que seas —dice, su voz es suave
y enfática.
—No, Niall, no lo soy.
—Estás alterada por lo que pasó la última vez.
Estaba siendo *beep*, y tú…Entonces tú. ¿Por qué no dijiste la palabra de
seguridad, ____(tn)? – Su tono cambia, volviéndose acusatorio.
¿Qué? Wow, cambio de
dirección. Me sonrojo, parpadeando hacia él.
—Respóndeme.
KarlytaD´Maslow
Re: 50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
Sabes cuanto extrañe esta novela!!!????? La amo!!!! Siguela!!!! ya quiero seguir leyendola siguela!!!!!!
NatydeHoran
Re: 50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
Aaaaaahhhh la llevó a la exposición!!!
Aaaaaaaaahhhhhh quiere arreglar las cosas con ella!!!!
Aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh síguela! Qué va a pasar?!?!? Síguela porfis!
Ksssssss
Aaaaaaaaahhhhhh quiere arreglar las cosas con ella!!!!
Aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh síguela! Qué va a pasar?!?!? Síguela porfis!
Ksssssss
Karrie58
Re: 50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
—No lo sé. Estaba
abrumada. Estaba tratando de ser
lo que necesitas que sea, tratando se sobrellevar el dolor y se fue de mi
mente. Tu sabes… lo olvidé — susurro avergonzada, y me encojo de hombros
disculpándome.
Dios, quizás
podríamos haber evitado todo este
dolor.
—¡Lo olvidaste!
—Jadea con horror, agarrando los
lados de la mesa y mirándome fijamente.
Me marchito bajo
su mirada fija.
¡Mi.er.da!Está
furioso otra vez. Mi Diosa interior
me mira fijamente también. ¡Ves, tú trajiste todo esto sobre ti!
—¿Cómo puedo
confiar en ti? —dice, su voz
baja—.¿Podré confiar alguna vez?
El mesero llega
con nuestro vino y nos sentamos
mirándonos fijamente el uno al otro, ojos azules a mieles. Ambos llenos de
recriminaciones no pronunciadas mientras el mesero quita el corcho con una
innecesaria floritura y pone un poco de vino en la copa de Niall.
Automáticamente Niall se extiende y toma un sorbo.
—Está bien —su voz
es cortante.
Con cuidado el
camarero llena nuestras copas,
colocando la botella sobre la mesa antes de irse en una rápida retirada. Niall
no quita sus ojos de mí en todo el tiempo. Soy la primera en quebrarse,
rompiendo el contacto visual, levantando mi copa y tomando un largo trago.
Apenas lo saboreo.
—Disculpa
—susurro, repentinamente sintiéndome
*beep*.
Lo dejé porque
pensé que éramos incompatibles,
¿pero él me está diciendo que podría haberlo detenido?
—¿Disculpa por
qué? —dice alarmado
—Por no usar la
palabra de seguridad.
Cierra los ojos
como aliviado.
—Podríamos haber
evitado todo este sufrimiento
—murmura.
—Luces bien. —Más
que bien. Te ves como tú mismo.
—Las apariencias
pueden engañar —dice
tranquilamente— Estoy cualquier cosa menos bien. Me siento como si el sol se
hubiera puesto y no hubiera amanecido por cinco días, ____(tn). Estoy en
perpetua noche aquí.
Estoy sin aliento
por su reconocimiento. Oh Dios,
igual que yo.
—Dijiste que nunca
me dejarías, entonces las cosas
se ponen difíciles y sales por la puerta.
—¿Cuándo dije qe
nunca te dejaría?
—En tus sueños.
Fue la cosa más confortante que he
oído en mucho tiempo, ____(tn). Me hizo relajarme.
Mi corazón se
contrae y me estiro por mi vino.
—Dijiste que me
amabas —susurra— ¿Eso pertenece ya
al pasado? —Su voz es baja, mezclada con ansiedad.
—No, Niall, no lo
es.
Me mira fijamente
y se ve tan vulnerable mientras
exhala
—Bien —murmura.
Estoy sorprendida
por su declaración. Ha tenido un
cambio de actitud. Antes,cuando le dije que lo amaba, estaba horrorizado. El
mesero está de vuelta.Rápidamente coloca los platos en frente de nosotros y se
marcha caminando.
—Come —ordena
Niall.
En el fondo sé que
tengo hambre, pero justo ahora
mi estómago está hecho nudos. Sentada frente al único hombre del que he estado
enamorada y debatiendo nuestro incierto futuro, no promueve un apetito
saludable. Miro dubitativamente a mi comida.
—Que Dios e ayude,
Anastasia. Si no comes, te
tendré sobre mis rodillas aquí en este restaurante y no tendrá nada que ver con
mi satisfacción sexual. ¡Come!
Jesús, cálmate
Horan. Mi subconsciente me mira
fijamente por encima de sus anteojos de media luna. Está de acuerdo de todo
corazón con Cincuenta sombras.
—Está bien,
comeré. Guarda tu palma inquieta, por
favor.
No sonríe, pero
continúa mirándome. A regañadientes
levanto mi cuchillo y
tenedor y corto mi
bistec. Oh, está tan buena que
hace agua la boca. Estoy
hambrienta,
realmente hambrienta. Mastico y se
relaja visiblemente.
Comemos nuestra
cena en silencio. La música ha
cambiado. Una suave voz de mujer canta en el fondo, sus palabras haciendo eco
de mis pensamientos.
Miro a Cincuenta.
Está comiendo y mirándome.
Hambre, deseo y ansiedad combinadas en una solo mirada caliente.
—¿Sabes quién está
cantando? —Trato por algo de
conversación normal.
Niall se detiene y
escucha.
—No… pero es
buena, quien quiera que sea.
—También me gusta.
Finalmente sonríe
con su enigmática sonrisa
privada. ¿Qué está planeando?
—¿Qué? —pregunto.
Sacude su cabeza.
—Sigue comiendo
—dice suavemente.
He comido la mitad
de la comida en mi plato. No
puedo comer nada más. ¿Cómo puedo negociar esto?
—No puedo más. ¿He
comido lo suficiente para el
señor?
Me mira
impasiblemente sin responder, entonces mira
su reloj.
—Realmente estoy
llena —agrego, tomando un sorbo de
delicioso vino.
—Debemos irnos
dentro de poco. Taylor está aquí, y
tienes que levantarte por la mañana para trabajar.
—Igual que tú.
—Funciono con
menos sueño que tú, ____(tn). Al
menos has comido algo.
—¿Volveremos con
el Charlie Tango?
—No, pensé que
podría tomar una copa. Taylor nos
recogerá. Además de esta manera te tengo en el auto para mí solo durante unas
pocas horas, al menos. ¿Qué podemos hacer excepto hablar?
Oh, ese es su
plan.
Niall llama al
camarero para pedir la cuenta,
entonces toma su BlackBerry y hace una llamada.
—Estamos en Le
Picotin, Sureste tercera avenida.
—Cuelga.
—Eres muy brusco
con Taylor, de hecho, con la
mayoría de la gente.
—Solo voy al
grano, ____(tn).
—No has estado
yendo al grano esta tarde. Nada
cambia, Niall.
—Tengo una
proposición para ti.
—Esto comenzó con
una proposición.
—Una proposición
diferente.
El camarero
regresa y Niall saca su tarjeta de
crédito sin verificar la cuenta.
Me mira especulativamente
mientras el camarero
desliza su tarjeta. El teléfono de Niall vibra una vez y lo revisa.
¿Tiene una
proposición? ¿Ahora qué? Un par de
escenarios corren a través de mi mente: secuestro, trabajar para él. No, nada
tiene sentido. Niall termina de pagar.
—Ven. Taylor está
afuera.
Nos levantamos y
toma mi mano.
—No quiero
perderte ____(tn). —Besa mis nudillos
con ternura y el toque de sus labios sobre mi piel resuena en todo mi cuerpo.
Afuera, el Audi
está esperando. Niall abre la
puerta. Subo y me hundo en el lujoso cuero. Él avanza al lado del conductor,
Taylor
sale del auto y hablan brevemente. No es el protocolo usual. Tengo curiosidad.
¿De qué están hablando?
Momentos después
ambos suben, miro a Niall quien
está usando su rostro impasible mientras mira fijamente hacia adelante.
abrumada. Estaba tratando de ser
lo que necesitas que sea, tratando se sobrellevar el dolor y se fue de mi
mente. Tu sabes… lo olvidé — susurro avergonzada, y me encojo de hombros
disculpándome.
Dios, quizás
podríamos haber evitado todo este
dolor.
—¡Lo olvidaste!
—Jadea con horror, agarrando los
lados de la mesa y mirándome fijamente.
Me marchito bajo
su mirada fija.
¡Mi.er.da!Está
furioso otra vez. Mi Diosa interior
me mira fijamente también. ¡Ves, tú trajiste todo esto sobre ti!
—¿Cómo puedo
confiar en ti? —dice, su voz
baja—.¿Podré confiar alguna vez?
El mesero llega
con nuestro vino y nos sentamos
mirándonos fijamente el uno al otro, ojos azules a mieles. Ambos llenos de
recriminaciones no pronunciadas mientras el mesero quita el corcho con una
innecesaria floritura y pone un poco de vino en la copa de Niall.
Automáticamente Niall se extiende y toma un sorbo.
—Está bien —su voz
es cortante.
Con cuidado el
camarero llena nuestras copas,
colocando la botella sobre la mesa antes de irse en una rápida retirada. Niall
no quita sus ojos de mí en todo el tiempo. Soy la primera en quebrarse,
rompiendo el contacto visual, levantando mi copa y tomando un largo trago.
Apenas lo saboreo.
—Disculpa
—susurro, repentinamente sintiéndome
*beep*.
Lo dejé porque
pensé que éramos incompatibles,
¿pero él me está diciendo que podría haberlo detenido?
—¿Disculpa por
qué? —dice alarmado
—Por no usar la
palabra de seguridad.
Cierra los ojos
como aliviado.
—Podríamos haber
evitado todo este sufrimiento
—murmura.
—Luces bien. —Más
que bien. Te ves como tú mismo.
—Las apariencias
pueden engañar —dice
tranquilamente— Estoy cualquier cosa menos bien. Me siento como si el sol se
hubiera puesto y no hubiera amanecido por cinco días, ____(tn). Estoy en
perpetua noche aquí.
Estoy sin aliento
por su reconocimiento. Oh Dios,
igual que yo.
—Dijiste que nunca
me dejarías, entonces las cosas
se ponen difíciles y sales por la puerta.
—¿Cuándo dije qe
nunca te dejaría?
—En tus sueños.
Fue la cosa más confortante que he
oído en mucho tiempo, ____(tn). Me hizo relajarme.
Mi corazón se
contrae y me estiro por mi vino.
—Dijiste que me
amabas —susurra— ¿Eso pertenece ya
al pasado? —Su voz es baja, mezclada con ansiedad.
—No, Niall, no lo
es.
Me mira fijamente
y se ve tan vulnerable mientras
exhala
—Bien —murmura.
Estoy sorprendida
por su declaración. Ha tenido un
cambio de actitud. Antes,cuando le dije que lo amaba, estaba horrorizado. El
mesero está de vuelta.Rápidamente coloca los platos en frente de nosotros y se
marcha caminando.
—Come —ordena
Niall.
En el fondo sé que
tengo hambre, pero justo ahora
mi estómago está hecho nudos. Sentada frente al único hombre del que he estado
enamorada y debatiendo nuestro incierto futuro, no promueve un apetito
saludable. Miro dubitativamente a mi comida.
—Que Dios e ayude,
Anastasia. Si no comes, te
tendré sobre mis rodillas aquí en este restaurante y no tendrá nada que ver con
mi satisfacción sexual. ¡Come!
Jesús, cálmate
Horan. Mi subconsciente me mira
fijamente por encima de sus anteojos de media luna. Está de acuerdo de todo
corazón con Cincuenta sombras.
—Está bien,
comeré. Guarda tu palma inquieta, por
favor.
No sonríe, pero
continúa mirándome. A regañadientes
levanto mi cuchillo y
tenedor y corto mi
bistec. Oh, está tan buena que
hace agua la boca. Estoy
hambrienta,
realmente hambrienta. Mastico y se
relaja visiblemente.
Comemos nuestra
cena en silencio. La música ha
cambiado. Una suave voz de mujer canta en el fondo, sus palabras haciendo eco
de mis pensamientos.
Miro a Cincuenta.
Está comiendo y mirándome.
Hambre, deseo y ansiedad combinadas en una solo mirada caliente.
—¿Sabes quién está
cantando? —Trato por algo de
conversación normal.
Niall se detiene y
escucha.
—No… pero es
buena, quien quiera que sea.
—También me gusta.
Finalmente sonríe
con su enigmática sonrisa
privada. ¿Qué está planeando?
—¿Qué? —pregunto.
Sacude su cabeza.
—Sigue comiendo
—dice suavemente.
He comido la mitad
de la comida en mi plato. No
puedo comer nada más. ¿Cómo puedo negociar esto?
—No puedo más. ¿He
comido lo suficiente para el
señor?
Me mira
impasiblemente sin responder, entonces mira
su reloj.
—Realmente estoy
llena —agrego, tomando un sorbo de
delicioso vino.
—Debemos irnos
dentro de poco. Taylor está aquí, y
tienes que levantarte por la mañana para trabajar.
—Igual que tú.
—Funciono con
menos sueño que tú, ____(tn). Al
menos has comido algo.
—¿Volveremos con
el Charlie Tango?
—No, pensé que
podría tomar una copa. Taylor nos
recogerá. Además de esta manera te tengo en el auto para mí solo durante unas
pocas horas, al menos. ¿Qué podemos hacer excepto hablar?
Oh, ese es su
plan.
Niall llama al
camarero para pedir la cuenta,
entonces toma su BlackBerry y hace una llamada.
—Estamos en Le
Picotin, Sureste tercera avenida.
—Cuelga.
—Eres muy brusco
con Taylor, de hecho, con la
mayoría de la gente.
—Solo voy al
grano, ____(tn).
—No has estado
yendo al grano esta tarde. Nada
cambia, Niall.
—Tengo una
proposición para ti.
—Esto comenzó con
una proposición.
—Una proposición
diferente.
El camarero
regresa y Niall saca su tarjeta de
crédito sin verificar la cuenta.
Me mira especulativamente
mientras el camarero
desliza su tarjeta. El teléfono de Niall vibra una vez y lo revisa.
¿Tiene una
proposición? ¿Ahora qué? Un par de
escenarios corren a través de mi mente: secuestro, trabajar para él. No, nada
tiene sentido. Niall termina de pagar.
—Ven. Taylor está
afuera.
Nos levantamos y
toma mi mano.
—No quiero
perderte ____(tn). —Besa mis nudillos
con ternura y el toque de sus labios sobre mi piel resuena en todo mi cuerpo.
Afuera, el Audi
está esperando. Niall abre la
puerta. Subo y me hundo en el lujoso cuero. Él avanza al lado del conductor,
Taylor
sale del auto y hablan brevemente. No es el protocolo usual. Tengo curiosidad.
¿De qué están hablando?
Momentos después
ambos suben, miro a Niall quien
está usando su rostro impasible mientras mira fijamente hacia adelante.
KarlytaD´Maslow
Re: 50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
apuesto perfil: nariz recta, labios llenos
esculpidos, cabello cayendo
deliciosamente sobre su frente. Este hombre divino seguramente no es para mí.
La música suave se
filtra en la parte trasera del
auto, una pieza orquestal que no conozco y Taylor se pone en la luz del tráfico
encaminándose por la I-5 y Seattle.
Niall se mueve hacia mí.
—Como estaba diciendo,
____(tn), tengo una
proposición para ti.
Miro nerviosamente a
Taylor.
—Taylor no puede oírte
—me asegura Niall.
—¿Cómo?
—Taylor —llama Niall.
Taylor no responde. Llama de
nuevo, todavía sin
respuesta.
Niall se estira y toca
su hombro. Taylor remueve un
auricular que no había notado.
—¿Sí, señor?
—Gracias, Taylor. Está
bien, reasume lo que estás
escuchando.
—Señor.
—¿Feliz ahora? Está
escuchando su iPod. Puccini.
Olvida que está aquí. Yo lo hago.
—¿Deliberadamente le
pediste que lo hiciera?
—Sí.
Oh.
—Está bien, ¿tu
proposición?
Niall se ve
repentinamente determinado y en modo de
negocios.
Vamos a negociar un
trato. Escucho atentamente.
—Déjame preguntarte algo
primero. ¿Quieres una
relación regular vainilla sin nada en absoluto de fo.llar pervertido?
Mi boca cae abierta.
—¿Fo.llar pervertido?
—chillo.
—Fo.llar pervertido.
—No puedo creer que
hayas dicho eso. —Miro
nerviosamente a Taylor.
—Bueno, lo hice.
Respóndeme —dice calmadamente.
Me sonrojo. Mi Diosa
interior está arrodillada con
sus manos juntas en súplica, rogándome.
—Me gusta tu perversión
al fo.llar —susurro.
—Eso es lo que pensé.
Entonces ¿qué es lo que no te
gusta?
El no poder tocarte. Tú
disfrutando mi dolor, el
dolor del cinturón.
—La amenaza de un
castigo cruel e inusual.
—¿Qué significa eso?
—Bien, tienes todas esas
varas, látigos y otras
cosas en tu sala de juegos y espantan la luz del día de mí. No quiero que los
uses en mí.
—Está bien, entonces sin
látigos ni varas; o
correas, para el caso —dice
irónicamente.
Lo miro desconcertada.
—¿Estás tratando de
redefinir los límites de
dureza?
—No como tal, sólo trato
de entenderte, tener una
imagen clara de lo que te gusta y lo que no.
—Fundamentalmente,
Niall, es tu alegría en
infligirme dolor lo que me es
difícil de manejar. Y la
idea de que lo haces
porque he cruzado alguna línea
arbitraria.
—Pero no es arbitraria,
las reglas están escritas.
—No quiero un conjunto
de reglas.
—¿No del todo?
—Sin reglas. —Sacudo mi
cabeza, mi corazón está en
mi boca. ¿A dónde va con esto?
—¿Pero no te importa si
te pego?
—¿Pegarme con qué?
—Esto —dice y extiende
su mano.
Me remuevo
incómodamente.
—No, no realmente.
Especialmente con esas bolas de
plata… —Gracias al cielo está oscuro, mi rostro está en llamas y mi voz se
apaga mientras recuerdo esa noche.
Sí… lo haría de nuevo.
Me sonríe.
—Sí, eso fue divertido.
—Más que divertido
—murmuro.
—Entonces puedes lidiar
con algo de dolor.
Me encojo de hombros.
—Sí, supongo. —Oh, ¿a
dónde está yendo con esto? Mi
nivel de ansiedad se ha disparado a elevadas magnitudes en la escala de
Richter.
Sostiene su barbilla,
sumido en sus pensamientos.
—____(tn), quiero
comenzar de nuevo. Hacer la cosa
de vainilla y entonces
quizás, una vez que
confíes más en mí y yo confíe
en que serás honesta y te comuniques conmigo, podemos avanzar y hacer algunas
de las cosas que me gustan.
Lo miro fijamente,
petrificada, sin ningún
pensamiento en mi cabeza, como una computadora descompuesta. Me mira
ansiosamente, pero no puedo verlo claramente mientras estamos envueltos en la
oscuridad de Oregon. Se me ocurre finalmente, eso es.
Él quiere la luz, pero
¿puedo pedirle que haga esto
por mí? Y, ¿no me gusta la oscuridad? Algo de oscuridad, a veces. Recuerdos de
la noche de Tomas Tallis van a la deriva a través de mi mente.
—Pero, ¿qué hay acerca
de los castigos?
—Sin castigos. —Sacude
su cabeza—. Ninguno.
—¿Y las reglas?
—Sin reglas.
—¿Ninguna? Pero tienes
necesidades.
—Te necesito más a ti,
____(tn). Estos pocos días
han sido como el purgatorio.Todos mis instintos me decían que te dejara ir, me
decían que no te merezco.
»Esas fotos que tomó el
chico… puedo ver cómo te
ve. Luces tan despreocupada y hermosa, no es que no seas hermosa ahora, pero
aquí estás sentada. Veo tu dolor.
Es duro saber que soy el
único que te hace sentir
de esa manera.
»Pero soy un hombre
egoísta. Te he deseado desde
que caíste en mi oficina. Eres exquisita, honesta, cálida, ingeniosa,
seductoramente inocente; la lista es interminable. Te admiro. Te deseo, y la
idea de alguien más teniéndote es como un cuchillo girando en mi alma oscura.
Mi boca se seca. Dios...
Mi subconsciente asiente
con satisfacción. Si esto no es una declaración de amor, no sé qué es. Y las
palabras se escapan de mí como de un dique roto.
—Niall ¿por qué piensas
que tienes un alma oscura?
Nunca podría decir eso.Triste quizás, pero eres un buen hombre. Puedo verlo…
eres generoso, eresamable, y nunca me has mentido. Y no he tratado lo
suficientemente fuerte.
»El sábado pasado fue
como un shock para mi
sistema. Fue mi llamada de
atención. Me di cuenta
de que lo habías hecho fácil
para mí y que no podía ser la persona que querías que fuera. Entonces después
de que te dejé, me di cuenta de que el dolor físico que me infligiste no era
tan malo como el dolor de perderte. Quiero complacerte, pero es difícil.
—Me complaces todo el
tiempo —susurra—, ¿cuántas
veces tengo que decírtelo?
—Nunca sé que estás
pensando. Algunas veces eres
tan cerrado… como un estado aislado. Me intimidas, por eso me quedo callada. No
sé qué dirección ha tomado tu humor. Se balancea de norte a sur y de regreso en
un nanosegundo. Es confuso y no me dejas que te toque y quiero tanto tocarte
para mostrarte lo mucho que te amo.
Parpadea hacia mí en la
oscuridad, con cautela,
pienso y no puedo resistírmele más. Desabrocho mi cinturón y me subo hacia su
regazo, tomándolo por sorpresa y tomo su cabeza en mis manos.
—Te amo, Niall Horan. Y
si estás preparado para
hacer todo esto por mí, soy la única que no te merece y sólo puedo pedirte
perdón ya que no puedo hacer todo eso por ti. Quizás con tiempo… no sé… pero
sí, acepto tu proposición. ¿Dónde firmo?
Envuelve sus brazos
alrededor de mí y me aplasta
hacia él.
—Oh, ____(tn). —Exhala
mientras entierra su nariz
en mi cabello.
Nos sentamos, nuestros
brazos envueltos alrededor
del otro, escuchando la música—una suave pieza de piano— que refleja las
emociones en el auto, la calma dulce y tranquila después de la tormenta. Me
acurruco en sus brazos descansando mi cabeza en la curva de su cuello. Él
acaricia gentilmente mi espalda.
—Tocar es un límite de
dureza para mí, ____(tn)
—susurra.
—Lo sé. Desearía
entender por qué.
Después de un tiempo,
suspira, y con voz suave
dice:
—Tuve una horrible niñez.
Uno de los proxenetas de
la perra drogadicta… —Su voz se apaga y su cuerpo se tensa mientras recuerda
algún horror inimaginable—Puedo recordarlo —susurra estremeciéndose.
Abruptamente mi corazón
se contrae mientras
recuerdo las cicatrices de
quemadura estropeando su
piel. Oh, Niall. Aprieto
mis brazos alrededor se su cuello.
—¿Te maltrataba? ¿Tu
madre? —Mi voz es baja y
suave, con lágrimas contenidas.
—No que yo recuerde. No
se ocupaba de mi. No me
protegía de sus proxenetas. —Se encoge de hombros—Pienso que era yo quien veía
por ella. Cuando finalmente se mató a sí misma, tomó cuatro días para que
alguien diera la alarma y nos encontrara… eso lo recuerdo.
No puedo contener mi
jadeo de horror. Cielo santo.
La bilis sube a mi
garganta.
—Eso es muy jodido
—susurro.
—Cincuenta sombras
—murmura.
Giro mi cabeza y
presiono mis labios sobre su
cuello, buscando y ofreciendo consuelo mientras imagino a un pequeño niño sucio
de ojos mieles perdido y solo junto al cuerpo de su madre muerta.
Oh, Niall. Inhalo su
esencia. Huele celestial, mi
aroma favorito en el mundo entero. Estrecha sus brazos alrededor de mí, besa mi
cab
esculpidos, cabello cayendo
deliciosamente sobre su frente. Este hombre divino seguramente no es para mí.
La música suave se
filtra en la parte trasera del
auto, una pieza orquestal que no conozco y Taylor se pone en la luz del tráfico
encaminándose por la I-5 y Seattle.
Niall se mueve hacia mí.
—Como estaba diciendo,
____(tn), tengo una
proposición para ti.
Miro nerviosamente a
Taylor.
—Taylor no puede oírte
—me asegura Niall.
—¿Cómo?
—Taylor —llama Niall.
Taylor no responde. Llama de
nuevo, todavía sin
respuesta.
Niall se estira y toca
su hombro. Taylor remueve un
auricular que no había notado.
—¿Sí, señor?
—Gracias, Taylor. Está
bien, reasume lo que estás
escuchando.
—Señor.
—¿Feliz ahora? Está
escuchando su iPod. Puccini.
Olvida que está aquí. Yo lo hago.
—¿Deliberadamente le
pediste que lo hiciera?
—Sí.
Oh.
—Está bien, ¿tu
proposición?
Niall se ve
repentinamente determinado y en modo de
negocios.
Vamos a negociar un
trato. Escucho atentamente.
—Déjame preguntarte algo
primero. ¿Quieres una
relación regular vainilla sin nada en absoluto de fo.llar pervertido?
Mi boca cae abierta.
—¿Fo.llar pervertido?
—chillo.
—Fo.llar pervertido.
—No puedo creer que
hayas dicho eso. —Miro
nerviosamente a Taylor.
—Bueno, lo hice.
Respóndeme —dice calmadamente.
Me sonrojo. Mi Diosa
interior está arrodillada con
sus manos juntas en súplica, rogándome.
—Me gusta tu perversión
al fo.llar —susurro.
—Eso es lo que pensé.
Entonces ¿qué es lo que no te
gusta?
El no poder tocarte. Tú
disfrutando mi dolor, el
dolor del cinturón.
—La amenaza de un
castigo cruel e inusual.
—¿Qué significa eso?
—Bien, tienes todas esas
varas, látigos y otras
cosas en tu sala de juegos y espantan la luz del día de mí. No quiero que los
uses en mí.
—Está bien, entonces sin
látigos ni varas; o
correas, para el caso —dice
irónicamente.
Lo miro desconcertada.
—¿Estás tratando de
redefinir los límites de
dureza?
—No como tal, sólo trato
de entenderte, tener una
imagen clara de lo que te gusta y lo que no.
—Fundamentalmente,
Niall, es tu alegría en
infligirme dolor lo que me es
difícil de manejar. Y la
idea de que lo haces
porque he cruzado alguna línea
arbitraria.
—Pero no es arbitraria,
las reglas están escritas.
—No quiero un conjunto
de reglas.
—¿No del todo?
—Sin reglas. —Sacudo mi
cabeza, mi corazón está en
mi boca. ¿A dónde va con esto?
—¿Pero no te importa si
te pego?
—¿Pegarme con qué?
—Esto —dice y extiende
su mano.
Me remuevo
incómodamente.
—No, no realmente.
Especialmente con esas bolas de
plata… —Gracias al cielo está oscuro, mi rostro está en llamas y mi voz se
apaga mientras recuerdo esa noche.
Sí… lo haría de nuevo.
Me sonríe.
—Sí, eso fue divertido.
—Más que divertido
—murmuro.
—Entonces puedes lidiar
con algo de dolor.
Me encojo de hombros.
—Sí, supongo. —Oh, ¿a
dónde está yendo con esto? Mi
nivel de ansiedad se ha disparado a elevadas magnitudes en la escala de
Richter.
Sostiene su barbilla,
sumido en sus pensamientos.
—____(tn), quiero
comenzar de nuevo. Hacer la cosa
de vainilla y entonces
quizás, una vez que
confíes más en mí y yo confíe
en que serás honesta y te comuniques conmigo, podemos avanzar y hacer algunas
de las cosas que me gustan.
Lo miro fijamente,
petrificada, sin ningún
pensamiento en mi cabeza, como una computadora descompuesta. Me mira
ansiosamente, pero no puedo verlo claramente mientras estamos envueltos en la
oscuridad de Oregon. Se me ocurre finalmente, eso es.
Él quiere la luz, pero
¿puedo pedirle que haga esto
por mí? Y, ¿no me gusta la oscuridad? Algo de oscuridad, a veces. Recuerdos de
la noche de Tomas Tallis van a la deriva a través de mi mente.
—Pero, ¿qué hay acerca
de los castigos?
—Sin castigos. —Sacude
su cabeza—. Ninguno.
—¿Y las reglas?
—Sin reglas.
—¿Ninguna? Pero tienes
necesidades.
—Te necesito más a ti,
____(tn). Estos pocos días
han sido como el purgatorio.Todos mis instintos me decían que te dejara ir, me
decían que no te merezco.
»Esas fotos que tomó el
chico… puedo ver cómo te
ve. Luces tan despreocupada y hermosa, no es que no seas hermosa ahora, pero
aquí estás sentada. Veo tu dolor.
Es duro saber que soy el
único que te hace sentir
de esa manera.
»Pero soy un hombre
egoísta. Te he deseado desde
que caíste en mi oficina. Eres exquisita, honesta, cálida, ingeniosa,
seductoramente inocente; la lista es interminable. Te admiro. Te deseo, y la
idea de alguien más teniéndote es como un cuchillo girando en mi alma oscura.
Mi boca se seca. Dios...
Mi subconsciente asiente
con satisfacción. Si esto no es una declaración de amor, no sé qué es. Y las
palabras se escapan de mí como de un dique roto.
—Niall ¿por qué piensas
que tienes un alma oscura?
Nunca podría decir eso.Triste quizás, pero eres un buen hombre. Puedo verlo…
eres generoso, eresamable, y nunca me has mentido. Y no he tratado lo
suficientemente fuerte.
»El sábado pasado fue
como un shock para mi
sistema. Fue mi llamada de
atención. Me di cuenta
de que lo habías hecho fácil
para mí y que no podía ser la persona que querías que fuera. Entonces después
de que te dejé, me di cuenta de que el dolor físico que me infligiste no era
tan malo como el dolor de perderte. Quiero complacerte, pero es difícil.
—Me complaces todo el
tiempo —susurra—, ¿cuántas
veces tengo que decírtelo?
—Nunca sé que estás
pensando. Algunas veces eres
tan cerrado… como un estado aislado. Me intimidas, por eso me quedo callada. No
sé qué dirección ha tomado tu humor. Se balancea de norte a sur y de regreso en
un nanosegundo. Es confuso y no me dejas que te toque y quiero tanto tocarte
para mostrarte lo mucho que te amo.
Parpadea hacia mí en la
oscuridad, con cautela,
pienso y no puedo resistírmele más. Desabrocho mi cinturón y me subo hacia su
regazo, tomándolo por sorpresa y tomo su cabeza en mis manos.
—Te amo, Niall Horan. Y
si estás preparado para
hacer todo esto por mí, soy la única que no te merece y sólo puedo pedirte
perdón ya que no puedo hacer todo eso por ti. Quizás con tiempo… no sé… pero
sí, acepto tu proposición. ¿Dónde firmo?
Envuelve sus brazos
alrededor de mí y me aplasta
hacia él.
—Oh, ____(tn). —Exhala
mientras entierra su nariz
en mi cabello.
Nos sentamos, nuestros
brazos envueltos alrededor
del otro, escuchando la música—una suave pieza de piano— que refleja las
emociones en el auto, la calma dulce y tranquila después de la tormenta. Me
acurruco en sus brazos descansando mi cabeza en la curva de su cuello. Él
acaricia gentilmente mi espalda.
—Tocar es un límite de
dureza para mí, ____(tn)
—susurra.
—Lo sé. Desearía
entender por qué.
Después de un tiempo,
suspira, y con voz suave
dice:
—Tuve una horrible niñez.
Uno de los proxenetas de
la perra drogadicta… —Su voz se apaga y su cuerpo se tensa mientras recuerda
algún horror inimaginable—Puedo recordarlo —susurra estremeciéndose.
Abruptamente mi corazón
se contrae mientras
recuerdo las cicatrices de
quemadura estropeando su
piel. Oh, Niall. Aprieto
mis brazos alrededor se su cuello.
—¿Te maltrataba? ¿Tu
madre? —Mi voz es baja y
suave, con lágrimas contenidas.
—No que yo recuerde. No
se ocupaba de mi. No me
protegía de sus proxenetas. —Se encoge de hombros—Pienso que era yo quien veía
por ella. Cuando finalmente se mató a sí misma, tomó cuatro días para que
alguien diera la alarma y nos encontrara… eso lo recuerdo.
No puedo contener mi
jadeo de horror. Cielo santo.
La bilis sube a mi
garganta.
—Eso es muy jodido
—susurro.
—Cincuenta sombras
—murmura.
Giro mi cabeza y
presiono mis labios sobre su
cuello, buscando y ofreciendo consuelo mientras imagino a un pequeño niño sucio
de ojos mieles perdido y solo junto al cuerpo de su madre muerta.
Oh, Niall. Inhalo su
esencia. Huele celestial, mi
aroma favorito en el mundo entero. Estrecha sus brazos alrededor de mí, besa mi
cab
KarlytaD´Maslow
Re: 50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
Siguela!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
NatydeHoran
Re: 50 Sombras de Horan *1D* Segunda Temporada
Iiiiiiiiiiiiiiiihhhhhhhhhhhhhhhh morí con esta frase: >>Pero soy un hombre
egoísta. Te he deseado desde que caíste en mi oficina. Eres exquisita, honesta, cálida, ingeniosa, seductoramente inocente; la lista es interminable. Te admiro. Te deseo, y la idea de alguien más teniéndote es como un cuchillo girando en mi alma oscura<<
En efecto, si esa no es una declaración de amor, yo no se qué es!
Me encanta la nove! Síguela porfis que me tienes en la intriga intrigosa!!!
Kssss
egoísta. Te he deseado desde que caíste en mi oficina. Eres exquisita, honesta, cálida, ingeniosa, seductoramente inocente; la lista es interminable. Te admiro. Te deseo, y la idea de alguien más teniéndote es como un cuchillo girando en mi alma oscura<<
En efecto, si esa no es una declaración de amor, yo no se qué es!
Me encanta la nove! Síguela porfis que me tienes en la intriga intrigosa!!!
Kssss
Karrie58
Página 1 de 2. • 1, 2
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