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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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||"Invisible" ||Justin Bieber||
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Página 13 de 21. • 1 ... 8 ... 12, 13, 14 ... 17 ... 21
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
SII...Tu mamá, dios, yo y Justin te amamos . Eres una mentirosaAztridBiebs escribió:Leiluu Horanh escribió:AztridBiebs escribió:Ya casi es mi cumpleaños...me das un regalo adelantado? Sjkakajz sigue la novela YA! :((
Aztird amor mio, claro mañana la sigo :) FELIZ CUMPLEAÑOS
Amor mío? MAMA ALGUIEN ADEMÁS DE TU ME QUIERE!! :') aque xD Ok no aún no es mi cumpleaños xD dije Casi :33 faltan como dos semanas xD pero quiero un regalo adelantado xD djsjsksk más te vale que la sigas te amito :')
Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
No lo sé. Sólo los que tienen envidia de la perfección.AztridBiebs escribió:Leiluu Horan escribió:AztridBiebs escribió:Te gusta Taylor Swfit? O Demi Lovato? :33
idk' mis idolas :') SIGUE LA NOVE'!!!!
POS ABRÁZAME HERMANA, AMO A TAY Y A DEMI
Sjkajdiaksfi joder es que quien no ama a la Demeh :chkt: Y la sensualona de Tay :') son perfectas :33
Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
Era bromo xD igual eres todo un amor :')Leiluu Horan escribió:SII...Tu mamá, dios, yo y Justin te amamos . Eres una mentirosaAztridBiebs escribió:Leiluu Horanh escribió:AztridBiebs escribió:Ya casi es mi cumpleaños...me das un regalo adelantado? Sjkakajz sigue la novela YA! :((
Aztird amor mio, claro mañana la sigo :) FELIZ CUMPLEAÑOS
Amor mío? MAMA ALGUIEN ADEMÁS DE TU ME QUIERE!! :') aque xD Ok no aún no es mi cumpleaños xD dije Casi :33 faltan como dos semanas xD pero quiero un regalo adelantado xD djsjsksk más te vale que la sigas te amito :')
Hskakahsuskwh por que?? D: yo te dije "Casi" no dije que fuera mi cumpleaños
Puse esto
Ya CASI es mi cumpleaños...me das un regalo adelantado? Sjkakajz sigue la novela YA! :((
AztridBiebs
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
Exacto :')Leiluu Horan escribió:No lo sé. Sólo los que tienen envidia de la perfección.AztridBiebs escribió:Leiluu Horan escribió:AztridBiebs escribió:Te gusta Taylor Swfit? O Demi Lovato? :33
idk' mis idolas :') SIGUE LA NOVE'!!!!
POS ABRÁZAME HERMANA, AMO A TAY Y A DEMI
Sjkajdiaksfi joder es que quien no ama a la Demeh :chkt: Y la sensualona de Tay :') son perfectas :33
AztridBiebs
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
QUEREMOS MARATON!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!11UNO
CamiSelenatika
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
“Invisible”
Capitulo XXIV:
“Tengo miedo de hacerte daño.”
______ ocupa el primer asiento, así que tomo el lugar a su lado, a su derecha. No voltea a verme, tampoco me habla, solo saca lo necesario para tomar nota en la clase de la profesora Lemon.
-¿Estás enojada? –Pregunto al cabo de unos segundos.
Nuestros compañeros comienzan a entrar a clases mientras yo me quedo esperando una respuesta de su parte. Nadie nos observa ni nos dirige una palabra desde la semana pasada. Desde el incidente con este chico y los comentarios de la mayoría aquí presentes. La situación está demasiado densa, tanto que puede cortarse con un cuchillo.
-______... –digo insistiendo.
-¿Qué es lo qué quieres? –Suelta bruscamente.
Me sorprendo porque no sé que he hecho de malo esta vez. Pero no alcanzo a decir nada porque la profesora entra al salón, da una breve explicación y anota dos páginas en la pizarra, luego se sienta detrás de su escritorio y saca una revista.
-¿Puedes irte? –Me pregunta abriendo su libro.
-¿Qué rayos te ocurre?
-Me molesta tu maldita presencia.
Genial. Me paso los días peleando con medio colegio para defenderla y ella se da el lujo de decirme que le molesto. Me extraña. Demasiado. Más porque no sé qué he hecho para que ella esté enojada.
Me pongo de pie y me cuelgo la mochila en el hombro. Hay tres lugares vacíos, así que elijo uno casi al fondo, al lado de una chica con la que nunca he hablado.
-¿Te molesta si me siento?
Ella niega lentamente con la cabeza y yo me acomodo a su lado en el banco.
-¿Problemas con tu novia?
Frunzo el ceño.
-No es mi novia.
-Oh. –Se cubre la boca-. Perdona. Es que los veo siempre juntos y…
-Está bien. –La interrumpo con una leve sonrisa.
-Sé que te llamas Justin, yo soy Becca. –Me sonríe buscando mi mirada.
-Lindo nombre –digo, al no saber más que decir.
Becca se ríe con timidez y yo también me río. Apoyo ambos brazos sobre la mesa y miro al frente. _______ se da la vuelta fugazmente y vuelve a mirar al frente. No me importa si está enojada o qué, yo hice lo que pude para ayudarla y ella se enoja por todo. Bueno… quizá si me importe, pero no voy a rogarle.
-Bieber –la profesora llama mi atención-, ¿puede comenzar a leer el capítulo veintidós en voz alta?
Asiento y me doy cuenta de que no tengo el libro sobre la mesa. Becca desliza el suyo frente mío y yo comienzo a leer el capítulo señalado. Gracias Becca.
En el receso pierdo de vista a ______, pero intento no hacerme mucho problema con eso. Me quedo con Ryan y Chaz.
-¿Por qué se enojó esta vez? –Pregunta Ryan.
-No lo sé. –Me encojo de hombros y abro un paquete de galletas-. Ella siempre se enoja y nunca adivino el porqué.
-Pues algo le habrás hecho.
-Seguramente, pero no sé qué es.
Nos quedamos en silencio por unos segundos antes de que Chaz comience a hablar sobre que su padre lo ha regañado ayer y ahora está muy enojado porque no quiere devolverle su auto nuevo. No presto mucha atención a lo que dice, mi mente vuela. No está allí.
Una parte de mí es puro orgullo y la otra quiere correr a pedirle explicaciones a _______. Porque ella está enfadada y desconozco la razón. Anoche hemos hablado y todo había quedado bien. Solo estoy rezando para que la culpa, que no tiene, la lleve a hacerse daño. Otra vez.
Cuando toca entrar de nuevo al salón, la veo sentada en su lugar. Eso significa que ha estado allí unos segundos antes de que la campana indicara el final del receso. Un chico que corre por el pasillo, pasa a su lado, y le coloca la capucha de su campera a _____, luego tira de ella hasta cubrir su nariz y se aleja riendo. ______ se acomoda el cabello y se queda allí, no dice nada.
-¿Te sigues sentando conmigo o prefieres el pasillo?
Becca me empuja con su cadera y se ríe. Luego pasa por mi lado y me golpea el hombro como juego. Me río de su cara alocada y la sigo hasta la mesa. Me siento, me sigo riendo, pero cuando alzo la mirada, me arrepiento. Nuestras miradas se cruzan, sus ojos están rojos e hinchados.
--
Es corto, pero de ahora en más los capítulos son mucho más largos. Las amo.
#Lei ( https://twitter.com/OfficialLadyB )
Capitulo XXIV:
“Tengo miedo de hacerte daño.”
______ ocupa el primer asiento, así que tomo el lugar a su lado, a su derecha. No voltea a verme, tampoco me habla, solo saca lo necesario para tomar nota en la clase de la profesora Lemon.
-¿Estás enojada? –Pregunto al cabo de unos segundos.
Nuestros compañeros comienzan a entrar a clases mientras yo me quedo esperando una respuesta de su parte. Nadie nos observa ni nos dirige una palabra desde la semana pasada. Desde el incidente con este chico y los comentarios de la mayoría aquí presentes. La situación está demasiado densa, tanto que puede cortarse con un cuchillo.
-______... –digo insistiendo.
-¿Qué es lo qué quieres? –Suelta bruscamente.
Me sorprendo porque no sé que he hecho de malo esta vez. Pero no alcanzo a decir nada porque la profesora entra al salón, da una breve explicación y anota dos páginas en la pizarra, luego se sienta detrás de su escritorio y saca una revista.
-¿Puedes irte? –Me pregunta abriendo su libro.
-¿Qué rayos te ocurre?
-Me molesta tu maldita presencia.
Genial. Me paso los días peleando con medio colegio para defenderla y ella se da el lujo de decirme que le molesto. Me extraña. Demasiado. Más porque no sé qué he hecho para que ella esté enojada.
Me pongo de pie y me cuelgo la mochila en el hombro. Hay tres lugares vacíos, así que elijo uno casi al fondo, al lado de una chica con la que nunca he hablado.
-¿Te molesta si me siento?
Ella niega lentamente con la cabeza y yo me acomodo a su lado en el banco.
-¿Problemas con tu novia?
Frunzo el ceño.
-No es mi novia.
-Oh. –Se cubre la boca-. Perdona. Es que los veo siempre juntos y…
-Está bien. –La interrumpo con una leve sonrisa.
-Sé que te llamas Justin, yo soy Becca. –Me sonríe buscando mi mirada.
-Lindo nombre –digo, al no saber más que decir.
Becca se ríe con timidez y yo también me río. Apoyo ambos brazos sobre la mesa y miro al frente. _______ se da la vuelta fugazmente y vuelve a mirar al frente. No me importa si está enojada o qué, yo hice lo que pude para ayudarla y ella se enoja por todo. Bueno… quizá si me importe, pero no voy a rogarle.
-Bieber –la profesora llama mi atención-, ¿puede comenzar a leer el capítulo veintidós en voz alta?
Asiento y me doy cuenta de que no tengo el libro sobre la mesa. Becca desliza el suyo frente mío y yo comienzo a leer el capítulo señalado. Gracias Becca.
En el receso pierdo de vista a ______, pero intento no hacerme mucho problema con eso. Me quedo con Ryan y Chaz.
-¿Por qué se enojó esta vez? –Pregunta Ryan.
-No lo sé. –Me encojo de hombros y abro un paquete de galletas-. Ella siempre se enoja y nunca adivino el porqué.
-Pues algo le habrás hecho.
-Seguramente, pero no sé qué es.
Nos quedamos en silencio por unos segundos antes de que Chaz comience a hablar sobre que su padre lo ha regañado ayer y ahora está muy enojado porque no quiere devolverle su auto nuevo. No presto mucha atención a lo que dice, mi mente vuela. No está allí.
Una parte de mí es puro orgullo y la otra quiere correr a pedirle explicaciones a _______. Porque ella está enfadada y desconozco la razón. Anoche hemos hablado y todo había quedado bien. Solo estoy rezando para que la culpa, que no tiene, la lleve a hacerse daño. Otra vez.
Cuando toca entrar de nuevo al salón, la veo sentada en su lugar. Eso significa que ha estado allí unos segundos antes de que la campana indicara el final del receso. Un chico que corre por el pasillo, pasa a su lado, y le coloca la capucha de su campera a _____, luego tira de ella hasta cubrir su nariz y se aleja riendo. ______ se acomoda el cabello y se queda allí, no dice nada.
-¿Te sigues sentando conmigo o prefieres el pasillo?
Becca me empuja con su cadera y se ríe. Luego pasa por mi lado y me golpea el hombro como juego. Me río de su cara alocada y la sigo hasta la mesa. Me siento, me sigo riendo, pero cuando alzo la mirada, me arrepiento. Nuestras miradas se cruzan, sus ojos están rojos e hinchados.
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Es corto, pero de ahora en más los capítulos son mucho más largos. Las amo.
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( http://ask.fm/LeilaaVargas )
Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
“Invisible”
Capitulo XXV: “Es difícil no dudar cuando ya te fallaron una vez.”
En el segundo receso _______ se pierde de mi vista. Y cuando salimos del colegio, yo me monto en mi moto esperando a que ella salga, obviamente la diviso al instante y la sigo en la moto. Como siempre, ella cruza la plaza, yo la rodeo y nos encontramos en una calle no muy transitada. Sé que me ha visto, pero me está ignorando.
— ¿Te llevo?
Disminuyo la velocidad para andar a su lado.
—Cierto que te molesta mi presencia –digo como si acabara de recordar—. ¿Por qué no me hablas?
_______ se detiene en seco y yo debo frenar de golpe haciendo que mi cuerpo impacte hacia delante. Se cruza de brazos y su mirada penetra la mía.
—Piérdete.
Quiere retomar su camino, por eso la tomo por la muñeca y la hago retroceder de un tirón. Su boca se abre y emite un sonido de dolor. Se zafa rápidamente y agarra su muñeca con la otra mano. Si, le he hecho daño. Pero ella se lo ha hecho primero.
— ¿Qué rayos te ocurre?
— ¿Por qué no vas a molestar a Becca, Bieber?
Oh, si. Le ha afectado. En tal caso debería de gustarme que se ponga celosa, como yo cuando Chaz le habla. Pero no me gusta porque todo lo que la hiera, me hiere a mí.
— ¿Es por eso? Déjame decirte que tú me echaste y tuve que buscar un nuevo asiento.
Niega con a cabeza y retoma su camino. La sigo solo porque siento la maldita necesidad de darle explicaciones.
—_____, _____, ven aquí.
Sigue caminando como si no la hubiera llamado, como si las palabras se hubieran desvanecido antes de llegar hasta sus oídos. Ahora yo me siento invisible, ignorado.
—Becca creía que tú eras mi novia.
—De seguro lo has negado al tiro.
— ¿Qué dices, tonta? Solo le aclaré.
—Es una perra –dice entre dientes.
—Está bien, si tú dices. Becca es una perra. –Ruedo los ojos.
—Lo digo porque lo sé, Bieber.
Sigo andando lentamente a su lado hasta que doblamos a una calle transitada y ya no puedo andar a tal velocidad. Apago la moto y me bajo. La empujo mientras camino al lado de ______.
— ¿Almorzamos en un café? –Sugiero.
Niega con la cabeza. Probablemente no haya desayunado, no piensa en almorzar y seguramente un té será su consumición del día.
— ¿Segura?
—No traigo dinero –dice al pasar.
—Yo invito.
—No. Tú siempre invitas.
Es lo que corresponde –respondo en mis pensamientos.
No, Justin. Un hombre le paga a su novia, es eso lo que corresponde –dice mi subconsciente.
—Te vives enojando conmigo. En serio que no sé qué hacer.
Me mira por encima de su vaso con zumo de naranja y frunce el ceño. Me gusta ese gesto en ella, es curioso y femenino.
—Si no me dices qué ocurre, yo no puedo disculparme.
Mastica lentamente y me observa con sus ojos fijos en los míos. Alza los hombros y a continuación traga su comida.
— ¿_____? –La llamo esperando una respuesta.
Me presta aún más atención.
— ¿Quieres apartarme de ti?
Se muerde el interior de la mejilla y niega lentamente.
—No estaba enojada, solo no quería estar contigo. Y ahora si que estoy enojada.
— ¿Por qué? —Ruedo los ojos.
—Porque te sentaste con Becca.
—No es mala —me encojo de hombros.
Arquea una ceja y larga una pequeña e incrédula risa.
—Porque a ti no te pegaba.
Oh, carajo.
— ¿A…A ti si?
—Teníamos ocho años. —Revolea la mano intentando restarle importancia.
Muerde su sándwich tostado y aparta la vista.
Mi mente vuela a los ocho años de _______ y me encuentro preguntándome si era tan linda y tierna como en la actualidad.
—Oye —frunzo el ceño—, me estás cambiando de tema, ¿por qué no querías sentarte conmigo?
Respira profundamente y deja salir en aire en un suspiro.
—No quiero hacerte daño.
— ¿Es en serio? El único daño que me haces es cuando te separas de mí, ______.
Es cierto. Siento que cuando no estoy con ella me falta algo y me molesta no poder estar cuidándola. Odio el hecho de vivir así de lejos de ella y más cuando no recurre a mí cuando le ocurre algo, cuando se siente mal, cuando necesita a alguien que le demuestre que la quiere tanto como yo lo hago.
—Justin —susurra—, he hecho que te pelearas con tus amigos, que tu mamá te castigara, que te criticaran en clase, que golpearas a un chico de la clase y nos hemos salteado muchas clases culpa mía. Por todo eso y más, creo que deberías alejarte de mí. No soy buena.
Frunzo el ceño.
— ¿Alejarme de ti? Oh, vamos, no hablaras en serio, ¿o si? Yo no quiero alejarme de ti, _____.
Sus ojos se cristalizan y sorbe su nariz.
Odio cuando llora, es algo que aborrezco.
—No soy lo suficientemente buena para ti.
Bajo la mirada y luego niego lentamente mientras me muerdo el labio inferior. Qué cantidad de pavadas.
—Hazme un favor, ¿quieres?
Me mira con su ceño fruncido.
Tengo que asegurarme de que no vamos a alejarnos, necesito estar seguro que nuestra amistad no es solo producto de un aburrido trabajo de historia.
—Sé que no haces promesas, pero hazme solo una, por favor.
—No puedo hacer eso. —Aparta la mirada de mí y niega lentamente.
— ¿Por qué no?
—Tengo miedo de no cumplirlo, Justin —murmura.
—Si que podrás.
Baja la vista al tostado entre sus manos y se lleva el último pedazo a la boca.
— ¿Qué es?
—Una promesa. Yo te prometo a ti, tú a mí.
Alza la barbilla invitándome a hablar.
—Prométeme que no vas a alejarme nunca más de ti. Necesito que me prometas que si me necesitas vas a recurrir a mí, ____.
— ¿De qué sirve?
—No quiero perderte.
Aparta la mirada nuevamente. Está pensando. Quizá he sido demasiado directo.
_______ ha llegado a significar para mí más de lo que esperaba. Necesito saber que se encuentra bien en todo momento, que si quiere cortarse o llorar, quiero que venga a mí, que me lo diga. Quiero protegerla, porque siento la necesidad de hacerlo.
—Justin, no puedo. Yo no hago promesas.
— ¿No puedes cumplirlo?
Niega lentamente con la cabeza, ¿qué significa que no puede? Yo puedo prometerle estar para ella cuando me necesite, ¿por qué ella no puede prometerme decirme cuando me necesites?
Solo puede significar una cosa. Ella va a alejarse de mí cuando tenga la oportunidad.
—Está bien —mascullo.
Su móvil suena rompiendo la tensión, ______ mira la pantalla y parece estar leyendo un mensaje de texto, lo toma y teclea una respuesta. A continuación se pone de pie y revisa sus bolsillos.
— ¿Qué pasa? ¿Qué buscas?
—Dinero. Tengo que irme.
Frunzo el ceño.
—Te recuerdo que yo invito.
Sonríe levemente y articula un inaudible “gracias”. Le devuelvo la sonrisa. ______ toma su mochila y abandona el lugar. Una oleada de tristeza inunda mis sentidos. Quizá ella ni siquiera confía en mí, ni siquiera me necesitar.
Lo mejor será cortar por lo sano de una buena vez.
---
Como se preguntaran cuándo se pone “feliz” la novela; luego del capitulo 27 las cosas cambian. Sólo eso. Las amo y gracias por leer.
#Leilu ( https://twitter.com/OfficialLadyB )
( http://ask.fm/LeilaaVargas )
Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
“Invisible”
Capítulo XXVI: “Depression is back.”
El viernes por la mañana llego temprano al colegio. Tengo tiempo de intercambiar libros en mi casillero y conversar con Ryan y Chaz antes de entrar al salón. Ocupo el asiento al lado de Ryan, el penúltimo banco de la segunda fila.
Desde que llegué al colegio he intentado bloquear mis pensamientos dirigidos a _______. Aunque no la he visto en el pasillo y tampoco está sentada al frente.
Como si me leyera la mente, Ryan dice:
— ¿Dónde está ______?
—Me estoy preguntando exactamente lo mismo que tú.
Ryan se encoge de hombros restándole importancia a la vez que el profesor Quentin entra al salón.
Mis ojos vuelan a la puerta del salón y de repente ______ se detiene en seco abrazando sus libros pegados a su pecho.
— ¿Va a entrar, señorita Miller?
—Disculpe.
Entra apresuradamente y con desesperación buscar un lugar. Pasa por el medio del salón siendo seguida por todas las miradas del lugar, toma asiento al lado de un chico, al fondo.
El chico tiene el cabello oscuro, ojos negros como la noche y se limita a dirigirle una mirada desprecio a ______. Ella lo mira y le sonríe sin separar los labios, él mueve la silla más contra la pared y desvía la mirada al frente.
En la segunda clase toca Historia. Soy consciente de que a _______ y a mí nos queda trabajo pendiente por acabar para entregar. Pero decido que no voy a decírselo en persona. Distancia. Debo mantenerme alejado de ella, así que debo llamarla al móvil o pedírselo por texto.
Les he comentado a mis mejores amigos que esta noche tengo una especie de “pijamaza” con mis hermanos más pequeños, en mi casa. Y como la inmadurez aún vive en sus cabezotas, ambos quieren asistir.
Sé que si en la secundaria se enterarán de nuestros planes de viernes por la noche, seríamos el hazmerreír en los pasillos todos los días de aquí a la eternidad.
——— o ———
He tenido un fin de semana agradable. Sin contar las veces en las que me pregunté que habría estado haciendo ______ en su solitaria habitación. Viernes con mis hermanos y mis mejores amigos, luego sábado en casa de Chaz, pizza con amigos y maratón de videojuegos, y domingo en casa con mamá.
Si bien debo admitir que no estoy del todo tranquilo con la distancia que mantenemos con _____, decido que debo dejar de preocuparme. Confío en que si ella me hubiera necesitado, me hubiera llamado o algo, y como no lo ha hecho, no debe necesitarme.
Solo espero no haber tomado una horrible decisión.
Cierro la laptop y la dejo reposar sobre el escritorio de mi habitación. Busco mi móvil con la vista y decido enviarle un texto a ______.
“Debemos terminar el trabajo de historia, ¿te parece si lo repartimos?”
Dejo el móvil sobre la mesa de noche y aparto las mantas con un bostezo que me hace abrir la boca como un oso. El móvil vibra.
“Si, ningún problema.”
Ha sido sencillo.
Decido que ahí termina la pequeña conversación y bloqueo mi móvil apenas me percato de la hora que es. Tarde. Mañana hay colegio.
Me meto en la cama y apago la luz de la lámpara que yace sobre la mesa de noche, cierro los ojos y oigo mi móvil vibrar. Ruedo los ojos y estiro el brazo para tomar el móvil.
“¿Por qué tanta distancia?”
¿Cómo respondo a esa pregunta?
Presiono «Responder» y espero a que algo llegue a mi mente para poder contestarle. Una contestación que no vaya a lastimarla, pero que le haga entender qué pasa. Pero ella no me da tiempo y de repente tengo el móvil vibrando en la mano y su nombre brillando en la pantalla.
— ¿Hola?
—Justin —dice casi en un susurro.
Me quedo callado. No había estado planeando hablar con ella por lo menos hasta la semana que viene. Solo pretendo alejarme lo más posible de ella.
— ¿Estás enojado? —Rompe el silencio.
—No.
Me duele tener que apartarme, lo admito. Pero sus repentinos enojos me han llevado a pensar que solo busca una excusa para alejarme de ella.
—Entonces… —Me incita a hablar.
Trago saliva y me siento al borde de la cama en medio de la oscuridad de la noche.
—_____, ya es tarde y mañana hay colegio. Si no te molesta, me gustaría estar durmiendo.
—Si… —Es casi un suspiro—. Definitivamente estás enojado.
—No lo estoy, solo quiero irme a la cama.
—Está bien, ¿te sientas conmigo mañana?
¿De que va esto?
Frunzo el ceño y trago con dificultad. No es mi culpa, es por su bien.
—Me siento con Becca.
—Ah…
Estoy casi seguro de que ha sido un sollozo.
—Ya debo irme.
No responde, solo corta la llamada en silencio.
Dejo el móvil sobre la mesita de noche y me revuelvo el cabello con ambas manos cargado de frustración. Con un suspiro me meto en la cama y cierro los ojos para conciliar el sueño.
Mi semana comienza con un bostezo y una caminata somnolienta en dirección al cuarto de baño. Mi mamá me saluda en la cocina y desayunamos juntos mientras hablamos de nada en particular. Un simple desayuno apurado porque ambos tenemos que salir de casa.
Cuando acabo con mi café, me despido de mi mamá que toma rumbo al trabajo y corro escaleras arriba para cepillarme los dientes y buscar mi mochila. Nuevamente corro escaleras abajo con la mochila al hombro y tomo el casco junto con las llaves de la moto para salir en dirección al colegio.
Mi casillero está a unos metros de una concentrada _______, pero intento hacer caso omiso a su presencia mientras hago intercambio de libros para la primera materia. Le doy la espalda cuando me doy cuenta de que ella me está observando desde su casillero.
— ¿Quieres resolver solo una hoja? Yo me encargo del resto.
Su voz me asalta desprevenido. Cierro mi casillero y volteo para encontrarme con su mirada. Me apoyo de espaldas al casillero y cruzo los brazos.
—Dame la mitad del trabajo. Lo justo es justo.
—Deja, yo puedo encargarme.
Le tiendo una mano para recibir mi parte del trabajo.
Aún no tengo las agallas suficientes para observarla con desden a los ojos. Y al parecer se ha puesto nerviosa porque sus manos están entrelazadas sobre su estómago, casi cubiertas por completo con las mangas de su campera.
—Justin —dice, casi en un susurro—, no…
La campana resuena por todos los pasillos interrumpiendo las entrecortadas palabras de ______.
—…he traído las demás hojas —completa.
Asiento levemente con la cabeza mientras examino mi hoja en mano.
—Tráelas mañana, por favor.
La esquivo para dirigirme al salón cuando siento mi corazón encogerse y mi estómago hacerse un nudo.
Chaz alza una mano para que lo note al final del salón. Camino hacia él y chocamos las manos mientras me siento a su lado. Delante nuestro ocupan Becca y Ryan juntos. ¿De qué me perdí?
—Buenos días, Justin —saluda Ryan.
Le dedico una confundida sonrisa y dejo caer mis libros sobre la mesa. Tomo mi móvil y lo paso a modo silencioso. Al alzar la mirada, Becca me sonríe y saluda con su mano.
No puedo evitar pensar en _____ cuando veo a la desgraciada de Becca.
—No te vi este fin d semana —dice Becca.
¿Es que alguna vez nos hemos visto fuera del instituto? Conocí a Becca la semana pasada y hoy mágicamente es amiga de mis mejores amigos y se junta conmigo los fines de semana, sin que me haya enterado.
—No hice nada productivo. —Me encojo de hombros.
Pasada la mitad de hora en matemática con el profesor Lewis, me doy cuenta de que _____ no está dentro del salón. Aunque registro varias veces cada asiento, ella no ocupa ninguno de los tantos.
—¿Qué tienes? —Pregunta Chaz.
Me encojo de hombros y niego con la cabeza. Murmuro un “nada” por lo bajo y él sigue enfrascado en sus ejercicios por resolver. Me pongo de pie y camino lentamente hasta el escritorio del profesor Lewis.
— ¿Puedo salir al baño?
Me analiza por encima de sus lentes de media luna y asiente cuidadosamente con la cabeza.
Casi tengo que contenerme para no salir corriendo despatarrado por la puerta del salón. Llego al pasillo y observo a mi alrededor antes de ponerme a correr para buscar a ______ en algún lado. Palpo mis bolsillos en busca de mi móvil y desafortunadamente lo he dejado en el banco al lado de Chaz. Murmuro una maldición encadenada de groserías y pienso donde puede haberse metido mi chica invisible. Quizá hasta puede haberse ido a su casa.
Tengo que apresurarme para que el profesor Lewis no note mi ausencia en el salón.
¡El baño de chicas! Un escondite para muchas.
Corro apresurado por los pasillos hasta llegar a las puertas de los baños. No siento ruido alguno en el baño de chicas, absolutamente nada de actividad allí adentro. Me meto al baño de hombres en un acto por hacer algo y no pegar un grito de frustración. Salgo en menos de diez segundos y unos sollozos atravesados llegan a mis oídos.
Maldición. No, Dios, por favor no.
---
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Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
“Invisible”
Capítulo XXVII: “’Silencio’ es otra manera de decir ‘dolor’ ”
Mi puño se cierra y golpea dos veces en la madera de la puerta del baño de chicas. Los sollozos se detienen bruscamente. Quizá ni siquiera sea _______ y yo me estoy arriesgando a meterme aquí dentro. Pero quizá si sea ella y si no me arriesgo, no sabré por arte de magia.
— ¿______?
Sea quien sea, se mantiene en silencio.
El baño de mujeres es del mismo tamaño que el de hombres, solo que contiene más baños individuales, un espejo el doble de grande y más lavabos. Cinco puertas permanecen abiertas, solo una cerrada, donde está ella.
Me alejo lentamente y me inclino hacía abajo para observar dos pies que cuelgan, Vans negras. Y mientras ella sigue en silencio, yo intento buscar la manera para hablarle con dulzura y que no me eche a patadas de allí. Mientras que no entre ninguna otra mujer, todo va bien.
— ¿Estás bien?
Una maldición se escapa en un susurro de su boca y me revela que si es mi chica invisible. No le agrada para nada esa pregunta que considera estúpida y ridícula. ¡Bingo!
—______, ya sé que estás allí. ¿Quieres salir? Podemos hablar, puedes descargarte conmigo.
—No —dice débilmente, y con una voz queda—. Vete, Justin.
Apoyo la frente en la puerta cerrada y dejo escapar un largo y frustrado suspiro.
—Sal de allí, vamos.
—He dicho que te vayas.
Aprieto los puños y me despego de la puerta.
— ¿Sabes? Luego no preguntes por qué no quiero hablar contigo.
Salgo del baño de chicas con pasos decididos. La situación me tiene un tanto cansado. Tras de mí escucho ruidos apresurados, luego la puerta se abre y se cierra. Pero yo sigo caminando por el solitario pasillo para encaminarme de vuelta al salón.
—Justin. —Es casi un sollozo. Un susurro. Una súplica silenciosa.
Doy media vuelta para encontrarme a una _______ destruida. Sus ojos son dos bolas rojas y aguadas, tiene las manos cubriendo su boca mientras que su cuerpo se sacude con cada sollozo silencioso que se escapa de sus labios temblorosos, su cabello despeinado y las lágrimas rodando por sus mejillas rosadas.
—Ven aquí. —Abro los brazos y ladeo la cabeza.
No alcanzo a contar cinco segundos que ella está abrazándome y llorando entre mis brazos.
—N…No te vayas. No quiero que lo hagas. —Su cuerpo se sacude violentamente mientras llora entre mis brazos. Me abraza más fuerte—. Te necesito.
Esas dos simples palabras había estado esperando oír y son las que yo necesitaba para no dejarla ir jamás.
La estrecho más fuerte entre mis brazos durante un buen rato, le susurro que todo va a estar bien, que voy a estar con ella sin importar lo qué ocurra, sea cuando sea que ella me necesite. Hasta que se queda en silencio y su cuerpo deja de temblar mientras ella esconde su rostro en mi pecho, en mi campera mojada por sus lágrimas de dolor.
Caigo en la cuenta de que he pasado más de veinte minutos fuera del salón y si no tengo una buena explicación el profesor Lewis va a mandarme a detención. Mejor recibir tarde el castigo, que ahora mismo que _______ me necesita.
—Necesito tu móvil. Vamos a irnos de aquí.
Sin despegarse de mí, palpa sus bolsillos y toma el móvil para dejármelo entre las manos. Beso su despeinado cabello y acaricio lentamente su espalda.
Ya va a estar, nena, ya va a estar.
Trato de recordar el número de Chaz o Ryan, pero ninguno viene a mi mente. Mi móvil está sobre el banco mío y de Chaz, así que debo rogar para que mi mejor amigo sea lo suficiente curioso como para meterse en mi móvil.
“Soy Justin, si lees este mensaje, Chaz o Ryan, necesito que me llamen a este número”
Al cabo de dos minutos de espera, el móvil vibra en mis manos.
— ¿Quién? —Pregunto al atender.
—Chaz —susurra—. Lógico, está en clases.
—Necesito que metas todas mis cosas en mi mochila, incluyendo mi móvil y encuentres una manera de dármela antes del receso.
— ¿Qué ocurre? —Pregunta con curiosidad susurrante.
—Luego te explico. Ayúdame, ¿si?
—Eso haré.
La llamada se corta en ese momento.
Apoyo la frente sobre la cabeza de _______ y suspiro.
— ¿Dónde están tus cosas?
No responde con palabras, solo señala el baño.
Intento apartarla un poco de mí para verla a los ojos, pero su cuerpo parece un imán y me atrae hacia ella con los brazos enredados en mi espalda.
— ¿Quieres ir por tu mochila? Esperaré aquí a Chaz.
Sigue en la misma posición. Sus músculos no hacen movimiento alguno y sus brazos siguen enganchados en mí.
—Tenemos que movernos del medio —susurro.
Se separa a regañadientes de mí y se seca las lágrimas bruscamente mientras camina en dirección al baño.
Oigo pasos apresurados en el pasillo. Me pego al costado de los casilleros y asomo la cabeza solo esta los ojos. _____ sigue dentro del baño buscando sus pertenencias. Veo a Becca correr por el pasillo viendo en todas las direcciones que sus ojos se lo permiten. Salgo de mi escondite y cuando ella me ve pega un salto y su mano vuela a sostener su corazón.
—Estás loco. —Me tiende la mochila. — ¿Qué te ocurre?
—Tengo que irme antes del receso, mañana te cuento. Muchas gracias por traerme todo.
Me sonríe de lado.
—No hay de qué.
Da media vuelta para encaminarse tranquilamente al salón.
— ¡Oye, Becca! —La llamo.
Ella mueve su cabello cuando se da la vuelta y alza su barbilla indicándome que ya puedo hablar.
— ¿Qué excusa?
Vira los ojos divertida.
—La única que me permitiría salir de clase con una mochila en mano, Bieber. Emergencia femenina.
Vuelve a darse la vuelta y yo me quedo riendo en el pasillo. Cuelgo mi mochila al hombro y hago amague de entrar al baño cuando _____ sale y se topa conmigo. Se cubre las manos con las mangas de su campera y las retuerce en un puño.
— ¿Son amigos?
— ¿Becca y yo? —Pregunto, señalando el pasillo por donde ella se ha ido. ______ asiente levemente—. No. Solo nos hizo un favor. —Le tiendo la mano—. Ven, vamos.
Toma mi mano.
Salir del colegio se transforma en toda una Odisea. El señor de limpieza en una puerta y profesores en la otra. Los pasillos están libres de estudiantes aún, pero solo quedan unos pocos minutos para que la campana suene y los libere.
Isaac decide que puede dejarnos salir si nosotros le damos algo a cambio. Así que un par de billetes que le tiendo los esconde en su arrugado atuendo de trabajo y nos abre la puerta del frente.
Le cedo el casco de la moto a ______ y mientras ella se lo coloca con suma paciencia y lentitud, yo la tomo por la cintura y la monto en la moto porque no tenemos tiempo.
— ¿Dónde vamos?
—A mi casa.
Mi mamá no llega hasta las seis de la tarde a casa, por lo tanto tenemos tiempo de sobra para quedarnos allí sin que nadie nos descubra. Podríamos hablar sobre lo que sea que le ocurre y luego puedo intentar reanimarla de algún modo.
Cuando llegamos a casa, le dejo mis llaves de la puerta a ______ para que vaya entrando mientras yo guardo la moto en el garaje. Nos separamos y luego volvemos a juntarnos en el interior de la casa.
— ¿Has desayunado?
Tuerce el gesto cargado de culpabilidad.
— Un té —dice vacilando.
Ruedo los ojos y la agarro por la muñeca para llevarla hasta la cocina.
— ¡Justin! —Se zafa de mi agarre pegando un salto de miedo. Camina dos pasos hacia atrás y cubre su muñeca con su otra mano mientras sostiene su mirada sobre la mía. —Ten cuidado.
Cierro los ojos como si me doliera y le tiendo la mano.
—Déjame ver.
—No quiero —Niega lentamente con la cabeza— que las veas porque he ido demasiado lejos esta vez.
Aprieto mi mano en un puño y volteo contra la pared para dar con toda mi fuerza sobre la dureza de ésta, ¿dónde estaba yo mientras ella se hacía daño? Ah, si. Jugando videojuegos con mis amigos con el móvil apartado para no hablar con ______. Azoto la pared con un puño nuevamente y cuando la aparto contemplo los rosados nudillos que he adquirido en este momento. Pequeñas gotas de sangre brotan de ellos y resbalan entre mis dedos. Me paso ambas manos por el cabello revolviéndolo y tirando de las puntas con enojo y decepción inundando todo mi cuerpo. Volteo a ver a ________.
Ella se cubre la boca con ambas manos y sus ojos están abiertos de par en par mientras me contempla.
—Muéstrame, _____.
Sus ojos están perlados con lágrimas y su labio inferior empuja hacia fuera formando un mohín triste.
Me acerco a ella y le tiendo una mano. Posa su mano sobre la mía. Subo la manga de su campera para encontrarme con cortes que siguen debajo de la tela, cortes largos y finos, ni siquiera cubiertos por costra. Son recientes. Tomo su otra mano y subo la manga hasta encontrarme con más cortes sobrepuestos en su muñeca derecha.
—No es todo —susurra.
Lo más próximo a lo que siento es una puñalada en el pecho.
—Justin, lo merecía —dice bajito.
Suelto sus manos y me aparto bruscamente de ella.
— ¡No, ______! ¡No digas eso! ¡No quiero escucharte decirlo nunca más. —Mi cuerpo se sacude con rabia y desespero.
Las lágrimas ruedan por sus mejillas y pronto la tengo hundida en un mar de llanto interminable y silencio. Tira de la campera para cubrirse los cortes por completo y deja caer su mochila al suelo.
—No me odies.
Me revuelvo el cabello con las manos.
—¿Cómo crees que podría?
—Todo el mundo lo hace. —Se encoge de hombros—. No serías la excepción.
Me acerco de ella y tiro de su campera para atraerla hacia mí para envolverla entre mis brazos y besar su pelo. Rodea mi cintura con sus brazos y esconde el rostro en mi pecho.
—Voy a decirte algo y espero que se te grabe en esa cabeza de chorlito que tienes —digo. Se ríe amargamente y se sorbe la nariz. —Te quiero muchísimo y digas lo que digas, hagas lo que hagas, nunca podría odiarte.
---
Voy a confesarles que lloré cuando lo escribí. Recuerden que la novela es basada en un hecho real, por eso no puedo escribir de repente cosas bonitas, es una historia en serio. Las amo y gracias por leer.
#Leila ( https://twitter.com/OfficialLadyB )
Capítulo XXVII: “’Silencio’ es otra manera de decir ‘dolor’ ”
Mi puño se cierra y golpea dos veces en la madera de la puerta del baño de chicas. Los sollozos se detienen bruscamente. Quizá ni siquiera sea _______ y yo me estoy arriesgando a meterme aquí dentro. Pero quizá si sea ella y si no me arriesgo, no sabré por arte de magia.
— ¿______?
Sea quien sea, se mantiene en silencio.
El baño de mujeres es del mismo tamaño que el de hombres, solo que contiene más baños individuales, un espejo el doble de grande y más lavabos. Cinco puertas permanecen abiertas, solo una cerrada, donde está ella.
Me alejo lentamente y me inclino hacía abajo para observar dos pies que cuelgan, Vans negras. Y mientras ella sigue en silencio, yo intento buscar la manera para hablarle con dulzura y que no me eche a patadas de allí. Mientras que no entre ninguna otra mujer, todo va bien.
— ¿Estás bien?
Una maldición se escapa en un susurro de su boca y me revela que si es mi chica invisible. No le agrada para nada esa pregunta que considera estúpida y ridícula. ¡Bingo!
—______, ya sé que estás allí. ¿Quieres salir? Podemos hablar, puedes descargarte conmigo.
—No —dice débilmente, y con una voz queda—. Vete, Justin.
Apoyo la frente en la puerta cerrada y dejo escapar un largo y frustrado suspiro.
—Sal de allí, vamos.
—He dicho que te vayas.
Aprieto los puños y me despego de la puerta.
— ¿Sabes? Luego no preguntes por qué no quiero hablar contigo.
Salgo del baño de chicas con pasos decididos. La situación me tiene un tanto cansado. Tras de mí escucho ruidos apresurados, luego la puerta se abre y se cierra. Pero yo sigo caminando por el solitario pasillo para encaminarme de vuelta al salón.
—Justin. —Es casi un sollozo. Un susurro. Una súplica silenciosa.
Doy media vuelta para encontrarme a una _______ destruida. Sus ojos son dos bolas rojas y aguadas, tiene las manos cubriendo su boca mientras que su cuerpo se sacude con cada sollozo silencioso que se escapa de sus labios temblorosos, su cabello despeinado y las lágrimas rodando por sus mejillas rosadas.
—Ven aquí. —Abro los brazos y ladeo la cabeza.
No alcanzo a contar cinco segundos que ella está abrazándome y llorando entre mis brazos.
—N…No te vayas. No quiero que lo hagas. —Su cuerpo se sacude violentamente mientras llora entre mis brazos. Me abraza más fuerte—. Te necesito.
Esas dos simples palabras había estado esperando oír y son las que yo necesitaba para no dejarla ir jamás.
La estrecho más fuerte entre mis brazos durante un buen rato, le susurro que todo va a estar bien, que voy a estar con ella sin importar lo qué ocurra, sea cuando sea que ella me necesite. Hasta que se queda en silencio y su cuerpo deja de temblar mientras ella esconde su rostro en mi pecho, en mi campera mojada por sus lágrimas de dolor.
Caigo en la cuenta de que he pasado más de veinte minutos fuera del salón y si no tengo una buena explicación el profesor Lewis va a mandarme a detención. Mejor recibir tarde el castigo, que ahora mismo que _______ me necesita.
—Necesito tu móvil. Vamos a irnos de aquí.
Sin despegarse de mí, palpa sus bolsillos y toma el móvil para dejármelo entre las manos. Beso su despeinado cabello y acaricio lentamente su espalda.
Ya va a estar, nena, ya va a estar.
Trato de recordar el número de Chaz o Ryan, pero ninguno viene a mi mente. Mi móvil está sobre el banco mío y de Chaz, así que debo rogar para que mi mejor amigo sea lo suficiente curioso como para meterse en mi móvil.
“Soy Justin, si lees este mensaje, Chaz o Ryan, necesito que me llamen a este número”
Al cabo de dos minutos de espera, el móvil vibra en mis manos.
— ¿Quién? —Pregunto al atender.
—Chaz —susurra—. Lógico, está en clases.
—Necesito que metas todas mis cosas en mi mochila, incluyendo mi móvil y encuentres una manera de dármela antes del receso.
— ¿Qué ocurre? —Pregunta con curiosidad susurrante.
—Luego te explico. Ayúdame, ¿si?
—Eso haré.
La llamada se corta en ese momento.
Apoyo la frente sobre la cabeza de _______ y suspiro.
— ¿Dónde están tus cosas?
No responde con palabras, solo señala el baño.
Intento apartarla un poco de mí para verla a los ojos, pero su cuerpo parece un imán y me atrae hacia ella con los brazos enredados en mi espalda.
— ¿Quieres ir por tu mochila? Esperaré aquí a Chaz.
Sigue en la misma posición. Sus músculos no hacen movimiento alguno y sus brazos siguen enganchados en mí.
—Tenemos que movernos del medio —susurro.
Se separa a regañadientes de mí y se seca las lágrimas bruscamente mientras camina en dirección al baño.
Oigo pasos apresurados en el pasillo. Me pego al costado de los casilleros y asomo la cabeza solo esta los ojos. _____ sigue dentro del baño buscando sus pertenencias. Veo a Becca correr por el pasillo viendo en todas las direcciones que sus ojos se lo permiten. Salgo de mi escondite y cuando ella me ve pega un salto y su mano vuela a sostener su corazón.
—Estás loco. —Me tiende la mochila. — ¿Qué te ocurre?
—Tengo que irme antes del receso, mañana te cuento. Muchas gracias por traerme todo.
Me sonríe de lado.
—No hay de qué.
Da media vuelta para encaminarse tranquilamente al salón.
— ¡Oye, Becca! —La llamo.
Ella mueve su cabello cuando se da la vuelta y alza su barbilla indicándome que ya puedo hablar.
— ¿Qué excusa?
Vira los ojos divertida.
—La única que me permitiría salir de clase con una mochila en mano, Bieber. Emergencia femenina.
Vuelve a darse la vuelta y yo me quedo riendo en el pasillo. Cuelgo mi mochila al hombro y hago amague de entrar al baño cuando _____ sale y se topa conmigo. Se cubre las manos con las mangas de su campera y las retuerce en un puño.
— ¿Son amigos?
— ¿Becca y yo? —Pregunto, señalando el pasillo por donde ella se ha ido. ______ asiente levemente—. No. Solo nos hizo un favor. —Le tiendo la mano—. Ven, vamos.
Toma mi mano.
Salir del colegio se transforma en toda una Odisea. El señor de limpieza en una puerta y profesores en la otra. Los pasillos están libres de estudiantes aún, pero solo quedan unos pocos minutos para que la campana suene y los libere.
Isaac decide que puede dejarnos salir si nosotros le damos algo a cambio. Así que un par de billetes que le tiendo los esconde en su arrugado atuendo de trabajo y nos abre la puerta del frente.
Le cedo el casco de la moto a ______ y mientras ella se lo coloca con suma paciencia y lentitud, yo la tomo por la cintura y la monto en la moto porque no tenemos tiempo.
— ¿Dónde vamos?
—A mi casa.
Mi mamá no llega hasta las seis de la tarde a casa, por lo tanto tenemos tiempo de sobra para quedarnos allí sin que nadie nos descubra. Podríamos hablar sobre lo que sea que le ocurre y luego puedo intentar reanimarla de algún modo.
Cuando llegamos a casa, le dejo mis llaves de la puerta a ______ para que vaya entrando mientras yo guardo la moto en el garaje. Nos separamos y luego volvemos a juntarnos en el interior de la casa.
— ¿Has desayunado?
Tuerce el gesto cargado de culpabilidad.
— Un té —dice vacilando.
Ruedo los ojos y la agarro por la muñeca para llevarla hasta la cocina.
— ¡Justin! —Se zafa de mi agarre pegando un salto de miedo. Camina dos pasos hacia atrás y cubre su muñeca con su otra mano mientras sostiene su mirada sobre la mía. —Ten cuidado.
Cierro los ojos como si me doliera y le tiendo la mano.
—Déjame ver.
—No quiero —Niega lentamente con la cabeza— que las veas porque he ido demasiado lejos esta vez.
Aprieto mi mano en un puño y volteo contra la pared para dar con toda mi fuerza sobre la dureza de ésta, ¿dónde estaba yo mientras ella se hacía daño? Ah, si. Jugando videojuegos con mis amigos con el móvil apartado para no hablar con ______. Azoto la pared con un puño nuevamente y cuando la aparto contemplo los rosados nudillos que he adquirido en este momento. Pequeñas gotas de sangre brotan de ellos y resbalan entre mis dedos. Me paso ambas manos por el cabello revolviéndolo y tirando de las puntas con enojo y decepción inundando todo mi cuerpo. Volteo a ver a ________.
Ella se cubre la boca con ambas manos y sus ojos están abiertos de par en par mientras me contempla.
—Muéstrame, _____.
Sus ojos están perlados con lágrimas y su labio inferior empuja hacia fuera formando un mohín triste.
Me acerco a ella y le tiendo una mano. Posa su mano sobre la mía. Subo la manga de su campera para encontrarme con cortes que siguen debajo de la tela, cortes largos y finos, ni siquiera cubiertos por costra. Son recientes. Tomo su otra mano y subo la manga hasta encontrarme con más cortes sobrepuestos en su muñeca derecha.
—No es todo —susurra.
Lo más próximo a lo que siento es una puñalada en el pecho.
—Justin, lo merecía —dice bajito.
Suelto sus manos y me aparto bruscamente de ella.
— ¡No, ______! ¡No digas eso! ¡No quiero escucharte decirlo nunca más. —Mi cuerpo se sacude con rabia y desespero.
Las lágrimas ruedan por sus mejillas y pronto la tengo hundida en un mar de llanto interminable y silencio. Tira de la campera para cubrirse los cortes por completo y deja caer su mochila al suelo.
—No me odies.
Me revuelvo el cabello con las manos.
—¿Cómo crees que podría?
—Todo el mundo lo hace. —Se encoge de hombros—. No serías la excepción.
Me acerco de ella y tiro de su campera para atraerla hacia mí para envolverla entre mis brazos y besar su pelo. Rodea mi cintura con sus brazos y esconde el rostro en mi pecho.
—Voy a decirte algo y espero que se te grabe en esa cabeza de chorlito que tienes —digo. Se ríe amargamente y se sorbe la nariz. —Te quiero muchísimo y digas lo que digas, hagas lo que hagas, nunca podría odiarte.
---
Voy a confesarles que lloré cuando lo escribí. Recuerden que la novela es basada en un hecho real, por eso no puedo escribir de repente cosas bonitas, es una historia en serio. Las amo y gracias por leer.
#Leila ( https://twitter.com/OfficialLadyB )
( http://ask.fm/LeilaaVargas )
Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
“Invisible”
Capítulo XXVIII: “¿Cuántas veces dijiste que sería la última vez?”
Preparo un rico desayuno para ______. Algo de fruta acompañada por un tazón de leche con cereales.
Lo mira con expresión severa antes de hundir la cuchara en los cereales y tomar un poco. La observo con atención mientras lleva la comida a su boca y la saborea.
—¿Crees que puedas dejar de verme? Me incomoda.
Me río levemente. Apoyo los codos sobre la isla de la cocina inclinándome hacia ella mientras entorno los ojos.
—En serio —murmura.
No le hace gracia, así que aparto la mirada de inmediato y me incorporo.
Desayuna en silencio mientras yo doy vueltas por la cocina y me muero de aburrimiento. Come despacio, sin apuro y dudando cuando toma un poco de cereales con la cuchara. Finalmente aparta el tazón y toma el tenedor. Lo gira entre sus dedos y me observa.
—¿Quieres? Yo no puedo con todo esta fruta.
Me encojo de hombros y cierro la heladera para caminar a su lado. Me siento en la banqueta con su mirada sobre mí.
—Yo ya desayuné.
—Es que no quiero todo esto.
—Vale, te ayudo —digo con una mueca exagerada.
Me pongo de pie para atravesar la cocina en busca de un tenedor, lo busco en el cajón de los cubiertos y luego vuelvo a sentarme al lado de ella.
Los perfectos cuadrados de fruta van desapareciendo a medida que vamos pinchando con el tenedor. ______ agarra uno cada dos míos, intentando hacerme comer más que ella. Pero no es tan astuta, porque me aparto.
—Es tu desayuno, cómete lo que queda.
Ladea la cabeza con expresión fría y triste.
—Vamos, _____.
No voy a dejarla irse sin comer por el simple hecho de que este desayuno quizá sea todo lo que coma en el día. Sus ojos suplica que la deje en paz, pero en el fondo sabe que necesita ayuda de alguien, que necesita alguien que se ocupe de ella.
Pincha un cuadrado de manzana y se lo lleva a la boca manteniendo la mirada clavada en mí.
—No seas tan enojona. —Frunzo el ceño.
Le quito el tazón sucio y doy media vuelta para fregarlo y dejarlo limpio. Para no dejar rastros de desayuno para cuando vuelva mamá.
_____ acaba de comerse toda la fruta, le quito el plato y tomo los cubiertos. Los lavo mientras ella permanece en silencio detrás de mí, sentada en la banqueta frente a la isla. Doy media cuando acabo.
_____ tiene los brazos cruzados sobre la isla y el rostro hundido allí. Me seco las manos en los vaqueros y camino hacia ella. Le paso un brazo por los hombros, la atraigo hacia mí y beso su pelo.
—¿Qué ocurre?
—Tengo sueño —murmura.
Mi corazón dejar de latir aceleradamente instalando una sensación de tranquilidad en mi cuerpo. No está llorando, como pensaba.
—Ven, vamos arriba.
Mi habitación está ordenada, exceptuando el desastre sobre mi cama. No acostumbro a hacer la cama antes de ir al colegio por el simple hecho de que hay mucho sueño acumulado en mi ser a esa hora del día.
_____ analiza todo con sus ojos curiosos, aunque ya ha estado aquí antes. Sus ojos pasan de un lado al otro de la habitación, cruza sus manos en la parte baja de su espalda y aprieta los labios cuando se apoya en mi escritorio de madera.
—Justin —me llama.
Doy media vuelta a la vez que me dejo caer en la cama y alzo la barbilla hacia ella indicándole que hable, que tiene toda mi atención.
—Tienes algo que es mío. —Ladea la cabeza.
Mi cerebro tarda unos segundos en procesar la información, cuando ya lo ha hecho me encojo de hombros restándole importancia.
—Lo quiero de vuelta —me dice.
Niego lentamente con la cabeza. Tomo el ruedo del edredón entre mis dedos y lo retuerzo preso del nerviosismo. Me he llevado algo de su habitación que claramente le pertenece y al parecer le hace falta. Pero sé que no debo devolvérselo, porque ella le da un mal uso. Una parte de mí quiere quedarse ese espejo, quiere dejárselo para que ella no pueda hacerse daño, aunque sabe que no puede detenerla.
—Justin —dice, en tono de advertencia—, eso no te pertenece.
—¿Para que lo quieres tú? No te hace falta, no lo necesitas.
—Si que lo necesito —musita.
Cierro los ojos en un fallido intento de contener la impotencia. Me molesta no poder hacer nada al respecto, que ella siga haciéndose daño y que yo no pueda impedírselo.
—Pues no voy a dártelo.
—¿Por qué no, Justin? ¡Ese espejo es mío!
Me encojo de hombros demostrándole que me vale nada lo que diga sobre ese pedazo de autodestrucción.
Me tiende una mano, comienza a golpear un pie impaciente en el suelo de madera.
—Ahora.
—Olvídalo.
Bufa frustrada y alza las manos al techo. Cierra los ojos cuando pega un grito histérico que por poco me deja sordo y me hace más viejo.
—¡Lo quiero! —Chilla.
Parece una niña pequeña.
—No voy a dártelo.
Vuelve su mirada hacia mí. Conozco esa mirada, es la misma que hace Jazzy cuando quiere algo de mí y sabe que va a costarle conseguirlo.
—¡Dámelo!
—¡No, ______, no! Ya cállate.
Sus ojos se tornan oscuros, aprieta la mandíbula y da media vuelta pisando furiosa el suelo. Sale da la habitación. Me río por lo bajo y niego con la cabeza mientras me pongo de pie para salir en busca de ella.
—Ven aquí.
—No quiero estar contigo. Quiero mi maldito espejo.
—¿No entiendes que te estoy cuidando?
—Justin, con o sin el espejo puedo lastimarme.
—¿Entonces para qué lo quieres?
Grita tirándose el cabello y se detiene al pie de la escalera. Su dedo del medio asoma de la manga de su campera. Me río.
—Es mío.
—Déjate de niñerías.
Me saca la lengua cuando se da la vuelta haciendo burla de mis palabras. Me sigo riendo mientras bajo las escaleras para atraparla. Ella toma su mochila. Yo me coloco frente a la puerta.
—Eres un estorbo en mi vida.
Tenso mis facciones. Ella se da vuelta a verme y por lo que parece, mi rostro no es nada amigable en este momento. Sus labios se curvan haciendo morros y relaja los hombros.
—No es cierto, solo quería pelearte.
Se cuelga la mochila al hombro.
—Voy a devolverte el espejo cuando me demuestres que puedes tenerlo y no usarlo.
—Agh, Justin.
—Justin nada. Es en serio, _____.
Me sonríe tiernamente, baja un hombro deslizando la mochila hasta dejarla en el suelo. Se muerde el labio intentando reprimir una pequeña sonrisa de felicidad.
—¿Qué?
Sus ojos se hacen agua.
—Sonaste como mi papá.
Mi corazón se hace un puño, mi sonrisa florece de repente al ver esa admiración en sus facciones.
---o---
—Bueno, eso es raro.
Alza un hombro.
—Yo soy rara en todo aspecto. —Una sombra de sonrisa aparece en su rostro.
Arrugo la nariz negando con la cabeza. Se acerca más a mí pegando su hombro al mío.
—¿____? ¿Puedo preguntarte algo?
Asiente denotando entusiasmo, como si le gustara que la gente quiera saber de ella.
—No vas a enojarte, salir corriendo o dejar de hablarme, ¿cierto?
Ella asiente frunciendo el ceño.
—¿Puedes intentar no lastimarte nunca más?
Junta sus manos dejándolas caer en su regazo y baja la cabeza. Sus pestañas aletean un par de veces, asiente lentamente en silencio.
—No quiero decepcionarte, Justin.
—No lo haces, ______.
Alza la cabeza y me sonríe levemente.
—Quizá sea la última vez.
—¿Ah si? Quítale ese “quizá” y hazme feliz, ¿quieres?
Me regala una sonrisa amplia. Me acerco a ella y junto nuestras bocas en un beso. Se queda paralizada por un segundo, luego echa sus brazos alrededor de mi cuello.
---
Capítulo XXVIII: “¿Cuántas veces dijiste que sería la última vez?”
Preparo un rico desayuno para ______. Algo de fruta acompañada por un tazón de leche con cereales.
Lo mira con expresión severa antes de hundir la cuchara en los cereales y tomar un poco. La observo con atención mientras lleva la comida a su boca y la saborea.
—¿Crees que puedas dejar de verme? Me incomoda.
Me río levemente. Apoyo los codos sobre la isla de la cocina inclinándome hacia ella mientras entorno los ojos.
—En serio —murmura.
No le hace gracia, así que aparto la mirada de inmediato y me incorporo.
Desayuna en silencio mientras yo doy vueltas por la cocina y me muero de aburrimiento. Come despacio, sin apuro y dudando cuando toma un poco de cereales con la cuchara. Finalmente aparta el tazón y toma el tenedor. Lo gira entre sus dedos y me observa.
—¿Quieres? Yo no puedo con todo esta fruta.
Me encojo de hombros y cierro la heladera para caminar a su lado. Me siento en la banqueta con su mirada sobre mí.
—Yo ya desayuné.
—Es que no quiero todo esto.
—Vale, te ayudo —digo con una mueca exagerada.
Me pongo de pie para atravesar la cocina en busca de un tenedor, lo busco en el cajón de los cubiertos y luego vuelvo a sentarme al lado de ella.
Los perfectos cuadrados de fruta van desapareciendo a medida que vamos pinchando con el tenedor. ______ agarra uno cada dos míos, intentando hacerme comer más que ella. Pero no es tan astuta, porque me aparto.
—Es tu desayuno, cómete lo que queda.
Ladea la cabeza con expresión fría y triste.
—Vamos, _____.
No voy a dejarla irse sin comer por el simple hecho de que este desayuno quizá sea todo lo que coma en el día. Sus ojos suplica que la deje en paz, pero en el fondo sabe que necesita ayuda de alguien, que necesita alguien que se ocupe de ella.
Pincha un cuadrado de manzana y se lo lleva a la boca manteniendo la mirada clavada en mí.
—No seas tan enojona. —Frunzo el ceño.
Le quito el tazón sucio y doy media vuelta para fregarlo y dejarlo limpio. Para no dejar rastros de desayuno para cuando vuelva mamá.
_____ acaba de comerse toda la fruta, le quito el plato y tomo los cubiertos. Los lavo mientras ella permanece en silencio detrás de mí, sentada en la banqueta frente a la isla. Doy media cuando acabo.
_____ tiene los brazos cruzados sobre la isla y el rostro hundido allí. Me seco las manos en los vaqueros y camino hacia ella. Le paso un brazo por los hombros, la atraigo hacia mí y beso su pelo.
—¿Qué ocurre?
—Tengo sueño —murmura.
Mi corazón dejar de latir aceleradamente instalando una sensación de tranquilidad en mi cuerpo. No está llorando, como pensaba.
—Ven, vamos arriba.
Mi habitación está ordenada, exceptuando el desastre sobre mi cama. No acostumbro a hacer la cama antes de ir al colegio por el simple hecho de que hay mucho sueño acumulado en mi ser a esa hora del día.
_____ analiza todo con sus ojos curiosos, aunque ya ha estado aquí antes. Sus ojos pasan de un lado al otro de la habitación, cruza sus manos en la parte baja de su espalda y aprieta los labios cuando se apoya en mi escritorio de madera.
—Justin —me llama.
Doy media vuelta a la vez que me dejo caer en la cama y alzo la barbilla hacia ella indicándole que hable, que tiene toda mi atención.
—Tienes algo que es mío. —Ladea la cabeza.
Mi cerebro tarda unos segundos en procesar la información, cuando ya lo ha hecho me encojo de hombros restándole importancia.
—Lo quiero de vuelta —me dice.
Niego lentamente con la cabeza. Tomo el ruedo del edredón entre mis dedos y lo retuerzo preso del nerviosismo. Me he llevado algo de su habitación que claramente le pertenece y al parecer le hace falta. Pero sé que no debo devolvérselo, porque ella le da un mal uso. Una parte de mí quiere quedarse ese espejo, quiere dejárselo para que ella no pueda hacerse daño, aunque sabe que no puede detenerla.
—Justin —dice, en tono de advertencia—, eso no te pertenece.
—¿Para que lo quieres tú? No te hace falta, no lo necesitas.
—Si que lo necesito —musita.
Cierro los ojos en un fallido intento de contener la impotencia. Me molesta no poder hacer nada al respecto, que ella siga haciéndose daño y que yo no pueda impedírselo.
—Pues no voy a dártelo.
—¿Por qué no, Justin? ¡Ese espejo es mío!
Me encojo de hombros demostrándole que me vale nada lo que diga sobre ese pedazo de autodestrucción.
Me tiende una mano, comienza a golpear un pie impaciente en el suelo de madera.
—Ahora.
—Olvídalo.
Bufa frustrada y alza las manos al techo. Cierra los ojos cuando pega un grito histérico que por poco me deja sordo y me hace más viejo.
—¡Lo quiero! —Chilla.
Parece una niña pequeña.
—No voy a dártelo.
Vuelve su mirada hacia mí. Conozco esa mirada, es la misma que hace Jazzy cuando quiere algo de mí y sabe que va a costarle conseguirlo.
—¡Dámelo!
—¡No, ______, no! Ya cállate.
Sus ojos se tornan oscuros, aprieta la mandíbula y da media vuelta pisando furiosa el suelo. Sale da la habitación. Me río por lo bajo y niego con la cabeza mientras me pongo de pie para salir en busca de ella.
—Ven aquí.
—No quiero estar contigo. Quiero mi maldito espejo.
—¿No entiendes que te estoy cuidando?
—Justin, con o sin el espejo puedo lastimarme.
—¿Entonces para qué lo quieres?
Grita tirándose el cabello y se detiene al pie de la escalera. Su dedo del medio asoma de la manga de su campera. Me río.
—Es mío.
—Déjate de niñerías.
Me saca la lengua cuando se da la vuelta haciendo burla de mis palabras. Me sigo riendo mientras bajo las escaleras para atraparla. Ella toma su mochila. Yo me coloco frente a la puerta.
—Eres un estorbo en mi vida.
Tenso mis facciones. Ella se da vuelta a verme y por lo que parece, mi rostro no es nada amigable en este momento. Sus labios se curvan haciendo morros y relaja los hombros.
—No es cierto, solo quería pelearte.
Se cuelga la mochila al hombro.
—Voy a devolverte el espejo cuando me demuestres que puedes tenerlo y no usarlo.
—Agh, Justin.
—Justin nada. Es en serio, _____.
Me sonríe tiernamente, baja un hombro deslizando la mochila hasta dejarla en el suelo. Se muerde el labio intentando reprimir una pequeña sonrisa de felicidad.
—¿Qué?
Sus ojos se hacen agua.
—Sonaste como mi papá.
Mi corazón se hace un puño, mi sonrisa florece de repente al ver esa admiración en sus facciones.
---o---
—Bueno, eso es raro.
Alza un hombro.
—Yo soy rara en todo aspecto. —Una sombra de sonrisa aparece en su rostro.
Arrugo la nariz negando con la cabeza. Se acerca más a mí pegando su hombro al mío.
—¿____? ¿Puedo preguntarte algo?
Asiente denotando entusiasmo, como si le gustara que la gente quiera saber de ella.
—No vas a enojarte, salir corriendo o dejar de hablarme, ¿cierto?
Ella asiente frunciendo el ceño.
—¿Puedes intentar no lastimarte nunca más?
Junta sus manos dejándolas caer en su regazo y baja la cabeza. Sus pestañas aletean un par de veces, asiente lentamente en silencio.
—No quiero decepcionarte, Justin.
—No lo haces, ______.
Alza la cabeza y me sonríe levemente.
—Quizá sea la última vez.
—¿Ah si? Quítale ese “quizá” y hazme feliz, ¿quieres?
Me regala una sonrisa amplia. Me acerco a ella y junto nuestras bocas en un beso. Se queda paralizada por un segundo, luego echa sus brazos alrededor de mi cuello.
---
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Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
Yay!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Maraton!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!! Wiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!! Gracias!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Te amo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Estuvo muy hermosa, quisiera tener alguien asi a mi lado, para cuidarme como el lo hace.
PD: Seguila!!!!!!!!!!!!!! Es demasiado perfecta
PD: Seguila!!!!!!!!!!!!!! Es demasiado perfecta
CamiSelenatika
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA que bonito tienes que seguirla quiero saber que pasara un beso :)
Alex Love
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
jksdgmcskdjakh siguela!
me encantó, ese Shastem es tan alkshdjas lo amo
y yo que pensé que de verdad la dejaría sola, pero no, eso es hermoso, me encanta, ¡ME ENCANTA! síguela, pls.
chau c:
me encantó, ese Shastem es tan alkshdjas lo amo
y yo que pensé que de verdad la dejaría sola, pero no, eso es hermoso, me encanta, ¡ME ENCANTA! síguela, pls.
chau c:
Invitado
Invitado
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
HOLA! ah. ¿porque gritaba?. Justin no la va a dejar sola {al menos por ahora} POR CIERTO AMO TU FIRMA, ¿te gusta The Hunger Games? yo lo AMO. Me encantaría que Peeta y Katniss terminen juntos ya que Jale no me cae bien {porque Liam lastimó a mi Miley}Malik twerk me. escribió:jksdgmcskdjakh siguela!
me encantó, ese Shastem es tan alkshdjas lo amo
y yo que pensé que de verdad la dejaría sola, pero no, eso es hermoso, me encanta, ¡ME ENCANTA! síguela, pls.
chau c:
Leiluu Horan
Re: ||"Invisible" ||Justin Bieber||
Puedo morir en paz sabiendo que no lo hará :'DLeiluu Horan escribió:HOLA! ah. ¿porque gritaba?. Justin no la va a dejar sola {al menos por ahora} POR CIERTO AMO TU FIRMA, ¿te gusta The Hunger Games? yo lo AMO. Me encantaría que Peeta y Katniss terminen juntos ya que Jale no me cae bien {porque Liam lastimó a mi Miley}Malik twerk me. escribió:jksdgmcskdjakh siguela!
me encantó, ese Shastem es tan alkshdjas lo amo
y yo que pensé que de verdad la dejaría sola, pero no, eso es hermoso, me encanta, ¡ME ENCANTA! síguela, pls.
chau c:
Gracias :meh: ¿que si me gusta? ¡ME ENCANTA! jsadhsa amo la saga, está re guena, pero no más que Hutcherson yo también pienso lo mismo, ¡Miley no se merecía eso, perro! ya, ok, keep calm :B
Invitado
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