Fu [One Direction] *MEGAHOT*

Shizukasama escribió:TE perdiste amor? ya va un mes TuT

• ¿Dónde está tu compañero de habitación, ricitos? — Le preguntó Liam a Harry.
  
  — ¿De qué compañero estamos hablando, blanquito? — Le contestó.
  
  El labio de Liam se frunció. — ____ . Él merodea por aquí pero nadie lo ha visto. ¿Existe en realidad o estáis aprovechándoos de la beca de dormitorio y no declarando una plaza vacía?
  
  — ____ está aquí — contestó Zayn con vaguedad. —Lleva capucha la mayor parte del tiempo.
  
  — ¿Dónde? — se giró Liam, mirando por toda la habitación.
  
  — Tío, ¿Por qué te encabezonas con el muchacho? — Le preguntó Louis.
  
  — Creo que no existe. Creo que estáis engañando, y creo que la Residencia debería saberlo — dijo Liam, encogiéndose de hombros.
  
  Mierda. Lo último que necesitaban era que informara a la Residencia. Si la tenían la primera en la lista de solicitudes para traslado y se enteraban que aún seguía en la plaza previamente asignada, podían llenar la quinta cama. El hecho que aún no lo hubieran hecho era un especie de milagro. Un testamento a la mierda de política burocrática de la Universidad de Fullerton.
  
  — ¿____? — ____ preguntó en una risilla aguda. — Oh, Dios mío! Vi a ____ hace diez minutos. ¿Te acuerdas, Niall? Íbamos a salir, y ____ estaba ahí cuando me has agarrado del culo. Me gusta que me agarres del trasero.
  
  Liam frunció los labios. ____ jugaba inconscientemente y agitaba sus pestañas a Niall que lucía una sonrisa bobalicona.
  
  — Niall — le dijo casi sin aliento ____. — Tengo muchísimas ganas de follar. ¿Podemos irnos pronto?
  
  Los chicos en el sofá aullaron. Uno se ofreció para follarsela en lugar de Niall. Otro le prometió enseñarle a él como tenía que follársela.
  
  ____ agitó una mano. — Oh, muchachos, Niall no necesita ayuda. Él es un… — se interrumpió agitada, para dar más énfasis a sus palabras. — ¡Un Dios!
  
  La polla de Harry estaba medio dura por el sonido necesitado y adorador de la voz de ella. La desazón se extendió desde sus entrañas a todo el cuerpo. No le gustaba la forma en que los otros chicos de la habitación la miraban. Cuando la broma acabara, ella tendría media universidad pensando que iba a ponerse a follar con cualquiera a la menor oportunidad.
  
  Esa mierda era peligrosa.
  
  ____ se colgaba de Niall. Le succionó el lóbulo, pidiendo y recibiendo húmedos y hambrientos besos. Niall se metía más y más en el papel, una mano agarrándole el trasero, la otra deslizándose por su costado para parar justo debajo del pecho de ella.
  
  Harry sintió la urgencia de romper todos los dedos del cuerpo de Niall. Reprimió una palabrota cuando ____ se estremeció detalladamente y se retorció en el regazo de Niall. La mano que estaba cerca de su pecho se deslizó hacia abajo por su estómago desnudo y Niall descaradamente hundió sus dedos por la parte delantera de sus tejanos.
  
  Para alivio de Harry, ella no abrió las piernas. Al menos la muchacha tenía algo de sentido común. Tenía que admitir, una parte de él deseaba ver la expresión de placer de su cara si Niall hundía los dedos unos centímetros más abajo. Harry no sabía si ese pensamiento lo ponía enfermo, cachondo o masoquista.
  
  No entendía como diantres podía a la vez ponerlo caliente y fastidiarlo el ver a ____ conceder besos y mostrar retales de pecho a sus compañeros de habitación. Hacía que su pene se pusiera rígidamente duro, y su adrenalina golpeaba queriendo arrancarle a ella los pantalones para ponerla encima de sus rodillas y darle una buena zurra, deseando a la vez que sus compañeros de habitación le aguantaran las piernas tan abiertas como fuera posible para que pudiera follársela hasta la inconsciencia del orgasmo.
  
  Así es como él paso la maldita asamblea de la Residencia, bordeando entre la furia y la lujuria. Ninguno de los dos sentimientos le beneficiaba, ninguno prometía grandes cosas para su beca escolar si actuaba en base a los mismos. Aun así, el deseo de ver su dulce co.ño rosa – y estaba seguro que era rosa debido al delicado color pétalo de sus pezones – abierto y el pequeño clítoris expuesto a sus labios insaciables y a los latigazos de su lengua lo mantuvo duro durante toda la media hora que duró la reunión.
  
  ____ parecía saber que su pequeña actuación tenía un efecto en él. Por supuesto, no había más que mirar a la parte delantera de sus pantalones tejanos para discernir eso. Ella le dirigía miradas humeantes a Harry. Probablemente no sabía exactamente cómo las miradas y suaves suspiros le ponían. Al menos, no por esfuerzo consciente. ____ simplemente tenía una forma inconsciente de encenderlo locamente. Era la razón por la que le había pedido que no lo besara nunca más. Le había intoxicado con un solo gesto, y ahora su cerebro y su polla necesitaban otro tanto mientras ella parecía pegarse a todos los instintos protectores que tenía enterrados en su alma.
  
  Finalmente, se acabó. Con gran alivio, Harry se apartó de la pared en la que se había estado apoyando descuidadamente, y se dirigió intemperito a su habitación. Ellos lo seguirían. Sabía que lo harían. Tenía la esperanza de disponer de unos minutos sólo en el baño para hacerse cargo de su cargada ereccion. Si ella le oía gruñir, eso sólo afectaría su fantasía de que ella estuviera viéndolo liberarse.
  
  De acuerdo, eso es un poco enfermizo y retorcido, admitió para sí mismo. Ella me vuelve loco. Hace que la piel la ansíe desde dentro por sentir su cuerpo desnudo debajo del mío.
  
  El sonido de alguien corriendo lo interrumpió en sus pensamientos mientras ____ lo alcanzaba y mantenía sus zancadas. — Eh. ¿Cómo lo hice?— preguntó.
  
  ¿Qué debía decirle? Estuviste estupenda. Me gustaría poner mis manos ahí abajo, ser el siguiente. Hiciste de zorra, y eso me jode mucho por lo que quiero tomarte por detrás y castigarte.
  
  — ¿Sin palabras? — preguntó ella, levantando una ceja.
  
  Harry hizo una pausa, sus ojos mirándola a la cara. ¿Estaba jugando con él o lo preguntaba en serio? No podía saberlo por su mirada directa pero cerrada. Los labios de ella se retorcieron burlonamente y le mostraron una sonrisa juguetona. Él tomó el pomo de la puerta y entró en la privacidad de su habitación.
  
  Ella lo siguió, cogiéndole las caderas desde atrás. — Venga, Harry, lo hice bien, ¿no? — Él se paró en seco. Ella tropezó con él por detrás, y él no pensó, simplemente actuó. Lo siguiente fue que la tenía presionada entre su cuerpo y la pared. La puerta se abrió y sus otros tres compañeros de habitación se apresuraron a entrar y cerrar la puerta tras verla a ella atrapada.
  
  — Harry, bájala — le urgió Louis.
  
  

Shizukasama escribió:ahahahah perdon, es que cuando no actualizas lo siento como un mes. XD  :oops:  By the way como te va en londres? Siguela

cynthillaa escribió:AHHHHH!! me va a dar un ataque nervioso como a Niall!!! con esta novela hahaha la amoo!!
Yaaa!! ese Harry bien que tiene ganas... haha
Espero que puedas subir pronto
Lo sé, yo trabajo tambien y eso de trabajar quita mucho tiempo
besos!! :P

• ¿Qué ha pasado?— preguntó a la vez Niall.
  
  — Harry — la única palabra que dijo Liam en tono suave hizo que Harry volviera en sí.
  
  La soltó y se apartó. ____, sin embargo, no parecía haber acabado con él. Le empujó el pecho.
  
  — ¿Qué Harry? ¿Qué? ¿Qué he echo mal esta vez? — le provocó ella. Volvió a empujarlo.
  
  — No hagas eso — le advirtió.
  
  — ¿No haga qué? ¿Respirar? ¿Compartir la habitación? ¿Ocupar espacio? ¿Ayudar? Tendrás que ser un poco más específico.
  
  — Harry, déjala, hombre. Lo ha echo bien — Dijo Louis.
  
  — ____ — dijo Zayn. — Déjalo en paz. Deja que se calme.
  
  — A la mierda la calma. Quiero saber que ha hecho que Harry esté permanentemente al filo conmigo — Gruñó ella. Volvió a darle un suave empujón al brazo de Harry.
  
  Harry se volvió hacia ella, y la empujó hasta la pared una segunda vez.
  
  — Eres tú, ____. Tú — La tomó por las muñecas y se las sujetó por encima de la cabeza. Con los brazos de ambos en alto, bloqueó a los otros y miró fijamente a las profundidades de sus cristalinos ojos azules.
  
  — ¿Qué pasa conmigo? — susurró ella, con los ojos saltando. — ¿Te intimidan las mujeres, Harry? ¿Tienes miedo de que Freud tuviera razón y que te despoje de tu precioso pene en medio de la noche?
  
  Cerca, pensó él. Había perdido la cuenta de cuantas noches había estado en la cama despierto viéndola dormir, oyendo sus profundas respiraciones, hambriento por ver un retal de pierna pálida entre las sábanas abiertas, él se habría subido a la cama con ella y habría perdido su misma alma depositando todo lo que él era en el cuerpo de ella, sólo para oírla suspirar su nombre maravillada y soñolienta.
  
  Incluso ahora, ella le desafiaba con los ojos. Retándole. Dios, quería tomar ese reto y ver si ella lo llevaba hasta el final. Sus miraditas lo llevaban loco de necesidad de tocarla. Como la que ahora le dirigía, su mirada enfocada en sus labios y subiendo a sus ojos, dejando entrever algo en la profundidad de sus ojos, una sombra de vulnerabilidad que él deseaba atrapar, mantener cerca para examinar si crecía con sus tiernos cuidados. ¿O era más fugaz que eso? ¿Una mariposa de deseo que ardería hasta el fino que se alejaría si él se tomaba el tiempo necesario para perseguirla?
  
  Te quiero. Las palabras llenaron sus pensamientos. ¿Lo sabía ella? ¿Tenía alguna idea de lo que su cercanía diaria le provocaba?
  
  Él pensó que en sus ojos había un eco de deseo por él. Ella quería besarlo. Podía ver eso. No había error en la forma en que sus labios se entreabrieron invitándolo. Sus compañeros de habitación hablaban, pero sus voces sonaban ahogadas como un sonido de fondo.
  
  ____ hizo un ruido suave. Un ruego que le llegó al alma. Harry sujetaba sus muñecas en una mano, sabiendo que si ella quería liberarse, podía. Él alcanzó entre ellos, tiró de la hebilla del cinturón de ella y le abrió los tejanos, bajándole la corta cremallera en un increíblemente largo raspar.
  
  Los otros detrás de él quedaron en silencio. No había nadie más en el mundo que ____ y Harry; la respiración de él moviendo los mechones libres del rubio cabello de ella contra su piel de porcelana. Un mechón de pelo de Harry había caído hacia adelante, ocultando uno de sus ojos. La intimidad existía en los detalles. Aquí, estaban sólo ellos dos atrapados en el momento, fuera de consecuencias, mirando profundamente de un alma a otra a través de las ventanas del iris.
  
  Él le acarició el estómago con el reverso de sus dedos, presionando más fuertemente con su pulgar mientras iba bajando y bajando, pasando del inicio de sus tejanos, hundiéndose en sus bragas. Ella soltó un grito ahogado. Sus dos dedos centrales siguieron por esa ruta secreta y bajaron más aún.
  
  Los labios de ____ se abrieron, sus cejas se juntaron y elevaron ligeramente, hablando de la necesidad de ella. Él paró en su progresión hacia abajo, tomándose un momento para cosquillear el vello con caricias cercanas, acariciando el reverso de sus dedos por encima de la suavidad de ella, de forma tan liviana que no tocaba la piel de ella.
  
  La respiración de ella se hizo más pesada, su pecho subía como si estuviera esforzándose, yendo a por más mientras se denegaba el pedirlo. Sus ojos se oscurecieron. No aquel oscurecimiento misterioso que sucede en los romances, en los que se produce un cambio mágico. Él era lo suficientemente hombre para reconocer que esas cosas no existían. Se oscurecieron, sin embargo, y sus pupilas se agrandaron empezando a indicarle a él que ella estaba perdiendo su consciencia excepto aquello que su mano, su cercanía le hacían.
  
  Él lo sentía también.
  
  Todos sus poros le dolían, gritando que la tuviera más cerca, que la sintiera junto a él, piel con piel temblorosa, y aun así se contuvo. Aún sentía su respiración. Aún la adoraba con sus ojos, absorbiendo en todo momento la evolución del rostro que lo decía todo.
  
  ¿Sentiría ella lo mismo por él?
  
  Su pene clamaba por tomarla. Sus labios ardían por tomar posesión de ella. Quería más. Lo quería todo. Quería ese momento para siempre. Quería el placer de ella por encima del suyo. Tenía que verlo, estar ahí para eso, ser consciente de eso y por ello quería sentir el momento en que su alma y su cuerpo se separaban, morían y renacían con el toque de sus dedos.
  
  Un regalo para ella, tanto como para él, porque le dejaba a él ser testigo de ello.
  
  Él sentía su calor, mientras se hundía más y acariciaba su coño con delicados toques. Ya sentía la humedad en la juntura de sus labios, mientras seguía el camino con sus dedos. ____ se mordió los labios. Levantó la barbilla inconscientemente, abriéndose toda a él para que la tomara. Él había esperado que ella cerrara los ojos, pero no lo hizo, y él le elogió murmurándole tiernas palabras que sólo ellos podían oír.
  
  Harry le introdujo la punta de un dedo en el interior, acompañando ese gesto con sutiles caricias provocadoras en sus labios exteriores.
  
  ____ susurró — Oh, Dios — Tan cerca de ella, él podía pensar que eran uno. Dándole y provocándole placer.