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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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||"Invisible" ||Justin Bieber||
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Página 15 de 21. • 1 ... 9 ... 14, 15, 16 ... 21
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
Awwwwss me encanto el capituloooo es muy tierno! Siiiguela
katara.
------
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
Aaaaaaaaaw Me encanta cuand juegan como dos boludos, no se, es tierno =3
Seguila plz!!!!!!!
Seguila plz!!!!!!!
CamiSelenatika
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
holaaaaaaaaaaaaaaaa, solo quiero decir que me enamoro tu novela es tan hsgdjqshfaj, perfecta, de verdad, tiene una mezcla de triste, comica, tierna, hay no se como explicarlo, ya he estado en otras de tus novelas pero por los estudios y eso no he podido leerlas mas, bueno quiero decirte qu eme dejastes toda la noche despierta aqui en miami son las cuatro y 58 de la manana y yo leyendo tu perfecta novela..de verdad he llorado mas de lo que la rayis a podido llorar en 8 meses :lloro: , nena justin, mi justin mas perfecto no puede ser es tan hsdfadfjadffs :ilusion: , creo que esta enamorado de la rayis :(L): :(L): , hay me encanta cuando le dice te quiero y cosas a si, de verda muero de la ternura, pero la rayis es tan terca, que ella siempre se enoja por gusto sin el Juss hacerle nada, asi de la nada, es bipolar , bueno hay yo quiero que justin me consuele asi hay dios lloro boluda lloro , porque o no puedo ser su mejor amiga porque, fuck this shit bro , bueno cuando me entere que es basada en una histria real I'm just like....whatttttt? :deos: oh my god.....no se quien sea la chica pero de verdad le doy todas mis felicitaciones por salir de ese hueco, es una luchadora, mis respetos para ella :eaea: , se que no se como se siente porque no he sufrido bullyng pero debe ser dificil llevr una vida donde todos te estan mirando y criticandote si saber nada de ti ni de tu pasado me alegro de que sea feliz con tu hermano y que pase una my buena vida donde pueda cumplir todos sus suenos y perder todos sus miedos...
sigo yo, cuando el shastem le dio el primer beso a ella yo estaba , ahahahahhaha el shastem si es bien malote dejo a becca por irse con la rayis ella debe haberse sentido...get over bitch he's mine ok, so go away, ahahahahhaha como asi :niña: , please bitch, fuck the professors I'm justin bieber and my invisible girl needs me so, ..hay cada ves que la gente la molesta me pone isterica y me dan ganas de matarlos :duh: :duh: :calmaos: ..el shastem se puso celoso ahaahhahahahahah , hahahahahahh,vamos chaz eres bello pero la rayis es de el..ok
posdata 1: gracias por hacer esta novela desde micorazon gracias
posdata 2: siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa please te lo idocon esta carita please...
BESOS CUANTOS CAPITULOS FALTAN PARA QUE LLEGUE LA FELICIDAD EN EL 26, ES QUE SOY BRUTA NO ME SE LOS NUMEROS ROMANOS
BESOS HERMOA, SIGUELA SI
Thaliaswagbieber
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
Me encanto que tiernos que son espero que la sigas un beso :)
Alex Love
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
Me perdí dos capítulos :c no me di cuenta de que habías subido porque apenas hoy revise mis temas supervisados :c
amsjkgahks pero amé los capítulos, es que Shasten es tan tierno *wwwwwwww* lo amo.
Amo a Shas, es tan akhkjsghs y tu forma de narrar las cosas es tan kjasdghska y la raya es tan aksjsas y todo es tan jhgsdha
Síguela pronto, plz.
So, chau c:
amsjkgahks pero amé los capítulos, es que Shasten es tan tierno *wwwwwwww* lo amo.
Amo a Shas, es tan akhkjsghs y tu forma de narrar las cosas es tan kjasdghska y la raya es tan aksjsas y todo es tan jhgsdha
Síguela pronto, plz.
So, chau c:
Invitado
Invitado
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
¡AAWWWWWWWWWWWWWWWWWW!!!!!! Mori es hermoso.Par de tiernos¡ siguela
Someone
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
“Invisible”
Capítulo XXXI: “Que tu sonrisa sea más grande que tus problemas.”
Luego de que mi mamá se despide de ______ para cuando se va al médico, mi amiga me dice que ya es hora de irse a casa. Me ofrezco a llevarla a casa una y mil veces, pero insiste en que puede irse caminando hasta la parada del colectivo y de allí se toma uno hasta su casa.
—Si. —Asiente rodando los ojos.
—¿Si qué?
Se ríe y aparta la mirada.
—Si, Justin.
Abre la puerta del frente y termina de colocarse la mochila sobre ambos hombros, colgando en su espalda. Se acomoda el cabello y tira de la capucha para cubrir su cabeza y parte de su frente.
—¿Quieres devolverme mi espejo?
Niego lentamente con la cabeza. Ella retrocede dos pasos quedando fuera de la casa, rueda los ojos y mete ambas manos en sus bolsillos.
—¿Por favor?
—Si me prometes que no vas a usarlo.
—Quédatelo.
Se da media vuelta y echa a andar. Me apoyo contra la puerta y la observo hasta que desaparece de mi periferia. Cierro la puerta con llave, saco mi móvil del bolsillo y le marco a Chaz mientras voy escaleras arriba.
—Bieber.
Suspiro al llegar al último escalón.
—Somers.
Chaz bufa.
—No des vueltas, nene de mami. ¿Qué pasó hoy?
—______ me necesitaba y no me digas nene de mami.
Luego de explicarle a Chaz lo que hicimos esta mañana con ______, él comienza a hacer preguntas depravadas, típico.
Cuando el reloj marca las siete y media de la noche, me meto al baño. Me doy una ducha rápida y luego me coloco un pantalón de pijama, sin remera de por medio. Me revuelvo el cabello con la toalla para secármelo un poco, dejarlo húmedo pero no chorreando en agua. Mi mamá llega justo cuando voy bajando las escaleras y me pide que prepare la mesa porque viene con comida del negocio de la esquina.
—¿Y? Cuéntame.
Estamos sentados a la mesa, ella frente a mí. Apoya los codos sobre la superficie de la mesa y junta sus manos, deja caer su barbilla sobre estas y me sonríe.
—¿De qué?
—De ______.
Frunzo el ceño y me meto un pedazo de pollo a la boca. Alzo la barbilla buscando una explicación por parte de mi madre.
—¿Te gusta?
Niego con la cabeza.
—Es una chica tan linda.
Asiento y como otro pedazo de pollo.
—Y… ¿qué han hecho hoy?
Me encojo de hombros.
—¿Te han comido la lengua, Justin? —Frunce el ceño y se levanta de la mesa.
Prácticamente, si. Pero no es algo que tenga que estar hablando con mi mamá, menos en la mesa.
—Hasta mañana. Encárgate de la losa, ya que estás tan poco comunicativo conmigo.
Me río divertido y agarro mi vaso para tomar un poco de zumo de naranja. Mamá sube las escaleras con paso apresurado y cuando llega al último escalón me tira un beso desde allí. Le sonrío y junto los platos para levantarlos, mamá nunca hace nada en casa, maldita sea.
Justo a las nueve y media, me meto en la cama con la laptop sobre las piernas. Me conecto a Facebook y reviso durante un rato el inicio de la red social. Como no hay nada interesante, paso a Youtube en busca de videos y cosas divertidas, pero pronto me aburro y la dejo a un lado para acomodarme dentro de la cama. Me aseguro de que la alarma esté en orden para poder despertarme mañana y luego busco el número de ______ en la agenda.
Le mando un texto:
“¿Llegaste bien? Me tienes preocupado, te pedí que me avisaras.”
Ella me responde a los pocos segundos.
“Si, todo en orden. Mi casa es un caos, me olvidé. Perdona.”
Mis ojos vuelan al cajón del escritorio donde se encuentra oculto el pedazo de espejo autodestructor. Por un segundo me encuentro pensando qué habría pasado si ella lo tuviera en sus manos en el momento de llegar a su casa y encontrarse con ese “caos”.
“Está bien, que descanses, ____.”
Dejo el móvil sobre la mesa de noche y apago la luz de la lámpara. Me acomodo un poco más bajo el resguardo de las sábanas dándole la espalda a la mesa de noche y cierro los ojos. Mi móvil vibra dos veces seguidas.
“Te quiero.”
Una estúpida sonrisa ilumina mi cara. ______ por fin a logrado soltarse conmigo aceptando nuestra amistad y mi ayuda.
“También te quiero. Mucho.”
Vuelvo a dejar el móvil sobre la mesa de noche y cierro los ojos para imaginármela sonriendo ante el mensaje. Sonriendo como he logrado que sonría hoy. Me siento orgulloso de saber que esa sonrisa la he conseguido yo solo.
Mi alarma hace que salte de la cama seguido de un golpe en la puerta de mi habitación. Mamá me avisa que tengo que levantarme rápido si no quiero llegar tarde al colegio. Bajo de la cama y tomo mi ropa para entrar al baño del pasillo, me doy una ducha rápida y me visto dentro del baño. Mamá se queja un par de veces, así que me seco rápidamente el cabello y la dejo que use el baño todo lo que quiera.
Bajo las escaleras con un leve trote de mis pies, entro en la cocina y me encuentro con pan tostado y zumo de naranja recién hecho. Me siento en medio de la barra y comienzo con mi desayuno mientras disfruto del silencio matutino de la casa.
—¿Te llevo o irás en la moto?
—Iré en la moto.
Asiente y rodea la barra para quedar frente a mí. Le sonrío y ella me guiña un ojo.
—Tienes mucho perfume.
—A las chicas les gusta así, mamita hermosa —digo en una burla.
Mi mamá larga una melódica carcajada y me pellizca una mejilla entre sus suaves dedos. Me río con ella. Bajo del banco y le beso la mano.
—Me voy, ma.
—Compórtate, Justin.
—Tú igual.
La siento reír cuando me retiro de la cocina. Subo las escaleras de dos en dos escalones y entro al baño tarareando una canción. Me cepillo los dientes. Me detengo a verme en el espejo y me guiño un ojo.
¿Habrá alguien que de todo por verme sonreír? Aparte de mi mamá. Alguien que quiera mi sonrisa a toda costa, como yo quiero la sonrisa de ______. ¿Existirá?
Busco mi mochila y bajo corriendo, tomo las llaves de la moto y salgo de la casa mientras pienso en lo que he visto frente al espejo. De repente me siento algo vacío. Mientras yo intento que mi chica invisible esté bien, no me he dado cuenta de lo importante que quiero que sea mi sonrisa para ella. No me he dado cuenta de que la quiero tanto como para anhelar desesperadamente que ella sienta lo mismo por mí.
Abro mi casillero cuando un bostezo feroz se apodera de mí y me obliga a cubrirme la boca con una mano. Me inclino para que la mochila se deslice por mi brazo y la apoyo sobre una de mis piernas dobladas, intercambio libros rápidamente.
—¡Hola!
Su cuerpo impacta de costado contra el casillero de al lado y me sonríe tiernamente. Le devuelvo la sonrisa y me acerco para darle un beso en los labios, pero ella retrocede y mientras sus mejillas toman color, niega con la cabeza y se ríe. Ruedo los ojos y pongo la mejilla frente a su rostro. Ella me da un fugaz beso en la mejilla y se retira.
—Así que hoy estamos de buenas.
Asiente con la cabeza pero no pronuncia palabra alguna.
—¿Y el caos?
Se encoge de hombros. Cierro mi taquilla y me apoyo sobre la puerta cerrada para observarla.
—Fue una de las tantas peleas de mamá y Marco. Es lo mismo, yo no puedo hacer nada, así que no me culpo.
Alzo las cejas y me cruzo de brazos.
—¿Dónde está mi _____? ¡Me la han robado!
Se ríe divertida retrocediendo dos pasos hacia atrás e inclinándose levemente hacia adelante.
—No soy tuya.
—Si tú dices. —Alzo mis manos informando inocencia.
—Quizá un poco. —Frunce la nariz.
—Toda, toda, toda.
Abre la boca formando una perfecta O, pero no es de sorpresa, sino divertida. Sus ojos despiden chispas graciosas y sus cejas se alzan sobre su frente. Me vuelve a golpear el hombro.
—¿Puedo preguntarte algo, ____?
La campana resuena en todo el pasillo, pero eso no le impide asentir con la cabeza. Comenzamos a caminar por el pasillo hacia el salón de clases. No reprimo las ganas, paso uno de mis brazos por sobre sus hombros.
—¿Mi sonrisa significa algo para ti? ¿O es solo una sonrisa más en el mundo?
---
Es mi regalo retrasado de navidad, maratón de 5 caps.
Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
“Invisible”
Capítulo XXXII: “La sonrisa es mía, pero el motivo eres tú.”
—¿Por qué preguntas eso?
Frunce el ceño y me mira de reojo. Entramos al salón, su mano toma la mía y hace que deje de rodearla por los hombros, pero no suelta mi mano, me conduce al fondo del salón.
—¿No te sientas adelante hoy?
—No. —Niega con la cabeza y suelta mi mano—. Me siento atrás, contigo.
Sus ojos se apartan de los míos. Pone sus cosas sobre la mesa y deja su mochila en la silla de la derecha. Asiento lentamente y una sonrisa se dibuja en mis labios. Me siento a su lado.
—¿Entonces…? —Me deslizo a su lado.
Se encoge de hombros a la vez que abre su rosada mochila. Sus ojos se deslizan hasta los míos y luego me sonríe.
—Dime porqué preguntas eso.
Suspiro frustrado. Esto sonará estúpido.
—Esta mañana cuando me vi en el espejo, me sonreí. —La observo para ver qué reacción tiene, pero sus ojos solo me incitan a seguir hablando—. Y, no sé, a mí me gusta hacer sonreír a la gente, pero a mí nadie me hace sonreír.
Me golpea con su hombro y luego me sonríe. Le devuelvo la sonrisa.
—Acabo de hacerte sonreír —dice indiferente.
Frunzo el ceño y la señalo con uno de mis dedos.
—A mí me gusta tu sonrisa, Justin. Es linda, muy linda.
Mis facciones se relajan a la vez que ella asiente lentamente mientras habla. Sus ojos miel se deslizan por todo mi rostro analizándome y luego suspira. Se sienta observando al frente y junta sus manos sobre la superficie del banco. Aparto la vista para no incomodarla y me encuentro con el profesor entrando a clase seguido de Ryan y Chaz riendo. El profesor los fulmina con la mirada y les hace un gesto para que tomen asiento. Mis amigos recorren el salón pasando entre los bancos y se sientan separados. Chaz delante de mí y Ryan del otro lado, al frente.
—Hola gente —dice deslizándose al lado de una chica rubia llamada Mery.
—Hola —saludo riendo.
La rubia observa a Chaz con gesto despectivo y se pega a la pared para no tenerlo tan cerca. Mi amigo se encoge de hombros y susurra un “tú te lo pierdes”. ______ se ríe despacio e intenta esconder su mueca divertida mientras saca el block de hojas a cuadros para tomar apuntes.
—¿Sabes? Tu cabello huele a fresas —le dice Chaz a su compañera de banco.
Sonrío intentando no largar una risotada. La chica se limita a ignorarlo y observa al frente. ______ saca una lapicera rosa de su cartuchera y una negra, luego rotula la hoja con su nombre a un costado en una perfecta letra cursiva en rosado.
—¿Chaz es siempre así? —Me pregunta en un susurro.
Alzo las cejas y asiento levemente mientras observo a mi amigo diciéndole un secreto a su compañera de banco. Esa chica va a detestarlo, quizá ya lo haga.
La clase no termina más. El profesor está hablando y hablando sin que le preste atención, como muchos del salón. Chaz sigue empeñado en hablar con Mery, pero parece que la clase le interesa más que las palabras de mi amigo. Y ______, ______ como siempre está prestando atención y tomando apuntes. Sus ojos se esfuerzan por leer las notas en la pizarra.
—¿No te aburres? —Estiro el cuello para ver que ha escrito. Ella niega con la cabeza—. ¿Ni un poco?
Vuelve a negar con la cabeza y garabatea un asterisco para anotar otro tema importante.
—Yo si me aburro.
Esboza una pequeña sonrisa y no me presta demasiada atención. Tomo su lapicera rosada y le coloco la tapa. Ella sigue centrada en las palabras del profesor. Me acerco y le beso la mejilla. Voltea a verme con el ceño fruncido.
—¿Qué? —Me encojo de hombros.
Ruego por que no me pregunte porqué he hecho eso porque no tengo ni la menor idea y no sé cómo excusarme. Pero ella niega lentamente con la cabeza y aparta sus ojos de mi rostro. Bostezo y tamborileo mis dedos en la madera de la mesa para dos.
—Justin, ya —dice tomando mi mano para que deje de hacer ruido.
Ruedo los ojos, pero en vez de quitar mi mano, la doy vuelta y atrapo la suya entre la mía. Baja su mirada a nuestras manos juntas y aprovecho para entrelazar mis dedos con los suyos. Alza la vista hasta encontrarse con la mía y sus párpados caen cansados a la vez que apoya la espalda en el respaldo de la silla.
—Me rindo. Eres imposible.
Me río divertido y tiro de su mano para atraerla hacia mí y atraparla en un abrazo.
Cuando toca la campana, todos se ponen de pie con los libros en mano y en dos segundos el salón queda vacío. ______ amaga a irse hacia el otro lado, no a salir al patio de receso, así que la agarro por el codo y ladeo la cabeza enseñándole el camino opuesto. Ella se zafa de mi agarre y niega con la cabeza a la vez que frunce la nariz.
—Vamos —digo animándola—, ven conmigo.
Niega lentamente con la cabeza.
—Si no quieres que estemos con los chicos, los echo.
Una risa se escapa de sus labios y su mano busca la mía. Entrelaza nuestros dedos esperando a que echemos a andar. Así que me limito a esconder mi sonrisa y tiro de ella para acercarla a mí. Caminamos juntos hasta llegar a los demás.
—¿Nos quedamos con Chaz y Ryan? —Le pregunto cuando diviso a mis mejores amigos hablando y riendo.
—Si tú quieres. —Se encoge de hombros.
—¿Tú quieres? Si tú no quieres, no estamos con ellos, ______.
Ella asiente levemente y me empuja un poco. Creo que eso significa que vayamos con ellos.
Camino un poco más delante de ella, porque no quiere apurar el paso un poco más. Así que cuando llegamos, ______ queda detrás de mí como si yo fuera un escudo protector.
—Creo que Mery te odia. —Le palmeo la espalda a Chaz.
Mi amigo se ríe. Ryan sigue mi brazo hasta encontrar mi mano entrelazada con la de ______, alza las cejas y luego me indica con la barbilla. Ella observa el suelo.
—No me odia, solo me desprecia un poco —dice. Frunce el ceño cuando se percata de la presencia poco notoria de ______.
—Hola, _____ —dice Ryan.
Me muevo a un lado para que ella quede en el círculo, entre Chaz y yo. Ella junta sus labios en una fina línea y alza una mano para saludar a Chaz.
—Ei —la llamo. Alza el rostro pero sus ojos no se encuentran con los míos—. ¿Te encuentras bien?
Asiente con la cabeza.
Chaz y Ryan observan a mi chica invisible haciéndola sentir el centro de atención. Cosa que a ella no le agrada ni un poco.
—Mamá hará postre de chocolate para el postre de esta noche —digo intentando que mis amigos me miren.
Consigo la mirada de Chaz, pero no la de Ryan. El rubio es bastante curioso y en varias ocasiones ha demostrado su desprecio por ______, por el simple hecho de que ahora paso más tiempo con ella que con ellos dos. Pero no creo que mi mejor amigo sea tan desgraciado como todos los demás para juzgarla sin conocerla.
—¿Vas a invitarnos? —Pregunta Chaz.
—No. Les estaba refregando por la cara que esta noche voy a comer eso. —Me encojo de hombros.
Siento la pequeña y tierna risa de _____. Me río también. Ryan me observa y sus ojos se llenan de preguntas. Preguntas sobre ella.
—Un día de estos tenemos que pedirle a la tía Pattie que nos haga postre para los tres. —Ryan se soba la panza.
Tiro de ______ para que quede más entre nosotros y no tan fuera de la conversación, aunque ni siquiera hable o nos dedique su mirada. Sé que está escuchando y lo que menos quiero es que se quede fuera de la conversación.
—¡Hola, amigos! —Becca se cuelga del cuello de Ryan.
______ alza la cabeza de golpe y cuando divisa a Becca intenta escaparse, tirando de mi mano, pero vuelvo a acercarla hasta que se queda quieta. Nadie de los otros tres se percata.
—El chico desaparición —me dice riendo. Me planta un beso en la mejilla—. ¿Solucionaste tus problemas?
—Si —digo evadiendo su mirada y alejándome un poco de ella.
Pasa de _____ y le besa la mejilla a Chaz. Mi amigo se ríe cuando ella le hace un comentario sobre su cabello “sexymente” despeinado. Procede a pararse frente a _______, como si en ese espacio no hubiera nadie y se cruza de brazos.
—¿De qué estaban hablando? —Sonríe.
Ryan amaga a contestar, pero cierra la boca cuando se da cuenta de que voy a hablar.
—Becca —digo en tono de advertencia.
No puede negar que se ha dado cuenta de la presencia de ______ y por eso ha ocupado ese lugar.
—Del postre de chocolate de Pattie —responde Chaz.
—Becca —la llamo.
Ella me ignora y dice:
—¿Quién es Pattie?
—Becca —digo un poco más fuerte.
_______ tira de mi brazo para salir de allí, vuelvo a acercarla a mí.
—La mamá de Justin —dice Ryan.
—Becca —vuelvo a llamarla.
—Oh, ¿tu mamá hace un buen postre de chocolate? —Me sonríe.
—Si —respondo fugazmente—. Becca, te…
—¡Qué bien!
Aprieto los dientes hasta que chirrean en un sonido que no me parece nada agradable. La mano de _____ se relaja envuelta en la mía, pero lucha por zafarse en un intento fallido por irse de la incómoda situación.
—Te es…
—¿Cómo les fue en el examen de lenguaje? —Pregunta agitando su cabello.
—¡Becca! ¡Maldita seas, perra! ¿No ves que está ______ allí? ¡Muévete!
Medio alumnado voltea a verme a causa de mis gritos. Becca abre la boca y voltea a ver a _______, mi chica invisible baja la mirada y esconde sus muñecas bajo el buzo mientras tira de mi mano para salir de allí.
--
No sé ustedes, pero odio a Becca.
Capítulo XXXII: “La sonrisa es mía, pero el motivo eres tú.”
—¿Por qué preguntas eso?
Frunce el ceño y me mira de reojo. Entramos al salón, su mano toma la mía y hace que deje de rodearla por los hombros, pero no suelta mi mano, me conduce al fondo del salón.
—¿No te sientas adelante hoy?
—No. —Niega con la cabeza y suelta mi mano—. Me siento atrás, contigo.
Sus ojos se apartan de los míos. Pone sus cosas sobre la mesa y deja su mochila en la silla de la derecha. Asiento lentamente y una sonrisa se dibuja en mis labios. Me siento a su lado.
—¿Entonces…? —Me deslizo a su lado.
Se encoge de hombros a la vez que abre su rosada mochila. Sus ojos se deslizan hasta los míos y luego me sonríe.
—Dime porqué preguntas eso.
Suspiro frustrado. Esto sonará estúpido.
—Esta mañana cuando me vi en el espejo, me sonreí. —La observo para ver qué reacción tiene, pero sus ojos solo me incitan a seguir hablando—. Y, no sé, a mí me gusta hacer sonreír a la gente, pero a mí nadie me hace sonreír.
Me golpea con su hombro y luego me sonríe. Le devuelvo la sonrisa.
—Acabo de hacerte sonreír —dice indiferente.
Frunzo el ceño y la señalo con uno de mis dedos.
—A mí me gusta tu sonrisa, Justin. Es linda, muy linda.
Mis facciones se relajan a la vez que ella asiente lentamente mientras habla. Sus ojos miel se deslizan por todo mi rostro analizándome y luego suspira. Se sienta observando al frente y junta sus manos sobre la superficie del banco. Aparto la vista para no incomodarla y me encuentro con el profesor entrando a clase seguido de Ryan y Chaz riendo. El profesor los fulmina con la mirada y les hace un gesto para que tomen asiento. Mis amigos recorren el salón pasando entre los bancos y se sientan separados. Chaz delante de mí y Ryan del otro lado, al frente.
—Hola gente —dice deslizándose al lado de una chica rubia llamada Mery.
—Hola —saludo riendo.
La rubia observa a Chaz con gesto despectivo y se pega a la pared para no tenerlo tan cerca. Mi amigo se encoge de hombros y susurra un “tú te lo pierdes”. ______ se ríe despacio e intenta esconder su mueca divertida mientras saca el block de hojas a cuadros para tomar apuntes.
—¿Sabes? Tu cabello huele a fresas —le dice Chaz a su compañera de banco.
Sonrío intentando no largar una risotada. La chica se limita a ignorarlo y observa al frente. ______ saca una lapicera rosa de su cartuchera y una negra, luego rotula la hoja con su nombre a un costado en una perfecta letra cursiva en rosado.
—¿Chaz es siempre así? —Me pregunta en un susurro.
Alzo las cejas y asiento levemente mientras observo a mi amigo diciéndole un secreto a su compañera de banco. Esa chica va a detestarlo, quizá ya lo haga.
La clase no termina más. El profesor está hablando y hablando sin que le preste atención, como muchos del salón. Chaz sigue empeñado en hablar con Mery, pero parece que la clase le interesa más que las palabras de mi amigo. Y ______, ______ como siempre está prestando atención y tomando apuntes. Sus ojos se esfuerzan por leer las notas en la pizarra.
—¿No te aburres? —Estiro el cuello para ver que ha escrito. Ella niega con la cabeza—. ¿Ni un poco?
Vuelve a negar con la cabeza y garabatea un asterisco para anotar otro tema importante.
—Yo si me aburro.
Esboza una pequeña sonrisa y no me presta demasiada atención. Tomo su lapicera rosada y le coloco la tapa. Ella sigue centrada en las palabras del profesor. Me acerco y le beso la mejilla. Voltea a verme con el ceño fruncido.
—¿Qué? —Me encojo de hombros.
Ruego por que no me pregunte porqué he hecho eso porque no tengo ni la menor idea y no sé cómo excusarme. Pero ella niega lentamente con la cabeza y aparta sus ojos de mi rostro. Bostezo y tamborileo mis dedos en la madera de la mesa para dos.
—Justin, ya —dice tomando mi mano para que deje de hacer ruido.
Ruedo los ojos, pero en vez de quitar mi mano, la doy vuelta y atrapo la suya entre la mía. Baja su mirada a nuestras manos juntas y aprovecho para entrelazar mis dedos con los suyos. Alza la vista hasta encontrarse con la mía y sus párpados caen cansados a la vez que apoya la espalda en el respaldo de la silla.
—Me rindo. Eres imposible.
Me río divertido y tiro de su mano para atraerla hacia mí y atraparla en un abrazo.
Cuando toca la campana, todos se ponen de pie con los libros en mano y en dos segundos el salón queda vacío. ______ amaga a irse hacia el otro lado, no a salir al patio de receso, así que la agarro por el codo y ladeo la cabeza enseñándole el camino opuesto. Ella se zafa de mi agarre y niega con la cabeza a la vez que frunce la nariz.
—Vamos —digo animándola—, ven conmigo.
Niega lentamente con la cabeza.
—Si no quieres que estemos con los chicos, los echo.
Una risa se escapa de sus labios y su mano busca la mía. Entrelaza nuestros dedos esperando a que echemos a andar. Así que me limito a esconder mi sonrisa y tiro de ella para acercarla a mí. Caminamos juntos hasta llegar a los demás.
—¿Nos quedamos con Chaz y Ryan? —Le pregunto cuando diviso a mis mejores amigos hablando y riendo.
—Si tú quieres. —Se encoge de hombros.
—¿Tú quieres? Si tú no quieres, no estamos con ellos, ______.
Ella asiente levemente y me empuja un poco. Creo que eso significa que vayamos con ellos.
Camino un poco más delante de ella, porque no quiere apurar el paso un poco más. Así que cuando llegamos, ______ queda detrás de mí como si yo fuera un escudo protector.
—Creo que Mery te odia. —Le palmeo la espalda a Chaz.
Mi amigo se ríe. Ryan sigue mi brazo hasta encontrar mi mano entrelazada con la de ______, alza las cejas y luego me indica con la barbilla. Ella observa el suelo.
—No me odia, solo me desprecia un poco —dice. Frunce el ceño cuando se percata de la presencia poco notoria de ______.
—Hola, _____ —dice Ryan.
Me muevo a un lado para que ella quede en el círculo, entre Chaz y yo. Ella junta sus labios en una fina línea y alza una mano para saludar a Chaz.
—Ei —la llamo. Alza el rostro pero sus ojos no se encuentran con los míos—. ¿Te encuentras bien?
Asiente con la cabeza.
Chaz y Ryan observan a mi chica invisible haciéndola sentir el centro de atención. Cosa que a ella no le agrada ni un poco.
—Mamá hará postre de chocolate para el postre de esta noche —digo intentando que mis amigos me miren.
Consigo la mirada de Chaz, pero no la de Ryan. El rubio es bastante curioso y en varias ocasiones ha demostrado su desprecio por ______, por el simple hecho de que ahora paso más tiempo con ella que con ellos dos. Pero no creo que mi mejor amigo sea tan desgraciado como todos los demás para juzgarla sin conocerla.
—¿Vas a invitarnos? —Pregunta Chaz.
—No. Les estaba refregando por la cara que esta noche voy a comer eso. —Me encojo de hombros.
Siento la pequeña y tierna risa de _____. Me río también. Ryan me observa y sus ojos se llenan de preguntas. Preguntas sobre ella.
—Un día de estos tenemos que pedirle a la tía Pattie que nos haga postre para los tres. —Ryan se soba la panza.
Tiro de ______ para que quede más entre nosotros y no tan fuera de la conversación, aunque ni siquiera hable o nos dedique su mirada. Sé que está escuchando y lo que menos quiero es que se quede fuera de la conversación.
—¡Hola, amigos! —Becca se cuelga del cuello de Ryan.
______ alza la cabeza de golpe y cuando divisa a Becca intenta escaparse, tirando de mi mano, pero vuelvo a acercarla hasta que se queda quieta. Nadie de los otros tres se percata.
—El chico desaparición —me dice riendo. Me planta un beso en la mejilla—. ¿Solucionaste tus problemas?
—Si —digo evadiendo su mirada y alejándome un poco de ella.
Pasa de _____ y le besa la mejilla a Chaz. Mi amigo se ríe cuando ella le hace un comentario sobre su cabello “sexymente” despeinado. Procede a pararse frente a _______, como si en ese espacio no hubiera nadie y se cruza de brazos.
—¿De qué estaban hablando? —Sonríe.
Ryan amaga a contestar, pero cierra la boca cuando se da cuenta de que voy a hablar.
—Becca —digo en tono de advertencia.
No puede negar que se ha dado cuenta de la presencia de ______ y por eso ha ocupado ese lugar.
—Del postre de chocolate de Pattie —responde Chaz.
—Becca —la llamo.
Ella me ignora y dice:
—¿Quién es Pattie?
—Becca —digo un poco más fuerte.
_______ tira de mi brazo para salir de allí, vuelvo a acercarla a mí.
—La mamá de Justin —dice Ryan.
—Becca —vuelvo a llamarla.
—Oh, ¿tu mamá hace un buen postre de chocolate? —Me sonríe.
—Si —respondo fugazmente—. Becca, te…
—¡Qué bien!
Aprieto los dientes hasta que chirrean en un sonido que no me parece nada agradable. La mano de _____ se relaja envuelta en la mía, pero lucha por zafarse en un intento fallido por irse de la incómoda situación.
—Te es…
—¿Cómo les fue en el examen de lenguaje? —Pregunta agitando su cabello.
—¡Becca! ¡Maldita seas, perra! ¿No ves que está ______ allí? ¡Muévete!
Medio alumnado voltea a verme a causa de mis gritos. Becca abre la boca y voltea a ver a _______, mi chica invisible baja la mirada y esconde sus muñecas bajo el buzo mientras tira de mi mano para salir de allí.
--
No sé ustedes, pero odio a Becca.
Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
“Invisible”
Capítulo XXXIII: “Don’t let idiots ruin your day.”
______ lucha contra mí sutilmente para poder liberarse de mi agarre, pero no la dejo y no voy a dejarla, tiro de su brazo y la rodeo por la cintura. Siento su suspiro ahogado y deja de luchar por salir de allí, agacha su cabeza y junta entrelaza sus manos dejándolas colgar sobre su vientre, su cabello le cae en el rostro formando un escudo protector que no deja a nadie ver sus facciones.
—Eres un grosero —dice Becca con enojo en sus palabras.
—La única grosera aquí eres tú. —Aprieto los dientes—. Ignoras a la gente y hablas por encima de todos. No eres mejor que nadie, Becca.
—Cállate, Justin.
Los hombros de ______ se sacuden violentamente haciéndome entender que está llorando. Mi corazón late desbocado. Siento demasiada impotencia acumulada que podría darle un puñetazo a Becca, pero se ha salvado por ser mujer.
—Ya, _____ —murmuro mirándola.
Muevo mi mano para correr su cabello que cae sobre su rostro, pero ella manotea mi mano y me aparta de su lado moviéndose unos centímetros.
—Tú la defiendes como si lo fuera todo para ti, fíjate que no eres nada para ella —dice Becca entre dientes—. Ni siquiera sabe agradecerte que la liberes de la gente que la ignora.
—Cállate, Becca —digo sorprendentemente tranquilo—. _____, ven aquí.
La campana da por finalizado el receso y todos comienzan a moverse por el patio de a poco. ______ se seca las lágrimas y voltea dándome la espalda. Becca sonríe amargamente.
—Justin…
—Dije que te calles, Becca —grito—. No quiero escucharte.
Ella se queda callada porque mi advertencia ha sido muy en serio. Mis ojos centellan de furia y mi corazón late con fuerza en mi pecho. ______ se empieza a alejar despacio perdiéndose entre los demás estudiantes. Estoy seguro de que me debe estar odiando.
—No tienes por qué ser así con Becca —dice Ryan pasando por mi lado.
Becca comienza a caminar por delante de Ryan y apresura su paso para perdernos de vista, más a mí que nadie.
—Ella no tiene por qué ser así con _____ —le digo a Ryan alcanzándolo.
Chaz se coloca a mí lado para caminar por los pasillos del colegio entre taquillas de ambos lados.
—Yo te entiendo, bro —me palmea la espalda—. Becca no se portó bien con _____ y sé que tú la quieres demasiado como para verla sufrir.
Llego al salón junto a los chicos y nuevamente soy el centro de atención de las miradas matadoras. Comienzo a pensar que en estas semanas he ganado demasiados enemigos, pero no me importa en lo absoluto cuando sé que tengo a la mejor amiga del mundo, _______. Me siento al lado de _____, ella tiene la cabeza entre sus manos y su cabello aún le cubre el rostro. No digo nada, no quiero empeorar las cosas aún más.
Pasan unos pocos minutos cuando el profesor llega a la clase y comienza a explicar. Pero no me sorprende en lo absoluto no entender este tema nuevo de Biología, lo que realmente me sorprende es que mi chica invisible esté recostada en el banco con la cabeza entre sus brazos. La miro por unos segundos, mientras nadie más nos presta atención.
—_____ —la llamo.
Ella ni siquiera se mueve. Por un momento llego a pensar que quizá se ha quedado profundamente dormida. Pero es imposible porque respira como siempre, no uniformemente como cuando una persona está dormida. Entonces paso mi brazo por sobre sus hombros y recuesto mi cabeza a su lado.
Sus hombros se tensan notoriamente, pero cuando la beso cerca de la oreja, se relaja. Acerco mi silla un poco más a ella y vuelvo a besarla cerca de la oreja.
—¿Estás bien?
Hace un ruido con la garganta un poco parecido a un gruñido y me pateo mentalmente por haber hecho esa maldita pregunta. Claro que no está bien y no debería haber preguntado de esa manera.
—¿Quieres contarme? —Pregunto suavemente. Niega lentamente con la cabeza—. ¿Segura? —Esta vez asiente—. ¿Estás enojada conmigo?
—No —dice con voz rota.
¿Está llorando?
—______ —la llamo—, mírame.
Niega lentamente con la cabeza confirmando mi teoría. Está llorando y ha sido tan silenciosa como un ratón para que nadie se diera cuenta.
En el segundo receso decidimos quedarnos dentro del salón para no encontrarnos con nadie más. A pesar de que he pensado que ______ estaba enojada u ofendida conmigo, no he estado ni cerca. Hasta me ha agradecido y reído de la cara de Becca cuando la llamé perra.
—¿Crees que va a dejar de hacer eso?
—No lo sé. —Me encojo de hombros—. Lo que si sé con certeza es que no se va a acercar a nosotros dos juntos nunca más.
Se ríe levemente y verla así me provoca ternura. Está apoyada sobre sus brazos cruzados sobre la mesa y me observa de lado.
—Quiero contarte algo —me dice sigilosamente.
—Dime. —Observo a la puerta del salón para asegurarme de que allí no hay nadie.
—Anoche no hice eso —dice arrugando la nariz.
Una pequeña sonrisa asoma en mis labios y no la escondo en lo absoluto.
—Es un progreso, ¿cierto?
—Claro que lo es —le digo asintiendo.
—Anoche cuando me bañé me hizo mal ver todas esas marcas —admite. Cierra los ojos un momento como si algo le hubiera dolido—. Me gustaría poder cortarme y que desaparezcan en pocos minutos. No me gusta ver los cortes.
—¿Por eso los cubres siempre? —Frunzo el ceño.
—Por eso y porque no quiero que nadie más sepa.
Trago con fuerza y relajo mis hombros, observo nuevamente a la puerta del salón para no encontrarme con nadie ni nada, solo una parte del pasillo vacío.
—¿No te gusta hablar conmigo de esto? —Me pregunta inocentemente.
—Lo que no me gusta es que te hagas daño.
—Justin —dice alargando mi nombre como en una advertencia —, no comiences.
—Ya, está bien —digo y luego bostezo—. Hazme un favor, ¿quieres?
Asiente levemente con la cabeza y se muerde el labio inferior.
—No dejes que Becca te arruine la hermosa sonrisa que llevabas más temprano.
Sonríe dulcemente y la alegría llega a sus ojos. Como si se avergonzara, esconde el rostro entre sus brazos a la vez que larga una pequeña carcajada. Me muerdo el interior de la mejilla mientras pienso si se habrá sonrojado y de repente me siento como un estúpido. En realidad sé qué es eso que me hace pensar en ella sonrojada, pero sacudo la cabeza porque no quiero que ocurra. Ella no sabe dejarse querer, menos podría dejarse amar.
Al final del día ________ se despide de mi con la mano y una tierna sonrisa después de haberse negado a dejarme llevarla hasta su casa en mi moto. Me voy a casa pensando en la cantidad de cosas que han ocurrido en solo seis horas y pensando si habrá una ______ así todos los días. Pensando qué sería de ______ si la gente no la hubiera lastimado como lo ha hecho durante estos últimos años.
Cuando me voy a dormir esa noche, después de haber cenado solo porque mamá tenía una cita casi nocturna con su psicólogo, me doy cuenta de lo importante que es valorar la vida, de lo mucho que daría para que ella sea feliz. Porque siempre hay algo peor que nuestra historia, siempre hay algo que nos hace abrir los ojos y darnos cuenta de que con nuestra experiencia podemos ayudar a alguien que nos necesita, aunque sea alguien que quizá hayamos visto una sola vez en la vida.
Nadie nunca va a poder entender a ______, nadie nunca va a ponerse en su lugar de la manera en que lo hago yo. Nadie entiende lo que me provoca verla llorar, lo mal que me pone no poder frenar sus cortes. Nadie nunca va a saber lo que se siente sufrir día tras día porque la sociedad encuentra solo tus defectos, porque tu familia no sabe lo que es valorarte un poco. Nadie, absolutamente nadie de este mundo roto va a poder entender lo que siente ella al lastimarse. Ni siquiera ella sabe porqué lo hace o porqué quiere hacerlo, solo sabe que le duele menos que los insultos de los demás, que es menos doloroso cortarse las muñecas que escuchar a la sociedad. Pero lo que nadie nunca va a entender es lo que yo siento al ver sus cortes. No es lastima, no es pena. Ni yo sé porqué me duele tanto que a ella la duela tanto. Solo la veo con esos cortes por todos lados y el corazón llega a mi boca, porque la quiero y quiero verla bien. Porque ella significa demasiado para mí, aunque ella siempre diga que no es lo suficientemente buena para nadie.
----
Me encantaría que me digan cuál ha sido su parte favorita de estos 33 capítulos (https://twitter.com/OfficialLadyB) se los agradecería. Las amo mucho mis LeilaLovers(?. http://ask.fm/LeilaaVargas ASK ME.
Capítulo XXXIII: “Don’t let idiots ruin your day.”
______ lucha contra mí sutilmente para poder liberarse de mi agarre, pero no la dejo y no voy a dejarla, tiro de su brazo y la rodeo por la cintura. Siento su suspiro ahogado y deja de luchar por salir de allí, agacha su cabeza y junta entrelaza sus manos dejándolas colgar sobre su vientre, su cabello le cae en el rostro formando un escudo protector que no deja a nadie ver sus facciones.
—Eres un grosero —dice Becca con enojo en sus palabras.
—La única grosera aquí eres tú. —Aprieto los dientes—. Ignoras a la gente y hablas por encima de todos. No eres mejor que nadie, Becca.
—Cállate, Justin.
Los hombros de ______ se sacuden violentamente haciéndome entender que está llorando. Mi corazón late desbocado. Siento demasiada impotencia acumulada que podría darle un puñetazo a Becca, pero se ha salvado por ser mujer.
—Ya, _____ —murmuro mirándola.
Muevo mi mano para correr su cabello que cae sobre su rostro, pero ella manotea mi mano y me aparta de su lado moviéndose unos centímetros.
—Tú la defiendes como si lo fuera todo para ti, fíjate que no eres nada para ella —dice Becca entre dientes—. Ni siquiera sabe agradecerte que la liberes de la gente que la ignora.
—Cállate, Becca —digo sorprendentemente tranquilo—. _____, ven aquí.
La campana da por finalizado el receso y todos comienzan a moverse por el patio de a poco. ______ se seca las lágrimas y voltea dándome la espalda. Becca sonríe amargamente.
—Justin…
—Dije que te calles, Becca —grito—. No quiero escucharte.
Ella se queda callada porque mi advertencia ha sido muy en serio. Mis ojos centellan de furia y mi corazón late con fuerza en mi pecho. ______ se empieza a alejar despacio perdiéndose entre los demás estudiantes. Estoy seguro de que me debe estar odiando.
—No tienes por qué ser así con Becca —dice Ryan pasando por mi lado.
Becca comienza a caminar por delante de Ryan y apresura su paso para perdernos de vista, más a mí que nadie.
—Ella no tiene por qué ser así con _____ —le digo a Ryan alcanzándolo.
Chaz se coloca a mí lado para caminar por los pasillos del colegio entre taquillas de ambos lados.
—Yo te entiendo, bro —me palmea la espalda—. Becca no se portó bien con _____ y sé que tú la quieres demasiado como para verla sufrir.
Llego al salón junto a los chicos y nuevamente soy el centro de atención de las miradas matadoras. Comienzo a pensar que en estas semanas he ganado demasiados enemigos, pero no me importa en lo absoluto cuando sé que tengo a la mejor amiga del mundo, _______. Me siento al lado de _____, ella tiene la cabeza entre sus manos y su cabello aún le cubre el rostro. No digo nada, no quiero empeorar las cosas aún más.
Pasan unos pocos minutos cuando el profesor llega a la clase y comienza a explicar. Pero no me sorprende en lo absoluto no entender este tema nuevo de Biología, lo que realmente me sorprende es que mi chica invisible esté recostada en el banco con la cabeza entre sus brazos. La miro por unos segundos, mientras nadie más nos presta atención.
—_____ —la llamo.
Ella ni siquiera se mueve. Por un momento llego a pensar que quizá se ha quedado profundamente dormida. Pero es imposible porque respira como siempre, no uniformemente como cuando una persona está dormida. Entonces paso mi brazo por sobre sus hombros y recuesto mi cabeza a su lado.
Sus hombros se tensan notoriamente, pero cuando la beso cerca de la oreja, se relaja. Acerco mi silla un poco más a ella y vuelvo a besarla cerca de la oreja.
—¿Estás bien?
Hace un ruido con la garganta un poco parecido a un gruñido y me pateo mentalmente por haber hecho esa maldita pregunta. Claro que no está bien y no debería haber preguntado de esa manera.
—¿Quieres contarme? —Pregunto suavemente. Niega lentamente con la cabeza—. ¿Segura? —Esta vez asiente—. ¿Estás enojada conmigo?
—No —dice con voz rota.
¿Está llorando?
—______ —la llamo—, mírame.
Niega lentamente con la cabeza confirmando mi teoría. Está llorando y ha sido tan silenciosa como un ratón para que nadie se diera cuenta.
En el segundo receso decidimos quedarnos dentro del salón para no encontrarnos con nadie más. A pesar de que he pensado que ______ estaba enojada u ofendida conmigo, no he estado ni cerca. Hasta me ha agradecido y reído de la cara de Becca cuando la llamé perra.
—¿Crees que va a dejar de hacer eso?
—No lo sé. —Me encojo de hombros—. Lo que si sé con certeza es que no se va a acercar a nosotros dos juntos nunca más.
Se ríe levemente y verla así me provoca ternura. Está apoyada sobre sus brazos cruzados sobre la mesa y me observa de lado.
—Quiero contarte algo —me dice sigilosamente.
—Dime. —Observo a la puerta del salón para asegurarme de que allí no hay nadie.
—Anoche no hice eso —dice arrugando la nariz.
Una pequeña sonrisa asoma en mis labios y no la escondo en lo absoluto.
—Es un progreso, ¿cierto?
—Claro que lo es —le digo asintiendo.
—Anoche cuando me bañé me hizo mal ver todas esas marcas —admite. Cierra los ojos un momento como si algo le hubiera dolido—. Me gustaría poder cortarme y que desaparezcan en pocos minutos. No me gusta ver los cortes.
—¿Por eso los cubres siempre? —Frunzo el ceño.
—Por eso y porque no quiero que nadie más sepa.
Trago con fuerza y relajo mis hombros, observo nuevamente a la puerta del salón para no encontrarme con nadie ni nada, solo una parte del pasillo vacío.
—¿No te gusta hablar conmigo de esto? —Me pregunta inocentemente.
—Lo que no me gusta es que te hagas daño.
—Justin —dice alargando mi nombre como en una advertencia —, no comiences.
—Ya, está bien —digo y luego bostezo—. Hazme un favor, ¿quieres?
Asiente levemente con la cabeza y se muerde el labio inferior.
—No dejes que Becca te arruine la hermosa sonrisa que llevabas más temprano.
Sonríe dulcemente y la alegría llega a sus ojos. Como si se avergonzara, esconde el rostro entre sus brazos a la vez que larga una pequeña carcajada. Me muerdo el interior de la mejilla mientras pienso si se habrá sonrojado y de repente me siento como un estúpido. En realidad sé qué es eso que me hace pensar en ella sonrojada, pero sacudo la cabeza porque no quiero que ocurra. Ella no sabe dejarse querer, menos podría dejarse amar.
Al final del día ________ se despide de mi con la mano y una tierna sonrisa después de haberse negado a dejarme llevarla hasta su casa en mi moto. Me voy a casa pensando en la cantidad de cosas que han ocurrido en solo seis horas y pensando si habrá una ______ así todos los días. Pensando qué sería de ______ si la gente no la hubiera lastimado como lo ha hecho durante estos últimos años.
Cuando me voy a dormir esa noche, después de haber cenado solo porque mamá tenía una cita casi nocturna con su psicólogo, me doy cuenta de lo importante que es valorar la vida, de lo mucho que daría para que ella sea feliz. Porque siempre hay algo peor que nuestra historia, siempre hay algo que nos hace abrir los ojos y darnos cuenta de que con nuestra experiencia podemos ayudar a alguien que nos necesita, aunque sea alguien que quizá hayamos visto una sola vez en la vida.
Nadie nunca va a poder entender a ______, nadie nunca va a ponerse en su lugar de la manera en que lo hago yo. Nadie entiende lo que me provoca verla llorar, lo mal que me pone no poder frenar sus cortes. Nadie nunca va a saber lo que se siente sufrir día tras día porque la sociedad encuentra solo tus defectos, porque tu familia no sabe lo que es valorarte un poco. Nadie, absolutamente nadie de este mundo roto va a poder entender lo que siente ella al lastimarse. Ni siquiera ella sabe porqué lo hace o porqué quiere hacerlo, solo sabe que le duele menos que los insultos de los demás, que es menos doloroso cortarse las muñecas que escuchar a la sociedad. Pero lo que nadie nunca va a entender es lo que yo siento al ver sus cortes. No es lastima, no es pena. Ni yo sé porqué me duele tanto que a ella la duela tanto. Solo la veo con esos cortes por todos lados y el corazón llega a mi boca, porque la quiero y quiero verla bien. Porque ella significa demasiado para mí, aunque ella siempre diga que no es lo suficientemente buena para nadie.
----
Me encantaría que me digan cuál ha sido su parte favorita de estos 33 capítulos (https://twitter.com/OfficialLadyB) se los agradecería. Las amo mucho mis LeilaLovers(?. http://ask.fm/LeilaaVargas ASK ME.
Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
“Invisible”
Capítulo XXXIV: “Mereces a alguien que te saque sonrisas, no lágrimas.”
El miércoles amanece lloviendo en Atlanta. Los vidrios de las ventanas están completamente empañados, tengo las mantas hasta la garganta y los ojos cerrados. Mi mamá golpea mi puerta y la abre sin pedir permiso, me avisa que ella va a llevarme al colegio antes de irse a trabajar y luego pasa por mí a la salida.
Me siento en el borde de la cama y con mis manos en puños refriego mis ojos adormilados. Bostezo y apago el segundo aviso de la alarma de mi móvil. Me pongo de pie y voy al baño para darme un ducha y hacer mis necesidades. Los ojos aún los tengo completamente densos y agotados, cuando salgo de la ducha. Me abrigo bien para no pescar un resfriado y bajo a desayunar.
—Justin, tienes el cabello mojado —me reprende mi mamá.
Ruedo los ojos y alzo los hombros restándole importancia a su tono de advertencia. Me cuida demasiado y ya casi soy mayor de edad.
—Ya se seca, mamá —digo. Me siento en una banqueta mientras bostezo.
Mi mamá coloca una taza de café humeante frente a mí y yo le agradezco con una tierna sonrisa. Siempre me ha gustado que mamá fuera tan dulce y tierna conmigo. Desde que tengo memoria que vivimos solos y juntos, porque cuando mamá y papá se separaron, yo me quedé con ella ya que era un simple bebé de diez meses. Eso no quita que papá me haya visitado, pero aún así siempre viví con mamá, dormíamos juntos hasta que cumplí los diez años y comencé a avergonzarme de dormir en la misma habitación que mi mamá cuando mis amigos venían a casa a jugar. Antes éramos tres, pero desde que mi perrito murió, solo somos nosotros dos.
—¿Cómo está ______? —Me pregunta mi mamá con una sonrisa.
Sé por donde va la conversación y que rumbo quiere ella que tome.
—Bien, supongo.
Eso me recuerda que ella camina de ida y vuelta al colegio, quizá necesite que alguien la lleve o simplemente, no asistirá. Saco mi móvil del bolsillo y marco su número. Apagado y me manda directamente a la casilla de mensajes.
Salimos de casa bajo la protección del techo del automóvil negro de mi mamá. Ella no para de hablar mientras vamos de camino al colegio, yo simplemente le respondo con monosílabos mientras juego al “BrickBreaker” que nuevamente me tiene cansado porque no puedo superar mi puntaje máximo.
—Aquí estamos —dice mamá estacionando frente al colegio. Abro la puerta y el frío me congela las manos. Le beso la mejilla a mi mamá. —Que tengas un buen día, mi amor.
—Igualmente, ma. —Me bajo del auto y corro a la entrada para no empaparme.
En la puerta del colegio hay un gran cartón para que cada uno refriegue sus zapatillas llenas de barro y no ensucie el pasillo, pero naturalmente este está todo embadurnado en barro y hojas mojadas.
—Hola, bro. —Chaz me palmea la espalda.
—Hola. —Le regalo una sonrisa.
—Quiero hablarte de algo, ¿tienes tiempo?
—Claro. —Me encojo de hombros—. Vamos a mi taquilla mientras, ¿si?
Asiente y se frota ambas manos demostrando algo de nerviosismo. Me permito pensar que quizá necesita de mi ayuda para cubrir alguna estupidez de la que sus padres no deberían enterarse. Llegamos a mi taquilla y pongo la combinación para abrir la puerta verde. Chaz suspira.
—No vayas a enojarte, por favor —me dice.
—No puede ser tan malo. —Me río—¬. Cuéntame.
—Veras… —arrastra las palabras y comienza a ponerme nervioso a mí también—. ¿Viste tu amiga? ¿______?
Asiento levemente frunciendo el ceño porque no tengo idea de lo que va esto.
—Ella es linda. —Claro que lo es, idiota—. Y verás, creo que me gusta un poco —me dice. Frunzo el ceño y me apoyo de costado en la taquilla para verlo. Él traga saliva—. ¿A ti también te gusta?
—¿Qué quieres decirme? —Intento no sonar tan enfadado.
—Quiero invitarla a salir, pero no creo que diga que sí a la primera, ¿entiendes?
—Entonces necesitas mi ayuda, ¿es eso?
Asiente lentamente y se mete las manos en los bolsillos del vaquero desgastado que lleva puesto.
—A ver si entendí. —Cierro la puerta de mi taquilla y me cuelgo la mochila al hombro nuevamente—. Quieres salir con _______ porque crees que te gusta y necesitas que yo te ayude.
—Eso mismo, JB.
—¿Cómo tendría que ayudarte?
—Diciéndole cosas lindas sobre mí, como que soy bueno en la cama, como que digo cosas dulces y hago regalos lindos.
¿Pretende acostarse con ella?
—Chaz, hermano. —Mis labios forman una fina línea—. Primero, si tuviera que ayudarte con una chica, no le diría que eres bueno en la cama porque nos clasificarían como maricas, ¿entiendes eso?
Mi amigo larga una risotada y aprieta mi hombro con su mano derecha.
—¿Me ayudarás?
—Ni en un millón de años, Somers.
—¡Oye! ¿Por qué no?
-Porque ______ es mía, porque tiene demasiados problemas como para tener un novio ahora mismo, porque no quiere que nadie más entre en su vida, porque serías la primera persona en alejarte de ella si supieras de qué va su vida-
—Porque no.
Quita su mano de mi hombro y frunce el ceño.
—Voy a invitarla igual y si ella dice que si voy a estar orgulloso de venir a decirte que no necesité tu ayuda.
—Chaz, ella no necesita un novio ahora mismo.
—Yo no quiero ser su novio, quiero salir con ella. —Se encoge de hombros—. ¿Te pone tan celoso que ella me prefiera a mí?
Me río divertido y la campana retumbando en los pasillos corta mi risotada.
—No me pone celoso, solo no quiero que la lastimes.
—Ni que fuera tu hermana, Bieber —dice dándose la vuelta.
—Solo voy a aclararte que si llegas a lastimarla, no podrás volver a abrir los ojos por dos o tres semanas, que te quede claro, Somers.
Alza ambas manos y se ríe de mí. Maldito bastardo. Miro hacia atrás mío y veo como todos van caminando hacia sus salones, así que hago exactamente lo mismo. Entro cuando están casi todos dentro y hablando entre ellos. Siento la mirada de Becca en mi espalda, pero no me permito voltear a verla. ______ ocupa el mismo lugar de ayer.
—¿Puedo sentarme contigo? —Le pregunta Chaz tirando su mochila al lado de ella.
Mi chica invisible frunce el ceño y lo observa directamente a los ojos para luego negar con la cabeza lentamente.
—No seas tan mala onda —dice y se acomoda a su lado.
Quizá también haya un poco de celos entremezclados con el miedo que siento al saber que alguien podría lastimarla.
—Por favor, Chaz, vete —dice ella casi en un susurro.
Chaz se ríe y saca su libro para acomodarlo en la superficie de la mesa. ______ lo mira enojada y aprieta los dientes. Abre la boca para hablar cuando justo alza su mirada y me encuentra allí de pie contemplando la escena, me sonríe y se acomoda en la silla.
—¡Justin! —Dice con la sonrisa en sus labios.
Chaz alza la vista y cuando se encuentra conmigo frunce el ceño. Con la vista me pide que me largue de allí y lo deje con ella.
—Te estaba cuidando el lugar a mi lado, pero tenemos un intruso —me dice _____ con voz dulce. Chaz tensa la mandíbula y vuelve a guardar su libro.
—Maldito hijo de puta —dice a mi oído cuando pasa por mi lado golpeándome con el costado de su cuerpo.
_______ se ríe y me abraza cuando me siento a su lado.
—¿Qué quería aquel? —Pregunta sacando su cartuchera de su mochila.
—Está enamorado de ti o eso cree él.
Sus ojos se abren de una manera inusual y luego se ríe.
—¿De mí? Estás loco, no soy el tipo de chica que tiene enamorados.
—Pues los tienes, ______.
Ella me mira y frunce el ceño, pero la presencia de la profesora no le da tiempo a responderme.
Esta vez no parece como si la clase fuera interesante para ______, todo lo contrario. Ni siquiera está tomando apuntes del tema nuevo y me encuentro prestando hasta más atención que ella. Lo que antes usaba para tomar apuntes, ahora es una hoja llena de dibujos extraños en los bordes. Palabras, corazones, estrellas, laberintos y formas de colores rodean la hoja a rayas y la distraen a _______ de la explicación. Tiene los pies sobre el borde de la silla y el cuaderno apoyado en las rodillas enfundadas por unos vaqueros nevados.
—¿_____? —La llamo.
Me mira por el rabillo el ojo y vuelve a sus dibujos. Ni siquiera yo le parezco interesante en este momento.
—¿Estás escuchando a la profesora?
Niega con la cabeza y levanta la punta de la lapicera.
—No tengo ganas de estudiar —dice. Curva su labio inferior hacia afuera y luego deja el block de hojas sobre la superficie de madera de la mesa—. ¿Tú tienes ganas?
Niego con la cabeza y dejo escapar una leve risa.
—Yo nunca tengo ganas de estudiar, pero en ti me parece raro.
—Es que yo soy rara —dice encogiendo sus hombros y por un momento me permito pensar que quizá se ha ofendido, pero su mueca divertida me lleva a descartar esa posibilidad.
El resto de la clase sigue siendo exactamente lo mismo. _______ parece haberse tomado muy a pecho eso de no tener ganas de estudiar y yo encuentro interesante todo aquello que no me lleve a escuchar o ver a la profesora.
En una de mis vistas periféricas por todo el salón, me encuentro a Chaz observando a _______ que está a mi lado. Ella tiene la lengua afuera mientras va dando vuelta la hoja para dibujar algo desconocido para mí. Chaz la observa desde su banco más al frente y al costado, muy atentamente y busca su mirada, pero ella está enfrascada en su dibujo.
—¿Sabes qué significa tu nombre? —Escucho su voz a mi costado.
Frunzo el ceño y sacudo la cabeza para deshacerme de cualquier pensamiento anterior o referido a Chaz. Ella alza la mirada por sobre su hoja y me sonríe levemente.
—Llamando a tierra, Justin, ¿me oyes?
Asiento y le devuelvo la pequeña sonrisa.
—¿Sabes que significa tu nombre?
—¿El primero o el segundo?
—El primero —elige.
—No. —Me encojo de hombros.
Ella rueda sus ojos y deja escapar una risa casi sin sonido.
—¿Y el segundo?
—Tampoco.
Me mira con la boca entreabierta y deja escapar una risita. Su block se alza unos centímetros por sobre su cabeza y lo estampa en mi frente. Pego un grito ahogado y me llevo la mano a la cabeza.
—Ei, perra.
—¡Bieber! —Me llama con un grito la profesora.
Volteo de repente y caigo en la cuenta de que estoy en clase. Si, estoy en clase. Mis compañeros nos miran a nosotros dos muy divertidos y algunos se cubren la boca para no dejar escapar una risotada burlesca. Por el rabillo del ojo veo como _______ se tapa la cara con el block de hojas. Contengo la risa y bajo la mirada mientras me muerdo el labio inferior.
—Disculpe, profesora —dice ______ detrás del block.
—Señorita Miller y señor Bieber, salgan del salón.
—Per… —dice ______, pero se queda callada. Me empuja despacio y yo intento no reírme—. Vamos, Justin —susurra.
Me pongo de pie y comienzo a caminar por el pasillo.
—Espero no tengan planes para el sábado por la mañana, alumnos —nos dice.
_______ se cubre el rostro con el block de hojas mientras me sigue por el pasillo. Se lleva por delante una que otra mochila en el suelo, hasta que tropieza con la profesora y ella le quita el block de la mano. La tomo por el codo y abro la puerta para sacarla al pasillo. Salgo detrás de ella y de repente se cubre la cara.
—Maldita sea, voy a morir.
Me río despacio y giro para ver por la pequeña ventanita de la puerta que da al salón. La profesora está frente a todos hablando muy seriamente.
—______, solo será una detención.
—Voy a morir. —Sigue con sus manos cubriendo su rostro por completo.
—No es nada, ______ —digo y volteo a verla.
Sus manos se deslizan por sus mejillas llevándose el maquillaje hacia abajo y estirando sus ojos. Pega un grito ahogado y frustrado y pronto tengo uno de sus puños golpeándome repetitivamente el brazo.
—Eres una puta mala influencia.
No puedo contener la risa mientras intento apartarla de mí.
—¿Es mi culpa, _____? —La empujo, pero ella vuelve como si estuviera atada con elástico—. Ya, deja, deja.
—Puto, puto, puto. —Su puño golpea mii brazo una y otra y otra vez.
Dejo las defensas bajas y la dejo golpearme hasta que se cansa y se detiene. Se apoya en la pared y se desliza hasta el suelo.
—Puto.
—¿Acabaste?
—Si —bufa.
Me siento a su lado en el suelo rozando su hombro con el mío.
—No es tu culpa, solo que estaba molesta —me dice apretando los dientes.
—Yo sé. Es tu culpa por golpearme.
—Nunca había hecho algo así en clase —admite.
—No es tan grave.
—Yo sé —me dice observándome—. Pero no quiero ir a detención, niñito.
—¿Niñito?
—Bueno, bueno, ya —dice enojada.
Al darme cuenta de que no me conviene hablarle, me quedo completamente callado para no fastidiarla.
—¿Vamos a morir aquí sentados?
—No, ______. Solo vamos a esperar que toque la campana y luego, luego tendremos que buscar el pase para detención.
—Maldita sea mi puta vida.
—Esto es divertido —digo ladeando la cabeza—. No reniegues de todo.
—Nunca he ido a detención, Justin —me dice con tono firme.
—Bueno, siempre hay una primera vez para todo. —Me encojo de hombros.
—Está bien, voy a ser más positiva, Juss —dice mirando al suelo. Golpea mi brazo de nuevo—. Sigues siendo puto.
Paso un brazo por encima de sus hombros y la atraigo a mí. La campana no debe tardar en sonar para dejarnos ir a por nuestros pases.
Capítulo XXXIV: “Mereces a alguien que te saque sonrisas, no lágrimas.”
El miércoles amanece lloviendo en Atlanta. Los vidrios de las ventanas están completamente empañados, tengo las mantas hasta la garganta y los ojos cerrados. Mi mamá golpea mi puerta y la abre sin pedir permiso, me avisa que ella va a llevarme al colegio antes de irse a trabajar y luego pasa por mí a la salida.
Me siento en el borde de la cama y con mis manos en puños refriego mis ojos adormilados. Bostezo y apago el segundo aviso de la alarma de mi móvil. Me pongo de pie y voy al baño para darme un ducha y hacer mis necesidades. Los ojos aún los tengo completamente densos y agotados, cuando salgo de la ducha. Me abrigo bien para no pescar un resfriado y bajo a desayunar.
—Justin, tienes el cabello mojado —me reprende mi mamá.
Ruedo los ojos y alzo los hombros restándole importancia a su tono de advertencia. Me cuida demasiado y ya casi soy mayor de edad.
—Ya se seca, mamá —digo. Me siento en una banqueta mientras bostezo.
Mi mamá coloca una taza de café humeante frente a mí y yo le agradezco con una tierna sonrisa. Siempre me ha gustado que mamá fuera tan dulce y tierna conmigo. Desde que tengo memoria que vivimos solos y juntos, porque cuando mamá y papá se separaron, yo me quedé con ella ya que era un simple bebé de diez meses. Eso no quita que papá me haya visitado, pero aún así siempre viví con mamá, dormíamos juntos hasta que cumplí los diez años y comencé a avergonzarme de dormir en la misma habitación que mi mamá cuando mis amigos venían a casa a jugar. Antes éramos tres, pero desde que mi perrito murió, solo somos nosotros dos.
—¿Cómo está ______? —Me pregunta mi mamá con una sonrisa.
Sé por donde va la conversación y que rumbo quiere ella que tome.
—Bien, supongo.
Eso me recuerda que ella camina de ida y vuelta al colegio, quizá necesite que alguien la lleve o simplemente, no asistirá. Saco mi móvil del bolsillo y marco su número. Apagado y me manda directamente a la casilla de mensajes.
Salimos de casa bajo la protección del techo del automóvil negro de mi mamá. Ella no para de hablar mientras vamos de camino al colegio, yo simplemente le respondo con monosílabos mientras juego al “BrickBreaker” que nuevamente me tiene cansado porque no puedo superar mi puntaje máximo.
—Aquí estamos —dice mamá estacionando frente al colegio. Abro la puerta y el frío me congela las manos. Le beso la mejilla a mi mamá. —Que tengas un buen día, mi amor.
—Igualmente, ma. —Me bajo del auto y corro a la entrada para no empaparme.
En la puerta del colegio hay un gran cartón para que cada uno refriegue sus zapatillas llenas de barro y no ensucie el pasillo, pero naturalmente este está todo embadurnado en barro y hojas mojadas.
—Hola, bro. —Chaz me palmea la espalda.
—Hola. —Le regalo una sonrisa.
—Quiero hablarte de algo, ¿tienes tiempo?
—Claro. —Me encojo de hombros—. Vamos a mi taquilla mientras, ¿si?
Asiente y se frota ambas manos demostrando algo de nerviosismo. Me permito pensar que quizá necesita de mi ayuda para cubrir alguna estupidez de la que sus padres no deberían enterarse. Llegamos a mi taquilla y pongo la combinación para abrir la puerta verde. Chaz suspira.
—No vayas a enojarte, por favor —me dice.
—No puede ser tan malo. —Me río—¬. Cuéntame.
—Veras… —arrastra las palabras y comienza a ponerme nervioso a mí también—. ¿Viste tu amiga? ¿______?
Asiento levemente frunciendo el ceño porque no tengo idea de lo que va esto.
—Ella es linda. —Claro que lo es, idiota—. Y verás, creo que me gusta un poco —me dice. Frunzo el ceño y me apoyo de costado en la taquilla para verlo. Él traga saliva—. ¿A ti también te gusta?
—¿Qué quieres decirme? —Intento no sonar tan enfadado.
—Quiero invitarla a salir, pero no creo que diga que sí a la primera, ¿entiendes?
—Entonces necesitas mi ayuda, ¿es eso?
Asiente lentamente y se mete las manos en los bolsillos del vaquero desgastado que lleva puesto.
—A ver si entendí. —Cierro la puerta de mi taquilla y me cuelgo la mochila al hombro nuevamente—. Quieres salir con _______ porque crees que te gusta y necesitas que yo te ayude.
—Eso mismo, JB.
—¿Cómo tendría que ayudarte?
—Diciéndole cosas lindas sobre mí, como que soy bueno en la cama, como que digo cosas dulces y hago regalos lindos.
¿Pretende acostarse con ella?
—Chaz, hermano. —Mis labios forman una fina línea—. Primero, si tuviera que ayudarte con una chica, no le diría que eres bueno en la cama porque nos clasificarían como maricas, ¿entiendes eso?
Mi amigo larga una risotada y aprieta mi hombro con su mano derecha.
—¿Me ayudarás?
—Ni en un millón de años, Somers.
—¡Oye! ¿Por qué no?
-Porque ______ es mía, porque tiene demasiados problemas como para tener un novio ahora mismo, porque no quiere que nadie más entre en su vida, porque serías la primera persona en alejarte de ella si supieras de qué va su vida-
—Porque no.
Quita su mano de mi hombro y frunce el ceño.
—Voy a invitarla igual y si ella dice que si voy a estar orgulloso de venir a decirte que no necesité tu ayuda.
—Chaz, ella no necesita un novio ahora mismo.
—Yo no quiero ser su novio, quiero salir con ella. —Se encoge de hombros—. ¿Te pone tan celoso que ella me prefiera a mí?
Me río divertido y la campana retumbando en los pasillos corta mi risotada.
—No me pone celoso, solo no quiero que la lastimes.
—Ni que fuera tu hermana, Bieber —dice dándose la vuelta.
—Solo voy a aclararte que si llegas a lastimarla, no podrás volver a abrir los ojos por dos o tres semanas, que te quede claro, Somers.
Alza ambas manos y se ríe de mí. Maldito bastardo. Miro hacia atrás mío y veo como todos van caminando hacia sus salones, así que hago exactamente lo mismo. Entro cuando están casi todos dentro y hablando entre ellos. Siento la mirada de Becca en mi espalda, pero no me permito voltear a verla. ______ ocupa el mismo lugar de ayer.
—¿Puedo sentarme contigo? —Le pregunta Chaz tirando su mochila al lado de ella.
Mi chica invisible frunce el ceño y lo observa directamente a los ojos para luego negar con la cabeza lentamente.
—No seas tan mala onda —dice y se acomoda a su lado.
Quizá también haya un poco de celos entremezclados con el miedo que siento al saber que alguien podría lastimarla.
—Por favor, Chaz, vete —dice ella casi en un susurro.
Chaz se ríe y saca su libro para acomodarlo en la superficie de la mesa. ______ lo mira enojada y aprieta los dientes. Abre la boca para hablar cuando justo alza su mirada y me encuentra allí de pie contemplando la escena, me sonríe y se acomoda en la silla.
—¡Justin! —Dice con la sonrisa en sus labios.
Chaz alza la vista y cuando se encuentra conmigo frunce el ceño. Con la vista me pide que me largue de allí y lo deje con ella.
—Te estaba cuidando el lugar a mi lado, pero tenemos un intruso —me dice _____ con voz dulce. Chaz tensa la mandíbula y vuelve a guardar su libro.
—Maldito hijo de puta —dice a mi oído cuando pasa por mi lado golpeándome con el costado de su cuerpo.
_______ se ríe y me abraza cuando me siento a su lado.
—¿Qué quería aquel? —Pregunta sacando su cartuchera de su mochila.
—Está enamorado de ti o eso cree él.
Sus ojos se abren de una manera inusual y luego se ríe.
—¿De mí? Estás loco, no soy el tipo de chica que tiene enamorados.
—Pues los tienes, ______.
Ella me mira y frunce el ceño, pero la presencia de la profesora no le da tiempo a responderme.
Esta vez no parece como si la clase fuera interesante para ______, todo lo contrario. Ni siquiera está tomando apuntes del tema nuevo y me encuentro prestando hasta más atención que ella. Lo que antes usaba para tomar apuntes, ahora es una hoja llena de dibujos extraños en los bordes. Palabras, corazones, estrellas, laberintos y formas de colores rodean la hoja a rayas y la distraen a _______ de la explicación. Tiene los pies sobre el borde de la silla y el cuaderno apoyado en las rodillas enfundadas por unos vaqueros nevados.
—¿_____? —La llamo.
Me mira por el rabillo el ojo y vuelve a sus dibujos. Ni siquiera yo le parezco interesante en este momento.
—¿Estás escuchando a la profesora?
Niega con la cabeza y levanta la punta de la lapicera.
—No tengo ganas de estudiar —dice. Curva su labio inferior hacia afuera y luego deja el block de hojas sobre la superficie de madera de la mesa—. ¿Tú tienes ganas?
Niego con la cabeza y dejo escapar una leve risa.
—Yo nunca tengo ganas de estudiar, pero en ti me parece raro.
—Es que yo soy rara —dice encogiendo sus hombros y por un momento me permito pensar que quizá se ha ofendido, pero su mueca divertida me lleva a descartar esa posibilidad.
El resto de la clase sigue siendo exactamente lo mismo. _______ parece haberse tomado muy a pecho eso de no tener ganas de estudiar y yo encuentro interesante todo aquello que no me lleve a escuchar o ver a la profesora.
En una de mis vistas periféricas por todo el salón, me encuentro a Chaz observando a _______ que está a mi lado. Ella tiene la lengua afuera mientras va dando vuelta la hoja para dibujar algo desconocido para mí. Chaz la observa desde su banco más al frente y al costado, muy atentamente y busca su mirada, pero ella está enfrascada en su dibujo.
—¿Sabes qué significa tu nombre? —Escucho su voz a mi costado.
Frunzo el ceño y sacudo la cabeza para deshacerme de cualquier pensamiento anterior o referido a Chaz. Ella alza la mirada por sobre su hoja y me sonríe levemente.
—Llamando a tierra, Justin, ¿me oyes?
Asiento y le devuelvo la pequeña sonrisa.
—¿Sabes que significa tu nombre?
—¿El primero o el segundo?
—El primero —elige.
—No. —Me encojo de hombros.
Ella rueda sus ojos y deja escapar una risa casi sin sonido.
—¿Y el segundo?
—Tampoco.
Me mira con la boca entreabierta y deja escapar una risita. Su block se alza unos centímetros por sobre su cabeza y lo estampa en mi frente. Pego un grito ahogado y me llevo la mano a la cabeza.
—Ei, perra.
—¡Bieber! —Me llama con un grito la profesora.
Volteo de repente y caigo en la cuenta de que estoy en clase. Si, estoy en clase. Mis compañeros nos miran a nosotros dos muy divertidos y algunos se cubren la boca para no dejar escapar una risotada burlesca. Por el rabillo del ojo veo como _______ se tapa la cara con el block de hojas. Contengo la risa y bajo la mirada mientras me muerdo el labio inferior.
—Disculpe, profesora —dice ______ detrás del block.
—Señorita Miller y señor Bieber, salgan del salón.
—Per… —dice ______, pero se queda callada. Me empuja despacio y yo intento no reírme—. Vamos, Justin —susurra.
Me pongo de pie y comienzo a caminar por el pasillo.
—Espero no tengan planes para el sábado por la mañana, alumnos —nos dice.
_______ se cubre el rostro con el block de hojas mientras me sigue por el pasillo. Se lleva por delante una que otra mochila en el suelo, hasta que tropieza con la profesora y ella le quita el block de la mano. La tomo por el codo y abro la puerta para sacarla al pasillo. Salgo detrás de ella y de repente se cubre la cara.
—Maldita sea, voy a morir.
Me río despacio y giro para ver por la pequeña ventanita de la puerta que da al salón. La profesora está frente a todos hablando muy seriamente.
—______, solo será una detención.
—Voy a morir. —Sigue con sus manos cubriendo su rostro por completo.
—No es nada, ______ —digo y volteo a verla.
Sus manos se deslizan por sus mejillas llevándose el maquillaje hacia abajo y estirando sus ojos. Pega un grito ahogado y frustrado y pronto tengo uno de sus puños golpeándome repetitivamente el brazo.
—Eres una puta mala influencia.
No puedo contener la risa mientras intento apartarla de mí.
—¿Es mi culpa, _____? —La empujo, pero ella vuelve como si estuviera atada con elástico—. Ya, deja, deja.
—Puto, puto, puto. —Su puño golpea mii brazo una y otra y otra vez.
Dejo las defensas bajas y la dejo golpearme hasta que se cansa y se detiene. Se apoya en la pared y se desliza hasta el suelo.
—Puto.
—¿Acabaste?
—Si —bufa.
Me siento a su lado en el suelo rozando su hombro con el mío.
—No es tu culpa, solo que estaba molesta —me dice apretando los dientes.
—Yo sé. Es tu culpa por golpearme.
—Nunca había hecho algo así en clase —admite.
—No es tan grave.
—Yo sé —me dice observándome—. Pero no quiero ir a detención, niñito.
—¿Niñito?
—Bueno, bueno, ya —dice enojada.
Al darme cuenta de que no me conviene hablarle, me quedo completamente callado para no fastidiarla.
—¿Vamos a morir aquí sentados?
—No, ______. Solo vamos a esperar que toque la campana y luego, luego tendremos que buscar el pase para detención.
—Maldita sea mi puta vida.
—Esto es divertido —digo ladeando la cabeza—. No reniegues de todo.
—Nunca he ido a detención, Justin —me dice con tono firme.
—Bueno, siempre hay una primera vez para todo. —Me encojo de hombros.
—Está bien, voy a ser más positiva, Juss —dice mirando al suelo. Golpea mi brazo de nuevo—. Sigues siendo puto.
Paso un brazo por encima de sus hombros y la atraigo a mí. La campana no debe tardar en sonar para dejarnos ir a por nuestros pases.
Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
“Invisible”
Capítulo XXXV: “A veces debemos dejar que los demás hagan cosas por nosotros, sino nunca sabremos si les importamos o no.”
Esperamos allí sentados hasta que suena la campana y luego nos ponemos de pie juntos para caminar hasta la secretaria del colegio. La chica con un rodete rojizo y los ojos claros nos mira con una cara amargada y malhumorada, tienes leves bolsas grises bajo los ojos y pregunta lo ocurrido para poder escribir en el papel.
—Sábado a las nueve de la mañana —dice viéndome a mí.
______ se limita a apoyar los codos sobre el escritorio y darse la vuelta para observar a su alrededor mientras yo pongo la cara y hablo por los dos. Recibo el papel y tomo a mi amiga por el codo para sacarla de allí.
—¿Qué ocurre si no vengo?
—Te meterás en más problemas de los que ya tienes.
Su boca forma una perfecta O y me sigue por el largo pasillo del colegio. Cuando dos chicas caminan enfrente nuestro dirigiéndose por el pasillo al contrario de nuestro camino, ella me toma por el brazo y entrelaza nuestros antebrazos pegando su rostro en el costado de mi cuerpo. Las dos chicas se quedan en silencio al pasar por al lado nuestro y observan a ________, ella se intenta esconder un poco más detrás de mí como si eso fuera posible.
—Son unas malditas perras —murmura.
—Lo vi en sus rostros.
—El año pasado me dejaron encerrada en uno de los cubículos individuales del baño.
¿Cómo puede existir tanta gente dañina en el mundo?
La sonrisa de _______ ha desaparecido por hoy. No le gusta nada la idea de tener que quedarse en detención el sábado por la mañana, no sabe qué es portarse mal, hacer estupideces.
—¿En qué te vas? —Le pregunto mirando mi reloj.
Ella alza la vista de su block rayado con apuntes de la última clase y sus ojos se encuentran con los míos. Están vacíos, tristes.
—Caminando —responde y desvía la vista.
Mi reloj marca la hora exacta de la salida y la campana suena dejando en silencio al profesor y llenando el salón de actividad apresurada. Cada uno se prepara rápidamente y comienza a salir por la puerta del salón mientras entablan una conversación. ______ guarda sus cosas en silencio y se cubre las muñecas con la manga de su campera antes de esquivarme para salir del salón. Guardo mi cartuchera y cierro la mochila de un tirón para correr fuera del salón. _______ me espera parada en la puerta.
—¿Quieres que te lleve a tu casa? Mamá viene a buscarme porque está lloviendo, ya saber.
—Ow, Justin y su mami.
Frunzo las cejas y la fulmino con la mirada. Comenzamos a caminar por el pasillo atestado de alumnos.
—¿Quieres o no?
—No, gracias —dice casi en un susurro—. Puedo irme como he venido. Tengo un impermeable en la mochila.
—Ni lo sueñes. —Niego con la cabeza—. Si le digo a mamá que te acerquemos a tu casa, va a decir que sí.
—No quiero ser una molestia, Justin. —Rueda los ojos. Engancha su brazo con el mío por la parte interior de nuestros codos y se afirma en mí—. Siempre que llueve te haces cargo de mí, la última vez tuviste problemas.
—Le pregunto, si ella dice que no, es no —le digo—. Pero sabes que no va a negarse.
—No, no, Justin. —Ladea la cabeza para observarme cuando llegamos a la entrada embarrada del edificio—. Puedo caminar.
—Vas a enfermarte.
—Pareces una mamá —dice casi riendo—. No necesito que me cuides, puedo hacerlo sola.
—Si tú dices. —Ruedo los ojos. Mi móvil vibra en mi bolsillo y lo saco lo más rápido que puedo. ______ deshace el agarre y se mete las manos en los bolsillos—. ¿Mamá?
—Estoy afuera, amor —dice dulcemente y me hace acordar la burla de ______.
—¿Podemos llevar a ______ hasta su casa?
Veo a mi amiga fruncir el ceño y negar con la cabeza. Hace amague de salir del edificio y la tomo por el codo.
—Claro, no hay problema.
—Voy para allá.
Finalizo la llamada e intento arrastrar a _______ conmigo. Ella tira de su brazo y se libera de mí.
—No, Justin —dice intentando calmarse—. Puedo caminar, en serio. No quiero que te preocupes por mí.
—Vamos, ______. —Me cruzo de brazos—. ¿Puedes aceptar ayuda una vez en tu vida?
—No quiero pelear contigo porque me sigues pareciendo puto.
Intenta sonreír, pero no le sale. Solo me demuestra lo vulnerable que es y que en serio no quiere pelear conmigo, por eso dice algo que desvíe el tema de conversación.
—Voy a estar bien. Si me quedo varada por allí o no puedo caminar porque me congelo, te llamo.
—Si no estás bien, me llamas —le digo señalándola con un dedo. Ella asiente rodando los ojos—. ¿Lo prometes?
Alza una ceja.
—No, yo no prometo.
—Entonces… Solo dime que lo harás.
—Lo haré.
Le doy un fugaz beso en la mejilla.
—Cuídate, _____ y me llamas cuando llegues a casa.
—Si, papá —dice burlándose de mí.
Le saco la lengua antes de salir del edificio e intentar divisar el auto de mamá. Allí está ella con el limpiaparabrisas encendido y las luces intermitentes del auto negro. Corro hasta ella y me subo en el asiento del copiloto.
—¿Y ______? —Me pregunta apenas cierro la puerta.
—La vienen a buscar —miento. No puedo decirle que es tan terca que va a caminar hasta su casa porque mi mamá es capaz de bajarse y buscarla—. ¿Vamos? Muero de hambre.
Capítulo XXXV: “A veces debemos dejar que los demás hagan cosas por nosotros, sino nunca sabremos si les importamos o no.”
Esperamos allí sentados hasta que suena la campana y luego nos ponemos de pie juntos para caminar hasta la secretaria del colegio. La chica con un rodete rojizo y los ojos claros nos mira con una cara amargada y malhumorada, tienes leves bolsas grises bajo los ojos y pregunta lo ocurrido para poder escribir en el papel.
—Sábado a las nueve de la mañana —dice viéndome a mí.
______ se limita a apoyar los codos sobre el escritorio y darse la vuelta para observar a su alrededor mientras yo pongo la cara y hablo por los dos. Recibo el papel y tomo a mi amiga por el codo para sacarla de allí.
—¿Qué ocurre si no vengo?
—Te meterás en más problemas de los que ya tienes.
Su boca forma una perfecta O y me sigue por el largo pasillo del colegio. Cuando dos chicas caminan enfrente nuestro dirigiéndose por el pasillo al contrario de nuestro camino, ella me toma por el brazo y entrelaza nuestros antebrazos pegando su rostro en el costado de mi cuerpo. Las dos chicas se quedan en silencio al pasar por al lado nuestro y observan a ________, ella se intenta esconder un poco más detrás de mí como si eso fuera posible.
—Son unas malditas perras —murmura.
—Lo vi en sus rostros.
—El año pasado me dejaron encerrada en uno de los cubículos individuales del baño.
¿Cómo puede existir tanta gente dañina en el mundo?
La sonrisa de _______ ha desaparecido por hoy. No le gusta nada la idea de tener que quedarse en detención el sábado por la mañana, no sabe qué es portarse mal, hacer estupideces.
—¿En qué te vas? —Le pregunto mirando mi reloj.
Ella alza la vista de su block rayado con apuntes de la última clase y sus ojos se encuentran con los míos. Están vacíos, tristes.
—Caminando —responde y desvía la vista.
Mi reloj marca la hora exacta de la salida y la campana suena dejando en silencio al profesor y llenando el salón de actividad apresurada. Cada uno se prepara rápidamente y comienza a salir por la puerta del salón mientras entablan una conversación. ______ guarda sus cosas en silencio y se cubre las muñecas con la manga de su campera antes de esquivarme para salir del salón. Guardo mi cartuchera y cierro la mochila de un tirón para correr fuera del salón. _______ me espera parada en la puerta.
—¿Quieres que te lleve a tu casa? Mamá viene a buscarme porque está lloviendo, ya saber.
—Ow, Justin y su mami.
Frunzo las cejas y la fulmino con la mirada. Comenzamos a caminar por el pasillo atestado de alumnos.
—¿Quieres o no?
—No, gracias —dice casi en un susurro—. Puedo irme como he venido. Tengo un impermeable en la mochila.
—Ni lo sueñes. —Niego con la cabeza—. Si le digo a mamá que te acerquemos a tu casa, va a decir que sí.
—No quiero ser una molestia, Justin. —Rueda los ojos. Engancha su brazo con el mío por la parte interior de nuestros codos y se afirma en mí—. Siempre que llueve te haces cargo de mí, la última vez tuviste problemas.
—Le pregunto, si ella dice que no, es no —le digo—. Pero sabes que no va a negarse.
—No, no, Justin. —Ladea la cabeza para observarme cuando llegamos a la entrada embarrada del edificio—. Puedo caminar.
—Vas a enfermarte.
—Pareces una mamá —dice casi riendo—. No necesito que me cuides, puedo hacerlo sola.
—Si tú dices. —Ruedo los ojos. Mi móvil vibra en mi bolsillo y lo saco lo más rápido que puedo. ______ deshace el agarre y se mete las manos en los bolsillos—. ¿Mamá?
—Estoy afuera, amor —dice dulcemente y me hace acordar la burla de ______.
—¿Podemos llevar a ______ hasta su casa?
Veo a mi amiga fruncir el ceño y negar con la cabeza. Hace amague de salir del edificio y la tomo por el codo.
—Claro, no hay problema.
—Voy para allá.
Finalizo la llamada e intento arrastrar a _______ conmigo. Ella tira de su brazo y se libera de mí.
—No, Justin —dice intentando calmarse—. Puedo caminar, en serio. No quiero que te preocupes por mí.
—Vamos, ______. —Me cruzo de brazos—. ¿Puedes aceptar ayuda una vez en tu vida?
—No quiero pelear contigo porque me sigues pareciendo puto.
Intenta sonreír, pero no le sale. Solo me demuestra lo vulnerable que es y que en serio no quiere pelear conmigo, por eso dice algo que desvíe el tema de conversación.
—Voy a estar bien. Si me quedo varada por allí o no puedo caminar porque me congelo, te llamo.
—Si no estás bien, me llamas —le digo señalándola con un dedo. Ella asiente rodando los ojos—. ¿Lo prometes?
Alza una ceja.
—No, yo no prometo.
—Entonces… Solo dime que lo harás.
—Lo haré.
Le doy un fugaz beso en la mejilla.
—Cuídate, _____ y me llamas cuando llegues a casa.
—Si, papá —dice burlándose de mí.
Le saco la lengua antes de salir del edificio e intentar divisar el auto de mamá. Allí está ella con el limpiaparabrisas encendido y las luces intermitentes del auto negro. Corro hasta ella y me subo en el asiento del copiloto.
—¿Y ______? —Me pregunta apenas cierro la puerta.
—La vienen a buscar —miento. No puedo decirle que es tan terca que va a caminar hasta su casa porque mi mamá es capaz de bajarse y buscarla—. ¿Vamos? Muero de hambre.
Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
“Invisible”
Capítulo XXXVI: “Te quiero solo para mí.”
Llegamos a casa en menos de lo que canta un gallo. Dejo la mochila sobre el sofá y me divierto viendo como mamá corre a la cocina porque ha dejado el pollo dentro del horno y va a quemarse.
—¡Lo salvé! —Grita.
Me río divertido y me siento a la mesa. Enciendo el televisor y voy cambiando mientras espero que mamá venga con la comida. Mi móvil vibra dentro de mi bolsillo avisándome que tengo un texto por leer. Lo saco y una electricidad extraña recorre el vello de mis brazos cuando leo el nombre de ella en mi pantalla.
“Ya llegué, ¿más tranquilo?”
Frunzo el ceño mientras me quedo viendo fijamente el mensaje y lo releo lentamente. ¿Tan rápido? Es algo imposible que caminando ya haya llegado a su casa. O me está mintiendo o se ha ido en auto o algo parecido.
“¿Ya? ¿En serio?”
Presiono ‘Responder’ y aún con el ceño fruncido dejo el móvil al lado de mi plato. Mamá llega con una sonrisa y deja la bandeja en medio de la mesa.
—¿Puedes apagar? No me gusta el televisor prendido mientras comemos.
Le hago caso sin chistar, más por el hecho de que estoy pensando en algo más y no solo porque no quiero discutir. ¿Puede haber llegado tan rápido?
—¿Todo bien?
Asiento con la cabeza mientras le regalo una cálida sonrisa. Tomo la bandeja del pollo y me sirvo un trozo, luego me sirvo un poco de papas y vierto zumo de naranja en mi vaso.
—¿Cómo te ha ido hoy?
Parece que mi mamá se ha empeñado en tener una charla hoy mismo conmigo.
—Bien.
Y es cuando recuerdo la detención del sábado.
—Digamos que… —tuerzo el gesto—, tengo detención este sábado.
Mi mamá deja el tenedor mitad dentro del plato mitad fuera y junta sus manos entrelazando sus finos y largos dedos.
—¿Qué has hecho, Justin?
—Primero que nada, no es nada tan grave, solo que la profesora a veces puede ser un poco exagerada.
—Y tú puedes ser un tanto irritante, mi amor —me dice dulcemente fingiendo ternura—. ¿Qué hiciste, Justin?
—Estaba tonteando con _____, nada malo.
—Pero estabas en clase.
—Solo nos olvidamos que estábamos en clase o algo parecido, porque eso estaba muy aburrido y terminamos molestándonos.
Niega con la cabeza y toma su tenedor nuevamente. Sus ojos me examinan reprobatoriamente. Mi móvil vibra sobre la mesa y me sorprendo al darme cuenta lo rápida que ha sido mi mamá para alcanzarlo antes que yo.
—Cuando termines de comer puedes tontear todo lo que quieras con el móvil.
A veces tú también puedes ser un poco irritante, mamá. Reprimo las palabras y tomo mi cuchillo para cortar el pollo.
Cuando acabamos de comer en sumo silencio, mi mamá me devuelve el móvil y me pide que levante la mesa. Está enojada por lo de la detención el sábado, pero no puede castigarme porque sería lo más estúpido que podría hacer. Así que se limita a enojarse y quitarme el móvil durante el almuerzo.
“Me alcanzaron hasta mi casa”
Frunzo el ceño nuevamente y me muerdo el labio inferior para no decir una sarta de insultos impropios. Otro puede alcanzarla hasta su casa, pero yo no puedo hacerlo porque ella se pone en modo terca todo el tiempo que está conmigo. Dejo el móvil sobre la mesa y comienzo a juntar los platos y vasos para llevarlos a la cocina. Mi ceño aún está fruncido y por mi cabeza pasan un montón de gente posible que podría llevarla hasta su casa, pero nadie en concreto me cierra para ese papel. ______ no tiene muchos amigos y menos alguien que sepa donde vive, a excepción de mí. No voy a responderle, ahora yo puedo ser bien terco si me lo propongo.
Subo las escaleras dando zancadas y abro la puerta de mi habitación de un golpe. Dejo la mochila que he traído desde el comedor, sobre la cama y me siento en el escritorio a la vez que enciendo mi notebook. Tengo que esperar unos minutos para que el cacharro ese se encienda. Pase mi mirada por los papeles y libros sobre el escritorio y me quedo observando un block de hojas con la fotocopia del trabajo práctico de historia. Tenemos que terminar eso antes de que la profesora lo pida y nosotros no lo tengamos.
—Vamos, enciéndete más rápido.
La pantalla me pide la contraseña y in perder un segundo la escribo para luego darle a entrar y que aparezca mi foto con mis dos hermanos tomando un helado hace un par de meses. Conecto a internet y me meto a las redes sociales que más utilizo para luego olvidarme del tiempo y terminar pasándome dos horas ahí metido como un estúpido embobado. Mi móvil vibra sobre la superficie de madera del escritorio sacándome de mi estado de concentración frente de la pantalla.
“¿Justin?”
Un texto de ______ que indica que sabe que sabe que pasa algo porque no he respondido al mensaje anterior. Si, puedo afirmar que estoy celoso. Más le vale haya sido una mujer y no un hombre quien la haya llevado a casa.
Apago la notebook y la cierro mientras bufo sonoramente. Me pongo de pie tirando la silla hacia atrás haciendo un ruido innecesario. Mi mamá entra a la habitación con una pila de ropa mía y sin dirigirme la palabra la deja sobre mi escritorio y sale de allí. Tiro el móvil sobre la cama y me tiro de las puntas del cabello para descargar la energía frustrante acumulada en mí. El móvil vibra sobre el edredón y se mueve en la cama.
—¿Hola? —Pregunto sabiendo que es ella porque ya lo he leído en la pantalla.
—Justin —dice tranquilamente—, ¿estás bien? Te mandé un par de mensajes y no me has respondido.
—Si, todo bien. No me ha llegado nada tuyo —miento—. Quizá los has mandado a otro número.
—No lo creo, ¿me estás ignorando?
—Claro que no, ¿por qué lo haría?
Se queda callada unos segundos y me regala un suspiro largo. Su respiración se siente desde el otro lado de la línea indicándome que aún sigue allí y no ha colgado, pero si sigue así de callada voy a ser yo quién cuelgue la llamada.
—No lo sé, pero estoy segura de que los mensajes te los mandé a ti.
—Quizá simplemente no llegaron, ______. —Diciendo su nombre completo dejo en evidencia que si he estado ignorándola—. ¿Qué decían?
—Nada, olvídalo. Solo te había avisado que ya estaba en casa —dice y bufa—. ¿Desde cuando soy _______ y no ____?
—Es tu nombre —me excuso—. Tengo que irme, mamá me está llamando.
—¡Oye, Justin! No soy estúpida, sé que me estás ignorando, ¿puedo saber la razón?
—No seas perseguida, no te estoy ignorando. En serio, mamá me está llamando.
—¿Es porque Chaz me llevó a casa? ¿Es eso? ¿Te enoja que él haya sido amable?
Capítulo XXXVI: “Te quiero solo para mí.”
Llegamos a casa en menos de lo que canta un gallo. Dejo la mochila sobre el sofá y me divierto viendo como mamá corre a la cocina porque ha dejado el pollo dentro del horno y va a quemarse.
—¡Lo salvé! —Grita.
Me río divertido y me siento a la mesa. Enciendo el televisor y voy cambiando mientras espero que mamá venga con la comida. Mi móvil vibra dentro de mi bolsillo avisándome que tengo un texto por leer. Lo saco y una electricidad extraña recorre el vello de mis brazos cuando leo el nombre de ella en mi pantalla.
“Ya llegué, ¿más tranquilo?”
Frunzo el ceño mientras me quedo viendo fijamente el mensaje y lo releo lentamente. ¿Tan rápido? Es algo imposible que caminando ya haya llegado a su casa. O me está mintiendo o se ha ido en auto o algo parecido.
“¿Ya? ¿En serio?”
Presiono ‘Responder’ y aún con el ceño fruncido dejo el móvil al lado de mi plato. Mamá llega con una sonrisa y deja la bandeja en medio de la mesa.
—¿Puedes apagar? No me gusta el televisor prendido mientras comemos.
Le hago caso sin chistar, más por el hecho de que estoy pensando en algo más y no solo porque no quiero discutir. ¿Puede haber llegado tan rápido?
—¿Todo bien?
Asiento con la cabeza mientras le regalo una cálida sonrisa. Tomo la bandeja del pollo y me sirvo un trozo, luego me sirvo un poco de papas y vierto zumo de naranja en mi vaso.
—¿Cómo te ha ido hoy?
Parece que mi mamá se ha empeñado en tener una charla hoy mismo conmigo.
—Bien.
Y es cuando recuerdo la detención del sábado.
—Digamos que… —tuerzo el gesto—, tengo detención este sábado.
Mi mamá deja el tenedor mitad dentro del plato mitad fuera y junta sus manos entrelazando sus finos y largos dedos.
—¿Qué has hecho, Justin?
—Primero que nada, no es nada tan grave, solo que la profesora a veces puede ser un poco exagerada.
—Y tú puedes ser un tanto irritante, mi amor —me dice dulcemente fingiendo ternura—. ¿Qué hiciste, Justin?
—Estaba tonteando con _____, nada malo.
—Pero estabas en clase.
—Solo nos olvidamos que estábamos en clase o algo parecido, porque eso estaba muy aburrido y terminamos molestándonos.
Niega con la cabeza y toma su tenedor nuevamente. Sus ojos me examinan reprobatoriamente. Mi móvil vibra sobre la mesa y me sorprendo al darme cuenta lo rápida que ha sido mi mamá para alcanzarlo antes que yo.
—Cuando termines de comer puedes tontear todo lo que quieras con el móvil.
A veces tú también puedes ser un poco irritante, mamá. Reprimo las palabras y tomo mi cuchillo para cortar el pollo.
Cuando acabamos de comer en sumo silencio, mi mamá me devuelve el móvil y me pide que levante la mesa. Está enojada por lo de la detención el sábado, pero no puede castigarme porque sería lo más estúpido que podría hacer. Así que se limita a enojarse y quitarme el móvil durante el almuerzo.
“Me alcanzaron hasta mi casa”
Frunzo el ceño nuevamente y me muerdo el labio inferior para no decir una sarta de insultos impropios. Otro puede alcanzarla hasta su casa, pero yo no puedo hacerlo porque ella se pone en modo terca todo el tiempo que está conmigo. Dejo el móvil sobre la mesa y comienzo a juntar los platos y vasos para llevarlos a la cocina. Mi ceño aún está fruncido y por mi cabeza pasan un montón de gente posible que podría llevarla hasta su casa, pero nadie en concreto me cierra para ese papel. ______ no tiene muchos amigos y menos alguien que sepa donde vive, a excepción de mí. No voy a responderle, ahora yo puedo ser bien terco si me lo propongo.
Subo las escaleras dando zancadas y abro la puerta de mi habitación de un golpe. Dejo la mochila que he traído desde el comedor, sobre la cama y me siento en el escritorio a la vez que enciendo mi notebook. Tengo que esperar unos minutos para que el cacharro ese se encienda. Pase mi mirada por los papeles y libros sobre el escritorio y me quedo observando un block de hojas con la fotocopia del trabajo práctico de historia. Tenemos que terminar eso antes de que la profesora lo pida y nosotros no lo tengamos.
—Vamos, enciéndete más rápido.
La pantalla me pide la contraseña y in perder un segundo la escribo para luego darle a entrar y que aparezca mi foto con mis dos hermanos tomando un helado hace un par de meses. Conecto a internet y me meto a las redes sociales que más utilizo para luego olvidarme del tiempo y terminar pasándome dos horas ahí metido como un estúpido embobado. Mi móvil vibra sobre la superficie de madera del escritorio sacándome de mi estado de concentración frente de la pantalla.
“¿Justin?”
Un texto de ______ que indica que sabe que sabe que pasa algo porque no he respondido al mensaje anterior. Si, puedo afirmar que estoy celoso. Más le vale haya sido una mujer y no un hombre quien la haya llevado a casa.
Apago la notebook y la cierro mientras bufo sonoramente. Me pongo de pie tirando la silla hacia atrás haciendo un ruido innecesario. Mi mamá entra a la habitación con una pila de ropa mía y sin dirigirme la palabra la deja sobre mi escritorio y sale de allí. Tiro el móvil sobre la cama y me tiro de las puntas del cabello para descargar la energía frustrante acumulada en mí. El móvil vibra sobre el edredón y se mueve en la cama.
—¿Hola? —Pregunto sabiendo que es ella porque ya lo he leído en la pantalla.
—Justin —dice tranquilamente—, ¿estás bien? Te mandé un par de mensajes y no me has respondido.
—Si, todo bien. No me ha llegado nada tuyo —miento—. Quizá los has mandado a otro número.
—No lo creo, ¿me estás ignorando?
—Claro que no, ¿por qué lo haría?
Se queda callada unos segundos y me regala un suspiro largo. Su respiración se siente desde el otro lado de la línea indicándome que aún sigue allí y no ha colgado, pero si sigue así de callada voy a ser yo quién cuelgue la llamada.
—No lo sé, pero estoy segura de que los mensajes te los mandé a ti.
—Quizá simplemente no llegaron, ______. —Diciendo su nombre completo dejo en evidencia que si he estado ignorándola—. ¿Qué decían?
—Nada, olvídalo. Solo te había avisado que ya estaba en casa —dice y bufa—. ¿Desde cuando soy _______ y no ____?
—Es tu nombre —me excuso—. Tengo que irme, mamá me está llamando.
—¡Oye, Justin! No soy estúpida, sé que me estás ignorando, ¿puedo saber la razón?
—No seas perseguida, no te estoy ignorando. En serio, mamá me está llamando.
—¿Es porque Chaz me llevó a casa? ¿Es eso? ¿Te enoja que él haya sido amable?
Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
Hola, "¿Cuantos capítulos falta para que llegue la felicidad?" Nos re vemos en la segunda temporada ;) sorry, i'm little bad girlThaliaswagbieber escribió:
holaaaaaaaaaaaaaaaa, solo quiero decir que me enamoro tu novela es tan hsgdjqshfaj, perfecta, de verdad, tiene una mezcla de triste, comica, tierna, hay no se como explicarlo, ya he estado en otras de tus novelas pero por los estudios y eso no he podido leerlas mas, bueno quiero decirte qu eme dejastes toda la noche despierta aqui en miami son las cuatro y 58 de la manana y yo leyendo tu perfecta novela..de verdad he llorado mas de lo que la rayis a podido llorar en 8 meses :lloro: , nena justin, mi justin mas perfecto no puede ser es tan hsdfadfjadffs :ilusion: , creo que esta enamorado de la rayis :(L): :(L): , hay me encanta cuando le dice te quiero y cosas a si, de verda muero de la ternura, pero la rayis es tan terca, que ella siempre se enoja por gusto sin el Juss hacerle nada, asi de la nada, es bipolar , bueno hay yo quiero que justin me consuele asi hay dios lloro boluda lloro , porque o no puedo ser su mejor amiga porque, fuck this shit bro , bueno cuando me entere que es basada en una histria real I'm just like....whatttttt? :deos: oh my god.....no se quien sea la chica pero de verdad le doy todas mis felicitaciones por salir de ese hueco, es una luchadora, mis respetos para ella :eaea: , se que no se como se siente porque no he sufrido bullyng pero debe ser dificil llevr una vida donde todos te estan mirando y criticandote si saber nada de ti ni de tu pasado me alegro de que sea feliz con tu hermano y que pase una my buena vida donde pueda cumplir todos sus suenos y perder todos sus miedos...
sigo yo, cuando el shastem le dio el primer beso a ella yo estaba , ahahahahhaha el shastem si es bien malote dejo a becca por irse con la rayis ella debe haberse sentido...get over bitch he's mine ok, so go away, ahahahahhaha como asi :niña: , please bitch, fuck the professors I'm justin bieber and my invisible girl needs me so, ..hay cada ves que la gente la molesta me pone isterica y me dan ganas de matarlos :duh: :duh: :calmaos: ..el shastem se puso celoso ahaahhahahahahah , hahahahahahh,vamos chaz eres bello pero la rayis es de el..ok
posdata 1: gracias por hacer esta novela desde micorazon gracias
posdata 2: siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa please te lo idocon esta carita please...
BESOS CUANTOS CAPITULOS FALTAN PARA QUE LLEGUE LA FELICIDAD EN EL 26, ES QUE SOY BRUTA NO ME SE LOS NUMEROS ROMANOS
BESOS HERMOA, SIGUELA SI
Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
Chaz la llevó a casa?? Uuuuuh Aca se arma bardo!!!!!!!!
PD: Puto puto puto puto puto!!!
Ya terminaste?
Puto. Si
yrsykrslkutdñly
PD: Puto puto puto puto puto!!!
Ya terminaste?
Puto. Si
yrsykrslkutdñly
CamiSelenatika
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
De verdad rayita de verdad, dice chaz fue amable nena Justin que que se lo lleve el diablo hay Ella a veses puede see odiosa hay en estos momentos tengo ganas de golpearla...de verdad..bueno me encantaron los capitulos te ordeno a que los sigas pronto besos
m
m
Thaliaswagbieber
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