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Come Back When You Can.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1. • Comparte
Come Back When You Can.
come back when you can
- ficha:
- • Titulo: come back when you can.
• Autor: weezer.
• Adaptación: no.
• Género: Juvenil; Generales.
• Contenido: Problemas Juveniles; Amistad.
• Advertencias: ninguna.
• Otras páginas: no. Reviviendo una idea de una antigua n.c mía.
¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso!
¡Imposible saber cuál es la verdadera!
Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.
¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo —me pregunto— todas estas personalidades inconfesables? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una montaña? —Oliverio Girondo.
Cuando siete chicas se ven obligadas a permanecer cautivas en un mismo complejo, una misma casa, un mismo ambiente, a la vez que tienen que lidiar con su mayor problema, que es a la vez, lo que les llevó allí: su propia personalidad. Desde siempre, hemos sido completamente diferentes a las personas que nos rodean, por más que busquemos encajar. Sin embargo, cuando siete personalidades totalmente contradictorias chocan entre sí, los planetas se alinean para dar paso a una nueva oportunidad de encontrar quiénes son en realidad, y aprender, que hasta la persona más callada puede tener mucho que decir.
¡Imposible saber cuál es la verdadera!
Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.
¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo —me pregunto— todas estas personalidades inconfesables? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una montaña? —Oliverio Girondo.
Cuando siete chicas se ven obligadas a permanecer cautivas en un mismo complejo, una misma casa, un mismo ambiente, a la vez que tienen que lidiar con su mayor problema, que es a la vez, lo que les llevó allí: su propia personalidad. Desde siempre, hemos sido completamente diferentes a las personas que nos rodean, por más que busquemos encajar. Sin embargo, cuando siete personalidades totalmente contradictorias chocan entre sí, los planetas se alinean para dar paso a una nueva oportunidad de encontrar quiénes son en realidad, y aprender, que hasta la persona más callada puede tener mucho que decir.
Arkasia.
Re: Come Back When You Can.
prólogo
El auto levantaba un rastro de polvo por donde pasaba, y Dominique continuaba mirando por la ventana como las pasadas dos horas de viaje. Aún no podía creer que le estuvieran haciendo esto, sacándola del refugio que había armado en su habitación y arrebatándole sus más preciadas posesiones, su teléfono, computadora y libros. Y se negaba a hablar con sus padres sobre el asunto, ajustó su gorro rojo sangre a su cabeza, y se apoyó contra la ventana de nuevo.
Nunca le había molestado el estar en lugares apartados de la ciudad, es más, se le hacía una oportunidad preciada para alejarse lo más posible del ruido y las personas. Pero no cuando le quitaban su forma de expresión, que eran para ella los libros y escribir en su computadora. Pero si ella creía que eso ya era suficiente tortura, no tenía una sola idea de lo que estaba por venir.
Maddie no había parado ni un solo momento de preguntarles a sus hermanos a dónde se dirigían. Éstos, pacientes pero cansados, le respondían que era una sorpresa —lo que no era del todo una mentira—, ahora bien, si ella llegaba a enterarse de lo que en realidad se trataba, haría una rabieta de niveles extremos, que a pesar de estar acostumbrados a ello, no querían vivirlo de nuevo. Como una promesa de que no le harían enojar, le dieron un brazalete azul. Pero deberían romper su juramento.
Maddison nunca había sentido miedo de experimentar nuevas cosas, y había sido siempre muy alegre y abierta, incluso un poco infantil. Aprovechando esto, dos de sus hermanos —que cubrían a la vez el rol de padres— decidieron decirle que le enviarían a un “campamento.” Sabían que Maddie siempre quiso asistir a uno, y nunca tuvo la oportunidad.
La respuesta instantánea de Claire al escuchar la propuesta de su padre a asistir a un “grupo de jóvenes” fue negativa, por supuesto. Pero no podían seguir en la actual situación en la que se encontraban, sabía que su hija no terminaría bien si sus actitudes se mantenían. Misántropa, egocéntrica e incluso un poco manipuladora, había salido de muchos problemas con las manos no necesariamente limpias. No le quedo más opción, con el dolor de su corazón, que tomar decisiones drásticas.
Ahora mismo, bufaba con fuerza con la cabeza en dirección al techo del lujoso auto. Veía las calles repletas de tierra y vacías, y le causaba asco. Pasó sus dedos por el collar negro de pedrería, lo único que conservaba de su madre. Sabía que no venía nada bueno, lo supo desde que su padre le habló de ello. Y haría lo que fuese, pensó, por salir de allí lo más rápido posible.
Katherine posicionaba su anillo, con una luminosa piedra verde en la superficie, de un dedo a otro, con desesperación. “Será una buena experiencia.” Recordó las palabras de su madre. Sería así quizás para su madre, no para ella. Sintió su sangre convertirse en ácido al momento en que, a la mitad de la carretera, desmintió todo y le dijo cuál era su destino real. Hizo todo lo posible por convencer a su madre, pero como siempre, terminó en una pelea, y por supuesto, ella no ganó.
Su madre le amaba. No tanto como a sus negocios, pero le amaba, eso no tenía lugar a dudas. Y quería que Katherine fuese quien le suplantara cuando ella tuviera que dejar la empresa, pero algo tenía muy en claro, y es que con las actitudes sarcásticas e irónicas de su hija, podría controlar muy bien a sus empleados, eso es cierto, pero les haría sufrir al mismo tiempo. Y nadie se mantiene en una empresa en donde sufre daño psicológico diariamente. Nadie además de ella, en la empresa de su hogar.
Si bien siempre había acatado a las órdenes de sus padres, todo lo que hacía, sus buenas calificaciones, su falta de observaciones disciplinarias, lo hacía con el fin de que estas situaciones nunca llegaran a suceder. Lo único que deseaba era una vida tranquila. No se podía decir que tuviera metas inalcanzables, nunca había sido una persona demasiado soñadora. Sus metas consistían de una familia, un trabajo estable y un estudio constante. Pero esto alarmaba a sus padres.
Paige nunca les había hablado sobre cómo quería explorar el mundo, ni a qué fiesta desearía ir. Simplemente se limitaba a una vestimenta casual, de beiges, blancos y negros. Y los más colorido que poseía, era un listón amarillo que siempre portaba en el cabello, castaño y largo.
A Lehia no le molestaba en lo absoluto asistir a ese asunto del que sus padres hablaban, después de todo, eran sólo un par de meses. O era así, hasta que recordó que la temporada de las fiestas que se avecinaban, los amigos que regresaban de viajes, y las nuevas temporadas de vestidos para las mismas fiestas. Abrochaba y desabrochaba con rabia su broche, que siempre portaba como un signo de “no me descuido lo suficiente, así que no te metas conmigo.” Un color morado, con una frase al reverso.
Nunca fue demasiado de descuidar sus estudios, lo normal, pensaba ella, cuando se era un adolescente. Pero sus padres no estaban de acuerdo. Siempre dijeron que debía poner su colegio y su carrera por sobre todo lo demás. Pero desde el primer momento en que se arregló para aquel primer festejo, no se detuvo. Si había una fiesta dentro del instituto, ella asistía sin falta. Costase lo que costase, y sería así, pensó, ésta vez también. En sus planes estaba regresar a la ciudad a tiempo.
Camille miraba a la nada misma dentro del suelo del auto, descuidándose a veces sólo para echar un vistazo al medallón que llevaba siempre colgado al cuello, en él estaba la foto de sus padres. Esa fotografía era más constante que la presencia de ellos mismos. El pensar, no, la sola ocurrencia de que tus padres tengan un maravilloso trabajo donde ganen muy bien es sólo basado en la ignorancia. Pierdes la habilidad de comunicarte con facilidad desde que naces, porque nunca hubo nadie realmente acunándote.
No le interesaba realmente a dónde se dirigía. Se había mudado tantas veces, de casas y ciudades, que hacer largos viajes ya no era nada raro ni interesante para ella. Sólo esperaba que hubiese alguien allí. No soportaría la soledad ni un segundo más, después de estar cinco horas en un gran auto con un conductor que no le daba ni la hora.
Siete historias. Siete personalidades. Y una sola respuesta al llegar a su destino. “Me niego.”
Nunca le había molestado el estar en lugares apartados de la ciudad, es más, se le hacía una oportunidad preciada para alejarse lo más posible del ruido y las personas. Pero no cuando le quitaban su forma de expresión, que eran para ella los libros y escribir en su computadora. Pero si ella creía que eso ya era suficiente tortura, no tenía una sola idea de lo que estaba por venir.
Maddie no había parado ni un solo momento de preguntarles a sus hermanos a dónde se dirigían. Éstos, pacientes pero cansados, le respondían que era una sorpresa —lo que no era del todo una mentira—, ahora bien, si ella llegaba a enterarse de lo que en realidad se trataba, haría una rabieta de niveles extremos, que a pesar de estar acostumbrados a ello, no querían vivirlo de nuevo. Como una promesa de que no le harían enojar, le dieron un brazalete azul. Pero deberían romper su juramento.
Maddison nunca había sentido miedo de experimentar nuevas cosas, y había sido siempre muy alegre y abierta, incluso un poco infantil. Aprovechando esto, dos de sus hermanos —que cubrían a la vez el rol de padres— decidieron decirle que le enviarían a un “campamento.” Sabían que Maddie siempre quiso asistir a uno, y nunca tuvo la oportunidad.
La respuesta instantánea de Claire al escuchar la propuesta de su padre a asistir a un “grupo de jóvenes” fue negativa, por supuesto. Pero no podían seguir en la actual situación en la que se encontraban, sabía que su hija no terminaría bien si sus actitudes se mantenían. Misántropa, egocéntrica e incluso un poco manipuladora, había salido de muchos problemas con las manos no necesariamente limpias. No le quedo más opción, con el dolor de su corazón, que tomar decisiones drásticas.
Ahora mismo, bufaba con fuerza con la cabeza en dirección al techo del lujoso auto. Veía las calles repletas de tierra y vacías, y le causaba asco. Pasó sus dedos por el collar negro de pedrería, lo único que conservaba de su madre. Sabía que no venía nada bueno, lo supo desde que su padre le habló de ello. Y haría lo que fuese, pensó, por salir de allí lo más rápido posible.
Katherine posicionaba su anillo, con una luminosa piedra verde en la superficie, de un dedo a otro, con desesperación. “Será una buena experiencia.” Recordó las palabras de su madre. Sería así quizás para su madre, no para ella. Sintió su sangre convertirse en ácido al momento en que, a la mitad de la carretera, desmintió todo y le dijo cuál era su destino real. Hizo todo lo posible por convencer a su madre, pero como siempre, terminó en una pelea, y por supuesto, ella no ganó.
Su madre le amaba. No tanto como a sus negocios, pero le amaba, eso no tenía lugar a dudas. Y quería que Katherine fuese quien le suplantara cuando ella tuviera que dejar la empresa, pero algo tenía muy en claro, y es que con las actitudes sarcásticas e irónicas de su hija, podría controlar muy bien a sus empleados, eso es cierto, pero les haría sufrir al mismo tiempo. Y nadie se mantiene en una empresa en donde sufre daño psicológico diariamente. Nadie además de ella, en la empresa de su hogar.
Si bien siempre había acatado a las órdenes de sus padres, todo lo que hacía, sus buenas calificaciones, su falta de observaciones disciplinarias, lo hacía con el fin de que estas situaciones nunca llegaran a suceder. Lo único que deseaba era una vida tranquila. No se podía decir que tuviera metas inalcanzables, nunca había sido una persona demasiado soñadora. Sus metas consistían de una familia, un trabajo estable y un estudio constante. Pero esto alarmaba a sus padres.
Paige nunca les había hablado sobre cómo quería explorar el mundo, ni a qué fiesta desearía ir. Simplemente se limitaba a una vestimenta casual, de beiges, blancos y negros. Y los más colorido que poseía, era un listón amarillo que siempre portaba en el cabello, castaño y largo.
A Lehia no le molestaba en lo absoluto asistir a ese asunto del que sus padres hablaban, después de todo, eran sólo un par de meses. O era así, hasta que recordó que la temporada de las fiestas que se avecinaban, los amigos que regresaban de viajes, y las nuevas temporadas de vestidos para las mismas fiestas. Abrochaba y desabrochaba con rabia su broche, que siempre portaba como un signo de “no me descuido lo suficiente, así que no te metas conmigo.” Un color morado, con una frase al reverso.
Nunca fue demasiado de descuidar sus estudios, lo normal, pensaba ella, cuando se era un adolescente. Pero sus padres no estaban de acuerdo. Siempre dijeron que debía poner su colegio y su carrera por sobre todo lo demás. Pero desde el primer momento en que se arregló para aquel primer festejo, no se detuvo. Si había una fiesta dentro del instituto, ella asistía sin falta. Costase lo que costase, y sería así, pensó, ésta vez también. En sus planes estaba regresar a la ciudad a tiempo.
Camille miraba a la nada misma dentro del suelo del auto, descuidándose a veces sólo para echar un vistazo al medallón que llevaba siempre colgado al cuello, en él estaba la foto de sus padres. Esa fotografía era más constante que la presencia de ellos mismos. El pensar, no, la sola ocurrencia de que tus padres tengan un maravilloso trabajo donde ganen muy bien es sólo basado en la ignorancia. Pierdes la habilidad de comunicarte con facilidad desde que naces, porque nunca hubo nadie realmente acunándote.
No le interesaba realmente a dónde se dirigía. Se había mudado tantas veces, de casas y ciudades, que hacer largos viajes ya no era nada raro ni interesante para ella. Sólo esperaba que hubiese alguien allí. No soportaría la soledad ni un segundo más, después de estar cinco horas en un gran auto con un conductor que no le daba ni la hora.
Siete historias. Siete personalidades. Y una sola respuesta al llegar a su destino. “Me niego.”
Última edición por weezer. el Sáb 12 Jul 2014, 7:00 pm, editado 1 vez
Arkasia.
Re: Come Back When You Can.
Buenos días, señorita Ale.
He aquí una visita de su humilde compañera de trabajo
Por el momento no puedo comentar mucho sobre la novela, ya que solo es la introducción. Pero me intriga mucho todo ese tema del complejo: ¿se trata de algún tipo de rehabilitación? ¿Es una especie de extraño campamento? ¿O es algo más oscuro (por algunos comentarios que has puesto cuando hacías alusión a ese sitio)? Ya veremos.
Quizás la chica que más me ha llamado la atención sea Claire, por el tema de que es manipuladora y egocéntrica, y yo adoro los personajes manipuladores y egocéntricos (?). También me he identificado un poco con Dominique por eso del "sin mi ordenador no soy nada"adiósvidasocial
Me encantaría saber por donde va a desembocar todo esto y hacerme una mejor idea de las chicas. Espero el primer capitulo pronto
Mucho amor y muchos doges
He aquí una visita de su humilde compañera de trabajo
Por el momento no puedo comentar mucho sobre la novela, ya que solo es la introducción. Pero me intriga mucho todo ese tema del complejo: ¿se trata de algún tipo de rehabilitación? ¿Es una especie de extraño campamento? ¿O es algo más oscuro (por algunos comentarios que has puesto cuando hacías alusión a ese sitio)? Ya veremos.
Quizás la chica que más me ha llamado la atención sea Claire, por el tema de que es manipuladora y egocéntrica, y yo adoro los personajes manipuladores y egocéntricos (?). También me he identificado un poco con Dominique por eso del "sin mi ordenador no soy nada"
Me encantaría saber por donde va a desembocar todo esto y hacerme una mejor idea de las chicas. Espero el primer capitulo pronto
Invitado
Invitado
Re: Come Back When You Can.
Winter Bones escribió: Buenos días, señorita Ale.
He aquí una visita de su humilde compañera de trabajo
Por el momento no puedo comentar mucho sobre la novela, ya que solo es la introducción. Pero me intriga mucho todo ese tema del complejo: ¿se trata de algún tipo de rehabilitación? ¿Es una especie de extraño campamento? ¿O es algo más oscuro (por algunos comentarios que has puesto cuando hacías alusión a ese sitio)? Ya veremos.
Quizás la chica que más me ha llamado la atención sea Claire, por el tema de que es manipuladora y egocéntrica, y yo adoro los personajes manipuladores y egocéntricos (?). También me he identificado un poco con Dominique por eso del "sin mi ordenador no soy nada"adiósvidasocial
Me encantaría saber por donde va a desembocar todo esto y hacerme una mejor idea de las chicas. Espero el primer capitulo prontoMucho amor y muchos doges
"compañera de trabajo." por qué me haces esto.
Le dejo esas preguntas a tu imaginativa imaginante imaginación, en intriga Sólo voy a decir que el primer capítulo deja muchas, o más dudas (?) not sorry. Te amo por pasar por acá, oc, pájaro<3. much heavy breathing such love much wow 4 u
Arkasia.
Re: Come Back When You Can.
Hola, Ale, me encontré con este temita mientras andaba curioseando en el foro
Me encanto la trama, el comienzo de todo. Nunca había leído algo tuyo y debo decir que me he llevado una grata sorpresa, ¡escribes genial! En serio. Y no puedo evitar preguntarme sobre el lugar a donde las llevaran. A mí se me hace una especie de complejo donde las ensenaran a…no sé, superar sus problemas(?) algo parecido al programa que ve mi hermana en Discovery home&health y estoy intrigada por ver que es y ver cómo se desarrolla todo. Me identifiqué con Dominique, hasta ahora, por lo de su laptop y los libros. Y tal vez, con Lehia, por lo de las fiestas y sus amigos –pero yo no me escaparía, mi consciencia no lo aguanta.
Espero el primer capítulo <3
Me encanto la trama, el comienzo de todo. Nunca había leído algo tuyo y debo decir que me he llevado una grata sorpresa, ¡escribes genial! En serio. Y no puedo evitar preguntarme sobre el lugar a donde las llevaran. A mí se me hace una especie de complejo donde las ensenaran a…no sé, superar sus problemas(?) algo parecido al programa que ve mi hermana en Discovery home&health y estoy intrigada por ver que es y ver cómo se desarrolla todo. Me identifiqué con Dominique, hasta ahora, por lo de su laptop y los libros. Y tal vez, con Lehia, por lo de las fiestas y sus amigos –pero yo no me escaparía, mi consciencia no lo aguanta.
Espero el primer capítulo <3
hange.
Re: Come Back When You Can.
Depper. escribió:Hola, Ale, me encontré con este temita mientras andaba curioseando en el foro
Me encanto la trama, el comienzo de todo. Nunca había leído algo tuyo y debo decir que me he llevado una grata sorpresa, ¡escribes genial! En serio. Y no puedo evitar preguntarme sobre el lugar a donde las llevaran. A mí se me hace una especie de complejo donde las ensenaran a…no sé, superar sus problemas(?) algo parecido al programa que ve mi hermana en Discovery home&health y estoy intrigada por ver que es y ver cómo se desarrolla todo. Me identifiqué con Dominique, hasta ahora, por lo de su laptop y los libros. Y tal vez, con Lehia, por lo de las fiestas y sus amigos –pero yo no me escaparía, mi consciencia no lo aguanta.
Espero el primer capítulo <3
ay, soy feliz, gracias<333333333.
intentaré subir el primer capítulo hoy, si me convence cuando lo termine. En un rato te vas a dar cuenta de que Dominique es una playa (?)
Arkasia.
Re: Come Back When You Can.
uno
Rompiendo con el confortable sueño que estaba teniendo, Dominique cayó de la cama. O creyó haberlo hecho. En realidad, tan solo había despertado de un largo plazo de inconsciencia de dos horas en auto-piloto mental por lo largo de una imaginación que, a decir verdad, no le interesaba demasiado ver por tanto tiempo. La luz del sol golpeó su rostro con fuerza, un tipo de resplandor al que tus ojos nunca terminaban de acostumbrarse. Arqueó sus manos alrededor de sus ojos, intentando observar más allá que el reflejo del sol en el espejo del retrovisor de su ventana. Recordó una vez ir de campamento de niña, y creyó que en aquél lugar donde estuvo era lo más alejado a la civilización que alguna vez iba a estar. Claramente, estaba equivocada.
Aquél lugar que había visitado hacía tantos años no tenía comparación con lo que se alzaba ante sus ojos en aquél momento. En una primera impresión, el lugar le resultó cautivador, incluso fascinante, pero luego recordó la razón de su llegada allí, y toda su emoción se esfumó dejando paso a un bufido lleno de frustración. Desvió la mirada de la ventana para voltear hasta su padre, quien mantenía una casi imperceptible sonrisa que logró irritar a Dominique aún más.
—Sostengo que todo esto fue planeado por Alison o Aaron como sostengo que debería haber un premio Nobel para Matemáticas.
—Si dejas de acusar a tus hermanos, —Suspiró su madre, mientras quitaba de una vez la radio que estaba prendida, más sin señal alguna— tal vez ganes un premio Nobel a la Paz.
—No los acuso. No es una acusación si es una verdad.
—Puntuar a tus hermanos como culpables de una acción que no han hecho es Haram.
Dominique volvió su vista hacia el camino, ahora de grava, encontrándose con más grava y polvo en cantidades extremas para ella. Por lo que parecía un sendero de al menos cinco kilómetros, lo único que lograba era distinguir era un sendero bordeado por pasto y, si fijaba su vista, caballos pastando en la lejanía, más una o dos casas.
—Ni siquiera somos musulmanes. Ni siquiera somos religiosos. —Susurró, más bien para sí misma, apoyándose en la ventana decidida a volver a dormir el resto del viaje—.
El auto se detuvo por fin, y cuando quiso tomar sus cosas para salir del auto, resignada a la idea de que no importaba qué hiciera, pasaría quién-sabe-cuánto tiempo encerrada en lo que parecía la casa solariega de una familia conservadora de la época Colonial Antigua Española, sus cosas no estaban allí. Saliendo del auto que desencajaba completamente con el ambiente tierroso que sentía a la vez que el lugar entero emanaba un olor a pinos y frutos podridos.
—Hay avispones aquí. ¿Un parque con abejas, no te era suficiente? Puedo pasar la noche en un parque con abejas.
—Avispones, Abejas. No escapas de nada, al final del día. —Sentenció, después de comunicarle que sus cosas, menos de las que había empacado, estaban ya dentro de la casona.
—Las abejas sólo quieren hacer su miel. Los Avispones quieren matarte con lentitud y mucho dolor.
Después de una conversación de veinte minutos sobre la diferencia entre los dos insectos, y una despedida que tomo menos de cinco, Dominique entró a las instalaciones. El sonido de la madera rechinar bajo sus pies no le dio la mejor bienvenida, y el llegar hasta el recibidor sin escuchar un solo sonido no le dio la segunda visión esperada. Así que comenzó a resolver sus dudas de la única forma que sabía hacerlo, leyendo y observando. Tomó cada papel, cuaderno, libro y cualquier utensilio que propusiese letras en él hasta que se encontró con —cómo no lo había visto antes— una pancarta de corcho del tamaño de un pequeño pizarrón, pero más grande que un muy pequeño pizarrón, donde se encontraban siete llaves. Todas ellas, con un grabado. Ojeó y removió cada una de ellas hasta que encontró una con su nombre —para ese momento, ya había descifrado qué y por qué estaban allí—, y subió las escaleras hasta encontrarse con un pasillo lleno de puertas a los costados, y terminado en un ventanal. Pero ningún otro nombre, ni persona, ni ruido, ni absolutamente nada. Lo que la dejaba probando una llave que abría una sola cerradura.
Pero cuando por fin la llave entró en una de las cerraduras, no pudo evitar sino fijar su vista en, sino se desconcentro unos segundos por la tranquilidad que por alguna razón le producía la habitación, las dos camas en ella. No le tomó demasiado tiempo analizar la situación, y maldijo en nueve idiomas —literalmente— al imaginar qué clase de persona conviviría con ella el resto de quien-sabe-cuánto tiempo. Y si habían más llaves, significaban más personas. Y si habían más personas, significaba… Mal.
Rápidamente unos colores brillantes llamaron su atención, y decepcionándose al voltear se encontraba una pila gigante de revistas con modelos por portada. Frunció el seño al encontrar sus cosas al lado contrario de donde se hallaba el cúmulo de “árboles talados en nombre de los microbios de la moda”, y se dirigió a la que supuso sería su cama. Y así era, sobre ésta encontró una nota, con su nombre al frente y que dictaba, en una caligrafía curiosamente extravagante: “Bienvenida, Dominique. Para ahora habrás entendido que no estarás sola aquí. Pero para darte una noción más clara de las cosas, estarás con otras siete chicas, de tu edad aproximadamente, quizás parecidas a ti en algunos aspectos. Pero, te diré, que todas ustedes son completa y absolutamente diferentes, como Sir Humprey Davy y Thomas Edison. Diferentes ideas, iguales inventos .”
Adivinó que cada nota debía ser diferente para cada una de las siete chicas. Y llegó a aquello porque si una de ellas leería esas revistas que estaban al lado opuesto de su cama, no sabría quién demonios era Sir Humprey Davy y quizás tampoco Thomas Edison. Ni quizás cómo leer.
Dedicó el resto del tiempo que creyó tener para sí misma antes de que llegaran las demás para hacer una inspección de lo que sería su habitación. No sin antes lanzarse a la cama, hizo un puño la nota escrita con caligrafía que parecía tan antigua como la casa, y la dejo caer a donde el destino lo mandara. Pensó en calcular la distancia y la potencia para que callese en el bote de basura que se encontraba en la esquina opuesta, junto a la puerta, al lado del escritorio tocador, pero la física no es emocionante. No cuando se está en un lugar desconocido.
Comenzó a pensar en alternativas de su llegada allí. Después de todo, si no estuviese allí en ese momento, acostada en aquella cama rodeada de nada más que el silencio, rodeada de árboles y pasto en cantidades que nunca había esperado ver, y perdida en el medio de la nada —porque en realidad no sabía dónde estaba ubicado o cómo había encontrado su padre aquél lugar—, estaría en aquél momento de viaje familiar en plan de picnic escuchando sobre el nuevo proyecto billonario de Aaron, o la graduación de la tercera carrera universitaria de Austin, o quizás sobre la nueva línea de nano-inutilidades —como les llamaba— que Alison había diseñado. Era el detalle de ser la menor en una familia de cuatro hermanos en donde todos, incluyéndola, eran prodigios. Mientras ellos tenían trabajos estables para cuando ella se graduaba de la escuela —A los catorce años—, mientras era practicante de Catedrática Universitaria en Matemática y Probabilidad, ellos obtenían un nuevo título. Al punto en que dejó todo, dejo de intentar ser como ellos, y se enfoco en ser la maldita adulta joven-sin-ninguna-preocupación de diecinueve años que era.
Así que entre tanto, aquello no estaba nada mal.
Arkasia.
Re: Come Back When You Can.
Hola.
Eh, bueno, hace mucho que no hago esto que ya me olvidé que se hacía (?
Estaba buscando algo para leer y, de una manera u otra, llegué hasta acá *confeti por los aires* (?
Bueno, supongo que: ¡tienes una lectora nueva!
Pa, soy un asco.
En fin, siguela!
Romina.
xx
Eh, bueno, hace mucho que no hago esto que ya me olvidé que se hacía (?
Estaba buscando algo para leer y, de una manera u otra, llegué hasta acá *confeti por los aires* (?
Bueno, supongo que: ¡tienes una lectora nueva!
Pa, soy un asco.
En fin, siguela!
Romina.
xx
lovingclarissa
Re: Come Back When You Can.
FindHimHeWillFindYou escribió:Hola.
Eh, bueno, hace mucho que no hago esto que ya me olvidé que se hacía (?
Estaba buscando algo para leer y, de una manera u otra, llegué hasta acá *confeti por los aires* (?
Bueno, supongo que: ¡tienes una lectora nueva!
Pa, soy un asco.
En fin, siguela!
Romina.
xx
ayyy, qué linda, bienvenida.
soy ale<3. un gusto tenerte por acá.
soy ale<3. un gusto tenerte por acá.
Arkasia.
Re: Come Back When You Can.
Holo
Creo que ya no soy tanto como Dominique En serio, esa chica piensa cosas raras –y detesto las ciencias, menos Biología. En serio.
Pero, ¡me encanto el capítulo! Me parece genial la forma en que cada una va a acabar en el mismo sitio, por razones aparentemente iguales –pero ya sabemos que todas son totalmente diferentes. Tu manera de escribir, Ale, es genial. Ame la forma en que introdujiste la familia de Dominique, sus relaciones y como termino en aquella casa –todo de una manera muy sutil.
Espero el segundo capítulo <3
hange.
Re: Come Back When You Can.
Depper. escribió:
Holo
Creo que ya no soy tanto como Dominique En serio, esa chica piensa cosas raras –y detesto las ciencias, menos Biología. En serio.
Pero, ¡me encanto el capítulo! Me parece genial la forma en que cada una va a acabar en el mismo sitio, por razones aparentemente iguales –pero ya sabemos que todas son totalmente diferentes. Tu manera de escribir, Ale, es genial. Ame la forma en que introdujiste la familia de Dominique, sus relaciones y como termino en aquella casa –todo de una manera muy sutil.
Espero el segundo capítulo <3
yo respondo las cosas al toque porque soy así de maja. (?) luego de sólo ver mensajes míos al pasar por la ventana han de pensar que me comento sola.
gracias a lot<333. en serio. y viene pronto. La cosa es que no subo muy seguido bc, ya sabés, originales, poca gente se pasa, y eso, bue.
Arkasia.
Re: Come Back When You Can.
Seh, entiendo eso. El foro necesita una revolución en la sección originales(?)
hange.
Re: Come Back When You Can.
Depper. escribió:
Seh, entiendo eso. El foro necesita una revolución en la sección originales(?)
concuerdo. todos seríamos felices. todos los de ésta zona. (?
Arkasia.
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